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Colección “Revisión Cultural” (desde 1978) (página 6)




Enviado por Ramon Ramonet Riu



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24, 25

Gracias a la forma geométrica que bauticé
"Onutoro", se superará la utilidad de "brújula" del
sabio diseño recobrado gracias a decorar el anillo
faraónico. Leonardo de Vinci lo llamó Mazzocchio
cuando lo estudió, dándole la específica
utilidad de gorro de combate, porque absorbe los golpes recibidos
en la cabeza. El Onutoro tiene una geometría
fascinante, primero por ser en todos los tiempos tan útil
a la humanidad, y además por reproducir físicamente
la idea hinduista del cosmos. (Véase mi
investigación titulada "Onutoro;
psicoidílicas", que es la "2ª Parte"
de mi
presentación de varias imágenes de "Estrellas de
Marte", donde también le concedo ser el núcleo de
todo cuanto se edificó en el Valle de Sidonia).

EL NUDO-LAZO DEL ONUTORO LAS DOS
COLAS DEL GORRO DEL FARAÓN

En el mundo antiguo todo debió de ser valorado
por su utilidad, incluso la importancia de cada miembro dentro de
la propia familia. Es un símbolo que no habría
tenido trascendencia para llegar hasta nuestro tiempo de no tener
utilidad. De no ser útil, ya ni se habría trabajado
con tanto esmero un material muy especial como lo fue siempre y
en todas partes el hierro meteórico. Es de considerar
además que el anillo aún conserve unos residuos de
sangre humana, que está justo allí donde
está más desgastado por haberse usado mientras se
trabajaba duro.

Recopilo, para insistir en cómo fueron de
importantes los dos trazos laterales, empezando porque nos
remiten a la forma del raro gorro que cubría,
además, cada lado del pecho del faraón. Ya
advertí más arriba que ambos aluden en el dibujo
del anillo a las bases de dos pirámides opuestas por sus
vértices. Es decir, ambas bases están simbolizadas
por las dos largas colas, las cuales de otro modo son
inexplicables. Se trató de resaltar las dos formas
piramidales cuando se observa el anillo real en la mano
extendida. Además, para reforzar la idea, el otro trazo
central, el que divide en dos la superficie del anillo, no es
regular sino que, al igual que en el jeroglífico de la
reina Merneit, es más grueso en sus extremos.

Con los siglos, las dos colas del peculiar gorro del
faraón pasaron a ser sustituidas por dos cintas rojas que
colgaban de la tiara que los sacerdotes judíos llevaban
ceñidas en su frente adornada con la inscripción
"Santidad de Yahvé". Las dichas colas se pintaron muy
largas en una ilustración del judio zaragozano Abraham
Abulafia, un gran cabalista del siglo XIII. Del mismo periodo,
hay expuesto un mosaico en el Museo Bargallo, de Florencia, que
presenta juntos a Moisés y al sacerdote Aarón,
siendo éste el único que las lleva colgando. En la
actualidad en las calles de Jerusalén se ven muchos
varones hortodoxos luciendo unas sustitutivas trenzas.

UNA BRÚJULA: LA EXIGIBLE UTILIDAD
DEL SÍMBOLO

El trazo que dibuja la barba ritual de los faraones
difuntos, siendo tan largo, aún se queda corto para
completar lo exigido para mi investigación. A los artistas
egipcios les fue difícil reproducir el diseño del
anillo en los pesados bloques de piedra tallada, pero
filosóficamente su idea se explica sin dificultad.
Insistiré en que obtuvieron el símbolo con utilidad
de brújula gracias a curvar el final de la barba en fuerte
ángulo. La visión idónea del símbolo
entonces deja de ser la de quien está mirando la escultura
del faraón desde delante, para ser la visión que
tuvo el faraón ya divinizado. Se obligó a imaginar
la visión del símbolo que sólo podía
tener la divinidad: Mirando su corazón desde encima de la
cabeza del difunto, o sea, desde un poco más arriba de la
corona.

El faraón difunto se orientaría gracias al
símbolo, utilizándolo cual una especie de
brújula en su navegación estelar. Ello quizá
será motivo de estudio para los astrónomos, o al
menos para los novelistas pues encontrarán en dicha idea
argumentos especulativos que los harán millonarios al
presentarlo con florituras literarias. A mi dejó de
interesarme dicho género. Lo prueba el que,
habiéndome autoeditado varios libros, en cambio el
titulado "ANAVANA, Tesoro de tesoros" aún hoy sigue
inédito, con excepción de una mínima
referencia en la WWW.

Para concluir esta abreviada presentación,
especularé lo que se intuye referente a las vicisitudes
que habría pasado el anillo en su periplo a lo largo de
los siglos. Primero lo llevarían de Egipto a Palestina,
debiendo llegar a la Europa occidental en tiempos de las
Cruzadas. Otra vía pudo haber sido la de los reyes
merovingios, un linaje judío establecido en el sur de
Francia, siendo el conde de Carcasona, Ramon III (Trencavel)
descendiente directo de la Casa de David. El liderazgo (nasi)
recayó en Roger IV de Foix, casado con Brunisenda de
Cardona.

Del símbolo venerado por los cátaros que
él personalmente escondió al sur de los Pirineos,
ya me ocupé cuando analicé la imagen negra de la
Virgen y el Niño, que es la actual Patrona de
Solsona
esculpida en piedra de color rojizo el año
1163. Pero a la línea hereditaria Rex Deus de
Roger IV de Foix-Castellbò, siendo interesante de conocer
debido a las vicisitudes de la dicha imagen, no se les puede
atribuir la posesión del anillo de los faraones. Lo que
sí que se advierte, es que para los trovadores medievales
su dama ideal ("midonis") finalmente no se
remitía a la Virgen María sino a María
Magdalena.

Quizá, después de ser custodiado por
varias generaciones, el anillo faraónico incluso pudo
haber llegado al Nuevo Mundo, debido a las persecuciones
antisemitas de las primeras décadas del siglo XX, pero el
supuesto periplo es sólo especulativo. Lo que importa es
que existe el anillo, y sus antiguos propietarios son lo menos
importante, aunque definitivos también para continuar la
investigación. Yo valoro cuanto este símbolo me
reveló, por lo cual quedo agradecido a quienes en ello me
han ayudado,…y a los que, sin contactar nunca conmigo, y
sólo por motivos altruistas, colaboraran gentilmente para
su difusión universal. ¡Sólo faltaría
que lo dejásemos para los que dibujan sobre las cosechas
de cereales! Escrito en Barcelona por Ramón Ramonet Riu (
Abril del año 2010)

Arnau de Torroja,
Gran Maestre de las Órdenes del Temple y de
Sión

Este no es un libro sobre la orden religioso-militar del
Temple de Jerusalén, aunque pudiese parecerlo, pues tan
sólo intento escribir una biografía de quien fuese
el noveno de sus máximos Grandes Maestres, de un total de
los veintidós que son conocidos de la dicha Orden. Hasta
unos años después de fallecer Arnau de Torroja
protagonista de esta investigación, dichos líderes,
medio monjes y medio soldados, tuvieron su sede o "casa- madre"
en los al exterior de la muralla de la ciudad de
Jerusalén, pero antes donde hoy está la
céntrica Cúpula de la Roca, de ahí su nombre
de templarios.

Al escribir la reseña más exacta del
noveno Gran Maestre de las órdenes de Sino y del Temple,
presentaré una elaborada aproximación a los
años que vivió Arnau de Torroja, siendo de desear
que el pensamiento filosófico y la sensibilidad
artística me proporcionen argumentos suficientes, del
mismo modo que si se logran equilibrar, permiten desarrollar
óptimamente el lado místico y espiritual de la
existencia. No sólo trataré de ofrecer una
reconstrucción histórica de su crianza, juventud y
educación en Solsona, una muy aislada población del
centro geográfico de Cataluña. Mi motivación
me hace ser muy sincero al exponer los hechos históricos
objetivos. Ciertamente deberé mezclarlos con otros no
contrastados, teniendo en cuenta las diversas interpretaciones
que se han dado del periodo histórico-cultural durante el
cual Arnau de Torroja formó su mente
estudiando.

Vivió en el mismo siglo que alcanzaron su apogeo
las exóticas culturas de los Ajmed que en Camboya
construyeron mil templos entre los que sobresale el de Ankor Vat,
o bien en la parte opuesta de África que pisó ,
exactamente en Malí a los pies del Sahara, se decía
que la ciudad de Tombuctú incluso tenía las
baldosas de sus calles hechas de oro, al ser el centro espiritual
y filosófico del Islam en el tierras de negros.

Para empezar debo advertir que en Solsona (actualmente
provincia de Lérida), su lugar de nacimiento, durante el
siglo XI hubo dos poderosos señores homónimos que
pueden confundirnos al atribuirles la paternidad de mi
biografiado, porque ambos fueron llamados Miró: uno era el
vizconde, y otro el Señor el palacio fortificado que
entonces aún no tenía la población
diseminada a su entorno. Por cierto, tampoco se debe confundir al
noble Aranu de Torroja de Solsona con el mercader homónimo
que trajo a Cataluña los pañales del Niño
Jeús (venerados en la catedral de Lérida). Dicha
reliquia, de las manos del califa de Bagdad pasó a las del
de Tunez.

La familia Torroja fue el linaje que entre los siglos XI
y XIII gobernó la villa de Solsona (que actualmente ya
lleva más de 400 años ostentando el titulo de
ciudad). Los Torroja eran descendientes del conde miró, a
quien en el año 990 ya se le encuentra documentado
Señor de Solsona. Arnau era uno de sus cuatro nietos. En
cuanto a su padre, Ecard-Miró, fue quien construyó
en lo alto de la colina cercana a Solsona el castillo llamado hoy
llamado Castell-vell (Castillo viejo, porque estaba en el monte
llamado desde siempre antes "viejo", por ser un asentamiento
ibérico). El dicho castillo cuya silueta al perder su
muralla exterior, hoy tal parece ser una pirámide natural
dominando Solsona, al ser terminado su recinto, disponía
de una planta cuadrada y una torre circular en cada
ángulo. Desde allí se dominaba visualmente un muy
vasto territorio a su alrededor.

La vieja Solsona entonces estaba bajo el nivel donde
construyeron la iglesia románica. Ésta y la
residencia del Señor de Solsona, aunque hoy se presenten
una en cada extremo de la ciudad, entonces quedaba bastante
alejados entre si, y a pie representaba un buen trecho cruzando
lo que debieron de ser los huertos del palacio fortificado, que
fue la residencia familiar del dicho noble
señor.

Se ignora cuando nació exactamente Arnau de
Torroja, pero si consideramos que fue poco después de
1122, el error ha de ser mínimo. Sus padres se
habían casado en 1104, engendrando poco después al
hijo heredero Ramón I (fallecido el 1 de febrero de 1144),
al que sucedió su hijo Ramón II, sobrino de Arnau,
e involucrado como él y su hermano eclesiástico en
las grandes empresas de la reconquista desde Almería hasta
las principales ciudades musulmanas de Cataluña. Arnau de
Torroja debió de nacer cuando Alfonso I de Aragón
codiciaba arrebatar a los musulmanes la ciudad de Zaragoza
ayudado por el conde de Toulouse del Languedoc. A aquella
coalición se opuso por las armas y derrotó el conde
Ramón Berenguer III "el Grande" de Barcelona en 1123
ayudado por el conde de Poitiers. En aquel periodo los catalanes
llegaron incluso a asediar Orange (Francia).

Se considera que entre los siglos XI y XIII se
vivió el periodo más fascinante y misterioso de
toda la Edad Media, por el hecho gravísimo de haberse
entonces enfrentado bélicamente los occidentales con los
orientales. Éstos, para defender su tierra, y los llamados
caballeros cruzados europeos por su deseo de preservar los Santos
Lugares donde vivió Jesucristo.

Al venir al mundo Arnau de Torroja en la
Península ibérica hacía siglos que se
comerciaba con los musulmanes dentro de la mayor tolerancia y
entendimiento. Las llamadas tres "Religiones del Libro"
convivían incluso en régimen de igualdad en la
cosmopolita ciudad de Toledo, y ello era posible por los
intermediarios hebreos, que eran en todas partes más
numerosos que los musulmanes, aunque al menos al norte del
río Llobregat siempre fueron muy inferiores a la
población autóctona. No agradaba a los musulmanes
que los cristianos se convirtiesen al islam, porque la gente en
tal caso dejaba de pagarles tributo por su libertad de
culto.

En la comarca de Solsona, la zona prepirenaica donde
Arnau de Torroja creció, los moros habían sido
expulsados siguiendo el empuje del muy injustamente olvidado
Arnau Mir de Tost, quien siguiendo el curso del río Segre,
y después el del Noguera Ribagorzana, dejó libre de
musulmanes todo el territorio hasta Barbastro, en Huesca. Arnau
de Torroja llevó el nombre del dicho campeón del
cristianismo en reconquista, y lo aún más
importante: Ademá fue el primer cavallero catalán
en pisar Tierra Santa. No obstante, siendo tan patriota,
repartió entre varios hijos sus bienes, pues no tuvo la
idea de una patria.

Arnau de Torroja era hijo de Ecard-Miró, el noble
Señor de Solsona entre los siglos XI y XII, pero al no ser
su principal heredero, tampoco estuvo obligado a hacerse cargo
del patrimonio familiar. Además del primogénito,
aún había otro hijo Guillermo, mayor que Arnau.
Guillermo era el segundo de los varios hermanos, sino
habría sido Arnau el designado tradicionalmente a vestir
hábitos de la Iglesia. Así pues, como tercer hijo
del Señor de Solsona, la opción natural de Arnau de
Torroja hubiese sido unirse a las Cruzadas,… pero nació
entre la segunda y la tercera Cruzada, de modo que no pudo
participar en ellas si bien se enroló tan pronto pudo para
guerrear en Tierra Santa. Por sus contactos y posición
social, su partida del suelo patrio sólo sucedió
después de ser distinguido con el aprecio personal nada
menos que Bertrand de Blanchefort, antes de que éste noble
templario fuese nombrado Gran Maestre de las órdenes de
Sión y del Temple de Jerusalén entonces muy
recientemente introducida en Cataluña. Era un periodo
cuando su hábito todavía no inspiraba demasiado
temor reverencial, pero sí mucha curiosidad por tan
novedosa fórmula de convertir a los monjes en
óptimos guerreros. También llamaba la
atención su lema: "Non nobis Domine, non nobis, sed Nomini
Tuo da Gloriam"; el cual se traduce así: "No para nosotros
Señor, no para nosotros, sino para tu mayor
gloria".

La bibliografía sobre la Orden del Temple hoy es
incalculable, y todavía debe ser mayor lo escrito
referente a cada una de las ocho Cruzadas, sin embargo en lo
referente al período entre la segunda y tercera grandes
cruzadas oficiales, resulta ser todo lo contrario. El caballero
Arnau de Torroja fue el miembro más destacado de toda su
familia con prestigio internacional porque llegó a ser el
noveno máximo dignatario general, conjunto, de las dos
hermanadas órdenes de Sión y del Temple de
Jerusalén, ciudad ésta donde residió en
diferentes etapas de su vida y prácticamente hasta su
muerte. Con anterioridad a ostentar la más elevada
jerarquía de tan poderosas órdenes de
caballería medieval, Arnau de Torroja había sido
también el cuarto Gran Maestre Provincial de las tierras
de Provenza y de la Corona de Aragón.

En el siglo XII para cualquier noble familia era un gran
honor tener un hijo perteneciente a la Oreden del Temple. Para
ello el recluta debía dar todos sus bienes al enrolarse en
la Orden a pesar de su humildísimo lema de autodenominarse
"Pobres Caballeros de Cristo". Estuvieron realmente movidos tan
sólo para la mayor gloria de Dios, y gracias a sus cotas
de malla y el uso de las estribos en sus cabalgaduras, se
verían a si mismos cual verdaderos superhombres al
servicio de su fe.

La participación de los caballeros templarios en
el sitio de Tortosa (1148) y Lérida (1149) está
documentada en diferentes cartas de agradecimiento, fuese a
Annali Genovesi, o después al obispo de Roda de
Isábena. Los templarios también estuvieron en la
conquista de Miravet en verano de 1152, y en Mequinenza el
año siguiente, siendo el último bastión moro
en ser reconquistado junto con Siurana de Prades.

En 1163 en la comarca catalana de El Priorat, la Iglesia
hizo construir la primera cartuja de España de dimensiones
gigantescas, llamado Escala Dei (hoy en ruinas). Unas
décadas después desde dentro de aquellos muros la
inquisición acosó a los herejes occitanos, pues
perseveraban en su empeño de predicar dogmas avanzadas a
su tiempo que, los cuales desencadenaron un gran caos en tiempos
de muy gran incultura popular. Es el eterno "pecado" de defender
inoportunamente ciertas ideas. La población de Siurana en
este sentido merece un comentario (y una visita incluso), pues se
trata de una casí aérea población a los pies
del Montsant, en el norte de la provincia de Tarragona, donde a
los cátaros que del Languedoc – hoy francés- fueron
a refugiarse en el siglo XIII, pasando siempre por la comarca del
Solsonés. En Siurana ellos, además de encontrar una
fortaleza natural, difrutaron de unas fenoméricas
panorámicas, resultando incluso más sugerentes para
sus ritos solares que las que habían tenido en su
emblemático castillo de Montsegur de donde fueron
expulsados.

Posteriormente a su conquista, Siurana y las poblaciones
de su vasto entorno se confiaron en las órdenes de
Sión y del Temple porque ya habían repoblado con
éxito la zona del castillo de Daroca (1142). En la nueva
frontera entre la Cataluña nueva y la Vieja, sus
encomiendas intercaladas entre los monasterios cistercienses de
Poblet (1151) y Santes Creus (1159) complementaban sus esfuerzos,
aunque tampoco puede decirse que lo hiciesen en buena
harmonía. Lo cual extraña, porque además de
tener casí la misma Regla, si unos eran la intendencia,
los otros prestaban ayuda como cirujanos y defensa armada. Ello
obligó a los templarios a conocer bien los Pirineos por
ser zona natural de transhumancia de los rebaños de
aquellos monasterios durante el siglo XII que me ocupa. Pero
antes me referiré al contexto de las dos grandes Cruzadas
que en tiempos de Arnau de Torroja ya eran historia en
Palestina.

En esta aproximación a un personaje de rango
internacional resultan más importantes sus hechos de armas
protagonozados en el otro extremo del mar Mediterráneo
porque se le exigiron opara ser el máximo dirigente de las
órdenes de Sión y del Temple de Jerusalén,
cuya bibliografía e historia los historiadores exponen
globalmente, así como todo lo referente a las Santas
Cruzadas, sin embargo del período entre la segunda y
tercera de ellas, que es cuando Arnau estuvo en Palestina, se
conservan muy escasos escritos. Abordar una semejante empresa
detectivesca de la estancia de Arnau de Torroja en los Santos
Lugares, y posiblenente en algunas partes del norte de
África, me obligará a ser muy minucioso en aspectos
que la historia no tiene demasiado en cuenta. Por otra parte en
estas páginas quisiera ignorar cuanto no quede dentro del
período de la vida de mi biografiado, aunque tampoco
conviene ignorar los acontecimientos históricos que
marcaron su idiosincracia, y en breve epílogo no
dejaré de referirme a los hechos más significativos
inmediatos al año de su traspaso.

Aun cuando Arnau de Torroja fue un paisano mío
que vivió en un muy lejano siglo, todavía puedo
adivinar algunas de las sensaciones que hicieron vibrar su alma
ante muy concretas obras de arte piadosas. No sólo me
remito al ábside de la iglesia de nuestra ciudad, sino
que, dada la estratégica posición militar del
castillo de Cardona, a unos 30 km lejos de Solsona, seguramente
debió de contemplar las escenas de las bóvedas
pintadas de la iglesia de Santa María de Cardona, que
están hoy expuestas en el Museu d'Art Romànic de
Barcelona (MNAC), pues datan del año 1040.
Situándose debajo de las mismas, quien hoy lo desee
podrá conectar con la admiración que debió
de sentir aquel piadoso joven, puesto que de los frescos en arte
románico del templo de Santa María de Solsona ya no
queda ni rastro. Estas construcciones románicas siguen
visibles en la catedral de la Seo de Urgel, y para los que no
sean catalanes les ha de servir la iglesia de Santa Juliana en la
colegiata de Santillana del Mar, ambas del siglo XII.

CONTEXTO SOCIO- POLÍTICO DURANTE
LA JUVENTUD DE ARNAU DE TORROJA

Adviértase que Arnau de Torroja debió de
nacer cuando el conde de Barcelona, Ramón Berenguer III,
se procuraba las alianzas políticas entre los nobles
catalanes que harían posible con el tiempo, el que todos a
una fuesen capaces de guerrear contra los musulmanes de las
principales ciudades. Los reinos taifas tuvieron en ellas sus
puntos de comunicaciones estratégicos, y eran las
capitales más importantes dentro de la llamada
Cataluña Nueva. Al cabo de una década todo el campo
de Tarragona pasó de ser "tierra de nadie" a campos
cultivados por cristianos repobladores enviados allí por
el soberano catalán decidido a superar las empresas de sus
antepasados en la unificación del país por las
armas y con la ayuda de su fe cristiana. Aun así, eran
unos años cuando seguía siendo impensable que
Tortosa fuese el origen de una discordia entre Cataluña y
Aragón, como luego sucedió.

La infancia de Arnau de Torroja transcurrió
plácidamente entre el palacio fortificado del llano y el
castillo que su padre estaba terminando de amurallar en la cima
de una gran colina llamada Mont-Vell, que domina por la parte de
poniente la la ciudad de Solsona. En aquel siglo XII la
población estaba más alejada que en el siglo XIV de
la privilegiada atalaya natural sobre el Prepirineo, pues desde
arriba del Castell-Vell se despliega una gran panorámica
muchos meses cubierta de nieve, empezando con el Port del Compte
(actualmente con una estación de esquí).

Desde el que hoy es conocido como Castellvell de
Solsona, el niño Arnau de Torroja se deleitaría
observando la gran planicie que veía extenderse hasta
divisar en el horizonte SW. la montaña de Montserrat en
días despejados, y soñaría con la libertad
de poder imitar a los mayores que veía cabalgar de un lado
a otro armados hasta el cuello. Arnau de Torroja en aquellos
tiempos de gran cambio social iba creciendo en los peligros de
una tierra fronteriza, de la cual, afortunadamente para
él, los musulmanes cada día estaban siendo
más alejados hacia el sur. Mientras Arnau fue un
niño su padre, el conde Señor de Solsona,
reconstruía la dicha fortificación en la cumbre del
"Mont-Vell", el más elevado y cercano a Solsona, y es de
suponer que a Arnau debió de gustarle cabalgar hasta
aquella cima de gran visibilidad. Desde ahí se veía
bien su palacio fortificado pero no la población, pues
quedaba oculta tras la dura pendiente entre la iglesia
románica, también en reconstrucción, y el
río Negro. En aquel desnivel, mucho mejor protegido de los
vientos del norte, la gente en cambio sí veía el
castillo en reconstrucción en la cima del Mont-Vell.
Aquella concentración de gente a orillas del río
tuvieron en la parte más alta de donde estaban sus casas,
la entrada del templo católico dedicado a la Virgen
María, que como en todas partes de los Pirineos y el sur
de Francia, por no decir todo el orbe cristiano, era devotamente
venerada con el divino Niño en su regazo. Desde los
primeros tiempos de los caballeros templarios, se había
potenciado su devoción, en especial si eran
imágenes de color negro, siendo el núcleo
esperanzador de las afanosas vidas de las gentes. En tiempos de
Arnau de Torroja se veneraba en Getsemaní, muy
próxima a Jerusalén, la tumba de la Virgen
María, como el mismo tuvo ocasión de comprobar
años después. Estaba tan bien localizado que
construyeron su sepulcro aislado en medio de la cripta y encima
se levantó un templo benedictino al que se accedía
por una moumental escalera. Los reyes y lideres cruzados,
así como sus familias, pidieron ser enterrados
allí. Su tumba en Éfeso fue de invención
muchos siglos posterior.

En cuanto al templo románico de Solsona se
ubicaba entonces algo alejado del palacio fortificado que era la
residencia familiar del conde Ecard-Miró en el llano
(después llamado Señor de Torroja). Entre la
iglesia y su palacio antiguos hoy corren las sinuosas calles que
configuran en casco antiguo de la ciudad de Solsona, siendo
fácil de imaginar que cuando el joven Arnau hizo sus
primeras galopadas a caballo por aquel terreno, debió de
ser preferentemente por la siempre después llamada "calle
del Castillo", que es la arteria principal de la ciudad. Por
entonces tan sólo eran simples huertos pertenecientes
Ecard-Miró, el padre de Arnau.

El principal pasatiempo de los jóvenes de los
años en que él creció y se formó
Arnau de Torroja debió de consistir, sobre todo, en
adiestrarse en el uso de las armas, especialmente la espada, sin
descuidar la cultura clásica que a él le
correspondería por su noble cuna. Todo ello, Arnau y sus
hermanos está claro que al pasar los años supieron
aprovecharlo muy bien.

Particularmente lo que más cuesta de entender es
cómo fue que Arnau de Torroja, nacido en Solsona como yo
mismo, llegase a ser un personaje de talla internacional en el
siglo XII, porque cuando crecí a mediados del siglo XX en
la misma zona, Solsona seguía estando alejada (por no
decir aislada) de las principales carreteras que cruzaban
Cataluña. Puedo sospechar no obstante que por el centro de
Cataluña entonces debió de existir una ruta
transversal que llegaría a los Pirineos siguiendo las
vías de tranhumancia desde época muy
remota.

Arnau de Torroja fue educado en unos tiempos cuando
todos los estamentos de la sociedad catalana estaban fascinados
por el renombre de la Orden del Temple, y más cuando el
conde Ramón Berenguer III murió (1131), en plena
juventud, cubierto con una capa de la Orden de monjes con espada,
de la cual él mismo era miembro y gran benefactor,
cediéndoles muchas tierras conquistadas en la actual
provincia de Tarragona (A. Bofarull "Hist. de Cat.",
Barcelona; vol. VI, p.63).

En el monasterio de Santa María de Solsona los
monjes tuvieron una escuela donde eran instruidos los
jóvenes de la comarca que aspiraban a formar parte del
convento de los devotos de San Agustín, obispo de Hipona
(N. de África). Todo ello, aparte de los párrocos
que se distribuían por las diócesis de la comarca
con el propósito de salvar almas. Como escuela
pública pionera en el país, existe un documento del
ACDS que informa incluso que uno de aquellos maestros se
llamó Porcel y ejercía aún en 1153, por lo
cual, si se trató de un monje entrado en años, bien
pudo haber sido el maestro de Arnau de Torroja. En su
niñez tan sólo había sido una escuela para
los hijos de la nobleza, pero en pocas décadas de aquellas
aulas salieron perfectamente aleccionados todos los
jóvenes de la plebe. La rápida ascensión
jerárquica dentro del poder eclesiástico de
Guillermo de Torroja, el hermano de Arnau, hizo posible que mi
biografiado saliese de su ciudad natal para ocupar algún
cargo de responsabilidad en Barcelona donde estuvo muy bien
recomendado. En efecto, y es que estudios no le faltaron.
Escribió al respecto el sacerdote Antoni Llorens,
archivero del ACDS, en su libro: "Solsona y el
Solsonés en la historia de
Cataluña":

"Atribuimos a aquella escuela el manifiesto y
notable progreso en el conocimiento de la lengua latina que se
observa en la documentación desde comienzos del siglo XII.
El monasterio, siguiendo las corrientes culturales de la
época, no iría a la zaga de los centros de cultura
que eran las escuelasde las catedrales, como lo demuestran los
dos cartularios salidos de su "scriptórium" con bella y
cuidada caligrafía y las personalidades que de él
salieron(…), lo cual no excluye que luego pudiesen ser enviados
a centros de cultura superior para completar su
formación… (Tortosa, Lérida y Toulouse del
Languedoc)".

La mejor prueba que Arnau y sus hermanos aprovecharon
bien las lecciones que recibieron por sus maestros
eclesiásticos, es que las primeras noticias que constan
escritas son de sus cargos entre los canónigos, tanto de
la diócesis de Urgel, el hermano llamado Guillermo, como
el propio Arnau el año 1135. Así, cuando
comenzó a estudiar en el monasterio agustiniano de Santa
María de Solsona, ya vivirían allí en en
comunidad bastantes más de los cincuenta monjes residentes
del año en que Arnau nació. No sólo
estudió temas eclesiásticos y del Nuevo Testamento,
sino que le pondrían al corriente de las grandes novedades
de aquel siglo, como lo fueron, por ejemplo, que se empezó
a utilizar la letra cursiva en la escritura franca porque la
visigótica cayó en desuso. También fue en
aquel siglo se publicó el Codice Calixtius, que fue la
primera guía del viajero (1130) para los peregrinos que
hacían el Camino de Santiago. Mucho de lo avanzado se
debió a que en el siglo XII los soberanos no podían
intervenir en las disputas entre payeses y nobles. De ahí
la necesidad del pacto feudal que se años antes se
había hecho extensivo por la iglesia con el nombre de "Paz
y tregua".

Por supuesto que su padre Ecard-Miró estuvo
interesado en que todos sus hijos tuviesen adecuada
preparación para la guerra. Eran una familia tan guerreros
como místicos, cuyos varones tomaron parte en las famosas
conquistas de Almería, Tortosa y Lérida entre
otras, en un período en que allí donde está
la catedral de Barcelona aún había una sinagoga
judía,… y aún siguió estando dos siglos
más!. Cataluña habían ya construido
incontables iglesias y castillos desde los altos valles
pirenaicos hasta el litoral mediterráneo. Pronto Arnau
tomaría conciencia que habitaba en un núcleo fuerte
del país, así como de que vivía una
época de plena expansión por las muchas tierras que
se ganaban a los musulmanes.

AUGE DE CATALUÑA Y DE LA "CASA DE
BARCELONA" EN EL s. XII

Los miembros del noble linaje catalán, luego
llamado Torroja, de Solsona, participaron activamente en la
reconquista y repoblación de las tierras, empezando por la
comarca de La Segarra, que se extiende al sur de la del
Solsonés. Allí conquistaron un estratégico
castillo llamado Torroja, significando "tierra roja", situado a 7
km. al sur de Cervera (la capital comarcal). Posteriormente el
topónimo degeneró en Tarroja, y está a otros
tantos kilómetros del santuario donde fue enterrado san
Ramón Nonato (el "Escorial de la Segarra"), formando
triángulo con ambas localidades y ocupando su
vértice de 90 grados.

Los belicosos Señores de Solsona por algún
motivo acabaron variando su señorío por el
topónimo Torroja, en perjuicio del de Solsona de donde
eran hijos y señores. Creo que para ellos debió de
ser un gran orgullo la posesión del tal castillo. Con su
cambio de nombre quizá el Señor de Solsona
manifestaba, a quien lo dudase, que su familia poseía el
señorío de La Segarra sin discusión posible.
Está en el centro del valle de Sión, al cual se
llega por la carretera que une Cervera con Guisona. Es
allí donde el río del mismo nombre confluye con el
torrente de Valls. La primera referencia se remonta al año
1040 a través del acta de consagración de Santa
María de la Seu d'Urgell. En 1144 Tarroja de Segarra fue
donada a la comunidad de Santa María de Solsona, y
posteriormente aparece propiedad de la familia Torroja. En 1142
el señor feudal Ecard de Torroja dejó la mitad de
dicha villa a Santa María de Solsona y la otra mitad en
1167 a su hijo heredero Ramón II (+1195), que era sobrino
de mi biografiado Arnau de Torroja. En siglos posteriores, por
matrimonio de Agnés de Torroja con el vizconde de Cardona,
aquel castillo pasó a ser propiedad de Ramón Folc
III.

Cuando hoy en Cataluña se busca remitirse a
heroicidades históricas la gente recuerda la
proclamación de autonomía, o del estatuto, etc.,
pero una década antes del nacimiento de Arnau de Torroja
pensaban en las luchas que acabaron con el auge de los musulmanes
en el prepirineo catalán, y luego con el doble saqueo de
éstos del califato de Córdoba (1010). Fue un gran
atrevimiento ya sólo el hecho de llegar hasta allí
vía Lérida, Zaragoza y Toledo; y como además
les salió bien, se recordó con orgullo durante toda
la juventud de mi biografiado. Los catalanes pudieron pensar que
eran más poderosos, a pesar de ser menos refinados, y en
cierto modo bastante peor desorganizados, que las tropas a las
cuales derrotaban. Tantos éxitos eventualmente
también se trastocaban, como cuando dichos expedicionarios
fueron vencidos en las cercanías de Gibraltar, muriendo en
la aquella batalla el conde Ermengol de Urgel y los obispos de
Barcelona y de Gerona. Cada conde Ermengol de Urgel quiso ser
enterrado en la cripta de la iglesia de Solsona, la cual sigue
inexplicablemente aún sellada (?).

Aquella cultura bélica, y los matices
políticos del periodo posterior, la debió aprender
antes que Arnau de Torroja su hermano mayor Guillermo, tanto
antes como después de ser obispo de Barcelona. Guillermo
informaría de todo al joven Arnau durante sus estancias en
Solsona, quien a pesar de su juventud, sin duda debió de
interesarle mucho y supo de la importancia de ciertas estrategias
socio-políticas. Por ejemplo, sucedió que el rey de
Castilla, Alfonso VII, deseaba dominar la capital del río
Ebro, lo cual trataban de evitar con todas sus fuerzas reunidas
los condes de Barcelona y de Urgel, éste último
porque además ostentaba entonces el título de
marqués de Zaragoza. Si el castellano tomaba la plaza a
orillas del Ebro, era seguro que después se haría
tabién con Lérida y Tortosa, que igualmente estaban
en poder de los musulmanes.

El primero en dar protección al rey
aragonés Ramiro, fue Pedro Rovira, un maestre de las
órdenes de Sión y del Temple, quien por cierto
precedió a Arnau de Torroja en el cargo de Maestre de
Provenza y todas las tierras hispanas (1143). Los cargos de
Maestre Provincial en la Corona Catalano-Aragonesa desde 1159
fueron sucesivamente: Hugo de Barcelona, sucediéndole en
1163 Hugues de Geoffrey. En 1166 fue nombrado Arnau de Torroja,
siendo en los dos años siguientes que los templarios
aragoneses participan definitivamente en las conquistas del
litoral Mediterráneo, como en Caspe y Alfambra, castillo
éste que en 1170 les sería donado. Mayor beneficio
les representó la concesión de su independencia
respecto a cualquier otra jurisdicción
político-religiosa exceptuando el Sumo Pontífice de
Roma (1172). En 1176 los templarios aragoneses y castellanos
colaborarían también en la conquista de Cuenca. En
1181, cuando Arnau de Torroja fue nombrado Gran Maestre,
residiendo en Palestina, el provincial de
Cataluña/Aragón fue Berenguer de Avignon. Dos
años después lo fueron respectivamente Guido de
Sellón y Ramón de Canet y en 1185 lo fue Guilabert
Errall.

MAESTRE DE PROVINCIA:
DURACIÓN DEL MANDATOPere de Rovira de Nov. 1143 a Enero
1158Hug de Barcelona de 1159 a Abril 1162 Hugues de Geoffrey de
Mayo 1163 a 1166Arnau de Torroja de Oct. 1166 a Marzo
1181Berenguer de Avinyó de Abril 1181 a marzo 1183Guido de
Sellón de Abril a Junio 1183Ramón de Canet de Nov.
1183 a Julio 1185

Pedro Rovira fue el primero que llevó el
sobrenombre de Maestre provincial de la Orden de Occidente.
Lógicamente Arnau, al sucederle, continuó en la
misma línea de proteger al conde catalano-aragonés
cuando lo necesitaba, y lo hizo seguramente más que
Rovira, al ser Ramón Berenguer IV su soberano
natural.

Cuando el rey Ramiro de Aragón decidió
consolidar su amistad con las cortes de Barcelona y del Languedoc
(1139), el rey de Castilla, viendo que los aragoneses
tenían firmada la concordia con Ramón Berenguer
III, salió de Zaragoza tan resentido, que un año
más tarde aún firmaba como "rey de Zaragoza" para
ultrajar como fuese al conde de Barcelona. De todo aquello el
pueblo captaba algo, y no hay duda que mientras duró fue
un gran trastorno por la posibilidad de guerrear con el vecino de
poniente en tiempos de muy gran carestía.

La Casa de Barcelona indirectamente dominaba Provenza
desde tiempos de Carlomagno, pero al retirarse de Toulouse del
Languedoc el conde Guillermo de Orange, en 1022 (cuando Arnau de
Torroja debió de nacer), los del Languedoc fueron tomando
entidad hasta que reclamaron Provenza para tener acceso al mar.
Su reina, llamada Gerberga, en el año 1110 casó a
su hija Dulce de Provenza con Ramón Berenguer III.
Así la Casa de Barcelona se unió con la condesa de
Provenza.

Aunque los Condes de Toulouse disputaron casí dos
siglos después la posesión de Occitania a la Casa
de Barcelona, a favor de los catalanes en Provenza
prevaleció el hecho de que el clero y la nobleza apoyaban
al conde catalán. Aquellas luchas duraron décadas,
con treguas acordadas y también incumplidas, … y ello a
pesar de los peligros, ya que el acceso al Mediterráneo
era la mejor forma de compararse con los grandes de la
política y del comercio europeo. Desde que se unió
con Aragón, Cataluña se abrió al mundo con
las máximas garantías. En 1162 tuvo lugar la
creación del reino catalano-aragonés llamado "La
Corona de Aragón".

En cuanto a la política internacional catalana
que vivió Arnau de Torroja en el siglo XII, fueron tiempos
que pronto pasaron a ser terribles para los occitanos, porque en
1147 el pontífice Eugenio III envió un legado al
Conde de Toulouse para detener el progreso de los cátaros,
pero no tuvo éxito. El Papa envió a aquellas
provincias más llenas de librepensadores a sus
predicadores a fin de combatir la expansión de la fe
cátara pero los considerados herejes cada vez
incrementaban su influencia en Occitania debido a la
protección del duque Guillermo de Aquitania, así
como por la gran mayoría de la nobleza
occitana.

Por otra parte el joven Arnau supo bien del
auge imparable de los musulmanes almohades en la mitad sur de la
Península (1147-1260). Exactamente en 1172 consolidaron su
victoria sobre los almorávides (el "segundo periodo" de
los reinos taifas del Al-Andaluz).Una vez culminaron su puritana
reforma espiritual islámica, procedieron a fortificar
Cáceres, Badajoz y Sevilla, ciudad ésta que
convirtieron en su capital construyendo en ella (como en todos
sus principales dominios), vistosos edificios con reminiscencias
del arte bizantino. Para el resto de los europeos, en aquel
tiempo la Península Ibérica se veía como "un
Oriente" dentro de Occidente.

DESDE LA PRE-CRUZADA, A LA PRIMERA
OFICIAL DEL 1099

La educación de Arnau de Torroja sin duda
incluyó justificar las grandes campañas guerreras
en Tierra Santa. Fueron circunstancias culturales que marcaron su
carácter más quizá que su educación
como miembro de la nobleza. Supo mejor que nadie de nuestro
tiempo el verdadero motivo de la llamada a una cruzada concluida
tiempo antes. Todo le fue explicado bien justificadamente, y una
retrospectiva de los hechos hace obligado remontarse a Al-Hakim,
el emir fatimí de El Cairo (a veces llamado Karim) cuando,
al radicalizar la religión islámica, obligó
por decreto a los cristianos egipcios (llamados coptos) a llevar
una campanilla colgada al cuello siempre que se moviesen por
lugares públicos. Como además dicho emir
ordenó destruir el Santo Sepulcro de Jesucristo, al
saberse desató el mayor odio contra todo lo
musulmán en Europa y en consecuencia los hombres acudieron
en masa a la llamada del pontífice. Así fue como,
paradójicamente, gracias a los invasores cruzados el muy
intransigente Al-Hakim se mantuvo más décadas en el
poder.

Bajo sultán Al-Hakim Jerusalén fue
destruida hasta sus cimientos, …y luego aún debieron
pasar once años más hasta que los cristianos fueron
autorizados a visitar aquellas concretas ruinas, aunque no se les
permitió rezar allí. Al cabo de muchos años
los cristianos pudieron reconstruir otro digno santuario en el
mismo sitio, gracias a un tratado de paz y especial acuerdo entre
el emperador Argirópulos de Bizancio y el sucesor de
Al-Hakim, el cruel radical derrotado.

Se dio la casualidad que mientras el islam se
expandió hacia oriente, los turcos se expandieron hacia
occidente topando ambos en la actual frontera oriental del
Irán. Los turcos ladinamente se convirtieron al islam por
ser la forma más rápida de continuar
expandiéndose hacia poniente, de forma que se hicieron
mercenarios de los califas de Bagdad (el centro neurálgico
del islamismo), quienes acabaron siendo dominados por los turcos
cuatro siglos antes de la primera gran Cruzada que
consiguió tomar la ciudad de Jerusalén en 1099. Su
actitud provocó que perdiesen el control de
Jerusalén, porque desde 1076 habían dejado de
respetar a los peregrinos que allí acudían. Para
protegerlos, unos miles de hombres de fe, previamente a la
primera Cruzada, fracasaron al tratar de resolverlo confiando en
el poder de las armas.

El promotor de la primera gran Cruzada había sido
uno de aquellos caballeros calabreses que, antes de ser el tan
famoso monje, había logrado salvar la vida de una
expedición de cristianos debido a que fueron ninguneados
por los bizantinos. Éstos finalmente decidieron recoger un
par de miles de dichos expedicionarios cuando ya estaban a punto
de ser masacrados en la costa Palestina. Entre ellos el luego
llamado Pedro "el Ermitaño", quien, al explicar al
pontífice Urbano II las barbaridades que sucedían
en Tierra Santa en 1095, le permitió invitar a los nobles
europeos a reclutar un ejército para poder liberar la
tierra pisada por Jesucristo. Actualmente hay historiadores que
atribuyen mayores matanzas entre los propios expedicionarios
cristianos que contra sus enemigos. En definitiva se justificaba
la violencia por la fe. En nuestra actualidad sabemos de ejemplos
semejantes;… pero es que incluso el resultado también lo
fue: ¡ nefasto !.

Muchos de los que salvaron la vida en una
pseudo-cruzada, previa a la oficial, al regresar habían
pasado a residir en Apulia-Calabria en 1170. En Orval, que era
propiedad de una tía de Godofredo de Bouillon,
construyeron una abadía, y entre ellos también
estuvo Pedro "el Ermitaño", quien parece haber sido
conocedor de que en el subsuelo del lugar más sagrado de
Jerusalén existían documentos referentes a la vida
de Jesucristo de naturaleza "explosiva". Hoy día podemos
entender eso debido al hallzago de documentos de todo tipo que no
dejan de sorprendernos y todo lo cual sin duda fue bien conocido
por Arnau de Torroja, aunque dedicaré un trabajo a parte
para referirme a este tipo de especulaciones.

Cuando Pedro "el Hermitaño" pasó a
reunirse con los que vivían en el bosque de las
Árdenas, propiedad de Godofredo de Bouillon, dicho
guerrero religioso, salvado de milagro de su aventura Palestina,
pudo haber sido incluso su preceptor. Por otro monje ex
expedicionario llamado Ursus, se adivina la conexión con
los reyes merovingios en aquella fracasada empresa en los Santos
Lugares, pues no en vano después "el oso" fue un apelativo
vinculado a la dicha estirpe davídica. En aquellas
conexiones previas a la primera Cruzada oficial hay que buscar el
embrión de la orden de Sión. Por poco que se crea
en los llamados "Dossiers Secrets" de la Biblioteca de
París, el tío de Bernardo de Claraval, de nombre
Andrés de Montbard, fue uno de sus primeros miembros. En
cuanto al propio Bernardo de Claraval (quien hizo edificar su
primera abadía en 1135, y la segunda en Fontenay en 1139),
resulta evidente que enmascaró el culto a la Magdalena
tras el de la mariolatría, de ahí su inusitado
empeño en ensalzar la casa de María Magdalena en
Betania.

Pedro "el Hermitaño" convenció a los
franceses medievales para ofrecerse voluntarios con relativa
facilidad, al ser un período cuando los europeos eran
incapaces de la menor abstracción, y ello a pesar de
venerar desde siglos antes las imágenes-ídolo. Por
aquel entonces incluso la medicina era considerada pura
superstición, y el cálculo era algo casí
indescifrable. Para los musulmanes a quienes combatieron, en
cambio, éstas y muchas otras disciplinas eran ya
consideradas ciencias, y así fue que los cruzados al verse
atacados con pólvora y con el llamado "fuego griego" y
cañones, debieron padecerlas bien atónitos.
Ciertamente entonces el mundo islámico era el más
adelantado de esta parte del mundo.

En el siglo XII los caballeros europeos realmente se
burlaban de toda actividad intelectual, vanagloriándose de
su propia brutalidad, de forma que el Papa en Clemond-Ferrant
tuvo el mayor éxito al predicarles para ofrecerles una
salida a tanta general insensatez. En un momento de su arenga les
dijo:

"Guerreros cristianos que en vano buscáis una
vez tras otra pretextos para pelear, alegraos pues hoy
habéis encontrado un motivo legítimo,… id y
luchad por la redención de los Santos Lugares,… si os
vencen tenderéis el honor de morir en el mismo lugar que
Cristo…".

San Bernardo llamó a la Segunda Cruzada desde la
iglesia de Vézelay consagrada a la Magdalena, pues como en
mejor ocasión referiré, fue la forma de reclamar lo
que en Palestina correspondía a sus legítimos
descendientes. No en vano tan influyente monje escribió
ochenta y seis sermones glosando el conflictivo libro "El Cantar
de los Cantares", atribuido al rey Salomón.

Una vez conquistada la ciudad "Tres veces santa",
Godofredo de Bouillon humildemente rechazó no obstante ser
nombrado rey de Jerusalén, ejerciendo como cabeza de un
nuevo Estado que se llamó Reino Latino de
Jerusalén. Además del territorio perteneciente al
actual estado de Israel, el Reino Franco comprendió el sur
del Líbano (todavía hoy día tan
conflictivo), y partes de Siria y Jordania. A partir de entonces
la orden de Sión se comprometió a defender los
derechos de aquella estirpe de soberanos que se consideraban
descendientes del rey David, y por tanto del mismísimo
Jesucristo. La orden del Temple se creó posteriormente
como un necesario brazo armado para corroborar físicamente
tan gran compromiso genealógico, claro está que con
el pretexto de defender a los peregrinos en ruta.

EL ARZOBISPO GUILLEMO DE TORROJA, DE
CONSEJERO A REGENTE DEL REINO

Guillemo de Torroja, el hermano de Arnau, mi
biografiado, fue una sorpresa para mi descubrir su relevancia en
la gestación de la Corona de Aragón desde que fue
obispo de Barcelona, y posteriormente sus éxitos
políticos como regente del reino catalano-aragonés
cuando su hermano Arnau de Torroja era todavía joven. Es
decir, empecé interesándome por un gran hombre a
nivel internacional, y me encontré con que su hermano
también tuvo una excepcional talla política, e
igualmente era un paisano mío de siglos
pretéritos.

Guillermo de Torroja (+ Tarragona 1174) fue obispo de
Barcelona (1144- 1171) y arzobispo de Tarragona desde 1171,
llegando a ser la más alta jerarquía religiosa en
la Corona catalano-aragonesa, y a la vez un político de
primera magnitud, por más que históricamente fuese
eclipsado por el gran renombre del conde-rey Ramón
Berenguer IV, de quien fue uno de sus principales consejeros.
Como Guillermo lo sobrevivió, fue al mismo tiempo: tutor,
marmesor, regente de la Corona de Aragón y arzobispo de
Tarragona. Su muerte allí el día 7 de mayo de 1174
fue muy sentida por todos sus súbditos, y más por
su hermano que era ya un alto dirigente templario, aunque por
entonces aún le esperaban el mayor ascenso dentro de su
Orden.

Creo que puedo razonar correctamente una
aproximación al personaje mediante mi estudio
teórico, teniendo en cuenta, por ejemplo, las exigencias
que la muy poderosa Orden del Temple consideraba imprescindibles
al nombrar a sus máximos líderes;… y no digamos
lo exigido por parte de la orden matriz y hermana llamada "de
Sión", la cual Arnau de Torroja al mismo tiempo
también presidió;… una orden de cariz más
iniciático que al parecer sobrevive en nuestros
días activa, pero en secreto, siendo conocida como
Priorato de Sión.

Debo insistir siempre en este libro en que a los grandes
maestros de las dichas órdenes monástico-militares
conjuntas se les exigió ante todo, el tener un historial
inmejorable en las luchas en Tierra Santa, así como haber
hecho otros méritos de todo tipo dentro de sus respectivas
órdenes. Un obispo de la ciudad de Acre los
describió cual "leones en la guerra y corderos en el
hogar". Rudos caballeros en el campo de batalla capaces de
transformarse en monjes piadosos en las capillas. Hombres mansos
con suave carácter con sus amigos, en fin, aunque por otra
parte dada su austeridad, tuvieron prohibido hacer deportes ni
mostrar ira, o reír, y menos aún recordar lances
amorosos de su juventud.

El prelado de la familia Torroja de Solsona enseguida
debió de ver en las directrices de la novedosa Orden del
Temple, la más digna de las salidas para su hermano Arnau,
hecho de su misma pasta, y le aconsejó enrolase como
recluta voluntario en la Orden del Temple. La ocasión era
de oro, porque los favores del obispo para con los templarios
bien merecería que le correspondiesen con aceptar a su
recomendado hermano, prometiéndole que se le
educaría para desempeñar las máximas
jerarquías de los monjes con espada, si hacía los
méritos exigidos para ello.

Pero dichas hazañas bélicas las
comentaré a parte, porque el eclesiástico Guillermo
de Torroja entonces también resulta evidente que
benefició a su hermano Pedro nombrándolo abad de
Vilabertrán (Figueras). Luego lo promocionó a la
mitra de Zaragoza (1152), un nombramiento sumamente importante
porque desde su mandato la capital del Ebro quedó de un
plumazo subordinada a la metrópoli de Tarragona,
concluyendo con ello un largo conflicto de límites
diocesanos, ya que Castilla pretendía que aquella
diócesis les perteneciese. En sólo dos años
de gobierno Guillermo y su hermano Pedro de Torroja hicieron
realidad el que las fronteras, antes estrictamente
políticas, fuesen también
eclesiásticas.

El obispo Guillermo tampoco debió de ser ajeno al
enlace matrimonial de su sobrino Ramón II de Solsona con
una sobrina del conde Ramón Berenguer IV, dado que se le
encuentra haciendo de testimonio en su boda el año 1162.
Este sobrino suyo fue quien en 1181 también intervino en
la isla de Sicilia, a las órdenes del Conde de Foix (Fr.)
donde se defendía la herencia de su sobrino Hug
Ponç de Cervera; siendo entonces, por cierto, la primera
vez que los catalanes pusieron pie en aquella isla (J. Miret
Sanç: "Els vescomtes de Bas a l'Illa de Sardenya",
Barcelona 1901- p.73).

A Ramón II de Solsona su tío obispo
Guillermo de Torroja lo ofreció como rehén de los
Genoveses hasta que no les fuesen pagadas las cantidades
convenidas por su ayuda en la conquista de Tortosa (1148).
Además Guillermo tuvo otros hermanos como Ponç y
Berenguer, sobre los que no puedo extenderme, ya que aunque
tuvieron altos cargos, no fue a nivel internacional. Remito a los
interesados al opúsculo escrito por Antoni Llorens
Solé, titulado: "La valuosa ajuda, bèl.lica i
diplomàtica, prestada al comte de Barcelona, Ramón
Berenguer IV, pels Torroja, senyors del Castell de Solsona",

publicado en 1988 en la revista Medievalia, ISSN
0211-3473, nº 8. ("Estudios dedicados al Profesor
Frederic Udina i Martorell
"- pags. 253-264").

El obispo Guillermo de Torroja, tenía su
ejército personal como todos los mandatarios de la
Iglesia, y no pudo depositar su confianza en nadie mejor que
suentonces joven hermano Arnau para capitanearlo. Resulta una
deducción tan obvia que no voy a extenderme en
demostrarla. Sería mucho menos explicable que un hermano
como Arnau se hubiese quedado entretanto en la aislada Solsona.
Alternar con quienes visitaban al obispo de Barcelona le
haría ser de modales y trato exquisito a pesar de su
juventud. El caso es, que tanto si estuvo a su lado como si no se
acercó jamás por la curia, mi estimado paisano
biografiado Arnau de Torroja había seguido con el
máximo interés los once años que
oficialmente su hermano Guillermo y el Señor de Montcada,
que era el gran senescal de Cataluña (equivalente a un
ministro de la guerra actual), gobernaban la gran
coalición catalano-aragonesa, habiendo logrado
exitosamente, primero promover y luego confirmar, la paz entre
dos estados hermanados.

Guillermo quedó históricamente eclipsado
por los muy famosos soberanos de su tiempo. La fama de
Ramón Berenguer III "el Grande" invistió incluso la
persona de su hijo Ramón Berenguer IV. La tradición
tenía un enorme peso entonces, y más por las
grandes alabanzas inmortalizadas por la "Gesta Comitum
Barcinonensium
", que en recuerdo de Ramón Berenguer
III fue escrita por los monjes de Ripoll. Tal fue el tema de otro
libro en el cual presenté al citado conde-rey
catalán como el prototipo de joven héroe del cuento
titulado Perseval ("Per-se-val" en vernáculo). Era
inolvidable que bajo su gobierno se hubiesen construido
más de 300 iglesias en Cataluña. A la
versión más antigua de aquella obra
"Gesta…" posteriormente aún se
añadió:"… fue un hombre de bien, sabio, de
gran ingenio y gran consejo y de gran fama por todo el mundo,
grande de corazón y humilde y sutil en sus
propósitos. Todos lo miraron por su cortés porte y
vestimenta; era alto y de constitución fuerte, de
corazón y manos proporcionadas en todos sus miembros,
bello de corazón…"

La credulidad de aquellos incultos tiempos era suplida
por la fe y entusiasmo. Así, las heroicidades de la
reconquista se remitieron a líderes como Carlomagno y
alguno de sus nobles. En Cataluña hubo personajes
belicosos tipo el conde Arnau, y también el jovencito
Peredur, quien, inspirado por Dios, era un "campeón de la
inocencia", como el Perceval cuando su leyenda regresó a
Cataluña envuelta por la saga del Santo Grial.
Dado que Ramón Berenguer III a los 15 años
había logrado hacerse reconocer como legítimo
heredero al trono y obligar después a su tío
fratricida a partir voluntario a las Cruzadas (de donde no
volvió), obviamente el joven soberano criado en cortes
francesas, fue presentado como el héroe que se
valía por si mismo (Per-se-val)

Una vez explicados los motivos del por qué
Guillermo de Torroja permaneció olvidado por la historia
de Cataluña, le dedicaré unas obligadas pero bien
merecidas páginas, para escribir las cuales me ha sido
preciso reunir datos releyendo mucha letra menuda dispersa,
así como las notas al final de las páginas de
antiguos libros de historia medieval, y muy en especial los
referentes a la nobleza de Solsona mi ciudad natal. Así
como de Guillermo de Torroja quedó recogida bastante
documentación en los archivos locales, en cambio hay muy
poca de su hermano el Gran Maestre de la Orden del Temple de
Jerusalén, cuya persona es ignorada por los más
prestigiosos historiadores foráneos.

El Gran Maestre Arnau de Torroja, a pesar de su gran
poder político a nivel internacional, fue por completo
olvidado, hasta mi contribución, en todas las
enciclopedias, y los expertos pudieron incluso dudar de su
nacionalidad. Para colmo, recordaré que Arnau de Torroja
fue el último Gran Maestre conjunto del Temple y del
actualmente llamado Priorato de Sión (tan de moda en
nuestros días), porque en efecto, pocos años
después de morir Arnau ambas órdenes hermanas se
separaron (1188). El castillo de Gissors donde se hizo la solemne
división, pasó a ser el centro de mando de la orden
del Temple en Francia, país que, dada la forma como fueron
exterminados en 1314, tal parece que los templarios hubiesen
pretendido llegar a convertirlo en su feudo, pues tuvieron poder
para ello.

Para cualquier investigador foráneo el medieval
linaje de los Torroja de Solsona presenta mayores dificultades
que para los historiadores locales. Hurgar en el vacío
existente sobre la personalidad de quien llegó a ser
máximo dirigente de las órdenes de Sión y
del Temple de Jerusalén todavía actualmente resulta
tarea muy difícil, pues los pocos datos acerca de su vida
se limitan a dar, como máximo y en poco más de una
línea, la fecha y lugar de su fallecimiento y nada
más. En francés fue llamado Arnaud de Toroge -o
Torroge-, Arnold de Tour Rouge y Torre Rubea en latín.
Otras variantes fueron: Arnould, Arnulf, Arnou, Arnault, Arnoo,
Heroul y Herault. Lógicamente, en mi investigación
sobre su persona me ayudó mucho del poder fáctico
de su poderoso hermano desde que fuese obispo de
Barcelona.

La mayor fuente de información sobre su hermano
el obispo Guillermo de Torroja, no obstante está en la
monumental Enciclopedia Espasa-Calpe, del año 1928 (vol.
nº 62 – p.178), donde se explica que se distinguió
especialmente por su celo, tanto en sentido religioso como
patriótico. Lo más chocante fue su "invento" de
gravar con un impuesto especial a los pescadores desde Sant Feliu
de Guixols hasta el castillo moro de Tamarite (costa norte de
Tarragona), de forma que pagasen una parte del dinero que ganaban
a la Iglesia, …¡ y a perpetuidad!. Esta
manipulación de la sociedad ignorante fue un gran fallo de
los clérigos, y explica las simpatía popular por
los templarios, pues al menos ellos sólo debían
obediencia al Papa, y cuando querían podían dejar
en evidencia al prepotente y corrupto clergato o a cualquier otro
soberano, si se hubiese dado el caso.

El obispo Guillermo no actuó por ambición
al dictar aquel impuesto, porque el dinero recaudado lo
gastó en preparar la conquista de Tortosa, siendo a
petición del conde-rey que le entregó además
cincuenta libras de plata del tesoro de la Seo barcelonense. Para
poder reunir tal cantidad, se dice que fundió no pocos
objetos de culto religioso de todas las iglesias que pudo.
Después de la conquista de Tortosa el obispo de Barcelona
Guillermo de Torroja recibió en recompensa (15.10.1148)
posesiones en las tierras ganadas a los musulmanes, y en hipoteca
el castillo y bienes de Viladecans, cerca de Barcelona
(según los cronistas Pujades y Diago). Todo lo
entregó en su testamento a la Seo de Barcelona cuando
murió, a condición que el dinero obtenido se
gastase en alumbrar las lámparas de la iglesia, en
especial las de la capilla de Santa Eulalia, quizá en
recuerdo del monasterio que él había fundado en
Santa Eulalia del Camp. También, como eclesiástico,
Guillermo debió satisfacerle el hecho de que la
diócesis de Tortosa incluyese después todos los
pueblos de la comarca del Mataranya, que hasta 1152 había
sido el límite de la frontera eclesiástica. Se le
agradecería mucho entre los monjes cistercienses los
favores que recibieron de Guillermo de Torroja, primero los del
monasterio de Valldaura y después los de Santes
Creus.

El contexto económico del siglo XII debe ser
también comentado porque el comercio pudo ser asociado al
oficio de banquero, si bien esta palabra "bancheri" no se
encuentra escrita hasta mediados del siglo en Génova
(Italia). Eran años que florecían las poblaciones,
y más aún las que estaban ubicada en cruces de
caminos de rebaños trashumantes porque en ellas se
inventaron las primeras ferias. Los peregrinos y comerciantes
empezaron a moverse seguros por primera vez por las vías
de comunicación terrestres, porque las marítimas
eran aún muy peligrosas. La mayor novedad del
período fueron los cambistas y los prestamistas a
crédito, y más después de la
protección de los caballeros templarios. Los comerciantes
con vocación de banqueros también fueron los
recaudadores y tesoreros de la Iglesia católico-romana los
años en que el dinar musulmán y el áureo
bizantino tenían el prestigio que actualmente tiene el
dolar estadounidense.

En los registros del obispado de Barcelona de Guillermo
de Torroja se conservan actas de algunas concesiones y
consagraciones de templos, siendo el más importante la
iglesia románica, hoy aún en pie, en pleno casco
antiguo de Barcelona (calle Corderers). Había sido
edificada por el rico comerciante y consejero real Bernat
Marcús, quien tuvo propiedades incluso en la comarca del
Solsonés de donde los Torroja eran oriundos. Al obispo
Guillermo cierto día del año 1150, aquel noble
comerciante le solicitó la consagración de dicha
iglesia románica, la cual inicialmente se dedicó a
la advocación de Santa María. Allí se venera
Nuestra Señora de la Guía desde que
pasó a ser puesto de correos a caballo (1166). Al
construirse estaba fuera de las murallas de la ciudad, en un
cruce de caminos ideal para las postas reales y obispales
(llamados "troters", de creación anterior a los de la
ciudad de París). Cerca de la dicha iglesia el obispo
Guillermo de Torroja fundó un hospital (que fue absorbido,
como todos los de Barcelona, por el de La Santa Cruz).
Curiosamente dicha minúscula iglesia sigue aún muy
presentable a base de restauraciones. Sólo conserva
original su fachada,.. y también un espacioso
sótano, el cual fue utilizado como polvorín durante
las guerras del siglo XVIII.

El rico noble comerciante Bernat Marcús era
antiguo consejero de Ramón Berenguer IV, y pudo haber sido
quien recomendase a su amigo de Guillermo de Torroja para la
mitra de Barcelona (recuérdese que lo fue de 1144 a 1171).
No se arrepentiría el soberano de haber hecho caso a
Marcús, pues una vez Guillermo fue obispo favoreció
la campaña de Ramón Berenguer IV contra Almansa
(1147), y al año siguiente estuvo con sus tropas
procedentes de la comarca de Solsona, y la tropa armada por el
capítulo barcelonés, ayudando a Ramón
Berenguer IV en el sitio de Tortosa. Es más, Guillermo de
Torroja como vimos incluso sostuvo con su dinero aquella
campaña, aunque claro está que ello fue
después que se agotaran las arcas del obispado de
Barcelona. También el consejero Bernat Marcús hizo
gala de una semejante generosidad, pues siempre estuvo unido al
conde de Barcelona y al obispo Guillermo de Torroja. (Era el
mismo año de la impotencia de los cruzados del rey
Luís VII de Francia ante las murallas de Damasco, lo cual
acabó con el fracaso de la "2ª Cruzada"). A pesar de
sus numerosos problemas en Tierra Santa, los templarios volvieron
a participar en 1149 en la conquista de Lérida.

EPISCOPOLOGIO de Barcelona en aquel
periodo:

Oleguer, Santo 1116-1137 Arnau Ermengol
1137-1143 ——– Guillem de Torroja 1144-1171———– Bernat
de Berga, 1172-1188

LA REGENCIA DEL ARZOBISPO DE TARRAGONA
GUILLERMO DE TORROJA

Dado que el niño heredero de la Corona de
Aragón era pequeño al morir la reina viuda
Petronila de Aragón (en catalán Peronella),
obviamente se necesitaban tutores-regentes y uno de ellos fue
Guillermo de Torroja. Él fue quien desempeñó
las más altas responsabilidades políticas al morir
el rey Alfonso II, porque fue nombrado marmesor de la viuda reina
Petronila, actuando con su amigo Bernat Marcús.
Anteriormente ambos ya habían firmado como testigos de la
abdicación que Petronila hizo a favor de su hijo cuando el
niño-rey tenía dos años (18.6.1164). Bernat
Marcús consta también en el testamento de
Ramón Berenguer IV en 1162 ("Codoin" IV, ps.202-203,
391-393 i 387-390).

El heredero del Conde de Barcelona se habría
debido llamar Ramón Berenguer V, pero de cara al Vaticano
se lo llamó Alfonso II de Aragón (Alfonso I de
Cataluña, después apodado sin motivo "el Casto"),
siendo el primer rey de la Corona catalano-aragonesa. Se le
varió el nombre en beneficio de los aragoneses, pasando a
considerársele Rey de Aragón; …Una
cuestión sólo de renombre, pero que
eclipsaría el nombre de Cataluña a nivel
internacional. A pesar de ser rey, por humildad, Ramón
Berenguer ni bajo el nuevo nombre de Alfonso II quiso nunca ser
llamado rey o príncipe (ni tampoco sus descendientes, aun
cuando el termino Principado de Cataluña estuvo de moda en
el siglo XIV). En consecuencia, mientras el nombre de Regnum
Aragonum crecía, el de Cataluña casí estuvo
a punto de desaparecer.

Su padre Ramón Berenguer III se había
esforzado en hacer entrar en la órbita catalana el condado
de Provenza. Entre ambos condados catalanes se ubicaba su
entonces aliado el conde de Trencavel (Carcasona Albi, Beziers,
etc.), haciendo posible que un siglo después durante ocho
meses existiese una Gran Corona de Aragón por las alianzas
de la Casa de Barcelona con los condes del norte del Pirineo
catalán. Volviendo a Ramón Berenguer IV, en sus
últimos años de gobierno se relacionó con el
rey de Francia, si bien por entonces todavía dicho
país no tenía la extensión ni la entidad de
su vecino de Aquitania, dominada por el rey de Inglaterra
(Francia no fue consolidada hasta 1124, después de
guerrear contra Inglaterra). Aquella política de buen
entendimiento posteriormente no se interrumpió. A
Ramón Berenguer II de Provenza, que era un
acompañante del rey fallecido en el Norte de Italia, el
Papa le expidió un diploma por el que lo investía
conde de la Baja Provenza, ratificando lo convenido tiempo
antes.

Por su relación con los provenzales, el obispo
Guillermo de Torroja debió de tener la idea de aprovechar
la moda del país vasallo de componer rimas que luego eran
interpretadas en las cortes más refinadas de Europa por
los nobles trovadores. Así pues, utilizando la
poesía provenzal como un arma publicitaria, procuró
encontrar a nobles que divulgasen por todo el orbe
católico las virtudes de su soberano catalán
encubiertamente. Atrajo a la corte catalana los poetas que fueron
más aptos y de fiar para, una vez instruidos, enviarlos
desde Barcelona de corte en corte donde popularizaron
poesías llamadas "sirventès" con sabios mensajes
subliminales. Las reglas iniciales las había dictado
Leonor de Aquitania con el título: "Tractat d'Amor i el
seu remei", redactadas por un sacerdote.

También fue un gran mérito del obispo
Guillermo de Torroja el que el conde-rey catalán
permaneciese en el seno de la Iglesia cuando tuvo la
tentación de reconocer la legitimidad del antipapa Victor
IV. A éste sí que se lo reconocía en los
catalanes feudos de Provenza donde reinaba un sobrino de
Ramón Berenguer III, un catalán casado con
Riquilda, que era viuda del rey Alfonso VII de Castilla y sobrina
del emperador Federico I "Barbaroja". Ramón Berenguer IV
le rindió vasallaje en 1159, porque le tenía una
gran simpatía por el soberano alemán. Para el conde
de Barcelona habría sido fatal contradecir al emperador y
sabiamente se doblegaron a su autoridad, de modo que tan
sólo la corte provenzal reconoció al antipapa
Victor IV. En fin, en otoño de 1161 el conde de Barcelona,
por motivos políticos, aceptó incluso que Provenza
fuese un feudo del Emperador, mientras en el sur de los Pirineos
catalanes, por su independencia, se reconocía al verdadero
pontífice Alejandro III.

Fue en realidad exclusivo mérito del obispo
Guillermo de Torroja el que el Conde de Barcelona nunca aceptase
al antipapa impuesto por "Barbarroja", un hombre vigoroso y
ambicioso que estuvo imbuido de las gestas de Carlomagno,
debiendo renunciar a su objetivo inicial de imponer su autoridad
desde Borgoña hasta Provenza. Las galeras provenzales y
las de Pisa vigilaban conjuntamente las costas del
Mediterráneo a fin de que el pontífice Alejandro
III estando entonces en Aviñon (Fr.) no pudiese regresar a
Roma; en Cataluña, en cambio, hay cartas del año
1163 que confirman que era reconocido como Papa legítimo.
El Papa legal Alejandro III escribió a Guillermo de
Torroja agradeciéndole el haber sabido conservar en el
seno de la Iglesia a Ramón Berenguer IV, para lo cual no
se pude dudar que el obispo Guillermo debió de desplegar
argumentos de mucho peso con gran diplomacia:

"Recuerdo con cuanto cuidado y diligencia
procurasteis atraer a nuestra devoción y a la de la
Iglesia a aquel barón de digna memoria, Ramón, que
fue conde de Barcelona, su tierra, y cuan solicito y cuidadoso
habéis estado para animar y conservar en la misma
devoción el cristianísimo hijo nuestro, Alfonso,
ilustre rey de Aragón, hijo suyo…"

Transcrito por J. de Zurita: "Anales del reino de
Aragón
", (libro II, cap.18 -folio 70). El original
era escrito en latín y lo transcribió A. Rovira
Virgili en su monumental obra: "Historia Nacional de
Cataluña"
(Ed. Bilbao 1.977- p.73).

Con motivo de la muerte de Ramón Berenguer IV
camino de la ciudad de Turín (6 de agosto de 1162) cuando
iba a entrevistarse con el emperador Federico "Barbarroja", el
Papa de nuevo volvió a agradecerle al obispo Guillermo de
Torroja todas sus gestiones para que su hijo heredero Alfonso II
de Aragón no se apartase de la Iglesia, aduciendo en favor
del conde Ramón Berenguer IV grandes y sentidos elogios
hasta culminar el escrito diciendo que: "…De no haber muerto,
aún habría podido alcanzar otros grandes
méritos".

Una muestra más de lo agradecido que estuvo el
Sumo Pontífice con Guillermo de Torroja, lo tenemos en que
intervino personalmente en los litigios de la colegiata de Sant
Vicens de Cardona, de Sant Ruf de Avinyó, e incluso con
carácter civil, en la bula papal dirigida al obispo de
Urgel (11.10.1178) en la que reconoció la ciudad de
Puigerdà como capital de la Cerdaña. Las dos
primeras estaban muy unidas a la comunidad monacal de Santa
María de Solsona, en la ciudad de donde eran oriundo la
familia Torroja.

El meollo deque hubiese antipapas fue debido a que al
ser elegido Alejandro III (1159-1181), en mala hora se opuso a
Federico "Barbarroja", quien, prepotente por sus éxitos
militares, optó por nombrar a Victor IV, que fue un
antipapa coronado en la basílica de San Pedro del Vaticano
(murió el 20.4.1164, sucediéndole Pascual III). El
resultado fue que el legítimo Alejandro III los
excomulgase a los dos, envalentonado por la protección
recibida del rey Luís VII de Francia (1137-1180).
Allí el pontífice auténtico después
debió refugiarse hasta 1165, año en que ya pudo
regresar a la sede del Vaticano apoyado por otro emperador
llamado Manuel Comneno de Bizancio (1143-1180).

Ramón Berenguer IV pugnaba entre dos contrarias
influencias, porque su obispo Guillermo de Torroja era partidario
del papa legítimo y ejerció una incesante
presión sobre el conde de Barcelona. Lo hace evidente la
adjudicación de la mitra de Zaragoza a Pedro de Torroja
(+1195, quien era hijo de un homónimo que había
sido consejero de Ramón Berenguer IV). Pedro de Torroja es
otro personaje que merecería mayor atención, pues
en 1181, en vida de Arnau de Torroja, y en 1185, como ya
anticipé, viajó a la isla de Cerdeña con
tropas del rey de Aragón para defender los derechos de su
sobrino Hugo Ponç (Sus descendientes fueron los
señores de Bas). Pedro de Torroja, por cierto, como obispo
también presidió un acuerdo de límites
respectivos en aquella zona entre los caballeros templarios y
hospitalarios.

El emperador "Barbarroja" aceptó la amistad del
conde de Barcelona por la necesidad que tenía de no
crearse más adversarios y se conformó con que al
sur de los Pirineos no apoyasen al verdadero pontífice
sino que permaneciesen neutrales (Paul Fournier "Le royaume
d'Arles et de Vienne", p.20). En el Arxivo Capitular de Barcelona
se conserva una encíclica del papa Victor IV contra el
legítimo Alejandro III y sus partidarios, fechada el 19 de
noviembre de 1160 escrita en Pavia, donde se lee que el emperador
afirmaba que su antipapa era obedecido en Hispania, condado de
Toulouse y en la Provenza, así como en otros lugares. El
18 de agosto de 1162 "Barbarroja" incluso elogió al conde
de Barcelona. Era el mismo año que se volcó contra
Italia, destruyendo Milán. Allí capturó a
media docena de ciudadanos principales y sólo a uno le
dejó un ojo para guiar a los demás emisarios a
parlamentar. Milán rápidamente capituló sin
condiciones,… porque no sospechaban que la ciudad fuese luego
saqueada (excepto las iglesias), y para colmo el Emperador
incluso mandó que toda aquel area ciudadana fuese derruida
fuese arada y sembrada con sal.

"Barbarroja" después estuvo muy ocupado tratando
de pacificar su propio reino, porque durante su ausencia su
querido sobrino llamó a la sublevación general
intentando derrocarle en vano. Una vez "Barbarroja" lo
recuperó, armó un nuevo ejército y
regresó a Lombardía, donde fue derrotado por la
liga en Legnano (1171). Aquello menguó el prestigio de
"Barbarroja" por lo que en Venecia debió reconocer
finalmente al pontífice Alejandro III (1.8.1177).
Así, ya reconciliado con el Papa legítimo,
"Barbarroja" en 1183 firmó la paz con la liga lombarda en
la ciudad de Constanza. Además hizo otro pacto de paz con
los normandos de Sicilia, pero luego optó por la idea de
casar a su hijo con la heredera de dicha isla. Enrique VI fue
coronado rey de Germania, Nápoles y Lombardía en la
catedral de Milán como sucesor de "Barbarroja", haciendo
efectivo el primer paso hacia un nuevo orden mundial que
llamó "Iperium mundi", en el cual el poder
espiritual estaría subordinado al emperador siguiendo el
modelo que existía de sus relaciones con el patriarca de
Constantinopla. Ni al sumo pontífice, ni a los templarios,
ni al rey de Jerusalén les gustaban los descritos
acontecimientos, ya que suponían para todos otra
amenaza.

Hay que tener en cuenta el grave trastorno que sufrieron
los caballeros templarios, y en especial sus máximos
dignatarios, por el trasiego de Papas y antipapas en el gobierno
de la Iglesia porque, como orden religioso-militar, ellos tan
sólo debían obediencia al legítimo sucesor
de san Pedro apóstol. Afortunadamente para Arnau de
Torroja, hasta el 1166 (año en que murió
allí Ramón Berenguer IV), no fue nombrado Gran
Maestre provincial, pero a partir de entonces vivió muy de
cerca los altibajos de la política que tanto afectaba al
Sumo Pontífice de turno, comenzando por no dudar de
cuál era el verdadero Papa al que le debía
obediencia. En la vida de Arnau de Torroja hubo un total de
dieciséis pontífices, de los cuales cuatro son
considerados antipapas. Cuando Arnau fue Gran Maestre general de
las órdenes de Sión y del Temple de
Jerusalén debió de tratar siempre con Urbano III
(1181-1185) que lo sobrevivió.

La reina Petronila hizo reunir cortes en Huesca y
rebautizó a Ramón Berenguer V con el nombre de
Alfonso II de Aragón (1162-1196), luego también
apodado con sobrados motivos "el Trovador", ya que como todos los
de su tiempo escribió sus poesías en lengua
provenzal según norma dada por la exquisita dama Leonor de
Aquitania, hija de un rey, quien fue dos veces sucesivas reina y
también madre de otros tres reyes. Todos los trovadores
que salieron de la Corte de Barcelona cantaron en provenzal
(Bertrán de Born, Guillerm de Berguedà, etc.), y
las historias catalanas se exportaron gracias a los
séquitos de las bodas de la nobleza catalano-aragonesa,
como estudió R. Olivar Bertrand en su libro: "Bodas
reales entre Francia y la Corona de Aragón
"
(Barcelona 1947).

Desde muy joven Arnau de Torroja supo también por
su hermano el obispo Guillermo que el rey de Inglaterra, gran
amigo del conde de Barcelona, tenía una vida familiar muy
azarosa. Arnau, siendo en su vejez Gran Maestre, todavía
vio como degeneraba aquella regia familia,… y ello a pesar de
que justamente el muy refinado rey inglés fue el primero
de Europa que tuvo en su corte un vanguardista baño de
agua caliente.

En 1148 se divulgó entre la nobleza un
escándalo internacional, y hasta el joven Arnau de Torroja
sabía que la heredera Leonor de Aquitania (1137 -1152),
una excepcional y muy docta soberana, recién casada con el
rey francés Luís VII, se había
empeñado en acompañarlo a la cruzada militar en
Tierra Santa (cosa insólita para una dama). Lo peor fue
que tan sólo desembarcar allí se enamoró de
su propio tío príncipe de Aquitania, hasta el punto
que al regresar a París se divorció de su regio
esposo Luís VII. Leonor era hija del duque Guillermo de
Aquitania, que tiene renombre de haber sido el primer trovador.
Era una dama extraordinariamente culta y gran carácter,
que dominaba el doble de territorio que la Francia de su ex
marido. Hasta 1152 fue reina de Francia y hasta 1154 lo fue de
Inglaterra y Aquitania, pues se casó al poco tiempo con el
rey Enrique II de Inglaterra (1154-1189), del que tuvo ocho hijos
después de haber sido repudiada por su ex marido,…
¡ acusada de estéril!. Su nuevo marido era un
descendiente de los normandos que el 14 de octubre de 1066, tras
vencer en la batalla de Hastigs, dominó los dos lados del
Canal de la Mancha. Entonces realmente comenzó una nueva
Era en las relaciones políticas internacionales, con
incidencias religiosas,… de las que no se consideró
ajeno ni el cometa Halley, puesto que había cruzado el
cielo en abril del año de la dicha gran victoria de
ultramar.

El rey catalano-aragonés tenía lazos
familiares con Enrique II de Inglaterra consistentes en que,
mientras Petronila era la reina de la Corona de Aragón, su
prima la Leonor lo fue de Aquitania. La boda de Ramón
Berenguer IV se celebró Barbastro en 1150 (estaba
comprometido desde cuando tenía casí 30
años) con Petronila, la heredera de Aragón,
entonces de muy poca edad. Fue Guillermo de Torroja quien
años después tuvo que hacer una solemne
validación de antigua promesa de enlace marital.
Recuérdese que se remitía a cuando la herencia
recayó en el conde catalán Ramón Berenguer
III "el Grande", con lo cual salieron muy beneficiados los
templarios (a pesar de renunciar a sus derechos en 1140), pues
los dos años siguientes hicieron posible la
repoblación de Daroca. Fue por dicho testamento del rey de
Aragón, el difunto suegro de Ramón Berenguer IV,
que los templarios entraron en Navarra, cuyo rey Sancho por
cierto, en 1164 encarceló en una mazmorra al gran
conquistador pirenaico Arnau Mir de Tost (Otro gran conquistador
catalán injustamente olvidado).

Enrique II Plantagenet había extendido su poder
sobre todas las Islas Británicas (Escocia e Irlanda
incluidas), y su persona interesa a estas páginas porque
ayudó al Conde de Barcelona en el sitio de Toulouse del
Languedoc en 1159, el mismo año cuando comenzó la
primera "Guerra de los Cien Años" entre Francia e
Inglaterra. Enrique II mantuvo una estrecha relación con
el obispo de Barcelona Guillermo de Torroja siendo consejero del
conde Ramón Berenguer IV, (y probablemente cuando Arnau,
su hermano, fue nombrado Gran Maestre de los templarios
también debió de tratarlo,… si es que no lo
había conocido antes).

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