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Las Comunicaciones Modernas




Enviado por Pablo Turmero



    Frecuentemente se habla de la "dinámica" de
    las telecomunicaciones y de las tecnologías de la
    información. Pero ¿qué significa esto en
    realidad? A fines del siglo pasado era posible identificar unos
    cuantos acontecimientos y a otros tantos científicos que a
    la larga seguramente generarían un importante cambio en el
    área. Hoy esto ya no es posible. El número de
    acontecimientos, decisiones, inventos y desarrollos que
    contribuyen al avance del área es enorme y, de hecho,
    aumenta día con día. En un siglo (1850-1945) hubo
    menos cambios que los que ocurrirán en la próxima
    década o posiblemente en el próximo
    año.

    Iniciamos este capítulo con una breve
    descripción del avance de las telecomunicaciones a lo
    largo del tiempo que más tarde introducirían los
    conceptos de las telecomunicaciones modernas; posteriormente se
    explican dichos conceptos.

    1850: Utilizando la tecnología de la
    época, en telegrafía era posible transmitir unas
    cuantas palabras por minuto a través de algunos
    kilómetros de distancia. En los siguientes 50 años,
    con técnicas más complejas, y con base en
    transmisiones de radio (es decir, inalámbricas) que
    permitían comunicaciones con velocidades de
    propagación iguales a las que se utilizan hoy en
    día (a la velocidad de la luz), se logró, en 1870,
    enviar mensajes a tasas de transmisión del orden de 20
    palabras por minuto.

    En 1901, después de las exitosas transmisiones de
    Marconi entre Poldhu, Inglaterra, y St. Johns, Canadá, fue
    posible transmitir —casi independientemente de la distancia
    entre transmisor y receptor— hasta cientos de palabras por
    minuto. 1945: Los avances que se lograron durante la segunda
    Guerra Mundial en el área de las comunicaciones fueron
    determinantes para su desarrollo futuro.

    En aquellos años se llevó al extremo el
    ingenio humano, al diseñar sistemas más
    rápidos, seguros, y privados que los que se
    conocían hasta ese momento. Frecuentemente se implantaban
    soluciones un tanto empíricas, sin tener aún
    dominados todos los aspectos científicos que se
    requerían para ampliar los conocimientos del área.
    Importaba en especial un aspecto: cómo emplear las
    comunicaciones para beneficiar los intereses militares que
    dominaban en aquellos días.

    Las dos guerras mundiales fueron así los dos
    acontecimientos que en mayor medida han afectado, no
    únicamente a las telecomunicaciones modernas, sino a la
    tecnología y la investigación científica en
    general (un ejemplo de esto es el desarrollo de los aviones).
    Ambas guerras fueron las responsables de convertir experimentos
    caseros en trabajos de grupos bien coordinados, patrocinados por
    gobiernos y corporaciones, buscando colectivamente nuevos
    desarrollos y aplicaciones novedosas de técnicas
    conocidas.

    1965: El producto de una interesante colaboración
    multinacional para el uso del espacio fue el lanzamiento y puesta
    en operación del primer satélite comercial de
    comunicaciones, el INTELSAT I, conocido también
    como el "Pájaro madrugador". El INTELSAT I
    tenía una capacidad de 240 circuitos telefónicos.
    Dos años después se integraba un sistema global de
    comunicaciones vía satélite con la
    colocación en órbita de dos satélites
    adicionales de mayor capacidad, los INTELSAT II del
    Pacífico y del Atlántico, con lo cual se
    podía establecer comunicación telefónica
    (cerca de 720 circuitos para voz) entre cualesquiera ciudades del
    planeta. ElINTELSAT V, puesto en órbita en 1980,
    puede procesar 12 000 llamadas telefónicas de manera
    simultánea, aparte de dos canales de
    televisión.

    1988: El primer cable transatlántico de fibras
    ópticas, el sistema TAT-8, fue puesto en
    operación entre Estados Unidos y Gran Bretaña. Sus
    propietarios son ATT y un consorcio de 27
    compañías y oficinas gubernamentales europeas.
    Puede transportar simultáneamente 40000 conversaciones
    telefónicas, lo cual es más que lo que pueden
    transportar todos los otros cables y enlaces satelitales
    transatlánticos combinados. Esto ocurrió 146
    años después de que el primer conductor de
    señales subacuático fuera probado, en 1842 por S.
    Morse y E. Cornell, entre ambos lados del río Hudson; 137
    años después de haber tendido cables que
    atravesaban el río Mississippi; 138 después del
    enlace Dover-Calais, y 122 después del primer cable
    exitoso que enlazaba Irlanda con Newfoundland. Las comunicaciones
    internacionales vía satélite siguen creciendo con
    una tasa anual de cerca del 10%. El
    sistema INTELSAT cuenta con 16 satélites en
    operación; 11 de ellos pueden transmitir entre 12 000 y 15
    000 canales de voz y, adicionalmente, dos de televisión.
    De acuerdo con estas tendencias es posible suponer que dicha
    capacidad podrá ser expandida en el futuro a una cantidad
    cercana a los 100 000 circuitos telefónicos. 1996:
    Crecimiento explosivo de redes que enlazan todo el planeta,
    computadoras que se comunican a velocidades de millones de bits
    por segundo, telefonía celular, localización global
    de personas, redes personales de comunicación,
    televisión de alta definición, redes
    telefónicas interconectadas con redes de televisión
    por cable, realidad virtual, satélites de órbita
    baja, supercarreteras de información,
    etcétera.

    Todos los avances científicos logrados en las
    telecomunicaciones han requerido muchos años de
    experiencia, de innovación y de expansión: en los
    años cuarenta, con objetivos de carácter militar,
    siendo de importancia secundaria el beneficio social que las
    comunicaciones tendrían como consecuencia; en los sesenta
    era muy satisfactorio poder conectar aparatos telefónicos
    en ambos extremos de un canal de satélite y sostener con
    inteligibilidad razonable una conversación
    telefónica; en los noventa se han incorporado los
    satélites a sistemas integrales de transmisión de
    información, con una gran variedad de medios de
    comunicación tales como fibras ópticas y cables
    metálicos, permitiendo la satisfacción de una
    amplia gama de necesidades de comunicación entre las
    cuales están la transmisión de datos, las
    teleconferencias y, desde luego, las transmisiones de
    conversaciones habladas.

    A mediados de los noventa es imposible concebir muchas
    actividades humanas cotidianas sin el apoyo de las
    telecomunicaciones: fax, teléfono celular,
    televisión a colores, radiolocalización de
    personas, redes de computadoras, etcétera.

    Como ha sido descrito anteriormente, en un principio las
    telecomunicaciones se realizaban empleando señales cuya
    magnitud es una función directa del mensaje que se desea
    transmitir: en telefonía, por ejemplo, mediante la
    correspondencia de una señal de voltaje de amplitud grande
    a sonidos de volumen alto, y señales de amplitud
    pequeña a sonidos de bajo volumen (transmisión
    analógica). Las transmisiones de este tipo pueden tener
    problemas serios: si se le suma el ruido (que invariablemente
    está presente en todo canal de comunicaciones) a la
    señal transmitida, considerando que este ruido
    también tiene como efecto señales de amplitud
    variable desconocida e impredecible, entonces lo que se recibe en
    el receptor estará distorsionado por el ruido. Por
    ejemplo, todos hemos tenido la experiencia de querer dialogar con
    nuestra pareja en una discoteca donde la música
    está a un volumen altísimo.

    El diálogo es en realidad difícil, puesto
    que el "ruido del canal" normalmente tiene un volumen mucho mayor
    que el de la voz en una conversación, aun si se pretende
    hablar a gritos. (No obstante, es importante recordar, para este
    ejemplo, como veremos más adelante, que los seres humanos
    contamos también con los lenguajes gestual y
    corporal.)

    El ruido es un fenómeno inevitable en las
    comunicaciones. Por tanto, la tarea de un ingeniero en
    telecomunicaciones consiste en diseñar sistemas que
    permitan hacer llegar la información de la fuente al
    destino a pesar del ruido, el cual, además, varía
    con el tiempo y es más perjudicial en algunas ocasiones
    que en otras.

    Para resolver el problema del ruido se dispone de las
    comunicaciones digitales, que están basadas en el
    siguiente principio: supongamos que la información
    está contenida en sucesiones de colores que pueden ser
    cualquier tonalidad del espectro visible; si se modifica
    ligeramente alguno de los colores es difícil establecer de
    manera precisa cuál era el color original. Por ejemplo, si
    en lugar de ver azul rey se observa azul marino, no hay forma de
    saber si originalmente se tenía azul rey o azul marino.
    (El concepto mismo de la tonalidad de los colores es subjetivo y
    puede variar de persona en persona). Por otra parte, si se sabe
    que únicamente se puede observar blanco o negro, es
    posible establecer reglas de decisión sencillas para
    determinar si un tono específico de gris originalmente era
    blanco o negro. Es decir, a partir de qué tono de gris
    (del más claro hasta el más oscuro) se
    decidirá negro, con el entendimiento de que las
    tonalidades más claras corresponden al blanco.

    El mismo principio se aplica a las comunicaciones
    digitales, con la excepción de que no se trata de colores
    (blanco o negro), sino de "unos" o "ceros". Recordando que en
    toda transmisión hay ruido sobrepuesto, si se transmite el
    voltaje correspondiente a un "cero" (0 volts) y se le suma ruido
    que hace aparecer a ese valor como un 0.4, se decidirá que
    lo transmitido fue un cero, mientras que si se reciben valores
    mayores de 0.5, la decisión a tomar será
    "uno".

    Recurriendo nuevamente al ejemplo de la discoteca con
    música a un volumen en extremo alto, si las personas que
    dialogan sólo disponen de dos palabras-gesto por ejemplo
    sí y no, aun estando muy alto el volumen resulta mucho
    más fácil decidir si lo que dijo la otra fue
    precisamente un sí o un no (figura IV. 1).

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    Figura IV.1. Señal
    digital ruidosa.

    Las comunicaciones digitales tienen las siguientes
    ventajas sobre las analógicas: —como las
    computadoras trabajan con información digital, esta debe
    ser procesada en microprocesadores digitales (ésta es una
    de las razones por las cuales se habla de la convergencia entre
    la electrónica, las telecomunicaciones y la
    computación), con lo cual se aumentan enormemente las
    posibilidades de procesamiento a grandes velocidades y de
    almacenamiento masivo de la información. —estando la
    información en formato digital, es posible explotar
    plenamente las técnicas modernas de criptografía,
    codificación, compresión de datos,
    corrección y detección de errores y el
    procesamiento digital en general.

    Para explicar cada una de las ventajas de las
    comunicaciones digitales se hará referencia a uno de los
    primeros sistemas de comunicaciones del que se tiene
    documentación: el sistema de Polibio (mencionado en la
    Introducción) que podría ser llamado
    "telégrafo síncrono apoyado en medición
    hidráulica de tiempo y en señalización
    óptica."

    Recordemos que se trata de un sistema en el cual el
    mensaje que se desea transmitir pertenece a un conjunto finito de
    mensajes; es evidente que para que este tipo de comunicaciones
    tenga sentido, ambas partes (receptor y transmisor) deben estar
    conscientes de los posibles mensajes que uno transmitirá
    al otro. El sistema será empleado en este capítulo
    para explicar algunas de las ideas relacionadas con las
    comunicaciones digitales. Para ello, conviene describir
    nuevamente su operación:

    mediante una antorcha se envía una
    señal de un punto geográfico a otro para
    poner en operación el sistema hidráulico por
    medio del cual el receptor obtendrá la
    información que se desea. Desde un punto de vista
    estricto, este sistema de comunicaciones digitales contiene
    también elementos de procesamiento distribuido: la
    información que se transmite es la
    señalización (las antorchas), que se usa para
    activar el sistema de procesamiento, que a su vez consiste
    en los cilindros con agua, y las reglas sobre las cuales
    están marcados los posibles mensajes; a estos
    últimos, en lo sucesivo, se les llamará
    cilindros codificadores. Con la señal de la primera
    antorcha se abren las dos válvulas por las que
    saldrá agua y bajará el nivel de los
    cilindros codificadores; con la segunda señal se
    cerrarán las válvulas para tomar la lectura
    (es decir, el mensaje) en el cilindro codificador del lado
    del receptor.

    En este sistema se pueden identificar y explicar los
    siguientes problemas relacionados con (y de fundamental
    importancia para) las telecomunicaciones digitales: a)
    Conversión analógico-digital de una
    señal. 
    La altura de los cilindros codificadores,
    sobre los cuales están marcados los mensajes, puede tomar
    cualquier valor entre la altura máxima (recipiente externo
    totalmente lleno) y la mínima (recipiente externo
    totalmente vacío). Es decir, la altura es una variable
    analógica. Sin embargo, cada uno de los mensajes tiene
    asociada una zona o un rango de alturas, al cual le corresponde
    cada uno de los mensajes. Si existen diez posibles mensajes,
    existen también diez posibles regiones de altura. Este
    proceso es, evidentemente, una conversión analógico
    a digital y tiene incorporado un proceso de cuantización
    del mismo tipo que fue mencionado en el capítulo II
    (figura IV.2).

     

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    Figura IV.
    2. Conversión analógico-digital en el
    codificador de Polibio.

      b) Codificación de un
    mensaje. 
    En realidad, la salida del sistema, una vez
    que se cierra la válvula, es la altura del cilindro
    interno del sistema; sin embargo, como el cilindro está
    subdividido en regiones, y a cada región le corresponde un
    mensaje, el mensaje está codificado. A cada altura posible
    le corresponde uno y sólo uno de los posibles mensajes. El
    conjunto de mensajes se conoce con el nombre de alfabeto de
    salida del codificador o conjunto de mensajes codificados (figura
    IV.3).

     

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    Figura
    IV.3. Codificación.

    c) Criptografía de un mensaje. La
    criptografía es la ciencia de "cifrar información
    de manera tal que únicamente aquellas personas que conocen
    la forma en que fue cifrada la información y las claves
    con que fue realizado el proceso de cifrado pueden descifrarla".
    Pues bien: a pesar de que cualquier persona podría, en
    teoría, construir su propio "telégrafo
    síncrono apoyado en medición hidráulica de
    tiempo y en señalización óptica", no
    cualquiera podría recibir adecuadamente los mensajes
    transmitidos por los guerreros romanos, ya que el sistema tiene
    intrínseco un sistema criptográfico con dos claves.
    La primera consiste en la forma en que fueron codificadas cada
    una de las alturas del cilindro codificador, esto es, el mensaje
    asociado a cada región tiene que ser conocido tanto por el
    receptor como por el transmisor. La segunda está en la
    apertura de las válvulas, ya que si el flujo de agua no es
    igual en transmisor y receptor, las alturas de los cilindros
    donde la información está codificada serán
    diferentes a la hora de cerrar las válvulas, por lo cual
    generarán en receptor y transmisor diferentes mensajes. Es
    más, para darle una mayor seguridad al envío de la
    información, receptor y transmisor podrían disponer
    de, por ejemplo, dos diferentes válvulas y tres diferentes
    cilindros codificadores con la información codificada de
    diferentes maneras; por medio de la antorcha se podría
    señalizar cuál es la válvula que será
    utilizada y cuál es el cilindro flotador a ser empleado.
    El enemigo (técnicamente se le conoce como
    "criptoanalista") no puede conocer el mensaje correcto, excepto
    si usó la misma válvula y el mismo cilindro. Cabe
    mencionar que a lo largo del tiempo el enemigo podría
    deducir las claves observando las acciones correspondientes a
    cada clave; por esto resulta recomendable que en cada
    transmisión sea cambiada la clave (técnicamente
    esto se denomina clave dinámica) (figura IV.4).

     

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    Figura IV.4. Uso de
    criptografía en el sistema.

      d) Sincronización entre
    transmisor y receptor. 
    El problema de la
    sincronización consiste en que tanto el receptor como el
    transmisor deben trabajar a la misma velocidad para que el
    primero extraiga del canal la información a la misma
    velocidad que el transmisor inyectó en el canal. En este
    ejemplo, la sincronización está implícita en
    la señalización por medio de la antorcha,
    así como en la velocidad con que se permite la salida del
    agua de los contenedores. Si en algún momento se pierde la
    sincronía, no puede realizarse adecuadamente el proceso de
    comunicación. 

    e) Necesidad de un protocoloAsí
    como dos personas o en general dos seres vivientes necesitan
    establecer un conjunto de reglas por medio de las cuales puedan
    establecer comunicación, y en ausencia de ellas no es
    posible comunicarse, esto también es aplicable en
    comunicaciones entre sistemas (equipos o
    computadoras).

    Por ejemplo, para que dos personas se comuniquen
    telefónicamente, las reglas (que dependen de cada
    país y que aceptan ligeras variaciones) son las
    siguientes: al sonar el timbre del teléfono, el receptor
    toma el auricular y dice "bueno" en México, "hola" en
    España, "hello" en Estados Unidos, etc.

    Posteriormente, quien inició la llamada
    (transmisor) dice algo como "¿a dónde hablo?", a lo
    cual el receptor contesta "¿a dónde quería
    usted hablar?"… y así sucesivamente. Este hecho, es
    decir, la necesidad de contar con reglas que ambos interlocutores
    entiendan y respeten, se hace evidente en el ejemplo que se
    está analizando.

    Las reglas, en este caso, son las
    siguientes: i) el transmisor enciende su
    antorcha y abre la válvula de su contenedor de
    agua, ii) el receptor al ver la antorcha del
    transmisor, abre su válvula y espera, sin dejar de
    observar en la dirección del
    transmisor, iii) al haber sido desalojada la
    cantidad de agua para que el mensaje del cilindro con los
    mensajes codificados sea el correcto, el transmisor envía
    nuevamente una señal con su
    antorcha, iv) el receptor, al ver la nueva
    señal, cierra su válvula, observa el mensaje en su
    cilindro, toma una decisión e instrumenta la acción
    que corresponde al mensaje recibido. Sin un protocolo
    sería muy difícil lograr establecer una
    comunicación entre seres humanos, y, sobra decirlo, seria
    prácticamente imposible entre entes menos inteligentes que
    los seres humanos, tales como equipos o computadoras.

     f) Presencia de distorsión y de ruido
    en las comunicaciones. 
    La distorsión en un
    sistema de comunicaciones consiste en todo aquello que perturba
    el contenido de la información de un mensaje. Es decir, lo
    que dificulta al receptor la interpretación correcta del
    mensaje que le envió el transmisor. En el sistema que
    estamos estudiando, la distorsión se puede presentar
    cuando los orificios (válvulas) por donde sale el agua de
    los recipientes del transmisor y del receptor no son del mismo
    tamaño; en ese caso, aun si los orificios permanecieran
    abiertos el mismo tiempo permitirían que en cada uno de
    los recipientes escapara una cantidad diferente de agua y que,
    por tanto, al final del mensaje sus respectivos niveles de agua
    (código del mensaje) fueran distintos, impidiendo una
    comunicación correcta. Otras posibles fuentes de ruido en
    este sistema son distintos volúmenes de agua en los
    contenedores al iniciar la transmisión, diámetros
    diferentes de los cilindros de agua empleados como recipientes, o
    bien, diferencias en la forma en que fueron marcadas las alturas
    correspondientes a las regiones en ambas reglas. g)
    Detección y toma de decisiones en las
    comunicaciones. 
    En todo sistema de comunicaciones
    digitales, en el lado del receptor deben ser tomadas decisiones
    acerca del mensaje que envió el transmisor, ya que, por el
    efecto del ruido y la distorsión, las salidas del sistema
    podrían estar en alguna zona ambigua en la que no
    esté totalmente claro si el mensaje enviado fue el que
    corresponde a la región superior o a la inferior. En los
    sistemas modernos, en que las señales son unos o ceros,
    representados por voltajes, al sumárseles el ruido, puede
    no estar claro cuál fue el símbolo transmitido. Por
    ejemplo, si no hubiera ruido, un voltaje de 1 volt podría
    ser un "uno" y un voltaje de cero, podría ser un "cero";
    pero si el ruido contribuye con, por ejemplo, 0.25 volts, la
    decisión que debe tomar el receptor es si ese voltaje que,
    si bien no es cero, tampoco es un claro "uno", corresponde ya sea
    a uno o al otro símbolo.

    En el sistema de Polibio, puede ocurrir que al cerrar el
    orificio la marca de las alturas no quede exactamente a la mitad
    de una región, caso en el cual la decisión consiste
    en evaluar las posibilidades de que dicho desplazamiento pueda
    haber sido originado por el mensaje que está en la parte
    superior o en la inferior de la marca deseada (figura
    IV.5).

     

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    Figura IV.5. Ejemplo de zona
    ambigua por efecto de ruido en el mensaje.

    Con ayuda de los conocimientos de telecomunicaciones
    hasta aquí presentados, el sistema descrito puede ser
    ampliado para darle una mayor precisión y mejorar su
    desempeño; esto podría ser realizado, por ejemplo,
    con las siguientes modificaciones:

    1) Confirmando recepción correcta y/o
    solicitando una retransmisión. 
    En el ejemplo del
    telégrafo óptico-hidráulico, el papel que
    desempeña el receptor es pasivo, es decir, se limita a
    recibir los mensajes pero no toma ninguna acción en caso
    de tener duda acerca de los mismos. Sin embargo, se
    podrían utilizar antorchas en el lado del receptor,
    pidiendo retransmisiones al transmisor hasta que el receptor
    esté satisfecho con el mensaje recibido y no tenga duda
    acerca de lo que debe hacer.

    Este sistema de telecomunicaciones puede funcionar de
    dos maneras: i) el transmisor transmite sus
    mensajes y supone que el receptor los recibe adecuadamente, pero
    no espera que el receptor le confirme si esto
    ocurrió; ii) el transmisor transmite su
    mensaje, el receptor lo recibe y emite una señal de
    confirmación al transmisor cuando no tiene duda acerca del
    mensaje recibido; en caso de duda, le envía una solicitud
    de retransmitir. En este caso, tanto en la parte de
    transmisión como en la de recepción,
    tendrían que ser reinicializados los sistemas antes de la
    nueva transmisión (esto es, tendrían que volver a
    llenar de agua sus recipientes).

    2) Introduciendo repetidoras. Cuando el
    alcance requerido por un sistema de telecomunicaciones es mayor
    que el permitido por la tecnología seleccionada, puede
    realizarse la comunicación por etapas, cubriendo
    distancias cortas y repitiendo los mensajes hasta que lleguen a
    su destino (recordemos el ejemplo de los relevos romanos). En el
    sistema estudiado una ampliación lógica consiste en
    la introducción de repetidoras; cada una de las
    repetidoras desempeñaría el papel de receptor, por
    una parte, con todas las funciones que éste tiene
    asociadas y, por la otra, el de transmisor hacia la siguiente
    etapa, también con cada una de las funciones que tiene
    asociado un transmisor (figura IV.6).

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    Figura IV.6. Uso de
    repetidoras.

    3) Agregando redundancia. La redundancia
    consiste en agregar a un mensaje elementos que faciliten al
    receptor la toma de decisiones acerca del mensaje transmitido. En
    el caso del telégrafo óptico-hidráulico,
    esto puede ser realizado si el receptor tiene, por ejemplo, tres
    sistemas idénticos. Cuando observa la señal de la
    antorcha indicándole que debe abrir la válvula, lo
    hace simultáneamente en los tres, y hace lo mismo en el
    momento de cerrarlas. Al tomar la lectura, lo hace en los tres
    sistemas, y toma su decisión con base en los tres.
    Así, si las tres lecturas coinciden no hay duda, pero si
    una de ellas señala algo diferente a lo de las otras dos,
    el receptor basa la decisión en la mayoría. Con
    esto disminuye significativamente la probabilidad de errores
    (figura IV.7).

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    Figura IV.7. Decisión
    por mayoría.

    4) Permitiendo transmisiones punto a
    multipunto. 
    Frecuentemente es necesario contar con los
    mensajes transmitidos en más de un punto de manera
    simultánea. Esto, a diferencia del caso en que se
    transmite en un solo punto y el mensaje está destinado a
    un solo punto (transmisión punto a punto), se conoce como
    transmisión punto a multipunto (este caso es el precursor
    de la radiodifusión). En caso de requerirse por las
    necesidades de la aplicación, el sistema en estudio es
    fácilmente convertible a un sistema punto a multipunto.
    Esto implica tener varios receptores en distintos lugares que
    pudieran recibir las señales de las antorchas del
    transmisor. Todos ellos deben estar familiarizados tanto con los
    códigos como con las claves criptográficas, para
    que los mensajes puedan ser recibidos exitosamente en tantos
    puntos geográficos como fuera necesario (evidentemente,
    dentro de la zona de cobertura del sistema, es decir, en todos
    aquellos puntos en que pudieran ser observadas las señales
    ópticas provenientes de la antorcha del transmisor)
    (figura IV.8).

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    Figura
    IV.8. Transmisión punto a
    multipunto.

    Como se puede observar en el análisis anterior,
    los conceptos de las comunicaciones modernas son de una
    simplicidad asombrosa y responden a ideas sencillas que fueron
    instrumentadas y utilizadas por el hombre hace más de 20
    siglos. Sin embargo, al utilizar esas ideas con equipos y
    sistemas basados en tecnologías modernas, se han logrado
    manejos de cantidades de información a velocidades que no
    sólo en la época de Polibio eran inimaginables,
    sino que aun en la primera mitad de este siglo parecían
    imposibles de alcanzar.

    Para contrastar las ideas ilustradas con el sistema
    anterior y mostrar su utilización en un sistema moderno, a
    continuación se describe otro ejemplo de un sistema basado
    en tecnologías de vanguardia, y que desde su
    introducción, hace apenas unos 10 años, ha
    revolucionado los sistemas que existían hasta entonces: el
    reproductor de discos-compactos (CD-player). Los
    sistemas CD han pasado a ser parte del entretenimiento
    cotidiano del hombre de finales de este siglo; muchas personas
    tienen estos sistemas y las radiotransmisoras los usan cada vez
    más para reproducir la música que difunden. Aunque
    este sistema no es propiamente de transmisión de
    información, contiene varias etapas de procesamiento de
    señales propias de las telecomunicaciones.

    Es de conocimiento público que las reproducciones
    de música realizadas por medio de la tecnología de
    los discos compactos tienen mayor calidad de sonido que las
    basadas en los discos tradicionales (conocidos como LP), y
    también que la calidad de estos últimos es
    incomparable con la música generada por los discos de los
    años cincuenta (los conocidos de 78 revoluciones por
    minuto). La razón es precisamente que los discos compactos
    usan representaciones digitales de la música, es decir,
    están basadas en "unos" y "ceros". Por tanto, pueden
    explotar plenamente las ventajas de las comunicaciones digitales,
    como la codificación, la redundancia para la
    corrección de errores y el procesamiento de las
    señales por medio de microprocesadores.

    La música de los LP se genera a
    través de voltajes (muy pequeños, por cierto)
    captados por medio de la aguja del reproductor, y que se producen
    por medio de irregularidades en los surcos del disco. Es
    lógico que una aguja al pasar un cierto número de
    veces por la misma irregularidad del disco, se altere
    paulatinamente por la fricción y el desgaste, degradando
    así la calidad de las reproducciones a lo largo del
    tiempo. En los CD, la lectura de la información se
    realiza por medio de lectores ópticos basados en emisores
    láser a semiconductor, de manera tal que no hay contacto
    físico entre el lector y el disco, lo cual evita el
    desgaste del mismo. Por otra parte, aunque se modificara
    ligeramente el disco compacto, es decir; aunque se cambiaran
    algunos unos a ceros y viceversa, como la información es
    digital (está codificada en una enorme sucesión de
    bits, es decir, de "unos" y "ceros") y contiene redundancia, el
    sistema puede tomar decisiones que le permitan, por una parte,
    detectar cuando fueron alterados algunos bits, y por otra,
    regenerar la señal original de manera satisfactoria
    (aunque los discos tengan "rayones"), casi podríamos
    decir, con la calidad original.

    En el momento de generar un CD, la primera
    etapa de procesamiento consiste en tomar las señales
    correspondientes a la música original (es decir, las
    señales analógicas correspondientes a los canales
    derecho e izquierdo) para hacerlas pasar por un proceso de
    muestreo. Para generar música de alta fidelidad (hasta 20
    kHz) se toman 44 100 muestras por segundo de cada uno de los
    canales. Posteriormente, para realizar el proceso de
    conversión de analógico a digital, se utiliza un
    cuantizador de 65 536 niveles. Las 44 100 muestras cuantizadas
    correspondientes a cada segundo de música deben entonces
    ser codificadas, para lo cual se requieren 16 bits por cada una
    de ellas (nótese que 2 x 2 x 2… x 2, 16 veces, es decir
    la potencia décimo sexta de 2 es precisamente 65 536).
    Estos números permiten estimar la cantidad de bits
    contenidos en un solo CD:supongamos que la duración
    de un CD típico es de una hora (3 600 segundos),
    que a cada segundo le corresponden 44 100 muestras por cada uno
    de los canales, y que a cada muestra se le asignan 16 bits.
    Multiplicando todos estos números se concluye que en
    un CD hay miles de millones de bits, que deben ser
    extraídos del CD y procesados
    sincronamente. Monografias.com

    Sin embargo, todos ellos son necesarios para reconstruir
    la señal original en el reproductor con la calidad
    típica de estos sistemas (se ha llegado a afirmar que a
    través de estos sistemas se logra alcanzar una nueva y
    más intensa experiencia musical). Cada uno de los bits se
    graba ópticamente en una capa de poliéster que es
    lo que le da forma al disco. El reproductor, antes de enviar la
    señal al amplificador de audio, lee los bits del disco,
    decide si cada uno de ellos es un uno o un cero elimina los
    errores (una vez detectados) y reconstruye la señal
    analógica correspondiente a la música. Hasta ese
    momento, la señal de la música prácticamente
    no tiene distorsión (con excepción de la
    introducida por la conversión analógico a digital)
    y es hasta la amplificación y la reproducción en
    las bocinas en donde la música puede sufrir alguna
    distorsión o modificación indeseable. Si la
    música es difundida por radio, el canal de radio
    también iontroduce algún tipo de ruido
    adicional.

    Los científicos de la primera mitad de este
    siglo, aunque desde luego no tenían reproductores de
    discos compactos, estaban conscientes del efecto potencial que
    podría tener esta nueva forma de representar y procesar
    una señal por medio de dos símbolos
    únicamente, y empezaron a estudiar el problema desde el
    punto de vista teórico. En 1949, C. E. Shannon propuso lo
    que llamó una "Teoría matemática de la
    comunicación", donde analiza las siguientes cuestiones
    fundamentales: a) ¿Cómo se puede
    medir la cantidad de información contenida en un
    mensaje? b) ¿Cómo se puede medir
    la capacidad que tiene un canal para transmitir
    información? c) Cuáles son las
    características deseables para un codificador?; y cuando
    este proceso se realiza en forma eficiente, ¿cuánta
    información puede ser enviada a través de un
    canal? d) ¿Cuáles son las
    características generales de los procesos de ruido y
    cómo afectan la calidad de los mensajes recibidos en el
    receptor?

    Los conceptos y las ideas contenidos en dicha
    teoría han servido desde su publicación como
    semillas para la mayoría de los trabajos modernos de las
    comunicaciones digitales. Se postulan definiciones de
    índices óptimos de desempeño, y se demuestra
    la existencia de mecanismos de procesamiento de
    información: un buen número de los resultados
    actuales giran alrededor de la obtención, el diseño
    y la realización electrónica de sistemas y
    dispositivos electrónicos que alcancen o por lo menos se
    aproximen tanto como se desee a los desempeños predichos
    por Shannon. Para explicar los conceptos establecidos por
    Shannon, partimos de su sistema conceptual, cuyas componentes se
    explicarán a continuación. El sistema conceptual se
    presenta en la figura IV.9, señalando las diferentes
    transformaciones que va sufriendo la señal desde la fuente
    hasta llegar al usuario.

    Monografias.com

     

    Figura IV.9. Sistema de
    comunicaciones con transformaciones.

    La fuente ya ha sido descrita en repetidas ocasiones y
    por tanto no abundaremos más sobre sus
    características. En el bloque que sigue a la fuente, es
    decir, el codificador de la fuente, se realiza la función
    de convertir el mensaje proveniente de la fuente (el cual no
    necesariamente es de tipo digital o binario) en un mensaje
    binario, esto es, en una sucesión de unos y
    ceros.

    A su salida se tiene conectado el codificador del canal.
    Su función es proteger la información transmitida
    contra los efectos y fenómenos a que está expuesta
    al viajar a través del canal. Esto se logra agregando
    redundancia a la información transmitida, con el objeto de
    que en el lado del receptor se pueda identificar cuándo
    ocurrió esta situación. A través de bloques
    o palabras largas es más fácil la
    inmunización contra el efecto del ruido.

    Para ilustrar esto considérese un sistema que
    introduce redundancia de manera tal que se transmite tres veces
    cada letra de un mensaje que puede consistir en cadenas de letras
    del alfabeto de 32 posibilidades (éste es un método
    que fue descrito en el sistema de telégrafo de Polibio).
    Al ocurrir un error se toma una decisión basada en
    mayorías.

    Por ejemplo, si se desea transmitir la palabra
    "mamá", con este esquema se codifica en
    "mmmaaammmááá". Si en el receptor se recibe
    "mmmaaxmnmááá", al aplicar la
    decisión por mayoría, se llega nuevamente a
    "mamá", porque las tercias aax y mnm se interpretan o
    decodifican como a y m" respectivamente. En el mejor de los casos
    se podrán corregir los errores, pero para facilitar el
    procesamiento muchas veces es suficiente detectar la presencia de
    uno o más errores, aunque no se identifique su
    posición (nótese que en un sistema binario, al
    identificar la presencia y posición de un error su
    corrección es inmediata, puesto que en un sistema donde
    solamente hay dos posibles símbolos, un "uno" y un "cero",
    la única forma en que puede aparecer un error es cambiando
    un "uno" a un "cero" o un "cero" a un "uno"). Identificando la
    presencia de un error, aunque no su posición, el receptor
    puede solicitar al transmisor la retransmisión del mensaje
    (esta idea también fue ilustrada con el telégrafo
    óptico-hidráulico).

    El canal, desde un punto de vista estricto, no pertenece
    ni al lado del transmisor, ni al del receptor, sino que es el
    elemento que une a ambos lados del sistema. Como ya fue
    mencionado repetidamente, no hay canal perfecto, es decir, todo
    canal introduce ruido. Independientemente del material del que
    está construido el canal, éste transporta la
    información digital o binaria por medio de pulsos de dos
    distintos valores. Si el canal es metálico, los pulsos
    serán de voltaje; si es óptico, los pulsos se
    representan por medio de intensidades luminosas.

    La forma en que transmite la información es
    precisamente una de las características que hacen que un
    canal sea distinto de otro. Pero desde el punto de vista de la
    teoría de la información, el parámetro
    más importante de un canal consiste en lo que se denomina
    su capacidad, es decir, la cantidad de información que
    puede transmitir por unidad de tiempo.

    La capacidad de un canal depende, entre otros factores,
    del material del que está construido. Las capacidades de
    los canales han evolucionado desde valores pequeños, tales
    como las de los canales telefónicos (estas capacidades,
    aunque pequeñas, no fueron motivo de preocupación
    cuando fueron construidos los primeros canales
    telefónicos, porque no se disponía de los elementos
    tecnológicos para poder aspirar a alcanzar la capacidad de
    los canales). Las capacidades más grandes disponibles en
    la actualidad son las de canales basados en fibras
    ópticas.

    Finalmente, del lado del receptor se realizan las
    operaciones inversas a las efectuadas en el lado del transmisor:
    el decodificador del canal decide si en la transmisión de
    un símbolo hubo error o no, y hace lo posible por
    identificar su posición para corregirlo, o, en su caso,
    solicitar una retransmisión del mensaje. El decodificador
    de la fuente reconstruye la señal original a partir de la
    sucesión binaria que le envía el decodificador del
    canal, para así entregar al usuario final la
    versión reconstruida de lo que fue generado en la
    fuente.

    Para terminar este capítulo, el lector
    conocerá acerca de los volúmenes de
    información que deben ser manejados para los servicios
    utilizados por el hombre en la actualidad y para completar la
    imagen que se debe haber formado con los miles de millones de
    bits contenidos en un solo CD. En el siguiente cuadro
    se presentan cantidades de información aproximadas, que
    corresponden a algunos tipos de mensajes.

     

    mensaje

    cantidad aproximada de
    información

    1 segundo de voz

    8 000 a 64 000 bits, dependiendo de
    la calidad requerida; pueden emplearse

     

    incluso menos de 4 000 bits, pero ello resulta de
    muy baja calidad

    1 página de texto

    250 palabras con longitud promedio de 5 caracteres
    son aproximadamente

     

    10 000 bits (refiriéndose sólo a
    texto)

    1 imagen fija de TV

    en blanco y negro, dependiendo de la
    resolución, aproximadamante entre 125 000 y 1
    millón de bits

     

     

     

    Autor:

    Pablo Turmero

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