Los deportes en Cuba a principios del siglo XX (1902-1925)
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Resumen
Época de espontaneidad y
romanticismo en la que prevalece el beisbol como deporte
más popular, principalmente en la zona occidental y luego
expandido por toda la isla. Para gloria de Cuba desde los
primeros momentos de los Juegos Olímpicos aparece la
figura de Ramón Fonst el primer campeón
olímpico cubano, aunque no fue el único, junto a
él la excepcional figura de José Raúl
Capablanca reina en el ajedrez mundial.
Los deportes durante este primer
período republicano se caracteriza al igual que en el
resto del mundo, por el destaque de un grupo de figuras y
deportes, practicados en principio de forma espontánea y
luego organizados en clubes y ligas de aficionados y
profesionales, además se comienza un insipiente movimiento
por la práctica de la cultura física en algunas
escuelas privadas.
La figura más relevante de este
período lo fue Ramón Fonst Segundo (1883-1959),
cubano, educado en Francia y asiduo practicante del tiro, el
ciclismo, el boxeo y de la esgrima. En este último deporte
alcanzó un alto grado de maestría que lo
convirtió en el primer campeón olímpico
cubano en la segunda olimpiada, celebrada en París en 1900
y cuatro años después Fonst presentó en las
III Olimpiadas en San Luis, Estados Unidos, un fuerte equipo de
esgrimistas que representó a Cuba.
Este equipo estaba compuesto por cubanos y
europeos y se había fogueado anteriormente en giras de
exhibición por Europa, al presentarse en San Luis coparon
casi todos los títulos, ganando 6 medallas de oros, tres
de plata y tres de bronce.
Ramón Fonst ganó el oro en
florete, espada y bastón individual; oro por equipo en
florete y sable. Las otras medallas cubanas individuales fueron a
los pechos del cubano Manuel Dionisio Díaz ganador del
título en sable; Alberson Van Zo Post, ganador del
subtítulo en espada y florete, además de bronce en
sable y Carlos Tatham, ganador de dos bronce, en florete y
espada.
Otro cubano formó parte de la
comitiva a la III Olimpiada, se trataba de Félix Carvajal,
conocido en La Habana como "Andarín", quien corrió
la maratón, encabezándola por un buen tramo y
terminando finalmente en cuarto lugar. Fue a los Juegos
Olímpicos con el dinero recogido por colecta
pública, sin preparación previa y pese a ello, solo
un incidente fortuito le impidió
ganar.[1]
El ajedrez tuvo en La Habana una plaza muy
animada desde finales del siglo XIX, el Club de Ajedrez de La
Habana, radicado en el Hotel Plaza fue sede de célebre
Torneo de La Habana en 1913 donde participaron ajedrecistas de
nivel internacional como el polaco Dawid Janowski, los
norteamericanos Charles Jaffe y Frank Marshall y los cubanos
Rafael Blanco, Juan Corzo y José Raúl Capablanca.
El torneo lo ganó Marshall escoltado por
Capablanca.
José Raúl Capablanca Graupera
(1888-1942) había salido para los Estados Unidos en 1901
tras ganar el campeonato de Cuba, a los trece años, en ese
país comenzó a jugar fuertes torneos y maches
individuales que perfeccionaron su sólido juego, donde las
aperturas no constituían su punto más fuerte, sino
los finales donde se hizo temible y que le permitieron
convertirse en un ajedrecista excepcional. En 1909 derrotó
a Frank Marshall, campeón de los Estados Unidos con
balance de 8 victorias y 14 tablas.
En 1911 ganó el torneo de San
Sebastián, España y luego fue segundo en el
fortísimo torneo de San Petersburgo, Rusia,
perfilándose como el retador del Campeón del Mundo
Enmanuel Lasker, aunque hubo que esperar varios años hasta
que el campeón aceptara el reto. En 1919 el Club de La
Habana organizó un match entre José Raúl
Capablanca y el ruso Boris Kostik, ganado por el cubano cinco a
cero sin tablas.
En marzo de 1921 La Habana organizó
por tercera vez el match por la discusión del Campeonato
del Mundo de Ajedrez, esta vez entre Lasker y Capablanca. El
torneo se desarrolló en el Club de La Habana y fue ganado
por el cubano al abandonar Lasker en 14 partidas, sin conseguir
victorias. El tanteador estaba cinco a cero por
Capablanca.
El béisbol republicano de esta
etapa, conserva el aliento romántico de los fundadores,
entrega, amor a la camiseta, integración racial,
pasatiempo popular y profesionalismo, unido a una
expansión por toda la isla que lo consolidó como el
deporte nacional.
En este período el béisbol
vive una etapa de afianzamiento, principalmente en la
región occidental con la creación de la Liga Cubana
de Béisbol, conformada en algunos momentos por cuatro o
cinco equipos, pero con un promedio de tres conjunto por
temporada en este período, los tradicionales en este
período fueron: Almendares, Habana y el Fe, apareciendo a
finales de los años veinte dos novenas que harán
época en el segundo cuarto del siglo XX: Marianao y Santa
Clara.
Los campeonatos de la Liga Cubana de
Béisbol es este período se inician con la temporada
de invierno de 1902 que incluía a cuatro novenas: San
Francisco, Habana, Fe y Almendares, ganado por el Habana con 17
victorias sin derrotas. En 1903 sale el San Francisco de la Liga
y repite el Habana (21-13). En 1904 no se inscribe el Fe pero se
reincorpora el San Francisco y el Habana gana nuevamente (16-4).
En 1905 sale de nuevo el San Francisco y el Fe regresa y gana el
torneo con 15 y 9. La temporada siguiente celebrada en 1907 es
ganada por el Almendares (17-13) sobre el Habana y el
Fe.
La temporada de 1908 trae la
preocupación por expandir la Liga de Béisbol fuera
de la capital, por ello se reestructura la misma y surge la Liga
General de Base-Boll de la República de Cuba, en cuyo
campeonato se suma a los tradicionales, Habana, Almendares y Fe,
el Matanza, ganando el Almendares (27-6), con esa misma
estructura se juega en 1909 y gana el Habana (33-13).
En 1910 se retira el Matanza de la Liga y
durante seis temporadas, hasta 1915 compiten los tres equipos
capitalinos, con el Almendares ganando en 1910, 1911, 1914 y
1915; Habana gana en 1912 y el Fe en 1913.
En la temporada invernal 1915-16 los
equipos cambian sus nombres americanizándolos, surgen el
"Almendares Park", "Habana Park" y "San Francisco Park".
Ganó el Almendares. En 1917 sigue la tendencia y aparecen
los nombres de "Orientals", "White Sox" y "Red Sox", ganando el
primero.
En 1918 reaparecen los tradicionales Habana
y Almendares junto al Cubans Star, en torneo ganado por el
Habana. En 1919 el equipo América sustituye a los Cubans
Star y gana el Almendares. En el torneo invernal de 1920-1921
aparece el último equipo con nombre en inglés, el
"Bacharact Giants", con los tradicionales, Habana y Almendares,
este último ganador del torneo. La crisis de la Liga
profesional sobreviene en la temporada 1921-22 a la que solo se
inscriben el Habana y el Almendares, que dirimen su porfía
en un corto torneo que gana el Habana (4-1).
Durante estos años los equipos de
Grandes Liga venían a La Habana buscando fogueo con sus
similares cubanos y no pocas veces fueron derrotados. Una de esas
oportunidades se produjo con la visita del Cincinatti en 1908,
campeón de la temporada de ese año y derrotado dos
veces por el picher negro José de la Caridad Méndez
quien no le permitió carrera en el Almendares Park , de
Carlos III e Infanta.
José de la Caridad Méndez es
reconocido como uno de los mejores lanzadores cubanos de todos
los tiempos, debutó con el Almendares en la temporada
1907-08, siendo campeón de picheo ese año. Se le
conocía con el "Diamante Negro" y no jugó en
Grandes Liga porque esa organización no admitía
negros por esos años.
Otras grandes luminarias del béisbol
del período lo fueron, Adolfo Luque, quien debutó
con el Fe en 1912, desatacándose por su calidad y
perdurabilidad, jugó hasta 1939 en la Liga Cubana y en las
Grandes Ligas (1914-1935). Desde su debut se destacó como
pícher y bateador, siendo campeón de bateo en 1917
jugando con el Orientals. En Grandes Liga fue campeón de
picheo en 1923 de la Liga Nacional jugando para el Cincinatti
(ganó 23, perdió 8, con 9 lechadas). Tomó
parte en dos Series Mundiales, en 1919 con el Cincinatti y en
1933 con los Gigantes de Nueva York.
Miguel Ángel González,
receptor estelar del Habana, debutó en la temporada
1910-11, seguro a la defensa y aceptable al bate, jugó en
las ligares mayores norteamericanas entre 1912-1932.
Alejandro Oms pelotero Villareño que
jugó en la Liga Cubana y es considerado uno de los mejores
bateadores cubanos de todos los tiempos.
Otros grandes del béisbol cubano de
este período fueron: Julio Rojo, Baldomero Acosta, Manuel
Cueto, Zabala, Medero, entre otros muchos que fomentaron la
pasión beisbolera entre los cubanos.
Los peloteros cubanos fueron los primeros
en aparecer en los campeonatos de Grandes Ligas de los Estados
Unidos, esto ocurrió en 1911 cuando los Rojos de
Cincinnati contrataron a los jugadores Armando Marsans
(1911-1918) y Rafael Almeida (1911-1913). Tras el contrato de
ellos se hizo habitual la presencia de peloteros cubanos como
fueron los casos de Miguel Ángel González
(1912-1932), Jacinto Calvo (1913-1920), Adolfo Luque (1914-1935),
Manuel Cueto (1914-1919), Ángel Aragón (1914-1917),
Emilio Romero (1915-1928), José Rodríguez
(1916-1918), Oscar Tuero (1918) Ricardo Torres (1920-1922) y
José Acosta (1920-1922). Muchos más hubieran sido,
pero los grandes peloteros negros de los equipos cubanos no
pudieron jugar en Grandes Ligas, jugaron en las Ligas Negras de
los Estados Unidos y allí brillaron.
La Liga Cubana de Béisbol se
caracterizó por su tendencia cerrada y por constituirse en
freno para el desarrollo y la expansión de figuras y
equipos. Surgen diferentes ligas, algunas semi-profesionales y
campeonatos donde juegan peloteros nuevos y otros que
habían visto pasar sus mejores momentos.
El béisbol aficionado coexiste con
el profesional, pero sin su arraigo, la Liga Nacional de
Béisbol Amateur dirigida por José Sixto de Sola se
crea en 1914, integrada por los equipos, Vedado Tennis, Instituto
de La Habana, Sociedad de Marianao y Atlético de Cuba,
todo de La Habana. Eras equipos de sociedades privadas con
asociados que podían darse el lujo de jugar béisbol
por afición, frente a los cientos de peloteros populares
obligados por la pobreza a buscarse el sustento o alguna entrad
de dinero en la Liga Profesional.
El boxeo llega a Cuba alrededor a
principios del siglo XX cuando en La Habana se presentaban peleas
de exhibición con peladores extranjeros de paso por la
ciudad, en 1910 llega Cuba un boxeador de origen chileno John
Budinich Taborga procedente de los Estados Unidos, se presenta en
varias peleas de exhibición poco tiempo después
crea la primera Academia de Boxeo en La Habana con el apoyo del
Vedado Tennis Club, enseñando las técnicas del
boxeo a un pequeño grupo de entusiastas, entre los que se
cuentan Víctor Achán, Tomás Galiana, Miguel
Febles y Bernardino San Martín, ninguno de ellos grandes
boxeadores, pero sí figuras ligadas a la promoción
del boxeo en Cuba.
Las peleas se organizaban con
carácter amistoso en las denominadas "fiestas" donde los
propios peleadores corrían con los preparativos. Este fue
el origen de los primeros campeonatos cubanos, Víctor
Achán defendió y retuvo en 1913 el campeonato los
pesos mosca (51 Kg.), derrotando a Florentino Llano; días
después Tomás Galiana vencía por fuera de
combate a generoso Castillo en los pesos plumas, 57 Kg. Y en
octubre del propio año, Manolo Vivanco le ganó a
Pedro Rodríguez en los pesos ligeros, 60 Kg. De esta
época de inicios es la pelea del norteamericano John
Lester Johnson, ganador en 1914 frente al campeón cubano
de los pesos completos, Anastasio Peñalver.
Estos primeros encuentros llevaron a la
construcción del primer local para boxear en La Habana,
"The Stadium", levantado en 1915 en la explanada del Maine por el
director del periódico, "Havana Post", George Brandt. Este
fue lugar propicio para promover peleas profesionales de
pugilistas norteamericanos, muy bien acogidas por el
público, pero que fracasaron como negocio por los
escandalosos arreglos de peleas, que alejaron al público
del espectáculo boxístico e hicieron quebrar al
local.
Entre los más sonados
escándalos de la época estuvo el combate
"arreglado" entre Jack Johnson, campeón negro de los pesos
completos y el retador Jesse Willard, la "Esperanza Blanca". La
pelea se celebró en el "Oriental Park" de Marianao y tras
26 asaltos, sin ventajas para ninguno, el campeón se
dejó caer y esperó el conteo de 10 en una evidente
entrega de la pelea que todo el público y la prensa
presenciaron.
A pesar de estos problemas, la
afición por el boxeo aumentó, creciendo el
número de locales para boxeo en la capital, incluyendo los
teatros que se alquilaban para tales espectáculos. En 1916
el alcalde de La Habana, Varona Suárez prohíbe el
boxeo por salvaje y nocivo.
El boxeo pasó al interior del
país y esto contribuyó al fomento de este deporte
en ciudades como Matanzas, Cienfuegos, Sagua la Grande, Ciego de
Ávila, Palma Soriano, Santiago de Cuba, Guantánamo,
Baracoa, Manzanillo, etc.
En 1918 el boxeo reaparece en La Habana en
el "Ring Cuba" patrocinado por los periodista del
periódico Cuba, Vicente Cubillas y Bernardino San
Martín, en el patio de dicho diario. El boxeo quedó
afianzado como espectáculo en el país.
La popularidad de los programas del "Ring
Cuba" y la gratuidad para ver las peleas hicieron pequeño
el local, que se trasladó para el más espacioso,
"Black Cat Ring", donde se cobraba la entrada y disminuyó
el público. Estos mismos promotores abrieron
también el "Ring de Recreo".
La muerte en el ring del boxeador Joe
Marroquín, hizo que se prohibieran los espectáculos
de boxeo en La Habana en 1919, autorizándose meses
después con la salida de la alcandía de Varona
Suárez. Cubilla y San Martín se convirtieron en
grandes promotores del boxeo asociados ahora con los empresarios
de espectáculos Santos y Artigas a partir de diciembre de
1920. Los promotores Clodomiro y Miguel Castro contrataron
boxeadores extranjeros y montaron pelas de exhibición en
la arena "Habana Boxing", del Palisades Park, en 1920.
El 13 de diciembre de 1921 por Decreto
presidencial se crea la Comisión Nacional de Boxeo y
Lucha, con el objetivo de organizar estos deportes de combate
convirtiéndose en la primera institución estatal de
deportes en Cuba.
Para el 11 de mayo de 1922 se convoca el
primer campeonato cubano de boxeo y sus primeros campeones
fueron: Eladio Valdés, 48 kg.; Miguel castro, 51 kg.; Luis
Sardiñas, 54 kg.; Pablo Roca, 57 kg.; Abel
Domínguez, 60 Kg.; Enrique Ponce de León, 63,5 kg.;
Rafael Rodríguez, 75 Kg.; Santiago Esparraguera, 81 Kg. y
Antolín Fierro, más de 81 kg.
El fútbol se juega en Cuba desde
inicios del siglo XX, primero entre emigrados y ciudadanos
extranjeros residentes y luego algunos cubanos. En 1909 se
organiza el primer Club en La Habana, integrado por cubanos
educados en Inglaterra y algunos españoles, este equipo
llevó el nombre de "Hatuey Sport Club", dirigido por
Manuel Rodríguez y Raúl Lombard. A instancia de
ellos se creó un segundo club formado por jóvenes
ingleses, el "Rovers Athletic Club" dirigido por Percy Evered,
James Ogilvie y William A. Cambell.
El primer enfrentamiento entre ambos
equipos se produjo en los Campos de Palatino, barriada del Cerro
el 11 de diciembre de 1911. Posteriormente se organizó una
Liga a la que se unió el "Club Internacional" integrado
por españoles. Estos emigrantes españoles fueron
los principales animadores del fútbol cubano al crear
clubes en sus sociedades regionales: se crearon los clubes,
"Hispano-Americano", "Fortuna", "Olimpia", "Centro gallego",
"Juventud Asturiana", etc.
El baloncesto comenzó a jugarse en
Cuba en 1905 traído por estudiantes cubanos que lo
aprendieron en los Estados Unidos y lo continuaron practicando en
el gimnasio de la Asociación de Jóvenes Cristianos
(YMCA) fundado en 1902 en la calle Egido. Al principio fueron
encuentros de dos contra dos y tres contra tres, hasta que se
formaron los tradicionales quintetos.
Pronto se comenzó a jugar en la
Universidad de La Habana debido al entusiasmo de José
Sixto de Sola, quien preparó un equipo que el 13 de
octubre de 1906 se enfrentó al de la YMCA, ganando la
Universidad. En 1907 se organizó un campeonato al que se
inscribieron además de los dos equipos mencionados, otros
clubes de sociedades deportivas y de recreo. La YMCA ganó
este primer torneo.
Los torneos inter-clubes se siguieron
organizando hasta que en 1915 se crea la Liga Nacional de
Baloncesto de Cuba[2]auspiciado por José
Sixto Sola y que organizó campeonatos hasta 1922 en que
fue creada la Unión Atlética Amateurs de Cuba
(UAAC) que desde entonces organiza los torneos reconocidos como
oficiales.
Otros deportes contaban con practicantes
agrupados en Clubes y Sociedades exclusivas, como por el ejemplo
el tenis de campo y el voleibol, este último introducido
en Cuba durante la segunda intervención norteamericana y
practicado en un primer momento en los terrenos del Campamento
Militar de Columbia[3]y luego en algunas escuelas
y sociedades como entretenimiento.
Las carreras de caballo autorizadas en 1919
por la Ley de Turismo al igual que el Jai-Alai, ambos más
espectáculos que deportes, reportaron grandes ganancias a
sus promotores. En el caso de los caballos se nombró
presidente del Hipódromo de Marianao a Ricardo Dolz, amigo
íntimo del presidente de turno Mario García
Menocal,
El tiro deportivo reservado a los militares
y a los aristócratas aficionados que podían
costearse armas y cartuchos. En este período se inician
los Campeonatos de Toro al Plato (1912) en el Club de Cazadores
del Cerro, ganado por Sergio Rocamora y el Campeonato Nacional de
Tiro al Pichón (1916), ganado por Isolino F. Iglesias.
Otras modalidades se practican de modo irregular en los campos de
tiro de la Cabaña y Columbia.
Las regatas de remo se regularizan en La
Habana, Cienfuegos y Varadero, principalmente en las modalidades
de cuatro y ocho con timonel a la distancia de 1 500 metros. En
1921 se organizan las primeras regatas nacionales.
Autor:
Ramón Guerra
Díaz
[1] Ingirió manzanas verdes en el
trayecto y los dolores de estómago, le impidieron ganar
la carrera.
[2] El primer torneo de esta Liga lo gana el
Club Atlético de Cuba
[3] Hoy Ciudad Escolar Libertad