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Desarrollo local, aproximaciones e intervención




Enviado por Angelito Bejarano



  1. Presentación
  2. Introducción
  3. Antecedentes
  4. Desarrollo
  5. El Municipio Como
    Fuente de DL
  6. Los Retos del
    DL
  7. Conclusiones
  8. Referencias
    Bibliográficas

1.
Presentación.

Entender al DL (DL) como un concepto dinámico
incluyente al ciento por cierto no es cosa fácil. Aun que
existen varias aproximaciones que interpretan al DL como una
metodología que incluye estrategias y planes con el objeto
de la mejora económica de un sector o industria, dicho
concepto sigue siendo limitadamente superfluo de
definir.

En ente trabajo se presenta un ejercicio reflexivo sobre
de las perspectivas del DL, así como la
identificación de las principales problemáticas o
retos a los que se enfrentan los gobiernos al implementar
proyectos de DL, partiendo de una definición propuesta por
estudiosos del tema y la perspectiva propia del tema como
concepto. En el ejercicio se incluyen también
además de presentar la una breve observación sobre
el debate entre DL versus crecimiento económico, los
conceptos de desarrollo sostenible y humano, así como sus
perspectivas sociales y económicas. Previo a las
conclusiones se abordara el desarrollo endógeno desde la
perspectiva estrictamente económica y su convergencia con
el tema principal, y finalmente una conclusión concreta de
las relaciones entre las y los distintos modos de
presentación y operatización del DL.

1.2.
Introducción.

En 1975 El Banco Mundial gestiona una definición
muy completa, pero un tanto general del DL, este la define
como una estrategia diseñada para mejorar el nivel de
vida, económico y social de grupos específicos de
población.
Algunos teóricos (Vázquez
Barquero, 1997; Paz Sunkel, 1986 y Thompson, 1968) coinciden en
la concepción del DL como el proceso de
transformación de la economía y de la sociedad
local, orientado a superar las dificultades y retos existentes,
que busca mejorar las condiciones de vida de su población
mediante una acción decidida y concertada entre los
diferentes agentes socioeconómicos locales,
públicos y privados, para el aprovechamiento más
eficiente y sustentable de los recursos endógenos
existentes, mediante el fomento de las capacidades de
emprendimiento empresarial local y la creación de un
entorno innovador en el territorio.

Definición integral debido a que bajo este
enfoque también se considera la importancia del capital
social y los enlaces de cooperación con agentes externos
para incluir recursos humanos, técnicos y monetarios,
entre otros, lo que contribuye a la estrategia local de
desarrollo. En la misma sintonía, para Boisier (1999) el
DL busca viabilizar el proceso de construcción de una
capacidad social (en una localidad o territorio) encaminada a
promover acciones conjuntas y participativas, convergentes hacia
fines colectivos y democráticamente aceptados, dirigidas a
obtener un resultado final que presente un mayor impacto en la
situación inicial.

A raíz de lo anterior, personalmente concreto mi
definición como lo siguiente: El DL es la
optimización del aprovechamiento de los recursos humanos y
naturales propios de una zona determinada, llamados
endógenos, que a través del diseño y
elaboración de una política multisectorial cuyo
objetivo consiste en el desarrollo integrado de un territorio se
logra el crecimiento de una región. El sufijo local,
supone que hay recursos humanos, naturales, sociales y
financieros, entre otros en la localidad, que pueden ser
movilizados; en este sentido deberá ser endógeno,
ya que es posible lograr los volúmenes de
producción que requieren los mercados grandes,
aprovechándolos recursos locales a través de la
articulación productiva de los pequeños productores
en territorio.

Para comprender mejor la significancia del tema central,
es fácil entender el sufijo del concepto, local, refiere a
un espacio geográficamente definido y
socioeconómicamente delimitado. Por su parte el concepto
de desarrollo es una noción muy trabajada en las
últimas décadas. En la literatura moderna se le
aborda desde diversas ciencias y con distintos sentidos, por un
lado en el campo de las ciencias económicas con frecuencia
ha sido tratado como sinónimo de crecimiento
económico. Por el otro el progreso que la sociedad va
alcanzando en el sentido de su análisis desde posiciones
cada vez más multidisciplinarias, ha generado la
formación de un enfoque cada vez más integral del
concepto del desarrollo.

Sin embargo la evolución en la elaboración
de estas concepciones del DL transita de modo paulatino a
través de valoraciones críticas, la
percepción por un lado del fomento a la actividad
económica desde la perspectiva regional y el
interés de los gobiernos por integrar acciones de
aceleración económica son factores que se
manifiestan en su definición perse, lo que ha permitido
que cada vez se incluyan más sustentos del término
de DL. El DL posee sus fundamentos en la sociedad, pero no en
general, sino en función de su contextualización en
términos espaciales y temporales (Enríquez,
2001).

Este devenir tema en la actualidad enfocado con un valor
práctico para la construcción de instrumentos en
materia política y económica es el problema de
fondo al que se dedica el presente trabajo.

El DL tiene sus orígenes en el desenvolvimiento
del desarrollo económico territorial y está
directamente relacionado con otros conceptos, como son el
bienestar, el crecimiento, el progreso y la sostenibilidad; hace
referencia, no sólo al crecimiento económico, sino
también al crecimiento social y cultural en un sentido
más amplio e integrado.

2.
Antecedentes.

El DL surge fundamentalmente en Europa, como respuesta a
las crisis macroeconómicas en múltiples etapas de
la región supranacional. Nace en respuesta de una
necesidad de regulación de integración horizontal y
prácticamente emerge de la dialéctica global local
propia de la globalización(Enríquez,
2001:8).

Los antecedentes del DL como ya se ha mencionado no son
modernos, se remontan al siglo pasado, a través de la
concepción misma del concepto puro de desarrollo, sus
efectos en la sociedad y los mecanismos utilizados por los
gobiernos para suscitarlo. Los orígenes del gran tema de
Dl están ligados al debate de los conceptos de espacio y
territorio, los cuales se introdujeron a la teoría
económica con el objetivo de determinar los factores que
impactan en la localización en el espacio
geográfico de las actividades productivas.

Algunos aspectos importantes como la
identificación del espacio productivo o el espacio
geográfico de una actividad económica, se deben a
las aportaciones de Marshall en sus postulados sobre la
teoría de la organización industrial centrada en la
concepción de una atmosfera productiva, donde los agentes
económicos y sociales interactúan en un espacio
geográfico con un objetivo en común o intereses a
fin (Sforzi 1999: 21). Este origen permitió a los
estudiosos modernos considerar simultáneamente, dentro del
análisis económico las dimensiones sociales y
territoriales en las que un sistema productivo se halla operando.
Además surgen algunos conceptos que refuerzan la
cognación del DL, como las economías externas
locales, referidas a la interdependencia que existe entre las
empresas y el territorio donde se encuentran, es decir, que la
aglomeración de industrias o empresas en un determinado
espacio geográfico reduce costos de producción y se
tiende a maximizar beneficios (Becattini, 1987).

Al resaltar los orígenes del DL, resalta un
aspecto de suma importancia llevado a debates por los estudiosos
de la economía domestica, y que se relaciona
específicamente con el significado de lo local. Lo local
puede considerarse como un ámbito territorial, delimitado
por el alcance de ciertos procesos, es decir, como escenario de
la interacción cotidiana entre distintos actores en una
economía cerrada.

Lo local y sus vinculaciones a posibilidades de
desarrollo se despliegan frente a la crisis del modelo de
acumulación fordista, tratando de buscarse en lo local
experiencias de ajuste productivo flexibles en el territorio, en
el que ya no se piensan en formas centralizadas y rígidas
determinadas por grandes aparatos industriales, sino más
bien por mecanismos flexibles de organización productiva,
considerando precisamente los recursos disponibles en el
territorio.

El DL integra diversos aspectos intrínsecamente
asociados al espacio geográfico que caracterizan de
primara mano el eje específico de su connotación,
su carácter local, dado que se circunscribe a un
territorio perfectamente definido, especialmente municipal y,
sobre todo, subregional; la dimensión social, dado que sus
acciones se dirigen preferentemente a la creación de
puestos de trabajo, primando el desarrollo personal; una
dimensión institucional, al estar controlado por la
Administración Pública (gobierno central) para
asegurar la coordinación de los agentes económico
implicados; el factor económico, dado que las iniciativas
que se llevan a cabo se realizan con un carácter rentable
y eficiente; el elemento cooperativo, pues dada la magnitud de
los procesos que incluye, exige la colaboración e
implicación de múltiples organismos y colectivos y
el factor instrumental o intervencionista, lo cual facilita la
resolución de los problemas de diseño y
gestión que puedan surgir (creación de ayudas de
desarrollo por parte de agentes externos publico o
privados).

En el proceso de DL se distinguen tres dimensiones
principales, la dimensión económica, socio-cultural
y una tercera dimensión política administrativa o
de implementación de políticas territoriales. Es
importante señalar la importancia que tiene el factor
social dentro de la implementación de instrumentos de DL
(proyectos, políticas, reformas, etc.), lo cual permite
hablar de un DL y social haciendo hincapié en la
importancia de los recursos humanos como elemento primordial en
la operatización de los planes ejecutados por el gobierno
o las instituciones implicadas en dichos procesos.

Desarrollo.

  • 3.1. Contrastes Institucionales en Materia
    de DL.

Lo local tradicionalmente se restringe a lo simple, a lo
más pequeño geográficamente delimitado
(Díaz y Ascoli, 2006). Con la globalización se
redimensiona el espacio y se pasa a la construcción de una
estrategia de desarrollo que incorpora a los diferentes actores
económicos, sociales e institucionales implicados, los
cuales, al optimizar los recursos locales, generan respuestas de
combate a la pobreza, o generación de nuevos empleos,
propiciando el bienestar colectivo y una gestión
estratégica incluyente, participativa y
democrática.

La mejor manera para comprender el DL es bajo la
perspectiva del enfoque sistémico; es por medio de este
enfoque, donde lo local está conformado por un conjunto de
elementos localizados y en interacción dinámica,
dentro de los límites de un espacio físico
determinado, organizados en función de un fin.

El sistema, con relación a la
interrelación de las personas, hace referencia a lo
administrativo, lo político y lo social, además de
lo cultural. No obstante, para visualizar el sistema
económico local, pero también comprende el sistema
ambiental, social, económico y político de la
localidad.

En función de lo anterior, la
interpretación del DL y la intervención de los
actores hacedores de política o diseñadores de
instrumentos de alto impacto en la sociedad, deberá estar
sujeta al diagnostico de factibilidad de dos interrogantes
sustanciales.

¿Cuáles son las condiciones necesarias
para conseguir el desarrollo? y ¿Cuáles son los
elementos que caracterizan el DL?.

Responder ambas preguntas representa un enorme trabajo,
minucioso tiempo invertido en diagnósticos y estimaciones,
parámetros y factores que fomenten o inhiban el desarrollo
económico local. Sin embargo, para fines prácticos,
se presentan las respuestas a raíz de los elementos
presentados por Albuquerque (2003) y Enríquez
(2001).

En una primera aproximación, el DL deberá
establecer dos condiciones; acceso a los servicios sociales y de
participación social. En la primera condición, se
hace referencia a los sistemas de educación, y a la
satisfacción de las necesidades básicas en
términos de alimento, vivienda, vestido, salud y
seguridad.

Aunado a lo anterior, se debe mantener a una
población informada, responsable e interesada en la
gestión de las finanzas públicas y privadas, un
gobierno local sujeto y expuesto a la transparencia y a la
incorporación de la población en su gestión,
en el diseño de estrategias, en la priorización de
proyectos a emprender y en la realización e
implementación de los mismos, compartiendo los objetivos,
la realización y los beneficios.

En respuesta a la segunda pregunta, existen cuatro ejes
transversales por los cuales fluyen los proyectos de DL; el
carácter territorial dado que el espacio
geográficamente definido es identificado, ya sea a escala
nacional, municipal o regional; la dimensión social y el
carácter inclusivo dado que se pueden incorporar actores
económicos de diferentes escalas productivas; una
dimensión económica, pues las iniciativas que se
llevan a cabo se realizan con un carácter rentable y
eficiente.

Los diferentes autores coinciden en señalar que
los actores de un proceso de DL son las personas que residen y/o
trabajan en un territorio determinado, las organizaciones de
base, las organizaciones intermedias, las instituciones, las
comunidades organizadas, el gobierno local, las empresas locales,
el gobierno nacional en sus instancias locales, nacionales o
regionales y la cooperación internacional, y otros actores
de la sociedad civil (Albuquerque, 2006).

3.2. Dimensiones del DL.

Ciertamente el DL es un concepto que se construye desde
distintos enfoques, lo que conduce a configuraciones
teóricas y políticas también diferenciadas,
como las explicadas anteriormente. En la actualidad existe un
consenso evidente por entender el DL como un proceso que conjuga
una dialéctica de niveles horizontales (desarrollo
regional) además de político espacial (local,
nacional, global) como una condición para su viabilidad y
sostenibilidad.

La dinámica territorial y la orientación
democrática que le adhieran al proceso dependerán
de la capacidad de concertación de los actores locales.
Así los actores locales o pseudo-locales, podrán
potencializar las energías y recursos disponibles en un
territorio con el fin de avanzar en el logro del beneficio para
todos, en un contexto de convivencia democrática entre
diferentes, de justicia social entre desiguales y de
inclusión política (Velázquez,
2007).

3.3. El Territorio.

Enríquez (2001) argumenta que el DL
es un proyecto de territorio concertado por actores locales con
el propósito de elevar la calidad de vida de sus
habitantes de manera sistémica y creciente, el territorio
redefinido como sujeto de desarrollo es el punto de partida para
la definición de lo local y de su gestión como
elemento de crecimiento económico.

El territorio es el indicador de lo
existente, es en el espacio finito donde se expresan los recursos
naturales y construidos, y los actores locales con sus
capacidades para activar las potencialidades existentes, para
proponer y construir el deber ser, para articularse en
mancomunidades, entre regiones, a nivel país y en
comunidades transnacionales.

El territorio en los marcos del DL
requiere, no obstante, de autonomía política y de
capacidad para tomar decisiones de acuerdo a la dinámica y
a las especificidades locales.

Sin un adecuado proceso autonómico
fortalecido por la descentralización del Estado, es
difícil la implementación de políticas de
DL, pues sus objetivos no serían viables sino
sub-empleados en perspectivas definidas externamente que
normalmente recaen en los grupos centralizados de poder y/o en
objetivos transnacionales.

3.4. Identidad/Cultura.

El concepto de identidad entraña un
sentido de pertenencia, una historia compartida, visiones y
valores que permiten al colectivo la interacción. Desde
esa perspectiva, el territorio en sí es portador de la
identidad colectiva.

América Latina es un mosaico de identidades: los
diferentes países y su diversidad de territorios
están atravesados por una multiplicidad de pueblos y
culturas que configuran, a su vez, identidades específicas
y, más aún, dispersas.

Desde la cosmovisión aymara, se sostiene la idea
de que el primer paso en la construcción de una nueva
perspectiva de desarrollo es el reconocimiento de sí
mismo, lo cual supone una reflexión sobre las
raíces históricas y culturales que
permitiría a los diferentes colectivos construir su propia
identidad (Ponce, 2001).

Además de la perspectiva étnica, las
identidades incluyen la dimensión de género que
atraviesa etnias y sociedades, toda vez que hombres y mujeres
tienen roles y visiones específicas, necesidades y
propuestas, dinámicas organizativas y económicas
que necesariamente deben estar presentes, abierta y
transparente-mente, en las agendas de DL.

3.5. Política.

Un continente rico en naturaleza, biodiversidad,
diversidad cultural y con gran potencial económico exhibe,
contradictoria-mente, indicadores de pobreza que no se compadecen
con los recursos existentes. Ciertamente la historia de
colonialismo y dependencia explican en gran parte esta
situación, pero la pobreza y la exclusión son
también responsabilidad de los actores internos que han
sido incapaces de definir agendas concertadas de país con
objetivos estratégicos de largo alcance.

Aquí, la construcción de actores con
capacidad estratégica de acción es una
condición necesaria para ejercer procesos de DL, pero si
estos no tienen capacidad de decidir sobre el futuro de su
territorio, entonces estamos entrampados en el localismo y
actuando para viabilizar intereses externos y mantener el modelo
vigente. Para superar esta limitación propia de la
estructura centralista del Estado es absolutamente imprescindible
que la acción estratégica de los actores locales
esté imbuida de acción política con miras a
incidir en los poderes tradicionales que mantienen las
estructuras excluyentes del mal-desarrollo y lograr
transformaciones en lo local-nacional con altos niveles de
autonomía local.

En otras palabras, estos procesos no están
totalmente determinados por mecánicas preestablecidas de
acumulación, sino que admiten la idea de oportunidades al
alcance de estrategias de actores capaces de
utilizarlas.

3.6. Económica.

El desarrollo económico es la base fundamental de
toda propuesta de desarrollo. La diferencia que marca la
perspectiva latinoamericana es que no lo concibe como crecimiento
económico sino como economía sustentable. En otras
palabras, dadas las actuales condiciones de degradación de
los ecosistemas, la economía no puede crecer
ilimitadamente, a riesgo de volverlos incapaces de autor
regeneración o re asimilación.

Se trata, pues, de un crecimiento cualitativo, es decir
de uno que no suponga presión sobre los recursos
naturales, entendiendo la interdependencia de procesos y
estructuras que conforman los vínculos de la sociedad con
la naturaleza. Con este enfoque de crecimiento el ser humano con
sus interacciones y los elementos de la naturaleza son vistos
como recursos humano, social, natural.

Desde la nueva perspectiva, estos elementos son parte de
un sistema solidario basado en la satisfacción de
necesidades y no en el consumismo mercantilista propio de la
época capitalista globalizada.

El objetivo, aquí, es propiciar el buen vivir o
el bienestar de la población local, con énfasis en
la igualdad de oportunidades para los más pobres,
fomentando actividades económicas que apunten hacia ese
objetivo y con políticas claramente subordinadas a los
requerimientos sociales, culturales y ambientales a fin de
desestructurar el tradicional esquema
económico.

3.7. DL o
Endógeno.

El concepto de desarrollo endógeno o desarrollo
territorial gesta su origen como respuesta al pensamiento
dominante en las décadas de los cincuentas y sesentas, los
cuales se enmarcaban en la práctica del paradigma
industrial fordista y en el intervencionismo de arriba hacia
abajo, de las innovaciones e impulsos de cambio (Boisier,
2002).

También, el desarrollo endógeno (local) o
desarrollo regional es definido como un procesos de crecimiento y
cambio estructural, el cual, mediante la utilización del
potencial de desarrollo existente en el territorio, se conduce a
elevar el bienestar de la población en una localidad o
región, y con ello si la comunidad local es capaz de
liderar el proceso de cambio estructural, nos encontramos ante un
proceso DL endógeno (Vázquez Barquero,
2000).

Como ya se ha mencionado, en las últimas
décadas aparece junto al concepto de DL, el concepto de
crecimiento endógeno, situado en los nuevos modelos de
crecimiento económico global que hacen de la
innovación tecnológica un fenómeno interno
de la función de producción, dejando la
concepción neo-clásica del factor residual de
Solow.

El modelo de producción endógena
contribuye a optimizar las potencialidades locales, los recursos,
el territorio y las formas alternativas de producción,
para identificar las competencias creativas que permitan a las
poblaciones enfrentar los desafíos del orden mundial y
lograr la satisfacción de las necesidades básicas
con equidad, a partir de la diversidad social y cultural, como
parte de un sistema local.

Autores como Calafati (1998) y Garofoli (1995) enfatiza
en que las unidades fundamentales son seres humanos y conforman
un sistema local abierto e incluye la interacción entre el
sistema y su entorno; además, el desarrollo
endógeno transforma el sistema socio-económico
reaccionando a los desafíos externos, por lo cual se
define el desarrollo endógeno como la habilidad para
innovar a nivel local. Una ventaja interesante de las regiones
radica en el hecho de que los factores endógenos permiten
la acumulación de capital dando lugar a economías
de escala, internas y externas mediante la creación de
valor agregado.

Para Boisier (1999), la endogeneidad del desarrollo
regional habría que entenderla como un fenómeno que
se presenta por lo menos en cuatro planos que se cortan y se
cruzan entre sí político, económico,
cultural y científico- tecnológico; esta
percepción suele manifestarse con mayor fuerza en las
economías más avanzadas como las de USA, UK,
Japón, China, Francia y Alemania.

4. El Municipio
Como Fuente de DL.

Considerando que lo local, se refiere a lo
geográficamente inmediato y por inmediato
políticamente nos referimos al municipio, debido a que en
países como México, las dimensiones de gobiernos
son, nacional, estatal y municipal; el DL, tiene como punto de
partida el municipio, en el se establecen las política
públicas ligadas directamente con la comunidad, por ello
requiere la creación de infraestructura básica
orientadas al fomento y promoción económica para su
desarrollo. Bajo esta perspectiva El DL es un proceso a
través del cual se articulan las potencialidades,
municipales, estatales, regionales, nacionales e internacionales,
es la posibilidad de integrar lo local a lo global, orientadas a
ampliar las condiciones productivas, sociales y
democráticas de la población en un
territorio.

El efecto de la globalización en el territorio
impacta a todos los órdenes económicos,
políticos, sociales, y culturales en la dinámica de
un país, o estado, donde, el municipio como espacio,
territorio y gobierno no puede escapar a esta dinámica; la
globalización al mismo tiempo que genera un proceso de
interrelación y liberalización mundial, propicia el
libre flujo de bienes, servicios y de capitales, también
genera un proceso de regionalización, en este proceso, las
tecnologías de la informática y las comunicaciones
juegan un papel primordial, de tal forma que los países,
los estados y en menor medida los municipios han entrado a una
fase de modernización para hacer frente a los retos que
este fenómeno imponen.

Uno de los principales retos que en esta perspectiva se
evidencian, se deba a que el municipio como agente del DL,
requiere profesionalizar a los servidores públicos e
impulsar el servicio civil de carrera, modernización
administrativa, promoción de la participación
ciudadana como elemento sustancial de las acciones de gobierno y
decisiones colegiadas y sobretodo consolidar la
administración de las finanzas públicas municipales
y la posibilidad de crear redes municipales nacionales e
internacionales.

Las autoridades locales son agentes importantes en los
procesos de DL. Muchas veces son los líderes principales
de las iniciativas de DL al impulsar en sus territorios la
movilización y concertación de actores para el
desarrollo económico y la creación de empleo a
nivel local. En otras ocasiones, son otros actores (organismos de
cooperación internacional, organizaciones no
gubernamentales, entidades financieras de desarrollo,
jóvenes empresarios, etc.) los que inician los procesos de
DL, aunque muy pronto se requiere la incorporación activa
de los gobiernos locales, los cuales permiten dotar a las
iniciativas de DL del mayor grado de
institucionalidad.

En todo caso, la elección democrática de
las autoridades locales (municipales y estatales,) ayuda a
introducir una tensión básica para la
presentación de programas y propuestas consistentes de
desarrollo a favor de la ciudadanía a la que se solicita
el voto. Es por ello que la descentralización, al permitir
la autonomía de los niveles locales, puede constituir,
siempre y cuando se dote de recursos reales y trasferencia
efectiva de competencias, una herramienta fundamental para el
fomento del DL.

5. Los Retos del
DL.

En los noventas aparece el concepto DL, incorporando
débilmente algunas tradiciones teóricas como las
indicadas y actuando inicialmente como autodefensa frente a las
consecuencias del neoliberalismo, mediante propuestas que llegan
del trabajo social, el análisis geográfico
regional, de la ciencia política y tanto de
microeconomía como de la Macroeconomía (Henderson y
Thomas, 1992; Pérez y Carrillo, 2000).

Considerar elementos o conceptos como oportunidades de
mejora, retos o ejes de diseño de implementación
política es tara de las autoridades gubernamentales,
cuestión en la que no se está en desacuerdo; sin
embargo identificar cuáles y en qué sectores se
debe intervenir mediante que procesos y en virtud de que
escenarios, esta sí que es tarea del área
científica o de investigación.

En concreto, a continuación se presentan ocho
elementos en los que toda economía de cualquier
país debe pensar, antes de diseñar o elaborar
manuales y procedimientos de intervención en planes de
desarrollo económico.

  • 1. La continua y creciente polarización
    social de la población.

  • 2. La reprivatización social del
    Estado.

  • 3. La recolonización del control de los
    recursos de producción y del capital en su
    conjunto.

  • 4. La expansión de la resistencia
    popular y la deslegitimación del
    neoliberalismo.

  • 5. La acentuación de la inestabilidad
    política, (pero aún con el voto como mecanismo
    de alternancia de gobiernos).

  • 6. Elaboración de un proceso de nueva
    subjetivación social o constitución de nuevos
    sujetos sociales.

  • 7. La creciente ocupación militar del
    territorio latinoamericano por las fuerzas armadas de los
    Estados Unidos. Un horizonte de conflictos de
    poder.

Los seis primeros puntos pueden tener una
relación casi directa con el DL, en la medida en que
aparecen nuevas necesidades debido a la polarización y la
recolonización. El Estado no responde a ellas, la
ciudadanía ya no cree en las recetas neoliberales y se
subleva, lo que produce un fermento particular en la sociedad,
sobre todo a escala local.

En el proceso de desarrollo hay diferentes retos que
superar, y siempre competencia nacional, municipal, estatal por
avanzar, sin embargo aunado a esto, tenemos la presencia de los
actores económicos, individuos, empresas, instituciones y
países queriendo un desarrollo. Los efectos de la
globalización generan más escenarios de
competencia. Es evidente que se tienen realidades donde se debe
ser más competitivo si no se pretende quedar
atrás.

6.
Conclusiones.

La localidad se convierte en un eje fundamental del
desarrollo nacional, y su importancia radica en la
ejecución de planes realizados por las autoridades
locales, base primordial para el cambio en una región, un
estado o nación. Las autoridades locales deben buscar la
manera de integrar y concretar a los diferentes actores de la
comunidad, agentes económicos, organizaciones
cívicas entre otros, como lo señala Alburquerque en
2003.

Las estrategias de DL se van a seguir dando en el
futuro, cada vez con mayor asiduidad, además de ir
consolidando una importante cuota de mercado en el ámbito
de la inserción social por el trabajo. Por tanto, se abren
unas expectativas de futuro realmente positivas, tanto desde el
punto de vista aplicado como desde el campo de la
investigación empresarial y académica.

Las empresas de la Economía Social
pueden, dentro de su ámbito de actuación, favorecer
el DL. Los procesos de desarrollo en la forma de empresas
cooperativas, asociaciones, etc. juegan un papel cada vez
más importante para muchos municipios rurales y urbanos,
creando un nuevo espíritu de esperanza para el futuro y
estima personal.

Personalmente no creo que exista un modelo
único estático de desarrollo económico que
funcione siempre o se mantenga en operación en el
transcurso de las coyunturas históricas, misteriosamente
siempre ocurre algo, que impide a los actores responder para
sufragar la inevitable crisis o en el peor de los casos,
recesión.

Desde el ofrecimiento de la
modernización que asume el crecimiento económico,
hasta el desarrollo endógeno redimensionado conduce a la
afirmación de que no basta imitar a los países
industrializados para alcanzar en sentido lineal, el desarrollo.
Se deben fortalecer las competencias locales que optimicen las
potencialidades endógenas para que, de alguna manera, se
refleje el rostro humano en la misma globalización y se
fortalezca la creación de oportunidades para alcanzar un
desarrollo sostenible, humano, participativo e incluyente desde
los espacios locales.

7. Referencias
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Autor:

José Ángel Bejarano
Cortez

Evaluación de Proyectos Sociales.

Prof. Marcel Bonnet Escuela

Universidad de la Laguna

Máster en desarrollo regional formación y
empleo

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