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Estilos de Dirección, Liderazgo, Procesos Grupales y Resultados Competitivos (Beisbol) (página 2)



Partes: 1, 2

Las dimensiones del estilo se refieren al grado de
centralización o descentralización ejercido por el
DT en el proceso de toma de decisiones. Vale decir, el grado en
que estimula o establece límites y restricciones a la
participación de sus subalternos en dicho proceso. Las
dimensiones incluyen además su mayor o menor
orientación a la realización efectiva de tareas
fundamentales para la consecución de las metas, y a la
consideración de los sentimientos de los subalternos
mediante el desarrollo de interacciones emocionales. Finalmente,
se refieren a su vez, al grado de severidad en la
aplicación de medidas correctivas o disciplinarias
relacionadas con las faltas cometidas. Las actitudes de la
membresía hacia tales aspectos son medidos mediante un
diferencial semántico de Osgood.

3.3.1.8) Integración sociométrica
funcional y emocional de la membresía de un
grupo

Como ya planteamos en el marco teórico de esta
investigación, hemos considerado en nuestro trabajo, que
la mejor expresión de la integración
sociométrica en cualquiera de sus planos, lo constituye la
proporción de miembros que posee una integración
adecuada. Es decir, aquellos que tienen un Status
Sociométrico (Sp) alto o al menos medio, considerado a
partir del grado de significación de la proporción
de preferencias que el grupo le expresa. Será medida
mediante la utilización de procedimientos
sociométricos. Mayores especificaciones relacionadas con
este asunto están contenidas en la sección
correspondiente a las técnicas de
investigación.

3.4) Hipótesis
investigativa:

Mientras más favorables resulten las actitudes de
los miembros de los equipos hacia las diferentes dimensiones del
estilo característico de sus Directores Técnicos,
mejores sean las percepciones de aquellos de la condición
de líder de su capitán, pero menos integrados
sociométricamente se encuentren en los planos funcional y
emocional; mejores serán los resultados competitivos
alcanzados durante la competencia.

Como ya se ha señalado, para validar esta
hipótesis debieron controlarse una serie de variables
intervinientes en los resultados competitivos colectivos, las
cuales fundamentaremos al explicar la metodología
investigativa de este trabajo, en la sección
correspondiente al control de variables.

3.4.1) Fundamentación de la
hipótesis.

Fundamentaremos esta hipótesis en relación
con cada una de las diferentes variables de rendimiento
consideradas.

El nexo hipotetizado entre la condición de
líder del capitán y los resultados competitivos
alcanzados por los equipos durante la competencia, así
como la relación existente entre los niveles de
integración sociométrica grupal y tales resultados,
se fundamentan en los hallazgos de Casales y Cols. (2010), y en
Casales y Cols. (2013). Se trataba de equipos de fútbol
sala, pero trabajos realizados con un marco conceptual y
metodológico similar al de la presente
investigación.

La correlación directa y significativa entre los
resultados competitivos y la condición de líder del
capitán (el grado en que el capitán sea considerado
como un verdadero líder dentro de su grupo), tiene un
impacto favorable en los resultados competitivos alcanzados por
los equipos). Ello se fundamenta en lo siguiente:

Como ya hemos planteado, la Condición de
Líder Natural implica recibir un respaldo significativo de
manera espontánea por parte del grupo, realizar aportes de
significación a la tarea que el grupo realiza e influir y
motivar a los restantes miembros para la consecución de la
meta. Quiere esto decir, que si el Capitán, quien tiene
que cumplir importantes roles definidos por su status formal,
posee además la capacidad de arrastrar al grupo
espontáneamente, lograr que estén identificados con
él y activar las reservas motivacionales, los recursos y
el potencial de la membresía, ello se convertirá en
un factor decisivo para el incremento de los resultados
competitivos del equipo. Este fundamento es muy importante ya que
pone de manifiesto que el rendimiento competitivo de los equipos
que colectivamente se mueven en la dirección de una meta,
no depende solamente de las habilidades individuales de los
atletas, y del plan técnico-táctico y
estratégico del juego.

Para la fundamentación del nexo existente entre
las actitudes de los miembros hacia los patrones
característicos de las dimensiones del estilo de sus
Directores Técnicos, y los resultados competitivos
alcanzados, hemos utilizado como marco de referencia, la reciente
investigación desarrollada por Casales y Cols. (2013). En
este estudio se demostraron los efectos favorables de las
actitudes de los subalternos hacia todas las dimensiones del
estilo de sus directores, en los resultados competitivos de
aquellos. Mientras más favorables resulten las
predisposiciones existentes entre los miembros de los equipos
hacia tales dimensiones, ello producirá efectos más
favorables en el resultado alcanzado por el equipo.

Aunque en este caso se trataba de equipos de
fútbol sala, sin embargo, el estudio de referencia se
basó en una metodología similar a la del presente
estudio, así como un idéntico marco conceptual en
la definición de las variables involucradas. Se trata del
referente más cercano que tenemos desde el punto de vista
de los efectos de las actitudes de los subalternos hacia los
patrones comportamentales del estilo de sus directivos, desde la
perspectiva de la teoría y metodología
utilizada.

En cuanto a los Niveles de integración grupal, en
los planos funcional y emocional, correlacionados inversamente en
la hipótesis, nuevamente el trabajo de Casales y Cols.
(2013), brinda un fundamento.

3.5) Metodología de la
investigación.

3.5.1) Tipo de
investigación.

Seleccionamos un diseño de investigación
no experimental y transversal. Sobre esta base, el tipo de
investigación a realizar fue correlacional. Este tipo de
estudios tiene como propósitos medir el grado de
relación que existe entre dos o más variables en un
contexto particular. (Véase Hernández,
Fernández y Baptista, 1998). La utilidad y el
propósito principal de los estudios correlacionales es
saber cómo se puede comportar un concepto o variable
conociendo el comportamiento de otra u otras variables
relacionadas. Lo anterior se ajusta a los fines de nuestra
investigación, ya que tenemos como propósito medir
el grado de relación existente entre las diferentes
variables de nuestro estudio.

3.5.2) Universo y muestra de
estudio.

El universo de estudio de la presente
investigación fue la 52 Serie Nacional Cubana de
Béisbol, en su etapa clasificatoria, campeonato que tuvo
lugar de Noviembre del 2012 hasta Enero del 2013. Este campeonato
se realiza con una frecuencia anual y en la actualidad participan
un total de 16 equipos, representantes de las diferentes
provincias del país, teniendo en cuenta la División
Política Administrativa del mismo (15 provincias y un
municipio especial). Estos equipos están conformados por
un cuerpo técnico y 32 jugadores. (Véanse las
Estadísticas Oficiales de la 52 Serie Nacional Cubana de
Béisbol, 2013). El cuerpo técnico está
integrado generalmente por el Director Técnico del equipo,
un auxiliar, tres entrenadores, un carga bates, un médico,
un fisioterapeuta, un psicólogo, y un delegado. En
relación a los jugadores, solo 25 conforman la
nómina más estable, que viaja con el equipo a todos
los enfrentamientos en las diferentes provincias. El estudio se
realizó sobre la base de estos. Durante la etapa
clasificatoria del torneo, los equipos juegan todos contra todos.
Los enfrentamientos consisten en 3 juegos consecutivos que se
realizan en la sede de uno de los dos equipos, por lo que cada
equipo participa en un total de 45 juegos.

3.5.2.1) Selección de la muestra.

Seleccionamos una muestra no probabilística, en
vista de que solo fueron incluidos aquellos equipos que en la
etapa de las aplicaciones su calendario de juegos se encontraba
prefijado para los estadios correspondientes a las provincias
más occidentales del país: La Habana, Mayabeque,
Artemisa y Pinar del Rio. Únicamente estos estadios eran
accesibles a los investigadores, pues resultaba materialmente
imposible el desplazamiento hacia todas las sedes provinciales, y
seguir el movimiento constante de los 16 equipos de una provincia
a otra, considerando además la presión de tiempo a
que estaban sometidos. Por tales motivos, la muestra solo pudo
conformarse con los 5 equipos que resultaron accesibles: Ciego de
Ávila, Pinar del Río, Mayabeque, Camagüey y
Artemisa.

Como es conocido (véase Hernández,
Fernández y Baptista, 1998), una muestra seleccionada
sobre la base de este criterio, tiende a estar sesgada, lo cual
constituyó una de las limitaciones del presente estudio.
Por tanto, no se podía asumir que dicha muestra
resultaría representativa de la población de la
cual se extrajo (equipos participantes en la 52 Serie Nacional de
Béisbol, en su etapa clasificatoria), de ahí que
los resultados del estudio no permitieron realizar inferencias
sobre dicha población. Estos resultados tuvieron un valor
limitado y relativo a la muestra en sí.

De todos modos, en este caso una muestra no
probabilística resultaba adecuada (véase
Hernández, Fernández y Baptista, 1998) para un
estudio con un diseño de investigación en cierto
sentido exploratorio (no concluyente), en lo que se refiere a la
finalidad de documentar ciertas experiencias y poner a prueba
determinada metodología. Como hemos señalado,
nuestras investigaciones precedentes habían tenido lugar
con equipos de football sala (Casales y Cols., 2010 y Casales y
Cols., 2013); por primera vez nos aproximábamos a equipos
de béisbol. En consecuencia, lo que buscábamos
fundamentalmente, era generar datos e hipótesis que
constituyeran la materia prima para investigaciones más
precisas.

3.5.2.2) Control de variables.

Para el desarrollo de la investigación y la
validación de nuestra hipótesis, se hizo necesario
controlar tres grupos de variables que podían afectar el
rendimiento competitivo de los equipos, y en consecuencia dar al
traste con las relaciones entre las variables formuladas en
nuestro problema investigativo. Estas fueron, en cuanto al primer
grupo, Variables Socio Demográficas como: (Edad,
Escolaridad, Tiempo en el equipo de cada jugador, Cantidad de
Series Nacionales de cada jugador y la Experiencia Colectiva del
Equipo). En cuanto al segundo grupo, se trataba de Variables
Técnico-Tácticas de Rendimiento Individual en la
competencia previa, como: (Promedio o Average de Bateo de cada
jugador, Promedio de Carreras Limpias permitidas por cada
lanzador, Proporción de Bateadores de Alto
Desempeño en la nómina del equipo,
Proporción de Lanzadores de Alto Desempeño en la
nómina del equipo). Y en cuanto al tercer grupo, se
trataba de Variables Técnico-Tácticas de
Rendimiento Colectivo en la Competencia Actual, como: (Promedio o
Average Colectivo de Bateo, Promedio Colectivo de Pitcheo, sobre
la base de las carreras limpias permitidas por los lanzadores y
Promedio Colectivo de Fildeo).

3.5.2.2.1) Fundamentación de la importancia del
control de las variables definidas por nosotros.

3.5.2.2.1.1) Edad

Se refiere a los años de vida de cada jugador
(edad cronológica). Esta variable se controló
(véase Casales y Cols, 2010), en vista de que al tratarse
de grupos deportivos, el mayor o menor rendimiento de estos,
podía estar dado por la proporción de atletas
más o menos jóvenes dentro del equipo, tomando en
consideración que es un deporte en el que los jugadores
requieren mantener buenas condiciones físicas, agilidad
(rapidez de movimientos y reacción) así como
destrezas, fuerza y resistencia. En resumen, la edad puede
influir en el desempeño individual y, como consecuencia,
en los resultados competitivos de los equipos.

3.5.2.2.1.2) Escolaridad

La variable nivel de escolaridad, se refiere (ver
Casales y Cols., 2010) al total de años académicos
cursados por los individuos, en los programas (sistemas) formales
de estudios en nuestro país. Esta variable se
controló debido a su incidencia en el desarrollo
cognoscitivo de las personas, y por tanto en su capacidad para
comprender las estrategias de juego, comunicarse adecuadamente,
evaluar correctamente las situaciones críticas que se
presentan durante las competencias, entre otras, por lo que puede
afectar también los resultados competitivos.

3.5.2.2.1.3) Experiencia individual de los atletas en
ese deporte.

Esta variable fue medida de acuerdo con Casales y cols.
(2010) como la cantidad de campeonatos anteriores en los que
habían participado los miembros. En esta
investigación se consideraron las Series Nacionales. La
mayor experiencia en el deporte (individual y colectivo) puede
influir en los resultados competitivos ya que se encuentra
asociada con un mayor desarrollo de las habilidades necesarias
para el éxito en el juego.

3.5.2.2.1.4) Tiempo en el equipo de cada
jugador

Esta variable fue medida en función de la
cantidad de años durante los cuales los individuos han
jugado con el equipo al que pertenecen actualmente. En
consecuencia, puede estar relacionada con un factor de "team
work". Trabajar (entrenar y competir) juntos durante mucho
tiempo, mejora las coordinaciones, el acople mutuo y facilita el
entendimiento de los jugadores en las situaciones de juego
(especialmente en situaciones críticas). Sin dudas, este
factor, casi intangible de "team work" puede influir en los
resultados competitivos.

3.5.2.2.1.5) Proporción en cada equipo de
jugadores de alto desempeño en la competencia del mismo
tipo, previa a este campeonato. (Serie 51). (Véanse las
Estadísticas Oficiales de la 51 Serie Nacional Cubana de
Béisbol, 2012).

Como es natural, puede suponerse que a mayor
proporción de jugadores de alto desempeño que
inicialmente integra la nómina de un equipo, este
alcanzaría mejores niveles en sus resultados competitivos,
en comparación con otros equipos que posean jugadores
menos estelares. Aunque ello, no puede considerarse como una
regla fija ni ecuación invariable, ya que los
determinantes de los resultados de los equipos participantes en
una competencia puede ser función de diversos factores,
constituye no obstante, una condición que no debe dejar de
controlarse, ya que sin dudas, estos jugadores resultan
habitualmente esenciales en cualquier conjunto, por todo lo que
podrían aportar al resultado competitivo del mismo. Esta
variable se consideró con respecto a dos áreas
claves de los resultados competitivos del béisbol, estas
fueron el bateo y el picheo.

a) En cuanto al Bateo (Ave.).

Para considerar la proporción de jugadores de
alto desempeño en base al bateo, en la nómina
inicial de cada equipo, partimos del "average" o promedio
individual, obtenido por los bateadores del equipo en su
actuación durante la serie anterior a la estudiada (Serie
Nacional 51). Por razones metodológicas (y
técnicas) solo se tomó el promedio real de aquellos
bateadores que tuvieron el mínimo de comparecencias al
bate, necesarias para que su promedio individual pudiera ser
considerado como válido. En la Serie 51, los jugadores
debían tener al menos 254 comparecencias al bate (de
conformidad con las Estadísticas Oficiales de la 51 Serie
Nacional Cubana de Béisbol, 2012). En nuestro estudio
consideramos como jugadores de alto desempeño en base al
bateo, aquellos que teniendo las comparecencias necesarias,
estuvieron por encima del promedio de bateo de los Primeros
Bateadores de la Serie. (El promedio de bateo de los Primeros
Bateadores de la serie se calculó en base a la mediana de
los promedios individuales de dichos bateadores). Esto nos
permitió determinar qué proporción de
jugadores poseía cada equipo, que en el torneo anterior
tuvieron un alto desempeño. Esta variable se controla, en
vista de que mientras mayor la proporción de bateadores de
un equipo, que en la competencia anterior estuvieron ubicados por
encima del promedio (mediana) de bateo de los primeros
bateadores, es más probable que el desempeño
competitivo del equipo se vea favorecido por tal
condición.

b) En cuanto al pitcheo (Pcl)

Para considerar la proporción de jugadores de
alto desempeño en base al pitcheo, en la nómina
inicial de cada equipo, partimos del Promedio de Carreras Limpias
(Pcl) permitidas por los lanzadores, por cada juego de nueve
entradas, en su actuación durante la serie anterior a la
estudiada (Serie Nacional 51). Por razones metodológicas
(y técnicas) solo se tomó el promedio real de
aquellos lanzadores que tuvieron el mínimo de entradas
lanzadas necesarias para que el promedio pudiera ser considerado
válido. En el caso de la Serie 51, debían tener al
menos 94 entradas lanzadas. (Véanse las
Estadísticas Oficiales de la 51 Serie Nacional Cubana de
Béisbol, 2012). En nuestro estudio consideramos como
jugadores de alto desempeño en base al pitcheo, aquellos
que teniendo las entradas lanzadas necesarias, estuvieron por
encima del valor promedio de carreras limpias permitidas,
alcanzado por los Primeros Lanzadores de la Serie, según
las estadísticas. (El promedio de Pitcheo en carreras
limpias permitidas de los Primeros Lanzadores de la serie se
calculó en base a la mediana de los promedios individuales
de dichos lanzadores). Esto nos permitió determinar
qué proporción de jugadores poseía cada
equipo, que en el torneo anterior tuvieron un alto
desempeño. Esta variable se controla, en vista de que
mientras mayor la proporción de lanzadores de un equipo,
que en la competencia anterior estuvo ubicado por encima del
promedio (mediana) de pitcheo (Pcl) de los primeros lanzadores,
es más probable que el desempeño competitivo del
equipo se vea favorecido por tal condición. De todos
modos, en vista de que este constituye un estudio enfocado desde
los principios de la Psicología Social, queremos insistir
en lo siguiente: Algunos equipos ganan simplemente porque tienen
los mejores jugadores. Pero otros equipos que también
tienen buenos jugadores muchas veces terminan lejos de los
primeros lugares. Sin embargo, algunos equipos que no obstante
únicamente tienen jugadores promedio se convierten en
campeones. Parte del secreto es el trabajo en equipo, no importa
qué tan buenos sean los jugadores individualmente, si no
operan como unidad, su desempeño se verá
afectado.

3.5.2.2.1.6) Promedio colectivo de Bateo, Pitcheo y
Fildeo en la serie actual

Sin dudas, para comprender el desempeño de los
equipos participantes en el campeonato, en términos de la
proporción de juegos ganados por estos, era indispensable
considerar los resultados que alcanzaron en los tres renglones
básicos de un juego de béisbol: El Pitcheo, el
Bateo y el Fildeo. Es de esperar que estos tres renglones
impacten de manera decisiva (aunque no exclusiva). De ahí
la importancia de la consideración de estas
variables.

3.5.3) Instrumentos o técnicas de
investigación. Fundamentación.

3.5.3.1) Cuestionario para la medición de la
condición de líder de los miembros de un
grupo.

Este cuestionario fue elaborado por Casales (1991). Se
trata de una técnica empleada para la medida de la
Condición de Líder de cualquier miembro de un grupo
psicosocial estable. Dicho instrumento evalúa las 4
dimensiones vinculadas con el concepto de liderazgo del cual
partimos en nuestra investigación. Resulta ser una
combinación de procedimientos sociométricos y
escalas valorativas.

Fundamentación de esta técnica:

Esta técnica fue construida y validada por
Casales (1991) mediante la realización de un
análisis factorial que permitió identificar la
estructura de factores del cuestionario, así como las
variables (ítems) que dependían de ellos. El
análisis factorial se desarrolló a partir de una
muestra de 520 sujetos pertenecientes a 35 grupos, a quienes se
les aplicó un cuestionario inicial de 120 items que
describían las condiciones que debía poseer
cualquier miembro de un grupo para ser considerado como
líder natural del mismo. A continuación de cada
item existía una escala con 5 alternativas de respuesta,
indicativas del grado en que tal condición debía
estar presente en la persona: Mucho, Bastante, En Alguna Medida,
Poco y Nada para algunos ítems, y Siempre, A menudo, A
veces, Rara vez y Nunca, para otros, en dependencia de la
redacción del item. Se trataba de grupos pertenecientes a
la esfera productiva, educacional, artística, de
prestación de diversos tipos de servicios, deportivos y
organizaciones sociopolíticas. Esta diversidad en los
tipos de grupos, ayudó a concebir las proposiciones en una
forma tan general que posibilitaba su utilización en una
amplia variedad de situaciones. El análisis puso de
manifiesto la estructura de los factores reales del cuestionario
y las proposiciones (ítems) correspondientes a cada factor
con sus cargas específicas. Como destaca Casales (1991),
este tipo de validez ha sido denominada por Lienert (1990)
validez de constructo, y por Cronbach (1968) y Anastasi (1970),
validez de elaboración.

El análisis reveló la existencia de 6
factores, de los cuales solo se tomaron los 4 que
permitían explicar en mayor medida la correlación
entre las variables (ítems) de la prueba. Los 2 restantes
fueron desestimados en vista de que estaban constituidos por
proposiciones cuyos pesos o cargas factoriales eran bajos. Por
tanto, el análisis factorial determinó la
existencia de 4 dimensiones o factores que permiten evaluar la
Condición de Líder de cualquier miembro de un
grupo. Debe destacarse que de acuerdo con los datos del
análisis se trata de factores distintos pero estrechamente
correlacionados en forma directa en todos los casos. De manera
que no resultaron estadísticamente independientes al menos
en la población de sujetos estudiados. Para cada uno de
los factores considerados se seleccionó (por razones
económicas, relativas a la extensión del
instrumento y en consecuencia a la duración de las
aplicaciones) solo el mejor item, vale decir, aquel de mayor
carga en la estructura de factores, y que a su vez su peso
factorial resultaba bajo en los restantes factores.

El primer factor se definió como Grado de
Respaldo o Aceptación Espontánea.

Por tal motivo, el item seleccionado correspondiente a
este factor está relacionado con el problema de las
preferencias de cada miembro del grupo para desarrollar en
interacción con otro (u otros) integrantes de su propio
grupo, determinadas actividades que conduzcan a una meta
compartida de naturaleza funcional, es decir, que responda a la
razón primaria (básica) por la que se
constituyó el grupo.

El segundo factor se definió como Capacidad de
Aportar.

En consecuencia, el item seleccionado en relación
con este factor está relacionado con las percepciones
grupales acerca de la capacidad de sus diversos integrantes de
realizar contribuciones significativas a la solución de
los problemas que constituyen la razón primaria
(básica) por la que el grupo se ha constituido.

El tercer factor se definió como Capacidad de
Influir Espontáneamente

El item seleccionado para este factor está
relacionado con las percepciones grupales acerca de la capacidad
de sus diversos integrantes para influir espontáneamente y
de forma significativa en los restantes miembros con vistas a la
consecución de las metas del grupo.

El cuarto factor se definió como Capacidad de
Motivar

El item seleccionado está relacionado con las
percepciones grupales acerca de la capacidad de sus diversos
integrantes de darles a otros el impulso (predisposición
interior), suministrarle el incentivo para la realización
de acciones orientadas a la consecución de las metas
grupales.

Administraciones subsiguientes de esta versión
del cuestionario produjeron confiabilidades adecuadas para todas
las dimensiones de 0.90, 0.79, 0.86 y 0.88 respectivamente,
utilizando la prueba de las dos mitades.

Para la conformación del instrumento, el primer
factor fue considerado desde una perspectiva sociométrica,
mientras que los tres restantes fueron enfocados en
términos de escalas valorativas. En el caso de la presente
investigación el cuestionario quedó conformado con
un total de cuatro preguntas relacionadas con la dimensión
funcional del grupo, las que a continuación
presentamos:

1) Señale aquellos miembros de su equipo, con
quienes le gustaría conformar una selección, con
vistas a participar en una competencia importante, como la
discusión de un campeonato. Puede escoger todos los que
desee, pero en orden, comenzando por los que más desee.
Responda sinceramente, nadie verá sus
elecciones.

2) Señale aquel miembro de su equipo, quien a su
juicio aporta y contribuye más al triunfo durante las
competencias. En caso de señalar más de uno,
señálelos por orden. Responda sinceramente, nadie
verá sus elecciones.

3) Señale aquel miembro de su equipo a quien
usted sigue más de manera espontánea y tiene mayor
influencia sobre usted en las situaciones de competencia para una
realización exitosa. En caso de señalar más
de uno, señálelos por orden. Responda sinceramente,
nadie verá sus elecciones.

4) Señale aquel miembro de su equipo que logra
motivarte mejor, directa o indirectamente para la
realización de acciones competitivas exitosas. En caso de
señalar más de uno, señálelos por
orden. Responda sinceramente, nadie verá sus
elecciones.

Forma de calificación

Estas preguntas permiten obtener la información
necesaria para elaborar las planillas y matrices, atendiendo a
las 4 dimensiones fundamentales (respaldo y aceptación
significativa por parte del grupo en el plano funcional,
percepción del grado en que cada miembro realiza aportes
de significación, grado en que cada miembro ejerce una
influencia significativa sobre los restantes integrantes del
grupo y por último, percepción del grado en que
cada miembro es capaz de motivar y guiar a los otros miembros de
manera significativa hacia la obtención de metas
compartidas). Una vez confeccionadas las planillas y matrices que
permitieron resumir la información anterior, determinamos
mediante el Método de la Probabilidad Teórica del
Azar (véase Casales, 2012a), el grado de
significación estadística de los valores obtenidos,
con el objetivo de conocer qué proporción de
elecciones debía recibir cualquier miembro en cada uno de
los grupos estudiados para poder afirmar que obtiene un
número significativamente mayor (o menor), al que
habría recibido tan solo por la ley del azar. De esta
forma, con los valores resultantes del procedimiento
estadístico empleado, determinamos si el capitán
del equipo llena las exigencias de la condición de
líder. Es decir, si de forma significativa cuenta con
respaldo y aceptación dentro del grupo en el plano
funcional, si realiza aportes de consideración (para la
realización de la tarea grupal), si influye de manera
espontánea y si logra motivar suficientemente a sus
subalternos para el logro de la meta. Debe tenerse presente que
cualquier miembro del grupo para ser considerado un líder,
debe alcanzar valores significativos en cada una de las 4
dimensiones consideradas.

3.5.3.2) Técnica para la medida de la
integración sociométrica grupal en el plano
funcional y emocional.

Con vistas a la determinación de la
integración sociométrica funcional de los grupos en
estudio (y de cada uno de sus miembros) se formuló una
pregunta diseñada y enfocada de conformidad con las
exigencias especificadas en la técnica de
Moreno:

1) Señale aquellos miembros de su equipo, con
quienes le gustaría conformar una selección, con
vistas a participar en una competencia importante, como la
discusión de un campeonato. Puede escoger todos los que
desee, pero en orden, comenzando por los que más desee.
Responda sinceramente, nadie verá sus
elecciones.

Como se recordará, el item vinculado con la
esfera funcional había sido asignado al primer factor del
análisis factorial realizado con vistas a la
conformación de la técnica para la medida de la
condición de líder de grupo (Casales, 1991). Dicho
factor se definió como Grado de Respaldo o
Aceptación Espontánea. Por tal motivo, el item
seleccionado correspondiente a este factor está
relacionado con el problema de las preferencias de cada miembro
del grupo para desarrollar en interacción con otro (u
otros) integrantes de su propio grupo, determinadas actividades
que conduzcan a una meta compartida de naturaleza
funcional.

Para la determinación de la integración
sociométrica en el plano emocional, la pregunta fue
enfocada en el modo siguiente:

2) Señale aquellos miembros de su equipo, con
quienes le gustaría participar en actividades recreativas
o pasar ratos de distracción o esparcimiento. Puede
escoger todos los que desee, pero en orden, comenzando por los
que más desee. Responda sinceramente, nadie verá
sus elecciones.

Debemos insistir en que esta pregunta se refiere solo al
grado de integración afectiva, es decir, que no fue
considerada como un criterio de liderazgo (a diferencia de la
anterior), debido a su baja correlación con tal criterio
en el estudio de referencia. Se manifestó como un factor
relativamente independiente de la condición de
líder. Sin embargo, dentro y fuera de nuestro contexto de
estudio ha sido demostrada la validez de la metódica
sociométrica para evaluar el grado de aceptación
reciproca interpersonal en la esfera emocional y en la
conformación de psicogrupos.

A partir de las respuestas obtenidas de cada jugador a
cada una de estas dos preguntas, se realiza un análisis
orientado a determinar en cada caso el nivel de
integración sociométrica de la membresía
grupal, de conformidad con lo ya explicado en el acápite
anterior. Para determinar la integración
sociométrica grupal en cualquier plano, se toman
habitualmente en consideración una serie de índices
y fenómenos grupales. (Véase Casales, 2012a). Sin
embargo, debemos aclarar que, como es conocido, dentro de los
índices grupales más significativos para determinar
la integración sociométrica del Grupo se encuentran
según Moreno y otros sociómetras, las elecciones
recíprocas y el cociente de elecciones. Sin embargo en la
presente investigación resultó más adecuado
considerar la proporción en cada equipo de jugadores que
tuviesen una integración adecuada, lo cual constituye un
criterio más efectivo para el diagnóstico del nivel
de integración grupal, en vista de que permite una mejor
discriminación entre los niveles alcanzados por los
diferentes grupos involucrados en el estudio. En nuestra
investigación consideramos que los jugadores con una
integración adecuada son aquellos que tienen un status
sociométrico (Sp) funcional o emocional alto o medio, de
manera que calculamos la proporción de jugadores por
equipo que cumplían esta condición. Las razones por
las que esta consideración constituye un mejor criterio
para la medición del nivel de integración
sociométrica grupal se debe (de acuerdo con Casales,
2012a) a que tanto el índice de reciprocidad del grupo
como el cociente de elecciones, aún cuando alcancen altos
valores en cada caso, no necesariamente indican que el grupo
tiene un alto nivel de cohesión, pues utilizan como
criterio, la relación entre los canales de
comunicación potenciales y reales; pero no toma en cuenta
que aunque exista un alto índice, ello puede estar
enmascarando el hecho de que una alta proporción de
canales reales establecida por la membresía esté
controlada por los polarizadores de más fuerza, y no
distribuida proporcionalmente, produciendo en consecuencia un
fraccionamiento interior y una distribución irregular que
crea aislamientos y falta de integración. Por otro lado,
resulta de vital importancia, (en vista de los análisis
ulteriores que realizaremos), que en la metódica
sociométrica, lo que realmente se capta (Casales, 2012a),
son las predisposiciones de la membresía para la
conformación de los sociogrupos (plano funcional), o
psicogrupos (plano emocional), vale decir, las preferencias en
relación con determinados "teles" (de acuerdo con la
terminología de Moreno), y no la integración real
que tiene lugar a nivel del equipo en la situación de
competencia. Por tanto, se trata sobre todo de un fenómeno
con base en las actitudes humanas, más bien que la
sincronización real, que tendría lugar en este
caso, en las situaciones del juego cotidiano. Esta
observación reviste una importancia extraordinaria pues
permite entender con suficiente claridad cuál es el
supuesto básico de la hipótesis planteada en este
trabajo con respecto a este aspecto específico. Sobre este
análisis volveremos más adelante, en la
sección correspondiente al análisis de los
resultados del presente trabajo.

3.5.3.3) Escala tipo Diferencial Semántico para
la medida de las actitudes.

Esta escala se utilizó para la medida de las
actitudes grupales hacia el estilo de dirección del
Director Técnico, en relación con las dimensiones
de Autoritarismo, Democratismo, Centrado en las Tareas, Centrado
en las Relaciones y Nivel de Intolerancia. Como ya ha sido
explicado, ese fue el objeto de las actitudes grupales que se
midieron. La utilización de este instrumento (Casales,
2012b) descansa en las siguientes presunciones. Ante todo debe
recordarse que de acuerdo con el objetivo fundamental de esta
investigación lo que se pretende medir no son las
percepciones de los grupos a través de caracterizaciones
del estilo, sino las predisposiciones (favorables o
desfavorables) en relación con el estilo del Director
Técnico, en términos de medidas actitudinales.
Quiere esto decir, que ello nos permitiría evaluar los
efectos del clima (favorable o desfavorable) que en el grupo se
produce como consecuencia de la expresión de dichos
patrones por parte del Director Técnico. Esto afecta en
mayor medida (según nuestro criterio), los resultados de
la tarea que el grupo resuelve, que las descripciones del estilo
en si mismas, que no expresan o reflejan necesariamente una toma
de posición en términos de
aceptación-rechazo de los respondientes. Digamos que, un
sujeto puede caracterizar o describir (percibir) el estilo de su
Director Técnico como muy Centrado en las Tareas, pero
puede tener una actitud muy desfavorable (o tal vez favorable)
con respecto a eso. No lo sabremos hasta tanto no midamos sus
actitudes; y es esa medida de su actitud (predisposición)
en relación con dicho atributo, lo que estará
afectando su desempeño en mayor medida (esa es nuestra
hipótesis). Por ello, resulta insuficiente quedarnos al
nivel de las descripciones o caracterizaciones sin tener una
medida de la toma de posición (actitudes) de las personas
con respecto a esto.

Como es conocido las escalas tipo diferencial
semántico de Osgood (citado por Casales, 2012a)
están constituidas por una serie de adjetivos bipolares
evaluativos con respecto al objeto, por ello (de conformidad con
las investigaciones de Osgood) se encuentran primariamente
relacionadas con lo que los psicólogos han definido como
actitudes. En vista de que Osgood validó sus escalas en
relación con los factores evaluativos, de potencia y de
actividad para una cultura anglosajona, y tomando en
consideración que en nuestro país no se han
realizado trabajos orientados a la validación general de
las mismas, tomamos como referente la validación realizada
por Rodríguez-Hernández (2009) mediante criterio de
jueces, en una investigación desarrollada bajo la
dirección del primer autor del presente trabajo. Dicho
diferencial consta de 5 escalas de pares de adjetivos bipolares,
separados cada par por 7 grados intermedios. Cada una de estas
escalas se refieren a las 5 dimensiones del estilo consideradas
(Autoritarismo, Democratismo, Centrado en las Tareas, Centrado en
las Relaciones y Nivel de Intolerancia). Las escalas
constitutivas son: (Deseado-Indeseado; Adecuado-Inadecuado;
Bueno-Malo; Razonable-Irrazonable; Positivo-Negativo). La
calificación de cada dimensión (por separado) se
desarrolló de conformidad con las recomendaciones de
Osgood. La aplicación del instrumento se realizó en
forma administrada para brindar las aclaraciones pertinentes en
caso de ser necesarias, y mejorar en consecuencia la calidad de
las respuestas.

3.5.3.4) Cuestionario de datos generales y de control de
variables

Este cuestionario contiene una serie de preguntas
relacionadas con los tres grupos de variables controladas: Las
variables sociodemográficas, las variables
técnico-tácticas de rendimiento individual en la
competencia previa, y las variables
técnico-tácticas de rendimiento colectivo de la
competencia actual. La información correspondiente a estos
dos últimos grupos de variables se obtuvieron de las
estadísticas oficiales de la serie.

3.5.4) Modelo estadístico para la
prueba de hipótesis.

El modelo estadístico empleado para la prueba de
nuestra hipótesis ha sido el Coeficiente de
Correlación Lineal de Pearson. Nuestra
investigación tuvo una naturaleza correlacional, en vista
de que intentamos demostrar que mientras más favorables
resulten las actitudes de la membresía de los grupos
estudiados en relación con las dimensiones del estilo de
sus Directores Técnicos, mayor sea la percepción de
los miembros del grupo de la condición de líder de
su capitán y menores niveles alcance la integración
sociométrica grupal tanto en el plano funcional como
emocional, mejores serán los resultados competitivos
alcanzados por los equipos participantes en la competencia. Ver
Hernández, Fernández y Baptista (1998). Para los
efectos de nuestro estudio intentaremos validar nuestra
hipótesis al menos a un nivel de significación del
0.05, para una prueba de una cola.

3.5.5) Procedimiento para el desarrollo de
la investigación.

Los instrumentos se aplicaron individualmente a cada uno
de los miembros de los grupos, se utilizaron para ello los
horarios de descanso en los hoteles en los que se encontraban
hospedados. Se les comunicó la importancia que para la
validez del estudio tenía la sinceridad en las respuestas
emitidas. Se insistió en que las aplicaciones
tendrían un carácter confidencial, para que no se
sintieran comprometidos a la hora de emitir las respuestas. A
continuación presentamos el epígrafe
correspondiente al análisis de los resultados encontrados
en las situaciones estudiadas.

Análisis de
los resultados

El análisis de los resultados de nuestra
investigación estará enfocado en primer
término a la determinación del grado de
cumplimiento de nuestra hipótesis. En segundo
término realizaremos un análisis de otros factores
no vinculados con la prueba de hipótesis, pero de mucha
importancia por encontrarse significativamente correlacionados
con los resultados competitivos. De todos modos, al final de este
trabajo presentamos una serie de Anexos (del 1 al 5), que
contienen una caracterización resumida del comportamiento
en cada uno de los equipos en las variables estudiadas, lo cual
facilitará un análisis comparativo, de conformidad
con los resultados del trabajo de Álvarez (2013). El
primer aspecto a considerar en el análisis de los
resultados, se refiere a los resultados competitivos de los
equipos estudiados. La Tabla 1 los resume:

Tabla 1: Proporción de juegos ganados por los
equipos de béisbol estudiados durante la etapa
clasificatoria de la Serie Nacional No. 52.
(2013-2014).

Equipos

JJ

JG

JP

% GANADOS

Ciego de Ávila

45

24

21

53,33

Pinar del Río

45

24

21

53,33

Mayabeque

45

18

27

40,00

Camagüey

45

17

28

37,78

Artemisa

45

15

30

33,33

LEYENDA: — JJ: Juegos Jugados. — JG: Juegos Ganados.
— JP: Juegos Perdidos

Estos resultados de los equipos de la muestra,
estuvieron enmarcados en el contexto de los 16 equipos
participantes, en los que los lugares ocupados y la
proporción de juegos ganados fue como sigue: 1) Sancti
Spiritus (68.18% JG); 2) Cienfuegos (66.67% JG); 3) Industriales
(60.00% JG); 4) Matanzas (60.00% JG); 5) La Isla (57.78% JG); 6)
Villa Clara (54.55% JG); 7) Ciego de Ávila (53.33% JG); 8)
Pinar (53.33% JG); 9) Las Tunas (51.11% JG); 10)
Guantánamo (42.22% JG); 11) Granma (42.22% JG); 12)
Santiago (40.00% JG); 13) Holguín (40.00% JG); 14)
Mayabeque (40.00% JG); 15) Camaguey (37.78% JG); 16) Artemisa
(33.33% JG).

4.1) Análisis del grado de validación de
nuestra hipótesis:

Este análisis se basó en una matriz de
correlaciones tipo Pearson, en que se cruzaron todas las
variables estudiadas en todos los grupos y sujetos de la muestra
total. Las correlaciones estadísticamente significativas a
un Nivel de significación = 0.05, están marcadas
con un asterisco (*) a lo largo de todas las tablas que
presentaremos, y las que resultaron significativas con un Nivel
de significación = 0.01, están marcadas con un
doble asterisco (**), para una Prueba de 1 cola, en una muestra
de N = 5 Grupos (127 sujetos).

4.1.1) Primer Caso: Correlación existente entre
la Condición de Líder del Capitán (Lid J) y
los Resultados competitivos de los equipos (JG). Ver resultados
en: Tabla (2):

TABLA (2):

Monografias.com

(**) Correlación
estadísticamente significativa al 0.01

Como se expresa en la Tabla 2, existe una
correlación significativa pero inversa entre dichas
variables, lo cual indica que mientras mejores resulten los
resultados competitivos de los equipos (la proporción de
Juegos Ganados), es menos probable que su capitán emerja
como un verdadero líder dentro de su grupo (es decir, como
aquel que satisface las 4 dimensiones del liderazgo). Este
resultado no confirma la hipótesis enunciada. Nuestra
interpretación se ha basado en lo siguiente: Ante todo
debemos señalar que una adecuada interpretación de
este resultado, no puede enfocarse en el sentido de que la
Condición de Líder del Capitán tiene un
impacto desfavorable en los resultados competitivos alcanzados
por los equipos, ni quiere en modo alguno decir que no resulte
importante el liderazgo del capitán para el éxito.
Lo que está indicando esta correlación tiene que
ver con lo siguiente: Como se recordará, nuestro concepto
de liderazgo (Casales, 1991 y 2005) hace referencia a la
existencia de 4 dimensiones fundamentales que definen la
condición de líder del miembro de un grupo. Estas
son: Grado de Respaldo recibido por la membresía, Grado en
que Aporta a la consecución de los objetivos del grupo, su
Capacidad para Motivar a los demás, así como el
grado de Influencia que el individuo ejerce en otros para la
consecución de los objetivos planteados por el
grupo.

Según nuestro criterio, el béisbol (a
diferencia de otros equipos esencialmente interactivos),
constituye "el más individual de los deportes colectivos".
Quiere decir que se trata de uno de los deportes colectivos en
que más pueden influir en el éxito las actuaciones
descollantes de varias de sus individualidades, como la labor de
buenos Pitchers (lanzadores), buenos Bateadores y buenos
Fildeadores, por señalar solo tres ejemplos.
Obsérvese el gran número de estadísticas
individuales que existen, a pesar de tratarse de un deporte
colectivo (Bateo, Pitcheo, Fildeo, Velocidad en el Corrido de las
Bases, Robo de Bases, Bases por Bolas Recibidas (es decir,
capacidad para discriminar lanzamientos que están fuera de
la zona de strike), Tiro a las Bases, Toques de Bolas, y un largo
etcétera. Ello significa que diversos parámetros
del juego, pueden incidir en la cantidad de victorias, y depender
de las aportaciones de varios de sus jugadores individuales, en
áreas que pueden resultar claves para el éxito del
juego. Quiere esto decir, que en una metódica, como la
utilizada por nosotros para la identificación de las
dimensiones claves del liderazgo, consistente en determinar
Quiénes Aportan más, Influyen más, Motivan
más y reciben mayor Respaldo grupal, puede producirse una
mayor "fractura" (o falta de homogeneidad) por parte de la
membresía grupal, al considerar a aquellos que en mayor
medida satisfacen tales dimensiones. De manera que quizás
un capitán puede ser mejor visto como el que más
motiva, pero otro excelente bateador o pitcher puede ser visto
como quien más aporta al éxito. En tal caso resulta
que el capitán llena una, y solo una de las dimensiones
del liderazgo, pero otros jugadores claves pueden por su
desempeño, llenar otras de las dimensiones. Por ello, en
los equipos más ganadores puede funcionar en mayor medida
esta diversidad, en la que los roles o aportaciones fundamentales
se encuentren distribuidas entre diversos jugadores más
bien que concentradas en uno solo. Insistimos, como que para ser
un líder hay que llenar las 4 dimensiones, entonces puede
resultar que el capitán no sea un líder, pues las
dimensiones se encuentran "repartidas" entre varios de los
jugadores. Por ello, este importante resultado investigativo
evidencia (a nuestro juicio) que en los equipos de mejores
resultados es menos probable que el capitán llene todas
las exigencias de la condición de líder, pues
diversos miembros pueden desempeñar diferentes roles de
liderazgo. Resulta muy difícil que el capitán del
equipo de un deporte que tiene tantas modalidades para
destacarse, y desempeñar un rol decisivo, sea percibido
como líder, vale decir, sea percibido como quien satisface
todas las dimensiones del concepto de liderazgo. Diversos
miembros pueden satisfacer tales roles, en detrimento de la
posibilidad de que el capitán los satisfaga todos. Por
tanto lo que indica la correlación es que mientras
más competitivo el equipo (mayor proporción de
juegos gane), es menos probable que el capitán sea un
líder (es menos probable que el capitán satisfaga
todos los roles o dimensiones del liderazgo). Este
análisis se refuerza con el hecho de que la
correlación existente entre: la Experiencia Colectiva del
Equipo y la Condición de Líder del Capitán
es de: -0.79 (**). Es decir, que mientras mayor la Experiencia
Colectiva de los miembros del equipo, resulta menos probable que
su capitán sea un líder. Ello (como se dijo),
debido al hecho, de que varios jugadores de experiencia y muy
competitivos, sean los que más aporten o los que
más aceptación tengan, lo cual no quiere decir
(como se señaló antes), que no sea importante para
el éxito, que el capitán sea un líder, ni
que su accionar vaya en detrimento de los resultados del equipo.
Este análisis también se refuerza con el hecho de
la existencia de una correlación significativa e inversa
de -0.24 (** ) entre la Condición de Líder del
Capitán y la proporción de Jugadores presentes en
el equipo, que resultan estelares en cuanto al pitcheo. O sea que
mientras mayor la proporción de dichos jugadores en el
equipo, resulta menos probable que su capitán se convierta
en un líder de grupo.

En resumen, una correlación negativa entre la
Condición de Líder del Capitán y los
Resultados Competitivos del equipo indica que: "Mientras
más ganador sea el equipo, es menos probable que el
capitán llene la condición como líder (aquel
que desempeña o satisface las 4 condiciones del
liderazgo), pues resulta probable que otros jugadores de
experiencia y muy competitivos desempeñen o satisfagan en
mayor medida algunas de dichas dimensiones".

Debe tenerse presente que existen importantes
diferencias en relación con el rol del capitán de
un equipo de fútbol y uno de un equipo de béisbol,
dentro de la situación de juego propiamente dicha.
Diferencias que están marcadas claramente por las
características distintivas de cada uno de estos deportes.
En un equipo de fútbol, el capitán muchas veces
tendría que implementar decisiones que podrían no
estar en estricta correspondencia con el plan táctico
diseñado por su Director Técnico con
antelación al juego (y gritarle a los jugadores), pues
durante una fracción considerable del tiempo de juego,
él no está en contacto con su DT y en consecuencia
debe asumir un rol decisivo, llegando incluso a representar al
equipo en discusiones arbitrales. Él es quien posee el
brazalete dentro del juego. Sin embargo, en un equipo de
béisbol la situación resulta completamente
diferente, pues el manager (DT) del equipo de béisbol,
puede pedir un tiempo al arbitro para entrar al terreno y por si
mismo tomar decisiones y dar orientaciones en una
situación crítica. Es él el autorizado para
discutir las decisiones arbitrales. Puede incluso pedir un tiempo
para detener un juego. Por otra parte, durante el juego los
jugadores han de estar muy atentos (no al capitán), sino
al manager y al coach, quienes imparten señas
constantemente (desde el banco o desde la línea de coach)
acerca de la táctica a seguir en cada momento.
Además, como es sabido, cada vez que finaliza un inning,
todos los jugadores van al banco, momento en que el DT
está directamente en contacto con ellos. Les habla y le
trasmite orientaciones, estímulos y críticas. De
manera que en un equipo de béisbol la participación
del capitán en las decisiones dentro del terreno de juego,
pueden no ser decisivas, y resultar secundarias, a diferencia de
lo que sucede en un equipo de fútbol.

4.1.2) Segundo Caso: Correlación existente entre
el Nivel de Integración Sociométrica Funcional
(NiF) y los Resultados Competitivos (PE). Ver Tabla 3:

TABLA (3):

Monografias.com

Como se expresa en la Tabla 3, existe una
correlación estadísticamente significativa entre
dichas variables, en forma directa, lo cual indica que a medida
que aumenta la integración sociométrica en el plano
funcional (mientras mayor el nivel de integración del
Sociogrupo), mayores resultan los resultados competitivos de los
equipos. Esta correlación no confirma la hipótesis
planteada. Como se argumentó más arriba, la
hipótesis de este estudio se basó en los resultados
de Casales y Cols. (2010) y Casales y Cols. (2013). Sin embargo,
estos trabajos se efectuaron con equipos de fútbol sala,
que tenían la particularidad de ser grupos que se
integraban con vistas a la competencia, muy pocos días
antes de su realización, y con jugadores que
procedían de clubes diferentes, y que muchas veces ni se
conocían, ni tenían la experiencia de trabajar y
convivir juntos a lo largo de un campeonato prolongado de varios
meses (como es el caso del campeonato de béisbol). Esa
circunstancia puede estar a la base de las correlaciones
negativas entre estas variables, en los equipos de fútbol
estudiados. Sin embargo, en el caso de los equipos de
béisbol de nuestra muestra, se trataba de clubes en los
que la generalidad de los jugadores regulares llevan varios
años integrando el mismo equipo, trabajando juntos, y en
consecuencia se conocen perfectamente y la convivencia y la
afinidad resultante, parece haber tenido un efecto favorable en
la expresión de las preferencias, y en la
integración recíproca tanto en el plano funcional
como emocional, presentando estos niveles de integración
en ambos planos (funcional y emocional), un efecto favorable en
los resultados del juego, al estar estos más
compenetrados. Debe tenerse presente que estos equipos que poseen
un accionar conjunto durante años, pueden tener muy
desarrollada la capacidad de monitorear rigurosamente, como parte
de su rutina lo que hace su membresía y tener evidencia de
los procesos efectivos e inefectivos, como la coordinación
(interacción) y comprensión mutua adecuadas en las
situaciones críticas del juego. De manera que parece ser
que las diferencias de los equipos, en cuanto a tipo de deporte
(fútbol y béisbol), y las peculiaridades de la
conformación de estos (los de fútbol con una
existencia y convivencia efímera, y los de béisbol
con un altísimo grado de estabilidad en el tiempo), tienen
efectos distintos en los resultados del juego. La mayor unidad
grupal en ambos planos, tiene efectos favorables en los
resultados competitivos. Claro que no basta trabajar juntos para
el logro de una mayor afinidad y comunicación. El simple
hecho de reunir a determinadas personas puede desencadenar
conflictos y desarmonías. Sin embargo, nuestra
afirmación de más arriba se sustenta en datos de
este estudio, que ponen de manifiesto que las correlaciones entre
el tiempo en el equipo (Teq) y los niveles de integración
funcional y emocional fueron directas y significativas al nivel
del 0.01. En efecto:

Teq—Nif: + 0.34 **

Teq—Nie: + 0.45 **

4.1.3) Tercer Caso: Correlación existente entre
el Nivel de Integración Sociométrica Emocional
(NiE) y los Resultados Competitivos (PE). Ver Tabla 4:

TABLA (4):

Monografias.com

Como se expresa en la Tabla 4, la correlación
entre estas variables resultó significativa y en sentido
directo, contrariamente a lo expresado en la hipótesis, lo
cual significa que mientras más estrechos los lazos
emocionales entre los jugadores (mientras mayor nivel de
integración del Psicogrupo), mejores resultan los
resultados competitivos. Parece ser que los vínculos en
este plano favorecen o facilitan la cohesión del equipo en
las situaciones de juego, lo cual tiene un impacto en los
resultados competitivos.

La interpretación de este resultado se
corresponde con lo expresado en el acápite anterior,
acerca de las relaciones entre el sociogrupo y los resultados
competitivos de los equipos. La mayor integración afectiva
crea canales para la comunicación que pueden repercutir
favorablemente en la realización de la tarea
grupal.

4.1.4) Cuarto Caso: Correlación existente entre
las Actitudes Grupales hacia las Dimensiones del Estilo del
Director Técnico y los Resultados Competitivos de los
Equipos (JG). Ver Tabla 5:

TABLA (5):

Monografias.com

Como se expresa en la Tabla 5, las actitudes grupales
hacia la variable estilo de dirección del Director
Técnico, se encuentran significativamente correlacionadas
de forma directa en todas sus dimensiones, con los resultados
competitivos alcanzados. Por tanto, mientras más
favorables resulten las predisposiciones existentes entre los
miembros de los equipos hacia tales dimensiones, ello
producirá efectos más favorables en el resultado
alcanzado por el equipo. Como ya hemos planteado, estas actitudes
constituyen una expresión del clima o atmósfera de
grupo que se produce, y como ha sido demostrado en
múltiples investigaciones, los patrones de comportamiento
característicos de los directivos en relación con
sus estilos de dirección y liderazgo afectan los
resultados del trabajo grupal, en tanto (según nuestra
aproximación), condicionen cierto tipo de actitudes en los
miembros. Sobre esta base podría considerarse que los
mejores directivos (los más efectivos), en términos
del impacto que sus estilos producirán en los resultados
competitivos de los equipos que dirigen, son aquellos que las
peculiaridades de sus patrones comportamentales están en
correspondencia con las exigencias que las situaciones plantean,
y además con las predisposiciones actitudinales de la
membresía con respecto a sus estilos.

Puede pensarse que este análisis posee
algún punto de contacto con algunos de los presupuestos
del Modelo de Chelladurai presentado más arriba, aunque
continúa resultando discutible que los directivos puedan
adaptar constantemente las peculiaridades de su estilo a las
circunstancias derivadas de las exigencias situacionales y las
actitudes de la membresía que dirigen.

4.2) Resultados de significación no relacionados
con la hipótesis, pero de mucha importancia por su impacto
en la variable de rendimiento (Resultados Competitivos de los
equipos).

4.2.1) Variables Socio Demográficas

4.2.1.1 Correlaciones entre los Resultados Competitivos
de los equipos (JG) y el Tiempo de los jugadores en el equipo
(Teq).

JG—Teq: + 0.39 **

El Teq se refiere a la cantidad total de series
nacionales durante las cuales cada jugador ha sido miembro del
equipo al que pertenece en la actualidad. Este resultado pone de
manifiesto que mientras mayor el tiempo de trabajo conjunto entre
los miembros del equipo, mejores serán los resultados
competitivos que el equipo alcanza. El Teq, puede estar
relacionado con una variable de "team work", que resulta muy
importante y necesaria en los deportes colectivos. Trabajar
(convivir, entrenar y competir) juntos durante mucho tiempo,
mejora las coordinaciones, el acople mutuo y facilita el
entendimiento mutuo de los jugadores en las situaciones de juego
(especialmente en situaciones críticas). Los resultados
ponen de manifiesto que este factor, casi intangible de "team
work" tiene un impacto favorable en la proporción de
juegos ganados.

4.2.1.2) Correlaciones entre los Resultados Competitivos
de los equipos (JG) y la Experiencia Promedio Individual de los
atletas en la práctica de ese deporte (Exp).

JG—Exp: + 044 **

La variable Exp fue medida como el promedio de
campeonatos anteriores en los que habían participado los
miembros del equipo (sus series nacionales). Este resultado pone
de manifiesto que cuanto mayor sea la Experiencia individual
promedio de los miembros del equipo, ello contribuirá a la
obtención de mejores resultados competitivos, ya que la
experiencia se encuentra asociada con un mayor desarrollo de las
habilidades necesarias para el éxito en el juego, y un
mayor desarrollo de la capacidad para comprender las
dinámicas competitivas, y las vías de
reducción del stress, por citar solo algunos
aspectos.

4.2.2) Variables Técnico-Tácticas de
Rendimiento Individual

4.2.2.1) Correlaciones entre la proporción de
juegos ganados (JG) y la proporción de jugadores del
equipo de alto desempeño en el área del bateo en la
competencia previa (Jb). En este caso, las correlaciones pusieron
de manifiesto lo siguiente:

JG—Jb: + 0.78 **

Es decir que mientras mejor la composición
(nómina) inicial del equipo, en cuanto a su
integración por jugadores estelares en bateo, en la
competencia previa, mayor resultará la proporción
de juegos ganados por el equipo. Como es conocido, los Directores
Técnicos desean que las nóminas iniciales de sus
equipos estén integradas por jugadores que alcanzaron un
gran desempeño en bateo en la competencia previa, por el
aporte que pueden realizar al equipo, de mantenerse tales
resultados.

4.2.2.2) Correlaciones entre la proporción de
juegos ganados (JG) y la proporción de jugadores del
equipo de alto desempeño en el área del pitcheo en
la competencia previa (Jp). En este caso, las correlaciones
pusieron de manifiesto lo siguiente:

JG—Jp: + 0.61 **

Quiere esto decir que mientras mejor la
composición (nómina) inicial del equipo, en cuanto
a jugadores estelares en pitcheo, en la competencia previa, mayor
resultará la proporción de juegos ganados por el
equipo. Evidentemente, los Directores Técnicos desean que
las nóminas iniciales de sus equipos estén
integradas por jugadores que alcanzaron un gran desempeño
en pitcheo en la competencia previa, por el aporte que pueden
realizar al equipo, de mantenerse tales resultados.

4.2.3) Variables Técnico-Tácticas de
Rendimiento Colectivo

4.2.3.1) Correlaciones entre la proporción de
juegos ganados (JG) y el Promedio Colectivo de Pitcheo (PcP) del
equipo. En este caso, las correlaciones pusieron de manifiesto lo
siguiente:

JG—PcP: -0.91 **

Esta correlación negativa significa que mientras
más bajo el promedio colectivo de pitcheo, mayor resulta
la proporción de juegos ganados por el equipo. Los que
conocen de este deporte, comprenden la relación inversa de
estas variables. El PcP se calcula sobre la base del Pcl
(promedio de carreras limpias) que permiten los lanzadores del
equipo por cada juego de nueve entradas. Los mejores lanzadores
resultan aquellos con más bajo Pcl. Por ello, mientras
más bajo este promedio en el equipo, es de esperar mejor
resultado. La correlación indica que los equipos
más ganadores tienen en sus nóminas muy buenos
lanzadores, aquellos que su Pcl es bajo.

4.2.3.2) Correlaciones entre la proporción de
juegos ganados (JG) y el Promedio Colectivo de Bateo (PcB) del
equipo. En este caso, las correlaciones pusieron de manifiesto lo
siguiente:

JG—PcB: + 0.70 **

Esta correlación positiva (directa) significa que
mientras más alto el promedio colectivo de bateo de un
equipo, mayor resulta la proporción de juegos ganados. Los
que comprenden de este deporte comprenden la relación
directa entre dichas variables. Los juegos se ganan por
diferencia de carreras, por ello la importancia de impulsar
carreras, en consecuencia, los equipos que colectivamente tienen
un alto average de bateo es más probable que ganen
más juegos.

En resumen, podemos plantear que los resultados
competitivos del campeonato estudiado han estado muy
significativamente relacionados con factores psicosociales como
el Nivel de Integración Sociométrica Grupal, tanto
en el plano Funcional como Emocional, y las Actitudes Grupales
hacia las Dimensiones del Estilo de sus Directores
Técnicos. Pero dichos resultados también dependen
de Variables Técnico-Tácticas de Rendimiento
Individual (como la proporción de jugadores del equipo que
alcanzaron alto desempeño en el área del bateo y
del pitcheo en la competencia previa), y Variables
Técnico-Tácticas de Rendimiento Colectivo (como el
promedio colectivo de bateo y de pitcheo de los equipos en la
presente temporada). Otros factores, como la experiencia
colectiva de los equipos, en cuanto al tiempo en la
práctica de dicho deporte, y la experiencia grupal
conjunta ("team work"), son factores significativamente asociados
con el éxito competitivo.

Conclusiones

5.1) Los resultados competitivos de los equipos que
colectivamente se mueven en la dirección de una meta
compartida, dependen de una combinación de Variables
Psicosociales, Variables Técnico-Tácticas de
Rendimiento Individual y Variables Técnico-Tácticas
de Rendimiento Colectivo.

5.2) Los factores psicosociales que de manera
significativa afectan los resultados competitivos, resultaron
ser: el nivel de integración sociométrica grupal,
tanto en el plano funcional como emocional, en una
relación directa; así como las actitudes de la
membresía de los equipos con respecto a las dimensiones
del estilo de dirección de su Director
Técnico.

5.3) En cuanto a los factores
técnico-tácticos de rendimiento individual, el
factor decisivo que afecta los resultados competitivos se
relaciona con la composición (integración) inicial
de la nómina del equipo, en lo que se refiere a la
presencia de buenos jugadores (buenos pitchers y bateadores),
pero también resulta de significación un factor de
madurez, concretado en la presencia de jugadores de experiencia
(varias series nacionales). ("Horas de vuelo").

5.4) En cuanto a los factores
técnico-tácticos de rendimiento colectivo, los
factores decisivos que afecta los resultados competitivos lo
constituyen tanto el average colectivo de bateo como de pitcheo;
así como, un buen nivel de "Team Work" ("Trabajo de
Equipo").

5.5) Resulta oportuno señalar que de las 13
variables que correlacionaron significativamente con los
resultados competitivos (o desempeño) del equipo, la que
más fuerza mostró, resultó ser el promedio
colectivo de pitcheo, con una correlación de 0.91, a un
nivel de significación (un margen de error) del
0.01.

5.6) Las conclusiones presentadas se circunscriben
estrictamente a los equipos estudiados, de manera que no tienen
un valor de generalización a la población de la que
fueron extraídos. Habrá que realizar nuevos
estudios que nos permitan fundamentar los hallazgos sobre bases
empíricas más firmes.

NOTA: Los autores del presente trabajo:

Dr. Julio César Casales F. y Lic. Aymee
Álvarez R.

Institución: Facultad de Psicología,
Universidad de la Habana

Comunicaciones en relación con este trabajo, a
través de: casales@psico.uh.cu

Referencias
bibliográficas

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sobre la influencia de la Psicología Deportiva en el
desarrollo del Beisbol. En:

http://portal.inder.cu/index.php/recursos-informacionales/arts-cient-tec/1417-reflexiones-sobre-la-influencia-de-la-psicologia-deportiva-en-el-desarrollo-del-beisbol

— Álvarez, A. (2013). "Eficacia directiva y
resultados competitivos en equipos de béisbol". Tesis
presentada en opción al título de Licenciatura en
Psicología. Facultad de Psicología, Universidad de
la Habana.

— Association for Psychological Science (2007). "The
Psychology Of Baseball". En:
http://www.sciencedaily.com/releases/2007/03/070330184907.htm

— Bass, B. and Bass, R. (2008). "Handbook of
Leadership: Theory, Research and Managerial Applications".
(Fourth Edition). New York: Free Press.

— Béisbol: 51 Serie Nacional Cubana (2012).
"Estadísticas oficiales".

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Anexos

ANEXO 1

Descripción de la muestra de
estudio según variables
sociodemográficas.

Serie Nacional de Beisbol No. 52.
Año 2012-2013.

(Etapa Clasificatoria)

Monografias.com

ANEXO 2

Nivel de integración
sociométrica en el plano funcional.

Serie Nacional de Beisbol No. 52.
Año 2012-2013.

(Etapa Clasificatoria)

Monografias.com

ANEXO 3

Nivel de integración
sociométrica en el plano emocional.

Serie Nacional de Beisbol No. 52.
Año 2012-2013.

(Etapa Clasificatoria)

Monografias.com

ANEXO 4

Condición de líder de los
Capitanes. Serie Nacional de Beisbol No. 52. Año 2012-
2013.

(Etapa Clasificatoria)

Monografias.com

ANEXO 5

Actitudes de los miembros hacia las
dimensiones del Estilo del Director Técnico.

Serie Nacional de Beisbol No. 52.
Año 2012-2013.

(Etapa Clasificatoria)

Monografias.com

 

 

Autor:

Dr. Julio César Casales F.

Lic. Aymee Alvarez R.

Institución: Facultad de Psicología,
Universidad de la Habana

Partes: 1, 2
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