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Las Diez Plagas




Enviado por Samuel G. Pertíñez



Partes: 1, 2

  1. Prólogo
  2. Introducción
  3. Comentario a las Diez Plagas
  4. Los
    Dioses de Egipto
  5. Bibliografía

Prólogo

Si en el anterior trabajo vimos como los
días de la creación es un relato peculiar por
cuanto a la singularidad del mismo, la narrativa de las diez
plagas no es menos. En términos generales,
podríamos decir que el énfasis de las plagas es
demostrar que Jehová es el único Dios.
También podríamos decir que ese es el
énfasis de todo el Antiguo Testamento. Así pues
¿cómo es que este relato es singular?

En primer lugar yo diría que es
especial porque Dios en vez de liberar a su pueblo sin mas, tiene
la intención de "competir" (si es que alguien puede
competir con Dios) con los dioses de Egipto. Cada plaga va a ser
una demostración de que sus dioses no tienen ningún
tipo de poder y que el que tiene potestad sobre toda las las
cosas es Jehová Dios. Es cierto que Dios vuelve a hacer
este tipo de manifestaciones en otras ocasiones (como con Elias y
los profetas de Baal) pero no fueron tantas manifestaciones
seguidas en contra de los ídolos.

Otro punto interesante que hace singular
este relato es el endurecimiento del corazón de
Faraón. Endurecer el corazón de Faraón era
un símbolo de injusticia, y según las creencias
egipcias, ya que Orus no le dejaría entrar en la otra vida
según sus creencias.

Sea como fuere, Faraón era un dios
en la tierra. Era rey, pero no de forma tirana, sino que era el
responsable de la fertilidad y abundancia de recursos en Egipto.
Si las estaciones y demás eran buenas, era gracias a
Faraón, si no lo eran, pues era culpa de Faraón y
por ese motivo se podía cambiar de Faraón si era
necesario. Las diez plagas claramente hacen que Faraón sea
el peor Faraón de todos los tiempos, ya que probablemente
jamás en Egipto hubo tanta necesidad. Faraón
contó con once oportunidades por lo menos de arrepentirse;
una por plaga y cuando Aarón le tira la vara en su cara, y
esta se convierte en serpiente[1]Sin embargo,
endureció su corazón y no
escuchó.

En el presente trabajo voy a empezar con
una breve introducción para contextualizar un poco, y acto
seguido intentar describir cada plaga y desarrollar a que dios o
dioses egipcios van dirigidos, y profundizar un poco en cuales
eran esos dioses y que valor tenían para los
egipcios.

Introducción

0.1. Bosquejo del Contenido (Éxodo
7:8–12:51)

Prólogo a las plagas; La vara de
Aarón se convierte en culebra (7:8–13). Primera
plaga; La plaga del agua en sangre (7:14–25). Segunda
plaga; La plaga de las ranas (8:1–15). Tercera plaga; La
plaga de los piojos (8:16–19). Cuarta plaga; La plaga de
las moscas (8:20–32). Quinta plaga; La plaga en el ganado
(9:1–7). Sexta plaga; La plaga de las úlceras
(9:8–12). Séptima plaga; La plaga de granizo
(9:13–35). Octava plaga; La plaga de langostas
(10:1–20). Novena plaga; La plaga de tinieblas
(10:21–29). Anuncio de la decima plaga (11:1–10). La
Pascua (12:1–28) La décima plaga; La plaga de la
muerte de los primogénitos (12:29–36) Epilogo a las
plagas; Los israelitas salen de Egipto
(12:37–51).

0.2. El Autor

El Autor del libro del Exodo fue
Moisés. Entre los creyentes no suele haber mucho debate al
respecto, así que no seré yo quien lo ponga en tela
de juicio. Moisés en este libro sin duda es el personaje
principal (después de Jehová). Y el libro nos narra
la historia de como Dios escogió a Moises, para liberar al
pueblo de Israel de la mano de Faraón y renovar o
establecer su pacto y su ley con ellos. Así pues, es muy
verosímil que el autor fuera el propio Moises.

0.3. Los Destinatarios

Moises al escribir la historia del
Éxodo, probablemente tiene en mente a los descendientes de
los hebreos, para que las futuras generaciones se acuerden de las
grandes cosas que hizo Dios por su pueblo.[2] El
contar el significado de la pascua (por ejemplo) a los
pequeños, aun hoy es costumbre dentro de la comunidad
judía.

CAPÍTULO 1

Comentario a las
Diez Plagas

1.1. El Prólogo a las Plagas
(Éxodo 7:8–13)

Cuando Jehová comisionó a
Moises y a Aarón a ir a hablar con Faraón, les dio
instrucciones de lo que debían de hacer delante de
Faraón. Dios les mandó que si Faraón
quería ver pruebas del poder de Dios, que tiraran la vara
(que era símbolo de autoridad) y esta se
convertiría en culebra (v.8s). Cómo ya hemos
mencionado en el prólogo de este trabajo, el acto de tirar
la vara en la cara de Faraón fue un desafío en toda
regla. La serpiente en posición de ataque era un
símbolo en la corona de Faraón. De una parte
simbolizaba sabiduría, y por la posición ofensiva
de la serpiente simbolizaba defensa a su vez. No obstante, esa
fue la primera oportunidad de arrepentirse que tubo
Faraón. Así lo hicieron tal y como Jehová
había dicho (v.10). Los hechiceros de Faraón
también imitaron el milagro de convertir sus varas en
serpientes (v.11). Pero la serpiente de Aarón se
tragó a las otras dos. El verbo que se utiliza es
«???» (Tragar, devorar)[3] mismo verbo
que usa Moisés en el cántico que escribe
después del evento del mar rojo, cuando dice que el agua
se tragó al ejercito de
Faraón[4](v.12). El como lo hicieron los
hechiceros de Faraón es un misterio. Algunos comentaristas
apuntan a habilidades de ilusionistas (como los magos de hay en
día). Otros cómo Ernesto Trenchard y Antonio Ruiz,
se decantan mas por pensar que fue un acto de ocultismo y de
poder satánico.[5] Faraón
endureció su corazón y no quiso oír a
Moisés y Aarón (v.13). El endurecimiento del
corazón de Faraón tenia que ver con una
cuestión de justicia en la mitología egipcia.
Según sus creencias, para pasar al otro mundo, Orus iba a
pesar su corazón en una balanza, y solo si había
sido justo esté iba a poder entrar en la próxima
vida. El hecho de que una cosa se endurezca nos lleva a la idea
de que pesa mas, y al ponerlo en una balanza como ellos
creían, está se desequilibra. A pesar de eso, vemos
como el corazón de Faraón a lo largo de las plagas
pasa por varios estados, pero siempre termina por
endurecerse.

1.2. La Plaga de Sangre (Éxodo
7:14–25)

Las plagas fueron los juicios que Dios
envió a los egipcios con el fin de mostrar su poder y
glorificarse en medio de toda su "teogonía".
Todas las plagas se relacionan con la vida habitual de Egipto, ya
que las plagas son ataques perfectos tanto a su ecosistema como a
sus creencias paganas. Cómo Faraón no quiso
oír a Moisés y a Aarón la primera vez a
causa del endurecimiento de su corazón, Dios les manda que
vayan por la mañana al río, al encuentro de
Faraón (v.14s). Jehová les manda que le digan a
Faraón que deje ir al pueblo a adorarle al desierto
(v.16). Como la princesa del segundo capítulo del
Éxodo, Faraón tenia por costumbre pasear por la
ribera de alguna zona agradable del Nilo (probablemente uno de
los ramales del delta), y es posible que también se
bañara. Conociendo las costumbres del monarca no fue
difícil forzar el encuentro. El escenario era el
idóneo para empezar con la secuencia de
plagas.[6] Moisés anunciará las
palabras de Jehová, haciendo énfasis en el
propósito del evento que venia a continuación, que
era para que supieran que el era Dios (v.17). Los peces del
río van a morir y el Nilo va a apestar (v.18). Dios hablo
a Moisés pero mandó realizar el milagro a
Aarón tomando la vara y extendiendo su mano sobre las
aguas del Nilo y sobre los estanques de agua y sobre las reservas
de agua, para que se convirtieran en sangre (v.19). Moisés
y Aarón así lo hicieron, y Aarón
golpeó las aguas en presencia de Faraón y el agua
del Nilo se convirtió en sangre (v.20). Los peces
murieron, Egipto se infestó de sangre y no podían
beber (v.21). Algunos comentaristas apuntan a que el agua no se
convirtió en la sustancia química que riega
nuestros cuerpos y los cuerpos de los animales, sino en la
presencia en el agua del Nilo de microorganismos dañinos
que daban color sangriento al agua. Este fenómeno se
produce dos veces al año en el Nilo. Uno es cuando suben
las aguas (junio y julio) trayendo partículas de barro
procedentes de Etiopía. En este caso el agua no es
dañina para los peces. Otra época en la que se
produce un fenómenos de estas características es
cuando descienden las aguas del Nilo en los meses de febrero a
marzo. En este caso el agua estancada se queda de nuevo colorada
y con mucho mas peligro de proliferación de microbios
dañinos que también producen ese olor de
corrupción que daba asco a los egipcios. Hay que apuntar
en pos a esta postura, que haciendo pozos encontraron agua no
contaminada[7](v.24). Llama la atención que
los hechiceros de Faraón, también pueden reproducir
esta plaga , y por este motivo Faraón endureció su
corazón y no escuchó el mensaje que Jehová
le estaba diciendo, que era que dejara ir a su pueblo (v.22).
Faraón se volvió para su casa sin prestar
atención a la plaga (v.23). Los egipcios hicieron pozos al
rededor del río para poder beber (v.24). Pasaron siete
días desde esta plaga hasta la siguiente (v.25).
Cómo hemos dicho en el prólogo del presente
trabajo, cada plaga va dirigida a uno o a varios dioses de la
cultura egipcia. En el segundo capítulo del presente
trabajo entraremos en detalle de que función
cumplía cada dios para los egipcios, por lo pronto decir
que esta plaga va dirigida a Khnum (dios de los recursos del
Nilo) y a Hapi (dios del Nilo).[8]

Las consecuencias de está plaga son
evidentemente nefastas para el ecosistema. Los peces murieron. No
sabemos con exactitud y certeza en que época del
año aconteció esto, pero sea como fuere el
regadío de la ribera del Nilo, también se vio
afectado. Por no hablar del agua potable. Así pues,
podemos decir que sin lugar a dudas la primera plaga fue
ciertamente molesta.

1.3. La Plaga de Ranas (Éxodo
8:1–15)

En el principio del octavo capítulo
del Éxodo, vemos como Dios vuelve a encomendar a
Moisés y a Aarón a ir a la presencia de
Faraón, con el mismo mensaje; «Deja ir a mi
pueblo, para que me sirva.»
(v.1). Jehová
advierte de las consecuencias a causa de no dejarles ir;
enviará una plaga de ranas que lo infestarán todo
(v.2–4). También les dijo que si no quería
oír, Aarón extendiera la mano sobre el río,
los arroyos y los estanques de agua para que de ahí
surgieran ranas. Y así fue, Aarón extendió
su mano y Jehová hizo subir del Nilo una gran plaga de
ranas que lo cubrían todo (v.5s). Los hechiceros de
Faraón también hicieron lo mismo, he hicieron salir
ranas. Lo cual no tiene demasiado sentido, ya que lo que
deberían haber hecho los hechiceros es desalojar las
ranas, no traer mas (v.6s). Faraón rogó a
Moisés y a Aarón que orara a Jehová para que
cesara la plaga, con el condicionan-te de que les dejaría
ir al desierto 3 días a adorar a Jehová (v.8). En
el siguiente verso Moisés le dice que le diga que
día quiere que ore por él, para mostrarle que es
Jehová el Dios de los hebreos el que pelea por ellos
(v.9). Acuerdan que seria mañana y Dios iba hacer cesar la
plaga (v.10s). Salieron de la presencia de Faraón y al
día siguiente Moises oró a Jehová y Dios
mató las ranas pero dejó las ranas del río
(v.12s). Y había tal cantidad de ranas muertas que las
agruparon en montones y apestaba la tierra de Egipto a causa de
las ranas en descomposición (v.14). Pero Faraón al
ver que la plaga ya había cesado, volvió a
endurecer su corazón y no escuchó a Moisés y
a Aarón tal y como lo había anunciado Dios
(v.15).

Esta plaga va dirigida a
Heqet[9]dios con cabeza de rana el cual es el dios
egipcio de la fertilidad, pero Jehová tiene poder sobre
los falsos dioses y lo vuelve a manifestar de nuevo con esta
plaga.

1.4. La Plaga de Piojos (Éxodo
8:16–19)

Cómo Faraón no quiso
oír, Dios mandó a Moisés que le dijera a
Aarón que golpeara con la vara el polvo de la tierra para
que se volviera piojos y así lo hizo. Aquí
también vemos la idea de que Dios del polvo crea vida, en
comparación con Génesis; La creación del
hombre (v.16s). Es curioso notar que en está
ocasión los hechiceros de Faraón no pudieron
reproducir la plaga (v. 18) e incluso llegan a decirle;
«Dedo de Dios es éste», pero
Faraón una vez mas endureció su corazón
(v.19).

Esta plaga va dirigida a
Kheper[10]dios con forma de bicho (escarabajo
pelotero) es el dios que controla el ciclo solar.

1.5. La Plaga de las Moscas (Éxodo
8:20–32)

Nuevamente Jehová manda a
Moisés y a Aarón al encuentro con faraón al
río Nilo. El mensaje sigue siendo el mismo que hasta el
momento; «Deja ir a mi pueblo, para que me
sirva»
(v.20). Está vez Dios va a enviar una
plaga de moscas de varios tipos (v. 21). Por primera vez vemos
como Dios hace distinción entre el pueblo de Egipto y el
pueblo de Israel al guardarles de la plaga, con el
propósito de que Faraón sepa quien es Jehová
(v. 22). Es interesante notar que Jehová habla de la
redención de Israel (v.23). Faraón nuevamente mando
llamar a Moises y a Aarón, y les dijo que ofrecieran
sacrificio a su Dios (v.25). Moisés le dice a
Faraón que no conviene que hagan sacrificios a
Jehová delante de los egipcios, puesto que estos
están padeciendo y sería una provocación,
así que Moisés le dice que le deje ir tres
días de camino por el desierto para ofrecer sacrificios
(v. 26s). Faraón da su palabra de que les dejará ir
por el desierto tres días a ofrecer sacrificios y
además les pide que oren por el (v.28). Moisés
accede a orar a Jehová para que cese la plaga de moscas,
con el condicionan-te de que Faraón no falte mas a su
palabra (v.29). Entonces Moisés oró y Jehová
quito la plaga (v.30s). Pero Faraón endureció su
corazón una vez mas y faltó a su palabra no dejando
ir al pueblo a ofrecer sacrificios (v.32).

Esta plaga nuevamente va dirigida a
Kheper.

Las consecuencias de está plaga son
realmente molestas. Las moscas se meten en todos lados y es muy
difícil que te dejen comer, o que te dejen dormir
etc.

1.6. La Plaga en el Ganado (Éxodo
9:1–7)

Una vez mas vemos la insistencia de
Jehová al enviar a Moisés y a Aarón a la
presencia de Faraón con la misma frase; «Deja ir
a mi pueblo, para que me sirva»
(v.1). De nuevo vemos
que Jehová advierte a Faraón sobre las
consecuencias de no obedecerle, con la distinción de que
por primera vez en las plagas vamos a ver muerte (v.2s). Volvemos
a ver el elemento de separación entre ambos pueblos. El
ganado de los egipcios se va a ver afectado, pero el de los
israelitas no (v.4). Jehová fijó el plazo de la
plaga al día siguiente, y así lo hizo, de manera
que murió el ganado de los egipcios pero no el de los
israelitas (v5s). Faraón manda comprobar como estaba el
ganado de Israel y comprueba que no había muerto ni un
animal, y vuelve a endurecer su corazón y no deja ir a los
israelitas (v.7). Esta plaga va dirigida a tres dioses; Hator,
Apis y Ptah.[11]

Las consecuencias de esta plaga son mas que
evidentes. Por un lado hambre, ya que no tenían carne para
comer, ya que estaba en mal estado. Y por otro lado peste. Tanto
animal muerto en descomposición tiene que apestar toda la
región necesariamente.

1.7. La Plaga de Úlceras
(Éxodo 9:8–12)

Puesto el nuevo endurecimiento de
corazón de Faraón, Jehová manda a
Moisés a que esparza cenizas de un horno hacia el cielo en
frente de Faraón y ese polvo va a traer un salpullido de
úlceras por todo Egipto (v.8s). Y Moises así lo
hizo, y así fue como tanto hombres como bestias tuvieron
úlceras (v.10). Los hechiceros de Faraón en esta
ocasión no pudieron estar delante de Moises y
Aarón, a causa de los dolores por el salpullido (v.11). Y
aquí de nuevo vemos como es interesante que Jehová
es el que endurece el corazón de Faraón (v.12).
Esta plaga apela a dos dioses; Sekhmet (diosa de la medicina) e
Imhotep[12](guardián de las
medicinas).

Las consecuencias de esta plaga son
nefastas para los egipcios. Las úlceras son llagas
internas que causan un gran dolor. Es la primera vez que una
plaga va dirigida directamente al hombre. Es interesante que
aunque no se mencione, el hecho de que se nos diga que en esta
ocasión no pudieron estar los hechiceros de Faraón
en presencia de Moisés y Aarón, nos induce a pensar
que habían continuado intentando imitar plagas con
anterioridad.

1.8. La Plaga de Granizo (Éxodo
9:13–35)

Una vez mas Dios insiste en enviar a
Moisés a la presencia de Faraón con la misma frase;
«Deja ir a mi pueblo, para que me sirva»
(v.13). Vemos un aumento en la dureza y severidad de las plagas
por el vocabulario que usa Dios. Apela al corazón de los
egipcios, y es que en esta plaga, el que no tenga temor de
Jehová y se refugie en su casa, morirá a causa del
granizo (v.14s). Y esto vuelve a ser con el propósito de
que Faraón y todo Egipto sepa quien es Jehová y su
nombre sea anunciado sobre toda la
tierra[13](v.16). La pregunta retórica;
«¿Todavía te ensoberbeces contra mi
pueblo, para no dejarlos ir?»
indica la terquedad de
Faraón y la falta de temor y temblor frente a
Jehová que debería tener (v.17). Moisés le
dijo a Faraón que en 24 horas «mañana a
estas horas»
Jehová iba a enviar un granizo
como nunca antes se había visto (v.18). Moisés le
da a Faraón una advertencia de parte de Dios, que es que
recoja el ganado y que se refugien las personas, porque si no lo
hacen van a morir a causa de la plaga (v.19). Es interesante
notar la distinción entre los siervos de Faraón que
fueron temerosos de la palabra de Dios y guardaron su ganado e
hizo huir a sus criados, y los que no lo
hicieron[14]v.20s). Jehová mandó a
Moisés extender su mano hacia el cielo para que viniera el
granizo a arrasar con las bestias, los hombres y los cultivos de
toda la región, y así lo hizo (v.22s). Aquí
el texto nos revela que no era un granizo cualquiera, sino que
junto al granizo también caía fuego del cielo. Este
evento de descender fuego del cielo también lo vemos en la
destrucción de Sodoma y Gomorra[15]y vuelve
a aparecer en el Apocalipsis[16](v.24). Ese
granizo destruyo la tierra de Egipto; hombres, bestias, cultivos,
árboles etc. (v.25). Solo se salvó la región
de Gosén donde habitaban los israelitas (v.26).
Asombrosamente Faraón hace la siguiente afirmación
ante la desolación de la plaga; «He pecado esta
vez; Jehová es justo, y yo y mi pueblo
impíos»
(v.27). Faraón vuelve a rogar a
Moisés y a Aarón que oren a Jehová para que
cese la plaga, con el condicionan de dejarles ir a adorar a
Jehová (v.28). Una vez mas Moisés le dice que
orará para que la plaga cese. Dice que lo hará
cuando salga de la ciudad, y esto también servirá a
Faraón para que sepa que «de Jehová es la
tierra»
(v.29). Moises le profetiza a Faraón
que sabe que aun ni él ni sus siervos temerán
realmente a Jehová. Lo cual me da a pensar que
posiblemente Jehová se lo fuera revelado ya a
Moisés (v.30). Aquí la narrativa hace un
paréntesis y nos explica que el lino y la cebada se
perdieron porque ya había la cebada ya había
espigado y el lino estaba en caña, pero el trigo y el
centeno no se perdieron porque eran tardíos. Este dato nos
puede dar una referencia de en que época se produce esta
plaga (v.31s). Volviendo a los acontecimientos, Moisés
salió de la presencia de Faraón, salió de la
ciudad y alzando las manos oró a Jehová y
cesó el granizo (v.33). Pero una vez mas, viendo
Faraón que la plaga cesaba «se obstinó en
pecar»
y endureció de nuevo su corazón y
no dejó ir al pueblo de Israel desobedeciendo una vez mas
a Dios (v.34s). Esta plaga atenta contra Nut (dios del cielo y de
la noche) y contra Isis y Seth[17](dioses de la
tormenta).

Las consecuencias de esta plaga son
devastadoras. Cada vez quedan menos recursos en Egipto y
está plaga a arrasado contra el ganado y contra los
cultivos. Además de destruir a las personas que no se
refugiaron.

1.9. La Plaga de Langostas (Éxodo
10:1–20)

Una vez mas, Jehová comisiona a
Moisés y a su hermano Aarón a que vayan a la
presencia de Faraón, y Dios les da varias premisas.
Jehová había endurecido sus corazones (de
Faraón y de sus siervos). Para mostrar entre los egipcios
sus señales y para que los israelitas las cuenten de
generación en generación. Una vez mas con el mismo
fin; «para que sepáis que yo soy
Jehová»
(v.1s). Entonces así hicieron
Moisés y Aarón, fueron a la presencia de
Faraón con palabra de parte de Dios. Vemos que Dios de
forma retórica le pregunta a Faraón que hasta
cuando va a resistirse a humillarse, y de nuevo vuelve a insistir
con el mismo imperativo; «Deja ir a mi pueblo, para que
me sirva»
(v.3). Hay que notar que Dios va a
profetizar la octava plaga (la langosta), pero incluso llegados a
este punto va a hacer uso de un condicionan-te; «si
aún rehusas dejarlo ir».
Aquí se vuelve
a poner de manifiesto que Faraón sigue teniendo la
oportunidad de arrepentirse, a pesar de los juicios que
está sufriendo Egipto (v.4). Jehová hace
énfasis en recalcar la magnitud de la plaga, esta
cubrirá la faz de la tierra de Egipto y se comerá
lo que escapó a las otras plagas. Probablemente se refiera
al trigo y al centeno que no pereció en la anterior plaga
(v.5). La plaga también iba a invadir las casas de los
egipcios. Moises una vez acabó de decir esto, salió
de la presencia de Faraón (v.6). Entonces los siervos de
Faraón le preguntaron que hasta cuando este hombre iba a
ser un "lazo" para ellos refiriendo a Moisés. Ese
termino "lazo" en hebreo es «???????» que
significa trampa.[18] Y le intentaron persuadir
para que dejase ir a los hebreos a adorar a su Dios, a causa de
la destrucción de Egipto (v.7). Entonces Faraón
volvió a llamar a Moises y Aarón (antes de que
Jehová enviara la plaga) y les quiere dejar ir a adorar en
el desierto a Jehová, pero con condiciones, así que
les pregunta que cuantos han de marchar (v.8). Moises le contesta
que ha de partir todo el pueblo, incluidos los ancianos, los
niños y el ganado para ofrecer holocaustos (v.9).
Faraón haciendo uso de una frase irónica;
«¡Así sea Jehová con
vosotros!»
viene a decir que los niños no
podrían sobrevivir en los peligros del desierto. Claro
está que de irse solo los varones adultos y jóvenes
como Faraón sugiere, los niños, ancianos y mujeres
quedarían como rehenes bajo la soberanía de
Faraón. Luego mandó que se retiraran (v.10s).
Entonces Jehová mandó a Moisés a que
extendiera su mano sobre la tierra, y Jehová iba a enviar
una plaga que arrasaría con todo lo que dejó el
granizo (que sería poco probablemente) (v.12). Hay que
notar que al extender su mano Moisés, Jehová
envió un "viento oriental". Este viento se nos vuelve a
mencionar en el evento del Mar Rojo (Éx 14:21) y en la
venida del Espíritu Santo en Pentecostés (Hch 2:2).
Al venir la mañana este viento trajo la langosta (v.13).
Moisés hace énfasis en la magnitud de esta plaga,
que ni siquiera se veía la tierra de la cantidad de
langostas que había. Y la langosta lo arrasó todo
lo que no había arrasado el granizo y no quedó nada
verde en Egipto (v.14s). Faraón vuelve a las andadas, y
vuelve a decir que a pecado contra
Jehová[19]y contra ellos (v.16). Una vez
mas pide que intercedan en oración para librarles de la
plaga (v.17). Moisés oró a Jehová, y este
envió un viento de occidente que se llevó a la
langosta y la tiró al Mar Rojo. (v.18s). Pero Dios
volvió a endurecer el corazón de Faraón, y
este no dejó partir a los hebreos (v.20).

Los dioses egipcios a los cuales va
dirigida está plaga son a Osiris y
Shenehem[20]Las consecuencias de esta plaga son
las que terminaron de dejar el paisaje de Egipto de forma
totalmente desoladora. Los pocos brotes verdes que significaban
la esperanza de salvar algo de la cosecha, se esfumaron en poco
tiempo.

1.10. La Plaga de Tinieblas (Éxodo
10:21–29)

Una vez mas Dios encomienda a Moisés
para que extienda su mano hacia el cielo, esta vez para traer
tinieblas. En la narrativa vemos el énfasis en decir que
cualquiera las pueda "palpar". El término en
hebreo es; «??????.»[21] mismo verbo
que usa Jacob cuando teme que su padre Isaac le palpe y reconozca
que no es él.[22] Está idea sugiere
que esta plaga va a ser tangible para los egipcios, de tal modo
que va a haber una gran oscuridad. (v.21). Así pues,
Moisés extendió su mano al cielo y hubieron
tinieblas por tres días (v.22). Volvemos a ver una
distinción entre los dos pueblos, mientas que los egipcios
no veían nada, los hebreos gozaban de luz en sus
habitaciones (v.23). Entonces Faraón hizo llamar a Moises
y le dijo que fuera a adorar al desierto a su Dios, con los
niños, las mujeres y los viejos, pero que dejara el ganado
en Egipto (v.25). Moisés se negó a irse sin el
ganado, puesto que este servía para hacer holocaustos a
Jehová. Además dice que se lo han de llevar todo,
porque no saben cuanto habrán de sacrificar hasta estar
allí y recibir instrucción por parte de Dios
(v.26). Una vez mas, Jehová es quien endurece el
corazón de Faraón y no les deja partir (v.27).
Faraón se enojó y le dijo a Moisés que se
retirara de su presencia porque si lo volvía a ver,
esté lo iba a matar. Vemos como el endurecimiento de
corazón de Faraón es grande (v.28). Y Moisés
en cierto sentido "se lava las manos" sabiendo que esa
actitud de Faraón va a traer consecuencias, y le dice;
«Bien has dicho; no veré más tu
rostro»
(v.29).

Esta plaga va dirigida a directamente a la
figura y a la persona de Faraón. Faraón era la
personificación de Ra en la tierra (el dios
sol).[23] Las consecuencias de esta plaga son
terroríficas. Jehová tiene poder sobre la luz del
sol, que es la que da vida en este planeta, y de este modo la
novena plaga prefigura a la décima en este
sentido.

1.11. El Anuncio de la Decima Plaga
(Éxodo 11:1–10)

Jehová le revela a Moisés que
va a traer una plaga que va a hacer que Faraón les deje
partir de una vez por todas (v.1). Dios le dice a Moises que los
israelitas pidan objetos de valor a los egipcios. Estos ya
miraban con otros ojos a los esclavos, que eran hijos predilectos
de las divinidades o de su Dios. Puede que nos resulte
extraño pero formó parte de la comisión
original a Moises en el desierto.[24] Y este acto
también corresponde al cumplimiento de la promesa que le
hizo Dios a Abram cuando le dijo; «Ten por cierto que
tu descendencia morará en tierra ajena, y será
esclava allí, y será oprimida cuatrocientos
años. Mas también a la nación a la cual
servirán, juzgaré yo; y después de esto
saldrán con gran riqueza
».[25]
Vemos como la promesa de Jehová se está cumpliendo
hasta en el detalle de la riqueza. También hay que
mencionar que de esos zarcillos el pueblo hace el becerro de
fundición en el desierto[26](v.2s). Moises
anuncia a los egipcios en presencia de Faraón (aun no
había salido de su presencia después que este lo
echara) la décima plaga, la muerte de todos los
primogénitos, tanto de humanos como de bestias, y hace
énfasis al destacar que jamas ha habido ni habrá
(v.5s). Pero, vuelve a hacer una distinción entre los
pueblos, para que los egipcios sepan que es Jehová quien
hace esta distinción. Lo que nos muestra que los hebreos
son ciertamente un pueblo escogido por Dios (v.7). Y por ultimo
Moisés le profetiza a Faraón que sus siervos
vendrán a él a pedirle que se marche con todo su
pueblo al desierto. Después de esto, Moises por fin
salió de la presencia de Faraón (v.8). Dios le
revela a Moises una vez fuera de la presencia de Faraón,
que este no iba a oír, con el propósito divino de
que se multiplicasen todas las maravillas que Jehová iba a
hacer en Egipto. Volvemos a notar como el énfasis de los
juicios de Egipto es "para que sepan que yo soy
Jehová
", y vemos como Dios tiene un interés en
revelarse de esta manera. Así que Moisés y su
hermano Aaron hicieron todos esos milagros, a causa de que
Faraón no los dejó ir por culpa del endurecimiento
de su corazón (v.9s).

1.11. La Pascua (Éxodo
12:1–28)

Dios se volvió a revelar a
Moisés y a Aarón anunciándoles que este iba
a ser para ellos el primer mes del año. Dios escoge que el
principio del calendario religioso sea el mes de
"Abib"[27], en el Nuevo Testamento lo
conocemos como el mes de "Nisán", hoy en
día corresponde a nuestros meses marzo/abril en nuestro
calendario. Este comienzo de año simbolizaba la
fundación de Israel como nación libre y tenia que
servir como recuerdo de generación a generación
(v.1s). Jehová le encomendó a Moisés que
comunicara al pueblo las condiciones en las cuales se
debía celebrar la pascua. A saber; el 10 de este mes
(Abib) tomar un cordero por familia (v.3). En caso de ser una
familia pequeña tenia que juntarse con su vecino inmediato
y costear el cordero entre ambas familias (v.4). El animal tenia
que ser "sin defecto" de un año. Tenia que ser de oveja o
de cabra (v.5). Se debía guardar asta el día 14 y
degollarlo entre toda la familia (v.6). Habían de tomar la
sangre del animal sacrificado y con ella pintar los postes y el
dintel (los marcos de la puerta) en la casa donde habían
de comer el animal (v.7). El animal lo habían de comer esa
misma noche asado al fuego. No podía estar crudo ni
hervido en agua (v.8s). No podían sobrar restos del
animal, lo que sobrara debía de ser quemado al fuego
(v.10). También hay indicaciones en cuanto a la vestimenta
para comer la pascua; «Ceñidos vuestros lomos,
vuestro calzado en vuestros pies, y vuestro bordón en
vuestra mano».
También está el
énfasis de comer apresuradamente. Y el indicativo
«es la Pascua de Jehová» (v.11).
Jehová anuncia que el vendrá a matar en esa noche a
todos los primogénitos tanto de hombres como de animales.
Y también hace el énfasis en haber ejecutado con
esta plaga, todos los juicios en contra de los dioses de Egipto.
Termina la oración diciendo; «Yo
Jehová»
sugiere la idea de que Dios va a
glorificarse en los dioses de los egipcios, mostrando que solo
él es quien tiene la soberanía (v.12). Vemos como
la sangre es la que los iba a librar de la muerte del juicio de
Dios. Esa sangre la podemos comparar con la sangre de Cristo, que
nos librara de los juicios que Dios traerá a este mundo
(v.13). Jehová instituye este día como fiesta
perpetua para recordar la liberación que él les dio
a pueblo escogido (v.14). También indicó que
debían estar siete días comiendo panes sin levadura
y apartar toda levadura o comida leudada de sus casas, porque si
alguno comía debía morir (ser cortado del pueblo)
(v.15). El primer día harían Santa convocatoria, a
la vez que el séptimo. No debían trabajar este
día, mas que para preparar la comida (v.16). Dios
instituye de forma perpetua la fiesta de los panes sin levadura
(v.17). Aclara que esta fiesta se ha de celebrar del día
14 de abib por la tarde al 21 de abib también por la tarde
(v.18). Vuelve a hacer énfasis en no comer nada que haya
leudado en estos días, esta vez aclarando que ni siquiera
los extranjeros podían comer en medio de ellos (v.19s).
Cuando Jehová terminó de decir estas cosas,
Moisés reunió a los ancianos de Israel y les
mandó como había dicho Jehová, que tomaran
un cordero por familia y lo sacrificaran para la pascua (v.21). Y
les mandó que tomaran un manojo de
hisopo[28]y tomaran la sangre del animal y
pintaran los postes y el dintel de las casas, y no salieran hasta
el día siguiente. La sangre del cordero estaría en
un "lebrillo". Este término en hebreo es
«???»[29], se puede traducir como
vasija, como taza o como copa. El hecho de que sea una copa
recuerda a la copa de bendición que ofreció el
Señor Jesús en la Santa Cena, símbolo de su
sangre derramada (v.22). Una vez mas Jehová va a hacer
distinción entre ambos pueblos frente a las plagas, pero
esta vez está el factor condicionan-te de obediencia por
parte del pueblo de los hebreos (v.23). Moisés declara que
este festejo debía ser un estatuto perpetuo, aun cuando
estén en la tierra prometida (v.24s). Cuando en las
futuras generaciones los hijos pregunten que es ese cordero, hay
que explicarles que simboliza la víctima de la pascua de
Jehová, que pasó e hirió a los egipcios,
pero salvó a los hebreos. Entonces el pueblo adoró
a Jehová su Dios (v.26s). Y los israelitas así lo
hicieron (v.28).

1.13. La Plaga de la Muerte de los
Primogénitos (Éxodo 12:29–36)

A media noche el Ángel Destructor
mató a todo primogénito de
Egipto[30]Tanto de hombres como de animales
(v.29). Aquella noche, tanto Faraón como sus siervos como
cualquier egipcio se despertó y hubo un gran llanto en
cada casa de Egipto, porque en cada casa había un muerto
(v.30). Y aquella misma noche Faraón llamó a
Moisés y a Aarón y les dijo que salieran de Egipto
con sus animales, y cuando estuvieran en el desierto les
pidió que le bendijeran a él también
(v.31s). Y los egipcios les metían prisa a los israelitas
para que se marcharan, a causa del dolor que había en sus
corazones (v.33). Y tomaron los hebreos la masa del pan aun sin
fermentar envuelta en sábanas. Esto puede arrojar luz al
mandamiento de los panes sin levadura, como símbolo de que
en su salida de Egipto, no dio tiempo a que este leudara (v.34).
Entonces los israelitas pidieron a los Egipcios los utensilios de
valor; pendientes, objetos de oro y de plata, vestidos etc.
(v.35). Así Jehová bendijo a los hijos de Israel y
estos despojaron a los Egipcios de sus
vienes[31](v.36).

Esta última plaga va en contra de
todos los dioses de Egipto, ya que prueba que solo Jehová
es el que tiene potestad sobre la vida y la muerte. Las
consecuencias de esta plaga son miles de entierros en casi todas
las familias de Egipto. El endurecimiento de corazón de
Faraón llevo a Jehová a gloriarse en medio de
ellos.

CAPÍTULO 2

Los Dioses de
Egipto

Introducción

En esta segunda sección del trabajo,
voy a exponer quienes eran los dioses de Egipto y que
función desempeñaban en la mitología
egipcia. Con el fin de poder entender mejor los "ataques" que
Jehová envió contra estos ídolos, para
mostrarles a los hombres que no hay mas Dios que
Yahveh.

2.1. Khnum

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Era considerado el creador del huevo
primordial de donde surgió la luz solar, al inicio de los
tiempos, que dio vida al mundo. Dios alfarero que modelaba con
lodo del Nilo las personas, creando su ka en el momento de nacer.
Dios de la fertilidad. También era guardián de las
aguas del inframundo (Duat) y custodio de las fuentes del Nilo en
Elefantina. Según una tradición khnum creaba a los
hombres con su torno de alfarero, pero rompió su rueda
cansado de hacerla girar y colocó, en cada mujer, una
parte de ella. Desde entonces pudieron reproducirse sin su
intervención.

2.2. Hapi

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Hapi es el nombre del dios asociado al Nilo
(pero no es el río en sí), el gran río de
Egipto que tenía a la vez realidad física y
mitológica. La importancia simbólica del Nilo viene
de su capacidad para generar riqueza cuando inunda y deja limo
fértil en sus márgenes. El nombre Hapi proviene del
periodo predinástico de Egipto. Asociado a la
región de Gebel el-Silsila. Creían que
residía en una cueva de Bigeh, cerca de las cataratas, con
su harén de diosas rana, de donde emergía
anualmente para generar la inundación.

2.3. Heqet

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Heket es una de las deidades
benéficas del Antiguo Egipto, cuyo culto se data, por lo
menos, en las primeras dinastías. Es mencionada en los
Textos de las Pirámides. Cada mañana asistía
al nacimiento del Sol, por lo que fue considerada una de las
diosas de las embarazadas, llamada "La que hace respirar", pues
daba el soplo de vida al recién nacido, colocándole
el anj ante la nariz. Por ayudar en la resurrección de
Osiris, también se la consideraba ayudante de los difuntos
en su renacimiento. Fue considera hija de Ra y la esposa de Shu
engendrando a Nut y Geb. También era la compañera
de Jnum en Antinoópolis, aunque en la región de Kom
Ombo es la mujer de Sobek-Ra.

2.4. Kheper

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Kheper se creaba a sí mismo cada
mañana, renaciendo como nuevo Sol, por eso fue vinculado
con Atum. Como símbolo de la vida eterna, era el Sol de la
mañana, una manifestación del dios Ra. Según
los Textos de las Pirámides la Tierra era un escupitajo
del dios Jepri. Es el dios del amanecer, Ra el de la tarde y Jnum
el de la noche, de los cuales era considerado hermano. Simboliza
el principio de las transformaciones que experimentan los seres
vivos, desde que nacen hasta que fallecen, incluso de su
renacimiento si superaban las pruebas en la Duat (el Más
Allá).

2.5. Athor

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Hathor es comúnmente representada
como una diosa vaca con cuernos que sujetan un disco solar con
uraeus. En otras representaciones es simplemente una mujer con
orejas de vaca o una vaca (a veces con manchas en su pelaje). En
períodos posteriores, a veces porta plumas gemelas y un
collar menat. Hathor en su representación más
primitiva podría ser la diosa vaca de la Paleta de Narmer
y de una urna de piedra que datan de la dinastía I, que
sugieren un papel de diosa celeste y su relación con
Horus, quien, como dios sol, es "alojado" en ella. Su atributo
era el sistro, un tallo de papiro y es de las pocas diosas que
puede portar el cetro uas.

2.6 Apis

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Hijo de Isis, como vaca, fecundada por un
rayo del Sol.

El toro Apis era sagrado en el antiguo
Egipto. Desde el Imperio Nuevo se le consideraba el heraldo de
Ptah, su Ka, luego de Osiris, y más tarde de Sokar. Por
esto último, llegó a considerarse una de los
integrantes del panteón de dioses egipcios asociados con
la muerte. Fue venerado en Menfis, desde épocas de las
primeras dinastías, como dios relacionado con la
fertilidad de los rebaños, con el Sol y el dios del Nilo.
Su culto pasó a Alejandría en la época
ptolemaica, siendo muy popular entre griegos y romanos. A
diferencia de los cultos de la mayoría de las otras
deidades de Egipto, la veneración al toro Apis fue
adoptada por los griegos, después, por los romanos,
perdurando hasta casi el siglo IV.

2.7 Ptah

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Partes: 1, 2

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