La epidemiología es una ciencia relativamente
joven, sobre cuya antigüedad no existe consenso. Hay quienes
remontan sus orígenes a Hipócrates, y quienes
consideran que ya las civilizaciones orientales tenían
conocimientos de epidemiología. Elkin, epidemiólogo
ruso, cuyo curso de epidemiología fue traducido y
publicado en inglés por la editorial Pergamon Press en
1961. Elkin dice: "Epidemiología es la ciencia de las
leyes objetivas que subyacen en el origen, difusión y
descenso de las enfermedades infecciosas en grupos de poblaciones
humanas, y de la profilaxis y erradicación de estas
enfermedades".
Ciertamente, hay que entender la definición de
Elkin en el contexto de la práctica epidemiológica
de Rusia de los años cincuenta. El libro fue originalmente
publicado en 1958. En aquel entonces, Rusia tenía que
superar los problemas de salud propios de su nivel de desarrollo
y los que estaba enfrentado como consecuencia de sus planes de
desarrollo, como la extensión de la frontera
agrícola. En ese contexto, es pues entendible, que el
énfasis haya sido en las enfermedades infecciosas. Pero,
lo que Elkin establece para las enfermedades infecciosas es
válido para todas las enfermedades y lo que hoy
reconocemos como problemas de salud.
Extendiendo el concepto formulado por Elkin, podemos
definir la epidemiología como la ciencia que estudia las
causas de la aparición, propagación, mantenimiento
y descenso de los problemas de salud en poblaciones, con la
finalidad de prevenirlos o controlarlos.
En esta definición, entendemos por causa a la
identificación de la cadena de sucesos que explican el
origen, la difusión, mantenimiento y la
desaparición de los problemas de salud, es decir, no
solamente la etiología, sino todo aquello que contribuye a
que el problema de salud se extienda. En la historia de la
epidemiología se han dado numerosos casos en los que la
epidemiología ha logrado explicar los mecanismos de
difusión de determinadas enfermedades aún sin
conocer su etiología. Este es uno de los aportes
más interesantes de la epidemiología, el mostrar
que no basta el agente causal para que se produzca una
enfermedad, sino que es necesaria la confluencia de una serie de
condiciones. El reconocimiento de estas condiciones es el mayor
desafío que la epidemiología debe enfrentar, sea en
situaciones de emergencia como las de un brote o ante el
surgimiento de una "nueva" enfermedad.
La definición de epidemiología que hemos
expuesto, y brevemente discutido, permite comprender el uso
extendido que ahora tiene y que se explica por tres cambios
importantes relacionados con el concepto de problema de salud, el
desarrollo de nuevas técnicas y la interacción con
otras disciplinas.
En el primero caso, se observa que en todas las
especialidades se piensa menos en la salud como antónimo
de enfermedad y más en la salud como bienestar. Por
ejemplo, en el caso de la psiquiatría ya no se discute
solamente de enfermedades psiquiátricas sino que se habla
de salud mental, lo mismo ocurre en el caso de los problemas
nutricionales, en el que no sólo interesa la
desnutrición, sino los estilos de alimentación y
sus efectos en la calidad de vida.
El segundo cambio importante es el desarrollo de nuevas
técnicas. Cada vez tenemos acceso a más y mejores
técnicas para el diagnóstico, tratamiento y
rehabilitación. Actualmente se cuenta con pruebas que nos
permiten descubrir una enfermedad en estadios muy tempranos, que
nos permiten hacer tamizajes en poblaciones, de modo tal que
podemos prever que es lo que está pasando con una
población aparentemente sana. Esto ha ampliado las
fronteras de la epidemiología. Antes se descubría
la presencia de una enfermedad cuando ya se manifestaba
clínicamente, ahora es posible pensar en determinar el
riesgo de padecer determinado tipo de patología al
desarrollar pruebas más sensibles y específicas. A
todo esto se suma, la posibilidad de medir los riesgos y predecir
sus efectos en la salud.
El tercer motivo de la extensión del uso de la
epidemiología es la cada vez más frecuente
interacción entre diferentes disciplinas. Las fronteras
entre una especialidad y otra se están borrando. Por
ejemplo, antes se consideraban por separado el estudio de
enfermedades infecciosas y no infecciosas; hoy en día, por
el contrario, se ha comenzado a reconocer el origen infeccioso de
muchas patologías consideradas crónicas no
infecciosas, como es el caso del cáncer gástrico y
el cáncer de cuello uterino. En muchos de los estudios
epidemiológicos, los investigadores recurren a otras
disciplinas para poner a prueba sus hipótesis, como la
geografía, las ciencias sociales y la
paleontología. En este fecundo nexo entre las disciplinas
médicas y entre la medicina y otras ciencias, la
epidemiología está jugando un rol fundamental. La
epidemiología sería un ejemplo de ciencia
frontera.
Osuna (2003), evidencia que la Epidemiología se
constituye actualmente en la principal ciencia de la
información en salud. Se trata, sin duda, de una
importante ciencia complementaria para las ciencias
clínicas, y básica para la salud pública.
Amplía cada vez más su importante papel en la
consolidación de un saber científico sobre la salud
humana, sus determinantes y sus consecuencias en, por lo menos,
tres aspectos principales: Primero, la investigación
epidemiológica posibilita el avance del conocimiento sobre
los determinantes del proceso salud-enfermedad; en segundo lugar,
la disciplina desarrolla tecnologías efectivas para la
descripción y el análisis de las situaciones de
salud, dando sustento a la planificación y a la
organización de las acciones de salud; por último,
la metodología epidemiológica puede ser empleada en
la evaluación de programas, actividades y procedimientos
preventivos y terapéuticos, tanto en lo que se refiere a
sistemas de prestación de servicios como al impacto de las
medidas de salud en la población.
Finalmente, además de la definición de
epidemiología, es importante reconocer la diversidad de
enfoques, líneas o perspectivas de investigación
que han conceptualizado y practicado los epidemiólogos
desde sus inicios. Aunque con cierto riesgo de
simplificación, pueden distinguirse tres enfoques
principales: el enfoque biomédico, el social y el
histórico. No es posible desarrollar con amplitud y
profundidad cada uno de ellos en este ensayo, pero podemos
señalar sus características más importantes,
en función al concepto de causalidad que los caracteriza,
su metodología y sus aplicaciones.
En el enfoque biomédico, se sostiene que los
problemas de salud se propagan debido a ciertas
características de quienes padecen el problema y que no se
encuentran entre los que no lo padecen. Estas
características son esencialmente individuales, aunque
también pueden ser grupales o ambientales. La tarea de la
epidemiología, según este enfoque, es encontrar
factores específicos, pues de ello va depender la eficacia
del control y la prevención. Esta ha sido la forma
clásica de aproximación que ha usado la
epidemiología, y la que más se usa en la
actualidad, por su concreción, objetividad y abundancia de
procedimientos técnicos.
El enfoque social tiene antecedentes en los primeros
estudios epidemiológicos, cuando aún no se
había desarrollado la teoría del germen. Sostiene
que la salud es una consecuencia de determinantes sociales y no
sólo de características individuales y que la
estructura social influye en la salud pública. Se trata de
establecer similitudes y diferencias en la estructura social y la
forma en que viven las poblaciones, asumiendo que los
daños o problemas de salud, que se presenten,
dependerán de cómo está organizada la
sociedad y cuán extendidos se encuentren ciertos modos de
vida nocivos para la salud de las poblaciones.
Hasta ahora la epidemiología ha tenido que vencer
importantes limitaciones a la hora de hacer extensivo su campo de
actuación a exposiciones poco convencionales o nuevas. La
revolución tecnológica de las últimas
décadas ha producido nuevos valores de utilidad
incuestionable – informática, telecomunicaciones, procesos
productivos – que son fuente, al mismo tiempo, de nuevas
exposiciones de naturaleza desconocida para la salud. Pero ahora
los avances técnicos permiten también, si se desea,
realizar un acúmulo ordenado de información que
permita monitorizar tanto las nuevas exposiciones como las formas
-nuevas o viejas- de enfermar. Es el momento de utilizar estos
avances, de forma integrada, para el progreso social.
La epidemiología actual exige avances
técnicos también en la medición de las
nuevas exposiciones, reclama inversiones suficientes en
investigación epidemiológica de los nuevos riesgos
y defiende, junto a las organizaciones de consumidores, el
derecho de los ciudadanos a elegir libre e informadamente sus
alimentos, su entorno, las exposiciones a las que voluntariamente
se somete. La epidemiología actual sabe comunicar los
riesgos a la población de una forma clara, incluyendo el
saber comunicar la incertidumbre y el desconocimiento. Son nuevos
retos para un nuevo tiempo y la epidemiología actual ha de
mostrar su liderazgo e iniciativa.
BIBLIOGRAFÍA
OSUNA A. (2003) Epidemiología. Segunda
Edición. Caracas: Fondo Editorial de la Escuela de Salud
Pública, Universidad Central de Venezuela.
p.10-30.
ELKIN II. (1961) A course in Epidemiology. New York:
Pergamon Press.
Autor:
Eulogia Leon
Facilitadora: Maestrante:
M.Sc. Norys Pinto Eulogia León
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
Ministerio del Poder Popular para la Educación
Superior
Universidad NACIONAL EXPERIMENTAL "Rómulo
Gallegos"
MAESTRÍA GERENCIA EN SALUD
PÚBLICA
Mayo de 2014