Monografias.com > Lengua y Literatura
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Por favor, miénteme

Partes: 1, 2

  1. Prólogo.
  2. ¿Te acuerdas de
    mí?
  3. Te
    quiero
  4. Mi
    mundo
  5. Por
    usted
  6. Dile
  7. Nostalgia anunciada
  8. Luna
  9. Padre,
    he pecado
  10. Encuentro
  11. He
    renunciado a ti
  12. Esta
    noche
  13. 365
    días
  14. Te
    veo
  15. Ella
  16. Fe
  17. Abecedario
  18. Más grande que el techo del
    cielo
  19. Y sin
    fecha de vencimiento
  20. Sin
    ti, contigo
  21. Gracias
  22. Hoy
    es la última vez que te
    extraño
  23. Aquí estoy
  24. Dame
    paz
  25. Insomnio
  26. Sherezade
  27. Así sucedió
  28. Con
    mis ojos
  29. Ya no
    espero nada de ti
  30. El
    amor
  31. Palabras vacías
  32. Inventario
  33. Es
    cuestión de tiempo
  34. Me
    vas a extrañar
  35. Solo
    espero la muerte
  36. Quiero decirte

  37. y yo
  38. Y sin
    embargo…
  39. Geografía
  40. Por
    favor, miénteme
  41. Yo no
    quiero
  42. Si
    alguien me preguntara
  43. Hoy
    me vino a visitar
  44. Nací y morí
  45. Amanecer contigo
  46. En
    tus brazos
  47. Eres
    más
  48. Decidiste olvidarme
  49. Lo
    que me dejaste
  50. Un
    poco después del final
  51. Resumiendo
  52. Era
    lo único que quería decir
  53. Ven
  54. Regresa a mí
  55. Soy

Monografias.com

Prólogo.

La poesía es el refugio para el alma, la forma
más divina que el poeta encuentra para expresar sus
sentimientos; es la manifestación de todos los miedos,
amores, deseos y pasiones de la humanidad. Nos conecta a todos en
un plano existencial más allá de la raza, credo o
escuelas. Descubro en esta recopilación de poemas al poeta
oculto dando suaves palabras a cuentagotas y haciendo sentir a
raudales. De esta forma, encuentro en que Marco Antonio Parra, su
soledad, tristeza, melancolía y algo de agonía,
logra transformarlas en la voz que el corazón necesita
para hablar sin miedo a la indiferencia, dando a conocer de forma
tal que logra romper cualquier atadura de la palabra y liberar en
versos la divinidad de la vida, convertida en silueta de mujer. Y
así, la geografía toma el sentido total de su
significado, el insomnio se hace cómplice, las madrugadas
metálicas comienzan a sentir, el café de las
mañanas se desviste de tantas metáforas, para decir
cruda y sin censura lo que las entrañas sienten al
desnudo, disparando al viento balas livianas no de reclamos sino
de resignación.

Por eso exclama "Solo espero la muerte para amarte por
siempre, mujer. Y quiero que sepas, antes de que la muerte me
pase factura; muy claro lo voy a decir, yo nací el
día que te conocí." Sinceramente, la lírica
que crece en este libro llena al lector con un torrente de
imágenes, voces, colores y sabores. Los lleva a un viaje
por montañas de versos, mientras la luna sigue los pasos
inspirando cantos al poeta, que trenza con el viento y viajan por
dentro de cada arteria del cuerpo. Cuando lo lean sentirán
que soñar no es en vano, que no están solos,
aprenderán (como yo lo hice) que del sufrimiento nacen
manantiales de amores; que de esta forma la poesía sigue
viva y nos hace vivir. Espero lo disfruten tanto como yo, buen
viaje.

Laura López, poetiza
guatemalteaca.

(Giraluna)

"Si nada nos salva

de la muerte,

al menos que el amor

nos salve de la vida"

Pablo Neruda

¿Te
acuerdas de mí?

Soy la hoja que el viento arrastra hasta tu
ventana, convertida en recuerdo.

Soy los pasos que nostálgica quieres
escuchar.

Soy quien habita en tu pecho
izquierdo.

Soy la marca que no puedes
desmanchar.

Soy la frase de alguna
canción.

Soy consuelo y
resignación.

Soy el pasajero que en la esquina se
bajó.

Soy el pensamiento que tu mente
descuidó.

Soy la ausencia en la cocina.

Soy la soledad de tu
habitación.

Soy quien se hundía en tu
piscina.

Soy quien no recibió tu
perdón.

Soy una persona más en este
mundo.

Soy un pez más en el mar.

Soy quizás para ti un
vagabundo.

Soy el que siempre te va a amar.

Tengo en la frente una cicatriz.

Tengo el tono sarcástico.

Tengo las manos sudadas.

Tengo una enorme nariz.

¿Te acuerdas de
mí?

Postdata: Al final sabrás
quién…

Te
quiero.

Te quiero de todas las formas jamás
antes vistas.

Te quiero con cada gota de mi
sangre.

Te quiero porque eres mi luna, mi sol, mi
playa y arena.

Te quiero desordenada, dulce y
serena.

Te quiero en invierno, verano, otoño
y primavera.

Y aunque llegues de última en la
carrera,

para mí siempre serás la
primera.

Te quiero como quieren los peces al
agua.

Te quiero como lluvia al
invierno.

Te quiero como los pájaros a la
brisa.

Te quiero sin comas, sin puntos ni
espacios.

Te quiero porque eres mi altar, mi virgen,
mi agua bendita.

Te quiero porque hueles a milagro y sabes a
resurrección.

Te quiero porque eres mi cruz, mi
oración, mi paz infinita.

Te quiero porque contigo, Dios me
echó la bendición.

Te quiero y va más allá de
dos palabras.

Te quiero aunque no lo puedas
leer.

Te quiero porque eres de mi truco el
"abracadabra".

Te quiero sin explicación
alguna.

Te quiero como la noche a la
luna.

Te quiero porque contigo volví a
nacer.

Te quiero, simplemente
eso.

Mi
mundo.

En el mundo que inventé contigo, al
cielo le puse su nombre.

Ver su rostro y decirle "hermosa" es
redundar, es como decir agua y humedad.

Usted es mi vida, mi mundo, la eternidad de
este hombre.

Usted es el concepto que tengo de
felicidad.

El aire de este planeta lo respiro si me
besa.

Tengo la tierra debajo de sus
pies.

Sus ojos son los mares donde quiero
nadar

Y sus cabellos largos son mis
llanuras.

La luna la encuentro en su
lunar.

El sol cuando parpadea se deja
ver.

Su abdomen es el mejor lugar.

De su cintura las plantas pueden
nacer.

En su abdomen las flores van a
crecer.

El fuego nace de su palpitar.

Este mundo cabe en su mirar.

Hay un lugar llamado nada si usted no
está.

Sin su presencia nada podría
crear.

Usted me otorgó de la felicidad el
pasaporte.

Y le soy más fiel que brújula
al norte.

Por
usted.

Por usted puedo ser Benedetti esta noche,
quizás Cortázar, quizás Neruda.

Puedo ser García Márquez
atado a su cintura y en silencio perder la cordura.

Por usted puedo ser síntoma,
enfermedad y cura.

Por usted puedo ser tranquilidad, paz y
locura.

Por usted esta noche puedo tener la luna
entre mis dedos.

Puedo ser Picasso, Miguel Ángel o
Botero.

Puedo ser sol, neblina o
aguacero.

Puedo ser Adán o Romeo; puedo ser
respiro, suspiro o Morfeo.

Por usted puedo ser Christian Grey, Frogg o
Aureliano Buendía;

Puedo ser perverso, puntual o
compañía.

Esta noche por usted puedo ser
Aristóteles, Sócrates o Platón.

Por usted, mujer, puedo ser su instinto, su
furia y pasión.

Y si de cantar se trata, puedo ser Sabina,
Arjona o Perales;

Puedo ser Bocelli, Elton Jhon o Sinatra, si
de cantar se trata.

Por usted puedo ser desvelo y razón;
ser veneno, nostalgia y amor.

Y por las calles de Macondo tomarla de la
mano.

Puedo ser su frío, su luz, su
verano.

Puedo ser su padre, su amigo, su
hermano.

Puedo ser hasta lo que no soy, solo
por usted.

Dile.

Dile que aunque afuera está
lloviendo, el agua se siente acá adentro.

Dile que lo que tú ya no sientes yo
aun lo siento.

Dile que mañana habrá
concierto en el bar de la esquina.

Dile que no dudaría en tomarle la
mano a la salida.

Dile que aun tomo el café con poca
azúcar.

Dile que el agua me gusta más
natural.

Dile que a pesar de la infortuna que
vivo.

No la he dejado de pensar.

Dile que no encuentro paz en mis
noches.

Dile que esto no es un acto de
humillación.

Dile que todavía suena en la radio
nuestra canción.

Dile que extraño sus
berrinches.

Dile que a la luz de la luna la imagino
cada anochecer.

Dile que aun es lo primero que quiero ver
al abrir los ojos.

Dile que los tornillos de mi mundo
están flojos.

Dile que he vuelto a enloquecer.

Dile al reflejo que está en tu
espejo.

Que me sigo poniendo viejo.

Que lo que allí aparece tú no
eres.

Que te conozco más de lo que
quieres.

Nostalgia
anunciada.

Cerré los ojos, suspiré y
hacia atrás me incliné.

Santiago Cruz con su piano a mi pecho
apuntaba.

"Un vacío con tu forma, dentro de mi
alma…"

Mi mano derecha por la cabeza tuve que
pasar.

"…y con ésta, tres canciones,
más las que están por venir…"

Abro mis ojos y miro por la ventana como la
vida sigue su rumbo.

"…resignarme a ser testigo, de tu
vida en la distancia…"

Los párpados tratan de impedir el
diluvio inminente.

"…y guardarme la certeza, que te
puedo hacer feliz…"

Me miraban las plantas, los animales, la
gente.

"…tanto y poco me quedó, poco
y tanto me quedó…"

Sonó una gota en el piso, se
suicidó como los segundos del reloj.

"…Lo que me quedó de tu amor,
hoy me quema y me duele…"

Mirando al cielo, buscando algún
consuelo.

"…me quedó de tu amor
más de un beso pendiente…"

Sentía como si me estuviesen
moviendo el suelo.

En seguida me limpié la cara y
cambié de canción.

Se me clavó en el pecho otra
línea en forma horizontal.

"…Que más me da, me
preguntas qué es lo que nos queda por
salvar…"

La vista se me volvió a nublar
mientras trataba de respirar.

Dos amigos me saludaron, me extendieron sus
manos.

"…para empezar, nunca quise
envejecer con nadie más…"

Al instante la escena notaron y un abrazo
me dieron.

Hasta que por fin terminó "para
empezar" de Leonel y desperté, llorando.

Crónica de una nostalgia
anunciada.

Luna.

Todas las noches te va a
acompañar.

Mil besos para ti con ella te voy a
dejar.

Aparecerá de la nada.

Te acompañará hasta de
madrugada.

Estará cuando estés
desvelada.

Allí encontrarás mi
mirada.

A veces flaquita.

A veces gordita.

Lo más bello de las
noches.

Víctima de mil reproches.

Ella es como ninguna.

Alguien la denominó
"luna".

Dicen que fue el creador.

Otros que la naturaleza.

Es mágico su esplendor.

Infinita su belleza.

Inspira al que no tiene
compañía.

La usan para enamorar.

Sale de noche y de día.

Nos hace suspirar.

Como ella en las noches no hay
ninguna.

Es la más grande de las
estrellas.

La conocemos como "luna".

Es del cielo la más
bella.

Padre, he
pecado.

Padre, he pecado, he deseado a la hermana
de su hermano.

Padre, he pecado, añoro tenerla a mi
lado.

Su sonrisa es maravillosa.

Sus labios color de rosa.

Padre, he pecado al robarme su
fotografía.

He asesinado la distancia para
verla.

Padre, me daría la razón si
la miraría.

Sus dientes son como unas
perlas.

Padre, he pecado, asígneme un Ave
María o quizás dos.

He pecado, le he pedido su
compañía.

Padre, he pecado, la he comparado con
Dios.

Sus labios son mi
eucaristía.

Padre, he aquí mi
confesión.

Su cintura me causa fervor.

Padre, no me mire con
exageración.

Si la llegase a mirar también
sería como yo, un pecador.

Encuentro.

Yo le quité la 've' a su vestido y
ella le quitó la 'ce' a mi corbata.

Se trepó sobre mí y
acariciaba mi cabello.

Yo le besaba cada lunar, cada
rincón, cada vello.

Me decía 'mi rey' y sentía la
corona posarse sobre mi cabeza.

Me sentía gigante, en un castillo,
sentía grandeza.

Mientras quitaba su ropa desaparecía
el mundo entero.

Íbamos en un tren, sin conductor,
sin estación, sin pasajeros.

La tomé por la cintura y le besaba
el cuello; subía su cara y suspiraba.

La cicatriz en su barbilla con mi frente
combinaba.

Me inundaba la piel con sus labios, me
hacía sentir que soy inmortal.

Sus caricias me inyectaban un veneno dulce
y letal.

Mis besos eran el avión y su cuerpo
el aeropuerto.

Nos besamos como en las novelas, como en
nuestro propio cuento.

En medio del encuentro sentí la
necesidad de pedirle que no se fuera.

Cuando por fin tuve la oportunidad, se fue,
se esfumó.

No pude decirle mis palabras
sinceras.

Y me di cuenta de que estaba
soñando.

Hoy solo estoy recordando.

Aquel encuentro, aquel eterno
momento.

He renunciado a
ti.

He renunciado con el mismo fervor con el
que siento este amor.

He renunciado y en el fondo de mi pecho el
corazón se me estalla.

He renunciado como las olas que mueren en
la orilla de la playa.

He renunciado, no quiero seguir siendo un
soñador.

He renunciado a su venida, usted no me
dejó otra salida.

He renunciado al calor de sus brazos y al
sabor de sus labios.

He renunciado como si fuese lo
último que haría en la vida

He renunciado, sin adiós ni
despedida.

He renunciado como los mosquitos a la vida
al acercarse a la luz.

He renunciado a noches desveladas, juntos,
en la misma almohada.

He renunciado a tomar tu mano en nuestros
viajes en avión o en autobús.

He renunciado con la misma fuerza con la
que luché y di todo por nada.

He renunciado a usted y a ese sueño
de despertarla por las mañanas.

He renunciado a tomarla de la mano y
llevarla al altar.

He renunciado, sé que para usted,
esto es poca cosa.

He renunciado porque se me acabó la
fuerza.

He renunciado a las lágrimas y a la
tristeza.

He renunciado y ya empaqué las
maletas.

He renunciado a esta rusa
ruleta.

Y sobre todas las cosas, he renunciado
a mí para volver a ser yo, sin ti.

Esta
noche.

Esta noche voy a soñar
contigo.

Soñaré que tu piel
será mi abrigo.

Esta noche mis dedos bailarán tango
sobre tu cuerpo.

Esta noche voy a anclar mi barco en la
bahía de tu puerto.

Esta noche mis labios recorrerán
cada pliegue de tu piel.

Esta noche serás mía y en tus
brazos voy a sucumbir.

Esta noche dejaré a un lado el
lápiz y el papel.

Esta noche no te quiero
escribir.

Esta noche te besaré hasta el alma y
no podrás evitarlo.

Esta noche estarás conmigo aunque
los ojos deba cerrar.

Esta noche no te dejaré
pensarlo.

Esta noche te voy a secuestrar.

Te pido, por favor no me vayas a
llamar.

No quiero que interrumpas mi
sueño.

No quiero que me vayas a
despertar.

Sé muy bien que no soy tu
dueño.

Esta noche te acariciaré la espalda
con una rosa.

Esta noche tu aire será mi
oxígeno.

Esta noche no haré otra
cosa.

Esta noche despertar será mi
veneno.

Esta noche voy a soñar
contigo.

Esta noche no querré que termine
nunca.

Esta noche no vayas a llamar.

Para decir que me pudiste
olvidar.

Esta noche serás mía aunque
solo en mis sueños te pueda mirar.

Tú.

Consonante obstruyente, oclusiva, dental y
sorda.

Vocal cerrada y posterior,
tildada.

Dos letras, una vocal y una
consonante.

Solo dos en el alfabeto pero lo son todo en
mi vida.

Una consonante y una vocal; dos muy
diferentes estructuras.

Diferentes como tú y yo; un mundo,
una razón; dos letras.

Dos letras que en el abecedario en
español están juntas.

Dos letras que como lápiz y
sacapuntas.

Dos letras tan sencillas de
pronunciar.

Dos letras tan fáciles de
escribir.

Dos letras, un sentir.

Dos letras que acariciar.

Para todos son solo dos letras
más.

Yo no podría decir lo
mismo.

Sin ellas me hundo en el abismo.

Dos letras que nunca dejaré de
amar.

¡TÚ!

¿Por qué
tú?

¿Por qué yo?

Me preguntas con suspicacia.

Como si pudiese explicar de la flor su
fragancia.

¿Por qué yo?

Me insistes con valentía.

Como si pudiera dar un concepto de
alegría.

¿Por qué me amas?

Si ha muchas has conocido.

¿Cómo te explico la
existencia del ruido?

Es algo inaudito tu
interrogatorio.

Los sentimientos no los hacen en un
laboratorio.

¿Por qué me amarás
siempre?

Insistes en preguntar.

Es como explicarte cuántas gotas hay
en el mar.

Creo que debes dejar de hacer esa
pregunta.

Este amor es tan grande que hasta el cielo
se asusta.

Nunca voy a tener las palabras
precisas.

No amarte es como un diciembre sin
misas.

Tú más que una mujer eres mi
todo.

Y este sentimiento no tiene un
periodo.

Así será por toda mi
existencia.

Me hace permanecer en plena
demencia.

Esto me lleva a amarte con
locura.

Te amo como Miguel Ángel a su mejor
escultura.

Pregunta respondida.

365
días.

Trescientos sesenta y cinco
días.

Trescientos sesenta y cinco
noches.

Trescientos sesenta y cinco
madrugadas.

En cada segundo cabías.

Sin pretextos ni reproches.

Con las luces prendidas y
apagadas.

Trescientos sesenta y cinco días con
tardes incluidas.

Trescientos sesenta y cinco noches sin la
luz del sol

Trescientos sesenta y cinco madrugadas
soñando contigo.

Con cada anécdotas
vividas.

Pensando en ti viendo el
beisbol.

Imaginando que eras mi abrigo.

Un año entero.

Cada segundo.

Cada minuto.

Cada hora.

Cada mañana.

Cada tarde

Cada noche.

Cada día.

Las cincuenta y dos semanas.

Los doce meses completos.

Las estaciones año.

Los treinta y un millones,

Quinientos cincuenta y seis mil,

novecientos veintiséis segundos
exactos.

Incluyendo los momentos, instantes y
ratos.

Te veo.

Te veo claramente, en el lugar que
solías sentarte.

Te veo impaciente donde acostumbras a
esperarme.

Te veo, no te veo, te veo, y te vuelvo a
ver.

Estás allí, justamente en
medio de mi mente.

Te veo, con esa sonrisa tan
particular.

Te veo, tratando de entender ese banco
vacío.

Te veo, extiendo mis manos pero no
llego.

Te veo, tus ojos parecen una bomba a punto
de estallar.

Te veo, con tu camisa de rayas.

Te veo, con tus lentes de playa.

Te veo, con tu pantalón
predilecto.

Te veo, tus tacones imitan un sonido
lento.

Te veo darle vueltas al mechón de tu
cabello.

Te veo pedir un café con poca
azúcar.

Te veo mirar impaciente.

Te veo esperando mi llegada.

Te veo, mirándote en el
espejo.

Te veo pelear con el calor.

Te veo revisando tus cosas.

Te veo, pero es mi
imaginación.

Ella.

Para todos puede ser una persona
más.

Para mí, ella es mi fantasía
y mi realidad.

Ella es la mujer de mi
sueño.

La que soñaba desde
pequeño.

Ella con su ceño
fruncido.

Yo soy el ave y ella mi nido.

Ella es más que las letras de su
nombre.

Ella es la eterna felicidad de este
hombre.

Ella es honor y valentía.

Ella es orgullo y duda.

Ella es lo mejor de mi vida.

Ella, hermosa vestida o desnuda.

Ella podría ser de algún
poeta la musa.

Las líneas de su nombre en
Neruda.

Ella, el susurro de la
madrugada.

La causa de este desvelo.

Ella y sus pasos por las
escaleras.

Ella y sus respuestas tan
sinceras.

Ella con su vestido rojo.

Ella la dueña de mis
antojos.

Allí, en cada estrella, la veo a
ella;

Tan radiante, sus ojos
brillantes.

Su luz incesante; allí la puedo
ver.

Aunque sea un instante.

Ella cuando habla, cuando ríe,
cuando siente.

Ella en enero, agosto o
diciembre.

Ella, mi pasado, futuro y
presente.

Ella, mi amor por siempre.

Fe.

Está presente desde antes de nuestro
nacimiento.

Jamás nos abandona, en ningún
momento.

En las buenas y en las malas siempre
está presente.

Dicen que es lo único que queda
hasta el día de la muerte.

Los hebreos le dieron tres
características.

Firmeza, seguridad y fidelidad.

Muchos la usan de forma
cabalística.

Nunca nos abandona en la
tempestad.

A Dios pertenece en gran parte.

Si eres pecador te hace
confesarte.

Dicen que mueve cualquier
montaña.

Por la vida misma nos
acompaña.

Yo tengo fe de que va a ser
así.

Yo tengo fe de que dirás que
sí.

Yo tengo fe de que vas a venir.

Yo tengo fe de que voy a ir.

Hasta el último suspiro.

En cada aire que respiro.

No le temo al camino.

La fe está siempre
conmigo.

Abecedario.

Amarte como se debe amar.

Besarte es respirar.

Cuántas cosas quiero
contigo.

Desearía ser más que tu
amigo.

Estas letras te voy a dedicar.

Feliz siempre podría
estar.

Ganándole al destino.

Huyéndole a este camino.

Iluminas mi vida cuando te veo.

Jamás imaginé caminar sin
vos.

Kilómetros de sed sin tu
voz.

La vida sin ti es un bombardeo.

Mañana temprano te iré a
buscar.

Nada ni nadie me va a detener.

Ñongo es ver el tiempo
pasar.

Otro día sin tu
compañía no quiero tener.

Pasaré por las calles sin prisa, sin
descanso.

Quisiera que me vieras caminar.

Rozando tu tacón a cada
paso.

Sintiendo tu olor y poder
respirar.

Tú me haces ser valiente.

Una vez más te besaré la
frente.

Ven, acompáñame a
vivir.

Whisky en una copa te voy a
servir.

Xilórganos por todas partes van a
sonar.

Y aunque el abecedario ya se va a
acabar.

Zafarte de mis letras jamás
podrás.

Desde la A hasta la Z.

Más grande
que el techo del cielo.

¿Alguna vez lo has
pensado?

Una cinta métrica te puedo
prestar.

Para que midas de lado a lado.

Y una idea te puedas imaginar.

Dicen que hay un universo allá
arriba.

No tiene entrada ni salida.

Dicen que es infinita su
grandeza.

Que es inigualable su belleza.

Miles de estrellas puedes ver.

La luna nunca te dejará de
seguir.

Hoy no te podría mentir.

Esta vez me debes creer.

No se sabe cuántos años luz
pueda haber.

Nadie sabe su sabor ni su aroma.

Es imposible distinguir su
color.

Dicen que nunca hace calor.

Me toca en esta parte decir.

Que puedo recorrer cada suelo.

Nadar cada mar.

Y volar por todos los
países.

Para que así puedas entender lo que
este loco te dice.

No es cuestión de
exageración.

Ni ganas de llamar la
atención.

Pero sé que este amor.

Es más grande que el techo del
cielo.

Y sin fecha de
vencimiento.

Esto no contiene un control de
calidad.

Un número al final no podrás
encontrar.

Esto es más que poesía y
melancolía.

Siempre lo digo con humildad.

Cualquiera podría
mirarte.

Yo jamás dejaría de
hacerlo.

Cualquiera podría de ti
enamorarse.

Eso está a muy corto
alcance.

Mis palabras no las vayas a
refutar.

En mis ojos lo podrías
notar.

Suena la música al fondo.

Si así lo quieres me
escondo.

Una y mil veces te lo repetí,
mujer.

Mis sueños tienen
dueño.

Amarte es un placer.

Eres lo que a diario
sueño.

Mujer, te lo juro no miento.

A usted pertenece este
sentimiento.

No alcanzan las estrellas del
firmamento.

Para comprobar que este amor es sin fecha
de vencimiento.

Sin ti,
contigo.

Sin ti las mañanas son noches y las
tardes, madrugadas.

Contigo los días son días y
sin ti la vida, nada.

Sin ti las calles van en sentido
contrario.

Contigo no existe calendario.

Sin ti todo es frio y oscuridad.

Contigo es magia y claridad.

Sin ti, mujer sublime, todo es
nada.

Contigo, el reloj de mi se
apiada.

Sin ti se me clavan en el pecho los
minutos.

Contigo, vivir vale la pena.

Sin ti, el sillón está de
luto.

Contigo, a la felicidad me
condenas.

Contigo volví a nacer.

Sin ti no sé qué
hacer.

Contigo cantan los pajaritos al
amanecer.

Sin ti no quiero envejecer.

Contigo, mi vida es perfecta.

Contigo no hay mar profundo.

Sin ti está vacío este
mundo.

Sin ti, la tristeza me alimenta.

Gracias.

Por estar cuando más te
necesito.

Por ser mi amuleto de la suerte.

Jamás había sido tan feliz,
lo admito.

Orgulloso estoy de tenerte.

Por extenderme las manos en cada
momento.

Por ser de mí el mejor
argumento.

A tu lado todo es perfecto.

Por formar parte de este cuento.

Por esperarme siempre en la
meta.

Por ser mi estímulo y
respuesta.

Por ser el piso de mis pasos.

Por guardarme siempre tus
abrazos.

Por ser la fuerza para seguir
caminando.

Por velar de mis noches cuando te estoy
soñando.

No encuentro las palabras
precisas.

Para que sepas que siento cuando me
besas.

Mil gracias te doy por ser quien
eres.

Cuando a mi piel te adhieres.

Te escribo estas palabras
sinceras.

Feliz me siento que seas mi
compañera.

¡Gracias!

(Escrito algún día del
año 2011, en secreto)

Hoy es la
última vez que te extraño.

Hoy es la última vez que rozo con mi
índice los labios en tu fotografía.

Hoy es la última vez que te pienso
todo el día.

Hoy es la última vez que escucho la
canción que tanto te gustaba.

Hoy es la última vez que
imaginándote abrazo mi almohada.

Hoy es la última vez que acaricio la
soledad.

Hoy es la última vez que tengo
intranquilidad.

Hoy es la última vez que pienso en
tu mirada.

Hoy es la última vez que simulo tu
llegada.

Hoy es la última vez que se me parte
el pecho.

Hoy es la última vez que te dibujo
en mi techo.

Hoy es la última vez que me
sonríe tu ausencia.

Hoy es la última vez que anhelo tu
presencia.

Hoy es la última vez que te busco en
el horóscopo de la televisión.

Hoy es la última vez que al llamarte
caigo en la tentación.

Hoy es la última vez que siento el
estómago vacío.

Hoy es la última vez que te
extraño, amor mío.

Hoy es la última vez que miro el
balcón de tu casa.

Hoy es la última vez que duermo en
la terraza.

Hoy es la última vez que te digo "mi
vida".

Hoy es la última vez, esta es mi
despedida.

Hoy es la última vez que te
extraño.

Aquí
estoy.

Entre la noche y el día. Entre tu
ausencia y la mía.

Aquí estoy, si a esto se le puede
llamar estar.

Todas las noches me duermo sin tu
compañía.

Y se burla de mí la soledad al
despertar.

En tus brazos la vida y en tu ausencia la
muerte.

Contigo todo es felicidad y
alegría.

En tus brazos dulzura y en tu ausencia
amargura.

Contigo todo es pasión y
ternura.

En mi mente te quedaste
presente.

Y mis ojos se quedaron despiertos para
siempre.

Te fuiste sin decirme nada.

Me dejaste la vida fracturada.

Aquí estoy, entre el silencio y la
soledad.

Aquí estoy, perdido en el
camino.

Aquí estoy, señalando al
destino.

Aquí estoy, extrañando mi
felicidad.

Aquí estoy, acompañado de la
nostalgia.

Esperando que el tiempo se
devuelva.

Aquí estoy, tratando de hacer
magia.

Para traerte o que vuelvas.

Aquí estoy, si a esto se le puede
llamar, estar.

Dame
paz.

¿Dónde enciendo la luz para
acabar con tanta oscuridad?

Abre tus ojos y empieza a parpadear, dame
luz, dame paz.

Esto es lo peor que me ha podido
pasar.

No verte cada mañana cuando logro
despertar.

Dame paz, dame paz, solo en tus brazos la
puedo encontrar.

Quiero descansar, abrázame no me
vayas a soltar.

Dame paz, dame paz, quiero contigo
navegar.

Si estamos juntos no me importa la
tempestad.

Dame luz, dame paz, mujer de mis
días.

Sálvame de esta
agonía.

La vida es cada vez más
fría.

Dame paz, dame paz, amada
mía.

Dame paz, abrázame que quiero sentir
tu olor.

Acércate y acaba con este
dolor.

Mi vida es un sinsabor

Dame paz, dame paz, por favor.

¿Dónde le bajo volumen a
tanto silencio?

Abandona todos tus prejuicios.

Dame paz, que tus manos sean mi
piso.

Dame paz, dame paz, es este el momento
preciso.

Insomnio.

Es un invitado no muy especial.

Todas las noches llega puntual.

He querido cambiar de
dirección.

Pero me busca por cada
vagón.

Ha impedido que mis párpados sean
amigos.

Busca todos los días mil
motivos.

Se acerca lo más que
puede.

No me cuenta qué le
sucede.

Le he invitado una taza de
café.

Aun así no he podido
convencerlo.

No encuentro ya qué
hacer.

Para que se vaya al infierno.

Me busca, me busca y me
encuentra.

He cerrado las ventanas y las
puertas.

Si cierro los ojos me despierta.

Llegó un lunes con una
maleta.

Me vigila mientras estas letras
escribo.

Insiste en querer ser mi abrigo.

Me lleva a querer tenerte
conmigo.

Es el insomnio, mi fiel testigo.

Sherezade.

Las Mil una noches caben en un
día.

Era la venganza contra el
tiempo.

No vestía de azul en ese
momento.

Pero a la aventura y pasión yo
simplemente accedía.

Ocho velas encendidas.

Muchos pétalos de rosas.

No metimos a escondidas.

A las instalaciones lujosas.

Una copa de vino servida para la
ocasión.

Música romántica e incienso
de relajación.

Solo ella y yo, sin ningún
reproche.

Veíamos las estrellas sin ser de
noche.

Un par de imágenes nunca se
apagaron.

Los Dioses persas a los dos nos
citaron.

Estábamos en un castillo poco
usual.

No era ficticio el encuentro, era
real.

Chocolate, vino y rosas.

Incienso, locura y
pasión.

Cientos de caricias minuciosas.

Besos, abrazos e ilusión.

Sherezade la reina de mis ojos.

Calzaba sus tacones rojos.

Sherezade llegó al
aposento.

Nunca olvidaré ese perfecto
momento.

Así
sucedió.

Tenemos el récord Guinnes al abrazo
más largo de la historia.

Ella no está a mi lado pero yo aun
no la he soltado.

Por varios minutos perdimos la
memoria.

Nunca me he sentido tan seguro como cuando
estoy a su lado.

Todos se fueron desapareciendo como gotas
en la arena.

Ella me abrazaba por la cintura, yo me
amarraba a su cadera.

Su cabello con una mano
acariciaba.

Su boca a mi cuello se mudaba.

En mi pecho sus latidos
sentía.

Me olvidé de la fecha, la hora y el
día.

Nuestra distancia era más
pequeña que una semilla de mostaza.

Todos nos miraban y se preguntaban,
¿qué les pasa?

El abrazo hablaba por nosotros.

No existía nada en ese
momento.

Se notaba la alegría en nuestros
rostros.

A cada segundo perdíamos el
aliento.

Así sucedió el abrazo
más grande del planeta.

Ella dejó la marca de sus labios en
mi camiseta.

Nos alejamos como quien no se quiere
morir.

Ese momento mi mente no lo deja de
reproducir.

Con mis
ojos.

Es mi caso no los uso para verte,
mujer.

Los uso para hablarte y no para
ver.

En mi caso no soy como
cualquiera.

De allí salen mis palabras
más sinceras.

Mujer de pelo largo, yo no los abro si
tú no llegas.

Ellos no soportan a otras personas
observar.

Con mis ojos siempre te voy a
mirar.

Solo para ti son mis miradas
verdaderas.

Con mis ojos que son tu
debilidad.

Admiro cuando llegas, la
felicidad.

Con mis ojos color
marrón.

Partes: 1, 2

Página siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter