Monografias.com > Sin categoría
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Por favor, miénteme (página 2)


Partes: 1, 2

Te defiendo ante todo como el viejo
Cicerón.

En mi mirar tu silueta se
pierde.

A cualquier ser del planeta
sorprende.

Ellos caminan por toda tu piel.

Y cualquier noche es luna de
miel.

Con mis ojos encuentras la
salida.

Allí está tu llegada y tu
ida.

Con mis ojos me he quedado
ciego.

Desde que no los miras sin rumbo
navego.

Ya no espero nada
de ti.

Ya no espero nada de ti.

Esperaba que te quedaras y te
fuiste.

Ya no espero nada de ti.

Esperaba que me perdonaras y no lo
hiciste.

Ya no espero nada de ti.

Soy un ser humano y cualquiera se
equivoca.

Ya no espero nada de ti.

Solo palabras de señalamientos
recibí de tu boca.

Ya no espero nada de ti.

Adiós le dijiste a tantas cosas que
vivimos.

Ya no espero nada de ti.

Al parecer se te olvidó todo los que
nos prometimos.

Ya no espero nada de ti.

No es un acto de vanidad.

Ya no espero de ti.

He recobrado la dignidad.

Ya no espero nada de ti.

Quizá vas a querer a alguien como a
mí.

Ya no espero nada de ti.

Pero te aseguro que como yo nadie va a
quererte a ti.

El
amor.

Es un invento sobrenatural.

A veces hace bien, otras veces hace
mal.

No se sabe quien lo pudo crear.

A veces te hace reír, otras veces
llorar.

Algunos aseguran que los conocen
pasajeros.

Otros afirman que nunca le ha llegado el
primero.

Mantiene a muchos de
compañeros.

Nunca se puede esconder cuando es
sincero.

Nos quita el sueño.

Nos vuelve pequeños.

Nos da fantasía.

Aumenta la alegría.

El amor, una noche es del planeta lo
mejor.

Días después del mundo lo
peor.

Alcanza para amar una eternidad.

Algunos lo confunden con querer.

Cuando lo tenemos no lo podemos
evitar.

Nunca deja de crecer.

El amor, esa extraña fuerza que nos
lleva a amar sin piedad.

Nadie se salva de él en la
humanidad.

Es como el requisito principal.

Para nunca desistir y continuar.

Palabras
vacías.

Cuando te digo "te extraño" es como
si no oyeras.

Y si lo escribo parece que no
leyeras.

Se ha convertido en toda una
odisea.

Que mis palabras lleguen a ti por la
vía que sea.

He probado con señales de
humo.

He escrito en Braille.

He aprendido otros idiomas.

Y nada que me escuchas.

Cientos de cartas he redactado.

Esperando que a tus ojos puedan
llegar.

Muchas veces me han dicho.

Que ni siquiera las alcanzas a
tomar.

Las vocales.

Las consonantes.

Los signos de puntuación.

Y hasta los suspiros los he
comunicado.

Con mis manos, con mi mente, con mi
corazón.

Letras, palabras, frases y
párrafos.

Con diversos colores de tinta.

A horas diferentes del
día.

Que infelicidad la mía.

Mis palabras se han vuelto
vacías.

Inventario.

Quince botellas vacías.

Veinte días sin dormir.

Dos kilos de cafeína.

Mil maneras de morir.

Cuarenta y cinco canciones en la
radio.

Treinta y tres cartas sin
enviar.

Incontables días en el
calendario.

Muchas cosas por reprochar.

Ochenta litros de
lágrimas.

Una colección de
suspiros.

Infinitos gritos de
desesperación.

Mucha angustia, mucho dolor.

Ocho estadios de esperanza.

Dos toneladas de fe.

Seis montañas de
tristeza.

Siete onzas de café.

Este es el inventario de tu
partida.

Es la consecuencia de tu
despedida.

No me ha dejado otra salida.

Al irse de mi vida.

Es
cuestión de
tiempo.

Para que sientas que por ti yo todo lo
daba.

Para que te sientas desesperada.

Para que me busques en la nada.

Para que te sientas torturada.

Es cuestión de
tiempo.

Para que te arrepientas.

Para que pretendas regresar.

Para que entiendas.

Que te volviste a equivocar.

Es cuestión de
tiempo.

Para que el tiempo te pese una
tonelada.

Para que extrañes mi
mirada.

Para que tu sangre corra fuerte.

Para que quieras tenerme.

Es cuestión de
tiempo.

Para que imagines tus
sueños.

Para que el mundo se te haga
pequeño.

Para que tu cuarto se sienta
gigante.

Para que todos los días sean
martes.

Es cuestión de
tiempo.

Me vas a
extrañar.

Cuando no tengan sentido tus suspiros, me
vas a extrañar.

Cuando nada te quite el frío, me vas
a extrañar.

Cuando el mar te parezca pequeño, me
vas a extrañar.

Cuando te sientas derrumbar, me vas a
extrañar.

Cuando la luz no entre a tu
habitación, me vas a extrañar.

Cuando oigas nuestra canción, me vas
a extrañar.

Cuando mires el sofá, me vas a
extrañar.

Cuando te digan "mamá", me vas a
extrañar.

Cuando tu mirada esté perdida, me
vas a extrañar.

Cuando sientas tu vida vacía, me vas
a extrañar.

Cuando mis letras no puedas leer, me vas a
extrañar.

Cuando tomes el café, me vas a
extrañar.

Cuando el aire lo sientas denso, me vas a
extrañar.

Cuando sientas un gran peso, me vas a
extrañar.

Cuando mires tus mejillas, me vas a
extrañar.

Cuando lloren tus cosquillas, me vas a
extrañar.

Cuando ya no te extrañe, me vas
a extrañar.

Solo espero la
muerte.

Cuando la última gota de
oxígeno llegue a mis pulmones

Cuando el último rayo de luz entre a
mi mirada.

Cuando escuche el último sonido de
este mundo tan ruidoso.

Cuando algunos tengan lágrimas en
sus ojos.

Será allí cuando por fin
pueda mostrarte mi amor.

Porque la vida solo dura un momento y la
muerte es para siempre.

Solamente allí, allí
solamente te demostraré lo que se siente.

Como es de eterno un amor.

Solo espero la muerte para mostrarte lo que
una vez te dije.

Solo espero la muerte para que sientas como
este hombre siente.

Solo espero la muerte para cumplir lo que
predije.

Solo espero la muerte para amarte por
siempre.

Solo espero la muerte, me importa poco como
llegue.

No influye si viene en julio o
diciembre.

Solo espero la muerte, cuando a ella le
entregue.

Este sentimiento que mi corazón
siente.

Solo espero que llegue con su atuendo
oscuro.

Solo espero que llegue y no importe el
futuro.

Solo espero la muerte y le he dado mi
dirección.

Solo la espero para darle a este
sentimiento su redención.

Solo espero la muerte, mujer.

Solo espero la muerte para hacerte
entender.

Que como yo nadie te va a
querer.

Solo espero la muerte para amarte por
siempre, mujer.

Y quiero que sepas, antes de que la muerte
me pase factura; muy claro lo voy a decir, yo nací el
día que te conocí.

Quiero
decirte.

Hoy quiero decirte, cuando comienza el
invierno.

Que la lluvia es más interesante si
estoy contigo.

Quiero decirte que me importa poco si cargo
un paraguas.

Me importa poco si hace frío o si
llueve a cántaros.

Quiero decirte que no importa lo que pase
si estoy a tu lado.

También quiero decirte que tengo un
nudo en la garganta.

Tengo un nudo de tantas cosas que no te he
dicho.

Quiero decirte que el mundo sin ti es un
desierto.

Que si no te extraño a cada momento,
de seguro te miento.

Quiero decirte sin duda alguna, que eres mi
sol, mi luna.

Y que en este planeta como tú no hay
ninguna.

Quiero decirte sin duda alguna.

Que eres mi vida, mi paz, mi
cuna.

Quiero decirte que soy mi faquir cuando no
estoy contigo.

Quiero decirte que del tiempo me he vuelto
enemigo.

Quiero decirte que no hay aire en mis
suspiros.

Que sin ti, mujer de pelo largo, sin ti yo
no vivo.

Tú y
yo.

Tú, la lógica.

Yo, las letras.

Tú, seguridad.

Yo, terquedad.

Tú, tan suave y tan fina.

Yo, el que todo lo imagina.

Tú, con tus apuntes de
Watson.

Yo, con mis libros del Gabo.

Tú, la cicatriz en tu
barbilla.

Yo, con una parecida en la
frente.

Tú, ausente y presente.

Yo, amando tu izquierda mejilla.

Tú, con las fotos en la
pared.

Yo, con los labios muertos de
sed.

Tú, las dos letras de mi
abecedario.

Yo, el penúltimo mes del
calendario.

Tú, la pierna sobre la
mía.

Yo, mi mano en tu vientre.

Yo, jamás
olvidaría.

Tú, quizás ni te
acuerdes.

Tú y yo.

Yo y tú.

El orden de los temores.

No alteran los minutos.

Y sin
embargo…

Aunque nada me das.

Todo de mí te llevas.

Cuando vienes, cuando vas.

Cuando llegas.

Y sin embargo, te
extraño.

Aunque mis mensajes no
contestas.

Nunca recibo respuestas.

Aunque no recibes mis cartas.

Diciendo que de mí estás
harta.

Y sin embargo, te escribo.

Aunque no me regalas un
día.

No soy tu razón de ser
feliz.

Aunque no me das una
señal.

No soy ya tu otra mitad.

Y sin embargo, te quiero.

Aunque ya no sueñas una vida a mi
lado.

Las esperanzas me has robado.

Aunque de tu ausencia soy
esclavo.

Sigues siendo mi perdón y mi
pecado.

Y sin embargo, te amo.

Geografía.

Hawái en tu mirada, Brasil en tus
caderas.

Argentina en tus mejillas, París en
tu espalda.

Holanda si me besas, Rusia si te
ausentas.

Venezuela en el pecho, Japón en tu
mente.

Roma en tus uñas, Aruba en tu
frente.

En tus ojos el triángulo de las
Bermudas.

El Atlántico en tu
vientre.

Viena cuando me saludas.

Florencia cuando duermes.

Nueva York si despiertas.

El Mar Caribe cuando sorprendes.

Chile cuando te desconciertas.

Las cataratas del Niágara nacen de
tu cabeza.

Hay un mundo de ti hecho.

El sol nace de tus ojos.

Tus cejas de Bering y su
estrecho.

Bogotá en tus antojos.

No hacia mí.

Me miré en el espejo cientos de
veces.

Con tu fotografía en mi
mano.

Queriendo devolver el tiempo y tenerte a mi
lado.

Me miraba y sentía las
lágrimas correr por mis mejillas.

Otra vez veía tu foto y en ocasiones
le gritaba.

Gritaba que te habías vuelto una
persona sin sentimientos.

Le gritaba una, otra, otra y otra
vez.

Le gritaba que no eras quien solías
ser.

Me llenaba de impotencia, de tristeza y de
dolor.

Cientos de veces te escribí varios
versos.

Te buscaba en cada rincón de la
casa.

Acariciaba los recuerdos que
dejaste.

Besaba los labiales que
olvidaste.

Hasta una tarde como la de ayer cuando por
fin comprendí.

Que no te habías vuelto
frívola y sin corazón.

Entendí, en medio del dolor, que aun
tienes sentimientos.

Que nunca has dejado de
tenerlos…

Solo que ya no son hacia
mí.

Por favor,
miénteme

Sé que no forma parte de tu
rutina.

Te conozco más de lo que
imaginas.

Entiendo, quizás es mucho
pedir.

Porque sé que no te gusta
mentir.

Sé que el tiempo ha
pasado.

Que solo soy un recuerdo.

Sé que no estás a mi
lado.

Y eso me tiene ahogado.

Hoy quiero que cruces los dedos.

Calma por favor este desespero.

Hoy quiero escucharte mentir.

Dime que sin mí no puedes
seguir.

Dime que de tu lado todo es
nada.

Dime que también estás
desesperada.

Que me extrañas todas las
mañanas.

Que pensándome te despiertas de
madrugada.

Miénteme y dime "te amo".

Dime que los domingos sin mí son una
tortura.

Dime que me amas con locura.

Miénteme y dime "te
extraño".

Miénteme como casi nunca lo has
hecho.

Miénteme al revés y al
derecho.

Miénteme e ilumina mis
días.

Miénteme, lléname de
alegría.

Miénteme con tus labios de
ternura.

Miénteme, pero con
dulzura.

Miénteme, resucita mi
esperanza.

Miénteme, que sin ti nada
alcanza.

Miénteme, no quiero estar
herido.

Miénteme, ave de mi nido.

Miénteme de noche y de
madrugada.

Miénteme, dime que por pensar en
mí estás trasnochada.

Por favor, miénteme.

Yo no
quiero.

Yo no quiero ser un retrato en tu
memoria.

Yo no quiero ser un recuerdo en el
sofá.

Yo quiero ser tu gran victoria.

Yo quiero ser el que contigo siempre
está.

Yo no quiero ser una fecha en tu
calendario.

Yo no quiero ser un fantasma en la
escalera.

Yo quiero ser cada letra de tu
abecedario.

Yo quiero ser el que tu corazón
acelera.

Yo no quiero ser el recuerdo que te
despierte de madrugada.

Yo no quiero ser el motivo de tus
reproches.

Yo quiero ser quien te llame en las
mañanas.

Y te acaricie todas las noches.

Yo no quiero ser despecho y
desvelo.

Yo no quiero ser añoranza y
resignación.

Yo quiero ser tu fiel
compañero.

Yo quiero ser el dueño de tu
corazón.

Yo no quiero ser tu pretérito
conjugado.

Yo no quiero que estemos
separados.

Yo quiero estar siempre a tu
lado.

Yo quiero que estemos siempre
abrazados.

Yo no quiero ser víctima de tu
orgullo.

Yo no quiero ser tu historia de
ayer.

Yo quiero ser tu desayuno.

Y verte abrir los ojos en cada
amanecer.

Si alguien me
preguntara.

Si alguien preguntara quién es lo
más lindo de este planeta.

Sin duda alguna deletrearía tus
nombres y apellidos.

Cada vocal, consonante, cada acento, cada
letra.

Todos los fonemas, cada sector, todos los
sonidos.

Si alguien llegaría a ver tu espalda
descubierta.

Descubriría que es la vuelta
perfecta.

Y ni hablar de tu cabello.

Es del universo lo más
bello.

Siguiendo con tu mirada.

Hay tanta belleza acumulada.

A cualquiera hipnotiza.

Tus ojos de Mona Lisa.

Si alguien me preguntara qué me
quita el sueño.

No dudaría en decirle que ser tu
dueño.

Que quiero a tu lado todos los días
despertar.

Que contigo la vida nunca podría
terminar.

Si alguien me preguntara porque te amo de
esta manera.

Diría que no hay explicación,
mi corazón siente de forma sincera.

Es como explicar porque los ríos
corren hacia el mar.

Y porque el sol brilla sin
cesar.

Hoy me vino a
visitar.

Hoy me vino a visitar tu
ausencia.

Empujó bien fuerte la
puerta.

En dos segundos noté su
presencia.

Me miró y se sentó sobre mi
cama desierta.

Hoy llegó la malvada
insoportable.

Tu ausencia vino a burlarse de
mí.

Trajo consigo un silencio
incomparable.

Era medianoche cuando la vi
venir.

Entre la oscuridad le brillaban los
ojos.

Sus dientes sonaban con
insistencia.

Sin ganas de matar mis antojos.

La miraba con paciencia.

Hoy me vino a visitar tu
ausencia.

La esperaba venir después de las
copas de vino.

Anhelaba verla por la ventana.

Pero irrumpió por la
puerta.

Hoy me vino a visitar tu
ausencia.

Se quedó hasta la
madrugada.

Que ansiosa desvelada.

Y cómo duele, la presencia de tu
ausencia.

Nací y
morí.

Cuando por primera vez te vi,
nací.

Cuando te vi partir,
morí.

Cuando tus labios besé,
nací.

Cuando no te volví a ver,
morí.

Cuando tus manos se juntaron con las
mías, nací.

Cuando no volví a tener tu
compañía, morí.

Cuando nadamos juntos en el mar,
nací.

Cuando me dejaste de amar,
morí.

Cuando te vi despertar en la madrugada,
nací.

Cuando te despediste aquella mañana,
morí.

Cuando bailamos a la luz de la luna,
nací.

Cuando llegó mi infortuna,
morí.

Cuando me dijiste que seriamos siempre
tú y yo, nací.

Cuando rompiste tu promesa,
morí.

Cuando nos dormimos en la arena,
nací.

Cuando me dijiste "adiós",
morí.

Quiero que sepas que nací justo en
el momento, en el lugar y en el planeta en que te conocí,
que si volviera a nacer, porque ya me siento muerto, te
buscaría por todas partes del mundo para volverte a ver,
mientras tanto seguiré aquí, muerto.

Amanecer
contigo.

Nunca ha podido suceder.

Ver juntos el amanecer.

Es un sueño incompleto.

Presenciar del día el
nacimiento.

No sería un despertar
cualquiera.

Hasta la vida diera.

Por estar a mi lado cuando
amaneciera.

Ser tu almohada.

Tenerte a mi lado hasta que el sol
apareciera.

Quizás sea mucho pedir.

Aseguro que no podría
dormir.

Si en tus brazos la noche
pasara.

Quisiera que nunca la madrugara
terminara.

Beso a beso recorrería tu
espalda.

Te vestiría de caricias todo el
cuerpo.

Sin tropezar con tu blusa ni tu
falda.

Harías de mi mundo el lugar
perfecto.

Amanecer contigo, juntos en la misma
almohada.

Soñar con tus besos y hacerlo
realidad.

Escribir el concepto de
felicidad.

Y en la mañana a mi pecho sentirte
atada.

En tus
brazos.

Me duermo y me desvelo, en tus brazos
quiero amanecer.

Eres todo el mundo junto en una sola
mujer.

Tus besos, el agua bendita que espanta
cualquier demonio.

En Tus brazos sí que disfruto
años de insomnio.

Tus brazos de bufanda y tu pecho en mi
espalda.

En tus brazos la vida y en tu ausencia la
muerte.

Tu barbilla mi cielo, tus piernas mi
suelo.

En tus brazos, mis dedos en la parte
trasera de tu cuello.

En tus brazos; no existe error, reproche ni
pretexto.

Todo es perfecto, no importa la fecha, el
lugar o el momento.

En tus brazos descubro que hay un cielo en
el techo.

En tus brazos volar por el cielo y
aterrizar sobre tu lecho.

(Momento para
suspirar)

Al despertar en la orilla de tu cuerpo,
beso cada muelle, cada barco, cada puerto.

Tus brazos son de mi felicidad el
aeropuerto.

En tus brazos todo es tan
perfecto.

Cerrar los ojos y en ellos hundirme es de
perfección el concepto.

En tus brazos hay más luz que en el
sol.

Me hace sentir el hombre más
afortunado en la vida.

En tus brazos tu mirada me
ilumina.

Eres mi paz y me adrenalina.

En tus brazos, no lo puedo
describir.

Es inexplicable lo que me haces
sentir.

En tus brazos quiero vivir y
morir.

Porque en tus brazos nunca dejaría
de existir.

Eres
más.

Yo no quiero tu sexo, no vivo de
eso.

Eres más que un par de piernas y una
falda.

En los parques te quiero abrazar por la
espalda.

Para mí no eres lujuria,
pasión y exceso.

Soy hombre como todos los
demás.

El pezón de tu seno izquierdo tapa
lo que más importa.

Yo no quiero solo quitarte la
ropa.

Quiero siempre caminar a tu lado y mucho
más.

Eres más que orgasmos y
sensualidad.

Eres más que erección
matutina.

Tienes una excelente cualidad.

De ser de mis males la medicina.

Eres más que un momento de
placer.

Eres con quien quiero envejecer.

El sexo se consigue en cualquier
esquina.

Cuesta un par de billetes en alguna
cantina.

Yo no te quiero pa" desarreglar la
cama.

Para mi tú eres una dama.

Yo no te quiero para once minutos de
placer.

Eres con quien quiero ver mi último
amanecer.

Decidiste
olvidarme.

Aquella tarde en el parque.

Las ferias de la ciudad.

Alguno que otro escape.

Nuestros dedos y su unidad.

Las noches soñando
despiertos.

Aquel par de conciertos.

La luna como nuestra
compañera.

Besarnos de manera tan sincera.

Cuando te tomaba por la cintura.

Las tardes de literatura.

Más de mil aventuras.

Nuestras manos y sus
estructuras.

El atardecer en la playa.

Lo que con besos callamos.

El zoológico, la
guacamaya.

Las escenas que ensayamos.

La foto en tu habitación.

Los besos en el sillón.

Las cenas en la cocina.

Los juegos en la piscina.

Las manos impresas en la hoja.

Aquella rosa roja.

Los viajes de placer.

Y juntos fallecer.

Decidiste olvidarme.

Como si nada te importara.

Decidiste olvidarme.

Como si nada te afectara.

Decidiste olvidarme.

Lo que me
dejaste.

Por las paredes frías.

Se deslizan los recuerdos.

Bajan haciendo movimientos.

Cada uno me mira fijamente.

Se burlan con travesía.

Cae la lluvia, es
mediodía.

La radio dispara
melancolía.

Es de la semana el primer
día.

Y me cubre la cobardía.

Abril solía llenarse de
esperanza.

Encontrarte se ha vuelto mi
añoranza.

Caminas por donde no te
encuentro.

Te busco donde no caminas.

Tus pensamientos se fueron
contigo.

Dejaste tus zapatos de testigos.

Un labial, un lazo, un abrigo.

Mil olvidos, mil enemigos.

¿Dónde estarás esta
tarde?

Quizás engañando a la
tristeza.

¿Dónde dormirás esta
noche?

Mintiéndole a tu pecho.

Un poco
después del final.

Y si, así sucedió, no se
quiso quedar.

Pero no, no me olvidé de ella, me
acordé de mí;

Todo estaba invertido, los balcones miraban
a las estrellas.

Las nubes nos buscaban las formas que no
tenemos.

Los mares corrían hacia los
ríos.

Ella camina por un camino y yo por el
mío.

Siempre decía que no era conveniente
hablar de nosotros.

Como si en mi vida existiera una cosa
más que eso, nosotros.

El frío fue congelando mis palabras
y ya nada decía.

Miraba y callaba, sentía y
sufría, entre mucho silencio.

Veía los días caer del
calendario.

Las manecillas del reloj morían sin
sentido.

Los atardeceres sin noticias de aquel
anhelado regreso.

Y llegó el momento, debía
entender que ella ya no quería.

Pude entender que nada sería igual
jamás.

Aunque me pidió ser amigos y me
sentí tan humillado.

Como si fuese tan fácil ser amigo
del ser amado.

Yo no quiero ser su amigo – le dije
– quiero ser tu todo,

Pero nunca lo entendió.

Fui el ser más valiente por luchar
contra el mundo entero.

Fui el piloto del avión pero tratado
como pasajero.

Era uno más del
montón.

Un recuerdo, un pasado, alguien
más.

Hoy no sé quien fue más
fuerte un poco después del final.

Si yo por tanto luchar, luchar y
luchar.

O ella por tantas veces tener que a su
corazón engañar.

Y fue así que afirmo que yo no la
dejé ir.

Ella no se quiso
quedar.

Resumiendo.

Nunca supimos cuando nos conocimos
exactamente.

Nunca olvidamos aquel primer encuentro
entre la gente.

Hicimos muchas cosas
sorprendentes.

La vida nos tiene muchos besos
pendientes.

Hablábamos sin parar hasta
amanecer.

Hacíamos de todo para podernos
ver.

Hoy nada de eso suele suceder.

Hoy no somos hoy, hoy somos
ayer.

Mi camisa de Venezuela.

Su look de colegiala.

Las películas en las
tardes.

Y cuando jugábamos a ser
cobardes.

Un par de zarcillos en su
cumpleaños.

La coincidencia en el
calendario.

Corrimos las escaleras, peldaño a
peldaño.

Yo era el reportero de aquel
semanario.

Era lo
único que quería decir.

Mírame, no quiero volver a hablar
solo.

Mírame, quiero esta tarde despedirme
de ti.

No quiero que suene a venganza.

No vine a sembrar rencor.

Oye muy bien lo que te voy a
decir.

Escucha cada palabra sin ningún
temor.

Si alguna vez te hice daño,
perdón.

En mis manos nunca estuvo esa
opción.

Solo fui un hombre sincero.

Pero no quiero seguir siendo una
barrera.

Te lo digo de manera muy
sincera.

No seré del sentimiento
traicionero.

Si alguna vez te besé más de
la cuenta.

Si en algún momento te abracé
muy fuerte.

Perdón te pido, no quería que
te alejaras.

Pero lo hiciste.

Con toda humildad lo voy a
decir.

Tú, si quieres
olvídame.

En eso no puedo influir.

Una cosa si te voy a decir,
mujer.

Yo nunca te dejaré de
querer.

Y eso, era lo único que
quería decir.

Ven.

Ven, no hay obstáculos en el
camino.

Ven, te quiero tener conmigo.

Ven, no burles más al
destino.

Ven, que sin ti el rumbo no
consigo.

Ven, despiértame de esta
pesadilla.

Ven, dame la mano y arrebátame la
tristeza.

Ven, mírame de manera
sencilla.

Ven, devuélveme la
grandeza.

Ven, que le falta brújula a mi
barco.

Ven, que la vida está
vacía.

Ven, eres mi flecha y mi arco.

Ven, te llevo en mí como
calcomanía.

Ven, que nada te detenga.

Ven, te dejaré la puerta
abierta.

Ven, la casa sin ti está
desierta.

Ven, que tu ausencia me está
matando.

Ven, que el tiempo se nos está
acabando.

Regresa a
mí.

Por las promesas y los
juramentos.

Por las aventuras, por los buenos
momentos.

Por el cielo y su techo, por lo que
sentimos en el pecho.

Para hacer de nuestros sueños un
hecho.

Por el nené que tanto
soñamos.

Porque el tiempo dio su
veredicto.

Porque a pesar de que nos
equivocamos.

No podemos engañar a nuestro
instinto.

Porque nuestro amor sigue
intacto.

Porque sentimos tanto.

Para cuidarnos de los demonios de la
vida.

Para un retorno sin despedida.

Por el amor que siento por ti.

Por el amor que sientes por
mí.

Sin duda alguna lo voy a decir.

Regresa a mí, no te vas a
arrepentir.

Soy.

El de las respuestas
sarcásticas.

El de las miradas
mágicas.

El del justo cuidado.

El beso de lado.

La pierna sobre la tuya.

El que se muerde las
uñas.

El del agua natural.

Poco peso corporal.

El de los chistes sin sentido.

El que oye cada ruido.

El náufrago en la playa.

El que nada se calla.

Hiperhidrosis aguda.

Quien de nada estornuda.

El pecho con lunares.

Tanto y tantos lugares.

El de la foto en la puerta.

Ahora sí, ¿te acuerdas de
mí?

 

 

Autor:

Marco Antonio Parra

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter