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El gran conflicto; el bien y el mal



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. El gran
    conflicto
  3. Guerra en el
    cielo
  4. La fe en medio de
    la turbulencia
  5. La realidad del
    gran conflicto
  6. El conflicto:
    milagros de Jesús
  7. Citas
    bíblicas
  8. Bibliografía

Introducción

Muy a menudo la vida parece ser un enredo de preguntas,
y preguntas difíciles, sin pretender cuestionar el amor de
Dios y su poderío; pero para entender este tema resulta
necesario hacernos algunas preguntas, difíciles para
mí, por cierto, Vgr. ¿Por qué tiembla la
Tierra, matando a centenares de cada sacudida?. ¿Por
qué caen las lluvias excesivas, y destruyen el equivalente
a una temporada de alimentos con cada chaparrón?, entre
otros acontecimientos. Si Dios es un Dios de amor,
¿por qué muchas personas con cáncer?.
¿Si Dios es Todopoderoso, por qué no quita a las
personas de las enfermedades o las alivia?. En fin muchas
preguntas que hacerse
.

Estas preguntas, y una infinidad de otras como ellas,
nos llevan a estudiar a lo que hemos de llamar el tema del
"Gran Conflicto", como veremos que se le denomina por
otros autores como "El Conflicto Cósmico" o
"La Gran Batalla en el Cielo"; lo cual es el gran tema
de la batalla entre Cristo y Satanás[1]que
está entretejido en toda la Biblia, desde las
páginas iniciales hasta el cierre de esta. Mediante
relatos cautivantes y verdades inspiradoras, este tema, el de la
batalla entre Cristo y Satanás, entre "El Bien y el
Mal
", nos da una comprensión básica, una
estructura esencial, dentro de lo cual podemos procurar entender
algo de estas preguntas difíciles, antes
descritas.

El tema proporciona una visión de nuestros
orígenes y destino, y el flujo y reflujo de la historia
humana. También ofrece un bosquejo, aunque amplio (y a
veces tosco) de lo siguiente: 1) cómo comenzó el
pecado[2]2) por qué sufrimos; 3)
cómo puede Dios ser justo y amante; 4) el significado del
ministerio celestial de Jesús; 5) cómo debemos
relacionarnos con la Ley de Dios, su amor, su gracia y su juicio;
y, 6) cómo terminará el pecado.

La humanidad entera se encuentra envuelta en un gran
conflicto de proporciones extraordinarias entre Cristo y
Satanás en torno al carácter de Dios, su ley y su
soberanía sobre el Universo[3]Veremos
más adelante, que este Conflicto se desarrolló en
el Cielo.

Que si bien es cierto que este tema del "Gran
Conflicto: El Bien y el Mal
", no cubre todo lo que uno
desearía en cuanto a este tema en estudio,
¿quién podría lograrlo?; pero, en cambio,
proveerá un esquema que, aunque no da respuestas a las
preguntas difíciles, proporcionará el marco a
partir del cual podremos, por lo menos, vislumbrar la esperanza
que se encuentra de ellas, en tanto estemos en comunión
con Dios y confiemos verdaderamente en Él.

El gran
conflicto

  • Su origen.

La Biblia nos muestra que Dios es amor y que es santo
(2). En el Libro de Génesis nos muestra que cada
aspecto de su creación era perfecto (3).

Si Dios es perfecto y creó un cosmos perfecto,
¿cómo y cuándo se originó el pecado?.
Cuando Jesús habló de Satanás como
"homicida desde el principio" y "padre de
mentira
" (4), estaba rastrando el origen del pecado y
del "Gran Conflicto" con Satanás. El Libro del Apocalipsis
habla de una guerra en el cielo en el cual Satanás, que
"engañaba al mundo entero" (5), fue echado
del Cielo y cayó a la Tierra (6). De este modo, la
guerra entre "El Bien y el Mal", comenzó en el
cielo cuando un tercio de los ángeles, bajo la
dirección de "Lucifer", eligió rebelarse contra
Dios.

Antes de admitir a los Ángeles a la visión
plena de Su Gloria (Visión
Beatífica[4]Dios los sometió a una
prueba, al igual que el hombre tuvo su prueba.

La naturaleza de la prueba no se conoce con certeza,
pero muchos teólogos sostienen que el Padre Eterno
reveló a los Ángeles la futura Encarnación
de Su Divino Hijo, y les hizo saber que al Dios-hecho-Hombre
deberían rendir adoración.

La conclusión de esta batalla entre los
Ángeles Buenos y los ángeles malos se encuentra en
el Apocalipsis (7): "En ese momento empezó una
batalla en el Cielo:
"Miguel", según Juan en
el Apocalipsis se refiere a "Jesús", y sus
Ángeles combatieron contra el Monstruo. El Monstruo se
defendía apoyado por sus ángeles, pero no pudieron
resistir, y ya no hubo lugar para ellos en el Cielo. Echaron,
pues, al enorme Monstruo, a la Serpiente antigua, al

"Diablo" o "Satanás", como
lo llaman, al seductor del mundo entero, lo echaron a la tierra y
a sus ángeles con él
".

Wálter Duran, explica en su obra: "El
Gran
Conflicto", quien nos comenta inicialmente que, "Pedro
dijo: "Dios no perdonó a los ángeles que
pecaron, sino que los encerró en cavernas tenebrosas,
arrojándolos al Infierno
." (8). No hay
arrepentimiento para ellos después de la caída,
como no hay arrepentimiento para los seres humanos después
de la muerte. Y el Catecismo nos dice que no fue por un defecto
de la Misericordia Divina que el pecado de los ángeles
caídos no fuera perdonado, sino debido al carácter
irrevocable de su elección. 

La figura del demonio se asoció siempre a la
maldad más destructiva, a la insolencia y a la fealdad
más repulsiva concebida por la mente humana. Pero cabe
hacer un brevísimo repaso a éste ángel
caído, el primero que se rebeló ante Dios y fue
expulsado del paraíso y excluido de la
Creación.

"Lucifer" fue el primer ángel que despertó
y fue la más grande criatura de magnificente belleza en la
aurora cósmica. Este ángel tenía una
hermosura increíble y no comparada a ninguna otra
creación. Todos los Ángeles que fueron creados
después de él no tenían la belleza ni la
grandeza que poseía el primer ángel de la
mañana. Él fue el encargado de encender las
primeras luces del universo, y en memoria a aquella primera luz
se llamó "Lucero" a la primera estrella de la
mañana conocida también como Venus que diariamente
aparece antes que llegue el sol.

La imaginación y la incipiente iglesia
católica de otros tiempos reunieron en un solo personaje a
todos estos nombres para meter dentro de la misma bolsa todo
aquello que no se ajustaba al orden que trataba de imponer en sus
tiempos. Así es como que si los gitanos hablaban de
cualquier extranjero llamándolo "Diablo" para
excluir a ese pueblo y sus creencias de la iglesia, le achacaron
a los gitanos que eran adoradores del Diablo y todos sus actos
eran despreciados y marginados de la sociedad. La iglesia
católica contribuyo más que cualquier otro a darle
una enorme fama al demonio y sus actos que cualquier otra
religión, esto se extendió luego a todas las
derivaciones del catolicismo en sus diferentes religiones nuevas
como sectas. Si bien no es el lugar este para discutir el tema
religioso de otras épocas, esto es como
introducción al conocimiento de la idea del diablo y por
qué tuvo tanta fama en las personas a partir de la edad
media.

Al principio de los tiempos siderales todos los
Ángeles estaban reunidos en torno al Señor,
esperando la señal que del El viniera para ir hacia los
mundos y coayudar en la Creación, pero una
disensión entre los ángeles, desató la
polémica primero y la guerra de los cielos después.
Sucedió que llegaba el instante de la creación del
hombre. Hubo ángeles que querían al hombre
perfecto, superior, a la misma altura de ellos, por eso no
escatimarían esfuerzos en lograrlo y estaban dispuestos a
hacer sus mejores obras. Otros Ángeles en cambio,
querían que el hombre y su conciencia fuera ascendiendo en
el plano universal a través de escalas hasta llegar a Dios
y su perfección, a través del trabajo diario y por
los siglos de los siglos. Esto era para asegurarse que el hombre,
a pesar de su lentitud en lograr la perfección,
algún día llegaría a Dios totalmente
consciente y con sus capacidades acrecentadas. Este fue el motivo
principal de la polémica. Unos querían que el
hombre fuera perfecto desde el principio, y si se equivocaban
destruirían la creación del mismo hasta lograr un
ser superior, y los otros querían la vía de la
ascensión. De los Ángeles rebeldes, hubo uno que
logró ponerse a la cabeza de todos, su nombre era Shaitan,
el adversario, el que desafió al resto de los
Ángeles y a Dios mismo. El pecado de este ángel fue
el de la soberbia, porque dijo que lograría hacer al
hombre tan superior o más que a los mismos
arcángeles. Este ángel expresó aquello de
¿quién como yo? a lo que fue inmediatamente
respondido por el siguiente ángel en el orden
jerárquico que fue
"Mikaeil[5]"Miguel" era el
primer arcángel en la jerarquía de los cuatro,
acompañado por "Gabriel", "Rafael" y
"Uriel". El dominio de "Miguel"
("Jesús"), quien era el fuego, el que fuera
encendido por un ángel anterior de nombre
"Luzbel", sólo que éste tenía la
misión de encender la chispa primigenia en todos, mientras
que "Miguel" conserva y cuida que el fuego del universo
no se extinga. Por esto Miguel es de una jerarquía
superior, pues por él el universo se mantiene encendido.
El arcángel Miguel enfrentó directamente a Shaitan
y le respondió ¿Quién como Dios? y a partir
de ese momento se desató la guerra, pues se abalanzaron
todos los Ángeles a las órdenes de Miguel sobre los
de Shaitan. Esta guerra duró miles de millones de
años, hasta que las dos terceras partes de los
Ángeles lograron vencer a la tercera que fue arrojada
hacia los abismos, esto es fuera del universo. Fue en ese momento
que la maldición se pronunció, pero esto no
significa que alguien haya dicho algo, significa que en el
universo se quebró la paz que existía hasta
entonces, y lo que se creara ya no tendría jamás el
acuerdo beneplácito de todos los Ángeles, de toda
la Creación del Señor. De allí hacia
adelante en la evolución, los Ángeles caídos
o arrojados al abismo, han tratado de malograr toda
creación sobre el hombre con el fin de demostrar que el
hombre no sirve para nada, y sean reconocidos, estos
Ángeles como que tenían razón. Por esto
aquel ángel rebelde, lleno de soberbia quiere destruir al
ser humano, pues no es de su agrado y lo considera un ser
totalmente inútil.

Bueno, hasta aquí y muy sucintamente, el relato
sobre el demonio. Como ven, esta entidad, no tiene ningún
interés en el ser humano que no sea su destrucción,
por lo que cualquier herramienta que tenga a mano para acercarse,
engañar y destruir al humano, la usará con esos
fines. Por eso el conocimiento es una luz que ilumina a quien
sepa servirse de ella, pero fulminará a quien se abuse de
la misma. Solo paso a paso se llega a un lugar, no es salteando
etapas que se llegara más lejos. A veces no aceptar el
destino o utilizar demasiado al Yo personal a lo único que
conduce es al fracaso y a la humillación ante Dios. Y
aquel que tenga un ego demasiado inflado como para que no tenga
lugar ningún tipo de misericordia o compasión o que
no tenga un poco de sabiduría que reconozca su
limitación, abre sus puertas para las entidades nefastas
de las que tanto se conoce en estos tiempos y que fueran llamados
en otros: posesiones. La falta de información y la
superstición hacen a veces también estragos, pues
estas faltas son también aprovechadas por el ángel
de los abismos."[6]

La primera vez que se cita el nombre de "Lucifer" es en
un texto del profeta Isaías (10) de
la Vulgata de San Jerónimo (siglo V),
traducción que él hace de la Biblia, del
griego (Nuevo Testamento) y hebreo (Antiguo Testamento) al
latín, para designar a la palabra "Lucero". En este
texto se vislumbra el antiguo relato del ángel
caído: "Quomodo cecidisti de caelo, "lucifer",
fili aurorae?. !Deiectus es in terram, qui deiciebas
gentes!, qui dicebas in corde tuo: 'In caelum
conscendam, super astra Dei exaltabo solium
meum, sedebo in monte conventus in lateribus
aquilonis; ascendam super altitudinem nubium, similis
ero Altissimo'
", que traducido al español,
significa: "¡Cómo has caído del
cielo, "Lucero", hijo de la Aurora" !Has sido abatido a la
tierra dominador de naciones!. Tú decías en tu
corazón: "escalaré los cielos; elevaré mi
trono por encima de las estrellas de Dios; me sentaré en
el monte de la divina asamblea, en el confín del
septentrión escalaré las cimas de las nubes,
seré semejante al Altísimo"
".

No obstante, además del sentido grecolatino del
término, "Lucifer" ya era identificado por la
tradición veterotestamentaria con una estrella
caída, ya que en el lenguaje bíblico las estrellas
representan a los ángeles.

Otro texto del profeta Ezequiel también
podría ser ilustrativo: "Hijo de hombre, entona una
elegía sobre el rey de Tiro. Le
dirás: Así dice el Señor Yahveh: Eras
el sello de una obra maestra, lleno de sabiduría, acabado
en belleza. En Edén estabas, en el jardín de Dios.
Toda suerte de piedras preciosas formaban tu manto: rubí,
topacio, diamante, crisólito, piedra de ónice,
jaspe, zafiro, malaquita, esmeralda; en oro estaban labrados los
aretes y pinjantes que llevabas, aderezados desde el día
de tu creación. Querubín protector de alas
desplegadas te había hecho yo, estabas en el monte santo
de Dios, caminabas entre piedras de fuego. Fuiste perfecto en su
conducta desde el día de tu creación, hasta el
día en que se halló en ti iniquidad. Por la
amplitud de tu comercio se ha llenado tu interior de violencia, y
has pecado. Y yo te he degradado del monte de Dios, y te he
eliminado, querubín protector, de en medio de las piedras
de fuego. Tu corazón se ha pagado de tu belleza, has
corrompido tu sabiduría por causa de tu esplendor. Yo te
he precipitado en tierra, te he expuesto como espectáculo
a los reyes. Por la multitud de tus culpas por la inmoralidad de
tu comercio, has profanado tus santuarios. Y yo he sacado de ti
mismo el fuego que te ha devorado; te he reducido a ceniza sobre
la tierra, a los ojos de todos los que te miraban. Todos los
pueblos que te conocían están pasmados por ti. Eres
un objeto de espanto, y has desaparecido para
siempre
." (11)

Dicha caída es lo que se relata en el
Génesis, cuando Satanás es simbolizado como "la
serpiente
".

Durante los tiempos antiguos -Antiguo Testamento-
"Satanás" estaba en el ámbito terrestre
(había perdido su condición de querubín
celestial), pero podía retornar al cielo. El relato
de Job permite esa deducción: "Y dijo el Señor
a Satán: ¿De dónde vienes tú? Y
respondió Satán: He dado la vuelta por la
tierra
." (12)

Siglos después, en tiempos de Jesús,
estaba siendo juzgado (13), pero aún no
había ocurrido lo fundamental. Jesús explica que el
Reino de Dios tiene como fin contrarrestar "la autoridad y
poder de Satanás
". Para confinarlo en tierra (sin
retorno al cielo) era indispensable el sacrificio de Cristo. Eso
fue lo determinante.

"… la sangre del Cordero" determinó
que "no tenga más lugar en el cielo
". (14).
Luego, la acción de arrojarlo por tierra es efectuada por
el arcángel Miguel con sus ángeles. Las
implicancias de ese hecho se describen en el mismo Libro de
Apocalipsis. (15).

Para el diablo, lo trágico es que si antes
podía subir al cielo (16), desde el triunfo de
Cristo ha perdido ese privilegio, o sea, no puede volver hasta
aquél nivel como "acusador".
(17)

Por eso la alegría celestial: "alegraos,
¡oh cielos, y los que moráis en
ellos! ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar!
porque el diablo ha descendido a vosotros, teniendo grande
ira
…" (18).

Por lo demás, "Lucifer" forma parte
también del panteón de
deidades vuduistas[7]hecho éste que
hace ostensible, una vez más, el
carácter sincrético de este
culto.

Salvador Corrales, en su Obra "Antropología
Teológica
", nos explica que en la humanidad, existen
creencias cristianas y creencias no cristianas, estas
últimas tienen que ver con deidades oscuras y
espíritus malignos; que son usados por estos desde la
antigüedad para realizar maleficios, maldades, entre otros,
apoyándose en el "Demonio."[8]

  • Su naturaleza.

La naturaleza del "Gran Conflicto" tiene varios
aspectos, como se observa en los pasajes bíblicos de
Isaías (19), Ezequiel (20) y en
Epístola de San Judas (21).

Primero, "El Gran Conflicto" es una batalla del
yo contra la soberanía de Dios. "Seré semejante
al Altísimo
", se jactaba "Lucifer" (22). Por
su origen, la relación Creador-criatura,
refiriéndose a "Luzbel" cuando era Ángel, luego se
convertiría en "Lucifer" (Satanás), tiene en
sí misma un límite. El Creador otorga vida, amor y
compañerismo a la criatura. La criatura responde con amor,
obediencia y alabanza. Cuando esta línea se cruza, hay una
rebelión contra el Creador.

Segundo, "El Gran Conflicto" es una batalla por
la lealtad. ¿Pertenecemos a Dios o a Satanás?. En
lugar de procurar que Dios fuese objeto principal de los afectos
y de la obediencia de sus criaturas, "Lucifer" se esforzó
por granjearse el servicio y el homenaje de ellas. Y codiciando
los honores que el Padre Infinito había concedido a su
hijo, este príncipe de los ángeles sublevados
aspiraba a un poder que sólo Cristo tenía derecho a
ejercer.

Tercero, "El Gran Conflicto" es una batalla
universal que afecta a cada individuo, hasta que concluya con la
destrucción de "Satanás" (23). El cristiano
debería comprender la naturaleza de los principios que
luchan por la supremacía y aprender a rastrear su obra a
través de las crónicas de la historia y de la
profecía, hasta la gran culminación.
Deberíamos verificar cómo interviene este conflicto
en todos los aspectos de nuestra vida humana; cómo, en
nuestro caso, cada acto de nuestra vida revela uno u otro de
estos dos motivos antagónicos; y, cómo, consciente
o inconscientemente, ahora mismo debemos estar decidiendo en
qué lado de la contienda nos vamos a encontrar.

  • Cuáles fueron sus consecuencias
    iniciales.

Juan nos dice que "Dios es amor" (24).
El lugar de la morada de Dios se caracteriza por su amor, y todos
los que viven en Él viven de tal modo que dan gloria a su
carácter.

Pero aquí hay un gran misterio. "Lucifer", un ser
angélico que vivía en la presencia de Dios,
escogió cuestionar el carácter amante de Dios. Poco
a poco, este ser esparció su descontento entre los
ángeles, provocando "una gran batalla en el
Cielo
". (25)

  • Su importancia.

Dos preguntas vitales dominan la historia y nuestra
existencia: Por qué existe el mal?. ¿Cuál es
la solución definitiva de su presencia?. De tapa a tapa,
esto es, desde el inicio hasta el final de las Sagradas
Escrituras, nos da respuestas dentro del tema unificador del
"Gran Conflicto" entre Dios y Satanás. El estudio
de este tema es importante por diversas razones:

La primera, es que el tema nos concede una visión
del mundo que es singular para comprender la vida y sus
misterios. Al decir "visión del mundo" queremos
indicar un principio integrador alrededor del cual podamos
organizar nuestras vidas y comprender sus grandes interrogantes.
El tema del "Gran Conflicto" señala el amor y la
soberanía de Dios: "En principio creó
Dios
" (26). En él, "vivimos, y nos movemos, y
somos" (27). Él crea, redime y restaura
(28). Ésta es la base de la visión cristiana
del mundo.

La segunda razón, es que el tema nos muestra
quien es responsable por el mal: "El Diablo peca desde el
principio
". (29)

La tercera, "El Gran Conflicto" nos muestra que
el carácter de Dios es amor (30), y ese amor hace
posible hace que seamos redimidos del poder del pecado
(31). Los que permanecen en su amor son sus hijos
(32), y como tales tenemos la victoria sobre
"Satanás". (33)

Y la cuarta razón, es que el tema proporciona
sentido a la historia, a pesar de su naturaleza caótica.
"La lucha entre el Bien y el Mal" se realiza en el contexto de la
situación humana; y, al fin, por causa de lo que "Dios"
hizo mediante "Cristo", la historia concluirá con la
vindicación de Dios y la destrucción del mal.
(34)

Guerra en el
cielo

¿Dónde comenzó el "Gran
Conflicto
"?. Pero aquí hay un gran misterio.
"Luzbel"[9], aquel Ángel que Dios quiso
mucho y que vivía en la presencia de Dios, escogió
cuestionar el carácter amante de Dios. Poco a poco este se
esparció su descontento en los Ángeles, provocando
"una gran batalla en el cielo". "Miguel"
("Jesús") y sus Ángeles luchaban contra el
dragón ("Lucifer"[10]); y lucharon el
dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se
halló ya lugar para ellos en el Cielo
(41).

La forma en que Dios eligió manejar este
"conflicto", ejemplifica otra vez su carácter
amante, dador de amor. El escrudiñar y estudiar las
Sagradas Escrituras sobre este "Gran Conflicto" y
comenzar a comprender como podemos obtener la victoria en nuestra
propia vida; recordemos que Lucifer "no
prevaleció
", entonces (cuando se rebeló contra
Cristo, al principio) y no prevalecerá ahora, porque el
amor de Dios es "para siempre" (42).

Como cristianos, talvez no estemos familiarizados con el
"Gran Conflicto" (algunos de nosotros), repasa la
historia de este "Conflicto Celestial", conocido como
"El Gran Conflicto", conocidos por otros como "El
Conflicto Cósmico
", decíamos, repasa la
historia de este conflicto entre "Cristo" y "Satanás". La
historia redentora se comprende mejor en el contexto de este
conflicto.

La fe en medio de
la turbulencia

  • La fe puesta a prueba.

En el fundamento de una experiencia de fe hay un
conocimiento experimental de Dios, Job y Abraham conocían
así a Dios. La Biblia describe a Job con tres frases
hermosas: "Hombre perfecto y recto", "temeroso de
Dios
" y "apartado del mal". (43)

"Satanás" puso a prueba la fe de Job. Él
alegaba que Job era fiel a Dios por causa de los favores
especiales y la protección que recibía de
Dios.

Es cierto que la fe en Dios resulta fácil cuando
la vida es buena y serena, pero cuando la vida es difícil
y tormentosa, la fe a menudo llega a ser primera víctima.
Sin embargo, la fe salvadora permanece arraigada en Dios, no
importa lo que venga. La experiencia de Job muestra que en medio
de las tormentas que destruyen lo que es más cercano y
querido, la fe puede decir: "Yo sé que mi Redentor
vive, y al fin se levantará sobre el polvo
."
(44). Con esta confianza en la soberanía y la
justicia de Dios, tanto ahora como al fin de la historia, "No
pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito
alguno
." (45)

Abraham, el padre de los fieles, ilustra que la
única base para la obediencia es "porque Dios así
lo ha dicho". Mientras "Satanás" quiere que cuestionemos
la lógica de los mandamientos de Dios, Abraham era una
persona que no veía tal necesidad. El mandato de Dios de
sacrificar a Isaac puede parecer irracional a los que no son
salvos, pero para quienes tiene una fe genuina, los
requerimientos de Dios no son gravosos. Abraham sabía que
Isaac era el don de Dios, y que el gran dador de dones
sabía qué era lo mejor para el presente y futuro de
Abraham. Abraham era humano, y sus pasiones y sus inclinaciones
era como la nuestras; pero no se detuvo a discutir con su dolido
corazón. Sabía que Dios era justo y recto en todos
sus requerimientos, y obedeció al mandato al pie de la
letra.

  • Valor para ponerse a lado de Dios.

Rut y Ester tomaron una posición firme y valerosa
de ponerse de lado de Dios, desafiando los intentos del enemigo
de destruir a la comunidad de la fe. Una dijo: "Tu pueblo
será mi pueblo, y tu Dios mi Dios
." (46). La
otra declaró: "Si perezco, que perezca."
(47)

Ambas declaraciones revelan un aspecto importante de la
guerra espiritual: la elección de obedecer a Dios no se
encuentra sola. Tiene una paralelo definido: afirmar el amor y el
parentesco con otros seres humanos, específicamente con
los que pertenecen a la comunidad de la fe. Rut era
"moabita[11]pero su elección del
Dios de Israel incluía el compañerismo con el
pueblo de Israel. Su identificación con Dios y su pueblo
le recordó al enemigo que Dios es el Señor y
Redentor de toda la humanidad. Su amor no conoce límites
ni fronteras ni barreras ante su pueblo. Siempre está
listo para redimir a cualquiera que viene a Él.

El Relato de Ester nos dice que dondequiera que
esté el pueblo de Dios existen también enemigos de
Dios. La gran controversia se lleva adelante en medio de la gente
por medios de agentes humanos. Ester, Amán, Moisés
y el Faraón, Nehemías y Sanbalat son sólo
representantes de dos mundos en conflicto. La misión de
Satanás es destruir la fe de la gente en Dios. Pero el
pueblo de Dios toma el estandarte de la fe y marcha en su nombre
para derrotar al mal y proclamar la justicia. Por medio de la
morada del Espíritu Santo en ellos, realizan su
dedicación y obtienen fuerzas para hacerle
frente.

La causa divina nos llama a ser como Rut y Ester. Aun
una sola persona puede producir una diferencia en el "Conflicto
Cósmico.

La realidad del
gran conflicto

La parábola del buen sembrador y de los suelos
(58) enseña la forma en que Satanás
actúa para destruir la verdad en los corazones de la
gente. Él quita las semillas de la verdad, impidiendo que
se arraiguen, o consigue que los cuidados del mundo ahoguen la
plantita. Es el plan de "Satanás" confundir los puntos en
discusión en la gran controversia, de modo que la Palabra
de Dios no produzca frutos. Así como los pájaros
están listos para sacar la semilla de junto al camino,
"Satanás" está listo para quitar del corazón
las semillas de la verdad divina. Con un fervor solamente
igualable a u malicia, trata de desbaratar la obra del
Espíritu d Dios. Mientras Cristo está atrayendo el
corazón por su amor, "Satanás" trata de desviar la
atención del que es inducido a buscar al
Salvador.

Pero las personas que eligen dejar que la verdad de Dios
permanezca en sus corazones experimentan la victoria. Dios ha
hecho provisión para que todos reciban la verdad.
Él es quien siembra la semilla. Sin embargo, sólo
los que reciben la verdad pueden experimentar el crecimiento y
llevar fruto.

Sin embargo, la interferencia de "Satanás"
(59) no quedará sin castigo. Él
recibirá su justa paga cuando la controversia llegue a su
fin, y se obtenga la victoria divina.

El conflicto:
milagros de Jesús

Jesús dijo: "Yo soy la resurrección y la
vida; el que cree en mí, aunque esté muerto
vivía. Y todo aquel que vive y crece en mí no
morirá eternamente." (60)

Nos hemos preguntado alguna vez ¿Qué
describen los milagros de Jesús acerca de Él?.
¿De qué modo ayudan a adelantar la causa de la
salvación, y cómo confrontaron la posición
de "Satanás" en el "Gran Conflicto"?

Primero veamos la definición de "milagro";
según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua
Española, se llama "milagro" a un evento
atribuido a la intervención divina.

Según el cristianismo, un
"milagro[12]es en sí un hecho sobrenatural
en el cual se manifiesta el amor de Dios hacia los
seres humanos.

En el caso del Nuevo Testamento se encuentra
una gran cantidad de milagros, principalmente
aquellos realizados por Jesús. Cuando se analiza un
relato de milagro desde la perspectiva literaria, no se hace
ningún juicio sobre el valor histórico del mismo.
La investigación histórica tiene sus propias
reglas, que son diferentes de las literarias.

Pablo de Tarso presentó al carisma de obrar
curaciones y al poder de obrar milagros como procedentes del
espíritu de Dios y destinados al bien común:
"En cuanto a los dones espirituales, no quiero, hermanos, que
estéis en la ignorancia. (…) A cada cual se le otorga la
manifestación del Espíritu para provecho
común. Porque a uno se le da por el Espíritu
palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia
según el mismo Espíritu; a otro fe, en el mismo
Espíritu; a otro carisma de curaciones, en el
único Espíritu; a otro, poder de milagros; a
otro, profecía; a otro, discernimiento de
espíritus; a otro, diversidad de lenguas; a otro, el don
de interpretarlas. Pero todas estas cosas las obra un mismo y
único Espíritu, distribuyéndolas a cada uno
en particular según su voluntad
."
(61)

Para el cristianismo en general, el milagro sería
un hecho sin
explicación científica razonable. Agustín
de Hipona, ofreció la siguiente definición de
milagro: "Milagro llamo a lo que, siendo arduo e insólito,
parece rebasar las esperanzas posibles y la capacidad del que lo
contempla". Pero el mismo autor no pone tanto énfasis en
los milagros como «desafíos a las leyes
naturales». Agustín de Hipona, marca que todos los
hechos (ordinarios o extraordinarios) tienen una
significación religiosa: visto desde el punto de vista de
la fe, "tanto el crecimiento de la mies como la
multiplicación de los panes tienen el sello del amor y del
poder del Dios"[13].

Santo Tomás de Aquino, en el siglo XIII,
definió "milagro" como algo hecho por Dios más
allá de las causas conocidas por los
hombres.[14]

El filósofo Karl
Popper argumentó que los milagros, entendidos como
una intervención en el universo de una entidad
todopoderosa superior al propio universo, no pueden ser
estudiados por el método científico. Según
Popper, una proposición no puede considerarse ajustada
al método científico si fuese imposible
verificar su eventual falsedad. Hablando de los milagros mismos,
científicamente, se pueden
hacer hipótesis que buscan explicar un
determinado fenómeno, para demostrar o no
una explicación al suceso por medio de
un experimento. El problema es que, muchos de los que
afirman la existencia de milagros, suelen no efectuar un
análisis serio antes de concluir que algo no tiene
explicación. Además, parece para muchos una
contradicción lógica afirmar que a "algo que no
tiene explicación científica" pueda
atribuírsele una "explicación sobrenatural". Eso
hace que el, en parte del mundo académico, la existencia
de milagros haya perdido credibilidad, aún para personas
teístas liberales. El escepticismo
científico busca descartar su existencia por medio de
la lógica y mediante explicaciones naturales y
analizar críticamente las evidencias dadas a una
afirmación milagrosa[15]

En la actualidad, la fe y la ciencia no se consideran
excluyentes en la Iglesia católica, según
señala el Concilio Vaticano II: "(…) por la propia
naturaleza de la creación, todas las cosas están
dotadas de consistencia, verdad y bondad propias y de un propio
orden regulado, que el hombre debe respetar con el reconocimiento
de la metodología particular de cada ciencia o arte. Por
ello, la investigación metódica en todos los campos
del saber, si está realizada de una forma
auténticamente científica y conforme a las normas
morales, nunca será en realidad contraria a la fe, porque
las realidades profanas y las de la fe tienen su origen en un
mismo Dios. Más aún, quien con perseverancia y
humildad se esfuerza por penetrar en los secretos de la realidad,
está llevado, aun sin saberlo, como por la mano de Dios,
quien, sosteniendo todas las cosas, da a todas ellas el ser. Son,
a este respecto, de deplorar ciertas actitudes que, por no
comprender bien el sentido de la legítima autonomía
de la ciencia, se han dado algunas veces entre los propios
cristianos; actitudes que, seguidas de agrias polémicas,
indujeron a muchos a establecer una oposición entre la
ciencia y la fe."[16]

Como consecuencia de lo anterior, la posición
actual de la Iglesia católica no es opuesta a la ciencia.
El milagro no es considerado hoy un "suceso mágico" que
controla las fuerzas cósmicas, sino -en la postura de los
creyentes- un suceso que dependería de Dios (de quien, por
otra parte, también dependerían todas las leyes
naturales). Para los creyentes, científicos o no, la
atención no se centra en lo sorprendente o extraordinario
del hecho ocurrido, sino en la autoridad de quien supuestamente
lo realizó (Dios)[17].

Sin embargo, nosotros lo entendemos como "milagro" a un
suceso que no podemos comprender por las limitaciones inherentes
del conocimiento humano. Son cosas que ocurren fuera de los
límites conocidos por la ciencia y las leyes naturales; no
pueden explicarse por medio de los fenómenos
físicos comunes. Por esto se los llama
"milagros".

La Biblia registra unos 35 milagros que Jesús
realizó mientras estuvo en la Tierra. Cada uno de ellos
tuvo un propósito específico, y todos juntos
contribuyeron a realizar su misión de derrotar a
"Satanás", la muerte y el pecado. Estos milagros
también muestran cuán estrechamente se libra el
conflicto entre el bien y el mal en las vidas individuales de las
personas.

Los milagros que Jesús realizó y su
negativa de realizar otros milagros, ilustran un propósito
claro: mostrar la voluntad de Dios y glorificarlo a Él.
Cada "milagro" hacía avanzar la misión del Padre al
enviar a Cristo a la Tierra, lo que incluía: 1) notificar
a "Satanás" que su derrota era segura; y, 2) asegurar a la
humanidad que mediante Jesús puede alcanzar la
redención. Cada curación ("milagro") que
realizó Jesús no era sólo para hacer
retroceder a la muerte, sino también para invadir el
dominio del pecado. No s que exista una correspondencia entre
cada pecado y las enfermedades individuales; sino más
bien, al igual que la presencia de la muerte, el hecho de que
realmente existe la enfermedad es una consecuencia de la
condición pecaminosa de toda la humanidad.

De los 35 milagros registrados que realizó
Jesús, 26 fueron de sanidad y resurrección. Estos
milagros muestran que el sufrimiento y la muerte son parte de
nuestra vida. También nos enseña que llegará
un momento cuando el pecado y la muerte no existan más.
Jesús ha garantizado la victoria final sobre el
sufrimiento.

Consideremos sólo de los tantos milagros ya
señalados hechos por Jesús, cuatro de ellos
analizaremos en este tema, "El Gran Conflicto: El Bien y el
Mal
", el conflicto entre Cristo y
"Satanás":

  • 1. Siendo que Jesús sanó al
    hombre junto al estanque de Betesda en un día de
    reposo, según la Santa Biblia, un sábado, los
    líderes judíos lo acusaron de violar la ley de
    Dios (62). Este choque no se produjo acerca de la
    necesidad de guardar el día de reposo, sino sobre el
    propósito central de la ley de Dios. "Satanás"
    está contento mientras seamos fieles a las rutinas de
    la religión, mientras olvidemos el núcleo de la
    experiencia religiosa, qu es la relación que tenemos
    con Cristo. Cuán fácil es sacrificar la
    fidelidad a Dios, el amor genuino por su pueblo, en el altar
    de las pretensiones religiosas que adhieren a las formas pero
    rechazan la esencia y el poder de la
    religión.

  • 2. La curación del siervo del
    centurión muestra la importancia de eliminar barreras
    entre las personas (63). Las divisiones entre los
    seres humanos son resultado del pecado[18]y
    una de las armas que "Satanás" usa para destruir el
    carácter abarcante del Reno de Dios. La
    compasión del centurión por su esclavo y la
    disposición de Jesús de ir al hogar del
    centurión eran inaceptables en la sociedad romana y en
    la judía. Sin embargo, al aceptar de forma genuina la
    voluntad de Dios se derriba aquello que nos separa. Cualquier
    comunidad o persona que pretende pertenecer a Dios y, sin
    embargo, discrimina y divide, realmente es una aliado de
    "Satanás".

  • 3. El caso del endemoniado es una
    ilustración perfecta de que el "Gran
    Conflicto
    " o "Conflicto Cósmico", como
    quiera llamársele, se libra en nuestra mente
    (64). La Biblia describe de una mente controlada por
    "Satanás" (65).

Aunque la posición demoniaca puede ser no tan
común o tan visible, no podemos negar que la batalla se
libra por el demonio en nuestra mente, y hasta en nuestros
corazones. El verdadero punto de contienda es: ¿De
quién se ocupan nuestros pensamientos?. Es realmente
nuestro cuerpo el Templo de Dios?. ¿O es un esclavo de
fuerzas opuestas a la voluntad de Dios?. Recordemos que la
persona que se entrega a Cristo llega a ser una fortaleza suya,
que Él sostiene en un mundo en rebelión, y no
quiere que otra autoridad sea conocida en ella sino la suya. Un
ser humano así guardado en posesión por los agentes
celestiales (Ángeles) es inexpugnable para los asaltos de
"Satanás".

  • 4. La resurrección de Lázaro
    revela tanto la realidad de la muerte como el poder que
    Jesús tiene sobre ésta (66). Desde que
    Adán y Eva[19]cayeron, la muerte ha
    sido parte de la tragedia humana. Pero Jesús
    conquistó la muerte directamente por medio de su
    propia muerte, al derramar su sangre y lavar nuestros
    pecados, en la cruz (67). El Calvario y la tumba
    vacía capacitan a Jesús para ser nuestra
    resurrección y vida. Por causa de su victoria,
    Jesús pudo decir: "El que cree en mí,
    aunque esté muerto, vivirá
    " (68).
    Encontramos vida eterna sólo en Jesús
    (69). Por medio de "Satanás" se produce la
    separación eterna de Dios: la muerte definitiva.
    Entonces, es momento en que debemos elegir entre estas dos
    posiciones: ¿Pertenecemos a "Cristo" o a
    "Satanás"?.

La negación de Jesús de realizar
ciertos milagros.

En algunos casos, Jesús rehusó realizar un
"milagro". Estos incluyen: 1) Cuando afrontó a
"Satanás" en el desierto (70); 2) cuando los
fariseos le pidieron que hiciera un "milagro" (71); 3)
cuando la carga del pecado pesaba sobre Él en el
Getsemaní (72); 4) cundo Herodes quiso saber si
realmente era el Mesías (73); y, 5) cuando la
multitud lo animaba a demostrar que era el Hijo de Dios,
pidiéndole que descienda dela cruz (74).

¿Por qué Jesús no hizo milagros en
esas ocasiones?; Cristo no había de ejercer el poder
divino para su propio beneficio. Había venido para
soportar la prueba, como debemos soportarla nosotros,
dejándonos un ejemplo de fe y sumisión. Ni en esta
ocasión, ni en ninguna otra ulterior en su vida terrenal,
realizó Él un "milagro" en favor suyo. Sus obras
son admirables, fueron todas hechas para beneficio de
otro.

Citas
bíblicas

(Versión Reina – Valera – 1995.)

Partes: 1, 2

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