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Mancomunidades cooperativas universitarias



  1. Introducción
  2. Fundamentación
  3. Compras comunitarias
  4. Una
    primera propuesta
  5. Conclusión y
    Propuestas

Introducción

Proponemos introducimos a uno de los objetivos de
nuestro proyecto de investigación para una economía
solidaria civil.

Pero antes que eso, ¿porqué hablamos de
economía solidaria civil?

Porque toda economía es social pero no toda es
solidaria. La que nosotros proponemos es concreta e inclusiva
"economía solidaria"

Y porqué civil?

Porque cuenta con los atributos de una fuerte impronta
de la sociedad civil y porque además, es una
economía desmercantilizada, (Art. 452 y cc. del
Código de Comercio; artículos 1, 2, 118 y cc.
decreto-ley de cooperativas nº 20.337).

Nuestra propuesta consiste en aplicar la misma en
ámbitos y dependencias universitarias mediante modernas
compras comunitarias cooperativas.

Fundamentación

A la hora de hacer visible la solidaridad en nuestra
convivencia universitaria, observamos que podría resultar
toda una ventana de oportunidad, las compras comunitarias de
elementos estudiantiles de primera necesidad general y
tecnológica en particular.

Al proponer una Economía Solidaria Civil, nos
referimos a la economía como las formas en que hombres y
mujeres nos organizamos para satisfacer nuestras necesidades
-tanto de tipo material (alimentación, vestimenta,
tecnologías de la información y la
comunicación (TIC´s), alquiler de vivienda, etc.)
como no material (Vg., crecimiento personal, servicios,
recreación, etc.).

La economía de una comunidad universitaria
está conformada por las actividades y/o procesos de
intercambio, usos, consumo y recreación.

La organización de estas actividades, así
como la importancia que adquieran personal y/o mancomunadamente,
dependerá de las características de cada comunidad
y/o repartición universitaria.

Si consultamos el Manual de Capacitación sobre
Economía Solidaria y Desarrollo Comunitario, leemos que:
"Es evidente que en las organizaciones solidarias y en el
desarrollo comunitario, existe un primer objetivo de sobrevivir,
y luego, de crecer. Unas vez alcanzados estos fines más
primarios y fundamentales tales organizaciones y comunidades
debieran permitir una liberación de cada uno de sus
miembros también a través de la cooperación
libre. Un brillante sociólogo español ya
desaparecido considera que las formas de vida comunales o
MANCOMUN son señas de identidad que vertebran la historia
de los pueblos ibéricos tanto en la península
ibérica como en las comunidades americanas. Y ello
permitiría una modernidad alternativa a la
burguesía, que ha sido la dominante, a partir de la
teoría de lo ab-soluto o suelto de todo que
implicaría ese paradigma personal y comunal de la
liberación que convierte a la persona en un "libre
sustantivo", en ese proyecto de sobrehombre llamado a liberarse
en su actividad mancomunada"

El modo de organización económica que
predomina en la actualidad es el capitalista en su fase
neoliberal, que pretende imponer una economía que
esté regulada exclusivamente por las leyes del mercado. A
eso se hace referencia cuando se habla de "economía de
mercado".

¿Qué quiere decir esto? Que todo lo
producido debe venderse en el mercado tradicional y que todos los
ingresos que perciben las personas provienen de dichos
intercambios mercantiles. Las propias "reglas del mercado" son
las que –supuestamente- autorregulan la economía,
determinando qué se produce, a cuánto se vende,
quiénes pueden comprarlo, como así también,
la cantidad y calidad de fuentes de trabajo necesarias,
etc.

Frente a la idea de mercado (abstracta y difusa) que ha
difundido el neoliberalismo pero "sin derrame civil", podemos
pensar e impulsar otra forma de mercado, entendido como el
conjunto de intercambios de productos y servicios que se dan en
una Comunidad civil universitaria. Nos referimos a los "mercados
reales", es decir, a todos aquellos espacios de intercambio entre
personas para satisfacer sus necesidades. En estos
términos, las relaciones de intercambio no están
orientadas por la especulación y el lucro como sí
ocurre en la "economía de mercado" (un claro ejemplo es el
mercado financiero) sino por la solidaridad, fraternidad,
reciprocidad y gratuidad.

Para la economía solidaria civil, el mercado
está conformado por redes concretas de relaciones,
vinculaciones y oportunidades resultando en definitiva una
construcción civil de la sociedad.

Así, la construcción de un espacio
solidario civil complementario, interactuando en el mercado
tradicional, favorecerá y facilitará intercambios
y/o encuentros entre productores/fabricantes/empresarios y
alumnos-consumidores, entre capacidades y necesidades, entre
oportunidades y posibilidades como tareas principales que
deberíamos asumir y afrontar para regenerar y
añadirle calidez humana e inclusión
–cuantitativa y cualitativa- a dicho mercado
tradicionalmente especulativo, lucrativo y no pocas veces,
excluyente.

La universidad desde esta perspectiva/prospectiva, no
debiera ser sólo el lugar para la educación y los
avances en investigación para estudiantes: también
debe servir como instrumento favorecedor, hospitalario, cercano e
inclusivo en su terreno propio y especifico de transferencia de
información, conocimientos y capacitación para
ayudarles/facilitarles a aprender y compartir cómo llevar
adelante sus potenciales responsabilidades futuras.

A lo largo de este vital camino, los estudiantes
necesitan orientación y apoyo en todos los aspectos de su
vida. En su vida diaria, muchos están lejos de sus
familias y con frecuencia tienen dificultad en acceder a bienes y
servicios de calidad a precios razonables.

En Japón, las mancomunidades universitarias
cooperativas existen primariamente para ayudar a los estudiantes
a satisfacer estas necesidades humanas, económicas y
tecnológicas. Otro tanto se verifica en Canadá, por
cierto con su propia impronta cultural y cooperativa, singular
pero no exclusivamente crediticia, de micro y pequeñas
ayudas económicas a estudiantes y profesores.

Sus actividades se orientan a reflejar y satisfacer
necesidades básicas, especialmente de los
estudiantes.

Estas expresiones solidarias japonesas tienen diversas
tiendas con una variedad de bienes y servicios, satisfaciendo
prácticamente todas las necesidades. Venden muebles,
artículos del hogar y bienes de consumo. Operan
cafeterías que están abiertas de la mañana
hasta la noche. Manejan librerías y negocios de
electrónica que ofrecen dispositivos accesibles y
periféricos (de cualquier forma y marca) como software,
impresoras, cámaras digitales, laptops – y mucho
más. Asimismo aceptan pagos en cuotas y compras on
line
lo que nos hace pensar que, gradual y
paulatinamente se podría implementar una singular,
solvente y responsable tarjeta de crédito universitaria
que vehiculice e incentive todos los movimientos y/o relaciones
financieras en el interior de cada universidad o mancomunidad de
universidades, alentadas en nuestro caso por el Banco de la
Nación Argentina bajo la supervisión del Banco
Central de la República Argentina, (BCRA).

Las mancomunidades universitarias japonesas,
también sirven como un agente de confianza,
garantía y consulta cuando los estudiantes buscan lugares
para vivir, cuando quieren comprar pasajes con descuento para
viajar dentro o fuera del Japón, ir a escuelas de manejo,
y más notablemente, cuando buscan empleo. Todos estos
servicios pueden estar disponibles en una única
universidad.

En cuanto a los estudiantes internacionales, la
adaptación a la cultura, comida, población y
especialmente a la lengua local universitaria, en algunos casos,
puede resultar dura y puede llevar meses o incluso años;
en respuesta a esto, estas mancomunidades han establecido la
comisión de Red de Estudiantes Extranjeros Nacionales. La
meta de esta comisión es ayudar a los estudiantes
internacionales a resolver problemas que encuentran durante su
estadía en un país ajeno/extraño.

En nuestro caso, también se puede promover
intercambios tangibles e intangibles entre los estudiantes
argentinos, sus compañeros internacionales y con la
comunidad al proveer oficinas para asesoramiento y para
patrocinio de actividades como campamentos, caminatas, fiestas
estacionales, paseos, excursiones y más.

Concomitantemente, precios justos y consumos
responsables son prácticas de la economía solidaria
civil que pueden contribuir en la construcción fraterna de
nuevos mercados universitarios inclusivos, redignificadores;
cuantitativa y cualitativamente.

Todo lo relacionado resulta otro de lo que el reconocido
y valorado profesor chileno Luis Razeto desde su UNIVERSITAS
NUEVA CIVILIZACIÓN, nos plantea como nuevos
'DESAFÍOS ÉTICOS en un MUNDO COMPLEJO' reclamando
en torno al tema de la ética en el mundo
contemporáneo. Ver enlace al e-book:
http://uvirtual.net/venta/content/desafíos-éticos-en-un-mundo-complejo

Por su parte el profesor y maestro universitario
valenciano español, Don Antonio Colomer Viadel desde sus
estudios específicos suma otro aporte profundo y
articulador advirtiéndonos que: "A pesar de que los medios
tecnológicos y financieros al servicio de los poderes
económicos y políticos, quieran convencernos de
seguir dócilmente sus consignas dogmáticas, existen
núcleos de rebelión social aun vivaces que buscan
abolir todo intento por subordinar el valor de la dignidad de las
personas al precio de las cosas".

¿Qué distingue o
caracteriza tales intercambios?

– Existe una relación lo más directa
posible entre empresarios, usuarios y consumidores, evitando al
máximo los intermediarios o especuladores.

– Las relaciones se basan en el respeto mutuo, en
la prioridad a la mano de obra nacional, al compreargentino y
tales.

-Los consumidores pueden conocer el origen y la
trazabilidad de los productos de usos y consumos
universitarios.

-Otros.

¿Qué es el Consumo
Responsable?

El concepto de Consumo Responsable es muy amplio, como
lo es la propia actividad de usar/consumir.

Por eso mismo coincidiremos sobre la necesidad de Educar
para Usos y Consumos (Art. 42, CN.)

Podríamos señalar tres aspectos que lo
caracterizan:

+ Distingue lo realmente necesario e importante de lo
urgente o superfluo, oponiéndose al consumismo
efímero como forma ilusoria prevaleciente para alcanzar el
bienestar y la felicidad.

+ Tiene en cuenta las relaciones sociales y las
condiciones laborales en las que se ha elaborado el producto o
servicio que estamos consumiendo priorizando vg., el valor del
trabajo sobre el del capital, el trabajo asociado sobre el
asalariado, etc.

+ Busca evitar el consumo de productos e insumos
fabricados bajo relaciones de explotación, trazabilidad
desconocida e irresponsabilidad ambiental o incentivada por meros
consumismos.

El comercio justo y el consumo responsable intentan
fortalecer mediante prácticas de intercambio y consumo
fidelizadas, lo que queremos potenciar a nivel de economía
solidaria civil en el ámbito de nuestro Centro de
Investigaciones jurídicas y sociales de la Facultad de
Derecho y Ciencias Sociales – Universidad Nacional de
Córdoba.

En síntesis, nuestras estrategias
económicas solidarias civiles podrán incluir las
siguientes acciones:

Realizar un estudio de nuestro `mercado
universitario´ para conocer sobre eventuales necesidades
insatisfechas, etc.

Identificar el segmento de mercado universitario
teniendo en cuenta los aspectos que influyen en el comportamiento
de los eventuales consumidores:

Aspectos culturales: cultura, clase social, origen,
etc.

Aspectos sociales: grupos de referencia, familia,
función y condición

Establecer precios justos, teniendo en cuenta los
factores analizados.

Articulación de
experiencias…

Retomando lo planteado anteriormente, acerca del
desafío de la construcción civil solidaria para un
espacio de intercambio propio universitario (replicable a otros
espacios de la vida), es necesario e importante para tal fin la
articulación con otras experiencias o proyectos que
estén sosteniendo acciones autogestivas y/o asociativas
universitariamente similares y/o afines, desarrollando conjunta y
responsablemente, nuevas estrategias de comercialización
y/o consumo, justas e inclusivas.

Como venimos planteando, la construcción de
circuitos universitarios de intercambio solidario puede
contribuir a la conformación de un mercado humanizado con
derrame civil. Afirmar la solidaridad dentro de la
economía exige prácticas de responsabilidad,
fraternidad y reciprocidad.

Algunas de las estrategias conjuntas posibles que pueden
fortalecer la articulación o la conformación de
redes con otras experiencias son:

Compras
comunitarias

Compras conjuntas de insumos académicos,
didácticos, etc. a gran escala entre distintos alumnos de
múltiples y diversas unidades universitarias para obtener
los mejores precios individuales.

"En la Sociedad del Conocimiento, ir en la vanguardia en
el hallazgo de los mejores métodos de funcionamiento de
las organizaciones permite alcanzar una gran ventaja. Una
herramienta fundamental es la educación y formación
rigurosas. No debemos olvidar el factor humano, los valores y
principios que desde el esfuerzo propio al apoyo mutuo hace
crecer, al mismo tiempo, la comunidad y a sus miembros. A la vez
las organizaciones comunitarias deben autoerigirse ese rigor
científico-tecnológico mejorativo"

Compras
comunitarias/conjuntas:

Articular con emprendimientos editoriales, de TICs`,
Internet, fibra óptica, ordenadores, etc.;

Generar fondos comunes dinámicos, convergentes y
productivos.

Por ejemplo:

Para hacer difusión de necesidades e intereses en
forma conjunta.

Intercambiar direcciones de proveedores, recursos,
lugares de venta, capacitaciones, etc.

Compartir espacios y recursos como forma de abaratar
costos.

Compartir el espacio (lugar físico) entre
distintos emprendimientos y/o compartir recursos
didácticos, de acceso a información, conocimientos
y capacitación como instrumentos informáticos,
comunicacionales, infraestructura, recursos naturales, servicios
(teléfonos, TIC`s, Internet, derivados de fibra
óptica, etc.)

Impulsar proyectos, habilitaciones, ferias, leyes,
etc.

Lograr financiamientos y/o facilitar viajes
académicos de alumnos/profesores por estudios,
conferencias, ferias de ciencias e investigaciones,
etc…

Intercambiar saberes, estrategias e información
en pos de contribuir al avance y la expansión del
conocimiento científico.

Conformación de
REDES

El objetivo de una Red de Economía Solidaria
Civil es generar condiciones y vincular personas/oportunidades
para mejorar y modernizar la calidad de vida de todos los
estudiantes/profesores/docentes y no docentes que participan en
ella.

El propósito es construir nuevas relaciones
sociales/económicas solidarias en las que no haya
explotación ni rentabilidades evitables o excesivas entre
las personas, las empresas y el Estado.

Para montar una red local puede impulsarse/convocarse e
integrar también a todas los centros, cooperativas y
mutuales de estudiantes posibles; grupos de
producción/servicios, de conocimientos y saberes que
actúan en el ámbito de la Universidad/es todos
aquellos que desean participar del consumo solidario buscando
mejorar y proyectar la calidad de vida en la comunidad
universitaria.

Cuantas más personas participen de la red como
usuarios/consumidores y, cuanto mayor sea la diversidad de
productos/servicios relacionados con lo universitario y puestos
responsablemente en la red, mayor será el crecimiento de
los beneficios y satisfacciones comunitarias para
todos.

Los estudiantes participantes se comprometen a fidelizar
sus compras de productos y servicios en la propia Red
Universitaria Cooperativa.

Una parte del excedente obtenido debería ser
reinvertido en la propia Red

En la Red deberían estar organizados y expandidos
todos los grupos de compras comunitarias,
(replicables).

En la Red también es posible organizar
cibernéticamente almacenes solidarios o comercios que
ofrezcan vía Web sus productos a alumnos domiciliados en
los distintos barrios. Esos comercios, almacenes solidarios y
tales facilitarían el acceso a productos de primera
necesidad universitario/académica.

También es posible organizar ferias cada fin de
semana, mensual o trimestralmente que vayan rotando por los
distintos ámbitos de estudios universitarios.

En la Red, los productores y los prestadores de
servicios pueden ofrecer en conjunto/integrada y
complementariamente los insumos; compartirlos, etc..

Equipamientos, instalaciones, como así
también socializar saberes, conocimientos etc.. De este
modo, se reducen los costos y aumenta el beneficio/s
producido/s.

A medida que las redes vayan creciendo, también
irán incorporando tecnologías más
sofisticadas, produciendo un excedente mayor de riqueza
científica y tecnológica en esta Era
digital.

Lo que importa, entonces, es introducir la solidaridad
en todas las dimensiones de nuestra vida universitaria. Si
colaboramos y nos complementamos unos con otros, trabajando y
consumiendo responsable y sobriamente en Redes de Economía
Solidaria, podríamos garantizar un desarrollo
universitario sustentable asegurando a los estudiantes las
condiciones para una vida universitaria mejor con menos costos y
más tiempo para los estudios.

Cultivar la solidaridad en todos los aspectos enriquece
la calidad de vida, fortalece la amistad y la fraternidad entre
las personas, suprimiendo toda forma de discriminación y
prejuicio, y promoviendo la diversidad cultural y la creatividad
humana que desarrollan las libertades públicas y privadas
éticamente ejercidas. De tal manera, la vida y actividades
universitarias podrían ser más fraternas y
atractivas, un ejemplo a seguir, expandir e imitar.

La colaboración solidaria, por eso mismo, va
más allá de la dimensión
económica.

Para promover la Economía
Solidaria Civil Universitaria podemos:

1. Convertirnos en consumidores solidarios responsables
de productos y servicios suficientes de última
generación, promoviendo simultáneamente una vida
universitaria mejor.

2. Organizar, impulsar y sostener grupos de compras
solidarias en universidades, facultades, escuelas y
más.

3. Integrar una Red como productor, prestador de
servicios o consumidor.

4. Divulgar los productos de la Red en nuestra UNC y
otras.

5. Distribuir este material difundiendo ideas,
propósitos y acciones concretas.

6. Dialogar, extender y replicar estas propuestas en
grupos parroquiales de desempleados, en las comunidades, las
asociaciones, sindicatos, escuelas, etc.

7. Participar de cursos ampliando nuestro conocimiento
sobre esta propuesta.

8. Iniciar la organización de la Red en un
ámbito de nuestra UNC.

9. Utilizar el Comercio Electrónico y la firma
digital.

10. Explorar y alcanzar financiamientos complementarios
para estas compras Comunitarias Universitarias (CCU).

Para ello, además de las previsiones de las Leyes
Nacionales Nros. 23.427, 16.583, 26.075, 26.206 (Art. 90)
respecto del financiamiento de proyectos cooperativos para
desarrollos universitarios, y sin perjuicio de previsiones
especificas en `la ley de leyes` de cada presupuesto anual,
sumarnos a los beneficios e incentivos que la
Administración Nacional viene otorgando mediante aportes y
subsidios a múltiples y diversas Universidades
públicas como Vg.: La Matanza, Lomas de Zamora,
José C. Paz, A. Jauretche, Oeste, San Martín,
Quilmes, Tres de Febrero, Gral. Sarmiento, Lanús,
etc.

Los apoyos, promociones y fomentos pueden canalizarse
Vg., desde los Ministerios de Desarrollo Social y de
Educación, respectivamente. La Administración de
los fondos y del control de su eficacia/eficiencia debe estar a
cargo de los mecanismos internos pertinentes en cada
Universidad.

Por último, proponer y compartir proyectos,
experiencias y financiamiento con el Ministerio de
Educación, el de Desarrollo Social, el CIN,
etcétera.

Una primera
propuesta

Atendiendo inquietudes estudiantiles, el Consejo
Directivo de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales
podría implementar gradual y paulatinamente, un sistema
general de compras comunitarias de elementos esenciales que hacen
a la satisfacción de las necesidades primarias de todo
estudiante, particularmente aquellos cuya familia reside fuera de
la provincia, en el interior de la misma o atraviesa escasez de
recursos patrimoniales propios.

Se trata de implementar institucionalmente compras
comunitarias de elementos esenciales para satisfacer necesidades
(económicas, sociales, culturales, psicológicas,
etc.) de estudiantes universitarios.

Inicialmente podríamos
enumerar dichas necesidades –-entre otras-– con las
siguientes:

1) Alimentación.

2) Vestimenta, calzado, bienes y enseres de
limpieza/higiene personal para la vivienda estudiantil;
transportes y viajes por razones académicas,
etc..

3) Materiales de estudio; compras directas.

4) Las TICs. (Vg., netbooks, smartphones, tablets,
laptop, ipad, derivados de fibra óptica, telefonías
universitarias comunitarias, etc.), servicios, reparaciones,
renovaciones, seguros autogestivos, etc.

La metodología involucra
principalmente a:

a) Escuelas de Trabajo Social para que con su asistencia
se detecten a los alumnos más necesitados y con mejores
desempeños advirtiendo en cada caso, quién cuenta
con becas de ayuda económica, de apuntes, de comedor
universitario, de boleto de transporte educativo gratuito, etc.;
de entre quienes no.

b) Mediante una Web de acceso universitario e
instantáneo, acercar demandas con ofertas todo lo
posible.

c) Lograr volúmenes y compromisos regulados
universitariamente para que se pueda acceder efectivamente a
cupos de artículos e insumos para estudiantes a precios
mayoristas.

d) Que respecto de estas compras, cada empresa y el
Estado puedan añadir deducciones e incentivos,
justificando así su propia responsabilidad social e
institucional.

e) Con este programa universitario vía Web, se
pueden lograr compras al por mayor y, al adquirir en escala y
calidad superiores, obtener mejores precios y calidad que
comprando individualmente.

f) Lograr instrumentos cibernéticos directos
entre proveedores y alumnos centrifugará toda fastidiosa y
agobiante infraestructura-logística como sería la
de pensar en viejos sistemas internos, espacios para acopios,
almacenamientos y distribuciones.

g) Concomitantemente, será central promover
información y capacitación para realizar compras
comunitarias de insumos estudiantiles utilizando criterios de
precio justo y consumo responsable;

h) Entre otros, veamos algunos incentivos concretos e
iniciales: 1º) Evitar intermediarios innecesarios y lucros
excesivos; 2º) Más tiempo y recursos disponibles para
el estudio (Vg. ; los alumnos en cuestión ya no
deberán trabajar o, no trabajar tanto o, resolverlo
mediante teletrabajos, etc.) ; 3º) Aliviar la demanda de
dinero a los padres o responsables de cada estudiante
involucrado; 4º) Reducir la brecha tecnológica y
cualitativa universitaria; 5º) Incrementar la eficacia
productiva y competitiva académica en el mediano y largo
plazo; 6º) Remediar el deterioro, la inflación, los
ajustes y la crisis en general; 7º) Reducir el número
de estudiantes crónicos, todo lo posible; 8º)
Inclusión universitaria responsable, cuantitativa y
cualitativamente; 9º) Cultivar y expandir la solidaridad
universitaria; 10º) Profundizar la cultura
vico-democrática y ambiental.

i) Que cada estudiante o persona de la comunidad
universitaria favorecida, en su momento, vaya recompensando sus
beneficios recibidos según su conciencia personal y el
grado de cultura solidaria asimilada.

Conclusión
y Propuestas

Finalmente añadir que, desde nuestra perspectiva,
los aspectos metodológicos relacionados (no taxativos),
justifican per sé la propuesta que suscribimos para ser
replicable -con sus matices- a todas las aulas en donde se ejerce
el derecho y se goza de la garantía magna de
enseñar y aprender entre nosotros los argentinos junto a
tantos sudamericanos que abrevan en nuestros claustros, logrando
simultáneamente más excelencia y mejor
ciudadanía universitarias traduciendo con A. SEN, derechos
en capacidades,

Córdoba // 2013/2017.

 

 

Autor:

Roberto Fermín
Bertossi

Investigador

Director del Proyecto para una

Economía Solidaria Civil

Centro de Investigaciones Jurídicas
y Sociales

Facultad de Derecho y Cs.
Sociales

Universidad Nacional
Córdoba.

República Argentina

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