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Un método para explorar las experiencias humanas




Enviado por Omar Peña



  1. Introducción
  2. Experiencias de un viaje
    conexionista-inactivo
  3. Conclusión
  4. Bibliografía

Introducción

Francisco Varela, señala en su
obra[1]que la experiencia humana debiera
investigarse con un método que permita comprender lo que
ocurre en el proceso cognitivo. Para ello, propone emplear el
método de la presencia plena/conciencia abierta
(Mindfullness) de la corriente budista. Por otra parte, en su
libro Conocer, F. Varela describe las etapas en que ha
evolucionado el estudio de las ciencias cognitivas. En
síntesis, este proceso se puede desplegar en cuatro
etapas: primero, el nacimiento con la cibernética; segundo
la base en la representación simbólica; tercero la
emergencia y auto organización como resultado de los
sistemas conexionistas complejos; y, cuarto el concepto de
enacción.

La Enacción (poner en obra) según
Francisco Varela, señala qué las respuestas, frente
a las siguientes preguntas: ¿Qué es la
cognición?, ¿Cómo funciona? y,
¿Cómo saber si la cognición funciona
adecuadamente?, las respuestas, serían para la primera
pregunta, que es una acción efectiva, historia del
acoplamiento estructural que enactúa (hace emerger) un
mundo. Para la segunda pregunta, la respuesta, sería que
funciona a través de una red de elementos interconectados
capaces de cambios estructurales durante una historia
interrumpida. Para la última pregunta, la respuesta, es
que funciona adecuadamente cuando se transforma en parte de un
mundo de significación preexistente o configura uno
nuevo.

Conocer la conciencia permitiría conocer el
proceso (funcionamiento) de la toma de consciencia. A su vez,
conocer el proceso de la conciencia nos llevaría a
comprender qué es la conciencia. Esto nos
permitiría construir realidades alternativas. Desde el
punto de vista constructivista la realidad se construye en el
proceso de la conciencia. Entonces, modelar el proceso de la
conciencia ordinaria permite reproducir la construcción de
la realidad.

El modelo de meditación disipativa (MD) es un
proceso de construcción de una realidad subjetiva. Si
asimilamos las etapas del proceso de la MD a la toma de
conciencia ordinaria, la diferencia entre las realidades
ordinaria y subjetiva se da en el tiempo de respuesta de las
etapas del proceso de la toma de conciencia.

Sabemos, por experiencia, que en la conciencia ordinaria
es instantánea la percepción de la realidad y, por
lo tanto, no creemos que se construya en tan poco tiempo. Sin
embargo, en mediciones sensoriales (en niveles de microsegundos)
se verifica que existen etapas en el proceso de la conciencia:
intención, recuerdo, sincronización y respuesta. La
MD utiliza estas etapas en la construcción de realidades
subjetivas.

El modelo de MD permitiría investigar el proceso
de la conciencia ordinaria y llegar a establecer qué es la
conciencia o al menos vislumbrar un camino de
investigación y descubrimientos, que trataría de
resolver ¿qué es la conciencia?

El modelo de meditación disipativa Cread 90,
planteado en "Cambio de sentido", es una buena alternativa a la
investigación del rol de la conciencia en la
construcción de la realidad (enacción).

Mi presentación del Software de Realidad Virtual
(Meditación Disipativa) consiste en un modelo modular y
tecnológico que permite acceder a la realidad virtual
(realidad perceptiva sin soporte objetivo) y donde mediante un
dispositivo (Hardware) y una forma o proceso tecnológico
(software) se puede modelar la realidad. El dispositivo
(Hardware) utilizado es el cuerpo. El proceso (Software) o forma
de modelar la realidad contempla la generación de impulsos
nerviosos visuales y acústicos que en el proceso circular
de la energía nerviosa, provocan una interferencia
vibratoria de ondas neurológicas conformando un holograma
de interferencias, que despliega en una imagen virtual con
participación de todos los canales sensoriales (vista,
oído, tacto, olfato y gusto). Si se mantiene la coherencia
de los impulsos neurológicos a través de la
estimulación acústica, cada imagen virtual que
aparece, retroalimenta una nueva percepción y una
descripción por el intérprete,
transformándose así, en una historia virtual
continua.

Ahora, consideremos cómo operaría este
modelo conexionista-enactivo en una sesión de
meditación disipativa (cuántica). El participante
percibe continuamente un estímulo sensorial
(música) que produce una conexión
neurológica permanente. Con anterioridad se presenta a
esta estructura (sistema abierto) un estímulo sucesivo
(imagen) como atractor, de forma autónoma por el
participante. Durante un momento del tiempo que dura la
sesión, este sistema se reorganiza "reelaborando sus
conexiones" neurológicas, activándose ambas
corrientes neurológicas frente a la presentación
del auto-estímulo. La nueva presentación de este
auto-estímulo al sistema genera un reconocimiento de
él, emergiendo una configuración global
representativa del modelo presentado.

Para comprobar esta hipótesis, veremos emergencia
de mundos e historias virtuales, en la red de interacciones
neurológicas, con la creación
conexionista-enactiva, en el proceso de la meditación
disipativa (cuántica).

Experiencias de
un viaje conexionista-inactivo

El mes de septiembre de 2003, en un edificio de
departamentos en el centro de la urbe del Gran Santiago de Chile,
se junta un grupo de siete personas más un guía,
para experimentar el proceso de "Evolución de la
Conciencia" con ayuda de la meditación y
relajación.

Durante la primera hora, el guía proporciona una
síntesis o introducción de los alcances de la
meditación. A continuación, durante las siguientes
siete horas los participantes entran en estados alterados de
conciencia y cada vez que termina la técnica del momento,
deben escribir su experiencia. Al cabo de dos o tres
técnicas, cada uno comienza a describir sus experiencias
al resto de los participantes. Esto se hace con el fin de
producir una especie de retroalimentación y
estímulo para profundizar el acceso a los estados
alterados. A la descripción de experiencias, se le conoce
como "Narraciones o relatos de Poder". Este proceso se
continúa hasta el final del taller.

De los siete participantes, las experiencias fueron del
tipo siguiente:

Una de ellas vivió la experiencia de unidad
cósmica con todas las cosas.

Otra vivió la fusión con el
planeta.

Todas se identificaron con un ave, pez y/o
animal.

Cinco viajaron a otros tiempos (época de
Noé, medieval, colonia, espacial, moderna,
etc.)

Seis, se identificaron con los
cavernícolas.

Experiencia de unidad cósmica con todas las
cosas

"Comenzó la relajación –
contracción y lo hice por siete u ocho veces; luego
pensé dónde ir, y elegí la época de
Jesucristo, pero le pedí a mi cuerpo que no fuera conmigo,
que quería ir libre (en la semana me había sacado
una mala nota en los estudios que estoy haciendo; me dieron
oportunidad de mejorarla y empeoró, así es que mi
estado era de shock, bloqueada; yo esperaba que los ejercicios de
meditación me aliviaran) pero me pasó que en todos
los ejercicios no me pude soltar de mi cuerpo ni ir lejos. Cuando
fuimos animales, aves o pez, fui una tortuga, que casi no se
movió. Cuando fuimos cavernícolas, pasé
sentada al lado del fuego, solo miraba, sin moverme. Cuando
cayó el avión en la selva, el helicóptero me
llevó a un lugar donde estuve al lado del agua, sin ver a
nadie ni buscar nada. Ahora sentí que quería hacer
la experiencia sin el cuerpo y pensé en ir a encontrarme
con Jesús por lo que esperaba ver aparecer soldados
romanos en sus carros, o algún pasaje conocido de sus
milagros o el de niño, o mejor si solo estábamos en
algún sitio de noche con la fogata prendida los
apóstoles y teniendo esas enseñanzas en directo de
su boca.

Pero todo estaba oscuro y esperé,
esperé y nada ocurrió; entonces pedí
claridad pero nada pasó. De pronto me fijé en la
música, esta iba haciéndose cada vez más
fuerte; eran como murmullos, que se acercaban, yo aún en
la oscuridad empecé a distinguir como voces, estas se
acercaban y ya eran coros de millones de voces y cuando mi
corazón se llenaba de esos coros angelicales algo en el
suelo estalló en miles de reflejos luminosos, se
abrió el piso y emergió un espectáculo
fabuloso, estaba presenciando la resurrección de
Jesucristo de los muertos.

Su figura iba a la cabeza pero no definida,
sino incorporada a todos y era una masa metálica dorada,
era oro sólido y líquido, todos iban allí,
el reino animal, mineral, vegetal, toda la creación de
color dorado, pero aunque fundidos a Él, cada uno
tenía su independencia mental, aunque formando parte del
todo.

Me llené del brillo esplendoroso que
despedía el ser mientras subía y subía y
mientras seguían subiendo Jesucristo decía: "Padre
lo he logrado, el mal ha sido derrotado, subo con ellos a ti, por
la eternidad", y la música marcaba cada una de sus frases
y todos a una sentían tal gozo que el brillo dorado se
hizo casi de fuego ardiente, no quemaba, solo aumentaban los
sentimientos inefables.

Yo no podía decir nada, solo miraba
y sentía algo tan grande que, como no tenía mi
cuerpo, me empecé a elevar y a incorporar a todos,
sentí una acogida como nunca la he sentido en esta tierra,
sentí su gozo, el gozo colectivo de formar parte de una
nueva creación y subimos, subimos. En eso, la
relajación ha terminado; ahora empieza el ejercicio y la
música cambia a otra totalmente etérea, como
algodonosa, celeste, azul, blanco, verde rosa, una mezcla de
todos esos colores suaves y todo cambió. Con Jesucristo a
la cabeza, entramos por una puerta hacia un lugar donde
habían campanitas y ellas se unieron a todos y aportaron
la música de la naturaleza celestial y así por seis
o siete puertas, todos entramos y nos llenábamos de lo que
el cielo tenía para completarnos.

Lo que pasó fue que mientras
fluíamos en ese torrente cristalino como de agua, aire, lo
que sentí fue de que esto es el hombre verdadero, lo que
yo sentía, lo sentían todos; no es fácil de
explicar, lo he hecho lo mejor que he podido, pero aun así
no está completo; y pensé que cuando quise ir al
pasado no pude ver nada porque ya no existía, al ir el
nuevo hombre hacia el cielo todo lo terrenal se quemó al
llegar al cielo cambió de forma y se llenó con lo
que había allí y resultó lo más
grandioso que es la fusión de una creación
única y eterna; lo perfecto!! todas las sensaciones
juntas.

Aún ahora que lo estoy escribiendo,
siento miles de sensaciones que no había imaginado sentir,
saber que puedes querer hablar con alguien y está
allí contigo que todo es lindo, no hay mal en nada ni en
nadie, ¡no existe más!¡¡no hay
penas!!

Pero también supe que esta
experiencia terrenal hay que vivirla tal como se presenta, porque
es un privilegio experimentar al hombre de pecado para
experimentar en toda su dimensión al hombre verdadero,
porque ¡¡¡ese es el eterno!!!
¡¡¡ y real!!!"

Fusión con el planeta

A través de la piedra, me contacté con la
Tierra; me sentí roca volcánica, y de ahí,
un viaje por el magma incandescente. Escuché y
sentí la pena del planeta por el inadecuado trato que
tiene el hombre con nuestro planeta. Veía imágenes
de tierras deforestadas, llenas de erosión, sin bosques.
Sentí una profunda pena; fue una experiencia fuerte para
mí.

Identificación con un ave, pez y/o
animal

Vi un pájaro que volaba por campos y selvas
amazónicas, todo verde, lleno de vegetación y
ríos, luego me convertí en un caballo salvaje que
corría y estaba con una manada por lugares más
conocido como campo de la zona central; finalmente me
convertí en pez que bajaba por una cascada.

Viajar a otros tiempos

Me vi como Noé construyendo el Arca
y clavando clavos de madera y amarradas con cordeles.

Me encontraba en una batalla de la época medieval
y morían los soldados a mi alrededor. Era un jinete
parecido a un hombre.

Sentí un ruido como de helicóptero, y
sentí como ruido del universo, como ataque de
galaxias.

Identificación con los
cavernícolas

Estaba en una cueva en la época de las cavernas.
Mi ropa era solo una piel de animal. Sostenía un palo en
mis manos frente a una gran fogata que iluminaba la cueva. Mi
pelo estaba muy desordenado. En otra experiencia, recorrí
una gran caverna, sentí y vi su gente, yo incluida en una
tribu de ambiente prehistórico, donde todo tenía un
orden, como cazaban, recolectaban hierbas.

Otras Experiencias

1.- Recuerdo haber visto el anillo de Saturno muy cerca
de mí, cuando viajaba sobre un planeta. Recuerdo
además, el viaje en un barco de guerra, el cual
tenía como energía las fuerzas desplegadas por cada
uno de los remeros azotados y maltratados por otros hombres; yo
era uno de los remeros. Y cómo olvidar cuando me
transformé de alguna forma en un elefante, el cual
divisaba la naturaleza y animales que se situaban a su
alrededor.

2.-Intentamos ver a mi padre, quien había
fallecido el 1 de noviembre pasado producto de una caída
en la tina fracturándose el cuello. A mi padre no lo vi
por más de veinte años. No éramos
precisamente cercanos. La última vez que lo vi estaba
inconsciente, días antes que falleciera. Con posterioridad
visité su casa, de la cual no conozco mucho
detalle.

Iniciamos la experiencia del espejo, una experiencia que
consistía en imaginarse el espejo en el cual debiera ver
las imágenes. Me costó primero, imaginarme un
espejo en forma oblicua. Y más aún ver
imágenes en él…

De pronto me vi subiendo por una escala hacia un segundo
piso de una casa, vi de pronto un espejo que estaba en una pared,
de aquellos ovales o redondos con marco de metal negro, con una
pequeña mesa también de fierro, con cubierta de
mármol, pero no lograba ver nada de lo que buscaba.
Empecé a llamar, no sé si en voz alta o sólo
en mi mente, a mi papá, como si estuviera en algún
lugar de esa casa, y miraba hacia los lados a medida que avanzaba
por el pasillo, movimiento que si fue notorio para
Omar.

Fue un momento largo, sin encontrarlo. Temía que
se acabara la música y hasta ahí no más
llegara.

De pronto estaba parado en el umbral de una
habitación. No vi mucho en ella, solo que tres de sus
lados estaban cubiertos de espejos, iluminada por dos luces
empotradas en el techo cerca de los espejos, luces más
bien tenues, el color que dominaba la habitación era verde
musgo, oscuro, la textura era similar a la felpa.

Miré hacia el frente pero no recuerdo haber visto
mi reflejo. Miré hacia mi derecha, y ahí estaba mi
padre. No lo vi de cuerpo completo, sólo hasta la cintura,
con el torso desnudo. Me miró como si estuviera
sorprendido, desconcertado quizás. No sé si
apareció desde una segunda puerta al lado mío o
estaba al otro lado del espejo. No había
sonidos.

Alguien le dijo, me imagino, "¿quién es?".
El dijo algo así como mira quien está aquí.
Una mujer menuda se asomó, posiblemente su madre, mi
abuela paterna, también luminosa. Me miró y se
retiró lentamente desapareciendo de mi vista. Quedamos
solos mi padre y yo. Era un instante extraño, una
situación como la que se produce cuando hemos ido a
despedir a alguien al bus o al tren: uno dentro y el otro fuera
separado por una corta distancia y un vidrio que impide escuchar
lo que el otro dice, llenando ese momento con una
comunicación hecha de gesticulaciones, sonrisas y
miradas.

Yo sólo miraba. Mi padre lucía joven con
su poco cabello negro (fue calvo desde joven) se veía
luminoso, más luminoso de lo que era posible con la luz de
la habitación. No sé si había más luz
para él o si de él emanaba luz, pero no era
enceguecedora.

Luego de un rato, lo veía sonreír, una
sonrisa leve, como la que tenemos cuando sabemos que nos da gusto
ver a alguien, pero no lo admitimos abiertamente. Hacía,
no se como describirlo, las poses que habitualmente hacen los
físico-culturísticos para mostrar su musculatura,
su buen estado físico, como diciendo, mira que bien estoy,
estoy con un cuerpo envidiable, joven, haciendo
ostentación de él, pero no una ostentación
fuerte, sino la que haríamos a un niño para
divertirlo, como si su propósito fuera entretener a un
niño, algo carente de agresividad, de malicia. Solo un
juego para entretener.

Sentí el momento de volver, de dejarlo.
Dejé de mirar a mi derecha, donde había aparecido.
Ahora miraba al frente, pero no veía mi reflejo ni a mi
padre. Sentía que estaba a mi lado, mirando al mismo lugar
que yo.

Una sensación me acompañó cuando la
experiencia estaba terminando y que siguió por un largo
rato más. Imagine a alguien parado junto a usted, digamos
a su derecha. La persona pone su mano derecha en su brazo, entre
el hombro y el codo y lo aprieta suavemente, como cuando alguien
que lo estima lo acompaña a la puerta de su
casa.

Mi padre falleció de 73 años. La casa de
mi padre tiene un pasillo similar al de mi experiencia, pero sin
espejos, solo unos marcos con fotos.

3.- "Me veo como una águila muy bella y
majestuosa, con alas doradas que vuela por sobre las altas
cumbres, entre las montañas, es una experiencia muy
placentera, libre, majestuosa, siento el viento, el frío;
vuelo y veo desde mi altura al frente un grupo de cóndores
que vuelan muy bellos…fuertes. Sigo volando y comienzo a ver el
paisaje cordillerano, siento la altura, después entro en
vuelo a la ciudad, recorro por entre las personas, y paso por el
lado de ellas incluso volé entre la casa de (….);
percibí a su nana, pasé por su lado, volé
por entre nosotros y luego volví a la montaña, fue
como ir de visita y tocar a algunas personas, en la ciudad. Luego
me miro desde lejos y veo como vuelo y es como si una
cámara hiciera un zoom sobre mis patas y se ve que
están aterrizando desde ese punto de visión;
aterrizo y veo mis patas doradas y al ir pisando la tierra se van
transformando en pies desnudos aterrizando suavemente sobre la
tierra y eso provoca una profunda emoción, al caer ya
completamente mis pies ya son humanos y me agacho y tomo un
anillo que está sobre el suelo, es un anillo muy bello,
tiene una hilera de diamantes de los colores del arco iris, lo
coloco en mi dedo anular de la mano derecha, y se
interrumpió mi visión cuando terminó la
meditación…"

Así, describía la experiencia de
meditación disipativa, una de las participantes que
trabaja con energía, desde hace varios años,
"canalizando, conectando a las personas con su divinidad, sanando
las emociones, vidas pasadas, cuerpos físicos o
emocionales, con el propósito de crecimiento espiritual.
Ella puede leer el campo energético y comunicarse con
distintas dimensiones y energías de luz de alta
frecuencia, que se expresan en versos y metáforas".
Después continuaba su relato.

"Comienzo viendo al frente una puerta de madera de
bambú o algo parecido que tiene un sello que la cierra es
un símbolo muy bonito y se abre y entro por ahí;
luego voy sintiendo unos colores y texturas al ir entrando a ese
espacio, había un color turquesa y podía sentir la
textura del lugar era muy especial la sensación, al ir
avanzando se sentían unas oleadas de energía, muy
agradable; luego veo bajo mis pies que se aparece una especie de
dos vigas de madera por las cuales comienzo a caminar sobre
ellas, y voy mirando entre el espacio de las vigas unos restos
humanos, tumbas abiertas que voy mirando desde arriba a
través de estas vigas, y es como un recorrido por muchas
vidas a través de estás tumbas abiertas; luego veo
otros portales con sellos que se abren y entro a través de
estos, y cambia el paisaje, todo se vuelve luz, con unos bellos
colores de luz azules, dorados, cristalinos, y me subo a una
especie de nave con otras personas y viajamos por el espacio
volando; se siente la inmensidad y la sensación de vuelo
en el espacio, nos rodean muchas luces como guías de este
viaje, luego siento que llegamos a una especie de plataforma de
luz, y me bajo y unos seres de luz, colocan en mis manos una
figura geométrica de luz en tres dimensiones, realmente
como un holograma, mejor dicho, y yo debía insertarlo en
una esfera grande de luz azul cristalina, luego me pasaron otra y
volví a hacer lo mismo en la esfera mayor, tuve que
colocar cinco figuras geométricas en esta esfera, y luego
la esfera como que explotó en luz hacia el universo; fue
muy bello muy emocionante."

Había comenzado a llover ese sábado 12 de
julio, día indicado para reunirnos un grupo de 8 personas
para compartir una combinación de instrumentos de
desarrollo físico, mental y espiritual. Cada uno de
nosotros aportaría sus habilidades: tres de los
integrantes son canalizadores, dos son practicantes de reiki y
masajes terapéuticos, una quiropráctica, mi
señora y yo completábamos el grupo. Comenzamos
parte de la jornada con momentos de lectura y conversación
para luego, irnos a almorzar. Posteriormente, nos integramos a
una sesión de meditación en la que yo era el
protagonista, como instructor-guía del proceso meditativo.
Con el propósito de que los participantes vivieran la
experiencia de unicidad de la naturaleza, expresada en las formas
de vida de los vertebrados (animales, peces o aves) y, por otra
parte, la expresión de emociones que se dan
preferentemente en una experiencia inusual e inesperada en otro
tiempo, realizamos dos técnicas de alteración de
conciencia; la primera, de "transformación personal" y
después un "viaje por el tiempo".

Entre las "experiencias de
transformación" que fueron obtenidas por varios de los
participantes figuran los vuelos de águilas, como la
descrita anteriormente. En cambio, las experiencias de "viajes
por el tiempo" fueron bastante disímiles. Es así
que hubo experiencias de "viajes" a Egipto, a
Lemuria[2]a México (tiempo de los aztecas)
y otras épocas de la historia.

Conclusión

Como conclusión de las experiencias en
meditación disipativa (cuántica), podemos llegar a
la comprensión de que nos demos cuenta que somos creadores
de nuestra experiencia a través de "Ver" y Hacer" la
realidad. Es decir, somos observadores-participantes del cambio.
Es lo que hoy se comienza a conocer como proceso de
enacción (F. Varela).

Bibliografía

Peña, O. (2006). Cambio de sentido.
Santiago de Chile: Mago Editores.

  • (2008). Para salvar la Tierra. Santiago
    de Chile: Mago Editores.

Varela, F. (2005). Conocer. Barcelona:
Gedisa.

Varela, F.; Thompson, E.; Rosch, E. (2005).
De cuerpo presente. Barcelona: Gedisa.

 

 

Autor:

Omar Peña

 

[1] De cuerpo presente. F.varela, E. Thompson
y E. Rosch.

[2] Lemuria es el nombre de la última
parte del Gran continente que existió en el
Pacífico Mu. La verdadera destrucción de Mu y su
subsiguiente hundimiento empiezan en los 30,000 AC. Esta
acción continuó por muchos miles de años
hasta que la última porción del antiguo Mu,
conocido como Lemuria fue también sumergida en una serie
de nuevos desastres, los cuales terminaron entre 10,000 y
12,000 AC.

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