Durante décadas en los ambientes académicos,
políticos y económicos de los diversos
países del mundo se ha debatido sobre la relevancia y
eficacia de las políticas sociales de los gobiernos para
reducir los índices de pobreza, sobre el particular voy a
presentar un análisis del caso peruano.
Según reciente información del Instituto Nacional
de Estadística e Informática (INEI) un 23.9% de la
población peruana vive en situación de
pobreza.
Y de acuerdo a estimaciones del Banco Central de Reserva (BCR) si
el ritmo de crecimiento de la economía peruana fuera de
5.5% la pobreza retrocedería 1.67 puntos y 433 mil
personas dejarían esta condición.
Por otro lado como es de público conocimiento las
políticas sociales también contribuyen a reducir la
pobreza, pero con un impacto menor en términos
porcentuales.
De acuerdo a un estudio del Instituto de Economía y
Desarrollo Empresarial (Iedep) de la Cámara de Comercio de
Lima, que indica que el 94% del retroceso de la pobreza en 1.80%
en el 2013 se debió al crecimiento económico
mientras que el 6% restante es atribuido a programas
sociales.
Bajo el contexto señalado, las actuales políticas
sociales por si solas, son insuficientes para seguir reduciendo
la pobreza en nuestro país de manera relevante.
Situación que se agrava si en los programas sociales
existen casos de corrupción y negligencia, como los
denunciados en diversos medios de comunicación en varias
oportunidades, en los últimos años.
En principio, considero que un programa social es útil por
un corto y mediano plazo, solo si realmente llega a quienes lo
necesitan, con eficiencia y eficacia tanto en oportunidad,
calidad como en cantidad, para aliviar las apremiantes
necesidades de los pobres.
Pero dejando en claro que la verdadera lucha contra la pobreza en
el largo plazo es la generación de riqueza en un
país.
Conclusión Del análisis presentado sobre las
políticas sociales y la reducción de la pobreza,
queda claro que por si solas las políticas sociales no
tienen un impacto relevante y sostenible en el tiempo si no van
acompañadas de un manejo eficiente y eficaz y de
políticas de generación de riqueza en un
país.