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El -Big-cuent- del Bitcoin (¿de -burbu-giles- a -gili-coins-?) (página 2)




Enviado por Ricardo Lomoro



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8

No sabrás lo que se siente hasta que no lo hayas
probado… Es una sensación muy parecida a la que
experimenta quien no sigue la serie de moda o aquel que
jamás ha visto un solo capítulo de cualquiera de
esos reality shows sobre los que todo el mundo habla. En el
trabajo, con los amigos, o en cualquier reunión social
serás incapaz de entender los chistes, de seguir la
conversación o de interesarte mínimamente por
aquello que todos conocen pero que a ti te resulta ajeno. Y hay
dos formas de verlo: o eres un bicho raro que no está en
este mundo, o te has convertido en alguien verdaderamente
distinto y especial.

Esto ocurre también con aquellos que deciden no
estar en Twitter, LinkedIn, Facebook o cualquiera de las redes
sociales y profesionales. Hasta hace poco, estar en Internet te
daba prestigio, y de un tiempo a esta parte parece que te lo
quita. El número de seguidores o la popularidad que
obtengas en cualquier red social ya no son elementos
diferenciadores, porque ser muy visible en el mundo 2.0 no te
convierte en una buena persona o mejor trabajador.

Aunque cueste entenderlo, para que te tengan en cuenta y
consigas posicionarte como persona y trabajador, lo más
importante es que lo seas realmente. A todo esto hay que
añadir la ganancia de tiempo: estar en las redes sociales
roba muchas horas y te descentra con mucha facilidad. No se trata
de lo que inviertes en crear contenidos, sino lo que gastas en
comprobar qué dicen sobre ellos. Mantenerse fuera de ellas
te proporciona un gran ahorro de tiempo, facilita la
concentración y te ayuda a centrarte en aquellos que
tienes más cerca.

Estudios realizados demuestran que una mayor
productividad y eficacia pueden estar entre las consecuencias
positivas para quienes deciden no estar en las redes sociales. No
quiere esto decir que no se pueda adquirir algún
conocimiento a través de ellas, pero si hay estudios que
aseguran que la estancia media en estas redes es de 35 a 40
minutos diarios (personalmente creo que el tiempo "aplicado" es
mucho más, basta ver a los "adictos" en los medios
públicos de transporte, bares, salas de espera, escuelas,
universidades, bodas, bautizos y funerales) ese dato cuantifica
el tiempo que puedes ahorrar o ganar.

Pero, sobre todo, quien toma la decisión de
prescindir de las redes sociales puede hacerlo para trabajar
más sus relaciones "terrenales". Aquí entra en
juego la cuestión de que la influencia en las redes no
tiene sentido si no se tiene una vida real. Aunque no se puede
generalizar, ver el mundo tras una pantalla acaba consiguiendo
que veamos todo desde el punto de vista de las redes sociales, y
es muy tentador pensar que lo que ahí se dice es lo real.
Mantenerse fuera de ellas permite estar más cerca del
mundo real y tener una visión más pegada al
suelo.

Otros argumentos que tienen que ver con la "solidez",
podrían invitar a evitar la presencia en las redes. En
este sentido, la obligación de mantenerse activo en una
red social y la facilidad de uso acaban consiguiendo que
cometamos errores. Mantenerse fuera de ellas no asegura que no
los cometamos, pero al menos no son de dominio público.
Estar fuera de internet ayuda a mantener una imagen de solidez y
coherencia.

Mantenerse en el mundo real facilita el control de lo
que dices y lo que haces y permite tomar medidas correctoras y
controlar los daños. Sin embargo, comunicarse en las redes
sociales fomenta el descontrol, los malos entendidos y los
críticos viscerales.

Algunos analistas opinan que es mejor no mantener un
perfil en redes sociales que tener uno malo, sobre todo de cara a
la propia reputación. Ante la posibilidad de no saber
gestionar la parte de comunicación de tu marca personal es
mejor no estar en los medios sociales. Hoy, si estás en
una red social, cualquiera puede dirigirse a ti para preguntarte
o pedirte cualquier cosa. Estar fuera de ellas te ahorra tener
que decir que no a desconocidos que creen que debes hacerles un
favor sólo por estar ahí.

Sense & Sensibility (sin esperanza y sin
miedo)

Viéndolos a toda hora, y en todo lugar,
"colgados" del móvil (encuentro algunos corriendo por las
madrugadas hablando por el iphone, mirando traspuestos la
pantalla del phablet, o dependiendo del GPS para saber si suben o
bajan, si deben parar o continuar, felices de estar eternamente
"geolocalizados"), tengo serias dudas que puedan dejar una
"adicción" tan profunda como invalidante.
Monofóbicos, estáis "cautivos".

Además, llegado el caso, el "niño de la
chancleta" (Mark Zuckerberg), tampoco se los pondrá tan
fácil. Los 1.000 millones de "amigos" son (en mi
opinión), meros cautivos, más cerca de la
esclavitud moral, que de la libertad social. Unos presos
voluntarios que terminaron regalando su intimidad.
Monofóbicos, estáis "vendidos".

Y el que los "sometió" y "enajenó", no es
otro que "el joven de la sonrisa eterna" (con cara de
empollón universitario) que los "enredo", para nunca
más volver. Ustedes pusieron la "Face", y él puso
el "Book". Monofóbicos, habéis sido
"violados".

Al final cada uno en su lugar: los que buscaban ser
"famosos por un día", han quedado paseándose en
"bolas" por el mundo virtual, para uso y disfrute de
espías y pederastas, y el que transformó la Red en
un Gran Bazar, con el "cazo", cobrando por cada
contacto.

Como "drogatas" de la Red, les será muy
difícil sobrevivir sin su dosis diaria, la saldrán
a "pillar" en cuanto puedan y al costo que sea. Y el "camello",
mejor dicho el "Zar" de la Droga "meme", lucrará con cada
papelina "memo". Y todos los idiotas, felices.

Pueden enviar un "tuit" (que ahora también es de
él) e informar a Marck que se "rajan" de la red, que
desean abandonar al "millón de amigos", que quieren volver
a ser anónimos, invisibles, recuperar su vida intimidad,
que a partir de ahora no desean compartir con nadie vuestros
despertares, desayunos, higiene personal, tareas, estudios
relaciones sexuales, viajes, fotos íntimas, desavenencias
domésticas y otros "eventos".

Vean que tan fácil les resulta salir del "Reino
de las Relaciones Sociales"… vean si pueden y si les
dejan… Si tienen éxito, luego busquen las huellas
"imborrables" de su pasado en la red. Todos los "girones de vida"
que se han dejado a la vista y riesgo de cualquier
"fisgón", al que Mark, seguramente, no aceptará
pagos en bitcoins (of course).

Pero puede haber aun más escarnio, después
de tanto "meneo" Social, donde habrán descubierto, tarde y
mal, que se han quedado "desnudos en la Red", tendrán que
asumir, con rabia y frustración, que han sido "violados en
el Muro", para terminar, como los ratones de Hamelin…
¿comprando falsas monedas? Entonces al escarnio
habrán agregado el sarcasmo, sin dejar la
estupidez.

Enfoque
Económico (planteamiento del lado del
"
mercado")

¿Qué hace que los
inversores cometan estos errores?

La respuesta habitualmente la encontramos
en la facilidad con la que -a menudo llevados por la codicia-
descartan u olvidan las lecciones del pasado. Parafraseando a
John Kenneth Galbraith, "la memoria financiara es tremendamente
olvidadiza" y no permite a los integrantes del mercado darse
cuenta de la concurrencia de estos patrones y su
inevitabilidad:

"Cuando las mismas circunstancias, u otras
muy parecidas vuelven a ocurrir, a veces en intervalos cortos de
tiempo, suelen ser bendecidas por una nueva generación,
generalmente joven, segura de sí misma, como un brillante
e innovador descubrimiento en el mundo financiero y
económico. Hay pocos campos del comportamiento humano en
los que la historia juegue un papel tan poco relevante como en el
mundo financiero. Las experiencias pasadas en la medida que son
parte de la memoria, se desechan como si fueran un refugio
primitivo de aquellos que no son capaces de ver las fabulosas
maravillas del presente" (John Kenneth Galbraith – A Short
History of Financial Euphoria – 1990)

En un Paper anterior– Desnudos en la Red… Del
Planeta Web, a agarrados por los Web
…¿El muro
de Internet? Gobiernos, operadores y empresas ponen en peligro la
"neutralidad" de la red de redes Bienvenidos a
Zombieland (La era de la explotación digital. Los
"streappers" caseros: siervos voluntarios de la
comunicación irrelevante y la amistad caníbal),
publicado el 15/3/11, decía lo
siguiente:

Cuando al "think tank" se le vacía el tank
(¿tenemos lo que nos merecemos?)

Don Dinero ha transformado la Red en un Gran Bazar. El
Gran Hermano saca tajada. Una mano lava la otra, y las dos nos
roban la cartera, la intimidad, la seguridad y el ser. Con la
adicción de la "generación Peter Pan", la
complicidad de las "social networks" (¡más opio!) y
el provecho del poder político y empresarial
(¡más control!), han convertido el cubo de la
cultura en un cubo de la basura. Vamos, un auténtico
fracaso.

No les resulta suficiente espiarnos, registrarnos,
perseguirnos, invadirnos, violarnos transformarnos en bobos
consumistas, también quieren anticiparse a nuestros
pensamientos. Pronto intentarán controlarlos, orientarlos,
dirigirlos y manipularlos.

Los ingenieros financieros, con la complicidad de los
ingenieros sociales, y la cooperación necesaria de los
ingenieros informáticos han convertido un lugar de
interacción social en un gran Campo de
Concentración donde los usuarios de Internet, terminaremos
comprando el Gas Sarin necesario para ser "solucionados" en las
Cámaras de Gas del Gran Juego. Además lo contaremos
en Twitter, participaremos a nuestros amigos en Facebook y lo
colgaremos en You Tube. Vaya estulticia.

Nos estamos ahogando (o dejando ahogar) en la
insignificancia. De la levedad del ser hemos pasado a la
"disolución" del ser por ablación del pensamiento.
Hemos dejado entrar al Leviatán en nuestra casa
voluntariamente, inocentemente, estúpidamente. Nos comemos
todas las "cookies" que nos echan y pedimos más.
Descarguen "Google Chrome" y ya verán… Esclavos
felices. Santos inocentes. Benditas las cadenas.

Resulta difícil encontrar en la historia de la
humanidad un nivel más alto de control social y,
absurdamente (para más inri), de mayor aceptación
pública. Al menos, en otras épocas había que
desplazar tropas, hacer guerras, invadir países,
establecer monopolios… Ahora, les alcanza con una simple
colonización pedagógica (el poder blando), las
modas, la emulación, el afán de figurar, la
frivolidad y la fama por un día.

Los "ni-ni" (ni estudian ni trabajan) a los que
dediqué un Ensayo (Esperando la rebelión de los
ni-ni – febrero de 2010), con el inapreciable apoyo de Facebook,
Twitter, You Tube y otros "jíbaros" de similar
calaña, se han transformado en "ni-ni-ni" (ni estudian ni
trabajan ni piensan). Con la ayuda del sistema de espionaje y
manipulación informática, pronto podrán
agregar: "ni existen". Simples zombis consumistas. O
sea.

Por mi parte, lo tengo claro: no deseo que lean mi
mente. Y haré todo lo posible por evitarlo. No deseo que
los "perseguidores" de la Web (punto-com) y el Big Brother me
manipulen. Y haré todo lo posible por evitarlo. Aunque
finalmente tenga que dejar de utilizar Internet. Pero antes (en
la medida de mis fuerzas), intentaré dar batalla. Quedan
invitados a resistir, que es de lo que se trata. Mientras tanto
(por las dudas), hay que ir comprando palomas mensajeras, que
comen maíz y no cookies. Entonces, los vanidosos "tech
golden boys", tendrán que mirar al cielo
(¿aprovecharán para pedir
perdón?).

En un Paper anterior – De la burbuja puntocom a la
(próxima) burbuja Web 2.0 (para el "pronto beneficio"
-otra vez- de los "proféticos" Webonomics, con la
"atolondrada" colaboración -otra vez- de los "codiciosos"
Webonazos) –
Cómo pasar de la "cloud computing" a la
"nube de pedo" bursátil (mientras los Zucks se forran de
lo lindo y los Goldmans repiten la jugada). ¡Tonto el
último!, publicado el 15/8/11, decía lo
siguiente:

Buscando "burbujas" desesperadamente (puntocom,
petróleo, Dubái, subprime, commodities, emergentes,
oro, otra vez petróleo,… redes sociales (y sigue la
lista). ¿Codicia, adicción, estupidez? (que venga
un Madoff y nos salve)

– ¿Estamos ante una nueva burbuja
tecnológica? (El Economista – 21/12/10)

(Por Alain Galibert, Bolságora) Lectura
recomendada

Es como un déjà vu. Cualquier día,
en cierta cafetería de Nueva York, hay grupos de
ingenieros y emprendedores hablando de sus últimas
start-ups (¿recuerdan esa palabra?). Las incubadoras de
nuevas empresas tecnológicas también proliferan de
nuevo, como DogPatch Labs, TechSpace o TechStars.

Estas señales han puesto bastante nerviosos a los
veteranos de la tecnología. Los murmullos comenzaron hace
algunos meses, cuando los inversores empezaron a hablar de las
valoraciones disparadas y de los fondos de capital riesgo que de
nuevo meten su dinero en las nuevas empresas de
Internet.

Y entonces, un informe del gurú del capital
riesgo de Nueva York Fred Wilson dijo negro sobre blanco lo que
mucha gente pensaba: "Creo que la competencia por las operaciones
"calientes" ha vuelto loca a la gente y estoy viendo muchas
operaciones antinaturales por parte de los inversores",
escribió en un post titulado gráficamente Nubes de
tormenta.

Esta tendencia se ha intensificado desde entonces.
Google ha intentado (y fracasado) de comprar la empresa de ventas
locales Groupon por 6.000 millones de dólares. Twitter ha
logrado otros 200 millones de los inversores con una
valoración total de la empresa de casi 4.000 millones.
Otro gurú, Kleiner Perkins, ha levantado más de
1.000 millones para inversiones de capital riesgo en el sector, y
ha contratado a la analista estrella de Internet en Wall Street,
Mary Meeker, para que busque oportunidades en Silicon
Valley.

Wilson evitó usar la palabra "burbuja", pero
otros expertos hablan abiertamente de ella. Gary Vaynerchuck,
otro inversor especializado, cree que se está formando
otra enorme burbuja: "Estoy viendo muchas empresas que consiguen
entre 5 y 15 millones en su primera ronda de financiación
que no tienen nada. Al menos son más prácticas que
en el año 2000, cuando la gente se volvió
loca".

Este ambiente provoca dos preocupaciones. La primera es
que las burbujas impulsan artificialmente proyectos que no lo
merecen, lo que distorsiona el darwinismo del mercado. Algo que
impide a las buenas empresas contratar a los mejores
profesionales (que se van a estas nuevas
compañías), lo que explica la decisión de
Google de elevar el suelo de toda su plantilla un 10%.

La segunda es que estas cosas suelen acabar en
lágrimas. Las burbujas explotan, y la última vez
que ocurrió abrió un cráter en la
economía de EEUU y congeló la inversión en
tecnología durante muchos años.

No obstante, esta vez parece que hemos aprendido algunas
lecciones de la burbuja puntocom. La mayor parte de los fondos
para las start-ups más calientes proviene del capital
riesgo y de inversores privados, no de los minoristas
atraídos por un tsunami de OPVs en bolsa. Y estos fondos
aseguran que son conscientes de lo que se juegan.

Además, la industria tecnológica ha
cambiado. Por cada empresa que tiene una gran idea pero no un
modelo de negocio rentable (como Twitter) hay otra que tiene
sólidos beneficios (como la citada Groupon o Zynga). Es
decir, ahora no sólo hay humo y promesas de beneficios
futuros como a finales de los 90, sino beneficios actuales. Y
quién sabe, alguna de ellas puede ser la próxima
Google.

Si a las "star-ups" le arrimamos el trading
electrónico la burbuja está servida (y el
crash)

"El trading por ordenador, los dark pools (los
grandes bloques que se cruzan fuera del mercado a los que no
tienen acceso los particulares) y los ETF (fondos cotizados)
dominan el mercado a diario, según revelan las
estadísticas, lo que está matando la
filosofía de "comprar y mantener" que todavía
siguen muchos profesionales e inversores
particulares"…
La inversión tradicional se
muere por el trading electrónico, los ETF y los bloques
(El Economista – 5/1/11)

Todo se mueve a la vez al alza o a la baja a una
velocidad tan rápida que una persona normal no puede
reaccionar. El trading de alta frecuencia supone el 70% del
volumen diario en Wall Street, según las estimaciones de
varios traders. El período medio de permanencia de las
acciones en las carteras es ahora de 2,8 meses, cuando en los
años 80 era de dos años.

"La teoría de que comprar y mantener era la forma
superior de conseguir ganancias a largo plazo ha sido desechada
completamente a favor de la tecnología", según Alan
Newman, autor del newsletter Crosscurrents. "El trading de alta
frecuencia promete ganancias que se consiguen con períodos
de mantenimiento de los valores que llegan a ser de
microsegundos, posiblemente unos minutos o, en el peor de los
casos, unas horas", añade.

El problema se agrava

Y este problema se agrava todavía más por
la proliferación de los ETF, según los operadores.
Estos vehículos, que permiten operar con un grupo de
valores tan fácilmente como comprar o vender un
título individual, han sobrepasado el billón de
dólares en activos a finales de año, según
BlackRock. Ésa es probablemente la razón por la que
los diez sectores del S&P 500 han acabado con ganancias en
los dos últimos años de forma consecutiva, algo que
sólo había pasado otra vez desde 1960.

"El mercado que servía para captar capital de los
últimos 100 años se ha transformado en un casino en
sólo diez años", afirma Sal Arnuk de Themis
Trading, asesor de la SEC. "¿Quién hace el trabajo
fundamental de analizar los valores? Al final, hemos incrementado
enormemente el riesgo sistémico", indica.

Y un tercer factor se sumó al guiso en diciembre:
los dark pools. La operativa fuera de mercado supuso más
de una tercera parte del negocio en diciembre. Aunque estas
operaciones se comunican en algún momento a los mercados
públicos, impiden la formación de precios en
mercado, un elemento esencial para un mercado justo.

"Se trata de un récord para la operativa fuera de
mercado y creemos que la SEC finalmente se verá obligada a
limitar esta operativa para todos los traders salvo los grandes
bloques", según la firma Raymond James.

"Esto destruye los mercados de capitales", opina Jon
Najarian, fundador de TradeMonster. "Las operaciones escondidas,
donde algunos participantes se ponen de acuerdo para coger las
últimas órdenes a cambio de un mínimo
porcentaje, no son un mercado, son una licencia para robar",
asegura.

¿Caída u oportunidad?

Aunque muchos creen que estas fuerzas van a provocar una
especie de gran caída autocorrectiva en el mercado, otros
piensan que va a generar una oportunidad para la selección
de valores. A finales de año, pasó algo
extraño. Después de imitar al S&P 500 durante
casi todo 2010, el índice Russell 2000 de pequeñas
empresas se disparó en los últimos tres meses y
duplicó las ganancias anuales del índice de las
grandes empresas.

"El mejor comportamiento de los valores pequeños
en el último trimestre es una muy buena señal de
que esta tendencia se está acabando", piensa Joshua Brown,
gestor y autor del blog The Reformed Broker. "Los ganadores y
perdedores se están separando después de un
año en el que para ganar valía con comprar
cualquier cosa y vender cualquier cosa".

Pero claro, para conseguir estas ganancias
bastaría con haber comprado un ETF sobre el Russell 2000
en septiembre…

Web 2.0 y Webonomics "buscan" Webonazos 2 para dejarlos
en 0 (y si no, al tiempo)

"Facebook y Google han negociado con Twitter una
posible oferta. Durante la negociación, el valor de la red
social se ha situado entre 5.865 y 7.330 millones de euros,
más del doble de la última tasación,
realizada en diciembre tras una ronda de financiación.
Estos precios han reavivado los fantasmas de otra burbuja
online"…
La "subasta" por Twitter reaviva el fantasma de
otra burbuja en internet (Cinco Días –
10/2/11)

En los años 2000 y 2001, la industria de internet
vivió su peor momento a causa de la explosión de
una burbuja generada por los excesos en la valoración de
las empresas. Ahora, los comentarios sobre otra burbuja se han
extendido por las altas valoraciones que se están haciendo
de los nuevos gigantes de la red.

Según publicaba ayer The Wall Street Journal,
Facebook y Google han mantenido negociaciones con Twitter, para
sondear una oferta. La cuestión clave es el precio. Y es
que la red social de microblogging (se escriben post de hasta 140
caracteres) se está valorando entre 8.000 y 10.000
millones de dólares (entre 5.865 y 7.330 millones de
euros). Las alarmas sobre burbuja saltan cuando se recuerda que,
en la ronda de financiación que Twitter cerró en
diciembre (2010), liderada por Kleiner Perkins Caufield &
Byers, y en la que captó 200 millones, la sociedad se
valoró en 3.700 millones. Twitter, que tiene 175 millones
de usuarios, fue tasada en 1.000 millones en septiembre de
2009.

¿Son lógicos estos precios? Quién
sabe. Twitter no ha publicado resultados nunca, si bien en la
prensa de EEUU se dice que en 2010 alcanzó unos ingresos
de entre 40 y 50 millones de dólares, procedentes de sus
negocios de publicidad y los acuerdos con buscadores. Pero
perdió dinero por el coste procedente de la gestión
de los centros de datos. Para 2011, las estimaciones apuntan a un
volumen de negocio cercano a 100 millones.

Claro que ha habido ya una serie de valoraciones que han
causado asombro. Facebook fue valorada en 50.000 millones de
dólares tras cerrar una ronda de financiación de
1.500 millones. A su vez, la empresa de cupones de e-commerce
Groupon rechazó una oferta de 6.000 millones de Google y
planea salir a Bolsa este año. Una opción que ha
escogido la red profesional LinkedIn, que ha sido valorada en
2.000 millones. Y la lista de nombres con movimientos de
inversores no para: Forsquare, Pandora, Quora, Yammer,
GroupMe…

Las empresas de la web 2.0 se están enfrentando
ya a su reválida. Deben demostrar que la gran cantidad de
datos que manejan tienen un alto valor y son una fuente de
negocio. De lo contrario, los comentarios sobre una nueva burbuja
irán a más.

Popularidad en el exterior y agitación interna
máxima

Las revueltas en Egipto han puesto de manifiesto el
poder de Twitter. Ahora, quién no conoce a la red de
microblogging. Pero para llegar a este punto de reconocimiento
exterior, la empresa ha vivido una acelerada expansión
interna.

Durante el año 2010, Twitter ha elevado su
plantilla en 100 empleados hasta superar los 350, contratando
ingenieros y responsables de ventas. Todo bajo el mando de un
nuevo consejero delegado, Dick Costolo.

También los inversores han estado ajetreados.
Durante la primera semana de febrero de 2011 se ha sabido que la
firma del inversor Marc Andreessen ha comprado títulos de
Twitter a otros accionistas por 80 millones. Quizá
esté tomando posiciones. Y es que, como se recuerda en
blogs especializados, el cofundador Evan Williams y el citado
Costolo ya han vendido en el pasado alguna empresa a
Google.

La cifra: 315 millones de dólares casi en
efectivo va a pagar AOL por la web de noticias Huffington Post,
en torno a 10 veces los ingresos de 2010.

El retorno de la "exuberancia irracional" de los
mercados (mañana digo basta…)

"Los osos hace meses que están hibernando y
los escépticos comienzan a creer. Ayer, el Standard &
Poor´s 500 volvió a dar muestras de la fortaleza del
rally: sumó 8,31 puntos para alcanzar los 1.336,32 enteros
o, lo que es lo mismo, ya se encuentra al doble de sus
mínimos de marzo de 2006, en los 666,79 enteros"…

El S&P 500 "cumple" un 100% de subida en dos años para
volver al nivel previo a Lehman (El Confidencial –
17/2/11)

De esta manera, el índice ha registrado la subida
de un 100% más rápida desde 1936, cuando
acumuló 501 días de rally alcista. En esta
ocasión el optimismo en los mercados viene durando 707
días, según publica The Wall Street
Journal.

Además, el último empujón
registrado en las primeras semanas de 2011 ha venido a desafiar
los augurios de inversores y analistas que aseguraban por
lógica se tenía que producir una corrección
tras un magnífico 2010.

"En menos de dos años, el S&P500 ha doblado,
algo estupendo para aquellos que fueron lo suficientemente
prudentes como para aguantar", asegura en The Wall Street Journal
Erik Davison, director de inversiones de Wells Gargo Private
Bank. "Pero tienen que ser cautelosos con la sobreconfianza,
sabemos que las correcciones ocurren con regularidad".

En este sentido, el analista asegura que cuando has
subido un 100% y existe una exuberancia irracional, a lo
único que se debe tener miedo es, precisamente, a la
ausencia de miedo. Es lo mismo que ocurrió con las
acciones tecnológicas con el pinchazo de la burbuja
puntocom o con el mercado inmobiliario japonés.

Zuck, Goldman, and so on: ¿todo
preparado para atrapar a los próximos
"burbu-giles"?

"Vuelve a hablarse de burbuja en Silicon Valley.
Empresas de Internet no cotizadas están alcanzando de
pronto valoraciones altísimas, aunque todavía
tienen que demostrar que pueden captar dinero a estos
precios"…
¿Estamos ante una nueva burbuja de
Internet? (El Economista – 18/2/11)

Algo que recuerda mucho a lo ocurrido en el año
2000, que acabó con la mayor caída de la Historia
del Nasdaq, que se encuentra aún casi a la mitad de su
máximo histórico.

Zygna, una empresa de juegos en red, fue valorada en
5.000 millones de dólares en varias pequeñas
colocaciones privadas de acciones hace tres meses, y ahora planea
captar una nueva ronda de capital a una valoración de
9.000 millones.

Groupon, el club de ventas locales que rechazó
una oferta de Google por 6.000 millones a finales de 2010, ha
recibido informes de bancos de inversión para su salida a
bolsa que la valoran entre 15.000 y 20.000 millones.

Y Facebook, que el mes enero cerró una
operación con Goldman Sachs a un precio de 50.000
millones, va a ayudar a que sus directivos vendan parte de sus
acciones con una valoración de 60.000.

Dada la velocidad con la que estas cifras se han
disparado en cuestión de semanas, es tentador considerarlo
fruto de un mercado sobrecalentado, con el añadido de la
falta de información real sobre la marcha de estas
empresas.

Para algunos analistas, esa explicación
ignoraría las grandes fuerzas que hay detrás de
este fenómeno. Las redes sociales y el Internet
móvil están cambiando la naturaleza del
comportamiento online, y cambios tan grandes como estos en la
tecnología suelen generar nuevos líderes… aunque
a menudo también son una excusa para que se formen
burbujas de las de toda la vida.

Según Richard Waters, redactor jefe del Financial
Times en la Costa Oeste de EEUU, hay tres pruebas básicas
para este nuevo grupo de niños bonitos de Internet; si han
encontrado un modelo de ingresos rentable; si los mercados que
están creando llegarán a ser suficientemente
grandes para sostener sus valoraciones; y qué impacto
puede tener la competencia futura en su crecimiento y sus
márgenes.

Estos analistas aportan algunas pruebas con las que
sustentan su confianza en estas compañías. Groupon
espera duplicar sus ingresos este año hasta 3.500-4.000
millones, de los cuales la mitad son para la empresa y la otra
mitad para sus distribuidores. Zygna espera un crecimiento de
entre el 150% y el 200% de sus ingresos desde los 1.000 millones
del pasado, ya que su modelo de negocio es muy rentable. Y
Facebook, que aloja algunos productos de Zygna como FarmVille, se
queda con una buena porción de estas ventas.

Según esta medida, Twitter sigue siendo el mejor
ejemplo de una empresa de Internet cuyo valor se basa más
en la esperanza que en los hechos. Pese a un cambio de moldeo
orientado a ganar dinero, sus ingresos apenas superarán
los 100 millones este año, pese a lo cual se la valora
entre 4.000 y 8.000 millones.

En todo caso, las grandes dudas surgen al plantear el
posible impacto de la competencia en todas estas
empresas.

Como las barreras de entrada son mínimas,
Internet puede ser despiadado, como han comprobado muchas
empresas de comercio electrónico -donde el precio es el
factor decisivo-, de juegos o incluso los grandes buscadores de
Internet 1.0, como Yahoo y AOL, arrasados posteriormente por
Google. ¿Alguien se acuerda de AskJeeves?…

Hoja de ruta para llegar al "Confesionario"

El ataque de los "clones" (dos veces con la misma
piedra): Estar preparados para todo y ser capaces de aguantar
cualquier cosa debería otorgarnos merecimientos
suficientes para escapar de un proceder político tan
retorcido y de una lógica económica más que
perversa. A esta última se refirió Keynes con una
frase admirable: "Seríamos capaces de apagar el sol y las
estrellas porque no dan dividendos".

En espera de un Facebook para maduritos: El boom de los
"silver surfers" (hoy, un cuarto de los navegantes franceses
tiene más de 50 años) y la diferencia entre
"chatear" y "chotear" (cuando lo tengan claro, pueden
continuar…). Lo de crear un "blog" para la tercera edad,
lo dejamos para otro día.

Diccionario etimológico del lunfardo (Oscar Conde
– Taurus – 2004)

Gil, la.: adj.Tonto, cándido ingenuo. Probable
víctima de una estafa

Burbugiles, las.: (pueden "adjetivar" ustedes
mismos)

Huevón, na.: adj. Lento, tardo, bobalicón,
ingenuo.

Webonazos, as.: (pueden "adjetivar "ustedes
mismos)

El Confesionario(al
15/3/11):¿comprar o no comprar acciones de empresas Web
2.0?

Loss of privacy (¿le importa a
alguien?)

"Los datos constituyen una nueva moneda", dice Shane
Green, presidente ejecutivo de Personal Inc., que ha recaudado
US$ 7.600 millones en financiación para un negocio que
tiene como objetivo ayudar a la gente a obtener ganancias por
proporcionar su información personal a los
anunciantes.

La serie "Lo que saben" que The Wall Street Journal ha
venido publicando en el año 2010 sobre el monitoreo de
datos en línea ha dejado al descubierto una red de
rápido crecimiento de cientos de empresas que recaudan
información con detalles muy personales de los usuarios de
Internet (desde su actividad en línea, opiniones
políticas, inquietudes de salud, hábitos de compra,
situación financiera e incluso, en algunos casos, su
nombre real). Esta información alimenta una industria de
US$ 26.000 millones de publicidad en línea.

En los primeros nueve meses del año 2010, el
gasto en publicidad en Internet creció casi 14%, mientras
que el sector publicitario general sólo aumentó 6%,
según PriceWaterhouseCoopers LLP y Kantar Media de WPP
PLC.

"Entre los que están probando el nuevo
mercado de privacidad está Giles Sequeira, un empleado del
sector inmobiliario de Londres, quien recientemente
comenzó a vender sus datos personales. "No soy un
paranoico de la privacidad", asegura. A medida que se
informó más, dice que empezó a preocuparse
sobre cómo se estaban utilizando sus datos"…

Un codiciado activo en Internet: la privacidad (The Wall Street
Journal – 4/3/11)

Por eso, en diciembre, Sequeira se convirtió en
uno de los primeros clientes de Allow Ltd., una empresa nueva de
Londres que vende información personal de la gente. Los
clientes obtienen 70% de lo obtenido con la venta. Sequeira ya
recibió un pago de US$ 8,95 por permitir que Allow le
dijera a una empresa de tarjetas de crédito que
está interesado en otra línea de
crédito.

"No le dejaría mi auto (gratis) a un
extraño", señala Sequeira, "así que,
¿por qué haría eso con mis datos
personales?"

A medida que la gente empieza a ser más
consciente del valor de sus datos, algunos están tratando
de protegerlos y, a veces, venderlos. En enero (2011), en el Foro
Económico Mundial en Davos, Suiza, ejecutivos y
académicos se reunieron para debatir cómo convertir
la información personal en una "clase de activo" al
proporcionarles a los usuarios el derecho de administrarla y
venderla por su cuenta.

"Estamos tratando de desviar la atención de lo
que es la privacidad pura a lo que llamamos derechos de
propiedad", dice Michele Luzi, una directora de la consultora
Bain & Co., quien dirigió el debate de
Davos.

Allow, la empresa que pagó a Sequeira, es
sólo una de las compañías que empiezan a
surgir que esperan aprovecharse del incipiente mercado de la
privacidad. Varias les prometen a los usuarios una
comisión por sus datos, mientras otras ofrecen productos
gratuitos para bloquear el seguimiento en línea, con la
esperanza de venderles más tarde otros servicios, como
números de teléfono o direcciones de correo
electrónico desechables que dificultan el rastreo de datos
personales. Otras, venden servicios como eliminar sus nombres de
las bases de datos de marketing.

Para la industria de rastreo de datos, que es poco
regulada por las autoridades, la gran prueba de fuego del nuevo
mercado de la privacidad será acallar el coro cada vez
mayor de críticos que piden un control más duro por
parte de los gobiernos de diferentes países. En Estados
Unidos, los legisladores presentaron en febrero (2011) ante el
Congreso dos proyectos de ley de privacidad y en diciembre el
gobierno del presidente Barack Obama instó a que se creara
una "declaración de derechos" sobre la privacidad en
línea.

La industria está experimentando en varios
frentes para responder a las preocupaciones regulatorias. La
semana del 21 de febrero, Microsoft endosó un sistema anti
rastreo y además planea añadir una poderosa
herramienta con este propósito en la próxima
versión de su navegador de Internet Explorer 9.

No obstante, el mercado de la privacidad ya ha sido
puesto a prueba antes, durante el boom de las empresas puntocom
en 2000, cuando el monitoreo de datos en línea era una
práctica incipiente. Una serie de empresas relacionadas
con la privacidad en línea fueron creadas, pero
sólo unas pocas sobrevivieron debido al apetito limitado
de los consumidores.

Incluso en 2008, la privacidad era un concepto tan
difícil de vender que el empresario Rob Shavell evitaba
usar la palabra cuando intentaba atraer inversionistas a su nueva
empresa, Abine Inc., que bloquea el rastreo en línea.
Actualmente, Abine ha recuperado el uso de la palabra
"privacidad" y en los últimos seis meses ha recibido
muchas muestras de interés por parte de inversionistas.
"Ahora es como el día y la noche ahí afuera",
dice.

Justin Basini, el cofundador de Allow, tuvo la idea para
su nuevo negocio mientras trabajaba como jefe de marketing de
marca de Capital One Europe, una firma de tarjetas de
crédito. Según dice, quedó asombrado por la
"enorme cantidad" de datos personales que acumulaban las
compañías de tarjetas de crédito.

En 2009, Basini dejó Capital One y se
asoció con Howard Huntley, un experto en
tecnología. Tras recaudar US$ 708.400 a través de
familia, amigos y unos cuantos inversionistas, lanzó Allow
en diciembre. Hasta ahora (marzo 2011) ha atraído a 4.000
clientes, calcula Basini.

Su estrategia es hacer primero que los datos de sus
usuarios sean escasos para que sean más valiosos cuando
quiera venderlos. Para ello, Allow saca a sus clientes de las 12
bases de datos de marketing más importantes del Reino
Unido, que según informa Bassini representan 90% del
mercado. Allow también inscribe a sus clientes en los
registros oficiales de la gente que no quiere recibir solicitudes
publicitarias postales ni telefónicas.

A continuación, les pide a sus clientes que creen
un perfil que puede contener su nombre, dirección, empleo,
el número de hijos, aficiones y una lista con las cosas
que están pensando en comprar. Los clientes pueden elegir
entre conceder a ciertos vendedores permiso para enviarles
ofertas, a cambio de una comisión de 70% sobre lo que
Allow recibe por los datos.

Como la información de Allow procede de personas
que han declarado explícitamente su interés en ser
contactadas acerca de productos específicos, la empresa
puede exigir un precio mayor por los datos que los que han sido
recogidos a través de las tecnologías de rastreo en
línea.

"No creo que lo que uno gana haga alguna diferencia
radical", dice Sequeira, pero agrega que tras recibir los US$
8,95 por su información personal está dispuesto a
permitir que otros anunciantes vean su perfil en
línea.

"Desnudos" en la red y "colgados" en el muro (el
marketing viral)

La publicidad está cambiando. Se están
empezando a abrir nuevas formas de anunciarse más
allá de "comer tiempo" en la radio o la televisión
o "arañando" espacio a una noticia en la prensa escrita.
Si los anuncios que vemos a través de Internet
están comenzando a adaptarse al nuevo soporte y explotando
las posibilidades que este ofrece, ahora son las agencias las que
están empezando a demostrar que no hay mejor escenario
para la efectividad de la publicidad que Internet.

"El marketing viral está en auge y día
a día pretende demostrar que las personas están por
encima de los soportes publicitarios. Que vende más un
anuncio que comparte un amigo en su muro, que un presentador de
noticias contándote en medio de un informativo las
ventajas de afeitarte con una maquinilla. Que se compran
más unidades de un colgante que lleva puesto uno de los
vídeos de moda más destacados en YouTube que un
patrocinio en un programa"…
Boca a boca 3.0 (El
Confidencial – 5/4/11)

Y razones no faltan. YouTube es uno de los canales de
comunicación más poderosos con 1.900 millones de
vídeos vistos cada día y las redes sociales
están en pleno apogeo. Sin ir más lejos, Facebook
ha superado en varias ocasiones a Google como la página
más visitada en un día y la red social ya acapara
más atención en minutos que cualquier otra. Unas
cualidades que los anunciantes no están dispuestos dejar
pasar.

Sólo falta abrir un poco más la mente.
Ahora es el momento de la creatividad. Las marcas apuestan por
atraer la atención de los clientes realizando
campañas simpáticas, atractivas y que promuevan el
"boca a boca 3.0". Las posibilidades son muchas y el formato del
vídeo es el preferido por su compatibilidad con los
dispositivos móviles con Internet, cada vez más
utilizados.

Para Ramón Azofra, socio director de Inspiring
Move, una agencia de marketing y publicidad especializada en
redes sociales, la publicidad viral es muy efectiva, aunque
complementaria con la tradicional: "Con las redes sociales el
rango de influencia se ha multiplicado mucho. Hemos pasado de un
boca a boca de una audiencia familiar a compartir a mis 300
amigos que a su vez comparten la publicidad con sus respectivos
amigos. En términos de efectividad, es más
complicado que captar de pleno la atención del usuario en
un anuncio en televisión, mientras que esa misma persona
sí devoraría cada milisegundo de un vídeo
que le envió un amigo".

Pero los vídeos virales van mucho más
lejos. Existen otros formatos que pueden otorgar mucho más
éxito. Sin ir más lejos Coca-Cola consiguió
que su canción Waving Flag fuese la más escuchada
del pasado mundial llegando a pelearse por la oficialidad de la
canción con la colombiana Shakira. En el videoclip, uno de
los más vistos del verano, se podía ver la marca de
refrescos en más de una decena de ocasiones con ciertas
dotes de subliminalidad. La versión española con
David Bisbal contó con más de 20 millones de
reproducciones ¿Sólo viralidad? No, también
muchísima picardía.

Con la intimidad "embeded" en la nube (para el uso y
goce de los "grandes almacenes")

"Si quiere, haga la prueba. Vaya a su buscador y
teclee "cloud computing". El resultado: 26 millones de
páginas web y unas 10.000 noticias, aunque la cifra
será mayor cuando lea este artículo. El cloud
computing (la nube) se ha convertido en una de las soluciones
prioritarias a la hora de ahorrar costes, ser más
competitivo, mejorar resultados y multiplicar la productividad.
Objetivos que hoy, más que nunca, están en la
agenda de cualquier empresa y organización. Por este
motivo, grandes corporaciones, como HP, IBM, Time Warner o
Huawei, subrayan cloud en rojo en sus planes de negocio y
expansión, ya se trate de sus proyectos internos o en sus
nuevas adquisiciones, y la pymes y la Administración
tampoco se quieren quedar atrás"…
¿Por
qué todo el mundo quiere subirse a esta nube? (El
Confidencial – 28/2/11)

La nube parece la respuesta a todas a aquellas barreras
de entrada que se achacaban hasta ahora a las TIC: coste,
facilidad de uso, compatibilidad entre sistemas y entornos,
seguridad… Pero si el cloud computing es la respuesta,
¿cuál es la pregunta?, ¿por qué todo
el mundo quiere subirse a esta nube?

Porque cloud computing es una revolución en la
forma en la que todos nosotros, organizaciones y particulares,
consumimos tecnología.

Hasta la llegada del cloud computing, el sector
tecnológico se basaba principalmente en el "producto", ya
se tratara de un DVD con un paquete de ofimática y su
número de licencia o del hardware, si hablábamos de
un ordenador o de un servidor corporativo. Y un producto es algo
que el usuario tiene que configurar adecuadamente, aprender a
utilizar, actualizar con parches de seguridad… Hasta que saquen
la siguiente versión, que tendrá que volver a
adquirir, configurar, aprender a utilizar, actualizar con parches
de seguridad…

Con el cloud computing, si el usuario quiere escribir
una carta, sólo necesita una conexión a Internet;
si una empresa quiere poner su base de datos al alcance de sus
tele trabajadores y empleados móviles, éstos
sólo necesitan un smartphone con conexión a
Internet; y si un comercio quiere lanzar una tienda online,
sólo necesita una conexión a Internet.

Cloud computing es una metáfora que extiende al
conjunto del mercado TIC y a todos los actores implicados el
principio de partida de Internet: datos que no están
ubicados en un único ordenador, sino a los que se puede
tener acceso desde cualquier ubicación y que resulta muy
fáciles de utilizar.

Con el cloud computing, los datos, los programas y el
hardware pasan a estar ubicados en Internet, en los centros de
datos de los proveedores que se encargan de adquirir el hardware
y los programas, instalarlos y mantenerlos en correcto
funcionamiento, al alcance de los usuarios. Físicamente,
la nube está en esos centros de datos. Sin ellos, el cloud
computing no existiría.

De este modo, el cloud computing nos permite,
sencillamente, usar la tecnología sin preocuparnos, sin
tener que saber lenguajes informáticos,
configuración de servidores, manejo de programas,
protección ante virus y spam… La nube elimina estas
preocupaciones tecnológicas que nos han restado tiempo de
ocio a los particulares y productividad a las
empresas.

Pero, tampoco nos engañemos. Durante años,
hemos utilizado aplicaciones cloud computing para consultar
nuestras cuentas gratuitas de correo y también para
compartir fotografías y ver vídeos. También
es la explicación que está detrás de los
fenómenos (más sociales que tecnológicos) de
los últimos años, como Facebook, YouTube o
Twitter… ¿O usted manejaría Facebook si tuviera
que comprar un programa, instalarlo en cada ordenador y
teléfono móvil desde el que acceda y leerse un
manual de instrucciones?…

Cuidado dónde ponen su dinero (aviso a
"navegantes", en ambas acepciones)

¿Silicon Valley o el Valle de la Muerte?
Cualquier día (second round), se transforma en un Pueblo
(fachada) Potemkin y adiós, muy buenas…

"De un tiempo a esta parte, parece que, un
día sí y otro también, escuchamos
cómo una nueva pyme de Silicon Valley se estrenará
sobre el parqué estadounidense o cómo otras
continúan rozando el absurdo con sus valuaciones.
Facebook, Twitter, Groupon, Zynga Game, muchos analistas alertan
sobre una posible burbuja tecnológica"…
Los
protagonistas de la próxima burbuja tecnológica:
¿quién sobrevivirá? (El Economista –
6/3/11)

De hecho, la última ronda de financiación
e inversión sitúan el precio de Facebook en los
65.000 millones de dólares, el de Twitter en los 7.700
millones de dólares o el de la radio online Pandora en los
1.000 millones de dólares. Es decir, en el caso de la red
social de Mark Zuckerberg, el valor de sus acciones multiplica
por 25 sus ingresos y en el caso del jilguero más famoso
de Internet esta simple fórmula contable indica que su
coste multiplica por más de 100 los ingresos anuales de la
compañía.

Para entender la bomba de relojería sobre la que
nos encontramos sólo hay que ponerse en la piel de un
inversor e imaginarse que compramos una compañía
con ingresos anuales de 100 dólares y un margen de
beneficio del 50 por ciento. Supongamos que hemos pagado 200
dólares por hacernos con ella, si echamos cuentas,
tardaríamos cuatro años en asegurarnos de que no
hemos perdido dinero en la inversión, siempre y cuando los
ingresos sean estables durante dicho periodo de tiempo. Si
hubiéramos pagado 25 veces los ingresos, este periodo de
tiempo se podría incrementar hasta los 50
años.

En un contexto optimista, como en el que nos encontramos
actualmente, podríamos suponer que los beneficios de
nuestra compañía se duplican todos los años
por lo que a una valoración de 25 veces los ingresos,
tardaríamos alrededor de 6 años en recuperar parte
de nuestra inversión. Sin embargo, no es por ser
alarmistas, ni siquiera Amazon ha sido capaz de ofrecer este tipo
de rentabilidad de forma sostenida a lo largo del
tiempo…

Los riesgos en la gestión patrimonial

Los viejos fantasmas parecen hoy ser recuerdos de un
pasado muy lejano que, en realidad, está a la vuelta de la
esquina y cuyos ecos aún se escuchan. Convendría
que los inversores entonaran el mea culpa ya que su propia
actitud fue uno de los principales detonantes del resultado de
sus inversiones en el pasado. Por un lado, tienden
únicamente a centrarse en la búsqueda de beneficios
y rentabilidades muy por encima de los activos libres de riesgo
en vez de intentar conocer bien en lo que invierten. Por otro, no
suelen tener claro para qué invierten (objetivos),
más allá de la rentabilidad. Y por último,
en muchas ocasiones no son capaces de dejarse asesorar por
profesionales de la industria que cobren por el servicio prestado
y no por la cartera de productos recomendada.

El concepto de riesgo no es sencillo, es un concepto
amorfo, dinámico y a su vez mutante. Y hasta que
éste explota, su presencia es imperceptible. Del mismo
modo, uno piensa que es una necedad dedicarles tiempo y dinero si
no ha ocurrido tal contratiempo; vamos, igual que pagar un seguro
si nunca lo hemos utilizado.

Situaciones recientes ponen de manifiesto este tipo de
crisis; el caso Madoff en el que los resultados positivos y
estables cegaban la fragilidad operativa y de control de la
gestora; los casos Lehman Brothers, Washington Mutual, AIG, los
bancos islandeses y Fannie Mae, entre otros, en los que vimos que
las entidades, por grandes y prestigiosas, pueden sufrir
adversidades con implicaciones terribles para sus inversores.
Este fue el caso de los fondos inmobiliarios y de algunos hedge
funds, en los que los efectos de la iliquidez se hicieron
patentes.

El riesgo significa vulnerabilidad ante un potencial
perjuicio o daño, normalmente desconocido u oculto. El
perjuicio puede ser la obtención de resultados diferentes
a los esperados. El daño sería la pérdida
total o parcial de nuestra inversión, independientemente
de las razones que lo causen.

Al igual que los conductores no escogen sus coches
sólo por la velocidad, sino por su capacidad y seguridad a
la hora de ofrecer sus distintas prestaciones
(aceleración, frenada, estabilidad, robustez, confort,
etc.), los inversores no deben tomar sus decisiones
fijándose exclusivamente en la rentabilidad esperada,
descuidando el análisis de otras prestaciones -y riesgos-
igualmente importantes. Entre éstas cabría destacar
el cómo los gestores ganan dinero, por qué lo
quieren compartir con él, qué alineación de
intereses tienen, cómo se puede entrar y salir y la
justificación y coherencia de sus resultados.

Da la sensación de que hablar de los aspectos
negativos que están tan presentes como los positivos no es
del todo elegante. O que simplemente no "vende". El problema es
que no detallar todas las posibilidades es contar verdades a
medias; es la peor de las mentiras, porque se limita así
el conocimiento necesario para crearse unas expectativas
razonables de los resultados posibles. Estaríamos
recomendando un coche por su atractivo diseño sin decir
que gasta 30 litros de gasolina cada 100 kilómetros o que
se sale en las curvas.

Conviene destacar que, aunque los riesgos de
pérdida o por volatilidad a priori sean los más
visibles para el inversor, existen otros riesgos no menos
importantes: el riesgo de inflación (poder de compra), el
riesgo de liquidez (imposibilidad de convertir en dinero las
inversiones), el riesgo de país (representado por la
inestabilidad económica y política reinante), el
riesgo fiscal (el tratamiento impositivo del instrumento de
inversión y sus implicaciones), el riesgo de tipo de
cambio o el riesgo de contrapartida (posibilidad de que una de
las partes se declare insolvente).

Indiscutiblemente, en el ámbito de las
inversiones siempre hay riesgos, como los descritos anteriormente
u otros más sutiles, como el riesgo de no hacer nada o el
de basarse en teorías equivocadas que indiscutiblemente
pasarán factura de todos.

Con todo esto, lo que debe quedarnos claro es que una de
las piedras angulares a la hora de tomar decisiones de
inversión es implementar una adecuada gestión de
los riesgos, puesto que la gestión de carteras no es
más que la gestión de éstos. Las
rentabilidades a las que podemos optar para nuestro patrimonio
vienen de los riesgos que asumamos, aunque no siempre seamos
conscientes de ellos.

"Mi recomendación es que el inversor dedique
menos tiempo a buscar el Santo Grial de la inversión que
le va a hacer rico milagrosamente y más tiempo a analizar
y gestionar los riesgos a los que está expuesto
",
decía Warren Graham, en su artículo: "Los riesgos
en la gestión patrimonial", publicado por Libertad Digital
el 15/9/10.

Ha llegado el momento en el que el inversor no puede
mirar para otro lado. Es su obligación ejercer una mayor
responsabilidad sobre su patrimonio, ya que opciones y motivos no
les faltan. A mí personalmente me vienen a la cabeza
fundamentalmente cuatro: independencia y objetividad plena en el
criterio y en la toma de decisiones, alineación de
intereses con sus proveedores, reducción de costes
-visibles y no visibles-, y por supuesto, conocimiento. El
inversor cuenta ya con todas las herramientas a su alcance para
gestionar adecuadamente sus ahorros y no dejarse distraer por
intoxicaciones financieras o cantos de sirena. Su futuro y el de
sus finanzas están en sus propias manos.

El dispensador de razones (¿me estoy perdiendo
algo?)

El futuro es siempre incierto, aún en los
días (negocios) en que no lo parece. No obstante ello, si
este es el cambio revolucionario de modelo (paradigma) a la
altura de la crisis, vamos dados.

No es mi intención hacer predicciones, ni hablar
en profundidad del tema bursátil, únicamente
pretendo hilvanar algunos datos e ideas para que racionalmente
tomen las decisiones más oportunas en sus inversiones. Mi
consejo es que cada cual se guíe por su sentido
común.

Internet es una magnífica herramienta para la
búsqueda de información, pero a su vez es perfecto
para los manipuladores.

Las redes sociales, con su dependencia devenida o
adicción provocada, pueden lograr la matanza de los
cerebros; entonces, cuando "salgan a bolsa" al fraude intelectual
(el control de nuestras mentes), agregaran el fraude
económico (la apropiación de nuestros bolsillos), y
si no, al tiempo (quedan avisados).

¿"Estamos presenciado la historia", como dice
Obama, o estamos presenciando "otra historia" (desde la Tierra de
la Fantasía) como decía el viejo Walt Disney (antes
de quedarse congelado)?

Lo único que puedo decirles (tómenlo como
una "leve percepción", si quieren) es que el estallido de
la próxima burbuja de las puntocom será más
grave y profundo que el anterior y ya no habrá "manguera"
de Greenspan, ni "helicóptero" de Bernanke (los grandes
"estimuladores"), con que paliarla. Será el fin del riesgo
moral. Daremos la bienvenida al riesgo real (y total). Y que cada
especulador aguante su vela. ¡Al fin!

A partir de esta "leve percepción", son ustedes
los que deben tomar decisiones. Como decía mi padre: "con
tu dinero haz lo que quieras" (con el vuestro, por favor, no con
el prestado).

Aunque en mi caso "nunca" vaya a realizar este tipo de
inversiones (probablemente pueda perder de ganar, bastante -en su
caso-, pero seguramente podré ganar de perder, mucho
más -en caso contrario-), asigno altas probabilidades de
fracaso a una economía que parece más fruto de la
ciencia ficción que de mejoras reales, y actúo en
consecuencia.

Como siempre no animo ni desanimo a la compra, esta es
una simplificación carente de valor para tomar una
decisión que debe ser profundamente meditada. Eso
sí, les recomiendo que no crean en la "pura magia
creativa" y mucho menos adopten un "comportamiento de manada" (y
se dejen arrear al matadero mansamente, por las serpientes
encantadoras de hombres).

En un mundo plagado de hipocresía el dilema del
pequeño inversor, tal vez, no sea una cuestión de
"redes" y de "poder" (siempre, de los otros), sino de poder
escapar de las redes (siempre, de los otros). Que de eso se
trata.

Y así es como la mentira, las medias verdades o
incluso la manipulación de los hechos con frases
medianamente ingeniosas sacadas del laboratorio hueco de las
ideas se han apoderado de la vida económica.

Sin duda no pertenezco "a ese mundo" de las redes
sociales, los SMS, Facebook, los artículos en Twitter, y
los "videítos" de YouTube, pero me permito preguntarles
(perdón): ¿en todas esas "fantasías
enredadas", cuál es su activo subyacente? Mientras buscan
la respuesta, por las dudas (perdón), no hagan del capital
riesgo un capital en riesgo. Por ahora, en vez de "cadenas de
valor" lo único que veo son "cadenas de papel".

No se crean el argumento: "esta vez es diferente". Tal
vez, logren separar la vida del video juego y la billetera de la
mesa de juego. Suerte.

En este punto se plantea la "gran pregunta":
¿qué pasará cuando la "morfina" -segunda
ronda de estímulos financieros- sea retirada? Esto
será lo que realmente separe el grano de la paja y permita
comprobar si el paciente puede mantener su "danza
frenética" sin estimulantes extremos. Entonces se
sabrá finalmente si las altas valoraciones de las "redes
sociales" y sus negocios colaterales, son grano o paja. Un nuevo
hito u otro timo.

¿Mark Zuckerberg for President?or ¿Mark
Zuckerberg will be the next Bernie Madoff?

Los portales de socialización y las pilas de
efectivo. En esta realidad virtual de gadgets (video juegos,
teléfonos inteligentes, tabletas…), animaciones
express, redes sociales, reportajes de autor, mensajes -poco
alfabetizados- contenidos en 140 caracteres, frivolidades varias
y otras memeces, puede que se mantenga la estrategia
(premeditada) de vender las participaciones accionariales fuera
de los circuitos bursátiles, con operativa "over the
counter", escaza transparencia, uso indebido de
información privilegiada, rumores intencionados o
manipulación fraudulenta del valor de la
acción.

En ese caso, vislumbro el riesgo de una
"implosión -nuclear- controlada", que a los viejos, como
yo, puede recordarles los ensayos nucleares que se realizaban en
el Atolón de Mururoa (Polinesia Francesa). Entonces la
burbuja podría estallar fuera de la bolsa y sólo
quedaría el tendal de los "burbugiles", para dar
testimonio del estropicio (evitando el contagio al resto del
mercado bursátil). Un flagrante ejercicio de
premeditación, complicidad y alevosía. Business as
usual…

Después del "día de la víctima",
The Wall Street Journal, Financial Times, Newsweek, ciertos
gurús mediáticos u otros "quiebra cabezas"
similares, sólo hablarán de "daños
colaterales" y comenzarán a "inflar" la próxima
burbuja. Sic transit gloria mundi…

Probablemente tenga mucho (todo) de ingenuo, pero poco
(nada) de cínico, por ello me permito reiterarles
(rogarles): no actúen como manada, no se dejen arrear, no
sigan demostrando algo que no se sabe si es una virtud excelsa o
un defecto reprobable: unas grandes, inmensas, tragaderas.
Tragaderas ante la mentira o el ocultamiento pertinaz.

Cuidado con la exuberancia enredadora de las redes
sociales (y otras redes más nebulosas) en las que
probablemente los usuarios (adictos) "piensen de que
existen".

(Reciente estudio) National Sleep Foundation: Son muchos
los datos que arroja este estudio, pero quédense con uno
especialmente relevante: uno de cada diez adolescentes
estadounidenses duerme con el móvil encendido, y lo que es
peor, se despierta con cada correo, SMS o Tweet que llega de
madrugada.

(Y al final) Si ustedes creen que se pueden hacer
grandes negocios con estos "tontos del culo", compren acciones de
las empresas que los arrean, espían, analfabetizan,
manipulan y prostituyen (si pueden). Si no creen en ello (y
además les provoca náuseas, como a mí), pues
actúen en consecuencia (y en conciencia). De no ser
así, además de cómplices (por
omisión), serán los próximos "burbugiles" o
"webonazos" (por inversión). Mi propuesta es: "no
invertir en actividades autodestructivas". That"s
all.

(Marzo 2014) Y cuando pensábamos que lo
habíamos visto todo, llega Bitcoin

En mis casi 69 años de vida y con más de
45 de (supuesto) uso de razón económica, nunca me
imaginé (ni como caso "insólito", presentado por un
profesor universitario "exótico", ni como
"alucinación" después una "mala noche" de vino
peleón), que tendría que dar opinión sobre
la posible "existencia de una moneda inexistente".

Una moneda que no está respaldada por
ningún gobierno, una moneda que no está ampliamente
aceptada, una moneda que no tiene muchas de las
características de un dinero real.

Una moneda electrónica descentralizada (que no
está avalada o certificada por una entidad emisora
reconocida): ¿sirve como medio de intercambio?
¿unidad contable? ¿reserva de valor?

El Bitcoin entraría dentro de la categoría
de los "drones": una moneda sin tripulante.

Estamos atravesando una prolongada y lamentable etapa de
"insignificancias", el turbocapitalismo desborda a todo el mundo,
la economía de McDonald"s nos ha dejado a todos sin
"valor", la economía de Madonna (engendro de silicona,
botox, tetas y culos postizos)lo ha transformado todo en fugaz,
falaz y vanal; y en esa ciénaga pestilente chapotean los
jóvenes (si no se ahogaron ya) que se "zampan" todas esas
estupideces, frivolidades y mentiras cómodas (o "mierdas",
para decirlo, con la justa palabra)

Desregulación, liberalización y
privatización. Estas tres "-ciones" (como dicen Hans-Peter
Martin y Harald Schuman, en su libro "La trampa de la
globalización") se convirtieron en los instrumentos de la
política económica europea y americana, que el
programa neoliberal elevó a ideología decretada por
el Estado.

Con la total liberalización del tráfico
internacional de capital y divisas, el ataque más radical
a la construcción económica de las democracias
occidentales se abrió paso sin resistencia digna de
mención.

En esta "era de los excesos" aparecen algunos
"exabruptos económicos" a lomo de las "nuevas
tecnologías". Entre ellos (aunque, lamentablemente, no es
el único y mucho me temo, que tampoco sea el
último) el "aborto" dinerario de una
criptomoneda.

Dinero y Poder en el mundo moderno

"El dinero hace girar el mundo, de eso estamos todos
seguros. Porque somos pobres
".(Cabaret – 1972)

"Como bien saben los hombres juiciosos de la
generación, el tráfico de Acciones es la
única cosa que hacer en este mundo. Puedes carecer de
antecedentes, de buena reputación, de educación, de
ideas, de modales distinguidos, pero debes poseer Acciones.
Poseer suficientes Acciones para ser miembro en mayúsculas
de alguna Junta Directiva, para estar en Londres o París
ocupándote de asuntos complejos, para ser una persona
importante. ¿De dónde es? Acciones.
¿Cuál es su objetivo? Acciones.
¿Cuáles son sus gustos? Acciones. ¿Tiene
principios? Acciones. ¿Cómo se introduce en el
Parlamente? Acciones. ¿Ha tenido algún
éxito, ha creado o producido alguna cosa¿ La
respuesta es sólo una: Acciones. ¿Oh sagradas
Acciones! Colocar esas imágenes resonantes tan por encima
nuestro, y obligarnos a nosotros, pequeños insectos, como
bajo la influencia del beleño o del opio, a suplicar
día y noche: "Libradnos del dinero, distribuidlo por
nosotros, compradnos y vendednos, arruinadnos, solo os
solicitamos que seáis poderosas y que engordéis
gracias a nosotros!".
(Dickens – Our Mutual
Friends

(Las dos citas anteriores corresponden al libro "Dinero
y Poder en el mundo moderno 1700-2000", de Niall Ferguson –
2001)

La contribución social neta de todas estas
"innovaciones tecnológicas" fue negativa

"De manera similar, la burbuja del punto-com que
precedió a este período se caracterizó por
la innovación – existen sitios Web a través de los
cuales uno puede pedir en línea refrescos y comida para
perros. Por lo menos este período dejó un legado de
motores de búsqueda eficientes y una infraestructura de
fibra óptica. Sin embargo, no es nada fácil evaluar
cómo el ahorro de tiempo que implica las compras en
línea, o el ahorro de costos que pudiese derivarse de una
mayor competencia (debido a que es más fácil
comparar los precios en línea), afecta a nuestros
estándares de vida…

Sí es verdad, estar mejor conectados unos con
otros, a través de Facebook o Twitter, es realmente
valioso. Pero, ¿cómo podemos comparar estas
innovaciones con otras como ser el láser, el transistor,
la máquina de Turing y el mapa del genoma humano, cada una
de los cuales ha dado lugar a una avalancha de productos que a su
vez conducen a transformaciones?"…
El enigma de la
innovación (Joseph E. Stiglitz – Project Syndicate –
9/3/14)

Hoy en día, todos los adelantos parecen
atrasos

En la precariedad actual, cualquier idea inteligente,
está de más. Han logrado una economía hecha
de dibujos animados.

De la Feria de las Vanidades (Wall Street) hemos pasado
a la Feria de las Estupideces (iphones, Apps, WhatsApp, Facebook,
Twitter, YouTube, "gadgets"…).

Un mercado de "adictos": al dinero, a las drogas y al
alcohol (Wall Street) en su desenfrenada carrera especulativa,
han atrapado a otros "adictos": a los iphones, a las Apps, al
WhatsApp, a Facebook, a Twitter, a YouTube, a los "gadgets", a
las frivolidades, a las estupideces, a no leer (y escribir)
más de 140 caracteres, a no pensar, al crédito
fácil, a vivir por encima de sus posibilidades (más
pobres, pero infinitamente más numerosos),… para
tenerlos como clientes "cautivos" y bien
"anestesiados".

Con los resultados alcanzados (por encima de las
expectativas del mercado), estos "especuladores sin frontera"
(global players), han logrado nivelar la estupidez con la riqueza
y el vicio con la hipocresía. Han cobrado sus suculentos
"bonus", y han vuelto a ponerse hasta el culo alcohol y droga,
para mantener alta la autoestima. Y mañana volverán
a "cazar"… y mañana volverán a "arrear la
manada".

¿En esa jungla (de fieras depredadoras y
creadores de ficción) piensan ustedes que hay lugar para
una criptomoneda como no sea con la intención de cometer
alguna estafa?

A los "traders", puede resultarles una
"mercancía" de interés, como lo fueron en su
momento los tulipanes holandeses, en tanto logren calzar la
oferta con la demanda, y lucrar con la moda y sus circunstancias
(queda más delicado que decir "estupidez"). Por el momento
es un "commodity", con poco recorrido, para interesar a las
grandes manos.

A los otros "traficantes" (los de la
narcoeconomía) puede resultarles atractivo el sistema
operativo ajeno a los canales financieros habituales (sin
registros, ni controles) donde realizar algunas de sus
transferencias. Es problema llegara (estimo) cuando deseen o
necesiten transformar los "apuntes" en la nube, en dinero real.
Esas montañas de dólares, euros, libras,
yenes… que genera el tráfico de drogas. Riesgo que
el "polvo blanco" se les transforme en "nubes de humo". Si ya
tienen los mayores "megabancos" del mundo a su servicio para
lavar, planchar y entregar a domicilio, el dinero del
narcotráfico, para qué buscar aventuras
tecnológicas sin garantías y de escasa
entidad.

MtGox, Flexcoin, y otros "ladrones de poca monta". Estos
"pillos" de la red, están (o estaban) preparados para
"asaltar caminos". A "incautos" viajeros que hacían
desprevenidamente su viaje inaugural en la "diligencia del
Oeste". Cándidos peregrinos de las autopistas virtuales,
que cuando bajan a repostar gasolina y tomar un café, les
roban lo que llevan en el coche. Asaltantes que, por ser tan
previsibles, y timoratos, merecen cierto grado de
clemencia.

Para los "tiburones" de Wall Street, bitcoin "no existe"
(no business), para los "traders" de commodities, bitcoin "no
tiene entidad" (no market), para los "traficantes" (de sustancias
prohibidas) bitcoin "no da garantías" (no confidence),
para los "hackers y piratas de la red", ya hicieron su "marea"
del bitcoin, robaron, huyeron y los pescaron. A partir de
aquí, solo quedan ustedes, cándidos
nomofóbicos y vuestras máquinas
criptográficas. Las "ficciones" también se
pagan.

El día que los "tiburones" de Wall Street
detecten que se puede hacer algún negocio de volumen con
el bitcoin (inflar la burbuja, arrear la manada, titulizar la
"mina", o "madoffizar" la pirámide), los antiguos
peregrinos del bitcoin (los viejos mineros, los
anarco-monetaristas, los apóstoles de la criptomoneda) se
quedarán buscando a Nakamoto "desesperadamente". No
sabrán, ni siquiera de donde vino la cachetada.
Morirán en la mina por una explosión de gas
grisú (y el canario no estará en la jaula para
avisarles que salgan del pozo, se habrá vendido, como las
clasificadoras de riesgo).

El día que las "manos fuertes" del negocio de las
commodity encuentren de algún interés tomar
posiciones en una moneda de ficción (como tantas otras
veces hicieron con ciertas materias primas) no habrá
cómo, ni dónde, protegerse de la estampida. Atados
a Moby Dick, subidos a una montaña rusa descontrolada,
frente a una manada de bisontes en estampida… no
tendrán tiempo ni de encomendarse al altísimo.
Ustedes elijan puesto, y vayan sacando vuestro "voucher" donde
dice que son titulares de 10, 20 o 100 bitcoins, para presentarlo
al portero… luego me cuentan cómo les fue en el
sarao. Serán los "daños colaterales" de la
explosión de la plataforma monetaria "off
shore".

El día que los "narcos" adopten el bitcoin como
"lingua franca financiera", los "perejiles" (tonto; militante de
un partido político dedicado a la acción social en
barrios, villas y/o universidades); persona de baja
jerarquía dentro de una institución, empresa u
organismo – Oscar Conde – Diccionario etimológico del
lunfardo – Argentina 2004), no podrán entrar nunca
más en una zona protegida de los Señores de la
Droga. Los sicarios bancarios y extrabancarios, se encargaran de
liberar el lugar. Mina cerrada. Explotación exclusiva. Los
guardias (narcos) disparan a toda persona desconocida (no narco).
Fin.

Si los "lobos" de Wall Street, los "global players" de
los commodities, o los "capos" de la droga se interesan por el
bitcoin (la moneda de ficción), el "big play" (como tantos
otros, en la actualidad) quedará en manos de estos grandes
jugadores (como en las mesas especiales de Black Jack, Poker o
Ruleta). Entonces solo habrá espacio para los "porongos"
(autoridad máxima de un lugar; comisario general
integrante de la cúpula de la policía,… para
seguir con el lunfardo argentino). También se le dice al
"pene", pero ese ya lo tendrán "metido en el culo" los
románticos "mineros" del lejano bitcoin.

En definitiva, ni por defecto, ni por exceso, creo que
el bitcoin tenga mucho recorrido. A lo sumo como entretenimiento
extravagante para adictos a las nuevas tecnologías. Eso no
quiere decir que algunos hackers y otros rateros de la red, no
intenten aprovecharse de esos cándidos hippies de las
autopistas de la información. A lo sumo (aunque no lo
recomiendo) si no pueden resistir un ataque de modernidad, hagan
"minería", para no paguen "ni un puto duro" por el
bitcoin. Y si les queda algo de moral tampoco lo vendan al
siguiente memo (lucrando con ello). Me seguirán pareciendo
unos tontos, pero al menos no los podré considerar unos
tipos tan malos. Algo es algo.

¿Dejaran los gobiernos, tesoros públicos y
bancos centrales de los principales países del mundo, que
avance una moneda fuera de su espacio de control? (¿Fin
del coto de caza?)

Los clones del "bitcoin" crecen como la espuma. La
famosa moneda virtual no es la única que permite grabar en
piedra lo que queramos en internet. Al estar basado en un
software libre, cualquiera puede crear una plataforma similar.
Realmente, no es que cualquiera pueda. Es que ya existen multitud
de ellas.

Dogecoin es una burla del bitcoin pero que está
basada en la misma plataforma que la criptomoneda. Su fundador,
Jackson Palmer, reveló recientemente que había
rechazado propuestas de inversión de hasta 500.000
dólares tras algunas negociaciones con entidades de
capital riesgo. Lo mejor de todo es que esta moneda virtual
superó en transacciones al bitcoin el pasado mes de enero
(2014). Como ha indicado en numerosas ocasiones Palmer "su fuerza
radica en que pertenece a la comunidad y que no descansa en las
manos de ninguna persona o entidad".

A esta moneda súmenle otras tantas como por
ejemplo litecoin, namecoin, terracoin, freicoin, novacoin,
feathercoin o quarkcoin.

¿Cuánto tiempo tardaran los organismos
públicos en decir: "the game is over"?

Más allá de los videojuegos de hackers y
fanáticos informáticos, anarcomonetarismo,
frivolidades, estupideces, trampas y negocietes, al final
llegarán los "Bernankes" de turno, a bordo del
helicóptero (esta vez artillado, en vez de cargado de
billetes) y lanzarán sus misiles aire-red que harán
explotar todos los bitcoiners dentro de la mina, sin que se
enteren. Como le pasó al Mono Jojoy, a Bin Laden o al
Chapo Guzmán. Un día un misil (guiado por su propio
calzado, por el chivatazo de un médico que fue a vacunar a
los hijos, o por la infidelidad de un narco que se vendió
a la DEA) entrará en la mina y vaporizará a
Nakamoto, sus Apóstoles, los mineros, y hasta al pobre
canario.

"Estados Unidos y Gran Bretaña controlan los
principales mercados financieros, lo que los convierte en
dominadores globales. Estados Unidos tiene, además, al
ejército militar más preparado y a otro ejercito
silencioso en Silicon Valley. Pensad por un momento el control de
la información global que tienen Google, Visa, Facebook o
Amazon. Además, su mercado financiero, Wall Street, y su
divisa, usada por el 60-65% del planeta (…). Estados
Unidos, con Wall Street, su Silicon Valley y su ejército,
dominará el mundo durante al menos unos decenios
más
"… (Marc Garrigasait – El Confidencial –
5/3/14)

¿Ustedes creen, remotamente, que el bitcoin y sus
cruzados, pueden llegar a desafiar en algún momento, con
ciertas probabilidades de éxito, semejante poder
financiero, militar, e informático?

Para tranquilidad espiritual de los economistas de la
escuela austríaca debo reconocer que la mayoría
(por no decir todas) las monedas (billetes) en circulación
son papeles impresos para la ocasión. Burdas
falsificaciones sin respaldo de bienes o riquezas. Papeles
pintados… Dinero fiduciario.

Justamente, por tener el monopolio de la
falsificación, por ser los autores, patrocinadores y
beneficiarios del "gran timo", los gobiernos "nunca", repito,
"nunca" dejarán que otros "trileros" ajenos a la "casta
política" les despojen del negocio.

¿Y si todo el dinero es falso (sin respaldo) por
qué lo aceptamos?

Lo aceptamos porque otros también lo aceptan y
nos sirven para realizar intercambios. Una mentira dicha mil
veces termina convirtiéndose en una verdad.

Así y todo, hay "monedas" y "monedas", y
"mentiras" y "mentiras":

El dólar es falso (sin respaldo) pero es la
divisa usada por el 60-65% del planeta… el euro es falso
(sin respaldo) pero cada día la utilizan unos 334millones
de personas…

Según the Bank for International Settlements:
Trading in foreign exchange markets averaged $ 5,3 trillion per
day in April 2013… The US dollar remained the dominant
vehicle currency; it was on one side of 87% of all trades in
April 2013. The euro was the second most traded currency, but its
share fell to 33% in April 2013 from 39% in April 2010. The
turnover of the Japanese yen increased significantly between the
2010 and 2013 surveys… (Foreign exchange turnover in April
2013: preliminary global results – Monetary and Economic
Department – September 2013)

¿Conocen mucha gente que quiera comprar pesos
argentinos o bolívares, moneda del Paraguay, o de ciertos
estados fallidos (Afganistán, Pakistán, Siria,
Irak, Mali, Etiopía, Sudán, República
Centroafricana…)?

Entonces lo único que podemos hacer los
"desamparados" súbditos es aceptar/adquirir aquellas
monedas de "curso" (no voy a decir "legal", para que no se enojen
los "ortodoxos" austríacos) "generalizado" (amplia
aceptación y fácil intercambio).

Dólar, euro, libra esterlina, franco suizo, yen,
yuan, corona sueca, corona noruega, dólar canadiense,
dólar australiano, dólar neozelandés…
(y poco más). Por el momento, mejor dejar el rublo. Creo
que no me olvido de ninguno de los grandes Hits
monetarios.

Lo demás billetes que pululan por el mundo
mundial son… "basura". Tienen menos valor que el papel
donde está impreso el dibujo animado. Poco más que
papel higiénico.

Pero si las monedas de los países avanzados
también son falsas (sin respaldo) ¿por qué
son de gran aceptación?

Recordando la respuesta que le diera el ex presidente
norteamericano, Franklin Delano Roosevelt a un grupo de
periodistas que le reclamaba, el 5 de mayo de 1939 la pompa con
la cual recibió a un hijo de puta como Anastasio Somoza:
"son unos hijos de puta, pero son nuestros hijos de
puta".

Esta moneda (dólar, euro, libra, yen…)
será una "mierda", pero es "una de las nuestras" y
mientras nosotros seamos "los que meamos más lejos",
dictamos las reglas, decidimos que es bueno o malo, repartimos el
pan y la sal, y aquí paz y después gloria. Con
ella, afianzamos nuestro dominio, financiamos nuestros
déficits, generamos diferentes burbujas, globalizamos
nuestras pérdidas y además,… exportamos
nuestra inflación.

Para ir cerrando el Apartado Económico,
podría decir que el bitcoin, aparte de ser una estupidez
trivial (donde puede que algunos avispados hagan una
pequeña fortunita robándoles a los incautos y
desprevenidos "turistas de monedas exóticas"), es de una
inviabilidad monetaria (y económica) absoluta, dada la
falta de respaldo oficial (justamente lo que intentan evitar los
anarcomonetaristas), para terminar siendo un delirio
informático (de Nakamoto y su Big Band) de corto
recorrido. Lo lamento, pero no puedo creer lo increíble.
Un absoluto nihilismo, rayano en el paroxismo.

Si ustedes no comparten mi opinión (es normal,
razonable y hasta saludable) les ruego que busquen la foto del
"pájaro" que inventó esta "martingala" (está
insertada en el texto – hemeroteca del 7/3/14), miren su cara,
vuelvan a mirarla, y después piensen: ¿le
comprarían a ese "artista" un auto usado?

Si la respuesta es "no" ¿cómo, entonces,
le van a dar los pocos dólares o euros que disponen
(sí, ya sé que son falsos, pero así y todo),
para que les "apunte en la nube" que son titulares de 10, 100 o
1000 bitcoins.

Si la respuesta es "sí", queridos amigos, ya no
puedo hacer más por ustedes (ni objetiva ni
subjetivamente). A quien Dios se la dé, San Pedro se la
bendiga.

Solo les dejo una última pregunta, antes de pasar
al "Enfoque Conspirativo": ¿qué harán cuando
se enteren que "alguien voló sobre el nido del
cuco"?

Nos vemos en la nube… (y no se olviden de traer
sus "bitcoins").

Enfoque Conspirativo
(planteamiento del lado de la "oferta")

La Sociedad 20:80 y el
Tittytainment

El vocablo entetanimiento (tittytainment) fue
acuñado en 1995 por Zbigniew Brzezinski, ideólogo
neoliberal, miembro de la Trilateral y consejero del ex
presidente de Estados Unidos Jimmy Carter durante la
celebración del primer "State Of The World Forum", en el
Hotel Fairmont de la ciudad de San Francisco. El objetivo del
encuentro era determinar el estado del mundo, sugerir objetivos y
metas deseables y proponer principios de actuación para
alcanzarlos, y establecer políticas globales para
conseguir su implementación.3 Los líderes reunidos
en San Francisco (Mijaíl Gorbachov, George H. W. Bush,
Margaret Thatcher, Vaclav Havel, Bill Gates, Ted Turner, etc.)
llegaron a la conclusión de que es inevitable la llegada
de la denominada Sociedad 20:80, aquella en la que el trabajo del
20% de la población mundial será suficiente para
sostener la totalidad del aparato económico del planeta.
El 80% de la población restante así,
resultará superflua, no dispondrá de trabajo ni de
oportunidades de ningún tipo e irá alimentando una
frustración creciente.

Brzezinski propuso el entetanimiento, una mezcla de
alimento físico y psicológico que
adormecería a las masas y controlaría su
frustración y sus previsibles protestas. El mismo
Brzezinski explica el origen del término entetanimiento,
como una combinación de los vocablos ingleses "tits"
("pechos" en argot estadounidense) y "entertainment" que, en
ningún caso, debe entenderse con connotaciones sexuales y
sí, por el contrario, como alusivo al efecto adormecedor y
letárgico que la lactancia materna produce en el
bebé.

De acuerdo con Hans-Peter Martin, uno de los tres
únicos periodistas a los que se les permitió el
acceso a todos los grupos de trabajo del primer "State Of The
World Forum": "Según ellos (los participantes en el
encuentro), la sociedad de los dos tercios que los europeos
llevan temiendo desde los años ochenta ya no describe el
futuro reparto del bienestar y la posición social. El
modelo del mundo del futuro sigue la fórmula 20 a 80. Se
perfila la sociedad de una quinta parte, en la que los excluidos
tendrán que ser calmados con entetanimiento". (Hans-Peter
Martin& Harald Schumann – La trampa de la
globalización – 2000)

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