Monografias.com > Lengua y Literatura
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Las brujas de Salem




Enviado por anahi



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Biografía del autor
  3. "Las
    brujas de Salem"
  4. Estructura
  5. Argumento
  6. Lenguaje
  7. Espacio
  8. Personajes
  9. Escenografía
  10. Conclusión
  11. Apéndice
  12. Bibliografía

Monografias.com

Dramaturgo trabajado: Arthur Miller
(1915- 2005)

Obra: "Las brujas de Salem"
(1953). Traducida por Jacobo Muchnik y Mario Muchnnik.

Introducción

En la elaboración de este trabajo se
va a presenta el análisis de la obra "Las brujas de
Salem
", una obra de teatro escrita en 1952 por el dramaturgo
estadounidense Arthur Miller. Se trata de una
dramatización de los juicios de brujas de Salem que
tuvieron lugar en 1962 y 1963 en la provincia de la bahía
de Massachusetts donde había una pequeña comunidad
dedicada al servicio de Dios.

Miller escribió la obra como una
alegoría del macarthismo (acusaciones generalmente
oportunistas pero siempre falsas de deslealtad, subversión
o traición a la patria sin el debido respeto a un proceso
legal justo donde se respeten los derechos del acusado) cuando el
gobierno de EE.UU. realizo una lista negra de comunistas
acusados. Como efecto colateral de luchas internas de las
familias coloniales y fanatismos puritanos revestidos de
paranoia, fueron condenadas a muerte 25 personas acusadas de
brujería, en su mayoría mujeres, y se
encarceló a un número mucho mayor. El número
de acusados por brujería en estos juicios pudo fluctuar de
entre 150 y 200 e incluso un número mucho mayor si se
consideran los casos de aprisionamiento.Las "Brujas de
Salem"
también conocida como "El crisol" y
llamada inicialmente "Las crónicas de Sarah Good"
es una obra dramática que trata tópicos que
traspasan las barreras del tiempo y del lugar, pues la
represión, la delación, la desconfianza, la
ambición de poder a costa de falsedades, la
persecución, el terror, el honor, el valor, entre otros,
son temas universales que se pueden manifestar en cualquier
sociedad y más aún, guardando las proporciones, en
cualquier organización. Para orientar al lector hacemos un
breve resumen del marco teórico: En 1692, en la localidad
de Salem, lugar de estrictas normas religiosas que prohíbe
la música, el baile, los libros (a excepción de La
Biblia), por ser consideradas obras de "demonio"; un grupo de
jovencitas son acusadas de practicar brujería en las
inmediaciones del bosque. Acosadas y temerosas del castigo,
comienzan a involucrar a todo el pueblo, en sus defensas, con lo
que desatan una histeria colectiva entre los lugareños
quienes se acusan unos con otros, desencadenando un infierno de
desconfianzas e intolerancia.

La obra presenta varios temas importantes,
muestra una reflexión sobre una sociedad sumida en el
miedo y la intolerancia, la histeria, el poder de la
religión, el papel de la mujer, la violencia que
implementan, etc., son los temas fundamentales, pero sobre todo
el valor del honor, por encima de todas las cosas, incluso de la
muerte.Arthur Miller utiliza el lenguaje dramático con
largas acotaciones, casi narraciones, sobre los personajes o
sobre reflexiones contingentes. El objetivo es mostrar la
naturaleza esencial de uno de los episodios más
extraños y horribles de la historia de la Humanidad.
Tratando de relacionar la obra y la dramaturgia con los hechos
reales, tanto en el año que sucedieron como en la
actualidad.

La obra no es historia en el sentido de que
el vocablo es usado por el historiador académico. Fines de
orden dramático han requerido que varios personajes se
fundieran en uno; el número de muchachas complicadas en la
"delación" ha sido reducido; la edad de Abigail ha sido
aumentada (originalmente era de 12 años); había
varios jueces de igual autoridad que fueron simbolizados en solo
Hathorne y Danforth. La suerte de cada personaje es exactamente
la de su modelo histórico, y no hay nadie en el drama que
no haya desempeñado un papel similar, y a veces
exactamente igual que en el hecho real.

La obra está escrita de un modo no
convencional. La forma de fondo es igual a la de toda obra de
teatro, pero adicionalmente, el autor describe más
allá de lo usual (o leído hasta el momento) el
temperamento de algún personaje importante, dando sus
propios puntos de vista como si fuera una novela descriptiva. En
los diálogos de los personajes principales queda
constancia de la manera de pensar de la época.

A partir de esto, se plantea la
hipótesis de la existencia de las brujas ya que gran parte
de las mujeres acusadas de brujería en Salem presentaban
síntomas parecidos: psicosis, alucinaciones,
sensación de cosquilleo en la piel, espasmos y tics
nerviosos, dolores de cabeza, vómitos y diarrea. Es decir,
los mismos síntomas del envenenamiento por cornezuelo de
centeno. El cornezuelo es un hongo que produce sustancias
alucinógenas en el centeno y, por tanto, en el
pan.

Se presentara el análisis de
personajes tanto protagonistas como antagonistas, el lenguaje
utilizado, la biografía del autor, el contexto
histórico en el que se basa la obra, debido a los hechos
reales en el que fue escrita y el tema que se plantea.

Desenlace:

Biografía
del autor

Arthur Asher Miller (Nueva York, 17 de
octubre de 1915 – Roxbury, Connecticut, 10 de febrero de 2005)
fue un dramaturgo y guionista estadounidense.Fue hijo de una
familia de inmigrantes judíos polacos de clase media. Su
padre, Isadore, poseía una próspera empresa textil,
lo que permitió a la familia vivir en Manhattan, junto a
Central Park. Sin embargo, la gran depresión acabó
con la empresa familiar, por lo que la familia tuvo que mudarse a
un modesto apartamento en Brooklyn. Este apartamento le
serviría posteriormente como modelo de la vivienda del
protagonista de "Muerte de un viajante".Acabado el
bachillerato, trabajó en un almacén de repuestos
para automóviles para poder costearse la universidad.
Estudió periodismo en la Universidad de Míchigan,
en la cual recibió el primero de los premios de su vida,
el Premio Avery Hopwood, gracias a uno de sus primeros trabajos,
Honors at Dawn. En 1938, tras su graduación, se
trasladó nuevamente a Nueva York, donde se ganó la
vida escribiendo guiones radiofónicos.Se casó en
tres ocasiones. El 5 de agosto de 1940 con su novia del colegio,
Mary Slattery. La pareja tuvo dos hijos, Jane y Robert (un
director, escritor y productor). El matrimonio se divorció
en 1956. También estuvo casado con Marilyn Monroe
(1956-1961, divorciados) y con la fotógrafa de prensa Inge
Morath (1962-2002, año en el que Inge muere). Con Inge
tuvo dos hijos, el segundo de los cuales nació con
síndrome de Down y fue internado en cuestión de
días en una institución pública. Miller
jamás hablaba de este hijo y mostraba escaso o nulo
interés por él. Solo lo reconoció en su
testamento, haciéndole heredero a partes iguales con sus
tres hermanos.

Algunas de sus obras fueron: No
Villain
(1936), The Man Who Had All the Luck
(1940), All My Sons (1947), Death of a Salesman-
Muerte de un viajante-
(1949), The Crucible (1953)-
Las brujas de Salem-, After the Fall (1964), Playing
For Time
(1980, para TV), The Ride Down Mt. Morgan
(1991), Resurrection Blues (2002) y Finishing the
Picture
(2004).

"Las brujas de
Salem"

En
1692, en Salem, Massachusetts (USA) se dio un período de
colonización donde existía una de las
sociedades
más puritana, paranoica y fanática, a la vez que
ignorante, sumado todo ello a una de las épocas más
oscuras de los primeros colonizadores del Nuevo Mundo.En este
contexto fueron acusadas 25 personas de brujería y se
encarcelaron alrededor de 200 personas más, la
mayoría mujeres.

Obra:

La obra se estrenó el 22 de enero de
1953 en el teatro Martin Beck de Broadway en Nueva York, Estados
Unidos. Miller consideró que esta producción era
demasiado estilizada y fría y las críticas fueron
en gran parte hostil. Ese estreno no tuvo mucho repertorio. En
ese mismo lugar, en el mismo año en junio volvió a
representarse y se hizo acreedora al Premio Tony.

Reparto: Janet Alexander (Betty
Parris). Jacqueline Andre (Tituba). Fred Stewart (Rev. Samuel
Parris). Madeline Sherwood (Abigail Williams). Barbara Stanton
(Susanna Wallcott). Jane Hoffman (La Sra. Ann Putnam). Raymond
Bramley (Thomas Putnam). Dorothy Joliffe (Mercy Lewis). Jennie
Egan (Mary Warren). Arthur Kennedy (John Proctor). Jean Adair
(Rebecca Nurse). Joseph Sweeney (Giles Corey). EG Marshall (Rev.
John Hale). Beatrice Straight (Elizabeth Proctor). Graham Velsey
(Francis Nurse). Philip Coolidge (Juez Hathorne). Walter Hampden
(Vice-Gov. Danforth). Adele Fortin (Sarah Good). La
producción fue dirigida por Jed Harris y producida por
Bloomgarden Kermit. Es una obra que se representó varias
veces, se creó una serie y se filmó una
película.

El estreno de Las brujas de Salem
llevó consigo los lógicos problemas relacionados
con las circunstancias políticas del momento y, en
especial con la censura y las elecciones estéticas
marcadas por los gustos del gran público, ya que esta obra
de Miller puede describirse como una metáfora contra el
fanatismo, la intolerancia y la represión
ideológica ejercida en ocasiones por los individuos y
muchas veces por los poderes públicos y por los gobiernos
autoritarios. De igual manera, se situó entre los
espectadores más vistos y que mayor expectación
suscitaron entre el público y los cronistas especializados
del momento. Se convirtió en un clásico. Y es una
obra central en el canon del teatro americano.

Corriente artística: Se basa
en un realismo reflexivo: contar, presentar, considerar o
percibir lo que ocurre tal como sucede. A raíz de esto se
puede decir que la postura realista tiene la particularidad de
evitar exageraciones: sólo narra los acontecimientos
concretos. El realismo reflexivo demuestra que para construir una
imagen realista hay que optar por procedimientos diferentes de la
realidad, a propias convenciones, leyes, artificios o recursos
teatrales que permitan construir un "efecto de realidad". Centra
su atención en la sociedad, tiene una mirada
crítica al contexto social y manifiesta el comportamiento
del ser humano en la sociedad, sin una mirada ingenua. Es
reflexivo porque plantea conflictos para que el público
tome conciencia, se produce una muerte de las ilusiones, aparece
la intención de penetrar en la interioridad del personaje.
En el plano antagónico, el personaje principal
entrará en conflicto con en el medio y con él
mismo. El protagonista estará en conflicto con su propio
accionar o será destruido por este.En el plano de la
acción, el sujeto del realismo reflexivo sale de su
inacción con el fin de lograr su identidad. La sociedad le
ha dado esta misión, pero paradójicamente es ella
misma su principal oponente. Esta sociedad se verá
reflejada en los familiares que lo rodean.

Forma Dramática: Es una obra
trágica, ya que los personajes protagónicos se ven
enfrentados de manera misteriosa, invencible e inevitable contra
el destino. Las tragedias acaban generalmente en la muerte o en
la destrucción física, moral y económica del
personaje principal, quien es sacrificado así a esa fuerza
que se le impone, y contra la cual se rebela con orgullo
insolente. Despierta catarsis en el espectador mediante estados
emotivos.

Estructura

Título

En
inglés el título de la obra es The
Crucible
, que literalmente puede ser traducido como El
crisol. Un crisol es una cavidad en los hornos que recibe el
metal fundido. El crisol es un aparato que normalmente
está hecho de grafito con cierto contenido de arcilla y
que puede soportar elementos a altas temperaturas, ya sea el oro
derretido o cualquier otro metal, normalmente a más de 500
°C. Algunos crisoles aguantan temperaturas que superan los
1500 °C. También se denomina así a un
recipiente de laboratorio resistente al fuego y utilizado para
fundir sustancias. Se emplea para extraer los elementos puros de
las imperfecciones a través del calor. En la obra, John
Proctor se enfrenta a un proceso que pone en peligro su propia
vida, y cuando prefiere morir a traicionar su conciencia se
aprecia que él también ha atravesado el fuego para
acabar purificado. Cada carácter es metafóricamente
un metal sometido al calor de la situación que rodea. Los
personajes cuyas normas morales prevalecen en el rostro de la
muerte, como John Proctor y Rebecca Nurse, simbólicamente
niegan a derretirse. "Crucible", también se refiere a la
técnica literaria en la que los personajes se colocan en
una situación ineludible y forzados a través del
conflicto.

Tema: Como ya se había
anticipado en la introducción la obra de teatro presenta
varios temas íntimamente conectados entre sí. En
primer lugar tenemos la histeria de las chicas. Al ser
sorprendidas bailando por la noche en el bosque por el reverendo
Parris, las chicas se asustan y enferman. Hale, otro reverendo,
es requerido para el caso y, sin saberlo, ofrece a las chicas una
manera para salir del lio y escapar del castigo —una
paliza—: la caza de brujas. Hale de hecho les dice que
deben decir si vieron a alguien con el diablo, y que si hacen
esto estarán haciendo el trabajo de Dios. Otro tema
principal es el honor. Para las personas de la obra, el honor se
encuentra principalmente en sus nombres. Al comienzo de la obra,
Abigail insiste a su tío que "¡Mi nombre es bueno en
el pueblo! ¡No permitiré que se diga que está
manchado!". Al final de la obra, el reverendo Parris quiere por
todos los medios que John Proctor firme su confesión,
diciendo al juez Danforth que "Es un nombre de peso; la aldea
quedará anonadada al ver que Proctor confiesa". Esto
también se puede apreciar claramente cuando John Proctor
habla del valor de su nombre: "¡Porque es mi nombre!
¡Porque no puedo tener otro en
vida![…]¿Cómo puedo vivir sin mi nombre?
¡Les he dado mi alma! ¡Déjenme mi nombre!" El
honor es un tema clave en esta obra, especialmente teniendo en
cuenta que al final de la misma muchos de los personajes
morirán debido a su honor y su lealtad para con los
demás.Como temas secundarios pero también con
importancia esta la reflexión sobre una sociedad sumida en
el miedo y la intolerancia, el poder de la religión, el
papel de la mujer, donde la manipulación de esas creencias
están ligadas a poderes mundiales y se va haciendo
estragos dentro de las sociedades ansiosas de alguna "palabra"
que los "ilumine" frente a las angustia de la pobreza en
especial, la violencia y la descomposición social de las
comunidades. Va haciendo estragos y quitando toda voluntad de
lucha y rebelión contra la injusticia vivida en el pueblo,
que se ahogan en ese fanatismo que funde las luces de toda
consciencia y las ahoga en el miedo y un Dios que solo causa
terror y sentido pecaminoso de la vida.

Comparación con otras obras de
Arthur Miller:
Miller mostró su preocupación
por la sociedad que le rodeaba y su problemática en
Todos eran mis hijos (1947), donde abordó la
actividad de los que se aprovechan de la guerra. La obra obtuvo
el premio de la Crítica de Nueva York en 1948,
inscribió al autor dentro del realismo norteamericano de
su tiempo y supuso su espaldarazo definitivo. En sus primeros
títulos se entrevé ya lo que sería el
elemento fundamental de toda su obra: la crítica acerba a
todos aquellos valores de carácter conservador que
comenzaban a asentarse en la sociedad de Estados Unidos. Dos
años después llegaría con una denuncia del
carácter ilusorio del sueño americano: La
muerte de un viajante
(1949).Su obra Las brujas de
Salem
(1953), un alegato contra la intolerancia y el
puritanismo ambientado en 1692, era en realidad una denuncia
contra las investigaciones que desde 1946 llevaba a cabo el
denominado Comité de Actividades Antiamericanas. En estas
tres obras que quise comparar se dan los conflictos familiares y
el dilema moral entre las responsabilidades individuales y
sociales. Las escenas son basadas en la memoria, secuencias sobre
sueños, personajes puramente simbólicos,
proyecciones y otros recursos similares.

Comparación con otro autor:
Cartografiar la poética dramática de Arthur Miller
implica situarlo en relación a la obra de su principal
contemporáneo Tennessee Williams (1911- 1983. Dramaturgo
estadounidense) con quien voy a realizar la comparación.
Ambos considerados, sin duda, como los dos dramaturgos más
representativos del teatro de postguerra norteamericano, no
sólo por su ya consagrado nivel dramatúrgico sino
también por las problemáticas sociales y
existenciales que sus obras plantean. Es posible apreciar en la
trayectoria de Arthur Miller y Tennessee Williams una serie de
similitudes históricas, sociales y dramáticas
fundamentales para entender sus respectivas poéticas en
tanto reflejan la situación social y tradición
artística en las cuales se inscribieron. La
asociación más inmediata pero no por ello menos
importante, es la amplia aprobación que recibieron a nivel
de público. En Las brujas de Salem esta
dinámica entre lo psicológico individual y lo
social es clara. La provincia de Salem se perfila como un ente
creador de imágenes fundamentadas en la hipocresía,
una sociedad que elabora un imaginario falsamente religioso para
justificar mundanas rencillas personales, una de ellas, el
lío amoroso y vengativo entre la joven Abigail y su
patrón John Proctor. El trance de las adolescentes que
pretenden ser poseídas por el anticristo, la histeria
colectiva que dichos actos producen, y los arbitrarios argumentos
condenatorios del juzgado inquisidor, son justamente procesos
sociales que, articulados en una premisa irracional, niegan la
unidad del "yo" y, en cambio, lo reemplazan por el pánico
y la arbitrariedad masificada. Dentro de este contexto,
específicamente en el cuarto acto, el protagonista John
Proctor debe luchar por su integridad individual ya que, acusado
y encarcelado injustamente, es conminado a admitir su
relación con la brujería, por lo que para salvarse
debe tranzar sus creencias individuales y ceder a la
hipocresía social. Esta suerte de optimismo
paradójico en Miller, contrasta con la relación
entre individuo y contexto que Tennessee Williams nos presenta,
por ejemplo, en Un tranvía llamado deseo en donde
la posibilidad de integridad individual se desvanece al final de
la obra. Si en Las brujas de Salem vemos la lucha entre
un individuo y una situación social impuesta, en Un
tranvía llamado deseo
se nos muestra un contexto en
el cual la protagonista Blanche Dubois tiene que adaptarse, y
para hacerlo debe lograr imbuirlo en sus propias fantasías
y nostalgias. Blanche, tras una serie de experiencias
traumáticas que se van develando progresivamente en la
obra, debe refugiarse en el domicilio de su hermana Stella,
espacio que en su pobreza y demografía inmigratoria
contrasta con su ya perdida y nostálgica casona del sur
llamada "Belle rève" (el bello sueño) que revela
una tradición sureña ya hace tiempo perdida y del
cual Blanche busca ante todo aferrarse con tal de no perder su
identidad ya muy trastocada. Al igual que Miller, Williams revela
aquí la problemática de la hipocresía y el
autoengaño a un nivel más personal y no tanto
social. La comparación entre ambas obras revela una de las
principales características del realismo norteamericano de
postguerra: presentarnos un enfoque psicológico que revela
una moralidad individual frágil que promueve el
"sueño americano". De esta manera, Tennessee Williams y
Arthur Miller nos muestran, no sólo personajes ante
situaciones concretas sino las consecuencias psicológicas
e ideológicas que dichas situaciones entrañan,
generando un estilo teatral que ha tenido y siempre tendrá
una gran influencia en el teatro universal.

Estructura externa:La obra se divide
en cuatro actos, en donde el tercer acto tiene dos
cuadros.

Primer acto: Comienza con
didascalias descriptivas del lugar donde transcurre este acto: un
pequeño dormitorio en el piso alto de la casa del
reverendo Samuel Parris. En las didascalias se describe como es
Parris y donde se sitúan las acciones: en Salem,
Massachusetts, en la primavera del año 1692.
También resume como era la sociedad, y esa aldea. "Su casa
estaba en el "pueblo", aunque hoy apenas lo llamaríamos
aldea. La capilla estaba cerca y desde este punto (hacia la
bahía o hacia tierra adentro) había unas pocas
casas, oscuras, de pequeñas ventanas, apretujándose
contra el crudo invierno de Massachusetts. Salem había
sido fundada apenas cuarenta años antes. Para el mundo
europeo toda la provincia era una frontera bárbara,
habitada por una secta de fanáticos que, a pesar de todo,
exportaban productos en cantidad creciente y de valor en
paulatino aumento." Comienza el acto redactando lo que
sucedió previo a comenzar los diálogos. Se hace una
exposición de personajes y del conflicto.

Segundo acto: La acción
transcurre en la habitación principal de casa de Proctor,
ocho días después. En este acto se produce el
desarrollo del conflicto, comienza con una descripción del
lugar donde se da la situación y pasa a los
diálogos.

Tercer acto: Se divide en dos
cuadros.

Primer cuadro: Es una escena
adicional. La acción marcha en el bosque. Y es un
diálogo entre Abigail y Proctor. Se produce una
intensificación.

Segundo cuatro: Cambia el espacio,
se da en la sacristía de la capilla de Salem, que sirve de
antesala de la Corte General. Están los jueces y los
acusados. Sigue la intensificación del
conflicto.

Cuarto acto: La acción pasa
en un calabozo en la cárcel de Salem. Y es otoño.
En este acto se produce la culminación con peripecia, ya
que Proctor decide quedarse con la verdad y morir. Es donde se
produce el clímax de la obra.

Argumento

La hija del pastor Samuel Parris, Betty, y
su sobrina, Abigail Williams, cayeron enfermas entre finales de
1691 y principios de 1692. Como el médico no
encontró explicación física al
extraño comportamiento de las niñas (caminar con
los ojos abiertos, no comer, querer lanzarse por la ventana,
etc.), estimó que la causa de todos aquellos males era que
las niñas se hallaban poseídas por el diablo debido
a un hechizo de brujería.Las niñas, quizá
tomaron aquello como un juego, y no tardaron en acusar a la
esclava negra de la familia, Tituba, procedente de Barbados,
lugar muy conocido por la práctica de la santería.
Fue la primera acusada a la que siguieron muchas más,
entre ellas, Sarah Good y Sarah Osborne, mujeres que apenas
asistían a misa, lo cual en aquel contexto social era
considerado un pecado por sí mismo.Durante el juicio
Tituba admitió practicar la brujería para salvar su
vida, puesto que, paradójicamente, sólo se
condenaba a aquellos que negaban su práctica. Pero lo
cierto es que la mayoría de acusados mantuvieron su
inocencia hasta al final. Muchos fueron condenados a la horca y
ejecutados, otros murieron en la cárcel esperando juicio.
Uno de los vecinos de la comunidad que se negó a
participar en los juicios, Giles Corey, fue aplastado lentamente
colocándole piedras en el pecho; su muerte duró dos
días. John Proctor es presionado para que invente que tuvo
relación con brujerías, pero decide no hacerlo para
seguir con su honor y que su nombre no sea pegado en la iglesia.
Es un momento de tensión, que termina en peripecia, es
asesinado. En octubre de 1693 se puso fin a los juicios y
terminó la persecución de los "brujos". Todos los
acusados fueron perdonados y se les obligó a pagar la
manutención recibida durante el tiempo que duró su
detención. Muchos perdieron todas sus
propiedades.

Lenguaje

Establece un lenguaje coloquial de manera que
es informal, familiar y distendido, con vocablos caracterizados
por su uso común, frecuente y directo que se alejan de
todo tipo de retórica y, en cierta medida, de la norma
culta. El
texto es un estudio psicológico de los
personajes y las divisiones siguen en actos de carácter
lineal. Sus diálogos están llenos de pasajes
interesantes donde denota el criticismo, la rigidez y el
pensamiento de la época. El discurso es pragmático:
los personajes tratan de cambiar una actitud, un juicio, aunque
nunca lo logran.La obra está escrita de un modo no
convencional. La forma de fondo es igual a la de toda obra de
teatro, pero adicionalmente, el autor describe más
allá de lo usual el temperamento de algún personaje
importante, dando sus propios puntos de vista. En la
dramática de Miller no hay descripciones flojas ni
detalles innecesarios. Trata de medrar en la
representación de sus obras desde el propio texto,
acotando mucho del carácter, los movimientos y las
reacciones de muchos de sus personajes, así como
describiendo al detalle (y con cierta carga onírica) su
escenografía predilecta. Su lenguaje, como él mismo
o su obra tienen una moral y un mensaje que ofrecer, pero carece
de una profundidad irreal. Recurre poco al monólogo y,
cuando lo hace, éste no suele durar mucho. Además
de trágico, Miller se muestra irónico con sus
personajes, consiguiendo que cosas pequeñas simbolicen
grandes catástrofes.Las acotaciones son numerosas y
precisas, de donde se deduce que Miller tenía una idea
clara del tipo de representación que quería. Son
muy descriptivas. No hay apartes. Se intensifica la cuarta pared.
Los tonos utilizados suelen ser irónicos, agresivos, etc.
Ejemplo: "Sed claro señor Parris ¿Qué os
preocupa? " Pagina 334, cuarto acto. Se producen varios
monólogos líricos. Por ejemplo: "Mary: Nunca lo
supe antes. Antes nunca supe nada. Cuando ella llega a la corte
yo me digo a mi misma: no debo acusar a esta mujer porque duerme
en las zanjas y es tan vieja y tan pobre. Pero entonces…
entonces la veo ahí sentada, negando y negando, y siento
frio húmedo que me empieza a encoger y siento una tenaza
en el cuello y no puedo respirar…" Página 281. Segundo
acto.

Espacio

Espacio físico: Determinado:
Pueblo de Salem, Massachusetts.Abierto: El bosque cerca de la
casa de Abigail. Cerrado: La casa del reverendo Parris, la Corte,
la casa de Proctor y el calabozo. Descripción
dinámica: se viaja con los personajes y se puede saber
exactamente lo que hacen y donde están.Espacio social:
Época en la que existía una firme imposición
de reglas por parte de la iglesia y todos lo que no estuviese
apegado a eso eran acusados por un tribunal. No hay espacio
psicológico, ya que es una descripción objetiva.

Tiempo: Lineal y cronológico,
puesto que el relato va en orden.Retrospección se observa
cuando vuelven en el tiempo para contar lo sucedido en el bosque,
en la situación en donde echan a Abigail de la casa de
Proctor, y cuando Mary confiesa en el tribunal el asunto del
muñeco. Prospección realizada por el acotador.El
tiempo representado de la fábula es de un
año.

Personajes

En el
tipo de realismo que utiliza Miller el protagonista sale de su
inacción para buscar su identidad pero la sociedad y los
familiares son los oponentes; los personajes suelen estar en
conflicto con ellos mismos y con su accionar que los termina
destruyendo.

Caracterización de
personajes:

Reverendo ParrisEl Párroco de
Salem, viudo, de unos 45 años, padre de Betty, tío
y protector de Abigail Williams. Muestra el carácter
estricto de los sacerdotes puritanos que exigen completa
devoción a los feligreses, desprecian a quienes no les
rinden el debido respeto, y esperan que los niños
obedezcan en todo y caminen con la mirada baja. Vivió
varios años en Barbados, desde donde trajo a la esclava
Tituba. Descubrió al grupo de adolescentes bailando en el
bosque. Este personaje es dinámico, ya que al final de la
obra hay una evolución y quiere que los culpables queden
libres. Es un personaje principal.

Betty ParrisHija del reverendo
Parris. A los 10 años en el ritual nocturno de danza y
conjuros en el bosque. Por temor a ser castigada entra en el
aparente estado de mutismo que detonará las sospechas de
brujería. Es un personaje que se mantiene estático,
y secundario.

Abigail WilliamsSobrina y protegida
del reverendo Parris. A los 17 años es hermosa y una gran
simuladora. Sus actuaciones guiarán el pueblo de Salem
hacia el abismo moral. Promueve el ritual nocturno y baila
desnuda en el bosque, bebiendo sangre de gallina. Da su
virginidad a John Proctor cuando trabajaba en el servicio de su
casa. No siente remordimientos por mandar a prisión y a la
soga a los habitantes del pueblo. Condena a muerte a Proctor, su
amante arrepentido. Finalmente, huye de Salem con las joyas y
dinero del reverendo Parris, escapando impune. Es el personaje
protagonista de la obra, es estático.

TitubaMujer negra de 40 años
traída por Parris de las islas Barbados. Tituba no resiste
las acusaciones del reverendo Hale y confiesa haber recibido
órdenes del demonio para matar a Parris. Es tomada
prisionera y condenada por brujería. Termina loca en el
calabozo soñando con que el diablo la llevará
volando de regreso a Barbados. Es un personaje secundario y se
mantiene estático.

Mary WarrenMuchacha de 17
años, servil, simple y triste. Trabaja para el matrimonio
Proctor. Ante la presión de Abigail, se sumará a
las actuaciones en los tribunales, fingiendo como testigo en
múltiples condenas. John la obliga a presentarse ante los
magistrados para testimoniar la falsedad de las acusaciones. Sin
embargo, no resiste las tretas de Abigail y sus compañeras
y se entrega arrepentida en brazos de Abigail, acusando a Proctor
de obligarla a firmar el libro del diablo. Personaje
dinámico que es secundario.

John ProctorAgricultor acomodado de
unos 35 años. De cuerpo poderoso, es temido por su
inteligencia, su rectitud y su mordacidad con los
hipócritas. Está casado con Elizabeth y lleva la
carga de haber cometido adulterio con Abigail en su propia casa.
La adolescente le manifiesta a solas que la historia del rito en
el bosque no es más que un juego y luego lo niega.
Proctor, desesperado por salvar a su mujer, obliga a su criada
Mary a confesar el engaño. Mary lo traiciona en
última instancia. Ante la inminencia de la horca pide
perdón a Elizabeth por el adulterio y tiene el impulso de
salvar la vida confesando crímenes que no ha cometido,
pero ante la posibilidad de deshonrar su nombre, prefiere morir a
mentir. Es el personaje antagonista de la obra, y se mantiene
estático en todo momento.

Elizabeth ProctorMujer de John
Proctor, de carácter servicial pero a la vez frío.
Mientras se recuperaba de su último embarazo, su esposo le
es infiel con la criada, Abigail, quien le guarda profundo rencor
por echarla de su casa y manchar su honra frente al pueblo.
Elizabeth sabe que es posible que termine acusada por Abigail,
quien desea ocupar su puesto de señora en la casa. Es
arrestada y salva la vida porque está embarazada. Hacia el
final de la obra apoya la decisión de su marido de morir
antes que mentir. Ama a su esposo y es testigo de oídas
del momento en que este es sacrificado en la horca. Es un
personaje secundario y estático.

Reverendo HaleTiene cerca de 40
años. Cree en la existencia de brujas y demonios. Intenta
ser precavido en su metodología para descubrir la
presencia demoniaca, aplicando técnicas de
investigación que cree objetivas y fundamentadas en lo
mejor del conocimiento teológico. A medida que aumentan
las muertes, sospecha de la veracidad de las niñas e
intenta apoyar a John Proctor en sus demandas de que cesen los
procesos. Quiere salvar las vidas de los últimos
procesados aconsejándoles mentir y confesarse culpables de
brujería para evitar la horca. Hale se convierte a lo
largo de la obra, junto con Proctor y Rebeca Nurse, en un
"mártir de la verdad". Es un personaje principal y
dinámico, ya que cambia su opinión del comienzo al
final.

Rebeca Nurse, Giles Corey, Ana Putman,
Tomas Putman:
son personajes estáticos ya que cada uno
mantiene su decisión y principales porque tienen trazados.
Es gente del pueblo que posee mucho dinero.

Juez Hathorne Y Comisionado
Danforth
Fervientes creyentes en los testimonios y las
"pruebas" ofrecidas por las adolescentes, llevarán a la
cárcel a todos los acusados dejando las calles del pueblo
desiertas. Por un instante parecen dudar de las niñas,
pero ante la actuación convincente de Abigail,
seguirán apegados a su misión. Al final ruegan, sin
éxito, a Proctor que firme su confesión con el fin
de utilizar la autoridad moral del personaje para justificar sus
actos. Son principales y estáticos, ya que no
evolucionan.

Escenografía

Los
detalles, subrayados por el autor, en cada cuadro, crean la
escenografía ideal. La
iluminación,
desempeña un papel importante, dentro de las acciones que
se están desarrollando. Miller como ya he escrito
anteriormente es muy descriptivo en su dramaturgia, lo que hace
que se describa la escenografía en cada acto.Primer acto:
Un pequeño dormitorio en el piso alto de la casa del
reverendo Samuel Parris. A la izquierda, una angosta ventana; a
través de sus paneles cuadriculados fluye el sol matutino.
Aún arde una vela cerca de la cama, a la derecha. Un
arcón, una silla y una pequeña mesa completan el
mobiliario. En el foro, una puerta conduce al descanso de la
escalera que lleva a la planta baja. En la aseada
habitación reina una atmósfera austera. Las vigas
del techo están a la vista y los colores de la madera son
naturales y sin lustre. Al levantarse el telón, el
reverendo Parris está arrodillado junto al lecho, en el
que yace, inmóvil, su hija Betty, de diez
años.

Segundo acto: La habitación
principal en casa de Proctor. A la derecha se abre una puerta
hacia el campo. A la izquierda hay una chimenea y, detrás,
una escalera que conduce al piso superior. Es un típico
living-room de la época, bajo, oscuro y más bien
largo. Al levantarse el telón, la habitación
está vacía. Ahora se abre la puerta y entra John
Proctor trayendo su escopeta. Se detiene al oír el canto
de Elizabeth.

Tercer acto: Primer cuadro: Un
bosque. De noche. De noche. Un haz de luz ilumina un tronco a la
izquierda. Por la izquierda aparece Proctor con un farol. Entra
echando una mirada hacia atrás, luego se detiene, con el
farol en alto. Por la izquierda aparece Abigail con una bata
sobre el camisón, con él cabello suelto. Hay un
momento de muda expectativa.

Segundo cuadro: La sacristía
de la capilla de Salem, que ahora sirve de antesala de la Corte
General. Al levantarse el telón, la habitación
está vacía. Solamente entra el sol por las dos
altas ventanas del foro. La pieza es solemne, hasta imponente.
Pesadas vigas sobresalen y tablones de diversa anchura
constituyen las paredes. Hay dos puertas a la derecha, que llevan
a la capilla misma, en donde se reúne el tribunal. A la
izquierda, otra puerta lleva al exterior. Hay un banco simple a
la izquierda, y otro a la derecha. En el centro, una mesa
más bien larga, para las reuniones, con banquillos y un
sillón de considerables dimensiones arrimados a
ella.

Cuarto acto: Un calabozo en la
cárcel de Salem, es otoño. En el foro hay una
ventana alta con barrotes; cerca de ella, un pesado
portón. A lo largo de las paredes, dos bancos. El sitio
está a oscuras, a excepción de la luz de la luna
que se filtra por entre los barrotes. Parece
vacío.

En la escenografía también
agregue los elementos extraliterarios, ya que Miller da mucha
importancia a la forma, los colores, las sensaciones, las luces,
los movimientos, la música, etc. Y lo describe en las
didascalias.

Conclusión

Arthur Miller sufrió una
persecución que a día de hoy se conoce como
Macarthismo. Durante 1950 y 1956, el senador Joseph McCarthy,
desencadenó una persecución contra aquellos de los
que sospechaba que podían mostrar algún tipo de
simpatía por el comunismo y sus miembros. Muchas de las
personas que fueron perseguidas eran personajes ilustres y entre
ellos, se encontraba, el autor de esta obra. Miller
declaró no ser comunista pero aún así no le
creyeron y le obligaron a revelar el nombre de sus
compañeros. Él se negó a hacerlo y por ese
motivo, se le declaró culpable de desacato por no revelar
las identidades que se le pedían y la condena que se le
dictó incluía su ingreso en prisión. Sin
embargo, en 1958, esa sentencia quedó anulada y Miller no
ingresó en la cárcel. Por lo que podemos ver, los
sucesos ocurridos en Salem son unos hechos perfectos para
reflejar y denunciar la represión que Miller vivió
durante la década de los cincuenta.

En la obra esta crónica muestra
cómo las creencias influyen en el destino de las personas.
A los jueces y a los colonos les convenía creer que las
mujeres eran brujas y que todo era obra del demonio, pues esto
los exoneraba de su responsabilidad como individuos y como
sociedad. Pero otras teorías se apoyan en analizar hechos
de maltrato, adivinaciones invocando al maligno, ergotismo
(intoxicación con pan de centeno fermentado que contiene
elementos químicos), y algunas otras aluden al tema del
estrangulamiento social de la mujer. La persecución de
minorías, el prejuicio, condenar a las personas sin un
juicio previo. La cacería de brujas que tuvo lugar en la
población de Salem en 1692 marcó el imaginario
estadounidense tan profundamente que se ha convertido en la
metáfora de la paranoia y la persecución. Lo
más sorprendente del caso estadounidense es que el sistema
judicial inmediatamente dio credibilidad a la idea de que
existía una conspiración de brujas empeñadas
en destruir a una comunidad, ya que querían combinar el
estado y la iglesia para crear una comunidad de "santos
invisibles".

Así, en las comunidades
pequeñas compuestas de personas que no sólo se
observaban a sí mismas en busca de señales de
salvación y de perversión, sino que vigilaban
minuciosamente la vida de los vecinos, se exigía que el
comportamiento fuera transparente, y se desconfiaba de la
privacidad. En un mundo como éste, cualquier secreto era
sospechoso porque lo que se escondía probablemente era
ilícito y los pecados secretos constituían un
peligro, tanto para los individuos como para las comunidades. La
vida cotidiana era metafórica y literalmente una constante
batalla de dimensiones cósmicas entre Dios y el Diablo, en
la que la brujería desempeñaba un papel integral
porque el Diablo como Dios era omnipresente, y para imponer su
reino necesitaba conversos. Como se creía que tanto los
hombres como las mujeres eran corruptos desde su nacimiento (por
el solo hecho de existir, por naturaleza), tenían que
luchar contra la presencia de Satán en sus almas si
querían realmente estar con Dios.

Ahora existe mucha diferencia, en la
sociedad, con respecto al satanismo o brujería que en
aquella época, antes ser acusado o acusada de
hechicería era lo peor que existía.Lo que me motiva
a escribir sobre esto es la intensidad del tema y el
indescriptible interés que despierta en mí.
Además este tema me da a conocer las creencias que
tenían las personas de otros pueblos o países en
este caso Salem, siglos antes y como reaccionaban en situaciones
como estas. Es un ejemplo muy crudo de las circunstancias de la
época, de la forma en que se imponía la
religión: sin cuestionamientos. Eso llevaba a quienes
tenían en su poder el mando (los curas o sacerdotes) a ser
figuras muy drásticas, rígidas, no caracterizadas
por el amor y el don generoso de dar y guiar vidas a
través de sus actos y palabras. Eran figuras que acataban
la religión con gran prepotencia, viendo en esta una forma
de poder, de tiranía hacia los demás. Creían
en un Dios a su forma. Un Dios vengador, irritable, antropomorfo.
Un Dios que en lugar de dar alimento y vida, la quita y es el
causante de las mayores torturas y sufrimientos. Una
religión que en lugar de incitar al amor, incita a la
división, al odio y al sufrimiento.

Partes: 1, 2

Página siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter