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Carcajadas de terror – La leyenda del Payaso Asustador



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. La
    demonización del payaso
  3. Payaso
    mediático
  4. Palabras finales

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Introducción

Estamos invadidos de mentiras. Bombardeados por rumores.
Sitiados por falsas noticias y exageraciones. Asustados a diario
por amenazas ficticias que, de tanto repetirse, terminan
condicionando la percepción de la realidad. Y es el
miedo la principal materia prima con la que ésta
se construye, generando prejuicios, alimentando sospechas y
sumergiendo a las mayorías en un océano de temores,
reales y ficticios, que acechan en todo momento.

Como dijera Jean Delumeau con relación a la Edad
Moderna temprana, "Vivimos en una ciudad sitiada".
Rodeada de amenazas, de monstruos, con los que se manipula y se
confina a la gente a vivir un individualismo exacerbado, en
extremo egoísta, sin deberes ni obligaciones. Personas
comprometidas únicamente con ellas mismas, pero impulsadas
a propagar advertencias morales, a diestra y siniestra,
convirtiendo el mundo en un infierno de
salvadores
.

No cabe duda de que el miedo es el gran
protagonista de nuestra época. Señorea.
Organiza nuestras horas, nuestras charlas y opiniones, incluso
nuestros entretenimientos (películas, series de
televisión, historietas, juegos electrónicos,
libros y revistas, están atravesadas por el temor y el
placer de sentirlo).

El monstruo, el fantasma, el vampiro y diversos seres
híbridos, capturan nuestra atención, exacerbando y
anunciando la hiper-alimentada sensación de inseguridad
que nos rodea. Nadie parece estar a salvo. El lobo siempre
está atento y presto a atacar al ganado. Pero son las
constantes advertencias las que agravan la amenaza. Una amenaza
que toma mil rostros. El del ladrón, el del asesino, el
del golpeador, el de las pestes y las guerras, el del granizo
(siempre anunciado) y, últimamente, después de
mucho tiempo, el de un ser maléfico que, no
podía ser de otra forma, se lo tilda de
asustador.

En este artículo intentaremos analizar y
comprender a este extraño payaso que, según los
medios y el rumor, amedrenta a la población y que, a no
dudarlo, ya constituye un capítulo importante en la
historia de las leyendas urbanas argentinas.

Buenos Aires

Noviembre 2014

PARTE 1

La
demonización del payaso

Monografias.com

"Los rumores son siempre

proposiciones para ser
creídas."

Pichón Riviere

"Lobo, ¿está?"

Pregunta de juego tradicional

¿Cuál es el origen de los payasos?
¿Dónde surgieron por primera vez?
¿Qué funciones cumplieron? ¿Cuándo
adoptaron las notas morales que hoy los caracterizan?

No hay respuestas absolutas ni certeras a las dos
primeras cuestiones, y si bien hay datos sobre la existencia de
bufones que se remontan al antiguo Egipto y la China Imperial, no
sería correcto asociarlos al tipo de payasos que hoy nos
divierten o asustan.[1] Los párrafos
aislados que han sobrevivido de aquellas lejanas épocas
describen personajes que tienen que ver más con
desvergonzados chanceros especiales que con los modernos
clowns de circos. Es que enanos y personas con
deformaciones físicas o retrasos mentales siempre han
llamado la atención de los grandes soberanos. Desde las
cortes faraónicas, pasando por las fiestas
dionisíacas griegas, la comedia romana antigua, las
exhibiciones de los señores feudales o reyezuelos de la
Edad Media, hasta los espectáculos freaks del
siglo XIX y principios del XX, los encontramos alimentando la
morbosa diversión de las viejas generaciones. Un
entretenimiento que radicaba especialmente en la libertad y plena
inimputabilidad que esos personajes tenían a la hora de
criticar y burlarse abiertamente del señor de turno, sin
sufrir ninguna consecuencia. Pero tendremos que esperar hasta la
segunda mitad del siglo XIX (circa 1870) para que los
payasos se bajaran de los escenarios de mayor prestigio (los
teatrales) y buscaran refugio en la arena de los circos.
Sólo en las últimas décadas, tal vez por la
decadencia de los espectáculos circenses tradicionales,
algunos ganaron las calles sin una institución que los
contengan; divirtiendo a los transeúntes y automovilistas
con sus malabares y bufonadas, a cambio de unas
monedas.[2]

Devenidos en artistas callejeros, muchos payasos pasaron
a formar parte del escenario urbano. Ya no es necesario pagar una
entrada para verlos. Nos topamos con ellos en muchas esquinas,
desplegando sus habilidades, que van de la mímica a los
trucos de magia, el canto improvisado a la chanza. Pero no se
tardó mucho en verter sobre ellos un manto de sospecha.
Ciertas novelas, películas y hechos policiales terminaron
por demonizarlos, convirtiéndolos desde la década
de 1980 en lo que no habían sido hasta entonces: seres
maléficos, asaltantes, asesinos en serie o, simplemente,
asustadores.

Monografias.com

La recién inaugurada primavera de 2014, que en
Argentina coincide con el Día del Estudiante (21
de septiembre), fue recibida en el pueblo de Alberti (provincia
de Buenos Aires), como es costumbre en esa localidad, con una
Fiesta de la Juventud, en la que adolescentes de
diversas edades salen a las calles y espacios verdes a realizar
picnics en los que circulan sándwiches, música,
algunos disfraces alegóricos a la estación que se
inicia y, por supuesto, muchas hormonas.

Sin siquiera imaginarlo, son los herederos de ceremonias
rituales colectivas que, desde la antigüedad, el hombre
viene celebrando con el fin de convocar a las fuerzas de la
Naturaleza para que la fertilidad y la prosperidad se extiendan a
lo largo del ciclo agrícola que empieza, y así el
hambre (entre otras calamidades) quedé mágicamente
conjurada y confinada lejos de la comunidad.

Los viejos mitos, secularizados, todavía
actúan y siguen actualizándose inconcientemente en
pleno siglo XXI. Pero en esta ocasión, según el
diagnóstico de algunos vecinos de Alberti y periodistas
iluminados que salieron por televisión, la
juvenil convocatoria pública habría despertado
algo más bien oscuro y maligno. Sabemos que esta
tendencia a demonizar a los jóvenes es un hecho
recurrente en muchas partes; aunque lo interesante en esta
ocasión es el giro que tomó y las consecuencias que
de él se derivaron.

Una semana después de la primaveral
celebración empezó a circular por el pueblo el
rumor de que alguien disfrazado de payaso, asustaba y
amenazaba con un cuchillo a los transeúntes, cuando
caía a noche. En pocos días (el 2 de octubre) el
comentario superó los límites de la localidad
bonaerense y, al alcanzar difusión a través de los
medios masivos de comunicación capitalinos, la histeria y
la psicosis colectiva se desataron con mayor
virulencia.

¿Por qué canales y periódicos de
alcance nacional se hicieron eco de esa noticia en
particular cuando, como se sabe al analizar el folclore del
Interior
, otros personajes macabros del imaginario vienen
asechando el miedo de la gente desde hace décadas (la
Llorona, la Chancha con Cadenas, el Lobisón, el
Hombre-Gato, el Pombero y demás)? ¿Cómo
actuó el contexto histórico-social para que ello
ocurriera?

¿Por qué todos estaban tan ansiosos de
sentir miedo a algo concreto e identificable como un tipo
disfrazado de payaso? ¿Puro deseo de rating?
¿Necesidad de aumentar la venta de diarios?

No creemos que el tema se agote siguiendo ese camino.
Otros factores son los que se conjugaron para que el temor se
encarnara en ese supuesto clown que, desde entonces, fue
bautizado mediáticamente como "El Payaso
Asustador
".

Vayamos primero a los titulares de los diarios y los
reportajes televisivos y radiales.

Monografias.com

La cobertura que los medios masivos de
comunicación le dieron al caso resulta por demás
interesante, no sólo porque en ella queda reflejada de
manera transparente el modo en el que un rumor nace, crece y se
reproduce (confirmando el llamado "efecto bola de
nieve
"), sino también porque pone sobre el tapete las
miserias y mediocridades de un estilo periodístico que,
aparentemente serio y objetivo, no hace más que
contribuir a la difusión de la leyenda urbana en
cuestión.

El objetivo es siempre el mismo: alimentar el miedo y la
sensación de inseguridad por medio de informes,
artículos y reportajes de neto corte amarillista; mas
propios de un tabloide anglosajón que de un medio que se
dice centrado y responsable.

Por eso, leer de forma sistemática (casi) todo lo
publicado sobre el tema en el mes de octubre de 2014, y
transcribir las notas televisivas realizadas "en vivo",
es de por sí muy revelador. Los términos y
adjetivos utilizados, los títulos con los que la nota es
presentada "al aire" y la edición que se hace de
ella antes de emitirla, corroboran todos los preceptos
antedichos.

Uno de los mejores ejemplos lo encontramos en un informe
puesto en pantalla por TELEFE NOTICIAS, el 3 de octubre, bajo el
rimbombante título UN PUEBLO EN VILO POR EL PAYASO
ASUSTADOR
.

Como siempre, no sólo importa el contenido, sino
la forma en que ese contenido es difundido. Y en este caso se
reúnen, en una sola nota, la mayoría de los trucos
emocionales que suelen utilizarse por televisión cuando se
dan las noticias.[3]

Con un tema musical en verdad tétrico y una placa
oscura decorada con la foto de un payaso con rasgos
diabólicos como fondo, el informe periodístico abre
la noticia de manera muy efectiva. Llama la
atención
. Convoca a la curiosidad y, por sobre todo,
amedrenta de entrada.

El show acaba de empezar.

Dos anfitriones lo dirigen desde un escritorio del
estudio mayor en Buenos Aires. Con rostros serios, comprometidos
y voces graves, impostadas, plantean afirmaciones de las que
después será muy difícil desdecirse (al
menos en ese programa). Pero eso no importa. La verdad es lo que
menos interesa. Ellos la están construyendo. Lo que se
busca es sensacionalismo y debemos reconocer que lo consiguen con
creces.

Desde el vamos, sentencian que el misterioso personaje
"se trata de un hombre disfrazado" y que "acaba de
volver a atacar hace pocas horas
"; para, seguidamente
afirmar que "hay una real paranoia en el pueblo y que las
denuncias han llegado a la justicia, iniciándose
así la búsqueda del sujeto
".

La alerta no podría ser mayor. La denuncia
está presentada y ellos están en vivo. En
el lugar de los hechos (sic).

Acto seguido se pasa a un informe grabado en el que se
suceden una media docena de vecinos del pueblo de Alberti (todos
anónimos, ya que ninguno se identifica o da el apellido)
que no hacen más que comunicar, una y otra vez, que
"todos tienen miedo"; que la gente se encierra en sus
casas no bien baja el sol y que la población en su
conjunto está comprometida en la persecución del
payaso, organizando rastrillajes por la zona. Por otra parte, el
clima de tensión de esos testimonios se ve alimentado con
imágenes extraídas de archivo. Por ejemplo, cuando
se habla del peligro que corren los niños, se muestran
chicos andando en bicicleta por zonas descampadas del pueblo. El
efecto emocional es más que efectivo y la música
contribuye a ello, sin importar lo ambiguo que los testimonios
puedan ser o las contradicciones en las que incurren.

"Lo vieron varios. Creo que anda con peluca.
Yo lo vi con el sacón, con capucha, desde atrás.
Pero dicen que anda con una peluca. ¿Vio? Como los payasos
esos que andan por la televisión. Una peluca verde y una
roja. Algo así es
." (Vecino 1).

"Es un poquito más alto que yo. No es
gordo… Es normal, es. Treinta y pico de años tiene.
O sea por el físico. Y tiene en el saco una raya blanca, o
algo así. Y cuando me vio a mí disparó

(salió corriendo). Tenemos miedo por los chicos. A los
grandes no les hace nada. A los chicos los asusta… Los
agarra del cogote
." (Vecino 2)

"Yo tengo un nieto de 14 años, y de
ahí para abajo otros. Todos tienen miedo. Abuela
acompañame. Yo lo acompaño a la escuela, lo
acompaño al comedor, a todos lados. Y así mismo
andan todas las madres. Después de las seis de la tarde no
ves un chico en la calle
." (Vecina
3).
[4]

"Cuando enfoco (miro) la casa de la vecina,
que está al lado de lo de mi hija, salía una
chiquita de ahí. ¡Ay, el payaso!, dice. No, digo,
soy yo. Uy tío, me asusté, pensé que era el
payaso. Seguimos viniendo
(caminando) unos 30 metros y
sentimos el ruido del portón de chapas y que salía
la más grande
(¿hija? ¿Sobrina?) en
moto… ¡Y el payaso que la ataca! Y pegaba con el
machete o cuchillo contra el portón. ¡Era un ruido
que parecía que lo estaban rompiendo con un hacha!"

(Vecino 1).

"Lo alumbro así… Lo tenía como
a 10 metros y estaba vestido de negro, la cara blanca. Pero yo no
podía pasar. Había ramas, espinos…
tenía que pasar agachado. Ahora, el tipo ese,
¿cómo pasa él? ¡Pasa como si nada
fuera
!" (Vecino 2).

"Los chicos salen con palos y todo. Anoche no se si
no golpearon a un pibe porque lo confundieron. Me contaron
que lo golpearon y que lo habían llevado para el hospital.
Es que empiezan a andar las motos, los chicos con palos, que
esto, que lo otro… ¡Qué no pase lo que no
tiene que pasar
!" (Vecino 1).

Seguidamente, el notero instalado en Alberti (rodeado de
gente, especialmente ¡menores!) informa al estudio
central:

"La gente busca a una persona vestida de negro, con
la cara pintada de blanco, porque atacó al hijo de la
persona con la que estamos en estos momentos. Jorge es el
papá de Iván. Iván tiene 12 años. Se
desplazaba con la moto por acá (barrio del pueblo)…
Jorge, yo te voy a pedir, por favor, que ingresemos a esta tapera
(de donde habría salido este sinvergüenza que
se está dedicando a asustar a las personas de la
población de Alberti) y que nos cuentes, mientras
caminamos en medio del descampado, en una tapera,
¿qué le pasó a tu nene? ¿Qué
te contó Iván
?" (Notero).

"Según Iván. Venía de la casa
de la hermana en moto y cuando llegó a esta esquina fue a
doblar y le salió el tipo de acá adentro (tapera)
y, más o menos por ahí (señala) se le puso
de frente con una cuchilla. Estaba vestido de negro con toda la
cara pintada de blanco
". (Jorge, vecino
3).

"¿Y qué hizo? ¿Le gritó?
¿Qué le dijo?",
pregunta el
periodista.

"Se le paró de frente y le dijo…
¿Cómo es?… Nada. No le dijo nada. Como que le
amagó con el cuchillo, así. Se asustó. Se
cayó la moto y el tipo salió disparando para
acá adentro."
(Jorge, vecino 3).

El notero sigue informando:

"Ahora, miren (les dice a sus colegas del estudio)
el lugar donde estamos. Es una casa antigua, en ruinas. Una
tapera como se dice en el campo. Y después está
totalmente cubierta por la maleza. Esto que vemos acá
(señala el suelo) son ramas cortadas. Fueron producto de
los palazos y de los machetazos que le dieron los vecinos.
Herramientas que usan para encontrar a este hombre que,
después de la fiesta de la juventud, 21 de septiembre,
empezó a acosar a la vecindad de Alberti. Tu hijo
(volviéndose al vecino) se cayó, se lastimó
y fue a tu casa en estado de shock absoluto
."

"Sí, con la moto rota. Y lo tuvieron que
llevar al hospital, recién. Y ahora está más
o menos. Está con medicamentos y me lo dieron
recién de vuelta, pero no quiere hablar con nadie
."
(Jorge, vecino 3).

Notero:

"¿Te dijo, papá, fue el
payaso
?"

"Sí, sí, sí… Aparte al
médico le dijo. Yo con él mucho no hablé.
Habló con el médico. El medico le hizo las
preguntas y le dijo todo lo que me dijo a mí
."
(Jorge, vecino 3)

Entonces el notero incorpora a otra vecina, de nombre
Jacqueline, quien dice ser testigo directo.

"Me apareció más o menos a 30 metros.
Lo crucé. Vestido de blanco. Saltó de un
zanjón a otro como si fuera un gato. ¡Tiene una
agilidad impresionante! Medía 1,62 metros, más o
menos, y corpulento. Bajito. El mío apareció
blanco. Con un mameluco blanco… Tenemos miedo nosotros. A
la hija de una amiga mía la tomó del cuello. O
sea… ¡Le salió! Y no podemos saber
quién es
." (Jacqueline, Vecina 4)

Y el notero agrega:

"La policía está totalmente alterada.
A propósito de la denuncia de una chica de 17 años,
la policía nos dijo que las demás son
comentarios. Hay un relato que hasta podríamos
decir que es de ciencia ficción, inverosímil, de
un joven que dice que lo corre a lo largo de 100 metros, y
que todos describen aquí, que es una persona con mucha
agilidad y que desaparece de golpe, y que trepa un muro,
saltándolo. Un muro de tres metros, de la nada. Esos
relatos los obteníamos de los vecinos mientras
buscábamos en este matorral a esta persona que es un
verdadero misterio. Y que es un bromista."

Inmediatamente, el reportero explica a cámara que
todo se inició durante la fiesta de la primavera, con
chicos disfrazados de payasos a los que muchos culpan; pero
inmediatamente después reproduce un nuevo
rumor:

"Sin embargo hoy, cuando hablábamos con
personas que tienen tiendas de cotillón, tiendas de
disfraces, nos decían de una persona mayor, misteriosa,
que no era de Alberti, que había comprado pintura para la
cara y que se había llevado una peluca de color negro.
Bueno, podría tratarse de esa persona".

Desde el estudio mayor en Buenos Aires, el conductor
sentencia:

"¡Realmente insólito!"

Y, de nuevo en el móvil de Alberti, el notero,
haciendo gala de su capacidad deductiva estilo Sherlock Colmes,
agrega:

"Yo pondría la atención en aquel
rincón, en este matorral, donde desde muy temprano los
vecinos llegaron, al igual que la policía… estamos
hablando de un barrio que de la plaza central está a 15,
20 cuadras, y se dice, vaya a saber si es parte de la
leyenda o no, que habría un sótano en el
interior de esta tapera donde podría escaparse (sic).
Jacqueline, vos que tuviste contacto directo desgraciadamente con
esta persona, ¿qué hay acá?
¿Qué funciona en esta tapera?"

"Y… acá vivía un hombre que,
supuestamente, hacía magia negra. Y… suelen
decir que hay sótanos ahí."
(Jacqueline,
Vecina).[5]

La gran bola de nieve empezó a correr y aumentar
de tamaño.

Ya no hay quien la detenga.

Del "se dice" al "ocurrió
realmente
" hay sólo un paso. Muy corto.

Pero no es sólo TELEFÉ NOTICIAS el
noticiero encargado de desparramar el rumor. Otro canal de clase
media culta, para nada popular y "comprometido con la
independencia periodística
", también refiere
el caso.

En INFORME TN (TODO NOTICIAS), y con el título
TERROR EN UN PUEBLO BONAERENSE POR UN PAYASO
ASUSTADOR
, otro notero/reportero recoge el testimonio de
un vecino local que, como era de esperar, agrega nuevos
condimentos a la historia.[6]

"En realidad ya no era una persona disfrazada de
payaso. Era una persona con peluca, con pelo muy largo.
Dicen que por momentos se pone toda ropa negra. Que anoche
lo vieron con toda ropa blanca."

Y "María", una vecina más que se
suma a la nota, relata:

María: "Nosotros
estábamos adentro y empezamos a sentir mucho ruido y
salimos afuera. ¡Y el tipo saltó el alambre!
¡Lo saltó como nada y corrió!

Reportero: "O sea que esto
empezó como una broma pero cambió
ahora…".

María: "Sí, pero no es
un payaso. Es una persona toda vestida de negro, con una peluca
negra, a cara descubierta y con un machete anda."

Reportero: "¿Y amenaza a la
gente con un machete?"

María: "Sí. Amenaza a
la gente. A una nena también, creo. La
lastimó, es lo que se escucha… Pero no lo
pudimos agarrar."

Reportero: "Empezó primero el
chiste, después la paranoia en el pueblo, pero ahora hay
alguien que se disfraza con esa peluca y ya agredió a la
gente de al lado."

María: "Y nunca anda con la
misma ropa. Siempre cambia."

Reportero: "Un día negro, un
día blanco. ¿Dicen que lo
vieron?

María: "Sí. Así
anda. Y siempre anda buscando a alguien para asustar, para
agarrar o para hacerle algo. Algún
daño."

Reportero: "¿Siempre por
acá, en esta zona, barrio Cavagnaro?

María: "Sí, en el
barrio, dicen que anda."

Reportero: "¿Por qué?
¿Por qué hay montes por acá?

María: Acá tiene
muchos lugares para esconderse. Hay mucho terreno… Anoche,
creo, que quiso atacar a una mujer, o quiso entrar en una
casa y todos salieron a buscarlo."

Reportero: "La policía,
¿hizo algo?

María: "¿La
policía? No. Yo, la verdad, lo único que hacen es
dar vuelta en patrulleros. Yo creo que deberían andar
caminando para buscarlo."

Invitado por el periodista, un supuesto miembro de los
grupos de búsqueda vecinales, agrega:

Vecino (anónimo): "Para
mí no es un payaso. Es un tipo muy ágil. Salta los
alambres y los tapiales como si fueran… no sé.
¡Anda en el aire, prácticamente! Estaba en un
mosquito fumigador (maquinaria agrícola), como aquel que
está allá. Estaba arriba, echado. Pasa el chico en
la moto y se le larga. Y cuando el chico frena para poder hablar
y agarrarlo ¡desapareció! ¡Saltó otro
alambre y no se pudo encontrar más! ¡Muy
ágil!

Sorpresivamente, el reportero pretende alimentar la
noticia con otra pregunta:

Reportero: "¿Puede ser
más de una persona?"

Vecino: "No, no, no… Es una
sola persona, pero es una cosa de no creer lo que puede ser de
ágil un tipo así. Yo no puedo creer cómo
puede ser tan ágil."

Reportero: "Y anoche ¿hubo
como una especie de cacería, acá en el
barrio?

Vecino: Anoche estuvimos todos de
guardia para ver si lo podíamos cazar, pero lo que pasa es
que debe ser un tipo muy ágil. Una persona que sabe
dónde no está el movimiento. Es una persona que
conoce todo el barrio."

Reportero: "Previo a estos ataques,
¿había habido bromas en esta zona?

Vecino: Bromas de los chicos que se
habían disfrazado para el día de la primavera, y de
ahí empezó a suceder esto. Terminó en algo
complicado porque ahora amenaza a los chicos, a los menores
agarra también. Va por los menores,
¿viste?

Incorporada nuevamente Maria a la charla, el periodista
le pregunta:

Reportero: "María,
¿dice algo este atacante? ¿Hace ruidos?
¿Cómo lo identifican?

María: "Sí.
Creo que grita un poco"

Vecino: "Sí, grita con un
grito como: ¡Uuuuuh! ¡Uuuuuh!
¡Uuuuuh!"

Reportero: "¿Siempre de
sorpresa?"

Vecino: "¡Siempre de
sorpresa!"

Otro vecino: "Si, tipo ocho, nueve
de la noche, sale."

Reportero: "¿Todos los
días viene saliendo?"

Vecino 2: "Y… hace dos o tres
días que viene saliendo a esa hora. Siempre acá.
Atacó a la nena, la agarró del cuello y
después saltó el alambre que tiene como dos metros.
Corrió y no lo vimos más."

Las similitudes con la leyenda del Hombre-Gato,
que circulara en nuestro país a mediados de la
década de 1980, son sorprendentes.[7] Es
como si el mismo personaje hubiera reencarnado con el aspecto de
un payaso. Aunque, si nos atenemos a los "testigos" que acabamos
de transcribir, poco de payaso tiene el individuo. Evidentemente,
la influencia de Internet y del cine de terror ha jugado un rol
importante en todo este asunto.

El hecho de que un noticiero de alcance nacional, como
el de TELEFE, le haya dedicado al payaso asustador poco
más de 20 minutos, dentro de un programa que dura 1 hora
(restándole los 10 a 15 minutos de publicidad) revela el
nivel informativo a que nos tienen acostumbrados las empresas
periodísticas.

Que la mitad de un informativo "serio",
"culto" y "de clase media" dedicara al
personaje que nos convoca esa cantidad de tiempo, es más
que suficiente para que el efecto rebote se diera en
todas las demás cadenas del interior del país; y,
vía Internet, no se tardara más de 24 horas para
que el suceso se difundiera por todos lados.

Desde Tucumán a Chubut, pasando por las
provincias del Este y del Oeste de la Argentina, la gente supo de
la existencia (sic) del ahora famoso clown. De pronto,
todo el país hablaba de él (muchas veces con una
cuota de sorna disimulada) y, como era de suponer, la psicosis se
expandió por otras localidades. Ya a partir del 8 de
octubre de 2014 (menos de una semana después del primer
reporte) se hablaba de que un payaso rondaba las ciudades de
Junín[8]9 de
Julio[9]Bragado[10]Chacabuco[11]La
Plata[12]y Salto[13]

Un desfile de macabros payasos noctámbulos
invadió la provincia de Buenos Aires y decenas de
"testigos" se encargaron de agregarle a la leyenda su
propio granito de arena.

La construcción colectiva del mito urbano estaba
en plena marcha y a una velocidad sorprendente. La misma
celeridad con lo que se interrumpió hacia fines de
octubre.

Para inicios del presente mes de noviembre de 2014, el
payaso (al menos en provincia de Buenos Aires) "pasó a
ser historia
".

Dejó de aparecer en los medios (por el
momento).

Desapareció de la misma manera en que
desaparecieron las prédicas de los periodistas. Fue como
si nunca hubiera existido.

Una noticia tapa a la otra, dicen. Y es lo que
ocurrió.

¿Estamos frente a una nueva leyenda
urbana?

Contrariamente a lo que desde el principio creyeron y
afirmaron los medios de comunicación, somos unos
convencidos de que detrás del Payaso Asustador no
existe ninguna persona real o concreta.[14] En
nuestra opinión, el mentado payaso no es más que
una construcción colectiva. Un mito urbano que, como el
del Hombre-Gato de la década del "80 o el vampiro
servio Sava Savanovic del 2012, son el producto de un
imaginario social interesado en materializar la angustia y la
incertidumbre que muchos sectores
tienen.[15]

Como ya hemos dicho anteriormente, el miedo es la trama
principal que sobrevuela por detrás de los rumores que los
testigos hacen circular. Miedos nuevos y antiguos se amalgaman y
toman cuerpo en lo que Jorge Halperín llama
"sueños colectivos"; que no son más que
los terrores culturales construidos a lo largo de la historia: el
temor a los extraños, a la oscuridad, a ser atacados, a
perder la integridad física, miedo a perder los hijos o a
la ruptura de las normas sociales.[16] Una
ilusión amplificada de inmenso poder de
propagación, en el que la cadena de vecinos y periodistas
cumplen un rol fundamental.

Como dijera Adolfo Colombres en Seres Sobrenaturales
de la Cultura Popular Argentina
:

"Seres imaginarios que, como tales, escapan al rigor
de las leyes (…) ha poblado siempre las noches del planeta
y también la luz, sin que la era del átomo y la
cibernética haya podido acabar con ellos, acaso porque el
conocimiento científico y las utopías sociales
están aún lejos de calmar todos los miedo
ancestrales del hombre y de colmar sus
esperanzas."[17]

Pero, ¿por qué un payaso?
¿Qué puede estar representando un personaje en
esencia gracioso y dulce? ¿O es que acaso ya no simboliza
eso?

Todo parece que indicar que la década de 1980 se
convirtió en una bisagra a la hora de conceptualizar a
estos personajes. A partir de entonces, por influencia de la
novela de Stephen King (It, 1986) y su secuela
cinematográfica en 1990, los payasos cobraron un status
que no habían tenido hasta ese momento, o no se
había desarrollado suficientemente.[18] Por
otro lado, el ajusticiamiento de John Wayne Gacy en Estados
Unidos (1978), el famoso payaso asesino Pogo (que se cobrara la
vida de más de 30 adolescentes, a los que enterraba en el
sótano de su propia casa) debió contribuir a
ennegrecer la imagen que estos personajes, en parte, ya
arrastraban.[19] Finalmente, en la primera parte
del año 2014 una serie de videos, que mostraban a
bromistas disfrazados de payasos persiguiendo con motosierras,
martillos y cuchillos a desprevenidos transeúntes
(filmados con cámara oculta) inundaron Internet. Y este
nuevo fogón, difusor de miedos, conspiraciones y leyendas,
proporcionó con seguridad el condimento final.

Los payasos, en sí mismos, son personajes
ambiguos. "No dan la cara". Se disfrazan. Ocultan su
verdadera identidad. Escondidos detrás del maquillaje (hoy
directamente máscaras) representan, con sus rasgos falsos
y exagerados, el espíritu de las viejas carnestolendas;
del carnaval, que antaño simbolizaba el caos, el desorden
y la confusión. Hoy, el payaso, está a un paso
entre la risa y el terror. Sus comportamientos son estrafalarios,
imprevisibles, ligados al desorden, a lo ambiguo. Es el lado
opuesto de la seriedad y del recato. Rompe con el molde de la
conducta esperada. Y esto, en una época que genera
monstruos por todos lados, sintetiza los temores que siente la
sociedad.

PARTE 2

Payaso
mediático

Monografias.com

"Cualquiera puede ver

lo que no existe."

Jorge Halperín

"El miedo a nosotros mismos,

resultado de un miedo más
general,

constituirá la base de la educación
de

las pedagogías futuras."

E. M. Cioran

En el capítulo 9 de El Fabuloso Libro de las
Leyendas Urbanas (Vol. II
), Jan Harold Brunvand, profesor
especialista en folklore de la Universidad de Utah, transcribe
los dichos de un reconocido periodista norteamericano:

"Vivimos en una era fascinada por la mala
información, escribió Joel Achenbach en el
Washington Post (4 de diciembre de 1996). Y proseguía:
Está por todas partes. En las calles, divulgándose
de boca en boca. Se agazapa en oscuros rincones de Internet.
Está en los periódicos. Está en la mesa de
nuestras cenas, relatada como hecho comprobado, irrefutable
evidencia, atribuida a científicos, a investigadores y a
estudios sin nombre."[20]

Este tipo de fascinación es la que se
detecta claramente en el caso del Payaso Asustador y la
que nutre las leyendas urbanas que circulan por el
mundo.

Y es cierto.

Nuestra experiencia está marcada, entre otras
cosas, por lo que se publica en los medios masivos y por
el modo en que se transmite la noticia. Por otro lado,
las redes sociales, e Internet en general, hoy contribuyen
profundamente a ello, sumándose y catalizando la
circulación de rumores que, hasta hace poco, se apoyaban
únicamente en la experiencia directa del boca a boca. Por
ende, son muchos los factores condicionantes de nuestra
percepción de la realidad; y los titulares de los
periódicos son protagonistas principales en todo este
asunto.

Si como en la leyenda urbana del Hombre-Gato la
del Payaso Asustador se encuadra dentro de lo que
Guillermo Barrantes y Víctor Coviello denominan
relatos fundados en el miedo[21]bueno
sería transcribir algunos de los títulos con los
que los diarios lo hicieron famoso y alimentaron así la
morbosa vocación de mantener asustada a la
gente.

El listado es largo e interesante al mismo tiempo
(especialmente para aquellas personas que se limitan a leer
sólo los titulares de los periódicos,
físicos o digitales).

Ellos son:

  • EL PAYASO ASUSTADOR DE ALBERTI: ¿MITO O
    REALIDAD?
    [22]

  • EL PAYASO QUE
    ASUSTA.[23]

  • UN PAYASO ATERRORIZA A LOS NIÑOS Y
    VECINOS DE UN PUEBLO DEL
    INTERIOR.[24]

  • PAYASO ASUSTADOR CAUSA CONMOCIÓN EN
    ALBERTI.[25]

  • VECINOS DE ALBERTI SE ARMAN CON PALOS CONTRA
    EL PAYASO ASUSTADOR.[26]

  • TERROR EN UN PUEBLO BONAERENSE POR UN PAYASO
    ASUSTADOR.[27]

  • LA CIUDAD DE ALBERTI PARALIZADA POR UN
    PAYASO ASUSTADOR.[28]

  • TEMOR EN LOS VECINOS DE ALBERTI POR EL PAYASO
    ASUSTADOR.[29]

  • PSICOSIS POR EL PAYASO ASUSTADOR: ALBERTI, UN
    PUEBLO EN PÁNICO.[30]

  • PAYASO ASUSTADOR ATEMORIZA A LA CIUDAD DE
    ALBERTI.[31]

  • PÁNICO POR UN PAYASO QUE ASUSTA A
    POBLADORES EN ALBERTI.[32]

  • PAYASO ASUSTADOR CONMOCIONA A LA
    POBLACIÓN
    DE
    ALBERTI.[33]

  • VECINOSDE ARMAN CON PALOS PARA SALIR A LA
    CAZA
    DEL PAYASO ASUSTADOR EN UNA LOCALIDAD
    BONAERENSE.[34]

  • PAYASO ASUSTADOR ATEMORIZA A TODA LA
    CIUDAD.[35]

  • POR EL PAYASO ASUSTADOR "NO SE VE GENTE FUERA DE
    SUS CASAS
    ".[36]

  • TERROR EN ALBERTI POR EL PAYASO
    ASUSTADOR.[37]

  • PAYASO ASUSTADOR ATERRORIZA A LOS
    NIÑOS Y VECINOS.[38]

  • EL MIEDO AL PAYASO ASUSTADOR HIZO QUE LOS
    VECINOS DE ALBERTI SE ARMEN CON
    PALOS.[39]

  • EL MISTERIOSO PAYASO
    ASUSTADOR.[40]

  • SE SUMA UN NUEVO ATAQUE DEL PAYASO
    ASUSTADOR.[41]

  • APARECIÓ OTRO PAYASO ASUSTADOR: LO
    VIERON CON UNA MOTOSIERRA EN
    JUNIN.[42]

Los listados, de cualquier tipo que sean, se parecen
bastante a las historias de fantasmas: en número reducido
entretienen e impactan, pero pasado cierto límite se
vuelven terriblemente tediosos. Por ese motivo seleccionamos los
artículos publicados más representativos, dejando
de lado los que repiten conceptos o no agregan gran cosa a
aquello que queríamos mostrar. De todas formas, basta con
retener las palabras que marcamos en negritas y
subrayado
para observar el objetivo que, en conjunto e
individualmente, se persigue: alertar, asustar, aterrorizar al
lector (o televidente). Es que de ese modo se genera la cuota de
misterio requerida para llamar la atención.
Aunque habría que aclarar algo: del largo catálogo
trascripto, hemos puesto aparte los textos que enfocaron el tema
desde un ángulo crítico o incluso irónico
(que por supuesto los hay, pero que constituyen un porcentaje
minoritario del corpus rescatado).[43]

Por otra parte, algo que advertimos es que algunos
medios (no todos), con el paso de los días, fueron
cambiando el tono en que presentaban la noticia, pasando
de una dramática alerta roja a una ironía
que, en ocasiones terminó en
burla.[44]

Claro que la fingida preocupación inicial ya
había cumplido su cometido. El contagio estaba esparcido y
su difusión se volvió imparable. La bola de
nieve
de advertencias y sentencias moralistas dejará
cicatrices imborrables que serán, con seguridad, las que
con el paso del tiempo se recuerden; puesto que han sido tejidas
entrelazando sueños, miedos y prejuicios, presentes en
toda la sociedad.

EL USO POLÍTICO Y PUBLICITARIO DE LA LEYENDA
URBANA

Todo es política. Nada es ingenuo o
inocente. Lo ideológico está siempre presente cada
vez que se edita o difunde una noticia, incluso una, en
apariencia tan tonta, como la del Payaso
Asustador
.

No nos engañemos: la objetividad no existe. Es
como el horizonte, al que te tiende a sabiendas de que nunca se
lo podrá alcanzar. Hay que decirlo: la objetividad radica
en admitir que se es subjetivo. Que siempre hay un punto de
vista, una interpretación. Intereses. Pero, reconocer eso
de entrada ¿no era algo que llamábamos
"honestidad intelectual"?

El fenómeno del Payaso Asustador no deja
de ser una denuncia (interesada, por cierto) respecto de la
ineficiencia del Estado (en cuidarnos) y del tema que los
sectores más conservadores siempre han levantado como
bandera: el de la inseguridad reinante. Dentro del mapa del
miedo, que algunos propusieron hace un tiempo, el payaso bien
podría darle el nombre a una avenida o calle del conurbano
(o mejor a una plaza muy arbolada, con mucho "monte" y,
en lo posible, casas abandonadas).

El hecho de que la noticia haya sido tomada y difundida
durante varios días por medios "serios"
(opositores) y no sólo por aquellos considerados
"populares y sensacionalistas" (Diario
Crónica, Diario Popular,
como fue con el caso del
Hombre-Gato
durante los "80) revela el clima de
tensión pre-electoral que el tema arrastra y los intereses
que hay en juego.

Por otra parte, el humor político tampoco estuvo
ausente con relación al payaso asustador. Resulta
interesante observar cómo, a través de las redes
sociales, el payaso fue asociado al gobierno de turno (que
asusta con sus medidas
) o a la oposición (que
asusta del modo en que mete miedo
). La ambivalencia de lo
cómico se advierte en las diversas formas que la leyenda
encarna, identificándose ideológicamente con el
poder o criticándolo, inclinándose hacia el lado de
los que no lo apoyan.

Como era de esperar, no faltaron aquellos que buscaron
un antecedente al fenómeno (sin considerar el que nosotros
hemos señalado en más de una oportunidad, el del
Hombre-Gato). Por tal motivo, ciertos medios
porteños destacaron la noticia de que en Inglaterra, en el
año 2013, se habían dado rumores y denuncias
respecto de payasos asustadores británicos. Estos
personajes, según consignan los diarios, se limitaban a
estaquearse en un lugar, de noche, y observar detenidamente a los
transeúntes generándoles, como es obvio, un
profundo terror. Si los ingleses, que siempre han sido
considerados tan cultos y civilizados, fueron capaces de difundir
relatos de este tipo, ¿por qué no podía
ocurrir lo mismo en Argentina
?

De todos modos, lo que se deja entrever es que el payaso
inglés es presentado como un personaje más
flemático y correcto que nuestro clown vernáculo.
Ninguno de los medios lo dice de manera directa, pero estamos
convencidos de que así lo piensan. Tienen tan
internalizado el hecho de considerar lo proveniente de Europa
como superior a lo propio, que el contraste entre el payaso
británico y el nuestro, queda sintetizado en el
comportamiento violento y salvaje que tiene el asustador criollo.
Éste no se limita a mirar a los que pasan. Anda con
cuchillo, con motosierra, con látigo (según un
testigo), reproduciendo así un notable primitivismo frente
a su circunspecto par del otro lado del Atlántico. Tal vez
el llamado humor inglés tenga algo que ver con
estas diferencias.

Tampoco hay que descartar la posibilidad de que el
catalizador de la psicosis, iniciada a fines de
septiembre/principios de octubre de 2014, se deba a una
campaña publicitaria previa al estreno de una famosa serie
de televisión norteamericana American Horror
Story
que, en su tercer temporada (inaugurada justamente en
octubre), la trama transcurra en el ámbito de un circo en
donde los personajes freak son la norma y en el que un
payaso loco se dedica a asesinar indiscriminadamente a inocentes.
¿Publicidad solapada del programa de TV? No lo
sabemos. Pero dado el proceso de globalización en el que
estamos sumidos, no sería de extrañar que algo
así fuera factible.

Partes: 1, 2

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