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La ética pedagógica y la familia, dos pilares en la sociedad cubana



  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Desarrollo
  4. Conclusiones
  5. Bibliografía

Resumen

En el presente trabajo se abordan diversos aspectos
teóricos en relación con la Ética
Pedagógica y la familia en la sociedad cubana, sus
conceptualizaciones y funciones dentro de la sociedad;
además de elementos de interés acerca de la
relación ética-valores especialmente en el sector
de la educación, así como el impacto de estos en
las relaciones sociales, a partir del estudio y cotejo de algunos
documentos y la experiencia personal de los autores en el estudio
y valoración de estos temas. El artículo se
estructura en Introducción, Desarrollo y Conclusiones. En
el Desarrollo se exponen algunos conceptos que han sido
trabajados por especialistas en la materia, todo ello en el
empeño de enjuiciarlos ya que son básicos como
fundamentación teórica para facilitar los debates
sobre el tema.

Palabras clave: educación moral, ética,
educación ética, sistemas de valores,
valores

Introducción

El Socialismo se propone la educación del hombre
en todas las facetas de su personalidad, en dicho sistema ocupa
uno de los lugares centrales la educación
moral.

La educación moral, como componente básico
en la formación de los niños y jóvenes,
abarca la formación de las cualidades y los modos de
actuación del hombre en concordancia con los principios
éticos de la sociedad socialista.

Es incuestionable que la formación de la moral
socialista solo resulta posible mediante un único y
elaborado sistema coherente en el que concurran todos los
factores participantes.

La educación moral abarca la conducta del hombre,
sus actitudes y sentimientos ante la vida, la sociedad, la
naturaleza, el trabajo, el estudio, el arte y ante la actividad
creadora propia y de sus semejantes. Se desarrolla como resultado
de la influencia social, por tanto, constituye un sistema
orgánicamente estructurado que toma en cuenta todos los
medios y facetas de la educación, desarrollándose
desde la familia, en la escuela y en el medio
circundante.

La existencia del hombre transcurre en múltiples
contextos de desarrollo, que constituyen elementos de gran valor
en el desarrollo de la personalidad, uno de ellos es la familia.
La familia es el primer grupo humano con el que se relaciona el
hombre desde su nacimiento, a ella se le atribuye la más
importante función socializadora, es la célula
fundamental de la sociedad, en su seno el niño adquiere
las primeras vivencias éticas relacionadas con los
hábitos, las costumbres, los modos de actuar, desarrolla
valores.

Es necesario reconocer que los valores son elementos muy
centrales en el sistema de creencias de las personas y
están relacionados con estados ideales de vida que
responden a nuestras necesidades como seres humanos,
proporcionándonos criterios para evaluar a los otros, a
los acontecimientos tanto como a nosotros mismos. (Castellanos,
D., 2001)

Es así que los valores nos orientan en la vida,
nos hacen comprender y estimar a los demás, pero
también se relacionan con la imagen que vamos construyendo
de nosotros mismos y se relacionan con el sentimiento sobre
nuestra competencia social.

Según otros autores (González, F., 1983)
los valores son representaciones cognitivas inherentes a tres
formas de exigencia universal: las exigencias del organismo, las
reglas sociales de interacción y las necesidades
socio-institucionales que aseguran el bienestar y el
mantenimiento del grupo.

De esa manera los sistemas de valores se organizan
alrededor de tres dimensiones fundamentales: el tipo de objetivo
(trascendencia o beneficio personal; conservación o
cambio), los intereses subyacentes (individuales o colectivos),
el dominio de la motivación (tradición,
estimulación, seguridad). Las teorías
implícitas que todos los padres tienen y que se relacionan
con lo que los mismos piensan sobre cómo se hacen las
cosas y por qué se hacen de tal o cual manera ofician "de
filtro" en la educación en valores.

Si bien se podría decir que la familia no es el
único contexto donde se educa en valores, es una realidad
que el ambiente de proximidad e intimidad que en ella se da la
hace especialmente eficaz en esta tarea. Existe en la literatura
una extensa discusión sobre cómo se educa en
valores: ¿los pequeños interiorizan los valores
familiares? ¿O los niños son agentes activos en el
proceso de construcción de valores, en el entendido que la
relación padres-hijos es una relación
transaccional, esto es de ida y vuelta? Nosotros estamos con la
segunda posición, afiliándonos así a las
nuevas perspectivas constructivitas.

En ellas se concibe a la relación entre adultos y
niños de doble sentido, aunque se acepte que esta
relación es asimétrica.

Esto significa que no sólo cambian y se
influencian los valores de los niños, sino también
los de los adultos, por ejemplo, luego de tener hijos una persona
pueden privilegiar más el valor de la seguridad que el de
reconocimiento social.

Aliado a la familia y estrechamente vinculado a ella
encontramos a la escuela, la cual dirige y desarrolla la
educación ética mediante programas docentes y todo
el conjunto de tareas docentes educativas y extraescolares que se
desenvuelve en el centro escolar y fuera de él.

Todo debate debe enmarcarse en la realidad y en el
análisis crítico de la misma, ninguna realidad es
inmodificable ni perfecta. Por tanto, los educadores somos
también responsables de lo que suceda o no suceda en el
campo educativo, sin perder de vista las exigencias morales
originadas por las características del trabajo
pedagógico cuya condición determinante está
constituida por las cualidades personales y profesionales del
maestro.

La elevación de los conocimientos, la
conversión de los principios ideo-políticos y
morales en convicciones personales y hábitos de conducta,
y la educación de los sentimientos del deber y la
responsabilidad ante la sociedad, no constituyen un proceso en
que sus resultados sean inmediatos sino que se logra mediante un
trabajo sistemático y constante, fundamentado en la
práctica histórico-social, relacionado
íntimamente con la ideología y en consonancia con
los intereses de clases.

La ética expresa una relación constitutiva
con la realidad histórica. No puede pensarse sino desde un
contexto histórico y desde las realidades de las
personas.

Los educandos no conforman sus proyectos éticos
sólo en los espacios educativos. Todo lo contrario, hay
otros espacios con gran fuerza en cuanto a la transmisión
de valores éticos.

El medio circundante del educando, por ejemplo,
comprende la naturaleza, el trabajo, las relaciones sociales, las
diferentes instituciones, el arte propiamente dicho en sus
variadas manifestaciones y todo el conjunto de actividades que
constituyen la vida social de la nación.

El espacio educativo se encuentra profundamente
desafiado y cuestionado en tanto queda encerrado en sí
mismo. Es preciso que los educadores partan de la vida de las
estudiantes. Si bien hay orientaciones éticas generales,
no podemos olvidar que los seres humanos no se fabrican y que no
es un problema de adaptarlos a nuestros valores; sino de ofrecer
opciones para elegir el camino más acertado.

Desarrollo

La educación es un fenómeno social que ha
acompañado al hombre a lo largo de toda su historia, se
manifiesta desde el momento mismo en que aparece el hombre sobre
la tierra. Esta consiste en la transmisión de los
conocimientos acumulados por la humanidad y la asimilación
de estos por las jóvenes generaciones. Al mismo tiempo,
tiende a mantener las tradiciones, las creencias, los conceptos
morales de una sociedad determinada. Además supone
procesos de aprendizajes y desaprendizajes; es decir, procesos de
estructuración y desestructuración. El
ámbito educativo no es el de sujetos aislados, sino el de
sujetos relacionados; es el ámbito por excelencia de lo
relacional; en el que se integran instituciones,
currículo, marco ético y una educación en
valores.

El proceso educativo es el proceso organizado, dirigido,
sistemático, de formación y desarrollo del hombre,
mediante la actividad y la comunicación que se establece
en la transmisión de los conocimientos y experiencias
acumuladas por la humanidad. En este proceso se produce el
desarrollo de capacidades, habilidades, se forman convicciones y
hábitos de conducta. En la educación de la
personalidad intervienen múltiples influencias: la
familia, la escuela, los medios de difusión masiva, las
organizaciones políticas y de masas, las instituciones
extraescolares, resultando indispensable que estas influencias
actúen en sistema. Ellas actúan entre sí y
al mismo tiempo sobre la personalidad, que no las refleja de modo
pasivo, sino que las procesa e interioriza
activamente.

Dicho proceso suele definirse como un proceso
pedagógico que al partir de un objetivo debe culminar en
un resultado. Puede definirse además como el conjunto de
actividades y procesos específicos que se desarrollan de
manera consciente, tomando en consideración las
condiciones en que tiene lugar la educación: se dirigen al
logro de objetivos bien definidos y las relaciones que se
establecen entre el educador y el educando, la
participación activa de este último en el proceso y
del cumplimiento acertado del primero con respecto a la
ética pedagógica, que no es más que las
particularidades del desarrollo de las exigencias morales
originadas por las características del trabajo
pedagógico y que se manifiestan en las interrelaciones del
maestro y los alumnos, los maestros y los padres, los maestros y
la administración, así como las interrelaciones que
se forman en el propio colectivo pedagógico y cuya
condición determinante está constituida por las
cualidades personales y profesionales del maestro.

Inmersos en la realidad actual la Ética se revela
hoy como nunca antes, como instrumento inseparable y necesario en
la creación de conciencia y la búsqueda de
alternativas para la comprensión de la complejidad de los
fenómenos y la concreción de acciones y vías
de salidas a la transformación de la realidad; en aras de
un mundo de solidaridad, justicia, equidad, diálogos,
entendimientos humanos y sustentabilidad del
desarrollo.

Es en el sentido ético de la Profesionalidad como
concepción, donde se integran los conocimientos y
habilidades profesionales necesarias para el buen
desempeño de la función social, con la
obtención de resultados prácticos satisfactorios, a
partir de los valores morales y humanistas que mueven la actitud
y conducta que se asume en la labor y ante la
sociedad.

No puede perderse de vista que el contenido ético
– moral de la profesión es el que valora
críticamente y orienta qué debe hacer el
profesional en cada momento, uniendo el saber, con el saber hacer
y lo valorativo – actitudinal.

Se hace necesario entonces con el objetivo de contribuir
a la formación de las nuevas generaciones en la
universidad cubana lograr en su docentes una profesionalidad
pedagógica a través de la síntesis entre los
valores y cualidades morales que caracterizan la esencia
humanista de la labor del maestro o profesor y el dominio de los
contenidos de la enseñanza, de los métodos y de las
habilidades profesionales que garantizan el desempeño de
su función, avalado por la experiencia práctica
acumulada, los resultados y los logros obtenidos en su vida
profesional. (Ideológico, axiológico y humanista).
Teniendo en cuenta aspectos medulares como:

  • 1. La necesidad del cambio
    educativo.

  • 2.  Conciencia de los deberes
    pedagógicos que implica el compromiso social de la
    educación de las nuevas generaciones en las
    condiciones de la época.

  • 3.  Enfoques pedagógicos integradores,
    multidisciplinar e interdisciplinar de la enseñanza y
    aprendizaje de la ciencia.

  • 4.  La utilización adecuada de los
    medios y recursos tecnológicos necesarios de que se
    disponen en el país para la labor
    educativa.

  • 5. Desarrollo de una Ética de la
    cooperación profesional.

Se enumeran aún disímiles problemas en el
proceso educativo actual, entre ellos citamos:

1.- Dicotomía entre la instrucción en
detrimento de la educación.

2.- Insuficiente integración en el tratamiento
pedagógico de lo cognitivo, con lo afectivo – volitivo, lo
ideológico y actitudinal, como dimensiones de la
personalidad.

3.- Insuficiente relación de la ciencia y la
tecnología, con la cultura humanista, los valores y la
ideología, en la enseñanza –
aprendizaje.

4.- Poca integración Pedagógica de los
enfoques filosófico, sociológico,
axiológico, ético y estético, en sus aportes
a la educación, con predominio del enfoque
psicológico.

5.- Atomización de las disciplinas en los
arreglos pedagógicos curriculares atendiendo a
concepciones academicistas y elitistas.

Para cuyas soluciones o mejoramiento el educador debe
hallarse dotado de una profunda ética pedagógica
que le aporte una clara concepción sobre la Ética y
su lugar en el sistema de los conocimientos científicos en
Cuba y el mundo en la actualidad, además de un enfoque
metodológico integrador acerca de la moral en la vida
social y de los individuos, sus nexos con las diferentes esferas
de la sociedad, las principales manifestaciones en la realidad
social cubana, su lugar y papel, una concepción
teórica y metodológica de la Educación Moral
y para el tratamiento de los valores en el proceso
pedagógico y junto a ello una concepción
teórico metodológica para el desarrollo de las
investigaciones educativas sobre estos temas.

En la educación universitaria el educador es un
activista de la política revolucionaria, dirige la
formación de la conciencia de sus alumnos, lo que se
traduce en la formación de una actitud revolucionaria ante
el trabajo, la propiedad social, el estudio y la sociedad en
general. Educa además en las tradiciones revolucionarias,
laborales, morales y culturales del pueblo, forma un elevado
sentido del patriotismo y desarrolla sentimientos de solidaridad
con los pueblos del mundo.

Para lograr lo anteriormente expuesto, la influencia del
educador es fundamental, no solo mediante la palabra, sino
además por su ejemplo personal y por su maestría
pedagógica.

En el proceso de educación al educando no se le
puede considerar como un espejo que refleja, pasivamente, las
influencias externas. Él interactúa con el medio e
individualiza el proceso hasta lograr la asimilación, y
precisamente para acompañarlo debe el educador estar
preparado con actualizadas y eficaces herramientas.

Conclusiones

Luego de haber analizado aspectos importantes dentro del
proceso docente educativo, actores fundamentales en su
desarrollo, así como deficiencias que aún
persisten, se puede concluir:

  • 1. Los temas analizados son de suma importancia
    especialmente por ser estos precisamente dos de las
    influencias fundamentales que inciden en la educación
    de la personalidad dentro de la sociedad.

  • 2.  La ética pedagógica,
    así como el papel de la familia constituyen sin lugar
    a dudas dos fuertes pilares en la educación de las
    nuevas generaciones dado su rol importante.

  • 3. La ética pedagógica es un tema
    político ideológico de total actualidad en las
    universidades del país.

  • 4. La familia es el principal agente
    intermediario entre el individuo y la sociedad,
    constituyéndose en un grupo socializador por
    excelencia de sus miembros.

Bibliografía

1.- Ares P. Psicología de Familia. Una
aproximación a su estudio. . La Habana: Ciencias
Médicas; 2007.

2.- Ares P. Mi familia es así. La Habana:
Ciencias Sociales; 1990.

3.- Ibídem. "La familia. Una mirada al futuro".
Conferencia Magistral de la Dra. Patricia Arés Muzio en el
acto de inauguración del Taller Internacional "Abriendo
las Puertas a la Familia del 2000".

4.- Castellanos, Doris (2001). Educación,
aprendizaje y desarrollo. __ La Habana: Curso 16. Congreso
Internacional Pedagogía.

5.- Constitución de la República de
Cuba.

6.- Código de la Familia en Cuba.

7.- Freire P. "Pedagogia da esperança". Rio
Janeiro, de: Paz e Terra, 1992.

8.- GONZALEZ, F. (1983). Motivación moral en
adolescentes y jóvenes. La Habana: Ciencias
sociales.

9.-González Maura Viviana. "La Educación
de Valores en el Currículum Universitario. Un Enfoque
Psicopedagógico para su Estudio". Tomado de: Revista
Cubana de Educación Superior, 1999. Vol. XIX,
(2):27-36.

10.- Labarrere Reyes Guillermina y coautora Valdivia
Pairol Gladys E. Pedagogía. La Habana, Cuba, Editorial
Pueblo y Educación, 1998.

11.- Selva López Chirico, La educación
como política pública, en AAVV, Reforma Educativa.
Análisis crítico y propuestas, Montevideo,
Fundación Vivián Trías-Ed. de la Banda
Oriental, 1998, 11-36.

12.- Vasallo N. La conducta desviada. Un enfoque
psicosocial para su estudio. La Habana: Ciencias Médicas;
2006.

 

 

Autor:

MSc. Yanet López
Salazar.

Profesor Asistente. Filial Ciencias
Médicas de Remedios.

Lic. Guillermo Gómez
García.

Profesor Instructor. Filial Ciencias
Médicas de Remedios.

Dra. Mayelín Ferrer
Ruiz.

Especialista Higiene Municipal.
Remedios.

Enviado por:

Aquedo Paz Rodriguez

 

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