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La formación de cadenas productivas del turismo como eje del desarrollo local



Partes: 1, 2

    Introducción

    El mundo de hoy se identifica por la presencia de
    grandes desequilibrios, producto entre otras causas a la
    globalización, fenómeno que ha dado paso al
    fortalecimiento de empresas trasnacionales y multinacionales, que
    controlan de forma total el mercado internacional.

    Un análisis realizado por León Segura
    (2010) destaca que la economía mundial se puede
    caracterizar en la actualidad por la presencia de
    economías altamente monopolizadas, con empresas
    trasnacionales como base de dicha economía, donde la nueva
    división internacional del trabajo se caracteriza por
    bajos salarios y exceso de desempleo; la acentuación del
    capital financiero trae como resultado una globalización
    de las bolsas de valores; la existencia de profunda dependencia
    de unos países con respecto a otros; la
    privatización y explotación de los recursos
    naturales y la profunda interconexión de las
    economías de los diferentes países.

    En los años 1960 y 1970, la expansión del
    turismo en regiones en desarrollo creó expectativas
    optimistas de que las actividades relacionadas con el turismo
    promovieran el desarrollo de las poblaciones locales.
    Además, se atribuyó al turismo un gran potencial
    para mejorar indicadores económicos como el empleo, el
    ingreso, la balanza de pagos y la recaudación
    tributaria.

    En Cuba, país que transita hacia el socialismo a
    partir de características como subdesarrollo y
    economía abierta, donde la propiedad estatal, la
    planificación centralizada y los sistemas organizados
    verticalmente son los que identifican la estructura
    económica, la problemática del desarrollo local ha
    adquirido relevante importancia en los últimos
    años, por las potencialidades endógenas que poseen
    los municipios y la necesidad de avanzar en los procesos de
    descentralización.

    El reordenamiento de la política económica
    y social en el presente viene dado por la actualización
    del modelo económico, que se identifica por la
    descentralización, que brinda protagonismo e impulsa el
    aprovechamiento de los recursos e iniciativas locales. Todo esto
    apoyado por los Lineamientos del VI Congreso del Partido
    Comunista de Cuba, específicamente por los siguientes: 37,
    61, 103,136, 178, 180, 185, 191, 206, 207, 217, 263, en los
    cuales el desarrollo forma parte de la gestión
    local.

    Esta investigación tiene como objetivo analizar
    las bases teóricas y metodológicas para la
    formación de cadenas productivas locales en función
    del turismo, de manera que se establezcan los nexos entre el
    desarrollo local y la actividad turística como eje central
    del mismo. Se hace referencia a las generalidades sobre el
    desarrollo local, así como al papel del turismo en el
    desarrollo local a partir del tratamiento de conceptos como la
    cadena de valor del turismo y las cadenas productivas
    locales.

    Desarrollo

    La relación Turismo-Desarrollo local: la
    formación de cadenas productivas locales en función
    del turismo

    • El turismo como eje del Desarrollo Local

    Según la Organización Mundial del Turismo
    (OMT) (Vidal, 2007:2), "el turismo se ha convertido en la primera
    actividad económica de muchos países y en la de
    más rápido crecimiento en ingreso de divisas y
    creación de empleo. El turismo es transversal e influye en
    muchos sectores económicos que de forma directa o
    indirecta participan en él. Así además de
    ser una de las principales fuentes de empleo, estimula
    inversiones en infraestructura (desde carreteras, ferrocarriles,
    aeropuertos y hasta instalaciones públicas de ocio,
    deportivas y médicas) que no solo benefician al turista
    sino también a los habitantes del territorio".

    El turismo es considerado uno de los más
    importantes sectores socioeconómicos mundiales, aunque, en
    realidad, no constituya una industria puesto que representa una
    opción de gastos en diferentes bienes y servicios para los
    viajeros en el punto de destino. Como propone la
    Organización Mundial del Comercio (OMC), a diferencia de
    otros servicios, el turismo (viajes en la clasificación de
    balanza de pagos adoptada por la OMC): "no es un tipo
    específico de servicio sino un conjunto heterogéneo
    de bienes y servicios consumidos por los visitantes en los
    destinos turísticos" (OMC, 2009:167). Los bienes y
    servicios englobados más comúnmente son el
    alojamiento, los alimentos y las bebidas, servicios financieros y
    seguros, los servicios relacionados con el esparcimiento y el
    transporte, los regalos y los recuerdos (en el país/ciudad
    visitado(a)). Las estadísticas sobre el turismo son
    colectadas a partir de estimaciones de los gastos de turistas
    nacionales y extranjeros, siendo que los gastos de los turistas
    extranjeros (turismo receptor) son computados como
    exportación de turismo (viajes); mientras que los gastos
    de los turistas locales en otro país (turismo emisor) son
    computados como importación de turismo
    (viajes).

    "El desarrollo turístico puede definirse
    específicamente como la previsión y el mejoramiento
    de las instalaciones y servicios idóneos para satisfacer
    las necesidades del turista, y definido de una manera más
    general, puede también incluir los efectos asociados,
    tales como la creación de empleo y la generación de
    ingresos" (Pearce, 1991:14). Tal definición hace
    referencia en su primera parte a la estructura socio-productiva
    que en los centros turísticos posibilita que el visitante
    disfrute de los recursos que ofrecen las instalaciones y de esta
    forma satisfacer sus necesidades. En la parte final, se destaca
    el impacto económico de la actividad
    turística.

    En la década del 90, los cambios de contexto, de
    paradigma socioeconómico así como la persistencia
    de los efectos económicos positivos considerados en el
    turismo (generación de ingresos y empleo principalmente),
    hicieron que la idea de que el desarrollo turístico pueda
    generar al desarrollo nacional perdiera vigencia, y dieron fuerza
    a una nueva línea de equivalencia entre el desarrollo
    turístico y desarrollo acotado ahora al plano
    local.

    En la relación entre turismo y desarrollo local,
    Juan Carlos Mantero considera que este es una estrategia cuyos
    actores son los beneficiarios, y coincide en que la cultura es
    sostén principal para movilizar las energías
    locales. "El desarrollo no depende solo de los grandes sistemas
    socioeconómicos ni de las instituciones centralizadas y
    que sí tiene relación con las microiniciativas y la
    microeconomía que radica en producir y consumir de otro
    modo, en establecer modos y medios de producción que
    responden a otras preocupaciones, a otros objetivos, a otros
    valores, haciendo que las actividades de producción
    contribuyan a mejorar la calidad de las relaciones sociales en
    vez de someter la sociedad a sus exigencias" (Mantero, 2004:20).
    En relación a la complejidad de la actividad
    turística, reconoce que son aplicables las dimensiones del
    desarrollo local: social, identitaria,
    económico-productiva y política sistémica
    (Varisco, 2008:79).

    • El destino turístico local

    Según la OMT (2005:10) "el destino es un espacio
    físico en el que el visitante pasa al menos una noche.
    Incluye productos turísticos tales como servicios de apoyo
    y atracciones y recursos turísticos en un radio que
    permite ir y volver en el día. Tiene unos límites
    físicos y administrativos que definen su gestión e
    imágenes y percepciones que determinan su competitividad
    en el mercado. Los destinos locales incorporan a diversos grupos,
    entre los que se encuentra a menudo la comunidad anfitriona, y
    pueden establecer lazos y redes entre sí para constituir
    destinos mayores".

    Ritchie y Crouch (2003) plantean en su modelo que las
    ventajas comparativas del destino nacen de los recursos que lo
    hacen atractivo para los visitantes, constituyendo así el
    elemento central de su propuesta de valor, lo que incluye tanto
    los recursos naturales como aquellos otros creados por la
    acción del hombre debido a razones que, a priori, no
    tienen una vinculación directa con el turismo, como por
    ejemplo la cultura, el patrimonio artístico o las
    infraestructuras. Por su parte, las ventajas competitivas
    están estrechamente vinculadas con la capacidad del
    destino para utilizar eficazmente esos recursos a largo plazo
    haciéndolo, por tanto, sostenible en el tiempo.

    A partir de ahí, clasifican los factores que
    afectan a la competitividad del destino en siete áreas
    principales que configuran su cadena de valor:

    De orden interno

    • Recursos y atractivos secundarios

    • Recursos y atractivos principales

    • Gestión del destino

    • Planificación, desarrollo y políticas
      del destino

    • Elementos calificadores y amplificadores.

    De orden externo

    • Entorno competitivo
      (macroeconómico)

    • Entorno competitivo
      (microeconómico).

    Para entender los principios de gestión y
    organización institucional de los destinos
    turísticos, hay que tener clara previamente la naturaleza
    de la actividad turística a la cual deben adaptarse. La
    naturaleza de la actividad turística como toda actividad
    económica, es posible analizarla desde dos puntos de
    vista: el de la oferta y el de la demanda. En la medida en que su
    confluencia en el mercado se produzca armónicamente, se
    alcanzará la eficiencia.

    Las características intrínsecas a la
    actividad turística como el fraccionamiento de la oferta
    (transversalidad) y la territorialidad[1]hacen que
    el proceso de producción turístico difiera
    considerablemente del de otros sectores productivos, y que se le
    defina no como un sector económico, sino como una
    actividad transversal, fraccionada entre múltiples actores
    y vinculada a un territorio concreto. Son estas
    características las que justifican la necesidad de unos
    entes o sistemas de gestión "ad hoc" de los destinos
    turísticos, y que estos entes revistan múltiples y
    diversas formas atendiendo a la estructura y grado de madurez de
    la industria y del nivel de escala territorial que se esté
    considerando.

    • Generalidades sobre el Desarrollo Local

    La discusión sobre Desarrollo Local se
    inició en el contexto de la crisis que sufrieron los
    países industrializados en la década del setenta,
    donde fue necesario imaginar otras formas de desarrollo que
    superaran cualitativamente las formas anteriores, por tanto, se
    revaloriza "la pequeña dimensión" como la respuesta
    acertada a la dinámica acelerada del cambio
    tecnológico, sustituyendo la creencia en las
    macrodinámicas, los grandes proyectos y polos industriales
    por "lo pequeño y lo local".

    Se comienza hablar entonces de "desarrollo de
    iniciativas locales" o Desarrollo Local como la alternativa ante
    la crisis, orientada a movilizar el potencial humano a
    través de acciones locales en diversas áreas, como
    introducción de nuevas tecnologías, nuevas fuentes
    de energía, renovación de actividades
    tradicionales, innovación en la comercialización y
    en la prestación de servicios, la revitalización de
    la pequeña empresa, etc., y ligado a ellos como
    instrumento importante para movilizar los recursos humanos: la
    formación profesional y la capacitación; procesos
    que expresan la revalorización actual de la iniciativa
    individual y colectiva, con efectos múltiples sobre las
    sociedades de dinamización efectiva de los tejidos
    socioeconómicos locales, así como la entrada en
    escena de nuevos actores (Cárdenas, 2002).

    El Banco Mundial en 1975 expone una definición de
    desarrollo aplicada al ámbito espacial, en el que el
    Desarrollo Local es entendido como: "una estrategia
    diseñada para mejorar el nivel de vida, económico y
    social de grupos específicos de población"
    (Cárdenas, 2002:26).

    No es hasta finales de los ochenta que se inicia a nivel
    internacional un importante giro en las políticas de
    desarrollo, que se imponían "de arriba hacia abajo"
    mediante políticas macroeconómicas globales
    alejadas de las realidades locales y que desde entonces pasan a
    ser tratadas "de abajo hacia arriba" mediante políticas
    mixtas macro y microeconómicas centradas en promover el
    protagonismo del desarrollo local (Sotolongo, 2004, citado en
    Iglesias, 2011:237).

    Alburquerque (2004) resume esta conceptualización
    como el enfoque de desarrollo desde abajo, que además de
    la satisfacción de las necesidades básicas y la
    mejora en la calidad de vida, considera también la mejora
    del empleo y las relaciones laborales, acceso a los activos como
    tierra, trabajo y formación, mejora en la
    distribución del ingreso y sustentabilidad ambiental. Para
    esto propone estrategias basadas en la potenciación de los
    recursos endógenos a través de la
    articulación de los sistemas productivos locales, fomento
    de la creación de nuevas empresas y mayor control del
    proceso de desarrollo por parte de los actores locales,
    estrategias que remiten a un rol más activo de los
    gobiernos locales en el diseño de políticas de
    desarrollo.

    En este sentido plantea que "el enfoque del desarrollo
    económico local dista mucho de constituir un proyecto
    autárquico. Por el contrario, busca difundir el desarrollo
    desde abajo y con los actores locales, tratando de endogeneizar
    territorialmente las bases de sustentación del crecimiento
    económico y el empleo productivo. Con ello, además,
    se incrementan las posibilidades de aprovechar las oportunidades
    de dinamismo externo existentes" (Alburquerque,
    2004:17).

    Según Hernández (2004), la propuesta del
    desarrollo local no constituye por sí sola un marco
    general para el ejercicio de una nueva forma de gobernabilidad
    para una nación, sino que solo aporta, dentro de un modelo
    de desarrollo más amplio, la perspectiva de rescate del
    lugar y potencialidad de la localidad.

    El Centro Latinoamericano de Capacitación y
    Desarrollo de los Gobiernos Locales (IULA/CELCADEL) concibe el
    desarrollo local a partir de la definición genérica
    de desarrollo económico, por lo tanto, el desarrollo local
    es el "proceso de crear riqueza a través de la
    movilización de recursos humanos, financieros, de
    capitales físicos y naturales para generar bienes y
    servicios transables. Es una estrategia al servicio del individuo
    y su promoción la realizan las autoridades locales, el
    sector privado y la comunidad en general" (Castillo, 2006, citado
    en Iglesias, 2011:240).

    Por otra parte, Cotorruelo lo asocia a "un proceso de
    objetivos múltiples, que son: eficiencia en la
    asignación de recursos para la competencia territorial;
    equidad en la distribución de la renta y equilibrio del
    entorno medioambiental para la conservación del sistema
    productivo territorial" (Cotorruelo, S/A:2). Se trata
    según Francisco Alburquerque, de un "desarrollo capaz de
    extender en la mayor medida posible el progreso técnico y
    las innovaciones gerenciales en la totalidad del tejido
    productivo y empresarial de los diferentes territorios, a fin de
    contribuir con ello a una mayor generación de empleo
    productivo e ingreso, y a un tipo de crecimiento económico
    más equitativo en términos sociales y
    territoriales, y más sostenible ambientalmente
    (Alburquerque, 2001:61).

    Otras concepciones refieren que "El desarrollo local
    consiste en crecer desde un punto de vista endógeno,
    también obtener recursos externos […]. El
    desafío pasa, entonces, por la capacidad que tienen los
    actores locales en cuanto a utilizar los recursos que pasan por,
    y quedan, en su ámbito territorial, para mejorar las
    condiciones de vida de los habitantes" (Gallicchio y Winchester,
    2004, citado en Iglesias, 2011:241).

    El Desarrollo Local se basa en factores materiales e
    inmateriales, siendo estos últimos casi más
    decisivos que los primeros. Entre el grupo decisivo de factores
    podemos citar como principales: la importancia de las empresas
    difusas, pequeñas y de núcleos poblacionales de
    tamaño reducido; la existencia de una sociedad
    cohesionada, basada en factores como la familia como elemento
    aglutinador y participativo a la hora de aportar mano de obra,
    asumir riesgos y canalizar ahorros y capital; en los valores, en
    la colaboración y la solidaridad, etc.; una historia
    conjunta; la actitud y el carácter de la población
    en general y de los trabajadores, microempresarios, mujeres,
    jóvenes u otros colectivos; el consenso y la
    coordinación existente entre el grupo social; la
    supervivencia o no de tradiciones artesanas y oficios; la
    familiaridad o no con los mercados internacionales; los recursos
    y capacidades financieras existentes en el propio territorio, su
    aprovechamiento y por último el nivel de infraestructuras
    e inversiones realizadas por parte de las administraciones
    (Padillas, 2005, citado en Iglesias, 2011:243).

    Así, el Desarrollo Local "ha sido explicado como
    un proceso reactivador de la economía y dinamizador de la
    sociedad local, que mediante el aprovechamiento de recursos
    endógenos existentes en una determinada zona o espacio
    físico es capaz de estimular y fomentar su crecimiento
    económico, crear empleo, renta, riqueza y sobre todo,
    mejorar la calidad de vida y el bienestar social de la comunidad"
    (León Segura, 2010:6).

    • Actores del desarrollo en los destinos
      turísticos locales

    El concepto de actor, tan difundido en la literatura
    sociológica como en el uso del lenguaje cotidiano, se
    refiere a los aspectos expresivos de lo social. Pueden
    identificarse dos dimensiones de lo social: por un lado, los
    condicionamientos estructurales inherentes al modo de
    producción y acumulación y, por otro, las
    modalidades concretas de acción encarnadas por sujetos
    individuales o colectivos que, si bien están determinados
    por esos condicionamientos, pertenecen a universos sociales,
    económicos, culturales, étnicos, de género y
    políticos diferentes.

    Los actores sociales son las unidades concretas de
    acción que expresan esa heterogeneidad. Los actores
    sociales, si bien su acción posee límites
    originados en los condicionamientos de la estructura, tienen la
    posibilidad de desempeñar sus papeles en relación
    con sus interpretaciones del contexto en el que se mueven,
    especialmente con respecto a las expectativas sobre la
    acción de los otros protagonistas del sistema social al
    que pertenecen (Alonso, 2004). A partir de esta definición
    de actor social, se llega al concepto de actor
    local.

    Siguiendo a Arozena (1995), el actor local es aquel cuyo
    sistema de acción coincide con el sistema de acción
    local, y cuya actividad contribuye a desplegar las
    potencialidades existentes en la sociedad local. Sin embargo,
    también debe incorporarse a esta definición a
    quienes obstaculizan, a través de diversas modalidades de
    acción u omisión, las posibilidades de desarrollo.
    Un análisis de viabilidad de una estrategia de desarrollo
    local requiere identificar este último tipo de actores,
    evaluar los intereses que representan y el poder del que
    disponen.

    En lo tocante al sistema turístico, según
    Merinero (2009:7) "Desde no hace mucho tiempo han venido
    apareciendo un conjunto de trabajos científicos sobre el
    turismo que tienen que ver con la aplicación de la
    teoría de los sistemas productivos locales, que
    ponen el acento en el territorio y el centro de interés en
    los actores y las relaciones productivas que se dan entre ellos y
    que se concreta en los denominados estudios de
    clústeres turísticos. También es
    necesario poner de manifiesto que ha aparecido una línea
    de trabajo que se ha aplicado al estudio de las relaciones entre
    actores turísticos en este marco de la gestión
    activa de los destinos, y que tiene que ver con la
    aplicación de la denominada teoría de los
    stakeholders
    ".

    Se puede decir que los lugares destinados al turismo
    suponen un proceso de valorización que apela a los actores
    privados, públicos o mixtos de un determinado territorio
    para tratar de destacar e identificar, a través de un
    proceso de valorización, organización y
    planificación territorial, los recursos, de facilitar el
    acceso a los mismos y de hacerlos comprensibles para los
    visitantes, con el fin de incrementar su valor de uso velando a
    la vez por su preservación.

    La vinculación de los actores representa una
    alternativa de articulación productiva para el desarrollo,
    ya que se aprovechan recursos, potencialidades y capacidades
    territoriales, además de generar mejoras en el sector
    productivo y de servicio.

    Para Lazo Vento (2002), los actores y agentes del
    desarrollo local se pueden dividir en varios grupos
    fundamentales; en primer lugar se debe ubicar el Gobierno Local,
    como máximo responsable de todo el proceso de desarrollo y
    actor principal, además juegan un papel importante las
    empresas y otras organizaciones empresariales radicadas en la
    localidad, las instituciones u organizaciones no lucrativas, las
    Organizaciones No Gubernamentales (ONG), las organizaciones
    sociales del territorio y otras organizaciones externas dedicadas
    a la cooperación internacional para el
    desarrollo.

    En dicha concepción no aparece
    explícitamente un actor fundamental que es sin duda la
    comunidad local. Ya desde el punto de vista de los destinos
    turísticos o de manera general de las localidades con
    vocación turística, hay que considerar,
    además de a la comunidad local o receptora, a los turistas
    o visitantes que constituyen actores decisivos que, sin ser
    locales, definen el desarrollo de la actividad turística
    con base en la relación oferta – demanda y los
    impactos que genera la confluencia de culturas diferentes en sus
    interacciones con la comunidad. Este criterio es sustentado por
    la autora con base en varios autores (Buhalis, citado en
    Bigné et al., 2000; Perelló, 2002;
    Falcón, citado en Betancourt et al.,
    2007).

    En la figura 1, se muestra la rueda de los
    distintos agentes implicados en el turismo según Buhalis
    (citado en Bigné et al., 2000).

    Monografias.com

    Figura 1. La rueda dinámica de los participantes
    en el destino turístico.

    Fuente: Bigné et al. (2000:34).

    La complejidad y fragmentación del sector
    turístico supone la participación de una variedad
    de actores y organizaciones que componen el clúster de
    turismo y al mismo tiempo, comparten la responsabilidad de
    planificar, gestionar y comercializar la oferta del destino
    turístico. A largo plazo, el éxito de un destino
    requiere de la coordinación y el reconocimiento del
    interés mutuo entre todos los actores
    implicados.

    Para poder organizarse de manera efectiva y eficaz
    resulta fundamental que los roles de cada uno de los actores
    estén claros y que exista consenso sobre los mismos. El
    reparto de funciones entre los sectores privado y público
    dependerá del modelo de administración
    pública de cada destino pero, de manera general, existe
    una tendencia creciente a conceder un mayor protagonismo al
    sector privado.

    Este no es el caso de Cuba, cuyas directrices para la
    actualización del modelo económico plantean por una
    parte que el "modelo de gestión reconoce y promueve,
    además de la empresa estatal socialista, que es la forma
    principal en la economía nacional, las modalidades de
    inversión extranjera previstas en la ley (empresas mixtas,
    contratos de asociación económica internacional,
    entre otras), las cooperativas, los agricultores pequeños,
    los usufructuarios, los arrendatarios, los trabajadores por
    cuenta propia y otras formas, todas las que, en conjunto, deben
    contribuir a elevar la eficiencia",[2] y por otra
    parte, en alusión al peso de la actividad no estatal en el
    sector del turismo se expresa que la "actividad no estatal en
    alojamiento, gastronomía y otros servicios, se
    continuará desarrollando como oferta turística
    complementaria a la estatal".[3]

    Perelló (2002) señaló aquellos que
    considera como principales actores en el destino turístico
    y sus roles respectivos,[4] planteando a juicio de
    la autora una ambivalencia al definir sector público para
    diferenciarlo del privado, lo que induce a entender que incluye
    en el sector público a las empresas turísticas a
    partir de algunos roles que plantea, pero esto no debe verse
    así ni siquiera para el caso cubano por lo antes apuntado.
    Asimismo, introduce en su enfoque el polémico
    término "sociedad civil", por lo que no deja claro si se
    refiere únicamente a la comunidad o tiene en cuenta el
    sistema de organizaciones sociales, de masas y otras con fines
    políticos.

    Un criterio más acorde a las implicaciones de los
    actores locales en función del desarrollo turístico
    sostenible a escala local o de destino, lo establece
    Falcón (citado en Betancourt et al., 2007)
    retomando la idea de la conciliación de
    intereses.

    Hay que señalar que más que de actores,
    dicho autor habla de agentes implicados, donde reconoce en primer
    lugar a la comunidad local, se refiere al turista como el actor
    principal del sistema, puesto que sin él no tiene lugar el
    desarrollo turístico -enfoque este que se comparte por la
    autora-, así como habla de los órganos de la
    administración pública (entiéndase Gobierno
    o representación del Estado), de las empresas
    turísticas, de las empresas locales (lo que parece indicar
    una distinción entre sector empresarial turístico y
    no turístico, pero sin tener en cuenta los aspectos
    relativos a la propiedad), y por último, se refiere a los
    medios de comunicación. Como se puede ver en la figura
    2
    , el esquema sugiere que el turista se encuentra en el
    centro del sistema y que la administración pública
    actúa como garante y gestor de todo el proceso de
    desarrollo del destino, dándose relaciones de doble
    sentido.

    Monografias.comFigura 2. Relaciones entre agentes para
    el desarrollo turístico del destino.

    Fuente: Betancourt, M. E. et al.
    (2007).

    Teniendo en cuenta todas las consideraciones apuntadas,
    así como el carácter sectorial del turismo en el
    caso de Cuba, es necesario observar algunos principios que a
    criterio de la autora deben regir el proceso de acciones para el
    desarrollo local con eje en el turismo. Estos son: (1) la
    identificación, puesta en valor y dinamización de
    atractivos y recursos endógenos existentes en las
    localidades; (2) la integración de las distintas cadenas
    de valor que conforman el sector turístico y que definen
    su complejidad (ya sea desde el sistema empresarial
    turístico local, público y privado, como desde los
    operadores mayoristas y minoristas de la actividad, nacionales e
    internacionales), todo ello en función de reforzar las
    ventajas competitivas de la localidad a través de la
    noción de clúster
    turístico[5]así como (3) el
    establecimiento de alianzas estratégicas o redes que
    posibiliten la articulación de los actores y los
    encadenamientos productivos en función de la actividad
    turística a escala local.[6]

    Sobre este último elemento se profundiza a
    continuación.

    1.3 La noción de cadenas productivas locales

    Los sistemas productivos, áreas de
    especialización flexible, territorios de industria
    endógena, como también se les ha llegado a
    denominar, son mecanismos que promueven actividades
    económico-sociales, y la vinculan con la iniciativa
    privada, de esta forma se busca potenciar una serie de recursos,
    fuerzas y capacidades propias para crear nuevos empleos y
    regenerar la estructura socioeconómica de las localidades.
    Bajo este contexto, un sistema productivo encuentra su mejor
    expresión en lo local.

    La dinámica de los sistemas productivos se
    desarrolla en áreas caracterizadas por un sistema
    sociocultural, estrechamente vinculado al entorno territorial que
    puede influir en el proceso permanente de la localidad y de la
    región.

    A la hora de analizar los encadenamientos productivos
    locales, es importante diferenciar entre lo que es el "perfil
    productivo" del municipio de "las actividades económicas
    que lo sostienen". Cuando se habla de perfil productivo, esto
    tiene que ver con las actividades productivas o de servicios que
    constituyen motor del desarrollo económico local, o sea,
    aquellas que generan crecimiento con distribución del
    ingreso o con mejoras de las condiciones sociales (Arroyo, 2003,
    citado en Villar, 2005).

    Por regla general, esto no sucede con actividades de
    marcado carácter sectorial como el turismo, que aun cuando
    a nivel local puede ser capaz de sostener a una parte
    significativa de la población local, no genera crecimiento
    ni desarrollo en tanto no articule con el sector productivo local
    y produzca ese efecto de arrastre y derrame deseado. Este
    fenómeno parte más bien de decisiones de
    localización e inversión tomadas por el propio
    Estado, que de la dinámica propia del territorio (Arroyo,
    2003).

    El enfoque de cadenas productivas es considerado
    relativamente nuevo en Latinoamérica, sin embargo, se usa
    desde los años setenta para orientar los trabajos de
    investigación en economía agrícola en otros
    países, principalmente europeos.

    Contrariamente a lo que se piensa tradicionalmente, las
    cadenas productivas no son estructuras que se construyen desde el
    Estado sino que existen desde hace mucho tiempo, ya que refleja
    la realidad de las relaciones entre actores en un sistema de
    producción, comercialización y acceso al
    mercado.

    Al hablar de cadenas productivas, no solo se refiere a
    productos con potencial de mercado, también se encuentran
    presentes actores realizando actividades diferentes alrededor de
    un producto, los cuales se vinculan entre sí para llevar
    el producto de un estado a otro, desde la producción hasta
    el consumo. La estructura y dinámica de todo este conjunto
    de actores, acciones, relaciones, transformaciones y productos es
    lo que se conoce como cadena productiva.

    El enfoque de cadena es pertinente en el contexto actual
    de evolución de la economía mundial,
    competitividad, globalización, innovación
    tecnológica y complejos sistemas agroalimentarios. Este
    análisis es solo una herramienta que permite identificar
    los puntos críticos que frenan la competitividad y las
    ventajas competitivas que potencian la cadena productiva, para
    luego definir e impulsar estrategias de acción concertadas
    entre los principales actores involucrados.

    La autora ha adoptado como definición la aportada
    por Van der Heyden y Camacho (2006:14): "Una cadena productiva es
    un sistema constituido por actores interrelacionados y por una
    sucesión de operaciones de producción,
    transformación y comercialización de un producto o
    grupo de productos en un entorno determinado".

    En la figura 3 aparece una cadena productiva bajo
    un esquema sencillo.

    Monografias.com

    Figura 3. Esquema simplificado de cadena
    productiva.

    Fuente: Van der Heyden y Camacho (2006:14).

    Las cadenas productivas reflejan una situación
    dinámica y una interacción espontánea, sus
    actores cambian y pueden pertenecer también a otras
    cadenas productivas independientes, su entorno evoluciona y se
    modifica, en ella intervienen muchos actores que mantienen
    relaciones complejas entre ellos, pueden existir cuellos de
    botellas, vacíos, traslapes de actividades y costos de
    transacción que restan competitividad y disminuyen sus
    beneficios. En la figura 4, se representa una cadena con
    un esquema que traduce la realidad, donde se puede apreciar la
    complejidad de las relaciones que pueden darse y la dificultad
    que puede tener en interpretarse.

    Monografias.com

    Figura 4. Esquema de cadena productiva que se acerca a
    la realidad.

    Fuente: Van der Heyden y Camacho (2006:15).

    Armando Nova González (2009) en su estudio de las
    cadenas productivas en la agricultura y el papel del
    cooperativismo en Cuba señaló que la cadena
    agroproductiva-comercializadora constituye un sistema complejo
    dentro del complejo sistema de la economía cubana que
    requiere ser tratado bajo condiciones sistémicas. Este
    sistema está a la vez constituido por diversos subsistemas
    interrelacionados y que interactúan entre ellos; tiene su
    punto de partida en el territorio, reclama la
    participación de diversas variables iniciándose por
    la producción y su interacción con el consumo,
    estimados de producción, cosecha, envase,
    transportación, almacenaje y conservación
    (frigorífico), mercado mayorista, industria de beneficio,
    industria procesadora, hasta la distribución minorista (en
    productos frescos y beneficiados), donde el hombre constituye el
    elemento más importante y presente a lo largo de toda la
    cadena.

    Para una adecuada gestión de las cadenas
    productivas locales, resulta imprescindible el dominio de la
    información, por ejemplo: datos de demandas de clientes,
    el estado del inventario de almacenes, tiempos y plazos de
    producción, planes de promoción o fechas de
    embarque. Ello facilita el proceso de toma de decisiones en base
    a la demanda del consumidor.

    El turismo es una actividad de servicio que tiene una
    relación muy cercana con otras ramas económicas
    como son, por ejemplo: la agricultura, la industria, el
    transporte y las comunicaciones, ya que un aumento de la
    actividad turística en una localidad genera un incremento
    de las necesidades de alimentos, materiales, recursos, servicio
    de transportación y alojamiento, entre otros, lo que
    demuestra que el desarrollo del turismo tiene un efecto de
    arrastre sobre el resto de las actividades económicas y
    esto a su vez potencia el desarrollo en el ámbito local a
    partir del consumo de los bienes y servicios que se producen en
    el territorio.

    Por lo que se considera "que el turismo es un medio
    eficaz para lograr recursos destinados a las localidades
    beneficiadas por la llegada de la actividad. Los ingresos
    recaudados por este concepto pueden llegar a remediar los
    problemas económicos que les aquejan, solucionando graves
    desequilibrios presupuestarios y ayudando a financiar obras de
    infraestructura que se hacían imprescindibles para el
    vecindario aún antes de la expansión. No obstante
    no debe olvidarse que muchos municipios se han visto desbordados
    en sus necesidades presupuestarias por la llegada del turismo al
    no haberse adecuado a la nueva situación y a las
    exigencias que la actividad plantea" (Cabrera,
    2010:35).

    La cadena productiva del turismo está
    diseñada desde la contribución de la base
    productiva que oferta los principales productos alimenticios
    hasta la atención que se les presta a los turistas,
    mediante la acción final de comercialización
    internacional que efectúan empresas turoperadoras, que se
    ubican en los eslabones finales de la cadena.

    1.3.1 El análisis de Cadena de Valor aplicado al
    Turismo

    La cadena de valor es un instrumento metodológico
    para el análisis interno de la organización, al
    permitir una partición de la empresa en actividades y
    estudiar cómo ayuda cada una a la consecución de
    los objetivos estratégicos generales, teniendo en cuenta
    la interrelación entre ellas. La cadena de valor ha sido
    también ampliada al análisis del sector en el que
    las organizaciones compiten, siendo estudiada en profundidad por
    Porter.

    Kaplinsky y Morris (2002) definieron una cadena de valor
    como el conjunto de todas las actividades que son necesarias para
    producir un bien o servicio desde su concepción, pasando
    por las diferentes etapas de producción (que involucran
    una combinación de transformación física y
    los insumos de diferentes servicios) hasta el suministro al
    consumidor final para su uso.

    El modelo de la cadena de valor, como generador de valor
    en las empresas, distingue dos grandes grupos de actividades en
    las mismas:

    • Las actividades básicas, que tienen que ver
      directamente con la creación de valor
      (logística de entrada, operaciones, logística
      de salida, marketing y servicio al cliente).

    • Las actividades de apoyo, que sirven para que las
      primeras puedan coordinarse, administrarse, compartir
      información, etc. (infraestructura, recursos humanos,
      I+D[7]y abastecimiento).

    Estas actividades deben estar coordinadas, pues la
    generación de valor va a depender tanto de la eficiencia y
    eficacia con la que se desempeñen las mismas como de la
    coordinación que exista entre estas.

    El análisis por cadena de valor ha sido
    más empleada para la producción de bienes. Sin
    embargo, el turismo no es un producto, sino un complejo conjunto
    de servicios turísticos que se complementan, y de bienes
    necesarios para la producción de los servicios. En este
    sentido cabe recordar que la mayoría de los servicios se
    caracterizan por la simultaneidad de la producción y el
    consumo. En el caso del turismo, la producción y el
    consumo de los servicios tienen lugar en una localidad
    geográfica o espacio físico específico
    llamado destino turístico.

    Para aumentar el valor global del producto
    turístico, se hace necesaria la contribución de
    múltiples y heterogéneas empresas. En el sector
    turístico el consumidor (turista) solo percibe la
    existencia de un único producto, que no es más que
    su experiencia turística. Por tanto, la creación de
    valor en el sector turístico debe basarse en la
    integración de actividades diversas en un único
    sistema, lo cual hace necesario el análisis del mismo en
    su conjunto.

    La cadena de valor o sistema de valor del sector
    turístico no es más que el conjunto de actividades
    interrelacionadas que se desarrollan en el mismo y que
    añaden valor a la experiencia turística. Como dicha
    herramienta metodológica fue diseñada para su
    aplicación a la industria manufacturera, debió ser
    adaptada al sector servicios en general y al turístico en
    particular. Así por ejemplo, como recoge Buhalis (2003:37)
    "el proceso de producción en las empresas dedicadas a la
    restauración no empieza hasta que el cliente no llega a la
    empresa y decide consumir su producto".

    En este sentido, mientras que el cliente no suele
    participar en el proceso productivo de las empresas del sector
    manufacturero, para las del sector turístico este hecho se
    convierte en pieza clave del mismo, siendo necesaria su
    participación a la hora de configurar el producto final,
    tanto desde la óptica de la empresa como del destino
    turístico.

    A la hora de identificar las actividades de valor que
    son críticas para la posición competitiva de la
    empresa turística según Rodríguez
    Domínguez (2000:350) "se debe analizar toda la cadena de
    valor del sector, para posteriormente estudiar las actividades en
    las que la empresa dispone de alguna competencia distintiva que
    le permita sustentar en ellas sus ventajas competitivas, pues el
    análisis de la cadena de valor se ha adoptado para
    entender qué actividades de una organización pueden
    erigirse en fundamentales como fuente de ventaja
    competitiva".

    Una buena aplicación de la cadena de valor al
    sector turístico fue planteada por Poon (1993), adoptando
    la misma clasificación hecha por Porter en actividades
    primarias y secundarias, analizadas a
    continuación:

    Las actividades primarias se identifican con
    aquellas actividades que agregan valor a la experiencia
    turística al entrar en contacto directo con los
    consumidores y configurarse, de esta forma, en actividades
    imprescindibles en toda experiencia. Entre ellas se destacan: los
    servicios de transporte; los servicios en el sitio, referidos a
    las actividades que demandan los turistas en los lugares
    visitados, tales como alquiler de coche, atracciones,
    alojamiento, restauración, etc.; la confección de
    paquetes al por mayor, actividad realizada por los turoperadores;
    el marketing y venta, dentro de esta actividad se sitúan
    las actividades de promoción y comercialización de
    los destinos; la distribución al detalle, desarrollada por
    las agencias de viajes; y el servicio al cliente y postventa, de
    tal forma que estas actividades va a aumentar la calidad de la
    experiencia turística.

    Por su parte, entre las actividades de apoyo o
    secundarias
    a la industria turística destacan: la
    infraestructura, en la que se incluyen aquellas actividades que
    afectan a toda la cadena de valor del sector; el desarrollo de
    los recursos humanos; el desarrollo de productos y servicios; el
    desarrollo de sistemas de información y
    tecnológicos; y por último, el
    aprovisionamiento.

    En el cuadro 1 se puede apreciar de forma
    simplificada toda la cadena de valor del producto
    turístico, es decir todos los eslabones del proceso que
    permiten que se conozca, se desee, se compre, se produzca y se
    recomiende, una determinada experiencia turística en un
    determinado territorio. En el cuadro, se considera igualmente la
    multiplicidad de agentes implicados. Una parte de ellos de
    carácter público por la naturaleza de los servicios
    que deben prestar y otra de carácter privado,
    también con agentes de muy diversas naturaleza y
    características (desde las grandes corporaciones
    hoteleras, turoperadores, empresas de transporte) hasta multitud
    de MiPyMEs[8]muchas de ellas de carácter
    personal o familiar.

    Monografias.com

    Cuadro 1. Forma simplificada de la cadena de valor del
    producto turístico

    Partes: 1, 2

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