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Historias narradas por el señor Agustin Peinate en el pueblo de San Jose de Carayaca




Enviado por León Morales



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    Historias narradas por el señor Agustín
    Peinate sobre sus andares por los pueblos de Tarmas, Carayaca y
    Naguatá en tierras del antiguo departamento Vargas –
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    Historias narradas por el señor
    Agustín Peinate sobre sus andares por los pueblos de
    Tarmas, Carayaca y Naguatá en tierras del antiguo
    departamento Vargas

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    Sr. Agustín Péinate (con
    corbata de lazo) en 1.947

    El día 11 de junio del 2.011, se
    entrevistó al señor Agustín
    Péinate
    quien es Patrimonio Cultural Viviente
    del Edo. Vargas y natural del sitio de Bachaquero
    en las cercanías de Anare en el pueblo de
    Nuestra Señora de la Candelaria de
    Tarmas, en jurisdicción de la Parroquia
    Carayaca del Edo. Vargas, en donde nació en
    el año 1.916.

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    La Cruz Verde en Carayaca, año
    2.005

    La memorable entrevista se llevó a cabo a las
    11:00 de la mañana, al lado de afuera de su casa de
    habitación La Calle "Tamanaco" del Sector "La
    Cruz Verde
    " en el ancestral e histórico pueblo de
    San Joseph de Carayaca, por parte del historiador
    local León Manuel Morales quién es natural
    del pueblo de Tarmas y vecino de la antes mencionada
    comunidad carayaquera.

    ¿Cómo ve usted el clima que estamos
    viviendo en Carayaca hoy en día, señor
    Agustín?

    Los calores de ahora se deben más a las
    devastaciones de los bosques que se han hecho en todas estas
    costas. Tengo que decir que siempre ha habido calor; pero antes
    no veíamos las brisas marinas metiéndose como
    ahora. Yo creo que a pesar de todo, la naturaleza aún nos
    permite respirar.

    ¿Cómo era la vida de ustedes en los
    tiempos de su juventud en Carayaca y sus alrededores,
    señor Péinate?

    Yo recuerdo que en el año 1.932, siendo muy joven
    aún y a pesar de lo difícil y duro que fue esa
    época en Venezuela, en donde no había
    trabajo y se podía notar en esos tiempos la gran crisis
    que vivía el gomecismo en esos tiempos.

    Yo tuve que irme hacia los lados de los pueblos de
    Caraballeda y Naiguatá en busca de un
    trabajo, y que en verdad me permitiera traer algo para la casa, y
    de esa manera poder mantener a mi viejita Leoncia
    Péinate
    .

    ¿Y cómo fue que usted a esa edad se fue a
    buscar fortuna en otros lares, señor
    Agustín?

    Yo salí desde aquí de Carayaca a
    trabajar en la hacienda del Dr. Caracciolo Parra
    Pérez
    , eminente político venezolano quien fue
    un gran historiador y fue ministro en el gobierno del General en
    Jefe Juan Vicente Gómez Chacón. Él
    era hijo de don Caracciolo Parra Picón y nieto del
    historiador, jurista y diplomático Dr. Caracciolo Parra
    León
    , quien falleció en Caracas, el 9 de
    febrero de 1.939.

    Luego me regresé a Carayaca y me
    informaron que estaban construyendo la planta eléctrica de
    Naiguatá y que allá necesitaban hombres y
    bestias (burros para trabajar).

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    Casa de la familia Padilla en El
    Almendrón en Carayaca

    ¿Y cómo fue ese trayecto, señor
    Agustín?

    Yo, desde aquí salí con varios burros
    caminando todos esos trechos llegué al sitio. Los burros
    se usaban para cargar el cemento que llegaba a La Guaira
    en barcos de velas.

    Allí comencé a trabajar y los burros
    cargados de cemento los teníamos que llevar por trechos
    duros y difíciles, como en una distancia, desde esta mi
    casa en La Cruz Verde hasta Sabana de
    Matías, más o menos.

    ¿Y cómo le fue allí, señor
    Agustín?

    Por ser muy joven me pusieron más bien a cortar
    hierbas para las bestias, en donde me pagaban doce
    bolívares mensuales, más la comida. Allá se
    encontraba trabajando el señor Guillermo Fumero
    quien laboró por muchos años en la Electricidad
    de Caracas
    .

    ¿Y cómo fue que usted se fue a trabajar
    por esos lares, señor Agustín?

    Claro está, yo me fui a trabajar por esos lados a
    petición de mi hermano Valentín
    Péinate
    quién nació en el año
    1.900. Yo para esos tiempos yo tenía 16 años y
    él 32 años; cuando yo me fui, llegué por los
    lados de "Los Aguacates" y "Las Cascadas", donde
    vivía mi hermano Valentín con una mujer
    llamada Juana Suárez.

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    Arreos de burros y mulas en la ruta
    del tren Caracas a La Guaira

    ¿Qué situaciones vivió usted por
    allá, señor Agustín?

    En esos tiempos me tocó vivir muchas situaciones;
    estando trabajando mi hermano en el conuco, su mujer me
    dejó atendiendo el fogón en el rancho; cuando de
    pronto se aparecieron varios individuos con los machetes colgados
    de frente y envainados.

    Uno de ellos, me dijo estas palabras: "…
    Muchacho, prepárese que usted se va con nosotros en este
    momento de comisión…".

    ¿Y qué sería lo que quería
    esa gente, señor Agustín?

    Bueno, yo de inmediato le respondí bajo estos
    términos:

    Mire, yo no puedo dejar esto solo, ya que soy menor de
    edad para irme en estos momentos con ustedes. Denme ustedes un
    chance y en este momento voy avisarle a mi hermano
    Valentín para que venga y hable con ustedes. Ya que
    él me dejó encargado de atenderle el fogón y
    cuidarle el rancho.

    El encargado de la comisión me dijo lo siguiente:
    "… Así que tienes un hermano mayor; vaya pues a
    buscarlo y lo trae ante nosotros; y más luego usted se
    viene con nosotros…".

    ¿Y quiénes eran esa gente, señor
    Péinate?

    Al principio no sabía quiénes eran en
    verdad; pero ellos me permitieron que fuera a buscar a mi hermano
    Valentín.

    Yo caminé como de aquí a la bomba de
    gasolina, más o menos, y en el trayecto me encontré
    con Juana Suárez, y le dije estas palabras:
    "… Juana, llámate a mi hermano
    Valentín, que allí en el rancho se encuentra una
    comisión y quieren que yo me vaya con
    ellos…".

    Ella algo sobresaltada, me dijo estas palabras:
    "… Agustín, por el amor de Di_s, escóndase;
    no se deje agarrar que yo voy a hablar con Valentín, para
    ver qué es lo que en realidad quiere esa
    gente…".

    ¿Y qué fue lo que hizo la señora
    Juana, señor Péinate?

    Ella a paso rápido se fue a buscar a mi hermano
    Valentín y le explicó lo que estaba pasando en el
    rancho con la comisión que había llegado en esos
    momentos. Mi hermano Valentín se dirigió a paso
    rápido al rancho y al llegar saludó a la gente que
    conformaba la comisión, preguntándole a su jefe, lo
    siguiente: ¿qué los trae por aquí y que
    desean ustedes?

    Y el jefe de la comisión le contestó con
    estas palabras: "… Nosotros, lo mandamos a buscar porque
    en estos momentos nos vamos a llevar de comisión a su
    joven hermano…".

    Y mi hermano Valentín, le respondió de
    esta manera:

    "Ustedes no se pueden a mi hermano Agustín; ya
    que él no es de aquí y además es menor de
    edad. Así que dejen que yo les acompañe en esa
    comisión que van a hacer ustedes en estos
    momentos".

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    Generales Juan Vicente Gómez y
    Eleazar López Contreras

    ¿Qué era lo que en realidad querían
    esa gente y que era lo que pretendían hacer ellos con
    ustedes, señor Péinate?

    Buena pregunta, amigo León; lo cierto del caso,
    fue que ni mi hermano Valentín y mucho menos nosotros, no
    nos imaginábamos lo que estaba en la mente de los miembros
    de esa comisión, ni que pretendían hacer con
    nosotros en esos momentos.

    Valentín tomó algo de comida y
    despidiéndose de nosotros se fue con ellos en la espesura
    de esos montes, pero nunca nos habíamos imaginados que esa
    gente andaban en planes de reclutar gente para el
    ejército; cuando habían caminado un gran trayecto
    que se distanciaba de nuestro rancho, el jefe de la
    comisión le hizo una extraña seña a dos de
    sus hombres, y estos de manera sorpresiva cayeron sobre mi
    hermano Valentín y a la fuerza le colocaron alrededor de
    su cuerpo un mecate.

    Valentín trató de no dejarse amarrar por
    esa extraña gente, diciéndole estas palabras:
    ¿Quiénes son ustedes y porque me tratan de esa
    manera?

    El jefe de la comisión le dijo lo
    siguiente:

    "Cállese la boca carajo, usted en este momento
    está reclutado y va camino a la prefectura de La Guaira
    con nosotros, en donde lo entregaremos a la autoridades
    allá. Y cuidadito con tratar de escaparse, cuidadito
    pues".

    Realmente, nosotros no sabíamos que estaba
    pasando con él, desconocíamos de lo sucedido en el
    camino.

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    Tropas en La Guaira en
    1.893

    ¿Y si ustedes no sabían nada de su hermano
    Valentín, que hicieron después, señor
    Agustín?

    En verdad fueron pasando las horas y Valentín no
    llegaba de regreso al rancho. Ya la situación nos
    preocupaba a Juana y a mí, hasta que no agarró la
    noche en esa montaña y su mujer Juana, después de
    la espera, me dijo lo siguiente: "… Agustín, agarre
    esas tres gallinas que están allí y
    lléveselas, que en el camino alguien le dará tres
    reales por cada una…".

    En realidad, en esos momentos no tenía ni medio
    para poder irme a Carayaca avisarle a mi señora
    madre. Yo recuerdo que salí en la madrugada caminando con
    destino al pueblo de Naiguatá, en el sitio de
    Care estaba una parada en donde se encontraban los obreros
    que estaban construyendo la carretera de
    Caraballeda.

    Llegué allí y pude hablar con uno de ellos
    en esa posada, preguntándole: ¿Usted me puede
    comprar estas tres gallinas?

    Y él me contestó muy respetuosamente con
    estas palabras: "… Yo no sé la puedo comprar, pero
    espere que llegue el caporal, que él si se las puede
    comprar…".

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    Pueblo de San Francisco de Asís
    de Naiguatá, año 1.900

    ¿Y qué pasó con esa espera,
    señor Péinate?

    Bueno, yo tuve algo de paciencia y estuve esperando por
    un buen rato al caporal, al fin él llegó a la
    posada y con mucho respeto me dirigí a él, bajo
    estos términos: ¿Usted, me puede comprar estas tres
    gallinas, señor?

    Inmediatamente, él me preguntó: ¿A
    qué precio las vende, muchacho?

    Y en realidad yo le puse un precio más alto de lo
    que me había dicho Juana, y le dije: "… A tres
    bolívares cada una, señor…".

    Y rápidamente él me respondió de la
    siguiente forma: "… No, muchacho; te las pago a tres
    reales cada una. Toma un fuerte por las tres, y es más, te
    va a quedar un real de más que te sirve para el
    camino…".

    ¿Y qué se encontró usted en el
    camino a partir de ese momento, señor
    Péinate?

    Te manifiesto que en todas esas costas había
    muchos árboles, uvas de playa, cujíes, tunas,
    wazabaras y muchas arboledas de cocos. Los ranchos eran hechos de
    cogollos de palmas y las paredes se rellenaban con conchas de
    cocos; y por eso era que había tanto chipo en estas
    tierras que es el que genera el mal de Chagas.

    Luego con esos cinco bolívares comencé a
    caminar hasta el pueblo de Caraballeda, agarrándome
    la tarde en esos andares; ya que no se podía caminar por
    esos parajes solos y mucho menos siendo un menor de edad. Y
    después de tanto caminar, al fin decidí ponerme a
    descansar en una piedra grande que vi en el sitio, me di cuenta
    de que era el ocaso de la tarde, debido a que comencé a
    oír las voces de las montañas y de los bosques,
    como a las aves de las playas, estaba al borde de la noche en
    esos momentos.

    ¿Y usted no sentía miedo en esas
    circunstancias, señor Agustín?

    Monografias.com

    General en Jefe Juan Vicente
    Gómez Chacón "El Benemérito"

    Bueno, el miedo es normal en todos y debes comprender
    que en esa época no había luz en casi ninguna
    parte, los montes y selvas eran más tupidos y no se
    hacía vida nocturna como ahora.

    Te diré que estando sentando en esa piedra
    oían los ruidos de los araguatos, perdices y en diversas
    ocasiones a los tigres, cunaguaros y leones.

    Los tigres son más peligrosos que los leones, ya
    que atacan más sigilosamente. Mientras que los leones lo
    que hacían eran rondar los ranchos para ver que
    comían.

    Yo recuerdo que esos anímales eran grandes, ya
    que en una ocasión estando durmiendo en una troja en la
    construcción de la planta eléctrica de
    Naiguatá pude ver como llegaban la techo de la
    posada que eran de cogollo; las culebras tragavenados en busca de
    ratones, esas si eran unas señoras culebras de
    verdad.

    Mira vale, esos bosques eran milenarios; figúrate
    que dos hombres con sus brazos en círculo no alcanzaban a
    rodear uno de esos árboles y una de las curiosidades
    más importantes y que añoramos hoy en día,
    era que había abundante agua; debido a lo alto que eran
    esos árboles y las gotas de agua que emanaban del
    rocío de los mismos, que de hecho producían los
    riachuelos.

    ¿Qué puede pensar un joven sentado en una
    piedra, señor Agustín?

    Te diré que estando sentado en esa piedra por un
    buen rato, bajo mi meditación me pregunté yo mismo:
    ¿Qué carajo hago yo aquí sentado, si no
    conozco a nadie por estos lares?

    De inmediato se apareció un señor muy
    alto, vestido con un buen liqui liqui. Yo pude notar que
    él tenía amputado su brazo izquierdo, ya que la
    solapa la tenía echada hacia arriba; quién
    dirigiéndose a mí, me preguntó lo siguiente:
    ¿Qué hace a estas horas usted por aquí,
    joven?

    Y yo muy modestamente le respondí: "…
    Señor, yo estoy descansando en esta piedra porque estoy
    esperando que amanezca para continuar el camino para
    Carayaca…".

    Y él me dijo: ¡Ah,
    Carayaca!

    Pero, más luego me dijo estas palabras: "…
    Mire joven, no se mueva de aquí, espere a que yo regrese,
    no se mueva…".

    Yo me sentí muy extrañado por las palabras
    de ese señor y en realidad le hice caso, yo en
    ningún momento me moví de ese sitio, lo
    esperé hasta su regreso. Lo curioso del caso es que cuando
    llegó fue a donde estaba yo, y sacando de su faltriquera
    una moneda de cinco bolívares, me la dio.

    Yo le recibí el dinero y más luego me
    preguntó: ¿Tiene usted familia por estos lares,
    joven?

    Y le conteste de la siguiente forma: "…
    Señor, yo tengo un hermano llamado Valentín
    Péinate;
    él está viviendo entre "Los
    Aguacates
    " y "Las Cascadas…".

    Yo pude notar que él se sorprendió mucho
    cuando le di el nombre de mi hermano Valentín,
    diciéndome estas palabras: "… Ah, caramba. Si usted
    es hermano de Valentín. Él es quién me cuida
    y le da de comer a mis perros de cacería en mi
    finca…"

    ¿Y dónde está él?

    Le respondí lo siguiente: "… Señor,
    él se fue a recibir una comisión que llegó a
    su rancho y se fue con ellos, y hasta el presente no sabemos nada
    de él…".

    Él me dijo estas palabras: "… Joven,
    cuando usted vea venir el carro que va para
    Maiquetía, lo para y se monta, diciéndole a
    su chofer que va de mi parte, recuerdo que usted no va a pagar
    pasaje…".

    En verdad eso fue lo que hice, pero de pronto pude
    observar que venía un carro entre esa polvareda que
    levantaban sus cauchos, era un carro viejo de tablas y con unos
    cauchotes. Yo me monté y el chofer me dijo estas palabras:
    "… Usted, me dice en donde se va a quedar, que yo no
    conozco muy bien el camino…".

    Y le respondí: "… Está bien,
    señor…".

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    Carretera entre La Guaira y
    Macuto

    Ese buen hombre se llamaba Bernardino
    Martínez
    , de quién pude observar tenía
    una gran influencia en esos tiempos, ya que él me dijo
    estas palabras que siempre he recordado hasta el presente desde
    el año 1.932 y que fueron las siguientes:

    "Joven, si usted ve que el Presidente de la
    República, el mismísimo General Juan Vicente
    Gómez
    trata de pararle el carro, no le haga caso, no
    pare el carro y siga su camino hasta donde lo lleven, no se le
    pare a nadie en el camino, ni al mismo diablo que se le
    aparezca".

    ¿Y cómo fue ese viaje en ese carro de
    tablitas, señor Agustín?

    Esa carretera era muy estrecha y estaba muy pegada a la
    playa, con muchos obstáculos en el trayecto, ya que esas
    vías fueron hechas a pico y pala por esas cuadrillas de
    valientes obreros, quienes a diario trabajaban de sol a sol para
    llevarles el sustento a sus familias.

    Bordeando todas esas costas y orillas de playa pasamos
    por Macuto hasta alcanzar La Guaira y
    Maiquetía; al fin llegamos a la Calle Real
    de Pariata, diciéndome el chofer lo siguiente:
    "… Hasta aquí lo traigo, joven…".

    Me baje del carro y me fui caminando por una pica que me
    condujo hasta el Callejón Arcaya, el cual llevaba
    el nombre de mi viejo amigo Andrés Arcaya
    quién metió la primera línea de autobuses
    que tuvo el pueblo de Carayaca en toda su
    historia.

    Él vivía con sus hijos y mujeres cerca de
    allí y mi cuñado Venancio Carapaica Vega le
    trabajó por muchos años como chofer en sus
    autobuses.

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    Pariata en 1.912

    ¿Y qué hizo después en el
    Callejón Arcaya, señor
    Péinate?

    Estando en ese callejón, ya me encontraba
    bastante seguro. Inmediatamente me fui para la casa de
    Jesús María Ochoa quién era de Tarmas
    y si más no recuerdo, yo creo que era el padre de
    Santamaría Tortoza (Santana).

    Además, él era mi paisano y a su vez era
    familia de Antonino Aureliano Ochoa (marido de mi maestra
    Adela Iriarte, quienes se casaron en Carayaca en 1.927) y
    de Ramón Díaz Ochoa (padre de
    Nicolás, Encarnación y Saturnino
    Díaz).

    Jesús María Ochoa vivía con
    Petra Oropeza, quienes eran los dueños de la casa
    del Níspero en Tarmas que fue de los
    Quintero del Guire y en donde viviera por muchos
    años el señor Ángel Herrera
    Guevara
    .

    Monografias.com

    La casa del Níspero en
    Tarmas

    Ellos tenían arreos de burros y en la madrugada
    salían para Carayaca, y entre ellos estaban los
    Baritto; como a las dos y media de la madrugada partimos
    desde Pariata para Carayaca, y bajábamos por
    los lados de Mare.

    Ya que ese camino nunca ha sido cambiado y aún
    sobrevive hasta el presente; siempre buscando la costa hasta
    alcanzar a Catia de La Mar, que era un pueblo de
    pescadores que estaba ubicado en donde hoy está el
    balneario.

    Y después de atravesar el Río Mamo
    y andar con los arrieros que venían con nosotros,
    alcanzamos El Pozo, subimos el Alto de
    Tupiepe y al fin llegamos a la entrada del pueblo de
    San Joseph de Carayaca.

    ¿Y qué pasó cuando usted
    llegó a Carayaca y le tocó conversar con su
    madre Leoncia Péinate, señor
    Agustín?

    Te diré que llegué muy agotado, producto
    de esa jornada que hice que es bastante larga, dura y
    difícil para poder llegar frente a mi madre en
    Carayaca. Mi madre con gran preocupación, me
    preguntó: ¿Por qué te regresaste,
    Agustín?

    ¿Qué pasó,
    cuéntame?

    Y con gran nostalgia le comenté lo siguiente:
    "… Mamá, he venido a notificarle que una
    comisión se llevó a mi hermano
    Valentín en Naiguatá y hasta el
    presente, tanto Juana como yo no hemos sabido nada de
    él…".

    "Mamá, es necesario que ambos vayamos a
    Maiquetía para ver qué pasó con
    Valentín".

    Y mi mamá me dijo: "… Bueno, prepare las
    cosas mijo, que ya nos vamos pá La Guaira en estos
    momentos…".

    Yo estuve en mi casa como dos horas y media más o
    menos, y de inmediato nos regresamos para La Guaira; cuando
    llegamos a Maiquetía nos encontramos que a mi
    hermano Valentín ya lo habían soltado, gracias al
    señor Bernardino Martínez quién
    intercedió ante las autoridades en esos
    momentos.

    Lo que supimos fue que el señor Bernardino
    Martínez
    intercedió ante el gobierno del
    General Gómez y los jefes oyeron sus planteamientos, en
    donde él expresó que mi hermano era sostén
    de familia y que mi madre era una mujer muy anciana, y con
    él era que contaba cómo sostén de la
    familia.

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    Calle "Las Perlas" en Maiquetía
    a finales del siglo XIX

    ¿Qué cosas recuerda usted de su madre,
    señor Péinate?

    Te manifiesto que yo nací en un lugar de
    Tarmas llamado Bachaquero en 1.916. Para ese tiempo
    mi madre tenía 38 años de edad, ya que ella
    murió muy anciana a la edad de 94 años. Ella era
    una mujer muy dura y así eran esos tiempos.

    ¿Cómo era Carayaca en esos tiempos,
    señor Agustín?

    Mira vale, antiguamente había bandoleros y los
    arrieros tenían que andar en caravanas y más cuando
    llevaban aguardiente, de ser así, casi siempre iban dos en
    cada arreo de mulas y burros para poder protegerse en el camino.
    Los que llevaban los arreos les abrían a las pipas de
    aguardiente pequeños huequitos para tomar el aguardiente
    que iba adentro, luego las taqueaban con pequeños taquitos
    de madera.

    Yo recuerdo que en esos tiempos unos bandidos que
    vinieron de Chirimena llegaron a Care y mataron a
    la mujer de un italiano llamado Duilio. Los bandoleros
    eran de Chuspa, Chirimena, Higuerote y
    había uno que era de Carayaca; eso fue algo
    oprobioso, ya que el jefe civil en Carayaca era Benito
    Contreras
    y su hermano era el jefe civil en La
    Sabana
    .

    ¿No sería que el hermano del andino
    Benito Contreras fue el que mataron en el pueblo de La
    Sabana
    en 1.931, señor Agustín
    Péinate
    ?

    Es casi probable que así sea, mi estimado amigo.
    Ya que en el pueblo de La Sabana por ser el más
    importante en esa costa de arriba, sucedió algo que
    conmovió a esas tierras de ese litoral a barlovento de
    Carayaca. Allí se dio una revuelta que la
    lideró un conocido brujo de Guayabal a quien
    llamaban Manta.

    ¿Y qué historia es esa del brujo de
    Manta en Guayabal, señor
    Péinate?

    Si se quiere eso fue algo muy triste y sucedió de
    una manera muy fortuita, ya que la familia Liendo del
    pueblo mirandino de Guayabal, ubicado entre los pueblos de
    Chuspa y Chirimena, fueron personas muy importantes
    en esas zonas; ya que ellos fueron los primeros que metieron las
    máquinas a vapor para las moliendas de caña de
    azúcar en esas tierras y los bergantines y veleros que
    llegaban desde la isla de Margarita o de otras regiones
    del Mar Caribe, entraban al pueblo de Guayabal a
    través del Rio Chuspa, debido a que antiguamente en
    esa zona había mucha agua.

    La gente de Guayabal con los margariteños
    intercambiaban pescados y tortugas, ropas, platería y
    demás enseres, u otras cosas que eran compradas en
    Curazao, Aruba, Bonaire, Barbados,
    Trinidad o en Grenada, y a cambio recibían
    verduras, frutas, cochinos, aves, agua, papelón, tabaco,
    entre otras cosas.

    ¿Cuándo llegó la familia
    Liendo a Venezuela y porque se establecieron en el
    pueblo de Guayabal y en otros pueblos del litoral
    mirandino, guaireño y aragüeño, señor
    Péinate?

    El primer miembro de la familia Liendo que
    llegó a Venezuela procedente de
    España, fue don Juan de Liendo en
    1.571. Y parece que este hombre como que era un hijodalgo
    español que vino en tiempos del Capitán
    Diego de Losada a Caracas y con todos esos
    reconocidos conquistadores españoles de esa
    época.

    Para mí don Juan de Liendo fue un
    gran visionario en cuanto a la tenencia de la tierra se refiere
    en la antigua provincia de Caracas, debido a que vino como
    encomendero de indios y repartidor de tierras a estas tierras en
    el centro del país, pero él sabía que esa
    forma de dominación no era acertada y por eso fue
    más allá que todos los adelantados de su
    época.

    Él quizás fue el primero que le dio
    connotación a las encomiendas en la posesión de las
    tierras por generaciones y es cuando se plantea dar paso a un
    nuevo régimen que lo convirtió más bien en
    un hacendado que influyó en el crecimiento de la familia
    Bolívar en esos tiempos.

    El otro miembro de esa familia fue don Pedro de
    Liendo, quien estaba casado con doña Catalina
    Méxias
    de Abila, hija del encomendero don
    Cristóbal Méxias de Abila, quienes
    recibieron el valle de Chuao como encomienda-hacienda en
    1.591 y el sitio de Zepecurinare en 1.649.

    Doña Francisca Méxias Abila de
    Liendo era sobrina de doña Catalina
    Méxias
    de Abila y contrajo matrimonio con don
    Francisco de Villela, hijo de don
    Tomás de Aguirre Villela, quienes fueron
    dueños del valle de Chuao en 1.634.

    La familia Liendo en Venezuela es muy
    interesante por sus vínculos bien marcados con la gente
    que siempre tuvieron a sus servicios durante siglos y esa es una
    de las características más importantes de ellos en
    tierra venezolana. Hay un personaje bien interesante dentro de la
    familia Liendo y ese encomendero-hacendado fue don
    Santiago de Liendo, quien aparece enredado en unos
    litigios de tierras, primeramente con don Juan de
    Aguilar por tierras en el pueblo de Santa
    Lucía
    en los valles del Tuy en 1.650 y con
    algunos encomenderos-hacendados o con sus descendientes en las
    tierras que fueron de los indios Mariches y
    Guarenas en 1.679.

    Ahora bien, la familia Liendo tiene una
    incursión muy importante en 1.690 y es que debido a sus
    vinculaciones con el encomendero José Rengifo
    Pimentel,
    quién tenía una encomienda en Tarmas,
    fue cuando don Santiago de Liendo se
    convirtió en encomendero-hacendado en la región de
    Mamo y sus vertientes acuíferas y marítimas
    al oeste del Cabo de Joao Branco o de Juan Blanco
    (actual aeropuerto nacional e internacional "Simón
    Bolívar
    ") y que fueron las tierras de los gduapotos
    Parnamacay y Prepocumate.

    Don Santiago de Liendo estaba vinculado
    familiarmente con tres encomenderos que tenían
    encomiendas-haciendas en tierras de Carayaca, como fueron
    don Tomás de Aguirre, la de su pariente
    Tomas de Aguirre Villela y la de
    Simón de Bolívar "El Viejo" (quinto
    abuelo del Libertador Simón Bolívar, por
    línea paterna).

    La vaina allí fue seria en esos días, ya
    que los encomenderos-hacendados que estuvieron en esos litigios
    fueron don José Rengifo Pimentel
    (encomendero-hacendado de Carayaca y
    Maiquetía), don Antonio Gámez
    (encomendero de Tarmas), María Josefa de
    Paredes (hacendada de Chichiriviche de la costa) y
    Lucas Martínez de Parra.

    Lo interesante es que doña Francisca
    Aguirre
    de Liendo fue la primera esposa de don
    Juan de Bolívar y Villegas en la
    Villa de San Luis de Cura en 1.687, quienes
    dejaron una gran descendencia en tierras de
    Aragua.

    Monografias.com

    General en Jefe Simón
    Bolívar y Palacios

    ¿Quiere que le diga algo sobre esta parte de su
    relato, señor Péinate?

    ¿Qué es lo que me vas a decir sobre la
    familia Liendo, amigo León?

    Le voy a contar que varios años después
    personas de la familia Liendo se mezclan con la familia
    del Libertador Simón Bolívar, y eso tiene
    que ver con mi hermano Juan Francisco Morales, quien en su
    segundo matrimonio se casó con la licenciada en artes
    María Gabriela Liendo, ambos vienen por el linaje
    de las familias Aranguren Villegas, y Aguirre
    Liendo
    de Bolívar y Villegas.

    Sobre nuestra descendencia con el Capitán
    Juan de Villegas, mi padre nos contó este
    relato:

    "El Capitán Antonio de Aranguren y
    Beurko tomó por encomienda la tierra de los indios
    Bobures al sur del lago de Maracaibo;
    después le siguió su pariente don Juan de
    Aranguren, quien por Real Cédula fue
    nombrado adelantado para encomendar y repartir indios en
    Mucuchíes, dejando descendencia por los lados del
    pueblo del Tocuyo, en donde nació don Blas
    de Aranguren, hijo legítimo de don Fernando
    de Aranguren y doña Beatriz de
    Villegas, nieto de don Francisco de San Juan
    Aranguren
    , quien contrajo nupcias con doña
    María de la Peña (nieta del Mariscal
    de Campo Gutiérrez de la Peña),
    bisnieto del Capitán Francisco de San Juan
    quien estaba casado con doña Lucía de
    Villegas y era tataranieto de los capitanes don
    Francisco Pacheco y don Juan de Villegas y
    García (alcalde del pueblo del Tocuyo), ancestro
    del Libertador Simón Bolívar y mío
    también, y fundador del pueblo de Nueva Segovia de
    Barquisimeto en 1.552".

    "El Capitán Juan de Villegas y
    García, hijodalgo de la Casa de Villegas en
    el valle de Taranzo nació en Segovia
    España en 1.509. Siendo hijo de don Juan
    López
    de Villegas y doña Juana
    García
    de Segovia. Él vino con los
    Belzares alemanes a la provincia de Venezuela en
    tiempos del Rey Carlos I de la Casa de Habsburgo en
    1.529, contrayendo nupcias con doña Ana Pacheco en
    Coro, hija del conquistador don Francisco Pacheco,
    de cuya unión nacieron 8 hijos. Don Juan de
    Villegas falleció en Nueva Segovia de
    Buría, en las cercanías de Yaracuy el
    11 de agosto de 1.553".

    Ing. Juan Francisco Morales y Licda. María
    Gabriela Liendo

    La esposa de mi hermano Juan Francisco Morales
    viene del linaje de doña María
    Martínez
    de Villegas con Luis de
    Bolívar y Rebolledo, quien era nieta del
    Capitán Juan de Villegas. Allí lo de
    afro-descendiente de su esposa es un claro ejemplo de que en las
    familias vascas que vinieron en la conquista en el siglo XVI,
    realmente se mezclaron con los primeros africanos que trajeron
    para que laboran en sus tierras y que vemos claramente en el
    Libertador Simón Bolívar a través de
    la Marín Jaspe de Montenegro, que es el nudo
    gordiano de la descendencia de los Bolívar y
    Ponte a través de la historia.

    ¿Y qué pasó con la familia
    Liendo en tiempos de la colonia y cuando se
    estableció la Real Compañía
    Guipuzcoana
    y de Ultramar en Venezuela, señor
    Péinate?

    Los Liendo eran muy prósperos desde que
    llegaron de España en tiempos de la colonia y esa
    familia fue muy interesante porque se cruzaron con los
    demás pobladores de allí. Uno de los personajes
    más conocidos de ellos fue el brujo de Manta, ya
    que era un hombre muy bueno y servicial en todas esas
    tierras.

    Yo creo que en los tiempos de la colonia y con la
    aparición de la Real Compañía
    Guipuzcoana
    y de Ultramar en todo nuestro litoral
    guaireño a partir del año 1.720, con el vasco don
    Pedro José de Olavarría fue que se
    extendió por toda la antigua Capitanía
    General
    de Venezuela. La familia Liendo estuvo
    aposentada en las costas aragüeña de Chuao, y
    a raíz de la explotación del cacao, café,
    añil y el cuero se fueron acercando a pueblos como
    Chichiriviche de la costa, La Guaira y a las
    tierras barloventeñas de Guayabal y
    Chirimena.

    La mayor explotación de cacao en el valle de
    Chuao comenzó a partir de 1.728 y el producto era
    almacenado en la factoría que tenían los mercaderes
    guipuzcoanos en San Miguel en Chichiriviche de la
    costa, y desde allí en falupa y balandras a vela era
    llevado a los almacenes de la Guipuzcoana en el puerto de
    La Guaira, para luego enviarlo a
    España.

    Monografias.com

    Puerto de La Guaira en
    1.777

    La familia Liendo fue creciendo y se fueron
    acercando cada día más a sus esclavizados,
    entrecruzándose con ellos y dando forma a una comunidad de
    mulatos que unificó a esa familia en un solo bloque
    humano, con características diferentes a las demás
    familias mantuanas que hicieron vida en nuestra patria, desde los
    tiempos mismos de la conquista española y en los duros
    días coloniales, y que dieron paso a las gestas
    independentistas y que ahora se ejemplariza con ver establecida a
    la familia Liendo en esas tierras que antes
    mencioné en las costas de Aragua, Vargas y
    Miranda.

    Monografias.com

    La familia Liendo envió sus primeros
    productos agrícolas a los guipuzcoanos en La Guaira
    a partir de 1.733 y don Diego de Liendo en vista a
    que ganó mucha plata y oro en sus negocios en ese mismo
    año, tuvo que pagar tributos al Ayuntamiento
    caraqueño por sus ganancias.

    Y entre la subastas de ventas de esclavizados que se
    dieron en el valle de Chuao fue vendido a un rico
    hacendado mejicano en Orizaba de Veracruz el
    esclavizado Juan Manuel Liendo en 1.736. Don
    Antolín de Liendo fue un hacendado
    prominente y a raíz de la ocupación de sus tierras
    en San Sebastián de los Reyes, tuvo que
    cancelar 756 reales al Real Consulado de Caracas en 1 en
    1.737 y su descendiente don José Plaza Liendo
    continuo en sus afanes de hacienda hasta finales del siglo
    XIX.

    ¿Usted cree que las familias de raza blanca de
    los Liendo se hayan cruzados con los esclavizados
    africanos que tuvieron en sus posesiones en los periodos colonial
    e independentista, señor Péinate?

    Claro, vale. La familia Liendo llegó a
    tener en el valle de Chuao a más de 1.500
    afro-ascendientes, de eso no hay dudas. Esa familia se
    cruzó con africanos pertenecientes a los siguientes grupos
    étnicos: "… Matamba, Carabalí,
    Limba, Arará, Tamango,
    Mandinga, Mutema, Buila, Montenina,
    Angola, Malemba…".

    ¿La familia Liendo tuvo algún
    personaje importante en la gesta independentista, señor
    Péinate?

    Sin duda alguna. Ellos tuvieron un digno representante
    dentro de las filas independentistas, y ese personaje algo
    desconocido para muchas personas en nuestro país y hasta
    para esa misma familia lo fue el Coronel Juan José
    Liendo
    .

    Monografias.com

    Ing. Juan Francisco
    Morales

    Él nació en Caracas y fue parte del
    Estado Mayor General del Ejército Libertador
    de Guayana y estuvo bajo el mando del guaireño y
    General en Jefe Manuel Carlos Piar y Gómez,
    y quien a su vez formó parte de los héroes que a
    partir de la Campaña de Guayana en 1.817, el
    Libertador Simón Bolívar llamó los
    "Bravos de los Bravos de
    Colombia".

    ¿Qué otros militares venezolanos
    llevarían ese apellido con el correr de los años,
    señor Péinate?

    Yo a veces pienso que la unidad de la familia
    Liendo, con los africanos que tuvieron en sus haciendas
    como esclavizados y que después consanguíneamente
    pasaron a formar parte de la misma familia, tanto en las costas
    de sotavento como de barlovento, fortaleció al gentilicio
    varguista, mirandino y aragüeño en todas sus
    dimensiones, dentro del marco social y cultural, si se
    quiere.

    Esa expresión comunitaria tuvo su mayor esplendor
    en el pueblo de Guayabal, a barlovento de La Guaira y
    entre las inmediaciones de Chirimena, Río
    Chico
    e Higuerote. La familia Liendo ahora es
    muy numerosa en todas las parroquias del Edo.
    Vargas.

    Tú me preguntaba por algunos militares de esa
    familia en este presente y te diré que hay varios de ellos
    en el mundo castrense venezolano. Yo creo que tú conoces
    al Coronel (GN) Jesús "Chuo" Liendo Liendo,
    quien egresó de la EFOFAC en 1.980 y vivió
    en las cercanías del Río Piedra Azul en
    Maiquetía, ya que sus padres eran originarios de
    los pueblos de Chuspa y Guayabal.

    En realidad te voy a dar algunos nombres de miembros de
    la familia Liendo que egresaron de la Academia
    Militar
    de Venezuela; como de sus puestos de
    graduación, nombres de sus promociones y los años
    en que se graduaron, y que ahora en estos momentos vienen a mi
    memoria:

    Partes: 1, 2

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