Ingeniería, literatura de ficción Belle Époque francesa y la Generación de 1880
Relaciones entre la ingeniería y
la literatura de ficción Belle Époque
francesa y la Generación de 1880 Argentina:
La Belle Époque francesa, donde las
transformaciones económicas y culturales que generaba la
tecnología influían en todas las capas de la
población, tuvo como símbolo a la Torre Eiffel
durante la Exposición Universal de París de 1889 y
nos muestra la importancia de la utilización del hierro y
el acero a escala industrial -inaugurado Revolución
Industrial de Inglaterra [1]en las grandes obras
de ingeniería. Ejemplos de estas obras de
ingeniería y arquitectura moderna pordemos encontrar en el
Crystal Palace, realizado por Joseph Paxton para la
Exposición Universal de Londres de 1851; los puentes para
los trenes como el Viaducto del Garabit, realizado por Eiffel en
1882 o la misma Torre Eiffel realizada para la Exposición
Universal del París de 1889.
Muchos autores han escrito sobre la importancia
histórica que ha tenido la tecnológica del hierro y
acero como materiales (producidos industrialmente a partir de la
ingeniería siderúrgica, en altos hornos) y los
cambios culturales que produjo la intromisión de dicha
tecnología en la historia de la humanidad (es bien sabido
que la arquitectura moderna y la ingeniería civil hacen
uso del hierro-acero en el hormigón armado, para construir
y edificar: puentes, autopistas, edificios, rascacielos, etc.).
Entre los teóricos de los cambios culturales producidos
por los materiales, como el hierro y el acero, destaca Lewis
Munford con su libro
Técnica y civilización. Tomos
I-II (1934).
Imagen ( 231 ): Locomotora a
vapor, el material predominante fue el hierro que provenía
de la industria siderúrgica de los altos hornos. Lewis
Mumford la dedica en su libro una importancia fundamental a este
material a partir de la Revolución Industrial de
Inglaterra. A mediados del siglo XVIII, la industria
británica tenía sólidas bases y con una gran
expansión que estimuló el crecimiento de la
minería del carbón y de la siderurgia con la
construcción del ferrocarril. Las máquinas, como
las locomotoras y los barcos a vapor, se aplicaron a los
transportes y a la comunicación iniciando una enorme
transformación.
La Revolución Industrial no hubiese podido
prosperar sin el desarrollo de los transportes, que
llevarán las mercancías producidas en la
fábrica hasta los mercados donde se consumían. Esto
es un concepto clave sobre el que volverá más
adelante para comprender este pasaje de la historia y sus
relaciones con el tema de investigación.
La Revolución Industrial estuvo dividida en dos
etapas: la primera del año 1750 hasta 1840, y la segunda
de 1880 hasta 1914. La Primera Revolución Industrial
comenzó en Gran Bretaña. Las causas de que fuese el
país pionero en la industrialización fueron tener
una nueva mentalidad liberal económica en la cual se
difundió el liberalismo económico y permitió
desarrollar un mercado más amplio. Otro factor fue poseer
numerosos yacimientos de hierro, usado para construir la
maquinaria y las herramientas y la red de ferrocarriles y contar
con abundantes cuencas carboníferas que producían
carbón mineral, alimento para la maquinaria. A mediados
del Siglo XIX empezaron a cobrar importancia países como
Alemania y Estados Unidos, centros industriales de la Segunda
Revolución Industrial y otros próximos a Gran
Bretaña: Francia, Bélgica y Rusia.
Todos estos cambios trajeron consigo consecuencias
económicas, demográficas y sociales
[2]A mediados del siglo XIX, en Inglaterra se
realizaron una serie de transformaciones que hoy conocemos,
dentro de las cuales las más relevantes fueron:
• La locomotora de vapor fue un modo de transporte
surgido durante la Revolución Industrial.
• La aplicación de la ciencia y
tecnología permitió el invento de máquinas
que mejoraban los procesos productivos.
• La despersonalización de las relaciones de
trabajo: se pasa desde el taller familiar a la
fábrica.
• El uso de nuevas fuentes energéticas, como
el carbón y el vapor.
• La revolución en el transporte:
ferrocarriles y barco de vapor.
• El surgimiento del proletariado
urbano.
La máquina a vapor va a ser central en la
Revolución industrial, las locomotoras a vapor y el uso
intensivo de hierro y aceros de producción industrial
(siderurgia). También en lo relacionado con los
ferrocarriles como ser: las vías férreas, las
estaciones de trenes y los puentes de ferrocarriles.
Imagen ( 232 ): La máquina
de vapor de James Watt (perfección del invento de la
máquina de Newcomen).
La revolución en el transporte, con los
ferrocarriles y barcos de vapor, es una idea central que nos
permitirá entender a la naciente ingeniería y a los
ingenieros (importancia de los personajes de la ficción en
la posterior literatura Belle Époque francesa).
Dicho "espíritu de la época" Belle
Époque, que aparecerá claramente en las
aventuras de literatura científica de Julio Verne,
mostrarán la importancia que la máquinas y los
personajes como los ingenierios tenían en la visión
(burguesa) del futuro de la humanidad.
El Viaducto del Garabit, realizado por Eiffel en 1882 o
la misma Torre Eiffel realizada para la Exposición
Universal del París de 1889, con el Crystal
Palace de Joseph Paxton en 1851, eran en cierto sentido lo
que representaba el "espíritu de la época" Belle
Époque o el "espíritu de la ingeniería":
llegar a lugares antes inalcanzados, cada vez más alto
(con las torres), cada vez más lejos (con las distancia
entre lado y lado en cada puente); logrando en cada nueva
oportunidad una nueva hazaña, una nueva proeza de la
tecnología.
La revolución arquitectónica que se
produjo en el siglo XIX, paralelamente a la mutación de la
sociedad, se puso de manifiesto tanto por una renovación
técnica como por la aparición de nuevas
teorías. Esas técnicas modernas fueron consecuencia
de la disponibilidad de nuevos materiales estrechamente ligados a
la Revolución Industrial: fundición, hierro, acero
y hormigón armado. A su vez, las nuevas teorías
provenían directamente de la ideología
racionalista, que era la de la clase dirigente de Europa.
Asimismo los ingenieros, con sus puentes, estaciones de
ferrocarril y pabellones de exposiciones, se estaban imponiendo
como los nuevos constructores del presente y futuro.
Imagen ( 233 ): Viaducto del
Garabit, realizado por Eiffel en 1882. La altura del arco sobre
el río Thuyére es de 122 metros y una
separación entre ambos márgenes del río de
165 metros. Por él circula el ferrocarril de
Béziers a Clermond Ferrand, entre las localidades de St.
Flour y Marjevols (departamento de Cantal).
Dado que la facilidad del transporte era indispensable
para aquella naciente civilización industrial, no debe
sorprendernos que la vanguardia de la construcción
metálica se concretara inicialmente en la
construcción de puentes que franqueaban espacios cada vez
mayores. Desde el puente sobre el río Severn (Gran
Bretaña) de un solo arco de fundición, con una luz
de 30 metros, construido en 1779, o el viaducto de Garabit,
realizado por Eiffel [3]en 1882, con una luz de
165 metros, se han sucedido de manera ininterrumpida las
hazañas técnicas en la construcción de
puentes. Indudablemente, los puentes suspendidos son lo
más espectacular que la técnica moderna ha llevado
a cabo [4]en esa época.
Además de los puentes metálicos, los otros
dos productos arquitectónicos del mundo industrial y
comercial del siglo XIX son los grandes almacenes y los
pebellones de las exposiciones universales.
Como concepción innovadora del comercio, la
epopeya de los grandes almacenes se inicia en 1852 con la
apertura del Bon Marché, en París. Para el
cual el arquitecto L.-A. Boileau y el ingeniero Eiffel
crearán un conjunto que parece inspirado en Piranesi, de
viguetas de hierro y cristales, permitiendo que por primera vez
un raudal de luz penetrase en el interior de un
almacén.
En 1851, tuvo lugar en Londres la primera
exposición Universal. El imperio británico,
entonces en su apogeo, quiso construir para ella un edificio que
fuera el de mayores dimensiones del mundo. Pero en seguida se
puso de manifiesto que resultaba imposible construirlo con
ladrillo o piedra y en un lapso de tiempo de nueve meses, un
edificio más vasto que las mayores catedrales, que
precisaron de siglos para erigirse. Entonces, un jardinero,
Joseph Paxton (1803-1865) [5]conocido por la
audacia constructiva de sus invernaderos, proyectó una
caja inmensa, con dos elementos básicos: unos pilares con
rótulas en la parte inferior y un chasis. Con sus 3.300
pilares de hierro, 2.224 viguetas y 300.000 cristales sostenidos
por 205.000 marcos de madera, este primer palacio de
exposición universal constituía también el
primer gran ejemplo de prefabricación racional. Este
edificio, llamado el Crystal Palace
[6]medía 563 por 124 metros, y sus
elementos estándar, que cubrían una superficie de
70.000 metros cuadrados, pudieron ser desmontados y reconstruidos
en Sydenham hasta que un incendio lo destruyó en
1936.
Imagen ( 234 ): El Crystal
Palace, realizado por Joseph Paxton para la
Exposición Universal de Londres de 1851. Como
aplicación del sistema de producción en serie,
permitió el empleo a gran escala de piezas prefabricadas.
Los elementos estructurales procedían de distintos
talleres de Birmingham y fueron montados in situ en sólo
seis meses (tiempo record, si se considera que representaba
72.000 metros cuadrados cubiertos bajo techo). The Crystal
Palace en 1851 (literalmente palacio de cristal),
originalmente se encontraba en Hyde Park, pero en 1854 fue
trasladada a una zona del sur de Londres conocida como Upper
Norwood, donde permaneció hasta su destrucción por
un incendio en 1936 [7]
El Palacio de Cristal terminó siendo un
pabellón de 580 metros de largo y 137 de ancho, con una
altura de 34 m. El edificio abarcaba una superficie enorme que
solo estaba separado del mundo exterior por una cubierta
compuesta exclusivamente de vidrio espeso y hierro. No obstante
lo revolucionario de este edificio era como se aplicaba la
tecnología con materiales íntegramente
estandarizados, con un sistema de estructura de hierro y piel de
vidrio, dando respuesta a un programa nuevo de ideas para un
pabellón de exposiciones; por último la
relación interior-exterior en el diseño del Palacio
de Cristal (edificio de paredes transparentes que
permitían el reflejo de los rayos solares y le daban un
aspecto imponente) hacía nacer un nuevo concepto en el
diseño arquitectónico. Esto se evidenciaría
en el denominado "Jardín de Invierno" de la arquitectura
Beaux Arts.
El artífice de la Gran Exposición fue
Henry Cole, miembro de la Royal Society for the Encouragement
of Arts, Manufactures, and Commerce (hoy Royal Society
of Arts). Desde su cargo impulsó la
organización de varias exposiciones de ámbito
nacional. Sin embargo, tras visitar la 11ª Exhibición
quinquenial de París, celebrada en 1849, se plantea
organizar una exposición abierta a la participación
de todas las naciones.
En 1850 se promueve la celebración de la primera
gran Exposición Universal del mundo, apadrinada por el
príncipe Alberto. Se elige Hyde Park como sede, y se
convoca un concurso de ideas para la construcción del
edificio principal, al que se presentarán 245
competidores. Todas las propuestas fueron rechazadas por
considerarse inviables, ya que se basaban en el empleo de grandes
elementos prefabricados no reutilizables. No obstante, las
propuestas del francés Horeau y del irlandés
Richard Turner recibieron mención especial. Ambas
proponían un pabellón de hierro y
vidrio.
Imagen ( 235 ): El Crystal
Palace, realizado por Joseph Paxton para la
Exposición Universal de Londres de 1851. Invernadero que
inspiraría los "Jardines de Invierno" de la arquitectura
típicos de la arquitectura Beaux Arts.
Aunque se debe decir que la idea original no
perteneció a Joseph Paxton sino a Hector Horeau
(1801-1872); que fue quien pensó en construir con hierro
amplios espacios transparentes, a modo de inmensos
invernáculos para contener grandiosas exposiciones
artísticas e industriales. En 1835, Houreau presenta su
primer proyecto de arquitectura metálica, cubriendo un
amplio espacio, a modo de "paraguas" para los más diversos
usos. Cuando se abrió el concurso del Crystal
Palace, en 1850, Houreau reemprendió entusiasmado su
proyecto y diseñó una gigantesca plaza cubierta que
mereció por unanimidad el primer premio. Pero sería
paxton quien realizaría el Crystal
Palace.
Considerado durante mucho tiempo como una de las
maravillas del mundo, o al menos como la obra maestra de la era
mecánica, el Crystal Palace influirá
considerablemente en la técnica y en la estética de
los demás pabellones de las exposiciones universales que
se irán celebrando hasta el final de aquel siglo, como la
Exposición Universal de París de 1889 que
tenía a la Torre Eiffel como símbolo.
La Exposición Universal de París fue
realizada el 6 de mayo al 31 de octubre de 1889. Fue celebrada en
el centenario de la toma de la Bastilla, un acontecimiento
tradicionalmente considerado como el símbolo del comienzo
de la Revolución Francesa. El símbolo principal de
la Exposición Universal fue la Torre Eiffel, completada en
1889, y que servía como arco de entrada a la
Feria.
Imagen ( 236 ): Foto aérea
del domo central de la Exposición Universal de Paris de
1889, junto a la Torre Eiffel.
Imagen ( 237 ): El domo central de
la Exposición Universal de Paris de 1889. La
Exposición cubrió un área total de 96
hectáreas, incluyendo el Campo de Marte (Champ de
Mars), el Trocadéro, la estación de Orsay, una
parte del Sena, y la explanada de los Inválidos
(Hôtel des Invalides).
La Exposición Universal de París de 1889
simbolizaría la apoteosis de la arquitectura
metálica, con la Galería de las Máquinas y,
sobre todo, por la torre Eiffel (símbolo de la modernidad
triunfadora). La Exposición Universal de País de
1889 fue una de las importantes muestras ochocentistas. Ubicada
en el Champ de Mars, entre el Sena y la Escuela Militar,
abarcó un conjunto articulado de edificios en el que
destacaba el palacio con planta en forma de "U", la
Galería de las Máquinas y la Torre Eiffel
(única edificación que hoy queda en pie de aquella
exposición).
En la Exposición Universal de Paris de 1889 se
presentó el Pabellón Argentino, que fue
diseñado por el arquitecto francés Albert
Ballú. Era un edificio construido en hierro y vidrio,
totalmente desmontable, profusamente decorado y muy
moderno.}
El Pabellón Argentino fue inaugurado el 25 de
Mayo de 1889 y obtuvo el primer premio entre los pabellones de
los países extranjeros. Tenía un peso de 1600
toneladas aproximadamente (entre el armazón, molduras,
cerámicas y esculturas decorativas) y ocupaba un predio de
1600 metros cuadrados en el Campo de Marte, muy cerca de la
"Torre Eiffel". En el exterior, las cuatro fachadas estaban
ornamentadas con escudos de cerámica polícroma, y
en cada una de las esquinas se emplazaron grupos
escultóricos, alegorías de "La Navegación" y
"La Agricultura". Poseía dos plantas, el interior contaba
con, además de exquisitas decoraciones en mosaicos y
porcelanas, numerosos vitrales de gran colorido y luminosidad,
destacándose el que representaba a "La República
Francesa recibiendo a la República Argentina", obra de
artistas locales. Todos los materiales utilizados fueron
franceses (según directivas de la exposición), como
así también los escultores y decoradores que
participaron.
La ciudad de La Plata fue premiada en la
exposición, se le otorgaron dos medallas doradas en las
categorías «Ciudad del Futuro» y «Mejor
realización construida».
A partir de 1855, y hasta el año 1889, todas las
exposiciones universales destacadas tendrán lugar en
París. En 1867, Gustave Eiffel (1832-1923), joven
ingeniero de 35 años, se hizo ilustre construyendo, en
colaboración con Krantz, una Galería de las
Máquinas en el Champ de Mars, lugar elegido para estas
manifestaciones. Pero la más extraordinaria Galería
de las Máquinas fue edificada por el arquitecto Louis
Dutert (1845-1906) y el ingeniero Contamin (1840-1893) para la
Exposición Universal de 1889, en París.
La Exposición Universal de París 1889
simbolizaría la apoteosis de la arquitectura
metálica, con esta Galería de las Máquinas
y, sobre todo, por la Torre Eiffel. Gustave Eiffel,
célebre por sus puentes, autor de la estructura
metálica que sostiene la estatua de la Libertad en Nueva
York, y de las esclusas del canal de Panamá, realizaba,
con su Torre de 300 metros, el edificio más alto
jamás construido. Esto era en cierto sentido lo que
representaba lo que aquí se ha denominado como "el
espíritu Belle Époque" o "espíritu
de la ingeniería": llegar a lugares antes inalcanzados,
cada vez más alto (con las torres), cada vez más
lejos (con las distancia entre lado y lado en cada puente);
logrando en cada nueva oportunidad una nueva hazaña, una
nueva proeza de la tecnología.
Con la Torre Eiffel y la Galería de las
Máquinas, surgía un nuevo orden de belleza
(tecnológica), triunfaba el mundo de las máquinas,
que durante mucho tiempo había sido sinónimo de
fealdad. El hierro y el vidrio, ambos combinados brindaban un
matiz estético para la pujanza económica y la
satisfacción social de este período. También
se puede decir (solo citar, pero no aclarar) que dentro de la
locura decorativista que caracterizó a la Belle
Époque se sitúa una notable tentativa de
regeneración de las artes decorativas: el modernismo (Art
Nouveau); pero no corresponde aquí hablar de
él.
Esta nueva «belleza mecánica»
(Crystal Palace, Galería de las Máquina,
Torre Eiffel) tiene sus orígenes en la teoría
funcionalista [8]y esta idea quedó
desarrollada con motivo de la 1° Exposición Universal
de Londres en 1851. Henri Cole, organizador de esta primera gran
fieta del mundo industrial, y el conde de Laborde, representante
de la sección francesa, hablan de asociar las artes, las
ciencias y la industria. Más tarde, Paul Souriau
(1852-1926), al publicar en 1904 La beauté
rationelle, cataliza la idea de que la máquina se
ha convertido con su perfección en la fuente de una
«belleza nueva».
Imagen ( 238 ): Medidas de la
Torre Eiffel.
Imagen ( 239 ): Ilustración
de la Torre Eiffel durante la Exposición Universal de
París de 1889. Nos muestra como la utilización del
hierro inauguraba el período de la Belle
Époque. Caracterizado por la grandeza de las obras de
ingeniería naciente. La utilización de hierro y
vidrio era habitual en la Belle Époque francesa
(1890-1914). Con su matiz estético simbolizaba la pujanza
económica y la satisfacción social de este
período.
Imagen ( 240 ): Un aspecto de la
Galería de las Máquinas de la Exposición
Universal de París de 1889. La dimensión de esta
galería, proyectada por Dutert y construida por Contamin
en hierro y cristal, no tenía precedentes. La
Exposición, junto a la Galería de las
Máquinas fue demolida en 1910.
Habíamos dicho con anterioridad que la
relación interior-exterior en el diseño del Palacio
de Cristal de Joseph Paxton (edificio de paredes transparentes
que permitían el reflejo de los rayos solares y le daban
un aspecto imponente) hacía nacer un nuevo concepto en el
diseño arquitectónico. Esto se evidenciaría
en el denominado "Jardín de Invierno" de la arquitectura
Beaux Arts.
Entonces, si el Crystal Palace, realizado de
Joseph Paxton posee relación directa con los denominados
"Jardines de Invierno" utilizados en lla arquitectura Beaux
Arts (ver el Palacio Anchorena y el Palacio Sans Souci en
Argentina). Un ambiente arquitectónico que se
"abría" al mundo exterior, en este caso al parque o
jardín botánico, desde donde se podía
observar la naturaleza (tendencia naturalista de la
época): ¿Cuál es la relación entre el
naturalismo –iniciado por Darwin-, la biología y
otra manifestaciones de la naturaleza, con el paisajismo, la
arquitectura en forma de invernadero botánico y la
ingeniería moderna?
Para ilustrar mejor esto pensemos que Joseph Paxton fue
un ilustrador y paisajista inglés que tabajó como
jardinero a las órdenes de William George Cavendish (sexto
duque de Devonshire) en Chatsworth, Derbyshire, en donde
comenzó sus construcciones de grandes invernaderos; lo
cual le ayudaría en la proyección del Crystal
Palace. Paxton también fue uno de los arquitectos
paisajistas más importantes de su época y entre sus
obras se encuentran numerosos jardines públicos y
privados, como los de Chatsworth, el Crystal Palace y
Birkenhead.
En 1831, Paxton publica una revista mensual, The
Horticultural Register; a lo que le sigue en 1834 el
Magazine of Botany. En 1840 sale su Pocket Botanical
Dictionary, y en 1850 el Flower Garden,
y Calendar of Gardening Operations. En 1841, es
cofundador del periodico más famoso, The Gardeners'
Chronicle con John Lindley, Charles Wentworth Dilke y
William Bradbury, y más tarde sería su
editor.
Ahora, vallamos un poco mas lejos y recordemos que el
famoso biólogo naturalista Charles Darwin (1809-1882),
contemporáneo de otro gran naturalista llamado Alfred
Russell Wallace (1823-1913), había llevado a cabo una
serie de investigaciones concretas en botánica, que se
tradujeron en la publicación de varios libros
[9]entre 1862 y 1880 (que tuvieron muy buena
acogida entre los botánicos de su época).
Así uno de los autores de la teoría de la
evolución mas importantes que ha dado la historia de la
biología en On the Origin of Species by Means of
Natural Selection (El Origen de las Especies)
venía iluminando la imaginación de Londres de su
época (y de la burguesía victoriana) que
recibiría muy bien las ideas de Darwin.
Esta necesidad del "jardín botánico"
(lugar de experimentaciones y observaciones) posee uno de los
antecedentes más importantes en el Palacio San José
de J. J. Urquiza (analizado en esta tesis). En este sentido, el
parque exótico del Palacio San José fue un
verdadero "laboratorio de experimentación botánica"
(y un jardín de aclimatación de especies que se
usaron para la más importante colonia agrícola de
inmigrantes que se instaló en la Provincia de Entre
Ríos). Como lo señalan Heit, María A. en el
libro Palacio San José: Patrimonio
botánico.
La exresidencia de Urquiza intercambió con
Gregorio Lezama, semillas y especies vegetales. El mismo Lezama,
otro apasionado de las plantas, convirtió la quinta en
jardín, otorgándole un tratamiento
paisajístico como no había tenido Buenos Aires
hasta entonces: a la abundante forestación existente
sumó otras especies provenientes del exterior,
trazó caminos con escalinatas, divisaderos de la barranca
y glorietas, distribuyó estatuas, fuentes y estanques.
Quizás uno de los aspectos sobresalientes fue que la
extraordinaria jardinería de ambas residencias (Lezama en
Buenos Aires y Urquiza en Entre Ríos) estaban unidas
porque Eduardo Holmberg intercambió plantas de
jardín de una residencia con la otra.
En la Estancia Huetel, el detalle de las plantaciones
figura en un libro que abarca desde 1899 a 1905 y en el que se
precisa que éstas fueron efectuadas por los jardineros
paisajistas Bernardo y Luis Viguier. Ellos afirman que la
extensión original de 168 hectáreas llegó a
457 hectáreas sobre las que se plantaron 442.525
ejemplares de las más diversas especies, además de
otros 436.036 correspondientes a forestales y frutales.
Parecería que finalmente se estableció una
relación de 2/3 de plantas perennes y 1/3 de
caducas.
Hacia 1902 se plantó el monte de 20.000
árboles frutales. Los ejemplares provenían de
viveros de Buenos Aires que llegaban en tren hasta la
estación 9 de Julio y de ésta eran transportados 90
km en carreta para arribar a Huetel.
Asimismo, en medio de la pampa bonaerense se encuentra
enclavada la Estancia "La Candelaria". Su parque fue
diseñado por el famoso paisajista francés Chalres
Thays, el cual cuenta con aproximadamente 240 especies de
añosos árboles (imponentes araucarias, casuarinas,
pinos, eucaliptus, plátanos y otros).
El Palacio Sans Souci, una de las más grandes
quintas que orlaban la barranca de la ribera del Río de la
Plata, al norte de la ciudad de Buenos Aires; fue parquizada por
el mismo paisajista francés Charles Thays, quien siguiendo
las tendencias de la época, mezcló especies
autóctonas y exóticas.
Así como la botánica había crecido
en Europa, gracias a los biólogos de gran prestigio, y
para 1860-1880 estaba sólidamente instalada en el
imaginario de la burguesía (ilustrada) que
reconocía en las Ciencias Biológicas y
Botánicas, uno de los pilares de las Ciencias Naturales
(junto a las Ciencias Física y Química). La
arquitectura también hizo eco de este reclamo
burgués de la "botánica" para sus residencias y el
paisajismo cobró fuerza.
Desde el interior del Jardín de Invierno
(pequeña metáfora del Crystal Palace)
–ya sea del Palacio Anchorena o del Palacio Sans Souci- se
podía observar y admirar la belleza de la naturaleza (del
jardín botánico). El Señor Burgués,
dueño de casa, demostraba sus conocimientos e intereses
(de hombre culto: ilustrado), admirado por las Ciencias Naturales
(biología y botánica) de las cuales provenía
su riqueza (latifundista, terrateniente, inserto en el modelo
económico agroexportador de la Argentina).
Imagen ( 241 ): Vista al exterior
desde el interior del "Jardín de Invierno" del Palacio
Sans Souci. Es un ejemplo ideal de la arquitectura y la
decoración francesa clásica en Buenos Aires, que
muestra como el hierro y el vidrio se utilizan para "abrirse" al
mundo exterior (como si de un observatorio de la naturaleza se
tratara).
El Parque Anchorena (en Colonia, República
Oriental del Uruguay) se extiende a través de 686
hectáreas, diseñado por paisajistas europeos,
alberga más de 140 especies arbóreas y arbustivas
provenientes de todas partes del mundo, lo que le confiere el
valor de arboreto. En su estancia, Aarón llegó a
tener 300 empleados, de los cuales 100 se dedicaban al cuidado
del parque (esto nos indica la importancia que tenía para
el la botánica). Incluso su estancia de 11.000
hectáreas llegó a ser un importante coto de caza en
Sudamérica, con ciervos axis y jabalí. Tan
importante fueron estas actividades botánicas y
zoológicas (cotos de caza) que en la residencia de
Matías Errázuriz Ortúzar (1866-1953) –
Josefina Alvear (1859-1935), en el Comedor Luis XIV, se
encuentran dos óleos de importantes dimensiones haciendo
referencia a la caza del ciervo y la caza del jabalí
(antigua práctica de la nobleza europea).
Imagen ( 242 ): De Dreux, Alfred
(1810-1890). Caza del Ciervo. Óleos sobre tela
3.54 m x 2,72 m. Francia. Siglo XIX ([10]).
Comedor de la residencia Errázuriz – Alevar.
Imagen ( 243 ): De Dreux, Alfred
(1810-1890), "Caza del jabalí" óleo pintado en
Francia en el siglo XIX ([11]). Comedor de la
residencia Errázuriz – Alevar.
Imagen ( 244 ): "Jardín de
Invierno" del Palacio Anchorena (es un ambiente
arquitectónico como si de un observatorio de la naturaleza
se tratara, que se "abría" al mundo exterior, en este caso
al parque o jardín botánico). Con un influjo
Art Nouveau que puede observarse en el uso fluido del
hierro. Enrique Anchorena, hermano de Aarón Anchorena
(1877-1965), también fue un apasionado de la
arboricultura, (como lo demostró en el espléndido
parque de su estancia "El Boquerón" cerca de Mar del
Plata).
¿Qué relación podemos establecer
ahora entre el "Jardín de Invierno" de la arquitectura
Beaux Arts del Palacio Anchorena o del Palacio Sans
Souci y las obras de literatura de Julio Verne
[12]
Julio Verne, escritor francés de novelas de
aventuras supo publicar sus famosas obras en el período
1863-1905 (plena Belle Époque francesa),
inspirando la imaginación de la gente al igual que lo
hicieron las grandes obras de ingeniería (como la Torre
Eiffel de 1889 en Francia o las locomotoras de la
Revolución Industrial en Inglaterra). Se aprecia como el
hierro-acero (de la Torre Eiffel y de las locomotoras) termina
siendo un material protagónico como lo es en el submarino
Nautilus de la novela: Veinte mil leguas de viaje
submarino (publicado en 1868). Que se adelanto en
años a los submarinos alemanes de la 2° Guerra
Mundial. La historia inspiró a los inventores para
construir submarinos más avanzados. Luego, se efectuaron
un gran número de experimentos sobre tácticas y
armas efectivas para los submarinos, lo que culminaría con
el gran impacto que supusieron en la próxima Primera
Guerra Mundial.
A partir de aquí se propone al lector pensar
libremente en ciertas hipótesis (sin rigor
metodológico), sino con un formato libre (tipo ensayo
literario). Lo que se busca es encontrar patrones culturales,
estéticos derivados de la literatura y la visión
Belle Époque francesa, que pudieran haber
determinado –incluso anticipado- pautas de comportamientos
culturales sobre la burguesía francesa y
argentina.
Para lo cual se propone hacer el siguiente ejercicio de
imaginación: observar la torreta del submarino
Nautilus en las ilustraciones del libro de Julio Verne y
ver que el hierro junto al vidrio (como existe una
relación de analogía con un jardín de
invierno de arquitectura neoclásica Beaux Arts) y
que son los materiales protagónicos de este lugar de
observaciones del mundo exterior del Capitán Nemo. En el
"Jardín de Invierno" de los Palacios de arquitectura
Beaux Arts como en la residencia de Aarón
Anchorena (1877-1965), se aprecia la naturaleza (el jardín
botánico), y desde la torreta del Nautilus, el
capitán Nemo también podía apreciar la
naturaleza submarina. Esta es la analogía (razonamiento
por abducción, el cual posee rigor metodológico,
pero que no detallaremos para simplicar la interpretación
hermenéutica).
La visión que se obtenía desde la torreta
de gruesos vidrios del Nautilus, que opera como una
especie de Jardín de Invierno náutico (si
observamos las ilustraciones del libro), imaginado por Julio
Verne, se "abre" hacia el mundo exterior submarino,
mostrándolo en todo su esplendor. En tanto en la
arquitectura Beaux Arts, el Jardín de Invierno,
se abría hacia el mundo exterior del Jardín
botánico del Palacio (ver el Jardín de Invierno del
Palacio San Martín, actual Sede del Ministerio de
Relaciones Exteriores y Culto, habitado por Mercedes Castellanos
de Anchorena (1840-1920) y tres de sus hijos: Enrique y Emilio y
Aarón Anchorena). Ver imagen ( 244 ).
Imagen ( 245 ): El Nautilus de Julio
Verne en: Veinte mil leguas de viaje submarino.
Imagen ( 246 ): El
Nautilus de Julio Verne en: Veinte mil leguas de
viaje submarino. Este escritor francés de novelas
de aventuras que supo publicar sus famosas obras en el
período 1863-1905 (plena Belle Époque
francesa), inspirando la imaginación de la gente al igual
que lo hicieron las grandes obras de ingeniería (como la
Torre Eiffel de 1889). Se aprecia como el hierro termina siendo
un material protagónico junto al vidrio en la torreta del
submarino (como si de jardín de invierno de arquitectura
Beaux Arts se tratara), lugar de observaciones del mundo
exterior del Capitán Nemo. Efectivamente, como si de un
observatorio de la naturaleza se tratara.
Imagen ( 247 ): Visión
desde la torreta de gruesos vidrios del Nautilus. Que
opera como una especie de "Jardín de Invierno
náutico", imaginado por Julio Verne, se "abre" hacia el
mundo exterior del submarino (océano), mostrándolo
en todo su esplendor. Como si de un observatorio de la naturaleza
se tratara.
Imagen ( 248 ): Otra vista desde
la torreta (analogía con el "Jardín de Invierno" de
arquitectura Beaux Arts) a bordo del Nautilus.
Como si de un observatorio de la naturaleza se
tratara.
Julio Verne predijo con gran exactitud en
sus relatos fantásticos la aparición de algunos de
los productos generados por el avance tecnológico del
siglo XX, como la televisión, los helicópteros, los
submarinos o las naves espaciales. Fue condecorado con la
Legión de Honor por sus aportes a la educación y a
la ciencia.
En 1879 se compró un pequeño yate, el
«Saint Michel», con el que recorre el
Mediterráneo. A su regreso marcha a residir a la ciudad de
Amiens. Durante los dos años siguientes continúa
viajando: recorre Irlanda, Escocia y Noruega (1880) Inglaterra,
el Mar del Norte y el Báltico (1881).
Fue precursor de la ciencia ficción y de la
moderna novela de aventuras. Fue un estudioso de la ciencia y la
tecnología de su época, lo que —unido a su
gran imaginación y a su capacidad de anticipación
lógica— le permitió adelantarse a su tiempo,
describiendo entre otras cosas los submarinos (el
«Nautilus» del capitán Nemo, de su famosa
Veinte mil leguas de viaje submarino), el
helicóptero (un yate que en la punta de sus
mástiles tiene hélices que lo sostienen, en
Robur el conquistador).
La pluma de Verne presenta rasgos de innovación,
con ideas frescas y héroes progresistas que sueñan
con descubrir nuevos mundos y llegar a donde nadie ha llegado en
beneficio de la humanidad, desde los polos en Las
aventuras del capitán Hatteras, el centro de la
Tierra (Viaje al centro de la tierra) e incluso
hasta la Luna (De la Tierra a la
Luna).
Aunque muchos consideran a Julio Verne como el padre de
la ciencia ficción, realmente Verne nunca quiso escribir
en este género, más bien Verne era un escritor de
literatura científica, que deseaba acercar los
conocimientos recién descubiertos a la juventud; sin
embargo, ese conocimiento lo llevó a anticipar muchos de
los inventos que asombrarían al mundo posteriormente.
Estas son algunas de las anticipaciones de Verne en algunos de
sus libros:
Ante la bandera, Los quinientos millones de la
Begún: anticipa armas de destrucción
masiva.
Robur el Conquistador: anticipa el
helicóptero.
De la Tierra a la Luna, Alrededor de la
Luna: anticipa las naves espaciales.
Una ciudad flotante: anticipa los
grandes transatlánticos, muñecas
parlantes.
París en el siglo XX: anticipa
internet y los motores de explosión.
20.000 leguas de viaje submarino, La isla
misteriosa: anticipa los ubmarino y motores
eléctricos.
La isla misteriosa: anticipa al
ascensor.
Estas características han consagrado mundilamente
a Julio Verne y le dan legitimidad histórica, por lo cual
ha sido tomado en esta Tesis de Doctorado, para tomar el de
él –de su literatura- algunos patrones que
determinarían ciertos comportamientos culturales de la
burguesía Belle Époque. Dado que
también se reconoce en su visión literaria una
cierta capacidad para anticipar futuros descubrimientos y eventos
históricos, como por ejemplo:
Cinco semanas en globo: anticipa el
descubrimiento de las fuentes del Nilo.
Las aventuras del capitán Hatteras, La
esfinge de los hielos: anticipa la conquista de los
polos.
Los quinientos millones de la
Begún: anticipa los gobiernos
totalitarios.
De la Tierra a la Luna, Alrededor de la
Luna: anticipa los viajes a la Luna.
Entonces: ¿Acaso no sería bastante
probable, usar en nuetro beneficio teórico-explicativo,
esa capacidad mas que "literaria", digamos "sociológica"
de julio Verne? Dicho de otro modo: Julio Verne más que un
hombre de una capacidad literaria extraordinaria, fue un
semiólogo de las relaciones entre la historia, la ciencia
y la tecnología; y esto nos habilita aquí, para ser
audaces (quizás hasta un poco atrevidos por no plantearlo
con mayor rigor metodológico, pero eso requeriría
de otra investigación, quizá otra tesis doctoral,
lo cual engrosaría los objetivos previamente declarados
aquí), pero las hipótesis no dejan de ser
seductoras.
Por lo menos, nos permitimos a esta altura del
desarrollo, darnos ese pequeño lujo, de poder pensar a
Verne como un extraordinario visionario de la cultura
tecnológica (cultura material) de la humanidad.
Entonces, si es evidente que las ilustraciones de la
obra de Julio Verne recogen el "espíritu de la
época" -en palabras de Giedion- de la Belle
Époque francesa; no vamos a ser mezquinos con el
pensamiento y arrojaremos otra hipótesis: la Belle
Époque Argentina 1860-1936, retoma ese mismo
"espíritu de la época de la ingeniería" (y
su capacidad para transformar hábitos, costumbres y la
cultura de bastas capas de la sociedad).; de aquí no solo
explicaremos el correlato entre las iconografías
(ilustraciones de las novelas de ficción de Verne y las
fotos de la decoración de interiores de las residencias
privadas en la Argentina). Dado que los modos de aclimatar
[ambientar] los espacios interiores de las residencias burguesas
en Argentina, fueron directamente proporcionales, al imaginario
social instalado en la literatura –novelas de
ficción- de la Belle Époque francesa
[Julio Verne].
Repreguntando lo mismo: ¿Qué otras
relaciones podemos establecer entre la decoración de
interiores de las residencias privadas de la burguesía de
Argentina de 1860-1936 y las iconografías de la obras de
literatura de Julio Verne?
Veamos un par de ejemplos (ilustraciones de novelas y
fotos reales de ambientes de algunas residencias).
Imagen ( 249 ): Ilustración
de la biblioteca del Nautilus. El Capitán Nemo
era un hombre muy instruido (espíritu de la cultura
ilustrada, heredada de la Ilustración). Relacionarlo con
la imagen siguiente.
Imagen ( 250 ): En la biblioteca
de la residencia de Matías Errázuriz Ortúzar
(1866-1953) puede observarse la colección de libros de
historia de la arquitectura del S. XIX-XX. Como
correspondía, el Señor Burgués (dueño
de casa) debía ser un individuo instruido (culto,
ilustrado), para lo cual necesitaba una abundante biblioteca
(preferentemente en el idioma científico de la
época que era el Francés). Relacionarlo con la
imagen anterior.
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