Monografias.com > Historia
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

El Origen de la división de la Isla Quisqueya, base de la Colonia de Santo Domingo



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Marco
    teórico
  3. Conclusión
  4. Bibliografía

Introducción

El Objetivo de éste trabajo, es dar a conocer
todo lo relativo al "Siglo XVII", y dentro del estudio podemos
decir que en el "Siglo XVII", Las Devastaciones de 1605 y1606,
así como también el anuncio de las Devastaciones
provocó las protestas de todos los vecinos de la isla y
principalmente de los de las regiones, afectadas; como lo que es
el Censo de Osorio.

Situación Socio-Económica tras
Devastaciones, igualmente lo que es El Situado.

Con las Devastaciones; asimismo, tener conocimiento de
lo que es el Ataques de Extranjeros, cada unos de estos pasos nos
ayudan a instruirnos para un mejor conocimiento en cuanto al tema
del Siglo XVII.

Es decir que en este caso hemos tenido una experiencia
diferente para un conocimiento especial, como en el caso de la
especie, lo es el "el Siglo XVII".

Marco
teórico

SIGLO XVII

Las Devastaciones de 1605 y 1606. Después de
largas discusiones en la corte española, el rey Felipe III
decidió despoblar totalmente las comarcas donde se
llevaban a cabo los contrabandos y trasladar sus habitantes a
zonas interiores cercanas a la ciudad de Santo Domingo. -Felipe
II había contemplado muchos años esa posibilidad
pero nunca se resolvió a llevarla a cabo, quizás
consciente de la peligrosidad que envolvía.

Felipe III decidió atenerse a las recomendaciones
de López de Castro un oficial real en desgracia que
entonces visitaba la corte y propuso de nuevo la medida –
Encomendó las Devastaciones al Gobernador Osorio y al
Arzobispo Dávila Padilla, otorgándoles poder para
cualquier medida que consideraran prudente.

EL anuncio de las Devastaciones provocó las
protestas de todos los vecinos de la isla y principalmente de los
de las regiones, afectadas, a través de peticiones de los
cabildos todas, en que se solicitaba la revocación de la
medida.

A pesar de eso, el Gobernador Osorio, quien por el
fallecimiento del Arzobispo Dávila y Padilla no
tenía poder para realizar la medida, decidió
cumplir al pie de la letra con lo estipulado en las reales
Cédulas que la disponían.

Para llevar a cabo las devastaciones se hizo traer un
contingentes de tropas del presidio de Puerto Rico, ya que se
esperaba que los habitantes de las regiones afectadas resistieran
con las armas en las manos. Estas tropas también
tendrían la misión de combatir a los piratas y
contrabandistas larga, a la formación de la colonia
francesa en las zonas abandonadas.

Las causas de las Devastaciones fueron de diversos
órdenes. En primer lugar estaba el problema comercial.
España trataba de mantener el esquema monopólico en
el comercio con las colonias. Los rescates de los habitantes de
la isla con los extranjeros inferían grave daño a
los intereses de la burguesía comercial de Sevilla y al
propio Estado español que dejaba de recaudar sumas
importantes por concepto de impuestos. En otro orden de ideas, el
Estado español interpretaba el comercio ilegal como fuente
de enriquecimiento de los países enemigos, por lo que las
motivaciones económicas se unían a las dé
índole política y militar.

En el aspecto político la Corona temía que
la generalización del contrabando conllevara a la
posibilidad de secesión de la isla e incluso de otros
territorios americanos, al surgir claros intereses en la clase
esclavista local contra el exclusivismo monopólico (de
hecho las protestas de los Cabildos de la isla contra las
Devastaciones y la Rebelión de Guaba muestran que tal
posibilidad era real). Las reivindicaciones de la clase
esclavista y la clase media contra el monopolio español,
que como hemos visto tenían casi un siglo de
manifestaciones, se habían agudizado con la
práctica continua del contrabando durante más de 30
años y la decadencia de España.

Otra causa fue el ya señalado desplazamiento de
la actividad económica de la ida de la región Este
a las zonas del Norte y Oeste por el cambio de la industria
azucarera a la ganadería.

Las Devastaciones tuvieron que ver, por último,
con el desarrollo divergente de España y otros
países europeos. Mientras en España se
entronizó plenamente la reacción feudal y
desaparecieron las manufacturas y los gérmenes de
capitalismo, en Inglaterra y Holanda las relaciones capitalistas
y el crecimiento manufacturero avanzaron con gran rapidez en la
segunda mitad del siglo XVI.

A pesar del monopolio, España dependía de
éstos y otros países para suplir de
artículos manufacturados tanto la península como
las colonias.-De ahí que la incapacidad de competencia
comercial de España era absoluta.

A pesar del dispositivo militar utilizado por las
autoridades españolas, gran parte de los vecinos y otros
habitantes de las zonas en que se llevaban a cabo las
Devastaciones se declararon en estado de rebelión. Muchos
de ellos, después de un intento infructuoso, emigraron al
oriente de Cuba donde trataron de ser procesados por Osorio quien
tenía allí autoridad judicial como presidente de la
Audiencia de Santo Domingo.

Otro grupo se mantuvo más tiempo en estado de
rebelión en la zona Norte, en el valle de Guaba, bajo el
mando del rico mulato Hernando de Montoro. Esta rebelión
fracasó porque los holandeses no materializaron la ayuda
que habían prometido a través de una proclama del
jefe de una escuadra holandesa en la zona. Sin embargo la
rebelión se prolongo durante cierto tiempo, ya que los
rebeldes agruparon a todos los sectores sociales de la
región, incluidos los esclavos, opuestos
unánimemente a la medida. Al perder perspectivas, muchos
de los rebeldes tendieron a entregarse aprovechando indultos, o a
escapar a Cuba y, presumiblemente otros a Holanda, como en el
caso de Montoro.

Pero todavía después del fracaso de la
rebelión de Guaba se mantuvieron en los bosques grupos de
alzados de negros, blancos y mulatos dedicados a la
cacería de reses y a esporádicos contactos con los
piratas que merodeaban las costas. Probablemente en estos grupos
que son consignados por las fuentes históricas, entraron
negros que eran cimarrones desde antes de las Devastaciones. Las
cuadrillas de españoles los persiguieron tenazmente y
capturaron y ejecutaron a muchos de sus integrantes por lo que ya
años más tarde los únicos grupos que
probablemente se mantenían estaban compuestos
exclusivamente por negros alzados.

Las poblaciones despobladas fueron trasladadas a dos
puntos cercanos a Santo Domingo. Los habitantes de Dayajá
y Yaguana fueron ubicados en Bayaguana y los de Puerto Plata y
Monte Cristi en Monte Plata, que como se ve ambos nombres
resultan de la combinación de los nombres de los lugares
despoblados. De un total de unas 100,000 reses vacunas mansas que
tenían los habitantes de las zonas despobladas, a estos
nuevos sitios apenas pudieron llegar 2,000 convida.

El resto o fue sacrificado o se hizo cimarrón en
aquellas regiones para ser abundante presa de los bucaneros que
poco después empezarían a establecerse en esas
regiones. Los habitantes además perdieron mucho porque las
tierras despobladas eran muy favorables para la ganadería
y fueron establecidos en una zona de malas tierras con pantanos y
pocas aguadas. Al poco tiempo la gran mayoría de
pobladores de Monte Plata y Bayaguana habían perecido o
habían podido, pese a las prohibiciones, emigrar a la
ciudad Santo Domingo o a otras colonias españolas de
América. El resto se encontraba en la miseria más
espantosa, tan desesperante que los mismos habitantes de
Bayaguana incendiaron sus casas tratando de que se les volviera a
sus lugares de origen o que se les dejara emigrar a cualquier
otro lugar.

Consecuencias de las Devastaciones. El
efecto inmediato más importante de la Devastaciones fue
causa un agudizamiento de la decadencia económica que
desde hacía un tiempo era palpable en la isla. Con la
medida, las mayores riquezas ganaderas fueron
prácticamente liquidadas; además numerosos bienes
en casas, muebles, etc; de los vecinos se perdieron para
siempre.

La mitad de la isla dejó de ser aprovechada en
todos los sentidos y quedó totalmente deshabitada. Desde
1606 Osorio extendió las despoblaciones a zonas más
orientales dejando como límites del territorio poblado las
ciudades de Santiago, en el Norte, y Azua, en el Sur. Entre los
daños causados por las -Devastaciones se encuentra la
destrucción de los ingenios más importantes de la
isla en ese momento, los cuales estaban en Puerto Plata y Yaguana
y San Juan de la Maguana. Se observa que después de las
despoblaciones sólo quedaron 12 ingenios con un total de
888 esclavos, incluyendo los del servicio
domésticos.

El Estado español trató de revivir la
actividad comercial de la isla después de las
devastaciones. Para eso proveyó protección a los
comerciantes e instituyó cuotas obligatorias de
participación comercial con la isla al comercio
español con América. Si vemos el cuadro
navegación se observa que efectivamente hay un aumento
relativamente importante de la navegación después
de 1605 hasta aproximadamente 1620.

Estos paliativos, sin embargo, no pudieron ser duraderos
ni consistentes pues las Devastaciones agudizaron extremadamente
las tendencias decadentes de la colonia de Santo Domingo. – Por
otra parte, al propiciar el establecimiento de extranjeros en las
zonas occidentales, unido al aumento de la piratería, la
seguridad en la isla se hizo extremadamente precaria, de donde se
acrecentó rápidamente la tendencia migratoria de
esclavistas, esclavos y personas de las clases medias a otras
colonias americanas.

Censo de Osorio. Situación
Socio-Económica tras Devastaciones. El estado social de la
isla después de las Devastaciones es fácilmente
interpretable a partir de Ida datos que proporciona el censo
realizado por el gobernador Osorio en 1606. En términos de
distribución de la población se observa la
concentración en torno a la ciudad de Santo Domingo. El 56
o/o de los vecinos de toda la isla estaba en esa ciudad y
seguramente en mayor proporción los esclavos en las
haciendas de los alrededores.

Entre los vecinos propietarios de unidades
agrícolas, el 50 o/o residía en Santo Domingo. Por
otra parte la capital de la colonia era la única
aglomeración urbana propiamente dicha, entendida como
centro de comercio y producción artesanal. En el cuadro
del censo de Osorio se observa la existencia de un número
apreciable de artesanos con variadas especialidades. En cambio
las villas interiores no tenían ningún artesano o
muy pequeño número y variedad. Sobre todo en estas
villas no se advierte la presencia de comerciantes (salvo en
Santiago donde había 4 y en La Vega 1), contra unos 45
comerciantes de diversos tipos en Santo Domingo. Claro que la
importancia mercantil de Santo Domingo ya estaba en pleno
descenso y esa tendencia aumentaría notablemente durante
todo el siglo XVII, aunque por su posición
demográfica, administrativa, económica y militar,
la capital de la colonia mantuvo ciertos rasgos urbanos en ese
siglo, a diferencia de todas las restantes villas.

Se observa que todavía la polarización
entre población de blancos y negros era muy importante;
cerca de 10,000 personas eran esclavas, seguramente casi todas de
raza negra, y al parecer el número de mulatos entre los
libres no era todavía predominante. Se evidencian dos
tipos de unidades productivas básicas: los hatos y las
estancias. Las estancias se destinaban mayormente a la
producción de jengibre (Santo Domingo y Puerto Rico eran
los únicos territorios autorizados en toda América
para producir este artículo) así como frutos
menores para consumo de las ciudades, ingenios o para la
exportación, principalmente maíz y yuca para
casabe.

En toda la isla había 102 estancias de jengibre y
328 de jengibre y frutos menores, en total 430, con 6,790
esclavos de acuerdo a las estimaciones del censo, lo cual da un
promedio de 15 esclavos por estancia. Eso quiere decir que
todavía eran unidades medianas de tipo esclavista, donde
la productividad era bastante alta y los índices de
exportación importantes.

En la primera mitad del siglo XVII se mantuvo la
importancia de este tipo de unidades, en reemplazo de los
ingenios azucareros, hasta tanto algún comercio
existió y no llegó una crisis completa, con los
ataques de los piratas y los bucaneros, la paralización
casi completa de la navegación y el hundimiento completo
de la economía española por la disminución
de producción de plata en México y Perú,
corno veremo que sucedió en segunda mitad del siglo XVII.
Las estancias estaban concentradas en torno a la ciudad de Santo
Domingo, lo que tiene cierta importancia, pues indica que las
personas con ciertos recursos de capital y niveles mercantiles y
de explotación esclavista tendían a concentrarse en
la capital de la colonia.

El otro tipo importante de unidad productiva era el
hato. Existían en toda la isla unos. 190 hatos, con unos
550 esclavos, dando un promedio de cerca de 3 esclavos por cada
hato, es decir netamente inferior al de las estancias
agrícolas. Los hatos estaban además más
diseminados por la isla (sólo el 50 o/o era de propiedad
de vecinos de Santo Domingo y en su mayoría se encontraban
fuera de la jurisdicción de la ciudad).

Por último, estaban los ingenios, que, a pesar de
tener aún en el censo mayor numero de esclavos,
producían menores valores que los hatos. La industria
azucarera estaba ya en una crisis total, como evidencia la
disminución del número de ingenios desde más
de 30 en los años 60 del siglo XVI a sólo 12, y la
disminución del promedio de esclavos en ellos, de unos 100
a 150 en el primer período a sólo 66 de trabajo. A
partir de 1606 la decadencia de la industria se aceleraría
y a mediados del, siglo XVII sólo quedaban unos pocos
trapiches que casi no producían ningún
azúcar sino melaza y aguardiente.

La industria azucarera fue la más concentrada en
torno a Santo Domingo por las Devastaciones, siguiendo una vieja
tendencia, pues de los 12 ingenios, sólo uno estaba fuera
de la jurisdicción de la ciudad, en la de Azua; casi todos
estaban entre los ríos Haina y Nizao.

La importancia de la economía de estancias no
sólo debió provenir del hecho de haber sido
sustituta de la decadente industria azucaren, sino también
del hecho de que las Devastaciones provocaron una crisis a la
ganadería: primero porque aniquilaron la mayor parte de
reses, segundo porque para la exportación hacia
España, seguramente era más rentable la
utilización de los esclavos y de los capitales en
actividades agrícolas de dimensiones medianas. Los
siguientes datos ilustran esta tendencia: Producto se colige la
decadencia de la producción azucarera, así como la
no recuperación de las exportaciones de cueros. Los
valores del jengibre exportado constituían la principal
fuente de recursos de la economía de la isla (luego,
durante un tiempo en menor escala, el cacao ocuparía su
lugar).

Hasta mediados del siglo XVII la economía de la
isla se basó parcialmente en la estancia agrícola
esclavista. Los hatos también eran explotaciones
esclavistas donde e1 patriarcalismo aun había penetrado
poco hasta mediados del siglo. La relación de Alcocer da
importantes datos al respecto. Todavía para 1650 la isla
exportaba 25,000 qq. de jengibre, 40,000 cueros (Alcocer
especifica que estos datos se refieren a años anteriores,
por lo que sé puede suponer muy inferior la
exportación de estos bienes para 1650) y, además,
4,500 qq. de cacao y 2,000 qq. de tabaco.

Es posible que los datos de Alcocer no sean totalmente
fidedignos, pero son indicativos de que las actividades
agrícolas exportadoras tenían aún cierta
importancia hasta mediados del siglo XVII, a pesar de la enorme
disminución del tonelaje de la navegación con
España, ya que parte de las producciones se destinaba a
otras colonias de América o, de lo que hay noticias, se
exportaba a España por puertos frecuentados por las
flotas. En todo caso, esas cifras muestran. También el
aumento porcentual de la exportación de cueros, que de
más en más se obtenían de la cacería
y no de la ganadería.

En esa época Santo Domingo se encontraba bastante
aislada en términos político administrativos con
respecto a los otros lugares del imperio español. Esto
ocasiono que se establecieran gobernantes que disponían a
su libre antojo de todas las cosas relativas al gobierno, con muy
poca capacidad de control por parte de la Corona.
Fundamentalmente utilizaron el poder para enriquecerse a base de
una corrupción descarada en contubernio con camarillas de
comerciantes radicados en la ciudad. Los gobernadores trataban de
que sólo los artículos traídos por estos
comerciantes pudieran venderse; los ayudaban a cometer fraudes al
fisco, principalmente con los derechos de importación;
forzaban a los vecinos a venderles a precios muy bajos sus
productos, todo esto a cambio de participación en el
negocio. Por otra parte, extorsionaban a muchos ricos a hacer
préstamos a la administración por la penuria de las
finanzas públicas, de cuyos fondos se lucraban por
diversos medios.

El Situado. Con las Devastaciones, a pesar del cierto
reavivamiento de la actividad importadora legal, las entradas
fiscales cayeron extraordinariamente. Hasta entonces
habían sido suficientes para pagar los gastos de la
burocracia de la isla y hasta sobraban fondos para obras
públicas o para destinarlos al rey de España. Tras
las Devastaciones hubo que apelar a la remisión anual de
dineros desde México, conocida con el nombre de situado,
no tan sólo, para pagar los gatos de las tropas del
presidio de Santo Domingo instalado a raíz de las medidas,
como ya se ha dicho, sino también para sostener la
administración burocrática y gran parte de las
necesidades de la iglesia.

El situado tuvo, además, la importancia de
posibilitar el mantenimiento de cierto intercambio comercial dado
que, al introducir cantidades de plata, hacía que la
economía interior no se redujera totalmente a nivel del
trueque y que los comerciantes españoles todavía se
interesaran algo en hacer viajes a Santo Domingo interesados en
la compra de la plata de situado, con lo que los productos de la
isla tenían salida en pequeña escala.

Las sumas del situado se fueron haciendo crecientes a
medida que la crisis económica de la colonia se agudizaba,
ya que el gobierno colonial carecía de los recursos para
efectuar sus pagos. Lo más importante, sin embargo, fue la
necesidad de aumentar cada cierto tiempo el número de
tropas de la ciudad ante el auge de la piratería y los
planes de los países enemigos de España de
apoderarse de la isla, como intentó Inglaterra en
1655.

Los primeros años de situado se gastaba menos de
20 mil ps. con un número de 200 plazas de tropa. En 1691
ya se gastaba unos 90,000 Ps. y el número de tropas
regulares había ascendido a cerca de 500 soldados y
oficiales. Sánchez Valverde calcula un promedio de 250,000
ps. por año entre inicios del siglo XVII y fines del
XVIII, cuando el situado era ya de 350,000 ps. En el siglo XVII a
base del situado se hicieron cuantiosas inversiones en la
finalización de la muralla de Santo Domingo, la
construcción de otros fuertes (como San Jerónimo) y
la instalación del armamento pesado.

Ataques de Extranjeros. El aumento de los gastos
militares se debió mucho al establecimiento de enemigos de
España la ida de La Tortuga después de 1630. Los
primeros fueron refugiados de una de las pequeñas Antillas
que había sido atacada por una gran escuadra
española que se dirigía al Brasil.

Estos se dieron cuenta que la isla de La Tortuga se
encontraba en mejorar posición geográfica para
realizar ataques a los buques españoles y que de ella,
además, podían trasladarse – a las regiones
despobladas de la-isla de Santo Domingo para cazar -las reses
salvajes y aprovechar los cueros y el sebo. De ambas actividades
surgieron con el tiempo los filibusteros busques
españoles, y los segundos eran – cazadores de reses en las
zonas despobladas de la Isla.

Al incrementarse el establecimiento en la Tortuga de
franceses / Ingleses los españoles se dispusieron a
liquidarlos. En varias ocasiones las tropas españolas
atacaron la isleta en la mayor parte con éxito, pero !a
abandonaban, seguido de lo cual los extranjeros se volvían
a instalar de nuevo. Fue bajo la dirección del oidor de la
Audiencia Monte mayor y Cuenca, que en 1654 se realizó el
último ataque a éste establecimiento
enemigo.

Se dejó una fuerza militar permanente,
aprovechando los mismos dispositivos militares montados por los
extranjeros. – Esta guarnición; sin embargo, fue retirada
á el tiempo de la invasión de Penn y Venables, de
acuerdo "a la táctica establecida por el recién
llegado Presidente Conde de Pañalva, de concentrar todas
las fuerzas militares en la ciudad de Santo Domingo ante el
riesgo de que de nuevo se intentan un ataque de tales
proporciones. Después del abandono voluntario de La
Tortuga, la isk .a para siempre pasó a-manos de los
extranjeros, ya controlados por las autoridades francesa, y
empezaron decisivamente a extender su influencia por toda la zona
occidental de la lsla. –

Cuando los españoles atacaban La Tortuga, los
escapados buscaban refugio en lo que llamaban la" isla grande, es
decir, en las zonas despobladas de Santo, Domingo frente a la
Tortuga, hoy día la zona de Port-au Paix. Así,
fueron los mismos ataques españoles que contribuyeron a
incentivar la aparición del bucanerísmo ya que a
pesar de las frecuentes bátidas de las cuadrillas de
tropas y de las nacientes. cincuentenas, los espesos bosques de
la isla ofrecían mucha mayor seguridad a los perseguidos
que la poco defendible isla de La Tortuga. Y aunque La Tortuga –
siguió siendo el centro de la aventura, desde muy pronto,
hubo muchos más extranjeros en la isla grande que en
ella.

En .1655 el gobierno inglés de Cronwell
decidió establecer una fuerte colonia en la zona del
Caribe determinándose la isla de Santo Domingo como
objetivo. Para tal efecto, se preparó una enorme escuadra
bajo la dirección del almirante Venables y un poderoso
ejército al mando del general Pem.- En total participaron
en la expedición más de 20 buques con unos 8,000
combatientes. Estas fuerzas llegaron a mediados de 1655
procediendo a desembocar por la desembocadura del Río
Haba.

Tales fueras sin embargo, se revelaron impotentes de
quebrar la resistencia de los habitantes de la colonia y de las
pocas tropas del presidio de la ciudad, Esto se explica en parte
por el hecho .de que desde hacía mucho tiempo se
vivía en un estado de sobreexcitación bélica
ante la inminencia de ataques de piratas o de grandes flotas de
países enemigos. Así pues, casi toda la
población libre estaba agrupada en-compañías
de milicias e incluso gran parte de los libertos y aun esclavos
estaban encuadrados en unidades especiales. Por la misma
época se empezaban a formar las unidades conocidas como
cincuentenas, en general compuestas por personas de baja
condición social, las que combatían fieramente con
lanzas por medio de embestidas arrolladoras.

Estas cincuentenas estaban destinadas por su
táctica a combatir los bucaneros. Por otro lado,
había un sistemacomunicaciones muy
perfeccionado que permitía llamar a la ciudad a los grupos
de combatientes del interior en cuestión de dos a tres
días. Loe ingleses, desde el momento en que no
emprendieron una ofensiva rápida, dieron tiempo a que los
españoles concentraran todas sus fuerzas. A pesar de la
fuerte desproporción entre los dos bandos (las autoridades
cte la Audiencia no llegaron a agrupar. mucho más de 2,000
combatientes, ya que la población se encontraba bastante
disminuida a causa de la decadencia económica, las muertes
por epidemias y las emigraciones), los españoles se
aprovecharon de recursos tácticos como ataques nocturnos y
asaltos de caballería y lanceros que, al causar fuertes
impactos entre los enemigos, los desmoralizaron totalmente,
obligándolos a abandonar la isla para dirigirse a Jamaica,
la que sí fue conquistada por ellos a pesar de la
resistencia que opusieron sus habitantes.

En el siglo XVII el Imperio Español estaba en un
proceso de hundimiento en el plano militar, a consecuencia de la
decadencia de España y del fortalecimiento por vía
capitalista de los países enemigos. Uno de los puntos
más menuzados por la conquista extranjera durante todo ese
siglo fue Santo Domingo, por su debilidad interna y por el
especial interés que en la isla tenían los
extranjeros a fin de establecer economías de
plantación esclavista. El Imperio Español y con
él la colonia de Santo Domingo no sucumbieron totalmente
porque los enemigos de España se mantuvieron divididos
durante todo el siglo (a diferencia del siglo XVI en que
combatían casi siempre unidos contra España) en
virtud de que España había pasado en parte a
segundo plano en la lucha de las potencias por la
supremacía.

Militarización de la Colonia. A partir del ataque
de 1655 y del incremento en los mismos años de los ataques
y las actividades de los bucaneros en las zonas occidentales, la
colonia española adquirió una fisonomía
extremadamente militarizada.

Durante la segunda mitad del siglo XVII el mar Caribe
conoció el apogeo de la piratería. Esta
situación tuvo amplias consecuencias históricas. En
primer término, la piratería sirvió como
refuerzo a los intentos colonizadores de los enemigos de
España en zonas del Caribe y Norte y Sur de
América.

El Imperio Español de hecho tuvo que replegarse a
sus territorios centrales en América. La gran resistencia
que opuso al establecimiento de los piratas en las islas mayores
y en algunas tierras del continente, como Florida, tenía
una finalidad militar estratégica: impedir el
fortalecimiento de los piratas y naciones extranjeras a
través del mantenimiento de centros coloniales.

Así, la función de las islas de Santo
Domingo, Cuba y Puerto Rico, no consistía propiamente en
una utilización colonial para la extracción de sus
riquezas y la explotación de las masas trabajadoras en
diversos grados de sujeción. Por el contrario las islas
causaban gastos muy onerosos a la Corona española, a
través de los situados que todas recibían.
España se aferraba en conservarlas a fin de impedir el
fortalecimiento económico y militar de Inglaterra, Francia
y Holanda, y al mismo tiempo para proteger sus colonias centrales
de México y Perú. Santo Domingo y las restantes
islas en la segunda mitad del siglo XVII quedaron reducidas a
puntos fuertes en la lucha contra el avance extranjera Los
presidios o guarniciones eran los factores fundamentales de la
vida colonial.

El resto de la población estaba encuadrada en
unidades militares (milicias y cincuentenas en la isla) y su
ocupación principal era la guerra. Toda la vida social
estaba militarizada. En la colonia la militarización fue
completa en este período porque el principal enemigo ni
siquiera estaba constituido por piratas sino por los bucaneros
que habían penetrado en los años 70 a puntos como
los alrededores de Santiago y Azua, o la península de
Samaná, ocasionando un peligro inminente desde
tierra.

La colonia de Santo Domingo se aisló del exterior
y la navegación comercial con ella llegó casi a
paralizarse totalmente. El vínculo más importante
con el exterior era por medio de la Armada de Barlovento, un
conjunto de navíos de guerra cuya base financiera estaba
en el Virreinato de la Nueva España y que tenía por
misión proteger las costas de las colonias
españolas de los ataques piratas, así como
garantizar el desenvolvimiento de la navegación
española por el sistema de flotas sirviendo esta armada de
frecuente protectora.

Por la Asmada de Barlovento se traían los nuevos
soldados al presidio de Santo Domingo, llegaban algunas personas,
casi aventureros, a instalarse en la isla, se entregaba el
situado y se obtenían algunos bienes necesarios para la
supervivencia más elemental. Al mismo tiempo fue un factor
decisivo en que los extranjeros no conquistaran la isla puesto
que proveía numerosos auxilios en armas y recursos y
evitaba las concentraciones de enemigos.

El doble peligro de bucaneros por tierra y piratas por
mar, militarizó la vida y las costumbres de la colonia
durante más de 50 años. Los hombres apenas se
podían dedicar a labores productivas porque tenían
que estar sobre las armas casi todo el tiempo y en el caso de los
habitantes del interior, en la misma ciudad de Santo Domingo
durante largos meses en que se temían fuertes
ataques.

Esta tendencia hacia el fortalecimiento militar de Santo
Domingo en hombres y recursos (continuación de la
construcción de la muralla, aumento de la
artillería pesada, fuerte de 5. Jerónimo, fuerte en
la desembocadura del llama, etc. permitió la
ampliación de las actividades de los bucaneros, quienes en
las zonas más occidentales no encontraban ninguna
resistencia, pero fue una política muy certera desde el
momento en que evitó que la ciudad fuera víctima de
un gran ataque, ya que con su caída el resto de la colonia
no hubiera podido resistir a los enemigos.

Cambios Económicos en la Segunda Mitad del Siglo.
La inseguridad general, la incertidumbre y las faenas militares
profundizaron la crisis económica, consecuencia de la
paralización de la navegación comercial y de la
crisis general del Imperio Español.

Las Devastaciones fueron un factor, pero no el
preponderante, en la crisis de la segunda mitad del siglo, si se
exceptúa que permitieron el establecimiento de los
enemigos, un aspecto importante en dicha crisis. Desde mediados
de siglo desaparecieron las estancias agrícolas de ciertas
dimensiones así como los pocos ingenios que habían
sobrevivido. Los hatos ganaderos dejaron de ser lugares de
crianza organizada para transformarse en lo fundamental en
hatillos con muy pocas reses mansas cuya base central eran las
monterías, es decir, los bosques donde se cazaban reses
totalmente salvajes; incluso las fuentes registran que durante
esta época, gran parte, de las tierras de pasto se vieron
inundadas de bosques y se hicieron inservibles a la
ganadería.

La miseria más espantosa se abatió sobre
todos los habitantes de la colonia sin importar su
condición social. Las personas disponían de muy
pocos artículos manufacturados, viviendo muchas veces casi
en estado de desnudez y, como consigna el Arz. Fernández
de Navarrete, incluso las personas ricas iban a oir misa a la
catedral en horas de la noche o la madrugada por la
vergüenza que les causaban sus ropas hechas harapos. La
gente vivía más bien de la cacería y de la
recolección de bienes de la naturaleza, actitud que los
endureció enormemente y los hizo hombres rudos, uno de los
hechos que explican la inmensa capacidad combativa frente a los
no menos rudos bucaneros.

La pobreza generalizada puso en crisis el régimen
de la esclavitud. Desde el momento en que las estancias
desaparecieron y los hatos se convirtieron en monterías no
tenía "mucho objeto tener esclavos, o, si se les
tenía, la vida de ellos era muy parecida a la de los
amos.

Las relaciones de esclavitud se matizaron por el
patriarcalismo más completo. Desde mediados del siglo
desapareció eso completamente la propiedad de
plantación esclavista. Por diversos medios muchos e "s se
manumitieron. El estado de inseguridad y de guerra con bucaneros
y filibusteros llevó a una alianza de blancos, pagros y
mulatos de diversos sectores sociales contra el enemigo
extranjero. La lucha de clase se redujo a una expresión
atenuada, lo que no quiere decir que desapareciera, y la prueba
está en que el Maniel de negros cimarrones siguió
existiendo ininterrumpidamente.

La política de ganarse a los negros luego fue
utilizada contra los franceses, pues a los esclavos huidos de la
colonia vecina se les reconocía la libertad, lo que
tenía por fin debilitar económicamente a los
franceses y agudizar la lucha de clase de los esclavos de su
colonia. De los escapados se formó el poblado de Los
Minas, y los españoles se beneficiaron por un aporte
demográfico muy necesitado.

El estado de guerra y la pobreza gestaron una tendencia
al nivelamiento económico que constituyó la premisa
objetiva para la alianza de esclavos y libres. Claro que las
diferencias de clase no desaparecieron ni mucho menos, pero unas
se borraron y otras disminuyeron en forma circunstancial. La
explotación directa de los esclavos no tenía mucho
sentido. Se tendía a la pequeña producción
autosuficiente. De ahí la posibilidad de promoción
social en los hechos de esclavos y libertos (y, repetimos, por
ser tropa de choque en las cincuentenas) y la
generalización del mestizaje por el acercamiento de los
grupos sociales y étnicos.

La miseria del siglo XVII se agudizó debido a
algunos desastres naturales que extrañamente se hicieron
reiterativos. Claro que estos ataques de la naturaleza hubieran
sido mucho menos severos de haber estado la economía y la
sociedad en buenas condiciones, ya que en la miseria existente
cualquier golpe era demoledor.

En esta época se produjeron varias epidemias de
viruelas que redujeron extraordinariamente el número de la
población, principalmente entre los negros esclavos. Esto,
por supuesto, afecté mucho a la clase esclavista y al
sistema de la esclavitud porque en esa época no entraban
partidas de negros puesto que la navegación estaba
interrumpida y no había dinero para pagar sus altos
precios. Por ejemplo, en las epidemias de 1666 y 1669 se sabe que
murieron unos 2,000 esclavos negros (la mayoría de los que
quedaban).

Otro elemento fueron las plagas que afectaron
enormemente a la agricultura y principalmente el producto que
desde más o menos 1640 proporcionaba los ínfimos
recursos de exportación, el cacao. Muchas esperanzas se
hicieron los esclavistas en torno a este producto por los
mercados que podía ofrecer México, pero
después de varias plagas consecutivas, ya hacia fines de
la década de 1660 en la isla no se cultivaba nada de
cacao.

Los terremotos y los ciclones fueron igualmente muy
devastadores. Algunos ciclones causaron tales daños que
arruinaron toda la agricultura, principalmente los arbustos de
cacao y los tubérculos de alimentación, provocando
situaciones cercanas a la hambruna. Los terremotos se repitieron
en estos años causando enormes daños a las
edificaciones de la ciudad, daños que eran muy
difíciles de reparar por el poco sustento económico
de sus habitantes, dándose la situación de que la
mayoría de las casas quedaron en condiciones ruinosas y se
encontraban deshabitadas.

Cambios Demográficos y Culturales. Precisamente
es a partir de esta época cuando se empieza a producir el
fenómeno demográfico masivo de la mezcla de negros
y blancos. No fue una simple mezcla biológica, para dar
paso aplastantemente mayoritario al mulato, sino también
una mezcla cultural en que las costumbres, las tradiciones y
otros rasgos de ambos conglomerados se fundían para dar
lugar a nuevos elementos que, con el tiempo, sirvieron de base a
la formación de la nacionalidad dominicana.

Los elementos hispánicos y africanos se iban
transformando para dar paso a rasgos culturales nuevos. Ya el
arzobispo Fernández de Navarrete decía para 1683
que blancos puros había muy pocos y que la gran
mayoría de libres. y aun de propietarios, eran de sangre
mezclada. Ya sabemos que en el siglo XVI y parte del XVII la
mayor parte de la población era de negros y de
condición social esclava. En el siglo XVII el
número de esclavos se hace francamente minoritario y la
mayor parte de la población deja de ser de raza negra para
pasar a ser mulata. La misma tendencia, aunque con algunas
variantes, se observa en los tiempos posteriores hasta el final
de la época colonial.

El notable desarrollo de la colonia vecina en su
capacidad demográfica, económica y militar no era
respondido en las proporciones necesarias por la colonia
española. Como hemos visto, la colonia se encontraba en
una profunda crisis de larga duración. La crisis se
expresaba sobre todo en un descenso extraordinario de la
población. Con toda probabilidad en la segunda mitad del
siglo, la población normalmente no superaba las 10 mil
personas. Ya hemos visto antes que en los momentos de mayor
apogeo de la economía esclavista azucarera, a mediados del
siglo XVI, la colonia contaba con unos 25,000 esclavos negros,
más unos 7,000 libres entre blancos, mulatos e indios. La
reducción en el siglo XVII de la población era
verdaderamente alarmante y Desde la primera mitad del siglo se
había planteado tanto en la Audiencia de Santo Domingo
corno en la corte que el único medio de parar el avance de
los extranjeros en el occidente de la isla era repoblando los
lugares deshabitados por las Devastaciones. Pero esto no se hizo
por la debilidad militar, económica y demográfica
de la colonia. Cuando se quiso hacer ya era tarde porque los
extranjeros estaban firmemente establecidos en las costas
occidentales. Lo más que se logró fue recobrar
algunos territorios e impedir la caída completa de la
colonia a manos del enemigo.

Lo más importante de la política de fines
del siglo consistió en el fomento de la
colonización de las tierras interiores de la isla por
parte de canarios, a los cuales se les otorgaban cantidades
apreciables de tierras, ganado, subsidios de mantenimiento
durante más de un año, transporte gratuito,
exenciones de impuestos, etc; Los canarios, aunque el principio
fueron víctimas de la miseria generalizada en la isla, por
lo que gran parte de ellos moría al establecerse, tuvieron
una enorme importancia en los últimos años del
siglo XVII y en la primera mitad del siglo XVIII al proporcionar
una base demográfica nueva a la colonia que
permitió a la larga cierto restablecimiento de la
economía. En lo inmediato, los canarios impidieron que la
población desapareciera de la colonia posibilitando el
mantenimiento de su existencia.

Conjuntamente, la Audiencia estimuló el
establecimiento de hatos y caseríos en ¡as zonas
antaño afectadas por las Devastaciones de Osorio que
todavía no habían sido ocupadas duraderamente por
los bucaneros.

Los habitantes de Santiago de los Caballeros empezaron a
fundar hatos en la actual línea Noroeste. Desde el Sur
volvió, a fundar una nueva villa llamada Guaba,
después denominada Hincha en la zona más
próxima a los establecimientos franceses. Con el tiempo,
estas nuevas aldeas y las nuevas superficies de tierra
explotadas, fueron reforzadas por los canarios que eran
destinados a esas regiones, con los cuales posteriormente se
fundaron Dajabón, Monte Cristi y otros centros
españoles cercanos a los franceses.

El Poblamiento de las zonas limítrofes a los
franceses constituyó un verdadero valladar humano que,
aunque débil, fue suficiente para contener el hasta
entonces irresistible avance francés. En general las
personas que emigraron a estas regiones eran de condición
social baja y se vieron incentivadas por el hecho de que se les
hacía propietarias y se les concedían grandes
facilidades en zonas vírgenes. Se organizaron en
cincuentenas que ofrecían una resistencia feroz a los
franceses e incluso llevaban la guerra a sus mismos boucans y
nacientes haciendas en busca de pillaje.

Consolidación de la Colonia Francesa. En sus
inicios el establecimiento de La Tortuga no estaba bajo la
soberanía de ningún país. En él se
reunían aventureros y piratas de diversos países,
principalmente ingleses y franceses. En la década de los
40, los franceses se apoderaron de La Tortuga gracias a
Levasseur, quien fue nombrado gobernador del establecimiento por
la autoridad francesa en el Caribe. Levasseur era hugonote
(protestante) y actuaba con gran autonomía, por lo que las
autoridades francesas lo sustituyeron por otro gobernador y fue
asesinado en una conspiración.

La Compañía de Indias Occidentales era una
de las poderosas compañías mercantiles formadas en
Francia bajo la protección directa del Estado, de acuerdo
a la política mercantilista que estaba en su máxima
expresión entonces, bajo la gestión del Colbert,
ministro de finanzas, de Louis XIV, política concebida en
el contexto del expansionismo militar francés y de
intentos de desarrollo del capitalismo. Uno de los aspectos
sobresalientes del mercantilismo era la creación de
compañías monopólicas, ligadas al Estado,
concesionarias de grandes privilegios y subsidios.

En virtud de ello, la Compañía
representada por D" Ogeron recibió el poder de monopolizar
el comercio externo de la incipiente colonia. Así, las
grandes ganancias del establecimiento pasaron a ser acaparadas
por la burguesía francesa. Los bienes pillados en ataques
piratas, los esclavos negros traficados, el transporte de los
esclavos blancos temporales (engagés), la compra de las
pieles a los bucaneros, la compra del tabaco de los primeros
habitantes y el suministro a la colonia de mercancías
manufacturadas eran todos renglones básicos monopolizados
por la Compañía.

Partes: 1, 2

Página siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter