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El sentido de trascendencia en el espacio existencial actual (página 2)



Partes: 1, 2

El dios en el que creían o deseaban creer, era un
dios complaciente de sus gustos y caprichos, que los amaba por
encima de todas sus faltas como sus hijos favoritos, y por ello
también les iba a otorgar el poder y control absoluto
sobre sus naciones enemigas; es decir, que también era un
dios guerrero, que estaba siempre a su favor. Por eso Fromm
considera que, a pesar de los cuarenta años que Dios los
hizo pasar en el desierto, para tratar de purificarlos
espiritualmente, y liberarlos con la muerte de una
generación, de todos los vicios y apegos de su pasado, no
por ello, pudo lograrlo, ya que al llegar a la fulana tierra
prometida, la nueva generación volvió a caer en el
apego de sus tierras y a las tradiciones nuevas de sus pueblos
conquistados; con lo que se da a entender que, este es un pueblo
como dice la biblia de muy dura cerviz. Dios quiso liberarlos de
todo tipo de sometimiento, es decir, desalienarlos de todo tipo
de costumbres en donde se le da mucha más importancia al
tener que a la condición de SER un mejor ser humano. Dios
quería unos hijos que aprendieran a valorar su
condición humana especial, que procuraran SER cada
día mejores, y lo manifestaran en el trato hacia su
prójimo. Pero este pueblo siempre vio a Dios como un ser
proveedor de la satisfacción de sus necesidades y lo
único que deseaban eran bienes materiales y
poder.

De tal manera que, el Nuevo Testamento
continúa en su protesta contra el Antiguo Testamento, en
algunas de las concepciones desarrolladas en este, es decir, en
contra de la estructura de la existencia que se fundamenta en el
tener. Su protesta es aún más radical que la
anterior protesta judía. El Antiguo Testamento no fue
producto de una clase pobre y oprimida, sino que surgió de
dueños de rebaños nómadas y de campesinos
independientes. Un milenio después, los fariseos, hombres
ilustrados cuya obra literaria fue el Talmud, representaban a la
clase media; había algunos muy pobres y otros muy ricos.
Ambos grupos estaban imbuidos por el espíritu de justicia
social, la protección del pobre y la ayuda a todos los
indefensos, como las viudas y las minorías nacionales
(gerim); pero la mayoría no condenaba la riqueza como un
mal o como incompatible con el principio de ser. (Véase el
libro The Pharisees, de Louis Finkelstein.)

"Los primeros cristianos, al
contrario, principalmente eran un grupo de pobres despreciados
por la sociedad, de oprimidos Y parias, quienes (como algunos
profetas del Antiguo Testamento condenaban la riqueza y el poder
y denunciaban inflexiblemente la riqueza y el poder secular
sacerdotal como males absolutos (véase El dogma de
Cristo). En realidad, como dijo Max Weber, el Sermón de la
Montaña fue la proclama de una gran rebelión de
esclavos. Característica de los cristianos primitivos era
una plena solidaridad humana, a veces expresada en las ideas de
un reparto comunal espontáneo de todos los bienes
materiales. (A. F. Utz examina la propiedad comunal de los
cristianos primitivos y los ejemplos de los griegos más
antiguos, que probablemente conoció San
Lucas.)

Este espíritu revolucionario
del cristianismo primitivo aparece con especial claridad en las
partes más antiguas de los Evangelios, tal como fueron
conocidas por las comunidades cristianas que aún no se
separaban del judaísmo. (Las partes más antiguas de
los Evangelios pueden reconstruirse por la fuente común de
San Mateo y San Lucas, y fueron denominadas "Q" [del
alemán Quelle, "fuente"] por los especialistas en la
historia del Nuevo Testamento. La obra de Siegred Schulz es
fundamental en este campo, y diferencia la antigua y la nueva
tradición de la "Q".) (Fromm, 1985: 64-65)

De tal manera que Dios respetando el libre albedrio o
capacidad de elección existencial, hizo todo el esfuerzo
para procurar un cambio de valores morales y sociales que
condujera a este pueblo por el camino del crecimiento o
evolución moral y espiritual en comunión con
él, y no lo pudo conseguir. Lo mas que pudo lograr con
este pueblo fue que muchas de las normas que les impuso a
través de Moisés fuesen respetadas como una ley
moral, pero sin mucho amor por el bienestar del otro. Así
que Dios mas adelante tuvo que enviar a Jesús como su
hijo, a este pueblo, con el objeto de mostrarles cual es la
dirección que deseaba realmente su creador que siguieran.
Así pues, Jesús en todo su ministerio señalo
de muchas y reiteradas maneras que la visión simplista que
tenían de su padre como un Juez justo y guerrero no era la
correcta. Trajo así la idea de un padre amoroso con sus
hijos, para el cual, lo mas importante en la relación
humana está caracterizado por el amor que se pueden
manifestar los unos a los otros en el trato que se pueden dar.
Trata así, de que se inviertan los valores en una sociedad
regida por el afán de tener satisfacciones egoístas
placenteras, riquezas y poder (según él los valores
de Satanás), por un nuevo establecimiento social en donde
lo mas importante es desarrollar lo mejor que Dios nos otorgo:
nuestras potencialidades, es decir, nuestra condición de
hijos de Dios, la buena semilla que hay en nosotros, o lo que
somos REALMENTE, para así llegar a manifestar nuestras
características verdaderamente humanas a los ojos de
nuestro CREADOR, es decir SER lo que somos, y no un
espantapájaros o morisqueta que refleja los valores
alienantes de una sociedad perdida en la superficialidad y
materialidad de la existencia efímera y sin
trascendencia.

En estas afirmaciones anteriores, encontramos el
postulado principal de que la gente debe librarse de la codicia y
el deseo de posesión, y debe liberarse totalmente de la
estructura de tener; y por contrario debe asimilar como el camino
adecuado hacia su realización el vivir enfocados en el
desarrollo de sus mas grandes potencialidades humanas, para lo
cual, es que Dios nos creo, para que podamos manifestar mediante
nuestras acciones que somos sus hijos. Así, todas las
normas éticas positivas están enraizadas en la
ética de SER REAL, y liberarnos del ego para poder
compartir en base a nuevos valores, como la solidaridad. Esta
posición ética fundamental se aplica a nuestra
relación con los demás seres humanos, y con el
manejo o administración de todas las cosas que necesitamos
para nuestra existencia.

La renuncia radical a los propios
derechos (San Mateo 5:39-42; San Lucas 6:29 s.) y también
el mandamiento de amar a nuestros enemigos (San Mateo 5:44-48;
San Lucas 6:27 s., 32-36) subraya (aún más
radicalmente que "el amor al prójimo" del Antiguo
Testamento) el interés en los otros seres humanos, y pide
la renuncia total del egoísmo "norma, de que ni siquiera,
se debe juzgar al prójimo" (San Mateo 7:1-5 San Lucas 6:37
s., 41 s.) es una extensión del principio de olvidar
nuestro ego y dedicarnos totalmente a la comprensión y al
bienestar de los demás.

En relación con las cosas,
también se pide una total renuncia a la estructura de
tener. La comunidad más antigua insistía en la
renuncia radical a la propiedad; condenaba la acumulación
de la riqueza. "No os hagáis tesoros en la tierra, donde
la polilla y el orín corrompe, y donde ladrones minan y
hurtan; mas hacéos, tesoros en el cielo, donde ni polilla
ni orín corrompe, y donde ladrones no minan ni hurtan;
porque donde estuviera vuestro tesoro, allí estará
vuestro corazón." (San Mateo 6:19-21; San Lucas 12:33 s.)
Con el mismo espíritu Jesucristo dice: "Bienaventurados
vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios" (San
Lucas 6:20; San Mateo 5:3). Desde luego, el cristianismo
primitivo fue una comunidad de pobres que sufrían, mas
tenían la convicción apocalíptica de que
había llegado el momento de la desaparición total
del orden existente, según el plan divino de
salvación." (Fromm, 1985: 65-66)

Dios nos creo como sus hijos para que logremos
trascender nuestro espacio-existencial
, es decir, nos
logremos conectar con su espíritu, y al hacerlo y estar en
intima comunión con su ser y sentir toda su energía
y poder, podamos reconocer el gran valor que tiene la vida que
nos dio. Nos envió a este mundo para que aprendamos a SER
mejores, a que evolucionemos como seres espirituales, por lo que
en ese camino hemos de encontrar muchas trabas u
obstáculos, que estarán allí para que los
superemos, y nos ayuden a crecer cada día
más.

Sin embargo, aunque Jesús señalo que Dios
es amor, en repetidas ocasiones también señalo que
es muy exigente con los hijos de deciden seguir el camino
señalado por él, lo cual causa susto o temor a la
mayoría. Esto debido a que la gran mayoría no
muestra la capacidad de dar el salto de fe que implica, ponerse
en las manos de Dios y aceptar por completo su voluntad en
nuestras vidas. Muchos dicen creer en Dios, pero son pocos los
que tienen la confianza en que una vez entregados a SER lo que
Dios les propuso que desarrollaran, fundamentados en él y
en las potencialmente que les otorgo para llevarlo a cabo;
entonces, creen que van a perder el completo y total control en
sus vidas, y perderán su individualidad. Jesús
señalo que para seguirlo había que nacer de nuevo
en el espíritu; y en otra ocasión señalo que
el que toma su arado no debe volver la mirada atrás. O
como dijo Pablo: ya no vivo yo, sino es Cristo quien vive en
mí.

Así que la mayoría cree es un esfuerzo
sobre humano que deben hacer para desarrollar la buena semilla
que Dios sembró en ellos. Pero no es así, puesto
que Jesús les prometió a sus seguidores que, la
cruz que ellos iban a tener que sobrellevar, no iba a ser
superior a sus fuerzas, puesto que enviaría al
Espíritu Santo para ayudarles en todo lo necesario a
cumplir con el propósito para el cual Dios nos creo.
También dijo que el mayor pecado que un ser humano puede
hacer es el de la blasfemia en contra del Espíritu Santo.
Se supone que cuando el Espíritu Santo se manifiesta,
está allí implícito la manifestación
de todo el poder de Dios, y quien habla en contra, esta
declarando que no reconoce su poder. Así que como puede
una creatura no reconocer a su creador, y mucho peor el procurar
deshonrarlo? A los ojos de Dios es lo mas inconcebible, puesto
que nos creo para que como sus hijos, cumplamos el
propósito principal de nuestra existencia: de honrarlo en
todo lo que hagamos.

UN NUEVO SISTEMA POLÍTICO

Como se señalo en la anterior cita de Fromm, los
cristianos de la primera comunidad creían fervientemente
en que Jesús había traído unos nuevos
lineamientos de comportamiento político-social, que
debían de procurar establecerlos en todas las comunidades
con las que se relacionaban e integraban, puestos que a ellos les
fue encomendada como última misión ir por todo el
mundo a llevar estas nuevas ideas a toda la humanidad; para
así, procurar la salvación del mayor numero de
almas. Puesto que, consideraban que nos encontrábamos en
una época en donde el ser humano llegaba al final de todo
el tiempo que Dios había dispuesto para procurar su
redención. De tal manera que, o nos convertíamos en
verdaderos cristianos en espíritu, o nos
condenábamos para siempre.

Luego al pasar el tiempo y asumir que ese fin del mundo
no estaba tan cerca como se suponía, entonces comenzaron a
concebir que estábamos iniciándonos en una nueva
era: La era mesiánica. Dios había visto
algún cambio favorable en la humanidad y nos había
otorgado en su infinita gracia y misericordia algo mas de tiempo,
para que el nuevo mensaje salvador llegase a todos los confines
del mundo y así todos tuviesen la oportunidad de ser
redimidos, y procurar su salvación.

Y desde aquel tiempo hasta nuestros días es mucho
el camino recorrido en la evolución
científico-tecnica y muy poco en comparación, en la
evolución de nuestras relaciones sociales, y casi nada en
nuestra evolución espiritual, por no decir mas bien, que
hemos estado andando en un proceso de involución. Y en
estos últimos siglos, el mal uso de los recursos naturales
que Dios nos ha otorgado, ha llevado a un gran agotamiento de las
fuentes promotoras del equilibrio de la vida en nuestro planeta,
hasta el punto que, la mayoría de los científicos,
incluidos los que se declaran a sí mismos como ateos, han
declarado que de continuar el proceso destructivo que llevamos
hasta ahora, es muy poco el tiempo que le quedará de vida
a nuestro planeta. Por lo que volvemos ahora con mayor criterio
que antes, y con pruebas en mano, como la deforestación de
grandes zonas que antes eran pulmón de nuestro planeta, el
derretimiento de los polos y con el consecuente levantamiento del
nivel del mar, el calentamiento global, la destrucción de
la capa de ozono, y todas las consecuencias que esto genera en
cambios del comportamiento atmosférico y desastres
naturales más reiterados que antes, la disminución
de las fuentes de agua potable y de zonas fértiles para
los cultivos y la vida de los animales silvestres y no
silvestres. Con respecto a esto Fromm señala:

El concepto apocalíptico del
"juicio final" fue una versión de la idea
mesiánica, común en los círculos
judíos de la época. La salvación y el juicio
final serían precedidos de un periodo de caos y
destrucción, tan terrible que los rabinos en el Talmud le
pedían a Dios que los librara de vivir en el tiempo
premesiánico. Lo nuevo del cristianismo era que Jesucristo
y sus seguidores creían que el tiempo había llegado
(o que se encontraba en un futuro cercano) y que ya se
había iniciado con la aparición de
Jesucristo.

En realidad, no podemos dejar de
relacionar la situación de los primeros cristianos con lo
que sucede en el mundo actual. Mucha gente, científicos
más bien que religiosos (con excepción de los
Testigos de jehová), cree que nos aproximamos a la
catástrofe final del mundo. Esta es una visión
sostenible científica y racionalmente. La situación
de los cristianos primitivos era muy distinta. Vivían en
una pequeña parte del Imperio Romano, por entonces en la
cumbre de su poder y de su gloria. No había señales
alarmantes de una catástrofe. Sin embargo, un
pequeño grupo de judíos palestinos pobres estaba
convencido de que este poderoso mundo pronto sería
destruido. Por lo que respecta a la realidad, se equivocaron.
(Fromm 1985: 66)

Así, que ahora llegamos de nuevo al mismo punto
anterior, en aquel tiempo de las primeras comunidades cristianas
se pensaba que Dios nos habría de eliminar de la tierra
como consecuencia moral por nuestro comportamiento tan falto de
amor. Pero en aquellos tiempos el ser humano no tenía las
herramientas técnicas para ejercer tanto poder sobre las
condiciones de la naturaleza como en estos últimos siglos.
Luego que llegamos al desarrollo industrial y bélico, con
la consecuente explotación agrícola-pecuaria y
petrolera con todos sus derivados fósiles contaminantes;
entonces ahora, nuevamente nos encontramos que nos sentimos al
borde del apocalipsis, pero esta vez, no como un acto deliberado
por Dios, sino como consecuencia de un desarrollo
político-social y económico fundamentado en el
egoísmo, avaricia y deseos de poder desmedido. De tal
manera, que aquellos sistemas políticos que hemos
creído, que hemos constituido como lo mejor de nuestro
ingenio socio-cultural para regir nuestras vidas con un buen
criterio de justicia y bienestar, entonces, nos han traído
ahora a la situación de encontrarnos al borde del
cataclismo, y esta vez como consecuencia de los desmanes que
hemos llevado a cabo; que en términos religiosos se
podría decir que es una consecuencia de nuestros pecados.
Al respecto Fromm señala:

Vivir correctamente ya no es
sólo una demanda ética o religiosa. Por primera vez
en la historia, la supervivencia física de la especie
humana depende de un cambio radical del corazón humano.
Sin embargo, esto sólo será posible hasta el grado
en que ocurran grandes cambios sociales y económicos que
le den al corazón humano la oportunidad de cambiar y el
valor y la visión para lograrlo.

Aunque en la vida privada nadie,
excepto un loco, permanecería pasivo ante una amenaza a su
existencia, los encargados de los asuntos públicos
prácticamente no hacen nada, y los que les han confiado su
destino les permiten continuar inactivos.

¿Es posible que hayamos perdido
el más fuerte de todos los instintos, el de
conservación? Una de las explicaciones más obvias
es que los gobernantes hacen muchas cosas que les permiten fingir
que están actuando eficazmente para evitar una
catástrofe: sus interminables conferencias, sus
resoluciones y conversaciones sobre desarme causan la
impresión de que los problemas se han identificado y que
están haciendo algo para resolverlos. Sin embargo no hacen
nada realmente importante; pero gobernantes y gobernados
anestesian sus conciencias y su voluntad de sobrevivir,
aparentando que conocen el camino y que avanzan en la
dirección correcta. (Fromm 1985: 28-29)

En el mundo occidental consideramos a la democracia como
el mejor sistema político, y en otras partes han
considerado que el socialismo (la mayoría de la veces
ateo, o sin Dios) es la mejor respuesta a la convivencia humana
mas satisfactoria. Y si nos ponemos a analizar cualquiera de los
sistemas políticos que hemos implantado en toda nuestra
historia, entonces nos encontramos que siempre ha sido algo
parecido: Un pequeño grupo más fuerte se impone
sobre los otros y procura someterlos utilizando su poder por
medios bélicos, físicos, ideológicos,
culturales, políticos y económicos. Al implantarse
el nuevo sistema con todas sus estructuras de funcionamiento
jurídico y administrativo de todo lo existente en su
entorno, y comenzar la aceptación del nuevo régimen
administrativo, entonces el común de los individuos a los
que se han impuesto, comienzan a trabajar o brindar tributos con
su esfuerzo, para el mayor bienestar de esas elites que se
encuentran en el ejercicio del poder. Que por su puesto siempre
se venden con su ideología publicitaria como los
salvadores o promotores del mejor sistema social, cuando en
realidad con sus posteriores obras demuestran que, lo
único que parece interesarles es el bienestar de ellos y
su pequeño entorno de familiares y amigos más
cercano. En otras palabras son los egoístas avariciosos
descritos anteriormente, que para llegar al ejercicio del poder
vendieron una imagen de ser mucho mejores que los anteriores,
pero luego al poco tiempo suele caer su fachada, y el pueblo
termina por darse cuenta que son igual o peor aún que los
anteriores. Al respecto Fromm hace un comentario
acertado:

… el egoísmo que genera
el sistema hace que los gobernantes antepongan su éxito
personal a su responsabilidad social. Ya no nos sorprende cuando
los dirigentes políticos y los "ejecutivos" de los
negocios toman decisiones que parecen beneficiarlos, y que al
mismo tiempo son nocivas y peligrosas para la comunidad. Desde
luego, si el egoísmo es un pilar de la ética
práctica contemporánea, ¿Por qué
habrían de actuar de otra manera?(…) Al mismo
tiempo, el público en general está tan
egoístamente preocupado por sus asuntos particulares que
presta muy poca atención a los problemas que trascienden
el terreno personal. (Fromm 1985: 29)

Por todo ello, y tomando en cuenta que siempre al tratar
de constituir una nueva nación, cada quien parece querer o
desear establecer en los parámetros reguladores el mayor
beneficio hacia su pequeño círculo; entonces
diríamos que el sistema de gobierno que ha sido más
honesto a lo largo de la historia es el de la monarquía.
En ese reino todo el mundo tiene bien claro a quién le
sirve, y cuál es su posición y función
dentro del sistema establecido. Pero en ese reino, todos serian
mas felices si tuviesen en claro también, que todos son
miembros de una misma familia en donde el rey es su Padre, y que
este padre vela por el bienestar de todos sus hijos.

Y ese era precisamente el sistema instaurado en las
primeras comunidades cristianas, con la gran diferencia de que el
mismo tenía una estructura circular por debajo de su
Padre, y en donde todos eran respetados como iguales ante los
ojos de su Rey (y no piramidal como la que se implanto
después al ser contaminada por ideas corruptoras
provenientes de concepciones políticas humanas) en donde
todos los individuos que aceptaban por voluntad propia, ser
miembros de ese reino, también asumían, que sus
vidas habría de ser dirigida por un ÚNICO ser, por
el hecho de que también reconocen que es superior a todos,
en todos sus valores éticos, que posee las ideas o
concepciones mas sabias, que es bondad y AMOR absolutos, puesto
que es el diseñador y Creador de todo lo existente.
Entonces indiscutiblemente, no puede haber un mejor reino que
aquel que es dirigido de acuerdo a la voluntad de Dios. Y si este
sistema también decayó fue producto de que muchos
de sus miembros comenzaron a perder la comunión espiritual
que tenían antes con Dios, y colocándolo en una
posición marginal de su existencia, debido a que
comenzaron a distraerse en sus ambiciones egoístas, o
intereses políticos, sociales, económicos
etc.

Ya todos hemos comprobado que todos los sistemas que
hemos desarrollados utilizando los mejores criterios humanos
terminan siempre cayendo en hábitos de corrupción
que conllevan al decaimiento o derrocamiento del mismo, para
constituir otro con las mejores esperanzas para luego volver a
llegar al mismo punto sucesivamente. Al respecto Fromm
señala:

Debemos tomar más en serio que
la mayoría de la gente al cristianismo primitivo, para
comprender el radicalismo casi increíble de este
pequeño grupo, que pronunció su veredicto del mundo
existente basado tan sólo en su convicción moral.
Por otra parte, la mayoría de los judíos que no
pertenecían exclusivamente a la parte más pobre y
más oprimida de la población, pensaban de otra
manera. Se negaron a creer que había empezado la nueva
época, y continuaron esperando al Mesías que
llegaría cuando la humanidad (y no sólo los
judíos) alcanzara el reino de la justicia, de la paz y del
amor, y éste se realizara en un sentido histórico y
no escatológico. (Fromm 1985: 66)

Ahora bien, al parecer esos judíos se
equivocaron, y si nos preguntamos ¿porqué todos los
sistemas de gobierno que han sido implementados guiados por ideas
y valores exclusivamente humanos, es decir, colocando a Dios al
margen de su constitución y estructura institucional han
culminado en la decadencia producto de su corrupción? La
respuesta es sencilla: en todos ellos cuando han ido en su
proceso degenerativo, es porque los principios éticos y
valores de sus integrantes no han tenido como centro en su
dirección a la conexión espiritual que
deberían de tener con Dios; en otras palabras la
mayoría de sus miembros se han olvidado de él, y
por el contrario le han dado la espalda a su sabiduría y
aún a sus preceptos universales. Hasta en los grupos que
parecían ser mas espirituales o tenían mejor
comunión con Dios, esto ha sucedido. Al respecto Fromm
comenta:

Como resultado de que no
reapareció Jesucristo, su muerte y resurrección se
interpretaron en los Evangelios como el principio de una nueva
era, y después de Constantino se intentó cambiar el
papel mediador de Jesucristo por el de la Iglesia papal.
Finalmente, para todo fin práctico, la Iglesia se
convirtió en el sustituto (de hecho, pero no en
teoría) de la nueva época. (Fromm 1985:
66)

Así que la iglesia paso a convertirse en una
institución oficial, con fines políticos terrenales
(aunque no se manifieste abierta y públicamente hoy en
día al respecto estos intereses, sino solo
subrepticiamente), y asimiló parte de la corrupción
que en tales sistemas existía, al pasar a formar parte de
ella. Como institución puede dedicarse a pregonar valores
morales elevados con sentido espiritual, pero sus fundamentos
estructurales continúan siendo sobre los valores
políticos terrenales y no sobre los espirituales que
promueve.

A algunos seres Dios le ha facilitado el ejercicio del
poder y en algunos casos, hasta se lo ha puesto en bandeja de
plata, sin embargo en el proceso del ejercicio, sea por
distracción en diversas tentaciones a las que es sometido,
o que caen en la pereza, la comodidad y aburrimiento de sus
rutinas; entonces van perdiendo con ello la buena
comunicación con su director, y pierden el estado de
armonía establecido con él, y por lo tanto la
gracia y bendición. Esta historia la hemos leído en
muchas ocasiones en la biblia. Siempre que un dirigente era
suplantado por otro o derrotado, era porque él y su pueblo
habían perdido el estado de gracia ante los ojos de
Dios.

Así que, si nosotros la hemos perdido, podemos
comenzar por tratar de recuperarla. Ciertamente que hay un dicho
popular que afirma: que nadie aprende por experiencia ajena. Pero
como hemos llegado a la orilla del abismo en donde, o
reflexionamos sobre todo el desastre y desmanes que hemos llevado
a cabo a lo largo de la historia y proponemos enmendarnos, o
sencillamente nos extinguimos, y lo más triste, por
omisión y/o voluntad propia. Entonces, nos vemos obligados
a decidir actuar ya! Si es que deseamos vivir.

Con esto se desea aclarar, que en el desarrollo de los
nuevos procesos cambios políticos no deseamos retroceder,
sino avanzar. Tenemos todavía sociedades en donde existe
una organización política con criterios
democráticos, en donde existe el reconocimiento
público de sus reyes, aunque estos no posean una
función practica muy marcada en la dirección o
sentido de las políticas de su gobierno, las cuales si
recaen en figuras como un primer ministro, quien si tiene todo el
poder de conducir tal dirección. Así mismo, si la
sociedad es capaz de aceptar especies de figuras decorativas en
su vida política ¿porque no puede aceptar el tener
presente en sus vidas, con un mayor criterio de su realidad a su
Creador como su Rey? Sobre todo tomando en cuenta que este es el
SER mas sabio, generoso y bondadoso que podría dirigir los
procesos políticos de nuestro mundo, eliminando en su
desarrollo todas las acciones que conlleven a la
degeneración o corrupción dentro del sistema
social. Por ejemplo, hemos escuchado que en algunos países
orientales han desarrollado y establecido muchas leyes
fundamentados en su constitución en la orientación
que han encontrado en la biblia, con lo cual, han introducido en
su sistema político de vida cotidiana valores de origen
espiritual cargados de una gran sabiduría, que han sido
muy exitosos en la generación de mayor bienestar en el
más amplio sentido de la palabra, en la vida de todos sus
ciudadanos. Fromm no reconoció de manera directa que
estuviese de acuerdo con el desarrollo de políticas de
gobierno absolutistas, puesto que tampoco, parece haber concebido
una estructura político-social fundamentada principalmente
en la condición espiritual de la humanidad, puesto que
debido a su concepción histórica, las instituciones
que comenzaron sobre un fundamento parecido en el pasado (como ya
hemos comentado con anterioridad), en el camino perdieron su
sentido direccional. Sin embargo si reconoció que todas
aquellas formas de organización política conocidas
hasta ahora han fracasado en la construcción de una
sociedad sana y de gran bienestar para todos sus miembros, y al
respecto señala cosas como éstas:

(…) hay otra explicación
más del debilitamiento de nuestro instinto de
conservación: en la vida se requerirían cambios tan
enormes que la gente prefiere una catástrofe futura al
sacrificio que tendría que hacer hoy en
día.

(…) hay otra, que es una de mis
razones para escribir este libro. Me refiero al concepto de que
no tenemos otras alternativas que los modelos del capitalismo
cooperativista, el socialismo socialdemócrata o
soviético, o un "fascismo (tecnocrático) con una
cara sonriente". La difusión de este concepto se debe a
que hemos hecho muy pocos esfuerzos por estudiar la posibilidad
de crear modelos sociales enteramente nuevos y de experimentar
con éstos. Desde luego, mientras los problemas de la
reconstrucción social, aunque solo sea parcialmente, no
preocupen a nuestros mejores científicos y
técnicos, nos faltará imaginación para crear
alternativas nuevas y realistas. (Fromm 1985:
29-30)

Para Fromm, un sistema político debería
estar fundamentado principalmente en la racionalidad humana,
aunque en muchas de sus ideas y sus valores humanitarios, muestra
también su sentido o condición espiritual. En
él la espiritualidad y racionalidad humana deben de ir de
la mano, es decir que expone una racionalidad que al mismo tiempo
es espiritual, aunque no lo declara abiertamente como tal; por lo
que podríamos suponer que en Fromm la espiritualidad
humana está supeditada a la racionalidad, y por ende,
nuestra razón debe encarar los desafíos de nuestro
tiempo, para superar la actual crisis. A lo que podríamos
añadir que no estamos de acuerdo con tal
concepción, ya que consideramos que: al ser creados
nuestra constitución tuvo como fundamento el
espíritu de su Creador, y nuestra racionalidad se
fundamenta en ello.

Tomando en cuenta esto último como premisa
principal, comencemos entonces por analizar ¿cómo
hemos caído en un estado de conciencia moral anti
reflexivo y antinatural, que ha conllevado a la gran
corrupción y degeneración no solo de las
estructuras socio-políticas, sino también, de todos
los ecosistemas y por todas partes hemos llegado a envenenarnos a
nosotros mismos, donde parecería que estuviésemos
procurando a propósito nuestra extinción total?
Ningún otro espécimen natural procura su
extinción y la del entorno que le proporciona su fuente de
vida. Y debe de ser por que las demás especies tienen
mayor conciencia, de la presencia en sus vidas de su Creador y
mayor comunión espiritual con él. Y con ello, por
allí podríamos asimilar la primera lección
acerca de ¿cómo salir de la problemática en
la que todos nos hemos involucrado directa o indirectamente de
algunas formas?

La sociedad de
ideologías plurales

Hasta no hace mucho tiempo atrás, la gran
mayoría de los seres humanos provenientes de las diversas
culturas habían tenido ciertos valores o una
concepción ética de la vida. Así la
mayoría, había desarrollado una idea más o
menos clara de lo que está bien y lo que está mal;
mas sin embargo, en relación a toda la historia comentada
anteriormente y muchísima más (que no cabría
en este trabajo porque nos desviaríamos mucho de su
objetivo); podemos concluir que, hemos llegado a un punto donde
el común de los seres humanos ha perdido la claridad de
sus fundamentos éticos. Vivimos en una sociedad en donde
todo o casi todo pareciera ser valido o aceptable, de tal manera
que la noción de lo que es: bueno o malo, beneficioso o
perjudicial, positivo o negativo, lo perteneciente al lado de la
vida o constructivo y lo perteneciente al lado de la muerte o
destructivo, ya no se encuentra claro para la mayoría de
los seres humanos. De allí que como consecuencia directa,
hemos podido llegar al punto de desequilibrio natural tan
pronunciado, que podría extinguir toda la vida del
planeta.

Como comentamos antes, el sistema industrial y el
consecuente mercantilismo ha conllevado a una gran divergencia en
los valores establecidos anteriormente, fundamentado en que el
egoísmo formar parte constitucional de nuestro sistema
natural, por no decir mas bien económico y
político. Producto de ello, ahora vivimos en una sociedad
en donde se tiene un gran respeto al derecho egoísta de
las minorías en desmedro de los valores que antes eran
universales; y de esta manera, hemos pasado a construir una
sociedad donde son tan grandes las divergencias en el
comportamiento moral de los individuos que la componen, que las
concepciones éticas han quedado en una posición
marginal, ya que el común de los integrantes de la
sociedad en la confusión e incertidumbre de la validez de
los fundamentos de los diversos y muy diferentes comportamientos
sociales y su substrato ético, han preferido adoptar la
posición de indiferencia ética ante la vida; es
decir, donde todo es justificable y valido, entonces es mejor no
opinar y mucho menos tratar de influir con alguna crítica
constructiva, no vaya a ser que estos acarree una sanción
moral o hasta jurídica dentro de nuestro sistema, donde
impera la ambigüedad y la incertidumbre también en
sus fundamentos estructurales. En otras palabras, la matriz
egoísta del sistema ha conllevado a generar que en donde
antes había un valor social establecido, ahora en cambio
hay temor, puesto que ya ni siquiera sabemos a que nos estamos
sujetando axiológica y estructuralmente en nuestro medio
social. Así que de tanto sentir temor, éste se ha
constituido en el fundamento principal de nuestro sistema social,
analizado con exhaustividad por Fromm en su libro: Miedo a la
libertad. Hemos preferido llegar a vivir en la incertidumbre de
nuestros fundamentos políticos, sociales y éticos
disimiles y divergentes, a arriesgarnos a luchar por construir un
sistema mucho mas sano y de mayor bienestar, porque además
nos paraliza la falta de criterio para saber por dónde
podemos comenzar tal construcción social, debido a la
ignorancia y oscurantismo en que hemos vivido sometidos
últimamente. Sin embargo, todos o por lo menos la gran
mayoría de los seres humanos, poseemos una
condición en común que nos puede alumbrar el camino
hacia la realización de tal anhelo: NUESTRA
CONDICIÓN ESPIRITUAL, que aunque algunos no la tengan muy
desarrollada, aún así tienen la potencialidad de
conectarse con el espíritu de su creador para reencontrar
el sentido de dirección que mayor bienestar nos
traerá, acompañado por el desarrollo de nuestro
propósito existencial como individuos y como
civilización.

Fromm señala, que está pérdida de
valores y sensibilidad humanos tan pronunciada, comenzó
con la llegada del desarrollo industrial y los valores de
egoísmo y avaricia que traía en su sistema, como
requisitos imprescindibles para su implementación, y que
fueron vendidos como si fuesen valores naturales de la especie
humana. Debido a ello, el ser humano al asimilar esto que se le
inculco, desarrollo una relación mucho más hostil y
rapaz con la naturaleza, y aprehendió a valorar mucho
más a los objetos inanimados y las maquinas, que a los
mismos seres vivos.

La gente se negó a reconocer
que estos rasgos que habían dado el ser a la sociedad
industrial no eran impulsos naturales, sino producto de las
circunstancias sociales.

No es menos importante este factor: la
relación de la gente con la naturaleza se volvió
muy hostil. Por ser "caprichos de la naturaleza", que por las
condiciones mismas de nuestra existencia estamos dentro de la
naturaleza, y porque con el don de nuestra razón la
trascendemos, hemos tratado de resolver nuestro problema
existencial renunciando a la visión mesiánica de la
armonía entre la humanidad y la naturaleza, y al
conquistar la naturaleza, al transformarla para nuestros fines,
su conquista se ha convertido, cada vez más, en
equivalente de destrucción. Nuestro espíritu hostil
y de conquista nos ciega al hecho de que los recursos naturales
tienen límites y pueden agotarse, y que la naturaleza
luchará contra la rapacidad humana.

La sociedad industrial desprecia la
naturaleza, todas las cosas que no están hechas por
máquinas, y los pueblos que no son fabricantes de
máquinas (las razas no blancas, con las recientes
excepciones de Japón y China). Hoy día la gente se
siente más atraída por los objetos
mecánicos, por el poder de la máquinas, por lo que
no tiene vida, y cada vez más por la destrucción.
(Fromm 1985: 26-27)

Y de esto podremos sacar la idea también, del
porque como seres humanos comenzamos a perder el desarrollo de la
facultad de comunicarnos espiritualmente con nuestro creador.
Ahora si retomamos la última idea del capítulo
anterior, y reflexionamos en la manera como han procurado llevar
su vida en este planeta el resto de las especies, también
podemos concluir que han tenido una conciencia más clara y
limpia que los humanos. Aún cuando digamos que ellas se
dirigen por sus instintos naturales, también podemos
decir, que estos instintos les fueron otorgados por su Creador, y
en todo caso son dirigidos por una sabiduría muy superior
a la nuestra. Decimos que son irracionales, y ¿acaso
nuestro comportamiento destructivo es una buena muestra de
nuestra racionalidad?

Deberíamos de sentir vergüenza ante la
presencia de estos animalitos. Pero ahora poniendo a un lado los
sentimientos de vergüenza y culpa, tomemos el lado
constructivo de la reflexión y comencemos a observar de
nuevo como los antiguos sabios orientales, la
manifestación de Dios y su sabiduría a
través del comportamiento de sus creaturas en el estado
mas natural posible. Si estudiamos de nuevo por ejemplo la obra
de Confucio, podemos apreciar que la concepción del bien y
la del mal no es tan ambigua, como hoy en día lo
apreciamos dentro de nuestro entorno social. La ambigüedad
que hoy en día experimentamos es producto del relajamiento
muy pronunciado de los grados de tolerancia de la presencia del
mal, o la manifestación de éste lado oscuro en
nuestras vidas. Como señalaban estos antiguos pensadores
orientales, la vida necesita para su desarrollo la presencia de
energías que podemos llamar negativas y otras positivas o
lo que llaman el Ging y el Yang. Una planta necesita de la luz
del día, pero también la oscuridad de la noche para
crecer y desarrollarse sana y fuerte. Así en la naturaleza
podemos apreciar las diversas manifestaciones energéticas,
que como un concierto de música clásica, muestra
una clara dirección de sus notas musicales, para poner en
común armonía todos los instrumentos, para
así generar una muy hermosa melodía. En la
relación entre los animales podemos observar como algunos
juegan, y otras veces como el de una especie mata al de otra para
sobrevivir o en beneficio de alimentar a sus congéneres, y
una que otra vez se podrían observar excepciones a algunas
reglas naturales establecidas dentro de su comunidad, pero en
términos generales, la relación entre animales y
plantas silvestres se fundamenta en una búsqueda de la
supervivencia en común armonía con su entorno. En
otras palabras, en ellos se manifiesta constantemente el
equilibrio de esas fuerzas energéticas que
mencionamos.

Volviendo a las relaciones humanas, es mas que evidente
que ese equilibrio lo hemos perdido hace mucho, y necesitamos
recuperarlo con urgencia, pues de ello depende nuestras
posibilidades de supervivencia. Y si nos preguntamos
¿Cómo podemos lograrlo? La respuesta la tenemos en
el conocimiento que podemos adquirir de la observación de
esos espacios naturales. Observación que implica mucho
más que ver con los ojos, conlleva a aprehender con el
espíritu, esas leyes que tienen tan bien instauradas esas
especies animales, y que nosotros no debimos haber perdido.
Cuando por ejemplo un grillo y una rana hace su canto, con ello
está haciendo aquello para lo cual su Creador le dio la
vida; así a cada especie le dio ciertas potencialidades
que al ser manifiestas o poner en práctica, con ello
honran a su Creador. Sin embargo, la gran mayoría de los
seres humanos parecen ser los únicos seres vivos que no
tienen interés en manifestar las potencialidades que su
Creador les otorgo, para que con ello honrarlo.

Es por esta falta de conciencia, de tener presente que
somos creaturas de Dios, y que vinimos a este mundo con un
propósito definido por él, por lo cual, nos
encontramos al borde de nuestra propia destrucción. En
otras palabras, la falta de conciencia de la presencia de Dios en
nuestras acciones, ha conllevado a lo que llaman el relajamiento
de las costumbres; a la extrema tolerancia sobre las acciones de
corrupción que vemos en nuestro entorno, y por
último al apoyo de implementación o
legalización de políticas que van en detrimento de
nuestra estructura social, o conllevan a una degeneración
más aguda de las ya existentes. Si estudiamos un poco de
la biblia Satánica o fundamento axiológico de la
llamada Iglesia de Satán, nos encontraremos que los
valores que parecen dirigir y prevalecer en este mundo actual en
todas sus esferas, son los expuestos en este libro poco
constructivo, o mejor dicho destructivo del desarrollo social que
necesitamos.

Esas leyes universales que los animalitos y plantas
parecen tener mucho mas claros que nosotros, debemos entonces,
procurar rescatarlas en pro de nuestro propio bienestar, y por
supuesto, de los demás seres del planeta. Si consideramos
que en la escala animal somos los seres superiores de nuestro
entorno, entonces debemos demostrarlo con la manifestación
de una condición evolutiva superior en nuestra
condición espiritual, porque hasta ahora los seres que
hemos llamado inferiores han mostrado una conexión mucho
mas armoniosa con los demás seres de su entorno y con su
Creador. De tal manera que, consideramos inconcebible el
desarrollo de un nuevo sistema político-social y
económico sustentable en el tiempo, construido sobre una
base lógico-racional exclusivamente, sin tener para ello
como fundamento principal la conexión espiritual con
nuestro Padre y Creador.

Conclusiones
sobre el
análisis de los valores desarrollados en nuestro
espacio-existencial

Según la percepción de Fromm, el mundo
como lo hemos conocido hasta ahora, se ha vuelto aterrador. El
ser humano en su concepción general, vive en permanente
estado de angustia y miedo, sometido por el aislamiento en la
soledad de su ignorancia, con un sentimiento de desconcierto y
vacio existencia en el que su vida parece haber perdido todo
valor, y bajo el cautiverio del estado de alienación
social y político en el que se ve obligado a
vivir.

Espiritual y moralmente el mundo está en un
declive constante y permanente, que ha llevado a nuestra sociedad
a una especie de agonía; y en semejante estado de crisis,
el ser humano se encuentra en una encrucijada, en donde tiene que
decidir si escoge el camino de la muerte, o el de desarrollar una
nueva conciencia en favor de una vida REAL y PRODUCTIVA. Y es a
esto último, es a lo que parece apostar Erich
Fromm.

Este pensador crítico del funcionamiento de
nuestro sistema socio-político, muestra una visión
optimista en la condición humana. Parece ser una
utopía lo que concibe como una posibilidad de nuestra
existencia; en la que podemos llegar a ser aquello, para lo que
según él estamos llamados: personas conscientes con
capacidad crítica, libres para escoger un destino de vida
más pleno, en el que procuremos enriquecer, de manera
espiritual, moral y cognoscitivamente nuestro SER. Es decir,
desea que lleguemos a convertirnos en seres que vinieron a este
mundo para honrar su existencia, con la manifestación del
Amor hacia su experiencia vital. En una palabra que lleguemos a
ser lo que somos potencialmente: HUMANOS REALES. Y dejemos de ser
la caricatura o los títeres del sistema económico,
político y social, que se nos quiere imponer.

La fuerza de donde habrá de salir energía
semejante, para cambiar el estado general de la situación
actual, se encuentra en la capacidad de amar que potencialmente
esta en todos los seres humanos. Aún cuando a muchos seres
humanos se les ha educado para que funcionen como un engranaje
mecánico dentro del sistema, es decir, se les ha enajenado
su consciencia con una gran cantidad de presiones sociales; y se
han transformados en una especie de maquina generadora de riqueza
material, como único producto. Aún así,
tiene la capacidad según Fromm, de despertar de semejante
estado de conciencia.

Considera Fromm que a la par del conocimiento
científico-técnico, debe de ir la evolución
moral y capacidad crítica, para equilibrar el desarrollo
del crecimiento humano en sentido positivo o PRODUCTIVO.
De no ser así, estima que el camino que llevamos nos lleva
hacia un estado de apatía moral, a la esterilidad de la
mente y el corazón, a caer en la esterilidad intelectual,
y por lo tanto a crear un mundo de seres incapacitados o
inadecuados para vivir en sociedad; en otras palabras vamos en
camino de convertirnos en dinosaurios sociales, es decir, seres
que se desenvuelven en una estructura tan descompuesta por la
mayoría de sus miembros, que puede hacer a cualquiera
incapaz de establecer parámetros claros, para desarrollar
relaciones saludables.

Durante la historia de la humanidad el ser humano se ha
encaminado en un proceso evolutivo en algunos aspectos, en el que
ha logrado desarrollar grandes avances en muchos campos del
saber, y también de sus habilidades técnicas y
prácticas en relación con el manejo de su habitad;
pero en épocas más recientes pareciera ir en
sentido contrario. Si el ser humano no utiliza toda su
sabiduría a su favor, para salir de la coyuntura que se le
ha presentado, según Fromm, entonces se dirigirá
hacia su destrucción. Es decir, o nos realizamos como
verdaderos seres humanos o nos destruimos; porque el mundo social
y físico siempre está en movimiento, el cual puede
ser positivo o negativo, no hay término medio.
Según él, sus estimaciones sobre nuestra realidad
se encuentran apoyadas también, por el análisis e
investigaciones que los científicos han realizado sobre la
condición física del planeta, sobre el mal trato
que le hemos dado, en el uso de sus recursos naturales, y la
mayor parte, como producto de los valores mercantilistas que
imperan en nuestro tiempo.

Pareciera que los valores morales, ideales espirituales
e ideas científicas que regían la conducta humana
en un pasado no muy lejano, están atravesando grandes y
rápidos cambios, como si una fuerza dinámica y
centrifuga estuviera dividiendo o esparciendo en un muy amplio
perímetro, todas aquellas energías positivas que
unificaban y dirigían a la humanidad con un
propósito más o menos claro, y hacia un sentido de
desarrollo común. El individualismo y egoísmo
parecen ser los valores y fuerzas negativas que orientan hoy en
día a la humanidad, en la diversidad de sentidos
contrarios de sus propósitos u objetivos de
desarrollo.

Hubo un tiempo en que las primeras sociedades divididas
en clases, eran regidas con poderes absolutistas, porque la
humanidad no tenía la confianza, ni la madurez suficiente
de auto regular sus relaciones dentro de un régimen donde
unos consideraban tenían más derechos y privilegios
que otros. Bajo el ideal de democracia actual, se nos
vendió la idea de que el ser humano tiene principios
universales en los que se fundamentan sus derechos, y conforme a
los cuales debería regir su conducta. De esa idea de
libertad de derechos, surgió la diversidad de principios e
ideas contrapuestas, conforme a los cuales muchos pretenden
vivir, y una gran mayoría confundidos por todos ellos, han
caído en un estado de anomia moral, en donde creen que la
sociedad a llegado al punto, en donde todo absolutamente es
válido, si se tiene o puede conseguir una
justificación.

Debido a ello estamos en crisis y al borde de caer en la
anarquía social, es decir, nos encontramos en un camino
dirigido hacia LA DESTRUCTRUCIÓN DE TODAS LAS ESTRUCTURAS
SOCIALES, sencillamente porque poco a poco hemos ido perdiendo la
fe o confianza en ellas. La mayoría de las estructuras
sociales han caído en una profunda y asquerosa
corrupción, sencillamente porque los individuos que la
integran han sido nutridos por los valores e ideales sociales
confusos, dispersos, corruptos, etc., que los han llevado en la
dirección tan poco clara, por no decir oscura y solitaria
de su existencia. Es triste ver a los niños y
jóvenes de nuestra época atontados por las
distintas drogas, que pareciera fuesen creadas con la finalidad
de adormecer y degenerar sus capacidades cognoscitivas, morales y
espirituales; para poder conservar y continuar el estado
decadente del sistema, que tiene como única finalidad el
lucro y la vida cómoda de algunos pocos. A la
mayoría de los muchachos, los vemos estando sumidos en la
nueva droga legal de nuestro tiempo: frente a la pantalla de un
juego cibernético o virtual; y algunos padres creen que
ofreciéndoles el uso de esos aparatos, los preparan mucho
mejor para el futuro. Cuando en realidad un niño que crece
muy apegado a este tipo de droga, por lo general pierde su
capacidad para pensar, se convierte en una especie de
autómata que solo reacciona a su medio, pero no es capaz
de criticar sus estructuras, y por ende, de hacerlas evolucionar;
puesto que la mayor parte de su tiempo vive en su mundo virtual
en el que impera la violencia y destrucción, que algunas
veces también proyectara sobre su mundo más real. Y
todo aquello que no evoluciona se degenera, como lo muestra la
dinámica Hegeliana; o nos dirigimos en un sentido
constructivo o destructivo, pero siempre estamos en
movimiento.

A pesar de todo ello, las fuerzas unificadoras capaces
de llevar de nuevo al ser humano hacia un sentido y
propósito definido positivamente, aún existen.
Puesto que si no existieran no hubiésemos podido llegar a
constituir, establecer y mantener en pie, a las sociedades
actuales en las que vivimos. Sin embargo, no basta solo con que
existan. Esas fuerzas deben de crecer e iluminar a toda la
humanidad, hacia un nuevo despertar de su consciencia que les
dé un sentido y propósito apasionado y REAL por el
cual luchar.

LA LUCHA QUE PROPONE

Aún cuando el mundo parece estar en un estado de
adormecimiento o anomia moral. Aquellos que tienen la lucidez
para despertar a los otros de su letargo, no son precisamente los
líderes políticos y económicos de nuestra
época, sino algunos de los espirituales, intelectuales y
científicos. Los primeros parecen ser quienes hasta ahora
tienen el mayor poder de sometimiento sobre las masas, y el
interés de tenerlas adormecidas en la oscuridad de su
consciencia; y son quienes nos han llevado principalmente hacia
la situación crítica que padecemos.

Así que los segundos son quienes están
llamados a unificar o integrar nuestra condición humana,
hacia la búsqueda de un sentido o finalidad más
PRODUCTIVA de nuestra existencia, como lo propone Fromm.
Esto es algo que no puede hacerse sobre la base de
consecución de logros, fundamentados en las probabilidades
que tenemos de evolucionar como sociedad, en base a lo que
tenemos, sino sobre la base de las potencialidades que tenemos
como seres humanos. Pareciera que fuese un proceso desgastante,
de nadar en contra de la corriente; pero si miramos toda nuestra
historia pasada, y las grandes revoluciones que han cambiado
positivamente algunas relaciones humanas; han sido conquistas que
se han logrado gracias a la visión y empecinamiento de
unos pocos que lucharon obstinadamente, en contra de los valores
establecidos en su tiempo, difundiendo sus ideas y valores, para
iluminarnos y liberarnos de muchas cadenas, fundamentadas
principalmente en prejuicios dogmaticos establecidos por quienes
pretendían someterlos. Y muchos de ellos pagaron su
atrevimiento con el sacrificio de sus vidas de una u otra manera,
por lo que demostraron que poseían un gran interés
en el bienestar y progreso de su entorno social, por encima de
sus intereses individuales. Y semejante sacrificio solo puede
darse sobre el fundamento de la fuerza o energía
más poderosa del universo: el AMOR. Y al referirnos a
él estamos hablando de los fundamentos axiológicos,
sobre los que regimos nuestra conducta, es decir, en los valores
positivos o constructivos con los que como un valor lo define
Erich Fromm, y no simplemente al sentido sentimental y vulgar que
le suele otorgar la sociedad mercantilista, de la que nos
referíamos antes.

Pero en nuestra época nos enfrentamos a nuevos
retos, que no existían en el pasado. En un mundo global
como el que vivimos pareciera que es mucho más
fácil el comunicarnos, debido a las facilidades
técnicas que tenemos para ello. Sin embargo, en la
práctica hoy en día, nos parece más
difícil el ser escuchados, y en algunas ocasiones
entendernos y comprendernos, debido a la gran cantidad y
diversidad de informaciones contrarias que surgen sobre cualquier
asunto, y que parecen embotar la capacidad crítica del
receptor de estos diversos mensajes contradictorios, por lo que,
el común de los ciudadanos quedan en un estado de
inanición social. Nunca antes la civilización se
había visto sumergida en tan gran variedad de ideales
religiosos y espirituales, económicos,
socio-políticos y especializaciones científicas,
con las concepciones tan disimiles que ello conlleva, y la
confusión que genera en la mayoría de sus
receptores. Por los que debemos de buscar puntos de unión
en donde logremos converger en un propósito de desarrollo
común, provechoso al desarrollo de espacios vitales que
nos llene de sentido y plenitud la existencia.

Debido a todo lo expuesto, la nueva dialéctica
social debe fundamentarse en el principio de que la unión
y la diversidad deben de ir encaminadas de la mano, como miembros
de un mismo polo hacia la consecución de propósitos
constructivos en común. Así hay países que
se han abierto al derecho de las pequeñas minorías,
pero muchas veces lo hacen sobre el detrimento moral de su
estructura social, que debe velar por los derechos de la
mayoría, a vivir en una sociedad que sea saludable
psíquica, moral, material y espiritualmente. Entonces, no
se puede construir un mejor sistema social, sobre la base de
destruir los valores constructivos de una sociedad sana, es
decir, sometiendo a otros al contagio de valores degenerativos de
sus estructuras. Por ejemplo: hoy vemos que si dentro de una
región, los políticos consideran ventajoso
complacer a algunos miembros drogadictos de su sociedad,
legalizando la compra-venta de su producto favorito; entonces, lo
hacen! para ganar así su simpatía, y por ende,
votos y también algunos beneficios económicos
dentro de su estructura política-economica corrupta. Por
lo que el común de los miembros de esa sociedad, pueden
comenzar a percibir como muy normal el uso y hasta abuso de tales
sustancias, que todos los que tenemos conciencia crítica y
ética, sabemos el daño que ocasionan. Y así
como este ejemplo, hay muchos otros, en donde lo que antes era
considerado un acto corrupto, perverso o degenerado en la esfera
sexual, económica, política, etc, entonces eso
ahora a pasado a convertirse en un comportamiento considerado
como normal. Debido a estos tipos de acontecimientos, muchos
pierden su noción de lo que es bueno o malo, y algunos
llegan a creer que cada uno tiene el derecho a conseguir lo que
desee socialmente, así tenga que pasar por encima de su
prójimo, atropellándolo o procurando su
destrucción. Y llegamos a establecer la convivencia en un
entorno social en donde lo que es corrupto, entonces parece
llegar a convertirse en la norma de comportamiento.

Ahora si nos planteamos ¿cómo es posible
que en la diversidad de concepciones logremos crecer, sin
procurar destruir al otro que es distinto? La respuesta
está en que, en conjunto, procuremos establecer unos
nuevos principios universales, comenzando por fundamentarnos en
aquellos que nos han sido útiles hasta ahora, como por
ejemplo: Que mi derecho termina en el punto, donde su ejercicio
no comience por perjudicar a mi prójimo. También en
la mayoría de las religiones encontramos principios
universales, que nos servirían de guía en la
concepción de la nueva estructura social.

Pero todo esto podría llevarse a cabo de manera
armónica, solo si además, el mundo en general, toma
conciencia que estamos al borde del abismo, y podemos caer
irremediablemente en él, si no cambiamos! Y debemos por
comenzar a cambiar desde dentro de nuestro ser, enriqueciendo
nuestra vida espiritual, moral, social, cultural,
política, material, etc. Sino somos capaces de evolucionar
como individuos, tampoco lo seremos como sociedad. Sin embargo,
para que los individuos que están en la oscuridad,
comiencen por salir de ella, y puedan evolucionar; necesitan que
aquellos que tienen una conciencia más iluminada tomen o
asuman el rol que este tiempo les impone, de llevar sus antorchas
de luz a los otros. El mundo solo se iluminara, si comienzan a
surgir estas pequeñas antorchas que transmitan su luz a
los otros. Porque fundamentados en individuos que tienen un gran
vacío interior o una escala de valores muy baja, no
podemos crear una mejor estructura social. Así que es,
desde el interior de nuestro SER, que podemos comenzar con el
cambio de conciencia, en donde converjan la intuición con
la razón, como medios de percibir y fundir nuestro mundo
interior con la realidad exterior. Desde la individualidad
consciente, crearemos la universalidad. Desde nuestro
espíritu desarrollaremos nuestra comunión y
armonía con Dios, nuestro entorno social, la naturaleza y
la materia. Y desde nuestra libertad, crearemos nuestro
destino.

Hoy en día como producto de esa crisis general
que parece reinar en la humanidad, la mayoría de los seres
humanos ha caído en una especie de depresión
colectiva, aunque sea inconsciente, muchos parecen vivir su vida
solo por vivirla, sin un sentido ni propósito claro.
Tienen en su interior un gran vacio, generado principalmente por
la falta de amor en su experiencia vital, y ésta es
derivada de una experiencia parecida que han percibido y
aprehendido de los seres de su entorno. Así que
analizaremos la necesidad que tenemos como cultura, de
reestructurar nuestros fundamentos y creencias sobre los nuevos
conocimientos que hemos adquirido en los últimos tiempos,
de manera intelectual o cognoscitiva, pero que no hemos podido
aprehender de manera emocional, y asimilar en nuestra estructura
espiritual.

Durante un periodo muy largo, se nos educo dentro de
nuestro medio cultural con conceptos duales y contrapuestos, como
por ejemplo: bueno y malo, causa y efecto, oscuridad y claridad,
unidad y diversidad, materia y energía, etc. En la
actualidad la misma ciencia ha ido correlacionando que las
concepciones anteriores no eran del todo acertadas en
relación con la realidad. Y debemos comenzar a desarrollar
una nueva visión del mundo mas consecuente con la verdad.
Por ejemplo, las nuevas investigaciones en los últimos
tiempos han desarrollado nuevas teorías verificables, como
la teoría cuántica sobre la materia, que ha
demostrado que esta como se concebía antes, ya nos es
verdad. Según ella, al analizarse las estructuras en su
concepción mucho más pequeña, que la
anterior atómica, se llega a apreciar que la esencia
subatómica de la que considerábamos antes era la
materia, ya no lo es! por que al llegar al análisis de
estas estructuras nos hemos encontrado con que son pura
energía. De tal manera que lo que antes
considerábamos materia hoy en día posee otro
substrato, que como cultura todavía no hemos podido
asimilar. Así por ejemplo, la esencia de la naturaleza
biológica de la vida de un organismo, es algo que la
ciencia ha querido descubrir durante muchísimo tiempo,
pero continúa siendo un misterio. En ella observamos
unidad, integridad y también diversidad; hay en ella una
correlación de fuerzas, de manifestaciones físicas
de su estructura que están en tensión permanente
por una energía inteligente que las coordina, y que por
mas que deseemos darle una explicación racional
empírica, no podemos, ya que la misma nos obliga a aceptar
que la vida esta mas allá del reconocimiento que podemos
hacer mediante un experimento o instrumentos, como tubos de
ensayo, etc. La biología es una ciencia que trasciende lo
empírico, y así, se ve obligada a reconocer la
fuente espiritual de la vida.

De tal manera que las ciencias hoy en día, han
tenido que ir cambiando sus maneras de analizar y hacer
síntesis, de establecer nuevas analogías con
razonamientos distintos, donde las experiencias de dominios del
conocimiento que antes eran separados, ahora deben unirse para
generar nuevas ideas o posibilidades que nos permitan comprender
mucho mejor nuestra realidad, crear nuevos mapas conceptuales, o
unir aquellos que antes estaban separados, para lograr realizar
una descripción más objetiva y amplia de la vida y
su significado. Y cuando logremos tras polar esta dinámica
de las relaciones científicas al de las relaciones
sociales, políticas, económicas, etc. Entonces
podremos experimentar nuevas posibilidades de interrelacionarnos
con mucho mas respeto, reconociendo que en la diversidad, esta la
esencia de la vida con el componente espiritual que la
sostiene.

El conocimiento que el ser humano maneja como cultura es
ahora mucho más amplio, y por lo tanto, también es
el más complejo; por lo que nunca antes estuvimos en una
situación crítica tan compleja como ahora. Como en
todos los procesos evolutivos, siempre a habido seres que se han
quedado rezagados en la historia, por lo que también hoy,
hay muchos dinosaurios sociales y en todos los campos y ramas del
saber. Pero es en el ejercicio y la fuerza de los nuevos
conocimientos, que podremos encontrar los recursos para salir de
la crisis a la que hemos llegado como estructura
social.

A la par de los nuevos conceptos el ser humano y la
naturaleza ya no se deberían enfrentar como fuerzas
opuestas. Así como el día y la noche ceden al otro
su control de manera armónica, el ser humano debe buscar
la manera de establecer la armonía con el entorno,
mediante el uso del nuevo conocimiento que implica el ejercicio
de amor y respeto al otro; para así poder liberarnos de
las fuerzas destructoras del miedo, y las cadenas que nos oprimen
producto de la ignorancia. Es algo así, como cuando se
lleva a rehabilitación a un drogadicto que ha estado
sumergido largo tiempo en su vicios, éste está muy
apegado a sus costumbres que son destructivas, y en todo el
proceso de rehabilitación, este tipo de pacientes debe
comenzar por aprender a rehabilitar su voluntad, a desarrollar de
nuevo su confianza en sí mismo, a desarrollar su
autoestima y encontrar su amor propio, valoración de su
integridad humana, y a establecer otro tipo de relaciones,
aprendiendo así a expresar su confianza nueva y amor a los
otros. Es de esta manera, como renacerá de nuevo su fe en
la condición humana y se logrará rehabilitar,
encontrando su dignidad e integridad en el nuevo
espacio-existencial en el que comenzará a buscar su
realización personal. Después de lograr el cambio,
y luego de pasar un tiempo considerable, es que podrá
darse cuenta que su evolución fue producto de la
iluminación y amor que recibió, gracias a los seres
de su entorno, que le ayudaron a tomar conciencia de su valor, y
asumir con hechos concretos, la responsabilidad de su existencia
en un sentido constructivo.

Esta analogía de la misma manera funciona para
las fuerzas oscuras que han imperado en nuestra historia,
tratando de sumergir a una gran cantidad de seres humanos, en un
substrato de mundo opresivo y destructivo de su condición
humana. Pongamos como ejemplo: cuando en los países
latinoamericanos por fin se decreto la liberación de la
esclavitud a todos los miembros de la raza negra o de origen
africano, entonces, muchos de ellos se quedaron apegados a sus
antiguos amos como trabajadores, porque no sabían que
hacer con su reciente creada libertad, es decir, legalmente eran
libres, pero el escaso conocimiento que tenían del mundo
los ataba a quedarse en donde se encontraban. Sus amos los
aceptaron como trabajadores en sus fincas, pero el trato, las
condiciones de vida y derechos de los antiguos esclavos no cambio
mucho. Con el pasar del tiempo las nuevas generaciones fueron
abriéndose poco a poco un nuevo espacio de desarrollo en
su entorno, sin embargo todavía tenían que luchar
con los prejuicios que en contra de su raza o color de piel y
cultura existía; estos prejuicios y cadenas se han ido
disipando poco a poco, pero aún hoy en día existen,
en ambos lados: opresores y oprimidos; con las subsecuentes
consecuencias negativas en las relaciones de ambos. Estos cambios
sociales que se dieron, fueron producto de la luz de nuevos
valores y el amor que algunos, les dieron a sus semejantes. De no
ser por los primeros que se levantaron, tales cambios no hubiesen
ocurrido.

De esta manera, se puede concordar con Fromm, que los
ejemplos históricos demuestran que la ignorancia y falta
de amor, son precisamente las causantes de la mayor cantidad de
cadenas o prejuicios, en los que se centran nuestras relaciones
destructivas, con nosotros mismos y con los demás seres de
nuestro entorno.

El proceso para desalienar y sanar a un individuo, es
parecido al proceso que necesita una cultura, aunque en este
último caso lleve más tiempo o generaciones.
Así, un nuevo conocimiento constructivo puede llevar a la
evolución de todas nuestras estructuras. Pero para
comenzar, la sociedad tiene que comenzar a hacerse consciente de
los problemas que tiene que enfrentar. De nuevo, y haciendo la
analogía con un individuo enfermo por un vicio como la
droga: si este es llevado en contra de su voluntad a una
institución de rehabilitación, sin que haya
reconocido la enfermedad que posee y que lo destruye, y sin que
asuma la necesidad que tiene de salir de este mal, y de aceptar
la ayuda; entonces, lo más probable es que al salir de la
institución vuelva a caer en su círculo vicioso.
Para salir de ello, debe comenzar por hacerse consciente de los
problemas que tiene, para así luego aceptar que necesita
ayuda, y poder encarar la búsqueda de su
solución.

Así mismo, esta sociedad se encuentra enferma de
un gran número de males, mucho de los cuales se resiste a
reconocerlos y por ende la búsqueda de su solución.
Y mientras tanto, si como sociedad no nos hacemos conscientes de
los graves problemas que tenemos, y omitimos su existencia, como
lo puede hacer un enfermo de cáncer o un drogadicto;
entonces, las consecuencias negativas derivadas de tal
omisión van a ir creciendo y agravándose cada vez
más!

En nuestra cultura general y sus experiencias
históricas, hay muchas divisiones, lo que nos impide
reconocer la universalidad de la condición humana y la
necesidad que tenemos de unirnos más, dejar de ser
exclusivistas en nuestros pequeños espacios, hacernos
conscientes de la necesidad de proteger y conservar las distintas
culturas con sus particularidades, sus tradiciones, sus idiomas,
su arte y su ciencia; y al mismo tiempo aceptar la necesidad de
su interrelación y la unidad con nuestros espacios, para
construir una estructura universal unificadora de diversos
espacios o campos, y liberadora de los prejuicios de nuestra
conciencia restringida.

Igual que los temores y dolores físicos y
emocionales que invaden, y debe enfrentar un individuo que pasa
por un proceso de rehabilitación, la humanidad como tal,
debe estar dispuesta a pasarlos para poder llegar a su estado de
salubridad. Para ello, se debe apoyar en la sabiduría la
responsabilidad y la fuerza moral y espiritual de los seres
humanos, que tendrán a su cargo el promover tal grado de
desarrollo. Sin embargo, la nueva conciencia de la que hablamos
aunque es imprescindible, no es condición suficiente para
el cambio; se debe llevar a cabo un accionar constructivo y
reciproco entre las diversas partes, con la inclusión de
sus distintos elementos integrantes en el proceso, que implica la
comprensión del otro, para superar todos los problemas
derivados de los prejuicios, con sus consiguientes tensiones y
rivalidades. La necesidad de complementarse el uno al otro,
conlleva a la disposición de ceder espacios al otro, en
donde por ejemplo: el poder de los sistemas totalitarios de
gobierno de izquierda y derecha sea quebrantado, en pos del
surgimiento de una nueva estructura democrática con una
autoridad legitimada por la representación de todos los
valores humanos y espirituales que hemos señalado, y que
debemos rescatar y reincorporar en nuestra estructura social;
autoridad ésta que no excluya, sino que incluya lo mejor
de todos los sistemas políticos implementados hasta ahora,
y que se fundamente en la búsqueda de la verdad, y de la
unidad integral del conocimiento. En donde los individuos se
sientan en confianza, seguros y protegidos. En donde las ideas
secularizadas, dictatoriales y opresoras terminen; y logremos
así entrar a una nueva era de la soberanía de la
razón en comunión con el espíritu de Dios,
fundamentada sobre la conciencia de horizontes ampliados del
pensamiento humano, con un esplendor de su conciencia moral,
sobre bases de grandes principios como la de los hebreos, los
cristianos, la nueva era científica y dinámica, la
protección al ecosistema, etc; en donde Dios este siempre
presente en la relación del individuo consigo mismo, con
sus semejantes y con todo su entorno natural y el universo. En
donde se supere el egoísmo de naciones, razas, culturas,
religiones o pequeños grupos, para aceptarse todos como
hermanos, con los valores básicos de cada uno de sus
pueblos, y la totalidad de la personalidad humana, que incluye no
solo el aprecio de sus valores intelectuales y morales, sino
también emocionales y espirituales, para poder alcanzar la
libertad plena y la paz.

Para finalizar, consideramos que Dios nos creo para que
transcendiéramos nuestra existencia utilizando la
inteligencia, talentos o los dones especiales que nos regalo de
manera constructiva, para vivir en plenitud y armonía con
él y nuestro entorno; y con ello lo honramos como Padre.
Ese debe ser el sentido y propósito para
el cual y por el cual nos creo y existimos: el poder
regocijarse con las libres y voluntarias manifestaciones de amor
de sus creaturas.
Y si no cumplimos con él, entonces
en vano habrá sido nuestra existencia o paso por este
mundo.

Fin

 

 

Autor:

Carlos Gustavo Guerra
Lozada

Trabajo de tesis en realización para
ser presentado en la

Escuela de Filosofía de la
Universidad del Zulia.

Septiembre de 2014

Partes: 1, 2
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