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Violencia Juvenil




Enviado por Isrrael Rodriguez



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Antecedentes
  3. Justificación
  4. Marco
    teórico
  5. Conclusiones
  6. Recomendaciones
  7. Anexos
  8. Glosario
  9. Bibliografía

Introducción

En la actualidad, los brotes de violencia, que se
manifiestan en cualquier nivel social de nuestra sociedad, han
tomado un rol protagónico en nuestro espectro social. La
violencia, es el pan de cada día, durante doce años
he convivido con la demencia del terrorismo, y hoy en día
vivimos en medio de la violencia urbana, la cual se acrecienta
aceleradamente. La violencia social vino del campo y se
quedó en la ciudad.

Hoy en día es muy común leer en los
puestos de venta de periódicos, sendos titulares que
rinden culto a las orgías de muerte y sangre, las cuales
son publicadas por aquellos diarios denominados la prensa y nuevo
diario.

De igual manera sucede cuando en algunas emisoras
radiales que propagan noticias nefastas que lejos de informar
fomentan el desconcierto en la población, y ni que hablar
de la programación televisiva, en donde se emiten
programas con contenidos sexuales muy fuertes, con actos y
escenas violentas, que son trasmitidas en horarios
inadecuados.

Si asumimos con pasividad la actual coyuntura de la
violencia urbana en el escenario social, las nuevas generaciones
de bluefeña tendrán como socialización y
formación una cultura de la violencia, la cual
estará muy arraigada en el medio en donde se desarrollan.
Ahora bien, la presente investigación bibliográfica
se enfoca desde una perspectiva sociológica respecto a la
problemática de la Violencia Juvenil en El Puerto del
Bluff.

El análisis es estructural y consiste en conocer
las causas y efectos del mismo, obligándonos a
conceptualizar las variables de Niño, Adolescente, Joven,
términos que se confunden mucho cuando se trata este
problema. Esta investigación bibliográfica que
asume una posición multidisciplinaria y que propone el
concurso abierto de todos aquellos profesionales comprometidos
con el desarrollo de la población más vulnerable
que tiene en la violencia como un patrón de conducta
generalizada; Los Jóvenes.

Para finalizar, el fenómeno de la violencia
juvenil en el Puerto El Bluff, es un problema de estructura y no
de coyuntura. Es un problema social en la cual se necesita el
apoyo y concurso del Estado y la sociedad civil en su conjunto,
para que en un futuro tengamos hombres de provecho y forjados
para el bien de nuestro país.

Antecedentes

La violencia juvenil es una de las formas de violencia
más visibles en la sociedad. En todo el mundo, los
periódicos y los medios de radiodifusión informan
diariamente sobre la violencia juvenil de pandillas, en las
escuelas y en las calles. En casi todos los países, los
adolescentes y los adultos jóvenes son tanto las
principales víctimas como los principales perpetradores de
esa violencia. Los homicidios y las agresiones no mortales que
involucran a jóvenes aumentan enormemente la carga mundial
de muertes prematuras, lesiones y discapacidad.

La violencia juvenil daña profundamente no solo a
las víctimas, sino también a sus familias, amigos y
comunidades. Sus efectos se ven no solo en los casos de muerte,
enfermedad y discapacidad, sino también en la calidad de
vida. La violencia que afecta a los jóvenes incrementa
enormemente los costos de los servicios de salud y asistencia
social, reduce la productividad, disminuye el valor de la
propiedad, desorganiza una serie de servicios esenciales y en
general socava la estructura de la sociedad.

No se puede considerar el problema de la violencia
juvenil aislado de otros comportamientos problemáticos.
Los jóvenes violentos tienden a cometer una variedad de
delitos; además, a menudo presentan también otros
problemas, tales como el ausentismo escolar, el abandono de los
estudios y el abuso de sustancias psicotrópicas, y suelen
ser mentirosos compulsivos y conductores imprudentes y estar
afectados por tasas altas de enfermedades de transmisión
sexual.

Sin embargo, no todos los jóvenes violentos
tienen problemas significativos además de su violencia ni
todos los jóvenes con problemas son necesariamente
violentos. Hay conexiones cercanas entre la violencia juvenil y
otras formas de violencia. Por ejemplo, presenciar actos
violentos en el hogar o sufrir abuso físico o sexual puede
condicionar a los niños o adolescentes de tal modo que
consideren la violencia como un medio aceptable para resolver los
problemas.

La exposición prolongada a conflictos armados
también puede contribuir a crear una cultura general del
terror, que aumenta la incidencia de la violencia
juvenil.

Justificación

Esta investigación bibliográfica que he
realizado tiene como propósito, identificar y
señalar las acciones y medios en los que incitan a los y
las jóvenes hacer violentos, con personalidades
irresponsables y con una práctica constante de
antivalores.

Paulatinamente se va formando el estado de ánimo
por el desafío a la autoridad, cualquiera que sea esta;
sin distinción de familiaridad o sin vínculo
familiar.

El estado de violencia juvenil como tal, es un proceso
que según la forma de practica o ejercicio de la autoridad
familiar, esta llega a darse, ya que su raíz se presenta
en los padres de familia que son muy permisivos o demasiados
estrictos, en donde el joven desea liberación, en donde la
liberación se convierte en libertinaje y el libertinaje
para poder ser alcanzado o ejercido constantemente, requiere de
medios, medios que solo son alcanzado en la mayoría de los
casos a través del robo, asalto, agresión o estafa
hacia otras personas que son más propensa a vivir
violencia de tipo económica.

Tal es el caso de algunos jóvenes que los
instigan a dar el dinero que sus padres de familia se dan para su
receso.

Dicho dinero, en su cincuenta por ciento, es utilizado
para adquirir o consumir algún tipo de droga, ya sea esta,
cigarrillo, alcohol o marihuana. Otro tanto es utilizado como
medio para comprar alimentos como repostería, frescos
naturales y en ciertos casos en recargas
electrónicas.

Como he descrito, la violencia es ejercida, vivida y
aplicada desde diferentes puntos de vista en la vida diaria del
joven de nuestra hermosa comunidad. Si las personas en su
totalidad reconocen el cómo se manifiesta la violencia, se
fomenta, se incorpora en la persona y se aplica por la misma; el
efecto de violencia juvenil la viviremos en un contexto de
criminalidad juvenil, siendo que el paso siguiente a la violencia
juvenil.

Resaltare que las personas y en especial los
jóvenes deben de reconocer la diferencia entre violencia
juvenil y criminalidad juvenil, ya que el segundo término
hace referencia a sicarios o asesinos a sueltos. En donde el
medio droga no solo queda en el consumo, sino en la
distribución a gran escala en todos los sectores de la
sociedad.

Como joven tengo una familia extensa en donde, como
jóvenes podemos caer en el círculo de la violencia
juvenil; por dicha razón me es indispensable dar a conocer
las formas en que se presenta la violencia entre los
jóvenes con o hacia otros jóvenes.

Objetivo.

Objetivo general:

Desarrollar los antecedentes, conceptos,
características y prácticas de jóvenes que
promueve la violencia juvenil en la localidad del Puerto El Bluff
en el año dos mil catorce.

Objetivos específicos:

  • Conocer los antecedentes que se dieron en la
    formación de la violencia juvenil.

  • Describir los conceptos que envuelven el estado de
    violencia juvenil desde un punto de vista sociológico
    y psicológico.

  • Especificar las diferentes características
    que presentan los jóvenes cuando ejercen violencia
    entre jóvenes.

  • Resumir las prácticas de violencia juvenil
    que son producidas en el contexto social.

  • Sugerir medidas de cambio personal, familiar, social
    e institucional para contrarrestar la violencia
    juvenil.

Bosquejo

1.1 Delimitación de Conceptos:
Conflicto, Agresividad, Agresión, Violencia y
Delincuencia.

1.2 Conceptualización de la Violencia.

1.3 Conceptualización de la Violencia
Juvenil.

  • 2. Causas de la Violencia Juvenil

  • 3. Factores que inciden a la
    violencia juvenil:

3.1 Factores Sociales.

3.1.1 Las Migraciones por
Convicción
.

3.1.2 Las Migraciones por
Coacción.

3.1.3 La Violencia Familiar.

3.1.4 El terrorismo.

3.2. Factores
Económicos

3.3. Factores Culturales.

  • 4. Comportamientos de riesgo relacionados con
    la violencia juvenil.

  • 5. La dinámica de la
    violencia juvenil.

  • 6. Violencia en los centros
    educativos.

  • 7. Caracterización Psicodinámica de la
    Violencia.

  • 8. Desarrollos
    Metapsicológicos Freudianos acerca de la
    Violencia.

  • 9. Desarrollos Post freudianos
    acerca de la Violencia.

Marco
teórico

  • 1. Descripción del concepto de
    Violencia.

1.1 Delimitación de Conceptos: Conflicto, Agresividad,
Agresión, Violencia y Delincuencia.

Algunos términos son utilizados con frecuencia en
forma indiscriminada para describir a los adolescentes violentos;
es por ello que resulta importante conocer el alcance de los
mismos. En este punto, se presentan las definiciones más
abarcativas acerca de estos términos, a través de
la delimitación de los conceptos de conflicto,
agresividad, agresión, violencia (que será
desarrollado más ampliamente en el próximo punto) y
delincuencia.

El término conflicto suele ser
definido, en general, como el conjunto de factores que se oponen
entre sí. Desde el psicoanálisis se considera al
conflicto como constitutivo del ser humano (Laplanche y Pontalis,
1996) y desde diversos puntos de vista: conflicto entre el deseo
y la defensa, conflicto entre sistemas (Inc-Prec-Cc) y conflicto
entre instancias (yo, ello y superyo). Además de ello se
puede considerar el conflicto entre pulsiones, el conflicto
edípico y el conflicto con lo prohibido o el superyo. La
resolución del conflicto implica un trabajo orientado a la
obtención de un nuevo equilibrio psíquico,
más estable que el anterior.

Con respecto a la agresividad,
la misma representa la capacidad de respuesta del organismo para
defenderse de los peligros potenciales procedentes del exterior
(Echeburúa, 1989). Esto implica considerar a la
agresividad como una respuesta adaptativa de los seres humanos
que forma parte de las estrategias de afrontamiento de que
disponen los mismos. En este sentido, Lolas (1991) distingue tres
dimensiones en la noción de agresividad: una conductual a
la que denomina agresión, una fisiológica que
apunta a los concomitantes viscerales y autonómicos y que
forma parte de los estados afectivos, y por último, una
vivencial o subjetiva a la que denomina hostilidad y que califica
la experiencia del sujeto. Esta conceptualización de la
agresividad permite afirmar que todas las personas son agresivas
pero no necesariamente violentas.

En forma directamente relacionada con la agresividad, se
encuentra el término de agresión, ya que
el mismo remite a la conducta mediante la cual la potencialidad
agresiva se pone en acto. A través de esta conducta, se
puede entender que la agresión comunica un significado a
través de las diferentes formas que adopta (motoras,
verbales, gesturales, posturales, etc.). Esta
conceptualización de la agresión
permite observar que la misma tiene un origen (agresor) y un
destino (agredido); en este punto resultan fundamentales los
desarrollos de Benyakar (2003), quien plantea que el rasgo
fundamental de la agresión es que el ejecutor del
daño se presenta abiertamente como tal, emitiendo signos
que alertan al destinatario y que le permiten desarrollar modos
de defenderse.

A diferencia de la agresión, la
violencia tiene, por el contrario, un
carácter destructivo sobre las personas y los objetos, lo
cual supone una profunda disfunción social. Continuando
con los desarrollos de Benyakar (2003), el autor sostiene que lo
que diferencia a la agresión de la violencia, es que en
esta última el ejecutor del daño aparece
enmascarado, solapado y no permite al otro advertir la amenaza
contenida en la situación, alertarse y defenderse; esto
implica que la fuente productora de violencia no puede ser
identificada por el agredido. Es interesante considerar la
diferenciación que realiza Echeburúa (1989) acerca
del término violencia: por un lado se encontraría
la violencia que se desencadena en forma impulsiva o ante
diferentes circunstancias tales como el abuso de alcohol, el
fanatismo político o religioso, una discusión, etc.
y por otro, la violencia que se presenta, como en el caso de la
personalidad psicopática, de una forma planificada,
fría y sin ningún tipo de
escrúpulos.

Por último, el concepto de
delincuencia implica un significado diferente a
los anteriores, ya que la misma se refiere a la
transgresión de los valores sociales vigentes en una
comunidad en un momento histórico determinado. En este
sentido, la delincuencia puede acompañarse o no de
conductas violentas (Echeburúa, 1989).

Como se puede observar en estas conceptualizaciones, la
delimitación de estos términos a menudo no es muy
clara y pueden llevar a confusiones al intentar realizar un
diagnóstico adecuado. Sin embargo, a modo de
síntesis, se pueden considerar algunas
características particulares que los distinguen: el
conflicto es constitutivo del ser humano, la agresividad
representa la capacidad de respuesta del organismo para
defenderse de los peligros potenciales procedentes del exterior,
la agresión remite a la conducta mediante la cual la
potencialidad agresiva se pone en acto, la violencia tiene un
carácter destructivo sobre las personas y los objetos
imposibilitando la defensa, y la delincuencia implica la
transgresión de valores sociales pudiendo estar
acompañada o no de conductas violentas.

1.2 Conceptualización de la
Violencia.

La raíz etimológica del término
violencia remite al concepto de fuerza, dado que es la
combinación de dos palabras en latín, la
raíz "vis" (fuerza) y el participio
"latus", de la palabra "tero" (acarrear,
llevar). Esto significa que la palabra violare, violencia, en su
origen etimológico tiene el sentido de acarrear fuerza
hacia. Es interesante considerar que en la palabra violencia
surge la palabra fuerza, la misma que emplea Foucault (1979) para
referirse al poder como una fuerza material, una acción
que se ejerce para controlar el deseo del otro. Por lo tanto, la
violencia presupone el uso de la fuerza, dimensión del
poder donde hay alguien que lo posee y lo ejerce, y alguien que
está desposeído y lo sufre (Angelino, 2006). Por
otro lado, la raíz "vis" forma parte de palabras
de significado contrapuesto tales como violación o virtud:
violación como forzamiento y negación de la
voluntad del otro que es negado como individuo o como persona
mediante el uso de la fuerza material y virtud como fuerza de
ánimo, fuerza del valor, propio de la fuerza
moral.

Desde la perspectiva de la mitología griega, la
Violencia era una divinidad alegórica pagana
llamada Bia por los griegos. En este punto, Misgalov (1986)
expresa que era hija de la ninfa Efigia y del gigante Palas,
yjunto con sus hermanas la Fuerza (Cratos) y la Victoria
(Niké) y Zelos, vivió desde su niñez en el
Olimpo, protegida por Zeus. En la Ciudadela de Corinto hubo un
templo dedicado a la Violencia y a Némesis, quien
más que una divinidad era una fuerza divina, abstracta,
que mantenía el orden y el equilibrio entre el poder, la
riqueza y la belleza excesivos. A la Violencia se la
terminó considerando como la diosa de la venganza y suele
ser graficada como una mujer armada con una coraza que con una
maza mata a un niño.

En el marco del "Informe mundial sobre la violencia y la
salud. Maltrato y descuido de los menores por los padres u otras
personas a cargo", realizado por la Organización Mundial
de la Salud- OMS, Krug, Dahlberg, Mercy, Zwi, y Lozano (2003),
definen la violencia como el uso intencional de la fuerza o el
poder físico, de hecho o como amenaza, contra uno mismo,
otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas
probabilidades de causar lesiones, muerte, daños
psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones.
Esta definición comprende tanto la violencia interpersonal
como el comportamiento suicida y los conflictos armados,
cubriendo también una amplia gama de actos que van
más allá del acto físico para incluir por un
lado, las amenazas y las intimidaciones, y por otro lado, las
numerosísimas consecuencias del comportamiento violento
tales como los daños psíquicos, las privaciones y
las deficiencias del desarrollo que comprometen el bienestar de
los individuos, las familias y las comunidades. Desde esta
perspectiva, la violencia es subdividida en tres grandes
categorías de acuerdo con el comportamiento del autor del
acto violento: por un lado se encuentra la Violencia dirigida
contra uno mismo
(comportamientos suicidas y autolesio-
nes); por otro, la Violencia interpersonal (dividida en
dos subcategorías: a violencia intrafamiliar o de pareja
que incluye el maltrato de los niños, la violencia contra
la pareja y el maltrato de los ancianos y b- violencia
comunitaria que incluye la violencia juvenil, los actos violentos
azarosos, las violaciones y las agresiones sexuales por parte de
extraños así como también la violencia que
se lleva a cabo en establecimientos como escuelas, lugares de
trabajo, prisiones y residencias de ancianos); y por
último, la Violencia colectiva (conflictos
armados dentro de los estados o entre ellos, genocidio,
represión y otras violaciones de los derechos humanos,
terrorismo y crimen organizado).

Más allá de esta definición
abarcativa realizada por una prestigiosa institución
internacional, la violencia ha sido conceptualizada desde
diferentes perspectivas teóricas, que a
continuación se exponen brevemente.

Desde los conceptos de la psicología conductual,
Echeburúa (1989) plantea que la violencia tiene un
carácter destructivo sobre las personas y los objetos y
supone una profunda disfunción social. El autor reconoce
la existencia de predisponentes psicosociales en el desarrollo de
las personalidades antisociales en la adultez, que aluden al
conjunto de circunstancias que favorecerían la emergencia
de conductas violentas. Entre estos predisponentes incluye el
abuso infantil, el nivel socioeconómico bajo, la
residencia en barrios marginales y en viviendas hacinadas, la
falta de escolaridad suficiente, el subempleo, la
humillación, el castigo físico sistemático,
la ruptura familiar y el aprendizaje social que facilita la
adopción temprana de conductas antisociales así
como también la búsqueda de reforzamientos
alternativos poco convencionales. En la misma línea que
Echeburúa, del Corral (1989) afirma que el mejor predictor
del delito violento en la vida adulta surge de la
interacción entre cierta vulnerabilidad psicológica
y una historia de abuso y/o violencia familiar.

Desde una perspectiva social, Franco (1993) explica que
la violencia no puede ser considerada como un conjunto de hechos
que suceden aisladamente, sino que debe ser comprendida como un
proceso. Este proceso se desarrolla a partir de condiciones
estructurales del individuo y el contexto en el cual toma lugar,
haciendo que en ocasiones seamos víctimas de la violencia
o por el contrario, agentes activos, cómplices o
tolerantes de la violencia. En esta línea, la modalidad
abusiva del ejercicio del poder emerge en sistemas humanos donde
existen interacciones abusivas facilitadas por un sistema de
creencias y valores que las justifican (Garrido,
2002).

Desde el punto de vista de la psiquiatría, Basile
(1999) explica que la violencia ocurre cuando se rompe el balance
entre los impulsos y el mecanismo de control del yo, lo cual
significa que si bien una persona puede tener fantasías o
pensamientos violentos, a menos que se pierda el control,
éstos no se convierten en actos. Esta definición
implica que cualquier situación que produzca un incremento
de los impulsos agresivos en el contexto de una
disminución de control, puede producir actos
violentos.

Con respecto a la conceptualización
psicodinàmica de la violencia, como se expresó
anteriormente, la misma será profundizada en el tercer
punto. En este apartado, sólo se mencionará una
definición de la violencia realizada por Rojas, Kleiman,
Lamovski, Levi y Rolfo (1990) quienes la caracterizan como el
ejercicio absoluto del poder de uno o más sujetos sobre
otro, que queda ubicado en un lugar de desconocimiento, es decir,
no reconocido como sujeto de deseo y reducido en su forma extrema
a puro objeto. Esta conceptualización alude al uso del
poder al igual que la definición planteada desde la OMS e
implica considerar, de alguna manera la violencia por su
eficacia. Desde este punto de vista, la eficacia de la violencia
consiste en anular al otro como sujeto diferenciado,
sumiéndolo en una pérdida de identidad y
singularidad que señala el lugar de la
angustia.

1.3 Conceptualización de la Violencia
Juvenil.

Con respecto a la conceptualización de la
violencia juvenil, la misma plantea dificultades en la
definición operacional, debido a la variedad de posturas
teóricas y de las implicaciones y restricciones que cada
una conlleva. En este punto, Kazdin (1993) plantea que al
referirse a la violencia juvenil y/o a la conducta antisocial en
niños y adolescentes, suelen utilizarse diversas
denominaciones, entre las que se encuentran los términos
conducta disruptiva, trastorno de la conducta, agresión,
comportamiento delictivo y conducta externalizada.

Considerando nuevamente el ""Informe mundial sobre la
violencia y la salud. Maltrato y descuido de los menores por los
padres u otras personas a cargo", realizado por la
Organización Mundial de la Salud- OMS, Krug, Dahlberg,
Mercy, Zwi y Lozano (2003) definen la violencia juvenil como
aquella que afecta a personas de edades comprendidas entre los 10
y los 29 años. Para los autores, la violencia juvenil
abarca un abanico de actos agresivos que van desde la
intimidación y las peleas hasta formas más graves
que incluyen el homicidio. En este informe, destacan que si bien
algunos niños presentan problemas de comportamiento en la
primera infancia que van derivando hacia formas más graves
de agresión al entrar en la adolescencia y suelen
persistir en la vida adulta (Huizinga, Loeber y Thornberry, 1995;
Nagin y Tremblay, 1999; Stattin y Magnusson, 1989), la
mayoría de los jóvenes que se comportan de forma
violenta suele hacerlo durante períodos más
limitados, en especial en la adolescencia, y tras haber mostrado
pocos o ningún signo de problemas de comportamiento
durante la infancia (Satcher, 2001).

En la misma línea, Reza, Krug y Mercy (2001)
destacan que la violencia juvenil es una de las formas de
violencia más visibles en la sociedad. Para los autores,
ésto se debe a que en todo el mundo, la
comunicación radial, televisiva y/o periodística
informan diariamente sobre la violencia juvenil de pandillas en
las escuelas y en las calles. Lamentablemente, en casi todos los
países, los adolescentes y los adultos jóvenes son
tanto las principales víctimas como los principales
perpetradores de esa violencia.

En este sentido, plantean que los homicidios y las
agresiones no mortales que involucran a jóvenes aumentan
enormemente la carga mundial de muertes prematuras, lesiones y
discapacidad. En concordancia con estas ideas, Dahlberg y Potter
(2001) expresan que la adolescencia y los primeros años de
la edad adulta constituyen un período en que la violencia,
así como otro tipo de comportamientos se expresan con
mayor intensidad.

LeBlanc y Frechette (1989), por otra parte, destacan que
los jóvenes que tienden a delinquir sólo durante la
adolescencia en busca de emociones suelen realizar estos actos en
compañía de un grupo de amigos.

Los desarrollos realizados por Madaleno (2001) en la
línea de la OPS/OMS muestran que la violencia juvenil es
motivo de preocupación de la sociedad en general y que,
aunque ha sido interpretada o definida desde diversos puntos de
vista, el hecho trascendente es que es una violencia que no
responde totalmente al encuadre de la violencia que manifiestan
los adultos. La autora considera que la violencia juvenil es
multicausal y permite reconocer la existencia de distintos
factores: estructurales (desigualdad, pobreza, bajo
nivel de desarrollo de la sociedad, falta de oportunidades de
educación y trabajo); institucionales (carencias
familiares, impunidad y desconfianza, mala calidad de
educación, instituciones como la policía o la
justicia) y directos o facilitadores (disponibilidad de
armas, consumo de alcohol y drogas, falta de recreación y
de espacios para actividades físicas).

Por otra parte, entiende que es necesario incluir la
perspectiva de género en este grupo etéreo, debido
a que en la perspectiva tradicional, la mujer es en la
mayoría de los casos la víctima de la violencia y
el varón el victimario, pero en la violencia juvenil se
agregan creencias compartidas acerca de que los varones son
percibidos como más violentos que las mujeres. Esta
percepción se refleja tanto en el estigma social asociado
a ser varón como en las expectativas sociales impuestas en
los adolescentes varones que incluyen por ejemplo el conformar
pandillas juveniles, jugar videojuegos violentos, tener mayor
cantidad de peleas violentas como forma de solución de
conflictos, etc.

Con respecto a la asociación de la violencia con
otras patologías y/o comportamientos, resultan
interesantes los desarrollos de Satcher (2001), quien plantea que
el problema de la violencia juvenil no puede ser considerado en
forma aislada de otros comportamientos problemáticos. En
este punto, entiende que los jóvenes violentos presentan
además otros problemas asociados tales como el ausentismo
escolar, el abandono de los estudios y el abuso de sustancias
psicotrópicas, caracterizándose por ser mentirosos
compulsivos y conductores imprudentes y estar afectados por tasas
altas de enfermedades de transmisión sexual.

Sin embargo, destaca que no todos los jóvenes
violentos tienen problemas significativos además de su
violencia ni todos los jóvenes con problemas son
necesariamente violentos; por lo tanto considera fundamental
conocer cuándo y en qué condiciones se presenta el
comportamiento violento de acuerdo con el desarrollo de la
persona para poder ayudar, de esta manera, a planificar
intervenciones y políticas de prevención orientadas
a los grupos de edad más críticos. En la misma
línea, Farrington (2001) y Miczek, DeBoId, Haney, Tidey,
Vivian y Weerts (1994) destacan que en los jóvenes que
presentan comportamientos violentos y delictivos, es frecuente
encontrar la presencia de alcohol, drogas o armas, lo cual
aumenta las probabilidades de que se produzcan lesiones graves e
incluso la muerte, ya sea del atacante o del agredido.

Estas conceptualizaciones de la violencia juvenil se
corresponden con lo expresado por Quiroga (1994, 2001), quien
sostiene que desde el punto de vista intrapsíquico, se
considera que la adolescencia constituye el momento de mayor
capacidad vital de un individuo, pero también el de mayor
posibilidad de riesgo. Esto se debe a que la inermidad
psíquica del adolescente lo pone en una situación
de desamparo frente a la realidad que le resulta
traumática por carecer de elementos mentales que
posibiliten una ligadura representacional adecuada.

  • 2. Causas de la Violencia
    Juvenil

En primer lugar se entiende por violencia a la
acción o serie de acciones en las que se hace uso de la
fuerza, en especial la fuerza física, con la finalidad o
el propósito de destruir una cosa. También
violencia es obligar a alguien a que haga algo en contra su
voluntad o causarle daño.

Ahora bien, como su nombre lo indica la violencia
urbana, es la que se desarrolla en la ciudad, ella no distingue
una clase social, sexo, raza, o religión, puede ser
violento tanto el individuo que viva en una urbanización
residencial de Lima o como aquel individuo que vive en un
asentamiento humano ubicado en algún cono urbano de la
ciudad.

La violencia juvenil puede producirse de muchas formas;
las invasiones, son un ejemplo clásico de estas
manifestaciones de violencia en donde cierta población
carente de un sitio en donde vivir, se posesionan
ilícitamente de un terreno de propiedad privada, y que al
momento de ser desalojados se enfrentan a la fuerza
pública, en verdaderas batallas campales, y que en algunos
casos hay pérdida de vidas humanas. Otro claro ejemplo de
violencia juvenil, es el accionar de las pandillas.

Cuando las pandillas tratan de mantener una
supremacía acaparando el territorio de otra pandilla, es
un hecho seguro que se dará origen a un enfrentamiento
encarnizado de extrema violencia, por el control del territorio
en disputa, sobre este aspecto de la violencia urbana no podemos
dejar de lado la alevosía y premeditación con la
que los adolescentes actúan y cometen una
infracción a la ley penal, con una clara y abierta
predisposición a la violencia.

  • 3. Factores que inciden a la
    violencia juvenil:

Hay factores que determinan la violencia
juvenil, estos son:

3.1 Factores
Sociales.

Las Migraciones. A partir de 1940 en Nicaragua, empieza
a sufrir cambios en su estructura urbana por efecto de las
migraciones. En 50 años, Managua la capital de Nicaragua
se convierte en una Metrópoli. Ahora bien, bajo el
contexto social de las migraciones, Managua es objeto de dos
procesos migratorios muy bien definidos en el tiempo y espacio se
sucede una migración por convicción y otra por
coacción.

3.1.1 Las Migraciones por
Convicción
.

Que da inicio al gran flujo migratorio en el pacifico de
Nicaragua, y que en 1946 da origen al surgimiento del
tránsito terrestre comercial en masa hacia el caribe
nicaragüense. En esta coyuntura el factor económico
fue determinante para el incentivo de las migraciones, y es que
por esa década el despegue económico de Managua, se
vio atractivo para los individuos que residían en las
provincias y tuvieron en la emigración una alternativa de
movilidad social de sus lugares de origen, una alternativa de
desarrollo personal, pues las inversiones de capitales
extranjeros específicamente norteamericanas estaban en la
mayoría de los sectores productivos del país. Ante
esta situación, el fenómeno social
sorprendió al Estado nicaragüense de aquella
época, pues no tuvo los recursos suficientes como para
afrontar los problemas que generó la migración,
como la falta de viviendas, una creciente tendencia al
hacinamiento del casco urbano y por ende el brote de una
incipiente violencia urbana.

3.1.2 Las Migraciones por
Coacción.

Esta oleada migratoria tiene su origen en la
década de los ochenta cuando se dan las primeras
incursiones terroristas en el centro del país, al interior
de las provincias. Ante los brotes acelerados de la violencia
social, los campesinos al verse desprotegidos, huyeron dejando
sus campos y chacras para venir a asentarse en los principales
polos de desarrollo de las ciudades de mayor despegue
económico, con la finalidad de encontrar estabilidad
económica y social.

En resumen las migraciones movilizan a grupos humanos y
obedecen a la búsqueda de un bienestar personal, que se
materializa en la ubicación y posesión de un
terreno en donde vivir.

El migrante de provincia en ese afán de
búsqueda de su bienestar, de una manera directa o
indirecta, germina el fenómeno de la violencia urbana.
Algunas de estas migraciones fueron pacíficas y ordenadas
otras violentas y sangrientas, y es que en su la lucha por el
afán de posesionarse de un espacio físico en donde
vivir, fueron hacinando de esta forma a la alicaída
capital nicaragüense en sus deteriorados y eriazos espacios
físicos urbanos que le quedan.

3.1.3 La Violencia Familiar.

Se dijo que la familia es el primer ente socializador
del nuevo individuo. Pero que sucede cuando en el seno de una
familia, esta se encuentra desintegrada, con carencias en sus
recursos económicos para subsistir, con valores morales
deteriorados, en donde la violencia familiar es su modo de vida.
Bajo esta influencia socializadora de la violencia familiar el
nuevo individuo asumirá una aptitud de violencia como
medio de vida ante la sociedad.

Ahora bien, una cultura de violencia se acrecienta
cuando individuos con los mismos patrones de conducta (en este
caso niños y adolescentes) que provienen de hogares con
problemas de integración, se adecuan, se manejan, se
identifican y se aceptan bajo los mismos códigos sociales
dentro de su grupo o entorno social. Sobre esas bases de su
identidad con la violencia buscarán hacerse sentir dentro
del circuito social con manifestaciones de violencia
juvenil.

Así "Uno de los factores predominantes de la
delincuencia juvenil es el influjo negativo de la
disolución o ineducación familiar,
acompañada de la carencia de Comprensión y afecto".
Para concluir con esta parte del tema, la familia como
institución aún en pleno siglo XXI, es importante
para el desarrollo de los nuevos individuos porque de no estar
fortalecida, como el árbol mal abonado y sin cuidado
dará malos frutos.

3.1.4 El terrorismo.

Es una parte de la Historia del Nicaragua que muchos de
nosotros quisiéramos olvidar, ya que marcó en toda
una generación de nicaragüenses el tener que vivir en
el más escabroso miedo a los apagones y a las incursiones
terroristas las que se producían tanto en el campo como en
la ciudad. En tal sentido el terrorismo ha cumplido una doble
función en la forma de socializar la violencia en nuestra
sociedad; la primer como ya se vio, se origina en el segundo
proceso migratorio a través de los desplazados del campo a
la ciudad, con el fenómeno de la violencia social
(terrorismo) que se genera a principios de la década de
los 80 que azoto al país y en especial a las zonas rurales
de Nicaragua, y que obligó a miles de personas
(Desplazados) a movilizarse para evitar ser víctimas de la
demencia terrorista existente en sus lugares de origen; y que
vieron como única alternativa el emigrar a los principales
centros de desarrollo urbano, en especial a la ciudad de Managua,
volviéndola en una ciudad caótica, hacinada y sobre
– poblada y con los consecuentes problemas ya
conocidos.

Y la segunda es la que generó toda una cultura de
la violencia en una generación de nicaragüenses ya
que; "Los jóvenes y los adolescentes de hoy no saben lo
que es vivir en paz ni en seguridad ni en tranquilidad. La
violencia terrorista en Nicaragua ha durado aproximadamente entre
14 y 15 años, quienes han nacido hace 18 años que
son los Adolescentes, no saben absolutamente lo que es
tranquilidad, seguridad ni paz. Por lo tanto, una primera cosa
que hay que decir es que la violencia se ha instalado como una
cultura en la juventud de Nicaragua". Razón que hoy en
día el gobierno impulsa diferentes alternativas de
recreación y reinserción del joven a una vida libre
de violencia.

3.2. Factores
Económicos

Las alicaídas economías familiares de los
sectores con menos recursos, son en algunos casos (o si se quiere
entender en la mayoría de ellos) el factor
económico que determina y condiciona la violencia urbana.
Cuando se habla de la solidez de una economía familiar no
se desvirtúa que alguno o todos sus miembros asuman
aptitudes de violencia o posturas anómicas dentro de la
sociedad.

Se manifiesta que la violencia emerge de los lugares
marginados por la sociedad, además hay cierta
predisposición a satanizar a la pobreza como generador de
violencia, dicha aseveración cumple una proposición
válida, pero no es total.

Ahora bien, no toda sociedad por ser pobre tiende a ser
violenta, es más existen sociedades muy desarrolladas pero
que tienen un alto índice de violencia, como por ejemplo
la sociedad norteamericana.

Lo que sí queda claro es que las incidencias de
violencia pueden tener mayor aceptación en los sectores
más populosos de la ciudad de Bluefields, debido a una
escasa o pobre educación, a la falta de oportunidades de
trabajo, a la poca expectativa de superación y a las
escasas fuentes de generación de empleos para los que
menos tienen. De esta manera el papel de la economía
basada en los ingresos que puedan percibir las familias de menos
recursos sí determinan en la mayoría de ellos el
grado de violencia que puedan asumir.

Bajo este contexto existen paradojas e incongruencias
sociales; mientras por un lado existen jóvenes que no
tienen espacios en donde pueden canalizar sus ratos de ocio, no
cuentan con programas alternativos que apoyen al fortalecimiento
de la familia como institución en los aspectos sociales,
económicos y culturales, y el no tener propuestas o
alternativas para el desarrollo personal, la violencia
estará mas cerca y latente a ellos. Caso contrario sucede
con aquella población de jóvenes que si tienen un
modo de vida aceptable, sin restricciones económicas y que
teniendo una inmejorable y adecuada infraestructura educativa y
recreativa a su favor, asumen pautas con marcadas tendencias a la
violencia.

En tal sentido "La pobreza y la miseria, son fuentes de
delitos contra la propiedad en especial, pero sucede que hoy
asiste al fenómeno de un crecimiento más explosivo
en los países más desarrollados, con mayor
índice de ocupación y de producto bruto interno,
que en lo no desarrollados económicamente durante mucho
tiempo se identificó la delincuencia juvenil con barrios
pobres, villas miserias, fabelas u otras zonas de subcultura
delictual; hoy las formas más frecuentes, graves y
asociadas se dan en los centros de ocio de las grandes urbes de
consumo y de confort; entre jóvenes de familias pudientes
aún universitarios".

Para finalizar, cualquier manifestación de
violencia que provenga de sectores precarios o de las más
adinerados de la ciudad de Bluefields, son condenables, pues
causan en la población el mismo temor y dejan las mismas
secuelas y muchas veces llegando hasta la muerte.

3.3. Factores Culturales

Los medios de comunicación masivos. Juegan
un papel elemental en la socialización de nuestra
sociedad, propone el modelo de conducta a su público
objetivo.

El poder y la capacidad económica que poseen los
medios de comunicación masivos para manejar conciencias
son fuertes, ya que sus intereses económicos van
acompañados por lo general de intereses políticos y
así de esta manera se moldea el sistema de
información que se quiere dar y trasmitir.

Se entiende que los medios de comunicación como
la radio, televisión, periódicos, revistas y
demás tienen por finalidad de informar y difundir cultura,
mantener a la población al tanto de los sucesos más
relevantes del quehacer nacional.

Según nuestro análisis, en lo que se
refiere al factor de los medios de comunicación como
determinante de la violencia, no cuestionamos por qué
(aunque deberíamos hacerlo) se nos esté llenando la
conciencia con información de mala calidad y que
simplemente no culturiza, ese no es el tema. El problema radica
que cuando los medios de comunicación quieren tener un
alto rating o llegar a aumentar sus volúmenes de ventas en
sus ediciones periodísticas recurre al sensacionalismo;
este sensacionalismo que contiene elementos violentos, los lleva
a enfocar de una manera fría y cruda un hecho con sucesos
violentos, ellos nos alimentan el morbo de muertes y hechos
sangrientos.

Son estos los medios de comunicación que
socializan la violencia en la mente de muchos individuos,
aquí radica el problema, en la cual se comercializa el
morbo. Esos medios de comunicación nos acostumbraron a
leer, ver y escuchar a diario noticias trágicas de muertes
y charcos de sangre. Pareciera que algunos medios de
comunicación tienen el fiel propósito de socializar
violencia y hacer de esta algo cotidiano entre
nosotros.

Ahora bien, hay un público que es vulnerable al
impacto de lo que se difunde en los medios de comunicación
respecto a la violencia, y estos son los niños quienes
"Están expuestos a diversos medios de comunicación
masiva que llegan a gran cantidad de personas –
televisión, radio, cine, videos, discos, historietas
cómicas, revistas y periódicos. Si bien todos los
medios son agentes importantes de socialización, el
más influyente es probablemente la televisión.
Ciertamente ningún otro medio consume más tiempo de
los niños. Los padres y otras personas están
preocupados por la forma como la televisión está
socializando a los niños.

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