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La prostitución como falla cultural (página 2)


Partes: 1, 2, 3, 4

En Asia la prostitución masculina
también ha estado presente: en Turquía y
en algunas áreas del Asia Central, varones adolescentes
entre 12 y 16 años realizaban danzas eróticas y
sugestivas y estaban dispuestos a prestar servicios sexuales.
En India los hermafroditas podían
destinarse a la prostitución. En China mujeres
casadas buscan "patos", es decir, jóvenes prostitutos para
tener relaciones sexuales.

España

En España la prostitución
masculina es considerada invisible.6 Este hecho hace que
dicha población sea más vulnerable a problemas como
el sida y las drogas y que sea difícil
establecer parámetros de ayuda, porque los que ejercen la
prostitución tienden a ocultarse socialmente más
que lo hacen las prostitutas. Por otra parte, un estudio de la
Fundación Triángulo
de Madrid reveló en 2009 que el 87 por
ciento de prostitutos detectados en el país europeo son
inmigrantes y la mayoría ilegales.7 Sin embargo, otro
estudio realizado en 2003 por la Asociación Stop
Side y la Secretaría del Plan Nacional sobre el Sida,
concluyeron que el 17.1 por ciento de los prostitutos en
España eran extranjeros.

América Latina

En América Latina el tema ha sido menos
estudiado y oculto pero está igual de presente. Se ha
hecho evidente con el creciente desarrollo del turismo,
especialmente del tipo sexual. En Cuba jóvenes
buscan turistas y son conocidos como "jineteros", mientras en los
países del Mar Caribe prostitutos buscan
clientes en las playas. En grandes ciudades latinoamericanas
como Buenos Aires, San
Pablo, Bogotá o México, ciertos
lugares como las llamadas "zonas rosas", calles y parques, son
lugares preferidos para los "taxiboys" a la manera en que esto es
practicado en Europa o Asia. Por otra parte el
Internet ha jugado un papel determinante en el mundo de la
prostitución masculina y ha reducido el número de
prostitutos en las calles. Según el antropólogo
Camilo Ernesto Morales Cruz de la Universidad Nacional de
Colombia, la prostitución masculina en las culturas
latinoamericanas es invisible para la sociedad:

"(…) porque su ejercicio vulnera el ideal de lo
masculino. Los sujetos que intervienen son considerados
liminales: los trabajadores son discriminados por su
profesión, que es catalogada como despreciable y va en
contra de la dignidad humana y, a su vez, discriminados por sus
prácticas sexuales "antinaturales" y
"pervertidas".9

Prostitución masculina en la
actualidad

La prostitución masculina es muy variada y
difiere en mucho de la prostitución femenina. Muchos
varones ejercen la prostitución por necesidad, pero en
cuanto adquieren un empleo estable la abandonan naturalmente.
Otros de clases pudientes, especialmente adolescentes, la ejercen
por obtener dinero alternativo, pero en edad más adulta la
abandonan. Muchos varones ejercen la prostitución
masculina de manera eventual, a veces incluso por
curiosidad.

Clientes y prostitutos se encuentran en numerosas
formas. Muchos de los términos con los que se refieren a
los prostitutos nacen de las maneras en los que estos son
contactados o los lugares en donde estos se encuentran. Por
ejemplo en Colombia un "prepago" es un prostituto al
que se le paga antes de que este preste su servicio sexual. En
Cuba un "jinetero" es uno que "cabalga al turista". Estos
nombres pueden tener su contraparte en la prostitución
femenina. Un "gogoboy" es un prostituto que atrae clientes en
espectáculos de danzas eróticas y Striptease.
Internet ha contribuido a la internacionalización de
ciertos nombres de origen anglosajón como "rentboys" y
"escorts". Los masajistas también han tenido una
relación con la prostitución masculina,
especialmente en Asia.

La prostitución masculina puede ser ejercida de
manera solitaria, en grupos o asociados a empresas de
prostitución. La primera tiene mayores riesgos, tanto para
el prostituto como para el cliente, mientras asociarse conlleva
mayores garantías para ambas partes.

La siguiente es una clasificación no exhaustiva
de los tipos de prostitución masculina:

Internet

Prostitución masculina profesional tiende a
utilizar Internet como el principal medio de promoción de
servicios en lo que se llama "agencias de escorts". El Internet
se convirtió en uno de los medios principales para la
promoción de la prostitución masculina porque
conlleva una cierta protección tanto para el cliente como
para el prostituto en comparación con la
prostitución callejera.

Muchas de ellas se presentan como agencias de modelaje.
Los prostitutos se asocian a dichas agencias pagando una cuota
mensual para que sean enlistados con fotografías, textos
descriptivos, precios e información de contacto. Los
clientes contactan directamente al prostituto y este conserva
toda la ganancia y paga la cuota estipulada.

Otra manera es que la agencia controla el contacto: el
cliente contrata directamente con la agencia, de manera que esta
hace de proxeneta y esta estipula el lugar de encuentro
y las tarifas del servicio. Los prostitutos deben entregar a la
agencia un porcentaje (en promedio entre 25 y 33 por ciento). En
este caso, la agencia busca prostitutos potenciales a los que les
ofrecen el seguimiento de una sesión de entrevistas,
exámenes, sesión fotográfica y crean el
portafolio del prostituto que incluyen en la página para
que sea accedida por clientes potenciales.10 Es usual que un
prostituto se asocie a varias agencias para garantizar un tiempo
completo de trabajo y mayores rentas.

Otra forma de prostitución masculina en Internet
es los "modelos de webcam", aunque estos no obtienen contacto
directo con el cliente. El prostituto exhibe su cuerpo
según los deseos del cliente que paga el servicio a la
agencia con una tarjeta de crédito o algún sistema
de afiliación.

Numerosos prostitutos anuncian de manera individual sus
servicios en canales de conversación que permitan esto o
que hayan sido creados para ello, en grupos, foros y otros
programas. Estos prostitutos piden por lo general precios
más bajos quizá por ignorancia de los precios del
mercado o por urgencia económica. Estos prefieren no
mostrar sus fotos en el Internet, son más restringidos en
sus servicios (no besos, no sexo anal, etc.) y aparecen con
frases como "en busca de algún generoso", "busco ayuda" y
otras frases que den a entender lo que ofrecen.

Avisos

Numerosas publicaciones como revistas o
periódicos de tipo gay, eróticos o que promueven
los contactos, tienen secciones de anuncios de "escorts",
masajistas masculinos, "terapistas" masculinos y otros que en
realidad son personas que ofrecen prostitución.

Calles, bares, clubes, parques

Los "taxiboys" son aquellos prostitutos que esperan sus
clientes en calles, parques, bares o clubes. Dichos lugares son
por lo general identificados como tales y por lo tanto los
clientes acuden a ellos en búsqueda de sus servicios,
muchos de ellos en coche.

Calles y parques, sin embargo, resultan difíciles
para ambas partes, porque los vecinos del lugar, al considerar
dicha actividad como un problema de orden público y moral,
llaman a la policía. Por otro parte, los prostitutos se
hacen presa fácil de bandas homofóbicas o
están más expuestos a cualquier tipo de violencia
callejera, contrario a si se asocian a algún tipo de
agencia. Al ser abordado en la calle por un cliente, el
prostituto puede correr el riesgo de ser objeto de violencia del
mismo sin mayores garantías. Por su parte, clientes pueden
correr el riesgo de contratar criminales que se hacen pasar por
prostitutos y tan sólo quieren robarlos o poner en riesgo
su vida. Sin embargo, dichos riesgos pueden ser relativizados por
el tipo de lugar en que se encuentran.

Bares y clubes contienen menos riesgos y son muy comunes
en Asia, especialmente Japón y Tailandia,
en donde clientes pagan al lugar por un "muchacho de
compañía" para conversar dentro del club y,
eventualmente, terminar en relaciones sexuales.

Saunas y clubes de sexo

Muchos prostitutos buscan trabajar en baños
públicos gay o clubes de sexo, pero en dichos lugares la
prostitución es prohibida, por lo que hacen contratos de
manera secreta con los clientes. En algunos países como en
Colombia existen salas de videos (llamadas simplemente "videos"),
en donde se exhiben películas pornográficas y en
donde se facilitan contactos entre clientes y eventuales
prostitutos.

Burdeles de prostitución
masculina

Los burdeles de prostitución masculina son muy
comunes en el Sudeste
Asiático (Tailandia, Camboya, Vietnam, Filipinas),
pero también pueden ser encontrados en ciudades de
Estados, aunque en Occidente es bastante
extraño, pues el prostituto en esa parte del mundo tiende
a trabajar de manera más independiente.1

En noviembre de 2005 Heidi Fleiss
anunció sus planes de asociarse con Joe Richards para
convertir el "Cherry Patch Ranch"
en Crystal, Nevada en un establecimiento de
prostitución masculina destinado exclusivamente para
mujeres,11 pero en 2009 ella anunció que había
abandonado esta idea.12

Turismo sexual

El turismo sexual en relación con la
prostitución masculina, está destinado
exclusivamente a mujeres, con excepción de Tailandia.
Mujeres viajan al sur de Europa (ItaliaGrecia,
Turquía, Croacia y España),
al Mar
Caribe (Jamaica, Barbados, República
Dominicana y Martinica), África (Kenia)
y Asia (Bali, Indonesia, Tailandia) para
disfrutar sexo con jóvenes prostitutos de dichos
países. Otros países con menos recurrencia, pero
creciente turismo sexual femenino
son Nepal, Marruecos, Fiji, Ecuador y Costa
Rica.

Mujeres organizan sus vacaciones a dichos
países para conocer y disfrutar de "novios temporales" que
encuentran por lo general en las agencias de escorts. Ellas
solicitan "jóvenes de compañía",
"guías turísticos" e "instructores de baile" con
los que puedan tener además relaciones sexuales. Alemanas
prefieren República Dominicana, Grecia y Marruecos,
japonesas van a Bali en Indonesia y canadienses y escandinavas se
hacen también cada vez más frecuentes. Las mujeres
son de todas las edades, pero en general son de clase media en
búsqueda de romances y sexo. Prostitución
masculina orientada a mujeres extranjeras tome liderazgo en la
actualidad en India con agencias de gigolos, aunque la prensa ha
denunciado casos de abusos por parte de gigolós para sus
clientes.

Precios

Los precios en la prostitución masculina son
determinados por la oferta y la demanda. Además
están bien determinados por elementos como la edad, la
belleza física, la posición sexual, la raza, la
personalidad, la experiencia en la cama, el tiempo en el cual el
prostituto estará con el/la cliente, la habilidad para
mantener una erección, el encanto, el deseo de
practicar actos de fetichismo, la fama y la
reputación. Agencias y los mismos prostitutos pueden
cambiar sus precios de acuerdo a cambios en la demanda para
atraer clientes.

La categoría de la prostitución masculina
también afecta los precios. En realidad se piensa que las
agencias de escort son las que contienen la mayor cantidad de
prostitutos, pero por ejemplo según estudios del
"Journal of Homosexuality" de Estados Unidos, menos del
5 por ciento de prostitutos en ese país pueden ser
considerados prostitutos de agencia (escorts), mientras que la
gran mayoría son en realidad "rentboys", "taxiboys" y
prostitutos eventuales que son jóvenes que se dedican
eventualmente a ello para obtener alguna renta. Este factor hace
que la definición de precios fijos o regulares
varíe y que estos puedan cambiar dramáticamente en
cuestión de horas.

Prostitutos con mayor experiencia tienden a cobrar
precios más altos que novatos o prostitutos ocasionales.
Es posible que ello se deba a que conocen mejor el mercado y los
métodos para anunciarse. Por otro lado, los precios pueden
variar notablemente entre un país industrializado y uno en
vías de desarrollo. Prostitutos en países como
República Dominicana o Vietnam pueden venderse por precios
que son muy inferiores a lo que pedirían sus colegas de
Europa, Japón o Estados Unidos.

Riesgos

Todas las formas de prostitución masculina tienen
riesgos tanto para el prostituto como para el cliente.

  • Riesgos relacionados con la salud (enfermedades de
    transmisión sexual).

  • Ocasionalmente, la prostitución masculina es
    utilizada como negocio para los narcóticos o
    mafiosos.

  • Posibilidad de abuso sexual (sea por parte del
    prostituto o por parte del cliente).

  • Posibilidad de violencia física por parte de
    ambos.

  • Problemas legales con las autoridades (en muchos
    sitios del mundo la prostitución es ilegal, muchos
    prostitutos son menores de edad o el problema legal
    de proxenetas).

  • Estigma social (la identidad del prostituto revelada
    puede generarle futuros problemas de reinserción
    social).

  • El prostituto puede ser rechazado por su
    círculo de amigos y familiares, especialmente si es
    prostitución gay.

  • Puede perder su trabajo si se enteran de sus
    actividades de prostitución.

  • Muchos comienzan a vivir una doble vida que los
    lleva a problemas sentimentales.

  • Pueden terminar siendo explotados o
    abusados.

  • Menores de edad que practican la prostitución
    están aún más en riesgo porque pueden
    terminar en manos de abusadores y personas
    violentas.

  • Clientes pueden caer en manos de criminales que se
    presentan como prostitutos y sólo quieren robarles y
    violentarlos. Muchos pueden terminar siendo
    extorsionados.

Los estudiosos del tema concluyen que violencia en
contra prostitutos es menor que la violencia ejercida en contra
de prostitutas. Los prostitutos que trabajan en la calle y los
más jóvenes (especialmente adolescentes), son los
más vulnerables a ser víctimas de violencia
callejera y abuso.

Clientes que terminan siendo víctimas de falsos
prostitutos es menor de la que se quiere evidenciar, muchas veces
creado el pánico por casos individuales. Prostitutos
tienden a prevenir a sus clientes potenciales de posibles riesgos
y generan elementos que permitan su segura identificación.
En tal caso, agencias de prostitutos prueban ser más
seguras.

Problema legal

En algunos países del mundo, por ejemplo
en Australia, los burdeles de prostitución, sean
masculinos o femeninos, son legales, con excepción del
Estado de Tasmania, mientras la prostitución en las
calles está prohibida. En otros países como Estados
Unidos, los burdeles son técnicamente ilegales (excepto
en Nevada), pero la mayoría de las ciudades no ponen
en práctica la prohibición de la ley evitando
así que los trabajadores sexuales sean arrestados por su
actividad desde que no se involucren en evidente
prostitución callejera. En este país, el
término "servicio de escorts" es en realidad un eufemismo
para prostitución y la mayoría de los prostitutos
aseguran que hacen su trabajo por cuestión de tiempo y no
en búsqueda de sexo, que este resulta de manera
espontánea y consensual y que ellos "no son
prostitutos".

Otra de las preocupaciones legales de la
prostitución masculina es la del abuso infantil. Dado
que los prostitutos más deseados son menores de
edad, proxenetas y clientes intentan buscar prostitutos
de edades inferiores a 18 años o incluso inducir a menores
de edad a la prostitución por medio de dádivas.
Según estudios de la UNICEF para el
año2000, en México se estimaba que
alrededor de 30 mil menores de edad estaban dedicados a la
prostitución y siendo víctimas de abuso
infantil.16

Sin embargo, a diferencia de la prostitución
femenina, la masculina incurre mucho menos en el fenómeno
del tráfico de personas y de prostitución
forzada, aunque varones menores de edad – e incluso mayores de
edad -17 son susceptibles de caer en dichas redes. La
prostitución de menores de edad es intolerable por los
sistemas judiciales de todos los países del mundo. Como
los menores de edad tienden a ser más deseables, muchos
prostitutos jóvenes intentan dar un aspecto infantil para
atraer clientes, pero ellos mismos y las agencias a las que
pertenecen deben demostrar que están en edad legal ante
cualquier autoridad que lo requiera. De otro lado, la
prostitución en todas sus formas es una de las principales
raíces de la pornografía infantil en la
cual proxenetas o abusadores pagan dinero o incluso incurren a
amenazas para que menores de edad posen desnudos.18

Estigma

La disparidad de edad entre el prostituto y su cliente,
así como la diferencia de su clase social y
económica, es fuente de criticismo social. En un estudio
realizado en Dinamarca en 2003 con jóvenes
dedicados a la prostitución, la mayoría veía
su actividad como negativa y que hacían todo lo posible
para ocultarla, lo que los lleva a vivir una doble vida y a crear
cada vez más distancia con las personas cercanas (amigos y
parientes). El aislamiento y el sufrimiento de no poder compartir
sus experiencias como prostituto crean problemas afectivos.
Muchos de los prostitutos en el estudio describieron que
veían a sus clientes como meras relaciones sociales,
mientras otros hablaron de ellos como figuras
paternales.19

Este estigma también incluye otro tipo de
relaciones amorosas que incluye una forma más sutil de
prostitución o "casi" prostitución: se trata de la
relación entre una persona muy madura y un
jovencito.20 Esta disparidad en la edad recibe por lo
general duras críticas del entorno social, tanto para el
prostituto, como para el cliente

Cultura

La prostitución masculina ha sido ampliamente
explotada por la literatura, el cine y el arte.

La novela del escritor colombiano Fernando
Vallejo, La Virgen de los
sicarios21 representa un caso de prostitución
masculina latinoamericana fuertemente relacionada con el mundo
del crimen en los bajos mundos de las grandes
ciudades.

La obra del tailandés Chai Pinit con
redacción del escritor fantasma Soshan
Itsarachon, Bangkok Boy, A Stolen
Childhood 
(Muchacho de Bangkok, una niñez
robada
),22 es la autobiografía de cómo un
niño campesino que sufre abusos de uno de sus profesores
en la escuela y termina involucrado en drogas, alcoholismo y
prostitución en las calles de
Bangkok y Pattaya.

En fotografía, Alvin
Baltrop retrató el mundo marginal del West
Side neoyorquino de mediados de la década de
1970, sobre todo el ambiente de la prostitución masculina
y del tráfico y consumo de drogas. Otros artistas
también han utilizado a chaperos como modelos, como el
estadounidense Jack Pierson.

Estudios

El tema de la prostitución masculina ha sido
objeto de estudio de teóricas feministas como Justin
Gaffney y Kate Beverley. Según sus investigaciones con
prostitutos y comparando con la posición subordinada de la
mujer en sociedades patriarcales, la experiencia de la
población de prostitutos es "oculta" y, como las mujeres,
ocupan un lugar subordinado en sociedad.

En contraste, teoristas sociales de la teoría
crítica post-estructural como Douglas Langston, concluyen
que a diferencia de las prostitutas, los trabajadores sexuales
tienen una construcción social mucho menos sumisa que la
de sus colegas femeninas y que, según sus propias
entrevistas con prostitutos para su estudio, la actitud de estos
hacia las mujeres es misoginia. Langston dice que la
prostitución masculina no es sumisa y que, igual que
la erótica masculina y la fetichización
de la dominación patriarcal, la prostitución
masculina busca la dominación sexual de la
mujer.24

Sin embargo, estudiosos coinciden en que la
prostitución masculina y la femenina tienen numerosas
diferencias que deben ser estudiadas por separado:

  • La prostitución masculina tiende a ser
    más voluntaria que los numerosos casos de mujeres
    obligadas a prostituirse.

  • Aunque los varones pueden ser discriminados por
    prostituirse, las sociedades patriarcales tienden a
    tolerarlos más fácilmente que si una mujer se
    prostituye.

  • Numerosos varones ejercen la prostitución de
    manera transitoria, pero en cuanto adquieren un empleo fijo o
    una carrera, abandonan la prostitución o la mantienen
    de manera esporádica.

  • La prostitución masculina es por lo general
    ignorada, lo que pone en mayores riesgos a la
    población de prostitutos y a las personas que acuden a
    ellos por problemas como enfermedades venéreas, drogas
    y abuso infantil. Además, muchos de ellos viven una
    doble vida.

La
prostitución en la actualidad

Nos limitamos aquí a algunas referencias a la
prostitución como se presenta hoy, sin precisar las
diversificaciones que se encuentran en las diversas
culturas.

1. LOS ORGANIZADORES DE LA Prostitución. En la
base de la prostitución hay una extensa
organización can ramificaciones internacionales, que
impone un código de comportamiento; es la única ley
que las prostitutas y sus explotadores se sienten obligados a
respetar.

La organización de la prostitución se
llama proxenetismo, en la cual actúan cuatro
categorías distintas: los protectores, los dueños
de los locales en los cuales tiene lugar el comercio
prostitutivo, las alcahuetas y los traficantes. – Normalmente las
prostitutas obran bajo la guía de un protector, que a
menudo se convierte en el amante parásito de la
prostituta, al que ella ama y teme. Al protector le incumbe
atraer a las prostitutas: muchachas descarriadas, huidas de casa
o a la búsqueda de aventuras en concursos (más o
menos trucados) de belleza o de cine. Se comienza con
algún cliente y con muchos regalos. Pero muy pronto la
muchacha descubre en el protector a su amo absoluto, que puede
también venderla a otro protector. Aunque en
proporción menor, también hay mujeres que hacen de
protectoras. – El dueño es el amo del local puesto
(totalmente o en parte) a disposición de los encuentros
con las prostitutas. – Alcahueta es la mujer que conoce el arte
de seducir a la muchacha disponible a la prostitución, la
pone en relación con el protector o directamente con los
clientes y le enseña el oficio. – El traficante es el
colocador, pagado por una comisión de protectores o
dueños de casas que se compromete a trasladar prostitutas
tanto a nivel nacional como internacional.

2. LAS PROSTITUTAS. Para simplificar el lenguaje se usa
aquí el término femenino, por ser mujeres la
mayoría de las personas que se prostituyen; pero todas las
consideraciones hay que referirlas también a los
varones.

a) Las categorías de las prostitutas. Las
personas que se prostituyen se dividen habitualmente en
profesionales, semi profesionales y ocasionales. 0 Para las
profesionales el único verdadero oficio es la
prostitución, lo cual implica una mentalidad, un tenor de
vida, una capacidad de seducción y de selección de
los clientes. Entre las profesionales está el
ejército de las paseadoras, que son colocadas por los
protectores en lugares céntricos o periféricos de
ciudades o pueblos según la edad y el atractivo. Su
exhibicionismo es lo que provoca reclamaciones periódicas
e intervenciones ocasionales por parte de las autoridades
públicas. Entre las prostitutas de la calle están
las clacson-girls, que actúan a bordo de coches a veces
particularmente lujosos. 0 Las sema profesionales ejercen
habitualmente la prostitución juntamente con otros
trabajos del todo honestos o bien junto con un trabajo
expresamente adquirido porque permite "ejercer", como
podría ser el de camarera, masajista, entraineuse
(muchacha que divierte a los clientes en locales como cabarets,
night clubs, etc.). Es claro que tales actividades normalmente
son desarrolladas por personas (y son la mayor parte) que no
tienen intención alguna de prostituirse. Entran entre las
prostitutas semi profesionales, aunque se distinguen de ellas
como categoría considerada más elevada, las
call-girls: mujeres -tales son en su mayoría- disponibles
a una llamada (ca11) telefónica. Externamente su
personalidad debe parecer irreprensible. El giro del trabajo se
establece por cita con una clientela reducida, pero refinada. 0
Las ocasionales son mujeres que inicialmente no intentan ser
prostitutas, pero se ofrecen ocasionalmente por oscuros impulsos
de naturaleza psíquica o para procurarse lucros
extraordinarios. Las ocasionales se convierten fácilmente
en prostitutas habituales.

b) La figura de la prostituta. Según los
datos estadísticos, las prostitutas provienen en su
mayoría de las clases sociales inferiores, generalmente de
ambientes familiares desorganizados y moralmente disgregados, y
se ven empujadas por el deseo de una ganancia fácil. Sin
embargo, en las estadísticas no están comprendidas
las prostitutas semi profesionales, y sobre todo las call-girls,
entre las cuales se encuentran personas con estudios y de buena
posición, que han realizado de modo consciente su
elección.

La prostituta comienza su carrera a una edad joven o muy
joven (en su mayoría antes de los veinte años); van
en aumento las que comienzan ya entre los doce y los trece
años: se trata de muchachitas escapadas de casa o
inducidas al "oficio" por sus propios familiares.

Hay que distinguir la psicología originaria
de la prostituta de la adquirida en el ejercicio de la
prostitución. Inicialmente se trata de muchachas normales,
que en general han frecuentado los comienzos de los estudios
secundarios. Su personalidad se debilita de forma profunda
según van avanzando en la "carrera", en gran parte a causa
del régimen de vida: malos tratos y pretensiones de los
protectores, consumo abundante de alcohol y ahora también
de droga, a la que recurren para darse ánimos y superar
momentos de particular desaliento.

No consta normalmente que la prostituta sea una
hipersexual. Habitualmente su prestación carece de
participación psíquica; de lo contrario no
podría prestarse a relaciones continuadas con clientes. Es
más, la obligación de las prestaciones con toda
especie de hombres puede hacer nacer en ella una aversión
al sexo masculino.

La prostituta a menudo desprecia a las personas honestas
y normales que han de someterse a un trabajo común para
ganarse la vida.

Particularmente fuerte es en la prostituta el amor
materno cuando tiene un hijo.

En numerosas historias de prostitutas se ve que en un
cierto momento las interesadas tienen una percepción
exacta de su disgregación moral, de la cual, sin embargo,
estiman que no pueden librarse (no faltan entre ellas tentativas
de suicidio). Sin embargo, son posibles, aunque difíciles,
las recuperaciones morales de prostitutas si reciben ayuda de
instituciones privadas o gubernativas.

c) La prostitución infantil, por desgracia,
ha existido siempre, pero actualmente ha adquirido proporciones
industriales. Se la conoce en los países de Asia y de
Sudamérica, donde padres desesperadamente pobres venden a
uno u otro hijo para que pueda sobrevivir el resto de la
familia.

Cuando un individuo busca
mantener relaciones
sexuales con niños o niñas y no
quiere correr el riesgo de ser denunciado,
tiene una segunda opción: acudir a la prostitución
de menores. Si es que dispone de dinero suficiente como
para permitírselo. Por otro lado, se encontrará con
la dificultad de encontrar un individuo o club que se lo
facilite, pues la prostitución infantil se
esconde mucho más que la prostitución de adultos.
Pero una vez salvados estos dos obstáculos, cualquier
individuo puede convertir en realidad sus fantasías con
una niña o un niño, esclavizado y obligado a ser un
objeto para el uso sexual. Dicha prostitución nunca es
voluntaria y va acompañada del miedo, al hambre, las
drogas y multitud de circunstancias más, que pueden
convertir la existencia tanto de un menor como de un adulto en un
auténtico infierno que siempre sobrepasará nuestra
imaginación.En el mundo
hay redes de corrupción de menores
todos los años, a quienes además se les incautan
miles de fotografías y vídeos de menores, que
serán vendidas de particular a particular o mediante
catálogo y casi siempre en países distintos al de
procedencia para evitar su posible identificación. La
prostitución en general se ha definido tradicionalmente
como la unión sexual con una mujer por una
remuneración u otra contraprestación. Esta
definición ha sufrido transformaciones últimamente
y ha dejado de limitarse a las mujeres, por un lado, y a la
unión sexual, por otro. El Black's Law Dictionary, en su
sexta edición de 1990, define la
prostitución como la realización, el ofrecimiento o
la aceptación de un acto sexual por un precio.
Utilizando y aplicando los criterios mencionados a
la prostitución infantil, se define como
"la acción de contratar u ofrecer
los servicios de un niño para realizar actos
sexuales a cambio de dinero u otra contraprestación con
esa misma persona o con otra". Cabe destacar que en
virtud de esta definición, la prostitución infantil
no la "comete" el propio niño, sino la persona que
contrata u ofrece sus servicios. La definición
disminuiría por tanto la confusión con otras formas
de explotación y malos tratos de niños. Entre los
tipos más graves y detestables
de violencia contra los niños figura la
explotación sexual, especialmente la prostitución.
Es comparable a la tortura en cuanto al trauma causado al
niño y constituye una de las formas más graves de
conculcar sus derechos. Está en aumento
escala mundial y constituye un sector rentable que
produce anualmente beneficios netos por un monto de 5.000
millones de dólares de los EE.UU

Menos conocida es la prostitución de menores, a
tiempo limitada o también a tiempo completa, que existe a
escala limitada, pero de modo sorprendentemente vasto y en
proporciones crecientes en Europa occidental y en USA. La
explotación de menores como actores de filmes o foto
romances pornográficos depende de organizaciones
internacionales dedicadas a la producción y a la
distribución de semejantes materiales. La
explotación directa de menores que se conceden a clientes
particulares pueden realizarla también organizaciones
más pequeñas, pero no carentes de conexiones
internacionales. A los menores, a veces vendidos por los padres,
pero con más frecuencias huidas de casa, se los hace
emigrar con el espejismo de aventuras y de riqueza entre personas
que "legalmente" se hacen pasar por parientes suyos. Una vez
caídos en la red, no es fácil que los interesados
tengan el valor de revelarse; se resignan a un género de
vida que consideran imposible cambiar, entre otras cosas porque
se saben atados por un contrato mafioso que prevé para
todo "error" durísimas sanciones, incluso a larga
distancia de tiempo y de espacio.

REFLEJOS SOCIALES. Aquí se alude a algunos
reflejos sociales de la prostitución.

a) Los clientes. Es casi imposible un
análisis sociológico de los "clientes". Se han
intentado algunos sondeos en clientes de la prostitución
"proletaria", pero no en los clientes de
las call-girls. Hay que distinguir entre los clientes
"ocasionales", que no presentan particulares
características, y los clientes "habituales". Éstos
pueden ser "tímidos" que esperan perder sus complejos con
un contacto prostitutivo, arriesgándose así a
agravar sus dificultades psico-sexuales, o bien decepcionados por
su relación conyugal, o impotentes y pervertidos. Es
común en la prostitución proletaria un sentido de
insatisfacción por un encuentro reducido a un cuarto de
hora y poco personalizado.

b) Sobre la difusión de la
prostitución sólo se pueden hacer conjeturas
aproximadas, porque donde está vigente el sistema de la
reglamentación (y el correspondiente fichaje) las
prostitutas "clandestinas" -que las estimaciones
sociológicas consideran más numerosas- evitan el
control, y en los países prohibicionistas o abolicionistas
es del todo imposible.

El fenómeno de la prostitución está
difundido por todas partes e implica una circulación
colosal de negocios. Entre los países prohibicionistas,
solamente en Rusia y. en China Popular la prostitución
clandestina es muy reducida, debido al efecto combinado de un
sistema policíaco riguroso, de una educación
cívica que reduce las evasiones individuales y de una
nivelación económica que no favorece las
especulaciones privadas. En los países de economía
libre la posibilidad de explotación comercial y el clima
de hedonismo favorecen la actividad prostitutiva más
allá y en contra de la normativa legal.

c) La prostitución y las enfermedades
venéreas. El temor al contagio venéreo, que se
consideraba sobre todo provocado por la prostitución, ha
tenido una parte decisiva para estimular una cultura contra la
prostitución. Las estadísticas recientes desmienten
netamente este temor. Las infecciones venéreas en los
países industrializados de cultura occidental son debidas
en gran parte a contactos con personas diversas, carentes de todo
cuidado higiénico, más que a relaciones con
prostitutas.

Ahora se añade el peligro de contagio de SIDA.
Las prostitutas son posibles portadoras de virus, porque muchas
de ellas hacen uso de drogas por vía intravenosa y porque
tienen relaciones con demasiadas personas diversas que las pueden
contagiar.

d) La prostitución y la
criminalidad. El mundo de la prostitución gira en
torno a la explotación y al tráfico de las personas
y está ligado a la industria de la I pornografía,
al racket de los locales de juego y al comercio de la l
droga. Por eso hay que considerarlo como un factor
criminógeno. 

IV. Normativas legales

La actitud cultural-legislativa contemporánea
oscila entre tres orientaciones diversas, que van de la
reglamentación al prohibicionismo y al
abolicionismo.

1. Con LA. REGLAMENTACIÓN se tiende, gracias a
programas más racionales y eficaces de los adoptados en
los siglos pasados, a limitar rigurosamente el comercio y el
ejercicio de la prostitución, reservando para ella locales
autorizados y controlados, llamados casas cerradas. La primera
reglamentación en el sentido moderno tuvo lugar en Francia
en 1802. El ejemplo francés fue seguido pronto por otros
países. Régimen legal de la prostitución en
España].

En muchos países las motivaciones sociales de la
reglamentación se basan en la presunción de que la
prostitución es un fenómeno interminable, e incluso
en parte útil para satisfacer las tensiones sexuales,
sobre todo las masculinas, mientras que hay que poner freno al
libertinaje más evidente y un dique a la difusión
de las enfermedades venéreas.

El fichaje de las prostitutas implicaba la visita
sanitaria obligatoria y algunas normas para su defensa: no
podían ser admitidas antes de los dieciséis
años; debían ser libres de rechazar al cliente no
querido y de limitar sus prestaciones (prescripciones que eran
todas ellas habitualmente ignoradas).

El aspecto más discutible de la
reglamentación es que tales Estados reconocen los aspectos
negativos de la prostitución -de lo contrario
deberían dejarla libre como cualquier otra actividad-,
pero a la vez la oficializan. Además, la
reglamentación legitima el comercio de las prostitutas,
que, una vez fichadas, se sienten más destinadas a ese
trabajo. La protección sanitaria, que constituye la
motivación social predominante de la
reglamentación, es improductiva por varios motivos:
controla sólo a la prostituta y no al cliente; el control
en fechas fijas descuida los períodos intermedios. La
mayoría de las prostitutas escapa a todo fichaje y
control, ya que las "clandestinas" son más numerosas que
las registradas.

El aspecto social positivo de la reglamentación
es la posibilidad de un control, aunque sea reducido, y de una
parcial protección legal y social de la
prostituta.

2. EL PROHIBICIONISMO. A finales del siglo XIX, la
Asociación inglesa de moralidad (The National Vigilance
Association) inició una campaña contra la trata de
blancas. Después de varias reuniones, se firmó en
París una convención internacional (4 de mayo de
1919) que prohibía alistar para la prostitución a
las menores, aunque consintieran, y usar para las mayores
cualquier medio de coacción.

Pero la trata clandestina de menores continúa,
como se ha indicado antes, incluso con la complicidad de algunos
familiares. Para la trata de personas mayores habitualmente
no se recurre a la violencia física; se proponen
espejismos de ganancias fáciles y de afirmación,
que luego se resuelven en formas renovadas de
esclavitud.

En cualquier caso, las campañas contra los
mayores abusos consiguientes a la organización de la
prostitución han favorecido un cambio de mentalidad. De la
reglamentación se ha pasado al "prohibicionismo", en
virtud del cual la prostitución no puede entrar entre las
actividades socialmente reconocibles. Este movimiento, alentado a
nivel internacional, se difundió y fue adoptado en USA, en
URSS, en casi todos los Estados europeos y en algunos
países asiáticos, como la India.

El régimen prohibicionista considera la
prostitución como tal un "delito" y propone su
eliminación. Sin embargo ha resultado eficaz sólo
en poquísimos casos

3. EL ABOLICIONISMO. La orientación legislativa
abolicionista parte del principio de que la prostitución
en sí misma no ha de ser ni reconocida ni prohibida por el
Estado, por pertenecer a las relaciones privadas. Con ello se
suprime el fichaje y la visita sanitaria de las prostitutas, que
no pueden ser sometidas a leyes discriminatorias especiales.
Entre las mayores no es delito conceder el cuerpo propio con
fines de lucro, con tal de que salvaguarden las leyes emanadas de
la tutela del orden público, como la prohibición de
la seducción o de actos obscenos en lugar público,
el atentado contra el pudor, la provocación al vicio.
Disposiciones estas que son interpretadas cada vez de modo
más elástico.

En particular, el abolicionismo se propone reprimir la
organización de la prostitución. El "lenocinio" y
cualquier forma de inducción a la prostitución y el
mantenimiento de locales dedicados habitualmente a la
prostitución se consideran "delito penal". Además,
el abolicionismo se propone una educación cultural que
favorezca la reeducación de las prostitutas y, dentro del
respeto de las personas haga disminuir la demanda de
relación prostitutiva. Han actuado en este sentido
diversos movimientos abolicionistas, en particular, en Francia,
la "Amicale des Maitres d'Hotels meublés de France et des
Colonies". Tanto el sistema prohibicionista como el abolicionista
siguen siendo periódicamente impugnados. Se desea el
retorno a la reglamentación, aunque con modalidades
controladas más rigurosamente. Las impugnaciones
están estimuladas ciertamente por intereses comerciales,
pero son presentadas como motivaciones sociales: disminuir el
peligro de contagios venéreos y la difusión
escandalosa de la oferta prostitutiva en las calles.
Además, las prostitutas lamentan sobre todo la actual
privación de toda tutela social para su trabajo,
particularmente a nivel sanitario y pensionista.

Los abolicionistas replican que la defensa del pudor
público no se aseguraría con la apertura de las
"casas cerradas": las prostitutas "clandestinas" han sido siempre
más numerosas que las que actúan en los locales
autorizados; contra el peligro de contagio, a su vez, se debe
instaurar una campaña sanitaria cívica; el mero
control de las prostitutas autorizadas no resolvería el
problema.

Análisis sociológicos

Como fenómeno social, la prostitución
entra en el campo de la reflexión sociológica sobre
la sexualidad y se la hace depender de factores
diversos.

I. ENTRE LAS. TEORÍAS SOCIOL6GICAS PARTICULARES
recordamos las que se refieren a la constitución
biológica o a la situación
económica.

a) El factor biopsíquico. En un primer
tiempo la causa principal de la prostitución se
buscó en la mujer, que sería constitucionalmente
prostituta, es decir, predispuesta a relaciones sexuales
múltiples. Véanse las teorías de C.
Lombroso, G. Ferraro y O. Weininger, hoy superadas en
su formulación más rígida. Otros
autores estiman que la demanda del varón es la causa
principal: el varón sería constitucionalmente
polígamo como sus antepasados los monos. Es la
tesis mantenida en particular por A. Kinsey. Desde siempre
la mentalidad popular ha considerado que el
varón tiene un instinto sexual difícil de
dominar. Esta predisposición biológica a
relaciones múltiples es sostenida ahora para ambos
sexos.

b) El factor económico. Es innegable
que el fenómeno de la prostitución se funda en
intereses comerciales vastísimos. Las teorías
económicas ponen el acento en la situación
de pobreza de las personas que se
prostituyen. Ciertamente la miseria induce con
frecuencia a esta "profesión"; pero si se mira a
los clientes y a la organización hay que reconocer
que es el Estado de bienestar el que favorece la demanda y
la expansión "industrial".

Entre las teorías económicas se puede
encuadrar la interpretación marxista, para la cual el
sistema capitalista y la falsa moralidad burguesa son causas
determinantes de la difusión de la
prostitución.

2. LAS TEORÍAS
SOCIOLÓGICAS GENERALES. El comportamiento
prostitutivo es reducido por otros sociólogos a
explicaciones más complejas.

a) El ambiente. La causa determinante de la
prostitución se busca en el ambiente socio-cultural
del que provienen las prostitutas. Consta, en efecto,
que la mayoría de ellas, como observaba la
socióloga E. Kern, proviene de un ambiente familiar
"desorganizado", es decir carente de sensibilidad y de afecto,
caracterizado por una promiscuidad deformante y por
experiencias de incesto que pueden imponer la idea de que el
amor es un desahogo puramente físico. También
las prostitutas nacidas en familias regulares y que han recibido
una instrucción particular pueden ser víctimas de
un ambiente "desorganizado" si han vivido en un clima impregnado
de falsos valores y carente de compromiso moral.

b) La estructura de la sociedad Entre las
teorías sociológicas generales se distingue la
elaborada por algunos sociólogos estructuralistas
alemanes, como H. Schelsky y W. Bernsdorf, que se relacionan con
la "nueva antropología filosófica" de M. Scheler,
A. Gehlen, H. Plesner y otros. En oposición a las
teorías biopsíquicas, estos
sociólogos objetan que el impulso sexual humano no
está biológicamente determinado, como sucede en los
animales inferiores, sino que depende de la cultura. La
prostitución, según ellos, constituye un desahogo
necesario en una sociedad jerarquizada y monogámica. Pero
este fenómeno se prolonga también en la sociedad
actual, que, a pesar de abolir "formalmente" las clases,
conserva un enfoque jerarquizado del poder económico
y además carente de valores ideales.

VI. Orientaciones ético-sociales

Analizado el fenómeno de la prostitución
bajo diversos aspectos, se recuerdan ahora las soluciones
propuestas a nivel de reflexión ético social. Se
comenzará con una proposición que contrasta con los
valores éticos cristianos, pero que es defendida como
orientación de liberación social.

I. LA TEORIA DE LA LIBERACIÓN SEXUAL. La
única orientación social que hay que proponer,
según Engels, Reich, De Beauvoir, es la liberación
de la tensión sexual, congénita en
la naturaleza humana, aboliendo el matrimonio
monogámico y legitimando el amor libre. Reconocida la
plena libertad de relaciones sexuales, vendrá a menos la
prostitución comercializada. A esta conclusión
llegan tanto los sociólogos que hacen depender la
prostitución de un hecho biopsíquico como los de la
escuela estructuralista alemana. Sin embargo, aun partiendo de
sus análisis, los resultados podrían ser diversos.
El hombre no puede reducirse a sus tensiones biopsíquicas,
y éstas hay que orientarlas al respeto de las exigencias
superiores que distinguen al hombre del animal. Este
último dato debería ser tenido presente con
mayoría de razón por los secuaces del
estructuralismo, que reconocen el influjo de la cultura en el
comportamiento humano. A la cultura fuertemente jerarquizada, que
provocaría la prostitución como desahogo, no hay
que contraponer la cultura del liberalismo sexual, que
podría provocar una prostitución general, aunque no
comercializada. En cambio sería legítimo desear una
cultura diversa, que ayude a la maduración sexual en orden
a una efectividad personalizada y comprometida. Todo ello como
orientación general, porque ningún comportamiento
puede ser impuesto para ser adoptado por todos.

2. LAS POSICIONES CATÓLICAS. Hay que distinguir
la valoración moral de la prostitución de la
actitud que el Estado puede asumir respecto a este
fenómeno social. – La ética cristiana ha condenado
siempre la prostitución como inmoral porque implica el
ejercicio de la genitalidad fuera de la relación afectiva
y definitiva de los cónyuges, además de la
degradación de las personas que venden su cuerpo y de los
que reducen la satisfacción sexual a desahogo solamente
fisiológico-sensorial. Pueden añadirse
también otras razones, como el pecado de adulterio,
el uso de contraceptivos y la disponibilidad al aborto. – En
cambio son diversas las posiciones católicas sobre la
actitud que el Estado puede asumir en relación con el
fenómeno social de la prostitución.

a) La tolerancia. Ya san Agustín, y
luego explícitamente santo Tomás de Aquino,
defendieron la teoría de la tolerancia social. Partieron
ellos de un principio general: el Estado no puede aprobar nunca
el mal, pero tampoco puede eliminar todo mal moral; por tanto,
debe obrar con una sana prudencia, que puede llegar a la
tolerancia de algunos males morales mientras no sea posible una
solución mejor. Ese principio fue aplicado por santo
Tomás a la prostitución basándose en el
supuesto social de que en aquella época el prohibicionismo
estatal hubiera sido un absurdo (S. Th„ II-II, q. 10, a.
11).

b) La reglamentación. Particularmente
el Colegio carmelitano de Salamanca (s. XVII),
remitiéndose a la autoridad de santo Tomás de
Aquino y a la práctica de los Estados pontificios,
justificó la reglamentación de la
prostitución. Se debe reconocer que la teoría de la
"reglamentación" va más allá del principio
tomista de la "tolerancia", pero es una consecuencia suya casi
necesaria. Ante un fenómeno social que no se limita a
relaciones entre dos personas, sino que implica fórmulas
participativas de particular importancia, el Estado debe adoptar
una posición jurídica. La reglamentación
puede darse en forma de apoyo -y como tal sería inmoral-,
o bien con la explícita intención de poner un dique
al fenómeno y de algún modo controlarlo para evitar
males peores: en esta forma, la reglamentación puede
considerarse moralmente tolerable. La hipótesis entra en
la discusión ética sobre la legislación
estatal. Particularmente en los Estados modernos, aconfesionales
y pluralistas, se puede discutir si es concebible una
legislación que "regule" algunos episodios inmorales, como
el divorcio [l Ordenamiento jurídico y
ética].

c) La prohibición
jurídica. Otros moralistas, entre los cuales destaca
san Alfonso de Ligorio (j' 1787), estiman que el Estado debe
prohibir la prostitución. Es la tesis que se ha hecho
predominante entre los moralistas de nuestro siglo. El Estado ha
de ser consciente de la degradación social y de la
explotación criminal que comprende la prostitución
organizada. La reglamentación, más que reducir el
mal, lo oficializa.

d) Reflexión final. Ante todo hay que
evidenciar que las tres hipótesis morales diversas
concuerdan en estimar que la prostitución es un mal
social; no niegan la presunción de que tal fenómeno
sea ineliminable; tienden a evitar una complicidad directa del
Estado La discusión versa sobre el comportamiento
éticamente "prudencial" que el Estado debe adoptar:
éste puede variar según las situaciones culturales
y las posibilidades de control efectivo. Por tanto hay que evitar
soluciones aprioristas.

En todo caso la tarea de la ética no se agota en
la confrontación con el legislador. Hay que promover como
primera la intervención "cultural" para una
prevención ético-social del fenómeno
prostitutivo. Se trata de recuperar el sentido de la I sexualidad
humana. Además hay que potenciar las defensas sociales y
jurídicas de los menores y las asociaciones que trabajan
en favor de la juventud y en defensa de las muchachas madres y
que miran a la recuperación de las personas socialmente
marginadas.

Otros datos

En África se difundió el sida y se difunde
en gran manera debido a la prostitución existente en las
ciudades. En el sureste asiático, han sido las bases
militares, y el turismo sexual lo que ha hecho aumentar la
prostitución y con ello la expansión tremenda del
sida. Y en los países occidentales la prostitución
también está en alza.

En todo el mundo cuatro millones de personas son
explotadas sexualmente. En muchos casos, estas mujeres son
sujetadas por dos cadenas, una la droga, y otra la
prostitución. Se prostituyen para tener dinero para droga,
se drogan y no perciben que se ofrecen de esclavas de la
depravación humana. Circulo vicioso en el que entran,
incluso voluntariamente con la expectativa de vida fácil o
paraísos artificiales.

El modelo en occidente de la prostitución actual
se diferencia de la registrada en la primera mitad del siglo XX
no sólo por las motivaciones individuales de quienes la
ejercen o explotan, sino también por los factores sociales
que la facilitan, como la crisis de valores espirituales, el
deterioro de los vínculos familiares y la precocidad
sexual de la sociedad de consumo organizada.

Aquí está el mal tolerado de siempre, la
prostitución. A pesar del SIDA, no se han oído
voces de limitar, prohibir, o perseguir la prostitución
por ser vehículo del SIDA. A pesar de que se habla tanto
de los derechos humanos, y de la dignidad de la mujer, los
negocios de prostitución van en aumento. Va a resultar que
los países en los que pensamos no se respetan los derechos
humanos, y se pisotea la dignidad de la mujer, como China o los
países árabes, son los que verdaderamente persiguen
la prostitución y la pornografía.

Para hacernos una idea a nivel general, la ONU en un
informe que publicó en Abril del 2000, denunciaba el
tráfico de decenas de miles de mujeres para ejercer la
prostitución, que son integradas, junto a menores, en
redes internacionales de explotación sexual. Esta trata de
blancas y de niños ha experimentado un auge vertiginoso en
años recientes debido a los gigantescos beneficios que
arroja y el bajo riesgo para sus organizadores, además de
que muchos países no disponen de los instrumentos legales
para imponerse contra estas nuevas formas del crimen global.
Aquí van cifras del informe citado y de otros de
Unicef.

Un mínimo de 100.000 prostitutas inmigrantes
trabajan en Estados Unidos.

40.000 y 50.000 mujeres tailandesas se dedican a la
prostitución en Japón.

Más de 1.000.000 de personas, en su
mayoría mujeres y niñas, caen cada año en
las redes de prostitución organizada en Asia.

Son más de 500.000 las mujeres importadas en
Europa occidental de países del Este. Tan sólo en
Italia hay más de 45.000 mujeres -dos tercios provenientes
de Europa del Este y casi un tercio de África. Unas 75.000
brasileñas viven de la prostitución en
Europa.

Lo peor de todo este mundo de la prostitución es
que los vicios de los adultos los sufren los niños
inocentes. Las cifras de niños que son prostituidos son de
escándalo. UNICEF informaba en un informe preparado con
motivo del II Congreso mundial contra la explotación
sexual comercial que se celebró a finales de Diciembre del
2001 en Japón, que casi tres mil niños al
día son obligados a entrar en el mercado del sexo en el
mundo: un millón al año más o menos. En
África Occidental hay 35 000 niños trabajadores del
sexo; 25 000 en la República Dominicana; en India hay
entre 400 y 500 000 prostitutas niñas; en Lituania entre
el 20 y el 50% de las prostitutas son menores; en México
se estiman 16 000 menores implicados en la explotación
sexual.

La Agencia EFE informaba en Abril del 2002 que unos diez
millones de niños son obligados a prostituirse en el
mundo, de los cuales cerca de 300 000 contraerán el virus
del sida en el futuro, según un estudio publicado el
19-4-02, la revista "The Lancet".

La investigación, un trabajo conjunto del Centro
de Control y Prevención de Enfermedades de EE UU y la
Universidad de Tufts, en Medford (Massachusetts), indica
también que dos millones de esos menores padecerán
enfermedades de transmisión sexual. El estudio revela que
dos millones y medio de esos niños prostituidos
serán violados, 7.000 asesinados, más de un
millón y medio intentarán suicidarse y casi todos
caerán en la droga.

Por eso, los autores del estudio, los profesores Brian
Willis y Barry Levy, abogan por impulsar una campaña
mundial para prevenir la prostitución infantil que
aúne los esfuerzos de médicos, gobiernos,
organizaciones no gubernamentales y la ONU

Sin condón

Ofrecer servicios sexuales sin utilizar preservativos,
una práctica que habitualmente suelen exigir muchos
clientes, se está convirtiendo en casi una rutina entre
algunas de las jóvenes prostitutas, sobre todo entre las
que proceden de los países del Este. Es una forma de
aumentar las ganancias de muchas inmigrantes "sin papeles" que,
además, evitan pasar controles para no ser
detenidas.

El temor a contagiarse con una enfermedad sexual es
"obviado" por tan sólo 10 ó 20 euros: "al cliente
le pido 30 euros y 10 ó 20 más sin preservativo",
reconoce sin dudar una prostituta que merodea por los alrededores
del teatro Goya. En un reportaje publicado por el diario AVUI, en
Octubre del 2006, otra compañera añade: "Sé
qué precauciones he de tomar, pero a menudo es una
ganancia neta para mí, y me arriesgo, según el
cliente, especialmente los que ya son fijos. Algún
día lo hago por hacer más caja".

Haciendo un breve recorrido por el tratamiento de la
prostitución en los países de la

Unión Europea se pone de manifiesto lo
señalado en los párrafos anteriores respecto a la
ausencia de un tratamiento unánime con respecto a la
prostitución, encontrándonos básicamente,
con cinco modelos: el reglamentarista, entre los que se
encuentran Holanda,

Alemania, Austria y Grecia; el neo-prohibicionista o
abolicionista-prohibicionista, donde sólo se encuentra
Suecia; prohibicionista, donde se ubica Irlanda; el llamado nuevo
abolicionismo, como por ejemplo Francia, Italia, Bélgica y
Luxemburgo y, finalmente, de no intervención estatal,
donde se encuadra a España y Portugal. Como
conceptualmente e ideológicamente ya se han definido en
estas comparecencias, nos centraremos en Holanda al ser el
país con más tradición en la permisividad y
reconocimiento del ejercicio

De la prostitución y en Suecia, ante un enfoque
totalmente opuesto a los Países Bajos, novedoso y elogiado
por los expertos y, en concreto, por las feministas, cuyo
análisis merece recordar y abundar en este
foro.

A) LA PROSTITUCIÓN EN HOLANDA:

En los Países Bajos la prostitución no
estaba ni prohibida ni legalizada, pero estaba tolerada. Al
comienzo, fue aceptada por las autoridades como un mal necesario,
después como un fenómeno social. En las grandes
urbes poco a poco se fue instalando un sistema de
regulación informal que tenía como fin tanto
proteger y controlar el orden público como contrarrestar
los excesos (excesos de violencia, humillación, sadismo,
etc.). La expansión de la industria del sexo durante los
años 70, creó la necesidad de instrumentos aptos
para la regulación de la prostitución,
además su internacionalización requiere de una
legislación más rigurosa frente al tráfico
de mujeres.

El primero de julio de 1997, el Ministerio de Justicia
hizo una propuesta de ley para levantar la prohibición
general de establecer burdeles. La ley combina los diferentes
artículos en relación a la explotación de la
prostitución, el proxenetismo y el comercio de 8 mujeres.
La pena máxima de 6 años se aplica por
explotación sexual forzada, tráfico,
inducción a la prostitución y proxenetismo mediante
engaño o violencia, aumentándose la pena a 8
años cuando hay coautoría, el o la menor tienen
menos de 16 años o cuando hay resultado de lesiones
físicas.

Los fines de la ley son: diferenciar entre la
prostitución voluntaria e involuntaria y a la
legalización de la gestión económica para
conducir a la normalización de la situación, mayor
transparencia y a una despenalización de la
prostitución. La ley supone el levantamiento de la
prohibición de burdeles a nivel nacional pero no implica
una ley nacional sobre la prostitución, pues ésta
queda gestionada mediante una política de licencias
administrativas otorgadas a nivel de las comunas. En
relación a estas licencias no existe, por tanto, ninguna
obligación a las leyes nacionales, por lo cual puede
existir una gran variedad de estas licencias, como condiciones de
trabajo de las personas que ejercen la prostitución. Las
políticas de otorgar licencias permiten:

– Exigencias en relación a la higiene.

– Exigencias en relación al tamaño de la
habitación.

– Exigencias en relación al número de
baños.

– La posibilidad de rechazar a un cliente, de rechazar
actos sexuales sin protección, rechazar la
realización de determinados actos.

Pero las autoridades casi no tienen influencia en las
relaciones "de trabajo" entre la prostituta y el gerente, se
supone que la mejoría viene como resultado de una mejor
posición legal de la prostituta que le permite reforzar su
posición frente al cliente y al gerente. Según los
acuerdos entre el gerente y la prostituta es también
posible el no mantener relaciones asalariadas, sino arrendar las
facilidades trabajando como independientes. Esto excluiría
la presión de los gerentes hacia las prostitutas y su
trabajo.

Esta forma de empresa es nombrada como "empresa
facilitaria".

Los derechos de las prostitutas extranjeras están
lejos de ser claros. Según los datos estimados, hasta un
90% de las prostitutas son extranjeras. Actualmente, las
prostitutas extranjeras no pueden obtener un permiso de
residencia basado en su trabajo mientras que estén
empleadas en la prostitución; sólo podrían
establecerse como autónomas siempre que pudieran procurar
su propio sustento y cumplieran los requisitos que establece la
ley nacional sobre la empresa privada. El Estado parece querer
excluir a mujeres no holandesas de reglas aplicables al trabajo
en todos lugares.

La política de aumento o de reducción de
establecimientos crea dificultades para aquéllas que
quieran establecerse como independientes. La situación
actual hace pensar que no son las prostitutas independientes (y
su eventual asociación en cooperativa/colectivo) quienes
se benefician de este cambio en la ley. En relación a la
protección legal del trabajo y, en vista de la ausencia de
una legislación nacional, es la relación
prostituta-gerente, la que determinará la calidad de los
derechos laborales. En vista de la situación fragmentada 9
y débil de las prostitutas (variedad de formas de ejercer
la prostitución, variedad de origen étnico, peso
del estigma que impide la reivindicación colectiva) su
capacidad de negociar buenas condiciones será muy limitada
y los gerentes pueden fijar de manera casi unilateral las
condiciones, el ambiente y las relaciones de trabajo.
Actualmente, nada parece estar hecho para reforzar la
posición de la independencia de las
prostitutas.

Además, el Estado no otorga más medios a
la policía y a la justicia para controlar la
aplicación de las nuevas leyes, por lo cual, el Estado de
no derechos, continuaría existiendo. La situación
de mujeres no provenientes de la Unión Europea se empeora
como consecuencia de esta ley, pues ellas se ven empujadas hacia
las formas de prostitución más bajas o no
reguladas, allá donde la zona del no derecho
continúa persistiendo. Esta ley pretendía dar una
respuesta a la migración de mujeres sin contribuir con una
solución real: marginalización y exclusión
serán los resultados. La despenalización de la
prostitución no basta para mejorar la posición de
las mujeres y darles acceso a más derechos y a la palabra.
El Estado aumenta sus medios de control del ejercicio de la
prostitución, los gerentes –y no las prostitutas-
van a beneficiarse de los cambios. Esto no es una política
de emancipación hacia las prostitutas.

En resumen, contrariamente a lo deseado, la
legalización no logra "normalizar" la actividad y ha
resultado un fracaso. Ésta es la conclusión
publicada por el Centro de Investigación y
Documentación encargado de hacer un balance a los dos
años de la abolición de la ley que prohibía
la prostitución. Para ello han sido entrevistadas varios
cientos de personas entre prostitutas, dueños de
establecimientos del ramo y policías. Ni las condiciones
laborales y sanitarias de las prostitutas han mejorado ni ha
desaparecido el circuito clandestino; es más, el grueso
legalizado sirve para encubrir la gran masa de mujeres traficadas
y ha favorecido la explotación sexual de niños y
niñas.

La ley aprobada en el verano de 2000, como se
señaló anteriormente, pretendía erradicar la
clandestinidad, que supuestamente lleva al proxenetismo, a la
explotación de menores y al tráfico de inmigrantes
ilegales sin recursos que ejercen la prostitución. La
realidad, dos años después, no responde a las
expectativas, pues se dieron de alta en Hacienda 921 prostitutas,
cuando se estimaba que la cifra real rondaba las 30 000. Cuatro
años más tarde de la obtención de estos
datos, las cifras de mujeres prostituidas se disparan
notoriamente. Por la parte oficial, ni Hacienda ha mostrado un
interés en obligar a sus nuevas contribuyentes a cumplir
con sus deberes fiscales, ni los bancos se atreven a conceder
préstamos a dueños de burdeles, quienes
además cada vez tienen más dificultades para
encontrar personal con la documentación en
regla.

Otro motivo del fracaso es la falta de interés de
los Ayuntamientos para dar licencias y practicar controles,
según afirma la Inspección de Trabajo. Los burdeles
con permiso desaparecen porque, en estas circunstancias, la
competencia los hace insostenibles. El intento holandés,
que se caracteriza por permitir que los establecimientos del sexo
sean negocios normales y la profesión se equipare a otras,
no ha dado resultado.

Podemos concluir señalando que está
comprobado que, cuando costumbres irregulares se toleran o
incluso se protegen, se crean las condiciones ideales para que
crezcan. Pues 10 no sólo ocurre con los Países
Bajos, la corriente a favor de la legalización de la
prostitución, que ya se ha plasmado en algunos
países, muestra con facilidad que el número de
personas que se prostituyen ha aumentado, al igual que en
Alemania y Australia, sin haber demostrado mejoría en sus
condiciones de vida.

Según la web "Mujeres del Oeste", los Gobiernos
que han legalizado y regulado la prostitución, como
Holanda, están apoyando a ONGs y proyectos que se ocupan
de la violencia contra las mujeres. Muchas ONGs sobre el terreno
que están recibiendo fondos de los países
pro-trabajo sexual han afirmado que no pueden oponerse a la
legalización/regulación de la prostitución
por miedo a perder los fondos, aunque desde su experiencia
directa y el daño sufrido por las mujeres en la
prostitución les ha demostrado que la legalización
no es la respuesta.

La
prostitución en México

La prostitución en México se remonta desde
la época prehispánica en Mesoamérica, con
los aztecas. En la actualidad dicha acción está
considerada por el gobierno como ilegal.

La prostitución por ser un problema
histórico-social complejo es difícil de definir y
por tanto sumamente difícil para los diversos niveles de
gobierno decidir acciones políticas, jurídicas y
administrativas encaminadas a prevenirla o intentar
erradicarla.

En 1898 donde se emitió un nuevo reglamento de
sanidad, por el cual se obligaba a las mujeres vendedoras de
placer a registrarse en la Inspección de Policía,
que vigilaba los centros de prostitución y
aprehendía a las mujeres sospechosas, y especialmente a
las meretrices clandestinas o no registradas. El registro, como
tal, era una libreta comúnmente utilizada en ese tiempo
por notarios, jueces y párrocos, y estaba compuesta por un
total de 196 fojas. En cada página se inscribía
tres mujeres públicas con su respectiva fotografía:
durante el imperio de Maximiliano no sólo se
utilizó por este medio para custodiar a los de reos sino,
también para controlar el ejercicio de la
prostitución. Se trataba del primer intento de organizar
la vida prostibularia a través de un elemento en la ciudad
de México. Este corpus de identificación
quedaría conformado bajo el nombre de "Registro de Mujeres
Públicas" (1865-1867), el cual fue elaborado conforme al
Reglamento de Prostitución expedido por Maximiliano. Se
perpetuó hasta los años de la vida revolucionaria.
Los datos que acompañaban cada fotografía
incluían el nombre de la mujer y el pueblo o ciudad del
que provenía y la profesión o el oficio, que muy
probablemente la mujer seguía
desempeñando.

Además, se daban a conocer los domicilios en los
que se localizaban las casas públicas o burdeles y las
casas de tolerancia. En algunos casos, las prostitutas detallaron
sus domicilios personales: cuartos o accesorias en vecindades. El
tipo de formato fotográfico que localizamos con más
frecuencia en el documento es el de tarjetas de visita; los otros
formatos son de tipo cuadrado, o credencial como hoy lo
conocemos, óvalo y otros más reducidos. En cuanto
al encuadre, la mayoría corresponde al de las mujeres
posando de cuerpo entero, a diferencia de las fotografías
de reos, estas fotografías conjugaban diversos elementos,
pues en ellas se codificaron escenarios, actitudes y valores
estéticos y morales que permiten mostrar el contexto
cultural y social de un sistema de significación presente
ahí y entonces. Por lo tanto, esto remite a las
convenciones sociales o al apego de sistemas de
representación regidos por la construcción de un
imaginario colectivo.

En el registro se mandaba que la prostituta entregara su
fotografía al comisario de Sanidad para tener derecho a
ejercer la actividad. Estas fotografías se adhirieron a un
costado de los datos de filiación que cada una
respondió en el momento de su inscripción. El
corpus fotográfico para las autoridades representó
un ejemplo coherente con la idea de normalizar y de excluir a las
mujeres de manera tácita de la vida en la
ciudad.

Otra diferencia que cabe destacar con respecto a las
imágenes de los presos y de las prostitutas es que en
muchas de las fotografías las mujeres se encuentran
rodeadas de una atmósfera que no corresponde a un estatuto
prostibulario, pues contienen elementos tomados del
convencionalismo social, como una suerte desfase entre un
propósito criminalista y sanitario, y una tarea
fotográfica de retratos convencionales.

Se muestran distintos decorados, mobiliarios, objetos y
poses, es decir, un conjunto de atributos que las prostitutas
aprendieron por distintos caminos. Uno de ellos, muy
probablemente, quien las retrató: el fotógrafo
logró, a través de su arte, volcar sobre su modelo
el cúmulo de normas del discurso imperante de la
época.

Todas ellas llevaron a los burócratas de la
oficina del registro a ejercer un poder sobre las prostitutas.
Estos cuestionamientos no se alejaron de las ideas del
francés Paret-Duchâtelet, las cuales fueron
propuestas a principios del siglo XIX en Francia, para organizar
la vida prostibularia de la ciudad. El higienista francés
propuso que así como la suciedad de la capital francesa
debía organizarse y controlarse, las mujeres de la vida
galante por su misma actividad debían pensarse como
drenaje social. Esto favoreció a que las mujeres
públicas fueran vigiladas y controladas a través de
un perfil antropológico, sociológico y
criminológico. Bajo estas circunstancias y con la idea de
proteger la salud de la población y tratar de explicarse
el fenómeno de la prostitución desde distintas
áreas del conocimiento, conocer sus causas y
consecuencias, pronto la construcción de estos saberes se
relacionó con los esfuerzos volcados en la
consolidación y el mantenimiento del Estado liberal.
Posteriormente, los gobiernos emanados del movimiento
revolucionario mantuvieron políticas de higiene que no
tomaban en cuenta la realidad de la ciudad de México. A
pesar de tanto empeño, los intentos reglamentarios, como
intentos de control de las enfermedades venéreas, fueron
un rotundo fracaso. Si ya desde la era porfiriana algunos
médicos estuvieron en contra de reglamentar el ejercicio
de la prostitución, ahora se volvieron a lanzar voces para
su abolición.

Entiéndase que el tema de la prostitución
no se reduce al mero intercambio de sexo por dinero. Esa
definición simplista no opera en un tipo de sociedad cada
vez más diversificada y tecnificada como la nuestra. Pues,
se trata de un fenómeno social, repito, complejo, en cuyo
estudio se advierten diversas perspectivas para indagar en sus
causas, las cuales a su vez originan otros graves problemas -de
salud y seguridad públicas, de irritación social y
de abuso policíaco-, por lo que la prostitución
debe ser atendida de inmediato y no continuar
soslayándola, viéndola como si fuera algo normal en
esta ciudad donde nuestra juventud ya de por sí tiene
innumerables facilidades para «contaminarse» y
corromperse por el relajamiento de la disciplina en el seno
familiar y la pérdida de valores dada la influencia
cultural nociva que ejercen en los jóvenes los programas
televisivos y películas procedentes de los Estados Unidos
de América, cargados excesivamente de innecesaria
violencia, sexualismo, tabaquismo, drogas y alcohol.

Por otro lado, la tolerancia, indiferencia o
apatía que se observa en el combate a este problema social
encuentran un fácil pretexto presuntamente explicable por
el desconocimiento de los artículos específicos del
Código Penal de Sinaloa y de otros ordenamientos
jurídicos vigentes que se han expedido para prevenir,
evitar y penalizar el ejercicio de la prostitución en
lugares públicos, abiertos o cerrados. Por esta
circunstancia, la prostitución ha proliferado, como sucede
en la mayoría de las grandes ciudades del país, sin
control, resultan-do afectados como consecuencia de ello no
solamente los vecinos y colonos que habitan en lugares
aledaños a la «zona de tolerancia» y
«casas de cita» o «casas de
asignación», sino también aquellas personas
que se dedican a esta actividad y clientes de
éstas.

Es claro, que la complejidad del asunto ha rebasado las
atribuciones que en materia de prostitución asigna clara y
explícitamente a la autoridad municipal el Bando de
Policía y Buen Gobierno para el Municipio de
Culiacán y el Reglamento Provisional para el Ejercicio de
la Prostitución, este último ordenamiento es
único en el Estado de Sinaloa y se encuentra vigente desde
el año de 1951.

Además, independientemente de sus obvias
implicaciones éticas, mora-les y jurídicas, nos
encontramos ante un problema social que crece conforme aumenta la
pobreza, el desempleo y se destruyen los valores morales que dan
cohesión a las familias sinaloenses.

DEFINICIÓN

La prostitución consiste en permitir acceso a una
relación sexual de manera relativamente indiscriminada,
según el grado de complejidad del sistema económico
en que se dé. Está implícito que el pago se
realiza para obtener una gratificación sexual
específica.

Asimismo la prostitución es un servicio personal-
más nunca un trabajo- que puede ser efectuado por hombres
o mujeres a solicitud bien de hombres o de mujeres.

Por su parte, la Ley de Salud del Estado de Sinaloa, en
el artículo 199, define a la prostitución como
aquella actividad que realizan las personas utilizando sus
órganos sexuales como medio de vida.

VISIÓN GENERAL

En México existen los trabajadores sexuales
masculinos (como se hacen llamar), femeninos, y hasta menores de
edad, que ejercen su oficio en parques, en casas de masajes y
otros centros especializados. No tienen un límite de edad
propiamente establecido, tanto pueden contar con apenas 16 o 17
años (algunas veces menores controlados por la mafia),
como con 30, 40 o 50 años. Comparten problemas muy
complejos y por lo general menosprecian a sus clientes,
éstos no están exentos de toparse algún
día con un sexo servidor que tratará de robarles o
algo peor.

En la literatura actual, se pueden encontrar muy buenas
referencias de este viejo problema, en la mayoría de estos
libros se describe la personalidad y maneras de operar de los
sexoservidores y explorar sus motivaciones e impulsos. Asimismo,
analiza sus ambiciones, actividades y estilos de vida y detalla
todos los riesgos que implica la práctica de la
prostitución. En el Vampiro de la Colonia
Roma
por ejemplo Luis Zapata relata
la historia de un famoso chichifo, sus penas y
glorias, sus tácticas de mercadotecnia, sus momentos
amargos, sus contagios y tratamientos, la pérdida total de
la salud y sus miserias.

La prostitución masculina, al igual que la
femenina, es antiquísima desde Persia hasta el
Indostán, donde existían los burdeles con
cortesanos vestidos de mujer, ojos y mejillas maquilladas,
trenzas y uñas pintadas con henna, pasando por la Roma
decadente y la milenaria China y llega hasta nuestros días
desaprobada por muchos todavía como una lacra y un insulto
a la dignidad humana.

En realidad se trata de una cuestión de
intereses. Así podemos entender que para los trabajadores
de este sector sea un medio y forma de vida, para los clientes
una necesidad, para los puritanos una ostentación de
pecado, para los cándidos incautos una ruleta rusa, que
algunas veces, les puede costar la vida. Por su lado las
opiniones de índole psicológica convienen en
afirmar a veces que el prostituto masculino exhibe en el
ejercicio de su oficio el encubrimiento de su homosexualidad
reprimida y salva su honor de heterosexual al comportarse
activamente en la relación.

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