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1844 Hecho Simple del Dr. Clifford Goldstein (página 2)



Partes: 1, 2, 3

Aquí tenemos una descripción del cuerno
pequeño que termina con la primera profecía de
tiempo en Daniel, lo que destaca una fase de la obra de este
cuerno pequeño. Después del cuerno pequeño
tenemos el juicio. Finalmente, Dios establece su
reino.

Esta secuencia, que se encuentra tres veces en Daniel 7,
es esta:

Roma papal (cuerno pequeño)

Juicio en el cielo

El reino de Dios establecido

Veamos la secuencia que tenemos en el capítulo 7
en comparación con el capítulo 2. 

DANIEL
2                               
DANIEL 7

Babilonia                                
Babilonia

Medo-Persia                           Medo-Persia

Grecia                                    
Grecia

Roma
(pagana)                      Roma
(pagana)

Roma (Europa /
papal)           Roma
(papal)

                                                Juicio
en el cielo

Reino de
Dios                        
Reino de Dios.

Vemos en el diagrama anterior que todo lo que ocurre en
Daniel 2 y Daniel 7 es cronológico. Se mueve a lo largo de
una línea temporal desde el pasado hasta el futuro.
¿Dónde es que este diagrama localiza al juicio en
el cielo?

Primero fue Babilonia. Después de Babilonia fue
Medo-Persia. Después de Medo-Persia fue Grecia.
Después de Grecia, Roma: pagana y papal. Después de
la Roma pagana y papal viene el juicio en el cielo. Finalmente,
Dios establece su reino.

Claramente, el juicio ocurre después de esta fase
final del cuerno pequeño tal como se describe en la
profecía de "tiempo, y tiempos, y medio tiempo" en Daniel
7, la primera profecía apocalíptica de tiempo en el
libro. ¿Cuándo terminó esta fase del cuerno
pequeño?

Babilonia sucumbió en el 539 a. C. Después
de Babilonia después del 539 a. C.  vino Medo-Persia.
Medo-Persia concluyó en el 331 a. C. Después de
Medo-Persia después del 331 a. C. vino Grecia. Grecia
concluyó en el 168 a. C. Después de Grecia
después de 168 a. C. vino la Roma pagana y papal. El final
de esa segunda fase de Roma terminó en el 1798 d. C.
Después de Roma después de 1798 d. C. 
¡viene el juicio en el cielo!

¿Resulta claro? Después de Babilonia (539
a. C.) vino Medo-Persia. Después de Medo-Persia (331 a.
C.) vino Grecia. Después de Grecia (168 a. C.) vino Roma.
Después de Roma (1798 d. C.) vino el juicio en el cielo. Y
después del juicio en el cielo, ¡Dios establece su
reino!

Babilonia (539 a. C.)

Medo-Persia (331 a. C.)

Grecia (168 a. C.)

Roma pagana/papal (1798 d. C.)

Juicio en el cielo

El reino de Dios

Repito haciendo énfasis: después de la
profecía de "tiempo y tiempos y mitad de un tiempo"
relativa al cuerno pequeño, que concluyó en 1798,
tenemos la escena del juicio en el cielo. ¡El juicio
entonces debe ocurrir después de 1798!

Podemos ver en sólo Daniel 7, que ocurre un
juicio en el cielo después de 1798, pero antes de la
segunda venida de Cristo. Y este criterio concuerda con nuestra
comprensión del juicio investigador de 1844, o lo que
comúnmente llamamos el juicio que precede a la segunda
venida. Ciertamente, concuerdan a la
perfección.

¿A quiénes involucra este juicio? El
versículo 22 dice que "el juicio fue dado a los santos del
Altísimo". Otras versiones dicen que el juicio fue dado
"en interés" de los santos, o "a favor" de los santos.
Obviamente, entonces, este juicio involucra a los santos; si no,
¿cómo podría darse un juicio en
interés o en favor de ellos? Ellos están
involucrados. ¿Cómo? Ellos no podrían estar
juzgando, porque aún no están en el cielo (Cristo
aún no ha vuelto). Vimos en el primer capítulo que
el pueblo de Dios será juzgado en algún momento
después del año 31 d. C. (el juicio de Daniel 7
concuerda con este criterio). Vemos que este juicio es en su
favor, y como resultado de este juicio ellos obtienen el reino.
Pareciera que ellos mismos están siendo juzgados ante el
expectante universo. Y el resultado de ese juicio es para el bien
de los hijos de Dios.

¿Parece conocido? Un juicio de creyentes en el
cielo, ante un universo expectante, que ocurre cerca del fin del
tiempo (después de 1798). Debe ser, porque esta escena
describe el juicio investigador.

¿Qué hemos aprendido hasta aquí?
Hemos aprendido que:

1. El juicio del pueblo de Dios ocurre después
del año 31 d. C.;

2. El juicio del pueblo de Dios ocurre después de
1798;

3. El juicio del pueblo de Dios ocurre antes de la
segunda venida de Cristo.

Y mientras que 1798 limita la fecha, aún
necesitamos concretarla a 1844. Los capítulos 8 y 9 de
Daniel completarán este objetivo para nosotros.

Capítulo Cinco

Daniel 8, como veremos, repite a Daniel 7. Aunque
algunos aspectos de Daniel 7 no se encuentran en Daniel 8, se le
dedica atención a otros aspectos. Sin embargo, el
escenario es similar para ambos capítulos.

Como Daniel 2 y 7, Daniel 8 se divide en dos secciones
básicas- un sueño profético o visión,
luego una explicación de ese sueño o visión.
En Daniel 8, los primeros 14 versículos se refieren a la
visión de un carnero, un macho cabrío, el cuerno
pequeño y luego la limpieza del santuario. La segunda
mitad del capítulo, los versículos 15 al 27,
explican el significado del carnero, el macho cabrío y el
cuerno pequeño. No se explica el significado de la
purificación del santuario. Miremos juntos la
visión de Daniel 8. "En el año tercero del reinado
del rey Belsasar me apareció una visión a
mí, Daniel, después de aquella que me había
aparecido antes" (versículo 1).

Daniel tiene una visión durante el reinado de
Belsasar, quien era rey de Babilonia. Esta visión fue dada
durante el tiempo de Babilonia. ¿Qué fue lo que vio
Daniel?

"Alcé los ojos y miré, y he aquí un
carnero que estaba delante del río, y tenía dos
cuernos; y aunque los cuernos eran altos, uno era más alto
que el otro; y el más alto creció después.
Vi que el carnero hería con los cuernos al poniente, al
norte y al sur, y que ninguna bestia podía parar delante
de él, ni había quien escapase de su poder; y
hacía conforme a su voluntad, y se engrandecía"
(versículos 3-4).

Daniel, en visión, ve un carnero con dos cuernos.
Este carnero se mueve en tres direcciones, y ninguna bestia puede
detenerlo. El carnero se hace grande.

La primera parte de la visión de Daniel se
refiere a un carnero.

¿Qué le sigue?

"Mientras yo consideraba esto, he aquí un macho
cabrío venía del lado del poniente sobre la faz de
toda la tierra, sin tocar tierra; y aquel macho cabrío
tenía un cuerno notable entre sus ojos. Y vino hasta el
carnero de dos cuernos, que yo había visto en la ribera
del río, y corrió contra él con la furia de
su fuerza" (versículos 5-6).

Daniel vio un macho cabrío que atacó al
carnero.

"Y lo vi que llegó junto al carnero, y se
levantó contra él y lo hirió, y le
quebró sus dos cuernos, y el carnero no tenía
fuerzas para pararse delante de él; lo derribó, por
tanto, en tierra, y lo pisoteó, y no hubo quien librase al
carnero de su poder. Y el macho cabrío se
engrandeció sobremanera; pero estando en su mayor fuerza,
aquel gran cuerno fue quebrado, y en su lugar salieron otros
cuatro cuernos notables hacia los cuatro vientos del cielo"
(versículos 7-8).

El macho cabrío, que tenía un cuerno
notable, entre sus ojos, destruye al carnero que lo
precedió. Este macho cabrío "se
engrandeció"; sin embargo, más adelante el gran
cuerno es destruido y surgen "cuatro cuernos notables" en su
lugar.

Después de la aniquilación del cuerno del
macho cabrío, surge otro poder de uno de los cuatro
vientos del cielo. "Y de uno de ellos salió un cuerno
pequeño, que creció mucho al sur, y al oriente, y
hacia la tierra gloriosa. Y se engrandeció hasta el
ejército del cielo; y parte del ejército y de las
estrellas echó por tierra, y las pisoteó.
Aún se engrandeció contra el príncipe de los
ejércitos, y por él fue quitado el continuo
sacrificio, y el lugar de su santuario fue echado por tierra. Y a
causa de la prevaricación le fue entregado el
ejército junto con el continuo sacrificio; y echó
por tierra la verdad, e hizo cuanto quiso, y prosperó"
(versículos 9-12).

Después del macho cabrío, surge este
cuerno pequeño. Se mueve en varias direcciones sobre la
tierra, pero luego se extiende hacia arriba, contra el
"príncipe de los ejércitos". Echa la verdad por
tierra y prospera en gran manera.

Hasta el momento, Daniel vio un carnero, un macho
cabrío y un cuerno pequeño.

Lo que sucede después en la visión es que
escucha a dos santos hablar, y uno le pregunta al otro acerca de
todas las cosas que ha visto Daniel. "¿Hasta cuándo
durará la visión del continuo sacrificio, y la
prevaricación asoladora entregando el santuario y el
ejército para ser pisoteados?" (versículo 13). La
respuesta es: "Y él dijo: hasta dos mil trescientas tardes
y mañanas; luego el santuario será purificado"
(versículo 14).

La visión termina con la purificación del
santuario. Eso es lo último que sucede en la visión
de Daniel: se estipula el tiempo para la purificación del
santuario. Después de eso, la visión concluye. El
asunto importante que debemos notar es que la visión
concluye con la purificación del santuario.

Podría mostrarse la visión de Daniel de
esta manera:

Carnero

Macho cabrío

Cuerno pequeño

Santuario purificado

Lea Daniel, 8:1-14 repetidamente hasta que pueda ver
esta secuencia de eventos: carnero, macho cabrío, cuerno
pequeño, purificación del santuario. Es importante
entenderlo.

La primera mitad de Daniel 8 dio la visión; la
segunda mitad la explica. En Daniel 8:15-18, el ángel
Gabriel, después de habérsele pedido que
enseñe "a éste la visión", se acerca a
Daniel y dice: "Entiende, hijo de hombre, porque la visión
es para el tiempo del fin". Note, Gabriel dice que la
visión será para el "tiempo del fin": algo tan
importante que lo repite nuevamente en el versículo 19. "Y
dijo: He aquí yo te enseñaré lo que ha de
venir al fin de la ira; porque eso es para el tiempo del
fin".

¿Quiénes eran aquellas bestias?

"En cuanto al carnero que viste, que tenía dos
cuernos, éstos son los reyes de Media y de Persia"
(versículo 20).

¡Media y Persia!

¿No hemos visto este reino anteriormente?
¿Acaso no estaba representado por la plata en la estatua
de Daniel 2 y el oso en Daniel 7? Aquí lo tenemos
nuevamente, ahora simbolizado como un carnero. Usted no tiene que
aceptarlo porque yo lo diga, o porque lo diga la historia. La
Biblia nos lo asegura.

Note también, algunos paralelismos entre el oso
medopersa de Daniel 7 y el carnero medopersa del capítulo
8.

Ambas bestias son asimétricas: el oso se
levantaba más de un lado que del otro (7:5); en forma
correspondiente, los cuernos del carnero no eran de igual
tamaño, uno era más alto que el otro
(8:3).

También, el oso tenía tres costillas en su
boca, que se cree representan a Babilonia, Egipto y Lidia: tres
naciones demolidas por Medo-Persia. El carnero de Daniel 8
conquista en tres direcciones: hacia el oeste (Babilonia), hacia
el sur (Egipto) y hacia el norte (Lidia).

Ahora viene la pregunta lógica:
¿Dónde está Babilonia? Babilonia se
encuentra en Daniel 2 y 7, ¿pero qué pasa en el
capítulo 8? Aunque la visión de Daniel 8 comienza
en el reinado de Babilonia, no se menciona a esta nación
en esta profecía. Una explicación común es
que cuando se dio la visión de Daniel 8 ya estaba
terminando el tiempo de Babilonia. Debido a que pronto
dejaría la escena, no se necesitaba describirla. Aunque
esa respuesta tiene validez, existe una mejor. Esa la daré
en el próximo capítulo.

De todas formas, la visión de Daniel 8 comienza
con el carnero, que simbolizaba al Imperio Medo-Persa. ¿Y
qué diremos del macho cabrío que lo
sucedió?

Gabriel dice: "El macho cabrío es el rey de
Grecia, y el cuerno grande que tenía entre sus ojos es el
rey primero. Y en cuanto al cuerno que fue quebrado, y sucedieron
cuatro en su lugar, significa que cuatro reinos se
levantarán de esa nación, aunque no con la fuerza
de él" (versículos 21-22).

¡Grecia!          

¿Acaso no hemos visto ese reino anteriormente?
¿No era éste representado por el bronce de la
estatua en Daniel 2 y el leopardo en el capítulo 7? El
primer rey, obviamente, es Alejandro Magno, quien condujo al
imperio a su apogeo, y los cuatro reyes son los cuatro generales
que dividieron el imperio después que murió
Alejandro ("que fue quebrado").

Nuevamente, no necesitamos especular para identificar el
reino. La Biblia lo hace por nosotros.

Note, también, los paralelismos entre el macho
cabrío del capítulo 8 y el leopardo del
capítulo 7. Ambos suceden a Medo-Persia. El leopardo
tenía cuatro alas de ave en su lomo (7:6), mientras que el
macho cabrío "voló" sobre la faz de la tierra "sin
tocar tierra" (8:5).

También, el leopardo tenía cuatro cabezas
(7:6), mientras que el macho cabrío produjo cuatro cuernos
después que le fue quebrado el cuerno principal
(8:8).

Por lo tanto, el carnero representa a Medo-Persia; el
macho cabrío representa a Grecia. ¿Y qué
podemos decir acerca del cuerno pequeño que lo
sigue?

"Y al fin del reinado de éstos [los cuatro
generales (los cuernos) del imperio dividido de Alejandro],
cuando los transgresores lleguen al colmo, se levantará un
rey altivo de rostro y entendido en enigmas. Y su poder se
fortalecerá, mas no con fuerza propia; y causará
grandes ruinas, y prosperará, y hará
arbitrariamente, y destruirá a los fuertes y al pueblo de
los santos. Con su sagacidad hará prosperar el
engaño en su mano; y en su corazón se
engrandecerá, y sin aviso destruirá a muchos; y se
levantará contra el Príncipe de los
príncipes, pero será quebrantado, aunque no por
mano humana" (versículos 23-25).

Claramente, el cuerno pequeño representa un poder
terrible que surge después de la disolución de
Grecia: un poder próspero que destruye al pueblo de Dios.
Antes de identificar este poder (que ya debería ser
obvio), note que de este carnero, que simbolizaba a Medo-Persia,
se dice que se "engrandecía" (versículo 4). El
macho cabrío, que simbolizaba a Grecia, se
"engrandeció sobremanera" (versículo 8). En los
versículos que siguen, se hace claro que el
engrandecimiento del cuerno pequeño fue mayor que el de
las naciones precedentes (versículos 9-11).

En Daniel 2, después de Medo-Persia y Grecia, el
poder que sigue es el de Roma (pagana y papal, aunque el
énfasis de este capítulo es más
político que religioso), simbolizado por el metal
más fuerte de todos: el hierro. En Daniel 7,
después de Medo-Persia y Grecia, viene la Roma pagana y
papal, simbolizada por la más fiera de todas las bestias.
En Daniel 8, después de Medo-Persia y Grecia, surge otro
poder, uno mayor que los primeros dos.

¡Ese poder, desde luego, tiene que ser
Roma!

Anteriormente vimos que había varios metales para
representar los países en Daniel 2: oro para Babilonia,
plata para Medo-Persia, bronce para Grecia. Vimos otro metal para
Roma: hierro. Ese hierro, que comenzó después de
Grecia (en las piernas), se extendió hasta los dedos de
los pies hasta el fin del tiempo, cuando Dios establecería
su reino aunque al llegar a los pies se mezclaba con arcilla. Lo
importante es que Roma sucede a Grecia y se extiende hasta el fin
del tiempo, aunque en una forma diferente.

En Daniel 7, se utilizan bestias diferentes para
representar los reinados, incluyendo a la cuarta bestia:
símbolo de la Roma pagana. Sin embargo, el cuerno
pequeño símbolo de la Roma papal todavía era
parte de la cuarta bestia. No era un poder aparte. Así que
la cuarta bestia, como el hierro de Daniel 2, surge
después de Grecia y se extiende hasta el fin del tiempo,
aunque en una forma diferente.

El mismo principio se aplica al cuerno pequeño de
Daniel 8. Surge después de Grecia (vea el versículo
23), no obstante, se extiende hasta el fin del tiempo, cuando
será quebrantado "aunque no por mano humana"
(versículo 25), al igual que la piedra que representaba el
reino de Dios fue cortada "no con mano": un símbolo de la
intervención divina. Como los poderes de las
profecías anteriores, este cuerno pequeño surge
después de Grecia y se extiende hasta el fin del
tiempo.

El cuerno pequeño, entonces, simboliza a la Roma
pagana y papal porque la fase pagana comenzó
después de Grecia, mientras que la fase papal se
extenderá hasta el fin. Es más difícil
percibir las diferentes fases en Daniel 8 que en los
capítulos anteriores, pero existen. El Dr. William Shea,
del Instituto de Investigación Bíblica de la
Asociación General, y el Dr. Gerhard Hasel, del Seminario
de la Universidad Andrews, han escrito sobre las fases pagana y
papal del cuerno pequeño de Daniel 8 en el tomo 2 de la
serie publicada por el Comité de Daniel y Apocalipsis. Sin
entrar en detalles ahora, ellos muestran cómo los primeros
versículos describen la expansión horizontal del
cuerno pequeño: se movió sobre la faz de la tierra
(vea el versículo 9). Esta expansión terrenal,
según ellos, se refiere a la fase pagana de Roma mientras
propagaba su imperio a través de todo el planeta. Los
versículos posteriores, sin embargo, describen un ataque
religioso, ya que el cuerno pequeño crece hacia el cielo,
contra el "príncipe de los ejércitos" y el
santuario celestial. Esto describe la fase papal de Roma, en el
sentido que su sistema usurpa los poderes que pertenecen
sólo a Dios. El cuerno pequeño tiene dos fases: un
ataque horizontal (Roma pagana), y un ataque vertical (Roma
papal). Analizaremos esto en forma más detallada en la
próxima sección del libro.

Lo importante es que el cuerno pequeño, que
sucede al carnero y al macho cabrío, simboliza a Roma en
sus fases pagana y papal, aunque el énfasis aquí,
como en el caso de Daniel 7, sea sobre la fase papal.

De hecho, note algunos paralelismos entre el cuerno
pequeño de Daniel 7 y el cuerno pequeño de Daniel
8, paralelismos que comprueban que se trata del mismo
poder.

Se describe a ambos con el mismo símbolo: un
cuerno.

Ambos son poderes perseguidores. Vea Daniel 7:21, 25;
8:10, 24.

Ambos se exaltan a sí mismos y blasfeman. Vea
Daniel 7:8, 20, 25; 8:10-11, 25.

Ambos atacan al pueblo de Dios. Vea Daniel 7:25;
8:24.

Ambos tienen aspectos de su actividad delineados por el
tiempo profético. Vea Daniel 7:25; 8:13-14.

Ambos se extienden hasta el tiempo del fin. Vea Daniel
7:25-26; 8:17, 19.

Ambos  serán destruidos  en forma
sobrenatural. Vea Daniel 7:11, 26; 8:25. Sin lugar a dudas, el
cuerno pequeño de Daniel 8 es Roma.

Hasta ahora, en la explicación de Daniel 8 hemos
visto que el carnero es Medo-Persia, el macho cabrío es
Grecia, y el cuerno pequeño es Roma. El orden es como
sigue:

Medo-Persia (carnero)

Grecia (macho cabrío)

Roma (cuerno pequeño)

En la visión, lo que seguía al cuerno
pequeño era la purificación del santuario. En la
explicación de la visión, el cuerno pequeño
es seguido también por una referencia a la
purificación del santuario.

"La visión de las tardes y mañanas que se
ha referido es verdadera; y tú guarda la visión,
porque es para muchos días. Y yo Daniel quedé
quebrantado, y estuve enfermo algunos días, y cuando
convalecí, atendí los negocios del rey; pero estaba
espantado a causa de la visión, y no la entendía"
(versículos 26-27). Así termina el capítulo
8.

A primera vista, estos versículos no parecen
estar relacionados con la purificación del santuario en el
versículo 14. Pero la transcripción literal de
Daniel 8:14 es: "Hasta dos mil y trescientas tardes y
mañanas; luego el santuario será purificado". La
"visión de las tardes y mañanas" (versículo
26) por lo tanto se refiere a la purificación del
santuario. En la explicación, tal como sucede en la
visión, la referencia a la purificación del
santuario viene después de Roma. Desafortunadamente, la
parte de la visión concerniente a la purificación
del santuario no fue explicada porque Daniel 8 concluye con la
confesión de Daniel acerca de que no podía
entenderla. Obviamente, debido a que todo lo demás en la
visión de Daniel 8 (el carnero, el macho cabrío, el
cuerno pequeño) fue claramente explicado, entonces la
parte de la visión que él no entendió tiene
que ver con la purificación del santuario: la
visión de las tardes y mañanas. Aparentemente
él entendió todo lo demás.

Lo que quiero destacar es que la explicación de
Daniel 8 se da en el mismo orden que la visión:

Monografias.com

"Hasta dos mil trescientas     
tardes y mañanas; luego el y el santuario será
purificado" (Daniel 8:14).    "La visión de
las tardes y mañanas (no explicadas)… es verdadera"
(Daniel 8:26).     

En el séptimo capítulo hemos visto a estas
tres naciones (Medo-Persia, Grecia, Roma) en esa secuencia y
seguidas por el juicio en el cielo. En Daniel 8 tenemos, en la
misma secuencia de Daniel 7 Medo-Persia, Grecia, Roma, a las
mismas naciones sucedidas por la purificación del
santuario en el cielo. Al igual que las bestias representan los
mismos poderes en las diferentes visiones, el paralelismo entre
el juicio de Daniel 7 y la purificación del santuario en
Daniel 8 comprueba que se trata del mismo evento.

Daniel 7

Daniel 8

      
Babilonia

                                                         
539 a.C.

       Medo-Persia
(oso)

Medo-Persia
(carnero)                   
 334 a.C.

       Grecia
(leopardo)          

Grecia (macho
cabrío)                  
  168 a.C.

       Roma
(bestia/cuerno)

Roma (cuerno
pequeño)                
1798 d.C.

       JUICIO EN
EL CIELO

SANTUARIO PURIFICADO

El oso (Medo-Persia) en Daniel 7 se compara con el
carnero (Medo-Persia) de Daniel 8 porque se refieren a la misma
cosa.

El leopardo (Grecia) en Daniel 7 se compara con el macho
cabrío (Grecia) de Daniel 8 porque trata de la misma
cosa.

La cuarta bestia y su cuerno (Roma) en Daniel 7 se
compara con el cuerno pequeño (Roma) de Daniel 8 porque
trata de la misma cosa.

El juicio de Daniel 7 se compara con la
purificación del santuario en Daniel 8 porque se refieren
a la misma cosa. El juicio y la purificación del santuario
son sinónimos, porque aparecen en ambas profecías
después de Roma.

Estudie estos dos capítulos hasta que pueda ver
claramente el paralelismo entre el juicio de Daniel 7 y la
purificación del santuario de Daniel 8. Esto es un asunto
crucial.

Estos paralelismos por sí solos demuestran que el
juicio y la purificación son el mismo evento,
¿acaso existe más evidencia? Los poderes (naciones)
anteriores, además de aparecer en forma paralela a sus
contrapartes en la trama profética, también
comparten algunas similitudes. ¿Acaso la idea del juicio
no tiene algunas semejanzas con la purificación del
santuario?

¡Desde luego! La purificación del santuario
en la tierra era el día anual de juicio. Durante miles de
años, desde los tiempos del tabernáculo en el
desierto hasta hoy, los judíos celebraban la
purificación del santuario (Yom Kippur) el Día de
la Expiación como el gran día del juicio. Juicio,
arrepentimiento, confesión de pecado son la esencia de Yom
Kippur, el Día de la Expiación.

Lea el párrafo siguiente de un antiguo escrito
judío concerniente al Día de la Expiación,
cuando el santuario era purificado:

"Dios, sentado en su trono para juzgar el mundo, al
mismo tiempo Juez, Intercesor, Experto y Testigo, abre los libros
de registros; y se lee, encontrándose allí la firma
de cada uno. Se suena la gran trompeta; se escucha una voz
callada y suave; los ángeles tiemblan diciendo: este es el
día del juicio, porque sus mismos ministros no son puros
delante de Dios. Tal como un pastor dirige a su rebaño,
haciendo que pasen bajo su vara, así Dios causa que cada
alma viviente pase delante de él para afirmar los
límites de la vida de cada criatura y para preordenar su
destino… En el Día de la Expiación se sella
quiénes vivirán y quiénes han de morir
(citado en la Enciclopedia judía, "Día de la
Expiación").

Aunque el entendimiento adventista del juicio
investigador no es exactamente igual al de esta
explicación, es similar. ¿Acaso no creemos
también que se trate de un tiempo de juicio que involucra
libros con los nombres de personas en ellos, un tiempo cuando se
toman decisiones para vida o para muerte? Además, observe
cómo este pasaje comparte algunas de las imágenes
de la escena de juicio de Daniel 7, el juicio investigador: ambos
pasajes hablan acerca de Dios, o como Daniel 7 dice, "el Anciano
de días" (Daniel 7:22). Ambos mencionan tronos. Este
pasaje habla acerca de "libros de registros"; Daniel 7 tiene
"libros" que se abren. Ambos se refieren al juicio. Vea los
versículos 10, 22, 26. Ambos tienen seres angelicales en
la escena del juicio. Daniel 7 trata acerca de algún tipo
de ajuste de cuentas finales, y este pasaje
también.

En el pensamiento judío el Día de la
Expiación es la última oportunidad que una persona
tiene de arrepentirse del pecado. El rabino Yechiel Eckstein
describe Yom Kippur como "nuestra oportunidad final de venir
delante de Dios para rogar por un juicio misericordioso"
(Judíos y judaismo [Word Books: Waco, Texas, 1984], p.
125).

En el Día de la Expiación los
judíos se saludan uno al otro con una frase hebrea que
básicamente significa: "Que puedas ser sellado en el Libro
de la Vida para siempre".

En mi oficina tengo un libro de oraciones para el
Día de la Expiación que está lleno de
oraciones que los judíos devotos ofrecen durante los
días santísimos de Yom Kippur.
¿Cuáles son algunas de las oraciones que ellos
ofrecen durante este tiempo? "Justifícanos en el juicio…
Silencia al acusador [Satanás], y permite que el Abogado
tome su lugar… y como consecuencia de sus ruegos, declara, he
perdonado… Borra las transgresiones del pueblo que ha sido
salvo [Israel]… El, el Anciano de días, se sienta como
Juez… En el libro de la vida, bendición, paz y buen
sustento, que seamos recordados y sellados por ti
[Dios]".

Sellado. Libro de la vida. Oportunidad final para
arrepentirse. Quién vivirá y quién
morirá. Día de juicio. Libro de registros.
Justifícanos en el juicio. Silencia al acusador. Borra la
transgresión.

Este concepto del Día de la Expiación se
ajusta exactamente a lo que los adventistas han enseñado
sobre el juicio investigador durante años. No es raro,
entonces, que el juicio de Daniel 7 y la purificación del
santuario de Daniel 8 sean paralelos el uno del otro. Se trata de
la misma cosa.

También vimos en nuestro estudio de Daniel 7 que
el dominio de Medo-Persia concluyó alrededor del 331 a. C.
Si terminó en el 331 a. C. en Daniel 7, entonces el mismo
poder tendría su fin en la misma fecha en Daniel 8, 331 a.
C. Luego vino Grecia, la que en Daniel 7 concluyó en el
168 a. C. Obviamente, Grecia en Daniel 8 también termina
en el 168 a. C. Después de Grecia vino Roma, la que en
Daniel 7 continuaba hasta 1798. Análogamente, el mismo
poder, ahora descrito en Daniel 8, duraría hasta 1798
también. Después de 1798 en Daniel 7 vino el juicio
en el cielo, que es la misma cosa que la purificación del
santuario en Daniel 8. Ambos eventos el  juicio y la
purificación del santuario que aparecen después de
esta fase de Roma, deberán haber ocurrido después
de 1798.

De hecho, debido a que el juicio celestial
ocurrió después de 1798, también
deberá haber ocurrido lo mismo con la purificación
del santuario. Es obvio que comenzaron al mismo tiempo porque son
la misma cosa. Por lo tanto, la purificación del santuario
ocurre después de 1798.

Note el diagrama:

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Después de Medo-Persia (331 a. C.) vino Grecia.
Después de Grecia (168 a. C.) vino Roma. Después de
esta última fase de Roma (1798 d. C.) viene la
purificación del santuario.

Vimos que la visión de Daniel 8 era para el
"tiempo del fin", y la purificación del santuario
venía al final de la visión. Obviamente, el
único santuario al que podría referirse es al
santuario celestial (descrito en forma tan vivida en el libro de
Hebreos) porque no existía ningún otro santuario.
El último fue destruido 1.700 años antes del fin
del poderío romano en 1798, y la purificación
tenía que ser posterior a esa fecha.

Es interesante notar que siglos antes del adventismo,
los judíos creían en un santuario celestial. El
Talmud, el Midrash y otros antiguos manuscritos judíos
hablaron acerca de "el santuario celestial" y "el templo en el
cielo". Incluso creían que Miguel era el sumo sacerdote
que ministraba en el santuario celestial, intercediendo por el
pueblo de Dios contra las acusaciones del diablo. Dice la
Enciclopedia judía: "Los rabinos hablan de Miguel
(Metatrón) como el capitán del ejército
celestial, como el sumo sacerdote que ofrece el sacrificio en el
templo superior" (ver "Angeología"). Otra antigua fuente
judía explica: "Miguel y Samael [Satanás]
están de pie ante la Divina presencia; Satanás
acusa mientras que Miguel señala las virtudes de Israel"
(Midrash Rabbah sobre el Éxodo, edición de Soncino,
tomo 1, p. 222).

Estudie cuidadosamente los eventos paralelos de Daniel 7
y 8. Lea los capítulos en este libro repetidamente, al
mismo tiempo que lee Daniel 7 y 8, hasta que vea cómo los
símbolos de Daniel 7 y 8 se refieren a lo mismo, que el
juicio de Daniel 7 y la purificación del santuario de
Daniel 8 son sinónimos y que ambos deben ocurrir
después de 1798.

Repasemos:

El juicio del pueblo de Dios ocurre después de la
cruz pero antes de la segunda venida.

El juicio del pueblo de Dios, descrito en Daniel 7,
ocurre después de 1798.

El juicio del pueblo de Dios en Daniel 7 es paralelo a
la purificación del santuario en Daniel 8. Son el mismo
evento.

La purificación del santuario, por lo tanto,
debió ocurrir después de 1798.

Hemos definido que la purificación del santuario
de Daniel 8:14 debe ocurrir después del año 1798. Y
aunque estamos más cerca de 1844, Daniel 7 y 8 no dan la
fecha exacta.

Esto lo hace Daniel 9.

Capítulo Seis

Antes de descifrar el capítulo 9 de Daniel,
recuerde que Daniel 2 consistió en un sueño
profético y una explicación completa de ese
sueño, que Daniel 7 consistió en una visión
profética y una explicación completa de esa
visión; y que Daniel 8 consistió en una
visión, pero con sólo una explicación
parcial de esa visión. Se explicó muy bien lo
concerniente al carnero, el macho cabrío y el cuerno
pequeño. Lo único que no se explicó fue la
visión de las 2.300 tardes y mañanas relacionadas
con la purificación del santuario.

Daniel 9, sin embargo, no contiene una visión,
sino sólo una explicación que se da al final del
capítulo.

Así que tenemos a Daniel 2: sueño,
explicación completa. Daniel 7: visión,
explicación completa. Daniel 8: visión,
explicación parcial. Daniel 9: sólo una
explicación.

¿Qué es lo que Daniel 9
explica?

La mayor parte de Daniel 9 consiste en la oración
de Daniel en favor de la liberación de Israel. Esta
oración incluye confesión, arrepentimiento y un
pedido de perdón. "Ahora, Señor, Dios grande, digno
de ser temido, que guardas el pacto y la misericordia con los que
te aman y guardan tus mandamientos; hemos pecado, hemos cometido
iniquidad, hemos hecho impíamente, y hemos sido rebeldes,
y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus ordenanzas"
(versículos 4-5). Esta oración es un ruego dirigido
hacia Dios: "Apártese ahora tu ira y tu furor de sobre tu
ciudad Jerusalén, tu santo monte" (versículo
16).

El detalle importante en esta oración es que
Daniel nunca pide una explicación. En ningún
momento le pregunta a Dios por qué sucedió esto, o
por qué sucedió aquello. Daniel sabe la causa de
todo lo que ha sucedido: "A causa de nuestros pecados, y por la
maldad de nuestros padres, Jerusalén y tu pueblo son el
oprobio de todos en derredor nuestro" (versículo
16).

El no hizo preguntas en su oración. No
buscó explicaciones. La última vez que vimos que
Daniel no entiende algo fue al final del capítulo 8,
concerniente a la visión de la purificación del
santuario.

¿Qué sucede entonces?

"Aún estaba hablando en oración, cuando el
varón Gabriel, a quien había visto en la
visión al principio, volando con presteza, vino a
mí como a la hora del sacrificio de la tarde"
(versículo 21).

¿Quién viene?

Gabriel. La última vez que vimos a Gabriel fue en
el capítulo 8. Más aún, Daniel se refiere a
la visión en la que vio a Gabriel, a quien se le dijo:
"Enseña a éste la visión" (Daniel 8:16). Sin
embargo, Gabriel no terminó de explicar su visión
en Daniel 8.

En este momento es inmensamente útil dar un
vistazo al idioma original de Daniel. En el hebreo de Daniel 8 y
9 se utilizan dos palabras diferentes para la palabra traducida
como visión.

"En el año tercero del reinado del rey Belsasar
me apareció una visión [hazon] a mí" (Daniel
8:1). El próximo versículo dice: "Vi en
visión [hazon]". La palabra hazon se refiere a toda la
visión de Daniel 8.

Pero cuando Daniel se refirió
específicamente a la parte concerniente a los 2.300
días y la purificación del santuario, se utiliza
otra palabra para visión.

"La visión [marah] de las tardes y mañanas
que se ha referido es verdadera… Pero estaba espantado a causa
de la visión [marah], y no la entendía"
(versículos 26-27).

La palabra marah viene de la raíz hebrea ra'ah,
la que significa "ver". A veces se traduce como
apariencia.

De todas formas, aparecen dos palabras diferentes para
visión en Daniel 84 hazon, referente a la visión
completa del capítulo; y marah, referente
específicamente a los 2.300 días. Estas dos
palabras también aparecen en Daniel 9.

"Aún estaba hablando en oración, cuando el
varón Gabriel, a quien había visto en la
visión [hazon] al principio… me hizo entender, y
habló conmigo, diciendo: Daniel, ahora he salido para
darte sabiduría y entendimiento" (versículos
21-22).

Aquí Daniel se refiere nuevamente a Gabriel, el
ángel que había visto en la hazon, o la
visión total del capítulo previo. Recuerde
también, que en ninguna parte de la oración de
Daniel, éste rogó que se le concediera
"sabiduría y entendimiento". La última vez que
necesitó entendimiento fue en relación con los
2.300 días de Daniel 8, y en Daniel 9 ahora Gabriel le
promete dar "sabiduría y entendimiento".

Ahora note la parte específica de la
visión de Daniel 8 que señala Gabriel en este
versículo. "Al principio de tus ruegos fue dada la orden,
y yo he venido para enseñártela, porque tú
eres muy amado. Entiende, pues, la orden, y entiende la
visión [marah]" (versículo 23).

¿Cuál marah? Obviamente, la marah de los
2.300 días que no entendió en el capítulo
anterior. Esto no puede ser otra cosa sino una referencia a la
marah de los 2.300 días.

Tenemos al mismo intérprete angélico de la
visión de Daniel 8, según el mismo Daniel lo indica
cuando aparece Gabriel. Gabriel entonces promete darle a Daniel
entendimiento, y el único asunto sobre el cual Daniel no
tenía entendimiento era el concerniente a la marah de los
2.300 días. Entonces el ángel
específicamente le señala nuevamente la marah y le
dice a Daniel que "la entienda".

Claramente, Gabriel ha venido para dar la
explicación de los 2.300 días, que no fue dada en
el capítulo anterior.

Además, ¿qué tipo de
profecía era la marah de Daniel 8:14? "Hasta dos mil
trescientas tardes y mañanas; luego el santuario
será purificado". Era una profecía de
tiempo.

En Daniel 9, después que Gabriel le señala
a Daniel la profecía de los 2.300 días,
¿qué es la próxima cosa que dice?

"Setenta semanas están determinadas sobre tu
pueblo" (Daniel 9:24). ¿Setenta semanas?
¿Qué tipo de profecía es esa?

Desde luego, tal como la marah a la que se refiere,
también es una profecía de tiempo.

Existen aún más conexiones entre los dos
capítulos, y nos referiremos a ellas en la segunda parte
del libro. El punto crucial ahora está en ver que la
explicación de Daniel 9 se trata en realidad de una
explicación de los 2.300 días: la marah de Daniel 8
que Gabriel no había explicado anteriormente.

Observemos ahora la explicación en sí
misma. La primera línea comienza: "Setenta semanas
están determinadas sobre tu pueblo". Aquellos que se
oponen a nuestro mensaje argumentan que la traducción es
correcta: Que las setenta semanas son "determinadas". Los
adventistas afirman que el significado literal de la palabra
aquí utilizada, chatak, significa "cortar," y por lo tanto
las setenta semanas son cortadas de los 2.300
días.

¿Qué traducción es la más
exacta?

Desafortunadamente, la palabra chatak no se utiliza en
ningún otro lugar en la Biblia, así que no podemos
comparar usos. Sin embargo, existen otras palabras más
comunes para decretar o determinar; no obstante, Daniel no las
usó, sino que escogió esta palabra más
oscura.

Aunque chatak no aparece en alguna otra parte de la
Biblia, la palabra aparece en muchas ocasiones en la Mishnah, un
comentario bíblico judío compilado en los primeros
siglos. Aunque no es idéntico al hebreo bíblico, el
hebreo de la Mishnah es similar, y de las 12 veces que se utiliza
el verbo chatak, diez veces se refiere a cortar partes de los
animales de acuerdo con las leyes de nutrición. De las 19
veces que se utiliza en la forma de sustantivo, sólo una
vez se usa para dar la idea de un decreto. Las otras 18 veces
significa "aquello que ha sido cortado".

La Concordancia de Strong declara que su raíz es
"cortar". La traducción de Whiting (en inglés) la
traduce como "cortada". Gesenius, el lexicógrafo de
hebreo, la define como "cortar". El diccionario
Caldeo-Rabínico de Stocius la define como "cortar, cortar
en pedazos, cortar o grabar, cortar para arrancar". La
versión más antigua de la Vulgata y la Septuaginta
define el verbo como "cortar". La versión griega de Daniel
por Teodocio, la presenta como "cortada".

Hay más versiones que utilizan la
traducción "cortada", pero ya es suficiente: la
traducción exacta es "cortadas" en vez de
"determinadas".

El tiempo profetice de las setenta semanas ha sido
cortado, o sea, ha sido separado de algo, y el único algo
posible debe ser la profecía más abarcante de los
2.300 días de la visión previa, la que Gabriel
presenta nuevamente a Daniel.

Echemos un vistazo rápido a la profecía de
las setenta semanas. Se ha escrito mucho sobre esto dentro del
adventismo. Todos debiéramos estar familiarizados con
esto.

"Setenta semanas están determinadas sobre tu
pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la
prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la
iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la
visión y la profecía, y ungir al Santo de los
santos" (versículo 24).

La explicación comienza con un período de
setenta semanas que se da a Israel para que alcance ciertos
objetivos. Aquí también aplicamos el principio de
día por año. En la próxima sección
mostraré por qué este principio debe ser aplicado
aquí, porque de otra manera la profecía no
tendría sentido. Aplicando el principio mencionado, las
setenta semanas se convierten en 490 días o años.
Así que se les dio a los judíos 490 años
para ponerse en armonía con Dios. Vea el diagrama que
está debajo.

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Pero la pregunta es: ¿490 años desde
cuándo?

"Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden
para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el
Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y
sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el
muro en tiempos angustiosos" (versículo 25).

Este versículo señala el comienzo de la
profecía. Dice que desde "la orden para restaurar y
edificar a Jerusalén hasta el Mesías
Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos
semanas", o un total de 69 semanas. Aquí tenemos 69 de las
70 semanas. Por lo tanto, desde el tiempo del decreto para
restaurar y edificar a Jerusalén, la cual había
sido destruida por los babilonios, hasta la venida del
Mesías, que sabemos que es Jesús, pasarían
69 semanas proféticas, o 483 años, utilizando el
principio de día por año. Lo que el
versículo dice, entonces, es que desde la orden para
restaurar y edificar a Jerusalén hasta Jesús el
Mesías, habría 483 años (ver el diagrama que
está debajo).

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¿Qué podemos decir acerca de la orden para
restaurar y edificar a Jerusalén? Muchos comentadores
bíblicos, incluyendo a no adventistas, han colocado ese
decreto "en el séptimo año del rey Artajerjes"
(Esdras 7:7).

Esa fecha es aceptada y comienza en el reino de
Medo-Persia, de la misma forma en que las visiones de Daniel 8
comienzan también con Medo-Persia. He aquí otra
razón por la cual Daniel 8 no comenzó con
Babilonia: Dios quería destacar a Medo-Persia como el
punto de partida de las profecías de Daniel 8 y Daniel
9.

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¿En qué año comenzó el
reinado de Artajerjes?

En el mundo académico existe un gran debate sobre
si su séptimo año fue el 457 o el 458 a. C. Algunos
dicen el 457, otros dicen 458, Dependiendo del tipo de calendario
que creen que usaban los judíos. La cronología de
Esdras 7, escrita por Horn y Wood, comprobó usando
numerosas fuentes antiguas que los judíos utilizaban un
calendario de otoño a otoño para contar los
años del reinado de Artajerjes, afirmando que su
séptimo año fue el 457. De hecho, ellos han
mostrado sin lugar a dudas que esa es la fecha. Aún hoy,
muchos no adventistas aceptan el 457 como el séptimo
año de Artajerjes, utilizando un calendario de
otoño a otoño para los judíos.

Si añadimos 483 años al 457 a. C. llegamos
al 27 d. C. (Recordemos que se está utilizando un
calendario que no tiene año cero. Matemáticamente,
se contaría -3, -2, -1, 0, 1, 2, 3. En cambio, un
calendario numera así: -3, -2, -1, 1, 2, 3. Eso lo
conducirá hasta el año 27 d. C., no el 26, como
sucedería si se incluyera el año cero
adicional).

Por lo tanto, desde la orden para restaurar y edificar a
Jerusalén (457 a. C.) hasta el primer advenimiento de
Jesús, pasarían 483 años, hasta el 27 d. C.
Sabemos que en el año 27 d. C., Jesús fue
bautizado. Así comenzó su ministerio.

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El próximo versículo
dice:

"Y después de las sesenta y dos semanas se
quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y
el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá
la ciudad y el santuario; y su fin será con
inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las
devastaciones" (versículo 26).

En el hebreo se lee que después de "las sesenta y
dos semanas", se quitaría la vida al Mesías. Ese
período termina en el año 27 d. C. Poco tiempo
después del 27 d. C. durante los siete años que
componen la 70ª semana el Mesías sería
quitado, lo cual sabemos que fue así.

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El último versículo del capítulo
trata específicamente de los siete años de la 70.a
semana de la profecía:

"Y por otra semana confirmará el pacto con
muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y
la ofrenda. Después con la muchedumbre de las
abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la
consumación, y lo que está determinado se derrame
sobre el desolador" (versículo 27).

Dice que a la mitad de esa última semana, o siete
años, él causaría que cesaran el sacrificio
y la ofrenda. A la mitad de esa última semana, que
corresponde a tres años y medio, en 31 d. C., sabemos que
Jesús fue crucificado (vea el próximo diagrama). En
ese momento perdió su significado el sistema de
sacrificios. Aunque los judíos continuaron ofreciendo
sacrificios por cuarenta años más, los sacrificios
no significaban nada para Dios. Cuando los líderes dieron
muerte a Esteban en el 34 d. C., esto concluyó la
confirmación de "el pacto con muchos". De hecho, esa
muerte selló el rechazo oficial de Jesús de parte
de Israel, terminando así la relación de pacto con
Dios que la nación en su totalidad había tenido
durante siglos. Ese fin ocurrió en el 34 d. C., el
último año de la profecía de las setenta
semanas (vea el diagrama en la página opuesta).

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Nuevamente, estudie la profecía de las setenta
semanas en forma detallada. La iglesia ha producido numerosos
estudios sobre Daniel 9. Deberíamos familiarizarnos con
ellos. El asunto importante ahora, sin embargo, es notar que la
profecía de las setenta semanas, a diferencia de la
profecía de los 2.300 días como la hemos explicado
hasta el momento, tiene un comienzo y un final. Ese comienzo fue
el 457 a. C.; el final fue en el 34 d. C.

Repasemos: vimos que los 2.300 días de Daniel 8
fue la única parte que Gabriel no explicó. En
Daniel 9 no hay visión, sino sólo una
explicación. Gabriel, el mismo intérprete
angélico de Daniel 8, se acerca a él para ofrecerle
una explicación, y el único asunto para el cual
Daniel necesitaba una explicación fue el de los 2.300
días del capítulo 8. Gabriel entonces señala
específicamente la marah de los 2.300 días, una
profecía de tiempo, y entonces comparte con él otra
profecía de tiempo, las setenta semanas, las que
según él son "cortadas". Obviamente, deben ser
cortadas o separadas de los 2.300 días.

Estamos tratando con dos elementos de tiempo: un
período más largo de 2.300 días, que por
sí solo no tiene ni comienzo ni fin, y un período
más corto de setenta semanas que tiene un comienzo y un
final definidos.

2.300 días


—————————————————————————————————-…

 457 a. C. 
———————————————— 34 d.
C.

70 semanas 

Las setenta semanas, que comienzan en 457 a. C., son
cortadas del período mayor de 2.300 días. Alguien
me dijo en cierta ocasión: "Entiendo que las 70 semanas
son cortadas de los 2.300 días, pero ¿por
qué no las cortamos del fin de los 2.300 días, y no
del comienzo?"

El diagrama inferior muestra lo que sucede si las
cortamos del fin en vez que del comienzo:

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Surgen dos problemas con esta interpretación: los
2.300 días terminarían en el 34 a. C., colocando
así el comienzo del período profético en el
año 2267 a. C., una fecha muy lejana a todo lo que hemos
estudiado. Vimos que Babilonia es la primera nación que
aparece en la profecía de Daniel. Si cortamos las setenta
semanas del fin, el comienzo de los 2.300 días
antecedería a Babilonia por 1.600 años: esto se
sale del marco de todo lo que hemos tratado en el estudio de
estas profecías.

Pero más importante aún, cortar este
segmento de la parte final colocaría la
purificación del santuario en el 34 d. C. Vimos en
nuestros estudios anteriores que la purificación del
santuario debe suceder al período de 1.260 años del
cuerno pequeño, el cual terminó en 1798. La fecha
de 34 d. C. para la purificación del santuario no
concuerda. Además, Daniel en tres ocasiones dice que la
visión de Daniel 8 es para el tiempo del fin, y el 34 d.
C. no está cerca del tiempo del fin.

La única otra alternativa es la de cortarlas del
lugar lógico: el comienzo de los 2.300 días (vea el
diagrama siguiente).

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¡Vea el resultado! ¡Si comienza con los
primeros 490 años de los 2.300 (utilizando el principio de
día por año), llega al año 34 d. C., y
luego, al añadir los restantes 1.810 años,
llegará hasta el 1844!

O si usted añade 2.300 años directamente
al 457 a. C. (recuerde de deducir el año cero),
¡también llegará a 1844!

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¡De cualquier forma que lo haga, llegará al
1844!

También note cómo 1844 responde a los
requisitos del juicio:

(1) Viene después de la cruz; (2) viene
después de 1798; (3) viene antes de la segunda
venida.

Conviene recordar que los adventistas no fueron los
únicos que relacionaron los 2.300 días de Daniel 8
y las setenta semanas de Daniel 9. Un gran número de
eruditos bíblicos han unido ambas cosas desde hace muchos
años. Por ejemplo, el obispo Daniel Wilson (1778-1858) en
1836 escribió: "Por lo tanto, las setenta semanas que
comienzan con la salida de este decreto; los 2.300 días de
la visión precedente, comienzan al mismo tiempo, porque se
trata de la misma visión" (citado por LeRoy Froom, The
Prophetic Faith of our Fathers, tomo 13, p. 620). Wilson propuso
que el fin de los 2.300 días era 1847.

Incluso si algunos discutieran la fecha de 457 d. C., no
pueden llevarla muy lejos porque esta profecía está
basada en Jesús. Si algunos usaran números un poco
diferentes, como hizo Wilson, aun así tendrían que
colocar la purificación del santuario en la década
de 1840. Si alguien deseara utilizar una fecha treinta,
cincuenta, o cien años aparte de 457 a. C. para el
comienzo de la profecía de las setenta semanas,
tendría que mover la vida de Cristo treinta, cincuenta, o
cien años de las fechas en que vivió. La vida de
Jesús es nuestra garantía de que la profecía
es correcta y forma la base para la misma. La profecía es
tan firme como Jesús mismo.

Regrese al comienzo de este libro, y con la ayuda de su
Biblia, estudie la secuencia de los reinos en Daniel 2. Entonces
estudie el capítulo sobre Daniel 7 y su secuencia de los
eventos. Estudie la identidad del cuerno pequeño. Vea
cómo el juicio celestial sucede al poder del cuerno
pequeño, el cual actúa hasta el año 1798.
Note cómo el juicio en Daniel 7 debe ser después de
1798 porque sucede al cuerno pequeño. Repase la secuencia
de eventos en Daniel 8, incluyendo la purificación del
santuario, la que ocurre después del cuerno
pequeño. Repase el diagrama (p. 38) que muestra
cómo el juicio celestial y la purificación del
santuario son eventos paralelos y que deben ocurrir
después de 1798. Ese paralelismo es crucial.

Vea cómo en Daniel 8 la marah de las 2.300
"tardes y mañanas" no se explica, entonces repase las
conexiones entre los capítulos 8 y 9. El mismo
intérprete angélico señala hacia la
visión previa, especialmente a la marah de los 2.300
días una profecía de tiempo y promete darle
entendimiento. Entonces le da otra profecía de tiempo, una
más pequeña y dice que esta es "cortada". Repase
hasta que vea que el único lugar del cual puede ser
cortada es del comienzo de los 2.300 días.

Estudie las setenta semanas. Vea cómo comienza la
profecía de los 2.300 días, y entonces estudie
hasta que vea que los 2.300 días deben terminar en 1844.
Lea esta primera sección de 1844 Hecho Simple
repetidamente, con la ayuda de su Biblia, hasta que pueda
impartir este estudio por usted mismo. Hasta que usted no pueda
compartirlo, usted no podrá entenderlo
totalmente.

Un asunto final. La profecía de las setenta
semanas es indudablemente la predicción mesiánica
más poderosa de la Biblia. Sin duda alguna demuestra que
Jesús es el Mesías. Ninguna otra profecía ha
sido tan estudiada,-tan debatida o es tan controversial.
Claramente, más que ninguna otra profecía,
demuestra que Jesús es el Mesías.

Sin embargo, las setenta semanas la predicción
mesiánica más poderosa e importante es sólo
una parte de la profecía de los 2.300 días.
Obviamente, entonces, los 2.300 días deben ser cruciales:
si no, no estarían tan relacionados con una
profecía tan importante como la de las setenta semanas.
Recuerde también que el antiguo Israel no estaba preparado
para la primera venida de Jesús porque, entre otras
razones, no entendía la primera parte de la
profecía de los 2.300 días: las setenta semanas, lo
que constituía la verdad presente para su tiempo. Nosotros
mismos puede ser que no estemos preparados para la segunda venida
de Cristo porque, entre otras cosas, no entendemos la segunda
parte de la profecía de los 2.300 días: la
purificación del santuario, verdad presente para nuestro
tiempo.

Capítulo Siete

A esta altura de nuestras consideraciones, si usted ha
leído y releído el material, usted deberá
ser capaz de dar un estudio sobre 1844. Tarde o temprano, sin
embargo, encontrará ciertos argumentos contra el juicio
investigador de 1844. Esta sección analiza los más
importantes.

Un argumento contra la manera en que los adventistas
comprenden a Daniel 8:14 involucra la relación entre el
capítulo 8 y el santuario levítico. Algunos opinan
que no debiéramos relacionar Daniel 8 al servicio del
santuario, ni tampoco debiéramos ver la
purificación del santuario de Daniel 8 como el
cumplimiento de la purificación típica del
santuario en Levítico.

¿Es válido este argumento, o realmente
existen lazos entre Daniel 8 y el santuario
levítico?

Daniel 7 se refiere a un león, un oso, un
leopardo y también a una cuarta bestia: todos ellos
animales inmundos. ¿Qué tipo de animales hay en
Daniel 8? Un carnero y un macho cabrío. No son sólo
animales limpios, también son animales utilizados en el
santuario. ¡Y no sólo eso, son animales utilizados
en el servicio del día de la expiación! Vea
Levítico 16.

Aunque este hecho no prueba que Daniel 8 se refiere a
Levítico, parece indicar una conexión.

La relación crucial entre Daniel 8 y
Levítico se encuentra en el lenguaje de Daniel 8, que
contiene palabras que se relacionan con el culto del
santuario.

Daniel 8:11, por ejemplo, tiene imágenes propias
del santuario. "Aun se engrandeció contra el
príncipe de los ejércitos, y por él fue
quitado el continuo sacrificio, y el lugar de su santuario fue
echado por tierra".

La palabra hebrea para lugar, makon (también
traducida como fundamento), se utiliza en el Antiguo Testamento
diecisiete veces, catorce de las cuales se relacionan
directamente con el santuario. En dos de las otras tres, se
relaciona con el trono de Dios, sugiriendo un enlace con el
santuario. Vea Éxodo 15:17; 1 Reyes 8:13; 2
Crónicas 6:2; Isaías 18:4.

¡También tomemos en cuenta la palabra
santuario en sí misma! Ese término por sí
sólo relaciona este capítulo con Levítico.
En el versículo 11 la palabra se traduce de miqdash, un
vocablo común para el santuario terrenal a lo largo del
Antiguo Testamento. En algunos pasajes, se refiere también
a la morada celestial de Dios. Vea Salmos 68:35; 96:6.

En Daniel 8:14 "Hasta 2.300 tardes y mañanas;
luego el santuario será purificado" la palabra para
santuario, qodesh, también relaciona al capítulo
con el culto levítico. Esa palabra puede referirse al
santuario total, al lugar santo, o al lugar santísimo.
Qodesh se utiliza a través de Levítico 16, donde el
qodesh, el santuario, ha de ser purificado.

Ejército, que se encuentra en los
versículos 11 y 12, proviene de tsaba, vocablo que en el
contexto del santuario se ha utilizado en relación con el
trabajo de los levitas, aquellos que servían en el
santuario terrenal. Vea Números 4:3, 23, 30;
8:24.

La palabra para diario en el versículo 11, tamid,
tiene una poderosa conexión con el santuario. La
mayoría de las traducciones la traducen "el continuo
sacrificio" porque la palabra tamid, en referencia al servicio
del santuario, se utiliza para el sacrificio diario (aunque la
palabra sacrificio no está en el texto original), el cual
se ofrecía cada mañana y cada tarde. Vea
Éxodo 29:38, 42. A veces se traduce continuo o siempre.
Una sección del Talmud se llama Tamid, y trata de "todos
los reglamentos sobre el ofrecimiento de los sacrificios
regulares diarios".

La palabra tamid se utiliza en relación con el
pan diario de la proposición (vea Éxodo 25:30) en
el primer apartamento del santuario. Se la utiliza en referencia
a las lámparas del primer apartamento, las que
ardían (tamid) siempre delante del Señor. Vea
Éxodo 27:20.

Tamid se refiere al uso del incienso en el primer
apartamento. Vea Éxodo 30:8. En Levítico 6:13,
tamid se refiere al fuego en el altar de las ofrendas quemadas:
un fuego que debía arder continuamente sobre el altar y
nunca apagarse.

Claramente, la palabra tamid tiene conexiones con el
santuario. No obstante, note que la palabra sólo se
utiliza en relación con el ministerio dentro del primer
apartamento. Nunca se utiliza en relación con el segundo
apartamento, donde ocurre el juicio. Tamid habla sólo del
primer apartamento. El significado de esto se verá
prontamente.

La palabra para "quitado" en el versículo 11, de
la raíz rum, se utiliza en conexión con el
santuario. Aunque por sí misma, rum, como raíz,
significa "levantar", en el contexto del santuario, especialmente
cuando se utiliza en la forma verbal causativa (como sucede en
Daniel 8:11), significa "quitar". En algunos lugares en
Levítico, rum, a menudo en la forma causativa, se traduce,
"quitado" al igual que se lo hace en Daniel 8:11. Vea
Levítico 2:9; 4:8, 10, 19. Se utiliza con referencia a
"quitar" los cadáveres de los animales durante las
ceremonias de los sacrificios.

Hasta ahora, hemos probado que
lingüísticamente, Daniel 8 puede conectarse con el
culto del santuario. Pero si observamos exactamente lo que sucede
en alguno de estos versículos, podemos establecer lazos
aún más poderosos.

Anteriormente vimos que Daniel 8 trataba sobre
Medo-Persia y Grecia. El poder del cuerno pequeño, que
aparece en el versículo 9, comienza como Roma pagana, "que
creció mucho al sur, y al oriente, y hacia la tierra
gloriosa". Aquí vemos una expansión horizontal
sobre la tierra, lo cual hizo la Roma pagana, cumpliendo
así perfectamente la profecía.

En los versículos 10 al 12, las acciones del
cuerno pequeño se mueven hacia arriba y toman un
carácter religioso. Se engrandece a sí mismo hacia
"el príncipe de los ejércitos", quita el
"continuo", echa por tierra "la verdad", incluso echa por tierra
"el lugar de su santuario". Aquí se habla de la fase papal
del cuerno pequeño y de su ataque contra el
Evangelio.

¿Pero cómo, por ejemplo, pudo el papado
"echar por tierra" el lugar, o fundamento, del santuario
celestial (y debe referirse al celestial porque el papado no
existió en los días del santuario terrenal)?
Obviamente, el papado no subió al cielo ni atacó
físicamente el santuario. En vez de eso, por medio de su
sistema de la misa, el sacerdocio, la confesión, la
mediación, etc. que constituye una falsificación de
la vida, muerte y ministerio sumo sacerdotal de Jesús (el
príncipe de los ejércitos) se perdió el
fundamento de la obra de Cristo en el cielo, o en cierto sentido,
fue "echado por tierra".

Imagine que la Radio Libre Europea transmita el programa
religioso "La Voz de la Esperanza" a los países
comunistas. Las ondas de radio viajan a través del aire,
pero antes de llegar a los radiorreceptores, los gobiernos
envían señales obstaculizantes que bloquean la
transmisión. Las personas objeto del programa no reciben
nada, no escuchan nada, ni saben nada de las verdades que
éste tenía. En cierto sentido, el fundamento la
esencia del mensaje se pierde, es quitado, echado por tierra.
Este mismo principio se aplica a la interferencia papal con el
ministerio sumo sacerdotal de Cristo.

Obviamente estamos tratando con acciones
simbólicas porque la "verdad" no puede ser literalmente
echada por tierra. De la misma manera en que el papado no
podía "echar por tierra" el santuario físicamente,
tampoco podía físicamente "echar por tierra la
verdad" (versículo 12). Pero por medio de su
intercesión y mediación falsas, el papado fue capaz
de destruir la verdad acerca de la obra de Cristo en el
santuario, por lo tanto "la echó por tierra".

El versículo 10 dice que el papado "se
engrandeció hasta el ejército del cielo" y que
"parte del ejército y de las estrellas echó por
tierra". ¿A quiénes se refiere la expresión
"ejército del cielo"? A los ángeles, por supuesto.
Apocalipsis 13:6, hablando acerca del mismo ataque religioso
hecho por el papado, dice que "abrió su boca en blasfemias
contra Dios, para blasfemar de su nombre, de su
tabernáculo, y de los que moran en el cielo".
¿Quiénes moran en el cielo? Los ángeles, el
ejército del cielo. Apocalipsis 12:4 habla acerca de la
caída de Lucifer y los ángeles, a los que se les
llama "las estrellas del cielo". En el versículo 10, el
papado echó por tierra a algunos del ejército de
"estrellas" que estaban en el cielo.

Nuevamente no nos referimos a un echar por tierra
físico, sino espiritual. Por medio de aseveraciones y
prerrogativas papales, tal como la de reclamar superioridad sobre
los ángeles, aseverando tener control sobre ellos, o por
medio de cualquier otra manera en la que históricamente se
ha blasfemado a los que "moran en el cielo", el papado fue capaz
de engrandecerse "hasta el ejército del cielo" y de
echarlos por tierra, tal como espiritualmente echó por
tierra la verdad.

Vea el versículo 11 y su descripción del
poder del cuerno pequeño. Una Biblia judía lo
traduce: "Sí, se magnificó a sí mismo, hasta
el príncipe del ejército; y quitó de
él el holocausto continuo [el tamid], y el lugar de su
santuario echó por tierra".

El hebreo literalmente dice "de él", esto es, del
príncipe del ejército, se quitó el "diario"
o "continuo". El "príncipe del ejército" obviamente
se refiere a Jesús: "el Mesías Príncipe"
(Daniel 9:25); "en aquel tiempo se levantará Miguel, el
gran príncipe" (Daniel 12:1). El libro de Hebreos
también se refiere a Jesús como nuestro sumo
sacerdote en el santuario celestial.

El cuerno pequeño el papado se ensoberbece aun
contra Jesús. Cualquiera que reclama para sí las
funciones de la divinidad, tal como lo han hecho los papas, se
está engrandeciendo contra Dios. La abolición del
"diario", o sea, del ministerio de Cristo en el santuario,
proviene del sistema apóstata de mediación,
intercesión, etc., prerrogativas que pertenecen a Cristo
en el santuario en el cielo, pero que fueron usurpadas por el
papado. En este sentido, la "verdad" acerca del "lugar de su
santuario fue echada por tierra".

El versículo 12 de Daniel 8, hablando acerca del
cuerno pequeño, dice que "a causa de la
prevaricación le fue entregado el ejército junto
con el continuo sacrificio".

¿Quién es este "ejército" entregado
al cuerno pequeño, un ejército relacionado con el
continuo sacrificio, "a causa de la prevaricación"? El Dr.
Hasel escribe que "podría referirse al clero". De hecho,
la obra del sacerdocio papal a través de su
transgresión de la verdad de Dios usurpó "el
ministerio mediatorio del príncipe celestial de los
ejércitos. La intercesión, mediación y otros
beneficios asociados con el tamid están bajo el control
del 'ejército' del cuerno pequeño" (Comité
de Daniel y Apocalipsis, tomo 2, pp. 416-417).

El sacrificio de la misa, la confesión ante
sacerdotes, la mediación de los sacerdotes, el orar a los
santos, todo el sistema papal usurpó la verdad del
santuario hasta que ésta se perdió, fue echada por
tierra y "fue quitada".

Hemos llegado a un asunto crucial. ¿Por
qué sólo se quitó el diario (el tamid)? Lea
el versículo 11. Tamid se refiere solamente al ministerio
dentro del primer departamento del santuario. ¿Por
qué el papado sólo quitó lo relacionado con
el primer departamento? ¿Por qué sólo el
"diario"? ¿Por qué no la obra del segundo
departamento?

¡Porque el ministerio dentro del segundo
departamento, el anual, que ocurría cuando se purificaba
el santuario, todavía no operaba!

¡No fue sino hasta el fin de los 2.300
días, en 1844, que comenzó el ministerio dentro del
segundo departamento! No podía ser quitado durante el
reinado del cuerno pequeño porque no estaba funcionando en
ese tiempo. "Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas;
luego el santuario será purificado". ¡Hasta 2.300
días, luego comenzará el servicio anual!

En Daniel 8, tenemos ambas fases del ministerio sumo
sacerdotal de Cristo en el cielo: el diario, que recibe el ataque
del papado, y el anual, el ministerio dentro del segundo
departamento, que comienza al fin de las 2.300 "tardes y
mañanas", cuando el santuario es purificado.

¿Puede ver cómo se relaciona todo con
el santuario?

De hecho, usted no puede comenzar a comprender la
esencia de Daniel 8 sin relacionarlo con
Levítico. 

También vemos a Jesús en Daniel 7, 8 y 9.
Daniel 9 señala su papel de cordero, presentando
específicamente a Cristo como el sacrificio cuando
menciona que "se quitará la vida al Mesías, mas no
por sí" (versículo 26). Daniel 9, como el 8,
también usa el idioma del santuario. Habla acerca del
santuario, los sacrificios, la expiación por el pecado,
todo lo cual establece otro lazo entre ambos capítulos.
Daniel 9, sin embargo, presenta a Jesús como el cordero,
un énfasis que no se encuentra en los dos capítulos
previos.

En Daniel 8, vemos a Jesús como el sumo
sacerdote: "el príncipe de los ejércitos". Su papel
es el de mediador en el santuario celestial, un énfasis
que no se encuentra en los capítulos 7 y 9. "Tenemos tal
sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de
la Majestad en los cielos, ministro del santuario, y de aquel
verdadero tabernáculo que levantó el Señor,
y no el hombre" (Hebreos 8:1-2). En Daniel 8, Jesús cumple
este papel de sumo sacerdote.

En Daniel 7 se encuentra otro énfasis: el de un
reino. Numerosas veces habla acerca del "reino": "los santos
recibieron el reino" (versículo 22); "los santos…
poseerán el reino" (versículo 18); "el reino, y el
dominio y la majestad de los reinos" (versículo 27).
Aquí vemos a Jesús como la cabeza de ese reino. El
es Rey, una función que no se menciona en los
capítulos 8 y 9.

Podemos abundar aún más. Daniel 9 habla
acerca de ungir "al Santo de los santos". Las palabras hebreas
utilizadas para el "Santo de los santos" pueden referirse
solamente al santuario. ¿Pero qué santuario
habría de ungirse dentro del período de tiempo de
la profecía de las setenta semanas, 457 a. C. a 34 d. C.?
No el santuario del desierto, que fue ungido más de 1.000
años antes. El "Santo de los santos" no puede ser el
templo de Salomón, que fue ungido en el siglo X a. C. El
segundo templo fue ungido en 516 a. C., casi sesenta años
antes del comienzo del período de las setenta semanas. El
único otro "Santo de los santos" de importancia es el
lugar santísimo en el cielo, el "verdadero
tabernáculo" donde Jesús actualmente
oficia.

Según Daniel 9 Jesús derrama su sangre, y
entonces se utiliza esa sangre para ungir el "Santo de los
santos", el santuario celestial. En Daniel 8, vemos a
Jesús inicialmente en su ministerio dentro del primer
departamento, el diario, y luego en su ministerio dentro del
segundo departamento, cuando el santuario es purificado.
Finalmente, Daniel 7 consuma la secuencia con el establecimiento
del reino de Cristo y su función de rey.

En estos capítulos existe la misma secuencia del
servicio en el santuario terrenal: sacrificio, ungimiento (Daniel
9); ministerio dentro del primer departamento, ministerio dentro
del segundo departamento (Daniel 8); y finalmente el fin del
mundo (Daniel 7), todo esto con Jesús como su
centro.

¿Por qué, entonces, esta secuencia
está al revés? El Dr. Shea explica que la mente de
los antiguos hebreos trabajaba de efecto a causa, en vez de causa
a efecto, que es la forma en que analiza la mente del hombre
occidental moderno. Era por lo tanto natural comenzar esta
secuencia con el efecto: el establecimiento del reino, y terminar
con la causa: el sacrificio de Jesús.

"Por lo tanto", escribe Shea (tomo 2, p. 239), "estas
tres profecías en Daniel forman una cadena
interrelacionada de explicaciones sobre la obra de esta figura
que es común para todos ellos. En el capítulo 9,
él es el sacrificio. En el capítulo 8, él es
el sacerdote. En el capítulo 7, él es el rey.
Debido a que estas fases diferentes de la obra [de Cristo]
están unidas por una hebra común, la figura que se
destaca en todas ellas debiera identificarse como la misma. Las
primeras dos fases han sido cumplidas en Jesucristo, y esperamos
la conclusión de la tercera cuando los santos serán
conducidos al reino eterno de Dios".

Por cierto, no sólo vemos más eslabones
entre Daniel 7, 8 y 9, sino que podemos ver cómo estos
capítulos, particularmente el 8 y el 9, se relacionan con
el culto del santuario: un enlace que los adventistas hemos
proclamado desde 1844.

Capítulo Ocho

Otro argumento que se opone a nuestra comprensión
del juicio investigador es que la traducción "purificado"
en Daniel 8:14 no es exacta. "Purificado", según se dice,
no es la traducción correcta, y la palabra para
"purificado" ("limpiado" en la Versión King James en
inglés), tsadaq, no está relacionada con la
raíz de la palabra que se traduce "limpiar" en
Levítico 16, taher. Por lo tanto, ellos afirman que Daniel
8 no está hablando acerca de la purificación del
santuario, y que no tiene nada que ver con algún tipo de
juicio divino tal como el que se simboliza en
Levítico.

Aunque la mayoría de las traducciones modernas se
han apartado de la palabra "purificado" o "limpiado" en Daniel
8:14, a favor de traducciones tales como "será
justificado", la palabra "purificado" se ha utilizado
históricamente para traducir la palabra tsadaq en Daniel
8:14. En español se utiliza la palabra "purificado" en la
Versión Reina-Valera, en la Versión Moderna y en la
Versión Nácar-Colunga. La Biblia de
Jerusalén la traduce "reivindicado".

El Dr. Hasel cita a un teólogo no adventista que
argumenta a favor de la palabra purificado en Daniel 8:14 porque
"será justificado" o algo similar, "difícilmente
puede decirse del santuario". De hecho, en el contexto del
servicio del santuario, él cual es el contexto de Daniel
8, el santuario en sí mismo nunca es "justificado". Es
purificado. Vea Levítico 16.

También, las palabras con la raíz tsdq se
utilizan en construcciones paralelas con palabras que claramente
significan "purificado", incluyendo a taher.

Imagine un poema que dice: "Tengo una casa / la casa es
mi hogar". Casa y hogar se relacionan, no por su sonido (no
riman) sino por su significado, es decir, semánticamente.
Se corresponden entre sí porque sus significados son
similares.

La poesía hebrea usa este tipo de
relación, una relación semántica, de
significados, y en numerosos lugares las palabras que tienen la
raíz tsdq aparecen en forma paralela con palabras que
claramente significan "limpiar" o "purificar". Varios eruditos,
incluso no adventistas, han notado estas conexiones. En Job 4:17,
por ejemplo, vemos taher y tsadaq en construcciones
paralelas:

¿Será el hombre más justo (tsadaq)
que Dios?

¿Será el varón más limpio
(taher) que el que lo hizo?

Tal como casa y hogar se relacionan, podemos ver
cómo las palabras justo y limpio se relacionan en forma
paralela una a la otra en estos versos: no por su sonido, sino
por su significado.

Muchas traducciones antiguas de la Biblia tradujeron
Daniel 8:14 "purificado/limpiado". La Septuaginta la rinde
"limpiado". La Vulgata latina la traduce "purificado/limpiado".
La Peshito siríaca la traduce "purificado/limpiado". La
Biblia Copta la traduce "purificado/limpiado".

También en la Septuaginta la primera
traducción griega de la Biblia hebrea la misma raíz
utilizada para "purificado" (katarizo) en Daniel 8:14 se
utilizó para "limpiar" en su traducción de
Levítico 16. Claramente, los traductores de la Septuaginta
vieron una relación entre taher y tsadaq.

Y la misma raíz griega se utiliza en Hebreos,
cuando se habla de la necesidad de limpiar el santuario
celestial: "Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas
celestiales fuesen purificadas (katarizo) así; pero las
cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos"
(Hebreos 9:23).

La Concordancia de Strong presenta "limpiar" como uno de
los significados de tsadaq.

El Dr. Hasel explica que la raíz tsadaq se
utiliza a menudo en el Antiguo Testamento en el contexto de un
juicio. La palabra en este caso se ha traducido "justificar" o
"vindicar", a menudo refiriéndose a personas. Varios
derivados de la raíz tsadaq se han utilizado en- el
contexto de cortes o tribunales y procedimientos legales. Por
esta razón, Hasel especula que Daniel "escogió el
término nisdaq [la forma pasiva de tsadaq], una palabra
proveniente de una raíz con connotaciones ricas y amplias,
utilizada a menudo en el contexto de juicios y procedimientos
legales, para comunicar efectivamente los aspectos
interrelacionados de 'la purificación' del santuario
celestial en el contexto cósmico del juicio final"
(Comité de Daniel y Apocalipsis, tomo 2, pp.
453-454).

En otras palabras, él utilizó
específicamente ese vocablo para expresar la idea de
juicio, a la vez que para referirse a la purificación del
santuario.

En el contexto de Daniel 8, "será purificado" es
la mejor traducción de tsadaq, que tiene conexiones
poderosas con taher en Levítico 16. 

Otro argumento señala la actividad del cuerno
pequeño en Daniel 8. Algunos afirman que la
purificación del santuario en el versículo 14 viene
sólo debido a que el cuerno pequeño "echó
por tierra" el santuario. Ver versículos 11-13. Por lo
tanto, Daniel 8 trata sólo acerca del acto de echar por
tierra el santuario y no tiene nada que ver con el juicio del
pueblo de Dios.

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