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Algunas Concepciones del Fin del Mundo




Enviado por Miguel La Rotta



Partes: 1, 2, 3, 4

  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Problema
  4. Marco
    contextual
  5. Justificación
  6. Antecedentes del Problema
  7. Fin
    del Mundo Vs. Apocalipsis, Apocalíptica,
    Parusía, Escatología
  8. Fin
    del Mundo Vs. Juicio Final
  9. Fin
    del Mundo Vs. Comienzo del Mundo
  10. Diseño
    Metodológico
  11. Indagación de diferentes credos
    religiosos en torno al fin del mundo
  12. Indagación con los estudiantes del grado
    9º del Colegio Lacordaire
  13. Conclusión parcial
  14. Marco
    Teórico
  15. Aporte de la Perspectiva Maya del fin del
    mundo
  16. Análisis
    Bíblico
  17. Crítica
    Histórica
  18. Elaboración
    Pedagógica
  19. Conclusiones Finales
  20. Bibliografía
  21. Anexos

Resumen

Las concepciones del fin del mundo presentadas
aquí provienen de las opiniones y conocimientos de algunos
líderes religiosos, de estudiantes de grado 9º y de
la cosmología maya; además, se cuenta con los
aportes de reconocidos teólogos al respecto, esto con
miras a comprender el sentido actual del texto griego de Mateo
24,3 para así, proponer una cartilla que lleve a descubrir
una enseñanza significativa con una mirada
crítica-teológica sobre el tema del fin del
mundo.

Palabras claves: fin del mundo,
escatología, parusía, Apocalipsis,
apocalíptica, tradición maya, telos.

Abstract

Some of the end of the world conceptions that are
featured here come from different opinions and knowledge of
religious leaders, 9th grade students and from the Mayan"s
Cosmology; besides that, some contributions made by recognized
theologists are taken in consideration here; this is done with
the intention of understanding the current sense of the Greek
text of Mathew 24,3 in order to propose a booklet that helps to
discover a meaningful teaching with a critical and theological
look about it.

Keywords: end of the world, scatology, The Day
of The Lord, Apocalypse, apocalyptic, Maya Tradition, and
telos.

Introducción

Este es un trabajo de investigación cualitativo
de metodología clásica etnográfica, que
pretende indagar sobre las concepciones de carácter
personal o institucional que los entrevistados por el autor
tienen sobre el fin del mundo. Los entrevistados son
líderes religiosos de algunas iglesias o congregaciones
religiosas de Cali y estudiantes del grado noveno del colegio
Lacordaire.

El trabajo propone comprender el sentido actual del
texto griego de Mateo 24,3 para así, proponer una cartilla
que permita dar una enseñanza significativa desde una
mirada crítica-teológica sobre el tema del fin del
mundo.

Se recogieron datos en un periodo de tres meses por
medio de entrevistas a varios líderes religiosos de
diferentes iglesias y se realizaron encuestas hechas a los
estudiantes en torno al tema del fin del mundo. Además se
pudo contar con un análisis de las respuestas dadas por
los entrevistados, sus observaciones, registro auditivo
transliterado (ver anexos), formatos de planeación y
diario de campo.

Aproximarse al verdadero sentido que tiene el concepto
del fin del mundo es el reto de este trabajo. Es un reto porque
el ciudadano incauto puede llegar con facilidad a un estado de
confusión gracias a la variedad de concepciones existentes
sobre el tema.

El trabajo se desarrolla en tres capítulos
así: En el primer capítulo se incluyen los
elementos propios del proyecto de grado con el rastreo del
problema en relación a las concepciones que tienen algunos
estudiantes del grado noveno del colegio Lacordaire y los
miembros de algunas confesiones religiosas de Cali. En el segundo
capítulo se hace un análisis bíblico
teológico del significado de Mt 24, 1-14. Y en el tercer
capítulo se presenta la elaboración
pedagógica con el objeto de considerar la puesta en
práctica del aprendizaje significativo a la hora de
desarrollar esta temática en un grupo de
aprehendientes.

Este trabajo pretende ofrecer una posición
esperanzadora sobre el "fin del mundo" entendido como la meta que
el mundo tiene para llevar a cabo su realización y por
tanto, su consumación. Esto es, la idea de dar fin a un
mundo incoherente con el Plan de Salvación propuesto por
Jesús, velando en todo tiempo y lugar en pro de la
plenitud del hombre. Este trabajo expone la urgente necesidad de
cambiar la injusta manera de vivir en el mundo, cuyo orden
demuestra que el Evangelio anunciado por Jesús, aún
no es el común denominador entre los pueblos; la
inconciencia ecológica y las corrientes de pensamiento que
proporcionan confusión entre la gente en general son
evidencia de ello. La meta del mundo proporciona un camino hacia
el encuentro con Dios y sus criaturas.

Problema

Planteamiento y Descripción del
Problema

El autor de este trabajo de investigación se
desempeñó como profesor de inglés en el
colegio Lacordaire durante el año lectivo 2011-2012 para
los grados séptimo a noveno. Durante una clase de
inglés en grado noveno, cuyo enfoque gramatical era "the
future tense with will and be going to"[1], se
suscitó el tema "fin del mundo" como un ejemplo ofrecido
por un estudiante. El ejemplo llamó la atención de
varios de sus compañeros y la mayoría
participó ofreciendo sus ideas al respecto; la clase
terminó y el tema quedó sin resolver. Al estudiante
se le preguntó dónde había escuchado acerca
de esto y dijo que el tema había sido tratado en un
especial de televisión que mostraba cómo los Mayas
habían predicho que el fin del mundo sucedería el
21 de diciembre de 2012.

Los estudiantes de grado noveno tienen interés
sobre la manera como el mundo puede llegar a un inminente
exterminio de todo lo contenido en él. Este ha sido un
interés generado por lo visto en las noticias o
documentales en relación a la profecía Maya, las
profecías de Nostradamus, las exposiciones de algunas
congregaciones religiosas, etc. A través de los medios de
comunicación también se observan informes de
guerras, hambrunas, desastres naturales, colmos de la
indignación humana, etc. Llevando a que la persona se
convenza de que en realidad se está viviendo todo un
movimiento catastrófico de orden mundial que
llevará inminentemente al fin de todo lo que nos rodea,
incluso de la especie humana.

El autor de este trabajo observó durante esa
clase confusión en las opiniones dadas por los estudiantes
como expresión elocuente de ideas similares extendidas en
el común de las personas sobre este tema y allí
radica el problema central de este trabajo: la confusión
existente en la comunidad estudiantil sobre el fin del mundo. Por
eso, este trabajo desea darle respuesta a la necesidad personal,
profesional y comunitaria sobre "el fin del mundo" para que en
futuras oportunidades en las que se presente este tema, haya una
información correcta sobre el mismo.

Catherine Keller, profesora de Teología
Constructiva en la Theological y en la Graduate School de la Drew
University afirma que

Nos encontramos ahora al final de un siglo de genocidio
y ecocidio, ante el "final" anunciado de una modernidad cimentada
en la aniquilación del mundo en nombre del progreso, y de
ahí el interés que para nosotros tiene el meditar
sobre este atractivo de lo apocalíptico en cuanto que es
historia de una liberación ante la destrucción del
mundo, pero puede que también en razón del
atractivo que ejerce sobre nosotros ese
horror.[2]

Las concepciones que los mayas, la ciencia y algunas
iglesias tienen sobre «el fin del mundo» llegan a los
estudiantes de diferentes maneras, una de ellas es a
través de los medios de comunicación; quienes
forman su propia concepción, muchas veces ajena o
contraria al verdadero sentido del fin del mundo.

Dado el carácter bíblico-teológico
de la categoría "fin del mundo" y las distintas opiniones
que suscita, es necesario conocer también las concepciones
de los miembros de algunas iglesias de Cali y su afinidad con las
de los estudiantes de noveno del colegio Lacordaire.

Por lo tanto, el problema se puede plantear en la
siguiente pregunta: ¿Cuáles son las concepciones
del "fin del mundo" encontradas en estudiantes de grado noveno
del colegio Lacordaire y su relación con las opiniones de
los miembros de algunas iglesias de la ciudad de Cali?
¿Qué iluminación pueden recibir desde Mateo
24,3?

Marco
contextual

El principal contexto de este trabajo es el colegio
Lacordaire, un colegio privado que pertenece a la comunidad
dominica de Colombia. Esto involucra una formación
católica cristiana en pos del favorecimiento del ser
humano y su conciencia de saberse y reconocerse como hijo amado
de Dios. El colegio Lacordaire se ubica en la calle 5
número 89-70 en el barrio Meléndez de la ciudad de
Cali, comuna 18, la cual está conformada por 16
barrios.[3] Su estrato más común es
el 3[4]

Monografias.com

Fuente:
http://www.cali.gov.co/planeacion/publicaciones.php?id=30447#

El colegio cuenta con cómodas instalaciones que
favorecen el proceso educativo de sus estudiantes: una
biblioteca, laboratorio de idiomas, química,
biología y física. También ofrece amplias
zonas deportivas, emisora, canal de televisión interno,
salas de cómputo, salas de audio-visuales, auditorio de
capacidad para 800 personas y una cómoda
cafetería.

El modelo educativo del colegio Lacordaire se enfoca en
la enseñanza de saberes a través de la
didáctica, la problematización y la creatividad: la
formación integral como pilar fundamental para el
desarrollo de las diferentes dimensiones educables. De esta
manera, se aplica el modelo
didáctico-problémico-creativo. En ese sentido, el
modelo académico busca que el aprendizaje se arraigue en
la vida de los estudiantes y no sólo se quede en un
proceso evolutivo.[5]

Justificación

Hablar hoy acerca del fin del mundo, en un contexto de
ciudad que cuenta con índices de tan alta desgracia
humana, resulta urgente y por tanto necesario. Resulta así
porque se explora la esperanza en medio del desespero, una
consideración a una oportunidad para acercarnos al
verdadero mensaje del fin del mundo ¿es un final
caótico y violento o se trata de un mensaje que brinda una
enseñanza para aprender a vivir? Aquí no se
pretende generar ningún tipo de desconcierto ni de
fundamentalismo; en lugar de eso, se procura comprender realmente
qué significado tiene "el fin del mundo" y qué
sentido esperanzador se puede adoptar para compartirlo y vivirlo.
El problema de no entender el sentido que encierra la frase "fin
del mundo" puede desembocar en una cantidad de teorías y
diferentes conceptos que contribuyan a la formación de
prejuicios. En lugar de ver un problema existencial, se puede
hallar una oportunidad para aprender a vivir, acercarse a
Jesucristo y por tanto, llegar a la realización humana
desde una perspectiva cristiana.

La necesidad de saber acerca de nuestro fin está
íntimamente ligada con el saber acerca de nuestro origen,
ambas respuestas nos ayudan a darle sentido y dirección a
la vida misma. Así lo argumentan los numerales 282 al 289
del Catecismo de la Iglesia Católica (CIC), entre las que
se resalta:

¿De dónde venimos? ¿A dónde
vamos? ¿Cuál es nuestro origen? ¿Cuál
es nuestro fin? ¿De dónde viene y adónde va
todo lo que existe? Las dos cuestiones, la del origen y la del
fin, son inseparables. Son decisivas para el sentido y la
orientación de nuestra vida y nuestro
obrar.[6]

La "respuesta de la fe cristiana a la pregunta
básica que los hombres de todos los tiempos se han
formulado"
[7]invita a descubrir el sentido
del origen del mundo, así se encuentra en el numeral 284
del CIC:

El gran interés que despiertan estas
investigaciones (aquellas sobre los orígenes del mundo)
está fuertemente estimulado por una cuestión de
otro orden, y que supera el dominio propio de las ciencias
naturales. No se trata sólo de saber cuándo y
cómo ha surgido materialmente el cosmos, ni cuándo
apareció el hombre, sino más bien de descubrir
cuál es el sentido de tal
origen.[8]

No se conoce con certeza el origen ni el fin de la
humanidad, solo se puede realizar una aproximación al
sentido que éstos tienen y poder así construirse
humanamente en pos de un mundo que reconoce y respeta lo valioso,
lo básico y lo fundamental de la alteridad que es ignorada
por los autores de las atrocidades que con pasos agigantados se
han ido naturalizando y/o volviendo cotidianas. Este es el mal
arraigado en el diario vivir:

La presencia del mal en la actualidad es más
evidente. Es una presencia que penetra y satura todos los
rincones: la violencia, la pobreza, las enfermedades, las sequias
e inundaciones, las hambruna y epidemias, las guerras, las
migraciones forzadas, los niños de la calle, la
discriminación, la creciente violación de los
derechos humanos, el narcotráfico, etc. Y esto sin
considerar la falta de credibilidad de los partidos
políticos, las insultantes desigualdades sociales, la
corrupción, la banalización de la vida alentada
desde las empresas televisoras.[9]

Las conversaciones sostenidas con diferentes colegas,
amigos, familiares e incluso, con estudiantes de grado noveno en
torno a esos fenómenos pertenecientes a la presencia del
mal, se relacionan con el eventual fin del mundo y han
desembocado en malinterpretaciones y confusiones. Esa es la
razón por la cual es un tema necesario, porque vale la
pena aproximarse a él y descubrir el tipo de
estructuración que puede mejorar la manera de vivir y de
relacionarse, incluso, con Dios mismo.

Desde hace mucho tiempo el hombre se ha preguntado
acerca de cómo y cuándo este lugar que habita
llegará a su fin y en ese intento, se ha generado
controversia, temor y confusión entre quienes alcanzan a
darse por enterados incluso de la fecha misma en la que el fin
llegará. Contraponernos a toda una discusión en
torno a esto es a veces contraproducente, pues los participantes
cuentan con arquetipos mentales que no facilitan un entendimiento
asertivo, sino uno de carácter fantástico; incluso,
en algunas ocasiones, un entendimiento de carácter
supersticioso. Una interpretación literal de lo que esto
atañe conduce a ese tipo de imaginario.

Este trabajo presenta objetivamente los hallazgos
obtenidos a lo largo del proceso de investigación con el
fin de que el lector los sopese y adopte su propia perspectiva
frente a este tema. Para cuando este trabajo sea leído y
probablemente defendido, ya habrá llegado ese día
tan esperado por muchos: el viernes 21 de diciembre de 2012. Con
seguridad, se adoptará una posición madura y este
trabajo humildemente, habrá aportado un granito de arena
al crecimiento y formación de la fe en Dios para quienes
hagan parte de las charlas.

Conviene conocer las diferentes concepciones que hay
acerca del fin del mundo para compararlas y analizarlas entre
sí. Luego, ayudados por la exégesis y la
hermenéutica, ofrecer una completa actualización en
torno a este tema. De esta manera, se genera un acercamiento a
éste para iluminar socialmente a quienes estén
interesados en realizar un estudio detenido al respecto, dejar
atrás temores y supersticiones, ideas vagas e infundadas.
Se trata de obtener una mirada crítica frente al mismo,
adoptar una perspectiva rica, argumentada y provechosa para
entender y compartir lo que en realidad significa el fin del
mundo. Este trabajo ayuda a comprender este tema
evidenciándolo por medio de un tipo de
investigación clásico
etnográfico.

Antecedentes del
Problema

El fin del mundo ha sido anunciado desde tiempos remotos
y reunirlos todos aquí, sería un trabajo más
que dispendioso. Sin embargo, con el fin de realizar un recorrido
histórico, se presentan algunos datos sintetizados por
Rafael Muñoz Saldaña, en su artículo
titulado "Las diferentes visiones religiosas del fin del
mundo. Misterios del Apocalipsis".
[10] (El
número en la parte inicial del dato, corresponde al
año):

30 Jesús profetiza que el final podría
ocurrir muy poco después de sus palabras: "Esta
generación no pasará antes de que todo esto se
cumpla".
[11]

La anterior cita bíblica no es la única
mención que hace Jesús con respecto al fin del
mundo, en Mt 16,28 por ejemplo, se puede encontrar otra: "Yo
os aseguro: entre los aquí presentes hay algunos que no
gustarán la muerte hasta que vean al Hijo del hombre venir
en su Reino".
Más adelante, en Mt 24,14: "Se
proclamará esta Buena Nueva del Reino en el mundo entero,
para dar testimonio a todas las naciones. Y entonces
vendrá el fin."

Jesús vuelve a hablar del "fin del mundo" en Mt
13,37:

El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre;
el campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del Reino;
la cizaña son los hijos del Maligno; el enemigo que la
sembró es el diablo; la siega es el fin del mundo, y los
segadores son los ángeles. De la misma manera, pues, que
se recoge la cizaña y se la quema en el fuego, así
será el fin del mundo.

Y más abajo, en Mt 13,49-50 se encuentra:
"Así sucederá al fin del mundo: saldrán los
ángeles, separarán a los malos de entre los justos
y los echarán en el horno de fuego; allí
será el llanto y el rechinar de dientes."

Luego, Jesús dará un mensaje significativo
y esperanzador para que nadie se sienta solo ni abandonado:
"estad seguros que yo estaré con vosotros día tras
día, hasta el fin del mundo." (Mt 28,20b).

Muñoz Saldaña continúa ofreciendo
este recorrido histórico de predicciones del fin del
mundo:

90 San Clemente afirma que el desenlace comenzará
de un momento a otro.

200 El grupo de los montañistas anuncia que
Cristo regresará en poco tiempo para establecer en Asia
Menor la Nueva Jerusalén.

400 Fecha estimada por San Martin de Tours para el
desenlace.

500 Pánico por el medio milenio. El antipapa
Hipólito y el teólogo Julio el Africano anuncian el
Juicio Final para este año.

968 El ejército del emperador Otto III interpreta
un eclipse solar como signo elocuente de las
profecías.

992 En Alemania se cree que el Anticristo ya está
en la Tierra y que en los cielos se libra una batalla entre tres
soles y tres lunas.

1000 Los milenaristas sostienen que Cristo
reaparecerá el 1 de enero y desatan una ola de
pánico en Europa.

1179 Al observar la alineación de algunos
planetas, Juan de Toledo asegura que el Apocalipsis
ocurrirá en 1186.

1300-1400 Las grandes epidemias de peste se consideran
signos de la destrucción total.

1524 Un grupo de astrólogos informa que el mundo
quedará sumergido bajo las aguas.

1669 Veinte miembros de la secta rusa de los "Viejos
creyentes" se queman vivos para ponerse a salvo del
Anticristo.

1736 Según el matemático inglés
William Whitson, el 13 de octubre iniciará un nuevo
Diluvio Universal.

1790 Numerosos teólogos sostienen que la
medianoche del 21 de marzo es el día calculado en el libro
de Daniel para el fin de los tiempos.

1834 De acuerdo con Joseph Smith, fundador de los
mormones, Jesús regresará en 1890.

1850 Ellen White, fundadora de los Adventistas del
Séptimo Día, dice que el mundo acabará en
unos cuantos meses.

1881 Cientos de personas temen ver cumplida la
profecía de la llamada Madre Shipton: "el mundo
terminará en 1881
".

1910 El vigésimo séptimo avistamiento del
cometa Halley se interpreta como signo del Apocalipsis: en
diversos países hay cientos de suicidios, las personas
abandonan sus casas y propiedades, y en Oklahoma se pretende
realizar el sacrificio de una doncella para aplacar la ira
divina.

1914 Los Testigos de Jehová identifican la
Primera Guerra Mundial con el inicio de la gran
conflagración cósmica.

1948 La fundación del Estado de Israel se
considera el paso definitivo para el regreso definitivo de
Cristo.

1960 Los seguidores de la secta del Hermano Emman se dan
cita al pie del Monte Blanco para esperar al
Mesías.

1969 Charles Manson revela que los Beatles son los
ángeles mencionados en el Apocalipsis, y que sus canciones
"Helter Skelter" y "Revolution Number 9" contienen mensajes
cifrados sobre el fin del universo.

1970 David Berg, líder de una secta protestante
en Estados Unidos, informa que en 1973 un cometa chocará
con la Tierra y destruirá, al menos, todo ese
país.

1978 En Jonestown, Guyana, se suicidan unos mil miembros
de la secta Templo del Pueblo, encabezada por James Warren Jones.
Pretenden quedar a salvo del fin del mundo.

1980 Leland Jesen, líder de la Ba"hai, sostiene
que un desastre nuclear marcará el inicio de veinte
años de conflicto que concluirán con el reino de
Dios en la Tierra.

1980-2000 Osho, líder de una poderosa secta en
Estados Unidos, informa que a consecuencia de graves desastres
naturales Tokio, Nueva York, San Francisco, Los Ángeles y
Bombay serán borradas del mapa.

1994 Ola de suicidios entre los miembros de la Orden del
Templo Solar que pretenden salvarse de la destrucción de
la Tierra.

1998 La vidente Natalia de Lemeny-Makdeovna sostiene que
Jesús está por nacer en Eslovenia.

2000 En la vuelta del milenio reviven los viejos temores
entre los movimientos fundamentalistas. El "error del milenio" en
los equipos de cómputo se considera un claro aviso del
final. Ciertos grupos aseguran que el triple 6 del Apocalipsis
debe interpretarse como www: Internet es el teatro del
Maligno.

2003 Los discípulos de Malaquías York
construyen un refugio en Atlanta donde esperan que una nave
procedente de la Galaxia IIIyon pase a recogerlos antes de que el
mundo se destruya.

2012 Según Michael Drosnin, autor de "El
Código bíblico", un cometa chocará contra la
Tierra y aniquilará a toda forma de vida.

2076 De acuerdo con Beda el Venerable (672-735), en este
año acaba el sexto día de la creación: Otras
sectas esperan el fin para la misma fecha, pues coincide con el
año 1500 del calendario musulmán.

Por fuera de esta lista no se puede quedar lo que Gregg
Braden, autor del libro "2012 ¿Qué esperar del
cambio de era?"
considera como contribuciones
proféticas que coinciden con momentos importantes de
nuestro tiempo:

Las profecías de Nostradamus, Edgar Coyce, los
Aztecas, los Hopus, los Mayas y otros, han enviado ecos de un
mensaje inconfundible a través del tiempo. Aunque han
estado separadas por siglos de historia y miles de
kilómetros de distancia, todos apuntan al
presente. Todas ven algo poderoso, posiblemente
maravilloso y destructivo, sucediendo a escala global durante un
lapso que comprende los últimos años del XX y los
primeros del siglo XXI.[12]

El lector puede acceder a Internet y encontrarse con
páginas web que informan acerca de muchas otras
predicciones del fin del mundo. En la actualidad, por obvias
razones, no se ha encontrado evidencia histórica que
refleje un cumplimiento de las predicciones anteriormente
citadas.

Es amplia la literatura relacionada con el tema "fin del
mundo", sin embargo aquí se ha procurado tener en cuenta
los aportes de varios teólogos que ayudan a desmitificar
lo relacionado con ese tema tan confuso y misterioso para muchos.
Cabe destacar que si el lector desea ahondar en conceptos tan
amplios como son el fin del mundo, la apocalíptica y la
escatología, debe considerar que esa tarea debe ser
llevada a cabo si estos temas le han de ayudar a fortalecer su
fe; si el lector lo considera de este modo, entonces
estará ante el gran tesoro de saber
vivir.[13]

Al pensarse en el fin del mundo, se puede llegar a
considerar un fin personal o colectivo. Si es un fin personal,
éste se relaciona con la muerte individual y con el
descubrimiento de qué hay después de ella, o
qué hay a través de ella[14]Lo
anterior no reduce el temor a la muerte, solo prepara para
aceptarla; "nosotros (…) sólo conocemos la
materia como punto de arranque del espíritu, de la
subjetividad y de la libertad, aunque debamos suponer que este
arranque, hasta la existencia del sujeto libre, tiene una larga
duración temporal."[15]
Luego, al
contemplar la muerte y la vida más allá de ella, se
está involucrando la
escatología[16]

Si se piensa en fin del mundo, se puede llegar a pensar
en el día del Juicio y en la Segunda Venida de Cristo. En
el Catecismo de la Iglesia Católica se encuentra algo al
respecto:

"El día del Juicio, al fin del mundo, Cristo
vendrá en la gloria para llevar a cabo el triunfo
definitivo del bien sobre el mal que, como el trigo y la
cizaña habrán crecido juntos en el curso de la
historia."[17]

Teniendo en cuenta, incluso, el juicio
particular:

La muerte pone fin a la vida del hombre como tiempo
abierto para a la aceptación o rechazo de la gracia divina
manifestada en Cristo (2Tm 1, 10). El NT habla del juicio
principalmente en la perspectiva del encuentro final con Cristo
en su segunda venida; pero también asegura reiteradamente
la existencia de la retribución inmediata después
de la muerte de cada uno como consecuencia de sus obras y de su
fe. La parábola del pobre Lázaro (Lc 16, 22) y la
palabra de Cristo en la Cruz al buen ladrón (Lc 23, 43),
así como otros textos del NT (2Co 5, 8; Flp 1, 23; Hb 9,
27; 12, 23) hablan de un último destino del alma (Mt 16,
26) que puede ser diferente para unos y
otros.[18]

El concepto de "fin del mundo" puede ser relacionado con
los conceptos de: muerte, juicio, infierno y cielo,
Parusía. Es justo ahí cuando la escatología
llega a tratar de estas últimas realidades.

Fin del Mundo Vs.
Apocalipsis, Apocalíptica, Parusía,
Escatología

El libro de Juan escrito aproximadamente en el
año 95, en la isla de Patmos, no será tratado
orgánicamente en este trabajo, pero se considera
pertinente aclarar que se trata de un libro lleno de simbolismos,
un libro no sencillo de comprender, pero que encierra un valor
teológico que estremece y fortalece la fe del
cristiano.

Se debe tener en cuenta que "Apocalipsis" es una palabra
griega que significa: "Revelación"; el misterio de Dios es
una Revelación dada al hombre en cuanto a que Dios es para
el hombre Salvación, sin importar la angustia vivida por
el hombre, Dios está ahí guiándolo. "El
Apocalipsis es la gran epopeya de la esperanza cristiana, el
canto de triunfo de la Iglesia perseguida"

[19]El retorno pronto de Cristo es lo que le da
ese carácter esperanzador al libro del Apocalipsis:
"Sí, voy a venir pronto" (Ap. 22,
20b).

Jesús conoce de primera mano las alegrías
y las incertidumbres humanas, Jesús fue parte de un
contexto cultural, cuya manera de ver el mundo, según
Boff, era "apocalíptica". Pero, ¿qué es
apocalíptica? El autor dice al respecto lo
siguiente:

La apocalíptica habla a partir del futuro en
función del presente. Es un género literario como
nuestras novelas futuristas. La apocalíptica nos presenta
el futuro fantasiosamente: describe con pinceladas fuertes para
consolar a los fieles en el presente o para comunicarles una
verdad escatológica tal como el cielo o el infierno, el
juicio o el purgatorio, dentro de un ropaje impresionante que
lleve a la conversión o a la seriedad de
vida.[20]

Al ser la apocalíptica un género
literario, se comprende mejor la afirmación de
Boff:

Jesús, Dios encarnado, participó realmente
de nuestra condición humana; creció en saber y en
toda su realidad humana (Lc 2, 52); fue realmente tentado, tuvo
fe y fue el mayor testigo de la fe (Hbr. 12,2); participó
también en la cosmovisión cultural de la
época, que era
apocalíptica.[21]

El mismo Jesús advierte de los peligros del
mesianismo. "Antes del 70, varios aventureros se hicieron
pasar por el Mesías".[22]

¿Y escatología? Boff afirma:

La escatología (fines últimos del hombre)
habla del presente en función del futuro; aquí
experimentamos el bien, la gracia, etc., en forma imperfecta. El
cielo es la realidad ya vislumbrada imperfectamente, cuando
existe de forma plena y acabada.[23]

La apocalíptica es un género literario y
la escatología es el tratado sobre las realidades
últimas. Leonardo Boff se pregunta:
"¿Qué enseñó Cristo sobre el fin
del mundo? Y ¿cómo será el fin:
Catástrofe o Plenitud?".
Boff responde diciendo que
los apóstoles se lo preguntaron directamente a su Maestro:
(Mt 24,3; Mc 13, 4 y Lc 21, 7); luego el mismo autor destaca que
ni el Hijo, ni los ángeles en el Cielo lo saben, pero que
sí sucederá: (Mc 13,32); también establece
que incluso se dan señales del fin: (Mc 13, 30) (BOFF,
1978).

Es un misterio que el Padre se ha reservado para
él exclusivamente. Es un tema importante, pero no se le ha
dado al hombre la revelación para saberlo; el hombre debe
preocuparse por seguir a Jesús en su responsabilidad para
con el Otro y no embotarse en cuestiones reservadas en el sumario
personal de Dios. Boff destaca lo que R. Schnackenburg dice al
respecto:

No ha sido posible hacer luz sobre estos dichos. Parece
también que la Iglesia primitiva no supo integrar estas
difíciles piezas de la tradición en el conjunto de
la predicación escatológica de Jesús.
Quizá la Iglesia primitiva nos está indicando con
su comportamiento cuál es el mejor camino: alimentar una
viva esperanza escatológica basándose en la
vigorosa predicación profética de Jesús y no
sacar de determinados dichos aislados de Jesús falsas
conclusiones sobre su predicación. La Iglesia primitiva no
aceptó que Jesús se hubiera engañado,
tampoco nosotros podemos hacerlo si nos mantenemos
críticamente conscientes de la situación total de
la tradición y nos damos cuenta del carácter,
sentido y meta de la predicación de
Jesús.[24]

Apocalipsis, apocalíptica, parusía y
escatología son términos que se deben conocer para
no llegar a la confusión al hablar del fin del mundo.
Según Boff, "hay algo que las palabras
escatológicas de Cristo dejan en claro: que lo importante
no es saber el día y la hora, sino velar y estar
preparados (Mc 13,33.36-37)."
[25]

Fin del Mundo Vs.
Juicio Final

En este aporte de Ratzinger no aparece la frase: "fin
del mundo" de manera explícita, sí lo hace de
manera implícita al relacionar la parusía del
Señor con el día del Juicio Final. Ratzinger
plantea que:

La cuestión referente a la relación entre
la venida de Cristo y nuestro tiempo se refleja en el problema
sobre los signos del final; es un preguntar que se está
dando siempre de una manera nueva en la cristiandad desde los
tiempos de los primeros discípulos de Jesús,
partiendo de las cuestiones análogas que se planteaban en
la apocalíptica
judía.[26]

Ratzinger expone dos líneas que hablan acerca de
la parusía del Señor; una línea no le da
cabida en la historia; la segunda línea,
sí:

Por una parte está el rechazo enérgico de
la cuestión sobre los signos: el retorno de Cristo es
incompatible con el tiempo de la historia, (…), así
que esa venida jamás se podrá conjeturar de la
forma que sea a partir de la historia
misma.[27]

Ante este proceder, se presenta la siguiente
argumentación:

Cuando quiera que se hagan cálculos, lo que el
hombre hace es poner en juego la lógica propia de la
historia, con lo que está precisamente alejándose
de Cristo, (…). Así que en la historia misma no se
puede datar su parusía. Respecto de la cuestión de
los "signos" y la referente a cualquier intento de
descripción de la venida de Cristo la única
respuesta puede consistir únicamente, pues, en rechazar la
pregunta, sustituyéndola por esta llamada: "Lo que a
vosotros estoy diciendo, a todos se lo digo: Velad" (Mc 13,
37).[28]

Como se había mencionado antes, la segunda
posición es aquella que sí le da cabida en la
historia a la parusía del Señor, es pues, "la
fuerte corriente tradicional que habla de signos que denotan el
retorno de Cristo."
[29] El autor menciona la
esperanza del Antiguo Testamento frente a una venida del
Mesías: 1. "Se espera un Mesías humano" y
2. "La esperanza de un cambio radical de la historia a causa
de la intervención directa y propia de
Dios."[30]
Ratzinger no toma partido por
alguna de las dos líneas, él solo las presenta e
invita a pensar en el misterio de Jesús. El autor al decir
que,

Únicamente el misterio humano-divino de
Jesucristo, tal y como lo definió el concilio de
Calcedonia, es el que permite entender la íntima unidad de
ambas líneas y la razón específica de cada
una de ellas: en Jesucristo obra Dios como Dios, de un modo
inmediatamente humano, y en él actúa Dios como
hombre, con una mediación
histórica.[31]

Acerca de la Venida del Señor, Ratzinger lo
plasma dándole gran valor a la liturgia en sí:
"La parusía representa el culmen y realización
suprema de la liturgia. La liturgia por su parte, es
parusía, acontecimiento de parusía en medio de
nosotros."
[32]

Ratzinger presenta la íntima relación
entre los conceptos de los verbos: "ir y venir" para entender el
sentido que tienen en los discursos de despedida:

Con todo, podemos decir que "ir" (cruz) y "venir"
(resurrección) se entrelazan desde su mismo interior. En
cuanto crucificado Jesús sigue siendo el que se va y, en
cuanto traspasado con los brazos extendidos, es, al mismo tiempo,
el que viene continuamente
(…)[33]

El autor elimina toda incertidumbre acerca de
cuándo y cómo, señalando:

Para este modo de ver las cosas el tema de la
parusía deja de ser una especulación sobre lo
desconocido. En realidad, se convierte en una explicación
de la liturgia y de la vida cristiana en su contexto
íntimo y en su entretejimiento
continuo.[34]

En lo que respecta al juicio final, Ratzinger se detiene
a presentar quién es el juez según la Biblia.
Así, hay tres:

  • Dios (2Tes 1,5; 1Cor 5,13; Rom 2,3ss; 3,6; 14,10; Mt
    10,28 par; Mt 6,4.6.15.18)

  • Cristo (Mt 25,31-46; 7,22s; 13,36-43; Lc 13,25-27;
    1Tes 4,6; 1Cor 4,4s; 11,32; 2Cor 5,10)

  • Los Doce (Mt 19,28 par; ampliado en 1Cor
    6,2)

Luego el autor dice que "el juicio se ha trasladado
al presente de esta vida, de esta historia nuestra; ese juicio
tiene lugar ya en la decisión que se toma por la fe o la
incredulidad (3,17s; 9,39; 12, 47s).
[35]
Aclara que la intención del texto no es suprimir el juicio
final, es darle una "nueva relación con la
cristología",
esencialmente porque Jesús no
fue enviado por el Padre a condenar al mundo, sino a salvarlo
(3,17; 12,47; 12,48).

Luego complementa la idea de juicio
así:

Con su muerte el hombre sale a la realidad y verdad
manifiestas. Toma posesión del lugar que de verdad le
corresponde. Ha pasado la mascarada de la vida; ya no hay lugar
para esconderse tras posturas y ficciones. El hombre es lo que en
verdad es. El juicio consiste en la caída de las
máscaras que implica la muerte. El juicio es sencillamente
la verdad misma, su revelación. (…) Dios es la
verdad, la verdad es Dios, es
"persona"[36]

El "fin del mundo" no trata meramente de una "Venida de
Jesús" ni de un "Día de Juicio final". "Fin del
mundo" va más allá. La palabra "fin" está
contaminada con valores semánticos que se limitan solo a
"terminación". Fin ("telos" en griego) trata de varios
otros significados, entre ellos, "plenitud",
"realización", "meta"; una plenitud de vida coherente con
la creación y sus creaturas a través del gesto
único del amor. El "fin" es la meta imposible para todos,
pero perseguida por muchos. El "fin del mundo" como "meta del
mundo" podría ser un valor semántico a considerar
con el fin de ampliar el sentido de la palabra "fin".

Fin del Mundo Vs.
Comienzo del Mundo

Moltmann presenta varios argumentos que sostienen una
esperanza y no un abandono de parte de Dios. Este autor afirma
que "Toda idea acerca del "fin" es una idea ambigua: puede
fascinarnos o hacernos
temblar".
[37]

Moltmann presenta una posición en la que realza
la esperanza basada en el comienzo y no en el final de la
vida:

La esperanza cristiana para el futuro no tiene nada que
ver con semejantes soluciones finales, porque su foco no es "el
fin" de la vida, de la historia o del mundo, sino más bien
el comienzo; el comienzo de la vida eterna, el comienzo
del reino de Dios y el comienzo "del mundo futuro", como dice el
Credo Niceno. (…) La esperanza cristiana aguarda en el fin
el comienzo.[38]

Otro aspecto importante a tener en cuenta por parte de
este autor es el sentido, que según él, es el
verdadero sentido que tiene el "fin del mundo":

El verdadero "fin del mundo" es sólo la faceta,
vuelta hacia nosotros, del comienzo del "nuevo mundo de Dios".
Así como entendemos la resurrección del Cristo
crucificado y muerto como un proceso divino de
transformación y transfiguración, así
podemos concebir también la desaparición del viejo
mundo y la llegada del nuevo mundo. Nada se destruye, sino que
todo se transforma (como se dice en el prefacio de la misa
católica de difuntos).[39]

Moltmann relaciona la idea "fin del mundo" con la Cruz
de Cristo; este es uno de los valores más especiales
dentro de la búsqueda de literatura en este tema,
esencialmente porque llama la atención cómo sugiere
que esa sea, según él, "la única
respuesta que podemos dar con la certeza de la
fe."[40]

(…) los dolores del ocaso de este mundo son algo
así como los dolores de parto del nuevo mundo de Dios, tal
como piensa Pablo en Rom 8, 18 ss. Por consiguiente, la esperanza
cristiana sobre el futuro hace que, como respuesta a las
cuestiones apocalípticas acerca del "fin del mundo", se
recuerde y se tenga bien presente al Cristo crucificado y
resucitado. Ésta es la única respuesta que podemos
dar la certeza de la fe (…). En la comunión con el
Crucificado y en la esperanza del Resucitado, podremos vivir sin
haber hallado respuesta a las "cuestiones últimas", sin
darles respuestas precipitadas o de hundirnos –sin
respuesta- en una embotada paralización
(…)[41]

Esta esperanza es un argumento de peso, porque presenta
la comunión con Jesús así como la
tranquilidad que se puede obtener al mar de preguntas que el
hombre puede llegar a tener en torno al cuándo y al
cómo del mundo y su final. Es más, Moltmann afirma
que es culpa del hombre y no de Dios, el estado actual del
planeta:

A diferencia de las tradiciones apocalípticas de
la Biblia, se designa con la expresión apocalipsis
now
a las catástrofes originadas hoy día por
los hombres: el apocalipsis atómico, el apocalipsis
ecológico, etc. Estas interpretaciones están
equivocadas, porque echan la culpa a Dios de lo que ha sido
responsabilidad de los hombres. (…) La
autodestrucción de la humanidad y la destrucción
del espacio vital de esta Tierra por los hombres son un delito
contra la humanidad cometido por los hombres, y no revelan nada
divino, son lo contrario de las apocalipsis de la
Biblia.[42]

Su posición es clara y no da lugar a dudas. Los
apocalipsis bíblicos son textos esperanzadores que
fortalecen el espíritu del cristiano:

Los apocalipsis bíblicos no son "escenarios"
pesimistas de la destrucción del mundo que difundan el
miedo y el terror y quieran paralizar a las personas. Lejos de
eso, mantienen la esperanza en la fidelidad de Dios a su
creación en medio de los horrores de la época.
"Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y
levantad la cabeza, porque se acerca vuestra liberación",
se dice en Lucas 21, 28.[43]

Retoma la fuerza del argumento de la esperanza cristiana
e invita a aferrarse a ella:

La esperanza profética es esperanza en
acción; la esperanza apocalíptica es una esperanza
en medio del peligro, una esperanza que sabe aguantar el
sufrimiento y que es paciente y perseverante: suceda lo que
suceda, al final de todo se halla Dios. Es una doctrina de
esperanza y no tiene nada que ver con las fantasías sobre
la destrucción del mundo, proclamadas por los modernos
profetas y los terroristas.[44]

Objetivos

Objetivo General

Indagar sobre las distintas concepciones que tienen
algunos estudiantes del grado noveno del colegio Lacordaire y los
miembros de algunas confesiones religiosas de Cali sobre el fin
del mundo para precisar su sentido bíblico
teológico a partir de Mt 24,1-14.

Objetivos Específicos

  • 1. Contrastar algunas posturas (institucionales
    y/o personales) sobre el "fin del mundo" que tienen algunos
    estudiantes del grado noveno del colegio Lacordaire, algunas
    iglesias de la ciudad de Cali, algunos teólogos y los
    mayas.

  • 2. Hacer un acercamiento al significado
    original de Mt 24,1-14.

  • 3. Diseñar una cartilla dirigida a
    jóvenes estudiantes de educación media con
    miras a entender "el fin del mundo" desde Mateo 24,3 por
    medio del Aprendizaje Significativo y de La Lectio
    Divina.

Diseño
Metodológico

Plantear un diseño metodológico de
investigación acerca del fin del mundo, permite conocer el
significado que las personas tienen del mismo a partir de sus
experiencias y sus opiniones. Además, permite hacer
lecturas desde lo concreto hasta lo general; todo eso es propio
de la etnografía clásica. Acerca de este
diseño metodológico, Hernández,
Fernández y Baptista en Patton[45]y
Creswell[46]establecen que:

Partes: 1, 2, 3, 4

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