Monografias.com > Religión
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Creacionismo y Evolucionismo: Hacia la Congruencia Total



  1. Introducción
  2. Lo que dice la evolución
  3. Críticas a la teoría de la evolución
  4. El creacionismo: malentendido teológico
  5. Hacia un abordaje integral, congruente y justo
  6. Bibliografía consultada

Introducción

Ha existido siempre una incompatibilidad irreconciliable entre la posición de la ciencia respecto a la aparición de los seres vivos y su desarrollo, y por el otro lado la posición teológica, que atribuye la aparición de todas las especies animales de manera espontánea, durante los seis "días" de la Creación, relatados por Génesis 1 en la Biblia. La posición teológica se antoja intransigente, toda vez que pone oídos sordos a las pruebas aportadas por la ciencia, que los seres se han generado por evolución a través de la descendencia y que definitivamente no pudo suceder en seis días. Desde el punto de vista del sentido común, esta situación lo único que está demostrando es la ignorancia y el fanatismo religioso, que se obstina en poner en duda la teoría de la Evolución, que ya está suficientemente comprobada en lo general, y no cabe duda ya. Lo cual, lejos de convencer al no creyente solamente le refuerza su idea de la inutilidad, falacia y obsolescencia de la posición religiosa. Pero, nada más alejado de la verdad: ambas posiciones tienen parte de la verdad, pero también tienen malentendidos, que se han tomado como verdades incontrovertibles. Querido lector, observe que el aceptar la teoría de la Evolución nada tiene que ver con la creencia en Dios ni con ningún dogma religioso, porque la Evolución no se refiere en ningún momento a cuestiones teológicas, sino solo a procesos físicos y biológicos naturales. El Génesis dice que los seres vivos fueron creados por Dios, y la Evolución dice cómo se generaron unos seres a partir de otros, pero no quien los creó; son cosas diferentes aunque parezcan lo mismo. Y además, la ciencia misma reconoce que la teoría de la evolución no está completa, porque solamente prueba que las especies más complejas surgieron a partir de otras más simples, pero no explica cómo surgió la vida, aunque actualmente ya existen modelos sobre cómo fue posible la generación de la primera vida, la más simple. Entonces, no debería haber desavenencias entre ambas corrientes, y si las hay es porque se han creado dogmas desde hace más de mil años, en una época que no se tenían los conocimientos que hoy se tienen, y tales dogmas que se niegan a desaparecer, fueron formados más por la imaginación del hombre ignorante que por las Escrituras sagradas, ya que los teólogos permanecen en la ignorancia científica total y se niegan a escuchar, porque sería como aceptar que se han equivocado.

En la actualidad tenemos una completa falta de verdaderos líderes en el área teológica, que levanten una voz de verdadera sabiduría, que fortalezca y refuerce las verdades más sobresalientes, no dogmas dudosos, envueltas en el temor y en una dignidad mal entendida. La sabiduría antigua se ha olvidado por completo, y ya no queda nadie, al parecer, que haya heredado los secretos de las Sagradas Escrituras. Afortunadamente, existen en las Escrituras mismas, claves para poder entender el verdadero sentido de los relatos más oscuros de la Biblia. La palabra misma de Dios lo declara, al decir que la Verdad permanecerá velada a los que se dicen sabios y eruditos, pero clara como el cristal para los escogidos, es decir, para aquellos con la sensibilidad espiritual suficiente para percibir lo que realmente encierran estos pasajes bíblicos. Es como un intérprete de los sueños, o un escritor famoso, o un genio científico, son personas que tienen una habilidad innata sobre cierto campo, que puestas al servicio de la humanidad, pueden significar un mejora sustancial para la intelectualidad. Pero, la inteligencia espiritual está casi muerta en nuestros días.

Volviendo al problema que tratamos, para poder entender más a
fondo la naturaleza de este problema y poder exponer nuestra idea, analicemos
primero lo que ha probado la ciencia de manera contundente. Luego, pasaremos
a ver las consideraciones teológicas. Y finalmente, arribaremos a una
propuesta práctica y más exacta.

Lo que dice la evolución

Existen tres errores en torno a la Teoría de la Evolución: uno: la idea de que las mutaciones genéticas ocurren por un proceso completamente al azar es inexacto, porque están guiadas por los atractores naturales y están influidos por las condiciones prevalecientes; dos, existen mecanismos complejos que explicarían el por qué a veces surgen cambios repentinos y significativos en la evolución de las especies, puesto que, por ejemplo, no se han podido encontrar los eslabones perdidos de muchas especies, pero es un punto que ya ha sido aclarado actualmente; y tres, un error de creencia general, que insiste en basarse en dogmas, que son suposiciones humanas, con apoyo en escrituras antiguas, como el Génesis de la Biblia, sin darse cuenta que dicho libro fue escrito en símbolos con una perspectiva espiritual y bajo un contexto claro y explícito, por lo que los conceptos no deben entenderse de la misma manera que en una plática coloquial, independientes del contexto, porque es lo que ha llevado a supuestos que resultan absurdos y contrarios a toda evidencia. Una vez más, la ignorancia hace errar a las personas. Si se quieren interpretar las Escrituras de manera literal, debe hacerse siguiendo la lógica del contexto que trata, porque el contexto es lo que define todo, incluso las palabras que nos parecen familiares.

La molécula de ADN contiene el código genético para todos los seres vivos, que es heredable a la descendencia. El ADN consta de dos tiras que se trenzan una frente a la otra, adquiriendo una estructura de escalera helicoidal, por lo que a la molécula de ADN se le denomina la doble hélice. El código genético consta de tripletes, es decir, cada tres bases nitrogenadas consecutivas a lo largo de una tira de ADN se traduce en algún aminoácido determinado, y la secuencia de aminoácidos forma las proteínas de los más diversos tipos. De manera que el ADN pasa su información a proteínas y estas son las encargadas de realizar todas las actividades necesarias para la vida de la célula y del individuo. La secuencia de tripletes del ADN en determinado orden es lo que constituye el código genético, y a lo largo de la evolución esta información se ha visto aumentada paulatinamente, alargando las cadenas a medida que se formaba la información y aumentaba la complejidad de los seres vivos. Esto ha continuado a lo largo de unos 3,000 millones de años de evolución biológica, hasta llegar al ser humano, quien es el que tiene el ADN con mayor información. Este código genético es el responsable de la estructura física y funcional de todos los seres vivos de este planeta. Pero, ¿cómo es que esta información ha ido incrementándose a lo largo del tiempo a partir de prácticamente nada? Revisemos brevemente los mecanismos principales.

Como punto inicial, existe variabilidad genética en todas las especies, sin la cual sería imposible la evolución. ¿Qué es la variabilidad genética? Cada especie animal o vegetal, tiene muchas variantes genéticas dentro de cada población, es decir, variaciones en el código genético que producen pequeñas diferencias entre individuos de una misma especie. Aplicando esto a nosotros mismos, es lo que explica por qué los seres humanos son todos diferentes y no hay ninguno que sea igual a otro. Por la misma razón, existen razas diferentes, y cada raza tiene sus propias características que le son propias. Entre las plantas y los animales se presenta la misma situación: existen variedades de cada especie muy diversas. La variabilidad genética es un fenómeno que se presenta en todas las especies; algunas tienen más variabilidad que otras, y las que tienen mayor capacidad adaptativa son precisamente las que tienen mayor variabilidad genética en sus poblaciones. Por otro lado, la adaptación es el proceso natural mediante el cual el organismo vivo se desarrolla y se multiplica en condiciones óptimas, si el medio ambiente es apropiado para él. Es decir, la adaptación de la especie es el atractor final que la evolución biológica persigue. Pero como cada especie tiene variantes, cada una tiene capacidades más o menos diferentes de adaptación a un medio cambiante determinado, tienen rangos de tolerancia variables a la temperatura, al tipo de alimentos, a la humedad, etc. Algunas pocas variantes no se podrán adaptar a su ambiente con plenitud, por lo que habrá menor representación de esa variante en la población y se reproducirán menos que las demás variantes.

¿A qué se debe que haya menos individuos de una variante que de otra? Que los individuos que no se pueden adaptar plenamente van a tener menor descendencia, porque se enferman más, se alimentan menos, tienen más estrés, por lo cual se reproducen menos. Por eso, en una determinada población siempre habrá variantes dominantes y otras variantes que van a tener porcentajes menores en la población: 10% de la población, o 5% o un 0.2%, por ejemplo. Así, en un futuro cambio de ambiente, las variantes menos favorecidas pueden volverse ahora las mejor adaptadas, y aumentará su porcentaje en la población. La variación genética permite que las especies se mantengan en el ambiente, aunque este cambie bruscamente. La variación genética se vio aumentada considerablemente cuando apareció la sexualidad. Los sexos aparecieron como ventaja adaptativa, precisamente porque incrementan la variabilidad de la especie, y a mayor variabilidad mayor oportunidad de sobrevivencia de la especie en las siguientes generaciones, a pesar de los cambios ambientales. La única manera de que no haya evolución de las especies es que el medio ambiente permaneciera sin cambios durante todo el tiempo, porque todo cambio en el medio provoca que los seres vivos se modifiquen para mantenerse bien adaptados. Como la realidad está en constante cambio, entonces los seres vivos también están en constante modificación, cambiando sus variantes genéticos. Típicamente un cambio drástico de las condiciones, por ejemplo, que venga una nueva era glacial, producirá un cambio en las especies que será evidente sólo después de cierto número de generaciones.

Los cambios ambientales pueden referirse a un cambio climático, una catástrofe, una gran migración, porque la inmigración puede traer otras variantes genéticas que no existían en la localidad, o se pueden perder variantes en la emigración. Y finalmente, existe otra fuente que provoca cambios en la variabilidad, y que además es inevitable: la mutación genética. Simplemente, la radiación cósmica y otras partículas provenientes del Sol y del espacio, provocan sobrecargas a nivel atómico en la estructura del ADN, ocasionando errores de traducción y cambios en la secuencia de ADN, es decir, mutaciones genéticas. Y estas lluvias constantes de radiaciones pueden aumentar o disminuir en un momento dado.

La teoría de la Evolución sostiene que las mutaciones genéticas se dan de forma espontánea y al azar, como jugar a la lotería, algunos alelos sufrirán modificaciones en su estructura y otros no. De esta manera, variantes nuevas deben aparecer constantemente en cada generación, pero la adaptabilidad y la habilidad de sobrevivencia es lo que determinará qué variantes sobreviven en las siguientes generaciones y en qué porcentaje; a este efecto se le llama selección natural, y es el mecanismo que permite elegir a las variantes que sobrevivirán en la siguiente generación. Todo depende de la adaptabilidad de cada variante al ambiente y circunstancias prevalecientes. La selección natural puede, en un momento dado, hacer dominantes las variantes recesivas y recesivas las dominantes, y aun hacer desaparecer las que eran dominantes y fijar variantes nuevas antes inexistentes en la comunidad y volverlas dominantes, con lo cual la especie cambia por completo a lo largo de generaciones, hacia nuevas formas, nuevas especies. El objetivo final de la selección natural es mantener la adaptación óptima de cada especie a su medio ambiente, a pesar de los cambios ambientales y del crecimiento de las poblaciones, que llevan a la competencia entre individuos, entre poblaciones y entre especies.

Ahora bien, existen otros campos en donde las leyes evolutivas han demostrado tener un valor primordial, y citaremos ejemplos. Durante el desarrollo del cerebro, las neuronas se producen y se interconectan, primero al azar, antes de que existan estímulos de percepción que fomenten determinadas uniones entre neuronas. Se especula mucho sobre lo que puede significar esas interconexiones entre neuronas anteriores al nacimiento, que podrían ser hereditarias y relativas al inconsciente colectivo. En fin, que esas conexiones previas entran en competencia cuando aparecen los estímulos, cuando el bebé empieza a conocer el mundo: sobrevivirán las neuronas que tienen conexiones útiles para las experiencias que va teniendo el individuo, y aquellas que tienen conexiones que nunca se usan, se consideran inútiles y entran en regresión y muerte, y nunca se recuperan. Aquí podríamos pensar que las conexiones previas pudieron surgir, no precisamente por un mecanismo completamente al azar, sino hasta cierto punto heredado, implícito en su ADN y en parte influidos por el medio ambiente químico prenatal.

Otro ejemplo: el sistema inmune. Las células que nos protegen contra los gérmenes infecciosos que nos invaden y contra células mutantes que producen el cáncer, son los linfocitos de la sangre. Estas células se producen constantemente en la médula ósea, y para detectar a los gérmenes invasores o células extrañas, se valen de las estructuras moleculares de la superficie de los gérmenes y de las células cancerígenas. Los linfocitos son capaces de distinguir entre nuestras células sanas y las dañadas o células extrañas invasoras, y las ataca y destruye. Para poder hacer esta labor, deben tener en su superficie estructuras proteicas que diferencien la estructura normal de nuestras células con respecto a las proteínas extrañas, a las que atacará. Los linfocitos, desde que son producidos ya traen en su superficie receptores que reconocen proteínas extrañas, sin haber tenido contacto nunca con ellas; simplemente se producen "al azar", generadas por el código genético; y los linfocitos que durante su vida encuentren a su respectiva proteína extraña, se multiplicarán y se activarán contra ese invasor. Los linfocitos que después de cierto tiempo no encuentren a su correspondiente proteína, serán destruidos y eliminados del cuerpo, por falta de estímulos. Se trata de una especie de selección natural, comandada por el ambiente proteico del cuerpo, por una competencia entre lo útil y lo que resulta inútil para la vida del individuo.

Un ejemplo más: el niño, cuando comienza a aprender, va formando ideas sobre la realidad, suposiciones que tiene que poner en práctica para comprobar que las cosas son como supone. De ahí que muchos niños destruyen cosas, las manipulan y no dejan de explorarlas y percibirlas. Dentro de su mente se forman muchas ideas que entran en competencia, y en el proceso de aprendizaje sobrevivirán las ideas que por comprobación repetida sobrevivan en el cerebro, y las que no son corroboradas por los hechos, van cayendo en el olvido o se transforman para aproximarse más a la realidad.

Y vamos más allá: desde los primeros momentos de existencia del Universo, antes de que hubiera átomos, cuando se formaron las primeras partículas de radiación, entraron en competencia unas con otras, y las más estables y maleables fueron las que se preservaron como los "ladrillos" básicos de construcción del Universo, y las demás formas desaparecieron, cediendo sus energías a las estructuras más estables. Algo semejante puede decirse sobre lo que ocurrió durante la creación de los primeros átomos y de todo lo que existe en el Cosmos, en cada jerarquía. La situación que nos explica, siempre se refiere al mismo fenómeno: durante la formación de un sistema, se multiplican primero los elementos que lo conforman, hasta que entran en competencia; y hasta ese momento el sistema puede no estar bien organizado y puede ser inestable, pero en la crisis que sigue, el estado caótico que involucra la competencia entre los elementos, produce un cambio en ellos, hasta alcanzar una mejor estabilidad del sistema. Los cambios a menor escala continúan ocurriendo después, buscando ajustar cada partícula para volverla cada vez más estable al medio que los rodea. Pero nunca se alcanza la estabilidad completa, porque las condiciones circundantes están en constante cambio y pugna.

Críticas a la teoría de la evolución

Hemos dicho que la teoría de la Evolución sostiene que las mutaciones genéticas se dan de forma espontánea y al azar; nosotros sostenemos que la aparición de mutaciones es solo aparentemente al azar, pero debe haber cierto sesgo no comprobable, pues siempre hay una tendencia presente, determinada por los atractores. Según la teoría del Caos, un atractor es lo que siempre sirve de guía a determinado proceso histórico por el que el sistema está pasando, lo cual significa que los acontecimientos no siguen una táctica completamente al azar, sino solo lo aparentan. Esta es la circunstancia que más se le puede criticar a la Evolución, y más bien se trata de algo pequeño, que no modifica esencialmente el mecanismo declarado, porque esta clase de sesgo es pequeño, imperceptible. Hay varias circunstancias más que pueden estar asegurando algún sesgo en la aleatoriedad con que se supone que aparecen las mutaciones:

1) Muchas mutaciones no son viables, es decir, que el cambio puede hacer que el individuo enferme y muera por la alteración de alguna función vital. La mayor parte de las mutaciones causarán la muerte, pero algunas de ellas sí serán viables y permitirán la sobrevivencia y su reproducción a las siguientes generaciones.

2) Para que una mutación viable pueda ser transmitida de los padres a los hijos, la mutación tiene que ocurrir en las células germinales, es decir, en óvulos o espermatozoides. La ley de probabilidad nos dice que ocurre una mutación por cada 500,000 células, y tienen que ocurrir muchos miles de mutaciones de este tipo para que alguna de ellas sea viable, es decir, se pueda reproducir a las células hijas sin causar enfermedad o muerte.

3) Las circunstancias ambientales en las que se lleva a cabo el acto sexual pueden influir marcadamente en las opciones del esperma con su combinación de genes exclusiva, que se combinará con el óvulo. Todo esto implica balances muy delicados y complejos.

En resumen: a nivel de mutaciones, estas se dan presumiblemente al azar, pues no es posible comprobar sesgos, que en todo caso serían pequeños. Después de que la selección natural actúa sobre las generaciones, los sobrevivientes son evidentemente elegidos en favor de su mejor adaptación, es decir, este proceso no es al azar. El atractor que guía a la evolución es la adaptación, la sobrevivencia de la información genética contenida en los individuos de cada especie.

Existe una segunda crítica: que la evolución no podía explicar por qué no se han podido encontrar los eslabones perdidos entre especies, que explicarían con claridad la transición de una especie a otra, como ocurre por ejemplo, que no existe la especie transición entre los simios primitivos y el hombre primitivo, dejando un vacío en la secuencia evolutiva. Actualmente, los descubrimientos han introducido un nuevo concepto, para explicar estos hechos: la teoría del Equilibrio Puntuado: dice que la transformación de las especies puede no ser gradual a lo largo de las generaciones, sino más o menos repentina, porque los cambios genéticos generalmente no se manifiestan en los hijos hasta que se acumula cierto número de mutaciones genéticas viables; y es entonces que se alcanza un punto crítico o umbral de modificaciones y se expresan todas a la vez en la generación siguiente, produciéndose repentinamente un cambio de especie. Entonces, esta segunda crítica ya no tiene efecto, porque ya se ha probado que la evolución puede no expresarse gradualmente, sino más bien "a saltos".

El creacionismo: malentendido teológico

El Creacionismo supone el surgimiento de los seres vivos y del Universo ocurrieron espontáneamente, es decir, mágicamente, aparentemente de la nada. Se refiere también al hecho de que cada especie apareció por sí sola y sin ninguna relación entre ellas, cosa que además está fuera del sentido común, porque en la Biblia misma se cita que cada especie "tenía un nombre", es decir, una función, lo cual quiere decir que las diferentes especies animales y vegetales han tendido siempre relaciones estrechas entre sí. Se ha demostrado ampliamente que existen parentescos genéticos cercanos o lejanos entre todas las especies, dependiendo de la complejidad que exhiban. Note cómo esta realidad está apoyando la palabra de Dios, acerca de la utilidad de los animales y plantas en un complejo balance. En primer lugar, la Biblia no dice que los seres vivos hayan surgido independientemente unos de otros. En segundo, se afirma que somos hechos a imagen y semejanza de Dios, y también que todos provenimos de Dios, y que existe un Árbol de la Vida, donde la raíz de todo es el espíritu de Dios, y en sus ramas están representados los diferentes seres. Eso es exactamente lo que explica la teoría de la evolución: una diferenciación a partir de un origen común. Si estamos hechos a imagen y semejanza de Dios, y todos provenimos de Él, entonces cada uno de nosotros también somos la base de un árbol genealógico más pequeño y más reciente, así como de una rama se pueden derivar ramas más pequeñas. Por otro lado, la teoría de la evolución solo habla de la descendencia y transformación de los seres desde el punto de vista físico, pero nada dice acerca del espíritu ni del alma, porque los desconoce. Pero Génesis 1 sí habla del surgimiento de la materia a partir del alma y el espíritu: en el segundo "día" ocurre la separación de las "aguas" de arriba de la "expansión" de las que están abajo de la "expansión", que es una referencia a la generación de lo perecedero a partir de lo eterno. Porque las "aguas" de abajo de la "expansión" se diferenciaron de las "aguas" de arriba, y de "las aguas de abajo" surgió la materia después.

La creencia en la Generación Espontánea estaba muy arraigada desde tiempos inmemoriales hasta el siglo XIX, y se basaba en observaciones que carecían de celo científico, porque se daba por sentado la suposición sin evidencias reales. Provenía de la idea de Aristóteles, que "algunas porciones de materia contienen un principio activo y que gracias a él y a ciertas condiciones adecuadas, se podían producir seres vivos". Este principio activo se compara con el concepto de energía, la cual se considera como una capacidad para la acción. Según Aristóteles, el huevo poseía ese principio activo, el cual dirige una serie de eventos que pueden originar la vida, por lo que el huevo de la gallina tenía un principio activo que lo convertía en pollo, el huevo de pez lo convertía en pez, y así sucesivamente. Pero, generaciones posteriores olvidaron este concepto, porque el huevo no es la "Nada", no es una generación espontánea. En la Edad Media se creía que la basura o elementos en descomposición podían producir organismos vivos, cuando actualmente se sabe que los gusanos que se desarrollan en la basura son larvas de insectos, y que los gérmenes producen la fermentación.

A partir de entonces el Creacionismo cayó en el descrédito también. Actualmente aun hay quien la sostiene. Es clásico entre los teólogos tradicionalistas, que siguen todavía las viejas enseñanzas medievales, sin darse cuenta que demuestran ignorancia científica y también arrastran errores teológicos muy antiguos, que ya no deberían admitirse en nuestro siglo XXI. Una de las premisas que fue admitida desde los primeros siglos de nuestra Era, fue que las Sagradas Escrituras podían ser interpretadas de forma literal directa, excepto en las partes donde se manifiesta claramente que se trata de alegorías, parábolas o símbolos. De ahí la persistencia de querer interpretar Génesis de manera directa, aun en sus partes más oscuras. Como tal cosa ocurrió al inicio de la Edad Media, es natural que muy poco se interpretara correctamente. Pero, a la luz de la experiencia y desarrollo actual, ya es insostenible esta posición sin ninguna consideración.

Primero que nada, es necesario admitir que la interpretación de Génesis debe realizarse de modo muy cuidadoso y a la luz de lo que hoy ya se sabe con certeza. En segundo lugar, se reconoce que libros como Génesis, Apocalipsis o Ezequiel, pueden ser interpretadas de varias formas, no una sola. Pero, ha sido una tarea muy difícil desarraigar las ideas medievales de la mente de los religiosos, toda vez que cuando se habla de la Palabra de Dios, nadie quiere mostrarse osado, para que no se les tache de querer modificar la Palabra o contradecir a las autoridades religiosas. Es un malentendido que debe ser desmentido, desglosando lo que es el mensaje de Dios de lo que sólo han sido supuestos ancestrales humanos. Al menos se han mantenido los escritos originales de los libros bíblicos, y las traducciones que se han hecho son cada vez más exactas. Pero, la interpretación de estos libros no ha evolucionado al mismo ritmo. Tenemos que declarar que, estrictamente hablando, no hay contradicción entre lo que dice Génesis 1 y lo que declara la evolución biológica, porque la primera dice que todo fue creado por Dios, y la segunda explica cómo fueron creadas las especies, no quien las creó; y aun así, todavía no puede asegurar cómo se originó la primera vida.

Hacia un abordaje integral, congruente y justo

Ha llegado el momento histórico de reconocer lo verdadero y desmentir lo que a todas luces ha estado equivocado. Génesis 1 es una escritura maravillosa que contiene revelaciones increíbles que todavía no han sido suficientemente entendidas. Su interpretación literal habla del pensamiento de Dios durante la Creación, desde la perspectiva del Altísimo. En el presente artículo no pretendemos explicar todos los pormenores que subyacen en Génesis 1, sino tan solo mostrar cómo debe ser la interpretación respecto a los seis días de la Creación. Es necesario ser muy cuidadoso a la hora de interpretar literalmente, empezando por la forma en que hacían sus escritos los antiguos escritores. Ellos se valían de algunos artilugios para explicar lo que en realidad es inexplicable en el lenguaje humano, por ejemplo, mediante la comparación con algo conocido para representar lo desconocido y hacerlo más comprensible.

Entonces, para representar un ciclo completo de creación divina, se habla del "día de la Creación". Cada vez que cumple algo importante, el escritor hace referencia a un "día", en el cual hay una declaración de Dios y una decisión de lo que va a crear en seguida y luego sus observaciones de los resultados obtenidos. La idea directa es pensar en el día físico que todos experimentamos a diario, circunscrito a 24 horas o 1440 minutos. Pero, para poder hacer la interpretación literal, es necesario tomar en cuenta el contexto de todo lo que se está relatando. Y el contexto en este caso, se trata de un Universo vacío, que aun no contiene estrellas ni planetas, porque las luminarias aparecen hasta el cuarto "día", según se describe ahí. Entonces, ¿cómo pueden entenderse los días primero, segundo y tercero, al menos? No hay forma de medir el día, si somos congruentes con el relato. No es posible pensar que el autor pretendiera que el lector interpretara los "días de la Creación" como días comunes cuando no había Sol. Y para los días cuarto, quinto y los que siguen, ¿por qué pensar en días de 24 horas? ¿por qué no de 30 horas o de 60, o mejor de 22 horas o menos? La ciencia ha determinado que antiguamente el año duraba sólo 360 días, y más antes era otro número de días menor, y lo mismo puede decirse de los días, pues al principio no había días de 24 horas, sino que duraban menos. Entonces, según lo que hoy se sabe Eva y Adán debieron vivir en una época en que los años eran de 360 días, y de menos de 24 horas. Siendo así las cosas ¿es lógico considerar los "días de la Creación" como días comunes de 24 horas?

Si no había Sol que formara los días, es obvio que el concepto de "día" en el texto del Génesis es diferente. Es necesario buscar otro concepto, basándonos en el contexto. Cada "día de Creación" tiene primero una observación de Dios, que implica un juicio y una decisión de lo que va a hacer, luego con su fuerza creativa produce una nueva realidad, y observa cómo todo cambia y lo que se produce resulta ser bueno, y entonces termina el "día". Al parecer, es el grupo de acontecimientos lo único que debemos tomar en cuenta para establecer el "día". Los días de la Creación no se refieren en absoluto a tiempo trascurrido, sino a procesos generados desde la mente de Dios, es decir, acciones y cambios. Génesis 1 fue escrito desde la perspectiva de la Divinidad, no desde óptica humana y física. Así, el día de 24 horas en este contexto carece totalmente de sentido.

Por eso, tenemos que llegar a la conclusión que "los días de la Creación" son ciclos de acontecimientos, que van desde un planteamiento y un objetivo a cumplir, luego una transformación de las condiciones y finalmente un cumplimiento. El hablar de "días" es una estratagema del escritor para referirse al pensamiento de Dios, en forma de ciclos creativos, y esa es otra de las muchas cosas que nuestra civilización ha olvidado, respecto al conocimiento que se tenía en la lejana antigüedad. Cuando Dios le dice a Adán que trabajará seis días seguidos y el séptimo descansará, es en recuerdo y conmemoración de "los seis ciclos de trabajo de Dios", que para el hombre serán conmemorados como seis días de la Tierra. Ya que el hombre es imagen y semejanza de Dios, seis días tendrá para crear o trabajar y uno para descansar. La Biblia misma nos dice que "para Dios un día es como mil años y mil años como un día" (2Pedro 3:8), expresando con ello que la dimensión tiempo no tiene ningún sentido práctico para Dios. La expectativa del investigador ha sido siempre sacar duraciones de los tiempos antiguos de que tratan los primeros capítulos del Génesis, pero quien escribió estos textos nunca tuvo esa intención, porque su perspectiva siempre fue espiritual. Por eso, los tiempos bíblicos del Génesis que los teólogos han calculado no coinciden totalmente con los tiempos que la ciencia ha calculado.

Como conclusión, es obvio que la teoría de la Evolución no se contrapone con Génesis 1, porque mientras la primera habla de muchos millones de años para que aparecieran todos los seres vivos en el plano físico, el segundo no habla de tiempos transcurridos, sino de ciclos de acontecimientos y los propósitos de Dios que cumplieron en cada uno. Ensamblando la ciencia con la Teología, Génesis 1 se inicia antes del Big Bang, acontecimiento que supone la ciencia como inicio del Universo físico. Porque los primeros acontecimientos fueron exclusivos del Espíritu y Mente de Dios, antes de que la materia apareciera. La teoría de la evolución sólo añade dos cosas al escrito Bíblico: la duración real de los tiempos primitivos y la forma en que se genera nueva información y se preserva a lo largo de las generaciones y a través de la materia.

Es necesario olvidarnos de las viejas creencias, hoy obsoletas, y mirar las Escrituras con la nueva visión del siglo XXI, de una manera responsable y siguiendo ciertas reglas de orden, lógica y justicia, teniendo a la vista las innegables lecciones de la física, la psicología, las matemáticas y hasta la embriología. Sin embargo, no hay que olvidar que Génesis se refiere ante todo, al punto de vista del espíritu, que fue el origen de la materia.

Bibliografía consultada

Hawking, Stephen W. Historia del Tiempo. Editorial Grijalbo-Crítica, 10a. edición, México, 1988.

Shifter, Isaac. La Ciencia del Caos. Serie La Ciencia No. 142. Fondo de Cultura Económica, S. A. de C. V., México, 1996.

http://www.unav.es/cryf/teoriaevolucion.html

Veneziano, Gabriele. El universo antes de la gran explosión. Scientific American Latinoamérica, Núm. 24, pags. 58-67. Barcelona, España, Julio 2004.

Bonilla Ruz, Luis F. El Paradigma Paradójico o La Historia del Ser. Editorial Palibrio, Bloomington, IN, Estados Unidos, 2014.

Santa Biblia. Versión Reina-Valera, 1960.

http://managersmagazine.com/index.php/2011/12/creacionismo-vs-evolucionismo/

https://moimunnanblog.files.wordpress.com/2014/04/cristianismo-vs-evoluciocc81n.pdf

http://es.wikipedia.org/wiki/Abiog%C3%A9nesis -Sobre el origen de la vida.

 

 

Autor:

Luis Fernando Bonilla Ruz

 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter