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La era de la desigualdad (¿Consecuencia directa del imperialismo monetario?) Parte II (página 3)




Enviado por Ricardo Lomoro



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15

"No importa si son mensuales o trimestrales, los
números suben mientras ellos siguen ahí,
estáticos. "Más y más de lo mismo". Se
entrecortan las palabras. Cansancio, escepticismo, impotencia…
resignación. Años en unas listas que no entienden
de generaciones. Abuelos, padres e hijos aquejados por una
enfermedad para la que no llega el antídoto y te consume
con los años. La EPA de este jueves arroja 187.300
más al precipicio. Seis parados de esos casi seis millones
relatan una caída de la que parece imposible
levantarse"…
Tres generaciones, en paro (elmundo.es –
24/1/13)

Indignarse es de lo poco que les queda. Bárcenas,
Urdangarin, Mulas… Nombres como los suyos, pero que ocupan
otras listas que también crecen. "Lo bueno de tener tanto
tiempo libre es que estás mucho más informado. Ves
lo que está pasando y cuando estás en nuestra
situación… es incomprensible, pero mejor no decir en voz
alta lo que siento". Habla Antonio López García,
según muchos de los que le entrevistan "un cadáver
laboral" a sus 54 años. Su mujer corre la misma suerte.
Abuelos ya, aún tienen una hija de 14 años que vive
con ellos. El futuro no sonríe a estos almerienses,
residentes en Benahadux. Y lo saben. "Se me viene el mundo abajo
cuando me levanto cada mañana. Un día y otro y
otro…". Reconoce que está cayendo en una
depresión, "no somos capaces de levantar cabeza. Cada
día me pregunto: ¿Y ahora qué?". No hay
respuesta. Todo empezó hace tres años, este
técnico en prevención de riesgos no se lo esperaba.
"Llegó el jefe y dijo: "Este mes hemos cobrado, el que
viene no". Y se acabó". A partir de ese momento, "a lo que
salga". Reconoce que está "moralmente acabado" y que los
años se convierten en un muro infranqueable. "En las
entrevistas te lo dicen abiertamente. Cumples con todos los
requisitos, pero hay empresas que están jubilando a gente
con tu edad"…

"La tala ilegal en el hogar de los antiguos dioses
griegos, según la mitología, se ha incrementado
300%. Al aumentar un tercio el costo del combustible para
calefacción, muchos recurren a la madera del
monte"…
Los griegos cortan sus árboles en busca de
calor (BBCMundo – 3/2/13)

El hogar de los antiguos dioses griegos está
cubierto de nieve. El camino empinado y las laderas que conducen
al monte Olimpo, atraviesa un bosque exuberante y fértil.
Sin embargo, ahora la vegetación está mostrando
algunos espacios vacíos: los restos de árboles
preciosos que ya no están. Se trata de una de las peores
talas ilegales de Grecia. La práctica, en este lugar, ha
aumentado en más de 300% en el último año,
luego de que un nuevo impuesto provocara el alza (de más
de un tercio) del precio del aceite para la calefacción.
La gente que ya no puede pagarlo está buscando madera que
le ayude a calentar su hogar…

"Un estudio también revela que en el 9% de
los hogares alguna de las personas que se había emancipado
ha tenido que volver a casa. Estas son algunas de las principales
conclusiones del Barómetro Madrid Vivo sobre la familia en
España realizado por el Instituto Internacional de
Estudios sobre la Familia "The Family Watch" con encuestas a 600
hogares de toda España y presentadas hoy en
Madrid"…
El 64,2 % de los padres piensa que sus hijos
vivirán peor que ellos (Gaceta.es –
5/2/13)

Este estudio señala que para más de la
mitad de los encuestados -el 53,4 por ciento- la crisis ha hecho
que su calidad de vida haya empeorado en el último
año, la situación económica es peor
percibida en la actualidad para un 90,5 por ciento que hace un
año, cuando este porcentaje se situaba en el 88,3 por
ciento y el 60,2 por ciento de los preguntados tiene algún
familiar en el paro. Además, según ha subrayado el
director general de The Family Watch, Ignacio Socías, las
familias tienen unas perspectivas de futuro más pesimistas
que las que presentaban hace un año. En este contexto, la
institución familiar sigue siendo la mejor valorada y en
época de crisis -según ha señalado la
vicepresidenta de este instituto, María José
Olesti- "cobra especial protagonismo" ya que "sirve de
colchón" a todos sus miembros y presta soporte
económico y anímico. En este sentido, el
barómetro señala que en casi la mitad de los
hogares hay aportaciones de las personas más mayores de la
familia para que ésta pueda subsistir y el 96 por ciento
de los encuestados opina que esta institución es el
"sustento básico" para mantener la cohesión social.
Además, en el 10 por ciento de los hogares uno de los
miembros que se había emancipado ha tenido que volver a
casa, ya sea una persona joven o ancianos que han abandonado las
residencias como medida de ahorro

"El sistema se tambalea con menos de 1,8 cotizantes
por pensionista en un país con una tasa de paro del
26%"…
Uno de cada tres españoles es pensionista o
está en el paro (Negocios.com – 5/2/13)

El sistema de pensiones en España urge de un
pacto nacional porque camina hacia una situación de
quiebra ante el incesante crecimiento de pensionistas y parados.
La Seguridad Social lleva seis meses perdiendo de forma
continuada cotizantes. Con los datos de enero, la caída en
el último año ha sido del 4,59%, con una
pérdida de cotizantes de 778.829 trabajadores en un
año, que ha dejado el número de personas afiliadas
en 16.179.438. Sólo en enero se han perdido 263.243
cotizantes y nada hace presagiar que la tendencia vaya a cambiar
en los próximos meses. Por el contrario, los pensionistas
no hacen nada más que crecer. El número de
pensiones contributivas de la Seguridad Social alcanzó la
cifra de 9.008.348 en enero, el 1,5% respecto al mismo mes de
2012. De esas pensiones, 5.402.863 pensiones fueron de
jubilación, un 2% más; 2.331.812 pensiones de
viudedad (+0,5%); 940.843 de incapacidad permanente (-0,1%);
295.221 de orfandad (+7,3%); y 37.609, a favor de familiares
(-1,3%)…

Como dije al principio de este recorrido de cabotaje
por la hemeroteca reciente: "Hay ocho millones de historias (como
estas) en la ciudad desnuda…". Ahora, creo que ya son
más (y "sangran" todavía)…

(Algunas de mis tristes y queridas causas perdidas o la
amargura de la victoria)

En el Paper – "Tiempos modernos" ("realidades
cercanas" de un capitalismo sin control) Parte I,
publicado
en 15/7/12, dije:

(Apartado 1) – Trabajando como esclavos (el robo del
futuro)

"Snippet" de verano (julio europeo)

¿Qué son los "snippets"? Snippets viene
snip (inglés) y significa pequeño fragmento
(extraído de algo)

Es un término del idioma inglés utilizado
en programación para referirse a pequeñas partes
reusables de código fuente, código binario o texto.
Comúnmente son definidas como unidades o métodos
funcionales que se pueden integrar fácilmente en
módulos mucho más grandes, aportando funcionalidad.
También se utiliza la palabra para referirse a la
práctica de minimizar el uso de código repetido que
es común en muchas funciones, por medio del uso de un solo
método que pueda ser reutilizado.

En otros casos, he realizado mi comentario final en
forma de "blog", así que esta vez (para aquellos lectores
"adictos" a las nuevas técnicas de comunicación)
voy a probar un formato diferente: "Snippet" – Dato o comentario
Desarrollo breve – Pregunta abierta al final (para el que
quiera contestarla).

En un Paper anterior: La pandemia de las
abuelas, publicado el 21/4/04, escribí:

(Pandemia: enfermedad endémica que
se extiende a muchos países o que ataca a casi todos los
individuos de una localidad o región).

El neo-capitalismo de mercado ha logrado -entre otras
maravillas- "conchabar" a las abuelas (y hasta a algún
abuelo) para cerrar la ecuación de dependencia laboral
familiar. En vez de dos trabajadores por el precio de uno
(más adelante lo explicaré), ya pueden contabilizar
tres, cuatro (cuando no, cinco o seis) por el precio de uno (y ni
siquiera a ese uno le pagan bien). Joder, ¡eso sí
que es "crear" valor!

Bueno valor, valor,… lo que se dice valor, es el
que tienen las abuelas para "criar" a sus nietos, mientras los
padres están en el "bosque" animado que le "ofrecen" los
fundamentalistas del mercado.

La historia (y la histeria), merece su "racconto".
Aunque más valdría llamarlo "recuento"…de
víctimas, por supuesto.

Todo comenzó con el "feminismo"… (seguro
que con esto, ya perdí a las lectoras). Pero, por favor,
tengan paciencia y lean un poquito más…Luego
ustedes deciden. Total…con un clic, me mandan al carajo, y
sin dolor. Sólo unos renglones más, antes de dar o
quitar razones.

La "verdad" neoliberal absoluta, incontrastable,
definitiva e irreversible, necesitaba que las mujeres "tomaran"
el mando.

Nada es casual, nada es gratuito, nada es
espontáneo (como verán más adelante, si
estoy en lo correcto).

Las mujeres "debían" incorporarse al mercado de
trabajo. Las mujeres debían dejar el hogar (las tareas del
hogar, digamos) para "realizarse", para "encontrarse" a sí
mismas, para "ser" personas…

Ganar la calle (a veces se me va el lápiz, y casi
escribo "hacer" la calle, aunque sea en las oficinas, escuelas,
universidades, juzgados o despachos).

Para "ser" personas había que dejar la antigua
piel de madre y ama de casa. Lo que "mola" es estudiar, trabajar,
disponer de dinero, consumir, fumar (igual o más que los
hombres), beber (igual o más que los hombres), conducir un
auto propio (igual o peor que los hombres), liberarse de la
"caca" de los niños (cuando no de los niños, al
completo), liberarse de la "tutela" del marido, de la dependencia
económica, de limpiarles la mierda, de vaciarle los
ceniceros, de aguantar los ronquidos…

Para alcanzar ese "status" (ofrecido, promovido,
difundido, por los auspiciantes) las jóvenes se lanzaron
"en masa" a las universidades. Como eran, son y serán,
más inteligentes que los hombres, más
perseverantes, más "empollonas", más… (casi
todo), no les costó mucho superar a la población
masculina en los centros de estudio, superar las notas en los
exámenes de sus colegas del otro sexo, ganar becas,
concursos y oposiciones, pero…nada es casual, nada es
gratuito, nada es circunstancial…

Una vez alcanzada la cualificación profesional
correspondiente había que continuar en la "escala" del
progreso, de la autonomía, de la independencia…Para
ello había que incorporarse al "mercado" de trabajo. Iba
de suyo. ¡Y ahí empezaron a llegar las
facturas!

Todos los halagos anteriores, todas las ofertas
promocionales, todo el psicoanálisis, todo el feminismo,
toda la literatura independentista, liberal y auto afirmativa las
llevaba al desfiladero (por qué no decir al precipicio)
del trabajo fuera de casa. ¿Y si no para
qué?

Para sacudirse la esclavitud de la casa se iniciaron en
la esclavitud de la empresa. Ya podía verse quién
era el titular de las facturas…

Sin exagerar, han cambiado las tareas "menudas"
por… "menudas" tareas. Y "eso", no era todo. Aún
faltaba lo peor.

Cuando estaban bien "comprometidas"
(¿infiltradas, suena muy duro?)…cuando se
habían transformado en unas "consumistas"
irredimibles…cuando el "look" americano les sentaba de
maravillas…descubrieron que ya nunca nada podría
volver a ser como antes.

Los grandes almacenes, la tarjeta de crédito, la
hipoteca, las letras, los viajes, los electrodomésticos,
el móvil, el PC, el portátil… (y la madre
que los parió), ya no le dejarían volver
atrás…

Tienen hipotecado el destino. Sólo se puede
seguir hacia adelante. ¡Sólo se puede huir al
futuro!

Prisioneros de senda

Para la huida hacia el futuro el "sistema" les
tenía preparado otro plato de alta cocina. La otra
cuchilla de la tijera. La otra cara de la falsa moneda. La otra
fase de la trampa.

Para aquellas mujeres que formaban pareja (en cualquiera
de sus modalidades; hasta casándose, si aún se me
permite mencionar la alternativa), la hipoteca se extendía
"un poco" más allá, involucraría a los
compañeros, llegaría hasta los "niños" (si
es que accidental o premeditadamente, los
tenían).

Aquí la ecuación se complica un poco.
Necesita de cierto detalle y paciencia. Les ruego
ambos.

Los trabajadores masculinos tienen bajas remuneraciones
para alcanzar el nivel de consumos "satisfactorios" (en
definición de los profetas del mercado). La "única"
forma de completar ingresos, es con el trabajo de la
mujer.

Ese es el gran término de la ecuación. Esa
es la trampa de la sociedad de mercado. Para ir al "mercado" ya
no basta con el trabajo del hombre, se necesita el trabajo de la
mujer también.

Para "adquirir", para "participar", para "seguir"
rodando, se necesita de los dos. Con un sólo sueldo no
alcanza. Con el de dos… un poco más, pero…
tampoco.

¿Cómo es eso?

Los "dueños" de la globalización, los
"hacedores" de mercado, los "crupier" de la economía de
casino, los "plásticos" de la economía de Madonna,
los turbo-capitalistas, necesitan "crear" valor pagando por el
trabajo de dos (hombre y mujer), el precio de uno (lo que antes
ganaba sólo trabajando el hombre).

Tal vez si presento la "secuencia" de la dependencia, se
puedan seguir más fácilmente los términos de
la ecuación:

  • 1) Antes, las empresas tenían que pagar
    al trabajador lo suficiente para mantener el hogar sin que su
    mujer tuviera que trabajar fuera.

  • 2) Si se aumentaba la "oferta" de mano de obra
    esa remuneración podría rebajarse (por aquello
    de la ley de oferta y demanda).

  • 3) Para aumentar la oferta -contundentemente-
    existía la posibilidad de atraer a las mujeres al
    mercado de trabajo.

  • 4) Para ello había que:

  • a) motivar a las mujeres para que salieran a
    trabajar fuera de su casa

  • b) capacitar a las mujeres para que fueran
    útiles en las tareas de empresa

  • c) incorporarlas al mercado de consumo, para
    que nunca más pudieran volver atrás

  • d) convencerlas que la única forma de
    "ser" mujer era incorporándose al mercado de
    trabajo

  • 5) Una vez alcanzado el escalón anterior
    ya se tenía la suficiente "oferta" y con el debido
    nivel de formación como para desafiar a los hombres
    rebajando su remuneración.

  • 6) El siguiente paso ha sido (y es) remunerar a
    la mujer por debajo del hombre (para igual tarea).
    Según datos sus salarios son inferiores, al menos, en
    un 30%.

  • 7) Con hombres y mujeres subidas al "carro"
    triunfal del consumismo imparable, se tenían las
    "dependencias" suficientes, como para asegurar una oferta de
    mano de obra casi "cautiva".

  • 8) Otro paso más, y ya se podía
    pagar a dos por el precio de uno. Se necesitaban dos sueldos,
    para pagar las cuentas que antes se pagaban con un
    sólo sueldo.

  • 9) Para que ninguna mujer "osara" desafiar el
    destino que se le tenía preparado en la "aldea"
    global, se llenaron manuales, tratados y libros, se
    presentaron en cuanto programa de radio y televisión
    fuera posible, se dieron conferencias, cursos y coloquios,
    alabando la "independencia" femenina. Toda mujer que no se
    incorporaba al "camino", poco menos que era considerada una
    "islámica" (que es como decir una "cautiva"). Todo
    hombre que se animara a "objetar" la tendencia, poco menos
    que era considerado un "talibán" (que es como decir un
    dictador primitivo y retrógrado).

  • 10) Sólo faltaba un paso en ese "mundo
    de fantasía y consumo", para que la "libertad e
    independencia" fueran completas: no tener hijos. O tener uno
    sólo si fuera "irremediable"…

  • 11) Las empresas "castigan" a las embarazadas.
    El plan de carrera se trunca. El sueldo se reduce. El
    contrato no se renueva. Los permisos se
    retacean…

  • 12) El marido mira a su mujer con ojos
    acusatorios. Eh, tú, lindo momento para quedarte
    embarazada. Justo cuando teníamos que cambiar el auto.
    Justo cuando quería cambia el PC. Justo cuando
    quería cambiar el televisor por uno más grande
    que la pared. Justo cuando quería comprar el DVD.
    Justo cuando…

  • 13) La mujer siente que pierde su
    independencia. Siente que su jefe la mirará mal.
    Siente que se juega la renovación del contrato
    "basura", que tanto le costó conseguir. Siente que
    "otra" vez se irá al paro.

  • 14)  Será posible que este "mocoso" de
    mierda nos haga "bajar" de la sociedad de consumo. Tan bien
    que nos iba con todas esas tarjetas de crédito, con
    todas esas letras, con todos esos "chirimbolos" que nos
    hacían "creer" tan felices…

  • 15) Al fin tienen razón mis amigas (y
    amigos) que no quieren tener hijos. O el auto o el
    niño. O las vacaciones o el niño. O el ascenso
    en el empleo o el niño. O ser una mujer como las de la
    tele o una "mora" de mierda chancleteando detrás del
    marido. ¡Joder!

¿Exagero?…

(31/3/12) Momento en que escribo este
párrafo. Han pasado 8 años (que se dice
fácil). En la Unión Europea (en vías de
subdesarrollo) hay un paro juvenil que va desde el 30% (en los
países miembros más exitosos, si es que queda
alguno), al 50% en los PIGS (más "pigs" que nunca). En los
graduados universitarios el paro alcanza el 30%.

La globalización, la deslocalización, la
privatización, la desregulación, el librecambio, la
financierización… han propiciado la era de la
desigualdad, han provocado una vida "low cost". El "fin de la
historia" que se ofrece a la juventud es un "regreso a la edad
media". No era el "camino de la servidumbre" que temía
Hayek, pero sí el desenlace.

La precarización, el salario del miedo, la
temporalidad, atenazan al trabajador. Las deudas los "esclavizan"
y el "paro" (generalmente de larga duración) los
transforma en "parias" sociales, dependientes de la caridad
(familiar, al principio, y de las organizaciones
filantrópicas, al final).

Los jóvenes están más expuestos a
largas jornadas, a contratos temporales o informales con bajos
salarios, a una protección social escasa o inexistente, y
a no tener una voz en el trabajo.

La incapacidad de encontrar trabajo genera una
sensación de vulnerabilidad, inutilidad y ociosidad entre
los jóvenes. Por eso la brecha del empleo juvenil plantea
retos importantes, pero además implica fuertes costos
económicos en términos de pérdida de ahorros
y capital humano, y costos sociales en acciones de
prevención de la delincuencia o el uso de
drogas.

Tendencias del empleo y desempleo de los
jóvenes

  • El crecimiento de la población juvenil sigue
    superando el crecimiento del empleo.

  • El desempleo juvenil sigue aumentando en la
    mayoría de las regiones del mundo.

  • Es más probable que los jóvenes
    estén desempleados que los adultos.

¿Por qué son más altas las tasas de
desempleo juvenil que las tasas de desempleo de los
adultos?

Las tasas de desempleo juvenil están entre 2 y 6
veces más altas que las tasas de desempleo de adultos
dependiendo de la región. En la mayoría de las
regiones los jóvenes tienen tres veces más
probabilidad de estar desempleados que los adultos.

  • Los jóvenes son más vulnerables que
    los adultos en los tiempos económicamente
    difíciles (La explicación: último en
    entrar, primero en salir).

  • A un joven a menudo le falta información
    sobre el mercado laboral y experiencia en buscar trabajo (La
    explicación de la falta de experiencia en buscar
    trabajo).

  • Otra posibilidad es que los jóvenes se
    demoran más en buscar el trabajo correcto, lo que
    significa que tal vez esperan más para encontrar el
    trabajo que cumpla sus requisitos (La explicación de
    "buscar hasta encontrar el trabajo correcto").

  • Los jóvenes que están apenas empezando
    en la fuerza de trabajo seguramente no tienen recursos
    financieros para reubicarse, nacional o internacionalmente,
    en búsqueda de trabajo (La explicación de falta
    de movilidad).

  • La inactividad entre los jóvenes está
    aumentando. Por otro lado, la fuerza juvenil, y por lo tanto
    el denominador del cálculo de la tasa de desempleo
    juvenil, está disminuyendo en muchas partes del mundo
    a medida que más jóvenes se matriculan en el
    sistema educativo o permanecen en él más tiempo
    o se salen de la fuerza laboral como trabajadores
    desalentados.

Juan Somavia, Director General de la OIT, sostiene:
"Generar empleo para los jóvenes no es suficiente. En el
mundo resulta difícil cuando no imposible que los
jóvenes consigan trabajo. Pero además, cada vez
tienen más dificultades para encontrar trabajo decente.
Los jóvenes de hoy no necesitan un trabajo cualquiera,
sino uno que les permita contribuir como trabajadores, ciudadanos
y agentes de cambio. Este es el reto que enfrentamos".

Me gustaría decir, aunque no puedo, que los
jóvenes de hoy tienen ideas claras sobre sus aspiraciones
laborales y sociales, y esperan contar con opciones para alcanzar
su autonomía y ser ciudadanos activos.

Me gustaría decir, aunque no puedo, que los
jóvenes de hoy ejercen, con todo derecho y razón,
presión social, sobre los líderes políticos
y económicos, para que enfrenten el desafío de
desarrollar y aplicar las estrategias que les den a los
jóvenes de todo el mundo una oportunidad real y equitativa
de acceder a un empleo pleno y productivo y al trabajo
decente.

Me gustaría decir, aunque no puedo, que los
jóvenes de hoy están luchando por un mundo mejor y
no tragando la "sopa boba" que le ofrece la sociedad de consumo a
cambio de una vida "anestesiada", "pasiva", "gaseosa",
"anómica", "jibarizada" "vegetal", "tetrapléjica" y
con la respiración asistida provista por la droga, el
alcohol, la televisión y el fútbol.

Me gustaría decir, aunque no puedo, que la
juventud de hoy está en la "calle" en estado de lucha
permanente, en estado de rebelión permanente, reclamando,
exigiendo o provocando el cambio de régimen
político y económico hacia una sociedad más
justa, equilibrada, sostenible, democrática y
ética.

Pregunta abierta al final: ¿Hay soluciones para
(contra) este fracaso?

(Para ayudarles a reflexionar, les dejo con una cita
escrita en mi Paper del 21/4/04)

"Antes del fin"

Así se titula un libro de mi admirado y respetado
Ernesto Sábato (Seix Barral – 1998); y con una cita del
"maestro" (este sí, y no Greenspan), deseo finalizar el
artículo, dejando para vuestra reflexión y
análisis -si corresponde- lo dicho e insinuado
(ojalá sea útil):

"Para conseguir cualquier trabajo, por mal pago que sea,
los hombres ofrecen la totalidad de sus vidas. Trabajan en
lugares insalubres, en sótanos, en barcos factoría,
hacinados y siempre bajo la amenaza de perder el empleo, de
quedar excluidos.

Al parecer, la dignidad de la vida humana no está
prevista en el plan de la globalización. La angustia es lo
único que ha alcanzado niveles nunca vistos. Es un mundo
que vive en la perversidad, donde unos pocos contabilizan sus
logros sobre la amputación de la vida de la inmensa
mayoría. Se ha hecho creer a algún pobre diablo que
pertenece al Primer Mundo por acceder a los innumerables
productos de un supermercado. Y mientras aquel pobre infeliz
duerme tranquilo, encerrado en su fortaleza de aparatos y
cachivaches, miles de familias deben sobrevivir con un
dólar diario. Son millones los excluidos del gran banquete
de los economicistas…

Los jóvenes sufren: ya no quieren tener
hijos.

No cabe escepticismo mayor.

Así como los animales en cautiverio, nuestras
jóvenes generaciones no se arriesgan a ser padres. Tal es
el estado del mundo que les estamos entregando.

La anorexia, la bulimia, la drogadicción y la
violencia son otros de los signos de este tiempo de angustia ante
el desprecio por la vida de quienes nos mandan…

Te hablo a vos…

No quiero morirme sin decirles estas palabras

Tengo fe en ustedes. Les he escrito hechos muy duros,
durante largo tiempo no sabía si volverles a hablar de lo
que está pasando en el mundo. El peligro en que nos
encontramos todos los hombres, ricos y pobres.

Esto es lo que ellos no saben, los hombres del poder. No
saben que sus hijos también están en esta pobre
situación.

No podemos hundirnos en la depresión, porque es
de alguna manera, un lujo que no pueden darse los padres de los
chiquitos que se mueren de hambre. Y no es posible que nos
encerremos cada vez con más seguridades en nuestros
hogares.

Tenemos que abrirnos al mundo. No considerar que el
desastre está afuera, sino que arde como una fogata en el
propio comedor de nuestras casas. Es la vida y nuestra tierra las
que están en peligro…

Si, muchachos, la vida del mundo hay que tomarla como la
tarea propia y salir a defenderla. Es nuestra
misión.

No cabe pensar que los gobiernos se van a ocupar. Los
gobiernos han olvidado, casi podría decirse que en el
mundo entero, que su fin es promover el bien
común.

La solidaridad adquiere entonces un lugar decisivo en
este mundo acéfalo que excluye a los diferentes. Cuando
nos hagamos responsables del dolor del otro, nuestro compromiso
nos dará un sentido que nos colocará por encima de
la fatalidad de la historia.

Pero antes habremos de aceptar que hemos fracasado. De
lo contrario volveremos a ser arrastrados por los profetas de la
televisión, por los que buscan la salvación en la
panacea del hiperdesarrollo. El consumo no es sustitutivo del
paraíso…

Tengamos en consideración entonces las palabras
de María Zambrano: "No se pasa de lo posible a lo real
sino de lo imposible a lo verdadero". Muchas utopías han
sido futuras realidades"…

Buscando respuestas (escrito en enero de
2013)

El desempleo y la pobreza están en alza, la
pregunta es: ¿cuánto dolor puede soportar una
sociedad antes de que haya tenido suficiente?

Las desigualdades en la distribución de la renta
en los países desarrollados, durante la crisis financiera
¿resultan ser un "daño colateral" de la
depresión, o un "proyecto inconfesado" de exclusión
social?

He tratado de presentarles gráficos, cifras e
informes (…), dar vuelta el telescopio para mostrarles a
las personas que están al otro lado del espejo de la
socialización de las pérdidas (…) y
finalmente, el lado íntimo de la crisis, algunos dramas
individuales y sueños estancados (…), que
sospechables "analistas" interpretan (con cinismo e
insensibilidad) como "daños colaterales" de la
depresión, y que yo considero (sin esperanza y sin miedo),
la consecuencia directa de un "proyecto inconfesado" de
exclusión social.

  • Una crisis sin fondo donde las víctimas de la
    pobreza se instalan en una normalidad quebradiza.

  • La pérdida de ingresos es el comienzo del
    dramático tobogán hacia la exclusión
    social (si faltan redes de apoyo, como la familia, todo
    conduce a la exclusión social).

  • El desapego de las clases dominantes
    (política y empresaria) ante la desigualdad de los
    ingresos. Un sistema de castas con una actitud de
    indiferencia ante la distribución del ingreso (la
    sociedad mala).

Por razones de edad (68 años) y por las
experiencias vividas (primero en Argentina -el país "de
los senderos que se bifurcan"- y en los últimos 25
años en España -un exilio voluntario, con la
ilusión de brindar a mis hijas (y ahora, nietos) la
posibilidad de vivir un proyecto europeo de social democracia,
craso error-, reconozco que mi análisis puede resultar
sesgado. Hasta, tal vez, cegado.

Un sesgo (tal vez, ceguera) provocado por haber sido
educado en los valores y objetivos de la clase media. Una clase
media que primero se extinguió -no sin dolor- en mi
país de origen, y que ahora asisto -consternado- al
intento de exterminio (con premeditación y
alevosía) en varios países europeos.

Para referirme, con nostalgia, al "holocausto" de la
clase media (y su impacto social y económico), y por
aquello de la "argentinización" de la economía de
los países, antes, avanzados, y actualmente, en
"vías de subdesarrollo" (*), citaré parte del
artículo escrito por Marcos Aguinis en el Diario La
Nación (de Argentina), publicado el 22/6/12:

(*) La progresión y el impacto de la
crisis en estos cinco años, sigue la misma pauta que la de
América Latina de los 80. Las causas son similares
(aumento de liquidez que degenera en préstamos
irresponsables y burbujas especulativas), las medidas adoptadas
son similares (recorte del gasto público, aumento de la
presión fiscal sobre las clases medias y bajas, e
impunidad de los gestores irresponsables) y, lamentablemente, las
consecuencias van en la misma dirección: más
pobreza y más desigualdad.

Elogio de la clase media

"Prejuicios fósiles mantienen el desprecio
por la clase media. Se la menciona con cierto pudor, porque no
tiene límites claros y se la vincula con los rasgos
mezquinos, crueles e insensibles de la burguesía y
pequeña burguesía bien descriptos en poderosos
textos de la literatura universal. Sin embargo, la realidad no es
tan esquemática ni rígida. Ahora sabemos que la
clase media no se reduce a sus defectos, porque defectos tienen
todos los niveles.

Ya es hora de enaltecer sus virtudes, especialmente
las de la clase media argentina, que llegó a ser la
más importante y fértil de toda América
latina. Nuestro país la desarrolló de forma
excepcional. No hay otro donde haya alcanzado tanto desarrollo y
gravitación en brevísimo tiempo, sobre un
territorio distante y bastante
desertificado…

De una generación a otra, la clase media no
sólo acrecentaba su volumen, sino su protagonismo. Tanto
en el campo como en las ciudades empezó a consolidar
valores que operaron como semillas. Esos valores dieron sustento
a tres culturas: la cultura del trabajo, la cultura del esfuerzo
y la cultura de la honestidad. Había consenso en que nada
llegaba gratis. Ningún derecho se obtenía sin la
correlativa obligación. Era posible prosperar, pero
sólo mediante la actividad intensa y correcta. La
deshonestidad era tan mal vista que una familia dejaba de
asomarse a la vereda si alguno de sus miembros cometía un
delito.

No se estableció un paraíso
bíblico, porque abundaron las excepciones. Pero
predominaban las tres culturas mencionadas. En el optimista clima
que reinaba dentro y fuera del hogar flotaba el anhelo del
progreso. Una "sana" ambición, como se dice ahora, porque
la ambición a secas ha comenzado a sonar como una
disonancia. Era común la ambición de tener una vida
digna, constituir familias sólidas, educar a los hijos,
gozar de la cultura, ascender. No se aspiraba a fortunas enormes,
sino a las que permitiesen lograr los objetivos irrefutables
(maravillosos) de la vida digna, la familia sólida, la
buena educación de los hijos y un razonable progreso. Los
menciono con insistencia, porque son los caminos que
deberíamos recuperar.

Por desgracia, esas tres culturas empezaron a ser
derruidas en la primera mitad del siglo XX. La cultura del
trabajo fue reemplazada por la de la mendicidad, la cultura del
esfuerzo por la del facilismo y la cultura de la honestidad por
la de la corrupción. Lo revela con una elocuencia
insuperable el tango "Cambalache", compuesto en 1935, hace casi
ochenta años. Tiene una estremecedora
vigencia.

Todavía resuena la burla que entonces se
hacía a los inmigrantes analfabetos que se apuraban por
tener un "hijo dotor". Pese a las dificultades de todo orden, los
tuvieron, y en gran cantidad. El estudio era un dato cotidiano,
infaltable, obligatorio. Todos los niños debían ir
a la escuela y una gran parte luego pasaban a establecimientos
técnicos o colegios secundarios. Hasta en el servicio
militar se debía educar a los conscriptos. Al mismo
tiempo, crecieron las universidades con profesionales, docentes e
investigadores que asombraron al planeta y hasta obtuvieron el
premio Nobel. Era un ejército de gente admirable que, en
su inmensa mayoría, por supuesto, se originaba en la clase
media.

En aquella época de predominante clase media
se aplaudía el mérito, se elogiaba la tenacidad. No
se concebía consolar al que quedaba abajo haciendo
descender al que llegaba arriba, porque significaba igualar hacia
la fosa y quitar incentivos (nefasta política establecida
más adelante). No se le tenía miedo ni desconfianza
a la competencia, porque movilizaba los resortes del esfuerzo y
mejoraba los resultados del conjunto. Era una mirada opuesta a la
que vino después.

Los docentes estaban bien pagados. Eran "maestros"
de verdad, no simples y aburridos "trabajadores de la
educación". Se esmeraban por mejorar la calidad educativa.
Recibían un gran respeto por parte de los alumnos y sus
padres (no era concebible que sufrieran las agresiones de los
últimos tiempos). Desempeñaban roles centrales en
la vida social. Como parte de esa obsesión por el estudio
brotaron centenares de bibliotecas públicas, pagadas,
cuidadas y ensalzadas por la misma gente. En ese ámbito
circulaban los fermentos del empeño y la decencia que
caracterizaban a una clase media que no dejaba de crecer. Se
multiplicaban los escritores, periodistas, dramaturgos y talentos
artísticos en las bellas artes, la música y el
teatro. Era una primavera larga, con los altibajos de la
adolescencia que caracteriza a ese período, por
supuesto.

En lugar de descalificarla -como hacen
ideólogos arcaicos-, deberían desplegarse los
proyectos que contribuyeran a convertir la clase media argentina
en el lugar hacia donde se afanen por integrarse quienes sufren
pobreza y desconsuelo. No es la clase media la que tiene que
achicarse, sino la clase pobre y desposeída, que ya supera
la mitad de nuestra población.

Los profesionales no obtienen una retribución
equitativa a sus méritos o empeños. La
educación declina. Ni una sola de nuestras universidades
se menciona en el ranking de las cien mejores del mundo. Las
certeras bofetadas del tango "Cambalache" no son tenidas en
cuenta para superarlas. A la inversa, parecieran haberse
convertido en una guía de mucha gente, en especial los
versos que dicen "el que no roba es un gil" y "todo es igual". No
todo es igual, aunque hacia allí impulsa un igualitarismo
utópico que descalifica el trabajo, no honra el esfuerzo,
calumnia la competencia y defiende a los
corruptos…

Un grueso sector de la clase media está
compuesto por las pymes. No es frecuente escuchar que se las
tenga debidamente en cuenta. Son las proveedoras de
muchísimos puestos de trabajo y esa virtud no es objeto de
halagos entusiastas. En ellas se ejercen la imaginación y
el músculo. No viven de la limosna ni de los subsidios.
Funcionan en las ciudades grandes y pequeñas, en el campo
y en los lugares más alejados del país. Pero sufren
una impiadosa extorsión impositiva. El dinero que se les
quita no se dirige a obras de infraestructura ni a una mayor
eficiencia del Estado, sino para mantener un Estado elefante,
voraz, ciego, irracional y caprichoso, que desperdicia sus
riquezas en burocracia, amigos, ñoquis y
punteros.

La clase media parece condenada hoy en día.
Durante el "Rodrigazo" se publicó en el entonces diario La
Opinión un artículo cuyo título se hizo
famoso: "Réquiem para la clase media". Fue acertado. La
clase media declinó tanto que ya ni es atractiva para los
que buscan conseguir votos"…

De un "bi-bis", a los "ni-nis" ("¿Hasta
cuándo, Catilina, abusarás de nuestra paciencia?" –
Cicerón – 55 AC)

Mi experiencia "bi"-nacional, está en camino de
"doblar" la frustración, el dolor y el espanto, en un
patético "bis". Por eso, y porque mis fuerzas ya flaquean,
deseo dejarle a los ni-nis algunos interrogantes, con la
esperanza que sean ellos los puedan dar respuesta (y si es
posible -también, deseable- el debido
escarmiento).

¿Por qué este engaño,
práctica generalizada en (casi) todos los países
avanzados, en (casi) todos los sectores económicos
(transables y no transables), y en (casi) todas las mayores
corporaciones globales?

¿Por qué dicen flexibilización y/o
productividad y/o competitividad, cuando quieren decir mano de
obra de usar y tirar y/o despido libre y/o salarios
tercermundistas?

¿Cómo se le explica a alguien a quien se
le permitió vivir aceptablemente bien y que ahora vive muy
parcamente o simplemente mal, que nunca va a volver a vivir
cómo vivió?

Esta crisis es la primera en la que las expectativas
para su después no son las de volver a una
situación mejor a la existente antes de que esta crisis
comenzase.

En esta hora de post burbuja (antes que formen otra, y
tengamos que volver a pagar sus pérdidas), ¿no
habrá llegado la hora de hacer un acto de justicia y
responsabilidad, y que cada palo aguante su vela?

¿Se puede salir de la crisis haciendo más
grande el problema?

¿No han sido ya, demasiado los "polvos" (en todas
sus acepciones), para estos lodos (en su interpretación
más cenagosa)?

¿Cuánto tiempo más puede durar el
asalto a la clase media y a los pobres por los intereses
especiales de los ricos (procurando hacer sostenible lo
insostenible)?

¿Puede ser que la "nueva pobreza" no tenga
contestación social?

¿Es posible esperar de aquellos que "ni" estudian
"ni" trabajan, alguna forma de reacción social?
¿Para cuándo el "estallido" social (esperable y
deseable)?

¿O al final (como antes en Argentina y ahora en
Europa, EEUU, o Japón), ganarán aquellos que los
han condenado a No estudiar y No trabajar, volviendo a ganar
logrando, esta vez (para mayor escarnio), que No piensen? IPhone,
tweets, drinks…

"Antes que sea demasiado tarde", vuelvan los
jóvenes a releer al Maestro Sábato:

"Tengamos en consideración entonces las palabras de
María Zambrano: "No se pasa de lo posible a lo real sino
de lo imposible a lo verdadero". Muchas utopías han sido
futuras realidades"…
luego, por favor,
"piensen"… y "actúen" en consecuencia. Eso
espero.

En el Paper – Los "nuevos" pobres, de los
países ricos (un relato trágico de la crisis)
(I
), publicado el 15/2/14, decía:

Obertura

Los "nuevos" pobres son aquellos que no vieron venir la
cachetada. Aquellos que se creyeron "predestinados" a ser
más ricos que sus padres. Aquellos que "hipotecaron" la
mitad de los ingresos familiares (o más) para vivir en una
casa, muy por encima de sus posibilidades. Aquellos que
"confiaron" en el empleo continuo y el ingreso
creciente.

Dicen Alberto Minujin y Gabriel Kessler, en su libro "La
nueva pobreza en la Argentina" – Temas de Hoy – 1995) que, "los
"nuevos" pobres se parecen a los no pobres en algunos aspectos
socioculturales, como el acceso a la enseñanza media y
superior, el número de hijos por familia -más
reducido que entre los pobres estructurales- etc.; y a los pobres
de veja data, en los aspectos asociados a la crisis: el
desempleo, la precariedad laboral, la falta de cobertura de
salud, entre otros"…

No es fácil captar en toda su extensión
las consecuencias que la pauperización de una parte
considerable de la clase media (norteamericana o europea, en el
caso que nos ocupa) tiene para aquellos que la sufren en carne
propia como en la sociedad en su conjunto. Es que este hecho
marca un punto de no retorno, el fin de un tipo determinado de
sociedad.

Hasta no hace muchos años, los ciudadanos de
Estados Unidos y los países miembros de la Unión
Europea, habían formado una sociedad relativamente
integrada, en la que una importante clase media había
surgido como resultado de un proceso de movilidad social
ascendente cuya continuidad no se ponía en
cuestión. Desde 1989 (caída de muro de
Berlín) en adelante, y ahora, luego de algo más de
seis años de empobrecimiento masivo de la clase media, no
hay duda de que estos países ya no son los mismos
países.

El empobrecimiento de una parte importante de las clases
medias de estos países (antes considerados "avanzados") no
fue un acontecimiento natural ni una catástrofe
inexorable, ni tampoco un hecho que pueda ser analizado en forma
aislada. Fue el resultado de una serie de factores de orden
externo e interno; un proceso para cuya comprensión
sería necesario referirse a la poderosa transferencia de
recursos del sector público hacia el sector privado, al
endeudamiento público y privado, la pérdida de
derechos sociales y la falta de una intervención estatal
eficaz dirigida a los sectores más vulnerables.

Simultáneamente, se conformó la contracara
indisociable del empobrecimiento masivo: la globalización,
la privatización, la desregulación, la
deslocalización, el libre movimiento de capitales y
mercancías… la "nueva" riqueza, que alcanza su
apogeo en gran medida en individuos y grupos económicos
muy vinculados con el poder político.

En suma: el empobrecimiento fue (y sigue siendo) un
hecho económico, un hecho social y un hecho
político.

(Parte I) – El fin del sueño
americano

¿Un fundamento que se
desmorona?

El aumento de la diferencia de renta entre la
población se ha convertido en una cuestión
controvertida en EEUU, a medida que los liberales critican la
disminución de la clase media y los conservadores
argumentan que una economía de mercado saludable debe
recompensar el esfuerzo, el espíritu emprendedor y la toma
de decisiones arriesgadas. Pero en lo que concierne a la
cuestión relativa a la movilidad económica, o la
capacidad del individuo de ascender en el nivel de renta, la
mayor parte de las personas parece estar de acuerdo: la movilidad
ascendente es algo bueno.

De hecho, los conservadores siempre citan la movilidad
económica como razón para no preocuparse por la
cada vez mayor desigualdad de los ingresos. Si las personas
tienen la posibilidad de subir socialmente, no importa que
algunos sean muy ricos y otros estén muchos escalones por
debajo en el nivel de renta: con la movilidad económica,
las personas no se quedan atrapadas en el punto de
partida.

Sin embargo, un volumen cada vez mayor de datos muestra
que la movilidad económica ya no es tan común en
EEUU como mucha gente piensa. Además, varios estudios
muestran que la movilidad económica disminuye a medida que
la desigualdad de renta aumenta, señal de que en los
próximos años podría ser más
difícil para las personas pasar de la pobreza a la clase
media, o de la clase media hasta lo alto de la
pirámide.

"Estudios recientes indican que hay menos movilidad
económica en EEUU de lo que siempre se ha creído",
dice un estudio de The Economic Mobility Project(Proyecto de
Movilidad Económica) elaborado por The Pew Charitable
Trusts, The American Enterprise Institute, The Brookings
Institution, The Heritage Foundation y por The Urban Institute.
"Los últimos 30 años registraron una caída
gradual considerable en el crecimiento de la renta de la familia
media en comparación con las generaciones anteriores.
Según algunas medidas, somos, de hecho, una sociedad menos
móvil que la de muchos otros países, entre ellos
Canadá, Francia, Alemania y la mayor parte de los
países escandinavos. Eso pone en duda la idea de EEUU como
tierra de oportunidades".

¿Cuál es el motor de la movilidad
económica?

Se utilizan dos tipos de medidas para evaluar la
movilidad económica, observa Nikolai Roussanov, profesor
de Finanzas de Wharton. En primer lugar, está lo que se
llama movilidad "absoluta", que es la riqueza de los hijos
comparada con la de los padres. En segundo lugar, está la
movilidad "relativa", que es la capacidad de los hijos de
alcanzar una posición económica superior a la que
sus padres tenían, que es lo que sucede cuando los hijos
de los pobres se incorporan a la clase media.

Aunque ambos tipos de movilidad sean importantes, la
movilidad relativa es bastante interesante porque revela hasta
qué punto las personas se ven limitadas por las
circunstancias de nacimiento o son capaces de ascender en
comparación con otras. El estudio del Proyecto de
Movilidad Económica dice que la movilidad relativa
determina si un país tiene una sociedad que premia la
meritocracia, en que las personas progresan por el esfuerzo
propio, o si su sociedad está basada en factores de
suerte, o incluso si se trata de una sociedad "estratificada en
clases", en que los hijos tienden a ocupar la misma
posición que los padres.

Los americanos siempre se consideraron una sociedad de
meritocracia, sin embargo los datos indican que ése no es
necesariamente el caso. "La mayor parte de los estudios muestra
que, en EEUU, cerca de un 50% de las ventajas derivadas de tener
padres de renta elevada son transmitidas a la generación
siguiente", concluye el estudio del Proyecto de Movilidad
Económica. "Eso significa que uno de los mayores
indicadores del éxito económico futuro de un
niño –identidad y características de sus padres-
está predeterminado y no se tiene control alguno sobre
eso".

Evidentemente, padres prósperos pueden dar a sus
hijos una buena educación y otras ventajas que, en
general, no están disponibles para las personas de baja
renta. Aunque los hijos de padres con más dinero puedan
fracasar debido a la pereza, falta de ingenio o mala suerte, de
media, ellas se benefician de la buena situación inicial.
Al medir la movilidad económica entre las generaciones
comparando la renta de los hijos con la de los padres, el estudio
del Proyecto de Movilidad Económica constató que
los americanos tienen un grado un poco mayor de movilidad que la
población de Reino Unido, pero menos que la
población de Francia, Alemania, Suecia, Canadá,
Finlandia, Noruega y Dinamarca. En los cuatro últimos
países citados, el grado de movilidad es dos o tres veces
mayor que en EEUU.

Un segundo estudio del Proyecto constató que "un
42% de los niños nacidos de padres pertenecientes a la
quinta parte inferior de la distribución de la renta
continúan ahí, mientras que un 39% nacidos de
padres de la quinta parte superior continúan en los
primeros puestos. Solamente cerca de un tercio de los americanos
fueron clasificados en el grupo de "ascenso social", o, en otros
términos, ganaban más que sus padres y
habían alcanzado la quinta parte superior de la escala de
la distribución de la renta.

Además, "la historia del pobre que se vuelve rico
es más común en Hollywood que en la vida real",
concluyó el Proyecto Movilidad. "Solamente un 6% de los
niños nacidos de padres pobres con renta familiar muy baja
llegaban al nivel superior".

¿Qué hace que la movilidad
económica aumente o disminuya?

Un factor fundamental es la desigualdad de los ingresos:
cuanto mayor es la desigualdad, menor la movilidad. Roussanov
destaca que se necesita menos renta adicional para subir de un
quinto al siguiente si la pirámide es más plana, y
más renta si es más inclinada. Tal vez eso ayude a
explicar la mayor movilidad de Europa y de Canadá. "No
está claro si hay más movilidad en las sociedades
europeas (…) esto porque la distribución de la renta
allí es más compacta", dice Roussanov.

La mayor parte de los especialistas cree que hay otros
factores en juego, pero no hay duda de que la desigualdad de la
renta está aumentando de forma clara en EEUU. Durante una
charla el día 12 de enero (2012) en el Center for American
Progress, Alan B. Krueger, economista de Princeton y presidente
del Consejo de Asesores Económicos del presidente Obama,
presentó datos que muestran una fuerte correlación
entre desigualdad de renta y ausencia de movilidad
económica. De las diez economías desarrolladas
analizadas en el estudio, EEUU tenía la mayor desigualdad
y la menor movilidad medidas por el éxito de los hijos en
alcanzar niveles superiores al de sus padres. Países con
nivel de desigualdad menor -Suecia, Finlandia, Noruega y
Dinamarca- tenían una movilidad más
elevada.

De 1947 a 1979, la tasa real (ajustada por la
inflación) de aumento de los ingresos era casi el mismo en
todos los niveles de renta de EEUU, dijo Krueger citando cifras
de la Oficina del Censo que señalaban un 2,5% de
crecimiento anual en la quinta parte de renta más baja y
un 2,2% en la quinta parte superior. Después, de 1979 a
2010, las rentas anuales cayeron un 0,4% en la quinta parte
más baja y subieron un 1,2% en la más alta. En
1970, un 50% de las familias americanas pertenecían a la
clase media; en 2010, ese porcentaje era del 42,2%. Según
La Oficina del Presupuesto del Congreso, de 1979 a 2004, la tasa
de renta real después de descontados los impuestos
subió un 9% en la quinta parte inferior, un 69% en la
superior y un 176% entre el 1 % más rico.

Citando diversos economistas, Krueger dijo que el cambio
tecnológico, que reduce la demanda de trabajadores que no
dominan el uso del ordenador y no tienen conocimientos de nivel
más elevado, fue el principal factor del aumento de la
desigualdad de renta. Entre otros factores importantes destacan:
comercio internacional, descenso del salario mínimo
después de ajustado por la inflación, caída
de afiliación a los sindicatos e inmigración
creciente. Además, la disminución de la renta en la
era Bush, las ganancias de capital y los impuestos sobre
propiedades inmobiliarias contribuyeron aún más a
enriquecer a los americanos más ricos. La mayor parte de
los países europeos, dijo Krueger, tienen sistemas de
impuestos más progresivos que el de EEUU, lo que
contribuye a aplanar la pirámide de la renta.

Herring y Roussanov observan que la movilidad de la
renta también se vio afectada por el descenso del nivel de
la enseñanza. EEUU, dice Herring, "se ha quedado muy por
detrás de otros países en desempeño
educativo en prácticamente todos los niveles (…) No hay
duda de que los estándares han caído. Un menor
número de estudiantes termina la facultad, y de los que la
terminan, un grupo muy pequeño tiene conocimientos
suficientes para hacer una especialización en ciencias o
ingeniería".

Eso tuvo lugar en una época, dice Roussanov, en
que "la importancia de la educación aumentó", es
decir, el trabajador con poca formación tiene menos
oportunidad de conseguir empleos bien pagados. "Es evidente la
percepción de que el sistema de enseñanza, en
particular el sistema de enseñanza primaria, se ha
deteriorado con el paso del tiempo". Los últimos
años, añade Herring, la crisis financiera y sus
consecuencias contribuyeron al declive de la movilidad
económica. No hay sólo millones de personas
desempleadas, o ganando menos de lo que ganaban antes de la
crisis, sino también hay muchas que se encuentran en un
verdadero callejón sin salida porque no consiguen vender
sus casas.

"Una de las razones por la que las recesiones americanas
han sido más superficiales y cortas que en la mayor parte
de los otros países se debe al hecho de que los
trabajadores americanos siempre han demostrado una
disposición notable para trasladarse a lugares donde hay
trabajo cuando se quedan sin empleo", dice Herring. "Como el
mercado inmobiliario está deprimido, muchos trabajadores
que, en otras circunstancias, estarían dispuestos a
desplazarse a áreas con mejores oportunidades de trabajo
están atados a sus casas que no consiguen vender. Es
probable que esa situación mejore con el tiempo, pero ya
está tardando mucho".

Como la desigualdad está creciendo en EEUU, la
movilidad económica caerá en el futuro, dijo
Krueger en su charla. "En otras palabras, la continuidad de las
ventajas y desventajas de la renta pasada de padres a hijos
debería aumentar cerca de un cuarto en la próxima
generación como consecuencia del aumento de la desigualdad
experimentada por EEUU en los últimos 25 años",
dijo. "Es difícil mirar a esas cifras y no sentirse
preocupado por el hecho de que el aumento de la desigualdad
está poniendo en riesgo nuestra tradición de
oportunidad. La suerte de los padres parece un dato cada vez
más importante en la sociedad americana".

¿Un fundamento que se desmorona?

Para muchos americanos, la movilidad ascendente es un
valor fundamental, el fundamento del Sueño Americano. Pero
la desigualdad de la renta y la disminución de la
movilidad son dos cuestiones que relacionadas también
tienen implicaciones económicas.

El Pew Charitable Trusts constató que un
número cada vez mayor de americanos se muestran pesimistas
respecto al futuro, y dudan de que la próxima
generación sea tan próspera como la anterior.
Según la entidad, "en marzo de 2007, un estudio del Pew
Research Center mostró que un 73% de los entrevistados -un
aumento del 8% desde 2002- coincidían con la
afirmación "Hoy sin duda alguna es verdad que los ricos
son cada vez más ricos y los pobres cada vez más
pobres"".

Si las personas creyeran que no pueden progresar,
¿cómo afectará eso a su dedicación en
el trabajo o su búsqueda de otras formas de
enriquecimiento como, por ejemplo, cursos de
especialización o un curso superior? Las personas
atrapadas en los escalones inferiores de la pirámide son
talentos que se pierden: innovadores, investigadores,
emprendedores, educadores, artistas y líderes
políticos y empresariales que no recibieron
atención. Algunos investigadores dijeron que la creciente
desigualdad y la caída en la movilidad han llevado al
consumidor a pedir más préstamos para mantener los
niveles deseados de consumo, lo que contribuye a que tengan lugar
sucesos como la burbuja inmobiliaria. Otros dicen que la demanda
del consumidor, que es crítica para el crecimiento
económico, se ve más perjudicada cuando hay menos
gente en la clase media y hay más personas
pobres.

Krueger recurrió a un cálculo simplificado
para mostrar que de 1979 a 2007, un 1% de las personas de renta
más elevada tuvieron un aumento de renta del 13,5%, o
cerca de US$ 1,1 billones en 2007. Como los ricos ahorran cerca
de la mitad de los incrementos de rentas, frente a un 10% del
resto de la población, esa renta desviada redujo el
consumo anual en US$ 440.000 millones. Aunque admita que esa
cifra pueda ser cuestionada, Krueger concluyó diciendo que
"los cálculos dejan claro que la economía
estaría en mejor situación, y la demanda agregada
sería más robusta, si el tamaño de la clase
media no hubiera disminuido como consecuencia del aumento de la
desigualdad".

Herring y Roussanov observan que EEUU ha de redoblar su
compromiso con la educación. "Una fuerza laboral menos
preparada será sin duda menos móvil porque no
tendrá flexibilidad para adaptarse a las condiciones
económicas en proceso de cambio", dice Herring. "El
declive de la movilidad de la fuerza de trabajo lleva al declive
de la movilidad social y a una sociedad en que pocos de nosotros
querrían vivir".

"Sea como sea, la idea de que EEUU es la tierra de las
oportunidades dotada de una movilidad excepcional continúa
vigente en Estados Unidos y en el resto del mundo", añade
Herring. "Es muy importante, para motivar a las personas, que
ellas se esfuercen en sacar lo mejor de sí mismas, pero
tal actitud no puede durar mucho si no hay evidencias
sólidas de que vale la pena. Eso dependerá de
arreglar el sistema de enseñanza, pero nadie parece
dispuesto a hacerlo".

Roussanov añade: "No queremos que las personas se
queden atrapadas en la pobreza simplemente porque tuvieron la
mala suerte de nacer pobres"…

(Fuente: Wharton School de la Universidad de
Pennsylvania – 25/01/12)…

(B) – La exclusión social (la cara más
fea de la crisis del Primer Mundo)

La crisis de los rehenes… (un camino a ninguna
parte)

Llega el Apartado más triste del relato,
difícil, desagradable, angustioso, doloroso, penoso,
sangrante, desolador, desconsolador,… cuando los "grandes
números" se transforman en "dramas personales", en
nombres, caras, voces, desdichas, tragedias, calamidades,
desventuras, miedo, espanto, horror, desesperación,
depresión, pánico

Desempleo y la falta de oportunidades económicas,
caída de los salarios reales y de los ingresos familiares,
grandes brechas de riqueza, altos índices de pobreza,
crisis educativa, niveles de desigualdad tercermundista, cupones
de comida, carencia de sanidad pública, desahucios, villas
miseria, inseguridad alimentaria infantil, fracaso
escolar… tristes records del país más
poderoso de la tierra, sufridos por su propia gente.

Gente que alguna vez creyó en "el sueño
americano"… que se imaginó libre por siempre de
padecer las lacras del Tercer Mundo, y que hoy vive la pesadilla
de una post guerra sin haber tenido ninguna guerra, que hoy
arrastra la desesperanza de su propia vida, las dudas sobre las
posibilidades de sus hijos y el recelo por el futuro de sus
nietos.

Gente que hasta ayer tenía un empleo (o dos,
contando el de su mujer), un salario razonable y seguro (o dos,
contando el de su mujer), casa propia (con deuda hipotecaria a
largo plazo), probablemente dos automóviles (uno todo
terreno, para ir al súper), colegio o universidad para los
hijos, plan de pensiones, seguro de salud, club, gimnasio,
vacaciones, viajes, ocio, esparcimiento, hobbies, todos los
electrodomésticos y chucherías electrónicas
novedosas que las grandes tiendas ofrecían, más
teléfonos móviles que miembros del hogar, varios
ordenadores… en fin, todo aquello que satisfacía el
consumismo glotón y confirmaba el "american way of
life".

Casi todo ello (en muchos casos pueden quitar el "casi")
se ha ido perdiendo. El empobrecimiento ha desestructurado lo
cotidiano; ha derribado con la violencia de los hechos, proyectos
y expectativas que daban sentido a las propias acciones. No es
sorprendente, entonces, que también ponga en jaque las
creencias que el individuo se ha forjado por años acerca
de sí mismo, sobre el lugar que ocupaba en el mundo, en
síntesis, sobre su propia identidad. Los empobrecidos se
preguntan quiénes son en esta sociedad. Les preocupa saber
si siguen siendo de clase media a pesar de todo, lo cual les
lleva a preguntarse qué es ser de clase media, en
definitiva.

¿Un pasado mejor, una antigua jerarquía en
el trabajo, un título profesional, que no se borran,
alcanzan como requisito para mantenerse en la clase media?
¿Quién cambió: ellos, el resto de la
sociedad, ambos? Y si toda la clase media se empobreció:
¿acaso no se sigue siendo de clase media, solo que
masivamente devaluados? ¿Cuál es la frontera?
¿Hay un límite objetivo o en última
instancia todo depende de cómo se ve uno?
¿Quién decide si sigo siendo o ya no soy: yo mismo,
mis amigos, la sociedad? Si ya no soy de clase media,
¿Qué soy?

"El empobrecimiento va erosionando poco a poco los
basamentos en los que se sostiene la propia identidad social; es
decir la percepción de una ubicación en la
estructura social y de un posicionamiento con respecto a otros
grupos sociales que forman parte de esa misma sociedad. Se trata
de una preocupación central entre los nuevos
pobres… Sin embargo, el interrogante sobre la propia
identidad difícilmente pueda concluir en una respuesta
acabada, y menos que menos común para todos los
empobrecidos. La hibridez propia de la nueva pobreza, la
coexistencia en la misma persona de hábitos, relaciones
sociales, títulos y creencias propias tanto de su pasado
no pobre como de su presente pobre, posibilitan que una misma
persona pueda considerarse como perteneciendo todavía a la
clase media, si toma en cuenta lo que aún posee y no
dejará nunca de poseer -"soy un profesional, a pesar de
todo"- , o bien como un expulsado, si toma en cuenta lo que
perdió"… (La nueva pobreza en la Argentina –
Alberto Minujin & Gabriel Kessler)

Si el empobrecimiento erosiona de algún modo la
propia identidad social, es interesante ver
específicamente por qué vías lo hace. En
muchos casos, la crisis de identidad aparece en relación
directa con la caída de poder adquisitivo, la
contracción del consumo. Esta es una visión muy
extendida de lo que definiría a la clase media: el
consumo. Una identidad que se sostiene en base al acceso a bienes
y servicios que permitían algo más que lo puramente
ligado a la supervivencia. Identidad construida en base a
determinada ropa, salidas, vacaciones, electrodomésticos,
automóvil…

La clase media aquí se define entonces en la
cotidianidad, en los hábitos de consumo, de
frecuentación de lugares y en la manipulación de
bienes. Quizá parezca a simple vista una identidad
"superficial", más ligada a una cuestión de imagen
y al consumismo que a un sentimiento profundo. Sin embargo, es
esta propia cotidianidad, ligada a los hábitos, a la casa,
a todo aquello con lo que uno se relaciona cada día, lo
que constituye gran parte de la identidad de la clase media, en
tanto identidad.

Identidad cotidiana , que no exige ningún
compromiso ni rito particular para reafirmar su pertenencia, como
sí se le requiere, por ejemplo, a quien se considera
feligrés de una determinada religión o miembro de
una agrupación política. Se es de clase media por
el solo hecho de vivir como se vive. Y éste es
también su talón de Aquiles en la caída: los
cambios en los hábitos cotidianos implican la
desestructuración de las bases de identidad.

Otra forma de erosión de la identidad, es la
terrible sensación de que aquello que se es, que siempre
se ha sido y de lo que se está orgulloso, ha perdido todo
su prestigio social. Para algunos de ellos, la identidad aparece
puesta en tela de juicio al ver retrospectivamente que todos los
ideales y valores alrededor de los cuales estructuraron su vida
no han dado los frutos esperados. Lo que aparece en escena es la
sensación de haber hecho una elección equivocada, o
en su caso, la sensación de que "cuando te tocaba, te
escamotearon el premio".

Hasta ahora me he referido a nuevos pobres que sufren la
depreciación salarial, pero que todavía
están ocupados; distinta es la erosión de la
identidad que se produce al sufrir el desempleo. A veces el
cuestionamiento de la identidad viene dado por la mirada de los
demás, hasta la de los más cercanos. A veces, la
mirada de los demás interviene para calificar de modo
positivo o negativo una misma conducta, dependiendo, justamente,
del grupo social donde se la ubica. En la construcción de
la identidad intervienen también prejuicios, estereotipos,
imágenes de clase que sirven no solo para construir una
imagen de los otros, sino, por sobre todo, para establecer una
frontera entre esos otros y uno mismo. La pobreza implica una
marca, un estigma que los nuevos pobres luchan por
evitar.

Considerarse "clase pobre" o aun perteneciente a la
clase media tiene consecuencias distintas, como por ejemplo con
relación a autopercibirse como objeto legítimo de
políticas públicas. Muchas familias que sufren una
verdadera situación de pobreza, llegan a considerar que,
de todos modos, "su situación es transitoria", que no era
a ellos a quienes se debía ayudar, sino a los "verdaderos
pobres".

Entran en juego aquí muchos factores: en primer
lugar la sensación de estigma frente a medidas de tipo
asistencialistas. Muchas familias en muy mala situación
llegan a sentirse muy incómodos ante una medida de
"darles" y, más aun, algo tan íntimo como es la
elección de la dieta familiar. Pero además, sin
excepción, lo que los nuevos pobres exigen es trabajo,
trabajo bien remunerado, que permita restablecer el piso
mínimo de justicia que exigen de su sociedad: "que si
trabajas te alcance para vivir".

Permanecer en la clase media ayuda a resguardar la
identidad ante el dislocamiento generalizado de la cotidianidad.
La inscripción dentro de la categoría colectiva
puede actuar como un eje estructurante de demandas: el desfase
entre aquello a lo que la propia condición -en tanto
profesional, trabajador o miembro de la clase media-
debería permitir acceder y lo que realmente hoy se tiene
se transforma a veces en la base legítima de una serie de
reivindicaciones, aunque no lleguen al terreno de lo
público y de la acción colectiva. Sin embargo,
permanecer exige también un esfuerzo, a menudo
sobrehumano, de resguardo de ciertas prácticas cuya
supresión confirmaría que la expulsión de
clase ha acontecido.

En el otro extremo, estar fuera de la clase media puede
tener un efecto dresestructurante, sobre todo en aquellos que no
han podido encontrar un nuevo refugio. Pero en muchos de los que
se ven como "ex clase media" o directamente ya dentro de la
"clase baja" o "trabajadora", llevará también a una
mayor resignación frente a la vivencia de las limitaciones
y carencias hoy socialmente aceptadas como propias de tal
grupo.

Un ideal tambaleante: el progreso

Los estadounidenses han sido educados con la idea de
progreso como un destino, un puerto de llegada que daba sentido a
gran parte de sus acciones y, sobre todo, a sus sacrificios. En
la base de sus creencias más profundas el futuro y el
progreso aparecen casi fusionados, como si fueran lo mismo: el
progreso aparece como el signo de los tiempos, como si todo
debiera progresar, perfeccionarse, mejorar con el correr de los
años. Mirar hoy el pasado y caer en la cuenta de que, por
más sacrificios y ahorros que se hayan hecho, por
más que se hayan cumplido las reglas, el "saldo da en
rojo", es uno de los más duros golpes para los que han
caído: el empobrecimiento es la afrenta más grande
que pueda hacerse a la idea de progreso, es su mayor
desmentida.

Renunciar a la idea de progreso es demasiado doloroso:
implica resignarse a la inexistencia de algún principio de
justicia que rija el mundo, algo que se mantenga en pie a pesar
de las vicisitudes circunstanciales que la mano del hombre
inflija. El progreso funciona como principio de justicia y
equidad de base de todo orden social: una creencia que promete
que a mayor esfuerzo, a mayor mérito y sacrificio,
corresponderán mayores logros…

Out of order: el
ascensor social está averiado (asalto a la
ilusión)

"La idea de ir a la universidad -y la expectativa de
que la próxima generación estará mejor
educada y será más próspera que su
predecesora- ha sido durante años una de las ambiciones
innatas de la clase media del país"…
EEUU: el
ascenso social va en descenso (The Wall Street Journal –
17/12/12)

Sin embargo, ahora existe una profunda
preocupación, debido a que esta movilidad ascendente va en
sentido inverso. Andreas Schleicher, asesor especial de
educación en la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), dice
que Estados Unidos es actualmente la única gran
economía del mundo en la que la generación
más joven no estará mejor educada que la anterior.
"Es un asunto de gran importancia porque gran parte del poder
económico actual de EEUU se basa en el alto grado de
capacitación de los adultos, que ahora está en
riesgo", dice Schleicher. "Estas habilidades son el motor de la
economía de EEUU y ahora ese motor está fallando",
agrega Schleicher, uno de los expertos más influyentes del
mundo en educación internacional. Las estadísticas
del informe anual de la OCDE muestran que sólo uno de cada
cinco adultos jóvenes de EEUU consigue un nivel educativo
más alto que el de sus padres. Este es uno de los
índices más bajos de ascenso social en el mundo
desarrollado. A pesar de ser un país cuya imagen
está basada en el optimismo y la oportunidad, EEUU es
ahora un lugar en el que es poco probable que un hijo con padres
poco educados llegue a la universidad. Mucho menos probable que
en cualquier otro país industrializado. Es exactamente lo
contrario a un final feliz de Hollywood…

Algunos comentarios "de película": sobre
cómo, un señor bajito "venido a más", le
cuenta la "triste realidad" a una clase media americana, "venida
a menos"

"Robert Reich siempre fue el más bajito de la
clase. Por eso tiende a levantar la voz y a crecerse en
público con su sentido del humor. En tiempos de crisis,
sus delirantes clases sobre la riqueza y la pobreza en Berkeley
rompieron los confines universitarios. Cientos de jóvenes
hacían cola todas las semanas para escucharlo. Le
invitaron a trasladar el aula al foro del movimiento Occupy, que
hizo suyos algunos de sus originalísimos e ilustrativos
dibujos
La verdad "incómoda" de la
economía (Elmundo.es – 9/2/13)

Pero Robert Reich no es un economista anti-sistema, no
nos confundamos. Fue secretario de Trabajo con Bill Clinton,
auspiciado precisamente por Larry Summers. Estuvo vinculado al
poder, aunque lleva más de 15 años por libre.
Fustigó por igual a republicanos y demócratas y se
desmarcó con un libro, "Aftershock", que intentó
explicar al gran público el antes y después de la
debacle financiera. "Aftershock llegó a manos del director
de cine Jacob Kornbluth ("El mejor ladrón del mundo") y de
ahí surgió la "terrible idea" de hacer un
documental sobre un tema tan palpitante como poco "sexy": la
desigualdad económica…

El mensaje de Reich es así de simple: "La
desigualdad nos ha llevado a un callejón sin salida. El
70% de la economía depende del gasto de los consumidores.
Pero la clase media no gasta por la pérdida de empleo y de
poder adquisitivo. Y las empresas no contratan porque no tiene
clientes. Entre tanto, los Gobiernos han caído en la
trampa de la austeridad y hacen que se contraiga aún
más de la demanda. Simultáneamente, permiten que el
1% de los más ricos se hagan con más y más
riqueza". En apenas dos minutos y medio, ayudado por su rotulador
negro, Robert Reich es capaz de explicar la "verdad" sobre los
impuestos, y cómo es posible que multimillonarios como
Mitt Romney acaben pagando sólo el 14% de sus ingresos. En
"Desigualdad para todos", orquestada en torno a las conferencias
de Reich en Berkeley, los ricos como Nick Hanauer (inversor de
capital riesgo) toman ocasionalmente la palabra y admiten que
deberían pagar más impuestos. El propio Hanauer
rompe ante las cámaras el mito: "No crean eso de que los
millonarios crean empleo; quienes crean de verdad empleo son las
clases medias"…

"Esta es la dinámica en la que estamos metidos",
explica Reich. "La clase media, que era el motor de la
economía, vive al límite y está totalmente
exprimida. El poder adquisitivo ha caído en picado desde
finales de los años setenta, mientras que los ricos han
ido aumentando las diferencias. Los cien americanos más
ricos ganan más que los 150 millones de americanos en el
fondo de la pirámide. La mitad de los activos en Estados
Unidos están en manos de 400 millonarios… Eso no es
sólo malo para la economía, es malo para la
democracia". Sostiene Reich que la debacle financiera es
precisamente un subproducto de la desigualdad, y recuerda como en
el 2007 se alcanzó el mayor "pico" en la diferencia entre
ricos y pobres desde 1928, un año antes del famoso
"crack". Nos previene el profesor de Berkeley contra la
polarización extrema, la política del miedo y los
falsos profetas que suelen medrar en épocas de
incertidumbre económica…

¿Externalidad positiva?: la crisis vuelve a
reunir bajo un mismo techo a toda la familia

"Es Estados Unidos se denomina generación
sandwich a aquellos trabajadores entre los 40 y 59 años de
edad que viven bajo el mismo techo con, por lo menos, un padre
anciano y un hijo mayor de 18 años, brindándoles
apoyo económico y cuidado físico y
emocional"…
La generación sandwich se multiplica en
EEUU (BBCMundo – 9/2/13)

Un reciente estudio encontró que este grupo
demográfico, que acarrea con esa doble carga, ha crecido
debido a la falta de recuperación económica del
país que limita las posibilidades de empleo de los
jóvenes profesionales y a la longevidad de los ancianos.
La situación compromete el bienestar de estos trabajadores
así como sus propios planes de jubilación, mientras
que trabajadores sociales alertan que ni la sociedad ni el
gobierno estadounidense han encarado el creciente fenómeno
ni tomado las medidas necesarias para paliar sus consecuencias.
El Centro de Investigación Pew reveló en febrero de
2013 que cada vez hay más padres aportando
significativamente al sustento económico de sus hijos
adultos a la vez que se encargan de las necesidades de sus padres
en proceso de decrepitud. Hay dos tipos de personas en la
generación sandwich. Un grupo son aquellos adultos entre
40 y 59 años que tienen un padre de más de 65
viviendo con ellos, al tiempo que crían sus hijos menores.
El otro grupo es el que asume la responsabilidad del cuidado de
los padres y sostiene a sus hijos adultos mientras cursan la
universidad o están desempleados. Según los datos
del Pew, mientras el primer grupo se ha mantenido estable, el
segundo ha crecido de 20% a 27% de las personas de mediana edad,
desde 2005. Una de las principales razones es la crisis
económica global de 2008, de la cual Estados Unidos no ha
logrado recuperarse. "Los hijos adultos no pueden encontrar
empleo y tiene que vivir en casa de sus padres. Ellos, a su vez,
están tratando de ahorrar para su propia
jubilación, sienten que ya han apoyado a sus hijos y
quieren que vuelen por sí solos pero no pueden
abandonarlos", dijo Lynn Feinberg, especialista en cuidado
familiar de la Asociación de Personas Jubiladas de EEUU
(AARP, por sus siglas en inglés). La otra causal son los
padres ancianos que están viviendo muchos más
años con malestares de salud crónicos
múltiples que requieren atención constante y
compleja en casa…

Así paga el Nobel de la Paz a su mejor
"héroe" de guerra (Yes, we can)

"El Navy SEAL que acabó con la vida del
líder de Al Qaeda dice en su primera y única
entrevista sentirse abandonado por el Gobierno de Estados
Unidos"…
El hombre que mató a Bin Laden
está en el paro y sin seguro médico (El País
12/2/13)

Los Navy SEAL -el elitista grupo de la armada encargado
de operaciones especiales- viven bajo un grueso manto de
secretismo. Sus identidades son anónimas y en caso de
violar ese acuerdo pueden pagar con la cárcel. A los 23
hombres que la noche del 1 de mayo de 2011 volaron al interior de
Pakistán para dar caza y captura al "más infame
terrorista de nuestro tiempo" -en palabras del jefe de la CIA,
Leon Panetta- se les ordenó que al día siguiente
olvidaran lo sucedido e hicieran como que no había pasado
nada. De esos 23 Navy SEAL, uno de ellos descerrajó tres
tiros en la frente al líder de Al Qaeda, al enemigo
público número uno de EEUU. Pero su identidad es
secreta y por seguridad lo mejor sería que accediera a un
programa de protección de testigos. El único
problema es que tal programa no existe en el Departamento de
Defensa. Tan anónimo es el hombre que mató a Bin
Laden que puede que su próximo trabajo sea conducir un
camión de reparto de cerveza en Milwaukee. Eso es lo que
le ofreció el Ejército cuando decidió dejar
atrás 16 años de pertenencia a la Marina,
compuestos por 12 despliegues en el exterior y más de 30
enemigos abatidos…

¿Cómo "cotizará" en Wall Street que
en EEUU haya 17 millones de niños con hambre?

"Según las últimas
estadísticas, casi 17 millones de niños en EEUU no
siempre tienen acceso a suficiente comida saludable"…
Ser
niño y pobre en EEUU (BBCMundo –
15/3/13)

La comida está siempre en los pensamientos de
Kaylie Haywood, una niña estadounidense de 10 años
y de su hermano Tyler, de 12. En un banco de alimentos organizado
por entidades de caridad en la ciudad de Stockton, en Iowa,
Estados Unidos, los hermanos debaten con su madre acerca de los
15 productos que pueden llevarse. No les queda mucho dinero para
gastos extras. Por eso, la elección es importante: ya han
metido en su cesta salsa de manzana y probablemente hagan lo
mismo con los espaguetis enlatados, las albóndigas y los
raviolis. Pero cuando Kaylie pide carne molida, se rechaza su
propuesta ya que la habitación de motel en la que vive no
tiene nevera. Así que cuando quieren mantener un producto
fresco lo meten en un lavadero con hielo. Tampoco tienen un lugar
para cocinar. No es la primera vez que la familia está en
dificultades para conseguir comida. "No hacemos tres comidas al
día: desayuno, comida y cena", lamenta Kaylie. "Cuando
tengo hambre, me siento triste y
decaída"…

Niños que pasan hambre en EEUU

•16,7 millones de niños viven en hogares con
"inseguridad alimentaria".

•Los estados más afectados son el Distrito
de Columbia, Oregón, Arizona, Nuevo México y
Florida.

•Los hogares encabezados por madres solteras son
más vulnerables al hambre infantil.

Fuente: Feeding America

La batalla de la Colina de la Hamburguesa

"Los trabajadores de comida rápida de
McDonald's y otras grandes empresas de comida rápida
están en huelga para lograr un aumento de sus salarios.
Según los grupos de protesta, los empleados están
buscando un salario de 15 dólares por hora, casi el doble
del salario mínimo"…
¿Cuánto
costará un Big Mac si McDonald's accede a duplicar el
sueldo de sus empleados? (El Economista –
30/7/13)

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15
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