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Filosofía y literatura en José Lezama Lima



  1. Ser y
    devenir del pensamiento y la obra de Lezama
    Lima
  2. Filosofía y Literatura. Comunidad,
    interacción y condicionamiento
  3. Especificidad del universo poético
    lezamiano
  4. Paradiso: una obra universal

José Lezama Lima (1910-1976) constituye una de
las figuras más relevantes de las letras de
Hispanoamérica, del siglo XX. Hombre de vasta cultura,
singular talento y aguda sensibilidad, desarrolló una
extensa obrar poética que si bien refleja lo mejor de la
cultura universal, le es inmanente el sello propio de su
creación. En su concepción, "cuando se llega a
sentir la influencia de la cultura universal, ya no hay
influencias"[1]. Sencillamente, para el gran
intelectual cubano, su cosmos poético se funda en premisas
reales:"Por la imagen el hombre recupera su naturaleza, vence el
destierro, adquiere la unidad como núcleo resistente entre
lo que asciende hasta la forma y desciende a las profundidades
(….). La imagen y su absoluto , y la metáfora en su
libertad que avanza trazando su análogo, engendran la
poesía como absoluto de la libertad. En esa libertad
transcurre mi obra(…)[2].

Este es su credo filosófico-poético o
poético-filosófico, en su visión de
sì mismo, pues según él "(…) su motor
es esencialmente poético. Algunos ingenios enfatiza
Lezama- aterrorizado por la palabra sistema, han creído
que mi sistema es un estudio filosófico ad usum sobre la
poesía. Nada más lejos de lo que pretendo. He
partido siempre de los elementos propios de la poesía, o
sea, del poema, del poeta, de la metáfora, de la
imagen"[3]

Se trata de un pensamiento poético, de una
cosmología poética que hace poesía sobre la
base de una rica cosmovisión filosófica, donde
literatura y filosofía se integran en unidad, para
desplegarse en un discurso que ve con las palabras, habla con los
colores y anima lo inerte con alto vuelo cogitativo y siempre
sugiriendo múltiples lecturas y aprehensiones.

Ser y devenir del
pensamiento y la obra de Lezama Lima

" Para conocer y asimilar su universo poético –
se refiere, por su puesto a Lezama- debemos conocer su universo
cotidiano. Porque Lezama es la reiterada presencia del impulso
familiar y doméstico: en esencia del impulso
materno[4]

Esta tesis resulta interesante y más aún
cuando se trata de una visión de un amigo de Lezama, de un
profundo conocedor de su vida y su obra.

Pasemos a exponer algunos momentos que son hitos de su
ser y devenir.

José María Andrés Fernando
nació en el Campamento de Columbia, Marianao, el 19de
diciembre de 1910.

Su padre, José María Lezama y Rodda,
coronel de artillería de la elite castrense que se
formó en la República mediatizada.

Su madre, Rosa Lima y Rosado, era hija de imigrados
cubanos revolucionarios que se formó en los Estados
Unidos. Su familia se arruinó en el exilio colaborando con
la causa independentista cubana.

El nacimiento de Lezama coincide con el traslado de la
familia a la Fortaleza de la Cabaña y el nombramiento de
su padre como director de la Academia Militar del
Morro.

Sus primeros años están ligados
estrechamente con la disciplina. " Sus juegos tienen como
escenario la explanada donde las tropas realizan maniobras bajo
las órdenes de su padre.

Sin embargo,- continúa Armando Alvarez- él
no guarda un recuerdo áspero de este tiempo. El cuadro
familiar, según dice, era muy risueño. La fe en el
futuro era la divisa, y las imágenes que captaba
componían una grata secuencia. Uniformes de Gala,
Caballos, desfiles, viajes al extranjero, fiestas, llenaban su
imaginación perfilando ilimitadas posibilidades. Pero este
mundo encantado no duraría mucho. Con motivo de la Primera
Guerra Mundial, su padre se ofrece como voluntario para servir a
las tropas aliadas (…), el 19 de enero de 1919, encuentra
la muerte (…) Cuatro meses después nace su hermana
menor.

Este golpe inesperado pone fin a lo que parecía
no tenerlo. Todavía niño, Lezama ve comenzar una
vida distinta y, en su fuero interno resiste a aceptarla. No se
explica la ausencia del padre. No comprende cómo la mesa
siempre colmada ha quedado desierta. Cómo la madre apenas
se alimenta y pasa largas horas contemplando un descomunal
retrato. Cómo cambia sus trajes. Cómo su
conversación no progresa, sino que se vuelve e indaga.
Cómo una invisible presencia parece rondar los
contornos[5]

  • La familia se traslada a Prado 9, casa de la abuela
    materna. La salud de Lezama empeora, el asma que padece desde
    los 6 meses se recrudece. Permanece largas temporadas en la
    cama. No participa de los juegos infantiles por su precaria
    salud. Dos grandes momentos que dejarían hondos
    influencias tienen lugar: estrecho contacto con su adorable
    madre e inicio de las lecturas.

1920. Ingresa en el colegio Mimó y lee el
Quijote. "Este libro– a pesar de sus

pocos años- le impresiona profundamente y le hace
intuir que en la

literatura existe una realidad ajena al tiempo y a la
circunstancia. Pasan

cinco años y termina sus estudios
primarios"[6].

  • 1926. Ingresa en el Instituto de La Habana. Se
    inclina por las letras, pero en homenaje secreto a su padre
    ingeniero, asume con fuerza y ahinco el estudio de Algebra,
    Matemáticas, Geometría.

  • 1927 . Se gradúa de bachiller y tiene
    lugar un nuevo cambio de perspectivas cuya
    influencia será decisiva en su vida.

  • 1929. La familia abandona la casa de la abuela
    y se traslada a Trocadero 162. La vida doméstica,
    coincidiendo con la realidad nacional. (década
    critica), tiene un nuevo estilo de vida (..) "El desahogo se
    sustituye por una ceñida pensión, que obliga a
    Rosa Lima a hacerse fuerte en su prudencia para sostener la
    casa y educar a los hijos.

Es en este año 29 cuando se inicia la
fusión del poeta con su madre. Fusión que
cristalizaría, haciéndose total, envolvente a la
vuelta de unos años, cuando ambos quedan solos en la casa.
No es aventurado proponer que el Lezama que se encuentra entre
nosotros nace en este momento. Y nace, porque medita mucho:
entendiendo que la muerte de su padre determinó su entrada
al mundo de la imagen, que no es un mundo de superficiales
contactos sino de profundas entregas. Un mundo que
únicamente se aprende a través de la absoluta
conciencia de las experiencias vitales y las lecturas, de la
formación integral. Las presiones económicas
impiden al poeta dedicarse de lleno a esa formación. Su
tiempo debe dividirse entre ella y sus estudios de leyes;
llevándole su presencia en la universidad a la necesaria
"[7], contra el status que existe.

Más tarde diría sobre su
participación en la protesta del 30 de septiembre de 1930:
"Ningún honor ya prefiero al que me gané para
siempre en la mañana del 30 de septiembre de 1930…
Al lado de la muerte, en un parque que parecía rendirle
culto a la sombra Proserpina, surgió la historia de la
infinita posibilidad en la era
republicana"[8].

Es clausurada la Universidad. No hay posibilidades de
trabajo, de estudio. Lezama se sumerge en los libros. Encuentra
el equilibrio en las ansias de sabiduría. Estudia los
clásicos y contemporáneos. Le apasionan
Góngora y los gongorinos. "También los franceses
cercanos en el calendario, determinan su visión, su toma
de conciencia. El hermético Mallarmé, el
racionalista Valéry, el atormentado Rimbaud, el detonante
Lautremont y ese poeta descomunal, Marcel Proust, desatan un
torbellino de inquietudes que se traducen en una labor que no
vacila ante las incorporaciones, porque se sirve de ellas para
mostrar un ámbito propio"[9].

1932. Conoce a un joven poeta que se prepara para
sacerdote, Angel Gaztelu, y lo dirige a los estudios
teológicos que combinará con los históricos
(…) y con los textos más conspicuos
del misticismo oriental.

Esta etapa, insaciable devoradora de libros
se interrumpe con la caída del tirano Machado
y el reinicio de la universidad. "En él se ha operado
un cambio. Ha comprendido que no es un hombre de
acción; y, aunque se siente orgulloso de su
ejecutoria, ve que su verdadero mundo es el de la
cultura"[10].

1936. Llega a Cuba Juan Ramón Jiménez. Un
momento capital en su trayectoria intelectual.
Lezama, redacta un "Coloquio con Juan Ramón Jiménez
(1837) donde se plantean los temas del insularismo y
la peculiar sensibilidad de las islas. Al coloquio
le continúa una revista universitaria, Verbum, alrededor
de la cual empieza a cohesionarse un grupo(Gaztelu,
Lozano, Vitier,Porcarrero y Mariano) que
devendrán figuras excelsas de la cultura
cubana.

1937. En la Universidad publica " Muerte de Narciso, una
verdadera joya de la Poesía que apunta al
poeta creador[11]

Dánae teje el tiempo dorado por el
Nilo,

Hasta su última y alucinante
estrofa
:

Si atraviesa el espejo hierven las aguas que
agitan

el oído.

Si se sienta en su borde o en su frente
el

centurión pulsa en su
costado.

Si declama penetran en la mirada y se
fruncen

las letras en el sueño.

Ola de aire envuelve secreto albino, piel
arponeada

que coloreado espejo sombra es del recuerdo
y

minuto del silencio.

Ya traspasa blancura recto sinfín en llamas
secas y

Hojas lloviznadas.

Chorro de abejas increadas muerden la estela,
pídenle

el costado.

Así el espejo averiguó callado,
así Narciso en pleamar

Fugó sin alas.

En "Muerte de Narciso", las varias ciencias
filosóficas y humanistas aparecen en un solo haz. La
cosmovisión del poeta vincula con maestría y en una
sola pieza, filosofía y literatura. Es una síntesis
que expresa las múltiples indagaciones poéticas y
filosóficas y anticipa lo por venir en el grande
poeta.

  • 1938. Culmina su carrera de Derecho en la
    Universidad de La Habana y comienza a trabajar en un bufete.
    Pero su camino en la cultura, y en la literatura en
    particular no será abandonado jamás. Edita la
    Revista Espuela de Plata, que a diferencia de Verbum, se
    dedica íntegramente a la Literatura. En ella( se
    publicaron 6 números) aparecen los contenidos
    más sobresaliente del momento en Europa, así
    como su resonancia en los escritos de los miembros de su
    consejo de redacción.

1940. Abandona el bufete. Su misión no congenia
con el oficio. Pasa a trabajar en el Consejo
Superior de Defensa Social, en el Castillo del Príncipe,
por muchos años.

  • 1941. Cuatro años después de la
    "muerte de Narciso", reúne sus poemas en un libro que
    lo consagra como poeta: Enemigo Rumor. ¿ Por
    qué ese título? ¿Por qué no,
    sòlo, Rumor? El lo explica en carta a su amigo, y
    nuestro grande poeta y ensayista martiano, Cintìo
    Vitier: "Se convierte a sí misma, la poesía, en
    una sustancia tan real, tan devoradora, -enfatiza Lezama en
    su concepción de la poesía- que la encontramos
    en todas las presencias. Y no es el flotar, no es la
    poesía en la luz impresionista, sino la
    realización de un cuerpo que se constituye en enemigo
    y desde allá nos mira. Pero cada paso dentro de esa
    enemistad, provoca estela o comunicación
    inefable"[12].

Sirven estas palabras para inaugurar la lectura del
primer poema de Enemigo rumor: Ah, que tú escapes. En
él se aprecia cómo los conceptos de la carta se
fundamentan clarificando. Con sólo tomar los dos primeros
versos:

Ah, que tú escapes en el
instante

en el que ya habías alcanzado tu
definición mejor

el lector se da cuenta que en ellos se establece un
distanciamiento entre el poeta y la sustancia poética. Si
tomamos dos de los últimos:

Ah, mi amiga, sí en el puro mármol de
los adioses

hubieras dejado la estatua que nos podía
acompañar.

vemos como Lezama, el poeta, ve que siempre tiene que ir
en busca de algo conocido fugazmente y no esperar que ese algo
venga a él. Ese algo, el enemigo rumor, lo que escapa, la
poesía que engendra la poseía en el
hacer.

Esta búsqueda de otro espacio para una realidad
continúa en Una oscura pradera me convida. La pradera
representa la lejana zona poética donde se ven:

………
…………………..ilustres
restos

cien cabezas, cornetas, mil funciones abren
su

cielo, su girasol callando.

Como es de esperarse, este incesante ir plantea una
desazón en el corazón del poeta. ¿No
quedará solo cuando le falten las fuerzas? La pregunta
surge en los Sonetos a la Virgen:

¿Y si al morir no nos acuden
alas?

Y encuentra su respuesta en lo
religioso:

Pero sí acudirás; allí te
veo,

ola tras ola, manto dominado

que viene a invitarme a lo que creo:

mi Paraíso y tu Verbo, el
encarnado.

Es significativo cómo la
noción de ser salvado -fundamental en Lezama- no se
manifiesta en esta bella estrofa como una cosa simple; sino que
la unidad se tiene que integrar basada en dos factores: su
Paraíso (el poético) y el Verbo encarnado (lo
religioso).

Más adelante, en Noche insular: jardines
invisibles, nos acercamos a Lezama en cubano. Sirviéndose
de un hecho cotidiano, nuestra noche, el poeta, trazando una
fiesta, ironiza sutilmente. Característica esta que vemos
casi como una constante en su obra. Pero este ironizar no es
violento, sino doloroso. Se percibe una secreta angustia, un
sentirse desarraigado y a la vez presente. Lo evidente se
transforma por la imaginación y al llegar a un punto
insostenible busca la redención por la luz, el día.
El irónico se sosiega y se llena de esperanza, aunque en
su interior todavía se mueva la angustia.

Se cierra Enemigo rumor con un tour de force: Un puente.
Un gran puente. Este poema es una de las más violentas
confesiones de nuestra literatura. El poeta reconoce todo lo que
le rodea, todo lo que convive con él: analiza sus
sueños, su figura que desea el reposo que sin embargo le
niega su propia imaginación. Y, a través de todo
este aquelarre poblado por seres reales, tanto más
terribles por su condición, acata su destino y se dispone
a seguir su camino atravesando el puente, dispuesto a
morir

……………………………………..
como el rey

que ignora que ha sido
destronado

y muere cosido suavemente a la
fidelidad nocturna[13]

1942. Edita con su amigo Gaztelu diez números de
una revista enteramente poético "Nadie parecía",
donde lo religioso y la aprehensión de los clásicos
es visible con facilidad.

Según Armando Alvarez, " terminado el año
43, Lezama se siente seguro, firme; se siente el poeta. A esto ha
contribuido en gran parte la figura de la madre, que ante todos
los contratiempos le ha acicateado, obligándolo a seguir
adelante. Para Lezama no hacerlo significa traicionarla. Y el
poeta se pone en marcha"[14]

  • 1944. Año cumbre en el ser y devenir
    lezamiano. Se inicia la publicación de la
    Revista "Orígenes" (1944-1954) Alrededor de
    Lezama se une un grupo destacado de
    jóvenes con profundas inquietudes literarias.
    Colaboran importantes escritores extranjeros.
    Orígenes poseía personalidad propia y
    vigencia internacional.

  • 1945. Además de la dirección de
    Orígenes, con José Rodríguez Feo,
    comienza a trabajar en la Dirección de Cultura, y
    publica "Aventuras sigilosas", trabajo que prefigura el
    cosmos de Paradiso.

La etapa comprendida entre la edición de
"Aventuras sigilosas(1945) y de "La fijeza" (1949) es
fructífica y fecunda en trabajo y meditaciones. Pronuncia
conferencias, ensancha sus contactos y relaciones y la siempre
presencia de su madre y sus recuerdos.

  • 1949. Viaja a México.
    Extiende su visión en tierra firme, con el paisaje
    americano, amplía sus conceptos sobre esta realidad,
    pues solo conocía las islas.

Publica La fijeza, que es una prolongación de
Enemigo rumor y otros trabajos que muestran vuelo de altura y
virtuosismo en la escritura.

  • 1950. Viaje breve a Jamaica. Empieza a fraguar
    una teoría sobre la expresión americana:
    Escribe además la monografía Arístides
    Fernández, que clarifican las motivaciones de la obra
    del joven y malogrado pintor.

1953. Reúne sus ensayos y trabajos breves en un
libro titulado "Analecta del reloj". Aquí aparecen las
imágenes posibles, que forma parte de la exposición
del sistema poético.

Antes de 1954 publica en Orígenes los primeros
cinco capítulos de su obra capital: Paradiso, novela donde
el autor ha querido crear un cosmos, en cuyo texto tienen mayor
valor los elementos imaginarios que los reales por el impulso que
desarrollan. Se escribe cuando se encuentra solo con su madre y
se propone fundar las bases de su sistema
poético.

1954. Orígenes deja de publicarse por desacuerdo
entre los editores. Tres años de silencio en la
trayectoria lezamiana, trabajando en su sistema
poético.

1957. Se publica "La expresión americana", con
una visión señorial de nuestro mundo a
través de una mirada que todo lo ve distante y que,
regocijàndose en la proliferación sensual, barroca,
parte de una exuberante grandeza propia y encuentra su destino en
la tábula rasa de la grandeza universal, aunque sus
manifestaciones están teñidas de enrevesados juegos
y triquiñuelas. La primera línea de La
expresión nos da el sentido de lo americano al postular:
sólo lo difícil es estimulante. Es la dificultad
para llegar a las esencias de ese mundo, su secreto, su
atractivo, acaso, su razón de ser.

1958. Aparece su segundo libro de ensayos: Tratados en
La Habana.

1959. Al triunfo de la Revolución. Lezama ocupa
la dirección del Dpto. de Literatura y
publicaciones del Consejo Nacional de Cultura.

1960. Aparece el libro Dador. Sólo comprensible
para el que posea una previa asimilación del
sistema poético lezamiano. Aquí el poeta en el
umbral de su madurez, toma la posición de un
espectador y contempla la vida como un gran ballet.
Dador es un gran repaso a lo vivido. Un repaso necesario
antes de acometer la obra definitiva.

En el período de 1959- 1962, el gran poeta ocupa
el cargo de uno de los seis vicepresidentes del Unión de
Artistas y Escritores de Cuba y pasa a trabajar como Asesor, en
el Centro Cubano de Investigaciones Literarias.

  • El 12 de septiembre de 1964. Lezama sufre una
    pérdida irreparable: la muerte de su madre.

  • 1966 Aparece la primera edición completa de
    su obra maestra: Paradiso

Filosofía y
Literatura.
Comunidad, interacción y
condicionamiento

A través de la historia espiritual de la
civilización humana la filosofía y la literatura
han tenido campos comunes de interacción y
condicionamiento.

Tres rasgos comunes sobresalen:

  • 1. La existencia de ideas limítrofes de
    carácter cosmovisivos entre la filosofía y la
    literatura, en tanto refieren al hombre en relación
    con el mundo o al cosmos humano en sus múltiples
    mediaciones.

  • 2. La no limitación de la
    filosofía al conocimiento
    teòrico-científico, pues incluye formas
    práctico-espirituales de aprehensión de la
    realidad.

  • 3. El uso por la filosofía de medios
    expresivos no sólo lógicos, sino también
    imágenes, metáforas, símbolos,
    alegorías, mitos etc.

El propio Lezama Lima considera, además que "el
estudio de la literatura debe rebasar las fuentes de
información estrictamente
literarias[15]

En la concepción de Santayana también
está el criterio de unidad entre la filosofía y la
literatura. "Los razonamientos e investigaciones de la
filosofía son laboriosos; sólo de un modo
artificial y con escaso donaire puede la poesía vincularse
a ello. Pero la visión de la filosofía es sublime.
El orden que revela en el mundo es algo hermoso, trágico,
emocionante, es justamente lo que, en mayor o menor
proporción, se esfuerzan todos los poetas en
alcanzar"[16].

No es posible concebir la filosofía sólo
como sistema teóricamente elaborado, cuyo discurso se
opere a través de conceptos lógicos, al igual que a
la literatura como simple aprehensión subjetiva expresadas
en imágenes. Tanto la filosofía como la literatura
aprehende la realidad en su esencialidad en correspondencia con
su objeto, y emplean las múltiples formas aprehensivas de
que dispone el hombre. Por eso existe comunidad,
interacción y condicionamientos mutuos. Los conceptos, las
ideas, las imágenes, etc. son formas humanas de
asimilación de la realidad y no son privativos de una
ciencia específica.

Una filosofía que se aferre sólo a los
tratados sistemáticos y a las expresiones categoriales y
una literatura que no admita las contaminaciones
filosóficas resultan estériles. " Toda obra
poética que realmente merezca el nombre, tiene algo de
filosófica. En los orígenes del filosofar, la
poesía, tan antigua como el hombre, prestó su forma
a la naciente reflexión sobre el universo para plasmar la
búsqueda del argé o la aletheia.

Las primitivas cosmogonías, poemas de alta
condición, se encuentran preñadas de ideas
cosmovisivas destinadas a fructificar en órdenes muy
diversos, pero, sobre todo, a constituirse en fuentes inmediatas
de la filosofía. Esto nunca ha dejado de
ocurrir"[17].

La historia de la filosofía y la historia de la
literatura, dan cuenta de la comunidad interactiva entre ambas
disciplinas y las particularidades expresivas de los literatos
filósofos y los filósofos literatos.

En Lezama Lima, todo su universo poético da
cuenta de ello. Lo mismo pudiera decirse de Martí y
Carpentier . Es que en todo creador con sólida base
cultural, literatura y filosofía se presuponen , comunican
y superan para expresar un discurso crítico de fuertes
raíces, espiritu ecuménico y vuelo
cogitativo.

Especificidad del
universo poético lezamiano

Un profundo universo poético contiene la obra de
Lezama Lima. Un rico sistema que hace gala de erudición
enciclopédica y subjetividad humana. Un discurso
subjetivo, pleno de humanidad que parte de las raíces con
vocación ecuménica para penetrar con éxito
en el hombre en relación con el mundo y la sociedad. Su
quehacer poético-filosófico hace de la imagen y la
metáfora sustancia proteica de la poesía con cauce
de honda aprehensión.

"En los términos de mi sistema poético del
mundo, la metáfora y la imagen tienen tanto de carnalidad,
pulpa dentro del propio poema, como de eficacia
filosófica, mundo exterior o razón en sí. Es
uno de los misterios de la poesía la relación que
hay entre el análogo, o fuerza conectiva de la
metáforas, que avanza creando lo que pudiéramos
llamar el territorio substantivo de la poesía, con el
final de este avance, a través de infinitas
analogía, hasta donde se encuentra la imagen, que tiene
una poderosa fuerza regresiva, capaz de cubrir esa
substantividad. La relación entre la metáfora y la
imagen se puede establecer con un caballo tan alado como nadante
que persiste en una sustancia resistente que en definitiva
podemos considerar como la imagen. La imagen es la realidad del
mundo invisible. Así los griegos colocaban las
imágenes como pobladoras del mundo de los muertos. Yo creo
que la maravilla del poema es que llega a crear un cuerpo, una
sustancia resistente enclavada entre una metáfora, que
avanza creando infinitas conexiones, y una imagen final que
asegura la pervivencia de esa sustancia, de esa poiesis. De la
misma manera que el hombre ha creado la orquesta, la batalla, los
soldados durmiendo a la sombra de las empalizadas, la gran
armada, el caserío del estómago de la ballena, ha
creado también un cuerpo artificial que resulta
acariciable y existente, como la misma naturaleza
escondiéndose al tacto. En alguna ocasión he hecho
referencia, hablando de Martí y tratando de establecer las
misteriosas leyes de la poesía (y no se olvide que las
primeras leyes se hicieron en forma poética), que para
esas prodigiosas leyes de la imaginación, veinte
años de ausencia equivalen a un remolino en la muerte;
así como, dentro de la orquesta, una trompeta equivale a
veinte violines. Las conexiones de la metáfora son
progresivas e infinitas. El cubrefuego que la imagen forma sobre
la sustantividad poética es unitivo y fijo como una
estrella. Por eso afirmo en uno de mis poemas, paradoja profunda
de la poesía, que el amor no se ejerce caricioso, poro
tras poro, sino de poro a estrella, donde el espacio forma una
suspensión y el cuerpo se lanza a una natación que
se prolonga"[18]

En su sistema poético se opone a la
concepción heideggeriana del hombre para la muerte,
"levantando el concepto de la poesía que viene a
establecer la causalidad prodigiosa del ser para la
resurrección, el ser que vence a la muerte y a lo
saturniano. De tal manera que si me pidera que definiera la
poesía, una coyuntura casi desesperada para mí, –
enfatiza Lezama- tendría que hacerlo en los
términos de que es la imagen alcanzada por el hombre de la
resurrección".[19]

En su sistema poético trata de destruir la
casualidad aristotélica en función de la
búsqueda y encuentro de lo incondicionado poético,
de la imaginación creadora. Al mismo tiempo cree posible
"hablar de caminos poéticos o metodología
poética dentro de ese incondicionado que forma la
poesía. Para ello se remite a la historia e ilustra con
ejemplos.

Considera que todo hombre cree en algo, pues
según él, hasta el propio "Valéry que hizo
profesión de ateísmo , cuando definió la
poesía, lo hizo diciendo que era el paraíso del
lenguaje. Ya ve usted -destaca Lezama- el caso de un ateo usando
la palabra paraíso con toda la resonancia de un
católico ".[20]

Ante una pregunta sobre la inexistencia del alma, si
bien la afirma en su sistema, el poeta muestra tolerancia. "Amigo
mío,- responde Lezama- siempre he creído que mi
sistema poético es algo bello en sí: pero nunca he
tenido la soberbia de pensar que es algo único. Sobre
él, sitúo a la poesía. La poesía como
misterio clarísimo o, si usted quiere, como claridad
misteriosa. Esa ambigüedad me permite decirle que no soy
quien debe responder esa pregunta, sino el tiempo, el tiempo que
hace poesía y la poesía que hace en el
tiempo.[21]

En el sistema poético lezaminano, imagen, mito y
poesía integran una totalidad integradora del discurso
aprehensivo de la realidad. "Después que la poseía
y el poema ha formado un cuerpo o un ente, y armado de la
metáfora y la imagen, y formado la imagen, el
símbolo y el mito -y la metáfora que puede
reproducir en figuras sus fragmentos o metamorfosis-, nos damos
cuenta que se ha integrado, una de las más poderosas redes
que el hombre posee para atrapar lo fugaz y para el animismo de
lo inerte"[22]. Lo mismo ocurre con el juego que
forma en su sistema un sentido cósmico y preside todo el
devenir universal hacia la unidad.

La relación hombre-cosmos en sus diversas
manifestaciones está presente en toda la obra
poética de Lezama Lima. En su esencia se traduce en una
cosmología poética, extremadamente enrevesada y
difícil de comprender para algunos. Pero esto no le
preocupa al poeta. Sencillamente, afirma: "Hay la poesía
oscura y la poesía clara (…), en definitiva ni las
cosas oscuras lo son tanto como para darnos horror, ni las claras
tan evidentes para hacernos dormir tranquilos. Lo que cuenta
-aquí sigue a Pascal (…) es el eterno reverso
enigmático, tanto de lo oscuro o lejano como de lo claro o
cercano. La tendencia a la oscuridad, a resolver enigmas, a
cumplimentar juegos entrecruzados es tan propia del género
humano como la imagen reflejada en la clara lámina marina,
que puede conducirnos con egoísta voluptuosidad a un golpe
final, a la muerte. No hay que buscar oscuridades donde no
existen"[23] .

Lezama revela en lo poético, con todos los medios
y formas de expresarse , un modo de perenne ascensión,
propio de un logos profundo que se aprehende a través de
dos vías esenciales: doxa y ciencia y cuyo resultado
encarna el sentido cósmico, o el cosmos mismo. Así,
en Muerte de Narciso, " el mito que le sirve de base, la
contemplación de la propia belleza que consume a su
protagonista, permite establecer una especial relación
cognoscitiva entre hombre y universo, dirigida al sentido
cósmico de la unidad entre
ambas"[24]

En esta misma dirección podría analizarse
su teleología insular estrechamente vinculada a lo
cósmico universal, el problema de la muerte, el tiempo y
el espacio, la historia en fin, el hombre en relación con
el mundo en sus varios avatares.

En todo su sistema poético y el discurso que lo
expresa, filosofía y literatura aparecen mancomunados como
un crisol unitario en pos de lo grande y absoluto y con la
convicción que el conocer como forma del servicio, es la
caridad entrando como una nueva categoría en todo
filosofar" [25]

Paradiso: una obra
universal

La primera edición de Paradiso aparece en 1966.
Es una obra maestra de quilate universal que muestra la madurez
de un autor en cuanto a profesionalidad, estilo, originalidad
creadora, maestría filosófico -literaria y
posesión de una vasta cultura.

No se trata de una novela épica. Es una novela
poética, cuyos antecedentes están en la propia
poesía de Lezama. En prosa resume su cosmos
poético, estrechamente vinculado a su concepción
del mundo, y a su visión del hombre en su formación
y despliegue, en sus orígenes; en su pasado. "En Paradiso
no se busca lo histórico concreto. Se busca recrear el
pasado; pero siempre a través del recuerdo, de esa memoria
afectiva que es la que guía el orden en que aparecen
estructuradas las vivencias y recursos del
autor"[26]. Su personaje central
-protagónico- José Cemí – encarna la
búsqueda lezamiana. "José Cemí no es
más que un poeta que busca la verdad.- podríamos
decir, la sabiduría a través de la poesía,
en tanto libertad absoluta- .Y Paradiso es la historia de ese
personaje, y de su familia, y de sus amigos, y de las
solicitaciones que le hace la realidad", de sus aprehensiones
sensoriales, sentimentales y ancestrales que le trasmite su madre
y el destino que le ha fijado: Tu destino es contar la historia
de tu familia"[27].

La novela no soslaya totalmente la historia, pero no la
asume de frente. Aparece sólo en aquellos que tiene que
ver con el aprendizaje vital", es decir, poético, a
través de recuerdos, imágenes. Los motivos
históricos se subordinan a ello. "Sencillamente, hay otro
sentido de lo histórico, que viene dado a través de
la asimilación subjetiva del mismo.

Busca la expresión de la cubanía desde
dentro: la familia, las tradiciones, las costumbres y los
sentimientos"[28] . Cemí lo asimila, se
encuentra, a través de un mundo real e imaginario.
Así asume el sentido de la vida, de la muerte, del
destino, del deber, como experiencias vividas o trasmitidas por
su madre y los recuerdos e imágenes.

Para Cintio Vitier -amigo de Lezama- "Paradiso es una
invitación a la sabiduría"[29]. Una
novela útil y trascendente por su contenido y riquezas
expresiva y poética, "la historia imaginaria de la
formación de un poeta que quiere alcanzar o merecer la
sabiduría. Su intención es a la vez testimonial,
catártica y pedagógica"[30]. El
resultado, una pieza filosófica literaria, permeada de
humanidad que sigue un cauce con sentido cultural
antropológico en pos de trascendencia y
universalidad.

Por eso y mucho más, coincidimos con Dolores
Nieves, cuando afirma " Hace años, Cintio Vitier, al
referirse a la poesía de Lezama, dijo: "Si aquello no se
resolvía en un caos, tenía que engendrar un mundo".
[31]Y esto es realmente lo que ocurrió. Un
mundo exuberante y complejo es la poesía de Lezama. Y como
remate de ella, un mundo complejo, difícil, a veces
desconcertante, pero siempre incitante es Paradiso, que se ha
ganado ya, por derecho propio, un lugar entre las más
importantes novelas cubanas de todos tiempos" ¿y por
qué no, un lugar entre la novelística
universal?.

 

 

Autor:

Dr. Sc. Rigoberto Pupo
Pupo.

 

[1] Citado por Cintio Vitier en su
prólogo a Josè Lezama Lima-Paradiso, Edit. Letras
cubanas, La Habana, 2000, p.VII.

[2] José Lezama Lima. Carta al Sr.
Alvarez Bravo, La Habana, 19 de diciembre de 1964. En Orbita de
Lezama Lima, Ediciones Unión, La Habana, 1966.p.

[3] Orbita de Lezama Lima. Edic. citada, p.
32.

[4] Ibidem,p.12

[5] Ibidem,pp.13-14

[6] Ibidem,pp.-14

[7] Ibidem, pp.-15-16

[8] Ibidem, pp.-16

[9] Ibidem, pp.-16-17

[10] Ibídem, p. 17

[11] (…) Nos entrega un tiempo
fabuloso en el que el poeta no es otra cosa que un ser lleno de
asombros que toma la palabra para vivir en ella y por ella. Que
rompe con las clasificaciones y hace que la naturaleza irrumpa
en el recinto de la fábula que hace la historia o de la
historia que hace la fábula.”(Armando
Alvarez.Orbita de Lezama Lima. Edic. citada, p. 18)

[12] Ibídem p. 19 (Carta de Lezama a
Cintio Vitier)

[13] Ibídem pp.20-22

[14] Ibídem pp.22

[15] José Lezama Lima.- La cantidad
hechizada. (citado en Rensoli, L.e Fuentes, J. Lezama Lima: Una
Cosmología Poética. Edit. Letras Cubanas, La
Habana, 1990,p.7

[16] G. Santayana. Tres poetas
filósofos. Editorial Lasada, S.A.,Aires 1943,p.19

[17] Rensoli, L, Fuentes, J.- Lezama Lima:
Una Cosmología Política. Edit. Letras Cubanas, La
Habana, 1990, p.8.

[18] Orbita de Lezama Lima. Edic. citada,
p.31-32

[19] Lezama Lima, José Orbita de
Lezama Lima. Edic. cit.p.35

[20] Ibídem p.44

[21] Ibídem pp.44-45

[22] José Lezama Lima.- Las
imágenes posibles

[23] José Lezama Lima. En
órbita de Lezama Lima. Edic. cit. Pp.30-31

[24] Rensoli, L. Fuentes, I..- Obra citada,
p. 31

[25] Lezama Lima. En Revista de la Biblioteca
Nacional José Martí. No 2. Mayo –
agosto,1988 p.122

[26] Dolores Nieves.- Para una
aproximación a Paradiso. Revista Universidad de La
Habana 221 Sept-dic. De 1983,p.27.

[27] Ibídem. p.28

[28] Ibídem. p.27

[29] Cintio Vitier.- Prologo a Paradiso.
Edit. Letras Cubanas La Habana, 2000,p.VI

[30] Ibídem p.VII

[31] Ibídem p.32

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