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El "fracaso" de los mercados: El liberalismo que no fué (Parte II) (página 5)




Enviado por Ricardo Lomoro



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Perdón, hay otro, el fundador del hedge fund Galleon, Raj Rajaratnam, que tras ser condenado a 11 años de cárcel por corrupción, tráfico de influencias y uso de información privilegiada (17/10/11), está haciendo todo lo posible por ingresar en la misma prisión que el financiero Bernard Madoff, artífice del mayor fraude piramidal de la historia de Estados Unidos. Tal vez sea porque no es WASP, pero dejémoslo ahí.

¿Cuál fue el economista liberal que arrojó la primera piedra? ¿En qué cátedra de "la Ivi League" se ha levantado una voz crítica? ¿Qué prestigioso gurú liberal asumió el rol de Joseph Ignace Guillotin? Todos (o casi todos) han navegado por los paradigmas establecidos (políticamente correctos). Todos (o casi todos), ciegos, sordos y mudos…

Las hemerotecas son duras para todos (banqueros, políticos, académicos, analistas…).

Les presento un sólo "quiz", con respecto a las mayores exigencias de capitalización bancaria (octubre 2011), para no rizar demasiado el rizo, y aprovechar al máximo el espacio que me queda en este blog: El daño por el agua o el daño por el incendio.

El ratio de capital tiene dos componentes, el numerador y el denominador. El ratio se puede elevar por dos vías: aumentando recursos propios y reduciendo el balance. La banca asegura que más capital implica reducir el crédito. Pero cerrar el grifo es sólo una vía, más lenta, de reducción de balance. La vía rápida es la venta de activos. Y si lo que se vende son los activos más problemáticos, la necesidad de capital se reduce por una doble vía (Goldman Sachs, lo calcula en 295.000 millones, Tier1 9% – octubre 2011).

Pero justo eso, vender activos problemáticos, es lo que no hace la banca. Es lo que debería decir el BCE (o la Fed), y no en un discurso sino en una circular: Vendan ustedes activos, señores banqueros, especialmente aquellos que generan problemas. Aunque sea a precios bajos y eso implique pérdidas (Morgan Stanley, lo calcula en 2 billones en Europa).

Aumentos de capital con dinero público o rebajas preventivas del balance. Qué eligen ustedes "grandes bonetes" liberales: ¿Continuar haciéndose "trampas" en el solitario de las cuentas? ¿Continuar tapando la mala gestión de mucha gente? ¿Continuar justificando un modelo de negocios basado en carros de deuda y favores políticos? ¿Alguien se anima a gritar que el rey está desnudo? ¿Quién está dispuesto a firmar el acta de defunción del sistema? ¿O seguirán actuando en línea con lo esperado?

No les envidio el puesto (ni la corte que les rodea) a la hora de explicar en la cátedra la existencia de un dinero bueno (no deficitario, no keynesiano, no inflacionario) que se puede lanzar desde un helicóptero, en honor y gloria de los banqueros y especuladores de Wall Street, y un dinero espurio (deficitario, inflacionario, estatista) que no debe ser empleado para incrementar el empleo y la demanda. La difícil teoría del dinero bipolar.

Justificar el déficit bueno (si es para ayudar a los bancos -¿sistémicos?-), y el déficit malo (si es para crear empleos -¿no sistémicos?-); defender a los bancos ruinosos que pasan sus activos tóxicos al Estado ("banco malo") para que "todo siga igual". Una subasta ética en la que prestigiosos "iluminati liberales" actuaron (y actúan) como esclavos morales, lacayos, serviles y genuflexos, sin el menor sentido de dignidad.

Es imposible no escuchar dentro de tales tonterías el prepotente redoble del tambor del Poder del Dinero, que nunca ha dejado de creer que sus propios intereses son iguales a los intereses del público… Peor aún, tal vez, mañana se lo tengan explicar a vuestros hijos, que habrán perdido su empleo, o pasado mañana, a sus nietos que se alarmarán ante su abismal futuro. ¿Habrá llegado la hora de abandonar connivencias y apologías?

La crisis actual no ha sido causada por manirrotos keynesianos, sino por "falsos liberales" (liberticidas) que han traicionado los principios, han negado la evidencia y han convalidado (con alevosía y cinismo) actuaciones dolosas, corruptelas y privilegios, de vulgares estafadores, disfrazados de banqueros o de agentes bursátiles.

Más pronto que tarde, ojalá, los unos por ladrones y los otros por cómplices necesarios, se condenarán. Ante la justicia, ante la cátedra, ante la comunidad y ante la historia.

Mientras tanto, al borde de una segunda crisis financiera (Oct.2011), la farsa continúa…

¿Hemos aprendido algo de la crisis? (el año 2012 parece demostrar que no)

"En la arquitectura financiera actual, como sucede con otras cadenas de suministro, las redes interdependientes tienden a concentrarse en poderosos núcleos. Por ejemplo, tan solo dos centros financieros, Londres y Nueva York, dominan las finanzas internacionales, y son 22 participantes quienes realizan el 90% de todos los intercambios mundiales de divisas. Esta concentración es muy eficiente, pero también genera mayores riesgos sistémicos: si el nodo líder falla, el sistema entero puede caer"… La revolución de la cadena financiera global de suministro (Andrew Sheng – Project Syndicate – 5/1/12)

"Desde 2008, la Reserva Federal estadounidense ha añadido más de 2 billones de dólares a la oferta monetaria de base -una cifra récord y sorprendente que básicamente es un regalo a los bancos que tratan de cubrir sus fuertes pérdidas y estimular el crédito y la inversión. En cambio, mientras los bancos continúan con su enorme desapalancamiento, casi todo su dinero nuevo sigue en la Reserva en la forma de reservas excesivas… La Reserva está distorsionando deliberada e insidiosamente el sistema de incentivos –en específico, las señales dadas por el precio del dinero- lo que genera malas inversiones (e inflación cuando se monetiza la deuda pública). La recompensa a las inversiones improductivas y los oligarcas-especuladores ambiciosos que suponen que la Reserva ha eliminado el riesgo van a continuar durante algún tiempo. Sin embargo, como nos recuerda Rand, en algún momento eso terminará"… La rebelión del capital (Mark Spitznagel – Project Syndicate – 16/2/12)

"La excesiva liquidez no crea crisis, pero las fomenta. Lo que en un primer momento hace prosperar enormemente a la economía acaba convirtiéndose en ese diablillo malo que contrarresta al lado bueno y nos incita a hacer las cosas de manera equivocada. Una vez que los excesos se trasladan a la economía solo hay que esperar a que alguna mano fuerte marque el punto de inflexión. Crash. En la presente crisis la forma de solucionar la espiral negativa ha sido a base de intervención por parte de las autoridades monetarias, se calcula que los Bancos Centrales han substituido al 70% de la financiación privada que se ha evaporado en Estados Unidos, Reino Unido y la Eurozona. Pero como podemos comprobar, aun favoreciendo la analgesia, la enfermedad sigue presente, retrasando además los ajustes y premiando la asunción de riesgo. ¿Cómo evitar entonces que esto vuelva a suceder?"… Liquidez global, esa gran desconocida (Kike Vázquez – El Confidencial – 20/2/12)

"La expansión de los balances ha sido asombrosa: los activos combinados de los cuatro bancos centrales ascenderán a 9 billones de dólares (6,8 billones de euros) a finales de marzo, frente a 3.500 millones hace cinco años, según Deutsche Bank. El balance del Banco Central Europeo, de 3 billones de euros (3,93 billones de dólares) es el mayor en relación a la economía, y asciende al 32% del PIB nominal de la eurozona, seguido del Banco de Japón (BOJ) con el 24%, el Banco de Inglaterra (BOE) con el 21% y la Reserva Federal de EEUU con el 19%. El balance del BOE ha sido el que más rápido se ha expandido durante la crisis, multiplicando por más de tres su tamaño a 321.000 millones de libras (385.000 millones de euros)"… El largo proceso de ajuste de los bancos centrales (Richard Barley – Expansión – WSJ Europe – 7/3/12)

"El gurú y conocido autor del libro "El Cisne Negro", Nassim Taleb, ha concedido hoy una entrevista a la CNBC donde ha reconocido estar invirtiendo en euros porque, a pesar de la mala prensa, "Europa sabe cuáles son sus problemas sin embargo EEUU no reconoce los suyos". Para este inversor y profesor de la Universidad de Nueva York todo el sistema financiero del país "está podrido" y acusa a los consejeros del presidente Barack Obama de ser parte del problema"… Nassim Taleb: "Europa sabe qué problemas económicos tiene pero EEUU no reconoce los suyos" (El Economista – 13/3/12)

El consejero delegado de Pimco, la gestora del mayor fondo de bonos privado del mundo, Mohammed El-Erian, aseguró durante una presentación que los bancos centrales ya "no pueden" o de hecho, "ya no deben" asumir la mayor parte de la carga de las políticas económicas de sus gobiernos. Si esto no se materializa, "los bancos centrales corren el riesgo de encontrarse en problemas" por haber construido puentes demasiado caros "a ninguna parte"… El-Erian: La Fed y el BCE ya "no pueden ni deben" asumir la carga de las políticas económicas (El Economista – 12/4/12)

"Lejos de lo que comúnmente se piensa, el origen de la crisis no se halla en una falta de regulación, sino que se encuentra en un exceso de ella. El profesor Huerta de Soto, explicó que el trasfondo de todo está en el incumplimiento sistemático de los principios generales del derecho por parte de las entidades financieras al no respetar un coeficiente de caja del 100% y adueñarse, atentando contra el derecho de propiedad, básico de una economía de mercado, del dinero de sus clientes… El nuevo dinero puesto en circulación en forma de préstamos acciona tres mecanismos que el profesor Huerta de Soto explicó con gran detalle. El primero de ellos es el incremento del valor actual de la corriente futura de flujos de caja de los bienes de capital como causa de la bajada de tipos de interés, dando a entender a los empresarios que la preferencia temporal de la sociedad ha disminuido y por tanto se puede encaminar hacia proyectos de inversión más alejados de la etapa de consumo final y más capital intensivos. El segundo es la disparidad entre los beneficios de las empresas de las distintas etapas. Así, el de las más alejadas del consumo se incrementa y el de las más cercanas se reduce. Y por último, el denominado "efecto Ricardo", que consiste en que al reducirse los precios de los bienes de consumo, suben los salarios reales y entonces incentivan a los empresarios para sustituir la mano de obra por bienes de capital. Estos tres mecanismos ensanchan y alargan la estructura de producción de la sociedad, que sería sostenible, si se hubiera hecho con ahorro real y no con dinero creado de la nada. Los tipos de interés al no reflejar la preferencia temporal en la expansión crediticia de tipo intervencionista, originan que, por un lado, mientras los empresarios están invirtiendo en procesos cada vez más complejos, por el otro, los consumidores están demandando más productos. Es decir, se están llevando a cabo proyectos de inversión erróneos y los beneficios obtenidos son tan ficticios que según vienen en la época de auge, se van en la época de recesión con la misma intensidad. El profesor Huerta de Soto sentenció: "En la burbuja se produce una descoordinación generalizada" de todos los agentes económicos"… Según el profesor Huerta de Soto – "El secreto para salir de la crisis es dejar a los mercados libres" (Negocios – 20/4/12)

"Cada vez que los aumentos de los déficits fiscales no consiguen obtener los resultados deseados, la política aconseja asumir déficits aún mayores. Si, como creo que ocurre, los déficits fiscales sólo tienen un impacto expansivo a corto plazo sobre el crecimiento y luego se vuelven negativos, los resultados de seguir esa política son un crecimiento económico persistentemente bajo y una explosión de la deuda pública en relación con el PIB"… Las políticas de estímulo siguen fracasando (Robert J. Barro – The Wall Street Journal – 17/5/12)

"En una serie de artículos académicos con Carmen Reinhart, de los cuales el más reciente es el trabajo conjunto con Vincent Reinhart ("Sobreendeudamiento: pasado y presente"), vemos que los niveles de deuda muy altos (del 90% del PIB) son un prolongado lastre de largo plazo al crecimiento económico, que a menudo llega a durar dos décadas o más. Los costes acumulados pueden ser impresionantes. El promedio de episodios de alta deuda desde 1800 es de 23 años y se asocian con una tasa de crecimiento de más de un punto porcentual por debajo de la tasa típica de los períodos con niveles de deuda inferiores. Es decir, tras un cuarto de siglo de alto nivel de deuda, los ingresos pueden ser un 25% inferiores de lo que hubieran sido bajo tasas de crecimiento normales"… Austeridad y realismo ante la deuda (Kenneth Rogoff – Project Syndicate – 1/6/12)

"Las recuperaciones son en general lentas después de un colapso en el sector inmobiliario y un prolongado declive en los precios de las viviendas, como ha ocurrido recientemente en EE.UU. En un estudio de la crisis internacional de vivienda publicado el 2 de mayo por Global Economics Weekly, José Ursúa examina los datos de los precios de las viviendas en el largo plazo correspondientes a 11 países, incluido EEUU. Su muestra incluyó 65 caídas, definidas como caídas de los precios promedio de las viviendas de por lo menos 15%. La conclusión es que las crisis inmobiliarias obstruyen las posteriores recuperaciones"… La recuperación lenta de EEUU no es una recuperación (Robert J. Barro – The Wall Street Journal – 6/6/12)

"Parece ser que oscuras y amenazantes nubes financieras y económicas avanzan desde todas direcciones: la eurozona, Estados Unidos, China y otras áreas. De hecho, es posible que la economía mundial en 2013 resulte ser un ambiente donde resulte muy difícil encontrar abrigo… En comparación con 2008-2009, cuando las autoridades gozaban de un amplio margen de maniobra, las autoridades monetarias y fiscales se están quedando sin munición de políticas (o, para expresarlo con más cinismo, sin conejos que sacar del sombrero). La política monetaria se encuentra limitada por la proximidad a la tasa de interés cero y las reiteradas rondas de flexibilización cuantitativa. De hecho, las economías y los mercados ya no se enfrentan a problemas de liquidez, sino más bien a crisis de crédito e insolvencia. Mientras tanto, los insostenibles déficits presupuestarios y de deuda pública en la mayoría de las economías avanzadas han limitado gravemente la posibilidad de aplicar más estímulos fiscales"… Una tormenta global perfecta (Nouriel Roubini – Project Syndicate – 15/6/12)

"¿Son aún las grandes universidades estadounidenses los templos del saber, las fuerzas directrices del progreso tecnológico, las proveedoras de oportunidades que alguna vez fueron? ¿O se han convertido, en parte, en cómplices inescrupulosos de élites económicas cada vez más rapaces? Cerca del final de Inside Job, documental de Charles Ferguson por el que ganó un Óscar (conocido en español como Dinero sucio o Trabajo confidencial), el director entrevista a varios importantes economistas y les pregunta por su labor remunerada como propagandistas de las prácticas deshonestas y la excesiva asunción de riesgos a las que se entregó el sector financiero en las preliminares de la crisis de 2008. Algunos de estos destacados académicos recibieron sumas importantes por promover los intereses de grandes bancos y otras empresas del sector financiero. En el documental y en un libro reciente muy revelador, Predator Nation (Nación de predadores), Ferguson muestra que muchos ejemplos de esas remuneraciones todavía no terminan de salir a la luz del día… Ferguson cree que en general, esta forma de "consultoría" académica está descontrolada. Comparto su opinión, pero añado que ponerle freno será tarea difícil mientras las universidades y los bancos "demasiado grandes para quebrar" sigan tan interconectados como ahora"… Cuando los académicos avalan a los predadores (Simon Johnson – Project Syndicate – 18/6/12)

La economía de EEUU se encuentra en una situación desesperada según explica el Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz en una entrevista parte de un documental sobre la economía del país. En un adelanto ofrecido por la revista Vanity Fair, el economista asegura que "si nos fijamos en los ingresos del trabajador típico en los Estados Unidos hoy en día, es el mismo que en 1968. Es decir, llevamos la mitad de un siglo estancados". Desde su punto de vista, la culpa de esta desigualdad de ingresos se encuentra en el sistema político. "La desigualdad en la economía se traduce en la desigualdad en la política, y en particular en el contexto de EEUU, donde la financiación de campaña y las labores de lobby son muy importantes", explicó. Tras afirmar que este sistema no es adecuado, Stiglitz dejó claro que "fundamentalmente, la cuestión clave estará en hacer frente a las reformas políticas que necesitamos para que nuestros políticos impongan las medidas económicas que necesitamos". El Premio Nobel de Economía dejó claro que antes EEUU era considerado como "la tierra de las oportunidades" sin embargo aclara que sus oportunidades son a día de hoy "menores que en cualquiera de las otras economías avanzadas". Es por ello que considera que la idea de América como una tierra de oportunidades "ha desaparecido""… Stiglitz: "La economía de EEUU lleva estancada más de medio siglo" (El Economista – 11/7/12)

"El veterano economista del consejo ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) Peter Doyle presentó su dimisión en cuya carta critica el "fracaso de primera categoría" de la gestión de la crisis económica global y la "incompetencia" del Fondo. Además, acusa al fondo de "eliminar" información en sus informes. Doyle, que ha trabajado durante 20 años en el FMI, dice estar "avergonzado" por su vinculación a la entidad… El veterano economista del FMI achaca "los fracasos de la vigilancia del FMI" a la "aversión hacia el riesgo analítico, las prioridades bilaterales y la influencia europea", unos factores, puntualiza, "están cada vez más arraigados, en detrimento de las iniciativas" propuestas para solucionarlos.

En este sentido, pone como ejemplo la elección de los directores generales del FMI que, en la última década, "han sido un absoluto y evidente desastre" y cuyo proceso es "ilegítimo". Para terminar, Doyle arremete contra el consejo ejecutivo por preferir mantener a un "Fondo inválido""… Según un "avergonzado" economista del fondo – El FMI "elimina" información (Negocios.com – 21/7/12)

"¿Por qué cinco años después del inicio de la crisis seguimos en esta situación? La respuesta es de Perogrullo. Si en el origen de la actual coyuntura se encuentra la explosión de una burbuja de crédito, lo normal es que no mejore hasta que el exceso de endeudamiento del sistema se corrija. De cajón. Bien, pues en este lustro ha ocurrido justamente lo contrario. Tal y como nos recuerda Satyajit Das en su última contribución en MarketWatch el intento de apagar las llamas del apalancamiento con nuevas inyecciones de deuda no ha hecho sino agravar los problemas y postergar su solución… El porcentaje de deuda sobre PIB de 11 de las economías más endeudadas del planeta ha pasado del 381% del PIB en 2007 al 417% en la actualidad… Los bancos centrales que han expandido sus balances a una velocidad y hasta un tamaño nunca vistos. Así en el mismo periodo se han multiplicado por tres desde los seis billones (millones de millones de dólares) hasta los 18 en la actualidad para alcanzar un 30% del Producto Interior Bruto mundial… Nunca antes la política económica había sido, en sus dos ramas, fiscal y monetaria, tan expansiva y tampoco nunca con anterioridad había producido tan escaso fruto"… El desastre económico mundial en dos simples datos (S. McCoy – El Confidencial – 27/7/12)

"Cada vez más parece que los estadounidenses aceptan la mentalidad que mantuvo al mundo sumido en la pobreza durante milenios: si te hiciste rico, es porque hiciste que otra persona se empobreciera. ¿Qué llevó el ánimo de EEUU tan lejos de nuestra celebración histórica del éxito económico? Dos cambios importantes en condiciones objetivas han contribuido a este cambio de parecer. Uno es el ascenso del capitalismo de colusión. Parte del fenómeno involucra el capitalismo de amigotes, por el cual la gente en la cima se ocupa de sus pares a expensas de los accionistas. Si quiere un ejemplo basta mencionar el caso de los "paracaídas de oro", las gigantescas indemnizaciones que se llevan los ejecutivos de las compañías aunque hayan hecho una pésima labor. Pero el problema del capitalismo de amigotes es trivial comparado con la colusión engendrada por el gobierno. En el mundo actual, las operaciones y resultados de todas las empresas son afectadas por reglas establecidas por legisladores y burócratas. El resultado ha sido corrupción a escala masiva… El capitalismo de colusión se ha vuelto visible y define cada vez más al capitalismo en la mente del público. Otro cambio en las condiciones objetivas ha sido el surgimiento de grandes fortunas acumuladas con rapidez en los mercados financieros"… Por qué el capitalismo tiene un problema de imagen (Charles Murray – The Wall Street Journal – 1/8/12)

"Si lo hemos entendido bien, y no era fácil porque somos un poco bobos, la economía financiera es a la economía real lo que el señor feudal al siervo, lo que el amo al esclavo, lo que la metrópoli a la colonia, lo que el capitalista manchesteriano al obrero sobreexplotado. La economía financiera es el enemigo de clase de la economía real, con la que juega como un cerdo occidental con el cuerpo de un niño en un burdel asiático. Ese cerdo hijo de puta puede hacer, por ejemplo, que tu producción de trigo se aprecie o se deprecie dos años antes de que la hayas sembrado. En efecto, puede comprarte, y sin que tú te enteres de la operación, una cosecha inexistente y vendérsela a un tercero que se la venderá a un cuarto y este a un quinto y puede conseguir, según sus intereses, que a lo largo de ese proceso delirante el precio de ese trigo quimérico se dispare o se hunda sin que tú ganes más si sube, aunque te irás a la mierda si baja. Si baja demasiado, quizá no te compense sembrarlo, pero habrás quedado endeudado sin comerlo ni beberlo para el resto de tu vida, quizá vayas a la cárcel o a la horca por ello, depende de la zona geográfica en la que hayas caído, aunque no hay ninguna segura. De eso trata la economía financiera… Cuando el terrorista financiero compra o vende, convierte en irreal el trabajo genuino de miles o millones de personas que antes de ir al tajo han dejado en una guardería estatal, donde todavía las haya, a sus hijos, productos de consumo también, los hijos, de ese ejército de cabrones protegidos por los gobiernos de medio mundo, pero sobreprotegidos desde luego por esa cosa que venimos llamando Europa o Unión Europea o, en términos más simples, Alemania, a cuyas arcas se desvían hoy, ahora, en el momento mismo en el que usted lee estas líneas, miles de millones de euros que estaban en las nuestras… A usted y a mí nos están colocando en los bajos del tren una bomba diaria llamada prima de riesgo, por ejemplo, o intereses a siete años, en el nombre de la economía financiera. Vamos a reventón diario, a masacre diaria y hay autores materiales de esa colocación y responsables intelectuales de esas acciones terroristas que quedan impunes entre otras cosas porque los terroristas se presentan a las elecciones y hasta las ganan y porque hay detrás de ellos importantes grupos mediáticos que dan legitimidad a los movimientos especulativos de los que somos víctimas. La economía financiera, si vamos entendiéndolo, significa que el que te compró aquella cosecha inexistente era un cabrón con los papeles en regla. ¿Tenías tú libertad para no vendérsela? De ninguna manera. Se la habría comprado a tu vecino o al vecino de tu vecino. La actividad principal de la economía financiera consiste en alterar el precio de las cosas, delito prohibido cuando se da a pequeña escala, pero alentado por las autoridades cuando sus magnitudes se salen de los gráficos… Aquí están alterando el precio de nuestras vidas cada día sin que nadie le ponga remedio, es más, enviando a las fuerzas del orden contra quienes tratan de hacerlo. Y vive Dios que las fuerzas del orden se emplean a fondo en la protección de ese hijo de puta que le vendió a usted, por medio de una estafa autorizada, un producto financiero, es decir, un objeto irreal en el que usted invirtió a lo mejor los ahorros reales de toda su vida. Le vendió humo el muy cerdo amparado por las leyes del Estado que son ya las leyes de la economía financiera, puesto que están a su servicio… La economía financiera no se conforma con la plusvalía del capitalismo clásico, necesita también de nuestra sangre y en ello está, por eso juega con nuestra sanidad pública y con nuestra enseñanza y con nuestra justicia al modo en que un terrorista enfermo, valga la redundancia, juega metiendo el cañón de su pistola por el culo de su secuestrado. Llevan ya cuatro años metiéndonos por el culo ese cañón. Y con la complicidad de los nuestros"… Un cañón en el culo (Juan José Millás – El País – 14/8/12)

"¿Cómo se explica la aparente falta de acciones políticas eficaces a lo largo y ancho de una amplia gama de países y regiones? Una línea de pensamiento echa la culpa a un "vacío de liderazgo" -un diagnóstico común en Europa. En otros lugares -especialmente en los EEUU- se piensa que la polarización y las feas políticas de suma cero desalientan a un liderazgo político potencialmente capaz… Esto nos lleva a un obstáculo crucial: no se tiene confianza en las élites gubernamentales, empresariales, financieras y académicas. La falta de confianza en las elites es sana hasta cierto punto, pero numerosas encuestas indican que dicha confianza está en rápido declive, lo que sin duda aumenta la reticencia que tienen los ciudadanos cuando tienen que delegar autoridad con el fin de que se navegue a través de un incierto entorno económico mundial. La pérdida de confianza, probablemente tiene múltiples causas, incluyendo el fracaso de los análisis: casi la totalidad de bancos centrales, reguladores, participantes del mercado, agencias de calificación de riesgo y economistas no detectaron el riesgo sistémico que estaba en aumento durante los años precedentes a la crisis actual, y fracasaron aún más al momento de realizar análisis a fin de tomar las acciones correctivas apropiadas. Pero una causa más importante es la sospecha que existe sobre que las élites están poniendo sus intereses propios por encima de los valores sociales compartidos"… ¿Por qué están paralizados los gobiernos? (Michael Spence – David Brady – Project Syndicate – 15/8/12)

"La crisis de 2008 derrumbó economías, destrozó empleos y vidas, arrasó ahorros y expectativas y, peor aún, parece haber sucedido en vano. El sistema financiero sigue funcionando con los mismos parámetros que entonces. Los intentos de regulación se han diluido en la nada y los escándalos se suceden a una velocidad de vértigo, raramente con juicios y condenas. La manipulación de la tasa interbancaria Libor, las multimillonarias estafas llevados a cabo por oscuros operadores, la venta fraudulenta de seguros y hasta errores que bordean la comedia, como el cobro repetido del mismo retiro de cajero automático, muestran un sector disfuncional. En esa catedral histórica de las finanzas que es Reino Unido, la reputación de los banqueros está por el piso. Según la última encuesta, sólo un 10% de los británicos confía en sus bancos. Un sondeo similar en Estados Unidos da un resultado parecido: sólo el 21% tiene confianza en su sistema financiero (en 2005 era un 53%). Adam Leaver, miembro del centro interdisciplinario CRESC (Centre for Research on Socio-Cultural Change) y economista de la Escuela de Negocios de Manchester, le comentó a BBC Mundo que el problema reside en los pilares del actual sistema. "El sistema financiero internacional que nació con la desregulación de los ochenta tiene problemas inextricables. El volumen de sus operaciones, superior al PIB de los países, la complejidad, interconexión y opacidad con que funciona lo vuelven una bomba de tiempo", afirmó Leaver. Una investigación del CRESC compara la relación entre el Producto Interno Bruto (PIB) de Reino Unido, Alemania y Francia con los activos bancarios de las seis entidades más importantes de cada país. Los bancos son entre dos y cinco veces más grandes que el PIB, es decir, que todo lo que produce una nación en un año de trabajo. En casos de economías más pequeñas, como Islandia y la República de Irlanda, este desequilibrio entre bancos y el PIB terminó con los países en bancarrota. Un elemento fundamental de estos activos bancarios son los derivados, complejos contratos financieros sobre el valor futuro de divisas, bonos, precios de petróleo o soja. A fines de 2009, un año después del estallido de la crisis, el mercado de derivados tenía un valor superior al PIB mundial. Un rasgo esencial de los derivados es su opacidad que, a través de una compleja dinámica financiera, nubla la trayectoria del dinero y la identidad de sus dueños. Nada parece haber cambiado. El gobierno de Barack Obama aprobó una tibia reforma financiera en 2010. El Banco de Pagos Internacionales, que nuclea a los bancos centrales del mundo, introdujo en 2010 regulaciones sobre el capital mínimo para los bancos que recién entrarán en vigor en 2020. En Reino Unido, sólo a fin de año se intentará aprobar una nueva legislación financiera. "Los vasos comunicantes entre el mundo político y el de las finanzas complican mucho la regulación del sector. Los mandatarios y ministros terminan muchas veces en el mundo de las finanzas. Y hasta se da el caso opuesto, en Estados Unidos, por ejemplo, en el que los financistas terminan en el gobierno", dice Leaver… "Es imposible lograr una regulación efectiva con el actual poder de cabildeo del sector financiero. Esto ya le da mucho poder sobre los gobiernos de turno. Si además se le agrega la puerta giratoria con el mundo político, el problema se vuelve grave. Tendría que estar prohibido que un político salga del gobierno y se desempeñe inmediatamente después en el sector financiero", sostiene Gunnar Beck (experto en temas legales de la Unión Europea de SOAS, Universidad de Londres)… A casi cuatro años de la caída del Lehman Brothers, a cinco del primer estallido de la burbuja crediticia, asombra el escaso impacto penal que han tenido todos estos escándalos. Es cierto que ha habido algunos casos muy sonados como el de Bernard Madoff, condenado a 150 años de prisión por una estafa equivalente a US$ 65.000 millones o el de Alen Stranford, quien recibió este año una sentencia de 110 años. Pero para las dimensiones de un descalabro financiero internacional que involucró caídas de grandes instituciones como Lehman Brothers y Bears Stern, rescate de bancos como el Royal Scotland Bank y el Lloyds, así como un apuntalamiento de un sistema que estuvo a un tris de colapsar, estos casos son la punta del iceberg. "En parte se debe a cuestiones de procedimiento penal. Los casos judiciales tardan muchas veces años. De manera que habrá que esperar. Pero también, quizá, ha habido una voluntad de no apretar las clavijas por la debilidad misma del sistema financiero", señala Leaver. Aun así, a cuentagotas, se empieza a sentir el peso de la justicia. El último escándalo, el de la manipulación de las tasas Libor, que sirve de referencia para hipotecas y derivados por valor de US$ 65.000 millones, tiene ya unas 20 demandas judiciales en marcha en Estados Unidos y una larga cola de potenciales litigios. El drama de fondo no es tanto legal como económico. Mientras la justicia trata de ponerse al día con la última crisis, sigue girando la misma ruleta financiera que provocó la debacle de 2008"… El riesgo de que la ruleta de los bancos siga girando (BBCMundo – 16/8/12)

"La decisión adoptada por el G-20 en noviembre de 2008 de no dejar perecer ningún banco sistémicamente importante pudo parecer prudente en aquel momento, dada la amenaza de un desplome financiero mundial, pero dicha decisión y las equivocadas políticas aplicadas por los bancos centrales y los gobiernos desde entonces han brindado a los más importantes bancos excesivamente endeudados la capacidad de chantajear a sus rescatadores, capacidad que han utilizado para crear un sistema financiero en el que están, en realidad, exentos de responsabilidad. La capacidad de los bancos grandes para obtener mediante extorsión semejante arreglo se debe a una amenaza implícita: si un banco sistémicamente importante se viera abocado a la insolvencia, el sector financiero -y con él el sistema de pagos de la economía- quedaría paralizado, pero ya es hora de desenmascarar a los banqueros farsantes: el mantenimiento del sistema de pagos puede y debe quedar separado del problema de la insolvencia bancaria… Tenemos la capacidad de eliminar la deuda en rápido aumento del sistema financiero y crear un nuevo orden monetario que corresponda a los principios de la libertad de empresa y al imperio de la ley, sin correr el riesgo de un desplome de todo el sistema de pagos. Lo único que hace falta para restablecer la reglamentación bancaria eficaz -en Europa y en el resto del mundo- es la voluntad de oponer resistencia al chantaje de los propios bancos"… Para desenmascarar a los grandes bancos farsantes (Frank Schäffler – Norbert F. Tofall – Project Syndicate – 16/8/12)

"El 15 de septiembre de 2008 el banco de inversión Lehman Brothers anunciaba su quiebra, inaugurando la mayor crisis económica que ha conocido la humanidad en su historia reciente. Casi cuatro años después, aunque somos perfectamente conscientes del tipo de prácticas que nos han llevado al desastre, parece que los profesionales de las finanzas siguen comportándose de la misma manera. Una encuesta realizada por el despacho de abogados neoyorquino Labaton Sucharow, entre 500 profesionales de las finanzas de Londres y Nueva York, llega a una aterradora conclusión: la mala conducta sigue estando muy extendida entre la industria financiera, hasta tal punto que el 26% de los profesionales de la misma han sido testigos directos de algún tipo de práctica ilícita o poco ética en el trabajo. Además, pese al enorme impacto de la crisis, y los esfuerzos gubernamentales por atajar las conductas que han provocado esta situación, el 24% de los profesionales de la banca sigue pensando que la única manera de tener éxito es comportarse de manera ilegal o, al menos, poco ética. El 16% va más allá, y asegura sin tapujos que cometerían un delito de tráfico de información privilegiada si pudieran evadir con seguridad las represalias. "Cuando la mala praxis es común y está aceptada por los profesionales de las finanzas, la integridad de la totalidad del sistema financiero está en riesgo", asegura Jordan Thomas, socio de Labaton Sucharow y promotor de la encuesta. "En esta era de escándalos corporativos debemos dirigir nuestras energías a fomentar la ética empresarial, animando a los profesionales a denunciar las conductas irregulares, tanto interna como externamente""… El 24% de los banqueros cree que para tener éxito se debe actuar de forma poco ética (Miguel Ayuso – El Confidencial – 21/8/12)

"El estudio de la economía debería enmarcarse en un contexto político mayor, acentuando el énfasis en el rol de las instituciones. Los estudiantes también deberían aprender un poco de humildad. Los modelos a los que todavía se ven expuestos tienen cierto valor explicativo, pero con parámetros limitados. Y la dolorosa experiencia indica que los agentes económicos pueden no comportarse como los modelos suponen que lo harán. Pero aún no resulta claro que incluso estas modestas propuestas sean aceptadas por la mayor parte de los profesionales de la disciplina. La llamada escuela de Chicago ha desarrollado una robusta defensa de su enfoque basado en las expectativas racionales, rechazando la noción de que es necesario un replanteo. El ganador del premio Nobel, Robert Lucas, ha sostenido que la crisis no fue predicha porque la teoría económica predice que esos eventos no pueden predecirse. Así que, todo está bien. Y existe perturbadora evidencia que indica que las noticias sobre la crisis no han llegado aún a ciertos departamentos de economía. Stephen King, economista jefe del grupo HSBC, comenta que cuando pregunta a los universitarios recién graduados (y HSBC recluta a una gran cantidad de ellos) cuánto tiempo dedican a conferencias y seminarios sobre la crisis financiera, «muchos admitieron que ni siquiera se había hablado del tema». De hecho, según King, "los jóvenes economistas llegan al mundo financiero con poco o ningún conocimiento sobre cómo funciona el sistema financiero". Estoy seguro de que aprenden rápidamente en HSBC. (En el futuro, quiero creer, también aprenderán rápidamente sobre las normas relacionadas con el lavado de dinero). Pero es deprimente escuchar que muchos departamentos universitarios aún se encuentran en estado de negación. No porque a los alumnos no les interese: dicto un curso en Sciences Po, en París, sobre las consecuencias de la crisis para los mercados financieros, y la demanda es abrumadora. Sin embargo, no debemos centrar nuestra atención exclusivamente en los economistas. Podría decirse que los elementos más deficientes en el juego de herramientas intelectual convencional son el modelo de valuación de activos de capital y su pariente cercana, la hipótesis del mercado eficiente. Sin embargo, sus protagonistas no perciben ningún problema del cual ocuparse. Por el contrario, Eugene Fama, de la Universidad de Chicago, ha dicho que sostener que la teoría financiera es culpable es una "fantasía", y postula que los "mercados financieros y las instituciones financieras fueron víctimas y no causantes de la recesión". Y no puede culparse a la hipótesis del mercado eficiente que él defiende, porque "la mayor parte de las inversiones está en manos de administradores con estrategias activas, que descreen de la eficiencia de los mercados". Esto constituye lo que podríamos llamar una defensa de "irrelevancia": ¡No es posible responsabilizar a los teóricos financieros porque nadie en el mundo real les presta atención! Afortunadamente, otros miembros de la profesión sí aspiran a la relevancia, y escarmentado ante los eventos de los últimos cinco años, en los que movimientos de precios que según las predicciones de los modelos deberían ocurrir una vez cada un millón de años se observaron varias veces por semana. Están trabajando duro para entender por qué y desarrollar nuevos enfoques para medir y controlar el riesgo, que constituye la mayor preocupación actual de muchos bancos"… La negación de la economía (Howard Davies – Project Syndicate – 22/8/12)

El abismo (precipicio) fiscal (fiscal cliff) (El Confidencial – 8/11/12)

Monografias.com

(Diciembre 2012)

Al borde del abismo (y no sólo fiscal)

(Carta a los hijos, nietos y, tal vez, bisnietos, que pagarán la deuda de los bancos)

Supongamos que mis nietos (hoy con poco más de 6, 3 y 1 año) me preguntaran algún día (bastante más adelante): abuelo, ¿quién fue Ben Shalom Bernanke?

Corriendo las telarañas de mi memoria (si el Alzheimer, lo permitiera), e intentando que mi voz saliera menos "estropajosa" que la de Fidel Castro, o el Rey de España, tal vez les diría:

Ben Shalom Bernanke fue un "agradaor" (*)

(*) El "agradaor" es inseparable de la figura típica y tópica del señorito andaluz. Es el palmero vocal que enhebra elogios como otros dan palmas, que, siervo de la propina, halaga la vanidad del señorito que se tiñe las canas de señor mayor y sigue posando de trueno de noche y tronado de día, rumboso arruinado, jaquetón y fondón.

El agradaor rebanaba un trozo de tocino pelado. "¡Ay, quien tuviera tu estómago!", exclamó el señorito. "¿El estómago también, mi amo?", contestó el mozo.

¿Quién es esta figura consustancial y certera que no ha de faltar en toda reunión y ágape de Juntas, cuadrillas y comidas? – Es este adlátere, risueño jovial y feliz quizá, el que sin recibir distinción condecoración ni boato no ha de faltar en toda reunión cofrade que se precie.

"No me basta Señor para quererte el cielo que me tienes prometido", efectivamente -como decía la Santa que más endecasílabos uso para la loa y el rezo-, el no espera nada de nadie solo "estar" y ser fiel notario de comidas, ensayos, procesiones, excursiones o visitas, Más, ¿no se siente quizá gratificado? no es él la pieza fundamental que engrana a tanta maquinaria sin medida. "Que aunque no hubiera Cielo, yo te amara".

Él es el pickup de la cuadrilla , quien remata marchas de casetes cuaresmales, el que va por el adobo, el que ayuda a enfajar y hacer la ropa, reparte avituallamientos postreros al esfuerzo y da honor y loa a la cuadrilla, cuida del refrigerio de la Junta, reparte lotería, es algodón mágico del varal reluciente y funde ceras sin descanso al son de melodiosas marchas, limpia manos virginales con libreas bien vestido, saluda al hermano de un solo día de visita preguntando por su familia y es embajador y oportuno diplomático allende barrios y centros. "Y aunque no hubiera infierno te temiera".

"Agradaor", quizá no saldrás reflejado nunca en pregones maestrantes, ni en poemas folletinescos, ni siquiera te pondrán azulejos en capillas, pero tú y solo tú sí que mereces un sitio entre los altos cofrades de la historia. ¡¡Bendito seas!!

Ben Shalom Bernanke fue un Mizaru o Kikazaru o Iwazaru (**)

(**) Mizaru, Kikazaru, Iwazaru. Son los nombres japoneses de los tres monos sabios. Traducidos: "no ver, no oír, no decir". La filosofía budista utilizó esta representación para denunciar la rendición al sistema.

Los nombres japoneses de los tres monos -Mizaru, Kikazaru, Iwazaru- significan "no ver, no oír, no decir", sin especificar lo que los monos no ven, oyen o dicen. Tradicionalmente se ha entendido como "No ver el Mal, no escuchar el Mal y no decir el Mal"; el dicho tuvo su origen en la traducción del código moral chino del "santai", la filosofía que promulgaba el uso de los tres sentidos en la observación cercana del mundo observable.

El significado del tema de los tres monos es complejo y diverso; así como para la élite intelectual se encontraban relacionados con el mencionado código filosófico y moral "santai", entre el pueblo el sentido era "rendirse" al sistema, un código de conducta que recomendaba la prudencia de no ver ni oír la injusticia, ni expresar la propia insatisfacción, sentido que perdura en la actualidad.

Ben Shalom Bernanke fue el "vecino" (interventor) (***)

(***) El "vecino" llamó a voces por la ventana de la cocina avisando de que salía humo y llamas por el extractor pero nadie llamó a los bomberos. Tampoco el vecino que avisaba, es decir, el interventor, descolgó el teléfono. No emitió un informe de actuación, que habría activado el código rojo, pese a que vio cómo sus avisos caían reiteradamente en saco roto. "No procedía", "no había herramienta legal", "no hubo requerimiento", "la ley dice que no era mi responsabilidad", "no tenía competencias"… Esos son los motivos alegados por el alto funcionario y los distintos consejeros afectados. Explicaciones muy legalistas pero con lagunas desde la óptica del sentido común o de la responsabilidad política.

Supongamos que luego me preguntaran: abuelo ¿y por qué nuestros padres, nosotros y, tal vez, nuestros futuros hijos tenemos que pagar las deudas (pérdidas) de los bancos que causaron la crisis?

Entonces les propondría ver algunas (o todas) las siguientes películas: Wall Street (I), El informador, The flaw, Insider Job, Margin call, The company men, To big to fail, Overdose… para entender el "patético" rol de "curandero medieval" asumido por Ben Shalom Bernanke. Reo del delito de haber inflado la(s) burbuja(s), y socializado las pérdidas.

Luego (les diría) sólo les quedan por ver: Tiempos modernos, Ciudadano Kane, Las uvas de la ira, Ladrón de bicicletas… para "regresar al futuro". Con esa sensación real de "ni paz ni guerra", en medio de una miseria moral insoportable, con costos humanos enormes e inaceptables.

Lo que no sé cómo les podría explicar (y pedir perdón) es por qué razón, ellos van a ser (casi con toda seguridad) más pobres que sus padres y sus abuelos. Cómo les revelaría que en el paso de la mentira a la infamia les han robado el porvenir…

Otra paradoja difícil de aclarar sería que pese a las ingentes cantidades de dinero que entran y salen de los mercados financieros, el resto de la economía es un basurero hambriento y muy necesitado de inversiones de capital. Que mucha culpa la tienen las empresas que prefieren tomar una visión a corto plazo y mantener maquinaria, equipos y sistemas que deberían haber sustituido hace tiempo.

Post scriptum (da grima contemplar tanta mala política y peor economía)

Sapere aude: atrévete a pensar.

¿Tiene sentido quitar dinero a la gente y dárselo a los bancos? ¿Para qué sirve la economía? ¿Por qué seguir tratando la crisis como un problema de liquidez, cuando lo es de solvencia? ¿Cuántas veces se puede volver la cabeza fingiendo no ver nada?

¿Helicopter Ben con su heterodoxia (calculada) habrá dado un salto al futuro o habrá anclado (tal vez, definitivamente) la economía al pasado?

¿Tendremos que morir diciendo a los nietos que no confíen en los bancos?

El dinero ya está perdido (por el equivalente al 50% de la riqueza mundial), mientras Bernanke (y sus secuaces de los mayores bancos centrales) tratan de no reconocer semejante destrucción. Y más grave aún -si cabe- es que intentan, una y otra vez, socializar las pérdidas de los funambulistas financieros y los saltimbanquis de la bolsa.

Antes, los Generales derrotados en la guerra se suicidaban o se les hacía un juicio militar y se pudrían en la cárcel. Ahora, en la batalla de la Fed, nos hemos quedado "sin honra y sin barcos"… y -aún- nadie ha entrado en la cárcel (salvo un par de "perejiles").

Cuando abramos el "testamento vital" de Bernanke constaremos (más pronto que tarde, lamentablemente) que sólo nos ha dejado una economía tetrapléjica y un planeta enano.

Ya lo dijo Chateaubriand: "Se pasa de la mediocridad a la importancia, de la importancia a la necedad, y de la necedad al ridículo" (Memorias de ultratumba).

En fin, así están las cosas… y así se las he ido contado.

Aquí queda todo como testimonio, para los arqueólogos de la historia, y como epílogo para los que se empeñan en distinguir entre lo verdadero y lo falso…

¿Qué habrá visto el FMI, que haya escapado a mi análisis, para decir en su Informe GFSR, de Abril 2013 (como luego podrán leer) que: "Se atenúan los riesgos agudos: se precisan medidas para afianzar la estabilidad financiera…Las condiciones mundiales financieras y la situación de los mercados han mejorado notablemente en los últimos seis años, lo cual ha brindado un apoyo adicional a la economía y ha propiciado una marcada recuperación de los activos de riesgo" (sic).

Para acercarme algo más, al período evaluado por el FMI, (Informe GFSR) de Abril 2013, me valdré de otro Ensayo anterior: El adiós europeo al Estado del Bienestar: la "sociedad participativa", el "gasto social privado", la "gran sociedad", y demás experimentos de laboratorio (¿otra vez el triunfo de la ideología sobre la razón?), publicado en octubre de 2014, en cuya Sección 1.6 de la Introducción, decía:

(Octubre 2013)

El eclipse de la razón (…y la ignorancia obstinada es ideología)

"Sin duda, la Segunda Gran Recesión -el nombre que damos a la crisis financiera que a finales de la década pasada se propagó prácticamente por todo el mundo- tendrá un profundo efecto sobre la economía, en particular sobre el estudio de las relaciones entre mercados financieros y economía real"… (Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff, autores del libro "Esta vez es distinto" – El País – 5/6/11)

"Toda sociedad se aferra a un mito y vive por él. El nuestro es el del crecimiento económico. Las últimas cinco décadas la persecución del crecimiento ha sido el más importante de los objetivos políticos en el mundo. La economía global tiene cinco veces el tamaño de hace medio siglo. Si continúa creciendo al mismo ritmo, será 80 veces en el año 2100. Este extraordinario salto de la actividad económica global no tiene precedentes en la historia. Y es algo que no puede estar más en desacuerdo con la base de recursos finitos y frágil equilibrio ecológico del que depende para su supervivencia. Y ya ha venido acompañado de una degradación estimada de un 60% de los ecosistemas del mundo.

La mayor parte del tiempo, evitamos la realidad de estos números. El crecimiento debe continuar, insistimos. "¡Acumulad!, ¡acumulad!, es lo que dicen Moisés y todos los profetas", como dijo Karl Marx… Las razones por esta ceguera colectiva son fáciles de encontrar. El capitalismo occidental se basa de forma estructural en el crecimiento para su estabilidad. Cuando la expansión se tambalea, como ha pasado recientemente, los políticos entran en pánico. Los negocios batallan por sobrevivir. La gente pierde sus trabajos y en ocasiones sus viviendas. La espiral de la recesión es una amenaza. Cuestionar el crecimiento se toma como un acto de lunáticos, idealistas y revolucionarios.

Ahora, cuestionarlo es un deber. El mito del crecimiento infinito ha fracasado, ha fracasado para 2.000 millones de personas que viven con menos de US$ 2 al día. Ha fracasado para el frágil sistema ecológico de cuya supervivencia depende. Ha fracasado, espectacularmente, en sus propios términos, para proveer estabilidad económica y asegurar la vida de las personas. La prosperidad para unos pocos, basada en la destrucción medioambiental y la persistente injusticia social, no es fundamento para una sociedad civilizada"… "El mito del crecimiento económico infinito es un fracaso" (Tim Jackson – Universidad de Surrey – BBCMundo – 29/9/11)

"Pensar es aprender de nuevo a ver, dirigir la propia conciencia, hacer de cada imagen un lugar privilegiado. No queremos ver más allá de nuestra necesidad inmediata, como solucionarla, sin meditar las consecuencias. Consecuencias a menudo desconocidas porque nos hemos negado a aprender, a asimilar conocimientos existentes, experiencias vividas, a sacar lógicas conclusiones y a actuar al calor de ellas. Es significativo que el pensamiento de nuestra época sea a la vez uno de los más impregnados de una filosofía de la no significación del mundo y uno de los más desgarrados en sus conclusiones. Desgarro producido por esa incapacidad de la sociedad en encontrar su camino.

Es de nuevo el mito de Sísifo. El legendario rey condenado a subir la empinada ladera del monte, empujando cuesta arriba con sudor y sufrimiento permanente el pesado pedrusco, el cual acababa rodando de vuelta hasta el llano antes de alcanzar la cumbre. No tenía más remedio que hacerlo remontar una y otra vez, para volverse a despeñar siempre, una vez tras otra, hasta el fin de los tiempos. Tiempos finales a los que nos vamos aproximando cada vez más rápidamente con cada escalada.

No hay castigo más terrible que el trabajo inútil y sin esperanza. Una parábola de esta sociedad absurda donde vivimos para trabajar, incapaces de trabajar para vivir, y menos para gozar. Donde el objetivo es producir más, a menudo no mejor, acumular más bienes absurdos y consumir absurdamente cultura basura, tanto o más que comida basura u ocio basura, sin más placer que la mera engullición y el disfrute basura.

Tengo, pues, mis motivos para decir que el sentimiento de lo absurdo no nace del simple examen de un hecho o de una impresión, sino que brota de la comparación entre un estado de hecho y cierta realidad, entre una acción y el mundo que la supera. Lo absurdo es esencialmente un divorcio entre nuestros actos y sus consecuencias, entre lo que nos gustaría y lo que nos ocurre, entre el pensamiento económico que parece y no es, y el que debería ser"… El suicidio filosófico de la economía según Camus (José M. de la Viña – El Confidencial – 10/11/11)

Recordando a Pablo Neruda podría decirles que: "puedo escribir los versos más tristes esta noche".

Si algo "envidiaba" de Europa, hace, tal vez, cuarenta años (cuando aún vivía en la lejana, remota, falaz y fugaz Argentina, era su "socialdemocracia", su "estado del bienestar", su justa y razonable "distribución de las riquezas", su "equilibrio social", su "igualdad de oportunidades", su "paz social"…

Si algo me "inspiró a emigrar" a Europa (exilio voluntario), hace ya veinticinco años, fue ese modelo de socialdemocracia, comunitario, responsable, participativo, amplio, generoso, solidario, equilibrado, incluyente, redistributivo, ético, justo… donde deseaba ver crecer a mis hijas y ver nacer a mis nietos, en un espacio de unión económica con un desarrollo armónico, previsible y sostenible…

Creía haber visto el futuro, y que funcionaba. Estaba en el corazón de la vieja Europa.

Que equívoco más grande. Hoy (octubre 2013) el sueño europeo se ha transformado en una pesadilla (desastre económico) y el despertar, en un infierno (catástrofe social). El sufrimiento humano derivado de la crisis es tanto o mayor que en los Estados Unidos, donde nunca existió (ni se le espera) un estado del bienestar equivalente. Hoy al riesgo de colapso, podemos agregar un desastre impecable. Más que un proyecto acabado de Unión, podemos decir (con gran dolor), que estamos presenciando el final anunciado de un proyecto comunitario.

Todo eso ha quedado barrido por el tsunami de la mayor crisis económico-financiera vivida por EEUU, con réplica en Europa, desde los años 30. Ahora (seis años después del inicio de la depresión) estamos viviendo la post guerra de una guerra librada con armas financieras de destrucción masiva, disparadas desde frentes instalados en lujosos despachos de bancos, agencias bursátiles, fondos de inversión, fondos de cobertura,… por audaces aventureros especulativos, que han utilizado el capital de los ahorristas desprevenidos e incautos, para abatirlos con su propio fuego.

La Real Academia define el término "recuperación" como la acción y efecto de recuperar o recuperarse. Obvio. Pero precisa en una segunda entrada que algo se recupera cuando vuelve a tomar o adquirir "lo que antes tenía". Sería absurdo pensar que la recuperación de la economía europea va a devolver a los países miembros a los niveles previos a la crisis.

En el mejor de los casos, Europa saneará su economía, ajustará sus grandes desequilibrios y volverá al crecimiento, incluso de una manera robusta. Hasta la devastada Europa de 1945 salió de la tragedia. Pero los países que salgan de esta crisis serán muy distintos. Muy parecido a lo que Ulrich Beck denominó -ya en 1986- la sociedad del riesgo. Y todavía el muro no había caído.

¿Y qué es la sociedad del riesgo? Pues aquella en la que lo relevante ya no es la distribución de la riqueza, sino la producción de bienes y servicios de forma suficiente para financiar un determinado nivel de vida. Algo que, en última instancia, dependerá de su capacidad de adaptación en una economía globalizada.

Lo que se ha roto son las certezas y el mundo previsible. El mundo de la seguridad, del que hablaba Stefan Zweig. Hasta hace bien poco, se pensaba que los avances técnicos -y su corolario en términos de productividad– serían suficientes para lograr el progreso social. Hoy ya no es así.

Mientras que en la sociedad industrial o de clases la cuestión social giraba en torno a cómo repartir la riqueza producida de forma colectiva (y la historia del siglo XX refleja hasta qué punto la lucha entre los diferentes agentes económicos fue encarnizada), en la nueva sociedad del riesgo se seguirá produciendo de una manera desigual, pero su volumen ya no estará garantizado. Y es aquí cuando surge lo que ha venido a definirse como los "nuevos pobres". O la nueva pobreza, como se prefiera. Un fenómeno en el que se ven envueltos nuevos colectivos que antes se consideraban protegidos contra las inclemencias económicas: profesionales, empleados públicos, pensionistas, parados de larga duración o estudiantes con dificultades para su inserción laboral.

Antes el trabajador era necesario para que algunos ganaran, ahora hay gente que gana sin necesidad de que nadie trabaje para ellos. El resultado de esta situación es una profunda desigualdad. Que no solo alcanza a los parados, sino también a una gran parte de los trabajadores asalariados.

"Aparentemente, cuando el banco de inversión estadounidense Lehman Brothers colapsó en 2008 y detonó la peor crisis financiera desde la Gran Depresión, se formó un amplio consenso sobre la causa de la crisis. Un sistema financiero inflado y disfuncional había asignado incorrectamente el capital y, en vez de gestionar el riesgo, lo creó. La desregulación financiera -junto con el dinero barato- contribuyó a una excesiva toma de riesgos.

Cinco años más tarde, mientras algunos se felicitan a sí mismos por evitar otra depresión, nadie en Europa o Estados Unidos puede afirmar que la prosperidad ha regresado. La Unión Europea recién está emergiendo de la recaída en la recesión (y, en algunos casos, de una doble recaída), mientras que algunos estados miembros están en depresión. En muchos países de la UE, el PBI se mantiene por debajo, o insignificantemente por encima, de los niveles previos a la recesión. Casi 27 millones de europeos están desempleados.

Algo similar ocurre en Estados Unidos: 22 millones de personas que desean un empleo a tiempo completo no logran encontrarlo. La tasa de actividad en la fuerza de trabajo estadounidense ha caído a niveles que no se veían desde que las mujeres comenzaron a ingresar al mercado laboral en forma masiva. El ingreso y la riqueza de la mayoría de los estadounidenses se encuentran por debajo de niveles que habían registrado mucho antes de la crisis. De hecho, el ingreso típico de un trabajador masculino a tiempo completo es menor que hace más de cuatro décadas…

Otros problemas continúan sin ser tratados y algunos han empeorado. El mercado hipotecario estadounidense aún sigue conectado a un respirador: el gobierno ahora asegura más del 90% de las hipotecas y la administración del presidente Barack Obama ni siquiera ha propuesto un nuevo sistema que garantizaría préstamos responsables con términos competitivos. El sistema financiero se ha concentrado aún más, algo que exacerbó el problema de los bancos que no solo son demasiado grandes y están demasiado interconectados y correlacionados para caer, sino que también son demasiado grandes para ser gestionados y responsabilizados. A pesar de un escándalo tras otro, desde lavado de dinero y manipulación del mercado hasta discriminación racial en los créditos y ejecuciones ilegales de hipotecas, ningún funcionario de alto nivel ha sido responsabilizado; cuando se impusieron sanciones financieras, fueron mucho menores de lo necesario, no fuera a ser que las instituciones sistémicamente importantes pudieran verse en peligro.

Las agencias de calificación de crédito han sido declaradas responsables en dos juicios privados. Pero también en este caso lo que pagaron fue una fracción de las pérdidas que causaron sus acciones. Algo más importante aún, el problema subyacente -un sistema de incentivos perversos en el que reciben dinero de las empresas a las que califican- aún debe cambiar.

Los banqueros presumen de haber pagado totalmente los fondos de rescate del gobierno que recibieron cuando comenzó la crisis. Pero nunca parecen mencionar que cualquiera que hubiera recibido enormes créditos gubernamentales a tasas de interés cercanas a cero podría haber ganado miles de millones con el mero hecho de prestar nuevamente ese dinero al gobierno. Tampoco mencionan los costos impuestos al resto de la economía -una pérdida acumulada del producto en Europa y EEUU que supera largamente los $ 5 billones.

Mientras tanto, resultó que quienes sostuvieron que la política monetaria no sería suficiente estaban en lo cierto. Sí, todos fuimos keynesianas, pero por demasiado poco tiempo. El estímulo fiscal fue reemplazado por la austeridad, con efectos adversos predecibles -y predichos- sobre el desempeño de la economía.

Hay en Europa quienes están contentos porque la economía puede haber tocado fondo. Con el regreso del crecimiento del producto, la recesión -definida como dos trimestres consecutivos de contracción económica- oficialmente ha terminado. Pero, sin importar cómo se la mire en busca de resultados significativos, una economía en la cual los ingresos de la mayoría de la gente se encuentran por debajo de sus niveles previos a 2008, aún está en recesión. Y una economía en la cual el 25 % de los trabajadores (y el 50 % de los jóvenes) están desempleados -como ocurre en Grecia y España- continúa deprimida. La austeridad ha fracasado y no hay perspectivas de un pronto regreso al pleno empleo (no sorprende que las perspectivas para Estados Unidos, con su versión más limitada de la austeridad, sean mejores).

El sistema financiero puede ser más estable que hace cinco años, pero eso implica un bajo listón: en ese momento, se tambaleaba al borde del precipicio. Quienes se felicitan a sí mismos en el gobierno y el sector financiero por el regreso de los bancos a la rentabilidad y las tibias -aunque difíciles de conseguir- mejoras regulatorias, deben centrarse en lo que todavía resta por hacer. Solo un cuarto del vaso está, como mucho, lleno; para la mayor parte de la gente, las tres cuartas partes están vacías". Cinco años en el limbo (Joseph E. Stiglitz – Project Syndicate – 8/10/13)

En nombre de una austeridad unilateral (aplicada sobre los sectores más débiles de la sociedad), proclamada y no practicada por la casta política (amoral y corrupta), las grandes corporaciones (subvencionadas y protegidas por el estado), los bancos quebrados (rescatados con dinero público) y sectores ricos de la sociedad (que han salido beneficiados con la crisis), han "denunciado" el contrato social, con total frialdad, indiferencia, arrogancia, ignominia, imprudencia, insensibilidad y osadía.

El pago de la deuda soberana se ha garantizado con la expropiación de los fondos necesarios para atender la deuda social, bajo la bendición de los acreedores, previamente rescatados de la quiebra con dinero de los contribuyentes, que vuelven a ser expoliados (reiterativamente), para "salvar" la crisis de la deuda.

Para preservar el "cielo" de la deuda han condenado al "infierno" a los grupos más vulnerables de la sociedad. Se ha asegurado la "tranquilidad" de los mercados, con la "paz" de los cementerios (donde ha sido enterrado el Estado del Bienestar). Sin haber celebrado su funeral, siquiera. Eso es lo que sucede cuando se desprecia el pensamiento. Eso es hacer un pan como unas hostias.

Europa (y ya no digamos los EEUU) ha dejado de ser una "comunidad" autogobernada y responsable frente a los deseos de sus ciudadanos, para transformarse en un imperio incontrolable dominado por banqueros y corporaciones, y los políticos que les pertenecen. Los ciudadanos (contribuyentes) están siendo tratados como meros siervos de la gleba y los gobiernos se han convertido en simples sirvientes del poder económico.

La deuda excesiva de los gobiernos ha sido causada por el rescate de los bancos quebrados (pretendidamente sistémicos), y no por políticas de gasto público para sostener un sistema de bienestar social exagerado o demagógico. Y ahora se quiere resolver (garantizar) su pago (sin juzgar y condenar, al menos, a los culpables de la quiebra privada y pública, ni crear los mecanismos necesarios para evitar la repetición de la crisis), desarmando un estado de bienestar (justo y necesario) que ha costado más de medio siglo de luchas sociales y sacrificios a los trabajadores.

De la "socialización" (estatatización) de las perdidas privadas (bancos y otros especuladores financieros quebrados), pasamos a la "mutualización" de la amortización de la deuda pública (devenida del rescate) por la vía del "expolio" de los sistemas de pensiones, salud y educación pública.

A los líderes políticos que "padecemos" podría llamarles inmorales, deshonestos, corruptos, arrogantes, irresponsables, vanidosos, frívolos, sectarios… pero vamos a dejarlo en "imprudentes" (porque son incapaces de intentar -al menos- salvar su propia supervivencia de casta). Están tratando a los ciudadanos como súbditos, y eso es muy grave, y puede tener consecuencias catastróficas imprevisibles (animosidad en aumento, conflictividad social y rebelión cívica). Sin descartar el paso previo (y merecido) de una rebelión fiscal en toda regla, que vaciaría las arcas del estado plutocrático, prebendario y venal. Fin del juego.

Por ahora, ya llevan cosechado el fruto más perverso de una democracia: la fractura social. Y me extraña que tenga que ser un "invitado" extranjero (con 25 años de residencia en Europa) quien les tenga que recordar los peligros de dividir a la sociedad. Se está jugando con la familia, con la seguridad, con el futuro, y eso es peligrosísimo, porque esos sentimientos son muy sensibles al radicalismo.

No hay otra salida para Europa que volver a establecer un consenso en torno al cumplimiento de los Derechos Humanos contenidos en el Preámbulo y los 30 artículos de la solemne Declaración de 1948 y demás documentos que los desarrollan. Esa opción exige hacer de los planteamientos económicos puros conceptos instrumentales sometidos al desarrollo de la gran opción descrita.

Ni que decir tiene que la lógica de los mercados supuestamente independientes debe dejar paso a la centralidad de la política como impulso y evaluación de los procesos puestos en marcha para el fin acordado. La democracia, entendida como convenio entre seres libres e iguales para seguir conviniendo sobre el estado de su contrato social, exige de por sí el control sobre la macroeconomía dejando en todo caso partes de la microeconomía al juego de la oferta y la demanda.

A los que no miran más allá del PIB, el déficit fiscal, la sostenibilidad de la deuda o la competitividad de las empresas, les propongo (humildemente) que sustituyan alguna (o tal vez, todas) de esas grandes magnitudes que son usadas para calibrar la eficacia económica por el Índice de Desarrollo Humano, aunque ello les implique un inmenso dolor y esfuerzo de parto que, sin duda, será mucho menor que el de la agonía del actual sistema que como decía Schumpeter se muere de éxito.

Cuando el pragmatismo se convierte en cinismo

De ser cierta la propuesta de la "sociedad participativa" (a la holandesa), o de la "big society" (al british style), o de la "reinvención del Estado del bienestar" (según el modelo sueco), para "acostumbrar" a la gente a no ver al Estado como una "maquinita de la felicidad", en un alarde de pragmatismo, tal vez, sería bueno empezar por limitar la "hipocresía" de esas propuestas o similares, dejando de cobrar tan altos impuestos y cargas sociales al contribuyente para financiar unos servicios menguantes y dejar "que cada santo aguante su vela" (empezando por la administración del estado y todos los que "maman" del presupuesto).

Fuera máscaras, basta de cinismo, y si vamos a imponer el "darwinismo social", que sea en toda regla, y se apliquen la misma receta los miembros de la casta política, sus patrocinadores y beneficiarios, dejando de disparar con pólvora del contribuyente. Podrían hacer suyo aquello de "La bien pagá": na te debo na te pido… Aunque me sospecho que esas "economías"… no llegarán al río.

– La clase media paga los errores de la banca (El Economista – 13/1/12)

(Por Simon Johnson) Lectura recomendada

En un punto, todas las crisis financieras son iguales. Un grupo relativamente pequeño de individuos, normalmente banqueros, encuentra la oportunidad de correr riesgos muy grandes. Durante un tiempo, el sector financiero exhibe beneficios elevados, que justifican los precios al alza de las acciones y las grandes bonificaciones para sus ejecutivos. Sin embargo, esos beneficios nunca se ajustan como corresponde a lo que se materializará realmente a lo largo de cinco a diez años.

Generalmente, suele haber rendimientos mayores a corto plazo si se corre un mayor riesgo; basta ver el sistema bancario islandés después de 2003. Se autorizó a tres bancos a emprender grandes negocios en el exterior, acumulando un balance general combinado que era diez veces el tamaño del PIB de Islandia, apoyado sobre todo en la financiación a corto plazo.

Los políticos islandeses pensaron que habían encontrado un nuevo camino hacia la prosperidad. Pero en octubre de 2008 descubrieron una verdad eterna: los beneficios gigantescos implican riesgos gigantescos. Los bancos de Islandia se derrumbaron, y hundieron a la economía en una profunda recesión.

El intento islandés de manejar un país como un sofisticado fondo de inversión puede hacernos reír o llorar. Pero la triste verdad es que EEUU y muchos países de la UE hicieron algo similar al permitir o incentivar que algunos segmentos del sector financiero asumieran demasiado riesgo. Y esto se plasmó en préstamos excesivos a Gobiernos, promotores inmobiliarios y hogares.

Alguien debe pagar

Podemos no coincidir respecto a las causas concretas de cualquier crisis. Algunos culpan del reciente ciclo expansión-contracción-rescate en Europa y EEUU a los banqueros por haber cautivado los corazones y mentes de los funcionarios gubernamentales; otros hacen hincapié en la culpabilidad de dichos funcionarios. Más allá de la visión de cada uno, deberíamos coincidir en una cosa: alguien tiene que pagar por el desmadre.

Hay tres potenciales pagadores. Primero, es natural señalar con el dedo a quienes estuvieron en el epicentro del desastre, los que construyeron las grandes instituciones financieras y manejaron mal los riesgos. El problema es que, aunque se pudieran recuperar las ganancias de ese grupo, el hecho es que no cuentan con el suficiente efectivo como para cambiar la situación.

Los profesores de Finanzas Sanjai Bhagat de la Universidad de Colorado en Boulder, y Brian J. Bolton, de la Portland State University, calcularon el año pasado que los máximos responsables ejecutivos de las 14 mayores sociedades financieras estadounidenses recibieron unos 2.500 millones de dólares en efectivo (salario, bonificaciones y opciones de compra de acciones ejercitadas) de 2000 a 2008. Aunque sea una paga sustancial, ésta supone una gota en el océano si se consideran los daños causados en el balance social del país. Según la Oficina Parlamentaria del Presupuesto, el coeficiente deuda/PIB a medio plazo creció un 50%, o sea, aproximadamente unos 7 billones de dólares, debido a la crisis.

Los verdaderos daños económicos son obviamente mucho mayores cuando se tienen en cuenta el crecimiento económico más bajo, la pérdida de empleos y los trastornos en la vida de las personas. Y parte de la deuda más alta será traspasada a las generaciones futuras, con la esperanza de que serán más ricas, o quizá más afortunadas, que nosotros.

De todos modos, los niveles de deuda/PIB en muchos países industrializados ya eran altos, y el aumento repentino de la deuda -en su mayor parte causado por ingresos fiscales perdidos debido a la recesión- nos ha empujado a la zona de los números rojos.

Nunca es suficiente. Necesitamos rebajar nuestro déficit y orientar la deuda por un cauce más sostenible. Pero la triste verdad es que los responsables de la crisis nunca tienen suficiente dinero para satisfacer al resto.

Segundo, se podría gravar a las rentas menos altas. Tal vez parezca una sugerencia escandalosa, pero normalmente quienes se encuentran en el extremo más bajo de la distribución del ingreso y la riqueza son aplastados después de las grandes crisis financieras. No están bien organizados y carecen de influencia política. Sus prestaciones se recortan reduciendo el acceso a la salud, por ejemplo, o despidiendo docentes, lo que afecta la calidad de la educación pública.

El único político al que oí abordar esta cuestión directamente es el ministro de Finanzas de Islandia, Steingrimur Sigfusson. En un contundente discurso durante una conferencia del Fondo Monetario Internacional en Reykiavik el 27 de octubre, Sigfusson dejó bien claro que hará todo lo posible por proteger a la población islandesa de menor renta.

El ministro de Finanzas Sigfusson es geólogo, ex camionero y un político duro. Su partido no está implicado en el fiasco financiero y es posible que se salga con la suya con respecto a sus prioridades políticas. Los otros ministros de Finanzas no tienen, en general, su claridad de pensamiento sobre este asunto.

Demasiado caro. Pero aunque estemos dispuestos a aplastar hasta cierto punto a los pobres, la factura sigue siendo demasiado cara. Grecia no puede llevar su Presupuesto a una posición sostenible simplemente recortando los subsidios a los pobres, razón por la que en las calles se ve a sindicatos del sector público y a gente relativamente acomodada.

El tercer grupo, naturalmente, somos todos los demás. La clase media en EEUU y Europa es grande y, según todos los parámetros, pudiente. La gente podría pagar más impuestos o recibir menos prestaciones del Estado. En el caso de EEUU, no es tan difícil equilibrar el Presupuesto. Con no extender los recortes fiscales de la época de Bush, que vencen a fin de año, se daría un paso muy importante.

¿Cuál es, sin embargo, la legitimidad para tal o cual recorte de los beneficios o un aumento de los impuestos de algún colectivo? Ninguno de nosotros causó la crisis. Y muchos ni siquiera gastamos en exceso durante el auge.

Seamos francos: todos estamos esforzándonos ahora por mantener nuestras prestaciones y nuestros beneficios fiscales. Islandia no tiene más remedio que hacer recortes; la magnitud de su desastre era abrumadora. Grecia camina en la misma dirección. Países como Italia y Francia podrían seguirla pronto. Permitir que los mercados financieros nos inculquen la austeridad no es inteligente. Es una forma muy costosa e ineficiente de hacer ajustes fiscales. Pero a veces es el único modo de salir del atolladero político y obligar a tomar decisiones difíciles, algo de lo que Islandia y Grecia pueden dar testimonio.

(Simon Johnson, ex economista jefe del FMI, profesor en la Sloan School of Management del MIT, miembro del Peterson Institute y columnista de Bloomberg)

Políticas para lograr la estabilidad financiera y la recuperación (de UCI a planta)

Fondo Monetario Internacional

Informe sobre la estabilidad financiera mundial (Informe GFSR), Abril 2013

(Partes más destacadas del Informe)

Resumen ejecutivo

Capítulo 1: Se atenúan los riesgos agudos: se precisan medidas para afianzar la estabilidad financiera

Las condiciones mundiales financieras y la situación de los mercados han mejorado notablemente en los últimos seis años, lo cual ha brindado un apoyo adicional a la economía y ha propiciado una marcada recuperación de los activos de riesgo. Estas condiciones favorables obedecen al efecto combinado de compromisos más profundos en materia de políticas, la renovación del estímulo monetario y el continuo apoyo a la liquidez. Juntas, estas medidas han atenuado los riesgos extremos, mejorado la confianza y reforzado las perspectivas económicas. Sin embargo, como la coyuntura económica mundial sigue siendo débil, la mejora de las condiciones financieras solo puede continuar con nuevas medidas de política que aborden los riesgos subyacentes para la estabilidad y que promuevan una recuperación económica ininterrumpida. Para lograr mejoras continuas será necesario seguir saneando los balances en el sector financiero y reducir gradualmente el sobreendeudamiento público y privado. Si los avances en la solución de estos desafíos a mediano plazo sufren contratiempos, los riesgos podrían reaparecer. La crisis financiera mundial podría entrar en una fase más crónica, caracterizada por un deterioro de las condiciones financieras y por episodios recurrentes de inestabilidad financiera.

La crisis en la zona del euro: Los riesgos agudos han disminuido, pero hay muchas tareas pendientes

En la zona del euro, los riesgos agudos para la estabilidad a corto plazo han disminuido considerablemente. Las condiciones de financiamiento en los mercados de deuda para entidades soberanas, bancarias y empresariales han mejorado. Pese a estos avances notables, muchos bancos en la periferia de la zona del euro siguen enfrentando problemas relacionados con los altos costos de financiamiento, el deterioro de la calidad de los activos y la escasa rentabilidad. El mecanismo de transmisión del crédito sigue siendo débil en varias economías dado que el saneamiento de los balances es desigual, mientras persiste la fragmentación entre el núcleo y la periferia de la zona del euro. Las empresas en la periferia se ven directamente afectadas por la debilidad de los balances de los bancos, las dificultades cíclicas y, en muchos casos, su propio sobreendeudamiento. Según el análisis que se presenta en este informe, el sobreendeudamiento de las empresas cotizadas en bolsa en la periferia de la zona del euro es considerable: equivale hasta una quinta parte de la deuda pendiente de pago. Para limitar el desapalancamiento que se necesita en el sector empresarial, es esencial que se sigan realizando esfuerzos para reducir la fragmentación y los costos de financiamiento, y no interrumpir la ejecución de los planes de reestructuración en marcha para mejorar la productividad. Además, para aliviar la carga de la deuda quizá sea necesario combinar las ventas de activos o los recortes de los dividendos con la inversión.

Desafíos bancarios: Problemas de desapalancamiento, modelos operativos y solidez

Los bancos en las economías avanzadas han dado pasos importantes para reestructurar sus balances, pero el progreso ha sido desigual, ya que los sistemas se encuentran en distintas etapas del proceso de saneamiento. Dicho proceso prácticamente se ha completado en Estados Unidos, pero en ciertos bancos europeos es necesario redoblar esfuerzos. En particular, los bancos en la periferia de la zona del euro se enfrentan a desafíos considerables que disminuyen su capacidad para apoyar la recuperación económica. Otros bancos europeos soportan presiones menos agudas sobre sus balances, pero los procesos de eliminación de riesgos y desapalancamiento no han llegado a su fin. En el caso de los bancos de las economías de mercados emergentes, el desafío principal consiste en seguir apoyando el crecimiento y a la vez resguardarse de las crecientes vulnerabilidades internas. Las nuevas condiciones de regulación y en los mercados también están obligando a los bancos a escala mundial a reformar sus modelos operativos a fin de reducir su tamaño, simplificar su estructura y concentrarse más en sus mercados locales.

Aumentan los riesgos para la estabilidad derivados de las políticas monetarias laxas

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