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Guia práctica para implementación de sistemas de gestión energética




Enviado por Javier Fernández Rey



Partes: 1, 2

    PROLOGO

    Los requerimientos que el propio mercado va imponiendo
    hacen que la cuestión ambiental en general, y la
    energética en particular, sean piezas clave para el
    desarrollo estratégico de las empresas. A ello se une que,
    hace unos años, todos los debates y análisis
    relacionados con el uso de las energías primarias están
    condicionados por un conjunto de hechos que convergen hacia una
    misma conclusión: es indispensable racionalizar el uso de la
    energía a escala mundial para poder asegurar el futuro
    sostenible.

    La gestión energética se puede definir como la
    suma de medidas planifica- das y llevadas a cabo para conseguir
    el objetivo de utilizar la mínima cantidad posible de
    energía mientras se mantienen los niveles de confort (en
    oficinas y edificios) y los niveles de producción (en
    fábricas). Es, por tanto, un procedimiento organizado de
    previsión y control del consumo de energía, que tiene
    como fin obtener el mayor rendimiento energético posible sin
    disminuir el nivel de prestaciones obtenidas

    Hoy más que nunca, la correcta gestión de la
    energía es un tema crucial para cualquier organización,
    teniendo en cuenta las exigencias de sostenibilidad de la actual
    coyuntura económica, especialmente para las empresas
    industriales.

    Muchas entidades en España necesitan lograr una
    mayor eficiencia energética y ahorro de costes, con el fin
    de lograr ventajas competitivas, pero también para cumplir
    sus obligaciones medioambientales y compromisos de
    Responsabilidad Social.

    Los actuales esfuerzos de las Administraciones
    Públicas, tanto de carácter europeo, como a nivel
    nacional y autonómico, por fomentar la eficiencia
    energética y el uso de energías limpias, con el fin de
    reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, así
    como para desarrollar modelos sostenibles de desarrollo
    económico, incluyen entre sus medidas potenciar la
    implementación de Sistemas de Gestión Energética
    (SGE).

    Esta guía pretende contribuir a dicha tarea,
    ofreciendo una visión básica de los SGE, las ventajas y
    motivaciones, y sus relaciones con otros aspectos clave para la
    eficiencia energética.

    CAPITULO I

    Introducción

    A raíz de la ratificación del Protocolo de
    Kioto en 2002, en muchos países se han aprobados a finales
    del 2003 diferentes proyectos de ley sobre la Estrategia de
    Eficiencia Energética 2004-2014 en los cuales se determinan
    unos objetivos1 concretos para disminuir la dependencia
    energética exterior y el consumo de energía procedente
    de combustibles fósiles.

    Estos objetivos, plasmados en sucesivos Planes de
    Acción de Ahorro y Eficiencia Energética (2005-2007 y
    2008-2012), han modificado normativas e incentivos, lo cual ha
    provocado que muchas empresas y organizaciones tengan que
    realizar grandes esfuerzos en mejorar sus procesos para ser
    más eficientes desde el punto de vista energético, y
    también, que hayan tenido que plantearse o incrementar el
    uso de las energías renovables.

    Las actividades derivadas de estos esfuerzos se engloban
    bajo el concepto "gestión energética" o "gestión
    de la eficiencia energética".

    La gestión energética por tanto, se ha
    convertido en una parte cada vez más importante de la
    gestión empresarial, que comprende las actividades
    necesarias para satisfacer eficientemente la demanda
    energética, con el menor gasto y la mínima
    contaminación ambiental posible.

    Un ejemplo positivo que nos puede indicar los pasos a
    seguir en este proceso lo tenemos en el caso Europeo.

    EL CONT EXTO EUROPEO

    La Estrategia Española de Eficiencia
    Energética se enmarca en un contexto europeo, donde las
    políticas sobre gestión de la energía se ven
    directamente vinculadas a los siguientes aspectos:

    • 1. La necesidad de los países de asegurar
      el suministro de energía.

    • 2. Los compromisos adquiridos en el Protocolo
      de Kioto sobre reducción de emisiones de gases de efecto
      invernadero.

    • 3. La concienciación creciente de la
      sociedad de que la mejora de la eficiencia energética y
      la utilización de energías renovables son medidas
      adecuadas para su cumplimiento.

    • 4. La necesidad acuciante de aplicar criterios
      de eficiencia energética en los procesos industriales.
      Hay que tener en cuenta que del consumo global de
      energía, el sector industrial consume el 40% de la
      energía eléctrica, el 77% de carbón y
      derivados, y el 37% del gas natural, siendo por tanto el
      principal contribuidor a las emisiones de CO2

    En este marco, destacamos la denominada "Estrategia
    20-20-20", que establece en ámbito europeo tres objetivos
    concretos para el año 2020:

    • 1. 20% Obligatorio de contribución a
      energías renovables

    • 2. 20% Reducción de consumo
      eléctrico

    • 3. 20% Reducción de emisiones GEI, con
      respecto a los niveles de 1990

    La Unión Europea ha adoptado un marco normativo,
    que incluye, entre otros elementos:

    • a. Objetivos orientativos, pero claros, de
      ahorro total de energía a conseguir, aplicable a todos
      los Estados miembros

    • b. Obligaciones concretas en materia de de
      contratación con criterios de eficiencia energética
      por parte de las Administraciones Públicas.

    • c. Obligación de promocionar desde las
      Administraciones Públicas la eficiencia energética
      y los servicios energéticos.

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    El Plan de Acción vigente en
    España

    Los objetivos fijados en esta Directiva, en España
    se reflejan de forma directa en el Plan de Acción 2008-2012
    de la Estrategia de Ahorro y Eficiencia Energética (PA E4
    2008-2012).

    Este Plan fue aprobado en Consejo de Ministros el 20 de
    Julio de 2007, y pretende generar un ahorro de 87,9 millones de
    toneladas equivalentes de petróleo.

    El Plan afecta principalmente a 7 sectores:

    • a. Industria

    • b. Transporte

    • c. Edificación

    • d. Servicios Públicos

    • e.  Equipamiento residencial y
      ofimático

    • f.  Agricultura

    • g.  Transformación de la
      energía

    Entre las medidas del plan se incluyen unas de
    carácter trasversal, entre las que figuran dos
    fundamentales: El impulso al desarrollo de Empresas de Servicios
    Energéticos , y aquella que indica que las empresas cuyo
    Sistema de Gestión de Eficiencia Energética haya sido
    certificado por una entidad de certificación o se encuentre
    en una situación asimilada, serán valoradas
    positivamente en la contratación pública.

    El Plan de Acción 2008-2012, en el Sector
    Industria, propone unas interesantes medidas:

    • 1. Acuerdos Voluntarios (Compromiso de las
      Asociaciones Empresariales para alcanzar el ahorro de
      energía detectado. Fomentar la adopción de medidas
      de ahorro por la industria).

    • 2. Auditorías Energéticas (Detectar
      el potencial y facilitar la toma de decisión de
      inversión en ahorro de energía / Determinar el
      benchmarking de procesos).

    • 3. Programa de Ayudas Públicas (Facilitar
      la viabilidad económica de las inversiones en ahorro
      energético para alcanzar el potencial
      detectado).

    También, y como actuación legislativa, se
    propone la inclusión de una evaluación específica
    de impactos energéticos en todos los proyectos
    industriales.

    La necesidad de eficiencia
    energética

    Resulta evidente que la eficiencia energética
    produce unos concretos beneficios para la sociedad:

    • a. Disminución de emisiones de CO2 a la
      atmósfera, y por tanto, disminución del impacto
      sobre el cambio climático.

    • b. Reducción de la dependencia
      energética exterior

    También resulta sencillo intuir a grandes rasgos
    unos claros beneficios para cualquier
    organización:

    • Ahorro de costes energéticos

    • Cumplimiento de requisitos de carácter
      medioambiental

    • Responsabilidad Social Corporativa

    • Mejora de imagen

    Pero además de todo ello, la eficiencia
    energética en la actualidad supone una acuciante necesidad,
    tanto de las organizaciones, como del propio
    país.

    Nuestra dependencia energética del exterior y el
    enorme coste que actualmente supone la factura energética
    para cualquier entidad, hace que resulte ineludible asumir un
    compromiso responsable de eficiencia para poder seguir siendo
    competitivos por una parte, y por otra, para conseguir un
    desarrollo sostenible.

    El coste de la energía en España es cada vez
    más alto, y el consumo creciente, por lo que además de
    planes básicos de ahorro energético, las organizaciones
    deben plantearse seriamente la implementación de sistemas
    que permitan gestionar de forma continuada los aspectos
    energéticos como parte sustancial de sus propio
    "management".

    Muchas organizaciones no saben cómo empezar. Tanto
    a nivel público como privado se han tomado iniciativas de
    diagnóstico de sus aspectos energéticos como un primer
    paso, y se han iniciado proyectos para implementar
    tecnologías más eficientes, uso de renovables, o
    medidas que disminuyan el coste del consumo
    energético.

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    Una de las medidas de apoyo establecidas es la
    realización regular de auditorías energéticas con
    carácter general.

    Pero para consolidar la eficiencia energética se
    necesita dar un paso más: Implementar sistemas que
    garanticen una gestión continuada de los aspectos
    energéticos de la organización.

    CAPITULO II

    Conceptos fundamentales sobre los
    sistemas de gestión energética (SGE)

    Lo más importante para lograr la eficiencia
    energética en una empresa u organización no es
    sólo que exista un plan de ahorro de energía, derivado
    de un estudio o diagnóstico, sino contar con un sistema de
    gestión energética que garantice la mejora
    continua.

    Un SGE es una parte del Sistema Integrado de
    Gestión de una organización, que se ocupa de
    desarrollar e implementar su política energética y de
    organizar los aspectos energéticos.

    La actual UNE-EN 16.001:2009 lo define como conjunto de
    elementos de una organización, interrelacionados o que
    interactúan, para establecer una política y unos
    objetivos energéticos y para alcanzar dicho
    objetivos.

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    Un SGE está directamente vinculado al sistema de
    gestión de la calidad y al sistema de gestión ambiental
    de una organización. En un SGE se contempla la política
    de la entidad sobre el uso de la energía, y cómo van a
    ser gestionadas las actividades, productos y servicios que
    interactúan con este uso, normalmente bajo un enfoque de
    sostenibilidad y eficiencia energética, ya que el sistema
    permite realizar mejoras sistemáticas del rendimiento
    energético.

    Es importante destacar que un SGE no está orientado
    necesariamente a grandes empresas, sino que puede ser adoptado
    por cualquier tipo de organización, independientemente de su
    sector de actividad o tamaño.

    La implantación de un SGE es voluntaria y su nivel
    de éxito depende fundamentalmente del nivel de
    implicación de la propia organización, y en especial de
    la dirección, para gestionar el consumo y costos
    energéticos.

    Hay que tener en cuenta que un SGE no está
    orientado tanto al cumplimiento de la normativa, sino más
    bien a la mejora de los procesos y de las instalaciones para
    aumentar la eficiencia energética y reducir los consumos,
    haciendo un uso más racional de la energía.

    Por tanto, un SGE está destinado a cualquier
    organización que desee:

    • Mejorar la eficiencia energética de sus
    procesos de una forma sistemática

    • Incrementar el aprovechamiento de energías
    renovables o excedentes

    • Asegurar la conformidad de los procesos con la
    política energética de la organización

    Un correcto Sistema de Gestión Energética se
    compone de:

    • Una estructura organizacional

    • Unos procedimientos

    • Unos procesos

    • Unos recursos necesarios para su
    implementación.

    Un SGE puede estar "certificado" o no. Más adelante
    hablaremos de las normas y sistemas de certificación,
    así como sobre la conveniencia de la
    certificación.

    Independientemente de si se certifica, un sistema de
    gestión energética por sí mismo, siempre es
    beneficioso para la organización que lo define e
    implementa.

    • permite identificar y priorizar los aspectos
    energéticos de la organización.

    • evalúa el cumplimiento de todos los
    requisitos legales relativos a sus aspectos
    energéticos

    • establece objetivos de mejora de la eficiencia y
    optimización energética

    • establece procedimientos eficaces de control y
    seguimiento de los procesos energéticos.

    • implica a todo el personal con la gestión
    energética

    • constituye una herramienta eficaz para realizar
    el seguimiento de actuaciones procedentes de auditorías
    energéticas.

    Un SGE se basa en el siguiente ciclo
    básico:

    • Establecimiento de la política
    energética de la entidad: ¿Qué objetivos tenemos /
    qué queremos hacer en materia de uso de
    energía?

    • Mejora continua mediante:

    • Planificación: ¿qué vamos a hacer
    y en qué plazo?

    • Implementación de medidas:
    hagámoslo

    • Verificación: examen para comprobar si
    funcionan las medidas

    • Revisión por la dirección: a la vista
    de resultados se decide qué incluir nuevamente en
    planificación.

    CAPITULO III

    ¿Por qué sería
    necesario un sge en las organizaciones?

    La implantación de un Sistema de Gestión
    Energética en primer lugar da la oportunidad a las
    organizaciones de tener un autoconocimiento que va a resultar
    clave respecto al uso que realiza de la energía y respecto a
    cual es su potencial de ahorro y mejora. Este aspecto es
    completamente necesario en la actual coyuntura económica y
    política.

    El autoconocimiento le proporcionará elementos para
    la toma de decisiones que permitirán mantener y aumentar su
    competitividad.

    En segundo lugar, un SGE proporciona un medio para
    gestionar la energía de forma activa, y para disponer de
    documentación ordenada y registros fiables en relación
    a los ahorros conseguidos y sobre los proyectos en los que se va
    embarcando para conseguir los objetivos. También puede
    suponer la posible aplicación de desgravaciones
    fiscales.

    Finalmente, un SGE va a producir que para prestar los
    servicios o para obtener los productos, cada vez la empresa o
    entidad va a consumir menos energía, lo cual redunda en una
    disminución del coste de generación de dichos servicios
    o fabricación de productos.

    BENEFICIOS A NIVEL MEDIAMBIENTAL

    En cualquier organización un Sistema de
    Gestión Energética supone un avance a nivel de
    gestión medioambiental, puesto que define un sistema
    optimizado para el correcto uso de la energía.

    Hay que tener en cuenta que un SGE es perfectamente
    compatible e integrable, además del sistema de Gestión
    de la Calidad, con:

    • Sistema de Gestión Ambiental

    • Sistema de Verificación del Comercio de
    Derechos de Emisión de Gases de Efecto
    Invernadero

    • Sistema de Reducciones Voluntarias de Gases de
    Efecto Invernadero.

    El correcto uso de la energía definido en un SGE va
    a ir dirigido a disminuir nuestros costes energéticos y va a
    poner en marcha una serie de proyectos de mejora continua en el
    ámbito medioambiental.

    Esto conlleva una mayor optimización de esfuerzos
    tanto en cumplimiento de normativa medioambiental, como en las
    inversiones que se van realizando.

    BENEFICIOS ECONOMICOS DEL AHORRO
    ENERGETICO.

    Un SGE permite un ahorro de costes y genera un efecto
    diferenciador frente a los competidores.

    En el primer aspecto, hay estudios que evidencian que
    una gestión energética sistematizada permite ahorros
    mucho mayores que una gestión energética no
    sistematizada.

    Como podemos comprobar en los siguientes gráficos,
    la gestión energética sistemática que se consigue
    con un SGE, aunque supone un coste inicial, rápidamente
    genera una disminución de costes en cadena, y los resultados
    son espectaculares en tan solo tres años,
    consiguiéndose ahorros cercanos al 23 % del coste
    inicial.

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    Con una gestión no sistemática del uso de
    nuestra energía, podemos realizar esfuerzos puntuales, que
    generarán picos de rebaja de coste y picos de incremento, no
    superándose normalmente el 10% de ahorro.

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    OTROS BENEFICIOS: RESPOSABILIDAD SOCIAL Y
    COORPORATIVA E IMAGEN.

    El diseño e implantación de un SGE supone,
    como hemos comentado anteriormente, plasmar en un documento,
    entre otros aspectos, cual es la po- lítica energética
    de la entidad y cómo va a realizar un uso eficiente de la
    energía.

    Estos compromisos afectan plenamente a la
    Responsabilidad Social Corporativa e imagen exterior de la
    entidad.

    Este tipo de compromisos ambientales otorgan a la
    entidad un prestigio evidente, puesto que por un lado, transmite
    a terceros la preocupación medioambiental de la
    organización, y su vinculación a unos objetivos con-
    cretos respecto al uso racional de la energía, y por otro,
    aporta transparencia respecto a su política de eficiencia
    energética, más allá de las comunicaciones
    habituales.

    No olvidemos que establecer la política
    energética de la organización supone un verdadero
    compromiso, puesto que:

    • Va a ser establecida por la alta
    dirección

    • Va a proporcionar un marco para definición
    y revisión de objetivos

    • Va a estar comunicada internamente y disponible
    al público.

    Todo ello redunda en una mejora de su imagen tanto en su
    entorno próximo de clientes, usuarios de servicios y
    colaboradores, como ante la sociedad en general.

    Sectores de actividad con mayor
    aplicación.

    Los sectores de actividad que pueden implantar un SGE
    son todos, pero actualmente pueden destacarse algunas actividades
    en las que va a resultar trascendental.

    El diseño e implementación de sistemas de
    gestión energética va a resultar fundamental en la
    industria y en el sector transporte, puesto que son las
    actividades con mayor consumo de energía, acorde con el Plan
    de Acción definido en España.

    Dentro de este tipo de organizaciones, destacan las
    empresas industriales con factorías de gran volumen en
    cualquier sector, o aquellas de menor volumen, pero dedicadas a
    actividades de enorme consumo energético. Las primeras
    porque va a resultar vital para su Responsabilidad Social
    Corporativa, y para la sostenibilidad de las plantas de
    producción, y las segundas por motivos casi de
    supervivencia, a la vista del incremento constante de los precios
    de la energía.

    Dentro del ámbito del transporte, cualquier
    compañía o entidad de media- no volumen en España,
    debería implantar un SGE, puesto que los ahorros pueden ser
    considerables, repercutiendo en el precio final de los servicios
    prestados.

    También destacan las actividades de servicios, y
    dentro de ellos la hostelera y también el sector comercial,
    donde la gestión energética de los edificios resulta
    clave, tanto para ahorro de costes de factura energética,
    como de cara a la imagen para el cliente.

    Por último, destacaremos todo un conjunto de
    empresas que son suministradoras o prestadoras de servicios de
    forma habitual a la administración, así como aquellas
    con importante volumen de exportación, por exigencia de sus
    propios clientes.

    Efectivamente, serán los propios clientes
    (Administraciones públicas por un lado, por normativa, y
    clientes exteriores, por exigencias de su política de
    compras), quienes van a pedir a las empresas españolas no
    sólo disponer de un SGE, sino además, tenerlo
    certificado conforme a una norma, para aspirar a seguir prestando
    servicios o suministrar productos.

    Dentro del ámbito público, también
    destacar que entidades como Ayuntamientos y organismos de
    Comunidades Autónomas y Administración estatal, se
    verán, tarde o temprano, obligados a implementar este tipo
    de sistemas de gestión, por su compromiso frente a los
    ciudadanos, y en cumplimiento de las líneas políticas
    definidas de carácter estatal y europeo.

    CAPITULO IV

    Certificación de las SGE: la
    norma UNE-EN16001:2010

    ¿¿CUANDO Y PORQUE CERTIFICAR UN SISTEMA
    SGE??

    Como hemos visto en el capítulo anterior, en muchas
    ocasiones no basta con tener implementado un Sistema de
    Gestión Energética, sino que ade- más, va a
    resultar recomendable o necesario, tener dicho sistema
    certificado

    bajo una norma concreta.

    En muchos países del mundo ha habido iniciativas de
    creación de normas para estandarizar los sistemas de
    gestión energética. En España, ya en el 2007, fue
    publicada por AENOR la norma pionera UNE 216301:2007.

    Sistemas de Gestión Energética.
    Requisitos.

    En otros países, destacan los siguientes
    precedentes:

    • IRLANDA: Ireland IS 393:2005 Energy Management
    Systems-Specifica- tion with Guidance for Use and IS 393:2005
    Technical Guideline (Dec- ember 2006)

    • DINAMARCA: Denmark DS 2403:2001 Energy
    Management-Specifica- tion and DS/INF 136:2001 Energy
    Management-Guidance on Energy Management

    • SUECIA: Sweden SS 627750:2003 Energy Management
    Systems-Speci- fication

    ESTADOS UNIDOS: United States ANSI/MSE 2000:2005
    A Management

    System for Energy

    Las empresas que certifican un SGE con AENOR
    obtienen:

    • El Certificado AENOR de Sistemas de Gestión
    Energética.

    • La licencia de uso de la Marca AENOR de
    Gestión Energética.

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    LA NORMAUNE-En 16001:2010. ASPECTOS
    BASICOS.

    La norma UNE-EN 16001:2010 Sistemas de gestión
    energética: Requisitos con orientación para su uso,
    publicada por AENOR, pretende ayudar a las organizaciones a
    ahorrar costes de energía y reducir sus emisiones de ga- ses
    de efecto de invernadero causadas por el consumo de energía,
    es decir, establece los sistemas y procesos necesarios para
    mejorar la eficiencia energética en sus
    operaciones.

    Esta norma da las herramientas a una organización
    para crear un auténtico Sistema de Gestión de la
    Energía, partiendo del análisis de los distintos
    procesos, para mejorarlos energéticamente de forma
    individual, de forma que sumado a otras mejoras generales,
    consiga los objetivos planteados.

    En ella se especifican los requisitos para un sistema de
    gestión de la energía,

    que requiere:

    • el desarrollo de una política
    energética.

    • la identificación del consumo de
    energía en el pasado, presente y futuro en una
    organización.

    • el desarrollo de un plan de medición de la
    energía. El análisis del con- sumo de energía
    actual versus el previsto permitirá a las empresas implantar
    planes para ayudar a mejorar la eficiencia.

    Esta norma anula y sustituye a la anterior norma UNE
    216301:2007, y su estructura es muy similar a la de otros
    sistemas de gestión ya existentes en la organización,
    para facilitar así su integración en los
    mismos.

    La norma se enfoca en la conocida metodología:
    Planear-Ejecutar-Verificar- Actuar.

    • Planear: Identificar los aspectos
    energéticos y las obligaciones jurídicas de
    energía y establecer objetivos y metas.

    • Ejecutar: Asignar recursos y responsabilidades,
    aumentar la conciencia de la organización y proporcionar
    formación; comunicación interna y externa, establecer
    la documentación; aplicar los controles
    operacionales.

    • Verificar: Establecer la medición y
    seguimiento del programa de gestión de la energía,
    evaluar el cumplimiento de las obligaciones legales; identificar
    y gestionar las no conformidades, el control de los documentos;
    llevar a cabo las auditorías internas del sistema de
    gestión de la energía.

    • Actuar: Revisión del sistema de
    gestión de la energía por la alta dirección en los
    cambios potenciales

    Un sistema diseñado conforme a la norma EN 16001 no
    establece exactamente cómo se deben ejecutar las
    operaciones, sino que proporciona el marco que permite la
    gestión eficaz de la energía.

    Tampoco se limita a definir soluciones técnicas a
    los procesos donde se pro- duce mayor consumo de energía,
    sino que define un proceso de cambios necesarios para integrar
    las consideraciones de eficiencia energética en la toma de
    decisiones cotidianas.

    RELACION CON OTROS SISTEMAS DE GESTION
    CERTIFICADOS

    El SGE desarrollado con esta norma es independiente y
    compatible con otros sistemas de gestión existentes (ISO
    9001, ISO 14001, etc.), pudiendo integrarse partes y
    Metodologías, y no establece por sí mismo criterios de
    rendimientos con respecto a la energía.

    Si bien la norma EN 16001 comparte con la ISO 14001 las
    mismas ideas de mejora continua de los procesos,
    identificación y evaluación de aspectos, y
    establecimiento de responsabilidades, existen diferencias
    significativas:

    • La norma EN 16001 trata de eliminar en lo
    posible la documentación innecesaria, reduciendo al
    máximo el número de procedimientos, siempre que se
    respeten los objetivos y requisitos.

    • La componente técnica y tecnológica de
    la EN 16001 tiene un peso mucho mayor, debiendo estar dirigida
    por responsables especializados, con amplios conocimientos en
    gestión energética, lo cual supone un importante
    trabajo de consultoría previa para la correcta
    implantación de un SGE.

    En España los Sistemas de Gestión
    Energética han comenzado a implantarse desde 2007, con una
    evolución creciente.

    AENOR ha certificado la Gestión Energética de
    más de 60 organizaciones. En el siguiente gráfico
    podemos observar los datos de número de certificados
    emitidos.

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    PROCESO DE CERTIFICACIÓN.

    Para obtener un certificado de AENOR conforme a la norma
    EN 160001, las empresas deben, primeramente, diseñar e
    implantar el Sistema de Gestión Energética tal como se
    establece en la norma. Esta tarea se realiza normal- mente con el
    apoyo de una consultoría externa.

    Los pasos para la aplicación de la norma son los
    siguientes:

    • Elaborar una política energética.
    Ésta debe incluir un compromiso de mejora continua del
    desempeño energético y de la eficiencia
    energética.

    • Evaluar los aspectos energéticos. Para ello
    identificará los aspectos energéticos de su actividad y
    las oportunidades de mejora.

    • Objetivos energéticos. Deben ser medibles y
    coherentes. Las organizaciones tienen que tener en cuenta los
    aspectos significativos y los requisitos legales aplicables.
    Además, deben considerar su capacidad, tecnológica o
    condiciones financieras y de negocio.

    • Implantación. Para este proceso se debe
    contar con los recursos (huma- nos, tecnológicos y
    financieros) necesarios para el funcionamiento del sistema de
    gestión.

    • Seguimiento. Las organizaciones deben medir de
    forma regular las operaciones que puedan tener un impacto
    significativo en el uso de la energía. Si se detectan no
    conformidades, se deberán adoptar las medidas necesarias
    para mitigar los impactos. Además, deben realizar
    auditorías internas.

    Después del proceso de implantación, se
    solicita el certificado de AENOR, y sus auditores analizan la
    información aportada por la empresa o
    institución.

    La auditoría de certificación, realizada en
    las instalaciones de la empresa o

    Institución, da lugar a un informe en el que se
    detectan las posibles no conformidades (incumplimientos de la
    norma).

    En caso de existir, deben ser subsanadas con las
    acciones correctivas oportunas.

    Una vez acometidas, se procede a la
    certificación.

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    La vigencia de estos certificados es de tres años,
    si bien anualmente se realizan auditorías de
    seguimiento.

    Monografias.com

    UNA REFERENCIA DE LA DFUTURA ISO
    500001.

    La norma EN16001 derivará próximamente en la
    ISO 50001 que se encuentra actualmente en fase borrador: ISO
    50001 "Energy management systems. Requirements with guidance for
    use". Proyecto de Norma Internacional (DIS)6

    En el mes de octubre del 2010 se realizó la cuarta
    y última reunión internacional de expertos para la
    elaboración de la norma "ISO 50001 Energy Management
    Systems", que tuvo lugar en Beijing, China.

    Esta reunión marca el fin de un trabajo realizado
    desde el 2008 por el comité ISO/PC242, en el cual está
    compuesto por 43 países participantes, más 12
    países en calidad de observadores. Además lo integran
    organismos inter- nacionales como UNIDO (United Nations
    Industrial Development Organization.

    La aprobación definitiva de la norma está
    prevista para este año 2011. Adelantando algunos contenidos
    de esta norma en borrador, podemos indicar que con la
    implementación de la ISO 50001, las organizaciones
    deberán:

    • contar con mediciones y registros de sus
    consumos energéticos en sus principales procesos,
    estableciendo indicadores energéticos, para los cuales
    deberán tener contempladas metas de cumplimiento.

    • incorporar buenas prácticas en los procesos
    de compra y diseño de nuevas instalaciones, considerando
    alternativas de tecnologías más eficientes, las que
    deben ser evaluadas no sólo por el costo inicial, sino que
    por los costos relacionados con el consumo de energía
    durante su vida útil.

    La ISO 50001 permitirá mejorar la calidad de la
    información con que se calculan las emisiones de gases
    efecto invernadero directas e indirectas de las empresas,
    facilitando la determinación de la huella de
    carbono.

    Todo indica que la ISO 50001 tendrá un impacto
    aún mayor que ISO 9001 sobre el comercio internacional: Las
    empresas exigirán la participación de sus proveedores,
    y por tanto los exportadores que se posicionen ahora al respecto
    gozarán de ventajas competitivas.

    Los países europeos occidentales y Japón
    impulsaron en su día notablemente la adopción de ISO
    9001 en la cadena de suministro. La adopción de ISO 50001
    será impulsada sin embargo principalmente por los EE.UU.,
    Canadá, la UE ampliada, Japón, Corea, China, Brasil e
    India.

    Las oportunidades que ofrecerá la ISO 50001
    serán enormes:

    • Para las empresas, porque se beneficiarán
    del aumento de competitividad que les proporciona la cota de
    tecnología que se alcanza cuando los productos y servicios
    están basados en normas internacionales.

    • Para los gobiernos, particularmente para
    países en vía de desarrollo, la Norma constituirá
    una fuente importante de know-how tecnológico, definiendo
    las características que se esperan de los productos y
    servicios para ser exitosos en mercados de exportación, lo
    cual les permitirá una correcta toma de
    decisiones.

    • Para el planeta entero, ISO 50001 será una
    herramienta imprescindible para reducir el consumo de
    energía y las emisiones.

    Incluimos en el anexo de esta guía unos esquemas
    básicos de los contenidos de la nueva norma ISO
    5001.

    INCENTIVOS A LA CERTIFICACIÓN DE
    SGE

    En España, los costes de diseño,
    implementación y certificación de Sistemas de
    Gestión Energética son objeto todavía de pocas
    ayudas e incentivos.

    Algunas comunidades autónomas, quizás las
    más innovadoras en materia de eficiencia energética,
    han incluido dentro de sus programas de ayudas públicas este
    tipo de proyectos (Ej. Navarra, Comunidad Valenciana), dentro de
    Planes de Competitividad o en programas como
    Innoempresa.

    Pero actualmente no hay una línea clara de ayudas
    públicas a proyectos de implementación o
    certificación en ámbito nacional.

    En proyectos de tipo colectivo, podemos destacar el
    Programa plurianual InnoEmpresa 2007-2013, financiado por el
    Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, con Fondos
    FEDER.

    Se trata de un programa de apoyo a la innovación
    empresarial tanto, tecnológica como organizativa incluido en
    el Programa Nacional de proyectos de innovación del Plan
    Nacional I+D+i (2008-2011).

    Está dirigido exclusiva- mente a las pequeñas
    y medianas empresas. Se inició en 2007 y es gestionado en
    cooperación con las CC.AA., mediante proyectos regionales,
    pero también a través de otro tipo de proyectos,
    denominados suprarregionales, en los que deben participar pymes
    de varias CC.AA. Estos últimos son directamente gestionados
    por la Dirección General de Política de la
    PYME.

    En el año 2011 no habrá convocatoria para
    estos proyectos suprarregionales ya que los Presupuestos
    Generales del Estado aprobados para 2011 no prevén
    dotación presupuestaria para este programa. Sí se
    esperan las convocatorias correspondientes a proyectos
    regionales.

    Los recursos previstos por el MITYC en el programa
    InnoEmpresa para el periodo 2007-2013 ascienden a unos 500
    millones de euros, a los que se añaden otros 150 aportados
    por las Comunidades Autónomas, y se recibirá una
    contribución del Fondo Europeo de Desarrollo Regional
    (FEDER) de 110 millones de euros.

    Aunque como hemos visto es complicado obtener ayudas
    directas para di- seño e implantación de un SGE, pueden
    aplicarse ayudas públicas a los proyectos que surgen de la
    implantación de un SGE, normalmente destinados a mejora de
    procesos o implantación de tecnologías o equipos
    más eficientes o basados en energía renovable. Las
    posibilidades dependen de la naturaleza del proyecto. Si el
    proyecto incluye una alta inversión en tecnología
    innovadora o bien puede calificarse de "Investigación y
    Desarrollo", resulta

    más sencillo obtener líneas de ayuda
    pública.

    También pueden solicitarse ayudas para estudios
    previos de diagnóstico o auditorías energéticas.
    En este sentido, el Instituto para la Diversificación y
    Ahorro de Energía (IDAE) ha acordado con las diferentes
    Administraciones autonómicas, líneas de subvención
    para la realización de Auditorías Energéticas en
    el sector industrial, edificios no residenciales e instalaciones
    de alumbrado exterior con el objeto de detectar posibles
    oportunidades de eficiencia energética en este tipo de
    instalaciones.

    También distintos organismos autonómicos
    lanzan líneas de ayuda específicas para realizar
    auditorías energéticas, si bien los criterios
    utilizados por cada una de ellas son algo dispares.

    En el anexo a esta guía aportamos un listado de
    ayudas públicas aplicables a este tipo de
    proyectos.

    CAPITULO V

    La auditoria energética como
    herramienta en la gestión energética

    ¿Qué es una auditoria
    energética?

    La Auditoría Energética es el punto de partida
    para el desarrollo de un Sistema de Gestión
    Energética.

    Una auditoría energética consiste en una
    evaluación objetiva de una empresa con objeto de:

    • obtener un conocimiento fiable del consumo
    energético y su coste aso- ciado

    • identificar y caracterizar los factores que
    afectan al consumo de energía

    • detectar y evaluar las distintas oportunidades
    de ahorro, mejora de la eficiencia y diversificación de
    energía y su repercusión en coste energético y de
    mantenimiento, así como otros beneficios y costes
    asociados.

    La eficiencia energética parece un objetivo
    evidente. Pero cuando nos ponemos a analizar las múltiples
    formas en que la energía forma parte de nuestros procesos, y
    consideramos el costo frente al beneficio de obtener más
    productividad de cada euro gastado en energía, nos damos
    cuenta de lo complicada que llega a ser la búsqueda de la
    eficiencia.

    No existe un método que por sí solo pueda
    lograr la eficiencia energética. Se logra gracias a una
    combinación de medidas correctoras, preventivas, pro- gramas
    educativos y de concienciación, maquinaria eficiente,
    procesos bien diseñados y medidas para evitar pérdidas.
    Es una combinación inteligente de estos elementos lo que
    finalmente conduce a algo que es más eficiente.

    La auditoría energética es la herramienta
    sobre la que se asienta un plan estructurado de ahorro
    energético. Implica realizar una labor de recogida de
    información, análisis, clasificación, propuesta de
    alternativas, cuantificación de ahorros y toma de
    decisiones.

    Monografias.com

    En una auditoría energética se realiza por
    parte de una entidad especializada un diagnóstico
    energético de las instalaciones de la entidad, con ayuda de
    equipos de medición.

    La diversidad de tipos de empresas, pertenecientes a
    sectores con procesos muy diferentes, distintos tipos de equipos
    y tecnologías energéticas, hace aconsejable que el
    equipo de la empresa auditora tenga una formación muy
    amplia, con conocimientos de las técnicas energéticas
    en profundidad y capacidad para relacionar los procesos
    productivos con el consumo de energía. En este sentido, hay
    que destacar que no existe un registro de profesionales auditores
    energéticos, ni de empresas auditoras, ni organismos de
    certificación de estas empresas.

    Normalmente en el análisis a realizar se tienen en
    cuenta los siguientes parámetros:

    • Hábitos de consumo

    • Equipos de calefacción y
    climatización

    • Equipos eléctricos

    • Equipos de iluminación

    • Aislamiento térmico de la
    instalación.

    Tras este análisis especializado, se redacta a modo
    de Plan de Ahorro energético, una batería de medidas
    para corregir el exceso de consumo.

    Cada una de las medidas se clasifica según el
    ahorro energético, el ahorro económico que
    supondría, la inversión necesaria para implementarla y
    su período de retorno económico. Esto incluye en muchos
    casos la posibilidad de diseñar instalaciones de
    energía renovable, en el lugar más adecuado y con la
    tecnología que más se adapta a las necesidades de cada
    instalación.

    AUDITORIAS ENERGETICAS CONFORME A LA NORMA UNE
    216501

    El esquema de auditorías energéticas se
    implementó a partir de la Directiva

    93/76/EEC del 13 de Septiembre de 1993 con la
    consecución en España de hasta la norma UNE-EN
    216501:2009 "Auditorías energéticas", elaborada por el
    Comité Técnico de Normalización 216 de AENOR. Este
    estándar de calidad es uno de los primeros que se realizan
    en el mundo.

    La norma UNE 216.501 regula las auditorías
    energéticas y sus requisitos, por lo que impone una
    metodología uniforme para realizarlas. La verificación
    de Auditoría energética de acuerdo con la norma UNE
    216501:2009 es posible realizarla, y asegura que la
    auditoría energética se ha realizado cumpliendo los
    requisitos establecidos en la citada norma, otorgando confianza
    en sus resultados.

    Esta verificación puede realizarla AENOR,
    obteniéndose el certificado de AENOR de Verificación de
    la Auditoría Energética.

    Hay que tener en cuenta que la calidad y el alcance de
    las auditorías energéticas varían en gran medida
    dependiendo de la empresa de ingeniería/ consultoría
    que las realice.

    Por ello AENOR ha elaborado esta norma que especifica
    los criterios de calidad que debe cumplir una auditoría
    energética en cuanto a ámbito y alcance,
    tecnología y metodología de análisis, la
    contabilidad energética de los procesos de la
    organización auditada y la forma de presentar las propuestas
    de mejora y, así, hacer comparables y unificar las
    auditorías energéticas, con la posibilidad de que un
    tercero independiente verifique que la auditoría se ha
    realizado conforme a la norma.

    Con ello se garantiza la calidad de la auditoría y
    la fiabilidad de sus conclusiones.

    Partes: 1, 2

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