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Memorias de Mami Yola (Relato)



    Luego de las Fiestas Patrias a las que en Tantamayo se le daba una especial importancia, llega de la capital – Lima, Livardo, tercer hijo de don Bartolomé Alvarado para pasar unas cortas vacaciones junto a la familia, por ser un pequeño pueblo, siempre es una novedad la llegada de alguien que haya estado en Lima, puesto que viene con todas las primicias en cuanto a la moda y las noticias que pueda traer de la capital.

    Apuesto joven, deportista, noble y de buenos modales, amigo de la familia, no estaba enterado de la rivalidad que había nacido entre su padre y el don Ginés, por lo que sus amigos siempre seguían siendo los Bueno Ocaña. El reencuentro con Jorge, Rolando y Edgardo fue muy emotivo y había mucho por conversar.

    Al día siguiente, más calmado, visita a la familia Bueno Ocaña, la amistad con Edgardo era muy estrecha por haber compartido momentos inolvidables de juegos y aventuras; ensimismado en la grata conversación no se percató en qué momento había aparecido de dentro del zaguán "Violeta" ( segundo nombre de mami Yola), ante sus ojos tenía a una adolescente cuya figura con una belleza avasalladora daba la impresión de tener más edad , quedó perplejo sin articular palabra alguna, hechizo que Edgardo rompió.

    • Ella es "bebe", mi hermana Violeta, ¿te acuerdas de ella?

    En ese preciso momento, no se acordaba de nada pero ya se había enamorado de ella, amor a primera vista堬a existencia del amor a primera vista, ese flechazo que sentimos al conocer a alguien irresistiblemente atractiva para nuestro gusto, es defendida a diario por cientos de individuos, quienes aseguran haber experimentado este tipo de sentimiento.

    "A esta suerte de encantamiento deberíamos llamarle enamoramiento a primera vista, porque se trata más bien de un anhelo romántico que deslumbra, una intensa atracción sentimental".

    Cupido tiene la culpa弯font>

    El impacto emocional que experimentamos al conocer a otra persona y quedarnos deslumbrados, no es más que un flechazo de Cupido, una especie de enamoramiento repentino que no permite pensar en nada más. Una mezcla de esa química que atrae o aleja a los seres humanos, con la idealización que cada uno elabora sobre el otro y, posteriormente, trasladamos a un individuo en específico.

    Parecía recíproco el sentimiento de atracción y mami Yola da el primer paso, serenamente, extiende la mano y saluda:

    • Mucho gusto, Violeta Bueno

    Livardo parecía petrificado, siente la mano suave, mira el bello rostro fresco y solo atinó a decir:

    • El gusto es mío, Livardo Alvarado para servirle.

    En los días posteriores se sucedieron encuentros casuales, encuentros, y más encuentros堹 nació el amor que implica además de atracción, deseo y cariño, conocimiento mutuo, porque nadie puede amar a quien no conoce. También respeto, confianza, preocupación por todo lo que guarde relación con la persona amada y aceptarse con sus virtudes y defectos.

    En un pueblo pequeño es imposible ocultar algo tan sublime, y menos de dos personas que tenían familias antagónicas por ello el amor se forjó en base a la fortaleza de acomodar sus sentimientos a las circunstancias adversas. Todos los individuos pertenecientes a una sociedad tienen relaciones o interactúan. Las interacciones pueden nivelarse según la influencia de uno hacia otro: el nivel más bajo es el odio, le sigue la ignorancia, después la tolerancia, luego el respeto, pero en la cima está el amor, cuando el nivel de interacción es más bajo, más las personas tienen necesidad de alejarse y cuando es más alto, mas las personas tienen necesidad de acercarse entre ellas.

    Algunos familiares de mami Yola se opusieron a esta relación, Jorge y Edgardo sabían de las calidades y cualidades personales de Livardo. Ello fue fundamental para apoyarlos.

    Una tarde de invierno, mami Yola acude a la iglesia para ayudar a poner flores en el altar mayor y Livardo la esperaba junto a la sacristía, se saludaron y con mucho cariño, de una forma muy sutil, le entrega un sobre lacrado y le dice:

    • Conseguí un poema de un autor que admiro, es nuestra historia, espero te guste.

    Mami Yola, estaba nerviosa, temía y respetaba a Dios, tomando
    el sobre lo guardó entre sus ropas y apresuró la tarea hasta que
    junto a su hermana retornaron a casa cuando el sol se ocultaba; no dejaba de
    acariciar el sobre y con mucha ansiedad lo abre y encuentra una hoja de papel
    pulcramente escrito con una caligrafía palmer muy especial, los trazos
    de las líneas con tinta líquida plasmaba un poema que le llegó
    al alma haciéndola llorar de emoción.

     

    CANCIÓN DEL AMOR PROHIBIDO

    Solo tú y yo sabemos lo que ignora la
    gente

    Al cambiar un saludo ceremonioso y frio,

    Porque nadie sospecha que es falso tu desvío,

    Ni cuanto amor esconde mi gesto indiferente.

    Solo tú y yo sabemos porque mi boca
    miente,

    Relatando la historia de un fugaz amorío;

    Y tú apenas me escuchas y yo no te sonrío…

    y aun nos arde en los labios algún
    beso reciente.

    Solo tú y yo sabemos que existe una
    simiente

    Germinando en la sombra de este surco vacío,

    Porque su flor profunda no se ve, ni se siente.

    Y así dos orillas tu corazón
    y el mío,

    Pues, aunque las separa la corriente de un
    rio,

    Por debajo del río se unen secretamente.

    José Angel Buesa (Cuba 1910).

     

    ¡Cuánta emoción! 堠mami Yola amaba los poemas, pues en el colegio declamaba, pero este era especial, lo había transcrito Livardo y se lo había dedicado. Tomó un lápiz y plasmó su emoción en un papel堠"Y triunfó el amor, el amor no se espera, de repente aparece y te cautiva de una manera tan imponente, es el momento que desearía que todos lo vivieran; no creía en el amor a primera vista, pero con ello ya creo.El amor va creciendo día a día, el ver sus ojos, su sonrisa, el poder conocer su alma uno vive para esa persona. Dichosos los que tienen a esa persona cerca que le pueden decir te amo, eres mi vida y siempre estaré aquí para ti."

    Pasaron los meses, Livardo toma la decisión de quedarse en Tantamayo y no regresar a la capital; don Bartolomé no entendía la actitud de su hijo pero estaba contento que se quedara porque era un hijo trabajador y le ayudaría en la tienda, estaba en sus planes enviarle a la puna para ver los animales ya que el arrendatario estaba dándole muchos dolores de cabeza.

    Culminado el año escolar, la clausura, ya venían las fiestas de navidad, los pastorcitos ensayaban para visitar los nacimientos del pueblo, todos estaban esmerándose con los disfraces; mamá Gudelia estaba buscando a "bebe" y le informaron que estaba en la casa de don Bartolomé Alvarado. Inmediatamente solicita que la traigan.

    • Qué hace en esa casa a donde no debe entrar, recriminó, seria.

    Diez minutos transcurrieron y Judith, la menor de las hermanas, ingresa a la sala corriendo y con voz jadeante y asustada le anuncia a su madre

    • Mamá, te busca don Bartolomé, está con la "bebe" y Livardo en la puerta.

    El sexto sentido de madre permite que las mujeres se adelanten a los acontecimientos, doña Gudelia presentía algo, se le hizo un vacío en el estómago y una rara sensación le franqueó toda la espina dorsal, salió a la puerta y saludó educadamente pero muy seria.

    • Buenos días don Bartolomé, y añadió, pasa adentro Violeta.

    • Un momento señora Gudelia, con todo respeto, necesitamos hablar con usted el problema de nuestros hijos aquí presentes.

    Se hizo un silencio que pareció largo, miró a todos y les invitó a pasar.

    Dentro de la casa ya estaban Jorge, Rolando y Edgardo, los hermanos mayores de mami Yola para darle su respaldo, ellos ya sabían lo que ocurriría.

    Don Bartolomé Alvarado Montalvo era un hombre educado, tenía un carácter fuerte pero muy controlado, de porte distinguido, alto, de piel blanca con ojos pequeños pero incisivos, vestía un terno azul con chaleco y una camisa blanca, sombrero de paño, el cual se lo quitó como signo de respeto; previo un preámbulo que utilizó para reconocer los valores y virtudes de la familia Bueno Ocaña, se dirige a doña Gudelia:

    • Respetada señora Gudelia Ocaña, he venido a su casa junto a mi hijo Livardo para solicitarle la mano de su hija Violeta, demás está decirle que mi familia les apoya hoy y siempre para que constituyan una nueva familia, usted nos conoce, somos gente de bien y esperamos vuestra comprensión.

    La reacción de mamá Gudelia fue firme:

    • No permitiré que mi hija que es una adolescente se case, ella tiene que estudiar señor Alvarado, yo soy una mujer viuda pero tengo hermanos é hijos que harán respetar a mi hija.

    Don Bartolomé, haciendo un gesto conciliador, juntando las dos manos responde:

    • Discúlpeme señora Gudelia, tanto mi hijo como yo respetamos profundamente a Violeta, a toda vuestra familia, el problema es que estos jóvenes quieren casarse y formar una familia, nosotros como padres debemos apoyarles porque Violeta nos dice que espera un hijo que será nuestro nieto.

    Mamá Gudelia siempre se caracterizó por ser una mujer de carácter, pero esta noticia fue fulminante, estiró la mano para apoyarse en el marco de la puerta de madera, sentía que le faltaba el aire pero sacando fuerzas irguió la cara y preguntó:

    • Es verdad eso Violeta?

    Mami Yola, estaba nerviosa, tenía lágrimas en los ojos, las piernas parecía que le pesaban su cuerpo inmóvil solo atinó a decir

    • Perdóname mamá弯font>

    Un enorme silencio se apoderó del momento, doña Gudelia dio unos pasos y se sentó en la silla más próxima, estaba llorando de impotencia.

    Don Bartolomé con voz conciliadora dirigiéndose a los presentes dijo:

    • " Todos tenemos problemas y todos estamos aprendiendo a vivir y lo más probable es que no nos alcance la vida para aprender lo necesario. El camino a la felicidad no es recto, existen curvas llamadas equivocaciones, pero todo se soluciona con amor".

    Jorge abraza a su madre, tratando de hacerle comprender que no todo es malo, que todo tiene solución y que si Violeta y Livardo se comprenden sería preciso apoyarlos.

    Fue un trago duro pero finalmente tuvo un final feliz, la nueva pareja se instaló en la casa de Livardo en forma provisional para ordenar un lugar mejor, arreglaron todo para la boda que fue sencilla, como querían todos, el Padre Mateo era un sacerdote que tenía mucha simpatía por la nueva pareja, por ello el sacramento lo realizó con mucho afecto quedando grabado en la mente de mami Yola la liturgia:

    • " Pero el amor que Dios da para el matrimonio es sufrido, es bueno, es bondadoso, no es envidioso, no hace nada indebido, no busca lo suyo, no es orgulloso, busca la verdad, no es rencoroso, no le gusta la injusticia, todo lo cree, todo lo espera, todo lo sufre y todo lo aguanta…. Corintios 13:4-6 .

    Volver a la realidad, la joven pareja tenía que luchar porque venía en camino un nuevo ser que necesitaría muchas cosas, Livardo trabajaba con su padre pero mami Yola también deseaba aportar, su fortaleza y conocimientos quería volcarlo en los niños, su sueño era ser profesora.

    Existía un impedimento para que eso ocurriera, solo tenía diez y seis años, a pesar que aparentaba tener varios años más, Jorge no tuvo mejor idea que aprovechar la estancia en Tantamayo del tío Pancho Bueno, era el alcalde de Monzón y podría ayudar a solucionar el problema.

    Don Francisco Bueno Laguna era un hombre que nunca pasaba desapercibido, su potente voz era un ingrediente perfecto para su robusta figura, pesaba alrededor de 160 kilos. No existía problema que no solucionara el buen tío Pancho; enterado de la dificultad pidió unos días para darle solución, la que llegó al siguiente mes, una partida de nacimiento donde mami Yola tenía 18 años y estaba expedita a postular a una plaza de maestra de escuela primaria, puesto que accedió luego de pasar los exámenes de rigor.

    El nuevo trabajo no fue difícil, encargaron a Livardo la secretaría del Colegio Nacional de Tantamayo, así como administrar la parte económica del mismo. En poco tiempo las autoridades del pueblo como del colegio estaban más que satisfechos con la labor desempeñada. La comunicación con la familia era difícil, solo existía el telégrafo, extrañaba enormemente a los niños y mas a mami Yola.

    La distancia entre Tantamayo y Llata era de seis leguas, es decir veinticuatro kilómetros. En varias oportunidades aprovechando un feriado, fin de semana o alguna fiesta patronal, Livardo alquilaba una acémila para viajar a ver a la familia, era un viaje muy agotador durante todo el día sobre las ancas del noble animal, los terrenos accidentados eran algo peligrosos cuando por algún trecho la lluvia sorprendiera al viajante; eran razones valederas para viajar de noche y a pie, se podía cortar camino, cruzar chacras, pasar por riachuelos, descansar y tomar un segundo aire para proseguir la caminata con la ilusión de abrazar a mami Yola y a los adorados hijos. Cuando somos adultos, y hemos vivido alejados físicamente de la familia, el reencuentro tiene siempre un gran elemento de expectativa. En la distancia, nuestra mente sólo recuerda los momentos agradables, los abrazos, los juegos, las risas堼/font>

    Este es un especial viaje, Livardo sale de Tantamayo como muchas otras veces al promediar las siete de la noche para caminar a buen trote y amanecer en Llata, el morral estaba lleno de ilusiones y algún alimento, panes, biscochos, sardina en lata y una botella de café. Por toda la zona era común el viaje a pie durante la noche, no existía el peligro de asaltos o robos, la gente era honrada, era luna llena y no era necesario utilizar la linterna porque parecía de día, el camino tantas veces recorrido era más fácil de avistarlo, era una noche fría y una ligera llovizna amenazaba, pero el ritmo de pasos largos y firmes hacía que el cuerpo repeliera esa sensación real, estaba a más de la mitad del viaje el terreno accidentado dejaba ver en la ladera de una chacra recién cosechada una pequeña choza, de aquellas que se armaban solo para la cosecha. La ansiedad por avanzar le jugó una mala pasada, Livardo decide tomarse un descanso y protegerse de la llovizna, que mejor aprovechando la chocita, rodea el cerco de eucaliptos y divisa por toda la zona para asegurarse que no hay más viajeros, llega a la chocita y efectivamente

    estaba lleno de paja y en el fondo la "papa nueva" recién cosechada, ingresa en posición de cuclillas y utilizando la paja como colchón se recuesta para recuperar las fuerzas, pasaron los minutos en que posiblemente pestañara en un sueño fugaz y a lo lejos escuchó el ladrar de un perro, la luz de una linterna da de lleno en su rostro y una pregunta a boca de jarro:

    • Quien eres y que haces acá?

    Se levantó como un resorte y pidiendo disculpas sale de la choza, se encuentra con un grupo de ocho personas que traían en las manos sogas y otros elementos desconocidos, cuatro caballos esperaban más atrás con otro número de personas. El miedo se apoderó de él, en segundos su cerebro caviló mil cosas, es mi final pensó, tratando de serenarse explicó:

    • Perdón señor, mi nombre es Livardo Alvarado Flores, vengo de Tantamayo con destino a Llata, me quedé unos minutos a descansar y protegerme de la lluvia, por favor no piensen mal.

    • Señor Alvarado, no pensamos mal pero usted estaba dentro de la choza con nuestro peón que ayer por la tarde murió de un paro cardiaco, lo dejamos tapado con la paja para que se conservara y estamos acá para llevarlo al pueblo.

    El haber dormido con un muerto ya no le produjo ningún miedo, el tono de voz suave y conciliador del hombre le tranquilizó y devolvió el temple, los demás le miraban con una sonrisa cómplice y se acercaron a darle la mano.

    • Un placer de conocerle en estas circunstancias señor Alvarado, le invitamos un traguito de coñac para sellar nuestra amistad.

    • Gracias, no sé qué decir pero hoy comprobé que debemos temerle más a los vivos que a los muertos, cuando les vi con esas cuerdas me imaginé lo peor, sin saber que había estado recostado a centímetros de un cadáver; seguro nunca me olvidaré de este incidente y de la forma tan peculiar de conocerlos, gracias por vuestra amistad.

    El camino se le hizo más corto porque ya quería llegar, faltando poco para llegar a las faldas de Rondos a unos cuatro kilómetros. El viajero se encuentra con un prodigio de la naturaleza, Calasi es una zona donde el río que calmado acompaña en el camino, empieza a sonar anunciando su despedida, ingresa a un pequeño cañón como una garganta que está rodeado por vegetación tupida e increíblemente el río desaparece, se sube un pequeño desnivel y te encuentras con un hermosos valle, verde de gras y a los costados pequeños hongos comestibles, muy al fondo a unos seiscientos metros, en la ladera, las aguas vuelven a salir para sorprender con su lecho de piedras y musgos como un nuevo nacimiento para regar esa tierra prodigiosa y regalarle a los hombres el líquido elemento necesario para la vida. A lo largo de ese trecho se ven pequeños brazos en los que la gente de la zona desvía el río para la preparación del tocosh de papa, de maíz y de oca.

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    Hermosa vista de la cuidad de Llata, tomada de las faldas del cerro Jirpún

    Amanece en Llata y a la entrada, Livardo se persigna ante la imagen del Señor de Rondos, los caprichos de la naturaleza, había subido una empinada pared de un espectacular precipicio y en una meseta ligeramente inclinada estaba Llata, con sus callecitas angostas y empedradas, custodiada por los imponentes Jirpún y Pargarwilca, su maravillosa campiña, una mezcla de aromas y olores emanadas por dorados trigales, andenes con sembríos de papas maíz y ocas en floración, esbeltos eucaliptos y flores que adornan el paisaje andino que embriagan los sentidos, serpenteada por dos cristalinos ríos: Tambos y Aco, que oxigenan y alimentan a la urbe que se dividen en antiguos barrios, los que guardan mucha historia, vivencias, tradiciones, San Francisco, Santo Domingo, San Juan y Espíritu Santo.

    Se respiraba familiaridad, amistad, afecto, afición al arte, a las ciencias, a las letras, esta bendita tierra albergaba en su seno extraordinarias personas que destacaron en foros a nivel nacional y mundial, cuna de intelectuales y personas de bien, en esa pequeña pero acogedora ciudad nacieron los Caballero, Herrada, Fonseca, Valencia, Laguna, Vergara, Santillán, Rojas, Robles, Córdova, Rubina, Mallqui, Bernal, Alvarado, Céspedes, Basauri, Amado, Ibarra, Cuentas, Ortega, Salazar, Tarazona, Meza, Rivera, Carrillo, Cruzalegui, Jaime, García, Nieto, Melgarejo, Galarza, Chamorro, Basauri, entre otros; eran familias representativas que hacían de la convivencia casi una célula familiar.

    El tiempo pasa, los niños crecen, la vida de mami Yola está trazada para convivir con ellos, en el día con sus alumnos, por la noche con sus hijos, los días sábado, dedicarse a la casa, ayudar a Cristina ( la querida "nana") a remendar calcetines, coser vestidos y blusas. Atender a ocho hijos es una gran labor, Livardo llega el fin de semana y ayuda en todos los quehaceres de casa, las niñas adoran y extrañan a papá, cuando llega es una fiesta, el se esfuerza mucho y quiere lo mejor para sus hijos, rodeado de ellos les cuenta historias de la Tía Estela弯font>

     

     

     

    Autor:

    Livardo Jorge Alvarado Bueno

     

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