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Una teoría de todo, de Ken Wilber (página 8)



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8

15. En la medida en que la humanidad evoluciona hacia
una cultura integral, es concebible que, en algún momento
distante -tal vez dentro de muchos siglos-, aparezca una
Civilización Mundial que borre las fronteras existentes
entre las placas tectónicas horizontales analizadas por
Huntington y dé origen a una mezcla de culturas que
alcance incluso al estrato genético. Pero esa posibilidad,
no obstante, no modificará los niveles básicos a
través de los cuales deberán seguir
desarrollándose los individuos. Tal vez entonces las
culturas posean un centro de gravedad amarillo, turquesa o
incluso superior (con las instituciones y modalidad de gobierno
que les corresponda), pero cada ser humano seguirá
naciendo en beige y, desde ahí, deberá comenzar su
proceso de desarrollo a través de toda la espiral, y las
poblaciones todavía se distribuirán a través
de todo el espectro vertical de los memes. El ser humano es un
individuo compuesto (un holón) que recapitula todos los
subholones pasados (es decir, los seres humanos todavía
contienen átomos, moléculas,
células, un tallo cerebral reptiliano, un sistema
límbico paleomamífero, etc.) y esos subholones no
desaparecen por más que emerjan holones más
elevados. Y lo mismo podríamos decir con respecto a los
cuadrantes interiores, ya que aun cuando nos hallemos en el nivel
integral, no nos hemos despojado, en modo alguno, del arcaico, el
mágico, el mítico y el racional.

16. Véanse El proyecto Atoran, Después
del Edén, Los tres ojos del conocimiento,
Psicología integral, El ojo del Espíritu, Seco,
ecología, espiritualidad y Una visión integral de
la psicología.

17. ¿Significa acaso esto que las tribus
indígenas cuyo centro cultural de gravedad se hallaba
asentado en la magia púrpura no tenían acceso a una
auténtica espiritualidad transpersonal? En modo alguno. No
olvidemos que el centro de gravedad de una cultura es simplemente
un promedio y que cualquier individuo concreto puede
hallarse por encima o por debajo de él. Existe una
evidencia substancial, por ejemplo, de que, durante la
época mágico-púrpura (aproximadamente
-50.000), hubo individuos altamente evolucionados (los chamanes)
que llegaron a alcanzar, al menos, la ola psíquica de la
conciencia, ya sea en forma de adaptación permanente o,
mucho más probablemente, de experiencia cumbre o
experiencia meseta. Y como explico en Una visión
integral de la psicología,
ello no implica la
posibilidad de saltar estadios.

18. Véanse Huston Smith, La verdad olvidada y
Las religiones del mundo;
Wilber, Una visión
integral de la psicología;
Roger Walsh, Essential
Spiritualitr;
Underhill, Mysticism; Trungpa,
Shanrhhala: La senda sagrada del guerrero, y Murphy,
The Future of Body.

Una de las versiones más habituales de la Gran
Cadena se presenta, en Oriente (y también, con mucha
frecuencia, en Occidente), en forma de los siete chakras que
representan los distintos niveles de ser y de conocimiento de que
disponemos los seres humanos. Según se dice, los chakras
son centros de energía sutil del organismo humano en los
que se apoyan los distintos tipos correlativos de ser y de saber.
Generalmente se habla de siete, que se hallan ubicados en la base
del cuerpo, la región genital, el abdomen, la
región cordial, la garganta, la frente y la coronilla.
También se habla de la existencia de numerosos chakras
secundarios que se encuentran por encima y por debajo de
aquéllos (que se reflejan, por ejemplo, en los meridianos
de la acupuntura).

Obviamente, hay quienes desdeñarían los
chakras como meras supersticiones, pero vamos a asumir una
actitud cultural más generosa y supongamos que esa idea
-presente, por otra parte, en casi toda la civilización
orientales algo más que una superstición que deba
ser menospreciada por los occidentales superiores y
permitámonos, en su lugar, tratar de atisbar la
sabiduría que pudiera encerrar. Porque el hecho esencial
es que los siete chakras son simplemente una versión
levemente más sofisticada del espectro que va desde la
materia 1) hasta el cuerpo 2), la mente 3-4), el alma 5-6) y el
espíritu 7).

Para esta discusión usaré las siguientes
correlaciones generales (si usted tiene su propia versión
favorita de los chakras, no tiene motivo alguno para abandonarla,
porque este ejemplo sólo depende de la noción de
siete modalidades estructurales de la conciencia y cada cual
puede rellenar los detalles como más le plazca). Los
chakras son muy difíciles de definir, puesto quecumplen
con funciones muy diferentes dependiendo de su mayor o menor
grado de apertura. Hecha esa advertencia, definiré los
chacras-niveles en un sentido amplio del siguiente modo: 1)
materia (y la visión arcaica del mundo, beige); 2) la
fuerza de vida biológica, prana, la
energía emocional-sexual, la libido, el élan
vital,
el nivel mágico (púrpura); 3) la mente
inferior. que incluye el poder y la conformidad, mítico
(rojo/azul); 4) la mente intermedia, que incluye la razón
y las emociones más profundas. como el amor (naranja y
verde); 5) la mente superior que incluye el pensamiento de
segundo grado y la apertura psíquica (de amarillo a
coral), la visión creativa, los primeros estadios de la
conciencia espiritual y trascendental, el misticismo natural; 6)
la conciencia sutil, la gnosis, los arquetipos genuinos, el
misticismo teísta; 7) el espíritu radiante
manifiesto y sin manifestar, el Abismo, el Fundamento
vacío, el misticismo sin forma. En la figura 6.3 pueden
verse todas estas correlaciones. Quienes estén interesados
en el modo de utilizar la idea de niveles de ser y de
conocimiento -desde la Spiral Dynamics hasta la Gran Cadena y los
siete chakras- en un análisis internivel pueden consultar
la nota 19.

19. Para discutir la noción de
análisis inter-nivel y evitar así incurrir
en cualquier sesgo eurocéntrico, usaré el sistema
de los chakras (véase nota 18).

aunque debo decir que este análisis es aplicable
a todos los esquemas del desarrollo, desde la Spiral Dynamics
hasta los modelos de Jane Loevinger, Robert Kegan, Jenny Wade y
Carol Gilligan. Y puesto que las olas básicas son casi
universales, resultan tan aplicables a los occidentales como a
los orientales.

Como ya hemos señalado, los siete chakras
reflejan diferentes niveles de realidad y, por este motivo,
pueden ser utilizados para clasificar las visiones del mundo en
función del chakra en que se asientan, como han hecho
numerosos teóricos. Señalemos, por dar tan
sólo unos pocos ejemplos, que las visiones materialistas
del mundo (como las de Hobbes y Marx) proceden del chakra 1; las
visiones pránicas y vitales del mundo (como las de Freud y
Bergson) del chakra 2; las visiones impulsivas del mundo (como la
de Nietzsche) del chacra 3; las visiones racionales del mundo
(como la de Descartes) del chacra 4; el misticismo natural
(característico de H.D. Thoreau, por ejemplo) del chacra
5; el misticismo teísta (como el de santa Teresa de
Ávila) del chalcra 6, y el misticismo sin forma (como el
de Meister Eckhart) del chacra 7. Pero por más
útiles que puedan ser todas estas clasificaciones de
niveles de conciencia, existen ciertos problemas que sólo
pueden superarse con lo que podríamos denominar un
análisis inter-nivel. Porque lo cierto es que
debemos distinguir el nivel en que se origina una
determinada visión del mundo y el nivel hacia el que
apunta.
Marx, por ejemplo, suele considerarse como un
ejemplo de una visión materialista (chakra 1), pero el
mismo Marx ni se asienta ni proviene de ese chakra. Lo
único que existe en el chakra 1 son las piedras, el polvo,
la materia inerte, la dimensión física (y el nivel
inferior de conciencia propio de ese reino, es decir, el arcaico,
beige). Marx era un pensador muy racional que operaba desde el
chakra 4. pero siguiendo a Feuerbach creyó que las
realidades fundamentales del mundo son esencialmente materiales,
de modo que operaba desde el chacra 4 pero centró
casi exclusivamente su atención en el chakra 1.
Algo parecido podríamos decir con respecto a Freud. ya que
su modelo de la psicología de la libido temprana procede
del chakra 4, pero apunta al chakra 2. En el otro extremo, por
así decirlo, los Deist operan también desde el
chacra 4 pero apuntan al chakra 6 (representando, en este
sentido, un intento racional de comprender el Espíritu).
etc.

Así es como podemos rastrear tanto el nivel de
conciencia desde el que está operando el sujeto
como el nivel de realidad (u objetos) que considera
real. De este modo, nuestra capacidad de clasificar las visiones
del mundo se ve considerablemente enriquecida y podremos llevar a
cabo una especie de "doble-rastreo" que tenga en cuenta tanto el
nivel del sujeto como los niveles de realidad que reconoce. algo
que en ocasiones se conoce con los nombres de "niveles de
identidad" y "niveles de realidad" o, dicho de otro modo, el
nivel del sujeto y el nivel del objeto, algo que puede verse con
suma claridad en los mapas en los que Huston Smith resume las
grandes tradiciones de sabiduría del mundo entero (figuras
4.1 y 4.2). Demos ahora un paso más y digamos que este
análisis inter-nivel y este proceso de "doble-rastreo' fue
introducido ya en Un Dios sociable y Los tres ojos del
conocimiento y
se vio posteriormente perfeccionado en
Una risión integral de la psicología. Yo
también denomino a los "niveles de realidad" o "planos de
realidad" con el nombre de "reinos de la realidad" (y así
hablo del reino ordinario, del reino sutil, del reino causal) o
"esferas de realidad" (como la biosfera, la noosfera y la
teosfera, por ejemplo). En cuanto a `los niveles de identidad",
también los llamo "niveles de conciencia" o "niveles de
subjetividad", pero habitualmente me refiero a ambos como niveles
básicos, estructuras básicas u olas básicas,
puesto que todos ellos son correlativos (es decir. que existen
tantos niveles de identidad como niveles de realidad). El punto
es que, especialmente en el rango intermedio (chakras 3, 4 y 5).
el sujeto o yo de esos chakras puede tomar como objeto a
cualquiera de los otros chakras (cualquiera de los otros niveles
de realidad) -puede pensar sobre ellos, elaborar teorías.
crear obras de arte al respecto, etc.- y debemos tenerlos en
cuenta a todos. Aun cuando digamos que sólo los chakras
intermedios participan en este análisis inter-nivel (cosa
que no hacen los chakras inferiores, como las piedras, por
ejemplo, y los chakras más elevados tienden a ser
transmentales, aunque ciertamente pueden elaborar teorías
mentales pero los omitiremos en aras de la simplicidad). los
chakras 3. 4 y 5 pueden prestar atención a cada uno de los
siete chakras, brindándonos así una visión
diferente del mundo en cada caso, con lo cual dispondremos de
unas veinticinco grandes risiones del mundo desde los
siete niveles estructurales de conciencia en el cuerpomente
humano. (Siete desde cada uno de esos tres y uno de cada uno de
los otros cuatro.) ¡El hecho es que, en cualquier caso,
esos siete niveles pueden servir de soporte a varias decenas de
visiones del mundo!

Y, obviamente, éste no es más que el punto
de partida. Si la concepción holónica tiene en
cuenta "todos los niveles, todos los cuadrantes, todas las
líneas, todos los tipos, todos los estados y todos los
reinos", simplemente habremos discutido brevemente de niveles
de identidad (o
sujeto) y de niveles de realidad (u
objetos). En cuanto al número de esos niveles. yo uso
generalmente desde siete (como los chakras) a doce (como muestran
las figuras 3.2 y 6.1). Y debo decir que el número exacto
no es tan importante como el hecho de reconocer la existencia de
una auténtica holoarquía de ser y de
conocimiento.

Pero todavía debemos incluir los
cuadrantes
de cada uno de esos niveles. las diferentes
líneas o corrientes que se mueven a través
de esos niveles, los distintos tipos de orientaciones
disponibles desde cada uno de ellos y los muchos estados
alterados que permiten acceder de manera provisional a los
diferentes reinos. Es más, los individuos, los grupos, las
organizaciones, las naciones y las civilizaciones experimentan un
proceso de desarrollo a través de cada una de esas
variables. Todos los factores anteriores contribuyen a los
diferentes tipos de visiones del mundo y, en consecuencia, todos
deben ser tenidos en cuenta para brindar una valoración
global e integral de las visiones del mundo disponibles. Por
último, como también trato de demostrar en el
texto, el resultado es un sistema del clasificación
holística que simplifica muchísimo las cosas.
(Véase nota 20.)

20. Es evidente que, para que esos estados temporales
acaben convirtiéndose en actualizaciones permanentes, la
persona deberá crecer y desarrollarse a través de
la espiral y adentrarse en estos reinos superiores en tanto que
actualización permanente y no sólo como un estado
no ordinario provisional o, dicho de otro modo, que los
estados temporales deben terminar transformándose
en rasgos permanentes. Véase Una
visión integral de la psicología
para una
discusión más amplia acerca de estos
temas.

Ya hemos visto que existen algunos esquemas que tratan
de introducir la profundidad vertical usando algo parecido al
sistema de los chakras. En este sentido, se dice que Marx es un
ejemplo de materialismo (chakra 1), que Freud representa el
pansexualismo (chakra 2). que Adler ilustra la psicología
del poder (chakra 3), que Carl Rogers abraza la psicología
humanista (chakra 4). etc. Pero también hemos visto que la
mayor parte de esos esquemas, no tienen en cuenta los
fenómenos inter-niveles de modo que la "profundidad" que
ofrecen se ve seriamente limitada. Marx, Freud y Adler son
pensadores racionales que parten del ehakra 4 y prestan
atención a los chakras inferiores. Pero los
mismos chakras inferiores poseen visiones del mundo que
van desde lo arcaico (beige, chakra 1) hasta la magia
(púrpura, ehakra 2) y el mito (rojo/azul, ehakra 3). En
este punto es cuando emergen las visiones del mundo
egoico-racionales (naranja/verde, chakra 4) que también
pueden tomar como objeto cualquiera de los otros
chakras. Así que cuando el chakra 4 cree en la realidad
exclusiva del chakra 1. nos hallamos ante las filosofías
racional-materialistas, donde destacan las figuras de Hobbes y
Marx. Cuando el ehakra 4 cree que la dimensión fundamental
es la emocional-sexual, nos hallamos frente a un Freud; cuando
centra su atención en el chakra 3, nos hallamos ante un
Adler, etc. Cuando el chakra 4 va irás
allá
de su estadio y piensa en los dominios
superiores y transracionales -pero sin experimentar realmente
una transformación a esos niveles-,
nos hallamos ante
las distintas filosofías mentales sobre la espiritualidad
y estamos en presencia del teísmo racional (4 orientado
hacia 6), las teorías sistémicas racionales que
toman a Gaia como el Espíritu (4 orientado hacia 5), una
concepción filosófica del Abismo o del Fundamento
del Ser (4 orientado hacia 7) etc. Y todo ello procede del chakra
4, porque el sujeto se halla en ese chakra cuando piensa en los
chakras más elevados. Si el sujeto (o nivel de identidad)
experimenta una transformación real a esos niveles
más elevados de realidad, nos hallaremos ante las visiones
del mundo que pueden contemplarse desde esos chakras
más elevados. En el chakra 5. uno ya no piensa en la
red-de-la-vida, sino que experimenta directamente la conciencia
cósmica al fundirse con todo el reino de la naturaleza. En
el chakra 6, uno ya no piensa en los arquetipos platónicos
ni reza meramente a una forma de la Deidad, sino que desaparece y
se funde en la Presencia Divina. En el chakra 7, uno se sumerge
en el infinito no manifestado, en el Abismo, el Vacío, el
Urgrund, Ayn, el nirvikalpa shamadhi, etc.
(Véase nota 19.)

La mayor parte de las creencias religiosas pertenecen a
la variedad púrpura, roja o azul (segundo y tercer chakra)
que constituyen cerca del 70% de la población
mundial (motivo por el cual el mundo está "lleno de
creyentes religiosos"). Pero una cosa es la creencia religiosa
estrecha y otra muy distinta la experiencia espiritual profunda.
Por ello las visiones del mundo de los niveles
más elevados sólo pueden contemplarse
desde esos niveles más elevados. Así que
conviene distinguir claramente entre, pongamos por caso, el
chakra 3 y tener una experiencia provisional de un dominio
más elevado o pensar simplemente en los reinos superiores,
versus estar directamente en esas olas más
elevadas, ya que las visiones del mundo resultantes son
absolutamente distintas en cada uno de los casos.

UNA TEORIA DE TODO, DE KEN
WILBER

Autor: Ken Wilber

Escaneado por Germán
Campos

Chile, 2004

Una visión integral de la ciencia, la
política, la empresa y la espiritualidad

Traducción del inglés de David
González Raga

Título original: A THEORY OF
EVERYTHING

© 1996 by Ken Wilber

© de la versión en castellano: 2000 by
Editorial Kairós, S.A.

Primera edición: Febrero 2001

I.S.B.N.: 84-7245-495-9 Depósito legal:
B-7.806/2001

Fotocomposición: Beluga y Mleka. s.c.p.,
Córcega 267. 08008 Barcelona Impresión y
encuadernación: Romanyá-Valls. S.A. Verdaguer. 1.
08786 Capellades. Todos los derechos reservados. No está
permitida la reproducción total ni parcial de este libro,
ni la recopilación en un sistema informático, ni la
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reseña. sin la autorización previa y por escrito
del editor o el propietario del copyright

 

Enviado por:

Ing.+Lic. Yunior Andrés Castillo
S.

"NO A LA CULTURA DEL SECRETO, SI A LA
LIBERTAD DE INFORMACION"®

Santiago de los Caballeros,

República Dominicana,

2015.

"DIOS, JUAN PABLO DUARTE Y JUAN BOSCH – POR
SIEMPRE"®

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