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Hacia una universidad emprendedora. Caso: Universidad del Zulia



Partes: 1, 2

  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Fundamentación
    teórica
  4. Modelo
    de universidad emprendedora propuesto
  5. Resultados y análisis del programa de
    emprendimiento y la cultura emprendedora en la Universidad
    del Zulia
  6. Conclusiones
  7. Referencias
    bibliográficas

Resumen

La sociedad venezolana demanda a las instituciones de
educación superior mayor articulación con el
desarrollo nacional, donde el estudiante sea el artífice
fundamental del proceso. El objetivo del presente trabajo es
abordar los fundamentos de la cultura de emprendimiento y
desarrollo sustentable como cimiento de la universidad
emprendedora, caso de estudio: Universidad del Zulia. La
metódica es descriptiva, bibliográfica, documental.
Se sustenta en Tarapuez, Osorio y Parra (2012), Clark (1983,
1998, 2004), entre otros. Entre los resultados referidos se
describe: el Diplomado de Emprendimiento, Jornada Anual y Red de
Emprendimiento. Se concluye que la universidad emprendedora
centra su interés en el emprendimiento, dotar al
estudiante de las competencias para la capitalización de
los conocimientos en su plan de vida, con la creación de
su propia empresa y en alcanzar la superación de las
fronteras tradicionales.

Palabras clave: universidad emprendedora,
emprendimiento, desarrollo local.

Introducción

Las tendencias actuales en la sociedad del conocimiento
demandan un protagonismo en el fomento del emprendimiento en las
universidades y centros de investigación, como promotores
del desarrollo y crecimiento de los países. Para ello, las
instituciones de educación superior deberán
acometer el proceso de transformación
académica-administrativa, con la finalidad de facilitar
los cambios internos y con el entorno. Primordialmente, se
requiere que la academia esté vinculada tanto con las
empresas como con el progreso económico.

En este sentido, se requiere priorizar la
ejecución de actividades de investigación
competitiva, orientadas a la producción de opciones de
solución a los problemas institucionales en los distintos
ámbitos, en función de los retos que impone la
modernidad. De este modo, se promueve el fortalecimiento de las
estrategias de enlace con organismos nacionales e
internacionales; asimismo, se establecen alianzas para superar la
ausencia de vinculación, a fin de convertirla en una
tríada: universidad-gobiernoindustria.

En consecuencia, se plantea la necesidad de reorientar a
las instituciones de educación superior como centros de
activación para conjugar la ciencia y tecnología en
la promoción del bienestar económico y social del
país, fortaleciendo el espíritu del emprendedor y
la cooperación en la relación
universidad-empresa-sociedad-gobierno. Por ende, lo anterior
puede lograrse apoyándose en los niveles de gobierno
(local) en cada territorio, con la intención de impulsar
el desarrollo y la concreción de nuevas fuerzas sociales,
favorables a la implantación del proceso de emprendimiento
y responsabilidad social. Este nuevo entorno debe dar cabida a
distintos actores, llamados a desempeñar papeles
diferenciados, con el fin de propiciar el alcance del objetivo
propuesto por las universidades hacia el fomento de la cultura
del emprendimiento.

En este orden de ideas, cabe destacar que la importancia
de promover el fomento de la cultura del emprendimiento se asocia
con la consecución de los objetivos relacionados con la
tercera misión de la universidad: el desempeño de
actividades que contribuyan al desarrollo económico y
social de su entorno; con respecto a ello, apoya la
creación de organizaciones innovadoras de base
tecnológica, aquellas recién creadas y con la
gestión de empresas en la relación
universidad-empresa.

Lo expuesto anteriormente vislumbra la universidad
emprendedora con el propósito de fortalecer la voluntad e
imaginación de todos los actores para competir e innovar.
Por ello, la exigencia de que se incorpore la formación
para el trabajo y aprendizaje por competencia en los programas de
estudio, acciones basadas en los requerimientos de las empresas,
tomando en cuenta que los estudiantes tengan la ocasión de
desarrollar la capacidad del emprendimiento, entendida como la el
potencial creativo para percibir e interrelacionarse con el
entorno como innovadores.

De igual manera, el rediseño de la estrategia
global de la universidad como emprendedora, implica una
revisión de la estrategia de los servicios universitarios,
los cuales deben adaptarse a los nuevos requerimientos y a las
necesidades de sus usuarios, especialmente si estos servicios
tratan con emprendedores e impulsan la creación de
empresas. El papel de las universidades, en su
contribución a la innovación y apoyo al desarrollo
económico para responder a las necesidades de la sociedad,
se muestra en resultados de estudios empíricos, tales como
los desarrollados por Corti y Riviezzo (2008), Mansfield (1992),
Castells y Hall (1994), entre otros.

Sin embargo, la universidad venezolana se involucra en
el fomento y promoción de los parques científicos
integrados y en otros como una organización aislada. No
obstante, en ambos casos define lazos muy fuertes entre el parque
y la institución; normalmente, en el Comité
Directivo del Parque se involucra al personal de la
misma.

En el caso específico de la Universidad del
Zulia, señalan Ávila, Ríos y Cuenca (2007),
la transformación universitaria fue formulada como
estrategia de posicionamiento, planteándose un cambio
multidimensional y complejo, que responda a necesidades de tipo
social, económico, político, científico,
tecnológico y cultural, a fin de adaptar las respuestas
(oferta) a las demandas del sector público, privado y
comunidad en general, con lo cual se evidencia que la universidad
asume revisar sus estructuras, tareas y funciones propias,
relacionadas con su organización y
gestión.

En relación con lo planteado, el presente trabajo
tiene como objetivo abordar los fundamentos de la cultura de
emprendimiento y desarrollo sustentable como cimiento de la
universidad emprendedora, caso de estudio: Universidad del Zulia
(LUZ).

Entre los aportes más significativos, se muestra
un caso de éxito de implantación del Programa de
Fomento a la Cultura de Emprendimiento, con la innovación
en servicios públicos: el Diplomado de Emprendimiento e
Innovación Empresarial presencial y semi-presencial,
así como la Red de Emprendimiento del estado Zulia,
constituyendo el primer servicio de apoyo a la creación de
empresas en el ámbito universitario y soporte de la red de
miembros que conforman el Consejo de Fomento de LUZ, que
representa a diferentes sectores (público y empresarial):
Fedecámaras, Banco Mercantil, Banco Occidental de
Descuento, Cámara de Comercio, Asociación de
Medicina Familiar y Alcaldía del municipio Mara. Desde su
creación, la innovación en los servicios prestados
ha sido una constante, arrojando resultados visibles que
corroboran el éxito del proceso seguido.

En cuanto a la estructura del trabajo, en la primera
parte se presentan las bases teóricas, las cuales
comprenden aspectos tales como: fundamentos del emprendimiento,
su relación con el desarrollo local sustentable y la
universidad emprendedora; asimismo, el fomento del emprendimiento
universitario y hacia un modelo de universidad emprendedora. En
segundo lugar, se incorpora dicho modelo propuesto y, finalmente,
en el ámbito de innovación en servicios, se
muestran los resultados y análisis del Programa de
Emprendimiento y la Cultura Emprendedora en LUZ.

1.
Fundamentación teórica

1.1. Fundamentos del emprendimiento, su
relación con el desarrollo local sustentable y la
Universidad

Se parte del enfoque legal del emprendimiento a nivel
nacional; seguidamente, se hace diferencia con el marco legal en
Colombia y, de manera breve, se exponen algunas perspectivas
teóricas del emprendimiento, relacionadas con el
desarrollo local para lograr un entorno innovador consistente en
la universidad emprendedora.

A nivel nacional, existe interés por parte de la
universidad venezolana en impulsar un marco jurídico que
apoye la actividad emprendedora, aprovechando el potencial que
tiene nuestro país en la generación de nuevas
empresas. A este respecto, desde el Consejo de Fomento de la
Universidad del Zulia en la 3era Jornada Transformando la
Universidad desde el Emprendimiento, Rentabilidad Universitaria y
Proyecto País, enmarcado en Valores Compartidos (2011),
con la presencia de los Vicerrectores Administrativos de las
universidades nacionales (Universidad Central de Venezuela,
Universidad de Carabobo, Universidad Lisandro Alvarado,
Universidad Simón Bolivar), Fedecámaras Zulia, y
demás representantes del sector empresarial, hubo
coincidencia en la necesidad de impulsar una Ley de
Emprendimiento, con el propósito de facilitar las
condiciones de una cultura de emprendimiento a los nuevos
emprendedores, así como facilidades para el
financiamiento, a promover por parte del gobierno
nacional

Se destaca la importancia del marco legal para impulsar
la cultura del emprendimiento en Colombia; en este sentido, se
tomó como referencia la Ley No. 1014, Del Fomento a la
Cultura del Emprendimiento
, del Congreso de Colombia,
aprobada en fecha: 26 enero de 2006, de la cual prevalecen
elementos fundamentales, tales como: a) cultura, b) emprendedor,
c) emprendimiento, d) empresarialidad, e) formación para
el emprendimiento y d) planes de negocio.

Tomando en cuenta lo antes señalado, se responde
a las siguientes premisas: a) incorporar en la educación
superior la competencia de emprendimiento, en su proceso de
transformación académica – administrativa; b)
articular la investigación con los sectores industria y
gobierno, la revisión de las estructuras y procesos, a fin
de adecuar los centros e institutos de investigación con
la industria y el sector empresarial, tanto público como
privado, a fin de diseñar centros de gestión de
emprendimiento para el desarrollo económico y social de la
región; c) sensibilizar en forma permanente el
fortalecimiento del fomento de la cultura de emprendimiento; d)
la formación teórica-práctica para que el
estudiante esté en capacidad de crear su propia empresa,
adaptarse a las nuevas tecnologías y actuar como
emprendedor desde su puesto de trabajo.

Asimismo, es importante destacar que la Ley a la Cultura
de Emprendimiento, vigente en Colombia, destaca que en el
país se crearon 237.1471 nuevas empresas, en el año
2011, lo cual representa un crecimiento de 6,7% frente a 2010. En
este sentido, dicha nación se posiciona como el tercer
país de América Latina con más bajo costo
para iniciar una empresa, 8% del ingreso per cápita, el
cuarto con mejor acceso a préstamos y el cuarto con menor
tiempo para iniciar una empresa de 14 días. Asimismo, el
país clasifica en quinto lugar en disponibilidad de
capital de riesgo y en esa misma categoría respecto al
número de trámites para iniciar una empresa, de 9
en total (Revista Coomeva, 2012).

En este orden de ideas, Harberger (1998) señala
que es necesario reiterar que la actividad emprendedora se debe
desenvolver dentro de un marco institucional, en un estado de
derecho, democrático, capaz de promover el equilibrio
macroeconómico, el derecho de propiedad y una
economía de mercado y abierta. Todo ello redundará
en actuar con libertad, invertir más, trabajar más
y hacer mejor uso de las capacidades humanas, tecnologías
y del capital disponible, lo cual conlleva a que los
países se encaminen a un mayor desarrollo
económico.

Sobre la base de las consideraciones anteriores, cabe
destacar que el estudio del emprendimiento no está
identificado con un solo autor, según lo señala
Pierre (2005). Para Cole (1942), dicha noción se asimila
como una actividad que posibilita crear, sostener y ampliar una
empresa rentable. Mientras Gartner (1990) explica que surge del
comportamiento, conduciendo éste a la creación de
una nueva organización. Por su parte, Currant y Burrows
(1986) enfatizan que constituye fundamentalmente un proceso
innovador, excluye las imitaciones de empresas o las simples
adquisiciones, asimismo aquellas realizadas por los gerentes.
Igualmente, la Organización para la Cooperación y
el Desarrollo Económico (OCDE, 2003) completa tales
definiciones cuando afirma que: el emprendimiento es una manera
de ver las cosas y un proceso para crear y desarrollar
actividades económicas con base en el riesgo, creatividad
e innovación, al gestionar una organización nueva o
una ya existente.

Debe señalarse que el emprendimiento no puede
estar circunscrito a la empresa privada, ni tampoco a ciertos
grupos; su presencia y dinamismo varían según las
épocas y los territorios, sobre todo por su modo de
funcionar, que se diferencia de un espacio territorial a otro,
haciendo necesaria la participación de los gobiernos
locales y de la comunidad, con el propósito de construir
procesos organizados y estructurados bajo el paradigma del
desarrollo endógeno.

Dicho desarrollo endógeno obedece a la
formación de un proceso emprendedor e innovador, en el
cual el territorio no es un receptor pasivo de las estrategias de
las grandes empresas y organizaciones externas, sino que tiene
una estrategia propia que le permite incidir en la
dinámica económica local (Vázquez,
1999).

De ahí la significación de conocer las
culturas locales de emprendimiento, las tendencias a la
innovación en los agentes locales y, en especial, las
nociones que los emprendedores tienen acerca del desarrollo. Para
el autor antes citado, las cuatro fuerzas que impulsan el
desarrollo son: a) la organización flexible de la
producción; b) el cambio y adaptación de las
instituciones, c) el desarrollo del territorio, d) la
difusión de las innovaciones y el conocimiento.

Por su parte, Holcombe (1998) para referirse al
emprendimiento como el motor endógeno del crecimiento,
afirma que cuando los emprendedores aprovechan las oportunidades,
promueven nuevas situaciones para emprender, originando de esta
manera un círculo virtuoso que permite a los países
alcanzar el desarrollo.

En este orden de ideas, la economía del
conocimiento como proceso colectivo se inscribe en multiplicar y
compartir la información (saberes) que será
transformada en aprendizaje; asimismo, da forma al empresario y
al emprendimiento y explica, en parte, la necesidad de apropiarse
de la información (Pierre, 2005).

Cabe considerar que el conocimiento se manifiesta en
cómo pueden modificarse los procesos para generar nuevos
productos y fortalecer la competitividad de la empresa. De modo
que se esté en presencia de una economía cada vez
más intangible, en la cual las inversiones tradicionales,
como recursos naturales, equipos e infraestructura pasan a un
segundo plano, tomando relevancia la investigación y el
desarrollo. En tal sentido, el papel del intercambio de
conocimientos y la cooperación en investigación,
tanto pública como empresarial, ha recibido una
atención creciente en el análisis de la
innovación y el cambio tecnológico (Schartinger et
al, 2002).

Dentro de este marco, la importancia de la
investigación y desarrollo en el emprendimiento viene dada
por la generación de innovaciones, como herramienta
fundamental para el emprendedor, mediante lo cual puede explotar
el cambio como una oportunidad para la realización de un
nuevo desarrollo de producto. Además, la innovación
es el corazón del proceso emprendedor, pues su importancia
clave en la definición del empresario no ha sido medida
nunca en los trabajos de Schumpeter (Pierre, 2005).

En atención a lo expuesto, puede plantearse que
la innovación resulta del proceso de aprendizaje
interactivo, a partir del cual se suscitan las ideas provenientes
de diferentes fuentes, proceso más o menos organizado, al
reconocer que un primer cambio puede originar a otros. Por tanto,
involucra una sucesión de transformaciones, con cierto
deseo de compartir y modificar en forma colectiva la
información, a través de la intervención
directa o indirecta, que responde a la relación con el
entorno (Von Hippel, 1988).

En efecto, las comunidades establecidas en los espacios
territoriales locales demandan un mayor conocimiento a las
universidades, que fortalezca su participación en las
decisiones derivadas del proceso de desarrollo económico,
político y social del país, establecido en la
Constitución Nacional de la República Bolivariana
de Venezuela (1999), artículo 308, tal como se indica a
continuación:

El Estado protegerá y promoverá la
pequeña y mediana industria, las cooperativas, las cajas
de ahorro, así como también la empresa familiar, la
microempresa y cualquier otra forma de asociación
comunitaria para el trabajo, el ahorro y el consumo, bajo
régimen de propiedad colectiva, con el fin de fortalecer
el desarrollo económico del país,
sustentándolo en la iniciativa popular. Se
asegurará la capacitación, la asistencia
técnica y el financiamiento oportuno.

La anterior demanda se traduce en una fortaleza, en la
medida que la contribución de la universidad sea mayor en
el proceso de desarrollo económico y social de los
diferentes niveles territoriales. Ello contribuye en la
gestión del conocimiento, incubada en la formación
de empresas, manifestación que impacta en la denominada
emprendedora, la cual conjuga e integra las tradicionales
actividades de la docencia, investigación y
extensión, que agrega en esta sumatoria su
contribución a la gestión de la promoción
del progreso económico y responsabilidad social
(Etzkowitz, 1998; Goddard, 1998).

1.2. El fomento del emprendimiento universitario a
través de un modelo de universidad
emprendedora

En la actual sociedad del conocimiento, las
universidades se transforman, cada vez más y de manera
más directa, en promotoras del desarrollo
económico. Desde los ochenta se comienza a definir una
corriente de pensamiento, donde varias de ellas lo han hecho de
manera innegable y sus logros se reconocen a nivel internacional.
El caso posiblemente más acreditado es el de la
Universidad de Stanford en la promoción del Sillicon
Valley, proceso que viene desarrollándose en un
número importante de instituciones de educación
superior de distintos países, bajo una modalidad propia
que responde de una forma particular a las necesidades de su
entorno y a las tendencias de la globalización (Tarapuez,
Osorio y Parra, 2012).

Al respecto, Clark (1983), citado en Tarapuez, Osorio y
Parra (2012) define a la universidad emprendedora como aquella
vinculada con el entorno para responder en forma asertiva a las
necesidades del mercado, sin dejar de lado sus valores
académicos, ni su misión tradicional, como entidad
educativa que trabaja en función del conocimiento
(Tarapuez, Osorio y Parra, 2012).

En esta línea de pensamiento, el autor antes
mencionado inscribe su estudio sobre la cultura organizacional de
la universidad emprendedora, para entender cómo se
organiza el trabajo en el sistema académico, en qué
forma se operacionalizan los valores y principios, de qué
manera se distribuye la autoridad, cómo interactúa
el sistema de educación superior y cómo se gestiona
el proceso de transformación de los citados
sistemas.

En este sentido, es importante destacar, dada la
significación de la propuesta de universidad emprendedora,
presente en los enfoques de Tarapuez, Osorio y Parra (2012),
donde se puede inferir el modo cómo se ha llevado el
proceso de transformación de la universidad
tradicional a la considerada emprendedora en
Europa.

El trabajo realizado por los autores antes citados
señala tres aspectos fundamentales; un primer momento: el
análisis interno de la institución, describe sus
fuerzas internas, cómo se percibe la interrelación
de la cátedra, con la facultad y el departamento. En un
segundo momento: el razonamiento sistémico relata los
flujos y procesos a nivel del sistema de educación
superior, en torno a la responsabilidad social y al cambio
organizacional, los diferencia de otros sistemas; y un tercero:
donde se hace un estudio comparativo en relación con el
sistema, confrontando en diferentes países. Como
conclusión importante, dichos autores indican que uno de
los aportes supera las reflexiones superficiales basadas en los
ensayos personales de opinión y culmina cuestionando al
sistema político – ideológico universitario,
al que denominan caja negra.

En atención a lo planteado, la concepción
de la universidad emprendedora requiere de un rediseño de
su estrategia integradora, de modo que le permita cumplir con los
retos impuestos por su nuevo papel en la sociedad. Asimismo, el
fomento y difusión de la cultura emprendedora en el seno
de la universidad (talleres de valores compartidos) y en el
cumplimiento de sus funciones fundamentales: docencia,
investigación y extensión, que incluye
además la propia gestión, como función clave
de dicha estrategia para incorporar la contribución
económica y social de la organización de forma
realmente efectiva.

Por consiguiente, según los señalamientos
de Gibb (2005), dicha cultura se aprecia como el conjunto de
valores, principios, creencias y aptitudes comúnmente
compartidas en una sociedad, la cual sostiene que es deseable un
modo de vida emprendedor, apoyando continuamente la
búsqueda de un comportamiento efectivo por parte de los
individuos o grupos.

En tal sentido, Gibb (2011) define el espíritu
emprendedor en términos de los comportamientos,
habilidades y atributos necesarios para responder a los problemas
y oportunidades en el campo social más amplio,
acompañado del reconocimiento que generará formas
diferentes, fortalecerá la conducta empresarial y el
diseño organizacional en las instituciones. En este
contexto, la teoría institucional, planteada por North
(1990), establece la diferencia entre las instituciones, por las
formas de hacer las cosas, formal e informalmente y
organizaciones en las cuales se pueden materializar estas
prácticas.

Cabe destacar que el aprendizaje en espíritu
empresarial se adquiere sobre la base del cómo
hacer
y del qué necesito saber (Gibb, 2002).
En consecuencia, la mayor parte del aprendizaje surge de
desarrollar la organización y del manejo o
administración de las relaciones sobre una base del
día a día con grados contingentes de incertidumbre
y complejidad. No obstante, pocos de los modelos existentes, en
contraposición, parecen enseñar cómo
aprender a manejar los grupos de interés como
emprendedores.

Ante lo expuesto anteriormente, se propone la siguiente
interrogante: ¿Cómo se plantea una cultura
emprendedora universitaria que responda a los requerimientos de
las empresas, instituciones públicas y comunidades en
general? La universidad ha colocado como objetivo fundamental
formar profesionales y especialistas en distintas disciplinas
enmarcadas en un abanico curricular. Además, proporciona
servicios, de generación a nuevas tecnologías o
realiza programas de extensión. Las distintas actividades
responden a las demandas de investigadores, profesores,
estudiantes, empleados y obreros. Muchas de estas acciones
están inspiradas en políticas científicas,
académicas y pedagógicas, que tienen, a su vez,
principios filosóficos, políticos, religiosos o
morales como fundamento.

Generalmente, las ideas y creencias no siempre son
asumidas explícitamente por los actores, por cuanto la
dinámica orienta que la institución se organiza
académicamente, en torno a cursos y programas de estudio,
que apenas trastocan las estructuras y procedimientos formales,
constituyendo así un condicionante heterogéneo de
actividades habituales. Cada universidad posee una cultura
organizacional que no está en sintonía con la
cultura del conocimiento, en muchos casos no constituye el
principio orientador de los actores.

1.3. Hacia un modelo de universidad emprendedora en
la Universidad del Zulia (LUZ)

Hacia un modelo de universidad emprendedora orienta el
requerimiento de una legislación que soporte la propuesta,
cuyo centro de acción es el fomento a la cultura del
emprendimiento. Se toma como referencia el modelo de Ley 1014
(2006); además, la fundamentación se identifica con
el modelo propuesto por Jiménez-Sáez y
Arroyo-Vázquez (2009), titulado "Fomento del
emprendedurismo universitario a través de un modelo
integrador".

Como se puede inferir, la universidad pasa por un
proceso de transformación académico
-administrativo, con el fin de reformular la nueva
filosofía de gestión y la adopción de una
estrategia emprendedora integradora, que fortalezca la cultura de
la organización.

A este respecto, es importante destacar que LUZ
formuló su Plan de Desarrollo Estratégico (PDE), en
el cual se define como el modelo de institución de
excelencia académica con compromiso social (Consejo
Universitario, 2000):

Enmarcado en las disposiciones fundamentales
establecidas en la Ley de Universidades, el modelo permite
reconocer, que la Institución es una comunidad de alta
cultura, símbolo del conocimiento social y una
Institución altamente comprometida con la sociedad, por lo
que su construcción, implica una mayor integración
con la realidad, de manera más dinámica, más
competitiva y con mayor visión, con el fin de contribuir
al logro de un desarrollo humano sostenible (p. 18).

Aunado a lo planteado, cabe resaltar que el modelo de
universidad emprendedora propuesto, pasa por estar inmerso en la
universidad existente, donde se parte de la premisa de que como
institución con compromiso social, debe integrarse a la
orientación de la vida del país, mediante su
contribución doctrinaria en la solución de
problemas, a través de la actualización y
profundización de sus aspectos fundamentales.

Por consiguiente, la universidad cumple con los
siguientes objetivos: a) garantizar el principio de acceso
universal, asegurando una educación competitiva,
pertinente y efectiva; b) ratificar el carácter
democrático de la institución, facilitando la
permanencia de los estudiantes de escasos recursos
económicos y demostrada capacidad y aptitudes
académicas; c) promover el logro de objetivos que tengan
relación con la realización plena de la
condición humana; d) formar profesionales preparados
integralmente, dar respuestas a las demandas de la sociedad,
contribuir a resolver los problemas de la región y el
país, fomentando el desarrollo sustentable hacia el
bienestar social de sus habitantes y e) formar profesionales
emprendedores que permitan desarrollar nuevas fuentes de trabajo
para la región y el país (Consejo Universitario,
2000).

En atención a lo antes referido, el trabajo de
modelo de universidad propuesto, no está en
contradicción con lo que plantea el PDE (2000); asimismo,
se complementa con lo señalado en el documento al observar
que se identifica básicamente con el fortalecimiento como
institución pública, en su permanente necesidad de
actualización y capacidad para plantear, desde sus
funciones académicas, alternativas de solución a
las demandas sociales.

2. Modelo de
universidad emprendedora propuesto

La concepción de universidad emprendedora es
ampliamente reconocida y se constituye en un desafío para
las instituciones de educación superior venezolanas, en
oposición al concepto clásico y su
contribución social. De acuerdo con su nuevo rol, se tiene
la creencia divulgada de que cuanto mayor es el número de
Empresas de Base Tecnológica (EBT) o Empresas Basadas en
el Conocimiento (EBC), que una universidad es capaz de crear,
tanto más emprendedora se considerará. A este
respecto, se concuerda con los planteamientos de Clark (2004),
cuando afirma que el emprendimiento no debería ser
percibido como un sinónimo de
comercialización.

En tal sentido, la Universidad del Zulia enmarca la
función de promover la transferencia del conocimiento a la
sociedad, a través del Consejo de Fomento, quien se ocupa
de los procesos que pueden garantizar al investigador la
protección de su labor creadora y la
comercialización de las tecnologías hacia el sector
productivo. Para ello, define tres unidades administrativas:
Unidad de Fomento para la Producción y Rentabilidad,
Unidad de Comercialización de Tecnología y Unidad
de Propiedad Intelectual.

Así pues, desde el Consejo de Fomento se propuso
revisar su reglamento, aprobado en fecha del 21 de junio de 1995;
asimismo, se adelantaron las acciones conducentes a la
reestructuración organizativa, partiendo de la
redefinición de la filosofía de gestión y
nueva estructura. Igualmente, se formula el Plan
Estratégico 2008-2013, incorporando la propuesta de
universidad emprendedora, en la cual se definen nuevas
actividades que van en la búsqueda de alcanzar relaciones
intra y extra universitarias, se plantea: a) transformar la
universidad desde el emprendimiento y el desarrollo sustentable;
b) generar un espacio para la discusión sobre el
emprendimiento, rentabilidad y desarrollo sustentable; c)
promover la participación de la comunidad universitaria,
conjuntamente con los diferentes actores de la sociedad; d)
sensibilizar sobre la propuesta de universidad emprendedora; e)
informar sobre la importancia y pertinencia de la Propiedad
Intelectual en LUZ, en las diferentes actividades y quehacer
académico de la Institución.

La propuesta de universidad emprendedora que se adelanta
desde el Consejo de Fomento de la Universidad del Zulia, se
materializa en cuatro áreas claves: a) fomento a la
cultura del emprendimiento y valores compartidos; b) apoyo al
emprendedor productivo y social; c) apoyo a la formación
del emprendedor para la creación de empresas
(construcción de idea de negocio, pre-incubación e
incubación) y d) asesoría al crecimiento de
empresas, a través de la Red de Emprendimiento del estado
Zulia, tal como se aprecia en la Figura 1: Modelo de Universidad
Emprendedora.

Figura 1

Modelo de universidad
emprendedora

Monografias.com

Fuente: Ávila (2013)

El modelo de universidad emprendedora se inscribe en la
premisa a partir de la participación activa de los
miembros de la comunidad, para impulsar el desarrollo
económico territorial en todos sus niveles y
responsabilidad social, desde los departamentos, centros e
institutos de investigación en conjunción con las
empresas, instituciones gubernamentales y comunidades, mediante
la definición conjunta de líneas, programas y
proyectos de investigación, que tienen como
propósito la producción de conocimiento
transferible para la generación de ciencia y
tecnología, formación de recursos humanos
necesarios para la promoción de la gestión del
desarrollo económico sustentable.

Desde el Consejo de Fomento se avanza en el modelo de
universidad emprendedora, como proceso de definición y
planeación de un colectivo; en interacción con la
empresa-gobierno- comunidad organizada, en un ambiente de
reflexión y diálogo sobre las condiciones del
contexto y los proyectos de vida de los actores que hacen vida en
la comunidad universitaria (profesores, empleados, obreros y
estudiantes), desde los Consejos de Facultad, conjuntamente con
el Directorio del Consejo de Fomento, así como con el
sector empresarial: Federación de Cámaras y
Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela
(Fedecámaras), Cámara de Industriales (CIZ),
Fundación Industria y Educación
(Fundei-Zulia).

El contenido del Modelo de Universidad Emprendedora se
presenta como una herramienta que facilita identificar claramente
los mecanismos para su implementación, de forma que
éste satisfaga las necesidades del modelo, desde los
docentes, investigadores y estudiantes, como de los
emprendedores, empresas y comunidades organizadas.

En este orden de ideas, Dalmau, Alonso y Colomer (2003)
consideran que el proceso de Fomento del Emprendimiento
Universitario y Apoyo al Desarrollo de las Empresas (FEyADE), se
concibe como un proceso único en el que se deben
desarrollar diversas actividades relacionadas entre sí con
el objetivo de promover la creación de nuevas empresas,
por parte de estudiantes, egresados y personal.

El modelo al cual hace referencia FEyADE consta de cinco
fases: a) sensibilización; b) construcción de la
oportunidad de negocio; c) preincubación; d)
incubación y e) explotación. Desde el inicio, se
promueve el proceso de sensibilización, previo a la
identificación de la oportunidad de negocio; considerando,
además, las fases de reconocimiento, desarrollo y
explotación de la oportunidad (Jiménez-Sáez
y Arroyo-Vázquez, 2009).

En atención a la propuesta de Modelo de
Universidad Emprendedora, se destaca la estrategia de
revalorización de talento humano de la Universidad del
Zulia, a través del Plan de Desarrollo Estratégico
(2008-2013). El Programa Direccional se basa en garantizar la
vinculación efectiva de la universidad con el sector
externo, a partir de la interrelación
investigación, docencia y extensión, mediante la
búsqueda de innovaciones que le permita establecer el
vínculo de corresponsabilidad
universidad-sociedad-gobierno.

Para efectos de la implementación, se definen
seis proyectos operativos: a) fomentar la cultura de la
comercialización de la tecnología hacia los
sectores internos y externos que lo requieran, b) sistematizar el
proceso de gestión tecnológica, c) desarrollar la
comercialización de tecnologías, d) desarrollar
competencias de gestor estratégico de tecnología en
las Facultades y Núcleos, e) negociación de
productos y servicios de propiedad intelectual y f)
asesoría en propiedad intelectual.

A los fines de instrumentar el Plan Operativo Anual, se
acompañan las acciones operativas: a) revalorizar la
capacidad tecnológica del talento humano; b) crear un
sistema de información y vigilancia tecnológica de
patentes; c) gestionar estrategias de la comercialización
de la Tecnología; d) activar redes de emprendimiento para
el desarrollo endógeno; e) informe sobre políticas
rentales; f) reunión mensual con las empresas rentales; g)
establecimiento de indicadores de gestión y h) promocionar
y divulgar la capacidad tecnológica interna y externa de
los productos y servicios, propiedad intelectual.

En el presente trabajo de investigación se
presenta un modelo para el FEyADE que contempla un amplio proceso
basado en el fomento del emprendimiento, apoyo al emprendedor
así como en la creación de empresas, atendiendo a
lo señalado por Jiménez-Sáez y
Arroyo-Vázquez (2009). El fomento y difusión de la
cultura emprendedora en el seno de la universidad a todos los
niveles de la misma (enseñanza, investigación e
incluso la propia gestión), se muestra como una pieza
clave de dicha estrategia para favorecer la contribución
económica y social de la institución de forma
realmente efectiva. Viene a constituir evidencia del proceso de
transformación impulsado desde el Consejo de Fomento de
LUZ, como lo apunta Clark (1998, 2004). La transformación
de la universidad tradicional hacia una emprendedora ha sido
estudiada por el citado autor, tanto en instituciones europeas
como del resto del mundo, lo cual permite inferir como se ha
venido impulsando el proceso de cambio hacia el
emprendimiento.

La estrategia de trasformar la universidad desde el
emprendimiento, valores compartidos en la relación
universidad-empresa-sociedad-gobierno, se manifiesta en su
operatividad anual, se instrumenta y evalúa cada
año con la realización del evento denominado
Jornada, cuyo objetivo parte del proceso de
sensibilización a lo interno y externo de LUZ, promoviendo
foros, llamados a ponencias y produciendo la edición de la
Memoria, como parte de los resultados. Rasmussen y Borch (2006)
lo presentan como desarrollo de capacidades dinámicas, que
da lugar al equilibrio entre pasado, presente y futuro, la
integración de recursos, así como la
creación de nuevas prácticas de
conocimiento.

Un enfoque alternativo es el modelo de
Emprendimiento en Red, el cual destaca el desarrollo de
sus actividades en este campo, a través de cuatro
actividades: a) investigación, b) enseñanza
(docencia), c) apoyo al desarrollo de empresas y formación
y d) consultoría (Nikos, 2004).

Por su parte, Jiménez-Sáez y
Arroyo-Vázquez (2009) observan que el mencionado modelo
ofrece una visión más amplia, por cuanto consideran
tres fases: a) reconocimiento de la oportunidad, b) desarrollo de
la oportunidad y c) creación de valor. En esta
última, se toma en cuenta la creación de Empresas
de Base Tecnológica (EBT) o Empresas Basadas en el
Conocimiento (EBC).

En esta línea de conocimiento, se ha analizado el
Modelo de Universidad Emprendedora, desde el Consejo de Fomento
de la Universidad del Zulia, considerando el enfoque de Nikos
(2004) y el presentado por Jiménez-Sáez y
Arroyo-Vázquez (2009) para el desarrollo del proceso de
FEyADE, cuya orientación toma en cuenta las diferentes
actividades y agentes implicados en el mismo. Cabe destacar que
LUZ, en el nuevo plan curricular de las diferentes carreras,
incluye el emprendimiento como eje transversal, sobresale la
Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, con la
competencia básica del emprendimiento en la carrera de la
Licenciatura de Administración, Departamento de Ciencias
Administrativas, en la cual hay dos asignaturas identificadas con
la formulación y la administración de
proyectos.

Por consiguiente, desde el Consejo de Fomento se impulsa
el emprendimiento desde la ética, modelando valores
compartidos, donde el comportamiento se adopta desde las
diferentes actividades realizadas, que prospectan el desarrollo
de proyectos que se concretan por el espíritu
dinámico del facilitador (docente o gestor). Como
señala Drucker (1985), el emprendimiento se manifiesta en
el comportamiento y no en las características personales,
por lo tanto, puede ser adquirido en determinadas circunstancias.
Bajo este precepto, Hornsby, Kuratko y Zahra (2002) establecen
que si los facilitadores perciben recompensa acorde a sus
actividades, muy probablemente presentarán
satisfacción y comportamiento emprendedor para reconocer
oportunidades en el futuro.

3. Resultados y
análisis del Programa de Emprendimiento y la Cultura
Emprendedora en la Universidad del Zulia

En el Programa de Emprendimiento se fortalecen
áreas estratégicas. Burgelman (1983)
denominó a los Internal Corporate Venturing
(ICV), como los nuevos proyectos formados a través de la
participación de facilitadores o promotores llamados
impulsores de proyectos por interacciones individuales en
diferentes niveles de la organización, con el apoyo de la
alta gerencia y el departamento de investigación y
desarrollo (Instituto de Investigación).

3.1. Programa de Emprendimiento

Este proyecto se fundamenta en la estrategia:
Revalorización del Talento Humano de la Universidad del
Zulia, para mejorar su capacidad tecnológica, con la
interrelación permanente de las facultades y
núcleos, aspirando a caminar de la mano con las
fundaciones y empresas rentales, haciendo nuestro el slogan de
sembrar valores, para emprender la conquista de
acuerdos a lo interno y externo, con alianzas estratégicas
que definan un camino de superación con las universidades
del país, aunando esfuerzos para conquistar una mejora
continua en el apalancamiento financiero.

Todo ello se une al Programa de Emprendimiento, cuya
meta es lograr el entramado de emprendimiento y gestión
tecnológica, direccionando programas y proyectos de la
mano con las facultades y núcleos para ponerlos al
servicio del desarrollo de nuestro Estado, convencido de ser
servidores públicos para apoyar la gestión de la
Universidad, venciendo los obstáculos con voluntad y
trabajo, mística y vocación, para permitirle
mejores condiciones a nuestra institución y en
consecuencia mejorar la relación de trabajo.

3.2. Talleres sobre valores, emprendimiento y
liderazgo transformador

Fundamentalmente, los proyectos formulados en la
gestión 2008-2013 del Consejo de Fomento, y su proceso de
ejecución, responden al fortalecimiento del talento humano
de LUZ, cuyo objetivo es afianzar las capacidades de
gestión de las Facultades y Núcleos, así
como otras dependencias con el entorno y, en el largo plazo, para
consolidarse como una organización orientada al desarrollo
de la gestión estratégica.

En el Consejo de Fomento (período 2008-2013), los
días miércoles se impartieron talleres en Servicio
Integral de Atención al Microempresario (SIACE),
fundación dependiente de la Alcaldía de Maracaibo,
con el propósito de sensibilizar a los microempresarios
formalizados como empresa, y con ello presentar la oferta de LUZ
en las diferentes áreas de conocimiento, con especial
atención a la filosofía del mencionado
Consejo.

En la empresa Americana de Televisión ATEL se
dictó una conferencia al nivel gerencial, donde se
acordó un ciclo de conferencias para todo su personal,
concretándose dos talleres en el mes de mayo de 2012.
Asimismo, se realizó la visita al Colegio de
Médicos y nuevamente al Colegio de Abogados del estado
Zulia para motivar las opciones de emprendimiento y liderazgo
transformador e, igualmente, promover la realización del
Diplomado de Emprendimiento e Innovación Empresarial desde
el Consejo de Fomento y derivar en las opciones que ofrece la
alianza en la Red de Emprendimiento, la cual satisfizo sus
expectativas.

Partes: 1, 2

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