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Hablemos de la pureza y del amor (Rebeca Reynaud)




Enviado por Marta Morales



Partes: 1, 2, 3, 4

  1. Tu imagen exterior
  2. La flecha y el espejo
  3. Nuestra imagen del amor
  4. Sentido de la sexualidad
  5. ¿Sexo por curiosidad?
  6. Los Novios deben reflexionar
  7. Dudas sobre la pareja adecuada
  8. Hablemos del amor
  9. Derecho al placer
  10. La verdadera Revolución Sexual
  11. Las mujeres y las manzanas
  12. Relaciones sexuales tempranas
  13. El amor libre
  14. Amor y libertad
  15. ¿Estás lista para amar?
  16. Cinco razones para vivir la pureza
  17. El ligue en las fiestas tiene reglas
  18. Actividad sexual y trastornos psicológicos
  19. Límites del condón
  20. ¿Cómo sobrevivir a la ruptura de un noviazgo?
  21. Jóvenes de vida limpia: Entrevista a una joven universitaria

Me disponía a dar una clase a unas chicas de 14 y 15 años y les pregunté qué tema les interesaba:

-¡Háblanos del amor!-, exclamó una.

-Y del noviazgo-, dijo otra.

-Y ¿por qué no debo ver escenas de desnudo?-, preguntó la más pequeña.

A lo que contesté brevemente:

-Porque te deforman el sentido del amor y eso te haría infeliz.

Lo más importante de la vida es el amor. Es un tema candente, espinoso, misterioso. Deseamos amar y ser amados, pero a veces nos podemos dejar engañar. Es fácil confundir el amor con la pasión y, un error en este campo, te puede hacer desgraciada para toda la vida. Pero nada está perdido; el ser humano tiene una gran capacidad de rehacerse y de recomponerse.

En el enamoramiento hay un proceso. La chica ve al muchacho atractivo y esa visión le provoca asombro. Si más adelante hablan, esa conversación ocupa todos sus pensamientos; va a la escuela y no atiende a la maestra por pensar en él; tiene el rostro del chico en su mente. Llega a casa y se siente rara, se acuesta vestida, con la luz apagada. Cena poco; escribe:"estoy enamorada". Conversa con sus compañeras. Reflexiona muchas horas sobre el muchacho: piensa que él no tiene defectos, que comprende a la mujer. ¿Eso es amor? No. Es el comienzo del amor.

La trama que se forma en esta etapa ilumina a las demás etapas. Aquí no entra la razón sino la imaginación. Lo que ella desea es estar con él. El afán de querer todo ya y ahora provoca ansiedad. Quien se da es una persona, no es cosa, y la persona tiene un valor infinito.

La apropiación posesiva sucede cuando uno de los novios trata al otro como una "cosa" que le pertenece. Cierto que hay un compromiso de exclusividad en el amor, pero la persona amada no es una "cosa". El compromiso es libre y los dos deben respetar el ámbito de autonomía y libertad personal natural de cada uno.

La mujer quiere complacer al hombre que admira, pero esa complacencia tiene un límite. Si ella le entrega su cuerpo, él aprovecha y luego termina diciendo: "Esto es basura; esta mujer no me eleva, me rebaja". Hay varones que engañan a las mujeres, que no saben dar sólo recibir. Y buscan solamente el placer momentáneo para luego "desechar" a la mujer.

El hombre exige pudor en la mujer, porque le agrada la virtud, quiere que su novia vista decentemente para que no atraiga la mirada de otros; y a la vez, le exige impudor y pasión para satisfacer sus deseos, y la invita a las peores complicidades. Le impone rígidamente unas normas que a renglón seguido le invita a quebrantar.

El hombre desea ser admirado por la mujer, pero predomina en él la tendencia a dejarse atraer por la mujer; predomina lo sexual sobre lo sentimental. Si el muchacho no llega a dominarse, creerá que el amor consiste sólo en unos momentos de satisfacción. Se sentirá un gran enamorado porque se prenda de la última belleza que ve, cuando en realidad está siendo esclavo de una sensualidad superficial.

Para sacar adelante un noviazgo o un matrimonio, se requiere amor, abnegación, sacrificio, doblegar la vanidad. Cuando el orgullo se impone nace la tristeza, y es entonces cuando pesa la fidelidad. Hay excusas típicas de la infidelidad como "fue una ilusión", "no sabía lo que hacía", "en aquel entonces no era libre"… Por eso no hay que precipitarse ni en el noviazgo ni en el matrimonio. Hay que pensar las cosas, y antes, alcanzar la madurez humana que dan las virtudes.

Un muchacho comentaba: "Tengo serios problemas para encontrar a la que va a ser mi esposa, pues la mujer actual está desquiciada, no tiene norte, y los varones buscamos la fortaleza y el equilibrio en la mujer". Hoy más que nunca podemos decir a la mujer lo que decía un sabio: -Si te tomas la vida a juego, la vida jugará contigo.

¿Cómo vivir el amor en la adolescencia?

Una amiga que vive en Estados Unidos me dijo algo que me hizo pensar:

Lo que a ustedes los latinoamericanos los salva el hecho de que aún hay romanticismo en sus jóvenes. Acá se acabó hace años.

La palabra "amor" está tan deslucida que casi da miedo nombrarla. El amor es ocuparse del otro y preocuparse por el otro. Ya no se busca a sí mismo sino que ansía más bien el bien del amado: se convierte en renuncia, está dispuesto al sacrificio, más aún, lo busca.

El amor implica exclusividad —sólo esta persona— y lleva la nota del "para siempre". El amor tiende a la eternidad, a dar ya recibir: a ser amor eterno.

El amor es salir del "yo", del egoísmo. Hay amores falsos que tienden al provecho personal, hay amores brutalmente posesivos; pero el verdadero amor es benevolente aunque no deja de tener su toque de posesivo.

Benedicto XVI escribió recientemente: "Si en mi vida falta completamente el contacto con Dios, podré ver siempre en mi prójimo solamente a otro, sin conseguir reconocer en él la imagen divina" (Deus caritas est, n. 18).

Quien no lucha por vivir la pureza no puede amar, es incapaz de entregarse a Dios y a los demás: es un egoísta. La pureza, la fe y el amor no son fibras independientes. Existe un vínculo entre la pureza del corazón, del cuerpo y de la fe (cfr. CEC n. 2518). Dios no nos llamó a la impureza sino a la santidad" (1 Tes 4,7).

La fe es el criterio que define nuestro estilo de vida. "Los que viven según la carne sienten las cosas de la carne, en cambio los que viven según el Espíritu sienten las cosas del Espíritu" (Rom 8,5).

La pureza de corazón determina la profundidad de las demás virtudes de la persona. Si la persona joven se deja involucrar en relaciones sexuales, fácilmente caerá en nuevas relaciones y de este modo las consecuencias destructivas se multiplican si no sabe decir que no. La huella emocional que dejan las relaciones sexuales prematuras no se puede medir fácilmente, y este impacto puede ser mayor que el físico, según los expertos. Sin un nivel de madurez suficiente, los jóvenes se encuentran perdidos en el mar de la sexualidad, al ser usados para el placer o al usar el sexo para obtener gratificaciones de algo o de alguien. El resultado lógico es la pérdida de autoestima y una dolorosa desilusión. A menudo el alcohol y las drogas vienen a empeorar el problema afectivo, y crean un contexto en el que las relaciones sexuales rebajan a la persona.

El concepto de abstinencia sexual hasta el matrimonio no se desarrolla en el vacío, sino que los jóvenes deben de comprender que sus acciones tienen consecuencias. No les debe de extrañar que las relaciones sexuales sean fecundas, cuando todo el planeta está diseñado para dar la vida. Valorar la abstención sexual significa valorar el sexo, que es una maravilla, y valorarse a sí mismos, de modo que se guarda ese tesoro para la persona amada, en el tiempo y en el lugar oportuno; dentro del matrimonio.

¿Qué es la virginidad secundaria? La virginidad secundaria es la decisión de abstenerse de la actividad sexual, empezando hoy y continuando hasta el día del matrimonio; es una oportunidad para empezar de nuevo. La virginidad física puede haberse perdido, pero la virginidad es más que un simple estado físico; es una actitud, una manera de pensar. Se manifiesta en la manera como tú te ves a ti mismo/a y a los demás. La virginidad secundaria es un tiempo para cambiar los malos hábitos por los buenos y para cicatrizar heridas pasadas. Te permite purificarte y renovarte antes del matrimonio.

Necesito el amor verdadero

El ser humano no puede vivir sin amor. La vida no tiene sentido sin el amor, pero el amor verdadero, capaz de sacrificios, capaz de vivir la pureza por el bien del otro y por el bien propio.

El Papa Benedicto XVI dice que "cada uno de nosotros es el fruto de un pensamiento de Dios. Cada uno de nosotros es querido, cada uno es amado, cada uno es necesario" (24-IV-2005). La fe es el criterio que define nuestro estilo de vida.

El ser humano no vive para el placer del instante sino que tiende a la felicidad eterna. Para lograr esa meta no hay que dejarse dominar por el instinto. Hace falta también la renuncia para sanear el amor para que alcance su verdadera grandeza.

Todos estamos llamados a vivir una vida limpia, a luchar contra los deseos desordenados, seamos solteros o casados. Los solteros, practicando la continencia sexual. Son pecados gravemente contrarios a la castidad: la masturbación, la pornografía, los actos homosexuales y las relaciones sexuales fuera del matrimonio. Si se cometen contra menores, estos actos son un atentado aún más grave.

La sexualidad humana merece mucho respeto porque transmite la vida humana. El novio que ama a su novia la respeta, sabe esperar, no pide "pruebas de amor" cuando él no puede ofrecer un matrimonio estable.

Hay personas que tienen relaciones sexuales fuera del matrimonio por debilidad o por maldad, porque buscan sólo su placer –no el bien del otro- y no domina sus pasiones. Hay gente que no es buena, no es honesta, y coincide que es la gente que no vive la castidad, que es impura. El libertinaje contribuye al eclipse del valor de la vida humana.

El sexo no es un pecado dentro del compromiso matrimonial; el sexo es un don que se ha de guardar para el matrimonio. Fuera del matrimonio la actividad sexual es pecado, ofensa al Creador. El pecado nos separa de Dios y nos destruye.

La libertad es el poder dado por Dios al hombre para hacer esto o aquello. Cuanto más se hace el bien, más libre se va haciendo también la persona. Podemos elegir entre el bien y el mal, pero si elegimos el mal nos hacemos esclavos del vicio.

San Alfonso María de Ligorio dice que en el infierno, el 99% de los condenados están allí por faltas de castidad. Invirtiendo la frase se puede afirmar que siendo puros, existe un 99% de probabilidades de ir al Cielo.

Tu imagen exterior

¿Qué es lo primero que captamos de una persona cuando la acabamos de conocer?… Alguno dirá "su mirada"; otro, "su modo de vestir"; otro más: "su corporeidad". La respuesta quizás más acertada sería su expresión.

La actitud más primitiva es la que se refiere a la capa externa de la persona, a su cuerpo, pero no por ello pierde importancia. La segunda capa está constituida por el carácter de esa individualidad; hay más profundidad en ello, pero todavía no se llega al meollo de la persona. El amor es la orientación directa hacia la persona espiritual del ser amado, en cuanto algo único e irrepetible. Aquí la persona es el centro de las otras dos capas; pero ya no se fija tanto en lo que la persona tiene, de buena imagen o buen carácter, sino en lo que aquella persona es.

Los sociólogos dicen que en las grandes ciudades las personas apenas tienen algo en común. Nadie se exterioriza. Todos protegen su intimidad. Cuando una persona se exterioriza, en el lugar y en el tiempo debidos, empieza a enriquecerse. Un modo de exteriorizarse es mirar; otro, sonreír. Sonreírle a otra persona equivale a decir "me caes bien", "te acepto como persona".

Los medios y la publicidad ponen un tremendo énfasis en el valor de la persona considerando sólo su aspecto físico. Esto da como resultado un concepto equivocado del propio poder de atracción, ocasionando con esto que muchas mujeres desarrollen ideas irreales y erróneas respecto a su valor.

Enemiga del amor es la pornografía porque promueve la promiscuidad sexual, la infidelidad matrimonial, las desviaciones sexuales, la violencia, y, por tanto, la infelicidad y la culpa. Estudios sociales prueban que la pornografía es progresiva; es decir, la persona quiere cada vez más y cosas más fuertes. Entonces, se puede transformar en adicción; además, el material pornográfico influye para que el lector o televidente empiece a ver al ser humano como objeto de placer, en vez de verlo como persona.

Hace más daño la pornografía que una herida en el cuerpo. Con la pornografía se pierde la ternura masculina –que es lo que la mujer más gusta-; la afectividad se erosiona, pierde su rostro humano. Pero aún es hacer bromas del sexo. Estamos viviendo una época pornográfica sin precedentes.

La flecha y el espejo

Las palabras y las imágenes no pueden más que aproximarse a este misterio de ser persona. El símbolo que se usa en medicina para designar el sexo masculino es un círculo con una flecha dirigida hacia la derecha, signo que en la antigüedad designaba al planeta Marte. Se compara al hombre con una flecha: su interés se dirige más hacia el exterior. El símbolo de la mujer es un espejo con una empuñadura en forma de cruz, signo que corresponde al planeta Venus. Nos gusta comparar a la mujer con un espejo porque la mujer ama y refleja el amor que recibe y la dicha de ser mujer.

La mujer tiene una sexualidad secundaria; el varón tiene una sexualidad súbita (es más vulnerable). A veces dice la mujer:

—"Me voy fuera unos meses, mi marido se porta bien y es bueno, así que no pasa nada".

—"Por eso, porque es muy bueno, te lo pueden bajar"-, le podemos decir.

La mujer tiene un alma concéntrica, y quiere encontrar apoyo en el varón. Para una mujer el amor lo es todo. Para el varón el amor es un capítulo, aunque hay sus excepciones.

Hombre y mujer somos diferentes, y ¡viva la diferencia!, dicen los franceses. Ovidio dice que la mujer va al teatro –no para ver-sino para que la vean. A casi todos nos importa la imagen exterior y se nos olvida que hay también una interioridad que cultivar.

Intimidad y sinceridad

Las personas, antes de revelar lo que son, presentan una imagen de como quieren ser conocidos; pero lo que realmente son está en su intimidad. La intimidad es lo que nos hace reconocernos a nosotros mismos, e ir adelante, es lo que nos hace ser como somos y lo que nos potencia. Nos realizamos desde dentro. Esto permite que construyamos un mundo humano.

Si las palabras o los gestos no son verdaderos, se abre paso al engaño, a la mentira y a la manipulación. La primera condición para comunicarse es la veracidad. Al ser veraces, los problemas se resolverán siempre.

Gracias a la palabra uno puede comunicar su intimidad a otro. Sólo desde la sinceridad podemos conocernos y darnos a conocer tal y como somos. Por eso Píndaro decía: "Sé quien eres". Hay quienes se observan a sí mismas, no para ser mejores, sino para ver cómo pueden impresionar más o como lograr la manipulación, o como "venderse" mejor.

Los jóvenes que se pintan el pelo de colores estridentes, reflejan que no están de acuerdo con lo que son, que no se aceptan, que no les gusta su ser corpóreo-espiritual. Habría que recordarles aquello de que "quien quiere ser otro, quiere dejar de ser".

Una chica fue a una fiesta vestida decentemente, donde las demás iban con falda corta y ropa entallada. Una compañera le preguntó: -"¿Por qué te vestiste así?".

A lo que ella contestó:

-"Porque me gusta que me miren a la cara, no al cuerpo. Quiero que me amen a mí, no a mi cuerpo".

Hay mujeres a las que les importa lo que representan, no el sujeto que ellas son. No les importa lo que la persona es sino lo que muestra: su cuerpo; entonces no se le ama por sí misma sino por lo que regala: su intimidad. A veces, cada uno, en vez de comportarnos, damos el espectáculo, como cuando el adolescente se emborracha o la chica "se viste desvistiéndose". Y cuando la intimidad se vuelve espectáculo en cierto modo deja de serlo.

A veces se confunde la intimidad con la imagen y pensamos que lo importante es lo exterior; entonces se arreglan exteriormente para la fiesta pero no piensan en los temas de los que se va a conversar para conocer más al otro, para saber si vale la pena.

El problema es que, cuando no sabemos lo que valemos, usamos el tiempo en la construcción de espacios materiales, perdiendo el tiempo para lo que realmente importa, que es el desarrollo de nosotros mismos por dentro, a través de la cultura, del servicio a los demás y la oración.

Hay personas que con su sola presencia siembran alegría y paz porque con su propio ser y su elegancia interior contribuye al bienestar y al bien-ser de los demás.

Los psicólogos dicen que el 95% de los casos que atienden padecen de culpa. A base de acallar la conciencia se puede romper el sentido del límite, cuando es el límite lo que nos caracteriza. El ser humano no puedes ser feliz cuando actúa en contra de su conciencia, en cambio, es feliz cuando se libera del pecado. Recuperar el sentido del límite quiere decir que hay que verse libre de crímenes. Cuando uno comienza a no ser culpable, comienza a alzar los ojos a la libertad, y esto no es más que el inicio de la libertad.

Nuestra imagen del amor

Haremos un breve bosquejo de lo que Octavio Paz, Premio Novel de Literatura, considera los cinco elementos constitutivos de nuestra imagen del amor. Explica que ninguno de los elementos primordiales tiene vida autónoma; cada uno está en relación con los otros, cada uno los determina y es determinado por ellos. La primera nota característica del amor es la exclusividad. "La exclusividad requiere la reciprocidad, el acuerdo del otro, su voluntad. Así pues, el amor único colinda con otro de los elementos constitutivos: la libertad"[1]. La exigencia de la exclusividad es un misterio: ¿por qué amamos a esa persona y no a otra? Nadie ha podido esclarecer ese enigma, salvo con otros enigmas, como el mito de los andróginos de El Banquete. El verdadero amor consiste en la transformación del apetito de poseer en entrega.

El segundo elemento es de naturaleza polémica: el obstáculo y la transgresión. Por eso se compara el amor con la guerra. "Todas las parejas, lo mismo las de los poemas y novelas que las del teatro y del cine, se enfrentan a esta o aquella prohibición y todas, con suerte desigual, a menudo trágica, la violan"[2].

El obstáculo y la transgresión están íntimamente asociados a otro elemento también doble: el dominio y la sumisión. Esos cuatro elementos son variantes de una contradicción más vasta que los engloba: fatalidad y libertad. El amor ha sido y es la gran subversión de Occidente. El afán de todos los enamorados ha sido siempre la búsqueda de reconocimiento. La hermosura juega un papel secundario en la atracción. Sin embargo, el amor no es deseo de hermosura; es ansia de "completud", dice Paz. La idea de que el amor es un hechizo, una atracción fatal, es una idea viva todavía. Esa creencia coexiste con la opuesta: con la idea de que el amor nace de una decisión libre. Es decir, esa fatalidad es asumida libremente. Al enamorarnos elegimos nuestra fatalidad. Trátese del amor a Dios o del amor a Isolda: allí misterio y predestinación se entrelazan.

La quinta nota distintiva del amor es la unión indisoluble de dos contrarios, el cuerpo y el alma. El amor ha ennoblecido al cuerpo. Pero el amor exige como condición previa la noción de persona. Si se mina la noción de persona, se mina al amor y se envilece a la sociedad.

Esta descripción de los cinco rasgos constitutivos de nuestra imagen del amor, pueden reducirse a tres: la exclusividad, que es amor a una sola persona; la atracción, que es fatalidad libremente asumida; la persona, que es alma y cuerpo. "La libertad escoge la servidumbre, la fatalidad se transforma en elección voluntaria, el alma es cuerpo y el cuerpo es alma. Amamos a un ser mortal como si fuese inmortal… En el amor todo es dos y todo tiende a ser uno"[3].

Hoy Hollywood dicta el concepto del amor a muchos jóvenes, de allí la importancia de llevarlos a descubrir nuestras raíces -de leer sobre el concepto medieval y renacentista del amor- y de encontrar el verdadero amor.

La aceptación de uno mismo

Negar que la verdad existe es negar la mayor parte de la grandeza del hombre. Suprimirla es suprimir la inspiración,, el arte, e incluso el ejercicio de la libertad. El ser humano no puede vivir sin la verdad, está hecho para conocer la verdad. Nos interesa conocer la verdad de la vida, del amor y de sí mismo.

No es extraño que un mundo relativista sea un mundo triste.

La aceptación de sí mismo es un deber tanto para el hombre como para la mujer. Deber difícil porque esta aceptación no nace con nosotros. Tenemos que aprenderla. Si yo no me acepto, no puedo aceptar a otros. Si yo no me amo, no puedo amar a otro. La aceptación de sí mismo es necesario para cada ser humano. Si vivo en conflicto con mi cuerpo, vivo en conflicto con Quien me ha creado, como le sucede a los que plantean la perspectiva de género.

Para amar a los demás, el ser humano debe de empezar por amarse a sí mismo. La medida del amor al otro ha de ser la del amor a sí mismo.

Las mujeres no se liberan por el camino de esforzarse en ser como los hombres. La llamada a la liberación es mucho más que eso. Requiere que las mujeres se acepten a sí mismas en su originalidad. El hyombre no es superior a la mujer, simplemente son diferentes, para complementarse.

Enamorarse es fácil, pero ser constante y lograr el crecimiento del amor, no lo es. Y esto lo podemos constatar en muchos casos. El amor desea el bien del otro, quiere que sea mejor; pero ¡cuánto cuesta aceptar los defectos ajenos! Amamos realmente cuando aceptamos al otro tal y como es, con sus defectos y con sus cualidades, pero con la esperanza de que luche y supere sus defectos.

El amor auténtico es exclusivo y tiene un matiz de absoluto. El amor verdadero implica tratar a la otra persona de modo excepcional, amable y cordial. El amor inteligente está formado de tres elementos básicos: corazón, cabeza y espiritualidad. Cuando se elige pareja, hay que apostar por los valores interiores. Si no, tarde o temprano ese romance termina por aburrir.

La felicidad está construida a base de amor, trabajo y cultura, sin que por eso pierda su aspecto trascendental. Al contrario, de algún modo, el amor, el trabajo y la cultura trascienden cuando se les da su sentido y se les ubica en un proyecto donde cabe lo espiritual.

El amor es como el fuego, que hay que avivarlo cada día, de otro modo se apaga. Hay que nutrirlo de cosas pequeñas, de detalles cotidianos que hacen la vida agradable y llevadera tanto al cónyuge como a los hijos, si los hay.

En nuestros días se le da tal lugar a la belleza física, que con frecuencia se olvida la importancia del buen carácter y de los valores de la persona. Si se acaba la hermosura y la atracción, ¿se acaba el amor?… ¿Fue amor verdadero el que no supo superar el paso de los años?

Cuando se ama verdaderamente, se ama con todo el ser y a través del tiempo.

Sentido de la sexualidad

Hay personas que están en condición lúcida; sin embargo, otras, están en una situación descompuesta: no saben quiénes son, de dónde vienen ni a dónde van.

Las cosas y, entre ellas la sexualidad, tienen la capacidad de ser interpretadas desde diversos puntos de vista. Lo importante es encontrar su significado original. La sexualidad es un océano, es un tema largo y complejo que afecta a nuestro modo de ser más profundo.

¿Para qué debo entender el significado de la sexualidad:

  • Para prevenir posibles daños..

  • Para desconcertarse menos

  • para luchar de una manera más lúcida.

La bondad es consecuencia de nuestros actos y de nuestras ideas. Yo no soy mis ideas sino mis actos.

Varón y mujer son referentes. Un referente es un tipo de identidad que lo es en relación a otro; es decir, que no termina en sí mismo. Debe de haber dos modos de ser humano -mujer y varón- para que nuestra propia naturaleza sea ocasión de diálogo.

Se puede tener una interpretación dualista y equivocada del ser humano, en el que se le considera formado por cuerpo y alma, considerando que no tienen nada que ver ya que se les ve como dos realidades distintas. La interpretación monista considera al ser humano como uno. Es una persona corpórea o un cuerpo personal que puede tener un monólogo y puede, asimismo, comunicarse con otros.

Hay una percepción de que yo soy yo, y de que sólo yo soy yo. Pero también hay la percepción de un tú posible, de una compañía adecuada. Mi cuerpo tiene la capacidad de expresar compañía. La principal palabra humana es el cuerpo. Si una muchacha engancha por sus piernas, allí se va a quedar el novio. Allí la persona no es percibida. Luego saldrá el ser real.

La biografía real de una persona son sus valores. "Cada uno se transforma en lo que hace". Si un hombre asesina, y no reconoce que hizo una mala acción, y sigue asesinando, se convierte en un asesino. Ser hijo de Dios no se alcanza por nacimiento, sino que se llega a ser progresivamente con la profundización en la fe, con la escucha prolongada de la palabra de Dios, con su interiorización (es el ejemplo de la semilla en la buena tierra: como en la parábola del sembrador), con la oración y la práctica de las virtudes cristianas.

¿Sexo por curiosidad?

—Si me quieres, dame una prueba: ¡entrégate a mí!-, dice el novio.

—Si te quiero a la mala, sí te la daré, para que te degrades tú y, a tu vez, me degrades a mí.

—Hablo en serio, te amo. ¿Cuándo vas a ceder?- insiste él.

—No soy coche para que me pruebes; soy persona, única e irrepetible. Ceder una o dos veces equivale a rodar cuesta abajo… Hasta aquí dejamos nuestra relación. No quiero que el hombre de mi vida llegue a decirme: "¿cuántas veces has sido probada y rechazada?".

Hay mujeres que ceden a las presiones del novio, para tener relaciones sexuales, porque no quieren perderlo y porque tienen curiosidad. No se dan cuenta del peligro que lleva esa decisión: no ven que empezar a ceder es empezar a corromperse y a corromper al otro. El sexo no es un juego. La sexualidad es tan maravillosa que se ha de cuidar para alguien que valga la pena y dentro del matrimonio. Amar es querer el bien; no es fácil perseguir el bien del otro porque hay una tendencia fuerte al egoísmo. Aquel bien que le ofrecemos a la persona amada ha de ser un bien real ha de ser algo que la mejore, y no que me beneficie sólo a mí.

Cuando Bernardo de Claraval era muy joven, en cierta ocasión, cabalgando lejos de su casa con varios amigos, les sorprendió la noche, de forma que tuvieron que buscar hospitalidad en una casa desconocida. La dueña les recibió bien, e insistió que Bernardo, como jefe del grupo, ocupase una habitación separada. Durante la noche la mujer se presentó en la habitación con intenciones de persuadirlo suavemente al mal. Bernardo, en cuanto se dio cuenta, fingió que se trataba de un intento de robo y empezó a gritar: "¡Ladrones, ladrones!". La intrusa se alejó rápidamente. Al día siguiente, cuando el grupo se marchaba cabalgando, sus amigos empezaron a bromear acerca del imaginario ladrón; pero bernardo contestó: —"No fue ningún sueño; el ladrón entró, pero no para robarme el oro y la plata, sino algo de mucho más valor".

Amar a alguien es desear que esa persona se desarrolle, sea mejor y alcance la plenitud a la que está llamada.

Cuentan que un profesor fue a visitar París, un fin de semana, acompañado por dos alumnos. De pronto, vieron a una prostituta parada en una esquina. Vieron que su profesor se dirigió hacia ella y le preguntó:

—¿Cuánto cobra?

—Cincuenta dólares.

—No, es demasiado poco.

—¡Ah!, sí, para los americanos son150 dólares.

—Es aún muy poco.

—¡Ah, claro!, la tarifa de fin de semana es de 500 dólares.

—Incluso eso es demasiado barato.

Para entonces la mujer ya estaba algo irritada, y dijo:

—Entonces, ¿cuánto valgo para usted?

—Señora, nunca podré pagar lo que vale usted, pero déjeme hablarle de alguien que ya lo ha hecho.

Y le habló de Cristo, de su Pasión y Muerte por nosotros.

La Biblia habla del valor del cuerpo, y dice algo que muchos jóvenes de hoy ignoran: "Fuisteis comprados a gran precio. Glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo (1 Cor 6,20). El cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor (1 Cor. 6,13). ¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? (1 Cor 6,15)".

Los Novios deben reflexionar

A veces pasa que es tanto el entusiasmo de los novios que dan el amor "a borbotones", en lugar de darlo poco a poco. Y cuando viene la ruptura, se les viene el mundo encima:

—"Ya todo acabó para mí"—, decía una adolescente. Y sufren lo indecible.

Hay un proverbio ruso que dice: "Hay que pensarlo bien antes de iniciar un negocio; dos veces antes de ir a la guerra; tres antes de casarse".

Se requiere, pues, todo un proceso de maduración personal, una maduración que no se da automáticamente, sino que es una tarea. No basta saber quién es el otro, dónde vive, qué le gusta y quiénes son sus padres. Es necesario conocerlo bien como persona única e irrepetible, como dice el psiquiatra vienés Viktor Frankl.

El enamoramiento suele poner en acto a la imaginación; se idealiza a la persona amada; no se le ven defectos. El problema está en no poner los pies en la tierra, pero eso es difícil de pedírselo al adolescente, ya que su corazón suele andar por las nubes.

Quien ama, desea lo mejor para el amado; desea superarse por él o por ella y por sí mismo.

El adolescente vive de sentimientos; la pareja reduce sus relaciones a sentirse a gusto juntos, hablar de cosas superficiales alabándose mutuamente, sin pensar en el futuro, sin dialogar sobre temas profundos o dándose a conocer uno al otro a través del lenguaje hablado. Las peleas pueden ver buenas pues allí se conocen como realmente son. Allí sale el modo de manifestarse la agresividad de cada persona.

Es grave reducir las relaciones de noviazgo a la dimensión física, sexual, o dejar que sea ella la que predomine. El sexo es elemento integrante del amor matrimonial, pero no constituye el centro de la persona. Las relaciones sexuales fuera del contexto matrimonial constituyen un grave desorden, porque son una expresión reservada a una realidad que no existe todavía: Los jóvenes tienen relaciones de casados cuando en realidad no están casados.

Dudas sobre la pareja adecuada

El amor reafirma a la persona en su ser, por eso es tan importante. La prisa por querer reafirmarnos como personas nos hace querer iniciar una serie de comportamientos que nos hagan sentir bien. El deseo de vivir la experiencia del noviazgo es fuertemente motivado por los programas televisivos y por las presiones de los compañeros. Pero con frecuencia, tus padres no están de acuerdo con los noviazgos a tu edad, lo que provoca tu enojo.

Ninguna fruta se madura antes de su tiempo y, si tú sabes esperar, sabrás por ti mismo cuándo es tu tiempo para probar la fruta del noviazgo.

Hablan los adolescentes:¿Por qué nuestras madres se enojan porque queremos tener novio?

A veces los padres ven al noviazgo como un riesgo, sobre todo para las mujeres. Suele suceder que los papás opinen negativamente acerca de las amistades y/o noviazgos de los hijos. Las razones que dan cuando alguien no les cae para sus hijos, tienen que ver con sus propios gustos, valores y sobre todo con sus expectativas.

A veces tienen razón (cuando rechazan a alguien por flojo, alcohólico, drogadicto, inestable, comprometido previamente con alguien más, con antecedentes de conducta delictiva, etc.), y nuestra sugerencia es que escuches con atención sus argumentos pues tratan de evitarte un fracaso.

A veces no tienen razón (cuando rechazan a alguien por juicios de valor subjetivos: moreno o negro, feo, bajito de estatura, obeso, pobre, de familia desconocida, de posición social baja, etc.). Te sugerimos te fijes muy bien con quién andas y luego tomes tus decisiones inteligentemente.

Desde hace un año y tres meses tengo un novio que se portaba de lo mejor, pero últimamente dejó de ser atento conmigo. Hay otro muchacho que me ronda y que me gusta, me pidió que fuera su novia.¿Qué hago?

Trata de ordenar tus ideas y sentimientos. Si has notado cambios en el trato por parte de tu novio, seguramente, es porque tanto tú como él, están experimentando cambios en su forma de ver su relación de pareja. Antes de iniciar cualquier otra relación con una nueva pareja, trata de resolver esta situación, de lo contrario podrían quedar aspectos importantes de tu vida sin resolver. "Darse tiempo" puede ser benéfico si ambos logran aclarar sus sentimientos.

Tu preocupación es válida y lo mejor será sincerarte contigo misma y darte cuenta que la decisión que tomes debe ser bien pensada, por lo que te será de utilidad aprovechar el tiempo que se dieron tú y tu novio y pedirle al otro chavo que te permita reflexionar sobre la posibilidad de iniciar o no una relación con él. Recuerda que el noviazgo es para conocer a diferentes personas y sus formas de pensar, con el fin de que tu pareja definitiva sea lo más cercano a tus expectativas y puedan ambos desarrollarse plenamente como personas.

En síntesis, lo que te recomendamos es que ambas personas te "den un tiempo" para que tú puedas aclarar tus.

¿Hasta dónde llegar en el noviazgo? Contesta Yusi Cervantes Leyzaola

Ante la misma caricia, una persona puede mantener el control y otra puede perderlo. Pero quiero ser más concreta: para preservar el valor de su virginidad, los y las jóvenes no deben permitir:+ Lo que las haga sentir incómodas, inquietas o avergonzadas. Éstas son señales internas de que algo no está bien.+ Aquello que sientan que les puede hacer perder el control de la situación a ustedes o a sus novios.+ Besos, abrazos y caricias en situaciones peligrosas. Es decir, si están a solas por mucho tiempo, los mismos besos y caricias que en otras circunstancias no provocan ningún problema, podrían convertirse en una ocasión para ir más allá.+ Contacto con las zonas genitales, ni siquiera por encima de la ropa.+ Demasiado tiempo dedicado al contacto físico. La relación física durante el noviazgo con las manifestaciones adecuadas es importante; a través de ella expresan su amor y se conocen más. Pero debe haber un equilibrio en la relación. Los besos breves y tiernos son solamente una parte.

Necesitan tener también una buena comunicación, compartir ideas y experiencias, hacer cosas juntos, cumplir cada uno con su trabajo o sus estudios, dedicar tiempo a sus familias, desarrollarse cada uno en lo individual, incluida la parte espiritual, ir construyendo un proyecto en común si planean casarse… en suma, tener una vida completa. Largas horas dedicas a estar pegados como lapas favorece ir a donde no quieren, es decir, a tener relaciones sexuales, además, no permite que el noviazgo se desarrolle sanamente. Si bien es cierto que los hombres se encienden más fácilmente, no lo es el que ellos «necesiten» tener relaciones sexuales. Ellos también pueden ser castos. Este ejercicio de dominio sobre sí mismos es una magnifica preparación para la vida matrimonial. Sean fieles a sus principios y vivan un noviazgo lleno de alegría, de ternura, alejadas de todo aquello que pueda inquietar sus almas.

Hablemos del amor

La vida tiene muchos aspectos pero nuestra época se ha centrado sobre todo en uno de ellos: la sexualidad. El tema de las relaciones sexuales es uno de los más discutidos y de los menos entendidos.

La sexualidad envuelve todo lo que un ser humano es. Involucra a la mente, la voluntad y a la personalidad entera. Una persona que no lleva el control de sus sentimientos, normalmente tampoco controlará otras facetas de su vida.

Elegir a la pareja indicada es una de las decisiones más importantes de la vida. No se debe elegir sólo en base a los sentimientos, porque los sentimientos son cambiantes. Cuando una persona es joven difícilmente distingue entre amor y pasión. Por eso, antes de permitirte un mayor compromiso, has de pensarlo bien y acudir al consejo de una persona madura, interesada en ti, en tu bienestar.

PASIÓN: En cuanto un romance empieza, las pasiones empiezan a ganar terreno sobre la mente, razón que te puede dificultar tomar decisiones racionales. Bajo la influencia de las pasiones, los deseos del cuerpo humano se fortalecen al grado de nublar tu mente y desarmar tu sentido común. Este es el momento en el que muchos adolescentes cometen errores que más tarde pueden lamentar toda la vida.

No hay otra emoción que cause mayores "heridas de corazón" que la pasión. Generalmente ésa es la razón que explica que una persona se case con la persona inadecuada, y viva el resto de sus días lamentándolo. Las pasiones sin control provocan embarazos no deseados, enfermedades venéreas y otros males como el aborto.

Si no eres casado, la lección más importante que puedes aprender es la de dominar tus pasiones. Si las dominas, dejas que tu razón sea la principal guía de tu vida. La razón humana es capaz de considerar muchos factores, incluyendo los del pasado y los del futuro, para hacer mejores decisiones. El cuerpo, en cambio, sólo ve el placer inmediato.

La respuesta al problema de las pasiones desbordadas no es la píldora anticonceptiva ni el aborto, sino tomar control de la propia vida y no dejar que nos "usen".

SI ME AMAS, HÁZMELO SABER: Habrás oído que dicen:

-"Si me amas, demuéstramelo"…

Y has oído la respuesta:

-"Si no cedo, puedo perderlo, ¿qué hacer?"…

Lo que pasa es que ambos sufren una falta de comunicación.

Cuando se les preguntó a adolescentes en un salón de clase: "¿A cuántos de ustedes les gustaría llegar vírgenes al matrimonio?", la mayoría alzaron la mano. Allí está la respuesta. Si casi nadie se quiere casar con quien ha tenido relaciones sexuales con 14 personas distintas, es mejor esperar. Si la experiencia sexual fuera necesaria para que el amor crezca entre dos personas, todo el mundo querría casarse con una prostituta.

La gran pregunta aquí es: "¿Qué motivo tienes?". Tú te sientes más satisfecho de ti mismo si desarrollas una fuerza interior que fortalezca tu voluntad y tu carácter. El amor verdadero exige un 100% de compromiso. Si estás confundido respecto a tus emociones no te involucres en la sexualidad con facilidad: allí entregas lo más íntimo de ti mismo. No entregas "tu cuerpo". Te entregas tú completo.

Muchos jóvenes ven el deseo sexual como un "hambre" que pide ser satisfecha. Quieres una amistad íntima con tal urgencia que puedes dar tu ser al primer postor, a cualquier precio y en cualquier nivel. Sin embargo, has de enfrentar el hecho de que el sexo es mucho más que un acto biológico, o físico. Hay toneladas de hechos que demuestran lo destructivo que son las relaciones sexuales fuera del matrimonio.

El amor y el compromiso que supone, hace que sólo el matrimonio sea el marco adecuado para este tipo de relación. Las personas casadas encuentran mayor emoción y placer en las relaciones sexuales que las solteras porque no cargan con esa culpa en su conciencia.

El mito del "sexo-por-diversión" es promovido por personas sin escrúpulos que sacan mucho dinero vendiendo sexo o productos para aumentar la atracción. Desgraciadamente, muchos creen en ello.

Derecho al placer

En la Conferencia de la ONU sobre población, un joven dijo: "Los jóvenes tenemos derecho al placer sexual". ¿Existe el derecho al placer sexual?

Ahora se habla mucho de los "derechos del niño y del adolescente," y se le dice a la adolescente que tiene derecho al placer sexual protegido. Lo que no se le dice es que las relaciones sexuales crean vínculos y que, por ese motivo, muchas veces —aunque se evite el embarazo— la persona va a quedar herida y desilusionada cuando esa relación se dé por acabada, sobre todo en el caso de la mujer.

El derecho al placer no existe, desde el punto de vista jurídico. ¿Por qué? porque el Derecho es una sistematización de conductas externas. El Derecho no regula conductas o apetitos internos. Al Derecho no le incumben los actos internos ni las intenciones, a menos de que esas conductas se exterioricen.

El Derecho da facultad a la persona para realizar actos sexuales a cierta edad, con ciertas personas y de cierta manera; pero no faculta a que esos actos sean efectivamente gozosos o placenteros: Es más, no puede exigirlo. No puedo demandar ni pedir indemnización en caso de que falte. Y pasa lo mismo con los placeres de la buena mesa (gastronómicos). El Derecho regula conductas de alteridad, generales. El apetito cambia en cada individuo.

El desear y el apetecer desaparecen en cuanto alcanzan su fin (el placer) y quedan satisfechos. Por eso ni el desear ni el apetecer pueden fundamentar la compañía. Querer es muy distinto al mero desear y diferente al apetecer.

Partes: 1, 2, 3, 4

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