Monografias.com > Sin categoría
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Cabala mistica (página 5)



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9

Cuando la transmutación se opera en los Pilares, quedamos impresionados por la verdad que contiene la conocida frase francesa: "Plus ga change plus c'est la meme chose" (cuando más cambia, tanto más es la misma cosa). Kjokmah, dinamismo puro, estímulo puro, sin expresión formal, se convierte en Kjesed, en el aspecto constructivo y organizador de la evolución; anabolismo, en contradicción con el catabolismso de Gueburah. En Kjesed la fuerza de Kjokmah se transforma en esa peculiar forma sutilísima de magnetismo, que da el poder de dirigir a los demás, y es la raíz de toda grandeza. Y similarmente, en el Pilar Izquierdo, la fuerza restrictiva de Binah se convierte en el destructivo Gueburah y en el productor de las imágenes mágicas, MercurioHermesToth.

De tiempo en tiempo los símbolos de la Ciencia Oculta se han ido filtrando y convirtiendo en conocimiento público, pero los no iniciados ignoran el sistema de disponer estos símbolos sobre el Arbol y no saben aplicar los principios alquímicos de la transmutación y de la destilación, en los cuales se encierran los verdaderos secretos acerca de su uso.

CAPITULO XVII

Binah, eltercer sephirah

TITULO : Binah, Entendimiento. (Hebreo: Beth, Yod, Num,He)

IMAGEN MÁGICA: Una mujer madura. Una matrona.

SITUACION EN EL ARBOL : A la cabeza del Pilar de la Severidad en el Triángulo Supremo.

TEXTO YETZIRATICO : La Tercera Inteligencia se llama la Inteligencia Santificante, el Fundamento de la Sabiduría Primordial; también se la denomina la Creadora de la Fe, y sus raíces están en Amén. Es la Madre de la Fe, de donde emana la fe.

TITULOS DADOS A BINAH : Ama, la Madre Obscura y Estéril, Aima, la Madre Resplandeciente y Fecunda. Kjorsia, el Trono, Marah, el Gran Mar.

NOMBRE DIVINO : Yejovah Elohim.

ARCANGEL : Tzaphkiel.

ORDEN ANGÉLICO: Aralim, Tronos.

CHAKRA MUNDANO : Shabbathai, Saturno.

EXPERIENCIA ESPIRITUAL : Visión del dolor.

VIRTUD : Silencio.

VICIO : Avaricia.

CORRESPONDENCIA EN EL MICROCOSMOS: El lado derecho del rostro.

SIMBOLO : El Yoni, El Kteis. Vesica Piscis. La Copa o el Cáliz. La vestidura externa que oculta.

CARTAS DEL TAROT : Los cualtro Tres.

Tres de Bastos : Afirmación de la fuerza.

Tres de Copas : Abundancia.

Tres de Espadas: Amargura, dolor, pesadumbre, infortunio.

Tres de Oros : Trabajos materiales.

COLOR EN ATZILUTH : Carmesí.

" " BRIAH: Negro.

" " YETZIRAH: Marrón obscuro.

" " ASSIAH: Gris moteado de rosa.

I

Binah es el tercer miembro del Triángulo Supremo y el trabajo de explicarlo quedará bastante simplificado porque podemos estudiarlo a la luz de Kjokmah, que es lo que equilibra en el Pilar opuesto del Arbol. Nunca es posible comprender un Sephirah si lo consideramos aparte de su posición en el Arbol, porque su posición indica sus corresponencias cósmicas. Lo vemos en perspectiva por así decirlo, y podemos deducir de donde procede y adónde va, que influencias intervienen en su creación y cómo contribuye al plan de todas las cosas en conjunto.

Binah representa la potencia femenina del Universo, como Kjokmah representa la masculinidad. Como ya hemos notado, son Positivo y Negativo: Fuerza y Forma. Cada potencia encabeza su respectivo Pilar, estando Kjokmah a la cabeza del Pilar de la Misericordia y Binah en el de la Severidad. Podría creerse que esta es una distribución antinatural, porque la Madre Suprema debería presidir la Misericordia, y la Fuerza Masculina del Universo, la Severidad. Pero no podemos sentimentalizar estas cosas; estamos tratando de principios cósmicos y no de personalidades, y los mismos símbolos que sirven para representarlos, pueden darnos una percepción interna de los mismos si abrimos los ojos. Freud no se habría opuesto a que se atribuyeran a Binah el Pilar de la Severidad, porque él tendría mucho que decir sobre la imagen de la madre Terrible.

Kether, Eheith, Yo Soy, el Ser Puro, Omnipotente, pero inactivo, y cuando cierto flujo de actividad emana de él, entonces lo llamamos Kjokmah. Es esa corriente descendente de actividad pura que constituye la fuerza dinámica del universo y toda energía pertenece a esta categoría.

Debemos recordar que los Sephiroth son estados, no lugares. Cuando se produce un estado de ser puro e incondicionado, sin partes ni actividades, pertenece a Kether. Así es como podemos ir clasificando nuestras ideas del Universo Manifestado sin necesidad de sacar ningún objeto de su lugar en la Naturaleza, tal como se aparece a nuestro entendimiento. En otras palabras, dondequiera que veamos la energía pura en función, sabemos que la fuerza que actúa es de Kjokmah. Esto nos permite ver la identidad intrínseca de toda clase de fenómenos que a primera vista parecen estar totalmente desvinculaldos entre sí. El sistema cabalístico nos permite atribuirlos a los diferentes Sephiroth de acuerdo con su tipo, y correlacionarlos en el sistema correspondiente ya mencionado. Este es el método que la mente subconsciente sigue automáticamente, y el ocultista ejercita su mente consciente para utilizarlo, Incidentalmente podemos citar el hecho de que cuando los individuos operan directamente desde lo subconsciente, como ocurre en las creaciones artísticas, en la locura y estado de sueño y trance, siguen este sistema.

Podrá parecer extraño al lector que esta disgresión referente a Kjokmah la hagamos en el capítulo dedicado a Binah, pero sólo a la luz de su polaridad con Kjokmah puede comprenderse a Binah, e igualmente tendremos mucho que agregar a nuestras explicaciones concernientes a Kjokmah ahora que tenemos a Binah con quien compararlo. Cada par de opuestos arroja mucha luz sobre el otro y es incomprensible por sí solo.

Volviendo a Binah. Los cabalistas dicen que fue emanado por Kjokmah. Trataremos de explicar esto con otras palabras. Es una enseñanza oculta que según creemos concuerda con las investigaciones de Einstein, aunque no poseemos los conocimientos necesarios para correlacionar sus descubrimientos con las doctrina esotéricas, que la fuerza no se mueve nunca en línea recta, sino que describre una curva tan vasta como el Universo mismo y, por lo tanto, retorna al final al punto de donde partió, aunque sobre un arco superior, porque el Universo ha ido progresando en el intervalo. Por consiguiente, la fuerza que así procede, dividiéndose y subdividiéndose y moviéndose en ángulos tangenciales, llegará eventualmente a un estado de tensiones equilibradas, o a alguna forma de estabilidad, una estabilidad que en el curso del tiempo tiende a ser nuevamente destruída en razón de nuevas fuerzas que han sido emanadas y manifestadas y que introducen nuevos factores que es necesario incluir en el ajuste general.

Este estado de estabilidad producido por la interacción de las fuerzas operantes, llega a un equilibrio estable que constituye la base de la forma, como podemos ver en el que no es otra cosa que una constelación de electrones, cada uno de los cuales es un vórtice o remolino. La estabilidad así lograda, que, debe notarse cuidadosamente, es un estado y no una cosa en sí misma, es lo que los cabalistas llaman Binah, el Tercer Sephirah. Dondequiera se produce o existe un estado de tensiones recíproca que han llegado a la estabilidad, los cabalistas lo denomina Binah. Por ejemplo , el átomo, que para todos los fines prácticos constituye la unidad estable del Plano Físico, es la manifestación del tipo de fuerza llamado Binah. Todas las organizaciones sociales sobre las cuales pesa abrumadoramente la mano muerta del estancamiento, como, por ejemplo, la civilización china antes de la revolución o nuestras fosilizadas universidades, se dice que están bajo la influencia de Binah. A Binah se le atribuye el Dios Griego Kronos, Saturno. Se observará la importancia que se da al tiempo y a la edad en estas instituciones propias de Binah: sólo los cabellos blancos o grises son venerables; la capacidad cuenta poco o nada, lo que quiere decir que tan sólo los que son semejantes a Kronos pueden tener éxito.

Binah, la Gran Madre, algunas veces denominada Marah, el Gran Mar, es, por supuesto, la Madre de Toda la Vida. Ella es la matriz arquetípica a través de la cual todo viene a la manifestación. Todo lo que provea una forma para ser utilizada por la vida, es un vehículo de Ella. Sin embargo, debe recordarse que la vida confinada en una forma, aunque ésta le permita organizarse y desenvolverse, es muchísimo menos libre de lo que era cuando carecía de limitaciones, aunque tampoco estuviera organizada, en su propio plano. Incorporarse en una forma significa, ni más ni menos, que el principio del fin de la vida. Es una limitación y un encarcelamiento; es una sujeción a una constricción. El cuerpo limita a la vida, la aprisiona pero, no obstante, le permite organizarse. Desde el punto de vista de la fuerza libre, la encarcelación es una forma de extinción. La forma disciplina a la fuerza con una severidad sin misericordia.

El espíritu desencarnado es inmortal; no hay nada en él que pueda envejecer o morir. Pero el espíritu encarnado ve la muerte en el horizonte tan pronto como alborea el día. Entonces podemos ver cuán terrible parece ser la Gran Madre cuando aprisiona la libérrima fuerza moviente dentro de la disciplina de la forma. Ella es la muerte de la dinámica actividad de Kjokmah; la fuerza de Kjokmah muere al fluir en Binah. La forma es la disciplina de la fuerza; por eso Binah está a la cabeza del Pilar de la Severidad.

Podemos concebir que tuvo lugar la Primera Noche Cósmica, el Primer Pralaya o primer reposo de la Manifestación, cuando el Triángulo Supremo encontró la estabilidad y el equilibrio de las fuerzas, con la emanación de Binah. Antes todo era dinámico, todo era acrecentamiento y expansión. Pero al iniciarse la manifestación de Binah se produjo una intertensión y estabilización y el libre flujo dinámico se detuvo.

El entrelazamiento y consiguiente estabilidad es inevitable en un Universo cuyas líneas de fuerza se mueven en curva. Y si observamos cómo el estado de Binah era la consecuencia inevitable del reinado de Kjokmah en un Universo curvilíneo podemos ver que el tiempo debe pasar por épocas en que bien sea Binah o Kjokmah los que predominen. Antes de que las líneas de fuerza hubieran completado su circuito del Universo Manifestado y conmenzaran a retornar sobre sí mismos y entrelazarse, todo era Kjokmah y el dinamismo no tenía restricción alguna. Después que Binah y Kjokmah, como primer Par de Opuestos, hubieron encontrado su equilibrio, todo desde entonces perteneció a Binah y la estabilidad fue inmutable; pero Kether, el Gran Emanador, continúa manifestando al Gran Inmanifestado; la fuerza fluye en el Universo y la suma de energías aumenta. Este flujo de fuerza rompe el equilibrio a que se había llegado cuando Kjokmah y Binah actuando y reactuando recíprocamente crearon un estado de equilibrada tensión y se detuvieron. Entonces comienza otra vez la acción y la reacción, y la fase de Kjokmah, en la que la fuerza dinámica predomina, se sobrepone al estado estático de Binah y prosigue el ciclo nuevamente, alcanzándose un nuevo equilibrio entre los Pares de Opuestos, pero muchísimo más completo que el anterior, sobre un arco o espira más elevada, según se denomina evolutivamente, sólo para ser destruído más tarde, conforme el flujo de Kether rompa la balanza en favor del principio kinético en.

Así, pues, se verá si Kether es la fuente de todo ser y lo concebimos como supremo bien, como inevitablemente tiene que ser, y si la naturaleza de Kether es kinética o motriz, toda su influencia se inclina siempre a Kjokmah, y, por lo tanto, Binah, el opuesto de Kjokmah, perpetuo opositor a los impulsos dinámicos, tiene que ser considerado como el enemigo de Dios, el Mal. SaturnoSatán es; una transición facil y lo mismo es TiempoMuerteDiablo. En las religiones ascéticas tales como el Cristianismo y el Budismo se encuentra la idea de que la mujer es la raíz de todo mal, porque ella es la que sujeta al hombre a la vida de la forma, por el deseo que inspira. Ellos consideran la materia como la antinomia del espíritu, en una dualidad eterna o insoluble. El Cristianismo se encuentra pronto para reconocer la naturaleza herética de esta creencia cuando se le presenta bajo la forma de Antinomianismo, pero no se da cuenta de que sus propias enseñanzas y prácticas son igualmente antinomianistas cuando consideran la materia como enemigo del espíritu y que, como tal, debe ser vencido y aniquilado. Esta infortunada creencia ha causado tantos sufrimientos a la humanidad en los países cristianos, como las guerras y las pestes.

La Cábala enseña una sabia doctrina. Según ella todos los Sephiroth son sagrados, tanto Malkuth como Kether; Gueburah el Destructor, como Chesed el Preservador. Reconoce que el ritmo es la base de la vida y que no existe un progreso como un único movimiento hacia adelante. Si comprediéramos bien estas cosas, nos ahorraríamos muchísimos sufrimientos, porque contemplaríamos cómo las dos fases Kjokmah y Binah, se suceden la una a la otra, tanto en nuestras vidas como en la vida de las naciones, y entonces comprenderíamos el profundo significado de las palabras de Shakespeare cuando dice:

There is a tide in the affairs of men

Which taken at the flood leads on to fortune.

(Existe una marea en los asuntos de los hombres, que si se toma

cuando sube lo lleva a uno a la fortuna)

Binah es la raíz primordial de la materia, pero el pleno desenvolvimiento de ésta no se logra sino en Malkuth, el Universo Material. Hemos visto repetidamente en el curso de nuestro estudios que los Tres Supremos tienen sus expresiones especializadas en un arco inferior, en uno u otro de los seis Sephiroth que constituyen el Microposopos. De éstos se dice repetidas veces que tienen sus raíces en la tríada Superior o que son sus reflejos, todo lo cual tiene un significado profundo y trascendental. Binah se vincula con Malkuth como la raíz al fruto. Esto lo indica claramente el texto Yetzirático de Malkuth en el que dice : "Ella está sentada en el trono de Binah". Por este motivo es imposible una atribución de los dioses de otros panteones a los diferentes Sephiroth, en forma inflexible y definida. Aspectos de Isis se pueden encontrar en Binah, Netzach, Yesod y Malkuth; y aspectos de Osiris, en Kjokmah, Kjesed y Tiphareth. En la mitología griega esto resulta muchisimo más claro porque se dan a los distintos dioses títulos descriptivos. Por ejemplo, Diana, la diosa Lunar, la cazadora virginal, era adorada en Efeso como la diosa de los múltiples pechos; Venus, la diosa de la belleza femenina y del amor, tenía un templo donde era adorada como la Venus barbada. Todas estas cosas nos enseñan muchas verdades importantes; nos enseñan a buscar el principio que está tras toda multiforme manifestación y a comprender que asumen diferentes formas en los distintos niveles. La vida no es tan simple y vacía como uno, creería a primera vista.

II

El significado de los nombres hebreos correspondientes al segundo y tercer Sephiroth son : Sabiduría y Entendimiento, y ambos se encuentran curiosamente contrabalanceados como si la distinción entre estos dos nombres fuera de capital importancia. La Sabiduría nos sugiere la idea del conocimiento acumulado de infinitas series de imágenes recogidas por nuestra memoria; pero el Entendimiento nos sugiere la idea de poder penetrar en su significado, de poder percibir su esencia y su interrelación, lo que no está necesariamente implícito en la Sabiduría, tomada como conocimiento intelectual. De esa manera obtenemos un concepto de una extensa serie, una cadena de ideas asociadas, en relación con Kjokmah, lo que concuerda con el símbolo de la línea recta.

Con respecto a la Comprensión, surge en nosotros la idea de la síntesis, de la percepción significativa que se produce cuando las ideas se relacionan entre sí, y, metafísicamente hablando, se superponen unas a otras en una serie evolucionante que va de lo denso a lo sutil. Es así como la noción del principio formador Binah retorna a nuestra mente.

Estos son los caminos sutiles de las operaciones mentales, que podrán parecer meras fantasías al que no esté acostumbrado a los métodos utilizados por el Iniciado; pero el psicoanalista los comprende y aprecia en su justo valor, ocurriendo lo mismo con el poeta que eleva hacia las nubes el vuelo de su imaginación.

El Sepher Yetzirah destaca la idea de la fé nacida del entendimiento, de la comprensión, la cual, a su vez, es hija de Binah, siendo ésta la única ubicación adecuada para la fe. Un cínico la describió un día como "el poder de creer en lo que sabemos es ilusión", lo que, en verdad, parecería ser una definición bastante exacta, especialmente para los espíritus mediocres, incultos,frutos de la disciplina sectaria y carentes de la luz mística. Pero, a la luz de la conciencia mística , podemos definir la fe como el resultado consciente de experiencias supraconscientes que no pueden ser expresadas en términos de nociones cerebrales, experiencias de las que la personalidad normal no está muy segura, aunque pueda experimentar sus efectos, y a veces con gran intensidad; las reacciones emocionales que entonces sufre, quedan fundamental y permanentemente modificadas por ella.

A la luz de esta definición vemos que la fe, en efecto, debe encontrar sus raíces en Binah, el Entendimiento, el principio sintético de la conciencia, porque hay un aspecto corpóreo de la conciencia, como igualmente lo hay de la substancia; aspecto que consideraremos detalladamente cuando lleguemos al estudio de Hod, el Sephirah básico del Pilar de Binah, la Severidad. Así vemos nuevamente cómo se concatenan los Sephiroth y la iluminación que resulta al observar sus mutuas vinculaciones.

La afirmación de que las raíces de Binah están en Amén se refiere a Kether, porque uno de sus títulos es Amén. Esto indica claramente que, siendo emanado de Kjokmah, Binah tiene su origen mucho más arriba, y que conviene buscarlo en la fuente de toda existencia, tal como surge del No Ser, lo Inmanifestado, fuente oculta tras los velos de la Existencia Negativa. Este concepto esta claramente formulado en un texto del Sepher Yetzirah que, hablando de Kjesed y de las fuerzas espirituales, dice : "Todas emanan una de otra en virtud de la emanación primordial, de la Corona Altisima: Kether".

No debemos confundirnos a este respecto por el hecho de que el texto yetzirático declare a propósito de Geburah que Binah, el Entendimiento, emana de las profundidades primordiales de Kjokmah, "pero de otra manera". En el Ser Puro, sin forma e indiviso como es, existen tanto las posibilidades de la fuerza como de la forma, pues donde existe un polo positivo se halla necesariamente el aspecto complementario de un polo negativo. Kether está permanentemente en estado de devenir. En efecto, un judío cabalista nos dijo que la verdadera traducción de Eheieh, el Nombre divino de Kether, es "Yo seré" y no "Yo soy". Este devenir constante no puede permanecer estático, sino que debe rebosar y ponerse en actividad, actividad que no puede permanecer sin correlación, sino debe organizarse. Es menester llegar a algún ajuste, intertensión o equilibrio. Así, implícita en Kether, tenemos la potencialidad tanto de Kjokmah como de Binah, porque es bueno repetir : los Santos Sephiroth no son cosas sino estados, y contienen una mezcla de estos factores en su estructura, de manera que todo el universo manifestado puede manifestarse acordemente en nuestra mente cuando establecemos allí el jeroglífico del Arbol. En realidad, una vez que formulamos y establecemos este jeroglífico, la mente lo usa en forma automática y los fenómenos complejos de la existencia objetiva se ordenan por sí propios en nuestro entendimiento. Es por esta razón que el estudiante del ocultismo que trabaja en una escuela esotérica preparatoria tiene que aprender de memoria las principales correspondencias de los Diez Santos Sephiroth, y no debe depender para nada de las tablas de referencia. Muchas veces se ha objetado que esto constituye una inútil perdida de tiempo y energía, y que las referencias de las tablas de correspondencia tales como"777" es un método mejor. Pero la experiencia ha demostrado que no es ése el caso, y que el esoterista que se propone cumplir con la disciplina necesaria y la repite diariamente, de la misma manera que los católicos rezan su rosario, encuentra su debida recompensa por la iluminación que recibe, y cuando su mente clasifica automaticamente todos los cambios innumerables de la vida mundana, ajustándolos sobre el Arbol, revélasele su significado espiritual. Siempre debe recordarse que el empleo del Arbol de la Vida no es meramente un ejercicio intelectual, sino un arte creado en el sentido más alto de la palabra, y que las facultades van desenvolviéndose en la mente, de la misma manera que la destreza y la técnica se desarrollan en el escultor o en el músico con el ejercicio cotidiano.

El texto Yetzirático se refiere específicamente a Binah como la Inteligencia Santificadora. Santificar evoca la idea de algo sagrado y puesto aparte. La Virgen María está íntimamente asociada con Binah, la Gran Madre, y de ese concepto pasamos a la idea de aquello que da nacimiento a Todo, reteniendo simultáneamente su virginidad, o sea, en otros términos, Aquello que no se implica en la vida de sus creaciones, sino que permanece aparte y tras la base de la manifestación, la substancia raíz de donde surge la materia; porque, aunque ésta tenga sus raíces en Binah, sin embargo, la materia, tal como la conocemos, es de un orden muy diferente del Sephirah Supremo, en cuya esencia existe. Binah, la influencia primordial formativa, la madre de todas las formas, está tras toda substancia manifiesta y más allá de ella; en otras palabras, es siempre Virgen. La influencia creadora que está tras todo cuanto tiende a formar, organizar, construir y curvar las líneas de fuerza para correlacionarlas y alcanzar la estabilidad, eso es Binah.

Estos dos Sephiroth básicos de la Tríada Suprema se llaman el Padre y la Madre, Abba y Ama, y sus imágenes mágicas son las de un varón con barba y la de una matrona, representando así, no la atracción sexual que prevalece en Netzach y Yesod, representados por una doncella y un adolescente, sino por seres maduros que se han unido y ya han engendrado. Tenemos siempre que distinguir entre la atracción sexual específicamente magnética y la función de la reproducción, pues no son la misma cosa, ni suquiera constituyen diferentes grados de la misma. Aqui se halla oculta una verdad trascendental que consideraremos en detalle a su debido tiempo.

Kjokmah y Binah representan, pues, la virilidad y la femineidad esenciales, en sus aspectos creadores. No son imágenes fálicas, aunque en ellos están las raíces de toda fuerza vital. Nunca comprenderemos los aspectos más profundos del esoterismo, a menos que comprendamos lo que realmente significa el falicismo. No tiene nada que ver con las orgías de los templos de Afrodita, que fueron la desgracia y la causa de la decadencia de las creencias paganas antiguas. Significa que todo se apoya sobre el principio de la estimulación de la potencialidad inerte por el principio dinámico que deriva directamente su energía de la fuente de toda fuerza. En este concepto se hallan ocultas las claves de inmensos conocimientos, y uno de los puntos más importantes de los Misterios. Es evidente que el sexo representa uno de los aspectos de esta ley, y es igualmente evidente que existen muchísimas otras aplicaciones que no son sexuales. No debemos de ninguna manera permitir que nuestros prejuicios acerca de lo que constituye el sexo o nuestros convencionalismos acerca de este tema grandioso y vital, nos amedrenten o nos hagan retorceder ante este gran principio de la estimulación o fecundación de lo inerte, pero potencialmente omnipotente, por el principio activo y dinámico. Quien se encontrare inhibido por sus prejuicios para estudiar la Verdad, no está en condiciones para afrontar los Misterios sobre cuyos portales están escritas las palabras "Conócete a tí mismo".

Ese conocimiento no lleva a la impureza, porque ésta implica la falta de control que permite a las fuerzas rebosar los límites que la misma Naturaleza les ha impuesto. El que carece del control indispensable sobre sus propios instintos y pasiones, está tan lejos de los Misterios como el que se halla inhibido por los prejuicios y convencionalismos. Sin embargo, es necesario comprender claramente que los Misterios no enseñan el ascetismo ni el celibato como condiciones indispensables para la realización, porque no consideran que el espíritu y la materia sean términos antinómicos e irreconciliables, sino, más bien, diferentes niveles de la misma cosa. La pureza no consiste en la castración, sino en saber mantener las distintas fuerzas en sus propios niveles sin permitir que las unas invadan la esfera de las otras. Enseña que la frigidez y la impotencia constituyen defectos tan serios como cualquier otro, debiendo ser considerados como patologías sexuales, de la misma manera que la lujuria, la que destruye su objeto y degrada.

Todas las relaciones de la existencia manifestada implican la acción de los principios de Kjokmah y Binah, como el sexo constituye una representación perfecta de ellos, es que fué utilizada por los antiguos, que no padecían de nuestros pudores y timideces al respecto, y que tomaban sus metáforas acerca de la reproducción con tanta libertad como nosotros tomamos ejemplos de la Biblia. Para ellos la reproducción era un proceso sagrado, y cuando se referían a él lo hacían con toda reverencia y no con impudor. Si realmente queremos comprender a los antiguos, debemos estudiar sus enseñanzas sobre las fuerzas vitales y las fuentes de la vida con el mismo espíritu que ellos lo hacían, pues nadie que no esté cegado por prejuicios y por las tinieblas de sus problemas personales no resueltos dejará de reconocer que nuestra actitud actual hacia la vida sería mucho más sana y agradable si tuviera algo así como un fermento del buen sentido y discernimientos del paganismo.

Los principios de Masculinidad y Femeneidad manifestados en Kjokmah y Binah representan más que simple polaridad positiva y negativa, activa y pasiva. Kjokmah, el padre universal , es el vehículo que la fuerza primordial, la manifestación inmediata de Kether. En realidad, es Kether mismo en acción, porque los distintos Sephiroth no representan diferentres cosas, sino múltiples funciones de la misma cosa : fuerza pura surgiendo a la manifestación desde el Gran Inmanifestado oculto tras los Velos de la Existencia Negativa.

Kjokmah en energía pura, lo mismo que la expansión de la gasolina dentro del cilindro de combustión; es fuerza pura. Pero así como esta fuerza expansiva se perdería si no hubiera una máquina a la cual trasmitiese su poder así también la energía no dirigida de Kjokmah irradiaría en el espacio si no hubiese algo que recibiera su impulso y lo utilizaría. Kjokmah estalla como la gasolina; Binah es la cámara de combustión; Gueburah y Guedulah son los movimientos alternados de los pistones.

Ahora bien: la fuerza expansiva de la gasolina es energía pura, pero no haría mover el coche. La organización constructiva de Binah es potencialmente capaz de hacer marchar el coche, pero no puede hacerlo si no es puesta en movimiento por la expansión de la energía acumulada en el vapor de gasolina. Binah es potencialmente ilimitado, pero inerte. Kjokmah es energía pura ilimitada e infatigable, pero incapaz de acción por sí propia, más que de irradiar en el espacio si no hay nada que la detenga. Pero cuando Kjokmah opera sobre Binah, entonces su energía se concentra y pone en acción. Cuando Binah recibe impulso de Kjokmah, todas sus energías latentes quedan vitalizadas. En otras palabras: Kjokmah suministra la energía, y Binah el motor.

III

Consideremos, ahora, la masculinidad y la femineidad de este par de opuestos supremos, según se expresan en el acto de la generación. Los espermatozoides tienen una vida brevísima; son simples unidades de energía que, una vez exteriorizada, mueren. Pero, aunque el mecanismo reproductor femenino, la matriz que gesta y los pechos que alimentan son capaces de llevar esta vida que se le ha transferido y desarrollarla hasta obtener una existencia independiente y propia; sin embargo, toda esta maquinaria tan delicada permanece inerte hasta que el estímulo de la fuerza de Kjokmah la pone en acción. La unidad reproductora femenina es omnipotencial, pero inerte; la unidad reproductiva masculina es omnipotente, pero incapaz de producir por sí propia el nacimiento.

Muchas personas creen que porque la masculinidad y la femeneidad, tal como son conocidas en el plano físico, sean principios físicos determinados por su estructura, que lo potente y lo potencial están rígidamente sujetos a sus respectivos mecanismos, pero esto constituye un error. Existe una alternación continua de polaridad en todos los planos, con excepción del físico. Y hasta en los tipos primitivos de la vida animal hay alternación en la polaridad, aun en el plano físico. En los tipos superiores, y especialmente en los vertebrados, la polaridad se determina como un accidente del nacimiento, salvo en los casos de anomalías hermafroditas, que no pueden ser consideradas más que como casos patológicos, y en los cuales sólo un sexo está realmente en actividad, sea cual fuere el aparente desarrollo del otro. El conocimiento de esta perpetua alternación de la polaridad es uno de los secretos más importantes de los Misterios, pero que en absoluto consiste en la homosexualidad, perversión patológica de este hecho y que acusa un desorden de los instintos sexuales, cuando no se comprende bien esta ley de polaridad.

En resumen, aunque el procedimiento de reproducción en el plano físico está determinada en cada individuo por la configuración de su cuerpo, sus reacciones espirituales no son tan estables porque el alma es bisexual. En otros términos, en nuestra relaciones en la vida somos positivos o negativos, según sea las circunstancias sean más fuertes o más débiles que nosotros. También en este hecho se destaca que Netzach (VenusAfrodita) sea el Sephirah básico de la columna de Kjokmah. Vemos, pues, que la naturaleza femenina demuestra diferente polaridad en los distintos niveles, porque en Netzach es tan positiva y dinámica como es estática en Binah.

Todo esto no es sólo desconcertante intelectualmente, sino muy confuso moralmente; y aun a riesgo de ser acusados de sostener tesis anormales, tenemos que tratar de aclarar muy bien estas cosas, pues sus consecuencias prácticas son trascendentales.

Dicen los rabinos que cada Sephirah aparece como negativo en relación al superior del cual emana, y positivo en relación al inferior que de él emana. He aquí lo que nos da la clave: somos negativos en nuestras relaciones con lo que es de tipo potencial superior al nuestro, y positivos con aquellos que es de un potencial inferior. Esta es un relación que se halla en estado de perpetuo flujo y que varía en cada punto de nuestros innumerables contactos con el medio en que actuamos.

En la mayoría de los casos, las relaciones entre un hombre y una mujer no son enteramente satisfactorias para ninguna de las partes, y deben, o resignarse a una satisfacción incompleta en sus mutuas relaciones bajo el imperativo de la presión religiosa o económicas, o suplementar su incompletamiento en otras partes, con el resultado que vuelven a producirse las condiciones primitivas una vez que la novedad ha perdido su atractivo. En esas circunstancias, se observará que la culminación de la satisfacción sexual se halla sólo en la novedad, la cual es algo que debe ser renovado constantemente, con el consiguiente resultado desastroso para la economía sexual.

El inconveniente reside en el hecho de que, mientras en el plano físico el macho es quien imparte el estímulo que lleva a la reproducción , no comprende que, a la vez, en los planos internos, en virtud de la ley de polaridad inversa, él es negativo y en su completamiento emocional depende del estímulo que le imparte la hembra. Depende de ella para su fertilidad emocional, como puede verse fácilmente en el caso de las grandes mentalidades creadoras como Wagner o Shelley.

El matrimonio no implica dos mitades, sino cuatro cuartos que se unen en una equilibrada armonía de fecundación recíprocra. Binah y Kjokmah están balanceados por Hod y Netzach. El ser humano tiene que adorar tanto a diosas como a dioses. Booz y Yakin son ambos Pilares del Templo, pero sólo de su unión nace el equilibrio. Una religión sin diosas está a mitad del camino del completo ateísmo. En la palabra ELOJIM (Elohim) encontramos la clave verdadera. Elojim se traduce como "Dios" en las versiones autorizadas y revisadas de la Biblia. En relidad debería traducirse "Diosas y Dioses", pues es un nombre femenino con una terminación plural masculina. Este es un hecho incontrovertible, al menos desde el punto de vista linguístico; y es de presumir que los varios autores que integran los libros de la Biblia sabían bien lo que decían, y no usaron esa forma peculiar y única sin muy buenas razones. "Y el Espíritu de los Principios Masculino y Femenino se cernía sobre la superficie de lo informe, y la Creación tuvo lugar". Si anhelamos un equilibrio, en vez de nuestra condición actual de tensiones desiguales, debemos rendir culto a Elojim y no a Yejovah.

El culto de Yejovah en vez de Elojim es un poderoso impedimento para elevarnos a los distintos planos, esto es, para lograr la conciencia de lo supranormal como parte de nuestro bagaje normal, pues debemos estar preparados para cambiar de polaridad conforme ascendamos de nivel, porque lo que es positivo en el plano físico se torna negativo en el astral, y viceversa. Además, como en toda obra culta es menester usar más de un plano, como en la evocación e invocación, o sucesivamente, como cuando correlacionamos los niveles de conciencia en el trabajo psíquico, el factor negativo debe tener siempre su lugar en nuestra tarea, tanto subjetiva como objetivamente.

Esto nos abre nuevos horizontes en el asunto. ¿Cuántas personas se dan cuenta que sus almas son en absoluto bisexuales íntimamente, y que los distintos niveles de conciencia operan como masulinos y femeninos en relación unos con otros?

Freud declara que la vida sexual determina el tipo de toda la vida. Fundamentalmente es probable que, por el contrario, la vida en conjunto determine el tipo de la vida sexual; pero para los propósitos prácticos, su manera de establecer este hecho es verdadera, porque si bien no es posible enderezar una vida sexual torcida operando sobre el conjunto por ejemplo, la riqueza ni la fama son una compensación adecuada para la represión de ese instinto fundamental , es muy posible enderezar todo el resto de la vida, desentrañandola de toda vida sexual. Esto es un hecho de experiencia práctica, y no ha menester ser discutido a priori. Sin duda alguna, por esta razón y lo aprendido prácticamente sobre las operaciones de la conciencia humana, es que los antiguos hicieron del falicismo una parte tan importante de sus ritos. También actualmente constituye un factor importante de los cultos modernos, pero el reconocimiento del significado de esos símbolos empleados tradicionalmente ha sido reprimido y eliminado de la conciencia de los fieles.

La psicología de Freud suministra la clave del antiguo falicismo y abre las puertas que conducen al Adytum de los Misterios. No hay manera de eludir este hecho en el Ocultismo práctico por más desagradable que pueda parecer, y ello explica el porqué de tantas operaciones mágicas que naufragan en la esterilidad.

Estos asuntos constituyen secretos recónditos de los Misterios, acerca de los cuales nuestra época ha perdido por completo las claves; pero la experiencia de la nueva psicología y su arte psiquíatrico han demostrado abundantemente la solidez de la base en que los antiguos fundamentaban su culto al Principio Creador y a la Fertilidad, convirtiéndolo en un rito importante de su vida religiosa. Es una experiencia ya bien establecida y fuera de toda duda que la persona que haya disociado de su conciencia los sentimientos sexuales en ningún nivel de la vida logra asidero. Este es un hecho incontestable de la psicoterapia moderna. En el trabajo oculto, la persona inhibida, reprimida sexualmente, se inclina hacia las formas desequilibradas del psiquismo y de la mediumnidad y no sirve para nada en las operaciones mágicas en las que el poder debe ser dirigido por la voluntad. Esto no significa que una total represión o una total expresión sea necesaria para el trabajo mágico, sino significa de la manera más expresa que la persona que ha arrancado sus instintos naturales cuyas raíces están en la Madre Tierra, en la conciencia de esa persona existe un abismo; por tanto, no puede ser un canal apto para que descienda el Poder que, viniendo de los planos superiores, llega hasta el plano físico.

Sabemos que se nos interpretará mal por nuestra franqueza en estos asuntos, pero si no hay alguien que se atreva a adelantarse y a desafiar el odio que despierte manifestando la verdad, ¿cómo podrían los verdaderos investigadores encontrar el sendero que los lleva a los Misterios? ¿Tendríamos que mantener en la Logia la actitud así llamada "victoriana", que ha sido abandonada por completo fuera de su recinto? Alguien tiene que demoler los falsos dioses hechos a imagen y semejanza de Mrs. Grundy. No obstante, creemos que las pérdidas que podríamos sufrir en este concepto serían relativamente pequeñas, porque es imposible cooperar ni enseñar a una persona que se asusta cuando le hablan claramente. Y no se imagine el lector que le estamos invitando a quién sabe que orgías fálicas, como quizás a alquien podría parecerle en su malicia, sino nos estamos limitando sólo a señalar que la persona incapaz de asir el significado de los cultos fálicos, desde el punto de vista psicológico, no tiene bastante inteligencia ni puede servir de nada en los Misterios.

IV

Habiendo ya prestado suficiente consideración a la elucidación del principio Binah obrando en polaridad con Kjomah (de otra manera es incomprensible, pues es esencialmente un principio de polaridad), consideraremos ahora el significado del simbolismo atribuído al tercer Sephirah, que puede dividirse en dos aspectos: el de la Gran Madre y el de Saturno, pues ambos atributos corresponden a Binah. Es la poderosa Madre de todos los seres vivientes e, igualmente, el Principio de la Muerte, pues la forma debe morir cuando ha cumplido su misión. En los planos de la forma, la muerte y el nacimiento son el anverso y el reverso de la misma moneda.

El aspecto maternal de Binah se expresa en el título dado de Marah, el Mar. Es un hecho curioso que se represente a Venus Afrodita naciendo de la espuma del mar, y que la Virgen María sea llamada por los católicos "Stella Maris", la Estrella del Mar. La palabra Marah, raíz del nombre María significa también amargura; y la experiencia espiritual atribuida a Binah es la Visión del Dolor o el Sufrimiento. Es una imagen que recuerda el cuadro de la Virgen llorando al pie de de la cruz, con su corazón atravesado por siete puñales. También hace recordar las enseñanzas de Buda que la vida es sufrimiento. La idea de la sumisión al dolor y a la muerte está implícita en la idea del descenso de la vida a los planos de la forma.

El texto Yetzirático ya citado, cuando menciona a Malkuth, dice que es el Trono de Binah. Uno de los títulos dados al tercer Sephirah es Kjorsia, el Trono; y los ángeles asignados a este Sephirah son llamados Aralim, que signifca Tronos. Ahora bien, un trono sugiere esencialmente la idea de una base estable, un fundamento firme, sobre el que se sienta el Ser que tiene el Poder, y del cual no puede ser movido. En realidad, el trono es como un yunque o bloque que soporta la acción de retroceso, de la misma manera que el hombro del tirador soporta el golpe de retroceso de su carabina. Los grandes cañones tienen unos cimientos de concreto para resistir ese retroceso conforme deflagra el explosivo que impulsa al proyectil, porque es indudable que la presión en la culata del cañon debe ser igual a la ejercida en la base del proyectil cuando se efectúa el disparo. Esta es una verdad que nuestras idealistas tendencias religiosas tratan de olvidar, con el consiguiente debilitamiento e invalidamiento de sus enseñanzas. Binah, Marah, la materia, es el yunque o culata que presta su segura base a la fuerza vital.

De la resistencia a la fuerza espiritual, como ya hemos notado, proviene la idea implícita del Mal, tan injusta cuando se trata de Binah. Esto se ve claramente cuando consideramos las ideas que surgen en relación con SaturnoCronos. Saturno implica algo muy siniestro. Es el Gran Maléfico de los astrólogos, y quien tenga una cuadratura de Saturno en su horóscopo lo considera como un aflicción muy grave. En efecto, Saturno es el que resiste, el adversario pero también es el estabilizador y probador que nos permite confiar nuestro peso a aquello que no podría soprtarlo. Es un punto altamente sugestivo, que el Trigésimo segundo Sendero (que va de Malkuth a Yesod y que es el primer Sendero del alma que se lanza hacia lo alto) depende, según la tradición, de Saturno. Es el dios de la forma más antigua de la materia. El mito griego de Cronos nombre heleno del mismo principio lo considera uno de los Dioses más antiguos, esto es, de los Dioses que crearon a los dioses.

Era el padre de Júpiter Zeus, quien se salvó de sus garras gracias a una astucia de su madre, porque Saturno tenía la mala costumbre de devorar a sus hijos. En este mito encontramos nuevamente la idea de que quien da la Vida es también el dador de la Muerte. Como ya hemos visto, Saturno con su hoz se convierte fácilmente en la Muerte con su guadaña. Es muy interesante notar todos estos concatenamientos de ideas en relación con cada Sephirah, porque no podemos dejar de ver como la mismas imágenes se presentan una y otra vez siguiendo el curso de nuestras ideas, aunque, aparentemente, estén muy distantes de la Madre, el Mar y el Tiempo.

Cada planeta tiene una virtud y un vicio; en otras palabras, cada planeta, según los astrólogos, puede estar bien o mal aspectado, en exilio o dignificado. No podemos pasar por la vida sin notar que cada tipo de carácter tiene los vicios de sus virtudes, esto es, que las virtudes llevadas al extremo se convierten en vicios. Y así ocurre también con los siete Sephiroth planetarios: tienen sus aspectos buenos o malos, según las proporciones en que se manifiesten. Cuando hay falta de equilibrio debida a la fuerza desequilibrada de una particular, experimentamos su mala influencia; por ejemplo: Saturno devoraba sus hijos. La Muerte comienza a destruir la Vida, antes de que haya cumplido su función. Ningún Sephirah puede ser total y exclusivamente maléfico, ni siquiera Gueburah, que es la personificación de la destructividad. Todos son igualmente indispensables en el esquema total del conjunto, y su influencia relativa, buena o mala, depende del lugar que ocupen, del papel que desempeñen, el cual no debe ser ni muy fuerte, ni muy débil, sino equilibrado. Demasiada poca influencia en un Sephirah determinado, provoca un desequilibrio en su opuesto; demasiada influencia, se convierte en un mal positivo: es una dosis venenosa.

La virtud de Binah es el Silencio, y su vicio, la avaricia. Aquí vemos nuevamente cómo se hace sentir la influencia de Saturno. Keats habla de "Saturno, el de los cabellos grises, silencioso como una roca"; y en estas pocas palabras el poeta evoca una imagen mágica de la edad primordial, el silencio y la influencia de Saturno. En verdad, es uno de los dioses antiguos asociado al aspecto mineral de la Tierra. Su trono se encuentra en las rocas más antiguas, sobre las que no crece planta alguna.

Se dice que el silencio es una de las virtudes más deseables en la mujer. Sea como fuere, y sin poner en duda que su lengua es su arma más peligrosa, el silencio indica receptividad. Si guardamos silencio, podemos escuchar y, por ende, aprender; pero si hablamos, las puertas de nuestro espíritu permanecen cerradas. La resistencia y la receptividad de Binah son sus mayores poderes; y de estas virtudes surge el vicio provocado por su exceso: la avaricia, que niega demasiado y retiene hasta lo más indispensable. Cuando este vicio prevalece, necesitamos de la generosa influencia de Guedulah Gueburah (JúpiterMarte), influencia que destruye al viejo dios, el devorador de sus propios hijos, e instaura un nuevo reino.

Los símbolos mágicos de Binah son el Yoni y la Vestidura Externa de Ocultación, siendo este último un término gnóstico, y el primero una palabra hindú, que significan los órganos sexuales femeninos en correspondencia negativa con el falo masculino. El término "Kteis, menos conocido, es el equivalente europeo. En los símbolos religiosos de la India, el Yoni y el Lingam aparecen con suma frecuencia, porque la idea de la fuerza vital y de la virilidad son los motivos principales de sus ritos.

La idea de la Fertilidad es el motivo principal de los aspectos de Binah que se manifiestan en el mundo de Assiah, sobre el plano físico. La vida no sólo anima a la materia a fin de disciplinarla, sino que también surge de ella triunfalmente, aumentada y multiplicada. El aspecto de la Fertilidad que equilibra el aspecto Tiempo Muerte Limitación es esencial para nuestro concepto de Binah. El Tiempo Muerte ciega con su guadaña el trigo de Ceres; ambos son símbolos de Binah.

La idea de la Vestidura Externa de Ocultación sugiere claramente la materia, así como el esplendor envolvente de la Túnica Interna de Gloria del principio vital. Estas dos ideas juntas nos suministran el concepto de cuerpo animado por el espirítu : su Vestidura Interna de Gloria Espiritual, oculta a todos los ojos por la Túnica Externa de la materia densa. Una y otra vez, al meditar sobre estos misterios, encontramos nueva iluminación merced a la colección aparentemente fortuita de símbolos asignados a cada Sephirah. Ya hemos visto en nuestros estudios que ningún símbolo puede estar aislado y que toda penetración de la intución y la imaginación sirve para revelar largas líneas de entrelazamiento entre ellos.

Los cuatro Tres del Tarot son las cartas asignadas a Binah, y en verdad que el número tres está íntimamente asociado con la idea de la manifestación material. Las dos fuerzas opuestas encuentran su expresión en una tercera, el equilibrio entre ambas, que se manifiesta en un plano inferior al de los padres. El triángulo es uno de los símbolos asignados a Saturno, como el dios de la materia más densa, y el triángulo del Arte, como se lo llama, se emplea en las ceremonias mágicas cuando la intención de las mismas es la de evocar y hacer visible en el plano material algún espíritu. Para los otros modos de manifestación, siempre se usa el círculo.

El Tres de Bastos es el Señor de la Fuerza Establecida. Aquí tenemos nuevamente la idea del poder equilibrado, tan característico de Binah. Los Bastos, como podemos recordar, representan la fuerza dinámica de Yod. Esta fuerza, cuando se encuentra en la Esfera de Binah, deja de ser dinámica para devenir consolidada.

Las Copas son, esencialmente, la fuerza femenina, porque la Copa o el Cáliz es uno de los símbolos de Binah, íntimamente vinculados con el Yoni en el simbolismo esotérico. El Tres de Copas se encuentra, pues, en su debido lugar en Binah, porque los dos juegos de simbolismo se esfuerzan mutuamente. El Tres de Copas, que significa Abundancia, representa la Fertilidad de Binah, en su aspecto de Ceres.

Al Tres de Espadas, sin embargo, se lo llama Sufrimiento, y su símbolo, en el juego de Tarot, es un corazón atravesado por puñales de la Virgen María, en el simbolismo cristiano, y María es lo mismo que Marah, la Amargura, del Mar. ¡ Ave María Stella Maris !

Las Espadas son, por supuesto, cartas de Gueburah y, como tal, representan al aspecto destructivo de Binah, como Kali, la esposa de Siva, la diosa hindú de la destrucción.

Los Oros son cartas terrestres y, de consiguiente, se encuentran en armonía con Binah, la madre de la forma. Por tanto, el Tres de Oros representa al Señor de las Obras Materiales, o sea la actividad en el plano de la forma.

Se observará que, así como los planetas ven reforzadas su acción cuando se hallan en signos del Zodíaco que corresponden a su propia Casa. también las cartas del Tarot, cuando el significado del Sephirah coincide con el espíritu de la lámina, representa el aspecto activo de la influencia; pero cuando el Sephirah y los símbolos representan influencias distintas, entonces la carta es maléfica. Por ejemplo, la lámina de Espadas es de mal augurio cuando se halla en la Esfera de Influencias de Binah.

Y, finalmente, para resumir : Nos hemos extendido tanto con Binah, porque así queda completo el Triángulo Supremo y el primero de los pares de opuestos. Representa no sólo a sí propio, sino también el funcionamiento de ambos polos, porque es imposible comprender ninguna unidad del Arbol salvo en relación con otras unidades con las que interactúa y se equilibra. Kjokmah sin Binah y Binah sin Kjokmah son incomprensibles, porque su par constituye una unidad funcional y no ninguno de ellos separadamente.

CAPITULO XVIII

Kjesed (chesed), el cuarto sephirah

TITULO : Kjesed : Misericordia: (Hebreo Kjed, Samecj Daleth)

IMAGEN MÁGICA : Un poderoso rey coronado y sentado en su trono.

SITUACION EN EL ARBOL : En el centro del Pilar de la Misericordia.

TEXTO YETZIRATICO : Al Cuarto Sendero se lo llama La Inteligencia cohesiva y receptiva, porque contiene todos los Poderes Sagrados, y porque de ella emanan todas las virtudes espirituales con las esencias más exaltadas; emanan unas de otras en virtud de la Emanación Primordial, la Corona Altísima: Kether.

TITULOS DADOS A KJESED : Guedulah. Amor, Majestad.

NOMBRE DIVINO : El

ARCANGEL : Tzadkiel.

ORDEN ANGELICO : Chasmalim. Seres luminosos.

CHAKRA MUNDANO: Tzedek, Júpiter.

EXPERIENCIA ESPIRITUAL : Visión de Amor.

VIRTUD: OBEDIENCIA

VICIO : Fanatismo, hipocresía, glotonería, tiranía.

CORRESPONDENCIA EN EL MICROCOSMOS: El brazo izquierdo.

SIMBOLOS : La figura sólida. El Tetraedro. La Pirámide. La Cruz de brazos iguales. El Báculo. La Esfera. El Cetro. La Vara.

CARTAS DEL TAROT : Los Cuatro.

Cuatro de Bastos : Obra o trabajo perfeccionado.

Cuatro de Copas : Placer.

Cuatro de Espadas : Descanso después de la lucha.

Cuatro de Oros : Poder terreno.

COLOR EN ATZILUTH : Violeta profundo.

" BRIAH : Azul.

" YETZIRAH : Morado obscuro.

" ASSIAH : Azul obscuro moteado de amarillo.

I

Entre los Tres Sephiroth Supremos y el par de Sephiroth opuestos que les suceden en el Arbol existe un gran precipicio que los cabalistas llaman El Abismo. Los seis Sephira subsiguientes: Kjesed, Gueburah, Tipharet, Netzach, Hod y Yesod, constituyen lo que los cabalistas llaman Microposopos, el Rostro Menor, Adam Kadmon, el Rey. La Reina, esposa del Rey, es Malkuth, o el Mundo Físico. Tenemos, pues, el Padre (Kether), el Rey y la Esposa; en esta configuración del Arbol existe un profundo simbolismo de gran importancia práctica tanto en filosofía como en magia.

El Abismo, ubicado entre el Macroposopos y el Microposopos, indica una demarcación de la naturaleza del ser en el tipo de existencia que prevalece en cada uno de ellos. Es en este Abismo donde está situado Daath, el Sephirah del Devenir. También se lo llama entendimiento, en el cual sus elementos principales son la Percepción, la Aprehensión y la Conciencia.

Estos dos tipos de existencia, el Macroposopos y el Microposopos, indican esencialmente lo potencial y lo actual. La manifestación actual, como puede concebirla nuestra mente finita, empieza en el Microposopos, cuyo primer aspecto de manifestación es Kjesed, el Cuarto Sephirah, situado inmediatamente debajo de Kjokmah, el Padre, en el Pilar de la Misericordia, del cual es el Sephirah central. Está equilibrado en el lado opuesto del Arbol por Gueburah la Severidad, y este par, Gueburah Guedulah, forma el Poder y la Gloria de la invocación final del Padrenuestro siendo, por supuesto el Reino, Malkuth.

Como ya hemos visto, podemos aprender mucho de un Sephirah por su posición en el Arbol, y en la de Kjesed (o Chesed) en el Pilar de la Misericordia, podemos deducir que es Kjokmah en una espira inferior. Es emanado por Binah, Sephirah pasivo, y a su vez emana a Gueburah, un Sephirah catabólico cuyo chakra mundano es Marte con su simbolismo bélico, el cual es Saturno en un arco o nivel inferior.

De todo esto podemos aprender muchas cosas acerca de Kjesed. Es el Padre amante, el protector y preservador, así como Kjokmah es el engendrador de todo. Continúa la obra de Kjokmah, organizando y preservando cuanto el Padre universal ha concebido o generado. Con su misericordia equilibra la severidad de Gueburah. Es anabólico, o constructivo, en contradistinción con el catabolismo de Gueburah.

Ambos aspectos están muy bien expresados en la imágenes mágicas atribuídas a estos dos Sephiroth, imágenes que son de la de dos reyes: la Kjesed, un rey en su trono, y la Gueburah, un Rey en su carro de guerra; en otras palabras, los gobernantes del reino en tiempos de paz y en tiempos de guerra; el uno como legislador y el otro como guerrero.

La analogía fisiológica nos dará una clara comprensión de estos dos Sephiroth. El metabolismo se compone de anabolismo o ingestión y asimilación de alimentos y su transformación en tejidos orgánicos, y de catabolismo, o destrucción de los mismos tejidos por la actividad, la energía exteriorizada . Los subproductos del catabolismo son las toxinas de la fatiga que la sangre debe eliminar merced al reposo. Todos los procesos vitales constituyen una serie ininterrumpida de construcción y destrucción, de Gueburah y Guedulah (otro nombre de Kjesed), que representan estos dos procesos en el Microcosmos.

Kjesed, el primer Sephirah en el Microposopos, o Universo Manifestado, representa la formulación de la idea arquetípica, la concreción de lo abstracto. Cuando el principio abstracto que forma la raíz de una nueva actividad se formula en nuestra mente, operamos en la Esfera de Kjesed. Un ejemplo aclarará el punto de que se trata. Supongamos un explorador que, desde la cima de una montaña, contemple una región recientemente descubierta y compruebe que las llanuras que se extienden más álla de la costa son fértiles, y que un río fluye por ellas en su marcha hacia el mar, atravesando la garganta de la montaña. En esos momentos piensa en la riqueza agrícola que pueden encerrar esas llanuras, y en las facilidades para el transporte fluvial que ofrece el río.

Piensa en un posible puerto en el estuario, porque se le ocurre que la desembocadura del rio habrá abierto un canal por el cual será posible que vengan los buques. Mentalmente ve los muelles, los diques y los almacenes del puerto, el caserío y todo lo demás. Después se pregunta si las montañas no contendrán ricos minerales, y se imagina una línea férrea que corra a lo largo del río, y que se ramifique en los diferentes valles. Ve, en su imaginación, la afluencia de colonos. Será necesario edificar un hospital, una iglesia, quizás una cárcel, hoteles, etc. Su imaginación, contempla la calle principal de la ciudad en formación, y determina entonces adquirir todos los terrenos que formen esquina para prosperar así, personalmente, de acuerdo con la prosperidad general de la bella, nueva y floreciente ciudad. Todo esto lo ve, mientras la selva, aun virgen, cubre todas esas tierras y bloquea los pasos de la montaña; pero, sabiendo que las llanuras son fértiles, que el río cruza el valle y la montaña, puede ver, en principio, el desenvolvimiento total y el desarrollo que puede producirse. Mientras su mente actúa de esa manera, sépalo o no, opera en la esfera de Kjesed; y también todos los que puedan funcionar en términos de Kjesed y pensar adelantándose al futuro, como lo hace el explorador de nuestro ejemplo, viendo lo que puede surgir de determinadas causas mucho antes de que se trace el primer plano o se coloque el primer ladrillo, tienen el poder de adueñarse de las tierras valiosas donde se establecerán muelles o por donde correrá la calle principal.

Todo el trabajo creador del mundo se hace así, merced a la labor de mentalidades e inteligencias que operan en términos de Kjesed, el rey sentado en su trono, sosteniendo el cetro y el mundo, gobernando y guiando a su pueblo.

En contraste con lo que acabamos de exponer, observamos aquellos cuyas mentes no pueden funcionar más arriba del nivel de Malkuth, la esposa del Rey. Son personas a las cuales les es imposible ver, como se dice, la madera en el árbol; no pueden pensar más que en detalles, careciendo de la potencia para sintetizar y ver las cosas en gran conjunto. Su lógica, siempre materialista, no puede ver el origen de las cosas. Incapaces de distinguir las causas sutiles, son víctimas sempiternas de lo que llaman "caprichos de la suerte". Tampoco pueden operar en la línea seguida por los impulsos primarios cuando éstos descienden por sí propios, o son llamados a bajar al seno de la manifestación.

El ocultista que carezca de la Iniciación de Kjesed, se verá limitado a funcionar en la esfera de Yesod, el plano de Maya, la ilusión. Para él, la imágenes astrales reflejadas en el espejo mágico de la subconsciencia serán realidades, y no hará ninguna tentativa para traducirlas en términos de los niveles superiores, aprendiendo, así, lo que realmente representan. Por sí propio se habrá construido una morada en la esfera de las ilusiones, y continuamente, será engañado por los fantasmas que, inconscientemente, él mismo ha proyectado. Si pudiera funcionar en términos de Kjesed, percibiría las ideas arquetípicas animadoras, de la cuales estas imágenes mágicas no son más que sombras o representaciones simbólicas. En este caso, se convierte en amo y señor del tesoro, en vez de ser alucinado por esas imágenes; podrá entonces utilizarlas de la misma manera que un matemático utiliza los símbolos algebraicos. Trabaja mágicamente como lo hacen los Adeptos Iniciados, y no como los hechiceros.

El místico que funciona en el Centro Crístico de Tiphareth, si carece de las claves de Kjesed, también será alucinado, aunque de forma distinta y mucho más sutil. En este nivel sabrá descifrar las imágenes mágicas con bastante exactitud, refiriéndolas a lo que representan y no dándoles más valor que el de meros signos o señales, como tan bien lo demuestra Santa Teresa en su "Castillo Interior". No obstante, el místico caerá en el error de creer que las imágenes que percibe y las experiencias por las que pasa son el resultado de un coloquio personal de su alma con Dios, en vez de advertir que no son más que etapas en el Sendero. Verá un salvador personal en el Dios Humano. Adorará a Jesús de Nazareth como Dios Padre, confundiendo asi las Personas.

Kjesed, pues, es la esfera donde se formula la idea arquetípica; la aprehensión por la conciencia de un concepto abstracto que ultérrimamente está destinado a atravesar los planos y a concretarse a la luz de la experiencia obtenida con la concretación de otros conceptos análogos, también abstractos. E, igualmente, en su aspecto macrocósmico, representa la fase correspondiente, en el proceso de creación. La ciencia materialista cree que los únicos conceptos abstractos son los que puede formular la mente humana; pero la Ciencia Espiritual Esotérica enseña que la Mente o Inteligencia Divina formuló ideas arquetípicas para que la substancia pudiera tomar forma, y que sin ideas de ese orden la substancia sería informe y vacía, algo asi como limo primordial que espera el aliento de vida para organizarse en células o cristales. Las últimas investigaciones en la Física han revelado que toda substancia, sin excepción, tiene una estructura cristalina, y que las líneas de tensión que los psíquicos perciben como corriente etérica ya han quedado reveladas en los Rayos X.

Una parte muy importante y por cierto mal comprendida es la que los Maestros desempeñan en los Misterios. Las distintas escuelas definen este calificativo diferentemente, y algunas incluyen entre los Maestros a Adeptos de alto grado; pero nosotros consideramos que es aconsejable hacer una distinción entre los Hermanos Mayores encarnados, y los desencarnados, porque Sus misiones y funciones son completamente distintas. El título de Maestro debe darse sólo a Aquellos que están libres de la rueda del nacimiento y de la muerte. Según la terminología de la Tradición Esotérica Occidental, el grado de Adeptus Exemptus se le asigna a Kjesed, pues el término Exemptus indica que ha sido liberado del Karma. Sabemos muy bien que algunos dan un significado distinto a este término y que se ha conferido ese grado a personas en encarnación. Se podría responder que si la función de esos Seres es activa y no puramente honorífica, están libres de Karma y no reencarnarán más. A ellos se les puede dar perfectamente el nombre de MAESTROS, porque Su Conciencia corresponde a este grado; y, aunque es preciso hacer una distinción entre Adeptos encarnados y desencarnados, nos parece preferible detenernos en esta diferencia secundaria, que acordar a seres humanos un prestigio que no está hecho para la naturaleza del hombre. Mientras un Adepto permanezca encarnado, estará sujeto a las debilidades humanas, en algún grado, y a las limitaciones impuestas por la vejez y la salud física. Hasta que no se haya liberado completamente de la Rueda de los renacimientos, y funcione como Conciencia Pura, no escapará por completo a las limitaciones humanas de la herencia y del medlio ambiente. Por lo tanto, no es posible tener en él la misma confianza que la que puede depositarse en los verdaderos MAESTROS desencarnados.

Una parte capital del trabajo de los Maestros es la concreción de las ideas abstractas concebidas por la Conciencia del Logos. El Logos, cuya meditación da nacimiento a los mundos, y cuya Conciencia, desenvolviéndose, es lo que constituye la Evolución, concibe ideas arquetípicas extraídas de la substancia del Inmanifestado, para usar de una metáfora, ya que toda definición a este respecto es imposible. Estas ideas permanecen en la Conciencia cósmica del Logos, como una simiente en la flor, porque no hay allí suelo alguno para que germine. La Conciencia Logoica, como Ser puro, no puede proveer, en su propio plano, el aspecto formativo indispensable para la manifestación. Las tradiciones esotéricas dicen que los Maestros conciencias desencarnadas y disciplinarias por la forma, aunque ahora carecen de ella,- en Sus meditaciones sobre la Divinidad, pueden percibir telepáticamente esas ideas arquetipicas en la Mente Divina y, realizando su aplicación práctica en los planos de la forma y de la línea que seguirá ese desenvolvimineto, producen imágenes concretas en Sus propias conciencias, que servirán para concretar esas ideas abstractas arquetípicas en los primeros planos de la forma, llamados BRIAH por los cabalistas.

Esta es, pues, la tarea que realizan los Maestros en Su esfera especial, la esfera organizadora, constructiva y fecunda de Kjesed en el Pilar de la Misericordia. La obra de los Maestros de la Noche, que son completamente diferentes a los Adeptos Negros, la realzan en la esfera correspondiente a Gueburah, en el Pilar de la Severidad, el cual consideraremos a su debido tiempo. El punto de contacto entre los Maestros y Sus discipulos se encuentra en Hod (Jod), el Sephirah de la magia ceremonial, como bien lo indica el SepherYetzirah, declarando que de Gueburah, al Cuarto Sephirah, emana la esencia de Hod. Estas indicaciones que dan los textos Yetziráticos con respecto a las relaciones entre los Sephiroth individuales son de gran importancia para el Ocultismo práctico. De consiguiente. Hod puede ser considerado como representando a Kjohmah y a Kjesed en un arco inferior, de la misma manera que Netzach representa a Binah y a Gueburad. Explicaremos esto en detalle cuando tratemos de estos Sephiroth, pero tenemos que referirnos a ellos desde ahora, a fin de que resulte inteligible la función de Kjesed.

Ya hemos llegado a un punto en el esquema del Arbol donde el tipo en función de actividad es accesible a nuestra conciencia humana. En nuestro estudio sobre los Sephiroth precedentes, hemos formulado concepto metafísicos, conceptos que, aunque muy remotos (son extraordinariamente importantes, porque si no los tuviéramos presentes como base de nuestro entendimiento de la Ciencia Esotérica, caeríamos en la superstición y utilizaríamos la Magia como los hechiceros, y no como los Adeptos. En otros términos, seríamos incapaces de trascender los planos de la forma y nos alucinaríamos, siendo dominados por los fantasmas evocados y creados por la imaginación mágica, en vez de servinos de ellos como las cuentas de un ábaco en nuestros cálculos, lo que para un ingeniero equivaldría a usar una regla común en vez de la regla de calcular.

Kjesed, pues, se refleja en Hod (Jod), a través del Centro Crístico de Tiphareth, de la misma manera que Gueburah se refleja en Netzach. Esto nos enseña mucho, pues nos indica que para que la conciencia pueda elevarse de la forma a la fuerza, o descender de la fuerza a la forma, debe pasar por el Centro del Equilibrio y Redención, al cual corresponden los Misterios de la Crucifixión.

La conciencia exaltada del Adepto asciende a la Esfera de Kjesed en Sus meditaciones ocultas, y es en ella donde recibe las inspiraciones que luego adapta a los planos de la forma. Es allí donde encuentra a los Maestros como influencias espirituales, con las que se pone en contacto telepáticamente, sin mezcla alguna de personalidad. Este es el verdadero y más elevado medio de contacto con los Maestros , o sea de mente a mente, de espíritu a espíritu, en su propia esfera de exaltada conciencia. Cuando se ve a los Maestros clarividentemente como seres reales, el Color de Sus túnicas indica el rayo a que pertenecen, pero lo que se ve es la imagen reflejada en la Esfera de Yesod, que es el reino de los fantasmas y de las alucionaciones. Hollamos un terreno muy inseguro cuando encontramos aquí a los maestros. En esta Esfera es donde las manifestaciones espirituales adoptan la forma antropomórfica que descarría y desorienta a los psíquicos incapaces de elevarse hasta la Esfera de Kjesed. Y así es que cuando el anuncio de un impulso espiritual se expande por el mundo, es interpretado como la vuelta de un Instructor mundial.

II

Conforme descendemos por el Arbol, llegando a esas Esferas más accesibles para nuestra comprensión de los Tres Supremos, encontramos que los símbolos asociados con cada Sephirah se van haciendo más y más elocuentes, pues hablan a nuestra experiencia en vez de obligarnos a razonar por mera analogía.

La imagen mágica que representa a Kjesed es un Rey poderoso coronados en su trono; esta posición indica que se halla sentado establemente en un reino de paz y no en marcha en su carro de guerra, como lo sugiere la imagen mágica de Gueburah. Los títulos adicionales de Kjesed Majestad, Amor confirman esta idea del Monarca bondadoso, padre de su pueblo; y la posición de Kjesed en el centro del Pilar de la Misericordia prueba una vez más la idea de la Estabilidad ordenada y de la ley misericordiosa del gobierno que rige para el bien de los gobernados. El título de las huestes angélicas asociadas con Kjesed los Chasmalin (Jasmalim), Seres Luminosos destaca la idea del esplendor real de Guedulah, otro de los títulos que se dan frecuentemente a Kjesed. El chakra mundano asignado a Kjesed Júpiter, llamado en astrología el Gran Benéfico, completa esta cadena de asociaciones.

Del lado microcósmico o subjetivo, encontramos que la virtud asignada a las experiencias de esta Esfera es la obediencia. Es sólo por esta virtud que sus motivos pueden beneficiar por la sabia autoridad de Kjesed. Nos es menester sacrificar una buena parte de nuestra independencia y de nuestro egoísmo, a fin de participar en las ventajas de una vida social compleja; no hay ningún medio para escapar de esta restricción, de este sacrificio. En esta Esfera, más que en ninguna otra, no es posible, como vulgarmente se dice, replicar y estar en la procesión. No existe nada parecido a lo que se llama libertad, si con ello comprende los caprichos de una voluntad sin oposición. La fuerza de gravedad, entre otras cosas, es un serio obstáculo para nosotros. Se podría definir la libertad como el derecho de elegir cada uno su guía, pues es necesario aceptar un guía en toda corporación respetable, o resignarse al caos. Una autoridad que sea a la vez inspirada y eficaz, es lo que a voz en cuello claman las necesidades del mundo actual; y nación tras nación están en camino de buscar y encontrar un guía que, lo mejor posible, corresponda aproximadamente a su ideal étnico, marchando todas como un solo hombre detrás de este guía. La influencia benigna, actuante y organizadora de Júpiter es el único remedio para los sufrimientos del mundo; y cuanto más se haga sentir, tanto más los pueblos podrán recobrar su equilibrio emotivo y salud física.

Por el contrario, los vicios asignados a Kjesed intolerancia hipocrecia, glotonería, tiranía ,todos ellos son vicios sociales. La intolerancia se rehusa a evolucionar con el tiempo, a aceptar otros puntos de vista, lo cual significa estancamiento fatal para las relaciones entre razas. La hipocresía implica que no damos de corazón a la corporación de la vida; pero, como Ananías, anhelamos salvar nuestra parte. La glotonería nos expone a la tentación de tomar más de lo que nos viene de los recursos comunes, lo cual no es más que uno de los nombres del egoismo. Y la tiranía es el uso abusivo de la autoridad que surge cuando la naturaleza involucra vanidad, crueldad.

La correspondencia en el Microcosmos nos es dada como el brazo izquierdo, que indica un modo del funcionamiento del poder menos activo que el del brazo derecho, el cual, en la imagen mágica de Gueburah, levanta la espada. La mano izquierda sostiene el globo, que significa la tierra y muestra que todo está a salvo en la mano firme de aquel que gobierna. Kjesed, en efecto, denota más bien firmeza que la energía dinámica.

Se nos dice que el número místico de Kjesed, el cual a menudo es representado por una figura, es el tetraedro. Un talismán de Júpiter se erige siempre sobre una figura tal. Otro de sus símbolos es el sólido geometrico, y la razón es evidente, cuando se consideran las figuras geométricas evolucionadas de los Sephiroth a que hemos pasado revista. El punto para Kether, la línea para Kjokmah, el espacio de dos dimensions para Binah; por tanto, es lógico que el sólido de tres dimensiones concierna a Kjesed.

Estas relaciones involucran un sentido más profundo que una simple serie de símbolo. El sólido representa esencialmente la manifestación, tal como nos es conocida en nuestra conciencia de tres dimensiones. No podemos concebir una existencia de una o dos dimensiones sino por medio de las matemáticas o el símbolo. Kjesed, como ya hemos dicho, es el primero de los Sephiroth manifestados; por consiguiente, es muy natural que el símbolo de la figura sólida haga parte de sus atributos. Esta figura sólida especial es habitualmente la pirámide, figura de tres faces y una base, expresando así la cualidad numérica de Kjesed.

Aparte de la Cruz del Calvario de los Misterios Cristianos, hay muchos aspectos diferentes de la Cruz; cada una de ellas representa diversos modos particulares de acción del poder espiritual, lo mismo que las diferentes formas de Nombres Divinos asignados a Dios. La forma de cruz que se relaciona a Kjesed, es de brazos iguales; simboliza el equilibrio de los cuatro elementos e implica la dominación de la naturaleza por una influencia sintética que establece la armonía por doquier.

La Esfera, el Cetro, el Báculo y la Vara se derivan de este Sephirah; expresan tan perfectamente los aspectos del poder real bienhechor de Kjesed, que no tienen necesidad de ser comentados.

Las cuatro cartas del Tarot ubicadas en Kjesed, cuando se efectúa una operación adivinatoria, expresan, por correspondencia, la idea dominante del tema. El Cuatro de Basto simboliza Obra o trabajo perfeccionado, representando admirablemente el exito del rey en tiempo de paz en su próspero reino. El Cuatro de Copas es el Señor del Placer, y se relaciona al título de Esplendor asignado a Kjesed, que abarca el fulgor de su Orden Angélico. El Cuatro de Espadas indica el descanso después de la lucha, concordando perfectamente con la imagen del Monarca sentado. El Cuatro de Oros es el Señor del Poder Terrestre, simbolismo evidente de por sí, al cual no es necesario agregar nada.

Hemos dejado para el fin de este estudio la consideración del texto Yetzirático para que el ritmo del simbolismo que se sucede en orden exacto no fuese destruido. Este texto contiene tanto sentido, que se lo comprende mejor cuando ya se conoce el simbolismo anterior. Mucho de lo que a él se relaciona ha sido ya estudiado cuando examinamos la relación de Kjesed con los Sephiroth precedentes. Por tanto, no queremos repetirnos, y nos limitamos a remitir al lector a esas páginas para así, en lo posible, evitar repeticiones casi inevitables en el estudio del Arbol de la Vida, en la cual los diversos simbolismos representan el mismo poder sobre diferentes niveles de manifestación o bajo aspectos desemejantes.

El Cuarto Sendero es llamado "La Inteligencia Cohesiva". Vemos claramente el sentido de estas palabras, si pensamos en Kjesed como un rey sentado en un trono, organizando los recursos de su superior y esforzándose para que todas las cosas se equilibren para el bien común.

También es llamado "La Inteligencia Receptiva", en el texto Yetzirático, y esto se refiere al símbolo del brazo izquierdo asignado a este Sephirah en el Microcosmos.

Kjesed "contiene todos los Santos Poderes, y de él emanan todas las virtudes espirituales, como asimismo la Esencia más exaltadas. La enseñanza que involucra esta frase ha sido explicada precedentemente con respecto a las ideas arquetípicas.

"Emanan uno de otro en virtud de la emanación primordial, la más Alta Corona: Kether". Estos conceptos han sido abordados a propósito del segundo Sephirah, Kjokmah, cuando estudiamos el desarrollo de la fuerza descendiendo de un Sephirah a otro.

CAPITULO XIX

Geburah (geburah), el quinto sephirah

TITULO : Gueburah, Fuerza, Severidad (Hebrero: Guimel, Beth, Vau, Resh, Hé).

IMAGEN MÁGICA : Un poderoso guerrero en Su carro.

POSICION EN EL ARBOL : En el centro del Pilar de la Severidad.

TEXTO YETZIRATICO : El quinto Sendero es llamado la Inteligencia Radical, porque se parece a la Unidad uniéndose a Binah, el Entendimiento que emana de las profundidades primordiales de Kjokmah, la Sabiduría.

TITULOS DADOS A GUEBURAH : Din, la Justicia. Pachad (Pajad), el temor.

NOMBRE DIVINO : Elogim Gebor. (Elojim Guebor).

ARCANGEL : Khamael.

ORDEN ANGELICO : Seraphim, las Serpientes de Fuego.

CHAKRA MUNDANO : Madim, Marte.

EXPERIENCIA ESPIRITUAL : Visión de Poder.

VIRTUD : Energía, Valor.

VICIO : Crueldad, Destrucción.

CORRESPONDENCIA EN EL MICROCOSMOS: El brazo derecho.

SIMBOLOS : El Pentágono. La Rosa Tudor de cinco pétalos. La Espada. La Lanza. La Verga. La Cadena.

CARTAS DEL TAROT : Los Cuatro Cinco.

Cinco de Bastos : La Lucha.

Cinco de Copas : Placer enturbiado.

Cinco de Espadas: Derrota.

Cinco de Oros : Conflicto terrestre.

COLOR EN ATZILUTH : Naranja.

" BRIAH : Rojo Escarlata.

" YETZIRAH : Escarlata brillante.

" ASSIAH : Rojo moteado de negro.

I

Una de las menos comprendidas en la filosofía cristiana es el problema del mal; y una de las cosas donde la ética cristiana se muestra la menos informada es el problema de la fuerza y de la severidad, por oposición a la misericordia y la dulzura. De consiguiente, Gueburah, el Quinto Sephirah, cuyos títulos adicionales son Din (justicia) y Pachad (el Temor), es uno de los Sephiroth menos comprendidos, siendo uno de los más importantes. Si no fuera que la doctrina cabalista, en términos bien explícitos, afirma el carácter sagrado de los diez Sephiroth, muchos estarían inclinados a ver en Gueburah el aspecto maligno del Arbol de la Vida. El planeta Marte, cuya Esfera es el chakra mundano de Gueburah, es llamado "maléfico" en astrología.

Por tanto, aquellos que están bien informados más allá de las vías ilusorias de una filosofía demasiado engañosa que toma sus deseos por realidades, saben que Gueburah en ningún modo es el Enemigo, el Adversario, de que habla la Escritura, sino Rey en su carro que parte para la guerra, cuyo poderoso brazo derecho protector defiende su pueblo con la espalda y la legalidad, y cuida que la justicia sea hecha. Kjesed, el Rey sentado en su trono, el Padre del pueblo de días pacíficos, bien puede merecer nuestro amor; pero quien es acreedor de nuestro respeto es Gueburah, el Rey sobre su carro, que parte para la guerra. Jamás se ha hecho suficiente justicia a la parte que merece el sentimiento del repeto en la emoción del amor. Experimentamos una clase de amor para aquel que sabe inspirarnos el temor de Dios, si la ocasión se presenta, de una manera muy diferente, mucho más permanente y más estable y, cosa curiosa, mucho más satisfactoria aún, desde el punto de vista emocional, que el amor, en el cual no existe ningún sentimiento de temor. Gueburah es quien inspira este sentimiento de temor al Señor que es el comienzo de la Sabiduría, al mismo tiempo que un sentimiento general y de sano respeto que nos ayuda a mantenernos en el dificil y estrecho sendero, y apela a nuestra naturaleza superior, pues sabemos que gracias a él nuestros pecados serán puestos a la luz.

Este es un factor al cual la moral cristiana, por lo menos en su sentido popular, no da bastante importancia; y, puesto que la opinión general de la sociedad cristiana alimenta un prejuicio con respecto del Santo Quinto Sephirah, será necesario considerar su relación con el Arbol de la Vida y, a la vez, el papel que desempeña en la vida espiritual y social, con un muy amplio detalle, pues este Sephirah no es bien comprendido; y esta falsa apreciación con respecto al valor que representa es la causa de muchas dificultades en nuestra existencia moderna.

Gueburah ocupa la posición central en el Pilar de la Severidad; expresa, pues, el aspecto catabólico o destructivo de la fuerza. Es menester recordar que el catabolismo es el aspecto del metabolismo o proceso vital que concierne a la liberación de la fuerza activa. Se dice que el Bien es aquello que es constructivo y el Mal lo que es destructivo. De cuán falsa es esta filosofía, podremos verlo intentando clasificar, de acuerdo con sus principios, el cáncer y un desinfectante. En las enseñanzas de los Misterios más profundos y más filosóficos, aprendemos que el Bien y el Mal no son cosas en sí, sino condiciones. El Mal es simplemente una fuerza que no está en su lugar; si se halla desplazada en el tiempo, está rezagada y tan lejos de su meta que resulta inútil. Está desplazada si se manifiesta donde no es necesario, como, por ejemplo, una brasa que cae sobre una servilleta o el agua que se ha desbordado de la bañera. Se halla desplazada en cuanto a las proporciones, si un exceso de amor nos hace sentimentales y estúpidos, o si la falta de amor nos convierte en destructivos y crueles. Es en este sentido que se comprende el Mal y no en un dominio personal que obra como un Adversario.

Gueburah, el Destructor, el Señor del Temor y de la Severidad, es, por tanto, tan necesario al equilibrio del Arbol como Kjesed, el Señor del Amor, y Netzach, la Señora de la Belleza. Gueburah es el cirujano celestial, el caballero de la Armadura Brillante, aquel que traspasa con su lanza al dragón; magnífico como un novio para la Virgen que lo espera anhelante, aunque, sin duda, el Dragón preferiría un poco más de Amor.

La iniciación de los "maleficos", tales como Saturno y Marte, y Yesod, la Luna engañosa, no son menos indispensables para la evolución y el desarrollo regular del alma que los Misterios de la Crucifixión expresados por Thiphareth. Es el punto de vista unilateral del cristianismo lo que hace su debilidad y el responsable de todo lo que es patológico y malsano, tanto en nuestra vida pública como en nuestra existencia privada. Pero es necesario no olvidar que el cristianismo fué el remedio útil para el mundo pagano, enfermo moribundo de sus propias toxinas. Nosotros tenemos necesidad de sus bienes, pero también , desgraciadamente, tenemos que tener en cuenta lo que le falta. Consideremos, pues, de más cerca, la influencia astringente y correctiva de Gueburah.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter