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Gestión del cambio climático: la respuesta de la comunidad internacional




Enviado por NEISER arteaga diaz



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Justificación
  3. Marco teórico
  4. Balance de la Cumbre de Bali
  5. Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático
  6. Conferencia de Bali sobre cambio climático
  7. El Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL)
  8. Respuestas individuales
  9. Conclusiones
  10. Recomendaciones
  11. Referencias bibliográficas

Introducción

El clima por ser un conjunto de elementos y factores atmosféricos, es de suma importancia en la vida cotidiana y en las actividades industriales, agrícolas, ganaderas etc. El clima sus elementos y factores atmosféricos se relacionan entre ellos para mantener un equilibrio en la actividad climática como: temperatura, precipitaciones, estaciones del año entre otras más. El incremento demográfico del hombre ha alterado ciertos factores, perjudicando en si el equilibrio climático, por tal razón entender y comprender el clima es necesario y de necesidad de toda la población.

Actualmente, existe un fuerte consenso científico que el clima global se verá alterado significativamente, en el próximo siglo, como resultado del aumento de concentraciones que causan el cambio climático. Estos gases están atrapando una porción creciente de radiación infrarroja terrestre y se espera que harán aumentar la temperatura planetaria entre 1,5 y 4,5 °C. Como respuesta a esto, se estima que los patrones de precipitación global, también se alteren. Aunque existe un acuerdo general sobre estas conclusiones, hay una gran incertidumbre con respecto a las magnitudes y las tasas de estos cambios a escalas regionales (EEI, 1997).

Asociados a estos potenciales cambios, habrá grandes alteraciones en los ecosistemas globales. Trabajos científicos sugieren que los rangos de especies arbóreas, podrán variar significativamente como resultado del cambio climático global. Por ejemplo, estudios realizados en Canadá proyectan pérdidas de aproximadamente 170 millones de hectáreas de bosques en el sur Canadiense y ganancias de 70 millones de hectáreas en el norte de Canadá, por ello un cambio climático global como el que se sugiere, implicaría una pérdida neta de 100 millones de hectáreas de bosques (Sargent, 1988).

Aun así, hay una considerable incertidumbre con respecto a las implicaciones del cambio climático global y las respuestas de los ecosistemas, que a su vez, pueden traducirse en desequilibrios económicos (EEI, 1997). Este tema será de vital importancia en países que dependen fuertemente de recursos naturales.

Estas conclusiones han llevado a una reacción gubernamental mundial, se ha expresado en numerosos estudios y conferencias, incluyendo tratados enfocados a enfrentar y en lo posible solucionar la crisis. Este trabajo analizará la problemática del Cambio Climático Global, las bases teóricas, sus posibles efectos futuros, las medidas tomadas y las medidas recomendadas para enfrentar adecuadamente el problema.

Justificación

Debido a la problemática vivida por los efectos del clima en el Perú y el mundo que han perjudicado a miles de personas en: inundaciones, deslaves, perdida de cultivos y de vidas humanas, es necesario divulgar información importante del clima para que la población pueda tener un conocimiento sobre que es el clima y, por que se dan estos acontecimientos desastrosos y de donde proviene toda esta actividad meteorológica que daña drásticamente a la población.

Por lo anterior es de gran importancia mostrarle por lo menos la información teórica de las acciones de las autoridades mundiales que se toma para contrarrestar los daños que causan los cambios climáticos

  • OBJETIVOS

  • Informar y recopilar información sobre las acciones que se toman con respectos al cambio del clima y sus efectos.

  • Informar y analizar los avances teóricos y prácticos de los diferentes tratados realizados por las autoridades a nivel mundial.

Marco teórico

  • 1. Antecedentes.

La Primera Conferencia Mundial del Clima, realizada en 1979, reconoció al cambio climático como un problema importante.

En 1988, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y la Organización Meteorológica Mundial establecieron el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático. Su mandato consiste en evaluar el estado del conocimiento sobre el sistema climático global y el cambio climático, sus impactos ambientales, económicos y sociales y las posibles estrategias de respuesta en esta materia. Sus acciones contribuyeron a sistematizar la evidencia científica disponible sobre el cambio climático global y a facilitar el proceso de elaboración de una respuesta internacional para un problema que afecta a un bien ambiental común de escala global.

Finalmente, el IPCC provee información clave para los decisores políticos en el marco del sistema multilateral de negociación, con el propósito de construir una arquitectura institucional de escala internacional que permita regular las emisiones con la participación de todos los países.

EL Protocolo de Kyoto

La voluntad política de la comunidad internacional dirigida a mitigar el cambio climático global consiguió plasmarse en 1997 en el Protocolo de Kyoto.

Entre los principales elementos que integran la arquitectura del Protocolo se cuentan:

  • Compromisos cuantitativos que incluyen metas de emisión y compromisos generales.

  • Implementación de políticas y medidas nacionales y de mecanismos de flexibilización, que contribuyan a hacer viable el cumplimiento de los compromisos.

  • Minimización de impactos para los países en desarrollo, incluyendo la creación de un Fondo de Adaptación.

  • Preparación de inventarios nacionales de emisiones para la generación de un sistema de información internacional.

  • Sistema de aseguramiento del cumplimiento de los compromisos asumidos por las Partes.

Los gases de efecto invernadero cubiertos por el Protocolo de Kyoto son:

  • Dióxido de Carbono (CO )

  • Metano (CH )

  • Óxido Nitroso (N O)

  • Hidrofluorocarbonos (HFCs)

  • Perfluorocarbonos (PFCs)

  • Hexafloruro de azufre (SF )

Se estima que los primeros tres gases generan aproximadamente el 50%, 18% y 6%, respectivamente, del efecto del calentamiento global debido a las actividades humanas. Existen otros gases de efecto invernadero no cubiertos por el Protocolo de Kyoto. Algunos de ellos son cubiertos por el Protocolo de Montreal, ya que también contribuyen al adelgazamiento de la capa de ozono.

Los compromisos cuantitativos de limitación y reducción de emisiones, establecidos por el Protocolo, representan una reducción agregada que para todos los países que tienen esa obligación alcanza al menos al 5% de los niveles de emisión verificados en 1990. Esos niveles deben alcanzarse en el primer período de compromiso, establecido entre 2008-2012.

Todos los países del Anexo I tienen metas individuales de emisión, que están enunciadas en el Anexo B del Protocolo y que fueron establecidas luego de intensas negociaciones.

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Gráfico Nº1: comparación entre la variación de emisiones del GEI con respecto 1990 en dos situaciones: una bajo la vigencia del Protocolo de Kyoto y la otra sin la regularización de este protocolo.

Refiere al Anexo I de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMCC/UNFCC). En ese anexo figura la lista de los 35 países desarrollados (industrializados) que acordaron limitar sus emisiones de gases que incrementan el efecto invernadero (GEI/GHGs).

El Anexo B del Protocolo de Kyoto contiene la lista acordada de metas de reducción de emisiones para 38 países desarrollados. El listado de países en este anexo es casi idéntico al del Anexo I de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC/ UNFCCC), excepto que en él se incluye a Croacia,

Eslovaquia, Eslovenia, Liechtenstein y Mónaco, y se da de baja a Turquía y Bielorrusia. El Anexo B difiere del Anexo I porque contiene obligaciones y compromisos individuales para cada uno de los países listados.

Para atenuar las presuntas cargas económicas derivadas del proceso de reducción de emisiones al que deben someterse los países con compromisos cuantitativos, el Protocolo de Kyoto crea un conjunto de mecanismos de flexibilización:

  • Implementación conjunta de proyectos

  • Mecanismo de Desarrollo Limpio

  • Comercio de emisiones

Sin embargo, la entrada en vigencia del Protocolo se ha visto demorada por los desacuerdos respecto de su implementación, que reflejan el diverso abordaje que los países hacen de la cuestión ambiental, la existencia de patrones de consumo diferenciados y culturas contrastantes y, a la vez, la existencia de intereses económicos divergentes, en un escenario internacional signado por enfrentamientos crecientes, problemas de seguridad, el aumento de la desigualdad, y en el que predominan estrategias nacionales contrapuestas, que dificultan el logro de acuerdos y relegan la importancia de la dimensión ambiental en la agenda internacional.

Balance de la Cumbre de Bali

Débil en objetivos de reducción de emisiones, fuerte en el proceso que se pone en marcha de cara al nuevo protocolo.

Tras largas negociaciones, la Cumbre del Clima de Bali ha aprobado el documento más esperado, la Hoja de Ruta de Bali, base de las negociaciones futuras sobre cambio climático.

Éstas deberán concluir en 2009 con un nuevo acuerdo que dé continuidad al Protocolo de Kioto tras 2012 y que garantice una reducción de emisiones suficiente como para impedir una concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera que provoque un calentamiento global del planeta superior a 2º C, una subida de temperatura a partir de lo cual los efectos pueden ser catastróficos.

Joaquín Nieto, secretario confederal de medio ambiente de CCOO, ha declarado en Bali:

"El documento aprobado es débil en cuanto a los objetivos de reducción de emisiones, aunque fuerte en el proceso que se pone en marcha de cara al futuro protocolo, pues se ha acordado crear un organismo de la Convención – con todos los países, incluido Estados Unidos– encargado de terminar su trabajo y presentar sus resultados en 2009 en la Cumbre de Copenhague, que deberá adoptar el nuevo protocolo".

Nieto considera débil el contenido porque el documento, aunque establece compromisos diferentes para los países desarrollados y en desarrollo como corresponde al principio de responsabilidad común pero diferenciada, no fija con claridad la cantidad de reducciones que habría que habría que alcanzar en 2020. "Todo ello complicará excesivamente las futuras negociaciones para acordar la reducción necesaria de emisiones", ha asegurado.

El documento aprobado incluye, además, otras cuestiones que dibujarán el siguiente acuerdo que siga al Protocolo de Kioto. Se trata de la planificación de nuevas medidas de adaptación al cambio climático -en especial para aquellos países más vulnerables-, acciones para mejorar la transferencia de tecnología limpia a los países en desarrollo que permitan crecer en el marco de un desarrollo sostenible y, por último, el diseño de nuevas formas de financiación que permitan llevar a cabo todos los acuerdos anteriores.

La dimensión económica y social del cambio climático está siendo cada vez más valorada, incluso ha habido referencias al empleo, tanto en la intervención de apertura del secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, como en algunas intervenciones de los ministros, entre ellos, la de la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, quien demandó de la Conferencia que integrase la dimensión del empleo y el diálogo social en el proceso. No obstante, la dimensión socioeconómica sigue ausente en las negociaciones de cambio climático, lo que habrá que corregir con urgencia para involucrar al conjunto de la sociedad y a los trabajadores en particular en los esfuerzos y oportunidades que ofrecen las medidas para hacer frente al cambio climático.

En Bali, los responsables políticos no han estado a la altura de sus responsabilidades pues tras el informe de los científicos del IPCC (Panel Intergubernamental para el Cambio Climático de las Naciones Unidas) se sabe qué va a ocurrir con el cambio climático y qué hay que hacer para evitar que esto ocurra.

La resistencia de Estados Unidos ha impedido, una vez más, compromisos claros para avances significativos en el proceso, aunque se ha establecido una Hoja de Ruta con todos los países incluidos y los organismos correspondientes, que tienen dos años para redactar el nuevo protocolo.

Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático

La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático fue firmada en la Primera Cumbre de la Tierra, celebrada en Río de Janeiro en 1992, como parte de un conjunto de acuerdos ambientales entre los que se cuentan la Convención sobre Diversidad Biológica y la de Lucha contra la Desertificación, que acompañaron la Declaración de Río y la Agenda 21.

Estos acuerdos constituyen hitos trascendentes en la búsqueda de un sistema internacional de gestión para los problemas ambientales de escala global.

La Convención Marco, que entró en vigencia en 1994, incorporó cuatro principios centrales para el tratamiento del cambio climático:

• El principio que define al cambio climático como una preocupación común de la humanidad.

• El principio de las responsabilidades comunes, pero diferenciadas, de los países con diferentes niveles de desarrollo.

• El principio precautorio, que privilegia la acción para enfrentar el fenómeno aún en ausencia de certidumbre plena debido a la gravedad de los riesgos que implica y la irreversibilidad de alguno de sus efectos.

• El principio de la equidad en la asignación de las cargas para la mitigación y la adaptación a la nueva situación, lo que incluye la obligación de los países desarrollados, principales responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero, de transferir tecnologías más limpias, otorgar asistencia financiera a los países en desarrollo para enfrentar el problema y especialmente para los compromisos adoptados para la mitigación de las emisiones.

La Convención divide a las Partes (los países que han ratificado, aceptado o aprobado el tratado) en tres grupos, de acuerdo con sus compromisos:

Partes Anexo I: los países industriales miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo, más los países de economías en transición. Deben adoptar políticas y medidas con el objeto de llevar sus emisiones del año 2000 a los niveles de 1990.

Partes Anexo II: los países industriales miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo, sin los países de economías en transición. Deben proveer recursos financieros para facilitar la mitigación y la adaptación en los países en desarrollo.

Partes no Anexo I: los países en desarrollo.

Aunque con pocas excepciones, las acciones desarrolladas por los países industriales avanzados a principios de 1990 no fueron suficientemente enérgicas, pese a los compromisos asumidos. Por eso, ya a mediados de esa década, se advirtió que sería necesario negociar un acuerdo que incluyera compromisos cuantitativos de limitación y reducción de emisiones y que obligara a los principales emisores, conforme el principio de las responsabilidades comunes pero diferenciadas establecido en la Convención Marco.

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Tabla Nº1: Indicadores de emisión. Participación de algunos países en las emisiones de CO y toneladas de emisión de CO por habitante

En 1972 se celebró en Estocolmo la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente Humano. Por primera vez, el tema de la degradación medioambiental aparece en la agenda de los principales gobiernos mundiales. La ONU reunió a los máximos representantes de las naciones que intentaban encontrar soluciones para frenar la degradación del planeta. Nació el Programa de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente (PNUMA), con la intención de crear en los pueblos una nueva conciencia ecológica.

Se reconoció la necesidad de educar a jóvenes y adultos en la prevención y solución de los problemas ambientales que ponían en peligro la sostenibilidad del planeta. Las distintas actuaciones que se organizaron establecieron ámbitos principales: el cambio climático, la degradación del suelo, el deterioro del litoral y de los océanos, el empobrecimiento biológico, los residuos tóxicos, la gestión de los recursos compartidos de agua potable y el deterioro de la calidad de vida de las personas.

Dos décadas después se celebraría en Rio de Janeiro la llamada Cumbre de la Tierra sobre Medio Ambiente y Desarrollo (1992) que pretendía sentar las bases de una política global que permitiera el desarrollo sostenible del planeta. En esta reunión se aprueban cinco textos fundamentales: La Declaración de Río o Carta de la Tierra, la Declaración sobre el Bosque, el Convenio sobre la Biodiversidad, el Convenio sobre el Clima y la Agenda 21 ó Programa para el siglo XXI, en el que se enumeraban las distintas acciones que se llevarían a cabo el decenio siguiente.

En 2002 se organizó en Johannesburgo La Cumbre Mundial del Desarrollo Sostenible. En ella se debatieron temas como el acceso al agua y el estrés hídrico. El excesivo consumo de energía, la producción agrícola y la biodiversidad de las especies animales. Como meta simbólica se pretendía demostrar la capacidad colectiva frente a los problemas globales, afirmando la necesidad de un crecimiento en conformidad con el medio ambiente, con el objetivo de la salud, la educación y la justicia. Para algunos, en esta cumbre se consiguió poner énfasis en temas de desarrollo social como la erradicación de la pobreza, el acceso al agua y a los servicios de saneamiento, y la salud.

Distintas cumbres se han seguido celebrando desde 2002, es decir, durante más de cuarenta años se mantiene el debate mundial sobre la problemática del cambio climático y el desarrollo sostenible. Ambas cuestiones se han convertido en un problema principal para todos de cara al futuro. Pero las posturas de los distintos actores mundiales siguen enfrentadas.

La "cumbre del clima" (COP 18) se celebró en Qatar. No obstante, la Convención continúa actuando como eje de la acción intergubernamental para el cambio climático y, a la vez, constituye el soporte para acciones clave en materia de información sobre circunstancias nacionales y evolución de las emisiones, financiamiento, transferencia de tecnología y otras cuestiones que integran la columna vertebral del proceso de regulación internacional para mitigar el cambio climático.

Conferencia de Bali sobre cambio climático

Diversos acontecimientos relacionados con el cambio climático han dado como resultado que 2007 sea el año en el que la percepción de la sociedad global sobre este trascendental desafío medioambiental y sus derivaciones económicas, sociales y políticas ha dado un salto de extraordinaria magnitud.

a). Destaca la publicación del Cuarto Informe de Evaluación o AR4 sobre el cambio climático por parte del Panel Intergubernamental de Cambio Climático o IPCC, órgano científico de las Naciones Unidas, hecho público con gran seguimiento y expectación de los medios de comunicación y de la sociedad a lo largo del año en Paris, Bruselas y Bangkok y cuyo informe de síntesis final se publicitó el pasado mes de noviembre, en Valencia.

El Informe de Síntesis del AR4 resumía los tres documentos que a lo largo del año habían salido a la luz: adaptación, mitigación y bases científicas del cambio climático. Desde la publicación del primer documento a principios de año, se ha desarrollado una importante presión pública hacia los gobiernos y las empresas a favor de abordar con urgencia el gran desafío ante el que nos encontramos. El apagón internacional del mes de febrero, en el que sólo en España participaron tres millones de ciudadanos, ha sido el símbolo más conocido de dicha presión.

Los resultados del IPCC son claros. El panel científico advierte de que, para evitar un incremento de temperatura media del planeta superior a 2º C y el cambio climático catastrófico que tal aumento conllevaría, será necesario disminuir globalmente las emisiones de gases de efecto invernadero en 2050 a niveles muy por debajo de los actuales, superiores a un 50% respecto al año de referencia de 1990, lo que significará reducciones de más del 80% en los países desarrollados.

Entre los objetivos a medio plazo, el IPCC sitúa el escenario que mejor garantiza dicho objetivo: de alcanzar en 2020 una reducción por parte de dichos países de entre un 25 a un 40% en relación a 1990 y una concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera que no supere las 450 ppm o partes por millón.

La publicación de este informe ha marcado un antes y un después en las negociaciones internacionales y ha acelerado el proceso vertiginosamente. Ya no existen dudas a nivel científico de que la amenaza del cambio climático sea real, un efecto producido por la acción humana. El Informe también da soluciones: con el uso del conjunto de tecnologías actuales y con la dedicación de suficiente cantidad de medios se podría conseguir el nivel de estabilización de emisiones necesario para evitar consecuencias de muy difícil manejo.

b). Otras reuniones importantes han tenido lugar en este año, especialmente la monográfica de jefes de estado organizada en septiembre por el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki Moon. Pocos días después, el presidente de Estados Unidos organizaba una reunión con una serie de países de las grandes economías, responsables de un 80% de las emisiones mundiales. Asimismo tanto el G8, como buena parte de las reuniones políticas y económicas Datos internacionales han abordado el cambio climático como asunto principal. Hasta el Nobel de la Paz ha sido para el IPCC, como reconocimiento a los esfuerzos para aumentar el conocimiento sobre cambio climático y la investigación de las mejores prácticas para evitarlo, y para Al Gore por su labor de divulgación, que obtuvo también un Oscar por la película Una verdad incómoda.

El último hito lo ha protagonizado el nuevo gobierno australiano, quien tras ganar las elecciones anunció, justo antes del comienzo de la Conferencia de Bali, su decisión de proceder a ratificar el Protocolo de Kioto (PK). Esto ha dejado a EEUU totalmente sólo en su empeño de no ratificar el PK, reforzando su aislamiento internacional en esta materia.

c). En el interior de Estados Unidos se amplían los sectores económicos, políticos y sociales que piden un cambio de rumbo en las políticas federales para este país asuma una mayor responsabilidad en la mitigación del cambio climático. Son ya más de 20 los Estados norteamericanos y más de 700 las ciudades con una política comprometida voluntariamente en la reducción de emisiones, en concordancia con el Protocolo de Kioto. Los congresistas y senadores partidarios del cambio, que hace unos pocos años eran una minoría exigua, hoy podrían ser mayoría.

d). En 2007 ha tenido lugar un aumento de la apreciación de la dimensión económica y social del cambio climático. La difusión del Informe Stern sobre la economía del cambio climático ha supuesto una contribución trascendental en el ámbito económico. Además, el IPCC ha profundizado en sus investigaciones sobre los impactos socioeconómicos de las alteraciones climáticas.

También los organismos de Naciones Unidas mencionan con insistencia esta dimensión: tanto el secretario general, Ban Ki Moon, como otros responsables, tales como Achim Steiner, director ejecutivo del PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente), se vienen refiriendo a la necesidad de crear una nueva alianza para una economía verde para lograr una sociedad baja en carbono, en la que el mundo del trabajo se verá beneficiado por el aumento de número de empleos verdes y sostenibles en el proceso.

Especial importancia para los trabajadores tiene la incorporación a de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) a la agenda climática. En la pasada reunión de su Consejo de Administración se trató de la relación entre cambio climático y trabajo, de cómo el cambio climático puede desembocar en un aumento de desempleo y pobreza, y de cómo las políticas de mitigación conllevan nuevas oportunidades de empleo pero también problemas para el empleo si la dimensión laboral no se tiene en cuenta en la toma de decisiones por lo que es necesario analizar conjuntamente las políticas medioambientales y laborales.

  • La Hoja de Ruta de Bali, un proceso común para diseñar el nuevo acuerdo.

Una vez que la comunidad científica había reafirmado la gravedad del calentamiento global y la necesidad de proceder a reducciones considerables y urgentes para evitar un cambio climático catastrófico, la Cumbre de Bali debía fijar el proceso que hiciera posible el nuevo acuerdo internacional, que regirá a partir de 2012, cuando finalice el primer período de cumplimiento del Protocolo de Kioto que va del 1 de enero de 2008 al 31de diciembre de 2012.

Para que el nuevo protocolo sea operativo es necesario que el acuerdo esté terminado en 2009, en la COP 15 que se celebrará en Copenhague. Lograr un documento de acuerdo en el que se vean reflejadas las diferentes realidades e intereses de cada uno de los países del mundo no es tarea fácil y obliga a continuos encuentros periódicos, durante al menos dos años y requiere un itinerario claro que guíe todas estas negociaciones y encuentros. Esta guía es la Hoja de Ruta, que marcará la agenda de estas negociaciones en los próximos dos años para alcanzar un nuevo acuerdo, que determinará las políticas climáticas y con ellas el rumbo de la futura economía mundial.

La Convención Marco de las Naciones Unidas contra el Cambio Climático se ha basado desde su comienzo en el mejor conocimiento científico disponible. Siguiendo esta línea, el Cuarto Informe de Evaluación del IPCC marca la discusión política del nuevo acuerdo y son los escenarios de reducción de emisiones que aconseja el informe los que se consideran como objetivos a seguir.

El proceso de negociaciones para dicho acuerdo había sido abierto en la COP 11 en Montreal y contemplaba un recorrido en diversas pistas separadas, principalmente dos:

1) El Diálogo de la Convención, con la presencia de Estados Unidos pero sin mandato alguno

2) el Grupo de Trabajo

La Conferencia de Bali debía reforzar el proceso de forma que, por un lado, se estableciera la necesidad de alcanzar un nuevo acuerdo en 2009 con un contenido que garantizara los objetivos de la Convención a partir de las conclusiones del AR4 del IPCC y, por otro, convergieran en las negociaciones para dicho acuerdo todos los países, Estados Unidos incluido. En las negociaciones de Bali para una Hoja de Ruta se debían consensuar las posiciones y propuestas de los tres bloques principales EEUU, UE y (G77+China) considerando también la posición de los países más vulnerables:

• EEUU, que no ha ratificado el Protocolo de Kioto y que hasta la fecha sólo se había involucrado en un genérico Diálogo de la Convención sin mandato alguno, llegó a Bali con la negativa a acordar ningún tipo de cuantificación para la reducción de emisiones a medio plazo (2020), postura apoyada por Canadá, Japón y Rusia, y con la exigencia de que los países con economías emergentes aceptaran objetivos de reducción de emisiones. Pero también llegaba habiendo acusado el aislamiento internacional reforzado por la decisión de Australia de ratificar el Protocolo y la presión política y social interior que le empujaban a incorporarse al proceso multilateral.

• La Unión Europea, cuyo Consejo había aprobado previamente la propuesta de un acuerdo de reducción del 30% de las emisiones para 2020 para los países desarrollados y, en todo caso, el compromiso unilateral de reducir el 20%- centró sus propuestas iniciales en que se asumiera como objetivo un rango del 25 al 40% de reducción para 2020 por parte de los países desarrollados, siguiendo el escenario del IPCC que mejor garantiza los objetivos de la Convención y favoreciendo acciones de mitigación por parte de los países en desarrollo.

En cuanto al proceso, la UE apostaba por un mandato para todos los países incluido Estados Unidos de forma que en 2009 se pueda presentar una propuesta común a la COP 15. La UE seguía siendo, como lo era ya en 1992, la principal fuerza impulsora de todo el proceso de desarrollo de la Convención, que llevó al Protocolo de Kioto y deberá llevar en el futuro a un nuevo compromiso internacional para después de 2012.

• Países en desarrollo, países emergentes. Su posición inicial era contraria a aceptar ningún tipo de compromiso obligatorio de reducción, aunque se manifestaban abiertos a compromisos de acciones voluntarias de mitigación, acompañadas de todo un conjunto de incentivos financieros por parte de los países desarrollados. Asimismo, algunos de ellos, que albergan importantes extensiones de selva tropical en rápido proceso de deforestación, reclamaban la necesidad de incorporar compensaciones económicas para evitar la deforestación, responsable del 20% de las emisiones mundiales de CO2.

• Los países menos desarrollados y los pequeños estados insulares. Sus posiciones, basadas en elementales criterios de justicia ambiental, incidían en la obligación de los principales emisores de reducir sus emisiones y en la necesidad de asegurar la financiación de la adaptación, ya que son los países más vulnerables al cambio climático y los que menos medios tienen para evitar sus consecuencias adversas.

Las negociaciones en Bali acabarían con éxito, estableciendo un acuerdo de proceso fuerte, la Hoja de Ruta, aunque todavía débil en contenidos.

  • Los acuerdos de Bali

La Hoja de Ruta de Bali o decisión de la COP 13 reconoce que se requerirá una profunda reducción de las emisiones globales para alcanzar el último objetivo de la convención y acentúa la urgencia de abordar el cambio climático según lo indicado en el IPCC-AR4. La COP 13 decide lanzar un proceso comprensivo para alcanzar de manera completa, eficaz y sostenida los objetivos de la Convención a través de una acción cooperativa a largo plazo, para más allá de 2012, que deberá acordarse en la COP 15.

El proceso tratará sobre la acción nacional/internacional para la mitigación, así como la para la adaptación, el desarrollo y transferencia de la tecnología, y la disposición de recursos financieros y de inversión, que son los llamados cuatro bloques del edificio. La decisión contiene listas detalladas de las ediciones que se considerarán debajo de cada uno de estos bloques.

La acción sobre la mitigación, incluye, en otras:

1) Acciones nacionalmente apropiadas, medibles, verificables y reportables, incluyendo objetivos cuantificados de limitación y de reducción de la emisión por todos los países desarrollados, considerando diferencias en sus circunstancias nacionales y criterios comparativos; aunque no establece un rango cuantificado de objetivos para 2020, se remite al AR4 del IPCC.

2) Acciones de mitigación nacionalmente apropiadas por los países en desarrollo para el control o reducción de emisiones en el contexto del desarrollo sostenible, apoyadas por la transferencia de tecnología, la financiación y la capacitación, de una manera medible, verificable y reportable.

En la adaptación, la COP 13 adopta una serie de decisiones, que incluyen la cooperación internacional y la puesta en práctica urgente de ayuda a las medidas de adaptación, considerando las necesidades inmediatas de los países particularmente vulnerables a los efectos nocivos del cambio climático, especialmente los países menos desarrollados, los pequeños estados isleños y los países africanos. En Bali se alcanzó también un acuerdo para la puesta en marcha del órgano de gobierno del Fondo de Adaptación, que se nutre del 2% de las inversiones en los Mecanismos de Desarrollo Limpio y podría sumar en breve algunos cientos de millones de dólares.

En el desarrollo y transferencia de tecnología, la COP 13 decide considerar los mecanismos eficaces para remover los obstáculos a la financiación y favorecer los incentivos que permitan un salto en la transferencia tecnológica.

Con respecto a la financiación, la COP 13 decide considerar la mejora del acceso a la ayuda financiera y a los recursos y adecuados, fiables y sostenibles, y la provisión de nuevos y adicionales recursos, incluyendo la concesión de financiación oficial. También decide considerar incentivos y medios innovadores de financiación, así como la movilización de la financiación pública y las inversiones del sector privado para abordar los costes de la adaptación.

Además, se han acordado otros asuntos importantes en la agenda, entre los que destaca el referido a deforestación, por el que se ha decidido desarrollar metodologías replicables que sirvan como incentivo para la puesta en marcha de medidas de gestión sostenible de los bosques que eviten la deforestación a aquellos países con gran superficie forestal, compensado los esfuerzos y resultados.

Dentro del artículo 6 de la Convención se ha acordado continuar con el Programa de Delhi sobre educación, formación, sensibilización y acceso público a la información, participación pública y cooperación internacional.

El acuerdo de proceso es fuerte porque crea un organismo común: el Grupo Ad Hoc para una Acción Cooperativa a Largo plazo, con Estados Unidos, que deberá terminar sus trabajo en 2009 y presentar conclusiones a la COP 15 con los contenidos del próximo acuerdo. El mandato es claro en la medida en que, por un lado, establece que dicho acuerdo deberá contemplar medidas de mitigación nacionales e internacionales, según el principio de responsabilidad común pero diferenciada, con compromisos para todos aunque diferentes entre países desarrollados y en desarrollo, y con el fin de alcanzar el objetivo último de la convención siguiendo el Cuarto Informe del IPCC.

Aunque la no cuantificación expresa del rango de reducción de emisiones para 2020 que deberán hacer los países desarrollados debilita los contenidos de lo acordado, complicando excesivamente las próximas negociaciones, no obstante, el AR4 es claro sobre cuál es la gama de niveles de reducción seguros para evitar una concentración superior a 450 ppm y un calentamiento superior a 2ºC, que sitúa entre el 25 y el 40% para 2020 en relación a 1990.

  • La delegación sindical

En esta cumbre se ha reunido a la mayor delegación sindical de entre todas las Conferencias del Clima. Ha estado formada por más de 80 representantes de 22 países diferentes, desarrollados (Europa, Estados Unidos, Canadá, Japón, Australia) y en desarrollo (de África, Asia y América Latina). La posición de los sindicatos reflejada en el texto de la declaración sindical presentada en Bali ha sido comprometida y sólida:

"El reto más importante ante el que se encuentra la comunidad internacional es asegurar un nuevo Protocolo de Kioto post 2012. Como sindicatos, confiamos en que Bali marcará el principio de un nuevo y más ambicioso proceso de cambio social, en el que nuestro corazón y mente colectivos se impongan como deber salvar nuestro planeta desde la solidaridad y el respeto mutuo.

El Consejo General de la Confederación Sindical Internacional del mes de junio de 2007 hizo un llamamiento a este respecto ante la urgente necesidad de abordar el cambio climático como una prioridad para el nuevo internacionalismo sindical. Los sindicatos creen que el nuevo acuerdo debe limitar la media mundial del aumento de temperatura a no más de 2°C, estableciendo una vía segura y sostenible para la reducción global de las emisiones.

En coherencia con este objetivo fundamental, los sindicatos instan a los Gobiernos en la CMNUCC de Bali a seguir el escenario del IPCC, para mantener el aumento global de la temperatura dentro de los 2°C y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero un 85% para 2050.

De conformidad con el principio de "responsabilidades comunes pero diferenciadas", todos los países necesitan desempeñar una parte en el siguiente acuerdo de Kioto, basado en la etapa de desarrollo económico y social de cada país.

Países desarrollados. Deberían acordar próximamente mayores reducciones en sus emisiones de CO2. El resultado del compromiso de la Unión Europea de un 30% de reducción (tomando como base 1990) de CO2 para 2020, (conforme a un nuevo tratado internacional) puede ser un parámetro válido para los compromisos contraídos por los países desarrollados, en la medida en que un sistema mundial de intercambio de emisiones será la piedra angular de esta estrategia.

Países en desarrollo. Los más avanzados pueden adoptar progresivamente la prevención, reducción, estabilización o aumentos controlados de los gases de efecto invernadero, por ejemplo., a través de metas para el uso de la energía renovable, captura del carbono, solución a la deforestación y desarrollo de los sistemas de transporte público."

La declaración sindical presentaba también criterios para la distribución de reducción de emisiones:

"El reparto de la carga debe fijarse de acuerdo con el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas y teniendo en cuenta criterios de equidad, basados en las fuentes de emisión de cada país (industriales o difusas) y en su desarrollo económico y social.

Los sectores difusos deberán analizarse tomando como base las emisiones per cápita.

Los sectores industriales en el marco del mercado del carbono deberán analizarse a través de parámetros o auditorías sectoriales, tomando como base las emisiones de CO2 por tonelada de producto. Este análisis deberá tratar de promover los mejores niveles de eficiencia y las mejores técnicas disponibles (MTD).

Es preciso tener en cuenta las diferencias de desarrollo entre los países y la necesidad de convergencia económica y social.

Estos elementos deberán ajustarse integrando otras diferencias entre los países, por ejemplo., densidad demográfica, tamaño del territorio (los territorios más grandes tienen distintas necesidades de transporte) y la importancia del carbono y de los sectores a fuerte intensidad de mano de obra intensiva en el sistema energético, etc."

  • El empleo

Asimismo, la declaración sindical abordaba la cuestión del empleo en los siguientes términos:

"Empleo, cohesión social y transición justa. Todo acuerdo nuevo debería abordar:

Los efectos sobre el empleo que producen los trastornos producidos en el clima, es decir, desplazamientos, migraciones, desempleo en sectores sensibles al clima y los refugiados por causas climáticas.

Los efectos sobre el empleo de la aplicación de las medidas de adaptación (es decir, inversiones en infraestructura o transformaciones en la producción).

Los efectos sobre el empleo debidos a las repercusiones de los esfuerzos de reducción.

Deberán estudiarse y anticiparse las transiciones del empleo para garantizar la justicia social. Será preciso elaborar medidas de acompañamiento (incluida la promoción de puestos de trabajo decente y ecológico y los sistemas de protección social) conjuntamente con las medidas de reducción y adaptación. Los sindicatos proponen situar el empleo, los ingresos y las medidas favorables a los pobres en el centro de las discusiones. Las repercusiones sobre el empleo deberán incorporarse como una variable en todos los escenarios.

Los sindicatos proponen el establecimiento de procesos de diálogo social tripartito en cada país y en el plano sectorial para anticipar los efectos y medidas transitorias que se necesitan, teniendo en cuenta la cobertura de la protección social. Un buen ejemplo de esta perspectiva es el establecimiento en España de las mesas de diálogo social para la aplicación del Protocolo de Kioto y el Plan Nacional de asignación."

Este planteamiento es resultado del trabajo que durante los últimos años ha venido desarrollado el grupo de trabajo sindical sobre cambio climático, que ha identificado diferentes aspectos relacionados con el empleo en el proceso.

Proyectos de Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL). La aprobación de estos proyectos debe tener en cuenta los aspectos laborales además de los medioambientales.

• Medidas de adaptación mitigación. En ambos casos se debe tener en cuenta que la puesta en marcha de ambos tipos de medidas tiene fuertes repercusiones, tanto positivas como negativas en el empleo. Sin la participación de los trabajadores en la toma de decisiones será difícil evitar impactos sociales y económicos negativos. Se deben poner en marcha programas de diversificación económica en aquellos lugares o sectores dependientes de unos pocos medios de producción que tendrán que disminuir por su elevado nivel de emisiones. Deberá analizarse previamente los efectos de estas medidas en el empleo.

• IPCC. Aunque se ha avanzado bastante en la recopilación de información sobre impactos socio económico del cambio climático, aún queda un largo camino en la producción de estudios sobre impactos del cambio climático en el empleo, especialmente a nivel sectorial.

Partes: 1, 2

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