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Un museo en transformación




    Un museo en transformación (Museos y Centros interactivos de Ciencia) – Monografias.com

    El Museo de La Plata (Provincia de Buenos Aires, Argentina) constituye, desde su creación a fines del siglo XIX, un bien cultural altamente valorizado por la comunidad académica y por la opinión pública nacional e internacional.

    Concebido como un museo de Historia Natural, destinado a la instrucción y la investigación científica, fueron sus colecciones, exhibiciones e investigaciones las que lo consolidaron como una institución de referencia. El Museo cuenta actualmente con 21 salas abiertas al público donde se exhiben objetos provenientes de adquisiciones, donaciones y recolecciones de campo que realizan los científicos de la misma institución.

    Tomando en consideración la clasificación de museos realizada por la investigadora inglesa Paulette McManus (1992), el Museo de La Plata puede ser clasificado como un museo de primera generación. Sin embargo, éste no acompañó las reformas museográficas de la década del 60 y 70 que la autora cita para otras instituciones de esta categoría.

    Para la realidad de nuestros países latinoamericanos, sujetos a otros vaivenes político – institucionales, es construir una cronología propia que sirva como marco a los procesos de transformación museográfica. Para el Museo de La Plata, las reformas iniciadas en 2002, dan cuenta, por primera vez, de una transformación conceptual de las exposiciones.

    Hasta entonces las salas del Museo estuvieron dividas por un criterio básicamente disciplinar y si bien pasaron, a lo largo de su historia, por distintas remodelaciones (Teruggi, 1988), estas fueron en general parciales o restrictas a cada área temática y todas procuraron mantener el espíritu cronológico y taxonómico fundacional. Incluso la última gran reforma museográfica ocurrida en las salas paleontológicas, finalizada en 1992 respetó los principios de su narrativa original (Frangi, 1992).

    La falta sistemática de un plan museográfico institucional integral se manifiesta en la convivencia de criterios de exhibición heterogéneos en las distintas salas del Museo que pueden ser interpretados, en parte, en el sentido de estratificación de McManus (1992). Esta autora apunta que es frecuente encontrar en los grandes museos la coexistencia de reformas de diferentes épocas, cada una mostrando las prioridades comunicativas del momento.

    A esta estratificación temporal en el Museo de La Plata se agrega la diversidad de criterios marcada por la estructura de organización institucional vigente desde la época fundacional. Desde entonces, las salas están asignadas a las distintas Divisiones Científicas, respondiendo estrictamente a cada área disciplinar y al criterio de sus jefes académicos.

    Para Argentina, el año de 2001 fue un año de crisis política y económica que afectó seriamente las instituciones académicas. Sin embargo fue en este desfavorable contexto que una propuesta ajena al Museo, proveniente de la Fundación Antorchas junto al equipo de museografía del Smithsonian Institution, dio inicio a una nueva etapa de concepción de las exposiciones.

    El Museo recibió, sin proponérselo, la propuesta de remodelar una sala como culminación de un seminario de capacitación en conservación preventiva y diseño de exposiciones, del cual participaba personal del Museo. Comenzó así el desafío de remodelar una sala, en poco tiempo, con un nuevo enfoque, con un equipo de profesionales de diversas instituciones y sin un plan general en el cual inserir la reforma.

    La propuesta de integrar áreas científicas en la remodelación de esta sala quebró la demarcación de los territorios largamente consolidados. Así la "nueva sala" fue el resultado de las negociaciones entre los jefes de División, la dirección, los técnicos del Museo, el equipo de museólogos externos a la institución y los agentes financiadores.

    Una de las salas de Paleontología (Sala III) destinada hasta ese momento a presentar las primeras formas vivas de la historia del planeta fue, la elegida para tornarse una sala introductoria al Museo cuya exposición se denominó "La Tierra, una historia de cambios".

    El nombre dado a la exposición pone de manifiesto la perspectiva integradora y funcional planteada con la cual se intentó dejar de lado la visión disciplinar y taxonómica dominante en las salas del Museo para priorizar un discurso temático.

    Esta elección llevó a una renovación total de los objetos en exposición, manteniendo temáticamente –aunque con nuevos recursos museográficos– sólo la propuesta de mostrar la presentación de la tectónica de placas y la idea de evolución de la vida en la Tierra a través de una espiral de vida. La nueva propuesta se estructuró en siete áreas dentro de la sala:

    • Museo y ciencia: por primera vez, en el Museo se otorga un lugar expositivo a la ciencia como forma de aproximación a la interpretación del Cosmos. Se destacan especialmente los instrumentos de trabajo típicos de un científico del siglo XIX y se hace referencia explícita al Perito Francisco P. Moreno, fundador de la institución.

    • El origen del Universo y de la Tierra: se presenta la teoría del Big Bang y la organización del Sistema Solar situando a la Tierra en el Universo.

    • Cambios geológicos: la Tierra dinámica: La conformación de la Tierra y su dinámica es expuesta a través de diversos recursos expositivos. Este tema era presentado en esta misma sala pero con otros recursos museográficos que fueron descartados y reemplazados por nuevos exhibidores.

    • El Planeta inhabitable: las condiciones iniciales del Planeta Tierra y las diversas formas de vida que lo poblaron a través del tiempo son destacadas en esta sección.

    • Biomas de la Argentina: se presentan las unidades ecológicas presentes en territorio argentino a través de algunos de sus representantes.

    • Seres humanos como factor de cambio: la aparición del Homo sapiens y su accionar actual sobre el planeta es presentada a través de un recurso multimedia.

    • El museo y sus colecciones: a través de cinco objetos representativos se presentan las colecciones de las distinta áreas del Museo.

    Museográficamente la mudanza ha sido también radical: la presencia de materiales interactivos, la ambientación que reduce el tamaño de la sala, la presencia de numerosa imágenes gráficas, el uso de colores alegres y luces direccionadas, marcan una pronunciada renovación. Los objetos auténticos, centrales en la concepción expositiva tradicional del Museo, continúan presentes dejando, en parte, su protagonismo frente a la competencia de otros atractivos.

    En el marco de una investigación con público visitante que estamos llevando a cabo desde el año 2001 realizamos 92 entrevistas grabadas durante el feriado de Semana Santa de 2003, pocos meses después de la inauguración de la sala remodelada. En ellas la "Sala Nueva", como fue bautizada por el público visitante, apareció como la novedad dominante.

    Los visitantes que ya conocían la institución en otras oportunidades resaltaron la importancia de esta reforma interpretándola como una mejora y como una modernización de las exposiciones del Museo elogiando especialmente, la introducción de equipamientos interactivos. La renovación de esta sala provocó también comparaciones respecto al cuidado y al estilo expositivo de las restantes salas generando, incluso, un sentimiento de decepción frente a los avisos de restauración de algunas vitrinas de la "antigua" exposición.

    La "Sala Nueva" se reconoce como un ambiente más cálido y alegre que las salas restantes lo que acentúa el contraste y la comparación. Aparecieron también extrapolaciones de esta reforma a otros museos indicando la existencia de una tendencia "reciente" de renovación museográfica en otras instituciones, señalando en particular, la introducción de la interactividad manual como estrategia de captación de interés y de modernización.

    Entre los objetos y exhibidores más destacados en la nueva exposición se mencionan reiteradamente dos propuestas museográficamente diferentes: el área de origen del Universo y las vitrinas de minerales y rocas. En el caso de la presentación del Big Bang la propuesta es innovadora respecto de la museografía predominante en las salas del Museo.

    El visitante atraviesa un sector de la exposición donde es sometido a una simulación de rayos y relampagueos que generan un ambiente diferente e inesperado que atrae su atención. Por el contrario, en el caso de las rocas y minerales es interesante destacar que la presentación no escapa a la museografía tradicional de estos objetos: piezas en una vitrina. Sin embargo, las piezas elegidas se destacan por su tamaño y su belleza y están iluminadas de modo de resaltar sus características. En relevamientos de opinión anteriores al 2003 realizados en el marco de esta investigación, pudimos observar que rocas y minerales aparecían como los objetos menos atractivos. La escasa atención a estos objetos, y a las salas geológicas en general, había sido interpretado años atrás por Teruggi, entonces director de la institución, como una consecuencia de la vida en una zona de llanura afirmando que "no tenemos cultura de la piedra" (Murriello,1991).

    A su vez los fósiles, destacados por el público en las exposiciones del Museo como atractivos aquí son ignorados. Cabe señalar que en esta sala ahora sólo se presentan fósiles pequeños y no hay ningún esqueleto montado en tanto las restantes salas paleontológicas están dominadas por los grandes esqueletos que operan, de acuerdo a datos de esta misma investigación, como los mayores atractivos para el público.

    Podemos preguntarnos, entonces, por dónde pasa la apreciación de los objetos por parte del público. La diferencia de valoración de los objetos –rocas/minerales y fósiles — en la nueva sala respecto a lo que ocurría en las antiguas exposiciones indica el rol decisivo de la propuesta museográfica en la lectura de las exposiciones por parte del público.

    De acuerdo a datos de esta misma investigación consideramos que existen ciertas características de los objetos que despiertan interés y curiosidad, entre los cuáles el tamaño ocupa un rol dominante. Podemos pensar también que el placer estético es sumamente importante ejerciendo en este caso una marcada influencia. Se destacan así los factores que sorprenden al visitante sea por tamaño, belleza o por tratarse de una acción inesperada que lo envuelve.

    Esta nueva forma de presentar la narrativa del Museo está promoviendo una lectura renovada de sus exposiciones. Es imperioso profundizar en el estudio de su recepción para poder encausar las reformas de nuevas salas.

    La experiencia de reformar esta Sala impulsó posteriormente la remodelación de la Sala II –hasta entonces Sala de Mineralogía y Petrografía— para presentar una visión renovada de la evolución orgánica e inorgánica. Bajo el nombre de Tiempo y materia. Laberintos de la evolución se inauguró en 2004, con apoyo de la Fundación Antorchas, la nueva exposición que siguió los mismos lineamientos conceptuales y museográficos que la reforma de la Sala III. En este proyecto se consideraron también las ideas vertidas en un plan anterior de reforma de las salas paleontológicas (Museo de La Plata, 1999) que nunca llegó a concretarse por falta de recursos económicos.

    Una preocupación especial en esta reforma fue innovar en la puesta museográfica –incorporando elementos interactivos, ambientación sonora y efectos de luces– y otorgar un espacio arquitectónico de destaque para una de las piezas más valorada del Museo, una réplica del dinosaurio Diplodocus carnegiee, única en Sud América que está en exposición desde 1912 y que, desde los años 90, estaba en la Sala V destinada a los períodos Jurásico y Cretácico.

    Estas experiencias de reforma museográfica aún precisan de una adecuada evaluación de su proceso de concepción así como de la recepción y lectura de su público visitante. Las prácticas evaluativas no están incorporadas a la cultura de la institución y no se cuenta con presupuesto y personal disponible para esta tarea. Iniciativas recientes en esta área están representadas por un estudio semiótico de la reforma de la Sala III conducido por el Prof. Magariños de Morentin y un análisis de la relación del público con las salas paleontológicas que estamos desarrollando como tesis doctoral.

    Bibliografía

    • Frangi,J.L. Las nuevas tendencias en las exhibiciones del Museo de La Plata, En: Actas del Simposio Hermann Burmeister en conmemoración del centenario de su fallecimiento, Buenos Aires, 1992.

    • McManus, P. Topics in Museums and science education. Studies in Science Education, 20:157-182, 1992.

    • Murriello, S. Una rueda que no se para más. Entrevista M. Teruggi .Relatos sobre Ciencia. Año 1. Número 1. La Plata. 1991

    • Museo de La Plata. Proyecto de remodelación de salas. Fólder. Julio 1999.

    • Museo de La Plata. La Tierra una historia de cambios. Catálogo. 2002.

     

     

    Autor:

    Sandra Elena Murriello

    María Margaret Lopes

    Enviado por:

    Yunior Andrés Castillo S.

     

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