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¿Y Dios?… ¿Existe?… Razonar filosófico de un poeta




Enviado por Francisco Tovar



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    Pequeño tratado sobre la verdadera verdad – Monografias.com

    Pequeño tratado sobre la verdadera verdad
    ¿Y Dios?… ¿Existe?…
    Razonar filosófico de un poeta

    "AL QUE FUE, ES Y SERÁ… EL ALFA Y EL OMEGA"

    "AL QUE HIZO, HACE Y HARÁ QUE LLEGUE A SER"

    "AL QUE HIZO, HACE Y HARÁ QUE LLEGUE A PASAR"

    ¿Y DIOS?…    ¿ EXISTE?…

                              Razonar filosófico de un poeta

                                                      03 septiembre del año 2005

                                                                      Autor: Francisco Tovar (TAFS)

       El hombre, desde los primeros momentos en que llegó a existir, habiendo sido creado perfecto, tanto física, como espiritual y mentalmente; por su proceder, por su desobediencia, por no querer ubicarse y aceptar su lugar ¡Por no querer llevar a cabo la misión para lo que fue creado!: perdió dicha perfección ¡Y por supuesto!, al dejar de ser perfecto, lo dejó de ser en todos los aspectos: sobre todo en lo espiritual y mental; esto lo llevó a perder también el conocimiento de las cosas ¡Y por ende! La verdad de ellas ¡Perdió la sabiduría! ¡Perdió la verdadera verdad! De allí que ¡Habiéndolo sabido todo y de todo! ¡Habiendo tenido presente y a plenitud la sabiduría! ¡Sabiendo la verdad!; comenzó a buscarla de nuevo, desde  el mismo momento en que la perdió por su actuar; ya que quedó completamente ignorante ¡En el limbo! ¡Totalmente perdido!, de lo que era la aseidad de Dios, de Su poder y Su energía espiritual creadora, de Su Persona de confianza y Mediador, de las otras miríadas y miríadas de personas espíritu que le precedieron, del infinito, de la eternidad; del cómo, el cuando, el porqué, el para qué ¡Del motivo y razón de su existir?. Puesto que, a pesar de haber perdido la perfección, no perdió su capacidad de razonar y su libre albedrío, quedándole su amplia dimensión cerebral en sus mismas proporciones ¡Pero vacía!, creándosele ¡Desde ese momento!

    ¡Y habiendo quedado en blanco al respecto!; esa poderosa necesidad de saber, de conocer, de aprender, de entender; tantas y tantas cosas; hecho éste, que lo llevó a preguntarse, preguntarse y preguntarse; para comenzar a adquirir de nuevo los conocimientos perdidos; para comenzar a adquirir sabiduría ¡Para tener de nuevo la verdadera verdad!, naciendo de allí, la filosofía humana, del griego: filo=amor – sofía=sabiduría = "Amor a la sabiduría". Todo este hecho explica claramente y de por sí; el porqué poseemos un cerebro con tanto potencial, con tan inmensa capacidad de almacenamiento y actuación y, sólo hacemos efectivo, en nuestro efímero promedio de vida de ochenta años; una diezmilésima parte de su total capacidad (Un cero coma cero cero cero uno por ciento), según han calculado algunos neurocientíficos. Nuestro cerebro, puede llegar a poseer hasta cien mil millones de neuronas, con mil billones de sinapsis o conexiones; cuyo total de combinaciones posibles, es mayor que el número de las partículas atómicas que conforman el universo; y promedia unos diez mil billones de transmisiones por segundo.

    Cada neurona es diferente a la otra, y cada una de ellas puede comunicarse hasta con otras doscientas mil neuronas simultáneamente, conformando una cantidad inimaginable de circuitos ¡Cada neurona por sí sola! ¡Entre las cien mil millones que pueden llegar a conformar nuestro cerebro!; viene a ser una sofisticada computadora ¡Muy superior por cierto! ¡Pero que muy superior!, con respecto a las computadoras que ellas han ayudado a crear ¡Y que ayudarán a actualizar cada día que pase!. Se ha calculado, que el cerebro de un humano puede llegar a almacenar información que llenaría unos veinte millones de volúmenes, como en las mayores bibliotecas del mundo… Por ese amor a la sabiduría del que estamos hablando; el hombre se ha ocupado por siglos y siglos; de pensar, pensar y pensar; en un laborioso trabajo mental de inmensa producción filosófica, que siempre ha girado alrededor del ser humano como tal, de su existencia, de su procedencia, de su razón de ser y el fin que persigue éste ¡Conscientes siempre!, en ese razonar; de la energía o poder causante de dicha existencia, a la que cada cual le ha dado nombres y calificativos de distintas índoles ¡Hecho éste! Que no deja ninguna duda; de que existe esa Energía, Fuerza, Poder o Ser; que creó y sostiene la vida… Ahora bien, lo que desde el principio de los siglos, la filosofía humana tenía a su alcance, sencillito, fácil de explicar; por la perdida de la perfección lo comenzó a enredar y a complicar de tal forma, que vemos hoy en día, el profundo, oscuro y tenebroso foso de mentiras y medias verdades en que lo tiene. Al filosofar humano, por su imperfección; le pareció increíblemente fácil y sencillo: "Un Creador Todopoderoso con su energía espiritual inconmensurable, haciéndolo todo, desde lo celestial a lo terrenal; hasta culminar con la primera pareja humana ¡Y todo dejado por escrito para nuestro imperfecto entender". Porque aún, con todo lo mal y desobediente que se comportaron nuestros primeros padres humanos ¡Con todo eso! El Creador, amorosamente; dejó por escrito ¡Muy claramente! Las explicaciones y normas para que el hombre se guiara por ellas; cual instructivo o manual para la vida

    ¡Dejó plasmada Su filosofía! ¡La filosofía Divina!. ¡Pero no!. ¡Demasiado simple para ser verdad!. Lo que la filosofía humana tenía a su alcance sencillito, fácil de explicar, no le gusto. Por lo que, dejando de lado la filosofía Divina; comenzó a buscar lo que ya había encontrado. Búsqueda inútil y vana, que lo fue hundiendo en dicho foso sin salida, sin claridad y horriblemente confuso. Igual le pasó a los evolucionistas ateos de estos últimos tiempos; religión esta de reciente data; lo tenían fácil y claro, pero no. ¡Aunque por supuesto!, lo de éstos últimos, es mucho peor y mucho más triste y lastimoso; ya que no creen ser la idea de nadie, y tampoco creen que nada en absoluto esté por encima de ellos, y quieren comprobar ¡A como de lugar! De manera obsesiva y fanática; que son unos perfectos animales que proceden de otros animales ¡Y a cada momento están encontrando su eslabón perdido!. ¡Al último lo llamaron Ida!. ¡Y es que es una brutalidad de marca mayor! ¡Y fuera de toda lógica!; no aceptan que su inteligencia y razonamiento menor, tiene que proceder ¡Por lógica!, de una inteligencia y un razonamiento superior. ¡Pero no!, ellos defienden y buscan afanosamente comprobar, que su inteligencia y razonamiento, procede de animales brutos, sin inteligencia racional y sin consciencia y que sólo viven por inteligencia instintiva. ¡Qué absurdo verdad!.  La verdad es que merecen ser, lo que quieren ser ¡Animales! ¡Brutos animales!. Lo cierto es que: en conjunto, éstos y, el filosofar humano; conforman, con un aporte mayoritario de los ateos evolucionistas: "La ciencia crédula del ignorante"… ¡Bien!. Ha sido  largo y sinuoso el camino que ha seguido la filosofía humana, para llegar a caer tan profundamente en el sitio en que se encuentra. Y podemos hacer un recorrido somero, de ese camino emprendido por el hombre de manera equivocada, en busca del conocimiento y la sabiduría ¡Equivocado sobre todo!, en el aspecto de la espiritualidad, lo psicológico, en lo teológico y en las grandes cuestiones ideológicas del ser; yéndoles muy bien un pensamiento de Marco Tulio Cicerón, famoso filósofo romano: "Nihil enim animo videre poterant, ad oculos omnia referebant" "Nada veían con la mente, todo lo juzgaban por los ojos", dicho que aplica muy bien de igual forma, a muchos pensadores de la actualidad. En dicho recorrido, tomando algunos apuntes de Jaime Luciano Balmes, en su libro: "Historia de la filosofía", publicado en mil ochocientos cuarenta y siete; veremos pensamientos de hombres hechos filosofías, y filosofías pensadas por hombres ¡Muchas de las cuales!, influenciaron a las personas en su momento, siguieron influenciándolas durante el pasar de los siglos y los siglos, y han seguido influenciándolas actualmente ¡De forma equivoca en su mayoría! ¡Lamentablemente!.

       Veamos por ejemplo: la filosofía de la India, que es una de las más antiguas ¡Por cierto! Se tiene a la India como la cuna de la filosofía humana. La filosofía de la India: Habla de manera incongruente; de su dios Brahma como una sustancia única y sus emanaciones, que algunos toman como el panteísmo puro ¡Pero no lo es!. Todo dentro de la sustancia única es lo que existe lo demás es solamente Maya o ilusión. En su trinidad de dioses: Brahma, Vichnú o Visnú y Siva, uno crea, otro conserva y otro destruye y renueva; seguimos viendo la incongruencia de unidad y división, división unidad, esto es repetitivo en todo este filosofar hindú, como en lo de que Brama queriendo multiplicarse, creó la luz, y ésta con el mismo deseo creo las aguas, y éstas deseando lo mismo crearon los elementos terrestres y sólidos. Vemos varios seres distintos que no pueden componer la profesada unidad absoluta. Ésta filosofía se basa en la metempsicosis o transmigración de supuestas almas inmortales que es su dogma fundamental y en su división de castas o clases sociales: La casta superior: conformada por los brahmanes sacerdotales dueños de todo; seguidos por la casta de los chatrias o rajanyas, que están conformados por los gobernantes y guerreros; después viene la casta de los vaisias, integrada por los mercaderes y agricultores; seguida ésta por la de los trabajadores, llamados sudras; hasta llegar a la de los parias y la de los intocables, siendo ésta última, la más inferior de todas ellas. Nos dice esta filosofía, que,  de la boca de Brahma se originó la casta superior o el Brahman, de sus brazos los chatrias o rajanyas, de los muslos los vaisias, de sus piernas los sudra y de los pies y sus dedos los parias y los intocables. Existen, dentro del filosofar hindú; varios sistemas, como el Vedanta, que explica la doctrina de los vedas; el Sankhia, que se especializa en la supuesta alma inmortal y su relación con el cuerpo y la naturaleza; el Niaya, que trata la dialéctica y fundamentos de ésta filosofía y el Kanada, que trata las teorías de la certeza y el sistema de los átomos como elementos primigenios de los cuerpos. Éste sistema establece seis categorías: sustancia, calidad, acción, general, particular y relativo y lo toman como el propio silogismo. Estudiando  ésta filosofía, nos damos cuenta de donde sacaron Platón y Aristóteles y otros, algunas de sus ideas, y de lo que se parecen Demócrito y algunos físicos actuales al filósofo hindú. Todo está filosofía está contenida en sus libros sagrados llamados Vedas. Notamos en el filosofar indio, lo de un Dios único y la creación, en sus emanaciones, pero que lo fueron dividiendo y desfigurando en su arduo y errado filosofar. Su filósofo Kananga por ejemplo: hablaba del conocimiento objetivo de las cosas; vistas distintamente en su existencia, mediante su estudio y descripción; en el análisis e investigación de la gran causa de todo. Kapila, hablaba de la realidad de la naturaleza como manifestación universal, a partir de la creación misma, originándose del principio determinador.   Patanjalí, decía de la unificación e identificación del ser con el todo universal; de la unidad universal de Prakriti y Parusha; de las partículas vibratorias de la vibración universal; de la presencia eterna de la verdad…

       Tenemos ahora la filosofía china, que nos habla de la providencia cósmica del cielo y su regir sobre la tierra y los seres que la habitan, representado esto en su dios gobernante del mundo, a quien le dan los nombres de: Tien-ti y Chang-ti, que significan: La Providencia, Cielo y Señor del Cielo, la inmortalidad del alma. Alrededor de las ideas y doctrinas de sus dos más grandes filósofos: Lao-Tseu y  Koung-Futzee (Confucio) gira toda la creencia del pueblo chino, contenida en sus libros sagrados Chou-King; en donde encontramos también la incongruencia de unidad y diversidad de su dios. En "Misceláneas Asiáticas", del frances Jean-Pierre Abel-Rémusat, publicado en el mil ochocientos veinticinco; se lee lo siguiente de Lao-Tseu: "Antes del caos que ha precedido al cielo y a la tierra existía un ser solo, inmenso, silencioso, inmutable, pero siempre activo: éste es la madre del universo. Yo ignoro su nombre; pero le significo por la palabra Tao (Razón primordial, inteligencia creadora del mundo). Se puede dar un nombre a la razón primordial: sin nombre es el principio del cielo y de la tierra; con un nombre es la madre del universo. La razón ha producido uno; uno ha producido dos; dos ha producido tres; tres ha producido todas las cosas. El que miráis y no veis, se llama J. El que escucháis y no oís, se llama H. El que vuestra mano busca y no puede tocar, se llama V. Estos son tres seres incomprensibles, que no forman más que uno. El primero no es más brillante, y el último no es más oscuro". Notamos en estas palabras sobre la trinidad de Lao-Tseu, tres letras que no pertenecen al idioma chino y que en éste, las sílabas del texto en esa lengua son sin sentido;  J, H, V. Y que si a esto unimos que se puede formar con ellas el nombre de Dios "JEHOVÁ": podemos deducir que, primigeniamente; los hebreos tuvieron contacto influenciante con las creencias asiáticas y su gente, entre ellos Lao-Tseu. Igualmente, Koung-Futzee, llamado el Sócrates de la china; privilegiando lo de la providencia del cielo,  la inmortalidad del alma y su destino en la otra vida; difundió su filosofía, preponderando la moral sobre todo lo demás. Su obra es conocida como Ta hio o "Grande estudio", donde se plasma totalmente su filosofía moral, hablando del deber de todo hombre de buscar y actuar en su propia perfección, fomentando su sensibilidad externa y su corazón o inteligencia; adquiriendo mucho conocimiento y comportándose correctamente de acuerdo a las reglas morales establecidas ¡O sea! El conocimiento del hombre como ser moral. En su obra, encontramos la máxima, de que "debemos portarnos con los demás del modo que quisiéramos que se porten ellos con nosotros", una antelación ésta, a la regla áurea o de oro  dictada por Jesús el Cristo, la cual podemos leer en Mateo siete: doce: "Por lo tanto, todas las cosas que quieren que los hombres les hagan, también ustedes de igual manera tienen que hacérselas a ellos, esto de hecho es lo que significa la Ley y los Profetas"…

       En la filosofía persa, tenemos el dogma incongruente de la dicotomía de dios y a la vez su unidad; conocido éste como dualismo; el cual, más adelante, se ve presentado bajo distintas formas de maniqueísmo, tanto antiguo como moderno. Su filósofo más conocido, es el medo, Zoroastro, a quien se tiene como el autor de su libro sagrado: el "Zend-Avesta". Esta filosofía reconoce un ser supremo de nombre Zernane Akebene, que es eterno, infinito, que no tiene socio ni a nadie igual, que existe y es sabio por si mismo, hacedor de todas las cosas, toda hermosura proviene de él, al igual que es hacedor de la equidad y de la justicia; ¡Pero a su vez!, incongruente también; tiene dos partes más, que forman la trinidad: a Ormuz, que es el principio y hacedor de todo lo bueno y a Ahrimán, que es el principio y hacedor de todo lo malo, cada uno en su categoría hicieron cantidades de genios buenos y malos, que componen la división del mundo, de donde se origina el perenne enfrentamiento en el orden moral y físico del universo. En el Zend-Avesta, también se ve, aparte del incongruente dogma de la dicotomía o dualidad del bien y el mal y a la vez unidad de su dios y su trinidad; lo de la creación, lo de la inmortalidad del alma, lo de los premios y castigos en una vida futura, todo esto igual a lo que conocemos en otras filosofías…

       En la filosofía de los caldeos, encontramos su vana astrología, en la que creyeron adivinar el recorrido de toda la vida de las personas, desde su nacimiento hasta su muerte, llamado esto por ellos: "destino o hado", creencia ésta, que se diseminó por todo territorio y que ha llegando hasta nuestros días ¡Al extremo!, que es muy poca la gente que no cree en ese gran engaño llamado destino. Distinguiéndose por sus estudios astronómicos, los babilonios también difundieron la pseudo ciencia de la astrología e idearon la tabla del zodíaco, adaptando a ésta sus conocimientos de astronomía, y todo su filosofar gira alrededor de dicha tabla: que si destino, adivinación, horóscopo, carta astral, espiritismo, angeología, lectura del futuro, alma inmortal, cielo infierno ¡Y como lo sabemos muy bien! La astronomía y la biología molecular, desmienten con claridad ¡Y sin lugar a dudas! todas estas farsas y falsas creencias. Zoroastro, que no es el mismo de los persas, se distingue dentro de sus filósofos y difusores de estas creencias. Dentro de los caldeos, la sabiduría se vinculaba  a ciertas y determinadas familias de alta alcurnia. Como es sabido, los babilonios o caldeos, siempre se han atribuido un existir más allá del Génesis bíblico, sirviéndole de apoyo, los ataques y falsas aseveraciones; que ha recibido éste de filósofos, historiadores y científicos de pasados siglos; pero los estudios e investigaciones científicas e históricas de la actualidad y la crítica moderna; han desmentido esto, estableciéndose la verdad de lo escrito en las Sagradas Escrituras. Aquí podemos mencionar, por su afinidad zodiacal: La filosofía hermética de los antiguos: saber – querer – osar – callar. Y la ocultista e iniciática y mística; transmitida de maestro a discípulo, basada en ritos astrológicos, numerológicos de Lao Tze, Natapunta, Geber, Mohamed Abenmusa-Al-Karismil, Sharihotsu, Nanak,  Luther,  Al-Biruni, Mayer lambert, Laffiteau…

       Tenemos ahora la poco clara filosofía egipcia, la cual se confunde con sus creencias mitológicas y su multitud de dioses, la adoración de animales, de los astros y la transmigración de las supuestas almas inmortales o metempsicosis, lo místico; haciendo ininteligible y difícil de comprender sus doctrinas y sus objetivos ¡Uniéndose a esto! Lo enrevesado de su lenguaje simbólico, en especial el de sus sabios y sacerdotes. Los egipcios, desde sus inicios, a la par de su filosofía; también se dedicaron al estudio de la geometría, entremezclándolas hábilmente. Son conocidos entre sus sabios y filósofos: Amonio Saccas y su filosofía ecléctica, Plotino con su doctrina principal de la la trinidad y la metafísica, al igual que su discípula Hipatia, filósofa y maestra, ambos neoplatónicos; Apión, Eratóstenes, Hierócles, Longino y Hermes Trimegisto…

       La Filosofía fenicia, inspirada en los procesos de la naturaleza; fue centrada en la doctrina de los átomos, siendo su  principal filósofo: Moschus-Moschus a quien se debe la invención de la filosofía atómica; también tenemos a Sanchoniaton y a Cadmo. Aparte de su dedicación a las ciencias ¡Sobre todo a las que les eran útiles para su existencia!, los fenicios eran politeístas, adorando muchos dioses, siendo el supremo Baal, nombre general de sus deidades, las cuales dividían en primarias y secundarias o paredros, estos últimos, dioses de menor importancia; presidían los panteones de los ciudadanos. Adoraban también a las estrellas que los guiaban por el mar, ya que eran expertos marinos; rendían cultos a los dioses de la vegetación, destacando entre ellos Adonis, un hermoso joven que moría en invierno y resucitaba en primavera, como el ciclo natural de las plantas. El culto fenicio incluía la prostitución sagrada, los sacrificios humanos ¡Sobre todo de niños!, y daban mucha importancia al culto de la fertilidad a su diosa Astarté y a la adoración fálica o del pene…

       Es Grecia, como cuna de la civilización; la cuna de la gran mayoría de los filósofos ¡Sobre todo!, de los más grandes pensadores  de la humanidad, ¡Y por ende!, cuna de las más grandes escuelas filosóficas de la historia; y conoceremos de sus principales protagonistas. En la filosofía jónica, vemos a su principal filósofo: Tales de Mileto, quien se cuenta entre los llamados siete sabios de Grecia; Quilón de lacedemonia, Solón de Atenas, Pítaco de Mitilene, Cleóbulo de Lidia, Bias de Priene y Periandro de Corinto; estos se dedicaron más a la política que a la filosofía, a diferencia de Tales de Mileto, que se dedicó a ella apasionadamente, lo que contribuyó a que se difundieran sus doctrinas por toda Grecia ¡Y fue de allí!, seguramente; de donde la escuela pitagórica o itálica, adquirió mucho de sus conocimientos. Él divulgó sus conocimientos por los muchos lugares que recorrió: como el Asia, el Egipto, la Creta, la Fenicia. Tales, sobresalió por su estudio de la naturaleza; y habló de que el agua es el principio de todas las cosas y de un dios como la inteligencia que las formó. Tales de Mileto,  es visto como el que inició la física en esas regiones y el primero en crear una escuela filosófica, y es sabido su: "conócete a ti mismo". Él desarrolló la geometría y la astronomía, siendo el primero en predecir eclipses ¡Tanto de luna como de sol!. Tales, difundió la idea de una inteligencia suprema, que ordenó el caos y generó el mundo por medio de un sistema de principios dinámicos, realzando la espiritualidad en su manera de pensar ¡Ideas estas!, que su discípulo Anaximandro, desfiguró y desvió casi en su totalidad. Respecto a la supuesta inmortalidad del alma, Tales también la aceptó, apoyando a su contemporáneo Ferécides. Éste filósofo, según Cicerón; fue el primero que aseguró y defendió la inmortalidad del alma y también el primero que escribió sobre filosofía, aunque la primera escuela de ésta fue creada, como ya dijimos; por Tales de Mileto.

    Anaximandro, discípulo de éste; no hizo avanzar las doctrinas de su maestro, sino que por el contrario, las desvió hacia otras creencias; según él, todo se origina  del caos y regresa a él en un ciclo que arregla y desarregla todo, en donde todos los componentes conforman una oscura mezcolanza; reconociendo la existencia de un sin números de dioses naciendo y muriendo. La inteligencia suprema que concibe y pone orden y que nos habla de un inicio activo y sistemático del mundo no se ve en su filosofar; sino que antagónicamente;  habla de una actividad caótica y ofuscada que reúne y  desune desordenada y cíclicamente; obsceno concepto éste, que le hizo mucho daño a las enseñanzas griegas y se lo hizo también, y lo sigue haciendo a las de la actualidad. Al hablar Anaximandro de caos perenne y de la existencia de innumerables dioses, no reconociendo a un Dios omnímodo, omnisapiente sin principio ni fin que hizo todas las cosas ordenadamente; facilitó la senda, precisamente, para no creer en Dios y al ateísmo, al igual que para el politeísmo y para expandir las muchas formas de creencias que ya venían de la Mesopotamia primigenia ¡Y ya sabemos!, lo que causó esto en una Grecia ignorante de la  verdad, diseminando luego esto por muchos otros territorios ¡Y por mucho tiempo!, tal y como lo vemos hoy día. Las doctrinas de Anaximenes y de su maestro Anaximandro; no difieren mucho, el discípulo de éste, igualmente corrompe las de Tales de Mileto, al decir: que la totalidad de las cosas, proviene del aire, y que a la vez regresan a él en su totalidad.  Todo se crea por la concentración y expansión de dicho componente; la distinción de lo compacto y lo líquido no contempla otro principio, si hay demasiada compactación, se forman los metales, las rocas, la tierra y otras materias relacionadas; si la expansión llega a su extremo produce el fuego. Dice Anaximenes, que el aire es inconmensurable, siempre está activo y de él se originan los prodigios de la naturaleza al igual que el alma humana inmortal.

    Tanto Anaximandro, como su discípulo Anaximenes, fueron personas admirables e inteligentes, de lúcido talento en su saber matemático y científico; al primero se le deben grandes adelantos en las ciencias geográficas y astronómicas, fue él, quien primero demostró, la falsedad de la astrología, basándose en sus estudios astronómicos; y al otro; en la matemática y la física, es  Anaximenes, quien inventó la gnomónica o arte de formular los relojes solares ¡Pero lastimosamente! En el aspecto psicológico y teológico, y en los encumbrados asuntos ideológicos; su lúcido talento se les extravió completamente, pues la totalidad de las cosas la llevaban a los sentidos, todo aquello que no era medible geométricamente era para ellos mera ilusión, conduciendo así a la espiritualidad, de forma equivocada, por una vía oscura y de muchos errores, aplicándoles el dicho de Cicerón, ya mencionado al principio ¡De hecho!, únicamente lo que perciben con el sentido de la vista es lo que es real para ellos ¡Y así! Muchos otros filósofos, pensadores y científicos conocidos ¡Tanto de ayer como de hoy!.  Siguiendo las doctrinas de su maestro Anaximenes, Diógenes de Apolonia, otorga al aire la totalidad del ser, haciéndolo el principio de todo, hasta de la supuesta alma inmortal humana. Bajo este concepto obsceno y erróneo, pretende Diógenes afianzar su método filosófico; en el que plantea resumir a un origen único en el aire; la totalidad de las cosas. Pero no todo estaba perdido para la escuela jónica y su espiritualismo, ya que felizmente, el discípulo de Anaximenes, Anaxágoras de Clazomenes, no siguió las enseñanzas de su maestro; respuesta ésta mucho más beneficiosa a las ciencias y favorecedora, por ser él, quien las llevó a Atenas, escenario éste, más amplio y sociable. De acuerdo a la esencia de su escuela, Anaxágoras se dedicó al estudio de la naturaleza y conocía el estado del organismo por el reflejo de la luz en el iris ¡Aunque habló!, a favor de los planetícolas. Pero su mayor logro, y por el cual es muy reconocido, es la pasión con que defendió y salvó el espiritualismo, el cual estaba muriendo en poder de la escuela jónica, por las desviaciones y obscenos conceptos de Anaximandro y Anaximenes. En dos cosas fundamentó su filosofía Anaxágoras de Clazomenes: "espíritu y materia"; el defendió,  que es la materia la que genera el mundo físico, pero que el espíritu es quien acondiciona y organiza a la materia; y que el mundo es producto de la sabiduría y energía de un ser inteligente  e infinito; tenía a Dios como el hacedor de todo pero distinto a todo ¡Pero sin estar aislado del mundo!, como algunos panteístas han querido verlo, confundiendo distinto con distante, lo cual, lejos de desmeritar a Anaxágoras,  ha valorado más al ínclito filósofo…

       Para la filosofía, los años seiscientos antes de Cristo, fueron muy productivos, en ellos se creo la escuela jónica, tuvo sus principios la escuela itálica, y de éstas se produjeron luego, de manera gradual, las escuelas griegas. Como fundador, entre otras cosas; de la escuela itálica; Pitágoras, natural de Samos Grecia; se ubica dentro de las personas más ilustres de la antigüedad. Fue Pitágoras quien acuñó el término filósofo. Sabemos ya, que los griegos llamaban a la sabiduría: "sophia" y a sus sabios: "sophós". Y Marco Tulio Cicerón se refiere así, al hecho citado: "Heráclides de Ponto, varón muy docto y discípulo de Platón, escribe; que habiendo ido Pitágoras a Philiasia, habló larga y sabiamente con el  rey León, y que éste, admirado de tanto saber y elocuencia, le preguntó cuál era el arte que profesaba. "Ningún arte conozco", respondió Pitágoras "Soy filósofo". Otra versión dice así: que en unos de sus viajes diplomáticos, ya personaje celebre; Pitágoras, disertaba, y Leonte, que escuchaba su discurso, lo interrumpió diciéndole: "Oh Pitágoras, eres un gran sophós (sabio)", a lo que Pitágoras respondió: "No, yo no soy un sophós, soy un philo-sophos, amo la sabiduría, pero todavía no la poseo". "Ninguno de los hombres, dijo Pitágoras; es sabio: lo es sólo Dios". Pitágoras, reconocido sobre todo como insigne matemático; se nutrió de varias escuelas filosóficas,  aprendió de  Ferécides, de Tales de Mileto y de Anaximandro  en forma sucesiva. Viajó por muchos países y grandes territorios, tanto del lejano y medio oriente, como del occidente, aprendiendo y adquiriendo, en su recorrido de años; muchos conocimientos en distintas ciencias, como la geometría, la astronomía, aritmética, música, canto, poesía, aprendió de la religiosidad y sus misterios, de la armonía de las esferas celestes, descubrió y enseñó sobre el doble movimiento de la tierra ¡Aunque lamentablemente!, también adquirió, de la India principalmente; falsas enseñanzas, entre otras como lo de la metempsicosis o transmigración de las supuestas almas inmortales, conocida ésta comúnmente como reencarnación; la cual acogió y defendió como una verdad ¡Y por supuesto!, al transmitir a otros sus conocimientos,  y habiendo ejercido éstos una gran influencia en sus discípulos, en otras escuelas y también en otros grandes filósofos; esta obscena y gran mentira de la composición del ser humano dividido  en dos partes: cuerpo mortal y alma inmortal; se diseminó por toda la tierra; cual tumor maligno enquistado; y fue defendida e inculcada, y es defendida e inculcada actualmente,  por muchos pensadores; y una gran mayoría de personas la ha profesado y las profesa como si fuese verdad. Pitágoras comenzó sus enseñanzas en Croton, ahora Crotona, al sur de Italia; lugar éste, en donde asentó su escuela. Para él, el alma era un número, y todas las demás cosas, tenían que ver con éstos.

    Se conocen dos clases de discípulos, dentro de los que seguían a Pitágoras: los discípulos públicos, que eran los más numerosos; estos no aprendían de los misterios de la escuela y eran instruidos en la enseñanza común; y los discípulos iniciados, que eran como cierta sociedad religiosa, se sometían a una serie de reglamentaciones, pasaban por una serie de ritos, podían estar en presencia del maestro y ser instruidos en los misterios  de la escuela. Esto, y otras cosas; creaban un halo de misterio alrededor del maestro y su escuela ¡A tal grado! Que a Pitágoras, sus discípulos lo veían como a un dios de infalible pensar, y es conocido el enunciado de los pitagóricos: "el maestro lo ha dicho: ya no se necesita más prueba", y podemos entender, por estas palabras; cómo y por qué, se afianzó en la mente de las personas, lo del alma inmortal que sobrevive al cuerpo ya cadáver. En las doctrinas enseñadas por Pitágoras, podemos notar con claridad, las huellas dejadas en él, por las dos escuelas en que se formó: la griega: por su genio favorable y hermoso al mismo tiempo, y la oriental: por su simbología misteriosa, su mística espiritualidad y la sublimidad. ¡Ciencias exactas y mística a la par!  ¡Matemáticas y alma inmortal andando juntas! ¡Física y metempsicosis en el mismo riel!. Pitágoras creía, y basaba su enseñanza, en una gran unidad que originó al mundo, y éste a la vez,  era una reunión de otras unidades inferiores y subordinadas a la unidad mayor, derivadas ellas en una multiplicidad con sus equivalentes numéricos. La escuela del filósofo de Samos, profesaba un alma inmortal dividida en dos partes: una superior, que gobierna y dirige a la otra inferior, conformada ésta por la razón y la pasión; y de cuya armonía deriva la virtud. Para los pitagóricos, el universo es un gran todo armónico ¡Un cosmos!.

    La escuela itálica o de Pitágoras, ejercicio una gran influencia en Italia, en la Grecia, y en la república romana en sus primeros tiempos ¡Y aún hoy día!, sigue ejerciendo influencia. A la par de esta escuela, nace también en Italia, dirigida por Jenófanes ¡Griego también; la escuela eleática, por originarse ésta en la ciudad de Elea; éste filósofo es tenido como el primer panteísta, ¡Y por ende!, originador del panteísmo, que luego se dividió en dos, naciendo la escuela atomística. Ambas tomaron partes de la pitagórica: la atomística los números y la multiplicidad  y, la panteísta, la monada o unidad; exagerando ambas al extremo, estos pensamientos pitagóricos. Jenófanes profesaba, que únicamente existía un ser eterno inmortal el cual era todas las cosas y de forma esférica, lo tenía como unidad en donde los demás cuerpos, solamente eran manifestaciones de ella. ¡O sea!, que el todo era uno y que ese uno era todo. A Dios, lo profesaba como el universo, el infinito, siendo un ser animado en forma de esfera dotado de inteligencia, obsceno pensamiento éste, de tener al mundo como un todo con un alma que le da vida. Jenófanes, fiel a sus pensamientos, rechazaba la idea de la creación y la de la producción, conociéndose su razonamiento con que atacaba estas cosas, cuando dijo: "Lo que se producía: O se producía de nada o de algo; no lo primero, porque de nada, nada se produce; no lo segundo, porque siendo algo ya preexistiría, el dilema no evidencia mucha astucia. ¿Se trata de creación o producción de la nada? Entonces el decir que no es posible, porque de nada, nada se produce, es una demanda de principio; esto es lo que se busca ¿Se trata de producción o formación de algo? Entonces lo formado es de un modo nuevo, y la consecución de este nuevo modo es el efecto de la acción productora".

    También dijo Jenófanes: "Los hombres se interpretan a los dioses concebidos, como ellos y cubiertos de las mismas figuras; si los leones y los toros supieran pintar, pintarían también a los dioses como toros y leones. Pero hay un Dios superior a todos los dioses como a los hombres, que no se parece a los mortales ni en la forma ni en la inteligencia". Palabras éstas, por cierto, que no tienen nada que ver con el ateísmo, e incongruentemente, tampoco con el panteísmo que originó dicho filósofo. Uno de los discípulos de Jenófanes, el racionalista Parménides; defendió las enseñanzas de su maestro, sólo en algunos puntos, como en lo de la divinidad del mundo, considerando a éste como un todo. Dentro de sus ideas panteístas, decía que la tierra era producto del fuego y éste era quien le daba la movilidad, e idealizó una corona que cubría al mundo, en forma de círculo luminoso, la cual llamó Estefanía. Parménides con su racionalismo habló del "conocimiento igual al objeto percibido". Estaba totalmente convencido, de que para llegar a la verdad con el pensamiento, era necesario desconocer la información recibida por los sentidos, siempre que no reaccionen éstos, a lo que la razón nos presenta como cierto. Decía también este filósofo: "Indispensable es decir y pensar que el ser es y que el no ser no es". Éste único camino nos lleva a la verdad. Asegurar que el ser no es y que el no ser es nos pierde, nos lleva al error, a la simple opinión. El origen no es el agua, el aire, o lo indeterminado, sino el ser. ¿Cómo es el ser?. El ser es uno, independiente del tiempo, inamovible, inseparable e inalterable. El ser es único porque, si hubiese dos seres, ¿Qué los haría desiguales?. ¿El ser?… No, porque es lo que tienen en común. ¿El no ser?… Tampoco: si el no ser no es, no puede ser causa de la desigualdad. Por lo tanto el ser es uno. Además, el ser no puede variar: no puede variar hacia el ser, pues ya es, y ¿cómo podría variar hacia el no ser, si el no ser no es?. Este mundo no es, los sentidos nos engañan, nos muestran un mundo de multiplicidad sujeto a la variación". Para él, son puramente lógicas, las razones en que fundamenta sus ideas. Para nosotros, aunque sabemos que lo que se ve no es en realidad lo que existe; sabemos también, que hay un mundo sensible, en el que hay muchas cosas ¡Incluyéndonos! ¡Ya que existimos en gran abundancia!, sometidos a las distintas variaciones. Todo esto llevó a Parménides y a sus seguidores, a considerar todo objeto percibido como ilusión mental, lo que produjo toda una gama de sofismas, que desembocó finalmente en el escepticismo o duda universal ¡Pero ojo!, la duda universal de no creer en nada de los escépticos, que no tiene nada que ver con la duda universal que planteó Descartes; la cual es una duda universal planteada por éste, para que en la búsqueda objetiva, se llegase a la verdad verdadera.

    La duda cartesiana es metódica y no escéptica, es provisional y no definitiva, teórica y no práctica, encaminada al logro de la verdad especulativa y no a la dirección de la vida. Descartes dijo: "No que yo imitase con esto a los escépticos, que sólo dudan por dudar, y que andan siempre irresolutos, sino que, por el contrario, todo mi designio se enderezaba a asegurarme, y a remover la tierra movediza o la arena, para encontrar la roca firme". Por eso, a fin de no permanecer irresoluto en mis acciones, mientras que la razón me obligara a estarlo en mis juicios, y para no dejar de vivir lo más felizmente que pudiese, me formé una moral provisional, que consistía sólo en tres o cuatro máximas". La duda universal cartesiana, es universal: porque se apoya en motivos generales que no pueden escapar a  verdad alguna. Son cuatro, estos motivos a que nos referimos: 1) Como los sentidos nos han engañado alguna vez, vamos a suponer que nos engañan siempre y que, por consiguiente, resulta dudoso todo lo que se base en el testimonio de ellos. 2) Como muchas veces hemos soñado y creíamos ser verdad lo que veíamos o vivíamos sólo en sueños, vamos a suponer que soñamos siempre y que no tenemos ningún criterio seguro para distinguir la vigilia del sueño. 3) Como a veces nos hemos equivocado razonando, incluso en cuestiones bien sencillas de geometría y otras por el estilo, vamos a suponer que nos equivocamos siempre en nuestros raciocinios y demostraciones. 4) Por último, como es posible que exista un geniecillo maligno, todopoderoso y engañador, del cual dependamos y que emplee toda su astucia en engañarnos, no podemos estar nunca seguros, ni siquiera acerca de los juicios más evidentes… Volviendo a los razonamientos de Parménides, hay que reconocerle, que éstos sirvieron para contrarrestar al denigrante sensualismo que envilece y ennegrece todas las cosas. Al decirnos que: "La razón es el juez de la verdad y no los sentidos; éstos nos engañan, ocupándose sólo de lo circunstancial; aquella no engaña y se ocupa de la necesario. Lo que declaran los sentidos no es verdadero y está sometido al examen de la razón". Filósofos posteriores, como Platón y Aristóteles, se aprovecharon en mucho del pensamiento de Parménides. En el continente europeo, sobre todo; basándose en la filosofía de dicho sabio; se sostiene la doctrina de "lo que conoce con lo conocido", sin que se llegue al panteísmo idealista.

    Ya que siendo esta igualdad sólo ideal, no aludía al objeto en sí mismo, sino a que su idea o su forma comprensible se encuentra en el entendimiento. De la misma escuela de Parménides, tenemos a Zenón de Elea, quien para difundir su filosofía; adquirió un instrumento poderoso en el área de las reflexiones profundas, como lo es el arte de la dialéctica, y que basándose en éste, regó e hizo proliferar en gran escala, las semillas primigenias  del escepticismo, que vimos en el pensamiento de Parménides. Exagerando los méritos de la razón y disminuyendo los de los sentidos, Zenón de Elea, terminó por rechazar lo genuino de las declaraciones emanadas de los mismos, considerando que son contrarias la razón y la experiencia. De manera que, los conocimientos adquiridos sobre los seres finitos, son meras ilusiones. La existencia del movimiento, de la materia y del espacio, es rechazado por Zenón, este razonamiento lo basaba, en que si estuviesen presentes cosas finitas, habría que admitir y atribuirles por necesidad condiciones opuestas de movimiento y estaticidad, de uno y varios, de igual y desigual. Todo lo planteó este panteísta en sus paradojas, principalmente en las cuatro siguientes, para demostrar ¡Según él!, que no existe el movimiento sino una constante infinita: la de la Dicotomía, la de Aquiles, la de la Flecha y la del Estadio; paradojas éstas, que servían para reforzar su filosofía de que "todo es un solo ser, y ese solo ser lo es todo", siendo las variaciones, por no existir; simples apariencias; porque todo es uno y no hay variedad y no existe variedad porque todo es uno.

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