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La anorexia en la adolescencia




Enviado por Macarena Latti



  1. Causas
  2. Señales
  3. Consecuencias
  4. Accionar
  5. Referencias

La adolescencia es una etapa de la vida, que puede ser considerada de transición, ya que marca la finalización de la niñez y el comienzo de la vida adulta. Por tal razón, es frecuente que los adolescentes sufran una serie de cambios sociales, físicos y psíquicos que pueden, en algunos casos, derivar en trastornos de la alimentación tales como la anorexia nerviosa.

Causas

Su causa es desconocida, pero los factores sociales parecen importantes. Aunque hay muchos factores socioculturales que pueden desencadenar la anorexia, es probable que una parte de la población tenga una mayor predisposición física a sufrir este trastorno, independientemente de la presión que pueda ejercer el entorno. Por ello existen de factores generales que se asocian a un factor desencadenante o cierta vulnerabilidad biológica, que es lo que precipita el desarrollo de la enfermedad.

  • La propia obesidad del enfermo.

  • Cultura por la delgadez

  • Obesidad materna.

  • Muerte o enfermedad de un ser querido.

  • Separación de los padres.

  • Alejamiento del hogar.

  • Fracasos escolares.

  • Accidentes.

  • Sucesos traumáticos.

Señales

Hay algunas señales que pueden indicar a los padres de adolescentes que sus hijos sufren la enfermedad o están entrando en ella:

  • Se salta comidas con el argumento de que ya ha comido fuera de casa.

  • Las raciones que se sirve son cada vez más pequeñas.

  • Evita algunos alimentos considerados muy calóricos como las papas fritas.

  • Está perdiendo peso sin ninguna causa aparente.

  • Comienza a hacer ejercicio o deporte en exceso.

  • Después de cada comida va al baño.

  • Se muestra irritable y le cuesta concentrarse.

  • Comienza a interesarse mucho por cuestiones de nutrición como las calorías de cada alimento.

Consecuencias

Las consecuencias son debidas a la propia delgadez y a las acciones realizadas para conseguir la pérdida de peso. Las manifestaciones secundarias a la delgadez se resuelven cuando el peso aumenta.

Si la restricción alimentaria se inicia antes de la pubertad, la afectación física es mayor debido a que la falta de ingesta provoca pérdida de peso y detención del crecimiento; una vez pasada la pubertad, aunque se coma bien, ya no se crece porque los huesos largos han quedado soldados.

Con la pérdida de peso también se pierde la capa de grasa que se halla situada debajo de la piel, aumentando así la sensibilidad a la temperatura ambiental. Las manos y los pies están fríos, la piel seca y el pelo sin brillo y quebradizo, al igual que las uñas. Suele aparecer un vello fino y largo como una pelusa, llamado lanugo, en zonas donde normalmente no hay vello (espalda, brazos, mejillas). También se aprecian alteraciones en la pigmentación, protuberancias óseas y el vientre hundido.

Otras posibles complicaciones son las siguientes:

  • Alteraciones cardiovasculares. Las pulsaciones cardíacas disminuyen y la presión arterial baja; esto a veces produce mareos y arritmias (alteraciones del ritmo cardíaco) que pueden causar un paro cardíaco y, como consecuencia, la muerte. La circulación sanguínea de la periferia del cuerpo disminuida favorece que brazos y piernas estén fríos y azulados.

  • Alteraciones gastrointestinales. Náuseas, vómitos, diarreas debidas al abuso de laxantes, estreñimiento, sensación de saciedad precoz a causa de digestiones lentas y dolores abdominales son las alteraciones habituales.

  • Alteraciones sanguíneas. Anemia debida a la falta de hierro y de ácido fólico en la alimentación.

  • Alteraciones hormonales. Muchas son secundarias a la delgadez y se recuperan cuando el peso aumenta. La alteración en la secreción de las hormonas ováricas y el bajo peso provocan la pérdida de la menstruación.

  • Alteraciones óseas. Los huesos se debilitan porque la masa ósea disminuye, pudiéndose fracturar con facilidad. Si el inicio de la restricción alimentaria ocurre antes de la pubertad, dará lugar a personas de baja estatura.

  • Alteraciones renales. Deshidratación.

  • Alteraciones psíquicas. Muchos pacientes sufren trastornos afectivos, ansiedad y síntomas obsesivo-compulsivos. Los rasgos obsesivos suelen ser muy intensos y hallarse centrados en el tema alimentario. En ocasiones, los fuertes sentimientos de culpa y desesperación cuando no consiguen controlar el peso les provocan ideas, e incluso intentos, de suicidio. El sueño disminuye en calidad, cantidad y profundidad.

A medida que avanza el cuadro clínico, abandonan sus actividades laborales o académicas porque no son capaces de centrarse en ellas.

Accionar

Para empezar, es fundamental no reclamarle de forma violenta, porque sólo conseguirás su rechazo. Primero observa sus hábitos e intenta mantener una comunicación más abierta con ella: esto te permitirá acercarte y ganar su confianza. Las chicas entran en un mundo irreal del cual es difícil sacarlas, sus ideas están distorsionadas y se sienten bastante protegidas en ese espacio que consideran secreto.

Esta es una enfermedad que, en el caso de que tu hija la padezca, todos los miembros de la familia se verán afectados. Por eso, entre todos deberán buscar la solución, y lo más importante, brindarle a tu hija todo el apoyo que necesite. A continuación, algunos consejos:

  • Reacciona, averigua que pasa si notas cambios en su estado de ánimo (en su humor) y/o cambios físicos en tu hija. No esperes a que pierda demasiado peso para admitir que padece una enfermedad.

  • No la obligues a comer. Si no lo acepta, no conseguirás nada forzándola. Una vez enfrentado el problema, va a ser necesario decidir cuál es la mejor manera de iniciar un tratamiento, tanto de alimentación como psicológico.

  • No debes recriminarle su actitud. Procura eliminar de tu vocabulario términos como "anoréxica". Debes demostrarle que tú estás ahí para ayudarla, hazle saber que padece un trastorno alimenticio que podrá superar si pone de su parte.

  • La ayuda de un psicólogo o psiquiatra será muy importante, la anorexia nerviosa debe ser tratada con una terapia que ayude a restablecer otro tipo de lazos afectivos con la vida.

  • Si un tratamiento profesional resulta demasiado costoso para tu economía, quizá un grupo de ayuda sea una opción.

El encontrar apoyo y confianza en personas que padezcan el mismo problema puede ayudar a tu hija a restablecer la confianza en sí misma: el encontrar un grupo al que también puede pertenecer la podría estimular, y en esta ocasión no sería para hacerse daño. También puede haber sitios con profesionales de acuerdo a habilidad de pago en tu área.

Referencias

  • http://www.aperderpeso.com/ana-y-mia/anorexia-en-la-adolescencia.html

  • http://salud.doctissimo.es/enfermedades/anorexia/anorexia-tipos-causas-y-consecuencias.html

  • http://www.vidaysalud.com/diario/ninos-y-adolescentes/la-anorexia-una-enfermedad-muy-comun-en-las-chicas-adolescentes/

  • http://adolescentes.about.com/od/Salud/a/Qu-E-Es-La-Anorexia-Nerviosa.htm

  • http://www.dmedicina.com/enfermedades/psiquiatricas/anorexia.html

 

 

 

Autor:

Macarena Latti

 

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