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Del pensamiento vigotskiano, por León Vallejo Osorio



Partes: 1, 2, 3, 4

  1. Apuntes biográficos
  2. El dualismo en psicología: un análisis vigotskiano
  3. Teoría y método para una ciencia psicológica unificada
  4. Bibliografía

VYGOTSKY: EL HOMBRE Y SU TEORÍA[1]

James Wertsch

Al igual que las demás ciencias sociales, la psicología debería aportamos datos acerca del significado de lo específicamente humano: Sin embargo, diversos críticos, incluyendo a prestigiosos representantes de la disciplina como J. S. BRUNER (1976), han cuestionado el éxito de la psicología académica en esta empresa. Una de las barreras que han impedido a la psicología alcanzar este objetivo es que, tradicionalmente, los psicólogos han tendido a aislarse, así como a trabajar de forma que les impedía comunicarse entre ellos, no digamos ya con representantes de otras disciplinas. Por lo general, han olvidado el hecho de que el objetivo final de la psicología consiste en contribuir a una descripción holística e integrada de la naturaleza humana.

Este aislamiento intelectual se hace especialmente patente en la división que separa los estudios de psicología individual de los estudios dedicados al entorno sociocultural en el que viven los individuos. En psicología tendemos a considerar la cultura o la sociedad como una variable a ser incorporada a determinados modelos de funcionamiento individual. Esto implica un tipo de reduccionismo que da por supuesto que los fenómenos socioculturales pueden ser explicados a partir de los procesos psicológicos. Inversamente, tanto los sociólogos como lo!; teóricos sociales suelen considerar exentos de problemas a los procesos psicológicos al derivar éstos directamente de los fenómenos sociales. Este enfoque quizá no contenga el tipo de reduccionismo propio del trabajo de los psicólogos, pero no por ello deja de ser menos ingenuo. Gran número de aspectos del" funcionamiento psicológico no pueden ser explicados a través de la suposición de que derivan exclusivamente del milieu[2]sociocultural.

Este aislamiento interdisciplinar no es solamente atribuible a la falta de cooperación entre los diferentes científicos. De hecho, tanto los interesados en los fenómenos sociales como aquellos que se dedican al estudio de los fenómenos psicológicos, han defendido sus objetos de investigación de formas tan diferentes que prácticamente han garantizado la imposibilidad de que se produzca una comprensión mutua. Durante décadas este problema ha preocupado a todos los que se afanan en la construcción de una ciencia social unificada. Teóricos críticos como T. ADORNO (1967, 1968) Y J. HABER MAS (1979) llevan enfrentándose con él desde los años cuarenta. De acuerdo con Adorno, «la separación entre sociología y psicología es al mismo tiempo adecuada y errónea» (1967, pág. 78). Adecuada porque representa niveles diferentes de fenómenos que existen en la realidad; es decir, nos ayuda a evitar las lagunas del reduccionismo. Sin embargo es errónea porque «anima a los especialistas a abandonar los intentos por conocer la totalidad demasiado rápidamente» (pág. 78).

Intentar mantener este punto de vista holístico a la hora de examinar los diferentes niveles de fenómenos en ciencia!; sociales es un objetivo tan ambiguo hoy día como lo era a principios de siglo. En realidad, cuanto más progresamos en el estudio de fenómenos particulares, más lejos parece situarse este objetivo. Mi propósito en esta obra es explicar y extender un enfoque teórico que permita evitar esta laguna: el enfoque del psicólogo y semiótico soviético Lev Semenovich Vygotsky.

Por supuesto, Vygotsky no elaboró sus planteamientos con vistas a la actual fragmentación disciplinar, pero muchas de sus ideas son relevantes para las inquietudes aquí planteadas. Para manejar estas ideas es necesario, en primer lugar, interpretarlas a la luz del milieu en el que fueron desarrolladas. De esta manera, comenzaré por explicar el contexto histórico y cultural en el que Vygotsky trabajó para, luego, extender sus ideas a la luz de los avances teóricos realizados a lo largo de los 50 años que nos separan de su muerte.

Vygotsky es, por regla general, considerado como un psicólogo evolutivo o de la educación. Sin embargo, gran párte de lo que expondré se basa en la suposición de que es incorrecto categorizarlo directamente como psicólogo, al menos en el actual sentido estricto del término. Precisamente por el hecho de que no era solamente un psicólogo es porque fue capaz de dotar a esta disciplina con un soplo de aire fresco, haciéndola formar parte de una ciencia social más unificada. De hecho, el filósofo y psicólogo soviético G. P. SCHEDROVITSKII (13 de octubre de 1981, conversación) argumenta que una de las razones fundamentales del éxito de Vygotsky en la reformulación de la psicología en la URSS es que su formación no era la de un psicólogo profesional.

Bajo circunstancias normales, un profano nunca habría tenido la oportunidad de reformular una disciplina como la psicología en un país como la URSS. Sin embargo, Vygotsky no vivió rodeado de circunstancias normales: su entrada en la edad adulta coincidió con la experiencia de una de las mayores revoluciones sociales del siglo xx, la Revolución Rusa de 1917. Este acontecimiento proporcionó dos décadas del que quizá puede ser considerado como el entorno cultural e intelectual más interesante de nuestra época. Gracias en gran medida a este entorno, Vygotsky fue capaz de desarrollar sus ingeniosas ideas y éstas pudieron tener un impacto significativo.

Apuntes biográficos

La biografía de Vygotsky puede dividirse en dos períodos fundamentales: el primero, desde su nacimiento en 1896 hasta 1924, el año en el que hizo su primera aparición como relevante figura intelectual en la URSS; el segundo, desde 1924 hasta su muerte, causada por la tuberculosis, en 1934.

La información existente acerca de los primeros años de la vida de Vygotsky es escasa. Aparte de los objetos y recuerdos familiares, especialmente los de su hermana mayor Gita L'vovna Vygotskaya,[3] la única fuente importante de información sobre los inicios de la vida de Vygotsky es K. E. LEVITIN (1982), quien, en su momento, recopiló un gran número de datos de uno de los 'amigos de la infancia de Vygotsky, Semen Dobkin.[4] Vygotsky nació el 17 de noviembre de 1896[5]en Orsha, una ciudad relativamente cercan a Minsk, en Bielorrusia, donde además pasó su infancia y juventud. Su padre, que había acabado los estudios del Instituto Comercial en la ciudad ucraniana de Jarkov, era jefe de departamento en la Unión Banciar de Gomel, así como representante de una compañía de seguros. Su madre tenía formación de maestra, pero dedicó la mayor parte de su vida al cuidado de sus ocho hijos. Juntos hicieron de la familia de Vygotsky una de las más cultas de la ciudad. El carácter seco y el irónico sentido del humor del padre de Vygotsky contrastaban con la personalidad dulce de su madre. De ella es de donde, aparentemente, adquirió Vygotsky su conocimiento inicial del alemán,[6] así como su amor por el poeta Heine.

El retrato procedente de la información sobre los primeros años de la vida de Vygotsky es el de una vida feliz y llena de estímulos intelectuales, a pesar del hecho de que, al igual que otros miembros de la familia, fue excluido del disfrute de diferentes oportunidades por ser judío. En la Rusia zarista ser judío quería decir vivir en territorios restringidos, estar sujeto a cuotas estrictas para acceder a la universidad, quedar excluido de ciertas profesiones y muchas otras formas más de discriminación. Estas circunstancias eran, sin duda, la fuente de la mayor parte de la amargura de Vygotsky padre. Sin embargo, tanto él como su esposa fueron capaces de proporcionar un ambiente intelectualmente estimulante para sus hijos, lo que se desprende del comentario de Dobkin:

El estudio del padre de Vygotsky siempre se hallaba a disposición de los niños. Allí organizaban todo tipo de reuniones, se retiraban a estar solos o quedaban con algún grupo reducido de amigos. El comedor también era un lugar de comunicación al producirse invariablemente una amena e interesante conversación alrededor de una gran mesa a la obligatoria hora del té. Las charlas en torno al samovar desempeñaron un papel importante en la formación de la mentalidad de los niños, especialmente de los mayores (LEVITIN, 1982, págs. 24-25).

En lugar de asistir a la escuela pública, Vygotsky estudió con un tutor privado durante varios años, y terminó sus estudios secundarios en un «gymnasium» judío. Vygotsky extrajo un enorme provecho de sus primeros años de estudio con su tutor Salomon Ashpiz. La técnica pedagógica de Ashpiz se basaba, aparentemente, en una forma de ingenioso diálogo socrático, lo que permitía desarrollar en sus estudiantes y, especialmente en aquellos tan bien dotados como Lev Semenovich, mentes bien formadas y con una elevada capacidad inquisitiva.

A los 15 años, Vygotsky había pasado a ser conocido como el «pequeño profesor» (LEVITIN, 6 de octubre de 1981, conversación), ya que siempre guiaba las discusiones entre estudiantes sobre materias intelectuales. Por ejemplo, examinaba el contexto histórico del pensamiento a través de debates y juicios simulados en los que sus compañeros interpretaban el papel de figuras como Aristóteles y Napoleón. Estos debates eran una manifestación de uno de los principales intereses de Vygotsky durante esta etapa de su vida: la filosofía.

Siendo todavía un niño y viviendo en Gomel, Lev Semenovich también empezó a mostrar un ferviente interés por el teatro y la literatura. Su hermana explicó del primer tema: «No creo que haya habido ningún período en su vida en el que no pensara o escribiera sobre el teatro» (LEVITIN, 1982, pág. 20).

Con respecto al segundo, Dobkin escribe: «La literatura y, especialmente, su poesía favorita, siempre le proporcionó un gran consuelo en la vida y siempre atrajo su atención» (ibíd., pág. 20). Dobkin también menciona que el Vigotski estudiante «estaba continuamente recitando sus versos favoritos» '(pág. 27). Como el resto de niños rusos, Lev Semenovich leyó grandes cantidades de poesía de Pushkin, pero en contraste con la mayoría de sus compañeros que preferían los versos líricos, él siempre prefirió los pasajes más serios, incluso trágicos de Pushkin. Además, admiraba la, poesía de Blok, especialmente los «Poemas italianos» que poseen un aire trágico.

Cuando recitaba poesía, Vygotsky tenía la costumbre de seleccionar solamente los versos que él consideraba capturaban la esencia del poema, prescindiendo de los restantes. Por ejemplo, del «Mozart y Salieri» de Pushkin solamente recitaba los versos iniciales: «Dicen: no hay justicia aquí y ahora sobre la tierra. Pero hay más —en la otra vida. Según mi parecer, esta verdad es tan elemental como una escala». Este no es, en absoluto, el final del monólogo de Salieri. Aunque la mayor parte de su continuación es bastante significativa, Lev Semenovich solamente recitaba estas líneas, arguyendo que eran suficientes para retener la esencia del poema. Esta noción de la significación elevada de una forma lingüística abreviada estaría destinada a desempeñar un papel fundamental en su concepción del lenguaje y la mente.

Vygotsky se graduó con una medalla de oro en 1913 en su «gymnasium». Aunque había sido ampliamente reconocido como un estudiante sobresaliente, tuvo enormes dificultades para acceder a la universidad de su elección; básicamente por ser judío. El primer problema con que topó fue el «examen de comisario», así denominado porque era presidido por un comisario o representante de la provincia, el cual poseía el voto decisorio final. El comisario, generalmente profesor del «gymnasium» público, solía ser bastante antisemita.

Durante este período de tiempo existía un tope en el número de judíos que podían acceder a las universidades de Moscú o San Petersburgo: solamente el 3 por ciento de los estudiantes podían ser judíos. Como señala LEVI TIN (1982, págs. 27-29), esto quería decir que todos los candidatos con medalla de oro y la mitad de los de medalla de plata serían admitidos. Como Lev Semenovich tenía todas las razones para esperar una caliócación de medalla de oro, su matriculación en una universidad de su elección estaba asegurada.

Sin embargo, en medio del período de exámenes correspondió a Vygotsky, el ministro de educación zarista decretó un cambio en el procedimiento de selección mediante el que los judíos serían escogidos directamente desde las universidades de Moscú y San Petersburgo. Se mantuvo la cuota del 3 por ciento pero los candidatos judíos serían seleccionados por lotes, un cambio aparentemente diseñado para diluir la calidad de los estudiantes judíos en las mejores universidades. Dobkin recuerda la respuesta de Lev Semenovich a este cambio:

Me mostró el periódico con el artículo sobre la nueva disposición que representaba una auténtica desgracia para él personalmente y para toda su familia desde el momento que anulaba su carrera y sus esperanzas de obtener un título universitario.

—Mira —dijo Lev—, ahora ya no tengo ninguna oportunidad.

Las noticias me parecieron tan espantosas que contesté sinceramente: —Si no te admiten en la universidad será una terrible injusticia. Estoy seguro de que te dejarán entrar. ¿Quieres que apostemos?

Vygotsky, que disfrutaba apostando, sonrió y me tendió la mano. Nos jugamos un libro.

Vygotsky realizó sus exámenes finales sin ningún fallo recibiendo una medalla de oro…

Finalmente, sucedió lo increíble: a finales de agosto, la familia Vygodsky recibió un telegrama de sus amigos en Moscú indicándoles que Lev había sido inscrito en la universidad por el tribunal correspondiente. El mismo día se me presentó con un volumen de poemas de Bunin con la siguiente dedicatoria: «Para Senya en memoria de una apuesta perdida» (LEVITIN, 1982, págs. 28-29).

Los padres de Lev Semenovich insistieron en que entrara en medicina, una vez en la universidad. Esta parecía ser una buena opción dada la época, ya que la medicina aseguraba a los judíos una vida profesional modesta pero segura: Vygotsky estaba más interesado en la historia o la filología, pero estos departamentos se hallaban básicamente dedicados a la formación de maestros de escuelas secundarias y como judío le estaba prohibido ser funcionario del gobierno zarista. Lev Semenovich también estaba interesado en la carrera jurídica, pero tampoco los funcionarios de las cortes (con la excepción de los abogados) podían ser judíos en la Rusia de los Zares. Así, Lev Semenovich se matriculó en medicina en la Universidad de Moscú. Sin embargo, de acuerdo con Dobkin, «apenas pasó un mes para que se trasladara al departamento de leyes» (ibíd., pág. 29). Aparentemente, Lev Semenovich había decidido convertirse en abogado, una de las pocas profesiones que le permitirían vivir al margen del sistema.

En 1914, mientras vivía en Moscú como estudiante, Vygotsky comenzó a asistir a las clases de la Universidad Popular de Shanyavskii, un centro no oficial que había surgido en 1911 después que el Ministerio de Educación hubiera expulsado a la mayoría de estudiantes y a más de cien miembros de las facultades tras el aplastamiento de una revuelta antizarista. La mayor parte de los mejores profesores de Moscú habían sido víctimas de la expulsión. Como resultado, la Universidad de Shanyavskii era, en esos momentos, una institución más interesante que la Universidad de Moscú. Las materias preferidas de Vygotsky eran la Filosofía y la historia.

En 1917 Vygorsky se graduó en leyes por la Universidad de Moscú. Aunque no recibió ningún título oficial de la Universidad de Shanyavskii, Vigotski extrajo un gran provecho de su formación en filosofía, psicología y literatura. Tras su graduación, regresó a Gomel como profesor de literatura y psicología.

Muy poca información nos ha quedado del impacto que la revolución de 1917 supuso para Lev Semenovich. Innumerables testimonios históricos y personales dan cuenta de los cambios masivos que ésta representó para toda la población, por 10 que podemos suponer que Vygotsky no fue una excepción. Tal y como argumenta LURIA (1979), la revolución también representó un cambio para disciplinas como la psicología. Nuevos campos de investigación quedaron abiertos y las oportunidades para los nuevos investigadores[7]fueron mayores que lo que nunca antes hubiera sido posible imaginar.

Lev Semenovich continuó viviendo en el relativamente tranquilo puesto de Gomel durante siete años después de su regreso en 1917. Juntamente con su primo David Vygotsky seguía dando clases de literatura en una escuela de Gomel. También dirigía las clases de estética e historia del arte en un conservatorio, lo que alternaba con conferencias de literatura y ciencias. Más adelante fundó un laboratorio de psicología en la Escuela de Profesorado de Gomel donde dio una serie de conferencias que más tarde se convertirían en su obra de 1926, Psicología pedagógica.

Dobkín recuerda cómo en 1918, él, junto con Lev Semenoich y David Vygotsky, comenzaron a publicar ediciones baratas de obras famosas de la literatura. La empresa fue denominada «Años y Días» y su logotipo se componía de una esfinge y una mariposa. Tras llegar a editar dos volúmenes tuvo que cerrarse, pues la escasez de papel había empezado a afectar a Gomel y ,también al resto del país. Los dos compañeros de negocios de Lev Semenovich dejaron Gomel poco después. Vygotsky se trasladó a Petrogrado en busca de trabajo y Dobkín a Moscú para continuar sus estudios.

En la época de la partida de Dobkin, en 1920, Vygotsky tenía problemas de salud. La enfermedad que finalmente habría de matarle, la tuberculosis, había empezado a cobrarse su precio. Este hecho representaba, ya en 1.920, tal amenaza para la vida de Vygotsky que éste decidió retirarse por un breve período aun sanatorio y encargó a uno de sus antiguos profesores de Gomel la publicación de sus manuscritos en el caso de su muerte. Sin embargo, se recuperó de este ataque de tuberculosis y continuó sus proyectos en Gomel. En 1924 se casó con Rosa Smekhova. Tuvieron dos hijas.

Entre el período transcurrido desde su graduación y su traslado a Moscú, Lev Semenovich fue capaz de leer multitud de libros al margen de su apretada actividad dedicada a dar clases, conferencias, publicar y escribir. Entre los autores que destacaban en las lecturas de Vygotsky figuraban poetas como Tyuchev, Blok, Mandel'shtam y Pushkin; escritores de ficción como Tolstoy, Dostoyevsky, Bely y Bunin y filósofos como James y, especialmente, Spinoza.

También leyó las obras de Freud, Marx, Engels, Hegel, Pavlov y el filólogo ruso Potebnya.

Desde una visión retrospectiva, todo este caudal de trabajo parece haber sido la preparación de un acontecimiento que, en 1924, habría de cambiar la vida de Vygotsky irrevocablemente. Este punto de inflexión, que separa dos períodos diferenciados de la vida de Vygotsky, fue su presentación, el 6 de enero de 1924, en el II Congreso Panruso de Psiconeurología en Leningrado. Allí presentó una comunicación, «Métodos en la investigación reflexológica y psicológica».[8] Algunos de los futuros discípulos de Vygotsky se encontraban presentes y más tarde recordaron vivamente el efecto electrizante que este joven desconocido tuvo e los asistentes. Según Luria,

cuando Vygotsky se levantó para leer su comunicación, no llevaba ningún texto de donde leer, ni siquiera notas. Hababa con fluidez, sin que le hiciera falta detenerse para interrogar a su mente en busca de la siguiente idea. Incluso si el contenido de su conferencia hubiera sido vulgar, su presentación habría sido notable a causa de lo persuasivo de su estilo. Pero su discurso no era en absoluto vulgar. En lugar de escoger un tema menor, como hubiera sido apropiado para un joven de 28 años [sic] que hablaba por primera vez a los decanos, allí reunidos, de su profesión, Vygotsky seleccionó el difícil tema de las relaciones entre1os reflejos condicionados y el comportamiento consciente… Aunque no logró convencer a todo el mundo de la razón de sus puntos de vista, estaba claro que este hombre, procedente de una pequeña ciudad de provincias en la Rusia occidental, era una fuerza intelectual que merecía ser escuchada (1979, págs. 38-39).

La brillante alocución de Vygotsky impresionó de tal manera al director del Instituto dé Psicología de Moscú, K. N. Kornilov, que inmediatamente invitó a este «Mozart de la psicología» (TOULMIN, 1978) a unirse a él mismo y otros colegas en la reestructuración de la institución. Lev Semenovich aceptó y el mismo año dejó Gomel para empezar su nueva andadura. A su llegada a Moscú vivió durante una temporada en los sótanos del Instituto de Psicología Experimental. Dobkin menciona que la habitación de Vygotsky contenía los archivos de la sección de filosofía, incluyendo los informes de psicología étnica. Vygotsky se dedicó a la lectura de este material, que constituía las paredes de su nuevo alojamiento, completando, de esta manera, su formación.

En 1925, Lev Semenovich acabó su tesis «La psicología del arte». Hacia el final de este mismo año obtuvo permiso para acceder a una plaza por oposición, pero un nuevo acceso de tuberculosis se lo impidió. Reconociendo este hecho, la comisión de calificación le eximió de la oposición, con lo que fue aprobado. Los orígenes de la tesis de Vygotsky surgen de 1916, año en el que había elaborado un extenso manuscrito sobre Hamlet. Según Dobkin, Lev Semenovich había comenzado la obra en su época escolar, cuando la visión de Hamlet le había producido una honda impresión. Sus primeras versiones fueron «el secreto mejor guardado» (LEVITIN, 1982, pág. 32) de Vygotsky durante esa época de su vida.

Los años transcurridos entre 1924 y 1934 fueron altamente densos y productivos para Vygotsky. Tras su llegada a Moscú, Alesandr Romanovich LURIA (1902-1977) y Aleksei Nikolaevich LEONTIEV (1904-1979) se le unieron como discípulos y colegas. Juntos, los tres llegaron a ser conocidos como la «troika» de la Escuela Vygotskyana. Muchos otros discípulos y seguidores de Vygotsky formaron parte de la Escuela, pero fueron Luria y Leontiev los que, tras su muerte estarían destinados a ser los principales continuadores de las ideas de Vygotsky.

El encuentro inicial de Luría y Vygotsky reflejó una sensación de respeto rayana en el sobrecogimiento. Tal opinión era bastante común entre los que trabajaron con Vygotsky. Vygotsky parece haber tenido un profundo. impacto en la vida de casi todos sus discípulos y colegas. Rosa Eugenevna LEVINA (3 de mayo de 1976, conversación) recuerda su primer contacto con Vygotsky como absolutamente arrollador. Ella y otros cuatro estudiantes que, con el tiempo, se convertirían en seguidores de Vygotsky, se encontraban en un tercer año de la Universidad de Moscú cuando le conocieron. Sus edades oscilaban entre los veintiuno y los veintitrés años, mientras que Vygotsky tenía treinta. Pero, desde una perspectiva intelectual, él parecía «varias generaciones mayor». Levina recuerda haber tomado apuntes sobre las ingeniosas (y, a menudo, espontáneas) conferencias de Vygotsky que sólo entendió varios años después. Otro de sus alumnos, P. Ya. GALPER!N (1984), explica cómo «todo Moscú corría» a escuchar los diagnósticos clínicos de Vygotsky y cómo, en ocasiones, los estudiantes tenían que escuchar sus clases a través de las ventanas porque las aulas estaban completamente abarrotadas.

La impresión casi mesiánica que causaba Vygotsky aparece en muchas otras manifestaciones. Luria, por ejemplo, uno de los neuropsicólogos más prominentes del siglo xx dijo: «todo mi trabajo no ha sido más que la elaboración de la teoría psicológica que construyó Lev Semenovich]» (1978). Al respecto de su propia vida profesional dijo: «divido mi carrera en dos períodos: el pequeño e insignificante anterior a mi encuentro con Vygotsky y el más importante y esencial tras conocerle» (LEVITIN, 1982, pág. 159).

La excitación que generaba Vygotsky entre sus alumnos y colegas es quizá imposible de apreciar desde la óptica de hoy día. Se hallaban completamente dedicados al hombre y a sus ideas. Según Luria, «todo el grupo dedicaba la mayor parte de sus horas de vigilia a nuestro gran plan para la reconstrucción de la psicología. Cuando Vygotsky se marchaba de viaje, sus alumnos componían poemas en su honor. Cuando daba una conferencia en Moscú, todo el mundo iba a oírle» (1979, pág. 52).

¿A qué se debía ese interés y entusiasmo entre los seguidores de Vygotsky? Al menos dos factores eran los responsables. En primer lugar, el genio de Vygotsky. Su mente era capaz de absorber una enorme cantidad de información de diversa procedencia, analizándola en función de una serie de principios rectores. Pero lo mismo puede decirse de gran cantidad de gente que no ha tenido el impacto que tuvo Vygotsky. Este hecho aislado no puede explicar su influencia. Un segundo factor debe ser tenido en cuenta: el entorno político y social de la URSS durante las dos décadas entre la Revolución Rusa de 1917 y el comienzo de las purgas estalinistas. Este período, especialmente después del final de la guerra civil de 1922, fue de agitación, entusiasmo y una energía inimaginabJe bajo nuestro prisma actual. La gente como Vygotsky y sus colegas dedicaban cada hora de sus vidas a hacer realidad que el nuevo estado socialista, el primer gran experimento basado en los principios marxista-leninistas, triunfase. Si tenemos en cuenta la energía vitalizadora proporcionada por este entorno y por el compromiso de los intelectuales por crear una nueva sociedad, la influencia y el trabajo de Vygotsky se hacen más fáciles de comprender.

La última década de la vida de Vygotsky fue extraordinariamente agitada y productiva. Se incorporó al Instituto Psicológico de la Universidad de Moscú en la modesta posición de personal científico ayudante (o personal científico de segunda clase, curno se denominaba entonces). El año anterior a su llegada en 1924, la dirección del Instituto había pasado de G. l. Chelpanov a Kornilov. La razón principal del cambio fue que Kornilov era considerado un «materialista» dedicado al desarrollo de la psicología mientras que Chelpanov había sido etiquetado como «idealista». La llegada de Kornilov significó la seriedad y dedicación con que sus colegas estaban tratando de emplear los principios marxistas al abordar los diferentes problemas de la psicología (al igual que sucedía en las demás disciplinas).

Vygotsky abordó su trabajo en este nuevo entorno institucional animado por un doble propósito. En primer lugar, quería reformular la teoría psicológica desde una perspectiva marxista. Este tema de la obra de Vygotsky es, en ocasiones, considerado, por los lectores occidentales, como un «trabajo de compromiso» respecto a algo en lo que no creía. Este no era, en absoluto, el caso de Vygotsky. Aunque la psicología soviética padecería más tarde la inmersión en un clima político dogmático (véase TUCKER, 1971; KOZULIN, 1984), Vygotsky murió antes de que esta situación se convirtiera en un hecho que impregnara su vida. Su creencia en los principios marxistas era honesta y profunda. Según Luria, «Vygotsky era… el líder teórico marxista entre nosotros… en [sus] manos, los métodos marxistas de análisis cumplían un papel fundamental a la hora de marcar nuestro camino» (1979, pág. 43).

El segundo objetivo de Vygotsky después de 1924 era el de desarrollar formas concretas de hacer frente a algunos de los problemas prácticos con que, masivamente, tenía que enfrentarse la URSS —básicamente, la psicología de la educación y la terapéutica. Tradicionalmente, la URSS ha tenido una gran confianza en las soluciones que la ciencia podía aportar para resolver problemas prácticos. En la época de Vygotsky, los problemas prácticos de la psicología incluían un analfabetismo masivo (que hoy día ha sido prácticamente superado), diferencias culturales entre los pueblos que se suponía iban a convertirse en soviéticos (como opuestos a pueblos como el Uzbek el Ucraniano, etc.) y una casi total ausencia de servicios para los retrasados mentales o los incapaces, por cualquier otra razón, de participar en la nueva sociedad. Mientras se encontraba en el Instituto Kornilov, Vygotsky amplió sus intereses en objetivos prácticos examinando los problemas de la defectología (defektologia)[9]. En concreto, se interesó por niños con déficit auditivos, retraso mental o (utilizando la terminología actual) con problemas de aprendizaje. En 1925, empezó a organizar el Laboratorio de Psicología para la Infancia Anormal de Moscú. En 1929, éste se convirtió en el Instituto Defectológico Experimental de Narkompros (Comisariado Popular de Educación) y, tras la muerte de Vygotsky, en el Instituto Científico de Investigación de Defectología de la Academia de Ciencias Pedagógicas. Vygotsky fue el primer director de este instituto y continuó considerablemente inmerso en sus trabajos hasta su muerte.

Además de llevar a cabo el trabajo necesario para la creación de un nuevo instituto (cuya dificultad era ampliada por el caos relativo existente aún en la URSS), Vygotsky dirigió gran cantidad de trabajos de investigación empírica. LEVINA (3 de mayo de 1976, conversación) menciona cómo ella, junto con otros estudiantes del instituto, buscaban niños para utilizarlos como su jetos de sus investigaciones en el vecindario cercano al instituto: Utilizaron temporalmente este sistema de «selección de sujetos» porque no quedaba claro qué podía permitirles la entrada en los parvularios.

Juntamente con sus actividades administrativas, Vygotsky también escribía y continuaba la docencia. En 1925 concluyó una versión escrita de su presentación de 1924 al II Congreso Panruso de Psiconeurología; entre el mes de noviembre de 1925 y la primavera de 1926, mientras se encontraba en un hospital, víctima de otro ataque de tuberculosis, escribió una crítica filosófica a los fundamentos teóricos de la psicología, «El significado histórico de la crisis de la psicología» y en 1926 publicó Psicología pedagógica, que se derivaba de sus primeras lecciones en Gomel.

Desde finales de los años veinte, Vygotsky viajó ampliamente por toda la URSS dedicado a la docencia y a la ayuda en la constitución de nuevos laboratorios de investigación. En el comienzo de la primavera de 1929, viajó a Tashkent (Uzbekistán) por un período de varios meses, para impartir un curso y formar a los educadores como psicólogos para el Departamento Oriental de la Primera Universidad Estatal de Asia Central. A comienzos de 1931, a petición del recientemente constituido departamento de Psicología del Instituto Psiconeurológico Ucraniano, Vygotsky y varios de sus colegas trasladaron muchas de sus actividades a Jarkov. Aunque este traslado afectó considerablemente sus vidas personales, el grupo aceptó rápidamente la oportunidad que se les brindaba de instalar una nueva base de operaciones. Jarkov les proporcionaba una atmósfera de apoyo que nutriría el crecimiento de un nuevo enfoque para la psicología. Todos ellos sentían la necesidad de un respiro de varios años, lejos de la atmósfera agitada de Moscú, que les permitiera desarrollar sus ideas. Entre los miembros de la Escuela de Vygotsky que se trasladaron a Jarkov, se encontraba Luria, Leontiev, L. l. Bozhovich y A. V. Zaporozhets. A ellos se les unieron figuras como P. Ya. Galperin y P. l. Zinchenko, que ya había vivido anteriormente allí.

Vygotsky no se trasladó definitivamente a Jarkov, pero solía visitar este puesto avanzado de sus discípulos bastante frecuentemente. Además de sus clases, de escribir y de ocuparse de los diferentes proyectos de investigación durante sus visitas, Vygotsky comenzó a asistir a clases de medicina, especialmente de neurología. Ingresó en la Facultad de Medicina y asistía a clases tanto en Moscú como en Jarkov. Su interés por la medicina parece haberse desarrollado a partir de su interés por los desórdenes neurológicos relacionados con el habla y el pensamiento, lo que ya se había manifestado en 1929 en sus escritos sobre la afasia.

Además de su trabajo en Jarkov durante este período, Vygotsky desarrolló varias de sus actividades en Moscú con colegas como Levina, L. S. Slavina y N. A. Menchiskaya. Dio clases en el Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Estatal de Moscú, en la Academia de Educación Comunísta N. K. Krupskaya, en el Instituto para la Salud Infantil y Adolescente, en el Departamento de Pedagogía del Conservatorio de Moscú y en el Instituto Pedagógico-Industrial K. Libknekht. Además, viajaba regularmente a Leningrado para trabajar con D. B. Elkonin y S. L. Rubinshtein, así como para dar clases en el Instituto Pedagógico de Leningrado A. l. Herzen. Vygotsky también visitaba Poltova periódicamente para dirigir la investigación de un grupo de trabajo encabezado por Bozhovich, que se había trasladado allí desde Jarkov. No solamente daba clases en todos estos sitios, sino que, además, dirigía trabajos clínicos y organizaba actividades de investigación. Cualquiera mínimamente familiarizado con las distancias entre estas ciudades y los primitivos medios de transporte soviéticos en 1930, puede darse cuenta del tiempo y energía que exigía esa cantidad de desplazamientos. Sin embargo, como muchos de sus colegas, Vygotsky consideraba su trabajo como un deber a cumplir en la construcción del nuevo Estado soviético.

Entre 1931 y 1934, Vygotsky escribió material para compilaciones, artículos y libros a un ritmo cada vez más acelerado. Editó y escribió una larga introducción para la traducción al ruso de 1932 de la obra de Piaget Le langage et la pensée chez l'enfant (1923). Su introducción serviría más adelante como capítulo (II) para su obra póstuma Pensamiento y lenguaje (1934).[10] Vygotsky escribió, además, muchos otros trabajos entre los que se incluyen Diagnóstico evolutivo y clínica pedagógica para niños con dificultades (1931a), El desarrollo de los procesos psicológicos superiores (1931b), Lecturas de psicología (1932), La problemática de la instrucción y el desarrollo cognitivo en la edad escolar (1934b), Pensamiento y esquizofrenia (1934c), así como un sinfín de notas críticas e introducciones a obras de Bühler, Kohler, Gesell, Koffka y Freud.

Entre sus actividades de investigación, Vygotsky asistió a un seminario en Moscú, juntamente con Luria, el lingüista N. Ya. Marr y el director de cine S. M. Eisenstein. Más tarde, Eisenstein escribía que adoraba a «ese hombre maravilloso con tan extraño corte de pelo…[11] Bajo ese curioso corte; brillaban los ojos de uno de los psicólogos más brillantes de nuestra era que fue capaz de ver el mundo con claridad celestial» (Ivanov, 1976, pág. 66).

Durante los últimos años de la vida de Vygotsky, siguió escribiendo y dando clases a un ritmo casi frenético. Su hija, Gita L'vovna V.YGOTSKAYA (16 de octubre de 1981, conversación) mencionaba cómo su horario de trabajo en Moscú le obligaba a estar trabajando desde muy temprano en la mañana hasta últimas horas de In noche. Solía escribir pasadas las dos de la madrugada, cuando disponía de unas horas tranquilas para él mismo, y durante los últimos años de su vida dictaba sus trabajos a una estenógrafa; así se elaboró el último capítulo de Pensamiento y habla.

A lo largo de todo este período, los ataques de tuberculosis de Vygotsky se tornaron más graves y frecuentes. Sus terribles y prolongados accesos de tos le llevaban al agotamiento durante varios días, pero en lugar de descansar, Vygotsky intentaba, en la medida de lo posible, alcanzar el mayor número de los objetivos que se había propuesto. En la primavera de 1934, su salud empeoró de forma alarmante. Sus médicos insistieron en que ingresara en el hospital, pero Vygotsky se negó dado su deseo de terminar el trabajo correspondiente al curso académico. El nueve de mayo tuvo una nueva hemorragia y el dos de junio fue hospitalizado en el Sanatorio Serebryanii Bor. Apenas transcurrida la medianoche del once de junio falleció. Fue enterrado en el cementerio de Novodevechi en Moscú.

Texto 32:

El dualismo en psicología: un análisis vigotskiano[12]

René Van der Veer

(Universidad de Leiden, Holanda)

Introducción

En la actualidad se considera al psicólogo soviético Lev Vigotski (1896-1934) como una de las principales figuras de la historia de la psicología. Una selección de sus obras han sido traducidas a diversos idiomas y sus ideas han inspirado a pensadores contemporáneos tan diversos como Jerome Bruner (p.e. Bruner, 1985), Stephan Toulmin (1978) y Roman Jakobson (1985). Vigotski vivió en una época en la que todavía era posible, para mentes agudas, realizar investigaciones en todos o en casi todos los campos de interés de la psicología. Vigotski publicó unos doscientos artículos y libros sobre temas tan diversos como esquizofrenia, pensamiento y lenguaje, pruebas de inteligencia y niños disminuidos (Van der Veer, 1985). Además era un metodólogo en el sentido ruso del término, es decir, el que analiza los presupuestos y conceptos básicos de ciertas tendencias psicológicas y de la psicología en general. Tal metodólogo tiene que ser al mismo tiempo un profundo conocedor de la historia de la psicología y un filósofo de la ciencia. Vigotski combinó ambas cualidades, y estoy convencido de que su importancia para la psicología reside precisamente en su trabajo metodológico. Lo que hace de Vigotski uno de los mayores psicólogos de este siglo es su manera de abordar viejos problemas de la psicología, tales como la cuestión naturaleza-educación y el problema mente-cuerpo.

Se ha publicado recientemente un libro especialmente significativo para la valoración de Vigotski como metodólogo. Me refiero al sexto volumen de las Obras completas de Vigotski (publicadas en Moscú), en él que se incluye un estudio titulado «La teoría de las emociones. Una investigación histórico-psicológica» (Vigotski, 1984). Este estudio, inédito durante la vida de Vigotski, y del cual hasta la fecha solamente se conocían dos resúmenes (Vigotski, 1968, 1970), es de especial interés para el estudio de su propuesta metodológica. El objetivo de este escrito es presentar las principales tesis planteadas en este ensayo de Vigotski y situarlas en el marco general de su teoría histórico-cultural.

La psicología de las emociones. Nociones generales

El ensayo de Vigotski es bastante extenso (unas 225 páginas) y tiene una estructura compleja, así que primero haré en líneas generales una descripción escueta de su contenido, para posteriormente entrar en mayor detalle sobre algunos aspectos. El ensayo empieza con un extenso comentario de la teoría de las emociones de James-Lange. Como se sabe, William James y Carl Lange, un fisiólogo danés, trabajando independientemente y desconociendo cada uno los trabajos del otro, llegaron, sorprendentemente, a la misma teoría de las emociones. Observando la estructura de los cambios fisiológicos mediados por el sistema nervioso autónomo durante los estados emocionales, afirmaron que estas reacciones corporales tenían lugar como respuesta directa a un estímulo excitante o amenazador y que los sentimientos y pensamientos emocionales seguían a estas respuestas. Como señaló James (1980, p. 450): «Mi teoría […] es que los cambios corporales siguen directamente a la percepción del hecho existente, y que nuestro sentimiento de los mismos cambios, mientras ocurren, es la emoción […] es decir, sentimos pena porque lloramos, ansia porque golpeamos, temor porque nos estremecemos, y no inversamente, es decir, que lloramos o nos estremecemos porque estamos apenados, enfadados o atemorizados», Vigotski demuestra que la teoría de J ames-Lange no se basa en razones empíricas. Para ello, se remite principalmente a Cannon, quien señaló que: 1) ya que los cambios corporales no parecen diferir mucho de un estado emocional a otro, ¿cómo puede conocer una persona si está enfadada o emocionada?; 2) los órganos internos no están muy bien dotados de nervios, y además los cambios internos tienen lugar demasiado lentamente para ser origen de sentimientos emocionales; 3) induciendo artificialmente cambios corporales asociados con una emoción no se produce la experiencia de la verdadera emoción (una persona siente como si estuviera enfadada o triste).

Desde luego, todo esto es conocido y se puede encontrar en cualquier libro de texto. Lo interesante es que Vigotski, al utilizar los descubrimientos de Cannon para criticar la teoría de James-Lange, no acepta la teoría del tálamo de Cannon como alternativa viable, ya que considera que permanece dentro de los límites de la concepción original de James-Lange: todavía es una teoría excesivamente fisiológica y no tiene en cuenta los aspectos psicológicos de los procesos emocionales. Lo que necesitamos, dice Vigotski, es un análisis profundo de los antecedentes filosóficos de la teoría de James-Lange. El objetivo principal del estudio que comentamos es realizar tal análisis. Vigotski intenta demostrar que las debilidades y limitaciones de la teoría de las emociones de J ames-Lange se pueden encontrar en la influencia recibida de Descartes.

Partes: 1, 2, 3, 4

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