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Enfermedades viscero/glandulares



    EL PROCESO DEGENERATIVO SINUSO/HIPOTALAMICO involucra en su cotidianidad irrito/inflamatoria a su componente desencadenador SINUSITIS por supuesto en primer lugar, al cual se suman las irregularidades programáticas disfuncionantes intestinas del propio HIPOTALAMO, producto de los impactan nocivos desconsiderados por ininterrumpidos , procedentes de estos focos irritantes esfenosíticos, que de igual manera afectan a su conviviente HIPOFISIS, por lo que posteriormente, secuelas perturbadoras por disonantes originadas en este eje vegeto/endócrino, se harán sentir sobre toda la perifería víscero/glandular que tutela este Sistema Nervioso Autónomo, con progresiva notoriedad disrregulante, a medida que se profundiza el discurrir de la acción erosiva de este nefasto ciclo vicioso SINUSO/HIPOTALAMICO. Entrabamiento central que progresivamente se va aumentando y desarticulando de manera variable, los sutiles engranajes neurológicos que conforman su armazón estructural programática ordinario, cuyas secuelas disrregulantes consiguientemente, provocarán ineludibles perturbaciones, potencial y paulatinamente a nivel de toda la perifería víscero-glandular que natural y obligadamente administra y coordina.

    El HIPOTALAMO es la raíz cerebral, la organela líder central del Sistema Nervioso Autónomo, que asegura y administra la nutrición integral (trofismo) del frondoso árbol viscero-glandular corporal, por lo que la conservación ininterrumpida de su estado integral de salud, es la condición sine qua non, que garantiza la sobrevivencia y longevidad del individuo por supuesto naturalmente saludable, pero lo cotidianamente habitual, es la erosión sistemática a la que está sometido de manera ininterrumpida, a consecuencia de los impactos de las emanaciones radiantes irritantes procedentes de los focos sinusíticos esfenoidales, sus contiguos malvivientes, encima de los cuales reposa.

    La infección sinusitis se instala en cada criatura humana a los pocos meses de nacido por contagio de su progenitora, por lo que este bombardeo sofocante sobre esta organela, comienza a muy temprana edad y, sus secuelas disonantes de sus mecanismos feed back, centro-periféricas-centro, comienzan consiguientemente a transparentarse a nivel visceral, con diversas irregularidades de carácter funcional al inicio, como por ejemplo, la aparición a nivel de la esfera digestiva en los bebés de apenas meses, de timpanismo o distensión abdominal, inapetencia, irritabilidad, sueño interrumpido, etc., potenciado por el tragado continuo de la mucopurulencia nasosinusal.

    Habitualmente se van sumando progresivamente宮 síndromes viscerales respiratorios conexos: rinitis, faringo-amigdalo-adenoiditis, bronquitis) y esta porción inicialmente incipiente de sufrimientos, se agranda al irse agregando de forma imperceptible, otras inflamaciones como la anexitis, presentes ya en el 20% de niñas pre-adolescentes, desde los dos años de edad, lo cual desmiente que esta inflamación tenga origen en procesos infecciosos conexos de carácter promiscuo, como lo publicitan las páginas de Internet (¡editadas por ginecólogos ?) y, por el contrario, confirma la naturaleza títere de esta afección, cuya raíz distante es el circulo vicioso proceso letal sinuso-hipotalámico. Por lo tanto, el criterio básico que sustenta hasta ahora, que el origen, desarrollo y consolidación de las lesiones viscerales son propiamente puntuales in situ, pierde sustentación, por lo que tiene que ser analizado en adelante, bajo la sospecha de ya obsoleto.

    Otro ejemplo: la popular gastritis en manos del especialista, aun con la administración de los "protectores gástricos", se encamina ineludiblemente a úlcera y, tiempo después, ésta traspasa la línea limítrofe entre lo benig/maligno y, termina en el mejor de los casos, en la mesa operatoria extirpado parcial o totalmente. Por lo tanto, cualquiera sea la intensidad del acuse de un sufrimiento, o de signos callados ecosono/ tomográficos, etc., de procedencia viscero/glandular, la terapia focal tradicional que se activa, debe ser inteligentemente potenciada con la puesta en marcha del tratamiento antisinusítico moderno.

    Es muy necesario por supuesto refrescar la memoria, en la dirección de recordar:

    A) La SINUSITIS, es la primogénita infección sufrida por la especie humana, hospedera ancestral de los senos paranasales a partir del primer año de edad, sin importar el sexo, procedencia y ocupación, pandemia universal sinusítica por excelencia, astutamente velada, debido a su estrategia de sembrarse mediante contagio, a través de la respiración, tos, estornudos y besos de la progenitora que nos parió (o quien la sustituye, siempre sinusíticas por supuesto). Multiplicación geométrica estimulada significativamente durante las horas del amamantamiento obligado, por lo que esta convivencia habitual insoslayable madre/hijo, sigue garantizándole a esta benigmaligna infección, su continuo abultamiento megaestadístico, que consigue mediante su discrecionalidad, al ponerse el antifaz de "gripecita o resfriado", con lo que avanza a galope tendido, provocando una viacrucis potencialmente en todo humano, antes los anteojos opacos de los ilustres colegas Médicos del mundo entero.

    B): LAS OQUEDADES SINUSALES. La dinámica del proceso evolutivo, en el sentido de haber propiciado y aún mantener sin modificación alguna, la conformación de oquedades en el interior de varios huesos craneofaciales denominadas senos paranasales, para ser ocupadas original y naturalmente tan solo por aire caliente recambiado en cada espiración, lo que colabora desde luego, en el mantenimiento promedio de la temperatura en el extremo craneano del cuerpo humano, necesidad básica que implica la principalísima misión de coadyuvar con el mantenimiento de la temperatura de las intracraneanas estructuras encefálicas, arrimando calor hasta la base craneana. Oquedades óseas que resultan finalmente obsoletas, puesto que el proceso evolutivo no ha podido evitar su cambio de uso, por lo que se han convertido en trampas letales, como producto del encierro y maduración de la desnaturalizante mucopurulencia infecto/tóxica sinusítica, que obstaculiza variablemente el tránsito de la necesaria columna de aire pulmonar espirada y por supuesto, hace dificultoso su intercambio en el interior de los mismos senos, debido a mantenerse éstos siempre acuosamente mal ocupados, todo lo cual nos confirma que la presencia de la infección SINUSITIS en estos aposentos, aparentemente es muy posterior al cierre de la hermética armazón cráneo-facial que contemporáneamente conocemos. La restitución de su natural y original funcionalidad, mediante tratamiento moderno antisinusítico, permite el cambio de la respiración bucal habitual a la nasal, y faborece el desarrollo del macizo máxilo-facial, condición importante y necesario para que reine la natural armonía cráneo/facial.

    C) Recordar que el HUESO ESFENOIDES es un condominio, cuya parte inferior está ocupada propiamente por sus senos paranasales y encima de éstos, la glándula HIPOFISIS, ambos apartamentos tan solo separados por una laminilla ósea del grosor de una cáscara de huevo, la cual funciona como techo de estas oquedades sinusales y a la vez, como el piso de la silla turca, asienta natural de esta glándula. Dentro de parámetros saludables esta laminilla de grosor milimétrico, es inobjetable como techo/piso separador anatómico entre estos senos y sus vecinos: la hipófisis, el hipotálamo, el nervio y el quiasma óptico entre otros, pero宮 lo inevitablemente crítico es, que este vecindario de estructuras neurológicas, se constituye en el blanco natural de los impactos radiantes irrito-tóxicos esfenosíticos, cuyos dardos dinámicos tienen potenciales nocivos hasta distancia significativa perimetralmente, por lo que con total facilidad impactan a todas estas organelas cercanas, provocándoles procesos inflamatorios, que acarrean secuelas inicialmente disrregulantes como concretamente es el caso del óptico(II par craneano), que acusa habitualmente fotofobia y potencialmente por extensión retinitis pigmentaria; pero aún mayores son las consecuencias desarticulantes, cuando resulta afectado variablemente el líder hipotálamo , por lo que habitualmente acusa un entrabamiento en su programación ordinaria, situación laberíntica que conlleva automáticamente a descoordinaciones centro-periféricas complejas, que terminan en primer lugar, agotando a este eje hipotálamo/hipofisario, situación de inestabilidad cuya onda expansiva por supuesto, inevitablemente alcanzará paulatinamente a todo el sistema viscero-glandular sin excepción alguna, todo lo cual conlleva a irregularidades distróficas iniciales, como consecuencia de desencuentros que obstaculizan el imprescindible feed back centro-periférico-centro.

    D) El HIPOTALAMO es, la organela de mayor jerarquía dentro del Sistema Nervioso Autónomo (SNA), a la manera de un paraguas está situado contiguamente encima de la glándula hipófisis, con la que conforma un complejo biológico vegeto-endócrino denominado: eje hipotálamo/hipofisario. Esta organela central hipotalámica, por determinación del proceso evolutivo ontogénico cerebral, está encargada militantemente de administrar y coordinar el trofismo y, por supuesto, la natural actividad global víscero-glandular de manera inconciente, manipulando automática y variablemente las válvulas pediculares vasculares, a partir de estímulos específicos viscerales, lo que les garantiza ininterrumpido el suministro de nutrientes, oxígeno, hormonas, etc., de manera oportuna, precisa y apropiada, todo lo cual asegura el metabolismo básico orgánico ordinario y, el apropiado circunstancialmente, cuando se le exige mayor productividad. Como si fuera poco, además regula el hambre, la sed, el sueño y la temperatura corporal, lo que explica por ejemplo, la caída del apetito en las pacientes obesas, aproximadamente a los 45 días de iniciada la terapia antisinusítica moderna. Y en los niños (varones) obesos, la concreta recuperan del alicaído crecimiento estatural, sin variaciones en su natral apetito.

    El alcance de la coordinación global del Sistema Nervioso Autónomo sobre este archipiélago víscero-glandular , dentro de condiciones naturalmente normales, lo asegura el hipotálamo a través de su dinámico intercambio feed back centro/periférico, mediante su directa actividad bioquímica celular, con factores liberadores o inhibidores y de hormonas propiciantes o, indirectamente, ordenándole a su subalterna hipófisis, (su reservorio natural fisiológico), que corriga y/o ajuste puntual y de forma específica, mediante sus hormonas tropinas, las distintas variables de la concentración de una hormona en particular en el torrente sanguíneo. Esta actividad global envolvente hipotalámica se potencia, cuando de ordinario ejercita su función controladora y coordinadora sobre los centros cráneo-sacros parasimpáticos y, los simpáticos tóraco-lumbares, centros neurológicos vegetativos periféricos, los cuales mediante contactos sinápticos sobre la totalidad de los órganos, termina asegurando terminantemente el liderazgo total autonómico del hipotálamo sobre todo el conjunto viscero-glandular. Esta entidad líder de apenas 10 gramos de peso aproximadamente, es una megacomputadora biológica, profundamente oculta, situada prácticamente en el punto central de la circunferencia de la cabeza, por lo que hasta ahora, se tenía como blindada a traumas de origen externos, pero en adelante, este esclarecimiento de la existencia de un "puente" ancestral, por donde las secuelas radianto-irritantes de la infección sinusitis, habitual y concretamente lo alcanza con total facilidad, produciéndole inicialmente disrregulaciones internas programáticas, por lo que termina siendo coprotagonista del proceso degenerativo SINUSO/HIPOTALAMICO, círculo vicioso que debe ser tratado y curado, mediante terapia antisinusítica moderna,( ajena a ninguna cirugía), en concomitancia con el tratamiento apropiado de la lesión orgánica que afecta a cualquier viscera en particular.

    Si se persiste en el anacronismo de seguir tozudamente con diagnósticos y terapias tradicionales desenfocados, ignorando la dinámica actividad recóndita de este proceso precursor laberínticamente nocivo sinuso/hipotalámico, las patologías orgánicas no terminan de revertir su tradicional incursión por el sendero de la cronicidad insidiosa, por lo que la corrección del enfoque diagnóstico y del tratamiento hacía la causalidad bipolar centro/periférica, con total seguridad favorecerá exitosamente esta conducta clínica, catapultando y encumbrando el objetivo de rescatar la Praxis Médica Clínica, muy alicaída contemporáneamente , porque a diario produce solo frustración tanto en el médico que la prescribe, como en el paciente, siempre víctima de un viacrucis de sufrimientos interminables. Cambio de método, que promete potencialidades favorables, para en primera instancia, enfrentar y solucionar la problemática hipervoluminosa viscero-glandular, que desconsideramente golpea la salud pública, acusada mayúsculamente por una inmensa población, cuyo volumen inclina de manera infeliz la balanza hacia la condición cuadriplejica a esta praxis clínica contemporánea, minusvalía de la cual se vale la aplanadora quirúrgica, para seguir disfrutando de su preeminencia circunstancial.

    Toda lesión viscero-glandular, es potencialmente prevenible o curada en su etapa de reversibilidad, inmediatamente posterior a su segunda reagudización, para lo cual se debe priorizar el tratamiento antisinusítico, terapia que marchita y corrobora en la curación del síndrome focal y la vez, impide el salpicamiento y florecimiento de potenciales síndromes concomitantes.

    Cambio de rumbo profesional sabio y humanitario, que acreditará finalmente a la Ciencia Médica, el pasaporte de la modernidad. Si no se efectúa esta rectificación de 180 grados, la tozudez nos terminará de llevar al despeñadero, porque de manera invariable, la rinitis seguirá terminando en poliposa; la gastritis en cáncer gástrico y, en paralelo la habitual anemia ferropriva, que se profundiza progresivamente; la bronquitis seguirá hasta asma bronquial o en neumonías periódicas; la displasia prostática seguirá hasta lesión maligna; la prediábetes en diabetes; la arenilla en litiasis renal; el hígado graso en litiasis biliar, cirrosis y hepatocarcinoma; la diverticulitis en cáncer de colon; la faringitis progresivamente seguirá irritando a su conviviente tiroides, lo que potencia la obesidad seguida habitualmente de nucalgia y hasta hernias discales cervicales; el quiste tiroideo hasta cáncer; la cefalea en migraña; la dismenorrea en infecundidad por endometriosis progresiva; la habitual perineuritis óptica seguirá acusando fotofobia, que se encamina a retinitis pigmentaria y finalmente hacía la consecuencial ceguera; la anexitis en ovarios poliquísticos; la inflamación de las trompas uterinas (salpingitis) seguirán su progresiva obstrucción por endometriosis o fibrosis quística, acusada por infecundidad persistente o embarazo ectópico; la inflamación hiperplásica glandular, proseguirá su trayectoria irreversible hasta el muy popular cáncer mamario; el virus papiloma humano (vph) seguirá implacable en su incursión maligna, dentro de este árido terreno distrófico vagino-cervical, raquítico y carente de humedad , tan solo como comunes ejemplos de este archipiélago de lesiones títeres, auspiciadas a distancia por este proceso degenerativo SINUSO/HIPOTALAMICO , circulo vicioso benigmaligno, cuya letal longevidad proseguirá garantizando un pandemónium en cada ser humano, invariablemente sinusítico.

    E) SISTEMA VISCERAL GENERAL, está integrado propiamente dicho, por todo el conglomerado orgánico, que entre sus componentes estructurales histológicos participa tejido muscular liso y/o glandular (y el miocardio), por lo general, están resguardados dentro de las cavidades naturales del cuerpo humano. Por lo tanto, estos componentes víscero/glandulares o sencillamente viscerales, son: el globo ocular, por sus músculos ciliar y pupilar; las oquedades sinusales y las fosas nasales, por estar revestidas por la pituitaria, membrana mucosa que posee diversidad glandular; el oído: con sus músculos tensor del tímpano y los respectivos de cada huesesillo, más las glándulas seruminosas; todos los integrantes de los aparatos: digestivo y sus anexos; del respiratorio; el corazón; el sistema sexo-reproductor; el sistema glandular interno; el sistema glandular general externo. Todo este archipiélago víscero-orgánico, tiene como denominador común, su dependencia del Sistema Nervioso Autónomo, jefaturado por el HIPOTALAMO, por lo que esta dinámica vital ininterrumpida, transcurre de manera subconciente por autónoma, mediante intercambio feed back entre otros, que facilita continuamente respuestas centrales precisas, puntuales y oportunas a partir de estímulos viscerales prioritarios.

    F) EL TROFISMO o nutrición es, la actividad innata celular que reclama de forma exigente, la satisfacción de las necesidades básicas elementales, ya individual y colectiva, que garantizan la sobrevivencia y es por supuesto, mediante un suministro apropiado, de nutrientes, lo que asegura a cada uno de los órganos, su metabolismo basal ordinario e ininterrumpido y el cambiante, frente a circunstancias en que se le obliga a mayor prestancia y productividad. El Sistema Nervioso Autónomo, jefaturado por el Hipotálamo, el cual administra y controla el nivel de apertura de los componentes vasculares pediculares, para que el flujo renovador sanguíneo entregue, de manera puntual, inmediata, oportuno y precisa la cantidad de oxígeno, nutrientes, hormonas, etc., en respuesta al petitorio prioritario de una víscera en particular

    ETIOPATOGENIA DE LAS NOSOLOGIAS VISCERALES. El entrabamiento programático progresivo contranatura del H IPOTALAMO, como secuela de los impactos erosionantes de la actividad radiante y nociva de los focos esfenoidales sinusíticos contiguos, terminan de forma infeliz y paulatina, que terminan desajustando su industria intima productora de principios y hormonas. El hipotálamo es la organela cerebral de mayor jerarquía del Sistema Nervioso Autónomo, por lo que ejerce el tutelaje consiguientemente del sistema visceral general de manera: 1) directa, a través de su actividad bioquímica celular intrínseca, y 2) indirecta, a) mediante el control absoluto que ejerce sobre su socia hipófisis, a quien obliga a su vez, a coordinar ininterrumpidamente a todo el conjunto subalterno dependiente de ella: las glándulas de secreción interna, mediante la entrega de respuestas precisas y puntuales frente a estímulos prioritarios y específicos, b) a través del control y coordinación de los centros parasimpáticos cráneo-sacros y, simpáticos tóraco-lumbares, mediante contactos directos sobre cada una de las estructuras víscero-glandulares, por lo que termina consolidándose como el director absoluto del Sistema Nervioso Autónomo y del subsistema Endócrino; por lo que su modus operandi, exhibe habitualmente una dinámica paranormal, producto de las secuelas radiantes irrito-tóxicas esfenosíticas de larga data, que ineludiblemente terminan produciéndole entrabamientos que terminan a su vez, desarticulando las naturales interrelaciones entre éste y la hipófisis, (su directora de la orquesta endócrina), y concomitantemente con la perifería visceral global que por obligación tutela.

    MODUS OPERANDI DE LA SINUSITIS. Las radiaciones irrito-inflamatorias de los siempre presentes focos esfenoidales sinusíticos, de forma desconsiderada por ininterrumpida, impactan al eje central HIPOTALAMO/HIPOFISARIO, su vecino contiguo. Paulatino encumbramiento de un ensamblaje nosológico laberíntico por saboteador y perturbador , cuya irregular dinámica, comienza por socavar el metabolismo orgánico, potencialmente global y consecuencialmente da lugar al florecimiento paulatino de múltiples sufrimientos sindromatopáticos finalmente degenerativos dentro del conjunto víscero/glandular general, todo lo cual pone en evidencia la altísima vulnerabilidad a la que permanecen expuestos estas dos organelas centrales vitales, desde la temprana edad en la que se inicia el contagio sinusítico.

    El Hipotálamo y la Hipófisis son organelas centrales profundamente escondidas, situadas topográficamente en la parte medial e inferior de la masa encefálica, aparentemente fuera del alcance de traumas físicos que le puedan producir algún tipo de daño en su anatomo/fisiología particular. Pero al contrario de esta percepción, la realidad es que es totalmente vulnerable de forma fácil y continua, por ser blanco impelable por inmediato, de los ininterrumpidos impactos irritantes de estos focos esfenosíticos.

    Este eje central hipotálamo/hipofisario , de naturaleza vegeto-endócrino, es vapuleado desconsideradamente por las radiaciones irritantes esfenosíticas, que de manera directa lo impactan, sin obstáculo de las estructuras lobulares cerebrales que lo rodean y ocultan; dardos nocivos procedentes de los focos esfenosíticos contiguos, siempre presentes e irritantes, que habitualmente terminan entrabando sus mutuos mecanismos naturales de coordinación, hasta el grado de provocarles un dislocamiento programático significativo, por supuesto de mayor relevancia a nivel del hipotálamo por su carácter de líder superior autónomo.

    Para reafirmar categóricamente 100 por ciento, la certeza de este descubrimiento estelar, traigo a colación a la FOTOFOBIA, sindrome patognomónico indiscutido de la SINUSITIS, afección que resulta de la lesión perineurítica del nervio óptico (II par craneano), cuando en su tránsito desde la órbita hasta el quiasma, en su corto trayecto aferente por la vecindad de estos afiebrados focos sinusíticos, sufre los impactos de estas radiaciones letales invisibles , pero concretamente reales; lesión neurítica ocasionada a mayor distancia significativa, que el recorrido milimétrico que consiste en atravesar el espesor delgadísimo del piso de la silla turca, lo que convierte a estas dos organelas centrales en sus blancos naturales por inmediatos. Este esclarecimiento final del modus operandi de la benigmaligna sinusitis, es el resultado de una búsqueda apasionada de larga data, que comencé hacen más de 4 décadas atrás, a partir de la interrogante sospecha, que de alguna manera la sinusitis , tenía que ver con la involución favorable de síndromes, hasta entonces tenidos como ajenos, por ser considerados fuera del marco territorial natural cráneo-facial, propio de los senos paranasales, a partir de someter a la sinusitis a terapia moderna sepecífica antisinusítica, por lo que inicié una búsqueda incesante con el propósito de aclarar esta relación oculta, meta que se convirtió en una prioritaria necesidad. Sanación "visualiza" antes del tercer mes aproximadamente de iniciada esta terapia, por lo que desde el inicio fui gradualmente aceptando que la curación de todos estos síndromes eran inherentes a la disminución de la mucopurulencia propia sinusal, que habitualmente se desplaza aguas abajos de la faringe, con lo que alcanza y humedece fácilmente a estos órganos conexos, como son los casos de: rinitis, adenoamigdalitis, faringitis, hipoacusia, traqueitis, bronquitis, asma bronquial, estreñimiento, hemorroides.

    Con el tiempo, los síndromes sufrientes inicialmente tomados como ajenos, se fueron ampliando hasta con lesiones distantes que involucionaban favorablemente, pero cuando buscaba conseguir en particular la vía de contacto del mucopús con el órgano afectado situado distantemente me frustraba, ya que por ningún ángulo era viable este contacto, como en los casos concretos de acné facial, prostatitis, anexitis, endometriosis, cistitis (muy común en las damas), hígado graso entre otros 宮hasta que varias décadas después, muy recientemente, me salpicó el recuerdo del mecanismo nocivo que provoca la fotofobia, la cual es el síndrome patognomónico precisamente de la sinusopatía, producto de la perineuritis del nervio óptico, la cual cura al mes de iniciada la terapia. Los focos irrito-inflamados esfenosíticos emanan dardos dinámicos irritantes que terminan impactando al eje central vecino hipotálamo/hipofisario, lo que finalmente termina ensamblando el proceso degenerativo SINUSO/HIPOTALAMICO, el cual se erige como la única causa natural etiopatogénica significativa, precursora definitivamente de la globalidad de las lesiones víscero/glandulares.

    Esclarecimiento meridiano superlativo, verdaderamente estelar, porque termina aclarando oportuna y finalmente la inutilidad hasta hoy día, de la insistencia de querer sanar la patología de una viscera en particular, desconociendo la irritante y lesionante del siempre activo círculo vicioso degenerativo sinuso-hipotalámico, cuyas ejecutorias disonantes, emiten ordenes imprecisas, inoportunas , que entraban inicialmente la funcionalidad visceral periférica, disfunciones acusadas por inflamaciones locales, como es el caso de la gastritis, prostatitis, tiroiditis, estreñimiento, hemorroides, dismenorrea, anexitis, infecundidad, hígado graso, litiasis biliar y renal, etc. etc., síndromes sufrientes títeres, sembrados a distancia, bajo la discrecionalidad de un irritado líder central, por lo que obviamente el tratamiento apropiado tradicional, tiene que complementar obligadamente con la terapia antisinusítica moderna, /divorciada de toda intervención quirúrgica por supuesto), todo lo cual termina con total certidumbre, finiquitando el acoso y el agotamiento de este eje central, y la puesta en macha del natural feed back hipotalámico/vísceroglandular global. Todo lo cual, se contrapone a la divulgada etiopatogenia de naturaleza infecciosa de la gastritis por la bacteria Hilicobácter pylori, "hipótesis" que sirvió de mérito a su autor, para adjudicarse el Premio Nóvel de Medicina, confirmación denegada por la reiterada persistencia de esta afección gástrica de profundizarse hasta el grado de úlcera, y hasta cáncer, lo cual reafirma su condición de lesión títere, con lo que se reafirma suficientemente su naturaleza inicial inflamatoria por distrófica.

    La puesta en evidencia de este ancestral y recóndito
    proceso nocivo líder sinuso-neurovegetativo, constituye un significativo
    y fenomenal acontecimiento, porque subraya una línea de separación
    histórica entre un antes y el después, primero y principalmente
    con respecto al ensamblaje urgente por prioritario, de la conducta CLINICA PREVENTIVA,
    la que brilla por su inexistencia desde siempre; terreno visceral históricamente
    secuestrado hasta ahora, convertido en una inmensa parcela insalubre, donde
    tan solo se rescata quirúrgica e infelizmente cuando más, una
    tajadita de cualquiera de estos órganos internos, víctimas corrientemente
    de nosologías irreversibles por terminales o ya cancerizadas, cuya única
    ineludible "opción profesional" de ordinario por supuesto,
    no cabe otra que la obligante y habitual mutilación. Esperanzadora praxis
    clínica preventiva con la cual este territorio corporal comience a ser
    rescatado de la condición de secuestro por el denominador común
    acto operatorio, por demás pragmático, hipertrofiado abusivamente,
    mayormente dentro del marco ginecológico, tanto que su panza fenomenal
    hasta ahora le ha servido graciosamente para justificar su impedimento para
    tan siquiera acurrucarse para contemplar la cunita donde por fuerza inteligente
    superior redentora, nacerá la CLLNICA PREVENTIVA VISCERO/GLANDULAR).
    En segundo lugar, la aceptación mayúscula forzada por el natural
    razonamiento, de esta verdadera etiopatogenia sinuso-vegetativa, como el verdadero
    proceso natural desencadenador precursor de la globalidad de las patologías
    viscerales. Y tercero, se debe imponer discrecionalmente la idea, que el tratamiento
    quirúrgico por ningún lado es la panacea, por lo que debe dejar
    de exhibírsele como bandera al viento, como la única ineludible
    solución para la generalidad de estas sindromepatías habitualmente
    en etapa de cronicidad, todas las cuales son prevenibles y/o fácilmente
    curables, si desde temprana edad, los niños (as) son sometidos a tratamiento
    específico de su infaltable sinusopatía, por lo que el llamado
    es prioritario a los Pediatras, para que incorporen dentro de su léxico
    y de su praxis clínica, la nomenclatura S I N U S I T S. Este esclarecimiento
    contundente sin lugar a ninguna duda, del origen plural de los síndromes
    sufrientes que hasta ahora se instalan y florecen en cualquiera de los componentes
    víscero-orgánicos, los cuales se han alzado desde siempre como
    un calvario para la gran humanidad, debe ser tomado muy en cuenta como un acontecimiento
    megasignificativo, por lo que debe ser acompañado por un grito, un SOS
    de alerta, que provoque a la vez sietemilmillones de ecos, que penetren las
    orejas de cada uno de los habitantes de este Planeta, muy especialmente las
    del Gremio Médico Mundial y categóricamente en los oidos de los
    Colegas Internistas en general, cuyo territorio propiamente son estos vitales
    órganos: los ginecólogos, neurólogos, neumonólogos,
    gastroenterólogos, endocrinólogos, mastólogos, nefrólogos,
    urólogos, oftalmólogos y otorrinos (las fosas y los senos paranasales
    están tapizados por la membrana pituitaria provista de glándulas,
    por lo que este componente estructural los confirma como vísceras e igualmente,
    porque el globo ocular contiene músculos lisos como el ciliar y el pupilar.
    Que reflexionen, sopesen humana, profesional y científicamente este humilde,
    pero oportuno aporte que con luz propia iluminará los nuevos senderos
    por donde pisarán con total seguridad de éxito profesional los
    Médicos Clínicos, que desde ahora mismo se despierten frente a
    esta nueva y concreta realidad. Puerta abierta hacía una Praxis Médica
    Clínica verdaderamente Moderna, cargada de recompensas exitosas meritorias,
    que refuerzan y enaltecen nuestro espíritu, para seguir con pasión
    cada día, cumpliendo cabalmente el solidario trabajo que merecen nuestros
    humanos hermanos.

     

     

     

    Autor:

    Dr. Virgilio R. Blanco Meneses.

    Médico Otorrinolarigólogo y Neuroanatomista.

     

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