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Principales aportes de la ciencia a la comprensión de la envidia




Enviado por Alina Lopez S.



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. La envidia según el psicoanálisis
  3. La envidia según la psicología evolucionista
  4. La envidia como emoción autoconsciente. El modelo de Michael Lewis
  5. Diferencias entre envidia y admiración
  6. Aportes a la comprensión de la envidia desde las neurociencias
  7. Aportes a la comprensión de la envidia desde la psicología experimental
  8. Referencias

"No hay venganza más insigne que los méritos y cualidades que vencen y atormentan a la envidia […] Este es el mayor castigo: hacer del éxito veneno". Baltasar Gracián

Introducción

La envidia es aquel sentimiento o estado mental en el cual existe dolor o desdicha por no poseer uno mismo lo que tiene el otro, sea en bienes, cualidades superiores u otra clase de cosas. La RAE la ha definido como tristeza o pesar del bien ajeno, o como deseo de algo que no se posee.

Para Santo Tomás de Aquino la envidia es "tristeza del bien de otro", según el Tratado de las pasiones del alma.

Según San Agustín "El primer retoño del orgullo es la vanagloria que, al corromper la mente, engendra a la envidia " (citado por Kahwagi)

La Envidia es considerado por el Cristianismo como un pecado capital porque genera otros pecado. El término "capital" no se refiere a la magnitud del pecado sino a que da origen a muchos otros pecados y rompe con el amor al prójimo que proclama Jesús.

San Gregorio Magno (*ca. 540 en Roma – †12 de marzo de 604), fue el sexagésimo cuarto Papa de la Iglesia católica romana; fue quien seleccionó los siete pecados capitales, y se mantuvo por la mayoría de los teólogos de la Edad Media.

Dante Alighieri en el poema de El Purgatorio, define la envidia como "Amor por los propios bienes pervertido al deseo de privar a otros de los suyos." El castigo para los envidiosos es el de cerrar sus ojos y coserlos, porque habían recibido placer al ver a otros caer.

Bertrand Russell sostenía que la envidia es una de las más potentes causas de infelicidad. Siendo universal es el más desafortunado aspecto de la naturaleza humana, porque aquel que envidia no sólo sucumbe a la infelicidad que le produce su envidia, sino que además alimenta el deseo de producir el mal a otros.

Ahora bien: ¿Qué nos puede decir la Psicología sobre la Envidia? ¿Qué conocimientos ha aportado la ciencia a la comprensión de esta emoción, así como qué nos pueden decir respecto de la Envidia las corrientes más importantes de la Psicología?

Tales son los interrogantes que guían este trabajo.

Guiados el artículo "Comprehending envy" que Richard Smith, Sung Kim publicaron en la revista Psychological Bulletin el año 2007 ( el cual repasa la evidencia de que dispone la Psicología Científica acerca de la Envidia, así como su caracterización por parte de las principales escuelas psicológicas, un artículo que ha alcanzado gran notoriedad como referencia), la meta de este trabajo es hacer una caracterización de los principales aportes de la Psicología hacia la comprensión de la Envidia.

Es decir: en este trabajo se propone resumir los principales aportes de la Ciencia a la Envidia para permitir una guía o introducción que luego se puede ir profundizando con las lecturas que correspondan a las distintas fuentes.

La envidia según el psicoanálisis

En el ámbito del psicoanálisis la envidia es definida como un sentimiento experimentado por aquel que desea intensamente algo poseído por otro. La envidia daña la capacidad de gozar.

Quien más ha aportado a la visión que tiene el Psiconálisis de la Envidia es sin duda la teórica Melanie Klein (1924).

La Envidia, según Klein, es un sentimiento primario inconsciente de avidez respecto de un objeto al que se quiere destruir o dañar.

Para poder tolerar las emociones causadas por las amarguras que devengan de las actitudes negativas de la madre frustrante, el niño la divide en su mente en dos figuras, que coexisten juntas, pero contiguas, hasta que, por medio de la madurez, ambas figuras se fusionan en una.

Éstas son la "madre buena" y la "madre mala" que, como conceptos, fueran esenciales dentro de la construcción teórica de Klein.

Melanie Klein, asimismo, considera una envidia temprana que actúa desde el nacimiento y afecta fundamentalmente las primeras experiencias del bebe, Melanie hace una diferencia entre celos y envidia y considera que la envidia es más temprana y muestra que es una de las emociones mas primitivas y fundamentales, diferenciando la envida temprana de los celos y la voracidad. Los celos se basan en el amor y su objeto es poseer el objeto amado y excluir al rival, la envidia, en cambio, es una relación de dos partes en que el sujeto envidia al objeto por alguna posesión o cualidad; no es necesario que ningún otro objeto intervenga en ella, y se experiencia esencialmente en función de objetos parciales, aunque persista en relaciones de objeto total.

En la envidia el objetivo es ser uno mismo tan bueno como el objeto, pero cuando esto se siente imposible, el objetivo se convierte en arruinar lo bueno que posee el objeto para suprimir la fuente de envidia, esto es lo que hace destructiva para su desarrollo. La envidia, según Klein, surge del amor y la admiración primitivas, tiene un componente libidinal menos intenso que la voracidad, y está impregnada de instinto de muerte, ataca la fuente de vida y se puede considerar la primera externalización directa del instinto de muerte. Surge la envidia cuando el bebe reconoce en el pecho la fuente de vida y de experiencias buenas, la gratificación que experiencia con el pecho, reforzada por la poderosa idealización de la temprana infancia, le hace sentir que el pecho es la fuente de todo bienestar físico y mental. El maravilloso objeto que proporciona satisfacción hace que este aumente su amor a el, y su deseo de poseerlo, preservarlo y protegerlo, experimenta dolorosos sentimientos de envidia que provocan el deseo de arruinar las cualidades del objeto que le producen sentimientos tan penosos. La envidia se fusiona con la voracidad construyendo otro deseo de agotar enteramente al objeto, no solo ya para poseer todo lo bueno que este tiene, sino también para vaciarlo intencionalmente, a fin de que no tenga nada envidiable, la envidia no se detiene en agotar al objeto externo y actúa además utilizando la proyección, y con frecuencia este es su mecanismo principal. En casos de desarrollo patológico del complejo de Edipo, la envidia de la relación entre los padres desempeña un papel más importante que los verdaderos sentimientos de celos (Ver: "Envidia y Gratitud", Melanie Klein).

En psicoanálisis, una forma de envidia muy estudiada es la referente a aquella percepción de inferioridad anatómica conocida como la envidia del pene. En sus Teorías sexuales infantiles de 1908, habló Freud por primera vez de las reacciones de la niña ante el descubrimiento de que los varones poseen pene, de sus fantasías de poseerlo ella y de la influencia de esto en su desarrollo psicosexual.

De allí nace el desarrollo teórico de la Envidia al Pene que es pilar dentro del psiconálisis. La Envidia al Pene se entiende también como reacción ante a una cultura patriarcal donde el falo representa el poder, y por ello las niñas cuando llegan a percibir "la falta", experimentan la Envidia al Pene que según el psiconálisis es un atributo muy importante dentro de la constitución de la personalidad de la mujer.

En el Diccionario de Psiconálisis de Laplanche y Pontalis en la voz "Envidia de Pene" se lee "La envidia del pene surge del descubrimiento de la diferencia anatómica de los sexos: la niña se siente lesionada en comparación con el niño y desea poseer, como este, un pene".

No obstante, desde el propio psiconálisis la Envidia al Pene puede tener dentro de sí un machismo en la postulación de la teoría. Así por ejemplo la psiconalista Karen Horney plantea la llamada "Envidia al Utero".

En su célebre libro "La desconfianza entre los sexos" (1931), Horney defendió, entre otras cosas que, después de la primera infancia, el varón alimenta la imagen de una madre abnegada y sacrificada, que termina encarnando el ideal de mujer que puede llegar a satisfacer todos sus deseos y necesidades. Esto traería rápidamente consigo la envidia del útero, la envidia de ser madre, la que a su vez se pierde pronto porque la cultura en la se desenvuelve el individuo mantiene y alimenta la representación social de que la mujer es inferior al hombre (tal como también se recoge en la teoría freudiana de la envidia del pene).

En "La sexualidad inhibida. Una contribución psicoanalítica al problema de la frigidez" (Horney), la autora llamando la atención sobre la definitiva influencia de los factores culturales incluso en la construcción de la teoría psiconalítica, que evitaban que la mujer se expandiera y desarrollara sus posibilidades personales y sexuales.

En definitiva, la Envidia al Pene que planteara Freud se entiende como fruto de la asimilación de los valores culturales patriarcales, y es discutida en parte por algunas teóricas importantes del psiconálisis.

Para Lacan la envidia está en referencia al campo escópico, en esto se separa de los analistas como Fenichel, Abraham, Klein, que refieren la envidia a la fase oral. La iluminación de ese algo nuevo que es el deseo: el deseo del objeto que resuena en el fundamento del sujeto, que lo sacude mucho más allá de su constitución como satisfecho o no, como amenazado en lo más intimo de su ser, como revelando su falta fundamental, y esto en la forma del Otro, poniendo a la luz a la vez la metonimia y la pérdida que ella condiciona.

Otra línea de pensamiento dentro del psiconálisis también vincula la Envidia con un narcisismo mal constituido. Representativo de este sector, el psiconalista Felix La Rocca afirma: "Las manifestaciones de la envidia generalmente nos dirán más de los sentimientos de inseguridad del envidioso que de la personalidad del envidiado". Por su parte, el psiconalista famoso Harry Stack Sullivan definió la envidia como "un sentimiento de aguda incomodidad, determinada por el descubrimiento de que otro posee algo que nosotros creemos que deberíamos tener".

La envidia según la psicología evolucionista

La psicología evolucionista propone que la psicología y la conducta de los humanos y primates pueden ser entendidas conociendo su historia evolutiva. Específicamente, propone que la mente de los primates, incluido el hombre, está compuesta de muchos mecanismos funcionales llamados adaptaciones psicológicas o mecanismos psicológicos evolucionados (EPMs) que se han desarrollado mediante selección natural por ser útiles para la supervivencia y reproducción del organismo.

En su obra La fuerza de las emociones, los psiquiatras Christophe André y François Lelord indican que la Envidia no es reconocida por los envidiosos debido a que "a diferencia de lo que ocurre con otros sentimientos, comunicar la envidia nunca ha supuesto una ventaja evolutiva".

Científicos más modernos como Desmond Morris, Richard Dawkins, Daniel Dennett y Steven Pinker han popularizado la psicología evolucionista.

Según refieren los investigadores en psicología evolucionista David M. Buss y Sara E. Gil ( The Evolutionary Psicology of Envy, una publicación de la Universidad Texas en Austin, Estados Unidos, ver referenciar al pie con enlace online), esta emoción tiene su explicación evolucionista ya que nos posibilita comprender el lugar en donde nos encontramos para contrarrestarlo.

Para llegar a esta conclusión, los científicos Sarah Hill y David Buss efectuaron un estudio en donde dividieron un grupo de estudiantes en dos: el grupo A fue de control, mientras que al B le pidieron que recordara situaciones en las cuales hubieran sentido envidia de amigos o conocidos, para así despertar esta emoción.

Luego a todos los participantes se les entregó para que leyeran unas entrevistas realizadas a estudiantes de edades similares en las cuales respondían sobre sus metas, logros y otros temas. Los contenidos no eran reales, sino que habían sido diseñados por los investigadores. El trabajo arrojó como resultado que los estudiantes del grupo B ?es decir, los "envidiosos"?, invertían más tiempo en leer las entrevistas. Asimismo, en una prueba posterior de memoria sobre lo que recordaban del texto, ellos expresaron muchos más detalles, lo que demostraba que habían estado más atentos a los posibles competidores.

De este modo, se puede ver este estado mental ?según la opinión de estos conocidos investigadores de la psicología evolucionista ? como algo que nos motiva a mejorar, y de ahí su lógica en el mejoramiento de la evolución.

En el mismo sentido, muchos psicólogos han comprobado experimentalmente que la comparación social juega un papel fundamental en la manera en que nos percibimos a nosotros mismos ( Alicke &Zell, ; Festinger, 1954; Suls & Wheeler, 2000)

En conclusión, según esta corriente teórica se estudian las diferencias individuales en constructos y mecanismos de funcionamiento derivados de la Psicología Evolucionista: selección de pareja, celos, envidia, resentimiento y competencia inter e intrasexual… serían todas las formas en que los genes intentan luchar para sobrevivir y mejorar, en lo que es un desarrollo derivado de la teoría de Darwing sobre la evolución de las especies.

Al respecto, es interesante el estudio de Abraham Buunk publicado por la Universidad de Groeningen, Holanda, sobre las diferencias según género y país en las situaciones románticas y no románticas ( Director: Abraham Buunk (Holanda). Investigador: Dr. Castro Solano; Joel Gore, Msc., Investigación de la Universidad de Palermo, Argentina).

En el marco de este modelo teórico comentado de Psicología evolucionista entonces la Universidad de Palermo se preguntaba si las características del rival que provocan celos son las mismas en los diferentes países. Contrariamente a la búsqueda de las diferencias en función de la cultura los investigadores se centraron en la búsqueda de los componentes humanos universales en una investigación conjuntamente realizada por la Universidad de Palermo (Argentina), la Universidad de Valencia (España), y la Universidad de Groeningeng (Holanda).

Bram Buunk y sus colaboradores en Holanda pudieron identificar cinco características básicas de los rivales que provocan celos: el atractivo físico, la dominancia social, la dominancia física, el estatus social y las conductas seductoras. En términos generales los varones holandeses se veían amenazados cuando el tercero en cuestión tenía más estatus social y mayor dominancia social y/o física. En cambio las mujeres holandesas experimentaron celos cuando fueron confrontadas con un rival que tenía un mayor atractivo físico y en segundo lugar conductas más seductoras. El equipo de investigación de la Universidad de Palermo intentó confirmar estos mismos hallazgos en población latina dada que las características de los holandeses son bastante diferentes de los iberoamericanos. Tanto en Valencia como en Buenos Aires se pudo constatar que las características de los rivales que provocaban celos estaban en relación con dos características psicológicas (poder y dominancia social y características comunales) y con dos físicas (dominancia física y atractivo físico). Los hallazgos son relativamente similares a los holandeses pero con algunas diferencias. Los investigadores de la Universidad de Palermo encontraron que los varones argentinos y españoles se sienten amenazados cuando un rival tiene mayor poder y dominancia social y al mismo tiempo tiene características relacionadas con la afabilidad, el buen trato y el carisma. Estas características no aparecieron como amenazantes para los varones holandeses. Las mujeres argentinas y españolas en cambio se vieron amenazadas cuando fueron confrontadas con rivales físicamente atractivas y que al igual que los varones eran más afables, cariñosas y de mejor trato, características que no aparecieron en las holandesas.

En síntesis, los investigadores de psicología evolucionista, concluyen que existen características universales que provocan celos tanto para varones como para las mujeres pero estas diferencias están filtradas por la cultura en la que las personas están insertas.

La envidia como emoción autoconsciente. El modelo de Michael Lewis

En los últimos años se ha revitalizado el estudio de las llamadas emociones auto-conscientes.

De acuerdo Itziar Etxebarria Bilbao, profesora titular de la Universidad del País Vasco UPV/EHU, en Psicología se habla de "emociones autoconscientes" para designar un conjunto de emociones en las cuales subyace, como rasgo fundamental, algún tipo de evaluación relativa al propio yo. Hoy en día, explica la autora, existe un corpus teórico y empírico relativamente amplio en torno a dichas emociones.

Según refiere Etxebarria, una de las propuestas teóricas más influyentes en este campo es la que hizo Michael Lewis (1993, 2000) quien es uno de los que más ha profundizado en las emociones autoconscientes, y propone un modelo estructural de la elicitación de las mismas en el cual es posible entender las características fundamentales de cada una de ellas a partir de dos variables básicas:

A) La evaluación de la propia conducta como positiva o negativa

B) La atribución interna global o específica de dicha conducta.

De acuerdo a estas evaluaciones que se hace a consciencia, se puede desembocar en emociones específicas y transitorias como Orgullo y Culpa, y globales como Orgullo y Vergüenza.

El modelo de Michael Lewis explica las emociones auto-conscientes y contribuye a su clasificación y profundización.

Michael Lewis (2000) hace una distinción entre emociones auto-conscientes (p.e. envidia) y emociones auto-conscientes evaluativas (por ejemplo, vergüenza y culpa). Las primeras requerirían la habilidad de formar representaciones estables del sí mismo y de enfocar la atención en ellas (auto-reflexivas), mientras que las segundas requerirían habilidades de comparación de la conducta propia o de otro con reglas, metas, y estándares culturales internalizados (citado por "Las emociones y la moral", Laura Pacheco, 2010, una publicación de la Universidad Nacional de Colombia)

Por último, aunque la posibilidad de auto-reconocerse o de auto-observación que posee un niño es limitada, las consecuencias que implican son muy notorias con respecto a la configuración del dominio emocional, específicamente a partir de las emociones básicas y su interacción con la autoconsciencia surgen las llamadas emociones autoconscientes (Lewis 1993, 1998) que incluyen la vergüenza, envidia y empatía. Esta emociones permiten o posibilitan un incremento en la flexibilidad y complejidad de la coordinación del niño en el contexto social (Parker,S.T.,1998).

Esta línea de estudio de las emociones auto-conscientes quizá sea compatible con la línea téorica del conductismo radical.

Por su parte, para el conductismo radical, los eventos mentales ni serían primordialmente de naturaleza interna ni preexistirían antes del entrenamiento por la comunidad verbal. Los eventos mentales serían pues algo así como la consciencia, socialmente adquirida, de nuestros actos públicos así como de las circunstancias en las que éstos se desarrollaron, y, secundariamente, de los estado internos que acompañaron a dichos actos y/o circunstancias.

( ver al respecto: "Autodiscriminación condicional: la autoconsciencia desde un enfoque conductista" Andrés M. Pérez-Acosta, 2010, una publicación de Universidad de los Andes, Colombia)

A lo largo de su obra, Skinner destacó la importancia del procedimiento por el que la comunidad verbal nos enseñaría a utilizar las palabras, conceptos y términos que hacen referencia a nuestros "estados mentales". Fiel a su punto de vista monista, no hizo diferencia entre los eventos que ocurren dentro y fuera de la piel, sino entre acontecimientos públicos y privados, más o menos accesibles. Por ello, defendió la hipótesis de que usamos el mismo proceso de aprendizaje discriminativo para aprender a referirnos tanto al mundo externo como al mundo interno ( ver al respecto: "Autodiscriminación condicional: la autoconsciencia desde un enfoque conductista" Andrés M. Pérez-Acosta, 2010, una publicación de Universidad de los Andes, Colombia)

En conclusión a todo lo expuesto, en los últimos años se ha profundizado el estudio de las emociones auto-conscientes, sobre todo con mucha injerencia del modelo propuesto por Michael Lewis. Dentro de este modelo, la Envidia sería una de las emociones auto-conscientes que merecen atención y estudio.

Diferencias entre envidia y admiración

Dentro de la teoría psicológica "Mapa de la Autoestima" que estudia las hazañas y las anti-hazañas, se realiza una clasificación de las emociones que interfieren la percepción de la realidad ante la contemplación de la hazaña ajena y de la anti-hazaña ajena.

Estas emociones son la Envidia, la Admiración, y lo que llaman Contra-Admiración y Envidia de Satisfacción.

Mapa de la Autoestima es una teoría psicológica fenomenológica planteada por Martín Ross que se centra en el estudio de las emociones que se originan por "hazañas" y "anti-hazañas". Cobró influencia académica dando lugar a distintas investigaciones que se realizan a partir de sus conceptos: las "hazañas" y las "anti-hazañas", y las emociones que generan.

Endara Ortega, Lopez Torres (2015) nos resumen lo que son "hazañas" y "anti-hazañas" de la siguiente manera:

"Las hazañas son aquellas posesiones, circunstancias, méritos, virtudes que le dan la oportunidad a la persona de sentirse orgullosa de sí misma, y que le proporcionan prestigio social. La manera de detectar una hazaña en la vida cotidiana es ver si provoca "orgullo" o deseo de hacer alarde, o de presumir. Si hay alguna situación, alguna parte de tu vida, alguna virtud que te dan ganas de ostentarla, exhibirla, mostrarla a tus amigos, entonces es, sin duda, una "hazaña". Las anti-hazañas, todo lo contrario, son aquellas otras situaciones que provocan que el individuo se avergüence, se auto-desprecie, se sienta menos valioso, y que le quitan también su prestigio social. Aquellas derrotas, situaciones, circunstancias, defectos, que a una persona le provocan deshonra, le disminuyen el ego, y le merman el respeto de sus pares y su honor social, son "anti-hazañas" (Endara Ortega, Lopez Torres; 2015, publicación de la Universidad Técnica de Ambato, Ecuador).

Por ello, según la teoría psicológica Mapa de la Autoestima, solamente se envidian "las hazañas", y esto quiere decir, en líneas generales, que las mismas cosas que se envidian son las que provocan orgullo, generan deseo de hacer alarde, y aumentan el prestigio social de las personas.

Dice Martín Ross "Envidiamos aquellas cosas que, si las tuviéramos, nos pondrían orgullosos. Todo envidioso es un orgulloso que no logró tener aquello que le daría orgullo y que, para su disgusto, lo descubre en otra persona" ( El Mapa de la Autoestima, 2013, página 93)

Hecha esta introducción, podemos hacer el cuadro comparativo de las diferencias entre la Envidia y la Admiración, considerando que ambas emociones, al decir de Ross, provocan "suaves locuras" porque tienen la propiedad de alterar la percepción de la realidad.

Cuadro comparativo de las diferencias de la Envidia y la Admiración según teoría Mapa de la Autoestima:

Envidia = La hazaña ajena perjudica el orgullo propio, y entonces la hazaña ajena produce sufrimiento en tanto compromete el prestigio social propio y el orgullo (por resultar perjudicado en la comparación) y compromete el orgullo personal. El envidioso altera su proceso cognictivo, altera su percepción de la realidad, y ve al envidiado "peor" de lo que "en verdad es". A medida que el envidioso logra alterar su percepción de la realidad, y ver a su envidiado "peor" de lo que "en verdad es", entonces deja de sufrir el dolor de la envidia: por eso provoca una "suave locura" que consiste en ver la hazaña ajena peor de lo que es. El envidioso se caracteriza por subestimar, y ver los méritos envidiados "peor" de lo que en verdad son…. y lo hace para dejar de sufrir su dolor de envidia. A medida que avanza el proceso de subestimación del mérito ajeno…. el envidioso logra disminuir su propio dolor. ( El Mapa de la Autoestima, 2013, página 88-95) Por otra parte, para restablecer su prestigio social amenazado por la hazaña ajena, el envidioso puede intentar criticar al envidiado para que todos lo vean "peor" de lo que "en verdad es". Las tres reacciones típicas de la envidia son el dolor por la hazaña ajena, el auto-engaño para ver al envidiado "peor" de lo que en verdad es, y la calumnia y la difamación para que todas las otras personas vean al envidiado peor de lo que en verdad es. Además la envidia, al ser una anti-hazaña, se esconde a sí misma, no se suele admitir. Por otra parte, como el envidioso necesita subestimar a su envidiado para sufrir menos, tampoco puede reconocer que le tiene envidia, de modo tal que la envidia se suele esconder a sí misma, y es un sentimiento que rara vez se asume.

Admiración = La hazaña ajena, por un especial canal, favorece el orgullo propio, y aumenta también el prestigio social. Se da un especial vínculo entre Admirador y Admirado que permite al admirador usar la hazaña ajena para aumentar su orgullo personal. Por eso, la Admiración es siempre un sentimiento interesado: admiramos porque nos sirve para admirarnos a nosotros mismos. Un tipo de Admiración puede ser la Admiración por Identificación. En términos psiconalíticos podría llamarse: identificación por gratificación narcisista. Como el admirador encuentra en su ídolo una característica propia, una característica personal, puede sentir las hazañas de su ídolo como si fueran hazañas personales, y experimentar así una satisfacción en su orgullo por la contemplación de las hazañas ajenas. También esto se da en la Admiración de los padres por sus hijos: como son sus hijos, sienten que les llegan parte del mérito, y usan las hazañas de sus hijos para aumentar su orgullo y su prestigio social…entonces las exageran e idealizan. El Admirador, para poder aumentar su satisfacción personal en el orgullo, altera la percepción de la realidad, y ve a su admirado "mejor" de lo que en verdad es y termina idealizando (fuente "El mapa de la autoestima", Martín Ross, página 99-101). La Admiración explica los líderes carismáticos, y los amores románticos. Dentro del libro "Mapa de la Autoestima" se hace una larga explicación de los diferentes tipos de amores románticos generados pro Admiración, y los factores de seducción que los desencadenan.

Envidia de Satisfacción = Ante la contemplación de la anti-hazaña ajena, se experimenta satisfacción personal en el orgullo. En el infierno de Dante se le cosió los ojos a los envidiosos porque disfrutaron al ver a otros caer. Aquí estamos con lo que se refiere la palabra en alemán Schadenfreude, y que designa la alegría propia experimentada por el sufrimiento del otro. Consiste en un morbo por disfrutar los fracasos y errores ajenos.

Contra-Admiración = Esta emoción especial ocurre en los mismos vínculos que, por su características, si habría una hazaña ajena produciría Admiración. Es el sufrimiento ocasionado cuando la anti-hazaña ajena hiere el orgullo propio. Puede ser el caso de los padres que humillan en público a sus hijos ya que se avergüenzan de ellos por un error vergonzoso de sus hijos, y para distanciarse de ellos, los humillan cruelmente en público.

También se da en los mismos casos de "Identificación". Puede ser Contra-Admiración ocasionada por Identificación en los mismos casos donde el Psiconálisis suele explicar con el constructo llamado "Proyección". Odiamos… a quien más se nos parece, porque nos avergüenza esa semejanza…nos trae vergüenza e ignominia hacia nosotros. (El M.A.S. y el M.A.P.: una teoría psicológica", Martín Ross, páginas 120-150). Es el espejo de lo que detestamos ver en nosotros. Vemos a una persona parecida a nosotros, muy parecida a nosotros, pero es parecida en algo que nos avergüenza de nosotros mismos (anti-hazaña), y por ello, esa persona, con su presencia, nos transporta hacia nosotros vergüenza y desprestigio. Inicialmente nos sentimos Identificados con esa persona, pero para tapar esa vergüenza, reprimimos esa semejanza, esa identificación, y luego, para alejar aún más la vergüenza, la criticamos, la humillamos, y la tratamos mal de modo de asegurarnos de no vernos nosotros mismos parecidos a ella (y proteger nuestro orgullo) y también evitar que los demás vean que somos parecidos a ella (proteger nuestro prestigio social). Puede verse en inmigrantes hispanos a Estados Unidos que se sienten ya norteamericanos, y ante la presencia de otro inmigrante de origen latinoamericano, lo humillan, lo critican, y todo para poder distanciarse públicamente de esa persona con la que temen sentirse identificados.

Aportes a la comprensión de la envidia desde las neurociencias

Las neurociencias son un conjunto de disciplinas científicas que estudian la estructura, la función, el desarrollo de la bioquímica, la farmacología, y la patología del sistema nervioso y de cómo sus diferentes elementos interactúan, dando lugar a las bases biológicas de la conducta, y que ahora cobran cada vez más importante en la Psicología.

Según el biólogo molecular John Medina, autor de "El gen y los siete pecados capitales", no hay todavía certezas sobre los procesos cerebrales implicados. Y nos dice: "analizar la biología de la envidia es un problema insuperable, porque no se ha aislado un gen responsable de este sentimiento ni se ha identificado una región del cerebro dedicada a la envidia".

Medina indica que esto puede explicarse bien porque nuestra tecnología no es suficientemente buena o bien porque "la envidia sólo es un intento de organizar sentimientos subjetivos que no tienen correlación biológica".

No obstante, desde el estudio del cerebro continua profundizándose el interés en la emoción de la Envidia. De acuerdo a lo que vimos antes en el punto V (siendo que la Envidia verdadera rara vez se asume, porque el envidioso necesita despreciar la "hazaña" ajena para dejar de sufrir, siendo la envidia una emoción de la psicología profunda bastante inaccesible a experimentaciones empíricas), estos experimentos nacientes tienen la dificultad de que necesitan valerse de voluntarios que admiten su propia envidia. Por ello, siguiendo los conceptos de hazañas y anti-hazañas, cabe preguntarse si lo que admiten es verdadera envidia, o simplemente admiten que desearían estar en el lugar de otra persona y a eso es lo que le llaman "envidia".

Hay distintos experimentos que se van haciendo en todo el mundo donde se intenta conocer qué ocurre en el cerebro cuando sentimos envidia.

Investigadores del Instituto Nacional de Ciencias Radiológicas de Japon, según publica la revista Science , los científicos encontraron que el cerebro libera la dopamina cuando a una persona a la que se le tiene envidia, le va mal, lo que produce placer. Para ello, registraron sus resultados mediante resonancia magnética funcional.

Al trabajar con voluntarios que se imaginaban confrontados con personajes de mayor o menor estatus o éxito, pudieron ver a través de imágenes del cerebro que cuando los participantes vivían este sentimiento las regiones cerebrales involucradas en el registro del dolor físico se encendían. Asimismo, observaron que cuanto más profunda era la sensación, más se activaban los centros de dolor de la corteza cingular anterior, entre otras zonas.

En cambio, si se les pedía que imaginaran que la persona envidiada caía en desgracia, se activaban los circuitos de recompensa cerebral, también en forma proporcional a qué tan grande era la envidia. Aquellos que la sintieron en mayor medida reaccionaron a la noticia de la desgracia ajena con una respuesta comparativamente más activa en los centros dopaminérgicos del núcleo estriado

A nivel cerebral, envidia y regodeo tienen unas áreas cerebrales específicas: cuando una persona lee sobre otra, por la que siente envidia, se activa la corteza anterior cingulada en los nódulos cerebrales dorsales; mientras que si lo que lee es el fracaso de la persona envidiada, lo que se activa es el núcleo estriado ventral.

En definitiva, sostienen los investigadores, la oxitocina, la hormona del amor, es capaz de desatar la envidia por una persona y el regodeo por el mal ajeno, lo que guarda relación directa con la dopamina.

Esta sustancia tiene enorme importancia en nuestra forma de comportarnos socialmente. Cuando una persona tiene una emoción positiva hacia otra, la oxitocina la potencia, pero si la empatía va hacia un sentido contrario, ésta promueve las emociones negativas.

Por ello, se puede decir que la oxitocina se comporta como un potenciador de los sentimientos sociales como la agresividad, generosidad, empatía, confianza y la envidia.

Aportes a la comprensión de la envidia desde la psicología experimental

Aunque la Psicología Experimental no es una corriente de la Psicología propiamente dicha, llamamos así para identificar a los aportes al conocimiento general de la psiquis que se hacen desde los experimentos duros.

Hay muchos experimentos importantes y conocidos que se han hecho para comprender mejor científicamente a la emoción de la Envidia. En este apartado, procuraremos resumir algunos de los más destacados.

Neils Van de Ven, de la Universidad de Tilburg, en Holanda, por ejemplo, es un actual investigador que intenta buscar el lado positivo de la envidia. En uno de sus trabajos sobre el tema pidió a estudiantes universitarios que vieran el perfil de un alumno exitoso, e imaginaran la envidia sana, la envidia maliciosa o admiración. Después de lo anterior, realizaron un ejercicio mental. El equipo de la Universidad de Tilburg pudo observar que quienes habían sentido envidia sana se esforzaban más en la tarea, e incluso sus puntaciones eran mejores de las de aquellos que habían experimentado admiración

Los científicos Jan Crusus y Thomas Mussweiler del departamento de Psicología de la Universidad de Colonia, Alemania, buscaron descubrir si el autocontrol también interviene en la envidia. Para su estudio, realizaron una degustación ficticia durante un festejo de carnaval mientras pasaban las carrozas. El contexto elegido no fue casual, ya que durante estas celebraciones las personas están alcoholizadas y este era uno de los puntos que los investigadores deseaban tener en cuenta para su experimentación.

Ellos deseaban comprobar si el alcohol influía en el autocontrol y con ello en la manifestación de este sentimiento. Durante la prueba, los profesionales realizaron un sorteo a través del cual las personas podían recibir un caramelo o un bombón, pero en realidad siempre conseguirían un caramelo, ya que los bombones los obtendrían únicamente los miembros del equipo de investigación, que los acompañaban como si fueran parte del público. El resultado permitió concluir que a medida que la ingesta de alcohol era mayor, las personas sentían más celos hacia quienes lograban el bombón.

Para acompañar lo anterior con una prueba control, realizaron también "el sorteo", pero en este segundo caso, sin participantes de su equipo, y si bien la gente siempre ganaba un caramelo, se les comentaba que otros habían conseguido el bombón. En esta situación, pese al alcohol, no había aparecido la envidia, lo que hace parecer necesaria la presencia del otro para sentir esta emoción.

Otra experimentación la realizaron en su laboratorio, en donde ofrecían a algunos participantes una galletita con manteca y a otros, un delicioso helado. Para disminuir el autocontrol, a algunos de ellos se los sometía anteriormente a complicados ejercicios de memoria. Al estar cansados por el esfuerzo cognitivo, los participantes que habían realizado el ejercicio contaban con menor dominio de su persona, lo que los llevaba a sentir fácilmente envidia y desear el helado que el otro tenía; incluso llegaban a ofrecer pagar más de lo debido por obtenerlo.

Dentro de lo que son los experimentos de Psicología, uno de los más conocidos fue el realizado en 1951 por el psicólogo estadounidense Solomon Asch.

Asch fue a un instituto para realizar una prueba de visión. Se juntó a un grupo de siete alumnos, los cuales estaban compinchados con Asch. Mientras, un octavo estudiante entraba en la sala creyendo que el resto de chavales participaban en la misma prueba de visión que él. Haciéndose pasar por oculista, Asch les mostraba tres líneas verticales de diferentes longitudes, dibujadas junto a una cuarta línea. De izquierda a derecha, la primera y la cuarta medían exactamente lo mismo. Entonces Asch les pedía que dijesen en voz alta cuál de entre las tres líneas verticales era igual a la otra dibujada justo al lado. Y lo organizaba de tal manera que el alumno que hacía de cobaya del experimento siempre respondiera en último lugar, habiendo escuchado la opinión del resto de compañeros.

La respuesta era tan obvia y sencilla que apenas había lugar para el error. Sin embargo, los siete estudiantes compinchados con Asch respondían uno a uno la misma respuesta incorrecta. Para disimular un poco, se ponían de acuerdo para que uno o dos dieran otra contestación, también errónea. Este ejercicio se repitió 18 veces por cada uno de los 123 voluntarios que participaron en el experimento. A todos ellos se les hizo comparar las mismas cuatro líneas verticales, puestas en distinto orden. Cabe señalar que solo un 25% de los participantes mantuvo su criterio todas las veces que les pre­­guntaron; el resto se dejó influir y arrastrar al menos en una ocasión por la visión de los demás. Tanto es así, que los alumnos cobayas respondieron incorrectamente más de un tercio de las veces para no ir en contra de la mayoría.

Se autoriza la reproducción total o parcial de la presente obra bajo cualquier forma.

Alina Lopez S.

Referencias

1- "¿Qué es lo que nos hace sentir celosos?" Investigación publicada por la Universidad de Palermo. Argentina. En línea en: http://www.palermo.edu/cienciassociales/psicologia/investigacion/sentir_celosos.html (referencia para la Envidia según la Psicología Evolucionista)

2- "Envy: Theory and Research" Richard Smith. 2008. Published to Oxford Scholarship Online. Publicado por la Universidad de Oxford. Online en http://homepage.psy.utexas.edu/homepage/group/busslab/pdffiles/evolution%20of%20envy.pdf (referencia para la Envidia según la Psicología Evolucionista)

3- "Social Comparison and Envy" Mark D. Alicke. Ethan Zell. 2008. Publicado por la Universidad de Oxford (referencia para la Envidia según la Psicología Evolucionista).

4- Página de la investigadora Itziar Etxebarria Bilbao (Referencia para la Envidia como emoción autoconsciente)

5- "Envy in Organizational Life" MICHELLE K. DUFFY, JASON D. SHAW, AND JOHN M. SCHAUBROECK, publicado por la Universidad politécnica de Hong Kong en línea en: http://www.polyu.edu.hk/mm/jason/book/Duffy-Shaw-Schaubroeck%202008%20Envy.pdf (referencia para la Envidia como emoción autoconsciente, y el modelo de Michael Lewys).

6- "El lado bueno de la Envidia" en REVISTA PSYCIENCIA. http://www.psyciencia.com/2014/12/10/el-lado-bueno-de-la-envidia/

7- "El lado bueno de la envidia" Dr. Nse. Carlos A. Logatt Grabner – Presidente de Asociación Educar En línea en: http://www.psyciencia.com/2014/12/10/el-lado-bueno-de-la-envidia/

8- "El M.A.S. Y EL M.A.P.: una teoría psicológica" Martín Ross. (2015). Ediciones Sophia. Universidad de Navarra. Madrid.

9- "El Mapa de la Autoestima" Martín Ross. 2013. Editorial Dunken. Buenos Aires.

10- "La tragedia de la envidia" Jorge Kahwagi Macari. Editorial Aguilar. Madrid.

11- ""Cómo influye el género en la Autoestima de los adolescentes" J. Y. Rodríguez L. Nohemy Carrasco M. Durán M. Portillo S. M. (2015) Universidad Nacional de Honduras, y la Universidad de Chile, Facultad de Ciencias Sociales, Disponible en línea en: http://www.monografias.com/trabajos104/como-influye-genero-autoestima-adolescentes/como-influye-genero-autoestima-adolescentes

12- "El cuidado de las mascotas y su relación con el concepto de la responsabilidad en niños y niñas de 4 años de la Unidad Educativa Mayor Ambato, Escuela de Educación Básica" . Universidad Técnica de Ambato. Facultad de Ciencias Humanas y de Educación. Año 2014. Disponible en: http://repositorio.uta.edu.ec/jspui/handle/123456789/12446

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