Formación de valores mediante la práctica de Karate deportivo AFIDE
Resumen
En el presente trabajo titulado "La Formación de Valores mediante la práctica de Karate deportivo", se expone como el profesor de karate trabaja en el desarrollo de un grupo de valores tales como: la humildad, honestidad, lealtad, el amor a la patria, entre otros, para así formarlos como hombres nuevos capaces de preservar nuestros mejores ideales. Lo cual es muy importante para que estos estudiantes sean exponentes de los valores necesarios que les permitan siempre mantener y defender las conquistas de la Revolución, lo cual está y estará siempre entre las prioridades del sistema de educación cubano y de forma muy especial en la práctica de este Arte Marcial, siempre bajo el principio de que el Karate es un arma de la Revolución.
Los resultados indican que la formación en valores mediante el entrenamiento de karate deportivo no difiere en nada del papel que juega la formación en valores mediante el entrenamiento de karate tradicional que implica la conservación de los elementos filosóficos de la disciplina, siempre y cuando dicha formación se lleve a cabo de forma planificada según Manual de Entrenamiento y a través de métodos y técnicas participativas.
El Karate-do comienza y termina para el practicante con una muestra de sincero y total
respeto hacia el otro. Los valores formativos del Karate-do son como "ciudadanos del mundo" por cuanto se revelan aptos, asequibles y útiles a todas aquellas personas que desean orientar sus pensamientos y actos hacia la paz y armonía, incluso en medio de los conflictos.
Introducción
La formación de valores presupone un reto para el deporte cubano, profundizándose en ello a partir de la Batalla de Ideas encabezada por nuestro Comandante en Jefe, donde se ha puesto de manifiesto la necesidad de no solo enseñar los elementos técnicos de cada disciplina, sino sobre todo educar y formar valores integrales en nuestros deportistas, forjar seres humanos integralmente preparados y genuinamente comprometidos con la obra de la revolución.
En la actualidad se lleva a cabo una lucha incesante contra la falta de sensibilidad, respeto, responsabilidad, etc. Es por ello que un baluarte fundamental en la formación de valores en cualquier disciplina deportiva debe consistir en educar a las nuevas generaciones como constructores conscientes y activos de la sociedad, de una patria más sana y justa, convirtiendo esos valores en convicciones personales y una forma de expresión en su conducta diaria.
En los momentos actuales que el Karate aspira a ser incluido dentro del ciclo olímpico, debemos dedicar un espacio para reflexionar sobre la importancia que tiene la formación de valores dentro de la modalidad deportiva o competitiva de este nuevo deporte pero milenario arte. Y exponemos esto porque se ha podido constatar que no todos los que se dedican a la enseñanza de karate lo tienen presente, pues se conoce de actitudes, manifestaciones y conductas tanto deportivas como sociales que no contribuyen en nada al desarrollo integral del ser humano, específicamente dentro del karate competitivo, y pese a que la competición es parte fundamental de este deporte, no debe potenciarse como elemento principal solamente la obtención de una medalla o resultado competitivo.
El Karate no cumple su rol formador si se limita el trabajo a la enseñanza de sus aspectos técnicos y tácticos con el único objetivo de obtener triunfos deportivos; puesto que la función educativa del karate implica además de los elementos anteriormente mencionados, la formación de valores como elemento de enseñanza y esta implica la trasmisión de elementos valiosos que posibilitan la formación integral del individuo así como la socialización e interacción con su medio lo cual favorece su proceso educativo.
De forma general, el deportista busca la obtención de un trofeo o medalla, y trata de ser más rápido, fuerte, resistente y flexible; así como dominar un mayor número de técnicas y aplicarlas lo mejor posible, a lo cual no está exento el practicante de karate. La obtención de buenos resultados competitivos lo cataloga como un destacado deportista, pero si conjuntamente a esto añadimos una formación integral en valores humanos, tendríamos el deportista o karateka ideal. Y precisamente, de la adecuada preparación del profesor depende, entre otros factores, el logro de tales resultados.
Aunque en la práctica del Karate se inician tanto adultos como niños y jóvenes de ambos sexos las responsabilidades del profesor de esta disciplina son más significativos en el caso de los niños y jóvenes, pues en estas etapas de la vida estos se encuentran en plena formación. Es por ello que la influencia del profesor en aquellos alumnos que se inician a edades tempranas puede ser determinante o de mucha ayuda.
En la mayor parte de los casos, los niños y jóvenes son llevados por sus padres a las escuelas de karate en busca de actividades que le posibiliten a sus hijos la práctica sistemática de ejercicios organizados y la búsqueda de disciplina, atributo con lo que se identifica merecidamente el Karate. Y por supuesto hay quienes también se inician atraídos por la divulgación del Karate como método de defensa personal, deformado frecuentemente por personajes de la televisión y el cine.
No hay que equivocarse, sin embargo cuando expresamos que de la adecuada preparación del profesor depende, entre otros factores, el logro de los resultados esperados en cuanto a su formación en valores, pues es de vital importancia la educación que este niño o joven recibe en el área deportiva, además del hogar, la escuela, etc.
Otro elemento importante es la responsabilidad que tiene el profesor de prepararse y superarse día a día, para de esta forma contribuir a la formación de valores de sus alumnos.
Esta no es una tarea sencilla, particularmente en el contexto actual, en el que hay una gran parte de la sociedad expuesta a la ley del menor esfuerzo y la obtención del dinero fácil, pero precisamente es aquí donde los educadores juegan su importante papel educativo y donde enfrentan su mayor reto.
Desarrollo
Los valores son conductas que determinan la identidad propia de un individuo y están basadas en las convicciones, sentimientos y conocimientos que este posea de su propia realidad proporcionando así costumbres, hábitos y principios, de esta manera podemos afirmar que los valores no son heredados, no se nace con valores adquiridos, estos deben ser aceptados y se vuelven convicción mediante un proceso socio afectivo y educativo.
De igual forma podemos también definir el concepto de valores como un componente de la estructura de la personalidad, el cual juega un papel esencial, ejerce una función de regulador interno de la personalidad y es socialmente significativo. Es el actuar consecuente a partir de una necesidad interna de la persona.1
Abordar la formación de valores como parte de la enseñanza deportiva en niños y jóvenes, es un aspecto complejo, dadas las implicaciones que existen entre la concepción que sobre este aspecto tiene el profesor, las formas y métodos de trasmitir los valores y su acción en el desarrollo integral del educando. Es por ello que la formación en valores requiere la participación activa y comprometida de profesores y entrenadores, lo cual supone una total correspondencia entre lo que se predica en las escuelas (Dojos) y lo que se lleva a la práctica en el terreno de la competición y demás actividades sociales diarias.
La educación de valores es un complejo proceso que se inicia con la vida y donde intervienen múltiples factores: en primer término, la familia, como agente socializador por excelencia, cuya labor educativa es insustituible ya que conforma, desde los primeros años de vida, características esenciales de la personalidad del individuo. Diversas instituciones formales y no formales como la escuela, organizaciones políticas y de masas, grupos, medios de difusión masiva, entre otros, constituyen los agentes de socialización secundaria, no menos importante.
Sería oportuno señalar que el sistema de valores predominantes en una persona determina su comportamiento ético, y el actuar ético conlleva la respetabilidad de los derechos humanos.
El karate es una de las disciplinas que más puede contribuir en el proceso de formación de los menores, ya que desarrolla tanto su estado físico como emocional, mejorando de manera considerable su rendimiento escolar y su relación con los que le rodean.
Su práctica ejercita la concentración creando hábitos que le ayudarán en sus estudios y en el trabajo. Da confianza y seguridad haciéndole sentir más seguro de sus posibilidades en diferentes soluciones de la vida cotidiana. Genera respeto y educación, haciéndole más comprensivo hacia los otros, creando actitudes positivas ante la sociedad. Lo mantendrá en forma, cuidando su peso y alimentación, dando a su cuerpo la flexibilidad y los estímulos que mejoran su estado físico, reflejos y motricidad que favorecerán su desarrollo.
La labor dentro de estos años en que un profesor puede aportar a la formación humana del niño o niña presenta caracteres muy positivos, tanto en el campo de los valores colectivos (Integración en el grupo, compañerismo, respeto mutuo), como individual (emulación, superación, esfuerzo), aunando a estas características internas un desarrollo físico equilibrado en el que se ejercita todo el organismo a manos libres y con igual intensidad.
Debemos tener presente que todo el tiempo que se utilice en la formación y educación de niños y jóvenes es tiempo que se va a multiplicar con creses como resultado en la formación integral de estos.
Teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto, llegamos a considerar los siguientes objetivos.
Objetivos.
Lograr una correcta formación de valores mediante la práctica de Karate deportivo.
Metodología
Para la realización del presente trabajo asumimos la concepción Marxista Leninista con un enfoque materialista dialéctico como base científica, ideológica y metodológica de la investigación. Analizamos la bibliografía existente sobre el tema de formación de valores e hicimos el análisis de la documentación que norma la práctica del Karate-do.
La metodología empleada está enfocada de una manera eminentemente práctica, de modo que los conocimientos que se adquieran a lo largo del entrenamiento sistemático puedan ser puestos en práctica en procesos de formación en valores en las escuelas o dojos miembros de la asociación a la que pertenecen los estudiantes.
Será esencial la participación activa tanto de profesores como de los alumnos en la ejecución del programa de estudio propuesto, por cuanto el entrenamiento debe responder en la mayor medida posible a las necesidades y los ámbitos del entrenamiento planificado según el Manual de Entrenamiento OKGKS.
Los valores no se desarrollan solo porque se insista en el sujeto que debe actuar según determinados patrones sociales, institucionales, familiares, se forman en cada persona a partir de su propia actuación y con la influencia de diferentes factores externos, con la contribución del proceso de enseñanza aprendizaje, organizándolo y ejecutándolo conscientemente a través de determinada estrategia que lleva en si las posibilidades que brinda: la comunicación educativa, los métodos participativos y la orientación hacia la profesión.
En nuestro caso los métodos participativos juegan un papel fundamental a la hora de seleccionar las acciones encaminadas a garantizar en el deportista la formación de valores importantes en su desarrollo deportivo integral.
Los métodos y técnicas participativas, llamados por algunos autores también métodos activos, productivos, problémicos, se definen como las vías, procedimientos y medios sistematizados de organización y desarrollo de la actividad de los estudiantes, sobre la base de concepciones no tradicionales de la enseñanza, con el objetivo de lograr el aprovechamiento óptimo de sus posibilidades cognitivas y afectivas.2
En relación con lo mencionado anteriormente, se pueden distinguir las siguientes características fundamentales de los métodos participativos.
a) La enseñanza no se concibe solo como vía de asimilación de conocimientos, sino también como recurso para la solución de problemas.
b) Se estimula la búsqueda de la verdad, a través del trabajo conjunto de indagación y reflexión, aproximando la enseñanza a la investigación científica.
c) Se promueve la capacidad reflexiva de los estudiantes, ya que se hace un mayor análisis de los problemas y se utiliza la verbalización.
d) Se socializa el conocimiento individual, enriqueciéndolo y potenciándolo en el conocimiento colectivo.
e) Se ayuda a la constitución del grupo, al establecimiento de relaciones interpersonales y a un mayor conocimiento mutuo.
A continuación presentamos algunas acciones que se desarrollan en la escuela de karate okgks a través de las cuales trabajamos la formación de valores:
Topes amistosos inter-dojos.
Estudio del Reglamento de Competición de Kata y Kumite.
Análisis en cada clase de entrenamiento del comportamiento y resultados de cada karateka.
Estudio de videos de Campeonatos de Karate donde se debaten y analizan las técnicas utilizadas y las decisiones arbitrales sobre estas.
Estudio sistemático de Teoría Básica (Manual de Entrenamiento) donde se orienta la investigación y explicación de determinados conceptos, los cuales se analizan y debaten en la clase.
Requisitos de cumplimiento para Examen, establecido según Manual de Entrenamiento y Exámenes (OKGKS).3
Conclusiones
Después de haber realizado este trabajo y contar con la experiencia de varios años aplicando las actividades contenidas en el Manual de Entrenamiento OKGKS, se logró fortalecer el conocimiento de los profesores y de los estudiantes en cuanto a la historia y filosofía de las Artes Marciales, conocimientos y aptitudes que se han ido fortaleciendo e incrementándose sistemáticamente en cada curso, lo cual ayudó en el trabajo de formación de valores en los atletas.
La formación de valores es un proceso activo y complejo donde intervienen diversos factores socializadores como la familia, la escuela, la comunidad, los medios de comunicación masiva y las organizaciones políticas y de masas entre otros.
Mediante la práctica de Karate facilitamos la formación de valores, pero esta no puede ser espontánea, sino que precisa de un proceso educativo intencionado y sistemático, lo cual se puede lograr eficazmente cuando contamos con un manual de entrenamiento que contemple dichas actividades.
Se evidencia que de forma general aun se debe trabajar en la preparación teórico-práctica de los entrenadores para enfrentar satisfactoriamente el proceso de formación de valores en los estudiantes.
Recomendaciones
Planificar de forma sistemática en cada una de las clases de entrenamiento, elementos y acciones encaminadas a la formación de valores del estudiante, de acuerdo al Manual de Entrenamiento existente.
Efectuar con una periodicidad adecuada la realización de eventos o actividades encaminadas a la superación teórico-práctico de los entrenadores con el objetivo de garantizar que estos lleven a cabo una correcta formación de valores en nuestros deportistas.
Bibliografía
1. Álvarez, Daisy A. La educación física y el deporte en la formación de valores.
2. Delia Luz, Ccallo Mamani. La formación de valores a través de los métodos
participativos.
3. Sichiyama, Takayoshi. Manual para Entrenadores. Okinawa Koshiki Goju
Ryu Karate-do Shirenkan (OKGKS). República Dominicana.
4. _________________. Estudio Histórico, Científico y Filosófico de la Teoría y
Práctica del Arte del Karate-do.
Autor:
Lic. José Antonio Fano Rocha
SEDE UNIVERSITARIA MUNICIPAL DE CULTURA FISICA CABAIGUAN
Escuela Comunitaria "Cultura Física"
AFIDE – 2009
Cabaiguán, 18 de Abril de 2009.
"Año del 50 Aniversario del Triunfo de la Revolución"