Monografias.com > Salud
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

La Historia de la medicina en Caimito antes del triunfo de la Revolución Cubana



  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Desarrollo
  4. Medicina aborigen en Caimito
  5. La historia de la Medicina en la Colonia
  6. Historia de la Medicina en la Neocolonia
  7. Idiosincrasia curativa en Caimito
  8. Conclusiones
  9. Referencias Bibliográficas

Resumen

Por la escasa y dispersa información sobre la historia de la Medicina en nuestra localidad y la importancia para estudiantes y profesionales de la salud el conocimiento de esta, realizamos esta revisión bibliográfica con el objetivo de describir la historia de la Medicina en Caimito hasta el triunfo de la Revolución.

Se consultaron un total de 17 bibliografías. La medicina de los aborígenes cubanos se ejercío por los behiques, sus prácticas curativas se basaron en tres métodos fundamentales: el hidroterápico, método sugestivo y el evacuante. La medicina traída por los médicos de la Conquista se sustentó en la Filosofía escolástica, la Iglesia católica administró las acciones de salud conjuntamente con el Cabildo. En Caimito en la neocolonia solo habían médicos particulares, teniendo que pagar altísimos precios por la atención. Los partos fueron asistidos por comadronas y el índice de mortalidad infantil era elevado.

Palabras Claves: Medicina, historia, aborígenes.

Introducción

La medicina se define como fármaco o remedio para una enfermedad; arte y ciencia del diagnóstico, tratamiento y prevención de la enfermedad y de la conservación salud, arte o técnica de tratar la enfermedad sin cirugía. Algunas de las numerosas ramas de la medicina son: medicina de familia, medicina física y medicina interna. (1)

Otras literaturas exponen que es la ciencia que estudia al hombre en su condición y en su estado de enfermedad, principalmente con el objetivo de evitar que se enferme y también para devolver la salud cuando se ha perdido. Cualquier sustancia que se emplea con fines terapéuticos. Ejemplo: antibióticos, drogas, etc.

La Organización Mundial de Salud (OMS) planteó que la salud es "un estado de completo bienestar físico, mental y social y no solo la ausencia de infecciones o enfermedades". Actualmente salud se define salud como" componente fundamental del proceso de desarrollo humano. Proceso social dirigido a la creación de condiciones de bienestar para todos y por todos. Es un producto social."(2)

Caimito, al norte limita con el Estrecho de la Florida, a lo largo de la costa norte del país, al este con los municipios Bauta y San Antonio de los Baños, al sur con el municipio Alquízar y al oeste con los municipios Artemisa, Güanajay y Mariel. Entre las principales vías de acceso se encuentran la Carretera Central, la Autopista Nacional La Habana-Pinar del Río y otras que lo enlazan con los municipios vecinos. (3,4)

En el año 1820 se funda el pueblo de Caimito en el corral de ese mismo nombre, al pie de Sierra de Anafe, en cuya fecha solo existían algunos ranchos, uno de los cuales estaba a la vera del camino real de Vuelta Abajo. Ese rancho era conocido como Casa de los Pasajeros de Caimito, cuyo nombre origino un frondoso árbol de esta fruta situado en ese rancho. Comenzó como un entronque donde iban las personas de los alrededores a tomar el Camino Real para viajar a La Habana o Pinar del Río. Tenía muy cerca otro caserío llamado Cayagüazal el cual con el tiempo se unió a Caimito mediante construcciones de casas y hoy en día es imperceptible saber dónde terminaba este y donde comenzaba Cayagüazal.

El poblado no fue planeado como otros pueblos de Cuba, sino que fue surgiendo espontáneamente. Al principio perteneció al municipio de Guayabal, creado en 1878 en la provincia de Pinar del Río. El municipio es abolido en 1901 y su territorio se integra al municipio de Bauta en la Provincia de La Habana. Al construirse la Carretera Central y esta pasar por Caimito, este poblado adquirió mayor importancia que Guayabal. Ya el día 14 de julio de 1911, se restaura el municipio con cabecera en Caimito, otorgándosele el nombre de Caimito del Guayabal.

En la primera mitad del siglo XVI, esta región estuvo poblada por grupos aborígenes subordinados al cacicazgo de Marién que tuvo su centro en el municipio del Mariel y que incluía además Guanajay, Artemisa, Bahía Honda, y San Cristóbal.(3,4,5)

Los aborígenes de esta región han sido clasificados por su desarrollo cultural como Siboneyes, que era la población predominante en Cuba y sus cayos a la llegada de los españoles.

La medicina del conquistador traída por los médicos de la Conquista se sustentaba en la Filosofía escolástica basada en las obras de Hipócrates, Galeno, Rhazes, Avicena y otros. Todos se encontraban bajo el influjo de la teoría humoral, según la cual el cuerpo contiene cuatro humores: sangre, linfa, bilis y atrabilis. La mayoría de los médicos procedía fundamentalmente de la Universidad de Salamanca, aunque también venían de las Universidades de Alcalá, Sevilla y Barcelona. (3, 4,6)

Junto a la medicina aborigen y a la que trajeron los españoles, hubo también en Cuba influencia de la medicina ejercida por los africanos y los chinos. A falta de instituciones médicas fue el Cabildo el encargado de realizar las acciones de salud pública que no estaban reguladas por legislación. (4, 6)

La Iglesia católica administraba las acciones de salud conjuntamente con el Cabildo. Las órdenes religiosas establecidas en Cuba se ocuparon por siglos de cuidar a los enfermos, llevar registros de los nacimientos y las muertes, hacer enterramientos en las iglesias, adoptar medidas ante las epidemias y administrar lo relativo a medicamentos y al cultivo de plantas medicinales para estos hospitales.(4,7)

Las funciones realizadas por el Cabildo y la iglesia en alguna medida vinculada a la salud pública y la Medicina, fueron asumidas más tarde por el Protomedicato. El Real Tribunal del Protomedicato fue una institución encargada de legalizar el ejercicio médico en España y sus colonias. (3,8)

Dentro de la guerra los hospitales de sangre del ejército libertador, tanto en la guerra de 1868, como en la de 1895, estaban enclavados en lugares intrincados del monte o la sierra. Los enfermeros que atendían en esos hospitales tenían diversos orígenes, pues podían ser estudiantes de Medicina que abandonaron las aulas para cumplir su deber con la patria, simples barberos, quienes poseían conocimientos generales en el cuidado de enfermos, y mujeres (esposas, hijas y hermanas de los combatientes), incluso algunas de ellas eran profesionales.

(3, 4,9)

La primera ocupación norteamericana en Cuba ocurre el 1ro de enero de 1899. A partir de este momento, se comenzó a desarrollar, en la esfera de la salud pública, una sucesión de acontecimientos que fueron también el resultado del intervencionismo político y el control sanitario que comenzaban a ejercer los mandos militares norteamericanos establecidos en el país.(3,4,10)

Antes del triunfo de la Revolución solo había médicos particulares, teniendo que pagar altísimos precios por la atención. A las embarazadas no se les consideraba, los partos eran asistidos por comadronas y el índice de mortalidad infantil era elevadísimo. (10,11)

Con nuestra Revolución todo esto ha cambiado y se colocó bien en alto los sueños del maestro parafraseando una república con todos y para el bien de todos.

Por la escasa y dispersa información sobre la historia de la Medicina en nuestra localidad y la importancia para estudiantes y profesionales de la salud el conocimiento de esta, realizamos este trabajo con el objetivo de describir la historia de la Medicina en Caimito hasta el triunfo de la Revolución.

Objetivo General

  • Describir la historia de la Medicina en Caimito hasta el triunfo de la Revolución Cubana.

Objetivos Específicos

  • Caracterizar la Medicina de los aborígenes en Caimito.

  • Identificar la Medicina en la colonia de Caimito.

  • Describir la medicina en la neocolonia de nuestra localidad.

Desarrollo

El municipio Caimito se localiza en la provincia Artemisa antigua provincia La Habana, al oeste de la capital de Cuba. Posee una extensión superficial de unos 2395km2. • Fundado en 1820, cuenta con un población de 39 304 habitantes y un densidad poblacional de 164 habitantes/km². (3)

Caimito, al norte limita con el Estrecho de la Florida, a lo largo de la costa norte del país, al este con los municipios Bauta y San Antonio de los Baños, al sur con el municipio Alquízar y al oeste con los municipios Artemisa, Güanajay y Mariel. Entre las principales vías de acceso se encuentran la Carretera Central, la Autopista Nacional La Habana-Pinar del Río y otras que lo enlazan con los municipios vecinos.

En el año 1820 se funda el pueblo de Caimito en el corral de ese mismo nombre, al pie de Sierra de Anafe, en cuya fecha solo existían algunos ranchos, uno de los cuales estaba a la vera del camino real de Vuelta Abajo. Ese rancho era conocido como Casa de los Pasajeros de Caimito, cuyo nombre se originó por un frondoso árbol de esta fruta situado en ese rancho. Comenzó como un entronque donde iban las personas de los alrededores a tomar el Camino Real para viajar a La Habana o Pinar del Río. Tenía muy cerca otro caserío llamado Cayagüazal el cual con el tiempo se unió a Caimito mediante construcciones de casas y hoy en día es imperceptible saber donde terminaba este y donde comenzaba Cayagüazal.

El poblado no fue planeado como otros pueblos de Cuba, sino que fue surgiendo espontáneamente. Al principio perteneció al municipio de Guayabal, creado en 1878 en la provincia de Pinar del Río. El municipio es abolido en 1901 y su territorio se integra al municipio de Bauta en la Provincia de La Habana. Al construirse la Carretera Central y esta pasar por Caimito, este poblado adquirió mayor importancia que Guayabal. Ya el día 14 de julio de 1911, se restaura el municipio con cabecera en Caimito, otorgándosele el nombre de Caimito del Guayabal. (3, 4,10)

Himno del municipio

Letra: Eric Adrián Pérez González Música: Ángel Manuel Pérez Marantes.

"Himno de Caimito Desde las laderas del Rosario, hasta el mar,

Aún está el descalzo pie aborigen

Y la huella del mambí.

Allí nace de tu nombre el aroma y el dulzor.

Allí crece tu esbeltez de surco y ola,

El vaivén de las cañas en la piel,

Y la esférica voz de la naranja.

Tu historia es la sombra de un árbol

A la orilla tranquila del sendero,

La sonrisa frutal de nuestra tierra,

El fecundo sudor del campesino

Y la mano del obrero, donde canta la herramienta.

Del polvo de tus calles

Y del color de tu paisaje

Nos brotaron la edad y las palabras. (3,4)

Medicina aborigen en Caimito

En la primera mitad del siglo XVI, esta región estuvo poblada por grupos aborígenes subordinados al cacicazgo de Marién que tuvo su centro en el municipio del Mariel y que incluía además Guanajay, Artemisa, Bahía Honda, y San Cristóbal.(3,4,5)

Los aborígenes de esta región han sido clasificados por su desarrollo cultural como siboneyes, que era la población predominante en Cuba y sus cayos a la llegada de los españoles.

Los aborígenes no tenían un conocimiento profundo de la anatomía humana, pero conocían la enfermedad, a la que llamaban axe. Las enfermedades más frecuentes que padecían estos nativos eran los vermes intestinales, diarreas, constipación, asma, dificultades para la emisión de la orina, dolores que acompañan a las dismenorreas, acné, contusiones, heridas, úlceras o infecciones parasitarias externas como las producidas por niguas y piojos. (4,12)

Sus prácticas curativas se basaban en tres métodos fundamentales. Uno de ellos era el hidroterápico porque utilizaban el agua. Tenían un modo de vida higiénico que formaba parte de su cultura; por ejemplo, todos los días al salir el sol estos primitivos habitantes se bañaban en los ríos o playas cercanas. Las madres, al parir a sus hijos, los bañaban de inmediato, no sólo con el fin de limpiarlos, sino para que su piel se endureciese. Utilizaban el método sugestivo porque atribuían la enfermedad a castigos divinos y, como parte de la terapéutica, desarrollaban ritos o bailes.

Otro método era el evacuante y lo tenían en cuenta para el mal de estómago y los cólicos, para los que utilizaban como purgante guayaba madura, hierba santa, manzanillo, piña, bejuco y cajioba, entre otras plantas.(3,13)

Estos primeros habitantes se preocupaban por la atención a las parturientas, pues practicaban la cesárea y usaban la cebadilla y la xutola en los partos. Trataban la anemia, a la que llamaban hipa, que quería decir en lengua indígena "palidez del doliente", aunque nombraban igual a todas las enfermedades que entre ellos cursaban con íctero; los dolores de cabeza y de diente. Los siboneyes y en general todos los indocubanos temían mucho a la fiebre, a la que llamaban secon, y aislaban a los enfermos por temor al contagio. Los sacaban de la aldea y los llevaban al monte, los aprovisionaban de agua y comida y los dejaban solos, aunque alguien se ocupaba de visitarlos y lavarlos con cierta frecuencia. (13)

Para tratar la hidropesía utilizaban el aceite de higuerilla, lo que se conoce como aceite de ricino o palma cristi, que también les servía para aliviarse males digestivos. También lo empleaban para tratar las articulaciones inflamadas o contusas y para curar los granos o barros que salían en el rostro de las mujeres, y que eran muy repulsivos para los aborígenes cubanos.

Recomendaban la piña para restaurar el apetito y confortar el corazón. Con la verbena se desparasitaban y con la güira deshacían la equímosis. Con el aceite de guaconax restauraban las fracturas y contenían las hemorragias. Se preocupaban mucho por los insectos y ahuyentaban las cucarachas con humo de curi. Creían que el agua de jagua fortalecía las piernas cansadas y aliviaba las várices, y empleaban el guacuma como reconstituyente para engordar. (14)

En cirugía, realizaban la extracción de los ojos y la castración; reducían fracturas; hacían pequeñas sangrías y también utilizaban otras técnicas quirúrgicas con el empleo de cáusticos. Llegaron incluso a enseñar a los españoles a defenderse de la picadura de los murciélagos, con un procedimiento que consistía en poner en la mordedura "tantos rescoldos de brasas como se pudiera resistir y lavarla con agua caliente". Utilizaban extractos de plantas por sus propiedades narcóticas, que aún estaban por descubrirse en aquel momento, para evitar el dolor de muela, la fiebre alta y el dolor de cabeza, y el almácigo y el tabaco en reumas y dismenorreas. (5,6)

Los primitivos aborígenes cubanos tampoco estaban del todo desprovistos de conocimientos elementales de medidas higiénico-sanitarias, pues tenían en cuenta el aseo de manera frecuente y como medida preventiva aislaban a los enfermos contagiosos. (3,9)

La historia de la Medicina en la Colonia

La medicina traída por los médicos de la Conquista se sustentaba en la Filosofía escolástica basada en las obras de Hipócrates, Galeno, Rhazes, Avicena y otros. Todos se encontraban bajo el influjo de la teoría humoral, segúo n la cual el cuerpo contiene cuatro humores: sangre, linfa, bilis y atrabilis. La mayoría de los médicos procedía fundamentalmente de la Universidad de Salamanca, aunque también venían de las Universidades de Alcalá, Sevilla y Barcelona. Los estudios médicos se caracterizaban por un aprendizaje anatómico deficiente y una carencia casi total de prácticas de cirugía y no se vinculaban de forma práctica junto al enfermo. Casi todos los médicos se graduaban de licenciados y bachilleres en Medicina. La mayoría de ellos eran cirujanos latinos y romancistas y pocos alcanzaban el título de médico o de médico-cirujano. Aún en el siglo XVII, la Medicina estaba en manos de herbolarios, algebristas, barberos, flebotomianos, dentistas, comadronas y boticarios. (3, 4,6)

Junto a la medicina aborigen y a la que trajeron los españoles, hubo también en Cuba influencia de la medicina ejercida por los africanos y los chinos. La medicina de origen africana era de carácter sugestivo, llena de misticismo y basaba su terapéutica en las propiedades curativas de plantas que conforman la flora cubana. Por otra parte, aunque la medicina de origen chino no halló semejanzas en la flora de la Isla, los medicamentos preparados por ellos, fueron muy utilizados. (4,6)

A falta de instituciones médicas, fue el Cabildo el encargado de realizar las acciones de salud pública que no estaban reguladas por legislación alguna. El Cabildo o Ayuntamiento era una estructura primaria de gobierno traída por Diego Velázquez y establecida por los conquistadores en las villas fundadas. Lo integraban tres vecinos, llamados Regidores o Concejales y aunque no hay evidencias de indicaciones específicas en las Actas Capitulares acerca de funciones del Cabildo relacionadas con la salud pública, se conoce que, por acuerdos de sus Regidores, realizaba acciones que beneficiaban a todos los asentamientos poblacionales desde el punto de vista sanitario. Estas acciones de salud se fueron implementando en la medida en que aparecían las diferentes necesidades del pueblo y el momento. (3,7)

Se autorizaba el cultivo de plantas medicinales, se adoptaban medidas higiénico-sanitarias frente a las epidemias, se aplicaba control a los barcos sospechosos de traer enfermos contagiosos, se inspeccionaban las farmacias y también se ayudaba económicamente a los enfermos que contraían enfermedades causadas por epidemias.

La Iglesia católica administraba las acciones de salud conjuntamente con el Cabildo. Las órdenes religiosas establecidas en Cuba se ocuparon por siglos de cuidar a los enfermos, llevar registros de los nacimientos y las muertes, hacer enterramientos en las iglesias, adoptar medidas ante las epidemias y administrar lo relativo a medicamentos y al cultivo de plantas medicinales.(4,7)

El ambiente epidemiológico de la Isla durante los siglos XVI al XIX fue muy virulento. Las poblaciones fueron víctimas de frecuentes epidemias de viruela, lepra, tuberculosis y fiebre amarilla que causaron muchas muertes en aquel entonces. Las funciones realizadas por el Cabildo y la iglesia en alguna medida vinculadas a la salud pública y la Medicina, fueron asumidas más tarde por el Protomedicato. (3,8)

El Real Tribunal del Protomedicato fue una institución encargada de legalizar el ejercicio médico en España y sus colonias. Profesaba tres funciones específicas de carácter didáctico, correctivo y económico: Didáctico, porque controlaba la dirección de la enseñanza y los demás asuntos relativos a la Medicina y la Farmacia; correctivo porque administraba justicia, castigaba las faltas y excesos cometidos por los facultativos, y perseguía el curanderismo, y económico porque fijaba aranceles en las visitas a las boticas y en los exámenes. (7)

En 1846 Vereda nueva contaba entre otras instalaciones con una botica al igual que San Luis de Ceiba del Agua además de la iglesia. (13)

Medicina en las guerras

El 10 de Octubre de 1868, adelantándose a la fecha acordada, Carlos Manuel de Céspedes y numerosos patriotas orientales se lanzan a la manigua. En Camagüey se produce el levantamiento el 4 de noviembre en las Clavellinas, mientras que en Las Villas se levantan en armas el 7 de febrero de 1869.

En Occidente, el centro de las actividades políticas fue la Habana. Una mayoría hacendada criolla negociaba con España en busca de reformas, sin embargo a partir de Octubre de 1868 algunos exreformistas pasaron a las filas del independentismo, muchos emigraron y comenzaron a reunir fondos para fomentar expediciones que trajeran hombres y armas. Por otra parte un grupo de jóvenes revolucionarios capitalinos trabajar en secreto por la insurrección. Después de la sorpresa del levantamiento, el Capitán General Lersundi pidió refuerzos a la metrópoli. El 17 de Octubre ordenaba la salida hacia Manzanillo de un escuadrón de 100 caballos de Regimiento de la Reina. (3, 4,9)

Dentro de la guerra los hospitales de sangre del ejército libertador, tanto en la guerra de 1868, como en la de 1895, estaban enclavados en lugares intrincados del monte o la sierra. Los enfermeros que atendían en esos hospitales tenían diversos orígenes, pues podían ser estudiantes de Medicina que abandonaron las aulas para cumplir su deber con la patria, simples barberos, quienes poseían conocimientos generales en el cuidado de enfermos, y mujeres (esposas, hijas y hermanas de los combatientes), incluso algunas de ellas eran profesionales. La mujer cubana tuvo un papel fundamental en las guerras de independencia. Muchas de ellas participaron de manera activa como enfermeras y administraron los hospitales de sangre e incluso, si el hospital era atacado por fuerzas enemigas, combinaban las labores de enfermería con el manejo de las armas para defender a los enfermos y heridos. (3, 4,10)

En 1897, en medio de la llamada "guerra necesaria", el General Eugenio Molinet Amorós, médico y Jefe de la sanidad militar del ejército libertador, redactó una sencilla cartilla sobre aplicación de medicamentos y realización de curas, que fue de gran utilidad a la sanidad militar mambisa y constituyó un manual para el aprendizaje y guía de los campesinos que cuidaban enfermos y heridos.

Después de 1895, al comienzo de la "guerra necesaria", el sistema de salud en Cuba estaba profundamente debilitado, muchos médicos cubanos emigraron y otros se integraron a las fuerzas mambisas. La reconcentración de Weyler aumentó a cifras incalculables la mortalidad por enfermedades infecciosas. En Caimito se utilizó para la reconcentración de Weyler la finca Caballero, donde estuvo el jardín "La Dalia"; de todos los rumbos llegaban familias con sus miserables pertenencias, eran hacinados en barracones y barracas nauseabundos. Las principales causas de muerte fueron disentería, enteritis diversas, fiebre amarilla, paludismo, fiebre tifoidea y viruela. La población más afectada fue la infantil. En 1897, las Juntas de Sanidad y Beneficencia quedaron tan desorganizadas que eran prácticamente inexistentes; los hospitales de caridad quedaron sin recursos; la sanidad militar española también quedó prácticamente paralizada. (4,10)

Para ese entonces, habían fallecido más de 11 000 soldados españoles, fundamentalmente por causa de la fiebre amarilla y la tuberculosis pulmonar. Algunos historiadores plantean que en el país fallecieron alrededor de 300 000 personas como consecuencia directa o indirecta de la reconcentración y la guerra.

Historia de la Medicina en la Neocolonia

La primera ocupación norteamericana en Cuba ocurre el 1ro de enero de 1899. A partir de este momento, se comenzó a desarrollar, en la esfera de la salud pública, una sucesión de acontecimientos que fueron también el resultado del intervencionismo político y el control sanitario que comenzaban a ejercer los mandos militares norteamericanos establecidos en el país. (3, 4,13)

Nuestro comandante Fidel Castro Ruz en la historia me absolverá expuso la situación precaria que vivía el país en materia de salud en esos tiempos como por ejemplo: la mortalidad infantil superior a 60 niños fallecidos por cada 1000 nacidos vivos, la esperanza de vida no rebasaba los 55años de edad, el 90% de los niños del campo estaban siendo devorados por parásitos, los hospitales del estado eran inaccesibles, existía un médico por cada 1000 habitantes pero solo se concentraban en la Habana, entre otros.(15)

En Caimito solo había médicos particulares, teniendo que pagar altísimos precios por la atención. A las embarazadas no se les consideraba, los partos eran asistidos por comadronas y el índice de mortalidad infantil era elevadísimo. En 1959 existía una casa de Socorro y un establecimiento de ONDI en Ceiba. Había una gran escasez de facultativos. (10,11)

Es válido resaltar las personalidades en el campo de la medicina de nuestra localidad en este período: el doctor José Ramón Acosta Sariego nacido en Caimito el 22 de enero de 1954, doctor Didio Álvarez Camejo nacido en Caimito el 9 de octubre de 1924 murió en Bauta el 27 de noviembre 2001, Antonio Collera Rodríguez nacido en Caimito el 8 de octubre de 1953. (10,16)

Idiosincrasia curativa en Caimito

Hace tantos años atrás que no podemos ni llegar a definirlo, la medicina se basaba en rezos y curaciones con lo que la naturaleza nos ofrecía y no pensemos nada más en plantas, cenizas, palos, frutas, sino también hasta en animales, muchos de ellos eran seguidos de cantos y rezos, donde se unían gran parte de los interesados para su ejecución, así se lograba salvar a un enfermo grave, alargarle la vida a personas que padecían de largas enfermedades y en algunos casos fallecían sin lograr encontrar las verdaderas causas o sanaban milagrosamente; es por ello que se ha ido trasladando de generación en generación muchas de estas costumbres que llegan hasta hoy.

En los campos era costumbre para la cura de una quemadura o hernia inguinal que la madre llevara al enfermo junto a una mata de almacigo y colocándole la planta del píe izquierdo sobre el tronco, marcara y sacara la corteza de ese árbol para clavarla en cruz y rezar con mucho fervor un padre nuestro. Los creyentes aseguraban que al cicatrizar la herida del árbol también cerraba la del infante. (17)

Personas con orzuelos los cuales afirmaban padecerlo porque se le había negado un pedido a una mujer embarazada y para remediarse tomaban un puñado de sal y lo esparcían corriendo mientras decían: ¨ Orzuelo trae y orzuelo vendo, aquí lo dejo y salgo corriendo. ¨ Como es natural el orzuelo sanaba cuando le llegaba su tiempo.

Existían personas que padecían de asma y andaban siempre jugando y revolcándose con un perro chino pues aseguraban era una medicina eficaz para ese tipo de padecimiento. Algunos guardaban en el bolsillo una papa seca y arrugada contra el reuma. Otros llevaban siempre puesto en el dedo un anillo de acero para curar el ¨ aire ¨ y la neuralgia. Inclusive algunas personas ponían los zapatos en cruz a la hora de acostarse para evitar el insomnio y las pesadillas.

Según el comentario popular se curaba pasándole por encima al enfermo una persona jimagua. (17)

En una oportunidad el viejo José Leal, trabajador de la tabaquería de Máximo Blanco, se fue a incorporar terminando su labor y se encontró con que debía seguir doblado por un dolor de cintura horrible.

Así doblado lo llevaron para la casa y lo acostaron. Sus amigos fueron a visitarlo y le sugirieron el pase de un jimagua por encima, para su curación rápida. Dulce María, su compañera de trabajo, además de sus doscientas libras de peso, también era jimagua.

Planteado el problema se arregló la curación para el otro día. No dejaron entrar hombres al cuarto y una mujer tomó a Dulce María por los hombros y la otra por los pies para pasarla sobre el enfermo.

Las manos de una de ellas fallaron y la pesada mujer con sus libras de más cayó como plomo sobre el viejo, el cual empezó a dar unos gritos que partían el alma. Al final el pobre José Leal se curó, pero con un linimento y las frotaciones recetadas por el médico, que obraron maravillas. (3,17)

Es válido señalar que la fruta del Caimito, que da nombre a nuestro pueblo es altamente medicinal. Se le conoce por los nombres de: Luminancia, cauje, temate, abiu, abi, abio o abieiro. Por ejemplo, en Brasil usan la pulpa para aliviar la tos y la bronquitis, con preparados a partir de ella. Las hojas del caimito también tienen propiedades, y si se toman en infusión son un buen aliado para combatir la diabetes y el reumatismo articular. El látex característico de la parte que recubre el fruto suele utilizarse como un potente anti-vermes.

El Caimito es una fruta tropical bastante fácil de conseguir en América Latina, y entre sus propiedades posee cientos de nutrientes para estar sanos: por ejemplo, altas dosis de calcio y fósforo, pero también de uno de los aminoácidos fundamentales para los humanos, la lisina. Esto hace que sea recomendable su consumo por adultos, pero también es especialmente aconsejable para los niños. (18)

Conclusiones

  • La medicina de los aborígenes cubanos se ejercía por los behiques, sus prácticas curativas se basaban en tres métodos fundamentales: el hidroterápico, método sugestivo y el evacuante.

  • La medicina traída por los médicos de la Conquista se sustentaba en la Filosofía escolástica, la Iglesia católica administraba las acciones de salud conjuntamente con el Cabildo.

  • En Caimito en la neocolonia solo habían médicos particulares, teniendo que pagar altísimos precios por la atención. Los partos eran asistidos por comadronas y el índice de mortalidad infantil era elevadísimo.

Referencias Bibliográficas

  • 1. Chen M., Andersen R., Barnes D. Comparing Oral Health Care Systems. A second international collaborative study WHO/Center for health administration studies, The University of Chicago. Génova, 2011.

  • 2. Colectivo de autores. Manual Merck décima edición. Editorial Científico Técnica, 2011.

  • 3. Cordiés L, Jesús M. Caimito: resumen histórico-biográfico de una localidad. ?rtemisa, 2000.

  • 4. Barroso F: "Del viejo Caimito". En: Capdevila. (19) 211,1961. Página 2.

  • 5. Martínez A, Torres A, Gelpi Leyva A, Dávila R. El desarrollo de la medicina en Cuba entre los siglos XVI y XVII. Rev Hum Med [serial on line] 2004 Sep – Dic 4 (3).

  • 6. García D. Desarrollo histórico de la salud pública en Cuba. Revista Cubana de Salud Publica [seriada en línea] 1998; 24(2):110-118. http://bvs.sld.cu/revistas/spu/vol24_2_98/spu07298.htm.

  • 7. Aguiar G, Matilde B. Aproximación a la historia de la medicina en Cuba. La colonia. Revista habanera ciencias médicas v.9 n.2 Ciudad de La Habana abr.-jun. 2010.

  • 8. García-Roco Pérez O, Méndez Martínez MJ. Breve historia de la cirugía bucal y maxilofacial". Rev. Humanidades Médicas [seriada en línea] 2002 enero-abril; 2(4). Disponible en: http://checsa.cmw.sld.cu/publi/rev/numeros/2002/n4/art03.htm

  • 9. López Sánchez J. Cuba. Medicina y Civilización: siglos XVII y XVIII. La Habana: Editorial Científico Técnica; 1997, p. 9.

  • 10. García D. Etapa de Agudización de la crisis del sistema neocolonial y guerra de liberación nacional en Caimito, Editorial Educación, 2000

  • 11. López Sánchez J. Cuba. Medicina y Civilización: siglos XVII y XVIII. La Habana; Editorial Científico Técnica; 1997, p. 235.

  • 12. Villaverde M. Historia de la Medicina en Cuba. X Congreso Internacional de Historia de la Medicina. Libro de Actas. Madrid [s.n.]; 1935, p. 93, t.1. Fasc.1.

  • 13. Villaverde M. La Medicina en Cuba hasta la República. En: Atenero de La Habana. "Cursillo de Historia de la Medicina". La Habana: Editorial Selecta, 1944. p. 325-352.

  • 14. Multanovsky MP. Historia de la Medicina. La Habana: Academia de Ciencias de Cuba, 1967.

  • 15. Gonzalo F, Enríquez O. Talleres de Historia de Cuba. Editorial Ciencias Médicas. La Habana, 2007.

  • 16. Acta de la Asamblea Municipal del Comité Ejecutivo del Partido Revolucionario Cubano (Auténtico).2 de Octubre de 1958.

  • 17. Vázquez M. Idiosincrasia curativa en Caimito. Editorial Ciencias Médicas. Artemisa, 2012.

  • 18. Torres C. Para qué sirve el Caimito, 2015.Disponible en: http//otramedicina.imujer.com/files/para-que-sirve-el-xaimito-jpg.

 

Autores:

Dra Anais Susel Fernández Carrero*,

Dra Lázara Carrero Milán**,

Iris Fernández Carrero***.

*Residente de 2do año de Estomatología General e Integral.

**Especialista en Estomatología General e Integral, Máster en Urgencias Estomatológicas.

***Estudiante de 1er año de Medicina.

Fecha de realización: 02 de enero del 2016.

Revisión Bibliográfica.

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter