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Ingeniería y medio ambiente



  1. Introducción
  2. Problemática y soluciones integradas
  3. Epílogo
  4. Referencias

La educación en ingeniería ambiental puede desarrollarse según varias formas más o menos definidas: ya sea con programas separados, en conjunción con otros grados ingenieriles, o bien embebida transversalmente en estos últimos. Por el momento, solo las dos primeras opciones han sido utilizadas, en una mayor o menor medida, con sus ventajas y limitaciones tanto de carácter académico como de percepción de los alumnos o el mercado de trabajo. En el tercer caso, el énfasis está en añadir el componente ambiental al curriculum del ingeniero, independientemente de su especialidad (aunque existen ramas donde ello es más relevante, e.g. la industria química); el asunto crucial resulta entonces trasladar los conceptos abstractos relativos a los paradigmas ambientales, en actividades concretas que tengan significado para los estudiantes de ingeniería. Esta ponencia discute las distintas aproximaciones, aun cuando la identificación del modelo óptimo solo pudiera ser realista en el contexto de los distintos sistemas universitarios y culturas profesionales o sociales; y aunque estas se basan, sobre todo, en experiencias nor-occidentales, creemos que son igualmente valiosas en otros contextos, como es en particular el Iberoamericano.

1. Introducción.

Se ha definido la Ingeniería como "aquella profesión en que los conocimientos de las ciencias matemáticas y naturales, obtenidos por medio del estudio y la práctica, son aplicados con el debido juicio al desarrollo de las vías de utilización económica de los materiales y las fuerzas de la naturaleza, con el propósito último del beneficio de la especie humana" (ABET, 1986). Por otro lado, la Ingeniería es una profesión diversificada, que se ha venido estructurando en diferentes ramas o especialidades, tales como la Civil, Mecánica, Eléctrica, Química y otras, además de nuevas subdivisiones o áreas emergentes.

El área de la "Ingeniería Ambiental" constituye uno de los campos en desarrollo -en respuesta a las cada vez mayores presiones antrópicas sobre el medio-, que se ha definido como "la aplicación de los principios ingenieriles a la gestión del medio ambiente, para la protección de los ecosistemas, de la salud humana, y para la mejora de la calidad de vida" (AAEE, 1998).

Considerada tradicionalmente como un apéndice de la ingeniería sanitaria, esta disciplina ha venido creciendo para incluir los diversos aspectos, tanto de los medios físico como humano, produciendo un solapamiento con las áreas clásicas de las que en buena medida deriva [1]. En los últimos años, se aprecian también cambios hacia una aproximación más "holistica", que tenga en cuenta no solo la técnica ambiental convencional (controles adicionales), sino sobre todo la minimización en origen y la recuperación, los ciclos de vida e impactos multimedia, y los nuevos paradigmas de la sostenibilidad [2].

Respecto a los curricula, existen variaciones que reflejan su procedencia de distintas carreras establecidas (e.g. las ingenierías civiles, químicas y agroforestales), o los diferentes enfoques con que pretenden abordarse las necesidades educativas ambientales. Así, existen programas específicos en "ciencia o ingeniería ambiental" (de grado y/o 2º ciclo), "intensificaciones" como parte de otras titulaciones (científicas o técnicas), y actuaciones diversas para "ambientalizar" las materias y los planes de estudio. Además de la estructura, existen diferencias significativas de contenidos y filosofía educativa (donde ciertas metodologías pedagógicas, como p.ej. la de proyectos, son particularmente relevantes para la ingeniería ambiental).

Es difícil encontrar un consenso para el curriculum del ingeniero ambiental: el modo de reunir materias como las matemáticas, las ciencias naturales y el diseño (químico, mecánico, etc), que posibiliten las competencias técnicas, junto a otras que promuevan habilidades de tipo no ingenieril, son cuestiones que permanecen abiertas. Por no hablar de su alcance desde el punto de vista de las problemáticas de escala (perspectivas global, regional o local), o los intereses de los distintos actores en juego (empresas, administraciones, etc).

Un buen ingeniero ambiental tiende a caracterizarse por sus conocimientos técnicos, dotes comunicativas e interdisciplinariedad; para ello, no solo son necesarias destrezas en el análisis y diseño de los procesos ambientales e infraestructuras físicas, sino también una comprensión de las implicaciones de estos temas en las sociedades actuales y futuras en su conjunto [3].

Pero el caso es que, por el momento, no son comunes los programas de grado especializados en ingeniería ambiental (separados), al considerarse quizá más eficaz un fundamento sólido en alguna de las ingenierías establecidas, como requisito para incorporar los contenidos de tipo ambiental (durante las mismas o en postgrados específicos). En muchos casos, los planes de ingeniería ambiental atraen a buen número de estudiantes, aunque ello no sea siempre reflejo de una situación igual de propicia en el mercado de trabajo. No en vano, ha llegado también a definirse un buen ingeniero ambiental como "aquel que conoce sus limitaciones y es capaz de buscar la ayuda de otros expertos". Quizá en las administraciones o consultorías sea de mucha utilidad un perfil profesional de carácter generalista, pero los sectores productivos tienden a emplear otros ingenieros con una especialización ambiental.

En los E.U.A., los títulos de "ingeniero ambiental" se encuentran mejor establecidos, como líderes de equipos multidisciplinares que deben enfrentar problemas ambientales específicos. En Europa y Asia, la situación es muy diversa, con una mayor tendencia hacia la integración en otras disciplinas ingenieriles (e.g. la química y civil), mediante subprogramas curriculares de orientación ambiental (que tendrían ventajas competitivas con los graduados tradicionales); téngase en cuenta que estas ramas son las ingenierías más enraizadas con el medio ambiente, no solo debido al impacto de sus actividades, sino por proporcionar soluciones a un conjunto de otras problemáticas ambientales.

Junto a las dos opciones anteriores, algunas universidades vienen planteando el abandono de los departamentos de ingeniería ambiental establecidos, para reforzar las materias científico-técnicas tradicionales con un significativo componente medioambiental; según este modelo, un alumno estaría expuesto durante sus estudios, p.ej. en ingeniería química, a los tópicos más relevantes que le permitieran visualizar las tareas ingenieriles desde una perspectiva ambiental (el objetivo sería una educación holística, que integrara los aspectos ambientales importantes dentro de las disciplinas convencionales).

Esta ponencia trata fundamentalmente de revisar algunos esfuerzos que vienen realizándose para reorientar la educación de los ingenieros, en el sentido de promover los paradigmas del medio ambiente y la sostenibilidad como componentes esenciales del curricula. No parece que se carezca de la experiencia tanto en las tecnologías ambientales como convencionales; lo que si se hecha más en falta es una aproximación holística a la ingeniería, que incorpore el medio ambiente en el núcleo principal del pensamiento y las aplicaciones tecnológicas [4,5].

2. Problemática y soluciones integradas.

Nuestra propuesta de educación ambiental integrada tiene como característica que no requiere prácticamente nuevos contenidos específicos, ni constituye materia separada en el curriculum (a lo sumo unos pocos aspectos básicos, que pueden relacionarse con otros perfiles blandos de la ingeniería, como son los temas de seguridad, salud y calidad). El punto clave es que cabe utilizar el potencial de la ingeniería convencional para resolver problemas, solo que modulado por las nuevas restricciones. Por medio de la metodología de proyectos (estudio de casos), los paradigmas se hacen herramientas, destrezas, y finalmente soluciones integradas al problema (que consideramos la vía más apropiada y efectiva, para el propósito del modelo propuesto); esta aproximación resulta muy adecuada, en la medida que integra el estudio completo de la ingeniería alrededor de ejemplos concretos.

2.1 Paradigmas de la educación ambiental.

Pueden identificarse una serie de conceptos paradigmáticos, que son básicamente comunes a la gestión ambiental en todas las ingenierías, independientemente de su orientación y alcance. En primer lugar, una comprensión de los impactos y la sensibilidad afectiva hacia ellos, que facilite actitudes responsables respecto a los problemas que los procesos técnicos, y con ellos todos nosotros, crean sobre el medio natural y las sociedades humanas (este elemento debería constituir una parte pequeña -aunque relevante- del curriculum). Adicionalmente, un elemento mayor, basado en el conocimiento científico-técnico (de análisis, síntesis e integración), para identificar y evaluar los problemas ambientales concretos y, sobre todo, proponer, seleccionar e implementar soluciones, que provea métodos para comprender las problemáticas y abordar su mitigación a través del diseño de los procesos o los productos.

El asunto crucial, en la práctica, es convertir las ideas abstractas en actividades concretas y significativas para los alumnos (i.e. estrategias `genéricas´ de gestión ambiental en problemas definidos que pongan en juego las `ciencias de la ingeniería´). Se trata de combinar el análisis de los problemas y las soluciones integradas, con la idea básica de trabajar preventivamente, y el uso de proyectos o estudio de casos (que conecten la teoría con las prácticas industriales). Para ello, se destacan varios conceptos que actuarían a modo de hilo conductor del programa: jerarquías de minimización, aproximación multimedia, ciclos de vida, y extensiones al nivel social (tabla 1).

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Tabla 1: Resumen de conceptos de la ingeniería ambiental y su relevancia con los nuevos paradigmas

2.1.1 Minimización y multimedia.

Estos conceptos básicos hacen uso de las opciones de minimización en un orden descendente de preferencia (para reducir los residuos en los niveles superiores de la jerarquía de gestión), junto a una aproximación multimedia, que tiene en cuenta el medio ambiente como un todo, para evitar en lo posible cualquier transferencia entre sus distintos compartimentos (fig. 1).

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Fig. 1 : Tetraedro de polución multimedia y jerarquía de minimización, donde todos los compartimentos

ambientales están conectados y se requieren aproximaciones integradas de prevención y control

Las alternativas para la reducción de las emisiones siguen una cadena desde la demanda a la producción, de acuerdo con los diferentes niveles sinérgicos de la jerarquía: las necesidades de productos pueden ser disminuidas, los productos deben revisarse -ecodiseño- para limitar sus impactos de producción y uso (volumen, energía y tóxicos), las producciones podrían ser reestructuradas para optimizar los procesos por integración (simbiosis industrial), y por último los procesos individuales serían rediseñados para minimizar los intercambios ambientales y esfuerzos de tratamiento (producción, intensificación y tecnologías limpias); con herramientas cada vez más enraizadas en la ciencia y la ingeniería (de simulación, pinch, rutas y materiales sustitutivos, etc), que pueden obtenerse fácil y gratuitamente de la web [*].

2.1.2 Ciclos de vida.

Los Análisis de Ciclo de Vida (ACV) proporcionan una visión y comprensión completas de los temas medioambientales, por lo que constituyen una herramienta muy valiosa en nuestra perspectiva holística (sistemas industriales extendidos, junto a fases de evaluación y mejoras).

En cuanto a la primera etapa, los inventarios de ciclo de vida -ecobalances- pueden exponerse al mismo nivel de fundamentos de la ingeniería con los que se abordan los balances de masa y energía, seguidos de la evaluación de impactos, con un planteamiento más cualitativo (fig. 2); utilizando sistemas y factores reales, resulta una tarea bastante simple a la vez que sugestiva (asignación, normalización de datos, clasificación, caracterización y valoración de impactos).

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Fig. 2 : Inventario del ciclo de vida (LCI) y evaluación de impactos ambientales (EIA)

2.2 Estrategias para el medio ambiente y la sostenibilidad.

La última etapa (recomendaciones y mejoras), está directamente relacionada con la ingeniería. Sobre la base de la jerarquía de minimización, se consideran en primer lugar aproximaciones integrales, que pueden discutirse fácilmente desde el punto de vista del proceso. En la cúspide de la pirámide se halla un tipo de tecnología que, a través de su diseño básico u operación, sea inherentemente eficiente (recursos,energía), limpia (contaminación) y segura (mínimo riesgo); y son las soluciones a través del diseño las que constituyen el corazón de la ingeniería, por lo que es posible conectar el resto del curriculum, i.e. termodinámica, fenómenos de transporte, equipos, etc., con la solución de los problemas ecológicos: la relación de la seguridad, la salud y el medio ambiente con el diseño ingenieril.

Adicionalmente, se incluiría una pequeña sistematización de técnicas de control (end-of-pipe), junto a la selección de los mejores procedimientos que definen los límites de emisión (ya que pocos sistemas -si alguno- resultan totalmente limpios o seguros); una de las competencias de aprendizaje más crítica es la elección entre alternativas, donde deben considerarse los cambios en origen (front-of-pipe) vs costes competitivos del tratamiento, para proponer la mejor opción. Los vertidos y su limpieza representan el último resorte de la gestión ambiental; por razones obvias no merecen mucha atención en nuestro contexto.

2.2.1 Procesos y productos más limpios.

Desde el punto de vista de la oferta (producción), tanto las problemáticas de recursos como de residuos tienen en último término su origen en el rendimiento de los procesos ((100%); por ello, los conceptos de "prevención de la contaminación" (P2) o "producción más-limpia" (CP) juegan el papel esencial en la parte técnica de las soluciones (ingeniería). Estas alternativas se refieren al uso de materiales, procesos o prácticas operativas para reducir la contaminación en origen, mediante acciones específicas en las empresas individuales; en una escala más amplia, la "ecología industrial" (IE) estudia las interacciones entre sistemas industriales y ecológicos, con el fin principal de modificar su naturaleza lineal (materias primas, productos y residuos) en otra más cíclica (integrando procesos y subproductos como nuevos materiales de entrada).

En cuanto a la "ingeniería del producto" (DfE), abarcaría estrategias innovadoras en diferentes extensiones del ecodiseño; en orden jerárquico creciente, y tomando como ejemplo el caso del automóvil, podríamos citar: la mejora de los productos (motores eficientes, catalizadores), su rediseño completo (peso, diversidad y desmontaje de materiales), las alternativas funcionales (vehículos híbridos, necesidades de transporte) y, finalmente, las infraestructuras sostenibles (replanteando el concepto de movilidad en su conjunto). Puede decirse que trata de estrategias sistémicas hacia productos sostenibles, basadas en aproximaciones de ciclo de vida y `design for X´ (donde X representa, en nuestro caso, una consideración finalista de diseño ecológico); se fundamentan en un análisis crítico de las soluciones actuales, las necesidades subyacentes, el modo en que son cubiertas, y el desarrollo de conceptos para el eco-diseño e innovación.

En una escala intermedia cabe situar los llamados "sistemas producto-servicio" o "tutela del producto", que están enfocados a un comportamiento de consumo sostenible, proporcionando satisfacción a las necesidades del cliente por medio de la integración de productos y servicios; un caso serían las pinturas, donde la base del negocio fuese el volumen de objetos pintados en lugar de la venta del producto físico, logrando una reducción neta del uso e impactos durante el ciclo de vida gracias a la desmaterialización, la intensificación de la aplicación, la extensión de la vida útil, el ecodiseño, y, en general, el desempeño alternativo de la función (AFF).

La industria tradicional funciona, esquemáticamente, con una entrada de energía y materiales, procesos de transformación, y salidas de productos y de residuos. En los años 70, empiezan a intervenir las tecnologías de la información, que logran optimizar y automatizar los procesos. En los 80 y 90, las preocupación ambiental obliga a replantearse todo el sistema, para llegar al mínimo de emisiones, mediante cambios en los procesos, reciclado y perfil de los productos. Esto supone la entrada de los ingenieros en áreas nuevas, que van de la mesoescala (equipos), hasta la micro (átomos) y la megaescala (plantas, grandes sistemas y problemas planetarios). Las perspectivas más relevantes, corresponden sobre todo al campo de la ingeniería química, que llevaría camino con ello de situarse en el centro de la resolútica ambiental (tabla 2), sin dejar de citar las contribuciones a la prevención de muchas otras: p.ej. la fijación vegetal del nitrógeno, liberación controlada o residuos orgánicos para reducir el uso de abonos químicos, las especies resistentes a las plagas, los procesos biológicos de descontaminación, la energía y los combustibles limpios, o la reutilización de los materiales secundarios, que se llevan a cabo en departamentos e institutos de la Universidad Politécnica de Madrid.

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Tabla 2: Prospectiva de opciones prioritarias para la producción más limpia en la industria química, de acuerdo

a sus potenciales ecológico, económico y tecnológico (ranking:1-36) [J.Clean.Prod. 11, 347-56 (2003)]

2.2.2 Ingeniería, medio ambiente y sociedad.

Una aproximación holística requiere la consideración de métodos y conceptos filosóficos, que se encuentran en lo que podríamos llamar el lado social de la ingeniería, y que reconozca que la técnica -por si sola- no es suficiente para enfrentar decisivamente los problemas globales.

El último siglo ha supuesto avances fenomenales en la ciencia y tecnología, aún no paralelos a una globalización del estado de bienestar, la eficiencia de la economía, los derechos humanos o la democracia. Junto a ello, se constata un incremento exponencial del uso de los recursos y la emisión de contaminantes, pérdida de hábitats y biodiversidad, aumento de desigualdades, patologías sociales, conflictos armados, y una explosión demográfica sin precedentes.

Al comienzo del nuevo milenio la humanidad dispone de grandes oportunidades, a la vez que se enfrenta a problemas colosales, de modo que ya no solo se habla en términos de seguridad, salud o medio ambiente, sino también de "sostenibilidad". Antaño, los riesgos en nombre del progreso se limitaban a accidentes localizados (e.g. calderas), mientras han ido aumentando tanto su escala temporal (salud ocupacional), como espacial o biológica (el medio ambiente). El paradigma del desarrollo sostenible implica una nueva extensión -a la totalidad del planeta y sus futuras generaciones- donde la escala intelectual, en particular, cobra un papel decisivo (i.e. aspectos filosóficos e institucionales de la civilización industrial, incluyendo las normas y éticas en que se basan sus sistemas políticos, sociales y económicos) [6].

Hasta el presente, las respuestas más sustantivas han tratado de orientarse a los niveles de la producción, que descansan en aproximaciones con un fuerte componente ingenieril (como las citadas en los apartados precedentes); sin embargo, las acciones en el `complejo tecnológico´ deben balancearse de modo apropiado con cambios sociológicos, como las actitudes frente al consumo irracional o una natalidad responsable (fig. 3).

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Fig. 3: Aproximaciones técnicas y sociales al desarrollo sostenible, para mejorar la economía y la calidad de vida

con un menor consumo de recursos y contaminación ambiental (clasificación de las alternativas de reducción)

Los problemas medioambientales son sistémicos, de modo que precisan de una "aproximación sistemática", a varios niveles, que proporcione una visión holística de las conexiones entre las prácticas industriales y actividades humanas, y los haga más fáciles de identificar y resolver: los asuntos clave incluyen el uso de los recursos naturales, la salud humana y ecológica, y la equidad ambiental (tanto intra como intergeneracional), base de las métricas de sostenibilidad y los objetivos de mejora, que deben hacerse operativos con estrategias apropiadas.

Estas abarcan el análisis de los problemas (causas, efectos) y su solución (opciones, acciones), avanzando "up-the-pipe", desde la descarga hasta los procesos de fabricación, y más allá hasta las operaciones de suministro y el diseño de los productos: los sistemas que usan los recursos y producen los residuos deben ser analizados para la búsqueda de oportunidades de reducción, mediante la mejora de la eficiencia, el entrenamiento, las compras u otros (pueden emplearse métodos sistemáticos como listas de diseño, matrices de incidencia o ranking de prioridades); y estas medidas se desarrollan sobre la base de su factibilidad técnico-económica, a la vez que se expanden para incluir los ciclos de vida, la ingeniería de sistemas integrales, y los aspectos institucionales de la civilización industrial, haciendo uso de todos los medios de trabajo y de toma de decisiones disponibles (fig. 4).

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Fig. 4: Planteamiento sistémico de las estrategias para el medio ambiente y la sostenibilidad

3. Epílogo.

Aunque el concepto de desarrollo sostenible no es nuevo (se viene usando desde los 70), el mayor reto estriba ahora en su consolidación conceptual y, lo que es más significativo aún, en su progresiva implantación en términos operativos, donde la consideración sobre qué debe ser lo sostenible y cómo hacerlo perdurable de forma equitativa deben ser las claves de las nuevas estrategias de desarrollo humano. Aspectos básicos de escala, como la demografía, economía global, y pautas de producción, distribución y consumo, deben reajustarse a la capacidad del ecosistema (pues el tamaño de la población y sus estilos de vida tienen unos límites claros en un sistema cerrado como la Tierra); reconociendo que la variable más crítica en la ecuación del desarrollo sustentable es la opulencia de los países industrializados frente al subconsumo esquilmador de los pobres, y que ajustar las "necesidades" humanas supone, en primer lugar, reducir las "necedades" de las sociedades privilegiadas (empezando por desvincular desarrollo y consumo, que solo significa `crecimiento´).

Los nuevos ingenieros deben formarse para comprender los problemas de nuestras sociedades globales y establecer la contribución de la técnica en resolverlos, así como sus limitaciones. La innovación tecnológica es un elemento esencial, unida a un nuevo pensamiento y valores, que sean ecológica, económica y socialmente significativos. Los alumnos deberían aprender a reflexionar críticamente sobre los conceptos tradicionales, a la vez que se desarrollan nuevos paradigmas, basados en disciplinas funcionales, problemas y aproximaciones integradas a los cursos convencionales; esta transición requeriría, asimismo, cubrir el vacío con las ciencias sociales, culturales y económicas, ensanchando las fronteras de las ingenierías para abarcar de una forma comprensiva los conceptos globales de la sustentabilidad (que permitan una toma de decisiones tangibles, en nuestras sociedades altamente materializadas).

El propósito de esta ponencia ha sido discutir las bases conceptuales y metodológicas que ayuden a las universidades a reformar sus planes académicos, trasladando los paradigmas del desarrollo sostenible a objetivos educativos concretos. La "ambientalización" de los curricula y las buenas prácticas docentes son aspectos esenciales para los estudiantes y la profesión de los ingenieros, que tienen un papel relevante en la vía hacia la sostenibilidad: siendo creadores de los sistemas que procuran riqueza y bienestar, pero que llevan también al agotamiento de los recursos y la contaminación. La educación ingenieril a todos los niveles debe reorientarse para abarcar los nuevos paradigmas, haciendo uso de su destreza en la optimización de los sistemas técnicos existentes, pero imbuida de un nuevo sentido ético y responsabilidad. Así, la ingeniería en el contexto de la sustentabilidad es algo más que la mera ingeniería ambiental; el desarrollo sostenible representa una nueva frontera, a la vez que motor y hoja de ruta para la ingeniería, redefiniendo necesidades, productos y procesos del modo más eficiente posible.

Ciertamente que la sustentabilidad es una `propiedad holística´ (i.e. amalgama un conjunto de requerimientos, muchas veces en conflicto), pero también que los ingenieros, especialmente, suelen estar familiarizados con este tipo de dilemas, y con la necesidad de acomodar diversos elementos contradictorios durante el diseño (multicriterio). En este caso, se trata de ampliar el escenario de los juicios y las tomas de decisiones, para la prosecución simultánea de nuevos objetivos sociales, ambientales y económicos (Triple bottom line: `People, Planet and Profits´); donde solo es preciso incorporar unas pocas aunque bastante claras ideas para el manejo de las herramientas de análisis y diseño (balances, ciclos de vida e indicadores), que faciliten la medida, selección e implementación de las soluciones.

La información disponible sobre prevención de la contaminación, el diseño ambiental de los productos, los análisis de ciclo de vida y conceptos similares, constituyen la mayor colección conocida en el mundo, incluyendo fuentes de información y recursos educativos, en forma de manuales, estudio de casos, herramientas y software (US-EPA, EEA, Green Engineering, GCES, GreenPro, WAR, SWAMI, PARIS-II, EDIP, P2PAYS, CEIDOCT, P2/CP CD-ROM collection, etc) [*]. La experiencia de tecnólogos e ingenieros de diseño, junto a procedimientos formalizados de identificación y valoración de opciones, constituyen las bases de las soluciones para la mejora continua de los procesos y los productos (ecoeficiencia y ecodiseño).

Junto a las estrategias relevantes orientadas al proceso y productos individuales (tecnologías ambientales, métodos limpios con alto retorno del capital, planeamiento de la prevención y el reciclo, ecodiseño y ciclos de vida), su alcance espacio-temporal debe extenderse a los niveles sistémicos y los modelos socioeconómicos (ecología industrial, gestión, auditorías e informes de sostenibilidad, programas políticos, regulaciones y aspectos genéricos de la civilización); con una aproximación holística que abarcaría desde las escalas moleculares y buenas prácticas operativas, hasta los dispositivos contactores, items de equipo, instalaciones industriales y los sistemas productivos completos.

La disociación entre los planes de estudio mayoritariamente existentes y las nuevas demandas ambientales, así como la carencia del necesario reciclaje profesional, pueden llegar a empañar muchos esfuerzos en el ya de por sí difícil camino hacia la sostenibilidad. Por ello creemos, fundadamente, en la necesidad de formar unos nuevos profesionales -científicos, sociólogos, etc, pero sobre todo ingenieros industriales para elaboración de proyectos técnicos- que sean protagonistas del "mercado de trabajo" en la nueva "noosfera ambiental". Algo que ya vienen demandando claramente los sectores de empleo y el conjunto de la sociedad, donde cada uno debería hacerse responsable activo de su cuota parte de la problemática (y sus soluciones).

Referencias

[1] Alha, K., Holliger, C., Larsen, B.S., Purcell, P. & Rauch, W., (2000) "Environmental engineering education – summary report of the 1st European Seminar" Wat.Sci.& Tech. 41(2), 1-7.

[2] Mulder, K.F., (2002) "Engineering Education for Sustainable Development" results of the EESD conference, Delft (Holanda) – www.odo.tudelft.nl/conference/index.html, www.copernicus-campus.org/.

[3] Gutiérrez-Martín, F. & Dahab. M.F., (1998) "Issues of sustainability and pollution prevention in environmental engineering education" 1st W. Water Congress (IWA) Wat.Sci.&Tech. 38(11), 271-78.

[4] Gutiérrez-Martín, F. & Hüttenhain, S.H., (2000) "Environmental education: new paradigms and engineering syllabus" C. Quality and Techical Education Innovation, S.Sebastian (E), 4-6th September.

[5] Gutiérrez, F., Sanchiz, M.A., Hernández, M.T. & Atanes, E., (2003) "Chemical engineering: new paradigms and environmental syllabus" ECCE-4 (abstracts) y Chem.Eng.&Tech. (versión electrónica).

[6] Lemkowitz, S.M., Bibo, B.H., Lameris, G.H. & Bonet, J., (1996) "From small scale, short term to large scale, long term: integrating sustainability into engnr. education" Eur.J.Eng.Educ. 21(4), 353-86.

[*] US-EPA, ENVIRO$EN$E, Clearinghouses and NRMRL Guides for pollution prevention (www.epa.gov); The CD-ROM Collection for Pollution Prevention and Cleaner Production (www.CleanerProduction.com); Environmental design of industrial products, EDIP (frontlinien.dk); CEIDOCT (reports.eea.eu.int/TEC01).

 

 

Autor:

Fernando Gutiérrez Martín

Enviado por:

Ing.+Lic. Yunior Andrés Castillo S.

"NO A LA CULTURA DEL SECRETO, SI A LA LIBERTAD DE INFORMACION"?

Santiago de los Caballeros,

República Dominicana,

2015.

"DIOS, JUAN PABLO DUARTE Y JUAN BOSCH – POR SIEMPRE"?

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