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La narración oral de tradiciones isabelinas en maestros primarios (Cuba)




Enviado por Idania Suarez Wong



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Desarrollo
  3. Diagnóstico y/o determinación de necesidades
  4. Fundamentación y elaboración de la propuesta de actividades
  5. Conclusiones
  6. Referencias bibliográficas

Introducción

En el mundo globalizado de hoy, donde se anula la identidad de los individuos y los grupos sociales, un hecho necesario para el fortalecimiento de la sociedad es la formación del hombre como sujeto promotor de cambios sociales y, recíprocamente, como producto de su acción.

Esto es posible cuando, a escala de las naciones, se plantea como objetivo primordial el desarrollo de la conciencia de identidad cultural, sustentada en una posición ética tanto en el individuo como en la colectividad, como forma de auto reconocimiento o como expresión de su carácter, en una interrelación permanente.

Esta investigación se suscribe al criterio del Doctor Fernando Ortiz, cuando reconoce que la conciencia de identidad cultural es resultado de un largo proceso educativo, donde los valores propios de una cultura se acentúan en el entorno físico y social y en las situaciones de aprendizaje, desde las primeras edades, para propiciar en sus relaciones iniciales con los objetivos y las personas un matiz especial en la manera de experimentar sus vivencias.

Cuba es depositaria de numerosas tradiciones ligadas a nosotros mediante la unión que ha resultado el sincretismo cultural. Prueba de ello son las tradiciones y leyendas que aparecen representadas a través de diferentes manifestaciones artísticas, cuya expresión más genuina se encuentra en las localidades del país.

Un principio esencial de la política cultural en Cuba es la conservación y desarrollo de la identidad, porque constituye el fundamento de la nación y caracteriza los rasgos particulares del cubano. Por eso la cultura expresa los valores ideológicos, políticos y morales como expresión de soberanía y como instrumento de lucha para alcanzar un desarrollo superior de la conciencia social y de sí misma.

Este proceso tiene como propósito esencial la formación de valores éticos y estéticos en la personalidad, presentes en la cultura histórica y viva que permite percibir la identidad en un doble sentido, como identidad con los valores creados por el pueblo a lo largo de su existencia y, por otro, con el proyecto social de la nación.

El pueblo cubano posee un valioso patrimonio cultural, un inestimable tesoro de cultura humana que forma parte de la identidad adquirida a través de una herencia social propia de cada uno de nosotros, cada zona cubana tiene un sello distintivo, características particulares que la diferencian, en las comunidades.

Se debe estimular el conocimiento y las vivencias con relación a la historia de la localidad y del país y también respecto a la vida y obra de los hombres destacados en la ciencia, la técnica, el arte, el deporte o cualquier acción que demuestre relevantes cualidades morales; de este modo, todas las instituciones de la sociedad pueden ejercer una función educativa y propiciar conductas basadas en ellas y exteriorizadas en las relaciones interpersonales en los diferentes colectivos.

El investigador Waldo Leiva considera que el fomento de sentido de pertenencia y la defensa y preservación pasa necesariamente, por el ámbito de la comunidad. Es allí, en este espacio privilegiado donde resulta más fácilmente identificable los distintos componentes de la cultura nacional.

Preservar las peculiaridades de la cultura local, evita que la urgencia de las circunstancias obligue a cambiar el espacio de una tradición, resulta imprescindible si queremos que la riqueza de la cultura sea un sólido valladar frente al intento de desarraigo de la identidad. Para fomentarlas es necesario educar a las comunidades a los pueblos para que se nutran de ellas y sientan la necesidad de alimentarse de la cultura del pasado, esto forma parte de la política cultural de nuestro país.

Para eso una de las fuerzas decisivas de que se dispone es la escuela. Ningún poder como el de la escuela para producir en su labor, la conciencia de identidad de las nuevas generaciones, sobre la base de la tradición y la pertenencia vinculándola con la narración oral de las tradiciones isabelinas.

Esa labor hoy se consolida con el instructor de arte, como programa de la Batalla de Ideas, cuya primera misión, es precisamente, trabajar por el arraigo de la identidad y lograr que la escuela se convierta en la institución más importante de la comunidad.

Se han realizado múltiples estudios que abordan este tema, tales como Personalidad e Identidad Cultural, de la Doctora Tejeda del Prado, Cultura y Comunidad de Waldo Leiva, otras investigaciones se refieren al tema; la de Menéndez Pérez: Fiestas Populares Tradicionales, Rodríguez Vilar: Actividades para despertar el interés por el conocimiento de las tradiciones isabelinas en estudiantes de secundaria básica, Morales Lima: Promoción de la Identidad Local. Yanet González Arteaga, por su parte, investigó acerca de la narración oral teniendo como contenido las tradiciones de tajadora.

A pesar de los estudios realizados, todavía persisten insuficiencias en este sentido en el poblado de Isabela de Sagua, los maestros de la escuela primaria Rubén Martínez Villena tienen carencias en la narración oral de tradiciones isabelinas por el limitado conocimiento de las mismas y sus limitaciones en la ejecución teatral de la propia narración, por lo que se requiere de una investigación educativa que resuelva el siguiente:

PROBLEMA CIENTÍFICO:

¿Cómo promover la narración oral de tradiciones isabelinas en los maestros de la escuela primaria Rubén Martínez Villena?

Teniendo como:

OBJETO DE INVESTIGACIÓN: La Cultura Popular Tradicional

CAMPO: La narración oral de tradiciones isabelinas en los maestros de la escuela primaria Rubén Martínez Villena.

OBJETIVO GENERAL

Elaborar actividades que promuevan la narración oral de tradiciones isabelinas en maestros de la escuela primaria Rubén Martínez Villena.

PREGUNTAS CIENTÍFICAS

  • 1 ¿Cuáles son los fundamentos teóricos metodológicos que sustentan la investigación?

  • 2 ¿Cuál es el estado actual de la promoción de la narración oral de tradiciones isabelinas en maestros de la escuela primaria Rubén Martínez Villena?

  • 3 ¿Qué propuesta de actividades teatrales se necesitan para promover la narración oral de tradiciones isabelinas en maestros de la escuela primaria Rubén Martínez Villena?

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

  • 1 Determinar los fundamentos teóricos metodológicos que sustentan la investigación.

  • 2 Diagnosticar la promoción de la narración oral de tradiciones isabelinas, en maestros de la escuela primaria Rubén Martínez Villena.

  • 3 Elaborar actividades para promover la narración oral de tradiciones isabelinas en maestros de la escuela primaria Rubén Martínez Villena.

Para desarrollar la investigación y procesar la información se han utilizado diferentes métodos:

MÉTODOS TEORICOS

Histórico Lógico: Utilizado para el estudio de la narración oral y la artesanía popular tradicional en el devenir histórico.

Analítico-sintético: Utilizado para la descomposición e integración del fenómeno a investigar, descomponiéndolo en indicadores e integrándolos en la práctica, en los estados inicial y final del problema en la muestra.

Inductivo-Deductivo: Utilizado para transitar de lo particular a lo general y viceversa en la búsqueda diagnóstica y en la elaboración referidos a la promoción de la narración oral de tradiciones isabelinas en la muestra.

MÉTODOS EMPÍRICOS

Análisis de documentos: Se emplea para constatar cómo se intenciona en los diferentes documentos afines, la promoción de la narración oral de tradiciones isabelinas en los maestros primarios del grupo de estudio.

Observación participante: se utiliza para medir el estado actual del problema en el grupo de estudio, durante la actividad.

Entrevista en profundidad: es utilizada para obtener información relacionada con la promoción de la narración oral de tradiciones isabelinas en la muestra a través de los informantes claves.

GRUPO DE ESTUDIO SELECCIONADO

Conformado por el colectivo pedagógico de la escuela primaria Rubén Martínez Villena. Maestros de más de diez años de experiencia y permanencia en la escuela, que poseen profesionalidad pedagógica demostrada. Presentan carencias en la narración oral, la identificación de las tradiciones isabelinas y los recursos expresivos teatrales a utilizar en las mismas.

NOVEDAD Y APORTE

La novedad del trabajo consiste en la sistematización teórica de la narración oral en función de la identidad local, lo cual contribuye a la cultura general integral de los maestros de la muestra y el aporte práctico está dado en las actividades creadas para la promoción de la narración oral mediante las tradiciones isabelinas en maestros de la escuela primaria.

Desarrollo

Los sistemas culturales en los procesos de su conformación atraviesan diversas etapas en las cuales se fomentan y sistematizan las identidades. En correspondencia con el desarrollo de la propia historia de la conciencia política, social y cultural del pueblo, dentro de la cultura se encuentra la cultura popular tradicional, principal portadora de costumbres, raíces y tradiciones, enriquecida por la confluencia dinamizadora de  elementos transculturales.

Un elemento esencial en el desarrollo cultural de los pueblos es el protagonismo comunitario a partir de la realización de fiestas populares donde se  preservan  las tradiciones y se pone de manifiesto la cultura tradicional, siendo este el  momento propicio para  exhibir lo más representativo de la cultura material y espiritual. Varios son los investigadores que han abordado este tema, plasmando sus propias definiciones y esclareciendo que la cultura popular refleja modos de vida de manera integral, que abarcan las expresiones materiales-espirituales en su totalidad.

Este trabajo reconoce el criterio del Doctor Jesús Guanche cuando expresa que la cultura popular responde a las aspiraciones históricas de un pueblo o nación y está íntimamente ligada al derecho de autonomía y de libre expresión. También está relacionada con la memoria histórica de un pueblo, que se ratifica permanentemente fiel a sí misma, pero en un proceso permanente de movimiento de desarrollo. De este modo puede comprenderse que la cultura popular tradicional responde  a las aspiraciones históricas de un pueblo, se considera que este debe ser más explícito al abordar este tema pues la cultura popular tradicional  tiene una mayor significación, preservar la identidad, tradiciones, normas, valores sociales, creencias y sobre todo el patrimonio, rasgos esenciales que presentan los sistemas culturales.

Esta dimensión de la cultura se entiende como un conjunto de expresiones espirituales que se manifiestan como mentalidades específicas a las que denominamos populares y que son la expresión de una particular sensibilidad. Es cultura porque constituye el compendio de expresiones que se trasmiten de generación en generación, con el desarrollo de nuevas tradiciones. Es tradicional porque esta es una ley que define y determina la perdurabilidad de las manifestaciones culturales así como su índice de desarrollo, a partir de un continuo proceso de asimilación, negación, renovación y cambio progresivos hacia nuevas tradiciones, las cuales trascienden, por lo general, a diversas formas económicos-sociales.

El carácter integrador de este fenómeno social se refleja desde las implicaciones del fenómeno como reflejo de modos de vida, abarcando  todas las expresiones, materiales-espirituales y las diversas formas de sus relaciones sociales, es popular en cuanto el pueblo es el creador y portador de sus valores, que se transmiten de una generación a otra, es tradicional  porque define y determina la perdurabilidad de las manifestaciones culturales. 

El propio Dr. Guanche conceptualiza la cultura popular tradicional como todas aquellas manifestaciones que se desarrollan en el seno del pueblo, y que poseen características propias surgidas de los procesos históricos y sociales que las determinan. La cultura popular tradicional es, por tanto, el crisol donde se refugian los valores más auténticos que una nación ha creado a lo largo de su devenir histórico y nutrido diariamente por la realidad socio – económica que rige su vida colectiva.

De este modo la autora de la presente investigación considera que comprendida dentro de su contexto histórico, la cultura popular tradicional es dinámica por excelencia; permite a los pueblos adaptarse con éxito a las transformaciones sociales. Los cambios en la cultura popular tradicional no conllevan pues, la destrucción o extinción de sus rasgos básicos, sino, al contrario, permiten conservar y enriquecer los aspectos propios, auténticos y genuinos que los mismos pueblos desean que permanezcan en el proceso de su autodesarrollo.

En tal sentido, la cultura popular tradicional se convierte en fuente inagotable de identidad cultural como raíz de nacionalidad. Su aplicación a los distintos sectores de la sociedad exige, por tanto, que sea la base donde se asiente la identidad cultural de las colectividades humanas.

Esta investigación se suscribe al criterio de Jesús Guanche cuando afirma que si la cultura tradicional es el conjunto de creaciones que emanan de una comunidad cultural fundada en la tradición expresada por un grupo o por individuos y que reconocidamente responden a las expectativas de la comunidad en cuanto a expresión de su identidad cultural y social, entonces puede trasmitir las normas y los valores oralmente, por imitación o de otras maneras, porque sus formas comprenden entre otras, las lenguas, la literatura, la música, la danza, los juegos, la mitología, los ritos, costumbres, artesanías y otras artes.

En consecuencia, las tradiciones orales constituyen un componente de la cultura popular tradicional, en ellas se encierran las leyendas, los mitos, apodos y la narración oral que pasa de una generación a otra durante largo tiempo, enlazando de manera ininterrumpida lo pasado con lo presente.

Diversas formas de oralidad narradora artística conviven en Cuba, desde la cuentearía popular hasta diferentes maneras de enfrentar el acto oral, comunicador, oral escénico, urbano y contemporáneo que es hoy la narración oral artística contemporánea.

Se denomina narración al resultado de la acción de narrar, esta se puede realizar con cualquier clase de signos, la lingüística considera que un texto narrativo responde a una clasificación basada en la estructura interna donde predominan secuencias narrativas.

Una narración presenta siempre como mínimo lo que se denomina un actor o personaje que es aquel elemento que experimenta los sucesos o hechos referidos en ella, el personaje puede o no ser también narrador de la historia.

En muchas narraciones especialmente en las breves por ejemplo el cuento, es posible identificar, lo que se conoce como argumento o estructura argumental, tipo: introducción que es inicio, planteamiento o presentación, el nudo y el desenlace, esta estructura no es necesariamente identificable en otros subgéneros narrativos como el relato, la novela o el microrrelato.

El narrador entre sus funciones tiene también la de decidir en qué orden y con qué ritmo va a narrar la historia.

Hoy en Cuba conviven varias generaciones de narradores orales:

1) Narradores orales que participaron desde los orígenes en el movimiento narrador escénico contemporáneo como: Maira Navarro, Jesús Lozada, Coralia Rodríguez, formados y dirigidos por Garzón Céspedes.

2) Conversadores y cuenteros populares como Eusebio Leal, Francisco Martínez.

3) Proyectos en diversas partes del territorio insular como los Ury Rodríguez, Virginia López y otros narradores en la ciudad de Guantánamo.

Otras zonas del país. Matanzas, Las Tunas, Holguín, Isla de la Juventud y en la capital desarrollan eventos de oralidad y cuentearía de muy variado corte como Fiesta de la palabra cantante.

Narrar implica que los hechos referidos estén relacionados, encadenados y que vayan sucediendo de forma más o menos lógica, lo fundamental es que la sucesión de los hechos vaya determinada por un principio de causalidad, esto es que todo lo narrado tenga un antes del que provenga a un después al que se dirija. En este sentido tiene una especial importancia lo que se haga en el teatro

Para llevar a cabo el rescate y la revitalización de las tradiciones y leyendas isabelinas conviene utilizar manifestaciones artísticas como el teatro con sus medios expresivos y movimientos corporales en el momento de narrar alguna leyenda, por la eficacia de las mismas, la rapidez en su elaboración y la inmediatez para transmitir el mensaje que se desea brindar.

Esta manifestación constituye un importante camino para ejercer una influencia directa en los hombres, este camino puede constituir un vehículo apropiado para apreciar la belleza de la historia local, para el crecimiento espiritual y para el desarrollo de habilidades y valores.

Esta expresión artística puede convertirse en un interrelacionador escuela-comunidad que posibilite el desarrollo de la capacidad de argumentación y la orientación adecuada de lo que se quiere expresar con gran calidad, esto permite la adquisición de hábitos de creación pues una misma tradición o leyenda puede ser interpretada de diversas maneras en el momento de narrarlas.

Estudios realizados por los licenciados Carlos Menéndez Pérez, Tania Rodríguez, Liliana Morales Lima y Yudiet Ferrer Cartelles evidencian que el fenómeno sociocultural narrativo, tiene una expresión concreta en el poblado de Isabela de Sagua.

El poblado isabelino ha tenido su historia muy ligada a las labores que realizan sus pobladores y además ha sufrido la influencia de los antepasados, los que en su mayoría eran canarios y gallegos. La cercanía al mar, con toda la especificidad que ello produce, constituye un factor determinante, en el caso de la cultura popular tradicional isabelina.

Entre las tradiciones más significativas que perduran en la memoria de la colectividad humana de Isabela de Sagua están:

  • 1 El baile de las flores.

  • 2 El baile de disfraces.

  • 3 Los velorios.

  • 4 Isabelino Ausente.

  • 5 Artesanía.

  • 6 Apodos

  • 7 La procesión de la virgen del carmen.

  • 8 Leyendas.

Particularmente las leyendas, entendidas como narraciones tradicionales o colecciones de narraciones relacionadas entre sí de hechos imaginarios pero que se consideran reales constituyen una de las grandes reliquias culturales isabelinas. Las leyendas forman parte del patrimonio intangible de los pueblos, no parten de la nada, tienen su base en la realidad pero la fantasía las alienta por lo que existe una estrecha relación entre lo verdadero y lo fantástico, ellas reconstruyen poética y maravillosamente nuestro proceso de formación real con la fluidez propia del texto oral.

Crean universos mágicos que se convierten en códigos morales y éticos que rigen y rigieron el quehacer cotidiano de una localidad. Constituyen fundamentos de identidad socio-cultural de una comunidad o región.

Las leyendas son anónimas y su autor es el pueblo, son para ser oídas, contadas no leídas, es por eso que su transmisión de generación en generación ocurre de forma oral aunque para preservarlas hay que recogerlas mediante la escritura, están enmarcadas en un contexto determinado, en una localidad específica.

En Isabela de Sagua son maravillosos por su fantasía, creatividad y por la forma en que han sido transmitidas, tienen una gran riqueza expresiva capaz de trasladar a quienes la escuchan a la época en que ocurren y con un lenguaje extremadamente popular. El conocimiento de estas leyendas contribuye de manera singular a la preservación de la identidad cultural como pueblo y al conocimiento de la historia local de una forma más sencilla.

El conocimiento de las leyendas isabelinas conllevan a descubrir aspectos importantes de la historia local: lugares importantes, actividades económicas desarrolladas, desastres naturales, creencias religiosas e instituciones sociales. Después de revisada la información encontrada en las diferentes fuentes teóricas consultadas se ha tomado una muestra de dichas leyendas que permiten demostrar lo antes expuesto.

La leyenda de Juan el Muerto: en la desembocadura del río Sagua, en la Isabela existía en el año 1888 un pequeño caserío que era el asentamiento de numerosas familias que se dedicaban a fabricar el carbón y la pesca. Este pintoresco lugar se llamaba Casa Blanca por el color blanco de sus casas. Desde horas tempranas de ese día 4 de septiembre el comandante del puerto había ordenado abandonar el pueblo y buscar refugio en Sagua, se acercaba un ciclón según los barómetros donde la presión bajaba por momentos, nadie hizo caso a la orden, era un día tan bello y radiante que no cabía la idea de una tormenta, pero al llegar la tarde todo cambió y los fuertes vientos huracanados, la lluvia y el mar embravecido arrasaron con todo. Todos murieron, solo un niño de 8 años logró sobrevivir y ser recogido por el señor Don Manuel de Dueñas que era el comandante del puerto de la marina. Este niño contaba que cuando la fuerza del huracán se encontró arriba de unas tablas y que a su lado se mantenía una hermosa mujer salida del mar que se mantenía a una cierta altura de la superficie, vestía toda de blanco y llevaba un largo velo. Esta mujer fue identificada por los isabelinos que quedaron sobrevivientes en el poblado como la Virgen del Carmen y a este niño se le conoció desde entonces y hasta su muerte como Juan el Muerto.

El hombre sin cabeza: corría el año 1897 en una noche de invierno llegó a Isabela el patriota cubano Casimiro Espinosa, llevaba una misión especial, en su camino aparece Prabanco quién había sido mambí y surge la sombra de la traición. Casimiro es entregado a las tropas españolas y un grupo de voluntarios pone fin a su vida arrojándolo al mar, amarrado en alambre de púas de pies y manos desde el muelle del varadero, su cadáver apareció varios días después enredado en el ancla de un barco en el río. Pasó el tiempo, cierto día alguien solicita a Prabanco ayuda para amolar un gran machete, la piedra de amolar gira sin pulsada por este y el machete va cobrando filo, la mano vengadora se alza y el machete corta la cabeza de Prabanco, la traición es vengada ya no delataría a nadie más. A partir de ese momento la sombra de un hombre sin cabeza deambula por el varadero y asusta a quienes lo ven.

La Aparecida de la Punta: los habitantes de la punta hablan de una mujer vestida de blanco que deambula por el terreno donde antiguamente se jugaba pelota, se dice que es la hija de Marcelino García dueño de un chalet donde habían muchos rosales y que la joven de 15 años se pinchó con uno de ellos contrajo el tétano y se murió. Pastora la esposa de Orestes conocido como "Panchovilla" cerraba sus postigos al anochecer pues temía ver la figura blanca y juvenil que vagaba por el terreno y que luego se sentaba en una piedra cerca de su casa, aún hoy los que viven en la punta temen cuando llega la noche salir de su casa pues a todos les preocupa la aparecida del vestido blanco.

La Leyenda de Cayo la Vela: al este de nuestro poblado, a 15 millas de distancia se sitúa Cayo la Vela, este solitario cayo siempre sirvió y aun sirve, de refugio a los pescadores en época de tormenta, debido a esto la imaginación popular llenó a este cayo de tesoros enterrados por piratas que en épocas pasadas frecuentaban estos lugares hicieron que muchos pescadores acudieran a tratar de encontrarse con estos tesoros pero resulta que no solo no encontraban nada sino que salían aterrorizados pues según cuentan voces del más allá les hicieron poner píe en polvorosa. En fin que todavía en noches de tormenta se habla de Cayo la Vela y de su tesoro el cual al parecer espera por el valiente que se decida a no escuchar las voces del más allá.

Beba la Voladora: muchos aseguran que Genoveva Caballero, "Beba", voló como Matías Pérez con la única diferencia que Matías no volvió y esta volvió sana y salva a su lugar de origen. Según cuentan por los años 40 Beba soñó con una botija llena de dinero, que veía en el sueño enterrada en Punta Gorda la cual le sería entregada por un espíritu de buena fe pero para eso debía ir a ese lugar sola y a las 12 de la noche. Beba, cobarde como mujer y temerosa de que pudiera pasarle algo fue acompañada por una amiga y sustituyó las 12 de la noche por las 12 del día o sea incumplía lo establecido en el sueño. Llegó al lugar y empezó a excavar, cosa que hizo por largo rato, hasta que de pronto comenzó a sentir un escalofrío que se adueñaba de sus pies y que subía y subía a casi a 10 metros, luego fue lanzada con gran fuerza cayendo lejos casi a 5 metros del lugar de despegue, esta ave humana fue vista por varias personas de esa época quienes acudieron a socorrer a Beba quién poseída por un poder extraño trataba de volar y tuvo que ser sometida por la fuerza durante cierto tiempo hasta que todo cesó y Beba quedó como acudió al lugar soñado, limpia, seca, sin rasguño y sin tesoro.

La Leyenda de Cayo Verde: cuentan los pescadores que Cayo Verde está maldito, poseído y que viven espíritus en el, pues dicen que el barco que fondea cerca de sus costas se le sueltan las amarras misteriosamente y que se oye una música de violín muy hermosa, no se sabe de donde sale pero dicen que si se reza el barco no se suelta ni se oye la música, por todo esto los pescadores isabelinos evitan esta zona para realizar sus operaciones pesqueras.

La Cornúa de Marillanes: aún hoy se habla de la famosa cornúa de Marillanes, a la cual como leyenda nadie le teme, pero muchos años atrás el temor y el pánico acechaba a los pescadores isabelinos. Hablaban de que cerca del cayo llamado Marillane existía una cornúa enorme que atacaba a las embarcaciones y que se había visto en varias ocasiones, Sebastian Sotolongo y Aníbal Corrales aseguraban haberla visto de lejos reconociendo la enorme mole de cuerpo oscuro entre las olas, muy poco se acercaban a este cayo, el pánico alejaba a los pescadores, Francisco Carranza y su hijo fueron se acercaron al cayo, de pronto un sonido llamó su atención y divisaron algo muy grande que se acercaba lentamente, cuando Francisco se acercó a la proa del barco para ver qué cosa era fue tanta la impresión que cayó muerto de un infarto, el amanecer encontró al pobre hijo con el cadáver de su padre en brazos, desde ese momento Cayo Marillanes fue maldito y nadie más se llegó a sus costas y cuenta la leyenda que la cornúa se mudó de lugar o se murió de vieja porque nunca fue atrapada.

La Leyenda de los Indios del Río: cuentan los más viejos que en noche de luna se veían en el río una canoa con indios remando y se oía a esos hombres cantar, esto ocurría por la zona entre el dorado y la arenera. Este canto se mezclaba con el murmullo de las aguas y el zumbar del viento, quizás ese canto sea una plegaria a los dioses, o sea un canto a la vida, un canto de amor. Quizás si hoy oyéramos el canto de esos remeros indígenas y conociéramos su lenguaje, no oiríamos un canto a la vida, ni al amor, pienso que quizás oiríamos una censura al hombre actual que destruyó y aún sigue destruyendo tanta belleza.

Los Misteriosos Ajíes: se cuenta que haces algunos años, en una casita de madera situada en la calle Salvador Cisneros, en Isabela de Sagua, vivía una muchacha muy hermosa llamada Juana Ibáñez junto a sus dos hermanos pescadores Jacinto y Enrique. Un día después que Enrique regresó de la pesquería le ocurrió algo extraño, a su puerta tocó un vendedor de ajíes para cobrar un peso de ese condimento vendido momentos antes a Juana en la ventana de su casa, Enrique le dice que estaba equivocado que en esa casa nada más vivía él y su hermano y le pide la descripción física de la joven, el vendedor le dice que era una bella mujer, mulata de ojos achinados y con el pelo muy largo y que depositó los ajíes en una fuente de cristal, el hermano de Juan dirige los pasos hacia la cocina y se quedó muy sorprendido al ver en la mesa la fuente con los ajíes, entra al cuarto y toma un retrato de Juana para mostrárselo, el vendedor quién estaba muy asustado le afirmó que esa había sido la joven, entonces Enrique le dijo: esa es mi hermana y murió hace algunos años. El vendedor no miró atrás, salió corriendo desesperado y cuentan que nadie más lo vio regresar. En la actualidad las personas aún sienten miedo por lo ocurrido.

La Campana del Varadero: en noches de calma, cuando ni las hojas de los árboles se movían rompía el silencio de la oscura noche el tañido de una vieja campana de bronce del astillero del padre de Arturo Doreste ( hoy varadero del puerto) según contaban esta campana llamó durante mucho tiempo para comenzar el trabajo cuando despuntaba el alba y al ponerse el sol anunciando el fin de la jornada laboral, su sonido se hizo familiar a los vecinos de esa zona y algunos enmarcaban sus actividades con el fuerte sonar de la campana. Hoy ya no está en su lugar de siempre, la campana dejó de cumplir su misión hace algunos años descansa en el museo histórico de Sagua la Grande, sin embargo aunque ya no se encuentra entre nosotros el eco de su llamado se conserva todavía en la memoria del pueblo pues muchos de sus moradores aseguran que a las 12 de la noche da la bienvenida al nuevo día.

El Eco de los Tacones: nadie sabe cuando Juanita Rancho Grande llegó a Isabela a trabajar en uno de los bares nocturnos que allá por los años 40 existía cerca del mar, cierta noche tras culminar sus labores se dirigía a su casa esta elegante mujer que usaba siempre zapatos de alto tacón, amenazaba una tormenta, el viento cada vez más furioso, la muchacha seguía su rápido andar, el sonido de los tacones era cada vez mas fuerte, al cruzar frente a una antigua panadería un remolino de aire arrastra un zinc que sin remedio se abalanza sobre la coqueta mujer y le corta la cabeza, el decapitado cuerpo anduvo una cuadra desplomándose en el portal de una vivienda donde desdichadamente se desangró. Los viejos pobladores que obligadamente transitan por el lugar a altas horas de la noche, van rápidamente pues aseguran escuchar el eco de unos tacones presurosos y luego en la misma esquina ven surgir la silueta blanca y sin cabeza de una mujer que espera atraer seguramente a algún cliente, al parecer su alma de pecadora no ha logrado reivindicarse en el más allá.

La Isabela de Sagua constituye un escenario cultural con identidad propia, cuya cultura popular tradicional reafirma la diversidad del pueblo cubano. Estas tradiciones y costumbres pueden ser promovidas en cumplimiento de la política cultural del país.

En tal sentido esta investigación considera como promoción cultural a las acciones dirigidas a establecer e impulsar la relación activa entre la población y la cultura para alcanzar niveles superiores de ambas. Incluye acciones de animación, programación, creación, extensión, investigación, comercialización, producción industrial de bienes culturales, conservación, rescate y revitalización de los valores culturales y la enseñanza y capacitación entre otras.

La promoción cultural es, por naturaleza, una manera de relacionar a la población y a la cultura, orientada hacia su crecimiento sostenido; cada una de estas acciones implica un modo de relacionar a la población con la cultura; por esto, la entendemos como un proceso comunicativo y de participación, asumiendo esta última no sólo en los límites que ofrece la satisfacción de necesidades de acceso definidos por una élite, sino incorporando también, en igual magnitud y relevancia, las expresiones culturales generadas por un accionar desde todos y por todos, que estimule, reconozca y potencie las facultades creadoras y la capacidad de aporte, latentes o manifestaciones en cada individuo y en cada grupo.

Por ello, el grado y modo de participación estará condicionado por las particularidades de contextos y formas culturales; los cuales son en última instancia, los determinantes, lo que ratifica la necesidad de conocimiento cabal de la realidad y el dominio del área cultural donde se concreta nuestra misión.

Concebir entonces la promoción desde un modelo comunicacional implica ajustar cada acción cultural a las necesidades, demandas y posibilidades de cada contexto para la formación de públicos activos y en un sentido más general, contribuir al desarrollo cultural de individuos, grupos, instituciones y la sociedad en general. Al hablar de promoción artística se hace alusión específicamente a la promoción de las diferentes manifestaciones del arte.

La promoción del arte no implica únicamente un accionar específico en momentos de eventos relevantes de una manifestación cultural, sino que se trata de estrategias de la cotidianidad como vía principal de carácter educativo hacia públicos diversos en territorios o comunidades. Tiene como propósito fundamental fomentar el gusto y el interés por las obras creadas y hacer a todos partícipes directos del desarrollo cultural.

Se asume la promoción cultural como aquel conjunto de acciones que desde diversas demandas contextuales, se instrumentan en aras de viabilizar el desarrollo cultural de individuos, grupos y comunidades podemos comprender en qué medida la promoción del arte constituye un aspecto fundamental en el diseño y aplicación de la política cultural, considerando sus vínculos con elementos tales como la creación, la divulgación, la participación, el público y la labor de las instituciones culturales.

Abordar el tema de la promoción artística implica reflexionar sobre un conjunto de elementos que se deben integral regularmente y que se asocian fundamentalmente con una propuesta de relación exitosa entre creadores, instituciones culturales y público. Es preciso entender la promoción artística como un proceso y no como un hecho estático.

La promoción artística se vincula con la creación y también con el público que interpreta y de hecho influye y se integra en el proceso creativo del artista. La promoción del arte exige talento, destreza, el suficiente acumulado de saberes, la agilidad de pensamiento y sobre todo un adecuado proceso de investigación.

A partir de los criterios anteriormente expuestos y considerando a la escuela como principal centro cultural de la comunidad, el presente trabajo se afilia a la concepción de que la educación primaria con sus escuelas articula con la promoción de la cultura popular tradicional y específicamente con la narración oral.

Este planteamiento se fundamenta en que la educación primaria tiene como fin contribuir a la formación integral de la personalidad de los niños y para cumplir ese modelo es imprescindible que el maestro posea una espiritualidad cuyo contenido se refiera a los elementos de identidad nacional y local para que puedan fomentar conocimientos y orientaciones valorativas que se reflejen gradualmente en sus sentimientos, formas de pensar y comportamiento, acorde con el sistema de valores e ideales de la revolución socialista.

El maestro que demanda el modelo de escuela primaria debe estar en capacidad de promover las tradiciones y en general la cultura popular tradicional, pues solo así podrá cumplir con el fin ya declarado y en consecuencia con los propósitos de que sus escolares demuestren sentimientos de cubanía, amor y orgullo por la patria, la revolución y sus símbolos, sientan respeto por sí mismo y en las relaciones con su familia, maestros, compañeros y demás personas que le rodean, y mostrando afecto, honestidad, honradez, modestia, cortesía y solidaridad en estas relaciones, manifiesten emoción y orgullo ante los elementos de la cultura que caracterizan la cubanía, puedan apreciar la belleza en la naturaleza, en las relaciones humanas, en las manifestaciones artísticas y en la idiosincrasia del cubano.

Para lograrlo el maestro tiene el reto de ser continuador de la tradición pedagógica en Cuba que ha hecho del maestro el principal promotor de cultura y cubanía en el devenir histórico. El papel del maestro está encaminado en promover la libertad en el pensamiento a partir de firmes convicciones, lograr sentimientos que orienten al individuo para defender la naturaleza humana y a favor del progreso social, todo ello a partir de la unidad de lo diverso, de favorecer la creatividad sobre la base de su identidad u sus recursos.

El trabajo del maestro debe ser a la vez individual y colectivo para que florezca mejor la personalidad. La actividad profesional del maestro debe lograr en los jóvenes sólidos conocimientos científicos y técnicos en correspondencia con el desarrollo social, con hábitos y convicciones que los hagan dignos de la época que les tocó vivir. Para cumplir con tal encargo social, el maestro debe profundizar permanentemente su cultura general integral.

Diagnóstico y/o determinación de necesidades

La presente investigación se basa en un enfoque integrador donde se analizan los resultados obtenidos. Se realizó un diagnóstico con el fin de obtener información relacionada con la narración oral de tradiciones isabelinas principalmente las leyendas utilizando como métodos la entrevista aplicada a profesores y a personas de la tercera edad la observación participante y además se estudiaron diferentes documentos de la historia local existentes en la casa de cultura de la comunidad.

Al realizar el análisis y estudio de los documentos referidos al diagnóstico sociocultural se aprecia una escasa presencia referida al dominio de las tradiciones orales, lo cual se considera una debilidad si se tiene en cuenta la diversidad de los grupos etarios que componen la población isabelina, en programas y orientaciones metodológicas de la casa de cultura se pudo constatar que de manera general se refleja la importancia de mantener y cultivar la identidad mediante el rescate de la cultura popular tradicional y dentro de esta las tradiciones culturales.

En el modelo de escuela primaria se aborda el tema de la narración oral en los objetivos de algunos grados y en algunas asignaturas como Historia de Cuba, Lengua Española, en los grados de 5to y 6to, pero no se aborda la narración oral de una manera artística, vinculada con la identidad del poblado por ejemplo con los recursos expresivos que lleva la manifestación del teatro.

Las observaciones realizadas corresponden a conversatorios, excursiones por el poblado, actividades culturales, el ambiente general en que se encuentra la muestra es siempre agradable y motivante, se aprecian relaciones interpersonales adecuadas y un alto nivel de compañerismo.

En la mayoría de las actividades observadas como son la fiesta del pescador, excursiones por el poblado y matutinos dedicados a fechas conmemorativas para la comunidad, la actividad económica fundamental y los apodos se utilizan de manera reiterativa y en pocas ocasiones se refieren a las narraciones de leyendas, solo menciona esta y esta sin hacer referencia a esta, esta, esta y demás tradiciones isabelinas.

La práctica de las tradiciones está muy escasa en la muestra pues en las actividades observadas han demostrado que conocen algunas de ellas pero no en su totalidad, presentan dificultad en el momento de mencionarlas y narrarlas pues no utilizan los recursos expresivos, pocas veces participan en celebraciones como el baile de las flores, la fiesta del carmen y día del isabelino ausente.

Con respecto a las leyendas casi siempre se refieren a la de Juan el Muerto y a La Cornúa de Marillanes y con muy poca frecuencia a las demás como por ejemplo: La leyenda de Cayo la Vela, Beba la Voladora, La Niña del Caney, El Eco de los Tacones entre otras.

En general puede apreciarse a través de la observación de actividades que existen potencialidades en cuanto a la caracterización del poblado, pero las principales carencias las encontramos en la narración oral de las tradiciones y dentro de estas sus leyendas y la vinculación de los medios expresivos del teatro

Se pudo constatar con la aplicación de la entrevista que se reconoce el sentimiento de orgullo de ser isabelinos aunque consideran criterios superficiales de lo que es una tradición cultural, y en sus respuestas se observa poco dominio del vocabulario conceptual, solo algunos pudieron ofrecer algún criterio de las tradiciones isabelinas y las leyendas, los restantes tenían una noción sobre el tema pero no pudieron profundizar en él, marcando su participación en actividades de forma contemplativa.

El análisis realizado con la triangulación de fuentes evidencia que el grupo de estudio posee dominio general de las tradiciones isabelinas y experimenta orgullo por pertenecer a la colectividad humana del poblado, pero presenta carencias en la narración de las leyendas de Isabela de Sagua, en la utilización de los recursos expresivos y en el movimiento corporal para lograrlas.

Fundamentación y elaboración de la propuesta de actividades

Para la solución del problema en la muestra se ha decidido elaborar 11 actividades que vinculen al personal docente en la promoción de la narración oral de tradiciones isabelinas. Estas actividades están estructuradas de forma sencilla y asequible para los maestros de la escuela primaria Rubén Martínez Villena, la propuesta busca un acercamiento a la narración oral de tradiciones isabelinas vinculadas a los medios expresivos del teatro.

Las actividades que se proponen darán respuesta a las necesidades que existen en cuanto a la narración oral de tradiciones isabelinas, por el desconocimiento de las mismas y sus limitaciones en la ejecución teatral de la propia narración, las mismas contribuyen a desarrollar el sentido de pertenencia e identidad por la comunidad en que viven.

Partes: 1, 2

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