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¿Pertenece Jesús al linaje de David?



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. David y sus descendientes
  3. Linaje de José
  4. Linaje de María, Madre de Jesús
  5. Linaje de Jesús
  6. A modo de conclusión
  7. Bibliografía

Introducción

El propósito del presente trabajo de investigación teológica, es demostrar con hechos si "Jesús" pertenece o no al linaje o casa de David. Para ello, sustentaremos el presente principalmente con las lecturas de los Libros de Mateo y Lucas, quienes opinan contrariamente entre si respecto a la descendencia de la que se deriva la vida de Jesús; y de otros Libros, tanto del Antiguo Testamento como del Nuevo Testamento de las Sagradas Escrituras.

Tanto Mateo 1 como Lucas 3 contienen genealogías de Jesús. Pero hay un problema: son diferentes. La genealogía de Lucas empieza en Adán y va hasta David. La de Mateo empieza en Abraham y va hasta David. Cuando las genealogías llegan a David, estas se dividen con el hijo de David, Natán (¿El lado de María?) y Salomón (El lado de José).

Ambos coinciden y llegan a la conclusión que el rey David es hijo en la descendencia en ambas generaciones.

David y sus descendientes

David (En hebreo: "el amado" o "el elegido de Dios"; 1040 – 966 a.C.) fue un rey israelita, sucesor de Saúl y segundo monarca del Reino de Israel, que logró unificar su territorio e incluso expandirlo, hasta comprender las ciudades de Jerusalén y Samaria, Petra, Zabah y Damasco. La historia de David figura en la Biblia, en los Libros del profeta Samuel y en el Libro de los Salmos. David fue uno de los grandes gobernantes de Israel y padre de otro de ellos, Salomón. Es venerado como rey y profeta en el judaísmo, el cristianismo y el islam.

David es considerado como un rey justo, valiente, apasionado; guerrero, músico y poeta, pero un rey, también, no exento de pecados. Se le atribuye la autoría de gran parte del Libro de los Salmos. Aparentemente vivió entre los años 1040 y 966 a.C., reinó en Judá entre el 1010 y 1006 a.C. y sobre el reino unido de Israel entre el año 1006 y el 966 a.C.

David nació en Belén, en el territorio de la Tribu de Judá. Su padre se llamaba Isaí. Su madre no se nombra en la Biblia, pero el Talmudla identifica como Nitzevet, hija de Adael. David tenía siete hermanos y era el menor de todos ellos. Tenía ocho esposas: Michal, la segunda hija de rey Saúl, Ahinoam de Jezreel, Abigaíl, la carmelita, antes esposa del malvado Nabal, Maachâ, hija de Talmai, rey de Gesur, Haggith, Abital, Egla y Betsabé, anteriormente la esposa de Urías el hitita.

Genealogía.

Según el Libro de Ruth 4: 18-22, David es el descendiente de la décima generación de Judá, el cuarto hijo del patriarca  Jacob  (Israel). La línea genealógica es la siguiente:  Judá Fares Hezrón ? Ram Aminadab Naasón ? Salmon Booz (el marido de Ruth) ? Obed Isaí ? David.

El Nuevo Testamento describe en la genealogía de Jesús a David y Adán, con tres bloques de catorce "generaciones" de cada ser igualmente esquemático. En el mundo antiguo, cada letra del alfabeto tenía un valor numérico, el valor para el nombre de "David" es de catorce años: de las catorce "generaciones", lo que subraya la ascendencia davídica de Cristo y de su identidad como el Mesías esperado.

El Libro de las Crónicas proporciona la lista de los hijos que David tuvo con sus varias esposas y concubinas. En Hebrón, tuvo seis hijos (1 Crónicas 3:1-3): Amnón, mediante Ahinoam; Daniel, por Abigail; Absalón, por Maachâ; Adonías, por Haguit; Sefatías, por Abital e Itream, por Egla. Con su esposa Betsabé, sus hijos fueron: Samúa, Sobab, Nathan y Salomón. Sus hijos nacidos en Jerusalén por otras madres incluyen: Ibhar, Elisúa, Elifelet, Noga, Nefeg, Jafía, Elisama y Eliada (2 Samuel 5:14-16). Según 2 Crónicas 11:18, Jerimot, que no se menciona en ninguno de las genealogías, se menciona como otro de los hijos de David. Según 2 Samuel 9:11, David adoptó a Mefiboset, el hijo de Jonathan, su cuñado y su mejor amigo.

David también tenía al menos una hija, Tamar hija de Maachâ, que fue violada por Amnón, su medio hermano. Su violación conduce a la muerte de Amnón (2 Samuel 13:1-29). Absalón, hermano de Tamar de la misma madre, espera dos años, y después venga a su hermana enviando a sus criados para matar a Amnón en una fiesta que había preparado para todos los hijos del rey (2 Samuel 13).

Los Libros de Samuel son la crónica principal de su vida y su reinado, continuando con sus descendientes en el Libro de los Reyes. Se han preservado pocas referencias arqueológicas, pero la estela de Tel Dan y la estela de Mesha podrían determinar la existencia, a mediados del s. IX a. C., de una dinastía real hebrea llamada "Casa de David". Además de existir otras referencias en este grabado sobre la descendencia del rey David. Así también, la costumbre de dejar genealogías en las familias hebreas lo hace aparecer en varias de ellas en la misma Biblia.

La vida de David es importante para el judaísmo, el cristianismo y el islam. Su biografía se basa casi exclusivamente en los libros de Samuel, donde se lo describe además como "rubio, de hermosos ojos, prudente y muy bella presencia."

David perteneció a la familia de Isaí, de la tribu de Judá. Según 1 Samuel 16:11; 17:12, era el menor de los ocho hijos deIsaí y, como era costumbre en esos tiempos, el menor era el más postergado y al que se le daban las tareas pastoriles. Tres de sus hermanos mayores fueron soldados del rey Saúl. Samuel, el profeta, viajó hasta Belén, por mandato de Dios, para buscar al nuevo "ungido". Los candidatos -dijo Dios- debían ser de la familia de Isaí.

El rey Saúl había pecado al desobedecer a Dios durante la batalla de Michmash, donde debía destruir a todos los enemigos amalecitas y no lo hizo. Por ello, Dios decidió retirarle su bendición y envió al profeta Samuel en busca de un nuevo «ungido», de un nuevo rey para Israel. Su destino era Belén, donde vivía Jesé, un pastor con sus hijos. Uno de ellos era el elegido y Samuel, como profeta, debía saber cual. Para evitar un castigo del rey Saúl, el profeta se excusó alegando que viajaba para realizar un sacrificio. Una vez en casa de Jesé, el profeta conoció a siete de sus ocho hijos, pero ninguno fue el ungido. Cuando preguntó si faltaba alguno, Jesé llamó al más pequeño: David, y cuando el profeta lo vio, supo que era él. Allí, delante de su padre y hermanos mayores, le ungió como futuro rey de Israel. Era además David, un varón prudente y de buen parecer, rubio y de buen semblante.

David, con la gracia de Dios, fue nombrado músico a cargo de arpa y paje de armas. Estas tareas las compaginaba con su trabajo como pastor. Tan bueno era tocando el arpa que escuchando la melodía, Saúl se relajaba. El rey Saúl le concedió su buena disposición.

Israel, bajo las órdenes del rey Saúl, estaba en guerra con los filisteos. Un gigante llamado Goliat de Gat, de seis codos y un palmo de estatura y miembro de las tropas de choque filisteas (1 Samuel 17:4), desafió al ejército israelita durante cuarenta días, proponiendo que escogieran a su mejor hombre para hacerle frente. En palabras de Goliat, si él resultaba derrotado y muerto por el israelita, los filisteos serían esclavos de Israel, pero si él vencía y mataba al escogido de Israel, los israelitas serían esclavos de los filisteos (1 Samuel 17:8,9). Los hebreos temían en gran manera a Goliat y se escabullían del reto.

David, cuyo padre le había pedido que viajara al campamento para saber cómo estaban sus hermanos mayores y llevarles algo de comida, escuchó el desafío del gigante (1 Samuel 17:23). Según la Biblia, la condición de pastor llevó a David a estar preocupado por defender a sus rebaños de los ataques de fieras salvajes y, utilizando su talento, cogió un cayado y una honda. Con ello se presentó ante el rey Saúl y se propuso para luchar contra el gigante. Con la anuncia de Saúl, David se vistió con la armadura del rey, pero al no estar acostumbrado a utilizarla, se deshizo de ella y se dirigió al campo de batalla con su honda. Por el camino recogió cinco piedras lisas en un arroyo y se plantó delante del gigante Goliat. Éste se burló de él y tuvo en menos al más joven de los hijos de Jesé que se presentaba para tener un combate singular con él. Pero David proclamó: "Toda la Tierra sabrá que hay Dios en Israel. Y toda esta asamblea sabrá que no por la espada ni por la lanza salva Yahveh, porque de Yahveh es el combate y os entrega en nuestras manos". (1 Samuel 17:46,47).

Y con su honda de boleo, David le incrustó una piedra en la frente a Goliat y, cuando cayó, aprovechó para cortarle la cabeza con la espada del propio filisteo. La Biblia de Jerusalén señala que se ha comparado este combate singular con los combates individuales de laIlíada. En alusión a este combate, la expresión "honda de David" simboliza que no existe enemigo desdeñable por pequeño que sea, si el acierto le acompaña. David vencedor de Goliat constituye además un símbolo del valor que tienen el tesón y la voluntad férrea desarrollados frente a un enemigo en apariencia muy superior.

Después de vencer al gigante, David consiguió la confianza de los criados y del pueblo, se ganó la amistad de Jonatán y el amor de Mical quien fue su primera esposa y ambos eran hijos de Saúl. Y, precisamente eso, produjo los celos del rey Saúl, que ordenó capturarle. David tuvo que huir al desierto con un escuadrón de 200 guerreros leales y se convirtió en el paladín de los oprimidos. Allí aceptó la protección del rey filisteo Aquis de Gat, enemigo de Israel, y situó a su familia y los suyos en la ciudad filistea de Siclag. Cuando Aquis se fue a la guerra contra el rey Saúl, David no pudo acompañarle porque los otros nobles no confiaban en él.

David, rey de Judá.

Esta batalla, que tuvo lugar en Gilboá, acabó con la vida
del rey Saúl y de su hijo Jonatán, amigo de David. La Casa de
Saúl estaba prácticamente anulada y David se dirigió a
la ciudad de Hebrón para ser nombrado rey de Judá. Pero los norteños
no estaban de acuerdo con tal decisión y buscaron a un descendiente lejano
del difunto rey para nombrarle como sucesor. El escogido fue Isboset, al que
nombraron rey. Éste intentó ganarse la confianza del reino, pero
dos caudillos seguidores de David decidieron asesinarle en su propia casa. Cuando
se presentaron ante el rey David esperaban una recompensa, pero se encontraron
con la muerte. David no estuvo de acuerdo con la muerte de su enemigo y decidió
ejecutarles por asesinato.

En Hebrón, el rey David no conseguía la confianza de los
norteños y decidió que, para unir a las doce tribus israelitas,
debía buscar una ciudad neutral donde gobernar. Sin embargo, con la muerte
del hijo del difunto rey Saúl, los ancianos de Israel se acercaron a
Hebrón manifestando lealtad a David, que por entonces tenía 30 años.

David, rey de Israel.

Esa ciudad neutral fue Jebus, que por entonces no estaba en manos de
la gente de Judá ni en manos de los israelitas del norte. Pero, estaba
ocupada por los jebuseos. Una vez reconocido por los líderes de todas
las tribus, David conquistó la fortaleza de Jebus y la hizo su capital.
Una ciudad que pasó a ser conocida como la Ciudad de David y, posteriormente, Jerusalén.
"Hueso y carne tuya somos". Líderes de las doce tribus israelíes
al rey David (2 Samuel 5:1-3).

Jerusalén como capital.

El rey David era el líder de una teocracia que pretendía
instalar "el reino de Dios en la Tierra". Por su parte, el rey Hiram
de Tiro envió mensajeros a la capital y comenzó a suministrarle
a David, madera de cedro, carpinteros y albañiles para que pudiera construirse
la casa de David. Éste quería construir un templo para Yahvé,
pero el profeta Natan le dijo, por orden de Dios, que el templo debía
esperar una generación, pues se habían cometido muchos crímenes.
Sin embargo, Dios hizo un pacto con el rey David: la Casa de David nunca se
extinguiría. "Tu trono será establecido para siempre".

Yahvé al rey David.

David conquistó Soba, Aram (la actual Siria), Edom y Moab (la
actual Jordania), así como las tierras de los filisteos y de otros territorios.
En muchos casos exterminó gran parte de sus habitantes cananeos.

David y Betsabé.

Durante el sitio de Rabbah, el rey David decidió no ir a la batalla y quedarse en Jerusalén. Después de una siesta y desde la terraza, el rey observó que, en una casa vecina, una hermosa mujer estaba bañándose. David quedó prendado de ella y quiso saber quién era: Betsabé, la mujer de un soldado hitita principal llamado Urías que estaba luchando en el sitio de Rabbah. Pero ni eso paró al rey. La dejó embarazada mientras su marido luchaba en el sitio y el adulterio de la mujer, en Israel, era penalizado con la muerte. Con tal de evitar esto, David pidió a su marido que volviera del sitio y hacerle creer que él mismo había embarazado a su mujer. Pero, no lo consiguió. Urías se negó a quedarse en casa, con su mujer, mientras sus compañeros luchaban en la batalla.

El rey David, preocupado por perder a la mujer de la que estaba enamorado, decidió cambiar su estrategia. Pidió al comandante del sitio que situara al esposo en el lugar más difícil de la batalla, con la intención de que muriera en combate. Así, nadie sospecharía del adulterio y el rey podría seguir con Betsabé. Urías murió en combate y David se casó con ella y llegó a ser su esposa preferida y ella llegó a amarle con devoción.

El profeta le advirtió que Dios le quitaría la tranquilidad y que le enviaría zozobras continuas, que su reinado sería agitado, lleno de disturbios civiles violentos e intrigas. Y también le advirtió que él no moriría por haber dejado embarazada a una mujer casada y haber ordenado la muerte de su marido, pero que sí lo haría el hijo que iba a nacer. Su hijo vivió siete días, durante los cuales el rey ayunó. Pero cuando murió, el rey se vistió y volvió a comer. Sus sirvientes le preguntaron por qué se lamentó cuando su hijo todavía estaba vivo, pero no cuando ya había muerto.

"Mientras el niño aún vivía, yo ayunaba y lloraba. Pensaba que tal vez el Señor tendría compasión de mí y que el niño pudiera vivir. Pero ahora que ha muerto, ¿por qué he de ayunar? ¿Podré yo hacerle volver? Yo voy a él, pero él no volverá a mí."

La rebelión de Absalón.

Tal como lo había profetizado Natan, los errores del rey fueron la causa de diversos trastornos y zozobras a la llamada Casa de David. Uno de sus hijos, Absalón, se rebeló contra su padre y llegaron a luchar por el derecho al trono. Un día, Absalón quedó atrapado por su cabello en las ramas de un roble y Joab, el comandante de tropas de David, le clavó tres flechas y lo mató (2 Samuel 18:14). Así, toda una facción festejaba esa muerte como una victoria, pero, cuando la noticia de la victoria fue llevada al rey David, éste no se alegró: "¡Oh hijo mío, Absalón, hijo mío, hijo mío, Absalón! Me habría muerto en lugar de ti, Absalón, hijo mío, mi hijo!".

Rey David al saber la muerte de su hijo y rival.

Todo ese tiempo de conflictos deterioraron la imagen de David y su espíritu. Los sinsabores continuarían, pues su hijo  Adonías  también pretendía reinar. Ambicionó el trono de su padre, que ya había perdido gran parte de su anterior prestigio.

Recta final.

El rey David, ya anciano, estaba postrado en la cama y su hijo Adonías aprovechó
este hecho para proclamarse rey. Betsabé y el profeta Natan, conociendo
la actitud hostil del joven, pidieron a David que nombrara como heredero a otro
de sus hijos. Concretamente a Salomón. Éste había sido
elegido por Dios y este acuerdo entre David y su mujer preferida sólo
concretaba los designios divinos.

"No derramar sangre (…). No buscar revanchas y seguir los preceptos
del Señor".

Consejo del rey David a su hijo y heredero al trono Salomón.

También le prometió continuar la línea hereditaria
en el trono de Judá por siempre. David murió aproximadamente a
los 70 años y fue enterrado en Ciudad de David, futuraJerusalén.
Gobernó cuarenta años sobre Israel, siete en Hebron y treinta
y tres en Jerusalén.

David en el judaísmo.

En el Judaísmo, el reinado de David representa la formación
de un Estado Judío coherente, con su capital política y religiosa
en Jerusalén y la institución de un linaje real que culminará
en la Era mesiánica. La supuesta descendencia de David como hijo de una
conversa ("Ruth") es tomada como prueba de la importancia de
los conversos dentro del judaísmo. El hecho de que Dios no le haya permitido
construir un templo perpetuo es tomado como prueba del imperativo de paz en
asuntos de estado. David es también visto como una figura trágica;
su inexcusable toma de Bathsheba, y la pérdida de su hijo son vistas
como tragedias centrales en el judaísmo.

Nota del Libro de Rut: Booz se casó con Rut y fueron padres
de Obed, que fue padre de Isaí e ísaí fue padre de David.
Por lo que Rut sería la bisabuela del Rey David.

David en el Cristianismo.

En el Cristianismo, David tiene importancia como el ancestro del Mesías.
Muchas Profecías del Antiguo Testamento indicaban que el Mesías
descendería de la línea de David; los Evangelios de Mateo y
Lucas
trazan el linaje de Jesús hasta David para completar este requerimiento.

David es también relacionado figurativamente con Cristo, la derrota
de Goliat es comparada con la forma en que Jesús venció a Satanás mientras
estaba en la cruz. Más frecuentemente, David es la figura del creyente
Cristiano. Los salmos que escribió muestran a un cristiano que depende
de Dios, tanto en los momentos de adversidad, como en los de gloria y de arrepentimiento.

David (Dawud) en el Islam.

En el Corán, David es conocido como "Dawud" y es considerado
uno de los  profetas del islam, para quien fueron revelados por "Alah" los
Salmos de "Zabur". Como en el judaísmo, se cuenta que David
mató a Goliat ("Jalut") lanzándole una piedra. La creencia
general dice que durante su reinado se pusieron los cimientos de la Cúpula
de la Roca. Los musulmanes rechazan la descripción bíblica de
David como un adúltero y un asesino, debido a la creencia islámica
en la infalibilidad y superioridad moral de los profetas.

Siendo Jesús descendiente de José, por adopción, no podría tener su sangre, porque José provenía del linaje de Jeconías.

En Jeremías 22:30, podemos leer, lo siguiente: "Así ha dicho Jehová: Escribid lo que sucederá a este hombre privado de descendencia, hombre a quien nada próspero sucederá en todos los días de su vida; porque ninguno de su descendencia logrará sentarse sobre el trono de David, ni reinar sobre Judá".

Esto ha sido muy cuestionado, pero al contrario de lo que muchos piensan, este increíble cumplimiento califica aún más a Jesús como el Mesías, y vuelve su genealogía más impresionante todavía!.

En el caso que el Mesías viniese por otro descendiente de Salomón, que no fuese Jeconías, él podría ser hijo biológico, pero  en el caso que fuese descendiente de Jeconías, el Mesías no podía ser descendiente del linaje directo (o biológico) de Jeconías. El mesías no podría heredar su sangre -una condición casi imposible de cumplirse,- pero fue a través de esta condición, casi imposible e inesperada que el Mesías vino, y heredó el trono de David, porque Jesús abolió la maldición de sangre, lo que ningún otro hombre que no fuese el mesías podría haber hecho.

La profecía de Jeremías no se trata de una maldición hereditaria, y sí un rechazo del linaje natural y biológico de Jeconías. (…) ninguno de su descendencia logrará sentarse sobre el trono de David, ni reinar sobre Judá.

En  el tiempo del Profeta Jeremías, Dios se hartó y pronuncio una maldición de sangre sobre el linaje de David, diciendo que ningún hijo del Rey Joacím reinaría ya más sobre Israel (Jeremías 22:30). El linaje Davídico, iniciado con Salomón, estaba aparentemente terminado y la promesa de Dios a David quebrada. El Mesías debía venir del linaje real, entretanto ahora había una "maldición de sangre" sobre ese mismo linaje!.

El Renuevo.

Antes de que la nación fuera llevada a Babilonia, cuando un Rey davídico aún se sentaba en el trono, Dios hizo que Ezequiel anunciara que el linaje estaba siendo suspendido y que no sería restaurado hasta  que "venga aquel a quien pertenece por derecho" (Ezequiel 21:27), trayendo a la mente la profecía de Jacob. A ruina, a ruina, a ruina (corona) lo reduciré, y esto no será más, hasta que venga aquel cuyo es el derecho, y yo se lo entregaré.

En 519 a.C, después que lo Judíos volvieron del cautiverio Babilónico, Dios dijo que un hombre que él llamo de "el renuevo" seria el rey, y que Él tendría también el sacerdocio, combinando ambos (Zacarías 6:12). Y le hablarás, diciendo: Así ha hablado Jehová de los ejércitos, diciendo: He aquí el varón cuyo nombre es el Renuevo, el cual brotará de sus raíces, y edificará el templo de Jehová.

Nacido de una Virgen.

Pero ¿cómo Dios aboliría la maldición de sangre? Para responder a esto, tenemos que volver hasta cerca del 750 a.C. En aquel tiempo dos de las más específicas profecías mesiánicas jamás proferidas estrecharon el campo a una única posibilidad. En Isaías 7:14 el Señor proclamo que el Mesías nacería de una virgen, y en Miqueas 5:2 que el nacería en Belén, la Ciudad de David.

Los críticos y judíos contestan que el texto de Isaías, al referirse al nacimiento Virginal. Alegan que la palabra "almah", no significa "virgen", y sí una "chica Joven". Alegan que el texto fue adulterado por Mateo, forjando así un nacimiento virginal para Jesús.

Pero felizmente, las fechas no mienten. Mateo utilizó los escritos de la Septuaginta para escribir su libro. En la septuaginta, la palabra hebrea "almah", está traducida como "virgen".

La Septuaginta fue escrita 400 años antes de que Mateo naciera. Entonces ¿por qué la palabra "almah" fue traducida por virgen?

El texto de Isaías es una sombra de la profecía que se cumpliría en Jesús. Él se refiere a un hijo del profeta, que serviría como espejo del Mesías.

El significado "chica joven" es el significado más "amplio", sin embargo virgen es un significado más específico, como se explica al inicio de este estudio. Por algún motivo que desconocemos, Los traductores de la septuaginta, que eran hebreos y hablaban griego, la tradujeron de esta manera.

La lengua hebrea es bastante limitada, dando diversos significados para una misma palabra. Tenemos palabras que pueden tener más de 20 significados. Ya el griego se constituye de una riqueza léxica extraordinaria. Todas las cosas tienen su propia palabra, y la palabra "virgen" tiene su correspondiente correcta en griego, lo que el hebreo no existe. En hebreo, tenemos "bethulah", que es usada casi siempre para "Ciudad Virgen", o "Virgen Nación". Una referencia a la juventud de las personas de tales ciudades.

Creemos que tales traductores, por conocer el real significado de la palabra "almah" del texto de Isaías, la tradujeron como virgen.

La Calificación.A fin de clasificar legalmente para sentarse en el trono de David, el Rey Mesías debía ser de la casa y del linaje de David. Ser de la casa de David significa ser un descendiente biológico de David. Ser del linaje de David significa pertenecer al linaje Real. ¿Cómo puede ser esto?

Cuando leemos las genealogías del Señor en Mateo 1 y Lucas 3, podemos ver diferencias comenzando en el tiempo de David. La genealogía de Mateo corre a través de Salomón, el Linaje Real maldecido. Más la de Lucas corre a través del hermano de Salomón, Natán. El linaje de Natán no fue maldecido, pero ellos tampoco eran reyes. María era de la familia de Natán. Así, José y María eran descendientes de David, y José era uno de los muchos que eran herederos del trono de David, pero incapaces de reclamarlo debido a la maldición sobre su linaje.Entonces, a través de su madre María, Jesús era un descendiente biológico de David.Cuando María y José se convirtieron en marido y mujer, Él también se vuelve el hijo legal de José y heredero del trono de David, pero, no siendo biológicamente relacionado a José, no tenía la maldición de sangre.

Hasta el presente Él es el único hombre nacido en Israel desde 600 a.C. con derecho legítimo al trono de David. El ángel Gabriel confirmo eso a María cuando anunció su embarazo, diciendo que Él lo ocuparía para siempre (Lucas 1:32,33). Esto muestra que Jesús es absolutamente el único capaz de ser el Mesías.

Linaje de José

De José se sabe muy poco, sólo se menciona que es hijo de Jacob.

Desde hace años se está enseñando en el SIA la mentira de que la genealogía de Jesús mencionada en el Evangelio de Lucas es por parte de María, y de esta manera los iglesieros apostatas pretenden basar su doctrina diabólica de que Jesús era hijo de María, pero no de José.

Si leemos en Lucas 3:23, Jesús mismo al comenzar su ministerio era como de treinta años,  hijo,  según se creía,  de José,  hijo de Elí; pero según Mateo Es Maria la hija de Elí.

Linaje de María, Madre de Jesús

[Del heb. "Miryam" (María), que posiblemente signifique: "Rebelde"].

María, la madre de Jesús.

Era hija de Elí, aunque en la genealogía de Lucas se lee que José, el esposo de María, era "hijo de Elí". En "La Cyclopædia de M"Clintock y Strong, señalan dichos autores: "Es sabido que los judíos trazaban su árbol genealógico únicamente por el nombre del varón, y cuando el linaje del abuelo pasaba al nieto por medio de una hija, se omitía el nombre de esta y se ponía el de su esposo como hijo del abuelo materno (Números 26:3327: 4-7)". Esta debió ser la razón por la que el historiador Lucas dice que José era "hijo de Elí". (Lucas 3:23).

Los evangelios canónicos del Nuevo Testamento no dan cuenta del nombre de los padres de María. La historia de los mismos aparece en el Protoevangelio de Santiago, un texto apócrifo; allí, Joaquín es descrito como un hombre rico y piadoso que donaba bienes regularmente a los pobres del templo de Jerusalén. Como su esposa era estéril, las autoridades religiosas ordenan sacrificios a Joaquín, al considerar que la esterilidad es un signo de descontento de Dios.

Aunque Joaquín, según la tradición católica y ortodoxa, fue el padre de la Virgen María y marido de Ana y por lo tanto abuelo materno de Jesucristo.

De Joaquín se sabe que era natural de Nazaret y que sus padres fueron Matat y Estha. La genealogía que presenta san Lucas en su evangelio es la de él, ya que los nombres Eli y Joaquín son equivalentes.

María era de la tribu de Judá y descendiente de David. Por consiguiente, se podía decir que su hijo Jesús "provino de la descendencia de David  según la carne". (Romanos 1:3) Por su padre adoptivo José, descendiente de David, Jesús tenía el derecho legal al trono de David, y por su madre, como "prole", "descendencia" y "raíz" de David, tenía el derecho hereditario natural al "trono de David su padre". (Mateo 1:1-16Lucas 1:32Hechos 13:22,232 Timoteo 2:8).

Si la tradición está en lo cierto, Ana fue esposa de Elí y madre de María. Una hermana de Ana tuvo una hija llamada Elisabet, que fue la madre de Juan el Bautista. Según esa tradición, Elisabet era prima de María. Las Escrituras dicen que María estaba emparentada con Elisabet, que era "de las hijas de Aarón", de la tribu de Leví. (Lucas 1:5,36) Algunos piensan que Salomé, esposa de Zebedeo y madre de Juan y Santiago, dos de los apóstoles de Jesús, era hermana de María. (Mateo 27:55,56Marcos 15:4016:1Juan 19:25).

La visita un ángel.

A finales del año 3 a.C., Dios envió al ángel Gabriel a María, una muchacha virgen del pueblo de Nazaret. "Buenos días, altamente favorecida, Jehová está contigo", fue el sorprendente saludo del ángel. Cuando le dijo que concebiría y daría a luz un hijo llamado Jesús, María, que en aquel tiempo solo estaba comprometida con José, preguntó: "¿Cómo será esto, puesto que no estoy teniendo coito con varón alguno?", a lo que el ángel respondió: "Espíritu santo vendrá sobre ti, y poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso, también, lo que nace será llamado santo, Hijo de Dios". Emocionada con la perspectiva, pero con la debida modestia y humildad, ella contestó: "¡Mira! ¡La esclava de Jehová! Efectúese conmigo según tu declaración". (Lucas 1:26-38).

A fin de fortalecer aún más su fe para esta experiencia tan importante, a María se le informó de que su parienta Elisabet, ya anciana, había dejado de ser estéril por el poder milagroso de Jehová y estaba encinta de seis meses. María fue a visitarla, y cuando entró en su casa, la criatura que estaba en la matriz de Elisabet saltó de gozo. Ante esto, Elisabet felicitó a María diciendo: "¡Bendita eres tú entre las mujeres, y bendito es el fruto de tu matriz!". (Lucas 1:36,3739-45) A continuación María pronunció bajo inspiración palabras de alabanza a Jehová por su bondad. (Lucas 1:46-55).

Tras pasar unos tres meses con Elisabet en la serranía de Judá, María volvió a Nazaret. (Lucas 1:56) Cuando José se enteró de que estaba embarazada (probablemente por boca de la propia María), pensó en divorciarse de ella en secreto, más bien que exponerla a la vergüenza pública. (A las personas comprometidas se las consideraba como si estuvieran casadas, y se requería un divorcio para disolver el compromiso.) Pero el ángel de Jehová se le apareció y le reveló a José que lo que había sido engendrado en ella era por espíritu santo. Por consiguiente, José obedeció la instrucción divina y tomó a María por esposa, "pero no tuvo coito con ella hasta que ella dio a luz un hijo; y le puso por nombre Jesús". (Mateo 1:18-25).

Da a luz a Jesús en Belén.

En el transcurso de estos acontecimientos, el decreto de César Augusto que exigía que todos se registraran en su pueblo natal resultó providencial, pues tenía que cumplirse la profecía concerniente al nacimiento de Jesús. (Miqueas 5:2) Por lo tanto, José tomó a María, que se encontraba "en estado avanzado de gravidez", y la llevó en un agotador viaje de 150 Km. desde su casa de Nazaret, en el Norte, hasta Belén, al Sur. Como no había sitio en el hospedaje, el niño nació en las condiciones más humildes y fue acostado en un pesebre. Esto ocurrió probablemente alrededor del 1 de octubre del año 2 a.C. (Lucas 2:1-7).

Cuando los pastores oyeron al ángel decir: "Les ha nacido hoy un Salvador, que es Cristo el Señor, en la ciudad de David", se apresuraron a Belén y allí hallaron la señal: el hijo de María estaba "envuelto en bandas de tela y acostado en un pesebre". Informaron a la feliz familia lo que el gran coro de ángeles había cantado: "Gloria en las alturas a Dios, y sobre la tierra paz entre los hombres de buena voluntad". María, por su parte, "iba conservando todos estos dichos, sacando conclusiones en su corazón". (Lucas 2:8-20).

Al octavo día, María hizo circuncidar a su hijo en obediencia a la ley de Jehová. A los cuarenta días ella y su esposo llevaron al niño al templo de Jerusalén para presentar la ofrenda prescrita. La Ley requería el sacrificio de un carnero joven y un palomo o una tórtola. Si la familia no poseía lo suficiente para la oveja, se tenían que ofrecer dos tórtolas o dos palomos. El que María ofreciese "un par de tórtolas o dos pichones" muestra que José era un hombre de escasos recursos. (Lucas 2:21-24Levíticos 12:1-46,8) Cuando el anciano Simeón, un hombre justo, vio al niño, alabó a Jehová por haberle permitido contemplar al Salvador antes de morir. Volviéndose a María, dijo: "Sí, a ti misma una espada larga te atravesará el alma", no queriendo decir que ella sería traspasada con una espada literal, sino que experimentaría dolor y sufrimiento a causa de la predicha muerte de su hijo en un madero de tormento. (Lucas 2:25-35).

Vuelve a Nazaret.

Cierto tiempo después, un ángel le advirtió a José de la trama urdida por Herodes el Grande para matar al niño y le ordenó que huyese con Jesús a Egipto. (Mateo 2:1-18). Una vez muerto Herodes, la familia volvió y se estableció en Nazaret. Allí María tuvo más hijos, de los que por lo menos cuatro eran varones. (Mateo 2:19-23;13:55,56Marcos 6:3).

Aunque la Ley no requería que las mujeres asistieran a la celebración anual de la Pascua, María solía acompañar a José año tras año en el largo y difícil viaje de unos 150 Km. hasta Jerusalén con este propósito. (Éxodo 23:1734:23). En uno de esos viajes, alrededor del año 12 E.C., después que la familia había salido de Jerusalén y recorrido la distancia correspondiente a un día para regresar a su casa, descubrieron que faltaba Jesús. Sus padres volvieron inmediatamente a Jerusalén para buscarlo. Después de tres días lo hallaron en el templo, escuchando e interrogando a los maestros. María exclamó: "Hijo, ¿por qué nos trataste de este modo? Mira que tu padre y yo te hemos estado buscando con la mente angustiada". Jesús respondió: "¿Por qué tuvieron que andar buscándome? ¿No sabían que tengo que estar en la casa de mi Padre?". Ciertamente el lugar lógico donde hallar al Hijo de Dios era el templo, donde podría recibir instrucción bíblica. María "guardaba cuidadosamente todos estos dichos en su corazón". (Lucas 2:41-51).

A los doce años Jesús demostró un conocimiento sobresaliente para su edad: "Todos los que le escuchaban quedaban asombrados de su entendimiento y de sus respuestas". (Lucas 2:47). El conocimiento y el entendimiento que tenía Jesús de las Escrituras reflejaban que sus padres le habían dado una excelente educación. Tanto María como José debieron ser muy diligentes en enseñar y educar al niño, criándolo en "la disciplina y regulación mental" de Jehová y cultivando en él la costumbre de asistir a la sinagoga todos los sábados. (Lucas 4:16Efesios 6:4).

Jesús la amaba y respetaba.

Después de su bautismo, Jesús no manifestó favoritismo alguno por María; no se dirigió a ella como "madre", sino simplemente como "mujer". (Juan 2:419:26). El uso de este término en el contexto de la época no demostraba en ningún sentido falta de respeto. Su uso moderno tampoco tiene por qué transmitir un sentimiento negativo. María era la madre de Jesús según la carne, pero desde que se le engendró por espíritu en el momento de su bautismo, fue principalmente el hijo espiritual de Dios y su "madre" era "la Jerusalén de arriba". (Gálatas 4:26). Jesús puso de relieve este hecho cuando María y sus otros hijos le interrumpieron en una ocasión, mientras estaba enseñando, pidiéndole que saliese afuera, a donde ellos estaban. Jesús mostró que en realidad su madre y sus parientes cercanos eran los miembros de su familia espiritual y que los asuntos espirituales tenían prioridad sobre los carnales. (Mateo 12:46-50Marcos 3:31-35Lucas 8:19-21).

Cuando faltó el vino en una boda en Caná de Galilea y María le dijo a Jesús: "No tienen vino", él respondió: "¿Qué tengo que ver contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora". (Juan 2:1-4). Jesús se valió de una antigua forma interrogativa que aparece ocho veces en las Escrituras Hebreas (Josué 22:24; Jueces 11:12; 2 Samuel 16:10; 19:22; 1 Reyes 17:18; 2 Reyes 3:13; 2 Crónicas 35:21; Oseas 14:8) y seis veces en las Escrituras Griegas. (Mateo 8:29Marcos 1:245:7Lucas 4:348:28Juan 2:4). Traducida literalmente, la pregunta diría: "¿Qué para mí y para ti?", queriendo decir: "¿Qué hay en común entre yo y tú?", "¿qué tenemos en común tú y yo?" o "¿qué tengo que ver contigo?". En cada uno de los casos, la pregunta indica objeción a lo que se ha sugerido, propuesto o sospechado. Así que Jesús expresó de esta forma su bondadosa reprensión, indicándole a su madre que él recibía instrucciones de la Autoridad Suprema que le había enviado y no de ella. (1 Corintios 11:3). María, mujer sensible y humilde, lo entendió rápidamente y aceptó la corrección. Se hizo a un lado y, para dejar que Jesús llevase la delantera, dijo a los servidores: "Todo cuanto les diga, háganlo". (Juan 2:5).

María estaba junto al madero de tormento cuando fijaron a Jesús. Para ella, Jesús era más que un hijo amado, era el Mesías, su Señor y Salvador, el Hijo de Dios. Al parecer, en aquel entonces María ya había enviudado. Por consiguiente, Jesús, como primogénito de la casa de José, cumplió con su responsabilidad y pidió al apóstol Juan, probablemente su primo, que llevase a María a su casa y cuidase de ella como si fuera su propia madre. (Juan 19:26,27). ¿Por qué no la confió Jesús a uno de sus medio hermanos? No se dice que ninguno de ellos estuviera presente. Además, no eran creyentes, y Jesús consideraba la relación espiritual más importante que la carnal. (Juan 7:5Mateo 12:46-50).

Discípula fiel.

La última referencia bíblica a María muestra que era una mujer creyente y devota y que todavía tenía una relación estrecha con otros fieles después de la ascensión de Jesús. Los once apóstoles, María y otros discípulos estaban reunidos en un "aposento de arriba", y "todos estos persistían de común acuerdo en oración". (Hechos 1:13,14).

La tradición cristiana dice que santa Ana, casada con Joaquín, fue la madre de María y por tanto la abuela de Jesús de Nazaret.

Ana en los evangelios apócrifos y en el Islam.

El nombre es conocido en hebreo y árabe como "Hannah". Todo lo que se conoce sobre su vida, incluso su nombre, está basado en los Evangelios apócrifos, no admitidos por la Iglesia dentro de sus libros canónicos. Según estos, santa Ana era natural de Belén. Sus padres eran "Mathan" y "Emerenciana". Descendía del rey David y de Leví (casta sacerdotal).

Según el Protoevangelio de Santiago, Joaquín y Ana eran una pareja acomodada, pero estéril. Joaquín fue rechazado al llevar su ofrenda al templo por no tener descendencia. Apenado, Joaquín no volvió a su casa, sino que se dirigió a una montaña, donde rogó a Dios que le diera un hijo ayunando durante 40 días y 40 noches; Ana, mientras tanto, lloraba su dolor. Entonces un ángel se les apareció simultáneamente, anunciando que sus ruegos habían sido escuchados y que concebirían un hijo.

Ana prometió dedicar al niño al servicio de Dios y cumplidos los nueve meses dio a luz a una niña a la que llamó "Miryam" ("María"). Al cumplir los tres años, Joaquín y Ana llevaron a María al templo para consagrarla a Dios como habían prometido. María vivió en el templo hasta que cumplió los 12 años, edad en la que fue entregada a José como esposa.

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