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Las representaciones en didáctica de las matemáticas, por Vicenç Font (página 3)



Partes: 1, 2, 3, 4

Tal como hace observar Bunge, dado un símbolo matemático,
se pueden esperar diversas interpretaciones pragmáticas según
el utilizador, las circunstancias y las metas. Por lo tanto, sólo un
subconjunto de las interpretaciones pragmáticas será válido,
por lo que se necesita un criterio de validez. Si consideramos, tal como propone
la teoría de los objetos personales e institucionales, que el significado
personal de un objeto matemático es el sistema de prácticas personales
que realiza un alumno para resolver el campo de problemas del cual ha emergido
el objeto personal, el criterio de validez es muy fácil de encontrar,
ya que lo aporta el profesor. Es decir, el profesorado determina cuáles
son las prácticas válidas y corrige las que no lo son. Este criterio
de validez se ha formulado en la teoría de los objetos personales e institucionales
mediante el constructo "significado a priori de un objeto matemático
para un sujeto desde el punto de vista de la institución escolar".
Ahora bien, el profesorado (institución) no utiliza cualquier criterio
para determinar si una práctica es válida o no lo es, sino que
lo hace a partir de una "teoría". Por lo tanto, la interpretación
pragmática del significado choca con el problema de "la objetividad
de la teoría" que se utiliza como criterio de validez. Si no se
puede explicar desde un punto de vista pragmático "la objetividad
de la teoría", la interpretación pragmática del significado
resulta ser muy limitada. En la teoría de los objetos personales e institucionales
se resuelve el problema de la objetividad de la teoría por medio del
constructo "significado institucional". Ahora bien, para llegar a
aceptar un constructo de este tipo, es necesario dar una justificación
muy argumentada, ya que la filosofía, y más en concreto la filosofía
de la ciencia, ha necesitado hacer un largo recorrido para llegar a formulaciones
de este tipo.

La explicación desde un punto de vista pragmático de "la
objetividad de la teoría" es un tema complejo porque la objetividad
(certeza o verdad necesaria) es un objetivo que las ciencias pretenden conseguir
haciendo abstracción de los utilizadores. La aceptación de la
explicación pragmática de "la objetividad de la teoría"
sólo es posible si previamente se ha puesto entre paréntesis como
mínimo: 1) la suposición que la ciencia nos ofrece copias cada
vez mejores de una realidad que tiene sus propias determinaciones, 2) la teoría
referencial del significado y 3) la suposición que la actividad constitutiva
del sujeto lleva a verdades necesarias. El cuestionamiento de estas
tres suposiciones es el resultado de un largo proceso que ha producido un desplazamiento
de los estudios sobre la ciencia desde el estudio de las teorías al análisis
de las prácticas.

Este desplazamiento ha sido posible gracias a la superación de
la división entre el "contexto de justificación" y "el
contexto de descubrimiento" propuesta por el positivismo lógico.
El contexto de justificación tenía que ver con los criterios metodológicos
normativos subyacentes a la ciencia y, consiguientemente, podía ser objeto
de análisis "a priori" en el que se involucraba genuinamente
el estudio metacientífico, mientras que los procesos de descubrimiento
debían ser objeto de los estudios de historiadores, sociólogos
y psicólogos de la ciencia, en tanto que interesados en la descripción
"a posteriori" de aspectos diversos vinculados a la actividad científica.
Ambos centros de interés eran, por lo demás, estancos. En la superación
de esta división han tenido un papel destacado el libro de Kuhn "La
estructura de las revoluciones científicas" (Kuhn 1962) y el artículo
de Quine "Naturalización de la epistemología" (Quine
1969). El primero, que se puede considerar una de las bases del punto de vista
llamado "socio-histórico" atrajo la atención de los
filósofos de la ciencia sobre el desarrollo histórico de las teorías
científicas, mientras que el segundo, que está en la base de lo
que se ha venido en llamar "naturalismo" en la filosofía de
la ciencia, postula que no es posible disponer en filosofía de ninguna
posición ventajosa desde la que puedan realizarse hallazgos "a priori".

La teoría de los objetos personales e institucionales se ha ampliado
últimamente con una teoría de funciones semióticas. Godino
y Recio (1998) consideran que las entidades primarias en matemáticas
pueden ser de tipo notacional, intensional o extensional y se presentan en la
interacción del aula en forma ostensiva. Cada una de estas entidades
puede jugar el papel de expresión o de contenido en una función
semiótica: (Godino y Recio 1998, pág. 3-3).

Para Godino y Recio, los tres tipos de entidades primarias consideradas
(extensionales, intensionales y notacionales) pueden jugar el papel de expresión
y contenido en las funciones semióticas, resultando, por lo tanto nueve
tipos diferentes de tales funciones. A continuación las ilustraremos
con ejemplos muy simples. Si veo la palabra triángulo y la relaciono
con el dibujo de un triángulo, se trata de una función semiótica
con expresión notacional y contenido extensional. Si veo la palabra triángulo
y la relaciono con "figura plana cerrada por tres lados", estoy considerando
una función semiótica con una expresión notacional y un
contenido intensional. Si veo la palabra triángulo y la relaciono con
"ABC", tengo una función semiótica con expresión
notacional y contenido notacional. Si leo "figura plana cerrada por tres
lados " y lo relaciono con la palabra triángulo, se trata de una
función semiótica con una expresión intensional y un contenido
notacional. Si leo "figura plana cerrada por tres lados" y lo relaciono
con el dibujo de un triángulo, estoy considerando una función
semiótica con una expresión intensional y un contenido extensional.
Si leo "figura plana cerrada por tres lados con un ángulo recto"
y lo relaciono con "figura que se obtiene al dividir un rectángulo
por una diagonal", tengo una función semiótica con expresión
intensional y contenido intensional. Si veo un triángulo y lo relaciono
con "esta figura es un triángulo", se trata de una función
semiótica con una expresión extensional y un contenido intensional.
Si veo un triángulo y lo relaciono con el dibujo de otro triángulo,
tengo una función semiótica con una expresión extensional
y un contenido extensional. Si veo un triángulo de vértices A,
B y C y lo relaciono con "ABC", se trata
de una función semiótica con una expresión extensional
y un contenido notacional.

Los ejemplos anteriores son muy simples, pero la producción e
interpretación de signos en matemáticas es un proceso muy complejo,
ya que cuando vemos, por ejemplo, f(x) no solamente interpretamos
esta notación como una función sino que esta notación,
entre otros procesos, nos lleva a considerar la variable independiente que se
representa por x. Esta focalización en la variable independiente
se puede representar de la manera siguiente:

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Figura
7

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Una expresión f(x) se relaciona con el contenido
"función"; este par expresión/contenido es la expresión
que se relaciona con el contenido "variable"; este nuevo par expresión/contenido
es la expresión que se relaciona con el contenido "variable independiente";
este nuevo par expresión/contenido es la expresión que se relaciona
con el contenido notacional x. Podemos considerar la función
que relaciona la expresión inicial "f(x)"
con el contenido final "x". Esta función relaciona
un objeto f(x) con el objeto x, es decir, relaciona
un objeto con otro que no es de la misma
clase. Este esquema sigue la estructura
propuesta por Hjelmslev "Semejante superelevación de códigos
representa lo que Hjelmslev ha definido como "semiótica connotativa",
cuya forma és:
Figura 8

Es connotativa una semiótica en que el plano de la expresión
está constituido por otra semiótica. En otros términos,
existe código connotativo cuando el plano de la expresión es otro
código. En el ejemplo ofrecido más arriba, el contenido de la
primera significación (junto con las unidades expresivas que lo transmiten)
se convierte en expresión de un contenido ulterior"
(Eco 1976,
pág. 94 de la edición usada). En Font (2000) se ha aplicado las
funciones semióticas a un objeto matemático de una cierta complejidad
como es la derivada.

La clasificación de las entidades matemáticas en extensionales,
intensionales y notacionales se puede aplicar tanto a las representaciones ostensivas
(dominio de lo público) como a las mentales (dominio de lo privado).
Es decir, podemos considerar símbolos mentales que actúan como
soporte de entidades extensionales, notacionales o intensionales, o bien considerar
ostensivos que actúan como soporte de entidades extensionales, notacionales
o intensionales. Por este motivo las funciones semióticas son un instrumento
que permite el análisis conjunto de la manipulación de ostensivos
materiales en un contexto social y del pensamiento que la acompaña.

Síntesis y reflexiones finales

1) La clasificación de las representaciones en externas e internas
se puede considerar en dos sentidos diferentes. El primero, que es poco problemático,
consiste en considerar como representación externa aquello que es visible
y público, mientras que las representaciones que no son accesibles a
las otras personas se consideran internas. El segundo sentido, que tiene una
carga ontológica muy fuerte, consiste en considerar que los objetos exteriores
tienen una copia especular en la mente de las personas.

2) Consideramos que toda experiencia está cargada de teoría
y que los conceptos que la forman se presentan en un contexto intersubjetivo
de forma ostensiva. No podemos hablar, por ejemplo, de la derivada sin utilizar
representaciones ostensivas ni podemos interpretar el ostensivo f ´(a)
sin el concepto de derivada en un punto. Dicho de otra manera: todo acto de
conocimiento intersubjetivo, moviliza un conjunto de ostensivos y de no-ostensivos.
Esto no implica, no obstante, que no podamos distinguir el caso particular del
caso general si nos situamos en un juego del lenguaje en el que, cuando se dice
que el ostensivo "f ´ (a)" es muy pequeño
se entiende que nos interesa el aspecto individual, prescindiendo del general,
mientras que cuando se habla de la derivada en un punto utilizando el ostensivo
"f ´(a)" prescindimos del aspecto particular y nos
centramos en el aspecto general. Desde esta perspectiva, consideramos que la
manera de entender la abstracción, la generalización y la simbolización
que propone Dubinsky o la que propone Dörfler, informan sobre las reglas del
"juego de lenguaje" que permite prescindir de lo particular y centrarse
en lo general.

3) En las prácticas públicas se manipulan dos clases de
objetos: ostensivos y no-ostensivos. Estos objetos se pueden clasificar en:
intensionales, notacionales y extensionales, cada uno de los cuales puede jugar
el papel de expresión y de contenido en las funciones semióticas.

4) Consideramos que, en la situación en la que se encuentra actualmente
la didáctica de las matemáticas, puede ser más rico para
esta disciplina tratar "la manipulación de símbolos mentales"
como una esfera con una cierta autonomía respecto de la "manipulación
de ostensivos materiales". Una esfera, por cierto, sobre la cual la psicología
cognitiva ha realizado aportaciones importantes. Ahora bien, aceptar que en
estos momentos puede ser útil tratar la manipulación de símbolos
mentales como una esfera autónoma respecto de la "manipulación
de ostensivos materiales" no quiere decir situarnos en el otro extremo:
considerar que el pensamiento, entendido como proceso de manipulación
de símbolos mentales que tienen lugar en la mente, es la causa de la
"manipulación de ostensivos materiales". Aceptar esta última
posición implica que la "noesis" dirige a la "semiosis"
(en la terminología de Duval, 1995). Lo que proponemos es: 1) Considerar
que la "manipulación de ostensivos materiales" se realiza en
un contexto social de interacción y va acompañada de "pensamientos
en los que se manipulan símbolos mentales" (y no necesariamente
es causada de manera mecánica) y 2) Explorar la posibilidad que las funciones
semióticas sean un instrumento que permita el análisis conjunto
de la "manipulación de ostensivos materiales" en un contexto
social y del "pensamiento" que lo acompaña. 5) Desde un punto
de vista pragmático, el conjunto de prácticas que puede realizar
en un momento determinado el alumno es lo que se entiende por significado del
objeto (concepto, idea, no-ostensivo, etc.) personal del alumno en este momento.
El significado entendido de esta manera se puede parcelar en diferentes clases
de prácticas más específicas que son utilizadas en un determinado
contexto y con un determinado tipo de notación produciendo un determinado
sentido. Un cambio de notación puede activar un sentido diferente, es
decir un subconjunto de prácticas públicas y privadas, que puede
facilitar o dificultar la resolución de la actividad. En la producción
de nuevo sentido también juegan un papel importante los procesos analógicos
y metafóricos.

6) Generalmente los objetos matemáticos se representan mediante
notaciones diferentes que ayudan a producir diferentes sentidos. Cada una de
las notaciones ayuda a producir sentido, pero no produce todos los sentidos.
Por lo tanto, comprender un objeto matemático requiere utilizar diferentes
notaciones y convertir (traducir) una representación en otra.

7) Consideramos que las tres clasificaciones básicas para entender
los procesos de representación son: Ostensivo versus no-ostensivo

Esta distinción se ha de tomar en sentido intersubjetivo: se puede
mostrar a otro directamente versus no se puede mostrar directamente, solamente
por medio de ostensivos.

Las palabras pensadas o los recuerdos (símbolos mentales) se presentan
propiamente a la conciencia pero no son ostensivos. Esto nos lleva a la distinción:
Propiamente versus Impropiamente

Esta distinción se ha de tomar en el sentido siguiente: se presenta
directamente a la conciencia (propiamente) versus se presenta indirectamente
a la conciencia (impropiamente). Los signos matemáticos (ostensivos
o pensados) se presentan propiamente. Los objetos matemáticos sólo
se presentan impropiamente. La otra distinción básica es: Extensivo
versus Intensivo (Ejemplar / Tipo) Estas tres clasificaciones actúan
cuando, por ejemplo, en un libro vemos f(x). Por un lado es
ostensivo y se presenta propiamente a la conciencia. Por otro lado, según
el juego de lenguaje que consideremos, se puede considerar como un ejemplo de
función (extensivo) o bien como la clase de funciones (intensivo) o bien
como un signo (propiamente) que está en el lugar de "algo"
(la clase de funciones, o la función particular) que está presente
impropiamente.

Notas finales

1 Por "trascendente" entendemos que permanece fuera
de toda experiencia posible, entendida ésta en sentido kantiano, como
aquella que queda más allá del espacio y del tiempo. Es decir,
la "cosa en sí" que ultrapasa los límites del conocimiento
humano. Por "inmanente" entendemos aquello que cae dentro de los límites
de la experiencia posible.

2 El "Tractatus" y "Las Investigaciones" son
las primeras obras de Wittgenstein que fueron publicadas. Dadas las marcadas
diferencias de estilo y contenido que hay entre ellas, se fue extendiendo la
idea que Wittgenstein había desarrollado dos filosofías diferentes:
la del primer Wittgenstein y la del segundo. La publicación póstuma
de las obras escritas en los años 30 muestra, según Kenny (1973),
que esta visión es demasiado simple, ya que hay muchas conexiones entre
estas dos obras, así como muchos supuestos comunes. A pesar de ser conscientes
de la simplicidad de la idea del primer y segundo Wittgenstein, la continuaremos
utilizando.

3 Utilizamos el término "ostensivo" en el sentido
que se puede mostrar a otro directamente. Por ejemplo, la fórmula
de una función que el profesor escribe en la pizarra y el alumno ve directamente.

4 De hecho, se puede considerar la existencia de dos tradiciones
cognitivas diferentes. Una, la dominante, de naturaleza mecanicista y asociacionista,
representada actualmente por el "procesamiento de la información",
que considera que las representaciones son homeomórficas a la realidad.
Y otra, más constructivista, que tiene sus orígenes en la psicología
europea (Piaget, Vygostky, la Gestalt,…) que pone en cuestión la representación
como correspondencia homeomórfica porque considera que la mente humana
juega un papel muy activo en la construcción de estas representaciones
y, en algunos casos, llega a cuestionar la versión fuerte de la representación
(Varela 1990).

5 Utilizamos el término corporeidad porque, al no poderse
mostrar a otros, no son ostensivos. Ahora bien, con el término corporeidad
queremos indicar que estos símbolos mentales son contenidos propios de
la conciencia que son casi-ostensivos (palabras pensadas, evocación de
experiencias vividas, imágenes mentales, etc.).

6 "(…) Según esta idea, el hombre y el computador
son sistemas de procesamiento de propósitos generales, funcionalmente
equivalentes, que intercambian información con su entorno mediante la
manipulación de símbolos. Según esta concepción,
tanto el ser humano como el computador son verdaderos "informívoros"(…),
son sistemas cognitivos cuyo alimento es la información; y aquí
la información tiene un significado matemático muy preciso de
reducción de la incertidumbre"
(Pozo 1993, pág. 43).

7 La interpretación de Duval como realista representacionalista
y la de Kaput y Brown como no representacionalistas es personal y puede ser
controvertida.

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Ing.+Lic. Yunior Andrés Castillo S.

"NO A LA CULTURA DEL SECRETO, SI A LA LIBERTAD DE INFORMACION"®

www.monografias.com/usuario/perfiles/ing_lic_yunior_andra_s_castillo_s/monografias

Santiago de los Caballeros,

República Dominicana,

2015.

"DIOS, JUAN PABLO DUARTE Y JUAN BOSCH – POR SIEMPRE"®

Partes: 1, 2, 3, 4

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