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La serpiente Uroboros, por Eric Rucker Eddison (página 18)



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[1] E. R. Eddison. The Mezentian Gate (Ballantine, Nueva York, 1969), pág. XI.

[2] E. R. Eddison. Mistress of Mistresses (Ballantine, Nueva York, 1967), pág. 356.

[3] Mark Graubard estudia el uróboros en su libro Astrology and Alchemy: Two Fossil Sciences [Astrología y alquimia: dos ciencias fósiles] (Nueva York: The Philosophical Library, 1953). Este símbolo antiguo les resultará familiar a los estudiantes de filosofía moderna, pues lo han utilizado C. G. Jung y Erich Neumann en sus estudios del desarrollo y de la unidad de la personalidad. ver Symbole der Wandlung [Símbolos de transformación], de Jung, y The Origins and History of Consciousness [Orígenes e historia de la consciencia], de Neumann. Los interesados pueden observar una fotografía de un antiguo manuscrito en papiro que contiene el dibujo de un uróboros en la página 103 de un catálogo de papiros griegos del Museo Británico (Greek Papyri ¡ti the British Museum, Londres, impreso por encargo de los conservadores del Museo Británico, 1893). El
dibujo se comenta en otro volumen: GreekPapyri in the British Milseurn.Catalogue with Texts, ed. F. G. Kenyon (Londres: William Clones and Sons, Ltd., 1893), ver página 103.

[4] Los antiguos alquimistas concebían el oro en un sentido metafórico, además de su sentido literal como nombre del más perfecto de los metales. Cualquier sustancia cuyas proporciones estuvieran ordenadas se podía llamar «dorada».

[5] Graubard, Astrology and Alchemy, pág. 200.

[6] Robert Steele, «Alquimia», en Shakespeare's England (Oxford: Clarendon Press, 1970),1:462-475.

[7] Eddison a K. Henderson, 5 de febrero de 1923, fol. 18, Ms. Eng. Letters, c. 231, Biblioteca Bodleian, Oxford.

[8] La mayoría de los lectores no especialistas en literatura escandinava no han oído hablar jamás de las sagas islandesas. El catedrático Gwyn Jones describe así las sagas en su libro A History of the Vikings (Londres: Oxford University Press, 1973), pág. 288: «El siglo XIII (…) fue la época clásica de la redacción de sagas (sagas familiares). Las ciento veinte o más sagas (sggur) y relatos breves (thaettir) nos aportan una historia del siglo x y del primer tercio del XI, en versión libre y muchas veces ficticia, a través de las vidas de hombres y mujeres notables y de las tradiciones de familias importantes cargadas de odios hereditarios, pero muy afectada por la imaginación creadora de los cuentistas, escritores y copistas, por los cambios a que está sujeta la tradición en un período de doscientos a trescientos años, y por las distorsiones inevitables cuando unas personas interesadas por las cosas antiguas y llenas de orgullo familiar retratan en parte una época en términos de otra».

[9] H. Rider Haggard a Eddison, 14 de mayo de 1922, fol. 13, Ms. Eng. Letters, c. 231, Biblioteca Bodleian, Oxford.

[10] Repito aquí palabras e ideas expresadas por, J. R. R. Tolkien en su ensayo «On Fairy Stories» [«Sobre los cuentos de hadas»], de la antología Essays Presented to Charles williams, ed. C. S. Lewis (Grand Rapids, Michigan: Eerdmans, 1974), pág. 6o. Éstas son las palabras de Tolkien sobre la capacidad del lector de creer en los elementos fantásticos de la literatura: «Se ha llamado "suspensión voluntaria de la incredulidad" a ese estado mental. Pero no me parece que sea una buena descripción de lo que sucede. Lo que sucede verdaderamente es que el cuentista resulta ser un buen "subcreador". Crea un Mundo Secundario en el que puede entrar la mente del lector. Lo que relata es "verdadero" dentro del mismo: se ciñe a las leyes de ese mundo. Por l0 tanto, el lector l0 cree mientras está dentro de él, por así decirlo. En cuanto surge la incredulidad, se deshace el encanto; ha fracasado la magia, o, mejor dicho, el arte. El lector vuelve a estar en el Mundo Primario, contemplando desde fuera el pequeño mundo Secundario fracasado».

[11] Los nombres en el original son, respectivamente, Demons, Witches, Imps, Pixies, Goblins y Ghouls. La traducción de los cuatro primeros por «demonios», «brujos», «duendes» y «trasgos» es exacta, aun que hace en castellano el mismo efecto que comenta el prologuista en este párrafo sobre el original inglés. Dejo sin traducir Goblins (que es el nombre de un duende travieso, un sinónimo más de «duende» y «trasgo») y Ghouls (un ghoul es una criatura entre zombi y vampiro). (N. del T)

[12] Tolkien a Caroline Everett, carta 199, The Letters of J. R. R. Tolkien, ed. Humphrey Carpenter y Christopher Tolkien (Boston: Houghton Mifflin Company,1981), pág. 258.

[13] Ransome a Eddison, 10 de septiembre de 1922, fol. 40, Ms. Eng. Letters, c. 231, Biblioteca Bodleian, Oxford.

[14] Arthur Ransome, The Autobiography of Arthur Ransome (Londres: Jonathan Cape, 1976), pág. 38.

[15] Eddison a E. Brinton, 6 de agosto de 1922, SRQ 823.91 ED23, correspondencia sobre Styrbiorn el Fuerte, departamento de Historia Local, Biblioteca de Referencia de la Biblioteca Central de Leeds.

[16] SRQ 823.91 ED23. Notas sobre Styrbiorn el Fuerte, departamento de Historia Local, Biblioteca de Referencia de la Biblioteca Central de Leeds.

[17] SRQ 823.91 ED23, correspondencia sobre La saga de Egil, departamento de Historia Local, Biblioteca de Referencia de la Biblioteca Central de Leeds.

[18] Esta cita, y todas las demás secundarias en este apartado («Contaré… sin adornos») están tomadas de las páginas xxviii-xxxii de la introducción de Eddison a su traducción de La saga de Egil (Egil's Saga. Cambridge: Cambridge University Press,1930).

[19] Eddison, La saga de Egil, xix

[20] Gwyn Jones, Eirik tire Red and other lcelandic Sagas, traducción al inglés de Gwyn Jones (Oxford: Oxford University Press,1982), pág. ix.

[21] Magnus Magnusson y Hermann Palson, Njal's Saga, traducción al inglés de M. Magnusson y H. Palson (Harmondsworth, Middlesex: Penguin, 1986), pág. 25.

[22] Jones. Eirik theRed, pág. xiv.

[23] E. V. Gordon, An Introduction to old Norse (Oxford: Clarendon Press, 1927), pág. xxxii.

[24] Eddison a la señora Ford, 24 de enero de 1923, fol. 9, Ms. Eng. Letters, c. 231, Biblioteca Bodleian, Oxford.

[25] Eddison, La saga de Egil, xxix.

[26] Eddison a Henderson, 5 de febrero de 1923, fols. 18-21, MS. Eng. Letters, c. 231, Biblioteca Bodleian, Oxford.

[27] El palacio de Príamo, «construido a maravilla», estaba «construido con claustros de piedra pulida, y dentro de él había cincuenta dormitorios de piedra pulida hechos de modo que se pasara de unos a otros» (Iliada, canto VI: 242-245).

[28] H. Munro Chadwick, The Heroic Age (Cambridge:Cambridge University Press, 1917), pág. 387.

[29] Jones, Hístory of the Vikings, págs. 279-287.

[30] Ilíada, págs. 327, 330, 331, 333 de la traducción de Richmond Lattimore (Chicago: University of Chicago Press, 1961).

[31] Otelo, acto II, escena iii, versos 257-258.

[32] Se ha considerado a la Inducción el «defecto principal» de la novela, pero ERE pretende determinar en ella el tono y el ambiente de la novela. La palabra usada en el original, «Inducción», tiene varios significados, y casi todos ellos nos interesan aquí. En primer lugar, es un arcaísmo que quiere decir introducción, y, al empezar con esa palabra, el primero entre centenares de arcaísmos, ERE advierte inmediatamente del estilo peculiar de la novela: será una mezcla ecléctica de lo moderno y lo arcaico. La palabra también quiere decir «acción y efecto de inducir con persuasión», y, en estas pocas páginas de prosa, ERE intenta persuadirnos para que nos adentremos más en el relato propiamente dicho. Este método de ERE se parece al del poeta Thomas Sackville, del período de Isabel I. Las profundas lecturas de ERE en la literatura isabelina le harían conocer la famosa «Inducción» (1563) de Sackville, para el poema didáctico Espejo de magistrados, escrito por varios poetas y publicado en cuatro ediciones cada vez más amplias, entre 1559 y 1587. En esta «Inducción», basada en el libro VI de la Eneida, el Dolor personificado se encuentra con el sombrío narrador en un triste día de invierno y lo conduce desde el mundo conocido hasta el infierno. Detrás de las negras puertas, el Dolor muestra al narrador una sucesión de personificaciones terribles: el Remordimiento, el Temor, la venganza, la Miseria, la vejez, la Enfermedad, el Hambre y la Guerra. La Guerra personificada porta un enorme escudo en el que están retratados grandes generales de la antigüedad: Darío, Aníbal, Pompeyo, César, Sila y Mario. Sackville describe todas las personificaciones y los retratos del escudo con tantas imágenes detalladas, que convierte el infierno en un lugar de horrores sensuales y de tristeza profunda. Prepara así a los lectores para los temas y ejemplo concretos del Espejo, pues el infierno oscuro y siniestro de Sackville, al contrastar con las comodidades del mundo iluminado por el sol, recalca los mensajes del poema sobre los castigos que se sufren en el infierno por los pecados políticos cometidos en el mundo de los vivos. De una manera similar, el extraño carácter del mercurio imaginario de ERE necesita esta inducción suya, pero no es alegórica ni didáctica como la de Sackville. ERE debe provocar la fe en el mundo imaginario a base de contrastarla con las realidades terrenales. Así, ERE da al lector un compañero humano para el viaje más allá de «les barricades mystérieuses» hasta el mundo extraño de Mercurio. El éxito de la inducción estriba en su moderación y en sus sucesos argumentales no explicados: éstos producen misterio en el texto, y el misterio produce a su vez curiosidad en el lector. Lo extraño de la casa, sus nombres «Casa de la Paz» y «Casa de Postmeridian» y «Casa del Deseo del Corazón», la existencia del salón del loto, con su alusión al fruto del loto, extrañamente irresistible, que hace que el que lo coma se olvide de su patria (ver la odisea de Romero, canto IX, 83-104), las relaciones del salón del loto con Mercurio, la aparición del martinete, del caballo alado y de su carro: ni ERE como narrador ni Lessingham como personaje principal explican estas cosas. Los sucesos de la inducción se limitan a suceder, y deben ser aceptados como en un argumento mítico tal como dice Keats de los misterios: «sin perseguir irritadamente los hechos y la razón» (de una carta a sus hermanos, 21-27 de diciembre de 1817). Hablando del título de la obra musical de Couperin Les Barricades Mystérieuses, Lessingham susurra a Mary: «Y sólo tú y yo sabemos lo que significa de verdad». Esto caracteriza a toda la inducción: ERE y sus personajes conocen las cuestiones misteriosas, pero el lector sólo recibe alusiones que espolean su interés mientras adormecen su incredulidad de las maravillas. «Como en un sueño», Lessingham sigue al martinete; y el lector, en una curiosidad onírica, sigue a Lessingham hasta las glorias del castillo de Galing.

[33] ERE empieza su novela a la manera de las sagas. Todas las sagas islandesas importantes empiezan de esta manera. La saga de Nial: «Había un hombre llamado Mord…» (traducción de Sir George Webbe Dasent. Londres, J. M. Dent & Sons, 19u); La saga de Egil: «Había un hombre llamado Wol£..» (trad. de E. R. Eddison. Cambridge University Press, 1930); La saga de Grettir el Fuerte: «Había un hombre llamado Onund…» (trad. de G. Hight. Londres, J. M. Dent & Sons,1914); Saga de Laxdaela: «Había un hombre llamado Ketil el Chato…» (trad. De M. Magnusson y H. Palsson, Harmondsworth, Middlesex, Penguin Books, 1969). Al comenzar LSU a la manera de las sagas, ERE muestra su deseo de anunciar su fidelidad hacia una de sus influencias más poderosas.

[34] A cualquier persona que haya caminado o escalado las cordilleras de Asia, Europa o el oeste de América del Norte, los picos de la región de los lagos inglesa le parecerán montañas enanas, pero en esos fells (colinas) de Cumbria existen bellezas no comparables con las de ninguna otra cordillera. ERE conocía y amaba la región de los lagos, y Wasdale resultaba uno de sus lugares favoritos por lo remoto que era. Este valle está en la zona oeste de la región de los lagos, y contiene el Wast Water, que es el más profundo de toda la región (80 metros). Wasdale está, a su vez, dentro del bosque de Copeland: Copeland abarca las montañas al oeste del Wast Water, y en su borde sur está el tranquilo pueblo de Nether Wasdale. Una carretera, que transcurre por la orilla occidental del Wast Water, une el pueblo de Nether Wasdale con Wasdale Head, pueblo que está en el extremo norte del valle. Andando hacia el norte por esta carretera, mirando hacia el este y por encima de la superficie límpida del Wast Water, se pueden contemplar los Screes, que se yerguen escarpadamente desde la orilla oriental del lago. Los Screes, vistos desde aquí, parece que transportan al espectador hasta lo más abrupto del último período glacial, pues parece que derraman en el Wast Water toneladas incalculables de fragmentos negros, grises, pardos y blancos de rocas volcánicas; de ahí el nombre de estos precipicios. Los Screes tienen una altura variable y se extienden entre dos picos: el Whin Rigg (535 metros) y el Illgill Head (608 metros). La casa de Lessingham debe de estar hacia el sur, cerca del pueblo de Nether Wasdale, pero probablemente esté al este del río Irt, pues la vista desde el jardín tiene el lago al nordeste, y se puede ver el Gable tras los Screes. El Gable, mejor llamado el Gran Gable, tiene 899 metros de altura. A. Wainwright, cuya guía en siete volúmenes Pictorial Guide to the Lakeland Fells es la biblia del excursionista por los fells, describe el Gran Gable, el «viejo y canoso favorito», con palabras mucho mejores que las que yo pudiera decir: Es el señor indiscutible del grupo de colinas a que pertenece, y su altura superior queda tremendamente subrayada por el golfo profundo que lo separa de los Scafells y que permite una perspectiva impresionante que pone de manifiesto toda su altura de media milla como una pirámide continua e ininterrumpida: éste es el aspecto que dio nombre al fell. (…) el Gran Gable tiene embrujo. Empieza siendo un adversario
honorable y se convierte en un amigo.

[35] Mary, la esposa de Lessingham, está leyendo el capítulo 124 de la traducción muy admirada de sir George Webbe Dasent de La saga de Njal. Fue publicada con el título The Story ofBurnt Njal, en dos volúmenes, por la editorial Edmonston and Douglas en Edimburgo, en 1861. ERE consiguió los volúmenes en 1900; por ello, cuando ERE acudió a ellos para transcribir este pasaje en LSU, ya habían soportado veinte años de uso amoroso, y la «cubierta verde desvaída» del libro de Mary quizá sea una alusión directa al ejemplar propio de ERE. En las cubiertas adornadas aparecen grabados en oro dos refranes islandeses antiguos: «Sólo poco tiempo está la mano dispuesta al golpe» y «Desnuda está la espalda que no tiene hermano tras ella». La traducción de Dasent fue reimpresa en una edición más asequible dentro de la colección «Everyman’s Library», por J. M. Dent en Inglaterra y E. P. Dutton en Estados Unidos.
Simplificándolo quizá demasiado, el gran tema de La saga de Njal se refiere a la sabiduría de encontrar soluciones pacíficas para conflictos potencialmente violentos. El sabio Njal siempre pugna por mantener los vínculos saludables de parentesco y amistad mientras otros hombres más iracundos pugnan por romper esos vínculos para satisfacer su ira. El complicado argumento de la saga habla de los intentos fallidos por sustituir la enemistad por la amistad, por aplacar la venganza por el perdón, por derrocar el orgullo por la humildad, y de disolver la terquedad por el compromiso. El «paseo del lobo» de mal agüero anuncia el derrocamiento final de Njal y el triunfo de la violencia. El hombre que ve el «paseo del lobo» se llama Hilidglum, pero su papel en la acción del relato es secundario. El hombre sobre el caballo gris cuyos ijares están «salpicados de escarcha» dice a Hilidglum que las «redes» (consejos o planes) de Flosi son como la antorcha ardiente que lleva. Flosi Thordarson, suegro de Hoskuld Hvitaness-Sacerdote, piensa atacar la casa de Njal y matar a sus hijos como venganza por haber matado ellos a Hoskuld. Flosi ataca la casa de Njal en Bergthorsknoll y quema viva a la familia que queda atrapada dentro de la casa. Es difícil decir con exactitud por qué decidió ERE citar este pasaje en concreto en su inducción. Las últimas palabras de Dasent, «grandes nuevas», podrían estar relacionadas con el viaje a Mercurio de Lessingham. El agüero podría aludir también a las grandes nuevas de guerra en Mercurio. Sabiendo que a ERE le desagradaban las alegorías,
no me atrevo a sugerir ninguna relación entre los islandeses enfrentados y los demonios y brujos también enfrentados.

[36] Murciélagos halconeros: ERE quiere decir aquí que los murciélagos cazan insectos de la misma manera que los halcones cazan pájaros. Esta analogía no es correcta, porque los murciélagos localizan los insectos por medio del sonar, y los comen en pleno vuelo, mientras que los halcones matan a los otros pájaros cayendo en picado sobre ellos y golpeándolos a gran velocidad; pero la expresión es un ejemplo minucioso de la faceta isabelina del estilo de ERE. Shakespeare usa el verbo de la misma manera en Macbeth, cuando Ross y el viejo discuten las extrañas señales que aparecieron antes y después del asesinato del rey Duncan:
El martes pasado,
Un halcón, que se cernía en su alto lugar,
Fue halconeado y muerto por un búho ratonero.
(II: iv:11-13)
Los búhos, cazadores nocturnos principalmente, caen en silencio sobre sus víctimas, que están en tierra. Aquí, un búho que suele comer ratones mata a un halcón que vuela alto con el sistema del mismo halcón.

[37] Les Barricades Mystérieuses: Breve rondó en sí bemol mayor de Francois Couperin (1668-1733), que debe ser tocado «vivement».

[38] Este término está relacionado con el sueño; se refiere a las horas después del mediodía (P.M.).

[39] Estos pájaros imaginarios no suelen tener patas, y, aunque en el capítulo doce aparece un ser volador sin patas, parece que el amiguito lacónico de Lessingham puede posarse.

[40] Las palabras del martinete pueden estar inspiradas por otras que pronuncia lady Mary Seraskier en Peter Ibbetson, de George du Maurier, novela que ERE admiraba mucho. Peter Ibbetson se encuentra en un sueño con lady Mary, y ambos viajan juntos al París de su infancia. Una vez allí, lady Mary advierte a Peter:
Y recuerda otra cosa: debes tener cuidado de cómo tocas las cosas o a la gente: puedes oír, ver y oler; pero no debes tocar, ni coger flores u hojas, ni cambiar de sitio las cosas. Así se empaña el sueño, como cuando se arroja el aliento sobre un cristal de ventana. No sé por qué, pero es así. Debes recordar que aquí todo está muerto y pasado. Tú y yo somos diferentes: estamos vivos y somos verdaderos…
(George du Maurier, Peter Ibbetson)
ERE ha invertido la situación: en Peter Ibbetson, los viajeros soñadores son verdaderos y París es ilusorio, pero, en LSU, los viajeros soñadores parecen ilusorios mientras que Mercurio parece verdadero.

[41] Fue un poderoso y rico rey de los lidios, que reinó del 560 al 546 a. C. Conquistó Éfeso y sojuzgó a los griegos jónicos, pero no fue capaz de conquistar las islas jónicas, por lo que estableció con ellas una alianza. (La versión que da Heródoto del nacimiento de la alianza tiene encanto: ver La Historia, I:27.) Cuando le visitó Solón, arconte y legislador ateniense, Creso le preguntó quién era el hombre más feliz del mundo, y Solón le dijo: «Para mí, está claro que tú eres muy rico, y claro también que eres rey sobre muchos hombres; pero no puedo decir que eres lo que me preguntas hasta que no oiga que has acabado bien la vida.» A Creso no le agradó nada la respuesta y despidió a Solón «sin volver a darle importancia, y juzgando que era sin duda un estúpido capaz de despreciar los bienes presentes llevando siempre todos los asuntos hasta el final» (Heródoto, La Historia).

[42] Mítico rey de Creta e hijo de Zeus; su mujer, Pasífae, dio a luz al Minotauro. Sacrificaba todos los años siete doncellas y siete jóvenes al Minotauro; llegó a ser el juez de los muertos en el Hades.

[43] Muchas leyendas rodean a esta antigua princesa asiria que vivió en el siglo IX a. C. Se le ha atribuido la construcción de Babilonia y de sus gloriosos jardines colgantes. Algunas leyendas la consideran encarnación de la diosa Istar y Astarté.

[44] En el año 1904, cuando ERE tenía veintidós años, adquirió la edición de John Ashton de TheVoiagearid Travayle («Los viajes y trabajos») del caballero sir John Maundeville (Londres; Pickering íy Chatto, 1887), cuya primera redacción se hizo en francés anglonormando en 1356-1357 Parece probable que el libro extraño y cargado de imaginación de Maundeville inspiró a ERE en su descripción del salón de audiencias de Galing. Maundeville dice lo siguiente del palacio del rey de Java:
El rey de esta tierra tiene un rico palacio, el mejor del mundo, pues todas las escaleras de su salón y de sus cámaras están hechas una de oro y la otra de plata, y todas las paredes están chapadas de oro y plata finos, y en esas chapas están escritas historias de caballeros y de batallas, y el suelo del salón y de las cámaras es de oro y de plata, y no hay hombre que crea estas riquezas que tiene si no las ha visto…
(págs. 137-138)
Maundeville describe también el palacio suntuoso del Preste Juan:
(…) allí está su palacio principal, que es tan rico que es maravilla contarlo (…), y las puertas principales de este palacio son de las piedras preciosas que los hombres llaman sardónice, y los cantos de las puertas son de marfil, y las ventanas del salón y de las cámaras son de cristal de roca, y las mesas en que comen son algunas de esmeralda, otras de amatista, otras de oro y piedras preciosas, y las patas que sujetan las mesas son también de tales piedras, y los escalones por los que sube el emperador a su sitial donde se sienta en las comidas, uno es de ónice, otro de cristal de roca, otro de jaspe verde, otro de amatista, otro de sardónice, otro de calcedonia roja, otro de seuton (?), donde pone el pie es de crisólito, y todos esos escalones están orlados de oro fino, y muy engastados de grandes perlas y otras piedras preciosas…
(págs. 205-206)

[45] Diferente del Pegaso de Ovidio, esta palabra fue usada por primera vez en italiano (ippogrifo) por el poeta italiano del siglo XVI Ariosto para designar una combinación de caballo y de grifo:
El caballo no era ficción, sino que era
Hijo de un grifo y de una yegua.
Su plumaje, manos, morro, alas y cabeza
Eran como los de su padre.
El resto de él estaba heredado de su madre.
Se llama hipogrifo. Estas bestias, aunque raras
En las montañas rifeñas, mucho más allá
De las aguas heladas del norte se encuentran.
(Orlando furioso)
Ariosto también advierte, humorísticamente, que el hipogrifo es un animal «natural», para distinguirlo del caballo alado del Orlando innamorato de Boiardo, poema y poeta que inspiraron en parte a Ariosto. El caballo alado que lleva a Lessingham a Mercurio se parece al animal de Ariosto, y resulta adecuado que el medio de transporte de Lessingham sea el símbolo de Demonlandia.

[46] Especie de anguila marina común en las costas de Gran Bretaña; alcanza de dos a tres metros de longitud y es comestible.

[47] ERE estudió a Virgilio en Oxford, y pudo recordar estas líneas de la Eneida cuando escribió acerca del monstruo chillón:
Ningún monstruo
es más malévolo que éstos; ningún castigo
de los dioses, o peste más salvaje surgió jamás
de las aguas de la laguna Estigia. Estas aves pueden tener
rostro de vírgenes, pero de sus vientres emanan
excrementos repugnantes, y sus manos
son garras, y sus rasgos, pálidos y hambrientos.
(Libro 111, versos 281-287)
Eneas, que relata sus viajes en el banquete de Dido, refiere después que las arpías atacan con «grito terrible» y con «chillido horrible y batir de alas».

[48] El dragón que mató Beowulf se llamaba «fyrdraca» (poema de Beowulf, verso 5.371), y en el período isabelino se llamó así a los dragones que escupían fuego.

[49] monstruo pequeño pero mortal que nace de un huevo de gallina incubado por una serpiente. Su mirada puede matar, igual que la Gorgona (ver nota siguiente). ERE basa su descripción en las creencias populares de la época de Isabel I. La misma gentil Julieta habla de «el ojo de dardos mortales del basilisco» (Romeo y Julieta, acto III, escena Il, verso 47).

[50] Gigante que tiene un único ojo en el centro de la frente. Solían vivir muchos en Sicilia, pero ya se han extinguido.

[51] Monstruos que escupen fuego, con cabeza de león, cuerpo de cabra y cola de serpiente.

[52] En la antigua poesía hebrea, este nombre se aplicaba a un animal acuático gigantesco, real o imaginario. Para los ingleses del período isabelino, se refería a la ballena o a un monstruo marino imaginario.

[53] Variedad amarillenta del berilo precioso.

[54] Piedra transparente de un color verde pálido, a veces con tonos azules pálidos, amarillos o blancos.

[55] Piedra compuesta de manganeso y cuarzo, de un color púrpura transparente o violeta azulado.

[56] La palabra se refiere a cualquiera de varias piedras preciosas rojas; la más común es el rubí. Entre los siglos XIV y XVII, se aplicó el nombre de carbunclo a una piedra preciosa imaginaria que brillaba en la oscuridad. Podemos encontrar alusiones a la piedra luminosa en escritores tan notables como William Caxton y sir Walter Raleiglh, pero ERE encontró la piedra legendaria en el libro Voiage and Travayle de sir John Maundeville. En su descripción del palacio del Preste Juan en Susa, Maundeville dice que «alrededor de la torre principal del palacio hay dos cornisas de oro que la rodean toda, y en cada una de ellas hay dos carbunclos grandes y cumplidos, que brillan con claridad por la noche…» (capítulo XCVIII).
En el capítulo LXXII, Maundeville describe el palacio del Oklar Kan, emperador de los tártaros: «Y tiene en su cámara una columna de oro que ilumina toda su cámara por la noche…».

[57] Silicato sulfuroso de un color azul brillante.

[58] Una tela cara que suele ir entretejida con hilo de oro y de plata. Durante el reinado de Isabel I y de Jacobo I, se valoraba mucho. ERE pudo leerlo en John Webster. En el acto II, escena i, de El diablo blanco, el duque de Florencia reprende a Brachiano por sus sospechas de las relaciones adúlteras con Vittoria Corombona, y cree que Brachiano paga a Vittoria para que sea su amante:
Su esposo es señor de poca fortuna,
Pero ella lleva tela de tisú.

[59] Sedas o muselinas finas y transparentes

[60] Collares cortos con joyas.

[61] Elena de Troya tenía tal belleza, que mereció la envidia de Afrodita. «Enorme es el parecido de su rostro con el de la diosa inmortal», dice uno de los consejeros de Príamo (Iliada, III:158).

[62] ERE admiraba a Swinburne lo bastante como para adquirir sus obras completas en diecinueve volúmenes. En la Atalanta en Calydon de Swinburne, el príncipe de Calydon, Meleagro, ama y venera a la doncella de Arcadia:
Por tu nombre y por el temor a tu casta cara,
Oh sagrada Atalanta, ningún hombre osa
Alabarte, aunque eres más hermosa que las que todos alaban,
Y divina por tu gracia de cabello santificado
Y por el hábito santo de tus ojos…

[63] Fue una hermosa mujer griega del siglo IV a.C. Sirvió de modelo a Praxíteles para su «Afrodita de Gnido», que fue el primer desnudo femenino exento y de tamaño natural del arte griego clásico.

[64] Perséfone, hija de Zeus y Deméter, fue llevada a la fuerza por Hades al mundo inferior; allí probó la comida, por lo que se obligó a permanecer con Hades seis meses cada año.

[65] Espíritu que habita en el aire.

[66] Propiamente, es un fuego que se produce por causas naturales en las marismas y en las turberas; vaga con una luz atrayente y misteriosa, y por eso se aplica el nombre en sentido figurado a cualquier cosa que es atractiva pero engañosa.

[67] Tela fina y rica de seda; también, tela fina de lino.

[68] Esto sucedió en el 382; ver «Argumento con fechas».

[69] Según el «Argumento con fechas», esta guerra se inició en el 399. En una carta fechada el 16 de marzo de 1942 y dirigida a un amigo americano llamado J. M. Howard, ERE comparó la guerra contra Alemania con la guerra contra los ghouls. Distinguía entre «los enfrentamientos vivificadores», como las alegres guerras «de Galing contra Carcé, cuyo final dejó tan tristes y desocupados a Juss y a sus amigos», y la guerra dolorosa, odiosa, abominablemente destructora, contra la ideología de Hitler.
… ésta es la guerra contra los ghouls: una guerra de destrucción; una tarea pesada, inevitable, fea, cuyo fin y sanción es la extirpación de unas cosas que, hasta que no las extirpemos con nuestra propia fuerza y hombría, están interpuestas entre la humanidad y una vida que es la única que merece vivirse si queremos seguir siendo hombres.
(Fol. 124 de Ms. Eng. Lett., c. 231, biblioteca Bodleian)

[70] ERE basa este episodio en la institución islandesa del combate judicial llamado holmgang. Hasta el año roo6, tanto los demandantes como los demandados tenían derecho a exigir la celebración de un holmgang como método para resolver pleitos. Un ejemplo de holmgang aparece en el capítulo 65 de La saga de Egil.

[71] Túnica de malla metálica o hecha de cuero y recamada de escamas o anillos de metal.

[72] Espinilleras metálicas

[73] Éstas son las últimas palabras de Lessingham. Orville Prescott opina que ERE introduce con torpeza al personaje de Lessingham:
Ya que ésta era una obra épica romántica sobre un mundo imaginario, a Eddison le pareció necesario preparar su escenario y explicar las cosas antes de emprender el relato propiamente dicho. Lo hizo de manera torpe, enviando a Mercurio a un caballero inglés para que observase allí los hechos. Es una idea que distrae y resulta desmañada; pero, dado que a Eddison se le olvidó todo lo referente a su observador terrenal después de las primeras veinte páginas, a ningún lector deberá
inquietarle su presencia fugaz.
(De la «Introducción» a la edición de esta novela por Ballantine Books, 1967)
Lin Carter cita el pasaje anterior y dice que Prescott «señaló el defecto principal del libro» (Tolkien: a Look Behind the Lord of the Rings, Nueva York, ed. Ballantine, 1969, pág. 143). Es verdad que la intervención de Lessingham en la novela concluye abruptamente, pero la falta de explicación de esta conclusión repentina no es necesariamente un defecto. Quizá el silencio de Lessingham durante el resto de la novela es la expresión de su deseo de «no bailar a la música que tocan, sino esperar a que estas cosas se desarrollen». O quizá ERE quiera indicar, con la decisión de Lessingham, su adopción plena de un narrador como los de las sagas, que no interpreta la acción ni juzga a los personajes. Por otra parte, quizá esté la explicación en el mismo texto. El martinete explica cuidadosamente la situación de Lessingham en Mercurio: «Tú y yo viajaremos por aquí y por allá durante una temporada (…) Pero aquí no puedes tocar nada, ni hacer que las gentes te perciban (…) Pues tú y yo caminamos por aquí impalpables e invisibles, como si fuéramos dos sueños ambulantes». ERE afirma claramente que Lessingham está verdaderamente fuera de este mundo (como lo está el lector), aunque lo está observando, y, una vez establecida su presencia como observador constante, a ERE le pudo parecer innecesario hablar más de él.

[74] En el Libro de dibujos (ver «Introducción», apartado segundo), Gro se presenta como una figura complicada. Resulta mucho más heroico en los dibujos que en LSU. Un dibujo muestra a «el señor Gro cortando en dos la jabalina del hijo de Córund»: bonita hazaña con la espada, que sólo son capaces de realizar hombres como Gunnar y Kolskegg, de La saga de Njal. Otro dibujo lleva el texto: «Los demonios, intentando retener y desarmar al señor Gro hasta que haya escapado el hijo de Corsus». En este dibujo, Gro aparece como un héroe mayor y más fuerte que los demonios, y son precisos nada menos que tres demonios para retenerlo con dificultad. El momento culminante de Gro en el Libro de dibujos sucede cuando dirige una carga contra un ejército de brujos: «Gorice estaba venciendo con certeza, pero de pronto acudió al rescate el señor Gro con cincuenta hombres. Cargó sobre los brujos y, cuando llegó su jefe para abatirlo, sacó su revólver y lo mató». En LSU, Gro no hace ningún acto de heroísmo tan convencional, aunque combate en la batalla final ante Carcé. Además, en el Libro de dibujos, Gro está siempre del lado de los demonios; no tiene las tentaciones chaqueteras, consecuencia de su culto al héroe, que le asaltan en LSU. Pero Gro aparece dibujado en situaciones que hacen pensar que tiene algunas de las características del Maquiavelo astuto que es en LSU. Dos dibujos muestran a Gro disparando por la espalda a otro señor. Otro lleva el título: «El señor Gro apuñalando al señor Gandari cuando bebía». Desde luego, no son momentos de valor que igualen al de su tremenda carga sobre Gorice. Otro dibujo lleva el título: «El señor Gro disparando a su antiguo cómplice». No sé por qué dispara Gro a este personaje, pero el dibujo representa al señor Gro revolviéndose contra algún antiguo aliado suyo. En vista de que los diversos dibujos de Gro muestran rasgos de conducta muy diferentes entre sí, creo que, incluso en esta etapa temprana, Gro ya empezaba a convertirse en el personaje más complicado dentro de la imaginación de ERE.

[75] ERE tiene en mente las figuras barbadas de las esculturas de bronce y de piedra y de los relieves de los antiguos Acad, Asiria y Babilonia. ERE creía poderosamente en la belleza de la barba, y proclamó su opinión en 1930 en un artículo no publicado y lleno de imaginación titulado «A Night Piece on Hair» («Pieza nocturna sobre el cabello»):
En la Inglaterra de hoy, la moda de afeitarse es tan universal, que es posible pasarse meses y años sin contemplar una barba natural. Entre la belleza nativa de una gran barba jamás tocada por la navaja (al decir esto, acaricié la suave negrura asiria de la mía propia) y las barbas recortadas, duras e hirsutas de hoy, que además son, por regla general, barbas de viejos, hay tanta diferencia como entre el olmo majestuoso y sus pobres hermanos podados de Kensington Gardens. Así que la barba ha pasado de ser el adorno principal de la virilidad a ser la insignia de una edad chocha que ya no usa la navaja por pereza: y aquella «flor de la juventud», la pelusa suave e incipiente de las mejillas de un joven que tanto gustaba a los griegos, está tan extinguida en este país como el quebrantahuesos y la avutarda.
ERE, en su personaje narrador, no puede evitar identificarse con las grandes esculturas barbadas de los asirios. ERE llevó bigote durante la mayor parte de su vida adulta. Durante un viaje a Islandia en 1926 se dejó la barba, y a su vuelta, su mujer Winifred y su hija Jean le suplicaron que se la afeitase. Se la afeitó, con alivio por parte de ellas, pero, no queriendo renunciar completamente a aquel adorno de la virilidad, conservó el bigote durante el resto de sus días (Ms. Eng. Misc., c. 456, biblioteca Bodleian).

[76] Planta trepadora de cuyas raíces se extraen pigmentos rojos para el tinte.

[77] Este habitante de Brujolandia posee algunos de los rasgos, aunque desde luego no todos, de su tocayo que aparece en la Historia Regum Britanniae de Geoffrey de Monmouth. El héroe de ficción de Geoffrey, Brutus, mientras dirige a su gente hacia Albión, se encuentra en Mauritania con Corineus, huido de Troya, «hombre de mente sobria, sabio en los acuerdos, pero de gran valor y audacia». Corineus y su gente se unen a Brutus, y todos navegan hasta Aquitania, donde Corineus, ya famoso luchador contra gigantes, impresiona a Brutus al dirigir a los soldados en la
victoria sobre los aquitanos: «Corineus blandió su hacha de combate entre los batallones que se retiraban (…) De un solo golpe, cortó la cabeza a un hombre, y a otro le cortó las piernas». Es probable que ERE leyese a Geoffrey en su juventud. Aunque el héroe de ERE tiene el mismo valor del de Geoffrey, sin duda el joven juerguista de ERE no es «hombre de mente sobria».

[78] La raíz de esta planta aromática se usó medicinalmente contra enfermedades y venenos.

[79] La saga de Egil es la fuente del acto violento de Goldry. En el episodio que imita ERE, Skallagrim (Grim), padre de Egil, se crece con el frenesí de la ira durante un partido de un juego parecido al rugby, y su fuerza crece proporcionalmente:
Grim se volvió entonces tan fuerte, que agarró a Thord y lo derribó tan fuertemente que quedó todo quebrantado y feneció en el acto.
(Según la versión de E. R. Eddison, Cambridge. Cambridge University Press,1930, pág. 76)
Ver la nota siguiente, en la que se describe la naturaleza de la furia momentánea del combate que padecen Skallagrim y Goldry.

[80] La inflamación repentina de ira de Goldry, su locura temporal («tocado de ira»), su
rechinar de dientes y su boca llena de espuma, su violencia repentina y extraordinaria y la disipación simultánea de su ira y de su fuerza son algunas de las características de un berserh. Este antiguo término islandés se aplica a un guerrero cuya mente y cuerpo padecen la «furia de la batalla», o furorathleticus, como lo llamó Tácito al describirlo en las tribus germánicas. Todavía se discute el significado pleno de la palabra: algunos estudiosos creen que describía a los guerreros que entraban en combate vistiendo únicamente una camisa de piel de oso; otros creen que describía a los guerreros que entraban en combate sin bryny, es decir, cota de malla. ERE, consciente de esta polémica y quizá no dispuesto a tomar partido en ella, hizo que Goldry y Gorice XI lucharan desnudos. La saga de Egil describe con autoridad el berserk-gong o ataque de berserk:
Pues se dice que los hombres que eran poderosos de forma o los que tenían el berserk-gong, que no había resistencia posible ante ellos, pero que, en cuanto se les había pasado, eran más débiles que antes. Y así pasó con Kveldulf, que, en cuanto se le pasó la locura del berserk, entonces conoció su cansancio después de las muertes que había hecho, y entonces se quedó sin fuerza alguna, de modo que lo acostaron en su cama.
(Según la versión de E. R. Eddison, Cambridge, Cambridge University Press, 1930, pág. 53)
Se dice que un hombre es «poderoso de forma» cuando tiene la capacidad de cambiar de forma, normalmente para adoptar forma de lobo o de oso; así, Kveldulf, que era poderoso de forma sobremanera» (pág. 1), tiene un nombre que quiere decir «lobo del anochecer». La tradición de los hombres poderosos de forma u hombres lobos suele ir relacionada con la de los ataques de berserk en la antigua literatura escandinava. En el folclore de casi todas las culturas existen creencias relacionadas con la licantropía.
(N. del T.: La palabra berserk ha pasado al inglés moderno con el sentido de «loco, alienado».)

[81] Esta palabra suele referirse a un funeral; aquí parece que se trata de un brindis funerario.

[82] Barril pequeño, con capacidad para ocho o nueve galones (36-40 litros).

[83] Laúd con dos mástiles con trastes y dos clavijeros; el mástil superior contiene las cuerdas tenores, y el inferior las bajas.

[84] Instrumento de viento hecho de madera, con lengüeta doble y tesitura aguda que abarca dos octavas y media; es antepasado del oboe moderno.

[85] Escala en la que se basaron algunos cantos gregorianos; es una adición tardía a los modos eclesiásticos y se usó en el siglo XVI.

[86] El miedo a la muerte me turba.

[87] William Dunban (finales del siglo XV); “Lamento por el marqués cuando estaba enfermo”

[88] Cierto baile de carácter majestuoso, en compás de 2/2 y tempo lento.

[89] Nombre que se da a diversos bailes de origen alemán.

[90] Baile español rápido en compás de 3/4.

[91] Las danzas desenfrenadas y embriagadas de las sacerdotisas de Baco.

[92] Cierto baile rápido en compás ternario.

[93] Cierto baile en compás de 6/8.

[94] Baile francés movido en compás ternario.

[95] Aves europeas grandes y sin vuelo, capaces de correr a gran velocidad. Las Avutardas son raras en Europa actualmente; la gran avutarda solía ser común en Inglaterra, pero ya se ha extinguido.

[96] Trombón de varas.

[97] Epigrama en recuero de William Parrie, “alto traidor”, ejecutado en 1584; citado por Holinshed

[98] Se refiere a las estrellas que se usan para la navegación, sobre todo la Polar.

[99] Compárese con las palabras de reproche de Lady Macbeth a su esposo cuando éste tiene miedo de devolver las dagas a la cámara de Duncan: «¡Débil de propósito! / Dame las dagas. Los durmientes y los muertos / Son como retratos» (Macbeth, 11:
ii: 50-52).

[100] Lo que se llama popularmente «magia negra», en el sentido de invocación a los muertos. El sentido original del término es: «adivinación del porvenir por la comunicación con los muertos».

[101] Proyección de piedra que resalta de una pared para soportar el peso de una estructura superior; la ménsula de Carcé soporta la torre y el parapeto.

[102] Abertura entre dos ménsulas; por ella se puede verter plomo fundido o agua hirviendo.

[103] Recipiente de vidrio con cuello largo y estrecho doblado hacia abajo; sirve para destilar líquidos.

[104] Instrumento obsoleto que servía para calcular altitudes; adoptaba formas diversas, pero solía contener anillos de metal que correspondían a las órbitas planetarias.

[105] Recipiente en forma de calabaza que sirve para destilar.

[106] Recipiente plano que contiene agua hirviendo; se introducen en él otros recipientes menores, y el agua calienta su contenido.

[107] Ave negra de unos noventa centímetros de longitud; vive en las costas del hemisferio norte, y existe la creencia popular de que tiene una voracidad insaciable.

[108] Del autor

[109] Espectáculo a base de ilusiones ópticas.

[110] Es el basilisco, monstruo pequeño pero mortal que nace de un huevo de gallina incubado por una serpiente. Su mirada puede matar, igual que la Gorgona (ver nota siguiente). ERE basa su descripción en las creencias populares de la época de Isabel I. La misma gentil Julieta habla de «el ojo de dardos mortales del basilisco» (Romeo y Julieta, acto III, escena Il, verso 47).

[111] Forcus, deidad marina, fue padre de las tres gorgonas, cuyas cabezas estaban recubiertas de serpientes y cuyos ojos convertían en piedra a.los hombres. La más famosa fue medusa, a la que mató Perseo.

[112] Los términos citados son procesos alquímicos. La fijación es el proceso de reducir un espíritu volátil a una forma corpórea permanente; en la química moderna, es el proceso de combinar un gas con un sólido. La conjunción es el proceso de unir componentes de la materia. La deflagración es la combustión repentina de una sustancia con el fin de producir un cambio en su composición. La putrefacción es la descomposición o corrupción de una sustancia por medios químicos. La rubificación es el proceso de poner al rojo un metal básico.

[113] Pequeño bote de vidrio.

[114] Proceso de hervir en agua una sustancia para extraerle sus partes solubles.

[115] Pequeña ave rapaz del orden de las falconifonnes.

[116] El pan de oro sirve para pintar o para escribir, y se guarda en conchas de mejillón. El azafrán de oro es un producto químico de color azafrán. El alumbre es un sulfato de aluminio. La mandrágora es una planta venenosa que se usa como narcótico. La sal amoniaco es el cloruro amónico. El napelo y el eléboro negro son plantas venenosas. La manzana de espino es una planta usada como narcótico y llamada así por su fruto redondo y sus ramas espinosas. La afroselmia, el asem, la stripteria de Melos y el vinum ardens son sustancias tan esotéricas, que desde el siglo XVI ha estado prohibido darlas a conocer al público.

[117] En alquimia se llama así al tan buscado elixir de la perfección, que alargaría la vida y proporcionaría una salud perfecta.

[118] Son recipientes usados en la alquimia. Un aludel es un recipiente de vidrio o de barro abierto por ambos extremos. Un baño de arena es un recipiente de arena calentada que sirve para calentar otros recipientes. Un matraz es un recipiente redondo de vidrio con cuello largo, que se usa para destilar. Un atanor es un horno con calor constante y reciclado.

[119] Túnica que a veces llegaba hasta las rodillas. Se solía llevar sobre la camisa y bajo la capa.

[120] Tiro, la tierra de donde escapó la gran reina cartaginesa Dido, era famosa por sus tintes de púrpura. Es poco conocido el hecho de que los antiguos pueblos mediterráneos comerciaban con los mercurianos.

[121] Una piedra de color acuoso mate que se cree que se encuentra en el buche de los gallos.

[122] Brándoch Daba experimenta aquí la progresión emocional de un berserk, pero no le acomete el ataque

[123] La flor del viento es la pulsatila

[124] Las velas se ataban con cabos cortos y se enrollaban.

[125] Borrachos.

[126] Garduña.

[127] ERE apreciaba tanto las dos tragedias de tema italiano de John Webster, que su imaginación las abarcaba por completo y las tenía cerca de su corazón. Muchos versos de Webster flotaban por la imaginación de ERE, y aquí muestra la facilidad con que daba forma a sus pensamientos con expresiones propias del período isabelino, pues utiliza uno de los versos más famosos de Webster aplicándolo a un comentario relativamente intrascendente:
Tapadle el rostro. Se me deslumbran los ojos: murió joven.
Fernando pronuncia estas palabras al contemplar el cadáver de la duquesa, su hermana gemela. (La duquesa de Malfi, acto IV, esc.11, v. 263).

[128] Nombre de varias especies de helechos.

[129] O asa fétida; goma resinosa con fuerte sabor parecido al del ajo; se obtiene de plantas de Asia central.

[130] Nombre común de diversos arbustos perennes.

[131] Planta venenosa, también llamada capello o capuz.

[132] De Thomas Carew (1598-1639)

[133] Toque de trompetas para anunciar la entrada de una persona importante; en las comedias del período isabelino, anunciaban la entrada de un actor.

[134] Llamada a las armas o toque de atención.

[135] Vino con especias

[136] Grilletes, esposas.

[137] Ver el «Argumento con fechas», año 393

[138] Figura femenina usada como columna para sostener un dintel o un entablamento.

[139] Música de alguna de las provincias exteriores del imperio de Brujolandia.

[140] Variedad de anémona con flores púrpura en forma de campana; se ven en abril en las lomas calizas de la costa inglesa.

[141] Estas hermosas polillas tienen alas cuya forma recuerda a los aviones de combate modernos, y en sus colores entran muchos tonos de verde, con líneas onduladas blancas, amarillas, rosadas y algo de color lavanda. La oruga vive en la adelfa, que es un arbusto perenne venenoso con flores rojas y blancas. La polilla se encuentra en las regiones calurosas del Mediterráneo europeo, pero es más común en África.

[142] Cierta especie de patos silvestres.

[143] Pescado, carne o aves cortados en tiras y asados en una parrilla sobre carbón vegetal.

[144] La sustancia ligera y parecida a plumas que rodea las semillas del cardo, y que les permite extender la especie haciendo que sean arrastradas por el viento.

[145] Chaquetilla o jubón muy ceñido.

[146] La brionia es una planta trepadora común en el sur de Inglaterra. Sus tres variedades se llaman brionia roja, brionia blanca o nueza, y brionia negra.

[147] Planta con flores blancas y bayas negras y venenosas.

[148] Bebidas.

[149] Las más al norte de la Tierra.

[150] “Antídoto contra la melancolía” (1661)

[151] Paño de lana de menor calidad que la seda o el terciopelo; se hacía sobre todo en los Países Bajos, y se usó mucho en los siglos XVI y XVII..

[152] Especie pequeña de verderón; se encuentra en Europa, en el norte de África y en Asia occidental; se aprecia por su sabor.

[153] Anacreóntica XXV.

[154] Huevas de pescado saladas; caviar italiano.

[155] ERE aprovecha hábilmente dos citas de algunos versos de Shakespeare y de Webster sobre la ambición. Cita primero los últimos pensamientos de Hamlet en el más famoso de sus parlamentos:
Así nos hace cobardes a todos la conciencia
Y así la color natural de la resolución
Se aja y se cubre de la palidez del pensamiento,
Y empresas de gran empuje y momento
Con estas consideraciones desvían su corriente
Y pierden el nombre de hechos.
(Hamlet, III, i, 84-88)
A Hamlet, la conciencia, el pensamiento y «el miedo de que haya algo después de la muerte» (III, i, 79) le «turban la voluntad» (III, i, 81), y le enferman la resolución hasta que sus planes ambiciosos «pierden el nombre de hechos». La propiedad de la cita por parte de ERE estriba en el contraste entre la conducta de Gaslark y la que describe Hamlet las ambiciones de Gaslark perdieron el nombre de hechos, no porque fuera demasiado circunspecto, sino porque no planificó bien. Juss dice que el plan de Gaslark para atacar Carcé es «una loca fantasía», y dice que Spitfire y Brándoch Daba están «locos como las liebres en marzo» y que «intentan adquirir la sabiduría imitando su voz» cuando aceptan los planes de Gaslark. Cuando los planes pierden el nombre de hechos, se convierten, como dice el rey Gorice, «como en una nada». Con esta frase, ERE cita, por medio de Gorice, a Bosola, personaje de John Webster que carece de honor, amargado y que se odia a sí mismo, que, cuando se siente herido de muerte, sonríe tristemente por la satisfacción de saber que su golpe despachará al Cardenal, personaje de hielo y sin escrúpulos, culpable de varios negros pecados:
Me glorio
De que tú, que te alzaste como una enorme pirámide
Asentada en una base grande y amplia,
Termines en una pequeña punta, como en una nada.
(La duquesa de Malñ, V. v, 76-79)
Si bien Gaslark no tiene nada en común con el Cardenal de Webster, su herida, como la del cardenal, pone fin a sus planes ambiciosos de grandes hechos.

[156] Esta y las siguientes “Baladas de Roxburgh”, recopiladas en 1774

[157] En tiempos de Isabel I, ni el estudio de los anfibios ni el de los arácnidos estaba lo suficientemente avanzado como para rechazar las creencias populares sobre las arañas y los sapos. Edward Topsell, en su Historie of Serpents (1608), clasifica tanto a los sapos como a las arañas dentro de la categoría de las serpientes venenosas, pues define a éstas como: «todas las bestias ponzoñosas, ya se arrastren
sin patas, como las víboras y las serpientes, o con patas, como los cocodrilos y los lagartos, o ya tengan los cuerpos más compactos, como los sapos, las serpientes y las abejas». Robert Greene creía en 1592 que las arañas extraen su veneno de las flores. Shakespeare comparte esta creencia, pues su Ricardo II pide a su «tierra gentil»: «no alimentes al enemigo de tu soberano», y «que tus arañas, que absorben tu veneno, / y tus sapos de andares pesados se pongan en su camino» (Ricardo II, 111, ii, 12-15). Aunque el sapo «feo y venenoso, / lleva una joya preciosa en la cabeza» (Como gustéis, II, i, 13-14), es un sapo, cuya «ponzoña hinchada» producía durmiendo bajo una piedra fría durante treinta y un días, lo que las brujas echan al caldero (Macbeth, IV, i, 6-9). ERE, al mantener estas creencias en Brujolandia, no hacía más que añadir otra actitud isabelina a la cultura de su Mercurio. Sir Thomas Browne, con pragmatismo y experimentación baconianos, echó por tierra esta creencia isabelina, y su prosa es la fuente de ERE para el experimento práctico de Prezmyra:
Es muy celebrada la antipatía entre el sapo y la serpiente, y que se destruyen el uno al otro con veneno, y se cuentan con gran seriedad relatos de sus combates, en los cuales se suele dar por vencedora a la serpiente (…) Pero lo que hemos observado sobre esto no podemos ocultarlo en modo alguno; pues, habiendo encerrado en un recipiente de vidrio a un sapo con varias arañas, observamos que las arañas se le sentaban en la cabeza y le paseaban por el cuerpo sin resistencia alguna; y por fin, cuando tuvo ocasión, se las tragó, en pocas horas y en número de siete.
(Pseudodoxia Epidemica; libro tercero, cap. 27, sección 6)
ERE consiguió en 1916 tres volúmenes de las obras de sir Thomas Browne, y las admiró durante toda su vida. Reconoció con frecuencia su deuda con Browne.

[158] Tu teoría se viene abajo rápidamente.

[159] Loco rematado, loco de atar.

[160] ERE pensaba seguramente en las sorprendentes líneas de la comedia de Shakespeare Enrique IV, primera parte, en las que Hotspur, en su primer parlamento, dice al rey que no ha entregado sus prisioneros porque «lo molestaba mucho un papagayo»:
Vino un cierto señor, vestido con cuidado y aseo,
Fresco como un novio; y su barbilla recién segada
Parecía un rastrojal después de idos los segadores.
Iba perfumado como un guantero,
… y seguía sonriendo y hablando.
… Con muchos términos festivos y mujeriles,
me preguntó…
(II: vi: 33-47)
Corinius asiente al comentario de Heming de que «La Fireez es el más presumido de los hombres en cuanto a atavíos y alhajas costosas», pero el narrador nos dice que, cuando se burlan de él por sus atavíos, la cara de Corinius se puso «algo enrojecida en las mejillas y en la mandíbula afeitada, pues no cabía duda de que no había en el salón nadie más ricamente vestido que él». Papagayo equivalía a loro en la época isabelina, y era un término insultante en argot, con connotaciones de homosexualidad, que se aplicaba a los hombres delicados y afeminados que llevaban ropajes vistosos.

[161] ERE ha tomado esta amenaza de la comedia de John Webster El diablo blanco. Lleno de ira por su destierro, el conde Lodovico amenaza al duque de Florencia y al duque de Brachiano: «Les haré recortes italianos en las tripas / si alguna vez regreso» (II, i, 51-52). Los «recortes italianos» eran un tipo de bordados que se hacían en tejidos recortados o prensados, y fueron populares en Italia durante los siglos xv1 y xvii. Con buen acuerdo, ERE cambió la patria de origen de este pasatiempo popular a un país de Mercurio.

[162] Gallo castrado.

[163] Antorchas hechas de varias mechas gruesas sumergidas en cera.

[164] Brándoch Dahá cita al fascinante, impetuoso, exuberante, despiadado y amoral Flamíneo, de El diablo blanco.

[165] La mandrágora produce frutos venenosos que se han utilizado como narcóticos o en enemas, y desde tiempos antiguos se ha valorado como afrodisíaco. Prezmyra habla de la raíz de la mandrágora, a la que se asociaban muchas supersticiones en el período isabelino, debido a que tiene forma de rábano bifurcado y se parece a la mitad inferior de un cuerpo humano. F. L. Lucas comenta con detalle estas supersticiones:
De hecho, se trata de «un rábano bifurcado», que se parece a un hombre, del mismo modo que el juez Shallow se parecía a «un rábano bifurcado». De este parecido extraño surgió sin duda la estrambótica idea de que la planta crecía bajo las horcas, engendrada por los excrementos de los muertos; la mandrágora macho, de los hombres, y la hembra de las mujeres. Y también la idea, aún más extraña, de que, por ser semejantes a seres humanos, «daban un grito al ser arrancadas»; «que viene quizá -sigue diciendo sir Thomas Browne- de un pequeño ruido estridente que produce al dividirse sus partes cuando está bien arraigada. Y como el que arrancaba esta planta mágica moría, siempre se usaba a un perro para esta labor, que moría en el acto; y, para evitar la locura que causaba el grito al oírlo, el recolector se tapaba los oídos.
(F. L. Lucas, obras completas de John Webster, 4 vols..Londres, ed. Chatto & Windus, 1928; vol. 1, págs. 227-228)
El «dolor» de que habla Prezmyra sería la locura que resulta al arrancar la planta de la mandrágora

[166] En este pasaje se aprecian ecos del poema de Coleridge The Rime ofthe AncientMariner («El poema del antiguo marinero»), quizá la obra de Coleridge que más admiró ERE:
Soplaba la hermosa brisa; volaba la blanca espuma;
Seguía libremente el surco del barco;
Éramos los primeros que irrumpíamos
En aquel mar silencioso.
(texto de 1834, versos 103-106)
Las estrellas estaban apagadas, y la noche densa,
El rostro del piloto brillaba, blanco junte a su lámpara;
Goteaba el rocío de las velas,
Hasta que subió sobre el horizonte oriental
La luna bicorne, con una estrella luminosa
junto a la punta inferior.
(texto de 1843, versos 206-211)

[167] El azabache es una variedad de lignito negra. La serpentina es un mineral verde. El jacinto oscuro es una piedra preciosa azul oscura. La sanguinaria es un jaspe u otra piedra preciosa con puntos o rayas rojas.

[168] Variedad de perro de presa.

[169] Un bargueño es un armario o mueble con cajones que cumplía la función de las cajas fuertes modernas; el de Juss está «herrado», es decir, reforzado, con oro.

[170] ERE conocía las flores silvestres de primera mano. La margarita de ojo de buey es la margarita común blanca y amarilla que se encuentra en los campos entre junio y agosto. La campánula puede ser cualquiera de varios tipos de hierbas silvestres con hojas grandes y flores pequeñas en forma de campanilla y de color de lavanda; la barba de chivo amarilla es una flor de tallo liso que florece durante todo el verano; bajo su flor, de muchos pétalos, tiene hojas verdes como de hierba, y los pétalos amarillos centrales tienen motas negras. La flor de cuchillo es una variedad de lychnis, una planta muy ramificada con flores blancas y cáliz hinchado. Las gencianas azules oscuras son las gencianas de flecos, poco comunes, que florecen en otoño; los pétalos divididos en flecos de sus flores en forma de trompetas se curvan hacia fuera. La agrimonia es una planta con hojas compuestas y grupos como varillas de flores pequeñas y amarillas. La mejorana silvestre es una planta común en las regiones calizas; es una hierba muy apreciada en la cocina. La enredadera es una planta trepadora con flores en forma de embudo, rosadas con listas blancas; se parece al dondiego de día. Cuando ERE era niño, vagaba por las colinas cubiertas de árboles de Adel, su pueblo natal, que ahora es un barrio de Leeds. Cuando era joven, recorría los valles de Yorkshire y los de la región de los lagos. Después visitó Islandia, Canadá y Suiza. En una carta fechada el 15 de mayo de 1983, la hija de ERE, Jean G. R. Latham, me hablaba del amor que había sentido por la naturaleza: «Le gustaba mucho la vida y el arte, y aprendí mucho de él; disfrutaba también mucho de los animales, de los pájaros, de las flores y de las vacaciones en las montañas».

[171] Variedad de cuarzo que refleja muchos colores en sus planos cristalinos internos; está relacionado con el ágata.

[172] Diáfano como el vidrio.

[173] Parte del vestido que cubre desde el cuello y los hombros hasta la cintura.

[174] Lugar de residencia o de reunión temporal.

[175] Hileras de columnas rematadas por una baranda, para formar una pared ornamental al borde de un balcón o terraza.

[176] La parte más alta de la espalda, entre los omóplatos.

[177] Frambueso.

[178] En este pasaje sobre las manticoras, ERE descubre una parte de su método de redacción: la consulta habitual del diccionario The Oxford English Dictionary para asegurarse del uso correcto de los arcaísmos. Aquí recoge las citas del diccionario, tomadas de John Skelton, G. Wilkins y James Howell. Skelton (de Phyllyp Sparowe): «Las manticoras de las montañas pueden comerte los sesos». Wilkins (de Las miserias del matrimonio forzoso -bello título que nos llena de curiosidad por el contexto de la cita siguiente): «Manticoras, bestias monstruosas, enemigas de la humanidad, que tienen hileras dobles de dientes en las bocas». Howell (de Lustra Ludovici): «La bestia manticora tiene color rojo, la cabeza de un hombre y un aguijón agudo por detrás».

[179] El jugo ácido de las uvas no maduras; se usa como condimento y como medicina.

[180] Montones de estiércol o de compost.

[181] Lanza con una banderola en la punta que se despliega al viento cuando se eleva la lanza.

[182] Magnetita o piedra imán.

[183] Casco.

[184] En la Teqgonia de Hesíodo, Erebo es la oscuridad primigenia, hijo de Caos. Su hermana, la Noche, y él, son los padres del Éter y del Día. Normalmente, el nombre Erebo se aplica a la región infernal.

[185] Herrick (1591-1674), “Hespérides”

[186] Zeldornius se refiere al impaciente e insolente Carón, barquero de la laguna Estigia, cuya tarea es llevar a los Campos del Dolor a los muertos enterrados. Virgilio lo describe en el libro vi de la Eneida, cuando la sibila lleva a Eneas por los infiernos para que se reúna con la sombra de su padre, Anquises:
El torvo Carón es el sórdido barquero,
Guardián de estas corrientes, de estos ríos;
Tiene pelos blancos espesos y desordenados en la barbilla;
Ojos como fuegos que miran; un manto sucio
Tiene atado al hombro. Él solo
Empuja la barca, tiende la vela y lleva
A los muertos en su barco oscuro, tan viejo como él…
(Eneida, libro VI, vv. 394-400)

[187] En El diablo blanco, de John Webster, Flamineo, secretario de Brachiano y alcahuete suyo en sus relaciones con Vittoria, asegura a ésta que Brachiano acudirá a su cita: «Te encontrarás con él; está fijado con clavos de diamante a la necesidad
inevitable» (1, II,158-159).

[188] Cierta piedra preciosa verde amarillenta.

[189] Son perfumes. La mirra es una goma resinosa que se extrae del arbusto de su mismo nombre; procede de oriente medio. El nardo es un ungüento aromático que se obtiene hirviendo la planta del mismo nombre. El ámbar gris es una secreción olorosa de los intestinos de las ballenas.

[190] Este episodio en Eshgrar Ogo está inspirado en parte y copiado también en parte de Los viajes y trabajos del caballero sir John Maundeville (1357):
Y de allí los hombres atraviesan la Armenia menor, y en aquel país hay un viejo castillo que está sobre una roca, y que los hombres llaman el castillo de los Espíritus, y allí los hombres encuentran un halcón posado en una alcándara muy bien hecha, y hay una hermosa dama llena de belleza que lo cuida, y al que mantenga despierto al dicho halcón siete días y siete noches, y otros dicen que no son sino tres días y tres noches, solo y sin compañía y sin dormir, se le aparecerá aquella dama al cabo de los VII días o de los III días, y le otorgará lo primero que le pida de entre las cosas terrenales, y eso se ha probado muchas veces. Y así sucedió una vez que un hombre que era por entonces rey de Armenia, y que era hombre esforzado, estuvo allí velando, y, al cabo de los siete días, se llegó a él la dama y le invitó a que le pidiera lo que quisiera, por haber hecho bien su deber, y el rey respondió y dijo que era un gran señor, y con paz, y que era rico, de modo que no quería pedir nada, sino el cuerpo de la bella dama, y hacer su voluntad con ella. Entonces la bella dama respondió y le dijo que era un necio, y que no sabía lo que pedía, y que no podía poseerla, porque él no podía haber pedido más que cosas terrenales, y ella no era terrenal. Y el rey dijo que no quería otra cosa, y ella dijo que, pues no quería pedir otra cosa, le otorgaría tres cosas y todas las que cayeran sobre él, y le dijo: «Señor rey, tendréis guerra sin paz hasta la novena generación, y quedaréis sometido a vuestros enemigos, y os veréis en gran carestía de bienes y de ganado», y, desde aquel tiempo, todos los reyes de Armenia han tenido guerras y carestías, y han estado pagando tributos a los sarracenos.
(Según la ed. de John Ashton, publ. por Pickering &, Chatto,
Londres, 1887, págs. 110-112)
Eddison reduce la vela de siete noches con el halcón a una sola noche, pero toda la aventura con la dama dura siete noches, mientras duermen Juss y Spitfire. Al permitir a Brándoch Dahá que hiciera el amor con la mujer, Eddison concede el deseo que Maundeville niega al pobre rey de Armenia.

[191] Aquí, Corund, en un momento distendido con Gro, habla con una ironía jocosa alterando algunos versos que dirige Macbeth, el Macbeth de «furia valiente» del quinto acto, a un mensajero trémulo que viene a avisarle de que se acerca el ejército inglés: «¡El diablo te pinte de negro, bobo con cara de nata! / ¿De dónde has sacado esa cara de ganso?» (V, iii, 11-12). El epíteto bobo con cara de nata sugirió probablemente a ERE el requesón, que, por supuesto, no tiene nada de negro.

[192] La medicina europea medieval y renacentista clasificaba los temperamentos y los caracteres según cuatro humores o complexiones. En el humor sanguíneo predomina la sangre, y produce una persona de rostro rojo, alegre, esperanzada, valiente y amorosa. En el humor flemático predomina la flema, y produce una persona reservada, fría y con autodominio, o bien una persona perezosa, ociosa y torpe. En el humor colérico predomina la bilis amarilla, y produce una persona biliosa, irascible, apasionada, agresiva, iracunda. En el humor melancólico predomina la bilis negra, y produce una persona triste, abatida y deprimida. Los médicos intentaban templar los humores descontrolados por medio de sangrías, dietas y medicamentos.

[193] Ave que hace sus nidos en la arena.

[194] Fraudes y obstáculos.

[195] Protección, salvoconducto.

[196] Aquí, ERE usa un pasaje de Otelo en el que Iago intenta mostrar su fidelidad a Cítelo hablándole de sus deseos de asesinar a Brabantio: «Nueve o diez veces / Pensé en apuñalarlo aquí, bajo las costillas» (Otelo, l, ii, 4-5).

[197] La parte más adelantada de un ejército.

[198] Esta imagen, común en la poesía épica, tiene un horror especial para los héroes y para sus familias, porque una parte importante de la gloria final de un héroe y de su reputación dependía de que fuera enterrado o quemado debidamente, y si su cuerpo quedaba en el campo de batalla para que lo devorasen los animales carroñeros, se le negaba esta última gloria. Los primeros versos de la Ilíada se refieren directamente a este horror. La odiosa consecuencia de la ira del inexorable Aquiles es que:
causó múltiples males a los aqueos,
arrojados en multitud a la casa de Hades; almas fuertes
de héroes, pero dieron sus cadáveres para los banquetes
delicados de los perros, de todas las aves…
(Iliada,I, 2-5)

[199] En el acto III, escena xiii, de Marco Antonio y Cleopatra, el bullicioso Marco Antonio decide desafiar a Octavio César a combate singular, «espada contra espada, nosotros solos» (III, xiii, 27-28). Al oír esto Enobarbo, oficial y amigo de Marco Antonio, ya muy defraudado por el último fracaso de éste en la batalla naval contra Octavio, dice en un aparte irónico:
Sí, ¡es muy probable que el gran batallador César
Se juegue su felicidad, y salga a la palestra
Contra un diestro!
Enobarbo concluye el aparte dudando de las dotes de mando de Marco Antonio: «César, también has abatido su juicio» (III, xiii, 28-37).

[200] El nombre procede de una tragedia escrita en 1606 por John Marston. Lo más probable es que ERE encontrase el nombre y la obra a través de John Webster, que admiraba las obras de Marston.

[201] Tartarus, región infernal en la mitología romana, en la que se castigaba a los espíritus o sombras de los mortales pecadores.

[202] Pyriphlegethon es más conocido por Phlegethon, que es uno de los ríos infernales de la mitología romana, y cuyo nombre quiere decir, literalmente, «ardiente»; el prefijo pyri añade simplemente la palabra latina, que quiere decir «hoguera». Aqueronte es el río del dolor en los infiernos de los romanos, pero también se utiliza como nombre de todos los infiernos. El Fausto condenado de Christopher Marlowe, entre rica retórica escolástica, jura por ambos ríos: «Ahora, por los reinos de los dominios infernales, / de la Estigia o Aqueronte, y por el lago ardiente / del Phlegethon de fuego eterno, juro / que deseo ver los monumentos / y la disposición de la brillante y esplendorosa Roma» (La tragedia del doctor Fausto, III, ii, 47-0.) Es posible que ERE tuviera en mente estos versos cuando escribió este capítulo, pues admiraba mucho a Marlowe. ERE adquirió en 1904 la edición de las obras de teatro de Marlowe en la colección Mermaid Series, y la conservó hasta su muerte.

[203] Ésta es la primera alusión al lugar que, años más tarde, cuando se escribió Mistress of Mistresses («Señora de Señoras»), sería el nombre del «cielo privado» de los personajes de ERE Edward Lessingham y Mary Scamside Lessingham. Estos personajes, al aparecer en la «Inducción» de LSU, sirven de vínculo entre ambas novelas, que se publicaron con catorce años de diferencia. La situación geográfica de Zimiamvia en Mercurio, que aquí queda tan clara, resulta más difusa en los libros ulteriores, en los que no se habla nunca de Mercurio.

[204] Por médico; persona que practica la curación

[205] Nacidas de las gotas de sangre que salían de los genitales de Urano, herido, las tres Furias se convirtieron en criaturas aladas con serpientes retorcidas por cabellos. Se relacionan con el odio, la ira y la venganza. Juno convoca a la Furia Allecto para incitar a las tribus italianas nativas a hacer la guerra a los troyanos inmigrantes de Eneas:
Y del hogar de las Furias espantables
Y de la oscuridad infernal, convoca a la temida
Allecto, en cuyo corazón hay guerras horribles,
Violencias, fraudes e injurias…
(Eneida, libro VII, 429-432)

[206] Es probable que el nicor sea un tiburón o una orca, pero algunos han considerado que es una morsa o incluso un hipopótamo. Para los anglosajones, eran monstruos marinos, y Beowulf combate con algunos de ellos sufriendo grandes dolores (ver Beowulf, versos 422-423). A mí, personalmente, me atrae la imagen de una manada de hipopótamos ajustándole las cuentas a Beowulf..

[207] En las leyendas griegas, los sueños verdaderos vienen por la puerta de cuerno, y los falsos por la puerta de marfil.

[208] Algo de cobarde o mezquino.

[209] Ver las palabras de Macbeth antes de su ataque sangriento al castillo de Macduff en Fife: «Nada de alardear como un necio; / Haré esta obra antes de que se enfríe mi decisión» (IV, 1,153-154).

[210] El «nadir» es el punto más bajo. En 1916, ERE adquirió las obras Pseudodoxia Epidernica. Rehgio Medici e Hydriotaphia, de sir Thomas Browne (1605-1682). En este pasaje, ERE está citando la opinión de Browne sobre la providencia divina, en el párrafo 43 de Religio Medici: «Por lo tanto, existe un nadir secreto o fondo de nuestros días: Su sabiduría fue determinarlos, pero Su providencia perpetua y despierta es la que los cumple y los ejecuta…».

[211] ERE cita la obra de Robert Greene La Historia honorable de fray Bacon y fray Bongay (1594).

[212] Excelente, supremo.

[213] Así se llama la Tierra que habitan los hombres. El término original inglés (middle earth) procede de la palabra de inglés antiguo middangeard, que quiere decir «la Tierra», o «el mundo». Citaré el poema The Wanderer («El vagabundo»), poema lírico compuesto en el siglo VII (para describirlo de manera sencilla pero inadecuada, podría decir que este hermoso poema es una elegía conmovedora que relata las meditaciones invernales de un hombre solitario y desolado, sin amo y sin lugar en la sociedad): «… thes middangeard / ealgra dogra gehruam dreoseth ond fealle» (62-63) («Esta Tierra media perece y cae en ruinas todos los días»). J. R. R. Tolkien nos ha familiarizado con el término, pero no lo divorció de sus connotaciones terrenales:
Por cierto, «tierra media» no es el nombre de una tierra soñada sin relación con el mundo en que vivimos (como el Mercurio de Eddison). No es más que una aplicación del término inglés medieval middll-erde (o ertbe), alteración del término de inglés antiguo Middangeard: nombre de las tierras habitadas por los hombres «entre los mares». Y si bien no he intentado relacionar las formas de las montañas y de las masas terrestres con lo que puedan decir o suponer los geólogos sobre un pasado próximo, en la imaginación, esta «historia» se supone que transcurre en un período del antiguo mundo verdadero en nuestro planeta.
(Las cartas de J. R. R. Tolkien, ed. Humphrey Carpenter y Christopher Tolkien, publ. por Houghton Mifflin, Boston, 1981; pág. 220)
Era esencial para Tolkien mantener las relaciones con la Tierra, pues quería que sus leyendas mantuvieran un vínculo con la historia inglesa, a través del nombre anglosajón Aelfwine («amigo de los elfos»), que da Tolkien a un marino que navega hacia el oeste y aprende la historia de los elfos en la isla solitaria de Tol Eressea.

[214] Una gema de color verde, silicato de magnesio y hierro.

[215] Marcado por el destino.

[216] Donne (1573-1631)

[217] Haciendo travesuras y burlas. Quínolas, juego de naipes popular en los siglos XV-XVI. En el original, gleeke, juego de naipes popular en la Inglaterra de los reinados de Jacobo I e Isabel I, mencionado por John Webster en El pleito del Diablo, II, i, 57.

[218] Vid supra.

[219] Merry Drollerey (1691)

[220] Una pieza pequeña de corcho rodeada de un círculo de plumas, que se usaba en un juego que es el antecesor del moderno badminton.

[221] La que se utilizaba para golpear el volante.

[222] Merry Drollerey (1691)

[223] Anacreóntica II

[224] Un mármol laminado, con color lustroso verde pálido

[225] Un tejido costoso, con figuras en relieve o briscadas.

[226] «Buen vestido», eufemismo italiano por «amante».

[227] El halcón cazador asciende trazando círculos hasta una gran altura, antes de caer a gran velocidad sobre su presa; cuando está volando a gran altura, se dice que «se cierne

[228] Seda delgada o muselina.

[229] Las palabras de Prezmyra son una paráfrasis del Tamerlán de Christopher Marlowe:
¿No es gran cosa ser rey, Techelles?
Usumcasane y Theridamas,
¿No es muy gran cosa ser rey,
Y cabalgar en triunfo por Persépolis?
(El gran Tamerlán, primera parte, II, v, 51-54)

[230] Especie de halcón grande y de alas cortas.

[231] Galope alegre, vivo y con mucho brío.

[232] En equitación, una corveta es un salto en el que el caballo alza las manos y luego salta con las patas traseras antes de que las manos le lleguen al suelo. Una cabriola es un salto seguido de un giro lateral de las patas traseras.

[233] Halconeros.

[234] Halcón europeo pequeño pero muy arrojado; también llamado esmerejón.

[235] Águila silvestre, capturada tras haberse hecho adulta en libertad. Cuando las aves rapaces han pasado su primera muda en libertad, resultan más fieras y más difíciles de amaestrar para la caza.

[236] En cetrería, las pihuelas son las correas con que se atan las patas del ave a la alcándara (o percha). Los arillos son de metal, y van unidos a las pihuelas y a correas más largas. La caperuza es un pequeño saco de cuero que se pone en la cabeza del ave para que esté tranquila.

[237] Provincia cuyas rentas se destinan al mantenimiento de un infante.

[238] Cosa muy pequeña o insignificante.

[239] Belladona, planta de veneno mortal.

[240] Hacha de combate o jarrete cóncavo terminado en una pica y con astil largo.

[241] Del autor

[242] Cierto mármol verdoso.

[243] Cuando se calienta la piedra calcárea hasta que se descompone, desprende ácido carbónico, y permanece el óxido de calcio o cal viva, que se debe hidratar o apagar con agua. La cal viva tiene un color amarillo pálido.

[244] Nombre genérico de los escarabajos que se supone que se reproducen entre los excrementos y se alimentan de ellos.

[245] Es apropiado que, después de un asesinato muy parecido a los de Macbeth, Corsus emplee una de las expresiones de éste. Ya coronado, pero lleno de miedos angustiosos, Macbeth dice a su esposa que se deben cometer más crímenes antes de estar a salvo: «Hemos burlado a la serpiente, no la hemos matado» (III, ii, 55).

[246] Término del tenis antiguo. Los puntos ganadores eran tres lugares de la pista; si se metía la pelota en uno de ellos, se ganaba un punto.

[247] Cuarzo verde con puntos o rayas rojas.

[248] Aunque Gro había murmurado, en el capítulo anterior, que el hecho de que el águila montesina sacara los ojos al perro de caza «era de mal agüero», no presentó ninguna interpretación del mismo al rey, y, al parecer, Gorice olvida el incidente. Aquí, es posible que el rey hable sin referirse conscientemente al ave desobediente; pero la metáfora del rey confirma que el incidente bahía sido un mal presagio: el águila montesina representa a Corsus; el perro, a Gallandus; el jabalí, a Demonlandia, y el acto de sacar los ojos, el asesinato de Gallandus por Corsus. Las palabras del rey también reflejan las que pronuncia Otelo cuando la «medicina» de Iago empieza a hacerle efecto: «Si demuestro que es montesina…» (III, iii, 266).

[249] Este era en principio el nombre de la provincia próxima a Samarcanda donde se encuentran los rubíes.

[250] En la Noruega del siglo X, se hacían circular por el país flechas simbólicas de hierro y de madera cuando un señor tenía que reunir en poco tiempo un ejército. Ver La saga de Egil, capítulo 3.

[251] Esta breve escena es una más de las combinaciones eclécticas de ERE. Parece que el viejo es Odin, pues su apariencia recuerda a la de éste en La saga de los volsunga, salvo por el hecho de que tiene dos ojos. Odín aparece cinco veces en este relato, y siempre es «un viejo de larga barba», «de aspecto desconocido para todos los hombres», y lleva «un sombrero torcido en la cabeza», «es tuerto», y desaparece de forma repentina (ver la historia de los volsunga y los nibelungos, trad. al inglés de William Morris y Eirikr Magnusson). Pero el encuentro del viejo con Spitfire se parece más a la dramatización por Shakespeare del adivino que se acerca a Julio César y le dice las palabras: «Guárdate de los Idus de marzo» (Julio César, I, ii, 18).

[252] Aquí, ERE toma prestado un verso de El diablo blanco, de John Webster. El cardenal Montecelso, que reprende a Vittoria por el sarcasmo que había manifestado en su juicio por adulterio, dice: «vamos, vamos, / después de tu banquete agradable y orgulloso, / te daré una pera aceda» (III, ii, 231-233). Una «pera aceda» es cualquier pera verde, dura y amarga.

[253] Un manto de color azulado.

[254] El primero es una hierba labiada cuyas hojas están cubiertas de un vello o pelusa; la segunda es una hierba que crece junto a los caminos y tiene un tallo duro y grisáceo, hojas finamente divididas en segmentos profundos, y flores agrupadas en cabezuelas pequeñas de color blanco mate.

[255] Ijadas, cavidades entre las costillas falsas y los huesos de las caderas.

[256] Diamante.

[257] Seda delgada y lustrosa.

[258] Género de plantas con cuatro flores que crecen en forma de cruz.

[259] El humo ese vapor de la sangre humana caliente, derramada en una mañana fría. En la batalla con la que se inicia Macbeth, combatida sin duda bajo las nubes, en el aire frío de Escocia, Macbeth se gana una fama dorada por su heroísmo «blandiendo su acero, que humeaba con la matanza sangrienta» (I, ii, 19-20).

[260] En el sentido de ira que surge de un estómago cargado de malos humores

[261] Medios perversos o indecorosos

[262] En Grecia, la diosa Artemisa; en Roma, Diana.

[263] : El viejo y marcial Ravnor tiene un rasgo inesperado de ligereza al descubrir que ha jugado al croquet.

[264] Roca de cuarzo con muchos colores.

[265] Pedestal continuo a modo de pared que soporta columnas.

[266] Es posible que, cuando ERE escribió este pasaje, recordase el Prometeo liberado de Shelley:
Prometeo miró, y despertó la legión de esperanzas
Que duermen en las flores cerradas del Elíseo,
Nepente, moly, amaranto, capullos inmarchitables…
(II, iv, 59-61)
El amaranto es una flor imaginaria cuyos capullos jamás se marchitan. El nepente es una planta famosa por la droga que se extrae de sus hojas, más que por su flor, pero ERE alaba sus flores, como Shelley; la droga nepente da dolor y olvido. Hermes dio moly, una hierba con flores blancas, a Odiseo, para protegerlo de Circe. El asfódelo del Elíseo recibió su nombre de Homero, que, en la Odisea (XI, 539), afirmó que el asfódelo cubre los prados del Elíseo.

[267] Antigua balada inglesa: los tres cuervos.

[268] Demódoco el de la clara voz canta «el amor de Ares y Afrodita, la de la bella corona», y cómo quedaron atados a la cama por Hefaisto, y la risa sonora de los demás dioses al ver a Ares y Afrodita (Odisea, VIII, 266-366).

[269] Acampó muy cerca de la fortaleza para que nadie del bando de Mevrian pudiera entrar o salir sin ser visto.

[270] Un confite es un dulce de fruta conservada en azúcar; la caja contiene el azúcar.

[271] Ambos son tejidos finos y suaves de seda.

[272] Compárese con la reprensión de lady Macbeth a su esposo durante el ataque de gritos histéricos de éste cuando ve el fantasma de Banquo en el banquete: «¿Cómo, rebajado por la locura?» (Macbeth, III, iv, 74).

[273] Es decir, «con la armadura puesta». Compárese con la furia valerosa de Macbeth cuando oye decir que se ha visto mover el bosque de Birnam hacia la colina de Dunsinane: «¡Tocad la campana de alarma! ¡Sople el viento! ¡Venga la destrucción! / Al menos, moriremos armados de todas armas» (Macbeth, V, vi¡, 50-52).

[274] En el poema épico oral francés del siglo XII La Chanson de Roland («La ca

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